La Tierra de Los Kitvei Ha'Kodesh
La Tierra de Los Kitvei Ha'Kodesh
La Tierra de Los Kitvei Ha'Kodesh
KITVEI HA’KODESH
(Escritos de la Santidad)
CLASE Nº 7
en el sentido de que allí está la "tierra prometida" que Elohím apartó para
Avraham unos dos mil años antes de la venida del Mesías; allí vivió y murió
el Salvador del mundo; y allí comenzó la predicación de la Besoráh ()בשורה
[Buenas Nuevas] a todo el mundo, y esta fe de los primeros creyentes
mesiánicos habría de sobrevivir al imperio romano y cambiar el curso de la
historia hasta nuestros días.
Además, los creyentes mesiánicos creen en la providencia de Elohím. No
podemos imaginar, por lo tanto, que la elección de Yisra'el como escenario
del drama de la salvación fuese accidental. Una de sus características más
llamativas es que actúa como una suerte de puente entre tres continentes.
Europa Asia y África convergen sobre la margen oriental del Mediterráneo y
sus ciudadanos se han entremezclado una y otra vez en sus viajes
comerciales por mar y tierra. En consecuencia Yisra'el no sólo fue invadida y
sometida por ejércitos de África, Asia y Europa, primeramente por los
egipcios, luego asirios, babilonios y persas, y finalmente griegos y romanos,
sino que además se convirtió en una admirable catapulta para el
contraataque “espiritual”; “los soldados” y Sheliajím ([ ש(לםיחוEmisarios] de
R' Yeshûa Ha'Mashiaj marcharon el norte, el sur, el este y el oeste, a la
conquista del mundo llevando la Besoráh [Buenas Nuevas] de redención. “¡y
serán mis testigos!”, habían sido sus últimas palabras. “En Yerushalayim, en
todo Yehudáh y Shomron [Samaria]; en verdad hasta lo último de la tierra!".
Estratégicamente, pues, Elohím había puesto a Yerushalayím "en el medio de
las naciones”.
Yisra'el es conocida por los gentiles como la tierra de ''Palestina”. Éste
nombre fue puesto por los romanos dado que en la región vivían “filisteos”
[Plishtim], que ocupaban una pequeña porción al sudoeste de la misma, es
en sí sólo una porción de historia del TANAJ. La escena más vasta ha sido
denominada a menudo como la "Fértil media luna", debido a que se
extiende en un semicírculo desde Mitzrayím [Egipto] hasta Mesopotamia,
desde el valle del Nilo hasta la llanura aluvial regada por los ríos Éufrates
y Tigris, encerrando el árido desierto arábigo. Para entender la historia del
pueblo de Elohím es necesario tener en mente esta media luna y los dos
grandes ríos que forman sus extremidades: Elohím llamó a Avraham de Ur de
los Caldeos, situada sólo a unos quince kilómetros del río Éufrates, en el sur
de Iraq, y a Moshé de Mitzrayín, donde apenas escapó de ser ahogado en el
Nilo cuando era niño. Las mismas palabras "Mitzrayín" [Egipto] y "Bavel"
[Babilonia] recordaban a nuestro pueblo las iniciativas salvadoras de
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LA FRANJA DE LA COSTA
La franja costera varía en anchura desde unos cuantos centenares de metros,
a la altura en que el Monte Carmelo desciende hacia el mar (donde está
situado el moderno puerto de Haifa), hasta unos cincuenta kilómetros, en su
extremo sur. Esta parte sur era la antigua tierra de los Plishtim [filisteos].
