Los Deseos de Polet
Los Deseos de Polet
Los Deseos de Polet
La Envidia: Una figura vestida de negro con capucha que representa la envidia.
(Se abre el telón y en el escenario se ve un patio de colegio que puede tener dibujado de
fondo el edificio de las aulas y columpios.
(Aparece Polet. Tras él y siguiéndole muy de cerca, va una figura vestida toda de negro
con capucha, es la envidia)
POLET: Estoy harto, siempre con el mismo rollo. El primer día de clase siempre igual:
“Mira qué estuche de cuatro pisos, con olor a fresa, rotuladores, colores, minas, una
goma que habla…” Ña, ña, ña. Mochilas nuevas, carpetas nuevas… ¡Pero, qué pesados!
Si pudiera, se lo tiraba todo al río.
(Entra Francisco)
FRANCISCO: Pues nosotros nos hemos ido a la playa, a Alcocebre. Hemos estado en
un apartamento.
POLET: Pues vaya rollo. Sin conocer a nadie habrás estado más solo que la una.
FRANCISCO: ¡Qué va! Para los apartamentos había un club infantil, el club
“Diverboy” y nos hacían actividades, juegos y conocí a un montón de niños/as. Abrían
de 9 de la mañana a 6 de la tarde.
POLET: O sea que has estado todo el verano como si fueras al colegio, ¿no? Lo que yo
digo, un rollazo. Y además la próxima excursión es justo allí. Yo que tú no volvería.
POLET: A la playa ¡Qué asco! La arena, las medusas ¡Puag! Si pudiera la rellenaba
todas con piedras y tierra.
(Aparece Daniel)
DANIEL: ¿Qué pasa Polet? No te he visto en todo el verano. Yo he estado aquí porque
mis padres no podían pagar las vacaciones, así que nos hemos tenido que quedar en
casa.
DANIEL: Bueno, un poco. Sólo hasta que vino mi abuela y me regaló este reloj. (Se lo
enseña) Tiene calculadora y tres juegos geniales, uno de ellos es de Tetris ¿Quieres
jugar?
POLET: A ver (le coge la muñeca), ni siquiera es Casio. En dos días roto, seguro,
porque estas cosas de los “chinos” ya se sabe.
POLET: Porque la pantalla es muy pequeña y además en blanco y negro. Hijo te han
engañado como a un tonto ¡Eso no vale na!
(Daniel se va)
POLET: Pobrecitas ¿NO? Os habréis aburrido un montón sin hacer nada. ¿Queréis
sentaros un ratito conmigo?
MÓNICA: Bien.
POLET: Pues yo he estado en casa también, pero he estado genial. Jugaba con mi perro,
iba a la piscina todas las mañanas…
SANDRA: Perro no, pero nos tenemos la una a la otra ¿A que sí?
MÓNICA: Sí. ¿Te acuerdas de aquel día que estábamos en casa y nos bañamos en la
bañera las dos?
SANDRA: (Riéndose también)… y como se nos olvidó cerrar el agua, empezó a salirse
toda la espuma.
POLET: Vale, vale, vale. Medida hora de diversión en todo el verano no está mal.
MÓNICA: De media hora nada, nos han pasado muchas cosas ¿Te acuerdas del día ese
que…?
SANDRA: Ni yo.
(Cuando ya se han marchado, Polet se levanta del banco paseando de un lado a otro.
La envidia le sigue de cerca)
POLET: (Burlándose) “Nos tenemos la una a la otra”. Son unas petardas, si pudiera
mandaba a vivir a una a Alicante y a la otra a Castellón. ¡Bien lejos!
(Entra Ana)
ANA: Sí.
ANA: Sí.
ANA: Sí.
POLET: ¿Y qué quieres? ¿A qué has venido? ¿A restregármelo por las narices? Coge tu
estuche nuevo, tu mochila nueva y tus vacaciones y te vas de mi vista ¿Vale?
POLET: Habrase visto, qué desfachatez, venir presumiendo de esta manera. Si pudiera
le borraba la memoria.
(La Envidia saca una varita mágica y se pone en el centro del escenario)
ENVIDIA: Todos tus deseos son mis órdenes. (Agita la varita y se coloca de nuevo
cerca de Polet)
(Aparece Sebas)
SEBAS: Que han entrado ladrones al colegio. Mientras estábamos todos aquí, en el
patio, han entrado y se han llevado todo: estuches, mochilas, calculadoras…¡Todo!
