Los Deseos de Polet

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PERSONAJES

Polet: Alumno de primaria y protagonista.

Francisco: Compañero de Polet.

Daniel: Compañero de Polet.

Mónica: Compañera de Polet.

Sandra: Compañera de Polet.

Ana: Compañera de Polet.

La Envidia: Una figura vestida de negro con capucha que representa la envidia.

Sebas: Compañero de Polet.

Pili: Compañera de Polet.

Pensamiento de Pili: Una voz en off que representa el pensamiento de Pili en un


momento dado.

(Se abre el telón y en el escenario se ve un patio de colegio que puede tener dibujado de
fondo el edificio de las aulas y columpios.

También hay un banco en el centro donde poder sentarse)

(Aparece Polet. Tras él y siguiéndole muy de cerca, va una figura vestida toda de negro
con capucha, es la envidia)

POLET: Estoy harto, siempre con el mismo rollo. El primer día de clase siempre igual:
“Mira qué estuche de cuatro pisos, con olor a fresa, rotuladores, colores, minas, una
goma que habla…” Ña, ña, ña. Mochilas nuevas, carpetas nuevas… ¡Pero, qué pesados!
Si pudiera, se lo tiraba todo al río.

(Entra Francisco)

FRANCISCO: Hola, Polet ¿Qué tal este verano?

POLET: No ha estado mal, me he quedado en casa, como siempre. Pero me lo he


pasado bien.

FRANCISCO: Pues nosotros nos hemos ido a la playa, a Alcocebre. Hemos estado en
un apartamento.
POLET: Pues vaya rollo. Sin conocer a nadie habrás estado más solo que la una.

FRANCISCO: ¡Qué va! Para los apartamentos había un club infantil, el club
“Diverboy” y nos hacían actividades, juegos y conocí a un montón de niños/as. Abrían
de 9 de la mañana a 6 de la tarde.

POLET: O sea que has estado todo el verano como si fueras al colegio, ¿no? Lo que yo
digo, un rollazo. Y además la próxima excursión es justo allí. Yo que tú no volvería.

FRANCISCO: ¿Pero qué dices? Me lo he pasado genial y me va a encantar volver allí.


Lo estoy deseando. (Se va enfadado)

POLET: A la playa ¡Qué asco! La arena, las medusas ¡Puag! Si pudiera la rellenaba
todas con piedras y tierra.

(Aparece Daniel)

DANIEL: ¿Qué pasa Polet? No te he visto en todo el verano. Yo he estado aquí porque
mis padres no podían pagar las vacaciones, así que nos hemos tenido que quedar en
casa.

POLET: Eso está muy bien ¿Quieres sentarte un poco conmigo?

DANIEL: Si, claro y del todo también.

(Se sientan en el banco)

POLET: Pues sí que te lo habrás pasado mal ¿No?

DANIEL: Bueno, un poco. Sólo hasta que vino mi abuela y me regaló este reloj. (Se lo
enseña) Tiene calculadora y tres juegos geniales, uno de ellos es de Tetris ¿Quieres
jugar?

POLET: A ver (le coge la muñeca), ni siquiera es Casio. En dos días roto, seguro,
porque estas cosas de los “chinos” ya se sabe.

DANIEL: Yo no sé si es Casio, Casia, chino o china pero me da igual. A mi me gusta


mucho. Es el mejor regalo que me han hecho en mi vida ¿por qué no lo pruebas?

POLET: Porque la pantalla es muy pequeña y además en blanco y negro. Hijo te han
engañado como a un tonto ¡Eso no vale na!

DANIEL: (Levantándose) Pues mira, a mí me gusta y si no quieres jugar, tú te lo


pierdes.

(Daniel se va)

(La envidia se pone a darle un masaje en los hombros a Polet)


POLET: Sólo tú me entiendes. Éstos siempre presumiendo. Si pudiera le cogía el reloj y
se lo rompía. Total para lo que le va a durar… Mira, por ahí vienen Sandra y Mónica,
las gemelas. Éstas seguro que no traen nada nuevo porque en su casa me han dicho que
sólo comen patatas y que se visten con la ropa que les dan.

(Polet se levanta del banco y sale a su encuentro)

POLET: ¡Hola, chicas! ¿Qué tal el verano?