Allí se encontraban las cinco ciudades principales de los filisteos: Gaza, la
más meridional, sobre el gran camino la costa que corre desde Egipto a unos
cinco kilómetros hacía el interior; Ascalón, veinte kilómetros al norte y sobre
el mar; Ashdod, trece kilómetros más al norte, y otra vez sobre el camino;
Ekrón, más al norte y más al interior, y Gat en medio de la llanura. La Sefela o
llanura está inmediatamente al este de la llanura de los Plishtim. No es
sorprendente, por lo tanto, leer que los los plishtim se habían extendido por
las ciudades de la sefela. Entre sus árboles, sus sicómoros eran proverbiales;
así se pudo decir que Sh'lomó [Salomón] hizo que en Yersuhalayín
abundaran "los cedros como cabrahigos (sicómoros) de la sefela". Sus laderas
LA MESETA CENTRAL
La cadena de montañas central de Yisra'el empieza en Galil [Galilea], cuyas
sierras y valles fueron el ambiente de la niñez de R' Yeshûa y de gran parte de
su ministerio público. Los picos de la alta Galil se elevan a más de mil metros,
y desde las colinas que rodean a Netzaret, en la baja Galil, aunque no muy
superiores a los quinientos metros, en un día claro puede verse el
Mediterráneo a sólo veintiséis kilómetros al noroeste. El gráfico a
continuación es una perspectiva o perfil transversal de los mapas anteriores.
Es como si estuviéramos parados al sur del Mar Salado (Muerto) y
miráramos hacia el norte. Así quedan distribuidos los terrenos de Yisra'el
quedando el este a la derecha y el oeste a la izquierda.
3 Shemuel Álef (1º Samuel) 31:1 / Shemuel Bet (2º Samuel) 1:17,19, 21.
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los Olivos yace inmediatamente al este de Yerushalayín, al otro lado del valle
de Cedrón, y desde su cima el camino corre hacia el este a través de la tierra
más árida imaginable, descendiendo más de mil metros hasta Jericó y
continuando hasta el Mar Muerto. Mientras hacía este viaje de dos días a pie
los bandidos atacaron al viajero de la parábola de R' Yeshûa auxiliado luego
por el Buen Samaritano. Toda la región entre Yerushalayín y el Mar Muerto
se conoce como el desierto de Yehudáh, y en algún lugar de este desolado
escenario R' Yeshûa pasó cuarenta días después de hacer teviláh ()טהליב
[Inmersión], ayunando y siendo tentado por ha'shatán.
ERETZ YISRA'EL
Los Evangelios llaman a menudo al lago de Tiberias "el Mar de Sineret" (o
Genesaret), pero por lo general "el Mar de Galil", aunque para el escritor
Luqa, que había viajado mucho y conocía de primera mano el Mar Mediterrá-
neo, siempre es un "lago", en realidad, ¿está acertado? pues tiene sólo veinte
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las montañas de Moab, mientras que sobre el oeste se perfilan las desnudas
laderas de las montañas de Yehudáh. Aquí (en Qumrán) vivió la comunidad
monástica de los esenios antes y durante la época del Mesías, y aquí, en
algunas de las cuevas que perforan las colinas, fueron hallados hace muy
pocos años los rollos del Mar Muerto. El calor intenso (hasta 44 grados
centígrados en verano), la gran evaporación y las escasas lluvias hacen que el
nivel de aguas del Mar Muerto permanezca constante a pesar de las
corrientes de agua que afluyen y la falta de toda salida. El agua contiene
depósitos sumamente concentrados de minerales (especialmente sal,
potasio y magnesio) que hacen imposible la vida de peces. Parece que Sedom
y Amora [Sodoma y Gomorra], “las ciudades de la llanura”, habrían estado
situadas en el área ahora cubierta por el extremo sur del Mar Muerto. Y no es
imposible que el “fuego y azufre” que Elohím hizo “llover” sobre ellas, junto
con la “estatua de sal” en que se convirtió la esposa de Lot, fueran resultado
de un terremoto y una erupción que Elohím usó para destruirlas por su
impiedad. La Araváh continúa al sur del Mar Muerto hasta llegar al Mar Rojo
y el golfo de Akaba. Aquí se encontraba el puerto de Ezión-Geber
(equivalente de la moderna Elat), que daba acceso a Yisra'el por mar al
comercio de África y Asia. “Hizo también el rey Shlomó naves en Etziyon-
Gever…” [Malajím Álef (1º Reyes) 9:26]. Se exportaba el cobre de las minas
cercanas que Shlomó hacía explotar, y las importaciones incluían cosas tan
exóticas como “oro, plata, marfil, monos y pavos reales”.
