Aristóteles
Aristóteles
Aristóteles
Aristóteles
Escolarca del Liceo
Información personal
Nombre
Ἀριστοτέλης
nativo
Nacimie 384 a. C.
nto Estagira, Reino de Macedonia
Naciona
Macedonio
lidad
Familia
Padres Nicómaco
Festis
Educación
Educad
Academia de Atenas
o en
Alumno
Platón
de
Información profesional
Ocupac
Filosofía
ión
Área Metafísico, biólogo, cosmólogo, lógic
o, zoólogo, crítico
literario, matemático, ético, epistemól
ogo, filósofo
político, polímata, filósofo del
lenguaje, escritor, astrónomo y científi
co
Obras Metafísica
notable Política
s Ética nicomáquea
Aristóteles argumentó que una capacidad, como ser músico, podría adquirirse (la
potencia se actualiza) mediante el aprendizaje.[58][59]
Parménides de Elea argumentó que el cambio es imposible, pues el cambio es el paso
del ser al no ser o la inversa. Esto es inaceptable, ya que el no ser no existe y nada
puede surgir de la nada. Por otro lado, los heraclíteos sostuvieron el cambio
constante de todas las cosas. Platón propuso una especie de síntesis con un mundo
sensible, caracterizado por un proceso constante de transformación y, por el otro,
un mundo abstracto y perfecto de las Ideas, caracterizado por la eternidad y la
incorruptibilidad.[cita requerida]
Aristóteles da su propia respuesta al problema del cambio. Frente a Parménides y
Platón, Aristóteles reconoce la polisemia del verbo ser en sus distintos usos y
aplicaciones, estableciendo que «la expresión 'algo que es' se dice en muchos sentidos»,
pero estos diferentes sentidos se refieren a una sola cosa, a una misma naturaleza, a un
principio único.[60] Si bien Aristóteles diferencia entre «cambio» (μεταβολή) y
«movimiento» (κίνησις),[61] con frecuencia él se refiere a estos términos en general
como sinónimos de toda clase de cambio.[62]
En la Metafísica, Aristóteles enfatiza al ser en acto (entelecheia, griego: ἐντελέχεια) y
en potencia (dynamis, griego: δύναμις).[63] El acto es la sustancia como se presenta y la
potencia son sus capacidades de ser. Aristóteles entiende el cambio y el movimiento
como «la actualización de lo que está en potencia»[64] por la acción de las causas.
Ambos conceptos poseen dos matices distintos:[65]
Acto como entelequia, la “realización” de un ser que estaba en potencia. (ej. el
árbol es entelequia de la semilla).
Acto como energeia, la acción de una potencia activa. (ej. placer es
una energeia del cuerpo).
Potencia activa, la posibilidad de producir una acción.
Potencia pasiva, la posibilidad de recibir la acción de una potencia activa.
Para Aristóteles no hay generación desde la nada (ex nihilio), sino desde lo que él llama
privación, un cierto no ser en el sentido de no ser algo determinado. El "no-ser" para
Aristóteles "es" porque el "no-ser" no es una nada absoluta, sino un poder, una
actividad, una potencia de la sustancia para «llegar a ser» (gígnesthaí). La impotencia y
la imposibilidad son lo contrario de la potencia, la privación de esta.[66] El acto es el
reconocimiento del ser en potencia.[67] El cambio del cosmos esta subordinado al acto y
la potencia, siendo el acto anterior con absoluta superioridad a la potencia, ya que todo
cambio «es el acto de lo que no ha alcanzado su fin».[68][69] El movimiento en sí mismo
es una potencia eterna, ya que si se actualiza no hay movimiento. Luego el cambio es
pues un «acto imperfecto de lo que está en potencia en tanto está en potencia».[70][71]
Sustancia y accidenteEditar
Artículos principales: Sustancia (Aristóteles) y Accidente (filosofía).
Aristóteles también entendía al ser como sustancia (ousía), término que tiene muchos
sentidos en los que se puede decir que una cosa "es", pero está relacionada con un punto
central.[72] Distinguió cuatro sentidos de la sustancia: la esencia (to ti ên
einai), universal (kathólou), género (génos) y sujeto (hypokeímenon).[73][74] Además, la
sustancia en la metafísica aristotélica se divide en tres clases: la sensible y perecedera
(cuatro elementos), la sensible y eterna (éter) y la inmóvil (dios).[75]
El filósofo definió la esencia como un ser en sí, y solo las sustancias tienen una esencia.
