Este Cuerpo No Es Mio
Este Cuerpo No Es Mio
Este Cuerpo No Es Mio
Ignacio
Dante / Dalila
Maite … (novia de Ignacio)
Karelia … (esposa de Dante)
Señora Sara… (mama de Ignacio)
Lino … (el conserje del edificio)
Leticia … (amiga de Ignacio inquilina)
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Leticia: ¿Sí?
Ignacio (confundido) quién eres?
Leticia: ¿no te acuerdas? (ella se regresa a donde esta Ignacio) Leticia!
La amiga Mario ... de anoche, cuando estuvimos bebiendo…Mario se
fue y me quedé contigo bebiste mucho, te quedaste dormido fui a
acostarte… no quise dejarte solo, y amanecí aquí en tu sofá
Ignacio: (perdido – pensativo) no me acuerdo de nada… y paso algo
entre nosotros dos,
Leticia: Si, y entre nosotros dos… la bebida, este sofá cómodo, sabroso
suavecito. ¿Y tú querías que pasara algo? (ella algo seductora) no no
pasó nada… pero puede pasar. Te dormiste y lamentablemente no pude
hacer nada me toco llevarte a tu habitación.
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Leticia (sale del baño envuelta en una toalla y con una toalla en
envuelta en la cabeza, descalza) tienes que mandar a revisar o arreglar,
se dañó el tubo de agua del lavamanos y la llave del lavamanos también
se dañó, está aislada hay que cambiarla. Te voy a recomendar un
plomero, este hombre sabe de plomería y electricista. Te puede
solucionar también el cable que esta suelto cerca de la regadera.
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Ignacio: ¿Que... pudiste a ver vestido en la habitación?
Leticia: (Sensual) Por qué? ¿Te pone nervioso?
Ignacio: ¡No, es por eso ... si viene alguien!
Leticia: (sexy) tan bello tu… cuidándome Esta bien... para la
próxima será en tu habitación… revisa el baño que no se inunde!
(sale para la habitación) voy a guardar el bolso en tu habitación.
Ignacio: (Atontado) Que no se inunde... mejor me voy a tomar
una taza de café bien caliente! (sale va a la cocina). De la
habitación sale Leticia a la sala se acerca a la mesita telefonera
donde hay una libreta de anotaciones se sienta en el sofá y
escribe una nota en la libreta.
Leticia (Mira hacia la cocina) mejor no le digo nada le daré una
sorpresa… escribe y lo dice en voz alta, Traeré algo para comer, nos
vemos más tarde, mi bombón. (coloca la libreta con el lápiz en la mesita
telefonera sale de escena se dirige a la puerta de la calle)
Entra Maite
Maite se asoma a la sala (tímida) hola buen día Ignacio.
Ignacio (metido en el baño): Ya voy! ¡Se está inundando todo
ese baño! ¡Hubiese llamado a cualquier plomero para saber a
qué hora viene este tipo! (Maite toma un corpiño que hay
sobre el sofá y lo mira) Todo me tiene que pasar a mí? (Sale
del baño y se queda tieso al verla)
Maite: hola... vi la puerta abierta y pues entre…
Ignacio: ¡Discúlpame... pensé que era la chica de la limpieza!
Maite: No te preocupes. La culpa es mía por entrar sin
llamar...
Ignacio: Yo te puedo explicar... (mira a todos lados) Lo que
pasa es que yo...
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(Sale)
Ignacio: Si, mama. chao. bueno, donde estábamos?
Dante: Dígame donde está el baño (Se agacha a tomar
sus herramientas, Ignacio apurado por mostrarle, sin querer lo
“apoya le toca la mano sin querer
Ignacio: Yo lo llevo...
Dante: (rápido asustado se sacude la mano) No se moleste! Yo
solito puedo... Yo mismo lo voy a encontrar... (sale para el
baño)
Ignacio: Lo que quiero explicarle, es que hay unos cables
de luz al lado del cerca de la regadera para que tenga cuidado
Dante: ¡No hace falta! Yo solito los voy a encontrar...
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Ignacio: ¿No sabe dónde está?
