La Tierra de Los Kitvei Ha'Kodesh

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Casa de Estudios “Torâh Emet” – Proclamando la Dávar de Adonay hasta el retorno de R' Yeshûa Ha'Mashíaj”

‫בית המידרש תורה אמת‬

KITVEI HA’KODESH
(Escritos de la Santidad)

CLASE Nº 7

LA TIERRA DE LOS KITVEI HA’KODESH

El propósito de Elohím de escoger del mundo un pueblo para sí, comenzó a


desarrollarse en un lugar particular del mundo y durante un período
particular de su historia. No es posible, pues, entender su significado sin
algún conocimiento de su ambiente histórico y geográfico. Pero la sola
mención de la historia y la geografía, especialmente del TANAJ (‫ )תנ״ך‬y de los
“Kitvê ha'Talmidím Rishoním” [Escritos de los primeros discípulos], basta para
alejar a “algunas” personas que tiemblan solo de pensar lo aburrida que son
las lecciones que hablan de éste tema, con sus listas de fechas, acerca de los
terribles reyes israelitas para memorizar y los interminables viajes de Shaúl
que deberán seguro señalar en un mapa. Sé que para algunos esto es tedioso
y cansador, pero para aquel que ama la lectura del TANAJ, es parte de su
esencia. Sé que a muchos principiantes les cuesta distinguir entre los
profetas Elíyah y Elishá [Eliseo]. Recuerdo uno que como no tenía la más
remota noción de quién era quién, cuando dio una clase del tema dijo: "No
cavilemos sobre las diferencias entre estos dos hombres verdaderamente
grandes. Más bien demos una lista de los reyes de Yisra'el y Yehudáh en su
orden cronológico".

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Algunas personas que no sienten atracción por la historia o la geografía


pueden preguntar impacientes por qué Elohím no nos dio en cambio una
sencilla lista de dogmas en qué creer y reglas para obedecer. ¿Por qué tuvo
que revelarse en un remoto contexto histórico y geográfico, al punto que
debemos luchar para entender el contexto antes de poder captar la
revelación? Una respuesta podría ser: "Porque a YHWH le plació hacerlo así",
y "basta de preguntas impertinentes". Pero las preguntas son perfectamente
apropiadas. Una respuesta más adecuada sería aquella que dice que el
Elohím viviente es un Elohím personal, que nos hizo personas a su propia
imagen e insiste en tratar como personas a las personas que ha creado. De
modo que todo el proceso de la revelación ha sido la auto-revelación de una
“Persona” a personas, personas reales como nosotros, que vivimos
actualmente en un determinado lugar y en un cierto momento. Cuando digo
esto no estoy negando que Elohím haya revelado su verdad en palabras. Más
bien estoy afirmando que su revelación ha sido "personal" y "proposicional"
al mismo tiempo, es decir, que las verdades que ha revelado no han
descendido del cielo en paracaídas ni han aparecido en forma desconectada
como "los pensamientos de YHWH", comparables a los del Presidente de
nuestro país. Más bien han sido dadas a conocer en y por medio de la
experiencia viva de seres humanos, culminando en su propio Hijo, la Dávar
(‫[ )דבר‬Palabra] hecha carne.
Además, si Elohím simplemente nos hubiera proporcionado un catálogo
sistemático de cosas permitidas y prohibidas en la creencia y la conducta
diarias, habría sido algo demasiado abstracto para ser útil. Y si se hubiera
expresado en el idioma de una edad o generación, hubiera sido en gran parte
carente de significación para otras. Pero Elohím se reveló en situaciones
personales, que siendo humanas son concretas y fácilmente inteligibles en
todas las generaciones. El hecho de que estén registradas en las escrituras
nos posibilita "ver" por nosotros mismos. El trato de Elohím con el pueblo de
Yisra'el y con los hombres en particular fue registrado, se nos dice, "para
nuestra enseñanza". Y la enseñanza que proporciona consiste en estímulo y a
la vez en advertencia. "La consolación de las Escrituras" es tremenda. Aun los
grandes hombres de la historia de las Escrituras, se afirma, eran de la
misma naturaleza que nosotros. Sin embargo, los vemos triunfar en sus
luchas con las tentaciones y las dudas, negándose a inclinarse delante de los
ídolos y prontos a aceptar la muerte antes que traicionar su
pertenencia al Elohím vivo, creyendo las promesas de Elohím a pesar de

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todas las evidencias en contrario, enfrentando sin ayuda la generalizada


