El Adviento

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El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el

domingo 28 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los


cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad
con la Navidad y la Epifanía.

El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa


venida, llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia
durante este tiempo es el morado. Con el Adviento comienza un
nuevo año litúrgico en la Iglesia.

El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del


Señor.

Se puede hablar de dos partes del Adviento:

Primera Parte

Desde el primer domingo al día 28 de noviembre, con marcado


carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de
los tiempos;

Segunda Parte

Desde el 19 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada


"Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más
explícitamente la venida de Jesucristo en las historias, la
Navidad.

Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas


sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se
recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento
señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de
Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias ofrece a
los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.
INDICACIONES primera semana

La corona sin ninguna vela encendida. Crear un ambiente


recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de
la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este
cirio se puede tomar la llama para encender la primera vela de
la corona.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Amén.

MONITOR: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

TODOS: Que hizo el cielo la tierra.

MONITOR: Comenzamos un nuevo año litúrgico con el tiempo


de Adviento, tiempo de preparación y espera. Encender, semana
tras semana, los cuatro cirios de esta corona debe ser un reflejo
de nuestra gradual preparación para recibir al Señor Jesús en la
Navidad. Las luces de las velas nos recuerdan que Él es la Luz
del mundo que ha venido a disipar las tinieblas. El color verde
de la corona simboliza la vida y la esperanza que Él nos ha
venido a traer.

LECTOR: Lectura tomada del libro del profeta Isaías:


"Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del
Señor amanece sobre ti. Pues mira como la oscuridad cubre la
tierra, y espesa nube a los pueblos, más sobre ti amanece el
Señor y su gloria sobre ti aparece".

MONITOR: Quien dirige la oración, con las manos juntas, dice:

Nos recogemos unos instantes en silencio, e inclinando nuestras


cabezas, vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de
Adviento.

Oremos

La tierra, Señor, se alegra en estos días,


y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor Jesús,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas,
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar
el tiempo de preparación
para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de Aquel que,
por ser la Luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Te lo pedimos por Él mismo
que vive y reina por los siglos de los siglos.

TODOS: Amén.

MONITOR: Vamos a encender ahora la primera vela de nuestra


corona mientras cantamos la primera estrofa de:

HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado)


INDICACIONES segunda semana

La corona al iniciar la oración debe estar encendida la primera


vela. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es
recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la
corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la
llama para encender la primera vela de la corona.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Amén.

MONITOR: Vamos a encender la segunda vela de nuestra


corona. El Señor está cada vez más cerca de nosotros y
debemos prepararnos dignamente para recibirlo en nuestros
corazones. Hagamos un momento de silencio para elevar
nuestra oración al Señor.

LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

"En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio


Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo,
su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias
tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue
dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el
desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un
bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está
escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz que
clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad
sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina
será rebajado, lo tortuoso será recto y las asperezas serán
caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios".

MONITOR: Debemos preparar el camino del Señor y esto nos


exige estar preparados interiormente para la venida del Señor
Jesús, para que lo recibamos con un corazón reconciliado, cada
vez más convertido y transformado, capaz de amar y entregarse
a los demás. Hagamos un compromiso concreto para esta
semana que nos ayude a disponernos cada vez mejor para su
venida. (Se deja un momento de silencio)
MONITOR: Mientras encendemos la segunda vela de nuestra
corona cantemos:

HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado)

(Una persona enciende la segunda vela mientras se entona el


canto, de ser posible durante la segunda estrofa)

INDICACIONES tercera semana

Las coronas al iniciar la oración deben estar encendidas la


primera y la segunda vela de la corona. Crear un ambiente
recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de
la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este
cirio se puede tomar la llama para encender la tercera vela de la
corona.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Amén.

MONITOR: Estamos ya en la tercera semana de Adviento:


aumenta nuestra alegría y nuestro júbilo por la venida del Señor
Jesús, que está cada vez más cerca de nosotros. Empecemos
nuestra oración cantando VEN PRONTO SEÑOR (u otro canto
apropiado).