Lino: ¿Aquí, no, quien?
Ignacio: ¡No! ¡¿Puede ser Donde está el muerto?!
lino: ¿Que muerto?
Ignacio: ¡El plomero, que se murió aquí!
Lino: ¿Aquí se murió un plomero?
Ignacio: ¡Sí! ¡Aquí mismo! En esta casa
Lino: ¡Es increíble... estos hombres ya no saben qué hacer
para no trabajar...! ganándose la plata fácil
Maite: ¿Ignacio a lo mejor te pareció ... a lo mejor no… y en
el baño no está?
Ignacio: No entiendo nada... vamos a ver... (Los tres salen
para el r baño.
Maite: ¿tranquilo no te estrese Viste? ¡Tonto! Tranquilo todo
se va a resolver (Los dos se acercan tiernos como para besarse
y Iino los interrumpe)
Lino: ¿Y con las facturas que hacemos?... ustedes creen yo
estaré aquí como lámpara viendo si se besan o no… vacié.
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Maite: (Se levanta) Bueno, mejor me voy a cocinar. Deje la
comida en el horno.
Ignacio: (Mirando la nota pensativa) Si... anda y perdóname.
Por ponerte en esta situación
Maite: No hay problema. (Antes de salir, dice como en chiste)
¡Ah, sí encuentras el cadáver, avísame! Se ríe (Sale)
Lino: No quiero ser pesado, pero...
Ignacio: Que el plomero vino, no hay duda...
Lino: Decía que, si quiere, yo le dejo las facturas
Ignacio: Y si vino, dejo las herramientas. ¡Y si dejo las
herramientas, y la electrocutada también ocurrió!
Lino: ¡Si usted lo dice...! permiso Ignacio voy a beber agua
(lino va a la cocina a beber agua) se ve a lino con el Vaso de
agua bebiendo y observando a Ignacio extrañado
Ignacio: ¿O no? ¿Habré tenido una alucinación? ¡No, que
alucinación! ¡Estaba aquí, muerto! A lo mejor se lo llevo
Leticia, claro pudo haber sido ella para joderme, pero no que
raro todo esto.
(Sale de la cocina, para irse por la puerta de la calle, Lino se
quedó con las facturas en la mano se miran en la salida el se
queda observando al plomero.)
Lino: ¡Una de dos... o yo no estoy en un buen día, o aquí están
todos locos! (se va por la puerta de la calle.
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Del baño sale Ignacio con las manos mojadas, como buscando
una toalla. Ve todo revuelto. ve la taza de café. La agarra y la
lleva hacia cocina.
Maite: Si. Y una compañía te puede ayudar, mucho más de lo
que tú piensas. ¡Hazme caso y.… busca compañía!
Ignacio: Eso mismo pienso hacer. (Ambos muy románticos)
Maite: ¿Y yo puedo?
Ignacio: ¿Qué?
Maite : terminar de cocinar.
Ignacio: Anda tranquila. ¡No te voy a molestar más!
Maite: ¡No me molestas... pero llámame para algo más
interesante que buscar una taza de café! (Maite sale por la
puerta de la calle.)
Ignacio: Tienes razón. ¡Soy un tarado! Lo mejor va a ser
descansar un rato. ¡Estas alucinaciones me están matando!
(Se va para el dormitorio llevándose la taza de té.
Dalila: ¿Se puede saber qué te pasa?
Ignacio: ¡Pasa que hace unas horas, usted estaba muerto aquí
pasa que yo escuche que su corazón no latía! ¡Pasa que de
pronto desapareció y me hizo quedar como un loco!! ¡Y pasa,
que aparece de repente y casi me mata del susto!!
Dalila: ¿Ahhh, ahora entiendo... tú me quieres decir que me
viste muerta aquí?
Ignacio: “¡Muerta”, no! “Muerto”! ¡Encima no se haga el
gracioso!
Dalila: Ay Ignacio y ahora como te explico...
Ignacio: ¡No quiero que me explique nada! ¡Quiero que
arregle ese baño le pago y se larga!
Dalila: ¿Que baño?
