UNIDAD VII Noguera
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NOGUERA
FACULTAD DE DERECHO AÑO 2017
El estado de sitio.
El art. 23 de la C.N. le reconoce al presidente de la república detener personas y
trasladarlas de un punto a otro del país, durante la vigencia de Estado de Sitio. Frente a
ello, se admite el beneficio al detenido de solicitar la opción de salir del país, no
pudiendo regresar hasta tanto se produzca el cese del mismo, aunque, si regresa y
vuelve a ser detenido por igual motivo, puede reiterar el pedido de la opción, que es, de
carácter obligatorio su otorgamiento por el PEN.
El Estado de Sitio, se encuentra previsto desde sus orígenes en la CN para
afrontar la emergencia política que encuadre en el art 23 CN.
1) Nuestra CN habilita la declaración del Estado de sitios en los casos de:
- Conmoción interior, se trata de una serie de actos sistemáticamente ejecutados
que conmuevan la paz y la convivencia social.
- Ataque exterior que pongan en peligro el ejercicio de esta constitución y de las
autoridades creadas por ella.
2) Su carácter restrictivo se reafirma si el espacio territorial que abarca su
declaración.
3) En caso de conmoción interna tal declaración debe ser realizada, por el
Congreso de la Nación (art75, inc2904) En caso de ataque externo dicha atribución le
corresponde al P.E con acuerdo del Senado (art.99, inc16 y art 61 CN).
El art. 27 CADH requiere que sea limitada en el tiempo.
Los motivos de declaración de Estado de Sitio o Emergencia en la Argentina
respondieron a: (i) Agitación popular, (ii) Huelgas portuarias, (iii) La revolución radical
de 1905 y (iv) El asesinato de Ramón Falcón, etc.
El derecho a Asilo.
Este derecho se encuentra garantizado por el art. 22.7. de la C.A.D.H., consiste
en buscar y en recibir asilo en territorio extranjero, y debe fundarse en la persecución
por delitos políticos o conexos con los políticos, de acuerdo a la legislación de cada
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El estatuto de refugiado.
El refugiado, en principio es coactivamente obligado a salir de su país de
residencia, en razón de persecuciones raciales, religiosas, políticas, etc, en la
generalidad de los casos, obligado a entrar en un tercer Estado. La generalización de
este fenómeno ha hecho que se crearan naciones unidad de Alto Comisionado para los
Refugiados, y se regulará esta situación. El otorgamiento del estatuto de refugiado por
el país receptor, garantiza la legalidad de su residencia en el mismo, impide su
expulsión y lo hace acreedor a una serie de beneficios propios de tal condición.
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La ley de Residencia.
En la Argentina, a partir de 1902, y hasta su derogación por ley 14.445 de 1958,
rigió la denominada Ley de residencia que autorizaba al poder ejecutivo nacional a
ordenar la salida del territorio de la nación a todo extranjero que haya sido condenado o
sea perseguido por los tribunales extranjeros, por crimines o delitos de derecho común,
cuya conducta comprometa la seguridad nacional o perturbe el orden público, y a
impedir la entrada al territorio de la República a todo extranjero cuyos antecedentes
anteriores autoricen a incluirlo entre aquellos a que se refieren los dos casos anteriores.
Vulneraba las reglas mínimas del debido proceso y representaba la asunción de
funciones judiciales por el Poder Ejecutivo, como bien señala Sánchez Viamonte, a
pesar de lo cual ha sido reideramente confirmada su constitucionalidad por la CSJN
“que de lo dicho se sigue que el extranjero que haya penetrado al país y después de
hallarse en él comprometa la seguridad nacional o perturbe el orden público, ni
constitucional ni moralmente puede invocar para sí el derecho de permanecer en el
territorio, garantizado por el art. 14 de la constitución”. (CSJN- Caso de transporte
chaco-1932. En 1949 aún se sostenía por la corte suprema su constitucionalidad. Fallos-
215-161- “Ordinanz”) como bien lo señala Ramella (268/269) una vez derogada una
parte fue establecida por la ley 17.401 de 1967 sobre represión del comunismo. Por la
ley 18.235 de 1969 y por la ley 21.259 de 1976, en términos y con consecuencias y
procedimiento similares a la ley otorgada.
La Ley 23098 (art 4inc., 1°) incorpora el examen judicial de legitimidad del
dictado de la emergencia (sitio), a pesar de la tradicional jurisprudencia adversa de
CSJN que la califica/no justicia de (fallos 196.584:236:632; 252:244, etc.)