[76] Distinguió la sustancia primera, aquella que no se predica de un sujeto, ni está en el
sujeto, de la sustancia segunda, aquella que se predica de la substancia primera, tal
como la esencia o el género. En un sentido primario solo existe la sustancia primera, en
la que se realiza la esencia y no al revés (negando así la teoría de las formas platónicas).
[77] Luego Sócrates como hombre individual es una sustancia primera, y hombre es su
género, o sea que es una sustancia segunda.[78][79] Los cambios de una sustancia serían
aquellos en los que desaparece la sustancia o aparece la adquisición de otra; solamente
podrían ser dos: generación (génesis) y corrupción (phthorá).[80][81]
Para el filósofo, todo movimiento es de un contrario (enantía) a otro. Para ello debe
haber un sujeto que experimenta y persiste después del cambio, mientras que el
contrario deja de persistir.[82] Como la sustancia es una especie de unidad y no posee
contrarios,[83] entonces los cambios sustanciales no son movimientos,[84] «sino cambios
por contradicción»;[85] luego el movimiento solo es la actualización «a partir de un
sujeto y hacia un sujeto».[86][62] Hay cambio cuando un sujeto que carece de una
determinada perfección la adquiere por sí mismo (cambio natural) o por otro (cambio
artificial).[87] En el libro I de la Física, Aristóteles pone el ejemplo de la
"transformación" (de una forma a otra) de un "hombre iletrado" a "letrado", siendo aquí
el hombre, privado de lectura o con la potencia de leer, el sustrato persistente del
cambio entre los contrarios no-poder leer a poder leer.[88]
Todo proviene del ser; pero, sin duda, del ser en potencia, es decir, del no-ser en acto. [...] Todo
lo que cambia tiene una materia [...] Si hay realmente el ser en potencia, de él es de quien
provienen los seres; no de todo ser en potencia, sino tal ser en acto de tal ser en potencia. [...]
(S)i no hubiera habido más que una materia, sólo se hubiera convertido en acto aquello que
hubiera sido la materia en potencia. Por lo tanto, hay tres causas, tres principios: dos constituyen
la contrariedad, de una parte la noción sustancial y la forma, de la otra la privación; el tercer
principio es la materia.
Metafísica. XII, 2, 1069b 5-30.
Por otra parte están los accidentes, una forma de ser que se da en una sustancia sin ser
uno de los caracteres distintivos de su esencia.[89] Los cambios accidentales, por el
contrario, serían aquellos que se producirían sin que su forma sustancial devenga en
otra. Es decir, algo (el sustrato) pasa a otro modo de ser, pero sigue siendo algo, y sigue
siendo sustrato del cambio. Estos accidentes no pueden existir separados de la sustancia,
porque “son los modos del ser” que existen en la sustancia sin ser necesariamente tales
ni constantes. Junto con la sustancia, Aristóteles los asocia con sus categorías del ser[72]
y distingue principalmente solo tres tipos de cambios: el de la cualidad, el de la cantidad
y el del lugar.[62][79][85]
Las cosas -algunas sólo en acto, otras en potencia y en acto- son o un «esto» o una cantidad o
una cualidad, y de la misma manera en las otras categorías de lo que es. En cuanto a las que son
relativas a algo, se dicen según el exceso o el defecto, o según la actividad o la pasividad, o, en
general, según su capacidad de mover o de ser movida [...] Cada una de estas categorías está
presente en las cosas de dos maneras: por ejemplo, con respecto a un «esto», en su forma o su
privación; con respecto a la cualidad, en lo blanco o lo negro; con respecto a la cantidad, en lo
completo o lo incompleto; y de la misma manera con respecto al desplazamiento en el arriba o
el abajo, lo pesado o lo ligero. Por consiguiente, las especies del movimiento y del cambio son
tantas como las del ser.
Física. III, 1, 200b 25 - 201a 10.
Hilemorfismo y teleologíaEditar
Artículos principales: Hilemorfismo, Teleología y Las cuatro causas de Aristóteles.