SEBAS: Y eso no es todo. La directora ha pillado en pleno robo y han echado a huir.
Como no podían escapar con tanto peso, a la altura del puente, han tirado todo al río.
SEBAS: ¡Qué va! Se ha ido todo con la corriente. ¡Eh, Santi! ¿Sabes qué ha pasado?
(Mirando hacia adentro)
PILI: ¡Qué va! Eso tampoco se puede (sin parar de llorar) resulta que un barco que iba
cargado de sacos de tierra y grava para la construcción de una plaza de toros en
Alcoceber, ha encallado en la playa y han caído todos los sacos. Así que la playa está
llena de tierra y piedras y han tenido que cerrarla al público que la despejen. ¡Adiós
excursión!
POLET: ¡Qué mala suerte! ¡Habrá sido…? (Mirando a la envidia de reojo) No, no,
puede ser.
POLET: ¿El que tiene roto al respaldo? ¡Ay, ay, ay! ¡Tengo que avisarle!
PILI: ¡Pues vaya! Qué más le dará a él que se caiga o no. Y ahora que lo pienso… todos
los cursos se van de excursión menos nosotros ¡Serán morrudos! (Se va)
TELÓN
(Se abre el telón y aparecen Polet y Daniel sentados en el banco. Daniel está llorando)
DANIEL: Era lo más chulo que me habían regalado en la vida. ¡Mi abuela me va a
matar! (Llorando)
POLET: Pero hombre, debía ser el único de todo el colegio que no sabía que el banco
estaba roto. Lo importante es que tú no te has hecho nada, ¿no? El reloj se puede
arreglar, ya lo verás. Mi tío es relojero, esta tarde iremos y que lo arregle.
(Entra Ana)
POLET: (Echándose las manos a la cabeza) Buenooo, pues sí que estamos bien,
perdona Dani, espera aquí un momento. (Se levanta y va al encuentro de Ana) Hola,
Ana, soy Polet.
ANA: No me acuerdo.
ANA: De nada.
POLET: (Contando con los dedos) A ver, los estuches al río, la playa empedrada,
Daniel sin reloj, Ana sin memoria… ¡Las gemelas, me faltan las pobres gemelas!
PILI: ¡Qué pesadas esas niñas con sus coleteros de Disney y esos chicos con el balón de
reglamento que parece que nunca han visto otro, y ese otro con el brazo escayolado
¡Qué morro! Si pudiera…
POLET: Ahora verás (se arremanga el camal del pantalón) Mira, esta herido me la hice
ayer con el pedal de la bicicleta. Me dolió mucho y ahora está cicatrizando.
POLET: ¿A que has deseado tener una? Cuando la Envidia nos acompaña, hasta la cosa
más fea o más tonta nos parece mejor que cualquier cosa que tenemos nosotros. Y no
sólo eso, nos hace hacer daño a nuestros amigos y desear cosas malas para ellos.
PILI: ¿Cómo?
PILI: Hola, Ana. Qué vestido más bonito llevas hoy. Me encanta el colorido y tiene un
corte superelegante.
POLET: Y los zapatos son geniales, con esas dos borlitas de flecos.
(Ana va mirando extrañada su ropa y sus zapatos. La Envidia se tapa los oídos y se
agita)
PILI: Y tú Daniel, tienes un color de pelo precioso. Tan liso y suave como la seda (Se lo
toca) Tienes que decirme el suavizante que usas. Es una maravilla al tacto.
PILI: Y todo hay que decirlo, me encantan tus zapatillas, Polet, son fantásticas ¿Son de
tacos?
POLET: Sí, ya lo sé y también sé que juegas muy bien. Creo que eres una de las
mejores del equipo ¡Enhorabuena!
POLET: Yo no soy muy bueno en fútbito, pero me alegro mucho por ti.
PILI: Gracias, Polet. Pero no desesperes, ya irás mejorando. Sin embargo tus notas son
muy altas en lengua, inglés y matemáticas, eres el que más sobresalientes saca. No se
puede ser bueno en todo.
ANA: (Acercándose a ellos) ¡Pero qué hacéis? Están todos tristes porque han perdido
sus cosas y vosotros aquí bailando.
PILI: Pues justo cuando me tapaste la boca iba a desear que se quedaran todas las chicas
calvas, los chicos sin balones y o romperme un brazo, así que…
POLET: Incluso, con un poco de suerte, puede que hayan recuperado todos los estuches
y mochilas.
TELÓN
FIN