Juzgado Contencioso Administrativo Federal 11

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Poder Judicial de la Nación

JUZGADO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO FEDERAL 11

22896/2022

MARTINEZ, GERMAN PEDRO c/ EN-PRESIDENTE DE LA


HONORABLE CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION s/AMPARO
LEY 16.986

Buenos Aires, de septiembre de 2022.-

Y VISTOS: Para dictar sentencia en estos autos; y

CONSIDERANDO:

I.- Que el Diputado GERMAN PEDRO MARTINEZ en


su condición de Jefe del Bloque “Frente para Todos” de la Honorable Cámara
de Diputados de la Nación manifiesta que la resolución de la Presidencia de
la Cámara nro 689/22 “… avasalla el principio republicano y el gobierno
representativo y, por ende, el federalismo al avanzar sobre los principios
establecidos tanto en la Constitución Nacional como por una ley formal del
Congreso de la Nación en la que expresamente se consagra el principio de
“equilibrio entre la representación de los órganos políticos resultantes de la
elección popular”, excluyendo de la integración de dicho Consejo al bloque
mayoritario y otorgando doble representación a un espacio político no
legitimado para ejercer dicha representación en las condiciones establecidas
por la ley 24937.
Expresa que el bloque de la UNION CIVICA RADICAL
se haría acreedor de una doble e inconciliable representación en el Consejo de
la Magistratura de la Nación - como “primera minoría” y como “segunda
minoría”- lo que resulta absurdo y manifiestamente improcedente e
inconstitucional, violando el equilibrio pretendido por el art. 114 de la
Constitución Nacional y reglamentado en el artículo 2do inciso 3ero de la ley
24937(t.o.) 24939” atento que un bloque minoritario tendría más
representación en el Consejo de la Magistratura que el bloque mayoritario.

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Esto es así –dice- atento a que por la Resolución de
Presidencia nro. 1588/18 se designó al Diputado Pablo Tonelli en
representación de la “primera minoría” por Acuerdo parlamentario del
14/11/18 suscripto entre los Presidentes de los bloques del PRO, la coalición
cívica, UCR y Evolución Radical y al Diputado Mario Negri como suplente;
y con fecha 20/04/22 la designación de la Diputada Reyes como representante
del Consejo a propuesta del bloque de la UNION CIVICA RADICAL en su
condición de “segunda minoría” de representación parlamentaria.

II.- Que el letrado apoderado de la CAMARA DE


DIPUTADOS se presenta con patrocinio letrado y produce el informe previsto
en el artículo 8 de la ley 16986 y sostiene la inadmisibilidad de la acción
intentada.
Manifiesta que el actor no tiene legitimación activa pues
carece de un interés jurídico calificado para requerir la invalidez de a RP nro.
689/22 al no haberse afectado ninguna de las prerrogativas inherentes al cargo
que ostenta, y que ello comporta la ausencia de “caso” o controversia que
habilite la intervención judicial.
Afirma que decidir sobre la pretensión articulada por el
actor importaría avanzar en torno a una cuestión privativa de otro poder del
Estado, inmiscuyéndose en un procedimiento de designación que ha
transcurrido con estricto apego a las normas que lo rigen pues la Resolución
689/22 cumple adecuadamente, con los requisitos legales para su dictado y
con el principio de razonabilidad (confr. ley 24937 (t.o. 24.939) y art. 28
C.N.) . Y –agrega- que el debate que propone el amparista excede por su
trascendencia jurídico constitucional al proceso de amparo y es aplicable para
su rechazo conforme lo determinado en el artículo 2do, inciso d) de la ley
16986.
Asevera que “…la resolución ha sido dictada con arreglo a las
normas jurídicas que la condiciona: fue emitida por el Presidente de la HCDN,
órgano competente, sustentándose en una situación de hecho existente
configurada por la propuesta de la segunda minoría, aplicó el derecho que
correspondía, su objeto es ilícito y posible jurídica y materialmente y se
siguieron los procedimientos debidos previos” y que “…a través del dictado

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de la RP nro. 689/22 el Presidente del Cuerpo no ha concretado un


comportamiento unilateral y mucho menos arbitrario, sino que se ha dispuesto
a plasmar la propuesta efectuada por el bloque que representa la segunda
minoría, conforme la pauta dispuesta por la ley nro. 24937 en su art. 2do,
inciso 3ero, cuya vigencia fue declarada por la CSJN en los autos nro.
29053/06, es decir, con estricto acatamiento del ordenamiento jurídico
vigente.”

III.- Que en conformidad con lo dispuesto en el artículo 31 de la


ley del Ministerio Público el Sr. Fiscal Federal emite su dictamen.
Propicia el dictaminante el rechazo de la acción de amparo por
cuanto considera que el amparista objeta la actuación de la Presidencia de la
Cámara de Diputados en lo atinente a una cuestión que es propia de la órbita
de su autonomía funcional y está resguardada de la intervención judicial.
Señala que “… el diferendo gira en torno a una cuestión regida de
modo exclusivo por el Reglamento de la Cámara, y a la circunstancia de que
un bloque proponga la designación del consejero como segunda minoría, bajo
el argumento de que el mismo integra el interbloque que ya propuso el
consejero por la primera minoría. Cuestión que, como se observó
anteriormente, corresponde a una materia que no está regulada directamente
en la Constitución, y por lo tanto corresponde a la autonomía funcional del
cuerpo legislativo, siendo luego de su exclusiva y privativa competencia”.
Sostiene que “…en el sub lite no se encuentra en discusión la
recta interpretación y aplicación de las normas que expresamente fija la
Constitución para el desarrollo de la actividad de las Cámaras del Congreso,
en particular, sobre la designación de los integrantes del Consejo de la
Magistratura, cuya observancia –según la jurisprudencia citada- configura
uno de los supuestos excepcionales que habilitan el control judicial del
procedimiento seguido en su seno” y que –por lo tanto- “…no se configura
en autos un supuesto en que pueda ceder la regla establecida por la CSJN
sobre el control judicial de las facultades privativas de la HCDN del Congreso
Federal, que como se dijo, sólo puede darse ante una actuación por fuera de
las atribuciones que la Constitución le confiere; o cuando esas facultades