Predicad
Sujeto Predicado Sujeto Sujeto Predicado
o
Premisa A B A B A C
Premisa B C A C B C
Conclusión A C B C A B
Aristóteles por Francesco Hayez de 1811
Aristóteles comparó el intelecto paciente con una "tablilla en la que nada está
actualmente escrito" (tabula rasa) que almacena todos los conceptos que capta el
intelecto agente:[153]
«En cuanto a la dificultad de que el intelecto paciente ha de tener algo en común con el intelecto
agente, ¿no ha quedado ya contestada al decir que el intelecto es en cierto
modo potencialmente lo inteligible si bien en entelequia no es nada antes de inteligir? Lo
inteligible ha de estar en él del mismo modo que en una tablilla en la que nada está
actualmente escrito: esto es lo que sucede con el intelecto.»
Acerca del alma, 429b29 - 430a5
Inteligir es entonces actualizar la potencia del intelecto, y este necesita un medio para
ello. Aristóteles lo ejemplifica con la luz, que para conocer los colores se necesita una la
luz que convierte los colores en potencia en colores en acto, permitiendo a la vista que
actualice su capacidad de ver.[152] En el Libro XII de la Metafísica, Aristóteles parece
equiparar el intelecto activo con el "motor inmóvil" y/o Dios.[154]
ÉticaEditar
Artículo principal: Ética de Aristóteles
Existen tres obras sobre ética atribuidas a Aristóteles sobre ética: la Ética nicomáquea,
la Ética eudemia y la Magna moralia (de la cual todavía se duda su autoría). Aristóteles
consideraba que la ética era un estudio práctico más que teórico, es decir, uno destinado
a ser bueno y hacer el bien en lugar de saberlo por sí mismo,[155] y sostuvo lo que hoy
se llama una ética de las virtudes.[156][157] Aristóteles considera que el fin que busca el
hombre es la felicidad, que consiste en la vida intelectual y contemplativa.[158]
EudemonismoEditar
Según el filósofo, toda actividad humana tiende hacia algún bien. Así, se da
un teleologismo al identificar el fin con el bien. La ética de Aristóteles es una ética de
bienes porque supone que cada vez que el hombre actúa lo hace en búsqueda de un
determinado bien.[159] El bien supremo es la felicidad (eudaimonía), y la felicidad
humana es la sabiduría, porque es lo más divino que hay en el hombre,[158] y la maldad
es una forma de ignorancia acerca de lo que uno debe hacer.[160] Las teorías éticas
eudaemonistas y teleológicas difieren de las teorías deontológicas, las cuales enfatizan
el deber o la ley, y también han sido asociadas como teorías consecuencialistas, donde
la "acción correcta" es aquella que trae buenas consecuencias.[161][162] No obstante,
ambos enfoques pueden compatibilizarse con las virtudes.[157]
Siendo este mismo (el intelecto) divino o la parte más divina que hay en nosotros, su actividad
de acuerdo con la propia será la felicidad perfecta. Y está actividad es contemplativa, como ya
hemos dicho.
Ética nicomaquea, X. 7, 1177a13–18.
Aristóteles en la Ética nicomáquea, tomó dos cosas en cuenta: la calidad del ser humano
y la calidad de la vida. Un ser humano excepcional es un ser exitoso ejemplo de
humanidad. Una persona que vive una vida excepcional hasta la muerte alcanzado
el telos humanos.[163] Aristóteles enfatiza que el objetivo de aprender sobre la buena
vida no es el conocimiento, sino volverse bueno.[164] Obrar bien forma parte de la buena
vida,[165] por eso la ética requiere no solo de teoría, sino práctica.[155]
No nos consagramos a estas indagaciones para saber lo qué es la virtud, sino para aprender a
hacernos virtuosos y buenos; porque de otra manera este estudio sería completamente inútil.
Ética nicomaquea, VIII.2, 1103b 26–30.