apostasía de su tiempo, amando y sirviendo a su generación, y dando
valiente testimonio de la verdad.
Las Escrituras contienen advertencias y desafíos porque rehúsan ocultar las
faltas incluso de sus hombres más famosos: dicen con franqueza cómo el
justo Noaj [Noé] se emborrachó; cómo una vez Avraham, el gigante de la fe,
cayó tan profundamente que estuvo dispuesto a exponer a su esposa para
salvar su propia piel; cómo Ya'akov engañó y Yosef [José] se jactó; cómo
Moshé, el más manso de los hombres, perdió el dominio propio; cómo David,
que gozaba de favor ante los ojos de Elohím, robó, asesinó y cometió
adulterio en un mismo arranque de pasión; cómo Yyov [Job], "perfecto y
recto, temeroso de YHWH y apartado del mal", bajo el peso de una gran
adversidad, clamó amargamente y maldijo el día de su nacimiento; y cómo
todo el pueblo de Yisra'el, a pesar de sus muchos y únicos privilegios,
quebrantó el pacto de Elohím. La Escrituras son igualmente francas con los
personajes de los “Kitve ha'Talmidím Rishoním” [Escritos de los primeros
discípulos]. Ellos también eran hombres de carne y hueso como nosotros, y a
veces cedieron a la incredulidad, la contemporización, la jactancia, la
indisciplina y la desobediencia. "Estas cosas están escritas para amonestamos
a nosotros". Elohím quiere comunicarse con nosotros allí donde estemos,
como lo hizo con los personajes de antaño en su momento. De modo que
para entender cómo nos trata a nosotros debemos entender cómo los trató a
ellos, cuándo y en qué circunstancias. Debemos poder visualizarlo. Por eso
nuestro estudio de los tiempos de las Escrituras, en esta lección, constituye
un estudio fascinante e indispensable.
Porque esta historia y esta geografía son el escenario en el que Elohím
escogió hablar y actuar de un modo absolutamente original. En la Edad
Media los geógrafos cristianos solían sostener seriamente que Yerushalayím
era el centro de la Tierra, y sus mapas ilustraban esta creencia. En la antigua
“iglesia llamada del Santo Sepulcro” (edificada sobre el supuesto lugar donde
se erigió el madero de tormento y de la resurrección de R' Yeshûa), en
Yerushalayím, una piedra del piso señala el sitio que según ellos era el punto
preciso. Desde luego, geográficamente hablando todas estas cosas suenan
como pura fantasía, pero sin embargo, el cristianismo las defiende como
ciertas. Para nosotros Yisra'el es Eretz Kadosh [“tierra apartada” o como se
conoce secularmente, "Tierra santa"], donde nace la fe en el Único Elohím,
YHWH Tzevaot. Es también el centro de la historia y la geografía del mundo
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en el sentido de que allí está la "tierra prometida" que Elohím apartó para
Avraham unos dos mil años antes de la venida del Mesías; allí vivió y murió
el Salvador del mundo; y allí comenzó la predicación de la Besoráh (‫)בשורה‬
[Buenas Nuevas] a todo el mundo, y esta fe de los primeros creyentes
mesiánicos habría de sobrevivir al imperio romano y cambiar el curso de la
historia hasta nuestros días.
Además, los creyentes mesiánicos creen en la providencia de Elohím. No
podemos imaginar, por lo tanto, que la elección de Yisra'el como escenario
del drama de la salvación fuese accidental. Una de sus características más
llamativas es que actúa como una suerte de puente entre tres continentes.
Europa Asia y África convergen sobre la margen oriental del Mediterráneo y
sus ciudadanos se han entremezclado una y otra vez en sus viajes
comerciales por mar y tierra. En consecuencia Yisra'el no sólo fue invadida y
sometida por ejércitos de África, Asia y Europa, primeramente por los
egipcios, luego asirios, babilonios y persas, y finalmente griegos y romanos,
sino que además se convirtió en una admirable catapulta para el
contraataque “espiritual”; “los soldados” y Sheliajím (‫[ ש(לםיחו‬Emisarios] de
R' Yeshûa Ha'Mashiaj marcharon el norte, el sur, el este y el oeste, a la
conquista del mundo llevando la Besoráh [Buenas Nuevas] de redención. “¡y
serán mis testigos!”, habían sido sus últimas palabras. “En Yerushalayim, en
todo Yehudáh y Shomron [Samaria]; en verdad hasta lo último de la tierra!".
Estratégicamente, pues, Elohím había puesto a Yerushalayím "en el medio de
las naciones”.
Yisra'el es conocida por los gentiles como la tierra de ''Palestina”. Éste
nombre fue puesto por los romanos dado que en la región vivían “filisteos”
[Plishtim], que ocupaban una pequeña porción al sudoeste de la misma, es
en sí sólo una porción de historia del TANAJ. La escena más vasta ha sido
denominada a menudo como la "Fértil media luna", debido a que se
extiende en un semicírculo desde Mitzrayím [Egipto] hasta Mesopotamia,
desde el valle del Nilo hasta la llanura aluvial regada por los ríos Éufrates
y Tigris, encerrando el árido desierto arábigo. Para entender la historia del
pueblo de Elohím es necesario tener en mente esta media luna y los dos
grandes ríos que forman sus extremidades: Elohím llamó a Avraham de Ur de
los Caldeos, situada sólo a unos quince kilómetros del río Éufrates, en el sur
de Iraq, y a Moshé de Mitzrayín, donde apenas escapó de ser ahogado en el
Nilo cuando era niño. Las mismas palabras "Mitzrayín" [Egipto] y "Bavel"
[Babilonia] recordaban a nuestro pueblo las iniciativas salvadoras de
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nuestro Elohím, pues en medio de estos países transcurrieron los dos


cautiverios más terribles por los cuales tuvimos que pasar, y de los cuales,
Elohím nos libró.

UNA BUENA TIERRA

Cuando Elohím le dijo a Moshé


que iba a sacarlos de Mitzrayím
para llevarlos a Canaán, la
describió como una "tierra buena
y ancha... tierra que fluía la leche y
la miel",' agregando luego que era
"la más hermosa de todas las
tierras". Y cuando regresaron los
doce espías que Moshé había
enviado a explorar la tierra, su
informe confirmó esta
descripción por su propia
experiencia. Yohoshúa [Josué] y
Kalev [Caleb] dijeron: “Yohoshúa
el hijo de Nun y Kalev el hijo de
Yefuneh del destacamento que
había ido a reconocer La Tierra,
rasgaron sus ropas, y dijeron a toda la congregación de Yisra'el: "¡La Tierra
por la cual pasamos para espiarla es una tierra tremendamente buena! Si
YHWH está complacido con nosotros, entonces Él nos llevará a esta tierra y nos
la dará –una tierra que fluye con leche y miel” [1]. Además ellos pudieron
presentar y, proporcionar evidencias de su afirmación, pues llevaron consigo
del valle de Eshkol (un poco al norte de Hebrón) un solo racimo de uvas tan
pesado que debió ser colgado de un palo y cargado entre dos de ellos,
junto con algunas granadas e higos. Luego, justamente antes de entrar en la
tierra, después de una demora de cuarenta años debido a la desobediencia e
incredulidad de Yisra'el, Moshé instó al pueblo a guardar los mitzvot
[mandamientos] de YHWH y agregó: “Porque YHWH su Elohim los está
trayendo a una buena tierra, una tierra con arroyos, fuentes, y agua que sube