1. ¡Oh Pastor de la Casa de Israel!, trae a tu pueblo la ansiada


salvación. Verbo Eterno de la boca del Padre, fuiste anunciado
por labios de profeta.

¡VEN PRONTO, SEÑOR! 


¡LLEGA, OH SALVADOR! (2v)
¡VEN, SEÑOR JESÚS! 
¡VEN, LIBERADOR!

¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!


¡ÁBRETE, TIERRA,
HAZ GERMINAR AL SALVADOR! (2v)
2. El clamor de los pueblos se levanta. Hijo de David, las
naciones te esperan. Queremos la llegada de tu Reino. Ven a
liberar del pecado a los pueblos.

3. Emmanuel, Salvador de las naciones, eres esperanza del


pueblo peregrino. Sol naciente, esplendor de la justicia, Tú nos
salvarás con tu brazo poderoso.

4. Esperanza de una Mujer humilde: Ella es la Virgen que pronto


dará a luz. Silenciosa, espera al Salvador: llega ya la hora de la
liberación.

MONITOR: Vamos a encender la tercera vela de nuestra corona


de Adviento. El Señor está más cerca de nosotros y nos ilumina
cada vez más. Abramos nuestro corazón, que muchas veces
está en tinieblas, a la luz admirable de su amor.

LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

"La gente le preguntaba: "Pues ¿qué debemos hacer?"

Y él les respondía: "El que tenga dos túnicas, que las reparta
con el que no tiene; el que tenga para comer, haga lo mismo".
Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: "Maestro,
¿qué debemos hacer?"

Él les dijo: "No exijáis más de lo que os está fijado".


Preguntáronle también unos soldados: "Y nosotros ¿qué
debemos hacer?"

Él les dijo: "No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias


falsas, y contentaos con vuestra soldada".

Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en


sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió
Juan a todos diciendo: "Yo os bautizo con agua; pero viene el
que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa
de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En
su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en
su granero; pero la paja la quemará con guego que no se
apaga".
Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la
Buena Nueva".

MONITOR: Vamos a encender la tercera vela de nuestra corona.


Cantemos

HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado)

INDICACIONES cuarta semana

Las coronas al iniciar la oración deben estar encendidas las


anteriores velas de la corona. Crear un ambiente recogido, con
poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al
lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede
tomar la llama para encender la tercera vela de la corona.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


Amén.

MONITOR: Alegrémonos porque el Señor está cerca de nosotros


y viene a traernos la reconciliación. Encenderemos la cuarta y
última vela de nuestra corona. Que este símbolo nos recuerde la
proximidad de la venida del Señor Jesús, que viene a traernos
alegría y esperanza. Iniciemos la oración de esta semana
cantando MORADA DE LA LUZ (u otro canto apropiado)

CELEBREMOS UNIDOS A LA VIRGEN MARÍA, 


PORQUE ESTÁBAMOS CIEGOS Y NOS DIO A LUZ EL DÍA,
PORQUE ESTÁBAMOS TRISTES Y NOS DIO LA ALEGRÍA.

1. Mujer tan silenciosa y encumbrada, ahora más que el sol,


recibes en tu vientre al mismo Dios, al que es tu Creador.

2. Lo que Eva en una tarde misteriosa buscando nos perdió, Tú,


Madre, lo devuelves florecido en fruto salvador.

3. Tú que eres bella puerta del Rey sumo, Morada de la Luz, la


puerta nos abriste de los cielos al darnos a Jesús.
LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

"En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la


región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de
Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel
el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; y ¿de
dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque ,
apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el
niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las
cosas que le fueron dichas de parte del Señor!" Y dijo María:
"Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi
salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su sierva,
por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán
bienaventurada."

MONITOR: La presencia del Señor Jesús entre nosotros nos llena


de gozo y alegría. Es la Madre quien nos lo hace cercano, quien
permite que esa Luz llegue a nosotros e ilumine nuestra vida. En
compañía de Santa María encendamos la última vela de nuestra
corona de Adviento mientras cantamos.

(Una persona enciende la cuarta vela mientras se entona el


canto, de ser posible durante la cuarta estrofa)

HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado)

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