El bien es elegido por el deseo y la inteligencia conjuntamente, pues la inteligencia por
sí misma sin un fin deseado, no se mueve.[166] Esta doctrina Aristóteles la llamó
“inteligencia deseosa o deseo inteligente”.[10][11]
El deseo voluntario es un apetito racional de bien (pues nadie quiere algo sino cuando cree que
es bueno); en cambio, la ira o el deseo pasional son impulsos irracionales. De modo, en fin, que
todas las acciones que los hombres ponen en práctica necesario es que las hagan por estas siete
causas: por azar, por naturaleza, por fuerza, por hábito, por cálculo racional, por apetito irascible
o por deseo pasional.
Retórica (Gredos, Madrid, 1999), I.10, 1369a 5.
Aristóteles fue uno de los primeros en argumentar a favor
del indeterminismo y compatibilismo.[167][168] Diferenció entre acciones "voluntarias"
(cuando se hacen con conocimiento previo y sin estar forzado) de las "involuntarias"
(cuando son producidas por una fuerza externa o por ignorancia), aunque existen casos
las cuales a veces se pueden mezclar.[167][169][170] Muchas decisiones son bastante
predecibles en función del hábito y el carácter. La naturaleza humana implica, para
todos, una capacidad para formar hábitos, pero los hábitos formados por un individuo en
concreto dependen de la cultura y de las opciones personales repetidas de ese individuo.
Todos los seres humanos anhelan la «felicidad», es decir, una realización activa y
comprometida de sus capacidades innatas, aunque este objetivo puede ser alcanzado por
muchos caminos. Para ello recomienda buscar las opiniones creíbles (endoxa) emitidas
por personas respetable (endoxos).[1][171] Sin embargo, Aristóteles señaló que hay un
elemento de suerte en la felicidad al evitar la desgracia y es aconsejable poseer bienes
corpóreos y externos.[103][172] Como seres de naturaleza cambiante, la felicidad humana
es imperfecta y podemos perderla.[173]
Véase también: Libre albedrío en la antigüedad
Virtudes éticas y dianoéticaEditar
Tabla de las virtudes éticas de Aristóteles[174]
Ausencia Virtud Exceso
Cobardía Valentía Temerario
Insensibilidad Templanza Libertinaje
Frusilería Magnificencia Vulgaridad
En su Ética eudemia,
Complejo de
Aristóteles define inferioridad
Autoestima Vanidad
la virtud como la excelencia
Falta de ambición Ambición adecuada Exceso de ambición
(areté),el mejor modo de ser
Falta de ánimo Paciencia Irascibilidad
de todo lo que tiene una
función.[175] En el hombre, por Juicio insuficiente Veracidad Jactancia
tanto, la virtud es la excelencia Grosería Ingenio Bufonada
del alma.[176] El fin del alma Mal carácter Simpatía Adulación
es hacer vivir y la función de Descaro Pudor Timidez
la virtud del almas es una vida Regodeo malicioso Justicia Envidia
buena y por lo tanto, la
Frusilería Generosidad Derrochador
felicidad, y los fines y bienes
mejores están en el alma.[175]
[177] Aristóteles distinguía dos tipos de virtudes:[178][179]
La virtud ética o moral: es una expresión del carácter, producto de los hábitos
que reflejan opciones repetidas. Las virtudes éticas son adquiridas a través de la
costumbre o el hábito y consisten, fundamentalmente, en el dominio de la parte
irracional del alma (sensitiva) y regular las relaciones entre los hombres. Una
virtud moral siempre es el término medio entre dos extremos menos deseables
(por ejemplo, la valentía es el punto intermedio entre la cobardía y la
impetuosidad irreflexiva).[180]
Naturalismo políticoEditar
Diagrama de los cuatro elementos clásicos (fuego, aire, agua, tierra) de Empédocles y
Aristóteles.
En su obra Acerca de la generación y la corrupción, Aristóteles propuso que
el universo estaba formado por la combinación de elementos o compuestos básicos
basados en los cuatro elementos presocráticos de la teoría pluralista de Empédocles.