Ignacio: ¡Ese baño! ¿Qué tiene un tubo roto y un cable pelao
suelto Si no para que llame un plomero? Y un electricista
Dalila: ¿Y porque no vino?
Ignacio: ¿Quién?
Dalila: ¡El plomero!
Ignacio: ¡Usted es el plomero!!
Dalila: ¿Ay Ignacio, que dices?? ¿Yo plomero??! Si en mi
vida he destapado un caño
Ignacio: (Enojado) Ahhh, no eres el plomero?
Dalila : noooo Para nada!
Ignacio: ¿Y se puede saber quién coño eres entonces?
Dalila: (Con sonrisa seductora) Todavía no te diste cuenta?
Ignacio: ¡No! Todavía no me di cuenta. ¿Quién es??
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Dalila: ¡Mira que eres terco! ¡¿Y en la noche del casamiento?!
¡Le querías pegar a mi primo porque me toco la cola!
Ignacio: ¡es un degenerado!
Dalila: ¡Estaba borracho! ¿Y en la luna de miel? ¿Cuándo te
encontraste con esa “amiguita” del colegio?
Ignacio: ¡Fue una casualidad...! (Trans) Dígame la verdad...
usted la conoció a Dalila y ella le conto todo, ¿no?
Dalila : Hay muchas cosas que las mujeres no le contamos ni
a nuestras mejores amigas!
Ignacio: ¿Por ejemplo?
Dalila: ¡la noche de bodas!
Ignacio: La mía no tuvo nada particular.
Dalila: ¡La nuestra tuvo algo “muy” particular!
Ignacio: ¿Qué?
Dalila: ¿Te olvidaste de la contractura que me agarro en
“ese” lugar? Todo porque me decías: “es por esta vez, y
nunca más te lo voy a pedir”! ¡Estuvimos dos horas sin poder
despegarnos por la contractura!
Ignacio: (Sorprendido) No puede ser! ¡No puede ser que todo
el mundo lo sepa!!
Dalila: ¡No lo sabe todo el mundo! ¡Yo soy Dalila convéncete!
¿Quieres que te diga cómo fue la noche que nos conocimos en
el restaurant? ¿O la noche del accidente, que me dolía la
cabeza, y te dije que tenía malos presentimientos...? ¿Y tú me
acariciaste como hacías siempre y me diste uno de esos besos
tan apasionados, que siempre me dabas? ¿O cuando me
quisiste sacar del carro volcado y yo todavía respiraba, y me
di cuenta que me moría, y te dije que algún día iba a volver?
¿Te acuerdas??
Ignacio I: (Casi mudo) Si, tienes razón... me lo dijiste. Eso no
se lo conté a nadie... Entonces tu ...
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llevo?!
Dalila: A ninguna parte, querido. ¡Esta es mi casa!
Ignacio : No te pensaras quedar aquí?!
Dalila : ¡Por supuesto! ¡Adonde quieres que vaya así!
Además, tenemos tanto por hacer... (Otra vez intenta
abrazarlo)
Ignacio: (Separándose) Mira Dalila ... tu eres Dalila, pero
ya te moriste... quiero decir que, si te moriste, yo soy viudo
según la ley (Trans) ¡Y esto es un dialogo de locos, estoy
hablando con una muerta!
Dalila: (Se le acerca sensual) Como quieres que te demuestre
que no estoy muerta?
Ignacio: (Escapándose) No hace falta! ¡Ya me di cuenta! ¡Pero
no es lo mismo!
Dalila No será lo mismo, pero sigo siendo tu mujer!
Ignacio: ¿¡O sea que estoy casado con... un plomero!?
Dalila: El “envase” es del plomero... pero yo soy Dalila
Ignacio: ¿Y qué hacemos con... el “envase”?
Dalila: Por ahora nada. Habrá que esperar y encontrar
alguna solución. Mientras tanto me voy a cambiar... esta ropa
no me queda nada bien. (Sale hacia dormitorio)
Ignacio : Esto me pasa a mí, nada más! Esto es una locura)
entra Leticia tranquilamente)
Leticia: ¡Ahhh... qué manera de comer! La verdad que tenia
un hambre de locos! Ahora una buena siesta, y...