Fallos 307:2285 “caso granada”.
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La expulsión de extranjeros
Para que la permanencia de un extranjero en el territorio nacional sea legal, debe
cumplir con determinados requisitos al ingreso, como para gestionar su residencia, ante
la dirección nacional de migraciones. Si el ingreso y/o la permanencia es o se torna
ilegal, el extranjero puede ser expulsado de nuestro territorio, con destino a su país de
origen. Ello constituye una salida coactiva del territorio. La convención americana (art.
22, ap. 6, 8 y 9), además de fijar la condición de legalidad, limita su ejercicio al país de
origen o a otros, en los casos en que la vida o la libertad del expulsado estén en riesgo
de ser violada a causa de su raza, religión, nacionalidad, condición social o de sus
opiniones políticas. Además prohíbe la expulsión colectiva de extranjeros. Se ha
sostenido que resulta imprescindible el respeto del debido proceso judicial y el derecho
de defensa en juicio, en un trámite con intervención del poder judicial, como condición
de constitucionalidad de la expulsión. (Gelli-188, CSJN. “De la Torre”, 22-12-1988-
Voto disidente Dres. Petracchi, Fayt y Boggiano)
La extradición
Consiste en el requerimiento, por un tercer Estado, de una persona que en él
reside, a los fines de ser juzgado penalmente. En general la extradición se acuerda en
tratados bilaterales entre Estados, la convención americana contra la desaparición
forzada de personas, o contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, regulan la obligación de extraditar y hasta establecen la posibilidad de
utilizar las mismas, entre Estados Partes, en ausencia de tratados bilaterales específicos.
La limitación antedicha se considera razonable en la medida en que su fin es evitar la
impunidad de los delitos.
El peaje.
Consiste en la fijación de un costo en dinero, como condición por la efectiva
utilización de una vía de comunicación, terrestre o acuática, generalmente destinado al
mantenimiento o mejoramiento de la misma.
Resulta razonable su implementación en la medida en que esté destinado a
sufragar los gastos de mantenimiento y que exista una vía alternativa gratuita (CSJN-
Nación Argentina- fallos-312-1106) que debe mantenerse en un nivel de transitabilidad
que no frustre efectivamente el derecho a transitar. No comparto la jurisprudencia
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posterior del máximo tribunal que dejó de exigir la necesidad de una vía alternativa
gratuita, y que hace hincapié en la necesidad de demostrar el efectivo perjuicio al
derecho de circular por la imposición del peaje. (“Estado Nacional”. LL, 1991-D, 399).
… Subordinar el ejercicio de los derechos constitucionales a la capacidad económica de
su titular es un argumento claramente discriminatorio, entre los parámetros prohibidos
de distinción por dicho principio, está el de la posición económica o cualquier otra
condición social del titular del derecho de que se trate y es la efectividad (su ejercicio)
un principio general en materia de derechos humanos, que no autoriza discriminar
titularidad del ejercicio, sobre la base de la obligación general del Estado de respetar y
garantizar los derechos convencionalmente consagrados (art. 1.1. y 22 de la C.A.D.H.),
por lo cual condicionar el ejercicio del derecho de circulación a la capacidad económica
de su titular está absolutamente contrario a la constitución vigente.
El derecho de reunión.
El derecho de reunión no es de los expresamente enumerados en nuestra
Constitución Nacional, sin perjuicio de lo cual, la jurisprudencia de la CSJN (Caso
comité radical acción- de 1929) lo ha reconocido como derecho implícito en los
términos del art. 33 de la C.N., avalado por el derecho de petición colectiva, y que, en la
medida en que quienes se reúnen no se atribuyen la representación del pueblo ni
peticionan en su nombre, su ejercicio se encuentra habilitado por la última parte del
art.19 de la C.N.
A través del derecho de reunión, se concierta una agrupación de personas
transitoria, momentánea y hasta fugaz. Los derechos de reunión y de asociación se
encuentra íntimamente ligados, ya que, para constituir una asociación, previamente hay
que concretar reuniones, constituida la asociación, en su seno de desarrollar reunión de
comisión directiva, de asamblea de socios, de comisiones, etc.