MÓNICA: Bueno, nada especial. En casa.

SANDRA: Este año no hemos podido ir ni a la piscina.

POLET: Pobrecitas ¿NO? Os habréis aburrido un montón sin hacer nada. ¿Queréis
sentaros un ratito conmigo?

MÓNICA: Bien.

(Se sientan los tres en el banco)

POLET: Pues yo he estado en casa también, pero he estado genial. Jugaba con mi perro,
iba a la piscina todas las mañanas…

SANDRA: Nosotras no tenemos perro…

POLET: (Interrumpiéndole) ¡Pobrecitas! Ni siquiera tenéis perro…

SANDRA: Perro no, pero nos tenemos la una a la otra ¿A que sí?

MÓNICA: Sí. ¿Te acuerdas de aquel día que estábamos en casa y nos bañamos en la
bañera las dos?

SANDRA: ¡Claro! ¿Cómo se me va a olvidar? Vaciamos todo el gel de baño y cuando


llenamos la bañera había un montón de espuma.

MÓNICA: (Riéndose) Empezaron a escocernos los ojos y salimos de la bañera


corriendo a enjuagarnos con el agua del grifo…

SANDRA: (Riéndose también)… y como se nos olvidó cerrar el agua, empezó a salirse
toda la espuma.

MÓNICA: Se llenó todo el baño de espuma y agua y al abrir la puerta…

POLET: Vale, vale, vale. Medida hora de diversión en todo el verano no está mal.

MÓNICA: De media hora nada, nos han pasado muchas cosas ¿Te acuerdas del día ese
que…?

POLET: ¿Por lo menos os habrán castigado, no?

MÓNICA: No pueden, porque a nosotras no nos pueden castigar sin amigos.


SANDRA: Nosotras tenemos a nuestra mejor amiga en casa.

POLET: ¿Y no os cansáis de veros la cara todos los días? ¡Qué pesadez!

SANDRA: No, nos queremos mucho.

POLET: Seguro que discutís un montón.

MÓNICA: A veces, pero no cambiaría por nada del mundo a mi hermana.

SANDRA: Ni yo.

POLET: Sois unas “caldosas”.

MÓNICA: No se qué es eso pero creo que no.

(Se levantan para irse)

SANDRA: Hasta luego, Polet.

MÓNICA: Nos vamos.

POLET: Adiós, adiós, “pareja” (Con rintintín)

(Cuando ya se han marchado, Polet se levanta del banco paseando de un lado a otro.
La envidia le sigue de cerca)

POLET: (Burlándose) “Nos tenemos la una a la otra”. Son unas petardas, si pudiera
mandaba a vivir a una a Alicante y a la otra a Castellón. ¡Bien lejos!

(Entra Ana)

ANA: ¡Chico! ¿Qué haces aquí hablando solo?

POLET: Nada, nada, cosas mías. ¿Has traído estuche nuevo?

ANA: Sí.

POLET: ¿Y mochila nueva?

ANA: Sí.

POLET: ¿Te has ido de vacaciones?

ANA: Sí.

POLET: ¿Y qué quieres? ¿A qué has venido? ¿A restregármelo por las narices? Coge tu
estuche nuevo, tu mochila nueva y tus vacaciones y te vas de mi vista ¿Vale?

(Ana se pone a llorar y se va)

POLET: Habrase visto, qué desfachatez, venir presumiendo de esta manera. Si pudiera
le borraba la memoria.
(La Envidia saca una varita mágica y se pone en el centro del escenario)

ENVIDIA: Todos tus deseos son mis órdenes. (Agita la varita y se coloca de nuevo
cerca de Polet)

(Aparece Sebas)

SEBAS: Polet, Polet ¿Te has enterado?

POLET: ¿Qué pasa?

SEBAS: Que han entrado ladrones al colegio. Mientras estábamos todos aquí, en el
patio, han entrado y se han llevado todo: estuches, mochilas, calculadoras…¡Todo!

POLET: Pero ¿Cómo es posible?

SEBAS: Y eso no es todo. La directora ha pillado en pleno robo y han echado a huir.
Como no podían escapar con tanto peso, a la altura del puente, han tirado todo al río.