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exclusivas son ejercidas de modo distinto al que autoriza la norma
suprema…”
Resalta que “…en autos no se ha puesto en tela de juicio y
mucho menos demostrado la invalidez constitucional de los recaudos
previstos en el artículo 55 del Reglamento de la Cámara de Diputados, ni del
artículo 2do inciso 3ero de la ley 24937 de cara al artículo 114 de la CN,
sea en su redacción pura o en su resultado aplicativo..”
Destaca que –de igual modo- ha dictaminado en la causa nro.
23440/22 “Juez, Luis Alfredo y otro c/Honorable Cámara de Senadores de la
Nación s/amparo ley 16986” postura que ha sido compartida en su sentencia
por el Tribunal de Primera Instancia y por la Cámara del Fuero.

IV.- Que este Tribunal con fecha 02/05/22 rechazó la medida


cautelar de suspensión de la Resolución de Presidencia de la Cámara de
Diputados de la Nación ro. 689/22 considerando que no estaba acreditada la
verosimilitud del derecho del demandante.
En dicha resolución han sido desarrollados in extenso los
antecedentes del caso a los que corresponde remitirse por brevedad procesal y
a los fines de evitar repeticiones innecesarias (ver www.scw.pjn.gov.ar.).
No obstante, el reciente Fallo de la Corte en la citada causa nro.
23440/22 “Juez, Luis Alfredo y otro c/Honorable Cámara de Senadores de la
Nación s/amparo ley 16986” merece analizar si permite advertir cuestiones
respecto de la presente causa que deben ser observadas en cuanto a los
integrantes de las Cámaras, principalmente respecto de la segunda minoría,
como se verá más adelante. Ello, porque como ha dicho la Corte, “…la
autoridad institucional de sus precedentes (léase, los de la Corte), fundada en
la condición del Tribunal de intérprete supremo de la Constitución Nacional y
de las leyes dictadas en su consecuencia, da lugar a que en oportunidad de
fallar casos sustancialmente análogos sus conclusiones sean debidamente
consideradas y consecuentemente seguidas tanto por esta misma Corte como
por los tribunales inferiores”. Es por ello que continúa sosteniendo “cuando de
las modalidades del supuesto a fallarse no resulta de manera clara el error y la
inconveniencia de las decisiones ya recaídas sobre la cuestión legal objeto del

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pleito, la solución del mismo debe buscarse en la doctrina de los referidos


precedentes” Fallos 341:570.

V.- Que –previo a todo analisis- es oportuno recordar que la


acción de amparo será admisible contra todo acto u omisión de autoridad
pública que, en forma actual o inminente, lesione, restrinja, altere o amenace,
con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, los derechos y garantías explicita o
implícitamente reconocidas por la Constitución Nacional con excepción de la
libertad individual tutelada en el habeas corpus (art. 1ero).
En forma reiterada se ha reconocido que los actos
administrativos, en tanto expresión de la función administrativa del Estado,
están investidos de presunción de legitimidad. Cabe tener presente, al
respecto, la jurisprudencia forjada por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación , en casi tres décadas transcurridas entre el precedente “los Lagos” y el
dictado del Regimen Nacional de Procedimientos Administrativos. Puede
tenerse presente, en este sentido: C.S.J.N. fallos 250:36; 267:150; 271:29 y
278:273, entre otros, en los que se estableció que los actos administrativos
gozan de de presunción de legitimidad, de lo cual se extrajo que no admiten
descalificación por la sola manifestación de voluntad de los administrados, por
lo que la alegada invalidez, debe ademas de plantearse, ser acreditada” ( ver
C.N.C.A.F.; Sala II; causa nro. 46933/18; resol. del 13/08/19).
Ello asi “…en principio, los recursos y acciones mediante las
que se discute su validez no suspenden su ejecución ( ver Sala citada; causa
40783/18; 13/09/18); y –ademas- “ tal carácter cede unicamente ante la
demostración de los vicios que lo privan de validez jurídica, o en otras
palabras, cuando la decisión adolece de vicios formales o sustanciales o ha
sido dictada sobre la base de presupuestos fácticos manifiestamente
irregulares, reconocidos o fehacientemente comprobados ( ver Sala II, causa
nro. 6722/18 del 17/05/18; entre muchos otros).