Según su teoría, todo está compuesto por: tierra, agua, aire, fuego y éter.[227] En Sobre
el cielo, cada elemento tiene un lugar y movimiento natural, determinado por su
«gravedad» y «levedad» de su peso.[228]
En cuanto al quinto elemento, Aristóteles sostuvo que todos los cielos, y cada partícula
de materia en el universo, estaban formados a partir de otro elemento, él que llamó
«éter» (del griego Αἰθήρ).[227] Este elemento se supone que no tenía peso y era
«incorruptible».[227] Al éter también se lo llamaba «quintaesencia» —o sea, la «quinta
sustancia».[229]
MecánicaEditar
Esta sección es un extracto de Física aristotélica § Leyes.[editar]
Cada elemento en la Tierra se mueve, de forma natural, en línea recta hacia el lugar que
le corresponde, en el que se detendrá una vez alcanzado, de lo que resulta que el
movimiento terrestre siempre es lineal y siempre acaba por detenerse. El agua y la tierra
se mueven naturalmente hacia el centro del universo, el aire y el fuego se alejan del
centro, y el éter gira en torno al centro. Estos principios servían para explicar fenómenos
como que las rocas caigan y el humo suba. Además explicaban la redondez del planeta,
y las órbitas de los cuerpos celestes. Los cielos se mueven de forma natural e infinita
siguiendo un complejo movimiento circular, por lo que deben, conforme con la lógica,
estar compuestos por un quinto elemento, que él llamaba éter, elemento superior que no
es susceptible de sufrir cualquier cambio que no sea el de lugar realizado por medio de
un movimiento circular.
Las leyes del movimiento de Aristóteles, declaran que los objetos caen a una velocidad
proporcional a su peso e inversamente proporcional a la densidad del fluido en el que
están inmersos. Esta es una aproximación correcta para objetos en el campo
gravitacional de la Tierra moviéndose en aire o agua, aunque se sabe que sus teorías
físicas están erradas.[230] Aristóteles declaró que los objetos pesados (tierra, por
ejemplo) requieren más fuerza para hacerlos moverse; y los objetos empujados con
mayor fuerza se mueven más rápido. Es decir:[231]
Esta fórmula es incorrecta en física moderna.[232][233] También Aristóteles aclara que:
"Vemos que un mismo peso y cuerpo se desplaza más rápidamente que otro por
dos razones: o porque es diferente aquello a través de lo cual pasa (como el
pasar a través del agua o la tierra o el aire), o porque el cuerpo que se desplaza
difiere de otro por el exceso de peso o ligereza, aunque los otros factores sean
los mismos."[234]
La tesis se podría formar la siguiente ecuación: la velocidad (v) de un cuerpo es
proporcional la fuerza (F) aplicada al moverlo e inversamente proporcional a su masa
(m) y a su resistencia (r). Es decir:[235]
La teoría aristotélica de que el movimiento lineal siempre se lleva a cabo a través de un
medio de resistencia es, en realidad, válida para todos los movimientos terrestres
observables. La teoría primitiva gravitatoria de Aristóteles sobre la caída de objetos,
basada en las tendencias inherentes de lo "levedad" y lo "gravedad".[236] En este
sistema, Aristóteles sostenía también que los cuerpos más pesados de una materia
específica caen de forma más rápida que aquellos que son más ligeros cuando sus
formas son iguales. Así, según Aristóteles, una bala de cañón de 100 kg debería caer
100 veces más rápido hacia la Tierra que una bala de cañón de 1 kg.[237] Este concepto
equivocado fue ya discutido desde su época con Estratón de Lámpsaco en esos dos
libros Sobre la ligereza y la pesadez y Sobre el movimiento.
"Si alguien suelta una piedra, u otra cosa que tenga peso, sosteniéndola a un
dedo sobre el suelo, ciertamente no hará un impacto visible en el suelo, pero si
uno la suelta sosteniéndola a cien pies de altura o más, tendrá un fuerte impacto.
Y no hay otra razón para ese impacto. Porque no tiene mayor peso, ni es
impulsado por una fuerza mayor; pero se mueve más rápido."[238]
Se dice que Juan Filópono (en la Edad Media) y Galileo demostraron mediante
experimentos que la afirmación de Aristóteles de que un objeto más pesado cae más
rápido que un objeto más ligero es incorrecta.[239][240]
AstronomíaEditar
Esta sección es un extracto de Física aristotélica § Astronomía.[editar]
A pesar de su fijación por el arte concreto dedicó algunos escritos hacia el concepto más
general de belleza. Así, para Aristóteles el conocimiento es placentero, luego conlleva
un disfrute estético, y es bello lo que gusta por medio de la vista y el oído. Dividió estos
sentidos en función del disfrute que generaban al captar algo bello: la vista placer
intelictivo, el oído placer moral.[305] Para él la belleza era una unidad de partes que
tenían las siguientes condiciones formales:[305]
Táxis: Distribución en el espacio de las partes componentes del objeto bello.