1 Vayiqrá (Números) 14:6-8.


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al pozo de las profundidades de valles y


laderas de montañas. Es una tierra de
trigo y cebada, viñas, árboles de higo y
granadas; una tierra de aceite de oliva y
miel; una tierra donde ustedes comerán
en abundancia y no les faltará nada en
ella; una tierra donde las piedras
contienen hierro y las colinas pueden ser
minadas por cobre. Así que comerán y
estarán satisfechos, y bendecirán a
YHWH su Elohim por La Tierra buena
que Él les ha dado” [2]. Aunque los
labradores actuales de la tierra tienen
que trabajar duramente para lograr un
buen rendimiento, ésta es aún una
descripción exacta de la fertilidad y
productividad de la región. La región
que estamos describiendo abarca sólo unos trescientos treinta kilómetros de
norte a sur y ciento sesenta kilómetros de este a oeste. Está encerrada por
límites naturales. Al norte se eleva la masa montañosa del Líbano (que
significa "blanco" debido a su nieve) y el Antelíbano, el valle que se conoce
como "la entrada de Ramat".
Al oeste se halla el Mediterráneo o "Mar Grande", y hacia el este y el sur los
formidables desiertos de Arabia y Zin. Varias expresiones populares se
empleaban para referirse a todo el país, de norte a sur. Una era "desde la
entrada de Ramat hasta el mar de Arabá", es decir, el Mar Muerto. Pero la
más común era simplemente "desde Dan hasta Beer-Sheva", siendo Dan la
ciudad más al norte de Yisra'el, mientras Beer-Sheva la de más al sur, situada
al borde del desierto de Zin, a mitad de camino entre el Mediterráneo y el
extremo sur del Mar Muerto. Los visitantes de Eretz Yisra'el, dado que
tengan oportunidad de explorarla adecuadamente, se extrañan ante la gran
diversidad del terreno. En ninguna parte es mayor el contraste que entre los
"mares" o "lagos" de los extremos norte y sur del río Yardén [Jordán]. Galil
por su colorida hermosura -con su lago azul, rodeado de montañas, su
alfombra de flores primaverales y las lejanas cimas nevadas del Monte Arnón

2 Devarím (Deuteronomio) 8:7-10.


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[Hermón] hacia el norte- es un verdadero paraíso en comparación con el


calor, el hedor y la desolación del Mar Muerto y sus alrededores. El relato de
las Escrituras a menudo hace alusión a las diferentes "regiones" en que está
dividida Yisra'el.
Por ejemplo, sus habitantes se describen como radicados en "el Arabá, en el
monte, en los valles, en el Neguev, y junto a la costa del mar". El Arabá es la
profunda garganta del valle del Yardén que corre hacia el sur hasta el golfo
de Akaba. El "'monte" se refiere a las montañas de Judea, mientras "los
valles" son la Sefela, sus colinas occidentales. El "Neguev", que significa
"árido", es el gran desierto del sur, llamado también desierto de Zin, y "la
costa del mar" se refiere a la del Mediterráneo. Tal vez una manera más
sencilla de recordar el mapa de Yisra'el es visualizar cuatro franjas de
terreno que corren paralelas de norte a sur. La más notable es la del valle del
Yardén. El río abre un profundo camino entre dos cadenas de montañas- la
meseta central que forma la columna vertebral de Yisra'el (con sus laderas
occidentales que descienden hasta la llanura de la costa) y la meseta oriental,
más allá de la cual yace el desierto. Así, pues, las cuatro franjas entre el mar y
el desierto son la de la costa, la meseta central, el valle del Yardén y la
altiplanicie oriental. Las diremos por turno.

LA FRANJA DE LA COSTA
La franja costera varía en anchura desde unos cuantos centenares de metros,
a la altura en que el Monte Carmelo desciende hacia el mar (donde está
situado el moderno puerto de Haifa), hasta unos cincuenta kilómetros, en su
extremo sur. Esta parte sur era la antigua tierra de los Plishtim [filisteos].
Allí se encontraban las cinco ciudades principales de los filisteos: Gaza, la
más meridional, sobre el gran camino la costa que corre desde Egipto a unos
cinco kilómetros hacía el interior; Ascalón, veinte kilómetros al norte y sobre
el mar; Ashdod, trece kilómetros más al norte, y otra vez sobre el camino;
Ekrón, más al norte y más al interior, y Gat en medio de la llanura. La Sefela o
llanura está inmediatamente al este de la llanura de los Plishtim. No es
sorprendente, por lo tanto, leer que los los plishtim se habían extendido por
las ciudades de la sefela. Entre sus árboles, sus sicómoros eran proverbiales;
así se pudo decir que Sh'lomó [Salomón] hizo que en Yersuhalayín
abundaran "los cedros como cabrahigos (sicómoros) de la sefela". Sus laderas

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son, de hecho, las estribaciones de la meseta central. Se elevan desde ciento


setenta metros, en Gat, hasta cuatrocientos treinta metros, quince kilómetros
hacia el oeste.
Luego empiezan las montañas propiamente dichas, y a otros quince
kilómetros está Arnón [Hermón], a mil cien metros sobre el nivel del mar, la
ciudad más alta de Yisra'el. Volviendo a la costa, inmediatamente al norte de
la llanura de los los Plishtim [filisteos] está la llanura de Sharón, cuya
principal ciudad y puerto es Yafó [Jope]. En nuestros días es rica en huertos y
en cítricos. No es seguro cómo era precisamente en los tiempos del TANAJ,
pero lo cierto es que mantenía rebaños de ovejas, puesto que leemos una o
dos veces acerca de "el ganado que pastaba en Sharón". Por otro lado, antes
de los modernos drenajes debe haber sido muy pantanosa, de modo que "la
hermosura... de Sharón" probablemente se refiera a su lujuriante vegetación,
y la "rosa de Sharón" [con la cual compara la esposa en el Shir Ha'shirim
(Cantar de los Cantares)] puede haber sido un emblema de la belleza
excepcional debido a que florecía en un ámbito tan poco promisorio, "como el
lirio entre los espinos".