Con respecto a la causa lícita para la reunión, el art. 15 de la C.A.D.H., establece
que dicho derecho se protege, en la medida en que se ejerza con fines pacíficos y sin
armas. La CSJN (“Arjones”-Fallos-191-197) ha sostenido que no pueden ser prohibidas
las reuniones en razón de las ideas, opiniones o doctrinas de sus promotores; y por otro
lado, si ha admitido su prohibición, si se contrarían normas de la moralidad social, si
tienen a suprimir las libertades, individuales o conspiren contra la libertar (“Anderson,
Clayton y Cia”-Fallos-191-388).
Se admite la reglamentación de este derecho, conforme lo dispone el art. 15 de la
C.A.D.H. y el art. 28 de la C.N. Con respecto a la obligación de aviso previo y
autorización previa, para su realización, en general, la CSJN ha distinguido entre
reuniones privadas, con escaso número de concurrentes, y celebradas en ligares
cerrados, mientras no tengan objetivos subversivos ni contrarios al orden públicos, no
puede exigírseles previo aviso y la previa autorización. Si son reuniones públicas,
desarrolladas en vía o espacio públicos, si pueden ser sometidas a la condición, para su
realización, de aviso y autorización previa. Y si son privadas, en lugar cerrado, pero
multitudinarias, si pueden estar sujetas al requisito previo del aviso. (“Campaña Popular
en defensa de ley 1420”-Fallos-107-251). También, la CSJN ha admitido la aplicación
de sanciones reglamentarias, en la medida en que resulten razonables, a los concurrentes
a una reunión, por infracción de las leyes que reglamentan legítimamente a éstas
(Moreno, Doño y otros-Fallos-196-644).
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Desde las Rondas de los jueves de las madres de plaza de mayo, a las marchas
de silencio en reclamo de justicia, hasta llegar a las marchas piqueteras por trabajo y
asistencia social, asociadas al derecho a peticionar, y desafiando, muchas veces, el
orden establecido, han sido y son, expresión de una voluntad de cambio a favor de la
efectiva vigencia de los derechos humanos, de los más débiles, cuando la
inconstitucionalidad se ha desentendido de ellos, o ha recobrado, al menos en parte, la
iniciativa, por su consecuencia. Un principio de solidaridad social propio de una
sociedad democrática, exige priorizar los derechos de quienes menos tienen (art. 15
C.A.D.H.)
El derecho de asociación.
El derecho de asociarse con fines útiles, está reconocido en el art. 14 de la
Constitución Nacional. Se ha entendido, en general, por fines útiles, aquellos que no
sean contrarios al bien común, de carácter neutro o inofensivo (Bidart Campos) o cuyos
objetivos no sean contrarios a los principios o valores de la C.N. o contrarios a las
pautas del art. 19 de la misma, o que resulten banales, absurdas o sin sentido. La
C.A.D.H., de modo enunciativo, expone diversos fines posibles (art. 16): ideologías,
religiosos, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, deportivos o de
cualquier otra índole. Es decir que, el criterio de fines útiles es amplio.
La CSJN, por mayoría, entendió que, la defensa pública de la homosexualidad,
que importaban los objetivos sociales de la CHA, no era entendido por la moral media
argentina, como propio del bien común, avalando así la negativa a otorgarle el
reconocimiento de su personería jurídica.
Hay asociaciones que tienen especial tratamiento en la C.N., como es el caso de
los Partidos Políticos, las Asociaciones Profesionales (Sindicatos), y las Asociaciones
de Usuarios y consumidores y de protección del Medio Ambiente.
En el derecho a asociarse, están implicados: el derecho a formar una asociación,
el derecho a integrarse o formar parte de una asociación; el derecho a participar
activamente en la misma conforme las disposiciones estatutarias, el derecho a retirarse
de una asociación. Su capacidad jurídica está regulada por el Código Civil, el Código de
Comercio, o sus normas complementarias, conforme la naturaleza jurídica de las
mismas.
A la denominada asociación compulsiva, se encuentra prohibida, con rango
constitucional, conforme lo dispuesto por el art. 20.2 de la Declaración universal de
Derechos Humanos (art. 75 inc.22 de la CN). La misma consiste en incorporar
obligatoriamente a una persona en una asociación, más allá de su voluntad expresa para
ello. La CSJN había considerado la inconstitucionalidad de la asociación compulsiva a
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El derecho de petición.