Symmetría: La correcta proporción de esas partes.
To horisménon: La extensión o tamaño de lo bello. No debe excederse ni verse
fatalmente mermado en sus dimensiones.
PoéticaEditar
Aristóteles divide todos los discurso entre géneros de oratoria dependiendo al lugar y
tiempo al que se dirigen:[324][326][327]
Oratoria política o deliberativa (sumbouleutikon): discursos dirigidos a una
asamblea que tratan de "lo posible y "lo futuro" para que tomen una decisión
acerca de una propuesta.
Oratoria forense o judicial (dikanikon): discursos judiciales que tratan de "lo
pasado" para demostrar la culpabilidad o inocencia de una persona.
Oratoria epidíctica o demostrativa (epideiktikon): discursos ceremoniales que
tratan de la "magnitud" para encomiar o vitupear algo.
Por otro lado, filósofos de la ciencia como John Tyndall y Karl Popper se quejaron por
la excesiva influencia que tuvo Aristóteles en la ciencia. Popper acusó a Aristóteles de
haber retrasado el desarrollo del pensamiento mismo:
«Creo que el desarrollo del pensamiento desde Aristóteles podría resumirse
diciendo que toda disciplina, siempre que utilizó el método de definición
aristotélico, ha permanecido detenida en un estado de verborrea vacía y
escolástica estéril, y que el grado de que las diversas ciencias hayan podido hacer
algún progreso depende del grado en que hayan podido deshacerse de este
método esencialista. (Es por eso que gran parte de nuestra "ciencia social"
todavía pertenece a la Edad Media).»[353]
El matemático inglés George Boole aceptó completamente la lógica de Aristóteles, pero
decidió "ir por debajo, encimas y más allá" con su sistema de lógica algebraica en su
libro Las leyes del pensamiento de 1854. Sin embargo, Gottlob Frege desarrolló
nociones de cuantificación y predicación en su lógica, haciendo obsoleto su silogismo.
[103] Bertrand Russell en su libro Historia de la filosofía occidental fue muy crítico con
su lógica[354] y llegó a decir de él en La perspectiva científica que:
«[Aristóteles] ha sido una de las grandes desgracias de la raza humana.»[355]
Sin embargo, más de 2300 años después de su muerte, Aristóteles sigue siendo uno de
los hombres más influyentes del mundo. Varios filósofos sostienen que las ideas
aristotélicas ofrecen soluciones fructíferas a los problemas filosóficos contemporáneos.
[103] Su ética, aunque siempre influyente, ganó un renovado interés con el advenimiento
moderno de la ética de la virtud, como en el pensamiento de Philippa Foot y Alasdair
MacIntyre, quien ha intentado reformar lo que él llama la tradición aristotélica de una
manera que es anti-elitista y capaz de disputar las afirmaciones de los liberales y los
nietzscheanos.[356] Este redescubrimiento del pensamiento ético de Aristóteles formó la
corriente del “naturalismo neo-aristotélico”.[357] Edward Feser defendió el pensamiento
de Aristóteles en el progreso científico.[358] Contrariando a Russell, Feser sostiene que
"abandonar el aristotelismo, como hicieron los fundadores de la filosofía moderna, fue
el error más grande jamás cometido en la historia del pensamiento occidental".[359]
En filosofía de las matemáticas, la "Sydney School" adoptó una noción realista
neoaristotélica de las matemáticas frente el platonismo y el nominalismo.[360]
La novela El nombre de la rosa de Umberto Eco se centra en la desaparición de la
segunda parte de la Póetica de Aristóteles. Más recientemente, Christopher
Plummer interpretó al filósofo en la película de Alexander y el historietista Sam
Kieth lo convirtió en uno de los personajes (con Platón y Epicuro) de su cómic Epicuro
el Sabio.[361]
ObrasEditar
Algunos volúmenes de la edición de los Comentarios griegos sobre la obra de
Aristóteles (Berlín, 1882-1909)