LA MESETA CENTRAL
La cadena de montañas central de Yisra'el empieza en Galil [Galilea], cuyas
sierras y valles fueron el ambiente de la niñez de R' Yeshûa y de gran parte de
su ministerio público. Los picos de la alta Galil se elevan a más de mil metros,
y desde las colinas que rodean a Netzaret, en la baja Galil, aunque no muy
superiores a los quinientos metros, en un día claro puede verse el
Mediterráneo a sólo veintiséis kilómetros al noroeste. El gráfico a
continuación es una perspectiva o perfil transversal de los mapas anteriores.
Es como si estuviéramos parados al sur del Mar Salado (Muerto) y
miráramos hacia el norte. Así quedan distribuidos los terrenos de Yisra'el
quedando el este a la derecha y el oeste a la izquierda.

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Al sur de Nêtzaret el terreno degrada suavemente hacia una ancha llanura


aluvial, que corre en dirección sudeste desde el Mediterráneo, al norte del
Monte Carmelo, hasta el río Yardén [Jordán]. Su parte occidental se conoce
como la llanura de Esdraelón; la parte oriental es el más estrecho valle de
Yizreel, que corre entre la anteriormente volcánica Colina de Moré y el
calcáreo Monte Gilboa. En las laderas de estas dos montañas fue donde
filisteos e israelitas acamparon frente a frente, valle por medio, antes de la
batalla final en que murió el rey Shaúl: “Ahora los Plishtim presionaron su
ataque sobre Yisra'el. Los hombres de Yisra'el huyeron delante de los Plishtim,
dejando sus muertos en el Monte Gilboa… Entonces David pronunció este
lamento por Shaúl y por Yehonatan su hijo… "¡Edifica un pilar, Oh Yisra'el, por
los caídos que murieron sobre tus lugares altos! ¡Cómo han caído los
poderosos!... "Montañas de Gilboa –no descienda sobre ti rocío ni lluvia, ni
campos de primeros frutos sean sobre ti; porque allí los escudos de los
poderosos fueron profundamente atacados, el escudo de Shaúl no estaba
ungido con aceite” [3].
En el borde sur del medio de la llanura de Esdraelón, en un lugar prominente
al pie de la cadena del Carmelo, se encuentra una fortaleza, la ciudad
amurallada de Meguido. Durante siglos guardó la entrada al paso principal
hacia el sur a través de las montañas. Era una de las ciudades reconstruidas
y fortificadas por el rey Shalomó para alojar sus carros y caballos. Aquí
murieron también dos reyes de Yehudáh: Ajazyah [Ocozías], a quien mató
Yehú, y Yoshiyah [Josías], cuando intentó detener al faraón Necao, de
Mitzrayím [Egipto], que acudía en ayuda de los asirios. Al sur de la llanura de
Esdraelón se extiende el terreno montañoso de Manasés y Efraín, bien
cubierto de viñedos en sus laderas que miran al oeste, y más al sur aún las
serranías de Yehudáh. Estas dos regiones montañosas fueron el punto focal
de la historia de Yisra'el durante el período de la monarquía dividida. Porque
la capital del reino del norte era Samaria [en la tierra de Menasheh
(Manasés)-Efrayín] y la capital del reino del sur era Yerushalayín [en la
tierra de Yehudáh].
Yerushalayín está edificada sobre una montaña rodeada de montañas. "En la
ciudad de nuestro YHWH en su monte Kadosh", pudo cantar el salmista, está
"la simjá [el gozo] de toda la tierra". Y nuevamente: "como Yerushalayín tiene
montes alrededor de ella, así YHWH está alrededor de su pueblo". El Monte de

3 Shemuel Álef (1º Samuel) 31:1 / Shemuel Bet (2º Samuel) 1:17,19, 21.
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los Olivos yace inmediatamente al este de Yerushalayín, al otro lado del valle
de Cedrón, y desde su cima el camino corre hacia el este a través de la tierra
más árida imaginable, descendiendo más de mil metros hasta Jericó y
continuando hasta el Mar Muerto. Mientras hacía este viaje de dos días a pie
los bandidos atacaron al viajero de la parábola de R' Yeshûa auxiliado luego
por el Buen Samaritano. Toda la región entre Yerushalayín y el Mar Muerto
se conoce como el desierto de Yehudáh, y en algún lugar de este desolado
escenario R' Yeshûa pasó cuarenta días después de hacer teviláh (‫)טהליב‬
[Inmersión], ayunando y siendo tentado por ha'shatán.

EL VALLE DEL YARDÉN [JORDÁN]


El valle del Yardén es parte de la gran depresión que se extiende por más de
seis mil kilómetros desde el Asia Menor, a través del Mar Rojo y hasta la
depresión de los lagos del África Oriental. Pero el río Yardén en sí sólo tiene
unos ciento treinta kilómetros de recorrido, excluidos sus meandros. Nace en
el monte Arnón [Hermón], una estribación de tres mil metros en la meseta
del Antelíbano, y desciende rápidamente ("Yardén" significa "descendente" o
“El que desciende”) a través de los lagos Huleh y de Tiberias hasta
desembocar en el Mar muerto. En Huleh aún se mantiene sobre el nivel del
mar (ochenta metros), pero cuando llega al lago Tiberias su nivel ya ha
descendido unos doscientos cincuenta metros; el último tramo va de los
cuatrocientos metros, hasta el Mar muerto, cuya plataforma, a más de
ochocientos metros bajo el mar, es el punto más hondo de la superficie
terrestre. El lago Huley se lo conoce en las Escrituras como "las aguas de
Merom", pero no tiene ningún papel prominente en el relato escritural.
Siempre ha sido el refugio de las aves más que habitación humana, las
garzas púrpura anidan aún en sus altas cañas de papiro, aunque
recientemente ha sido drenado en su mayor parte para aprovechar tierra
para la agricultura.

