Artículo Historia de La Plaza de Mayo
Artículo Historia de La Plaza de Mayo
Artículo Historia de La Plaza de Mayo
De escenario de ejecuciones a
epicentro de las manifestaciones
populares: la historia de la Plaza de
Mayo
Desde la fundación de Buenos Aires por Juan de Garay en 1580, el espacio
frente al Fuerte fue destinado a la Plaza Mayor. El juicio por la propiedad de la
tierra. El olor de La Recova. La Pirámide que no es tal. Las fuentes que ya no
están. El bombardeo. Y las marchas que marcaron el devenir político.
En América Latina, las plazas no son solo lugares de paseo y diversión. En las plazas de
nuestra América se generaron las luchas más crueles o los festejos más gozosos. Son el
corazón de una ciudad o un pueblo; todo lo que la sociedad en su conjunto vive, pasa por la
plaza. Es el lugar de sociabilidad común. Y una plaza emblemática de nuestra República
Argentina es la actual Plaza de Mayo.
En 1573, Felipe II dictó las “ordenanzas de descubrimiento y población” en la cual se
establecía la distribución catastral de cada nueva ciudad a crear en las provincias de ultramar
del reino de España. En esta ordenanza dejaba en claro que la plaza mayor debía ser
rectangular con un largo de una vez y medio su ancho. Sin embargo Juan de Garay el 11
de junio de 1580 al fundar la ciudad de la “Santísima Trinidad del puerto de Santa María del
Bueno Ayre” no cumplirá esta reglamentación regia y otorgará a la plaza mayor un cuadrado
de 140 varas que es la mitad de la actual Plaza de Mayo. Podríamos decir que sería desde
donde hoy se ubica la Pirámide hasta la casa Rosada. El otro espacio de la actual Plaza de
Mayo, se le ofreció a Juan Torres de Vera y Aragón, para que construyera en ella su casa. La
construcción nunca se concretó, por tanto en 1608 el procurador general del cabildo solicitara
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que se amplíe el espacio de la plaza mayor hacia ese solar; pero los padres jesuitas solicitaran
al gobernados Hernando Arias de Saavedra (Hernandárias) que se le otorgue a ellos, y así
fue. Y construyeron en la parte norte (hoy diríamos frente al cabildo) su primera iglesia de san
Ignacio y la casa rectoral.
El plano de los solares tal como lo definió Juan de Garay cuando fundó Buenos Aires en 1580. El
destinado a la Plaza tenía la mitad de tamaño que la actual.
Luego de diversas vicisitudes de juicios varios entre los padres jesuitas y los herederos de Juan
Torres de Vera y Aragón por este predio, en 1611 el gobernador don Alonso Mercado y
Villacorta resolvió comprarles en 1661 la manzana en cuestión. De esta manera quedó un
nuevo terreno que se denominó “Plaza de Armas” que era un simple baldío. Los padres
Jesuitas ya se habían mudado a la actual “Manzana de las Luces” pero el antiguo templo de
San Ignacio y sus dependencias permanecieron allí y ese lugar, hasta 1680, sirvió para que
se alojara un piquete de tropas llamado de San Martín (en honor a san Martin de Tours
patrono de la ciudad) cuya finalidad era actuar contra los nativos pampas, que solían atacar a
la ciudad de la Santísima Trinidad. En 1717 estos edificios sirvieron como cocheras de los
clérigos, gobernadores y virreyes, hasta que cerca del 1800 todos estos edificios fueron
demolidos.
En 1783, Francisco Álvarez Campana propondrá al gobernador Pedro de Cevallos la
construcción de una “recova” término que es un argentinismo que significa “soportal”,
empleado en el sentido de espacio cubierto en la fachada de una casa o comercio. Pero la
obra comenzó a construirse en 1803 y el diseño fue del maestro de obras Agustín
Conde. Constaba de dos cuerpos separados por un gran arco central, obra de Segismundo y
Zelada, al que se dio en llamarse “Arco de los Virreyes” el frente de este arco se encontraba
el “patíbulo virreinal”, (sitio ocupado hoy por el monumento a Manuel Belgrano) lugar
donde eran ajusticiados los reos, los cuales serían enterrados por los miembros de la
archicofradía de la “Buena muerte” en el cementerio de ajusticiados, en la actual plaza
Roberto Arlt detrás de la iglesia de san Miguel arcángel.