VI.- Que la Corte Suprema de Justicia ha declarado que está


acción constituye un proceso excepcional sólo utilizable en las delicadas y
extremas situaciones en las que por carencia de otras vías aptas, peligra la

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salvaguarda de derechos fundamentales y exige para su apertura
circunstancias muy particulares, caracterizadas por la presencia de
arbitrariedad e ilegalidad manifiesta, de modo tal que las deficiencias referidas
–a que aluden la ley 16986 y la jurisprudencia anterior y posterior a su
sanción, requieren que la lesión de los derechos y garantías reconocidos por la
Constitución Nacional resulte del acto u omisión de la autoridad pública en
forma clara e inequívoca.
Ha sostenido que éste es un proceso sumamente simplificado
en sus dimensiones temporales y formales pues la finalidad fundamental de la
pretensión que constituye su objeto consiste en reparar, con la mayor premura,
la lesión de un derecho reconocido en la Constitución Nacional, un
Instrumento Internacional o una ley (v. Palacio, Lino Enrique, Derecho
Procesal Civil, tomo VII, Buenos Aires, Abeledo- Perrot, 2005, pág. 137) .
Ello así, el precepto regulatorio establece que la defensa del
derecho lesionado no debe encontrar reparación por vía de otro medio judicial
que resulte más idóneo. Esta pauta obliga al juez a ponderar la configuración
de los recaudos que habilitan el empleo de esta vía. Asi los jueces deben
extremar la ponderación y la prudencia –lo mismo que sucede en muchas otras
cuestiones de su alto ministerio- a fin de no decidir, por el sumarísimo
procedimiento de esta garantía constitucional cuestiones susceptibles de
mayor debate y que corresponda resolver de acuerdo a los procedimientos
ordinarios”.
Por lo tanto, el artículo 43 de la CN debe ser interpretado de
manera razonable, sin que se desprotejan los derechos esenciales ni tampoco
se consagre al amparo como única vía judicial. Ello así, debido a que la
garantía prevista por el constituyente, no viene a suplantar los otros procesos
previstos en el código de rito, ni significa que ciertos derechos vulnerados no
puedan lograr su satisfacción mediante el uso de los procedimientos
ordinarios. En este sentido, el Alto Tribunal tiene dicho que la acción de
amparo no es la única apta para la salvaguarda de los derechos y garantías
constitucionales o legales (Fallos: 310:877).
Una solución contraria podría traer aparejada la
desnaturalización de la vía elegida, que, por sus propias características, debe

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ser ágil y expeditiva para superar en el menor tiempo posible la arbitrariedad o


ilegalidad en la que se la sustenta.

VII.- Que el Poder Judicial debe ser estricto en el examen de


los presupuestos que habilitan la procedencia procesal del amparo, con el
propósito de que siga siendo un remedio útil para, de manera eficaz y urgente,
superar aquellas situaciones arbitrarias o ilegítimas que se denuncien como
manifiestas. Su generalización y aplicación a cuestiones que claramente lo
exceden debe ser evitado, ya que ello incide en su transformación, y trae
aparejado que pierda su real esencia y razón de ser, afectándolo seriamente, en
la medida en que se permita subsumir en sus previsiones conflictos para los
que no ha sido realmente previsto (Fallos: 330:1279 y 333:373).
En efecto, la existencia de vías ordinarias para la protección
del derecho que se reputa conculcado excluye la admisibilidad de la acción de
amparo, sin que los jueces estén facultados para evitar las posibles demoras de
dichos procedimientos por vía de autorizar otros que consideren más
convenientes o expeditivos (conf. esta Cámara, Sala V in re “Labatón, Ester
A. c/ Poder Judicial de la Nación”, del 25/09/96).
El intento de “amparizar” el acceso a la justicia con
atendible inquietud de obtener una respuesta rápida a sus reclamos eludiendo
las vías procesales normales que deben seguirse, desvirtúa la honrosa misión
de su creación pretoriana hasta alcanzar la consagración legislativa y
constitucional en la actualidad, incurriendo en un grave error quienes
interpretan que a raíz de la reforma constitucional, el amparo se ha constituido
en un medio procedimental ordinario, pues continúa siendo un remedio
extraordinario y, por ende, excepcional (conf. esta Cámara, Sala V in re
“Aumann, Verónica Susana c/ Est. Mayor Gral. de la Armada Dir. Gral. de
Pers. Naval s/ Amparo ley 16.986”, 13/11/95 y causa 11158/11 del 21/06/21)
Asimismo, dada la celeridad que es propia de este tipo de
proceso, la arbitrariedad o ilegalidad alegada debe presentarse sin necesidad
de mayor debate y prueba. Es decir, el juez debe advertir sin asomo de duda
que se encuentra frente a una situación palmariamente ilegal o resultante de
una irrazonable voluntad del sujeto demandado. Lo expuesto no significa que

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no pueda producirse actividad probatoria, sino que ella debe ser compatible
con la sumariedad que es propia del amparo, dado que éste se encuentra al
servicio de la urgencia del caso y, por tanto, ha sido previsto para situaciones
que no admiten demora, toda vez que, no habría razón para evitar los restantes
cauces procesales que pudieran resultar procedentes, respetándose la amplitud
probatoria.
En cuanto al daño que agravia a quien demande corresponde
señalar que esta acción no procede ante la mera sospecha o probabilidad de
que el perjuicio pueda llegar a producirse, sino que se exige una verdadera
certeza fundada en que la lesión ya se esté produciendo o, bien, se producirá
en forma inmediata (ver CNCAF; Sala IV; causa “Eventel S.A” y Sala III
“Unión de Usuarios c/ Telecom s/ amparo” –ambas citadas en el dictamen
fiscal agregado en autos).