ERETZ YISRA'EL
Los Evangelios llaman a menudo al lago de Tiberias "el Mar de Sineret" (o
Genesaret), pero por lo general "el Mar de Galil", aunque para el escritor
Luqa, que había viajado mucho y conocía de primera mano el Mar Mediterrá-
neo, siempre es un "lago", en realidad, ¿está acertado? pues tiene sólo veinte
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kilómetros de largo y, en su punto más ancho, sólo unos trece kilómetros. Es


profundo y abunda la pesca, y los primeros talmidím (‫[ )תלמדײם‬discípulos] de
R' Yeshûa (los dos pares de hermanos: Andréai y Shimón, Ya'aqov y Yojanán)
eran socios en un negocio de pesca en el lago. Aunque rodeado casi
enteramente de montañas, a lo largo de sus riberas norte y oeste había varias
aldeas, a las cuales visitó R' Yeshûa cuando anduvo predicando, enseñando y
sanando. Al sur del lago de Tiberias, el Yardén corre unos ciento diez
kilómetros (más de trescientos si se incluyen todos sus meandros) antes de
llegar al Mar Muerto. Buena parte de este tramo es fangoso y carece de
atractivo, al punto que podemos solidarizamos bastante con Naamán, aquel
general sirio enfermo de lepra que rehusaba bañarse en sus aguas para
curarse: “¿No son Amanah y Parpar los ríos de Dammesek, mejores que toda el
agua de Yisra'el? ¿Por qué no puedo bañarme en ellos y ser limpio?" Así que se
volvió y se fue enfurecido” [4].
Más impresionante era
la espesa jungla del
valle del río, famoso
albergue de animales
salvajes, de modo que
YHWH podía decir de
sí mismo que "como
león subirá de la
espesura del Yardén
contra la bella y
robusta". El lugar
exacto donde Yojanán
administraba la teviláh
(‫[ )טבילה‬inmersión] nos es desconocido, pero debe de haber estado en uno de
los vados a pocos kilómetros de donde el Yardén entra en el Mar Muerto: “La
gente venía a él de todo Yehudáh, tal como todos los habitantes de
Yerushalayim. Confesando sus pecados eran sumergidos por él en el Río
Yarden” [5]. Toda la depresión de Eretz Yisra'el se conoce en el TANAJ como
“La Araváh”, que significa “árido”, y el Mar Muerto es “el mar del Araváh” o
“Mar Salado”. Mide unos ochenta kilómetros de largo y su desolación es casi
insuperable. Sobre su ribera oriental se yerguen los desnudos acantilados de

4 Malajím Bet (2º Reyes) 5:12.


5 Meir (Marcos) 1:5.
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las montañas de Moab, mientras que sobre el oeste se perfilan las desnudas
laderas de las montañas de Yehudáh. Aquí (en Qumrán) vivió la comunidad
monástica de los esenios antes y durante la época del Mesías, y aquí, en
algunas de las cuevas que perforan las colinas, fueron hallados hace muy
pocos años los rollos del Mar Muerto. El calor intenso (hasta 44 grados
centígrados en verano), la gran evaporación y las escasas lluvias hacen que el
nivel de aguas del Mar Muerto permanezca constante a pesar de las
corrientes de agua que afluyen y la falta de toda salida. El agua contiene
depósitos sumamente concentrados de minerales (especialmente sal,
potasio y magnesio) que hacen imposible la vida de peces. Parece que Sedom
y Amora [Sodoma y Gomorra], “las ciudades de la llanura”, habrían estado
situadas en el área ahora cubierta por el extremo sur del Mar Muerto. Y no es
imposible que el “fuego y azufre” que Elohím hizo “llover” sobre ellas, junto
con la “estatua de sal” en que se convirtió la esposa de Lot, fueran resultado
de un terremoto y una erupción que Elohím usó para destruirlas por su
impiedad. La Araváh continúa al sur del Mar Muerto hasta llegar al Mar Rojo
y el golfo de Akaba. Aquí se encontraba el puerto de Ezión-Geber
(equivalente de la moderna Elat), que daba acceso a Yisra'el por mar al
comercio de África y Asia. “Hizo también el rey Shlomó naves en Etziyon-
Gever…” [Malajím Álef (1º Reyes) 9:26]. Se exportaba el cobre de las minas
cercanas que Shlomó hacía explotar, y las importaciones incluían cosas tan
exóticas como “oro, plata, marfil, monos y pavos reales”.

LA ALTIPLANICIE ORIENTAL
La cuarta franja de la región Yisra'el corresponde a la altiplanicie oriental,
entre el valle del Yardén y el desierto de Arabia. Esta era la superficie
heredada por dos y media de las tribus de Yisra'el: “Pero los Leviim no tienen
parte con ustedes, porque el oficio de kohen para YHWH es su herencia; y Gad y
Reuven y la media tribu de Menasheh han recibido su herencia del otro lado del
Yarden al este, la cual Moshé el siervo de YHWH les dio” [6]. Es una vasta
meseta que se extiende unos cuatrocientos kilómetros de norte a sur,
cortada por cuatro ríos que han excavado profundos cañones en su camino
hacia el oeste hasta el río Yardén o el Mar Muerto. El primero es el río
Yarmuq, que fluye en el Yardén justo al sur del lago de Tiberias. El segundo

