Josef Breuer
Josef Breuer
Josef Breuer
Breuer fue un medico vienés que colaboro con Freud en el uso de la hipnosis como
tratamiento de enfermos con histeria. El caso de “Anna O” fue extraído de los estudios de
Breuer y Freud sobre la histeria. Fue el caso que sugirió a Freud la posibilidad de una cura
mediante el habla (posteriormente conocida como psicoanálisis)
Anna O, era hija única de una rica familia judía de Viena. Se puso enferma cuando tenía 21
años, en 1880.
La familia de Anna tenía miedo de que se arrojara por la ventana, con lo que se
cambiaron de vivienda y fueron a vivir a una casa de campo, donde en una ocasión
“permaneció tres días sin dormir, sin comer y con ideas de suicidio” rompía las ventanas,
etc., y sufría alucinaciones (en torno a serpientes negras, cabezas muertas, etc.) sin
ausencias (periodos disociativos).
Bajo un estado de hipnosis, Breuer trato a Anna haciendo que hablara sobre sus
síntomas, una técnica que ella llamo “barrido de chimeneas”. A medida que fue
instaurándose el tratamiento, la enferma empezó a tener períodos largos de lucidez y a
perder sus síntomas. Después de 18 meses de tratamiento, mientras Anna se preparaba para
pasar las vacaciones de verano en la casa de campo de sus padres, Breuer le comunicó que
ya no la iba a visitar más. Aquella misma noche le llamaron para que fuera a visitar a Anna;
se encontraba moviéndose de un lado para otro en su cama, viviendo un parto imaginario;
explicaba que Breuer era su hijo. Intento calmarla por medio de la hipnosis. Según Ernest
Jones, Breuer se fue rápidamente de la casa y nunca más volvió a verla.
Anna continuó enferma, aunque de manera intermitente, a lo largo de los siguientes 6
años; paso bastante tiempo en un sanatorio, donde se volvió adicta a la morfina. Durante el
día se encontraba bien, pero presentaba aun alucinaciones por la noche.
Anna nunca se casó, pero se decía que era una mujer atractiva e interesante que
tenía admiradores por doquier. No sufrió recurrencia de su enfermedad y nunca hablo sobre
ella (de hecho, dijo a sus familiares que nuca dijeran nada; se mostró en contra del
psicoanálisis y se negó a que se le practicara uno a una muchacha de la institución).
Anna padece una depresión que resulta de la muerte de su padre: “permaneció 3 días
sin dormir, sin comer y con ideas de suicidio” somos reacios a efectuar el diagnostico de
episodio depresivo mayor ya que este grave trastorno duró aparentemente pocos días.
Los síntomas más impactantes de la enfermedad de Anna, y la razón por la cual se pidió a
Breuer que visitara a la enferma, fueron las numerosas molestias de tipo físico: tos, dolor
occipital izquierdo, estrabismo convergente, alteraciones de la visión, debilidad de los
músculos de la garganta, contracturas y anestesia de las extremidades. Si suponemos que
Breuer descartó de manera correcta una enfermedad medica como la causa de estos
síntomas, debemos efectuar el diagnostico de trastorno de conversión (DSM-IV-TR,
pág. 559).
Sus “estados de adormecimiento”, vivir un parto imaginario y los estados alternados
de consciencia indican un trastorno disociativo no especificado (DSM-IV-TR, pág. 596)
Anna padece muchos otros síntomas que sugieren un trastorno psicótico, lenguaje
desorganizado (por ejemplo, su leguaje estaba desprovisto de gramática, sintaxis, hasta el
punto de que la enferma era incapaz de conjugar los verbos de manera correcta),
alucinaciones (por ejemplo, en torno a las serpientes negras y cabezas muertas), e ideas
delirantes (por ejemplo, explicaba que tenía dos egos, el real y el malo, que la obligaban a
cometer actos malvados). Debido a estos síntomas probablemente psicóticos, el uso rígido
y estricto de los criterios del DSM-IV-TR puede llevar al diagnóstico de esquizofrenia.
Sin embargo, este diagnóstico no consigue describir exactamente el trastorno de Anna.
Si tuviéramos que efectuara un diagnóstico de acuerdo al DSM- IV-TR para explicar estos
síntomas psicóticos, añadiríamos trastorno psicótico no especificado (DSM-IV-TR, pág.
386); con esto indicaríamos la naturaleza inusual del trastorno psicótico. El enfoque que se
realiza aquí fragmenta la enfermedad de Anna en diversos diagnósticos, cada uno de los
cuales describe una fase distinta.