LA ALTIPLANICIE ORIENTAL
La cuarta franja de la región Yisra'el corresponde a la altiplanicie oriental,
entre el valle del Yardén y el desierto de Arabia. Esta era la superficie
heredada por dos y media de las tribus de Yisra'el: “Pero los Leviim no tienen
parte con ustedes, porque el oficio de kohen para YHWH es su herencia; y Gad y
Reuven y la media tribu de Menasheh han recibido su herencia del otro lado del
Yarden al este, la cual Moshé el siervo de YHWH les dio” [6]. Es una vasta
meseta que se extiende unos cuatrocientos kilómetros de norte a sur,
cortada por cuatro ríos que han excavado profundos cañones en su camino
hacia el oeste hasta el río Yardén o el Mar Muerto. El primero es el río
Yarmuq, que fluye en el Yardén justo al sur del lago de Tiberias. El segundo
dominando los desiertos del oeste, el este y el sur. Se la denomina "la tierra
del comerciante" porque a través de ella pasaba la gran ruta comercial
conocida como "el Camino del Rey". A partir de la negativa de Edom de
permitir que Yisra'el utilizara esa ruta en su marcha hacia la tierra
prometida, se suscitó una permanente enemistad entre estos dos países. Tal
es la "buena tierra" que YHWH Tzevaot (Baruj Ha'Shem) dio a nuestro
pueblo Yisra'el: una región para agricultores que cultivaban la tierra arada y
criaban ganados.
fidelidad de Elohím, que les dio "vino que alegra el corazón del hombre, aceite
que hace brillar su rostro y pan que fortalece el corazón del hombre".
Pero cuando se rebelaron contra él, Elohím les quitó estas bendiciones -
mediante el hambre o la peste o las langostas- hasta que hicieran teshuváh
[arrepentimiento] y él pudiera decirles: “El los amará, los bendecirá y
multiplicará sus números; El también bendecirá el fruto de sus cuerpos y el
fruto de su tierra –su grano, vino, aceite de oliva y los jóvenes de sus reses y
ovejas –en La Tierra que El juró a sus padres que El les daría” [9]. El grano que
utilizaban para hacer su pan era mayormente trigo y cebada, el vino procedía
de los extensos viñedos y el aceite (principalmente para cocina) de los
olivares. Los olivos son particularmente rústicos y pueden sobrevivir en
terrenos pobres y aun soportar largos períodos de sequía. Otras frutas del
antiguo Yisra'el eran las granadas, y especialmente los higos, de modo que el
más dulce sueño de los israelitas en el reino mesiánico de paz y seguridad
consistía en este anuncio: “En cambio, cada persona se sentará debajo de su
viña y de su higuera, con nadie que lo moleste porque la boca de YHWH-
Tzavaot ha hablado” [10].
Para una buena cosecha la tierra dependía enteramente de la lluvia. Nuestro
pueblo sabía que no había mayor bendición de YHWH. Era "el Elohím vivo
quien hizo el cielo y la tierra y
todo lo que en ellos hay" quien
les daba "desde el cielo lluvia y
estaciones fructíferas", como
testimonio de su fidelidad. Y
tan grande es su gracia para
toda la humanidad, afirmó R'
Yeshûa, que "su Padre en el
cielo. Pues El hace brillar el sol
sobre buena y mala gente por
igual, y El manda la lluvia al justo y al injusto por igual" [11]. En términos
generales, las estaciones lluviosas de Yisra'el pueden predecirse. El verano se
extiende, desde el mes de Yyar y Sivan [mayo y junio] hasta Elul y Tishré
[septiembre y octubre], y durante esos cinco meses prácticamente no hay
lluvias, de modo que la oración de Shemuel pidiendo lluvias durante la
a ser una imagen común del juicio divino. Así, pues, las lluvias "temprana y
tardía", a veces llamadas "las lluvias de otoño y las de primavera", constituían
el necesario preludio de una buena cosecha. Elohím mismo había vinculado
la lluvia con la cosecha y las había prometido a su pueblo si le era obediente:
“Así que si ustedes escuchan cuidadosamente a mis mitzvot que les estoy dando
hoy, amar a YHWH su Elohim y servirle con todo su corazón y todo su ser;
entonces Yo daré a su tierra la lluvia en las temporadas correctas, incluyendo
la lluvia temprana de otoño y la lluvia tardía de primavera; para que recojan
su trigo, vino nuevo, y aceite de oliva” [12].