Ignacio: (Cortándole el paso hacia dormitorio) Adónde vas??
Leticia: ¿A dormir un ratico, que tiene?
Ignacio: ¡No! ¡No puedes!
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Maite: Ignacio, Ignacio. ¿Estás bien?
Ignacio: (En off) Puedes quedarte quieta que no lo puedo
meter? Deja de moverte tanto.
Dalila: (En off) Es que estar cerca tuyo me pone nerviosa!
Ignacio: (En off) ¡Si no te quedas quieta, te arranco el vestido!
Te lo rompo.
Dalila: (En off) ¡No, Ignacio, por ahí no, que me duele! Con
cuidado.
Ignacio: (En off) Está muy oscuro y no veo nada!
Dalila: (En off) Quieres que lo hagamos en el baño o en la sala
que hay más luz?
Ignacio: (En off) No. ¡Es muy incómodo! Puede llegar alguien.
Dalila: (En off) Es que esta habitación me trae muchos
recuerdos y me pongo insaciable! Me recuerdo tantas noches
de lujurias, de sexo salvaje, de amanecer junto. Aquí en esta
cama.
Ignacio: (En off) A mí no! Lo único que quiero es acabar
rápido! Y relajarme
Dalila: (En off) Que poco romántico que estas hoy! Uuy me
choca cuando te pones así Se ve que la soledad te endureció
bastante. Bueno, no todo te lo endureció! Porque te ves
riquiquito. Durito, que ricoooo.
Ignacio: (En off) Saca la mano de ahí! Deja de manosearme
Listo. ¡Ya está! Ya terminé (Ignacio sale de la habitación, y se
queda en shock al ver a Maite que está furiosa) Maite.
Maite: ¡Por lo visto, ya encontraste esa “compañía” muy
pronto! Lo disfrutaste verdad. Ese era tu dolor de cabeza.
Ignacio: (angustiado) ¡No! ¡No es lo que tú piensas! Esto es un
error, es un malentendido
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Dalila: ¡Te pregunte si te piensas acostar! ¿O pensabas salir a
alguna parte?
Ignacio: No.… no... (a lino nervioso) Lo que pasa es que se le
mojo la ropa y no tiene que ponerse...
Lino: (hablándole bajito a Ignacio) Quién es?
Ignacio: (Igual le habla a lino bajito) El plomero!
Lino: ¡¿El que se murió?!
Ignacio: Si. Pero no se murió.
Lino: Ah, ya me acuerdo... ¡La princesa! Y.?
Ignacio: Y, ¿qué?
Lino: y que … pues yo lo vi temprano, por ahí
Ignacio: si si … esto es una locura mi casa es un psiquiátrico.
La casa de la locura. ¡Nos vemos! Lino.
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Dalila: (Haciéndose la victima) Bueno! ¡Está bien! ¡Habla!
¡Total... yo soy un trapo de piso!
Ignacio: ¡No! ¡No eres ningún trapo de piso, pero tampoco
Eres la Dalila que yo conocí!
Dalila: ¡No te fijes en el cuerpo!
Ignacio: Justamente ese es el tema: ¡el cuerpo! ¡Yo hace un
año que soy viudo y tengo derecho a vivir!
Dalila: ¡Pero ya no eres más viudo, porque tu Dalila volvió!
Ignacio: (Señalándole el sexo) ¡Volvió, pero no volvió!
Dalila: (Ofendida) Si te vas a poner grosero, me encierro en la
habitación, ¡y no te pienso abrir!
Ignacio: ¡Mejor! ¡Porque ahí yo no pienso dormir!!
Dalila: ¡Muy bien! ¡Sabes que …a mí no me vas a ganar! ¡Y
por más que me ruegues, no te pienso abrir!
Ignacio: (bravo) sabes que … Anda joder a la mierda!
Dalila: (Llorisqueando) Grosero!!! Estúpido (Se levanta y se
va habitación).
(Ignacio quedo solo cuando… entra Leticia con una bandeja de
comida)
Leticia : Yuuujuuuu!!! ¡Aquí está la comidita!!