6 Yohoshúa (Josué) 18:7.


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es el río Jabok, que se vuelca en el Yardén aproximadamente a mitad de


camino entre el lago de Tiberias y el Mar Muerto. Allí fue donde Ya'aqov "se
quedó solo... y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba". El río Amón
desagua en medio del Mar Muerto y el rio Zered en su extremo sur. Estos ríos
constituían fronteras naturales para las tribus vecinas de Yisra'el; Amón
reclamaba el territorio entre el Jabok y el Amón, Moab el espacio entre el
Amón y el Zered (aunque a veces se desbordaba hacia el norte), y Edom el
del sur del Zered. Tal vez sea más fácil, sin embargo, visualizar la altiplanicie
del este del Yardén recordando las principales divisiones, a Bashán, la
altiplanicie al este del lago de Tiberias, la llaman "la tierra del agricultor",
porque aunque probablemente en los días de las Escrituras estaba bien
provista de bosques, era famosa por sus cosechas de cereales y por sus
carneros, corderos, cabras y bueyes, "engordados todos en Bashán".
Al sur de Bashán estaba Galaad, un término que abarca virtualmente toda la
Transjordania, entre el lago de Tiberias y el Mar Muerto. Esta es la "tierra de
montañés". Como el terreno se eleva hasta más de mil metros, las lluvias son
considerables y dan fertilidad tanto a los bosques como a los viñedos. Las
uvas de Gilead no tenían rival en todo Yisra'el, y el "bálsamo de Gilead" (una
especia aromática) era famoso. La caravana de ismaelitas a los cuales fue
vendido Yosef por sus hermanos, "venía de Gilead, y sus camellos traían
aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto”. Continuando nuestro
viaje hacia el sur por la Transjordania, viene a continuación Moav, que ocupa
el territorio montañoso al este del Mar Muerto. Aparte de las profundas
gargantas del río Amón y de algunos arroyos menores, la mayor parte de
Moav es una alta planicie.
Se la llama "la tierra del pastor". Por todas partes... hay ovejas, grandes
rebaños y líneas convergentes de ellos, como los rayos de una rueda sin
límites, que marchan entre nubes de polvo dorado para abrevar en el pozo.
También en el TANAJ leemos: “Mesha rey de Moav era un criador de ovejas, y
él solía mandar al rey de Yisra'el 100,000 ovejas y 100,000 carneros con la
lana como tributo” [7]. Desde las montañas de Moav (precisamente desde el
Monte Nebo), Moshé contempló la tierra prometida antes de morir, y en los
llanos de Moav los hijos de Yisra'el acamparon antes de cruzar el Yardén
para tomar posesión de ella. La sección más meridional de Transjordania es
Edom. En su punto más alto se eleva a unos mil doscientos metros,

7 Malajím Bet (2º Reyes) 3:4.


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dominando los desiertos del oeste, el este y el sur. Se la denomina "la tierra
del comerciante" porque a través de ella pasaba la gran ruta comercial
conocida como "el Camino del Rey". A partir de la negativa de Edom de
permitir que Yisra'el utilizara esa ruta en su marcha hacia la tierra
prometida, se suscitó una permanente enemistad entre estos dos países. Tal
es la "buena tierra" que YHWH Tzevaot (Baruj Ha'Shem) dio a nuestro
pueblo Yisra'el: una región para agricultores que cultivaban la tierra arada y
criaban ganados.

LA AGRICULTURA Y LAS LLUVIAS


Su ganado consistía mayormente en ovejas y cabras que vagaban
mezcladas en grandes rebaños por las colinas y la estepa. Las cabras
proporcionaban leche y el pelo negro con el que se hacían las tiendas de los
beduinos, mientras que las ovejas daban leche, carne y lana. Sin embargo,
como los pastores de Yisra'el criaban sus ovejas más por la lana que por
la carne, con el tiempo entre el pastor y su rebaño surgía una relación íntima:
el pastor conducía a sus ovejas, no las arreaba. Las conocía individualmente y
las llamaba por nombre; sus ovejas conocían su voz y lo seguían. Era de lo
más natural que Elohím se revelara como el "Roeh [Pastor] de Israel" que "en
su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a
las recién paridas". El "Israelita piadoso debía ser capaz de afirmar: “YHWH es
mi Pastor; nada me faltará. En lugares de verdes pastos me ha hecho morar, Él
me ha nutrido por las aguas de reposo” [8].
El Mesías, R' Yeshûa llevó esta metáfora a su plenitud al llamarse a sí mismo
"Ha'Roeh Tov” [el Buen Pastor] y al afirmar que daría su vida por sus ovejas y
saldría por el desierto a buscar, aun cuando más no fuera, a una sola de sus
ovejas extraviadas (haciendo alusión en este pasaje a la Casa de Efrayím).
Aunque muchos israelitas criaban ganado, muchos más cultivaban la tierra.
Los tres productos principales de Yisra'el se mencionan juntos en muchos
pasajes de las Escrituras. Antes de entrar en la tierra YHWH les había
prometido a su pueblo esta recompensa por su obediencia: “YHWH vuestro
Elohím... bendecirá el fruto de vuestra tierra, vuestro grano y vuestro vino y
vuestros aceites”. Cuando hubieron tomado posesión de ella, probaron la

8 Tehilím (Salmo) 23:1-2.


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fidelidad de Elohím, que les dio "vino que alegra el corazón del hombre, aceite
que hace brillar su rostro y pan que fortalece el corazón del hombre".
Pero cuando se rebelaron contra él, Elohím les quitó estas bendiciones -
mediante el hambre o la peste o las langostas- hasta que hicieran teshuváh
[arrepentimiento] y él pudiera decirles: “El los amará, los bendecirá y
multiplicará sus números; El también bendecirá el fruto de sus cuerpos y el
fruto de su tierra –su grano, vino, aceite de oliva y los jóvenes de sus reses y
ovejas –en La Tierra que El juró a sus padres que El les daría” [9]. El grano que
utilizaban para hacer su pan era mayormente trigo y cebada, el vino procedía
de los extensos viñedos y el aceite (principalmente para cocina) de los
olivares. Los olivos son particularmente rústicos y pueden sobrevivir en
terrenos pobres y aun soportar largos períodos de sequía. Otras frutas del
antiguo Yisra'el eran las granadas, y especialmente los higos, de modo que el
más dulce sueño de los israelitas en el reino mesiánico de paz y seguridad
consistía en este anuncio: “En cambio, cada persona se sentará debajo de su
viña y de su higuera, con nadie que lo moleste porque la boca de YHWH-
Tzavaot ha hablado” [10].
Para una buena cosecha la tierra dependía enteramente de la lluvia. Nuestro
pueblo sabía que no había mayor bendición de YHWH. Era "el Elohím vivo
quien hizo el cielo y la tierra y
todo lo que en ellos hay" quien
les daba "desde el cielo lluvia y
estaciones fructíferas", como
testimonio de su fidelidad. Y
tan grande es su gracia para
toda la humanidad, afirmó R'
Yeshûa, que "su Padre en el
cielo. Pues El hace brillar el sol
sobre buena y mala gente por
igual, y El manda la lluvia al justo y al injusto por igual" [11]. En términos
generales, las estaciones lluviosas de Yisra'el pueden predecirse. El verano se
extiende, desde el mes de Yyar y Sivan [mayo y junio] hasta Elul y Tishré
[septiembre y octubre], y durante esos cinco meses prácticamente no hay
lluvias, de modo que la oración de Shemuel pidiendo lluvias durante la