VIII.- Que la pretensión del actor es obtener la nulidad de la


Resolución nro. 689/22 dictada por el Presidente de la Honorable Cámara de
Diputados de la Nación pues afirma que ésta resulta violatoria del artículo
2do, inciso 3ero de la ley 24937 (t.o. 24939) y vulnera el equilibrio
garantizado por el artículo 114 de la Constitución Nacional reglamentado a
través de la disposición legal.
Cabe precisar que mediante la resolución cuestionada, con
fecha 20 de abril de 2022, el Presidente de la Honorable Cámara de
Diputados -. resolvió “Designar a la señora Diputada de la Nación Da
ROXANA REYES como miembro titular de la segunda minoría, para
integrar el Consejo de la Magistratura del Poder Judicial (artículo 1ero) y
“designar al Sr. Diputado de la Nación D. Francisco Monti, como miembro
suplente (art. 2do) atento que “…el Bloque U.C.R. ha formulado sus
propuestas de integración por la segunda minoría (expediente nro. 1641-D-
22)” y con el fin de “…evitar mayores afectaciones a las facultades de este H.
Cuerpo que alteren las representaciones en el Consejo de la Magistratura de la
Nación.”

IX.- Que planteada la controversia entiende el Tribunal que


el Sr. Diputado Nacional German Pedro Martínez –en su condición de

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Presidente del bloque de legisladores del “Frente para todos” posee


legitimación activa para demandar –conforme ya fuera señalado en la
resolución del 02/05/22- por cuanto existe un interés concreto y diferenciado
del bloque que él preside y se conforma el “caso” exigido por la Constitución
Nacional para habilitar la intervención del Poder Judicial.
Cabe agregar que si bien “…un legislador no tendría
legitimación activa cuando lo que trae a consideración de un tribunal de
justicia es la reedición de un debate que ha perdido en el seno del Poder
Legislativo por el juego de la mayorías y minorías respectivas. Por el
contrario, dicha legitimación podría eventualmente resultar admisible cuando
se trata de la afectación de un interés concreto y directo a su respecto “(ver
CSJN causa “Thomas, Enrique c/E.N.A. s/amparo” t. 117 XLVI.).
Este último supuesto aparece conformado en autos, puesto
que ni siquiera se trata de un tema sometido a debate parlamentario, sino una
Resolución de la Presidencia de la Cámara que afecta sus derechos, sin poseer
otros medios idóneos para atacarla.

X.- Que -en el marco del análisis de la nulidad peticionada-


cabe precisar que el Consejo de la Magistratura es un órgano permanente del
Poder Judicial de la Nación incorporado por la reforma de 1994 a la
Constitución Nacional mediante el artículo 114, el cual tiene a su cargo la
selección de los magistrados y la administración del Poder Judicial
En cuanto su integración la norma constitucional establece
que “…será integrado periódicamente de modo que se procure el equilibrio
entre la representación los órganos políticos resultantes de la elección
popular, de los jueces de todas las instancias y de los abogados de la
matricula federal. Será integrado, asimismo, por otras personas del ámbito
académico y científico en el número y la forma que indique la ley.”
Actualmente el Consejo está regulado por la ley 24937 (t.o. ley
24939) y las modificaciones introducidas por la ley 26855 que no han sido
declaradas inconstitucionales por la sentencia dictada por la CSJN el 16/12/21
en la causa 26053/06 “Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y
otro c/ EN - ley 26.080 - dto. 816/99 y otros s/proceso de conocimiento” (“…

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declarar la inconstitucionalidad del sistema de integración, quorum y mayoría
previstos en los artículos 1ero y 5to de la ley 26080. Asimismo y por necesaria
implicancia de la invalidez de dicho sistema, resultan inaplicables los arts. 7,
inciso 3ero de la ley 24937 (texto según ley 26855), 6° y 8° de la ley 26080
así como todas las modificaciones efectuadas al sistema de mayorías previsto
en la ley 24937 (texto según ley 24939) –ver considerando 16-)
Dispuso –a resultas de lo decidido- que hasta tanto el
Congreso dicte la nueva ley regulatoria del Consejo la Magistratura
corresponde que en los puntos regidos por las normas declaradas
inconstitucionales recobre vigencia el régimen previsto por la ley 24937 y
su correctiva 24939” (ver in extenso causa 29053/06 “ Colegio Público de
Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y otro c/E.N. –ley 26080-dto. 816/99
y otros s/proceso de conocimiento en www.csjn.gov.ar.).
Conforme la decisión jurisdiccional y en aplicación de la ley
24937 y su correctiva 24939 el Consejo quedo integrado del siguiente modo:
1.- El Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
2.- Cuatro (4) jueces del Poder Judicial
3.- Ocho legisladores: A tal efecto los presidentes de las Cámaras de
Senadores y de Diputados, a propuesta de los respectivos bloques,
designarán cuatro legisladores por cada una de ellas, correspondiendo dos
al bloque con mayor representación legislativa, uno por la primera minoría
y uno por la segunda minoría.
4.- Cuatro (4) representantes de los abogados de la matrícula federal
designados por el voto directo de los profesionales que posean esa matrícula
5. Un representante del Poder Ejecutivo
6.- Dos (2) representantes del ámbito científico y académico: Un profesor
titular de cátedra universitaria de facultades de derechos nacionales, elegido
por sus pares. A tal efecto el consejo Interuniversitario Nacional
confeccionará el padrón y organizará la elección respectiva; y una persona de
reconocida trayectoria y prestigio, que haya sido acreedor de menciones
especiales en ámbitos académicos y/o científicos, que será elegida por el
Consejo Interunivesitario Nacional con el voto de los dos tercios de sus
integrantes'.