Ignacio: (Haciéndola callar) Sssssshhhhh...!!!!
Leticia: ¿Qué pasa?
Ignacio: ¡baja la voz!! Me duele la cabeza, por un vino que
tome hace rato
Leticia: ¡Bueno, perdóname... yo te fui a buscar la comidita
con tanto cariño... (Avanzando hacia el
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Leticia: ¿No te asustes... solamente te quería preguntar que
tomas?
Ignacio: a ver esté... “Chateau Montcheneau” cosecha 66!
Leticia: ¿Y eso que es?
Ignacio: Es un vino francés. ¡Exquisito! ¡Se hicieron solo 400
botellas ese año, pero búscala que todavía se pueden
encontrar en algún lugar de licores
Leticia: Bueno, si tú lo dices. No me extrañes mucho, ¿eh?
(Sale por calle. Ignacio va hasta el sofá, y se sienta pensativo,
mientras toma el teléfono))
Ignacio: Tengo que explicarle a Maite ... ella me va a
entender... (Por la puerta que quedo abierta, entra Maite)
Maite: permiso ¿Se puede?
Ignacio: ¡Maite! Déjame que te explique...
Maite: Yo solamente venía a devolverte este libro que me
prestaste el mes pasado...
Ignacio: ¡Déjame que te explique!
Maite: No tienes nada que explicarme, Ignacio. tú ya Eres
grande y puedes hacer con tu vida lo que quieras. ¡Solamente
me molesto haberme hecho alguna ilusión con contigo, pero
no te preocupes, ya se me va a pasar, y podemos seguir siendo
amigos como siempre, y tú, con tus... mujeres!
Ignacio: ¡Es que ahí donde está tu error! Porque aquí no hay
ninguna mujer!
Maite: ¿Ah no??
Ignacio: ¡No! ¡Lo que escuchaste, no es lo que tú piensas!
Maite: ¿Y si no era una mujer, a quien le decías eso??
Ignacio: ¡Al plomero!
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Maite: está listo el otro te. ¡Suerte que no use toda el agua!
Ignacio: (Otra vez le arrebata la taza) Que suerte! Porque
tengo
una sed terrible! (Bebe) y unas ganas enormes de beber te
Maite (extrañada) dios mío… te vas a enfermar, con tanto te
que has tomado… que te sucede Ignacio está muy ansioso…
este era para el plomero!
Ignacio: …. ¡No sé hoy es un día de té, si estoy ansioso de
tomar té esta delicioso …! ¡Pero Ya no quiero más! ¡Así está
bien, gracias!
Maite: Bueno, voy a preparar uno para el...
Ignacio: Okey... (Ella está por irse a la cocina y Ignacio se
dobla del dolor, pero ella enseguida se da vuelta y Ignacio
disimula)
Maite : Estas seguro que no quieres otro? Te
Ignacio: ¡Mas que seguro!! (Maite sale y él se vuelve a doblar
del dolor.)
(Vuelve a aparecer Daniela)
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Ignacio: está bien madre... (La madre toma del brazo
a Ignacio y lo lleva a un costado)
MADRE: ¿Tu Estas seguro que ese hombre es un plomero?
Ignacio: ¡Claro! ¿Mama Por qué?
Madre: ¡Porque ese hombre tiene pinta de ser gay! No
entiendo esto. (La madre se va) saludos.
Maite: ¿Bueno, yo voy a avisarle a los amigos que tengo de
visita en mi casa, que estoy aquí, cualquier cosa, enseguida
vuelvo... Ignacio puedo hablar contigo un momento? (Se van
aparte)
Ignacio : Si? Dime
Maite: ¿Qué te pasa? ¿Estas nervioso por algo? Sucede algo
que yo sepa.?
Ignacio: ¿Y por qué? ¡Si esta todo... normal! No está pasando
nada,
Maite: No sé... pensé que por lo que paso antes.
Ignacio: ¿Que paso antes? No entiendo
Maite : me refiero! Al beso
Ignacio: (Disimulando) ahh, no. para nada. ¡Esta toda bien!