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Que era “La Recova”: un paseo de compras, hoy diríamos un “shopping”, un “mall”. No
tenía los servicios de higiene, ni agua, ni baños y muy dudosa limpieza. En ella se instalaron
todo tipo de negocios: desde zapatería a ropa, pasando por carnes, verduras, pescados,
leche, etc… y cada vendedor anunciaba sus productos a los gritos, a esto sumémosle el
cacarear de las gallinas, el mugido de las vacas (se ordeñaban en el momento en uno de los
locales) y demás maravillas lo que hacían de la recova un paseo de compras no muy
agradable ni a los oídos ni al olfato.
La sección oeste frente al Cabildo se siguió denominando “Plaza Grande o Mayor” y
después de las invasiones inglesas “Plaza de la Victoria”. La sección frente al fuerte, donde
actualmente se halla la casa de gobierno o Rosada, fue llamada “Plaza del Fuerte” y a partir
de 1811 “Plaza 25 de Mayo”. Pero no eran plazas como las conocemos hoy día, eran solo
espacios de tierra, sin árboles ni nada, el cual servía para estacionar los carros de los que
vendían frutas, verduras, pescados y velas y demás en la recova.
El Fuerte cuando se demolió su ala izquierda. Se ve que el lugar destinado a la plaza era apenas un
baldío de tierra.
En 1811, para celebrar el primer aniversario del primer gobierno patrio, en la “Plaza de la
Victoria” se decidió construir un obelisco conmemorativo el cual estuvo a cargo del alarife
Francisco Cañete y Juan Gaspar Hernández, profesor de escultura de Valladolid. El
monumento se hizo con 500 ladrillos, en vez de utilizar madera como estaba proyectado
hacerlo inicialmente. El 6 de abril de ese año se colocaron los cimientos, mientras bandas de
música contribuían a la algarabía general. El 25 de mayo de 1811 se inauguró la obra. Era un
obelisco de 13 metros de altura, que junto la pedestal llegaba a unos 15 m tenía un zócalo
sobre dos gradas, un pedestal sencillo de cuatro ángulos entrantes y cornisa volada alrededor.
Un globo decorativo remataba el conjunto. Lo rodeaba una verja sustentada por doce pilares de
material terminados cada uno en una perilla redonda. En las cuatro esquinas de la verja se
colocaron en 1812 otros tantos postes, de los que colgaban farolitos alimentados con grasa
de potro.
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La casa de Gobierno en la época de Sarmiento y la plaza a la derecha: los primeros faroles y una
incipiente modernización https://www.cultura.gob.ar/
La Plaza de Mayo a comienzos del Siglo XX. La Pirámide de Mayo, en realidad, es un obelisco.
La Plaza de Mayo antes que se abriera la avenida de Mayo. Tiempo después, la Pirámide fue desplazada
al centro y la fuente está ubicada hoy en Córdoba y 9 de Julio.
debieron caminar, usaron las fuentes para refrescarse, creando la frase: “mojarse las
patas en la fuente” lo que significa que el pueblo se lanza sobre la plaza a reclamar sus
derechos o a celebrar sus triunfos. Para el justicialismo la plaza será parte de sus rituales. En
las tres presidencias de Perón la plaza de Mayo formará parte esencial de su liturgia partidaria.
Vista de la Plaza de Mayo antes de las reubicación de la Pirámide. En la imagen aún no se había ganado
terreno al Río de la Plata.
El 16 de junio de 1955, la plaza de Mayo fue bombardeada por la Armada Argentina, para
derrocar al presidente Perón. Ese hecho quedó grabado en la historia como “el bombardeo a
la plaza de Mayo” Durante el ataque, varios escuadrones de aviones pertenecientes
bombardearon y ametrallaron con munición aérea la plaza de Mayo y la casa rosada, así como
el edificio de la CGT (Confederación General del Trabajo) y la entonces residencia
presidencial, matando a más de 308 personas e hiriendo a más de 700.