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A resultas del fallo y a través de la Resolución 689/22 la


Presidencia de la Cámara de Diputados completó la nómina de sus
representantes – 4 legisladores- sumando a la Diputada Reyes a los elegidos
en el año 2018 bajo la vigencia de la ley 26080 (artículo 1ero sustitutivo del
artículo 2do de la ley 24937 que establecía “…tres legisladores por cada una
de ellas (en referencia a cada una de las Cámaras) correspondiendo dos a la
mayoría y uno a la primera minoría…”) cumpliendo la ley 24937 (t.o. 24939)
puesta nuevamente en vigencia por la CSJN.
Así, la representación de la Cámara de Diputados –a razón del
dictado de la Resolución impugnada- quedó conformada del siguiente modo:
dos representantes por la mayoría (Diputados Caamaño y Siley); un
representante por la “primera minoría” (Diputado Tonelli) y un representante
de la “segunda minoría” (Diputada Reyes).
Los legisladores elegidos en el año 2018 (conforme se desarrolló
en extenso en la resolución cautelar) fueron elegidos por Acuerdos
Parlamentarios celebrados entre distintos bloques partidarios y formalizada la
designación por el titular del Cuerpo Legislativo a esa fecha.

XI.- Que dichos mandatos han concluido, por lo que una primera
solución podría declarar la presente como abstracta.
Así las cosas, es dable señalar que, desde antigua jurisprudencia,
el Máximo Tribunal tiene dicho que corresponde al Poder Judicial decidir
sobre colisiones efectivas de derechos, no competiéndole hacer declaraciones
generales o en abstracto (Fallos: 2:253; 24:248; 94:444; 256:103; 263:397 y
muchos otros).
De lo expuesto deriva que, en principio, nuestro sistema judicial
no admite cuestiones que no presenten una concreta afectación actual a los
justiciables. Ello debido a que “[s]i para determinar la jurisdicción de la Corte
y de los demás tribunales de la Nación no existiese limitación derivada de la
necesidad de un juicio, de una contienda entre partes, entendida ésta como 'un
pleito o demanda en derecho, instituida con arreglo a un curso regular de
procedimiento', según concepto de Marshall, la Suprema Corte dispondría de
una autoridad sin contralor sobre el gobierno de la República, y podría llegar

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el caso de que los demás poderes le quedarán supeditados con mengua de la
letra y del espíritu de la Carta Fundamental. Según Vedia (Constitución
Argentina, párrafos 541 y 542), el Poder Judicial no se extiende a todas las
violaciones posibles de la Constitución, sino a las que le son sometidas en
forma de caso por una de sus partes. Si así no sucede, no hay “caso” y no hay,
por lo tanto, jurisdicción acordada (Fallos: 156:318)” (dictamen del
Procurador General de la Nación, a cuyos fundamentos se remitió la Corte en
Fallos: 303:893).
En el mismo sentido, se sostuvo que el requisito de “gravamen” no
subsiste cuando el transcurso del tiempo lo ha tornado inoperante (Fallos:
290:326), cuando éste ha desaparecido de hecho (Fallos: 197:321; 231:288;
284:84 y muchos otros) o ha sido removido el obstáculo legal en que se
asentaba (Fallos: 216:147; 244:298; 302:721 y muchos otros).
Ahora bien, es cierto que el principio general expresado
precedentemente encuentra algunas excepciones en la jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En este sentido, el más Alto Tribunal ha sostenido que cuando la
cuestión se circunscriba a temas vinculados a la renovación de los poderes
políticos no puede convertirse el juicio en abstracto. Ello debido a que la
realización periódica de elecciones surge de las previsiones de la Constitución
Nacional, por lo que el hecho discutido en ese pleito volvería a suceder
(Fallos: 310:819, Voto del Dr. Petracchi, Cons 5 y ss).
En oportunidad de tener que expedirse respecto de un pedido de
autorización para inducir un parto o -eventualmente- practicar intervención
quirúrgica de cesárea a la peticionaria ante un diagnóstico de anencefalia, la
Corte Suprema de Justicia de la Nación afirmó que no obstaba la
admisibilidad del recurso el hecho de que ya hubiera tenido lugar el parto, es
decir, al ser este caso susceptible de repetición entendió que el mismo
resultaba justiciable. Ello debido a que, ante rapidez con que se produce el
desenlace de este tipo de situaciones, resulta difícil que lleguen estas
cuestiones constitucionales ante sus estrados sin que devenga abstracto el
proceso, circunstancia ésta que no le haría posible efectuar su función de
garante supremo de los derechos humanos (Fallos: 324:4061).

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El mismo criterio fue sostenido en el precedente “A.M.B y otro c/ E.N -