Anda a avisarle a la gente y tomate el tiempo que quieras...
atiende a tus amigos… está bien. (Maite sale por la puerta de
la calle)
Dalila: ¿Ignacio ... qué es eso del beso?
Ignacio: ¿Que beso?
Dalila: ¡No te hagas el tonto! ¿Qué es eso del beso??
Ignacio: Ah, sí... es una demostración de afecto.
Dalila: ¡Se muy bien lo que es un beso! ¡Pregunto a qué se
refería ella!
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Ignacio: Es que le tuve que dar un beso, como parte de la
terapia!
Dalila: /molesta) Y me lo dices así tan fresco??
Ignacio: ¿Y qué quieres? ¿es la verdad, la bese?
Dalila: así ni un mínimo de respeto A tu propia mujer??!
Ignacio: (molesto)Esto se acabó! ¡No aguanto más! (Entra a
dormitorio)
Dalila : Y encima, el señor se va a dormir! Qué maravilla
Ignacio: (Apareciendo con las ropas del plomero) Nadie se va a
dormir! ¡La única que se va, eres tú! (Le da la ropa)
Dalila: ¿Pero ¿qué dices? ¿Adónde crees tú que me voy a ir?
(Le devuelve la ropa)
Ignacio: ¡A tu casa… con tu familia, a un hotel, debajo de un
puente no me importa! ¡Pero te vas! (Le da la ropa otra vez)
Dalila: (llorosa)Nunca espere una cosa así de ti! (Le devuelve
la ropa)
Ignacio: ¡Mira Dalila ... todo tiene un límite, y yo estoy
llegando al mío! ¡Te pones esto de una vez! (Le da la ropa con
enojo)
Dalila: (Haciéndose la interesante) Ni pienso! ¡Además, estos
colores no me van! (Se lo devuelve)
Ignacio: ¡Te lo pones ya mismo! Molesto) ya basta de tanta
jodedera
Dalila: ¿Qué? ¿Me vas a obligar? (Se lo tira en la cara)
COBI: ¡Si es necesario, si!! (También se lo tira)
Dalila: ¿Ah sí...?? ¡Mira tú! ¡Observa lo que hago con esta
ropa!! (Se va para el dormitorio)
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Ignacio: ¿Que vas a hacer?? (La mira) No.!!! ¡La tiraste por la
ventana!! ¿Estas locas??! (Dalila regresa y se quita la
dormilona
Dalila: ¡Era la psicóloga... ahora no necesitas más terapia!
Ignacio: ¡Basta Dalila, por favor! … se acabo
Maite L: Bueno, ok como quieras... (Entra a la cocina y del
dormitorio sale Dalila)
Ignacio: ¿Qué haces aquí? ¿No te ibas a dormir?
Dalila: ¡Estoy tan cansada que no me puedo dormir... Mejor
me voy a tomar un té!
Ignacio: (Cerrándole el paso) No!!
Dalila: ¿Por qué?
Ignacio: (llevándola a dormitorio) Porque... yo te lo preparo!
no me he portado bien, contigo así que quiero ayudarte y
retribuir de buena fe para atenderte te lo llevo, ¿eh? (Dalila
entra al dormitorio. Del baño aparece Leticia
Leticia asustada casi llorando
Ignacio: Primero quiere una cosa y después no la quiere más.
No sabe lo que quiere. Por el shock. ¿Viste?
Maite: ¿No será mejor llamar a un médico?
Ignacio: ¿Para qué?
Maite: Y, si se siente mal...
Ignacio: ¡Tienes razón! ¡Un médico! ¡Buena idea! Por esta
calle en el 2, hay uno muy bueno. Anda y pregúntale...
(Tratando de llevarla a la puerta de calle)
Maite: (Volviendo al centro) Es que no funciona. Recién
se descompuso. (Hace que escucha y cuelga) Viste? (Suena el
teléfono) hola? ¡Se arregló! (Atiende a disgusto) Hola! Ah sí,
esta aquí. (Cuelga) Son tus amigos, quieren saber qué pasa.
(intentando llevarla otra vez a la salida)
Maite: (Intenta agarrar el teléfono) Bueno, los llamo y les
cuento...