El derecho de peticionar a las autoridades se encuentra reconocido expresamente
en el art. 14 de la constitución nacional y en el art. 24. De la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre. Con el derecho a obtener una pronta resolucon, con lo
cual, la necesidad de una respuesta adecuada, pertinente, y en tiempo hábil, por parte de
la autoridad competente requerida, se encuentra íncita en el derecho a peticionar, el que,
por ende, no se agota en sí mismo en la sola petición.
Dicha petición debe formularse ante autoridad competente, ya que debe ser la
habilitada institucionalmente para dar la pronta resolución, si se formula ante autoridad
incompetente, corresponde que ésta gire lo peticionada ante quien sí lo es. Debe estar
formulada en términos respetuosos, y puede estar referida tanto a intereses de carácter
particular como general.
A la prohibición de peticionar contenida en el art. 22 de la C.N., y que refiere a
la prohibición de peticionar en nombre del pueblo. Principio que, debe ser examinado a
la luz de un modelo de democracia participativa, superador del modelo crudamente
representativo del pasado.
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a. Mandatos temáticos:
Estos mandatos cubren temas o aspectos especiales de derechos humanos. Los
dos más relevantes para la objeción de conciencia son:
1. El Grupo de Trabajo de Detención Arbitraria y
2. El Relator Especial sobre Libertad de Religión o Creencias.
Sin embargo, existen otros que también pueden ser relevantes en casos de
reclutamiento, detención, malos tratos u otras cuestiones relacionadas con la objeción de
conciencia, como por ejemplo:
i. El Relator Especial sobre la Situación de los Defensores de los Derechos
Humanos1,
ii. El Relator Especial sobre la cuestión de la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes2,
iii. El Relator Especial sobre el Derecho a la Educación3 y
iv. El Relator Especial sobre la Libertad de Expresión4.
Puede encontrarse un esquema general de los mandatos temáticos en la siguiente
dirección: http://www2.ohchr.org/spanish/bodies/chr/special/themes.htm.
1
http://www.ohchr.org/EN/Issues/SRHRDefenders/Pages/SRHRDefendersIndex.aspx
2
http://www.ohchr.org/EN/Issues/Torture/SRTorture/Pages/SRTortureIndex.aspx
3
http://www2.ohchr.org/english/issues/education/rapporteur/index.htm
4
http://www2.ohchr.org/english/issues/opinion/index.htm
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5. Reglamentos especiales
La información puede presentarse por correo postal o electrónico, pero los
envíos anónimos serán descartados. En los casos individuales, las presentaciones a los
Procedimientos Especiales no son procesos cuasi judiciales, es decir, no tienen el
objetivo de sustituir los procedimientos legales nacionales o internacionales. Por tanto,
no es necesario que se hayan agotado los recursos internos.
Las denuncias de violaciones de los derechos humanos deben contener detalles
claros y concisos sobre el caso, el nombre y otras informaciones identificativas de las
víctimas individuales, información sobre las circunstancias, incluyendo -si está
disponible- la fecha y el lugar de los incidentes, los supuestos autores, los supuestos
motivos, y todos los pasos ya tomados a nivel, nacional, regional o internacional al
respecto del caso.
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Datos de contacto:
Cómo presentar información sobre supuestas violaciones de los derechos
humanos a los Procedimientos Especiales Special Procedures Division c/o OHCHR-
UNOG 8-14 Avenue de la Paix 1211 Geneva 10 Switzerland Fax: +41-22-917 90 06
Para acciones urgentes:
E-mail: urgent-action@ohchr.org
http://www2.ohchr.org/spanish/bodies/chr/special/index.htm
Para información complementaria, o para presentar información (diferente de la
información concreta sobre supuestas violaciones de los derechos humanos) podemos
entrar en contacto en esta dirección: spdinfo@ohchr.org
Lecturas complementarias:
Sitio web de la OACDH sobre los Procedimientos Especiales:
http://www2.ohchr.org/spanish/bodies/chr/special/index.htm
OACDH: Procedimientos Especiales de la Comisión de Derechos Humanos:
Llamamientos urgentes y cartas de denuncia sobre violaciones de derechos humanos,
abril de 2005:
http://www.ohchr.org/Documents/HRBodies/SP/LeafletCommunications_en.pdf
Reunión anual de procedimientos especiales: Manual de los Procedimientos
Especiales del Consejo de Derechos Humanos, agosto 2008:
http://www2.ohchr.org/english/bodies/chr/special/docs/Manual_Spanish_23j
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