Los labradores sabios sabían esto y aguardaban el "precioso fruto" de la
tierra, "esperando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y tardía".
Consecuentemente, cuando llegaban las lluvias estaban llenos de gratitud a
Elohím por su misericordia. En la Escritura no hay un relato más poético de
su cosecha que el registro del Tehilím [Salmo] 65. Obsérvese la referencia a
las lluvias tempranas que riegan la tierra y el duro suelo, haciendo "que se
empapen sus surcos", ablandándola y "coronando" el año unos ocho meses
después, cuando "los valles se cubren de grano": “Tú has visitado la tierra y la
has saturado, la enriqueces grandemente. El río de Elohim, lleno de agua, los
provees con grano y preparas la tierra. Haces que se empapen los surcos
asentando el suelo, lo suavizas con lluvias y bendices su crecimiento. Coronas el
año con bienes, riqueza abunda en tus sendas. Los pastizales del desierto
destilan agua, las colinas están envueltas con gozo, las praderas se visten con
rebaños y los valles se blanquean con grano, así que ellos gritan de alegría y
rompen en una canción” [13].
alegría!”
Pero a este festival se lo conocía también como la fiesta de la “Recolección”,
porque tenía lugar a mediados del mes de Tishrei [octubre], seis meses
después de Pésaj, tiempo para el cual habían sido almacenados los productos
de las viñas y olivares así como de los campos de cereales. La observancia de
estos tres festivales anuales era obligatoria. Elohím había dicho: “Tres veces
al año tienes que observar una festividad para mí. Guarda la festividad de
matzah: por siete días, como Yo te ordené, tienes que comer matzah en el
tiempo determinado en el mes de Aviv; porque fue en ese mes que saliste de
Mitzrayim. Nadie se presentará delante de mí con las manos vacías. Sigue la
festividad de la cosecha, los primeros frutos de tu esfuerzo, que hayas
sembrado en el campo; y último, la festividad de la recogida, al final del año,
cuando recojas del campo el resultado de tus esfuerzos” [15].
Desde un punto de vista, estos festivales conmemoraban señaladas mercedes
del Elohím del Pacto con Yisra'el, ya que primero nos redimió de la
esclavitud egipcia, luego nos dio la Toráh en el monte del Sinaí y después fue
propicio sobre nuestros antepasados, ya que los provisionó durante su
peregrinar por el desierto. Desde otro punto de vista, estas tres fiestas eran
fiestas de la cosecha, que señalaban respectivamente el comienzo de la
cosecha de la cebada, e final de la cosecha del trigo y el final de la cosecha de
las frutas. De este modo Yisra'el debía honrar a Elohím como el Elohím de la
creación y como el Elohím de la salvación. Luego cuando el pueblo de
Yisra'el entrara en la tierra de la promesa, debía hacer algo que diera
testimonio de ambos hechos: "Cuando vengas a La Tierra que YHWH tu
Elohim te está dando como tu herencia, hayas tomado posesión de ella y
asentado allí; tomarás los primeros frutos de todas las siembras que la tierra
dé, cuales tú cosecharás de tu tierra que YHWH tu Elohim te está dando, los
pondrás en una cesta e irás al lugar que YHWH tu Elohim escoja para que Su
Nombre habite. Te acercarás al kohen que esté en oficio en ese tiempo y dirás a
él: 'Hoy yo declaro a YHWH tu Elohim que yo he venido a La Tierra que YHWH
juró a nuestros padres que Él nos daría… Por lo tanto, como puedes ver, yo
ahora he traído los primeros frutos de La Tierra cuales, YHWH, me ha dado… y
te alegrarás de todo el bien que YHWH tu Elohim te ha dado” [16]. Aquí había,
sin duda, un rico simbolismo. La canasta de frutos era un símbolo de "todo el
bien" que YHWH había dado a Yisra'el. Era el fruto de la tierra, fruto que
YHWH había hecho crecer. ¿Pero qué tierra? La tierra que también YHWH les
había dado, como había jurado a sus padres. El fruto era un simbolismo de la
creación y la redención, porque era el fruto de la tierra prometida.