M° de Planificación- dto. 118/06 (ST) s/ amparo ley 16.986” (Fallos: 333:777)
en donde si bien, al momento en que el expediente estaba en condiciones de
dictar sentencia, se había cumplido con el objeto de la acción (entrega de
pasajes gratuitos en ómnibus, en los términos de la Ley N° 25.635 y Decreto
N°38/04, para que todos los integrantes del grupo familiar puedan viajar
juntos en el mismo micro con su acompañante), se dio tratamiento a la
cuestión de fondo. Para así decidir, se remitió al dictamen de la Procuradora
Fiscal, quien afirmó que: “resulta necesario un pronunciamiento sobre las
cuestiones involucradas en la causa, dada la certeza de que un conflicto
similar se reitere mientras las normas cuya constitucionalidad aquí se
impugnan continúen vigentes. En efecto, no parece admisible que los actores
deban iniciar una acción judicial ante cada negativa que reciban a su pedido de
contar con pasajes gratuitos para viajar en un mismo ómnibus el grupo
familiar más un acompañante, pues ello no sólo infringiría la garantía
constitucional de acceder a la justicia en procura de obtener tutela para los
derechos que estiman que les asiste” (el destacado no es del original). En base
a lo expuesto, concluye que “para remediar esta situación, que es frustratoria
del rol que posee todo tribunal al que se le ha encomendado la función de
garante supremo de los derechos humanos, es necesario ingresar el examen de
los temas de orden federal que se traen a conocimiento de la Corte” (Dictamen
N° S.C.A. 1021. LXLIII., en Fallos: 333:777).
Por otra parte, ante un pedido de nulidad de la decisión de la Cámara de
Diputados que suspendió la incorporación de un ciudadano a ese cuerpo por
haber rechazado el diploma de diputado electo, el Máximo Tribunal sostuvo
que a pesar de que al tiempo de emitir la decisión ya había finalizado el
mandato por el cual se había designado legislador al accionante, existía “caso”
en la medida en que la cuestión federal estaba relacionada con un interés
institucional que subsistía al momento del dictado de la resolución. Respecto
del interés institucional, expresó que este se encontraba acreditado en aquellos
autos debido a dos aspectos: “[e]l primero de ellos es el resguardo de la
soberanía del pueblo y la expresión de su voluntad, que está claramente
comprometida en el caso. El segundo se refiere a la posibilidad de repetición

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del acto, lo que justifica una decisión esclarecedora (voto del juez Petracchi en
Fallos: 310:819). Que conforme a lo expresado, existe un caso federal cuyo
interés institucional consiste en determinar los límites de la competencia que
la Constitución establece para la Excma. Cámara de Diputados de la Nación
como 'juez de las elecciones, derechos y títulos de sus miembros en cuanto a
su validez' (art. 64)” (Fallos: 330:3160).
Ahora bien, conforme surge de la transcripción efectuada, para la
configuración del segundo aspecto (el interés institucional), el tribunal se
remitió a la ya citada doctrina sentada en los autos “Recurso de hecho
deducido por Antonio Jesús Ríos en la causa: Ríos, Antonio Jesús s/
Oficialización de candidatura a Diputado Nacional – Distrito Corrientes”
(Fallos: 310:819) en cuanto a que el hecho discutido en ese caso podría volver
a suceder en virtud de que la realización periódica de elecciones surge de las
previsiones de la Constitución Nacional.
De esta manera, cabe concluir que las excepciones por las cuales
resultan justiciables los procesos a pesar de que se haya removido el obstáculo
legal en que se asentaba la pretensión, se circunscriben a: 1) eventos de
carácter periódico, cuya periodicidad deriva de las prescripciones de la
Constitución Nacional; 2) eventos repetibles; y 3) cuando se encuentre
acreditado que subiste, al momento del dictado de la sentencia, un interés
institucional.
Sentado lo expuesto, corresponde analizar si la situación planteada en el
sub lite encuadra dentro de algunas de las excepciones admitidas por la
jurisprudencia.
Es evidente, por las propuestas efectuadas recientemente, tanto por
la Presidencia de la Cámara de Diputados -como por la de Senadores,
ajeno al presente- que todos los requisitos se reúnen en el presente caso.
Ello, porque las propuestas han sido –y más aún respecto de la segunda
minoría- similares a las efectuadas para completar el período 2018-2022.
A mayor abundamiento, y a efectos de mostrar que el presente caso no ha
devenido abstracto en tanto la existencia del interés institucional subsiste, vale
advertir que la propuesta de la Presidencia de Cámara de Diputados consiste,
para el período 2022-2026, a saber: Frente de Todos Vanesa Siley y Rodolfo
Tailhade; PRO Álvaro González, y U.C.R., Roxana Reyes.

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XII.- Que el dictado de la Resolución 689/22 está enmarcada


por circunstancias que podrían denominarse extraordinarias (“fuera del orden
o regla natural o común” según definición RAE) generadas por la decisión
jurisdiccional del máximo Tribunal de la República (ver fallo del 16/12/21).
Esto así toda vez que la entrada en vigencia de la ley 24437 (t.o.
24939) –de modo temporal conforme lo indica la Corte Suprema de Justicia de
la Nación en su sentencia (ver fallo del 16/12/21) – tuvo por efecto el
aumento de la representación del estamento legislativo en el transcurso del
mandato de representantes elegidos bajo la vigencia de la norma derogada (ley
26.080); la distinta conformación de la Cámara de Diputados en razón del
proceso electoral llevado a cabo en el año 2021 en relación a la existencia en
2018 e incluso por el periodo 2019/2021; y –sumado a ello- la posibilidad que
se otorga –de modo excepcional- a los nuevos representantes de ser reelegidos
por el periodo 2022/26 de la que carecen los representantes elegidos en 2018.

XIII.- Que, en suma, y a modo de conclusión, el artículo


114 de la Constitución Nacional establece que el Consejo de la Magistratura
“…será integrado periódicamente de modo que se procure el equilibrio entre
la representación de los órganos políticos resultantes de la elección popular,
de los jueces de todas las instancias y de los abogados de la matricula federal.
Sera integrado, asimismo, por otras personas del ámbito académico y
científico, en el número y la forma que indique la ley”.
La CSJN ha señalado que “equilibrio no es lo mismo que
igualdad. Mientras la igualdad expresa de modo directo la conformidad o
correspondencia de fuerzas, el equilibrio implica una tendencia a compensar
lo que no es igual, estableciendo una relación en la que los diferentes
componentes se articulan para contrarrestar el peso de los demás” (ver consid.
7mo; 3er párrafo; causa nro. 29053; fallo del 16/12/21); y que
“la norma constitucional busca mantener un “equilibrio entre sectores de
distinto origen sin que exista predominio de uno sobre otros. Es decir que
ningún sector cuente con una cantidad de representantes que le permita