POLET: Pero ¿Los han cogido?

SEBAS: No, se han escapado.

POLET: No, digo los estuches y todo eso.

SEBAS: ¡Qué va! Se ha ido todo con la corriente. ¡Eh, Santi! ¿Sabes qué ha pasado?
(Mirando hacia adentro)

(Sebas desaparece por el lateral)

POLET: ¡Madre mía! La que se va a montar.

(Entra Pili llorando)

POLET: ¡Ay! Te acompaño en el sentimiento, ya me han contando. Tu estuche con


radio se ha ido al río ¡Qué lastima! (Irónico) Pero no llores que como nos hemos
quedado sin material escolar no tendrán más remedio que adelantar la excursión.

PILI: ¡Qué va! Eso tampoco se puede (sin parar de llorar) resulta que un barco que iba
cargado de sacos de tierra y grava para la construcción de una plaza de toros en
Alcoceber, ha encallado en la playa y han caído todos los sacos. Así que la playa está
llena de tierra y piedras y han tenido que cerrarla al público que la despejen. ¡Adiós
excursión!

POLET: ¡Qué mala suerte! ¡Habrá sido…? (Mirando a la envidia de reojo) No, no,
puede ser.

PILI: ¿Qué dices?

POLET: Nada, cosas mías ¿Sabes dónde puede estar Daniel?


PILI: Hace un momento estaba jugando con su reloj en el banco que hay justo a la
entrada.

POLET: ¿El que tiene roto al respaldo? ¡Ay, ay, ay! ¡Tengo que avisarle!

(Polet sale corriendo y la Envidia se queda al lado de Pili que se transforma)

PILI: ¡Pues vaya! Qué más le dará a él que se caiga o no. Y ahora que lo pienso… todos
los cursos se van de excursión menos nosotros ¡Serán morrudos! (Se va)

TELÓN

(Se abre el telón y aparecen Polet y Daniel sentados en el banco. Daniel está llorando)

POLET: Venga, Daniel, no llores. Seguro que se podrá arreglar.

DANIEL: Era lo más chulo que me habían regalado en la vida. ¡Mi abuela me va a
matar! (Llorando)

POLET: Pero hombre, debía ser el único de todo el colegio que no sabía que el banco
estaba roto. Lo importante es que tú no te has hecho nada, ¿no? El reloj se puede
arreglar, ya lo verás. Mi tío es relojero, esta tarde iremos y que lo arregle.

(Entra Ana)

ANA: ¡Hola! ¿Dónde estoy? (Mirando a todos lados)

POLET: (Echándose las manos a la cabeza) Buenooo, pues sí que estamos bien,
perdona Dani, espera aquí un momento. (Se levanta y va al encuentro de Ana) Hola,
Ana, soy Polet.

ANA: Encantada ¿Me puedes decir dónde estoy?

POLET: Esto es grave.

ANA: ¿Grave? No conozco este lugar.

POLET: ¿Te has dado algún golpe o algo?

ANA: No me acuerdo.

POLET: ¿De qué te acuerdas?

ANA: De nada.

POLET: A ver, Ana. Estamos en el colegio. Es el primer día de clase después de


vacaciones. Vamos a cuarto de primaria, nuestra señorita se llama Carmen…

ANA: ¿Y yo? ¿Cómo me llamo yo?


POLET: Ana, te llamas Ana ¡Señor, pero qué he hecho! Siéntate con Daniel un poco,
Daniel es compañero tuyo también. (la acompaña hasta el banco y se separa un poco de
ellos).

POLET: (Contando con los dedos) A ver, los estuches al río, la playa empedrada,
Daniel sin reloj, Ana sin memoria… ¡Las gemelas, me faltan las pobres gemelas!

(Entra Pili seguida muy de cerca de la Envidia)

PILI: ¡Qué pesadas esas niñas con sus coleteros de Disney y esos chicos con el balón de
reglamento que parece que nunca han visto otro, y ese otro con el brazo escayolado
¡Qué morro! Si pudiera…

(En ese momento Polet se abalanza sobre ella y le tapa la boca)

POLET: ¡No! ¡No lo digas! No lo digas o te arrepentirás. A mí me ha pasado y toda la


culpa la tiene ella (señalando a la Envidia). Tenemos que echarla de aquí. ¿No te das
cuenta? La Envidia nos hace peores personas y desear cosas malas a los demás.