Ignacio: (Interponiéndose) No se puede!!
Maite: ¿Por qué?
Ignacio: ¡porque suena, pero no se puede llamar desde aquí!
Dalila: (En off) Ignacio iii!!!
Ignacio: ¡Ay, me viene otra vez!! (La vuelve a tirar detrás del
sofá besándola. Daniela pasa con la taza de té hacia la cocina
y sale)
Maite: (Levantándose divertida) Pero que te pasa hoy?
Ignacio: ¡Es que, como te ibas, me quería despedir!
Maite: ¡Pero si enseguida vuelvo!
Ignacio: Mejor. Así después nos saludamos de nuevo. (Sale
por calle) Que día hoy! (Dalila aparece por la cocina y va hacia
dormitorio)
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Dalila: ¿Quién?
Ignacio: ¡Tormenta! ¡Anunciaron por la radio!
Dalila: (Casi empujándolo a la salida) No te hagas el tonto! ¡Es
aquí en la esquina, no te va a pasar nada!
Ignacio: (Volviendo) Pero y si me mojo?
Dalila: (Llevándolo otra vez) Después te secas!
Ignacio: (Volviendo) No tengo cambio!
Dalila: (Llevándolo otra vez) Dile que mañana se lo pagas!
Ignacio, Pero... (Dalila lo empuja hacia fuera y Ignacio sale)
Dalila: ¡Anda de una vez!! ¡Qué hombre este... y que raro
esta últimamente! Se ve que cambio desde mi. bueno, desde
que yo me fui. (Por puerta de calle entra karelia,
apesadumbrada sin verle las ropas)
Karelia: Dante ... estuve pensando, que a lo mejor fui un poco
impulsiva. ¿No puedo creer que hayas cambiado tanto, sobre
todo después de anoche...te acuerdas de anoche?
Dalila (Levantándose) Otra vez tú?! ¡Te dije que te fueras que
yo no soy Dante!
Karelia: (Mirando su ropa con asco) Que haces vestido así,
¡¿Dante??!!
Dalila: ¡Dale con lo mismo...!!
Karelia: ¡Te miro y no lo puedo creer! ¡Como pude vivir
engañada todos estos años!!
Dalila: ¡Yo nunca engañe a nadie!
Karelia: ¿Ah no?? ¡A mí me engañaste! ¿A ver decime...
cuanto hace que andas así...?
Dalila: ¿Así, ¿cómo?
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Dalila: Ya te dije. Uno tres años, con uno en blanco...
Maite: ¿Pero ¿cómo nunca me comento nada...??
Leticia: ¿Y qué quieres que te diga? “Cuidado conmigo,
preciosa que yo me la...” ¡Por algo me esquivaba tanto! ¡Y con
razón ayer se quedó dormido!
Dalila: No se hagan ilusiones chicas ... Ignacio es solamente
mío (entra Ignacio)
(Entra Ignacio)
Ignacio: ¡Estaba cerrado el kiosco... (Ve a todas) Pero alguno
abierto voy a encontrar...! (Intenta irse y La madre lo frena)
MADRE: (furiosa lo grita) …Ignacio!!
Ignacio: (Haciéndose el inocente) Ahh, hola... se conocieron?
Leticia: Creo que lo suficiente. Por lo menos para mí...
(Acercándosele a Ignacio) No te preocupes que ya voy a
encontrar algún lugar donde ubicarme... Maricon !! estúpido
(Se va por calle)
Ignacio: (inseguro) Supongo que estuvieron charlando...
Maite: Bastante… largo y tendido
Ignacio: Y.… sobre qué?
Dalila: ¿Sobre qué va a ser? ¡Sobre nosotros! Amor
Maite: Quédate tranquilo... ya no tienes que ocultar nada.
¡Tu... “mujer”, nos contó todo!
Ignacio: ¿Y, que es todo? Según ustedes.
Dalila: ¡Todo! ¡Que yo soy tu mujer! Cariño
Ignacio: ¡Querrás decir que ere mi “esposa” ...!
Dalila : ¡Por supuesto! Amor mío
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fin
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