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ejercer una acción hegemónica respecto del conjunto o controlar por sí
mismo al cuerpo (considerando 25).
“El equilibrio, tal como lo ha entendido esta Corte,
consiste entonces en la imposibilidad de que alguno de los cuatro estamentos
pueda llevar adelante acciones hegemónicas o controlar al Consejo por sí y
sin necesidad de consensos con otros estamentos” (ver consid. 7mo último
párrafo; fallo del 16/|12/21)
Alega que “tampoco puede perderse de vista, al analizar
las cuestiones constitucionales planteadas, cuales fueron la finalidades
perseguidas por los constituyentes de 1994 al incorporar el Consejo de la
Magistratura a nuestra estructura institucional. Se trató, sin que pueda caber
duda alguna al respecto, de despolitizar parcialmente los procedimientos de
designación y remoción de magistrados y, de esta manera, aumentar las
garantías de independencia judicial” (ver párrafo 8).
Que, posteriormente, en el fallo “Juez, Luis Alfredo y otro c/
Honorable Cámara de Senadores de la Nación s/ amparo ley 16.986” en el
Considerando 7º “Que en relación con la incorporación de los legisladores al
Consejo para el período que finaliza en 2022, ello implicaba que fuera
designado un representante por la segunda minoría de cada una de las cámaras
para completar la composición fijada por el artículo 2° de la ley citada –se
refiere la ley 24.939-, cuyo inciso 3° establece que “(…) los presidentes de la
Cámara de Senadores y de Diputados, a propuesta de los respectivos bloques,
designarán cuatro legisladores por cada una de ellas, correspondiendo dos al
bloque con mayor representación legislativa, uno por la primera minoría y uno
por la segunda minoría”. Es decir que, según la sentencia y con el objeto de
respetar el remedio legal que fijó esta Corte, el Consejo debía funcionar hasta
la finalización del período 2018-2022 con los consejeros legisladores
designados bajo la vigencia de la ley 26.080 —dos enviados a propuesta de los
bloques de los partidos políticos con mayor representación legislativa y uno
por las primeras minorías— y con dos legisladores interinos nuevos que
debían ser elegidos por las segundas minorías de ambas cámaras del
Congreso.” Que, posteriormente, en el Considerando 12, la Corte sostiene que
“Las conductas descriptas exceden de una disquisición sobre los grados de
afinidad política para erigirse en bloques parlamentarios y demuestran que la

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partición viola lo dispuesto en la sentencia y, de ese modo, incumple con la


finalidad representativa de la ley 24.937 y, por lo tanto, resulta inoponible
para la conformación del Consejo de la Magistratura.” Para decir párrafos más
adelante que “En definitiva, el procedimiento de designación de los
integrantes del Consejo de la Magistratura no es respetuoso de las exigencias
constitucionales y legales aplicables sino manipulativo y desnaturaliza el fin
constitucional de representación pluralista procurado por el constituyente y el
legislador, por lo que no debe admitirse su validez. No puede dejar de
mencionar este Tribunal que la realización de acciones que, con apariencia de
legalidad, procuran la instrumentación de un artificio o artimaña para simular
un hecho falso o disimular uno verdadero con ánimo de obtener un rédito o
beneficio ilegítimo, recibe un enfático reproche en múltiples normas del
ordenamiento jurídico argentino. Tal reproche se acentúa cuando el ardid o la
manipulación procura lesionar la exigencia de representación política (en este
caso, con relación a las minorías), aspecto de suma trascendencia para la
forma de gobierno representativa adoptada por el texto constitucional
argentino y, en definitiva, su ideario democrático (artículo 36 de la
Constitución Nacional).”
Ahora bien, es necesario volver a la Ley 24939 y los propósitos
de su sanción.
Al respecto, en el Diario de Sesiones del 6/7 de marzo, página
623 de la Cámara de Senadores, puntualmente, el Senador Genoud pregunta si
no se “…ha previsto un piso mínimo necesario para tener un representante,
porque si hay tres listas en la que la tercera saca dos votos, considero que es
desproporcionada la representación de un consejero por esa lista”. A lo que el
Senador Yoma responde que han “…considerado conveniente dejar este tipo
de cuestiones de reglamentación muy particulares en manos del Consejo”.
Reglamentación que, en efecto, no ocurrió.
En la sesión de Diputados, del 12 y 13 de marzo (pág. 701) es
interesante el aporte de la Dra Carrio: Sostiene que “El Mandato
constitucional de la Carta Magna de 1994 obliga que ambas Cámaras estén
representadas porque a partir de 2001 la Camara de Senadores se integrará por
elección directa. (…) Existían dos opciones: la primera de ellas incluía a tres