9 Devarím (Deuteronomio) 7:13.


10 Mijáh (Miqueas) 4:4.
11 Matityah (Mateo) 5:45b.

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cosecha del trigo equivalía a pedir un milagro. En realidad, "como no conviene


la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega, así no conviene al necio la honra".
Durante esta estación seca la única humedad procede del rocío y las neblinas
matinales, pero ambos se disipan rápidamente cuando se levanta el sol, y su
desaparición se usa como una figura de la rebeldía: “Serán como la niebla de
la mañana, y como el rocío de la madrugada que se pasa.”
Desde mediados del mes de Tishré (octubre), sin embargo, comienzan a
formarse las nubes de lluvia, y cuando ésta normalmente se precipita, a
menudo acompañada por truenos, no hay nada que hacer más que correr en
busca de protección. R' Yeshûa citó como un suceso bien conocido que una
casa mal construida podría derrumbarse durante la estación lluviosa
[Matityah (Mateo) 7:27] y, en realidad, sólo cuando uno ha visto una
tormenta entrar del Mediterráneo a través de las colinas de Yisra'el, o los
torrentes precipitarse por las laderas en el lago de Galil, sabe cuánta furia
concentrada está contenida en las palabras y “la lluvia cayó, los ríos
crecieron, y los vientos soplaron con ímpetu contra aquella casa ". Al comienzo
de la estación de las lluvias se lo denominaba usualmente "las lluvias
tempranas", y, lejos de considerárselas destructivas, se las consideraba
benéficas y, en realidad, indispensables. Sin ellas era imposible arar, pues la
tierra calcinada por el sol estaba dura como el hierro. Pero una vez que
habían comenzado las lluvias y el suelo empezaba a ablandarse,
especialmente si su llegada era tardía, el labrador tenía que desafiar el
tiempo y continuar con su arada si quería preparar su campo a tiempo para
la cosecha. R' Yeshûa tuvo en cuenta este hecho para ilustrar el coraje y la
perseverancia del talmíd [discípulo]: “Nadie que pone su mano en el arado y se
mantiene mirando hacia atrás, es digno para servir en el Reino de YHWH”.
Si las "lluvias tempranas" al comienzo de la estación lluviosa desde el mes de
Jeshván [desde noviembre] eran esenciales para la arada, las "lluvias tardías"
al final Adar y Nisán [en marzo y abril] eran esenciales para la cosecha. Sin
ellas, el grano quedaría sin cuerpo y reseco; las lluvias lo hinchaban y
maduraban para la cosecha. Y cuando finalmente los campos estaban
"blancos para la siega", entraban los labradores con sus hoces. El grano era
atado en gavillas y conducido por asnos o camellos a la era, una endurecida
superficie llana en lo alto de un otero local. Primero se lo trillaba por los
cascos de los animales o con un trillo y luego se lo aventaba. Lanzado al aire
con una horquilla, el precioso grano dorado caía a tierra para ser recogido,
mientras el viento se llevaba la paja. Esta separación del grano y la paja llegó
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a ser una imagen común del juicio divino. Así, pues, las lluvias "temprana y
tardía", a veces llamadas "las lluvias de otoño y las de primavera", constituían
el necesario preludio de una buena cosecha. Elohím mismo había vinculado
la lluvia con la cosecha y las había prometido a su pueblo si le era obediente:
“Así que si ustedes escuchan cuidadosamente a mis mitzvot que les estoy dando
hoy, amar a YHWH su Elohim y servirle con todo su corazón y todo su ser;
entonces Yo daré a su tierra la lluvia en las temporadas correctas, incluyendo
la lluvia temprana de otoño y la lluvia tardía de primavera; para que recojan
su trigo, vino nuevo, y aceite de oliva” [12].
Los labradores sabios sabían esto y aguardaban el "precioso fruto" de la
tierra, "esperando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y tardía".
Consecuentemente, cuando llegaban las lluvias estaban llenos de gratitud a
Elohím por su misericordia. En la Escritura no hay un relato más poético de
su cosecha que el registro del Tehilím [Salmo] 65. Obsérvese la referencia a
las lluvias tempranas que riegan la tierra y el duro suelo, haciendo "que se
empapen sus surcos", ablandándola y "coronando" el año unos ocho meses
después, cuando "los valles se cubren de grano": “Tú has visitado la tierra y la
has saturado, la enriqueces grandemente. El río de Elohim, lleno de agua, los
provees con grano y preparas la tierra. Haces que se empapen los surcos
asentando el suelo, lo suavizas con lluvias y bendices su crecimiento. Coronas el
año con bienes, riqueza abunda en tus sendas. Los pastizales del desierto
destilan agua, las colinas están envueltas con gozo, las praderas se visten con
rebaños y los valles se blanquean con grano, así que ellos gritan de alegría y
rompen en una canción” [13].