Aunque en la documentación de la antigua “salud pública” se puede leer: “….súmese a la cifra
anteriormente citada (700) un número incierto de víctimas cuyos cadáveres no lograron
identificarse, como consecuencia de las mutilaciones y carbonización causadas por las
deflagraciones”. Las fuerzas arrojaron un total de 9500 kg de bombas y dispararon
innumerables balas de todos los calibres sobre las personas que transitaban por la plaza. Los
que realizaron el bombardeo, prosiguieron hasta Uruguay y tres meses después, regresaron
instaurando lo que se denominó la “Revolución Libertadora”. Nunca se juzgó a nadie por el
bombardeo y posterior muerte de civiles.
En la última dictadura militar, denominado “proceso de reorganización nacional” con el cual fue
derrocado el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón (Isabelita) la plaza
será el escenario para que muchas madres de personas desaparecidas comiencen a
manifestarse públicamente por la desaparición forzada de sus hijos. El 30 de abril de 1977, 14
madres de detenidos y desaparecidos, encabezadas por Azucena Villaflor; (luego también
torturada y asesinada) estaban esperando ser atendidas en la curia metropolitana de Buenos
Aires, pero ante la negativa de ser recibidas por ningún clérigo y ante la " vehemente
sugerencia” del portero de la curia a que se retiren de ese lugar, las 14 madres caminaron
hasta la plaza y se quedaron de pie enfrente de la entrada principal de la Casa
Rosada; por lo que inmediatamente se les acercaron policías que les informaron que estaban
prohibidos los grupos de tres o más personas, y que estaba prohibido estar de pie inmóvil
en la vía pública, por lo que les ordenaron: “Circulen, señoras, circulen”, entonces
empezaron a caminar en círculos alrededor de la pirámide de Mayo. Con el paso de tiempo, su
lucha fue constante; y todos los jueves siguen “circulando” alrededor de la pirámide. Hoy
se las conoce mundialmente como “las madres de plaza de Mayo” y en torno de la pirámide, se
pintaron los famosos pañuelos blancos.
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Al volver la democracia en 1983, la plaza de Mayo, volvió a ser el centro del sentir popular para
festejos o para revueltas. Hacia la plaza por el balcón del cabildo el presidente Raúl
Alfonsín dirá su discurso inaugural, y luego con la asonada del movimiento “Carapintada” el
pueblo salió a defender la democracia reuniéndose en la plaza de Mayo. También festejo el
triunfo en los mundiales de futbol, la caída del presidente Fernando De la Rúa el 20 de
diciembre del 2001 donde la policía montada arremetió contra los manifestantes en dicha plaza
y fueron asesinadas cinco personas: Carlos Almirón, Gustavo Ariel Benedetto, Diego
Lamagna, Alberto Márquez y Gastón Marcelo Riva; se intentó asesinar a otras
cuatro: Marcelo Dorado, Martín Galli, Sergio Rubén Sánchez y Paula Simonetti y sufrieron
lesiones otras 227. Este acto pasó a la historia como: “la masacre de plaza de Mayo”. La
llegada del presidente Néstor Kirchner y su sepelio y la asunción de Maurico Macri, el
cual ordenó poner una reja que divida en dos la plaza para evitar que las manifestaciones
pudieran llegar hasta la casa de gobierno y fueron inauguradas en mayo de 2018, dividiendo la
plaza a la mitad.
Hoy la plaza de Mayo posee una superficie de 23 665 m². Como la reja fue removida, la
plaza volvió a ser una con dos monumentos: pirámide de Mayo y el monumento ecuestre al
general Manuel Belgrano.
Su equipamiento con mobiliario público está conformado por: luminarias, bancos, 4 fuentes
de agua, 2 relojes a energía solar, mástil con la bandera argentina. Y entres sus árboles se
cuentan con 8 Palmeras Fénix, Paraísos, Olivos, entre otras especies. Y como curiosidad,
hacia ella se asoman 7 relojes públicos.
Podríamos concluir, parafraseando la genial Enrique Pinti: “…Pasan los años, pasan los
gobiernos, los radicales y los peronistas, pasan veranos, pasan inviernos, queda la placita…”.
Fuente: https://www.infobae.com/sociedad/2022/06/11/de-escenario-de-ejecuciones-a-
epicentro-de-las-manifestaciones-populares-la-historia-de-la-plaza-de-mayo/