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representantes de los diputados y a tres de los senadores, siendo dos por el
bloque de la mayoría y uno por el de la primera minoría, excluyéndose del
Consejo de la Magistratura a los representantes de la segunda minoría. Esta
opción desconoce fundamentalmente el sistema político del pluralismo
moderado que existe en la Argentina, que llevó a quien habla a votar en contra
del reglamento en la Convención Constituyente, porque justamente estaban
excluidas de ese consenso de partidos –como lo señaló el Convencional
Auyero- las segundas y terceras minorías, como podía ser el Frepaso. (…) el
bloque de la Unión Cívica Radical, aun sabiendo que no iba a contar con el
apoyo de los partidos que estaba defendiendo, decidió respetar el sistema de
pluralismo moderado por una cuestión de principios y asumir los costos, pero
que las segundas y terceras minorías en el país estén representadas,
porque sino habría una especie de proscripción en beneficio de la
representación igualitaria que podría llevar a la prevalencia del sistema
operativo.”
Que, por lo aquí expuesto, es evidente que el espíritu de la ley es
otorgar un lugar a tres espacios políticos diferentes. Dos integrantes al partido
político que cuenta con mayor cantidad de votos, y un integrante a cada uno
de los siguientes. Que del análisis de cómo se ejecutó la Ley N° 24.937 (t.o
Ley 24.939) hasta que fue modificada por la Ley 26.080, se advierte que en su
primera conformación, en el período 1998/2002, los representantes fueron, por
la Cámara de Diputados, Miguel A. Pichetto, Juan Carlos Maqueda (luego
María Lelia Chaya), por el Partido Justicialista; Melchor R. Cruchaga (Unión
Cívica Radical) y Oscar E. Massei (luego Pablo D. Fernández) (FREPASO).
Y en la Cámara de Senadores, Augusto J. M. Alasino y Ricardo A. Branda
(Partido Justicialista), Horacio D. Usandizaga (U.C.R.), y José A. Romero
Feris (Partido Autonomista de Corrientes). Y en su segunda conformación
(2002-2005), por la Cámara de Diputados, Jorge O. Casanovas y María Lelia
Chaya (Partido Justicialista), Marcelo Stubrin (luego Juan Jesús Minguez
(U.C.R.), y Marcela V. Rodríguez (A.R.I.). Y por la Cámara de Senadores,
Miguel A. Pichetto y Jorge R. Yoma (Partido Justicialista), Carlos A. Prades
(U.C.R.) y Ricardo Gómez Diez (Partido Renovador de Salta). Es, a todas
luces, una demostración que para distribuir los integrantes del Consejo se

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deben analizar los miembros de las Cámaras de acuerdo a cómo se han


presentado las listas en las elecciones.
Si se permitiera, antes o después, que un conjunto de Legisladores
dividieran bloques –aunque fueron candidatos de la misma lista, se estaría
produciendo lo que la Corte, y es menester repetir la cita, advierte como la “…
instrumentación de un artificio o artimaña para simular un hecho falso o
disimular uno verdadero con ánimo de obtener un rédito o beneficio ilegítimo,
recibe un enfático reproche en múltiples normas del ordenamiento jurídico
argentino. Tal reproche se acentúa cuando el ardid o la manipulación
procura lesionar la exigencia de representación política (en este caso, con
relación a las minorías), aspecto de suma trascendencia para la forma de
gobierno representativa adoptada por el texto constitucional argentino y,
en definitiva, su ideario democrático (artículo 36 de la Constitución
Nacional).”
De otorgarle un integrante al Bloque constituido por el PRO, y
otro integrante al bloque UCR, se estaría vedando de participar a la real
segunda minoría de la Cámara, comentiéndose una situación, de hecho,
similar a la analizada por la Corte en el fallo citado. Ello, porque los miembros
de los bloques PRO y UCR han constituido, de hecho, parte de la misma lista
de candidatos a ser votada, tanto en 2021 como previamente en 2019. Por lo
tanto, se le estaría asignando una doble representación cuando la ley es clara
en cuanto busca representar a tres espacios políticos diferentes. Y esos tres
espacios solo pueden surgir de la voluntad popular, que a la hora de elegir
entre múltiples opciones, como en nuestro pais, otorga una suma de votos a un
Partido Político o Frente que los unifica (Dos representantes); otra cantidad de
votos a un segundo partido (Primera Minoría, un representante); y, por último,
votos a una tercera fuerza política (Constituida por otro Frente u otros partidos
políticos), a quien, siendo segunda minoría, le corresponde el último
integrante en el Consejo de la Magistratura. Esta asignación de representantes
–la actual- se efectua con legisladores elegidos en las elecciones efectuadas en
2019 y 2021. En ambos procesos electorales –más allá de denominaciones
circunstanciales, el Frente de Todos (Partido Justicialista y otros), constituyó
una alternativa para votar; el Frente Juntos por el Cambio (PRO, U.C.R.,

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Coalición Cívica, entre otros), otra; y, por mencionar dos más, el Frente de
Izquierda los Trabajadores, y La Libertad Avanza, entre otras, otras
alternativa que, según el análisis que debe hacerse en el seno de la Cámara de
Diputados y ajeno a este proceso, debiendo la Presidencia de la Cámara
dictar una nueva Resolución acorde a lo aquí decidido, no pudiendo
otorgar la representación del tercer espacio a la Unión Civica Radical.

Por todo lo expuesto FALLO:

1°) Haciendo lugar a la presente acción de amparo,


declarando nula la Resolución 689/22 la Presidencia de la Cámara de
Diputados y las que en lo sucesivo integren la segunda minoría con Partidos
Políticos o Alianzas a las que ya les han sido asignados integrantes en mayoría
o primera minoría.
2°) Intimar a la demandada a, en lo sucesivo, dictar
Resoluciones de conformidad a lo aquí establecido en el considerando XIV.

3°) Imponer las costas en el orden causado atento la


complejidad de la cuestión en debate (art. 17 de la ley 16986 y 68, segunda
parte, del CPCCN).

Regístrese, notifíquese y, oportunamente,


archívese.

MARTIN CORMICK
JUEZ FEDERAL

Signature Not Verified


Digitally signed by DIEGO MARTIN
CORMICK
Date: 2022.11.28 14:32:36 ART

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