PILI: Yo no tengo envidia.

POLET: Ahora verás (se arremanga el camal del pantalón) Mira, esta herido me la hice
ayer con el pedal de la bicicleta. Me dolió mucho y ahora está cicatrizando.

PENSAMIENTO DE PILI (VOZ EN OFF): ¡Qué bonita! ¡Tiene forma de manzana!


¡Qué suerte tener una herida así! Me gustaría… ¿Pero qué estoy diciendo?

PILI: ¡Dios mío!

POLET: ¿A que has deseado tener una? Cuando la Envidia nos acompaña, hasta la cosa
más fea o más tonta nos parece mejor que cualquier cosa que tenemos nosotros. Y no
sólo eso, nos hace hacer daño a nuestros amigos y desear cosas malas para ellos.

PILI: Esto es terrible ¿Y qué podemos hacer?

POLET: Tenemos que echarla.

PILI: ¿Cómo?

(Polet susurra algo al oído de Pili. Ésta asiente con la cabeza)

(Pili se acerca a Ana)

PILI: Hola, Ana. Qué vestido más bonito llevas hoy. Me encanta el colorido y tiene un
corte superelegante.

POLET: Y los zapatos son geniales, con esas dos borlitas de flecos.

(Ana va mirando extrañada su ropa y sus zapatos. La Envidia se tapa los oídos y se
agita)
PILI: Y tú Daniel, tienes un color de pelo precioso. Tan liso y suave como la seda (Se lo
toca) Tienes que decirme el suavizante que usas. Es una maravilla al tacto.

(Daniel se queda también extrañado. La Envidia se agita con más fuerza)

PILI: Y todo hay que decirlo, me encantan tus zapatillas, Polet, son fantásticas ¿Son de
tacos?

POLET: Si, para futbito.

PILI: ¿Juegas al futbito?¡Eso está muy bien! Yo juego al baloncesto.

POLET: Sí, ya lo sé y también sé que juegas muy bien. Creo que eres una de las
mejores del equipo ¡Enhorabuena!

(La Envidia se tira al suelo y patalea)

POLET: Yo no soy muy bueno en fútbito, pero me alegro mucho por ti.

PILI: Gracias, Polet. Pero no desesperes, ya irás mejorando. Sin embargo tus notas son
muy altas en lengua, inglés y matemáticas, eres el que más sobresalientes saca. No se
puede ser bueno en todo.

(La Envidia se va arrastrándose)

PILI: ¡Mira, Polet! ¡Se va!

POLET: ¡Lo conseguimos, Pili! ¡Se ha marchado!

(Polet y Pili saltan de alegría y se abrazan)

PILI: ¡Has estado genial!

POLET: No, tú has estado genial.

PILI: Bueno, los dos.

ANA: (Acercándose a ellos) ¡Pero qué hacéis? Están todos tristes porque han perdido
sus cosas y vosotros aquí bailando.

POLET: (Abrazándola también) ¡Ana, has recuperado la memoria! ¡Es estupendo!

ANA: Estáis como cabras (Se va)

(Polet y Pili se acercan a Daniel)

POLET: Daniel, mira el reloj a ver.

DANIEL: ¡Milagro! ¡Ya va! ¡Ya va! (Daniel se marcha)

PILI: Bueno, Polet, todo vuelve a la normalidad.


POLET: Siento que por mi culpa hayáis perdido vuestras cosas.

PILI: Pues justo cuando me tapaste la boca iba a desear que se quedaran todas las chicas
calvas, los chicos sin balones y o romperme un brazo, así que…

POLET: La Envidia es mala compañía.

PILI: Sí, pero la hemos vencido.

POLET: Si. Escucha ¿Crees que se habrá solucionado lo de la excursión?

PILI: A lo mejor, sí ¡Vamos a ver!

POLET: Incluso, con un poco de suerte, puede que hayan recuperado todos los estuches
y mochilas.

PILI: Vamos, vamos (Coge de la mano a Polet y salen corriendo)

(Polet vuelve a asomarse y dice adiós con la mano al público)

TELÓN

FIN

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