LOS TRES FESTIVALES ANUALES [DEVARIM 16:16]


En vista de la estrecha relación de Yisra'el con la tierra, como comunidad
agrícola, no es extraño que sus tres festivales anuales tuvieran tanto una
significación agrícola como religiosa. En cada convocación se adoraba al
Elohím creador de la naturaleza y de la gracia, al Único Elohím, Adón [Señor]
de la tierra y de Yisra'el. La fiesta de Pesaj (‫[ )פחס‬Pascua], seguida
inmediatamente por fiesta del matzáh [pan sin levadura], conmemoraba
primordialmente la redención de nuestro pueblo de la esclavitud en

12 Devarím (Deuteronomio) 11:13-14.


13 Tehilím 65:9-13.
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Mitzrayím [Egipto]. Pero además tenía lugar a mediados de Nisán [abril],


cuando podía agitarse humilde y agradecidamente ante Elohím la primera
espiga de cebada madura. La segunda era la fiesta de Shavuot, llamada la
fiesta de las “Primicias o de la Cosecha”, llamada también la fiesta de las
“Semanas” o secularmente, “Pentecostés” debido a que se celebraba siete
semanas (o cincuenta días) después de Pésaj, esto es, hacia principios del
mes de Siván [junio], y como acción de gracias por la terminación de la
cosecha de cereales -trigo y cebada.
Más tarde llegó a conmemorar también la entrega de la Toráh en el monte
Sinaí, tal vez porque en relación con ella se había dicho a Yisra'el: “Entonces
tengan cuidado de no olvidarse de YHWH su Elohim, quien los sacó de la tierra
de Mitzrayim, donde vivían como esclavos… observen diligentemente los
mitzvot de YHWH su Elohim, y sus
instrucciones y leyes que Él les ha
dado… YHWH nos ordenó observar
todas estas leyes, temer a YHWH
nuestro Elohim siempre por nuestro
propio bien, para que Él nos
mantenga vivos, como estamos hoy”
[14]. El último de los tres festivales

anuales, era la fiesta de Sukkot


[Cabañas o Tabernáculos]. Durante
siete días el pueblo tenía que
habitar en cabañas hechas de
ramas de árboles. El propósito de
Elohím al exigirlo así estaba claro:
“Guardarán la Festividad de Sukkot
por siete días después que hayan
recogido el producto de su era y
prensa de vino. Regocíjense en su
Festividad –ustedes, sus hijos e hijas,
sus esclavos y esclavas, los Leviim, y los extranjeros, huérfanos y viudas que
vivan entre ustedes. Por siete días guardarán la Festividad para YHWH su
Elohim en el lugar que YHWH su Elohim escoja, porque YHWH su Elohim los
bendecirá en todas sus cosechas y en todo su trabajo, ¡así estarán llenos de

14 Devarím (Deuteronomio) 6:12, 17, 24.


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alegría!”
Pero a este festival se lo conocía también como la fiesta de la “Recolección”,
porque tenía lugar a mediados del mes de Tishrei [octubre], seis meses
después de Pésaj, tiempo para el cual habían sido almacenados los productos
de las viñas y olivares así como de los campos de cereales. La observancia de
estos tres festivales anuales era obligatoria. Elohím había dicho: “Tres veces
al año tienes que observar una festividad para mí. Guarda la festividad de
matzah: por siete días, como Yo te ordené, tienes que comer matzah en el
tiempo determinado en el mes de Aviv; porque fue en ese mes que saliste de
Mitzrayim. Nadie se presentará delante de mí con las manos vacías. Sigue la
festividad de la cosecha, los primeros frutos de tu esfuerzo, que hayas
sembrado en el campo; y último, la festividad de la recogida, al final del año,
cuando recojas del campo el resultado de tus esfuerzos” [15].
Desde un punto de vista, estos festivales conmemoraban señaladas mercedes
del Elohím del Pacto con Yisra'el, ya que primero nos redimió de la
esclavitud egipcia, luego nos dio la Toráh en el monte del Sinaí y después fue
propicio sobre nuestros antepasados, ya que los provisionó durante su
peregrinar por el desierto. Desde otro punto de vista, estas tres fiestas eran
fiestas de la cosecha, que señalaban respectivamente el comienzo de la
cosecha de la cebada, e final de la cosecha del trigo y el final de la cosecha de
las frutas. De este modo Yisra'el debía honrar a Elohím como el Elohím de la
creación y como el Elohím de la salvación. Luego cuando el pueblo de
Yisra'el entrara en la tierra de la promesa, debía hacer algo que diera
testimonio de ambos hechos: "Cuando vengas a La Tierra que YHWH tu
Elohim te está dando como tu herencia, hayas tomado posesión de ella y
asentado allí; tomarás los primeros frutos de todas las siembras que la tierra
dé, cuales tú cosecharás de tu tierra que YHWH tu Elohim te está dando, los
pondrás en una cesta e irás al lugar que YHWH tu Elohim escoja para que Su
Nombre habite. Te acercarás al kohen que esté en oficio en ese tiempo y dirás a
él: 'Hoy yo declaro a YHWH tu Elohim que yo he venido a La Tierra que YHWH
juró a nuestros padres que Él nos daría… Por lo tanto, como puedes ver, yo
ahora he traído los primeros frutos de La Tierra cuales, YHWH, me ha dado… y
te alegrarás de todo el bien que YHWH tu Elohim te ha dado” [16]. Aquí había,
sin duda, un rico simbolismo. La canasta de frutos era un símbolo de "todo el

15 Shemot (Éxodo) 23:14-16.


16 Devarím (Deuteronomio) 26:1-3, 10-11a.
Clase 7 – “La Tierra de los Kitvei Ha’Kodesh” Página 121
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bien" que YHWH había dado a Yisra'el. Era el fruto de la tierra, fruto que
YHWH había hecho crecer. ¿Pero qué tierra? La tierra que también YHWH les
había dado, como había jurado a sus padres. El fruto era un simbolismo de la
creación y la redención, porque era el fruto de la tierra prometida.

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