Invocación Al Espíritu Santo:: Estudio Bíblico

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Invocación al Espíritu Santo:

Ven Espíritu Santo,


Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a
nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para entender lo que el Padre quiere decirnos a
través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se
haga vida en nosotros.
Amén
TEXTO BÍBLICO:Juan 9, 1-41
Reconstrucción del Texto.
1. ¿Cómo comienza el texto? ¿a quién vieron los discípulos y qué les pregunta Jesús?
2. ¿Cómo les responde Jesús? ¿Cuáles fueron sus palabras?
3. ¿Qué hizo con el ciego de nacimiento? ¿a dónde lo envió? ¿Qué pasó en su vida?
4. ¿Quiénes le hicieron preguntas al que era ciego de nacimiento? ¿Ante quienes lo
llevaron?
5. Cuando el ciego de nacimiento explica a los fariseos lo sucedido ¿qué dicen ellos?
6. ¿Cuál es la acusación concreta sobre Jesús?
7. ¿A qué otras personas citan para que den testimonio sobre este milagro?
8. ¿Qué vuelve a decirles el ex ciego a los fariseos? ¿Porqué lo expulsan de la sinagoga?
9. ¿Con quién se encuentra luego? ¿Qué es lo que le dice Jesús?
10. ¿Cómo termina este pasaje?

Estudio Bíblico.
El apóstol Juan, en su Evangelio, muestra a Jesús en varias ocasiones asediado por los fariseos que están
ciegamente unidos y apegados a “la letra” de la Ley. En este caso, se trata de un milagro de Jesús. Y estos
observantes acérrimos de la Ley, la prefieren antes que el ser humano. Observamos dos cosas. Una
implícita: ellos están celosos, porque Jesús está teniendo éxito, y buscan la manera de acusar a Jesús. La
otra que es explícita, ellos no tomaron en cuenta al pobre ciego, sino que pusieron la observancia por
encima de las necesidades humanas.
Partimos de la creencia que había antes, que las enfermedades se producían por los pecados, y hasta se
creían que había algunos pecados que pasaban de generación en generación. (Algunas citas del Antiguo
Testamento podrían señalar esto: Éxodo 34, 5; Números 14, 18) (Sin embargo hay otras citas donde dice
que Dios no castiga a los hijos por el pecado de los Padres ver Deuteronomio 1, 35). En fin, Jesús cambia
radicalmente estos conceptos. No habla del pecado, sino de la manifestación de la Gracia de Dios. Dios
permitirá algunas calamidades, pero su mensaje trasciende. Lo importante en esta parte es que Jesús
insistirá: YO SOY la luz del mundo (el tema de la luz es también muy importante en el Evangelio de
Juan).
El milagro es para dar gloria a Dios, y se produce en sábado, día de la semana dedicado especialmente
para Dios y la familia. No está permitido curar en sábado, es lo que aducen los fariseos. Y el diálogo
envidioso llega hasta que van a buscar a los mismos padres del ciego curado para dar testimonio. Ellos
sólo dicen lo que ven y no hablan más por miedo de ser sacados de la comunidad. El ciego ya es mayor de
edad y puede dar un testimonio fehaciente de lo que ha sucedido.
Como el interrogatorio es largo (ya se supone que hasta los mismos fariseos han violado la ley del Sábado
entre tanta caminata y “preguntadera”), Pero es aquí entonces donde el ciego vuelve a citar al Antiguo
Testamento diciendo que Dios no escucha a los pecadores sino al piadoso (Salmo 66,18; Provebios 15, 29
entre otros). Y dice “sólo un profeta puede curar”. Al expulsarlo los fariseos de la Sinagoga, también lo
sacan de la comunidad.
Inmediatamente se encuentra con Jesús. Éste le pregunta usando un título mesiánico también del Antiguo
Testamento: ¿”Crees en el Hijo del Hombre”? el ciego, al verlo lo reconoce y cree. El ciego se postra y lo
adora. Ha sido recibido entonces en la nueva comunidad, la de los creyentes en Cristo.
Jesús añade: “He venido a este mundo para un juicio, para que los ciegos vean y los que vean queden
ciegos.”
Todo este milagro es importante releerlo y ver como Juan, desde el pasaje, hace toda una historia de
salvación, los que no veían ven, la luz del mundo está, aunque algunos no la reconocen. Y allí radica el
pecado, no en la ceguera, sino que teniendo la luz, cerrar los ojos a poder encontrar a Jesús.
MEDITACIÓN: ¿Qué me o nos dice Dios en el texto?
1. ¿Hasta qué punto yo pienso también que los sufrimientos de las personas son por
pecados personales o generacionales? ¿He caído también en esta forma de pensar
lejana al cristianismo?
2. ¿Me siento molesto cuando alguien hace las cosas bien, y yo quedo en un segundo
plano, y busco desacreditar a estas personas, porque mi honra o mi nombre están
bajando de categoría?
3. En mi cotidiano vivir de la Iglesia, para mí que es más importante: ¿las normas
rituales o las personas concretas?
4. ¿Entiendo que Jesús es la Luz del mundo y cuando llega ilumina también mis “Zonas
oscuras”, mis pecados y limitaciones? ¿Le permito a Jesús que con su luz me aclare
las cosas?
5. ¿Acepto los cambios en mi vida de acuerdo a la Luz del Mesías?
6. ¿Doy testimonio claro de Jesús, el salvador, el mesías? ¿O prefiero en ciertos
ambientes no hablar de Jesús para que no me saquen de estas comunidades?
7. ¿Creo de Verdad que Jesús es mi Señor, Salvador?
8. Yo vivo en la Iglesia y conozco a Jesús. ¿Vivo de acuerdo a lo que creo?
CONTEMPLACIÓN: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra
de Dios?
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del
Evangelio para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón.
«Mientras yo estoy en el mundo, soy la luz del mundo»
(Versículos 5)
Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean

ORACIÓN: ¿Qué le digo o decimos a Dios?


Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el
momento de decirle algo al Señor.

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.


Señor te pedimos no caer en la tentación de juzgar a los demás, sino contemplar
siempre tu gloria.
Danos Señor entrañas de misericordia ante todas las miserias humanas, que no pase
indiferente ante las necesidades de los demás.
Señor, que sepa dar un paso adelante en ser proactivo, en poder superar las mismas
normas en las que me encierro en una zona de confort cristiano. Que vaya más allá, en
busca del necesitado, del que vive en la “periferia existencial”.
Que no sea yo un fariseo, Señor. Que mi seguimiento sea claro y decidido por Ti, en
todo momento.
Señor que siempre te reconozca y dame valor para dar testimonio de ti en todo
momento.
Que tu luz siempre me acompañe, que no me ciegue tu luz. Que la acepte.
Gracias Señor por darme la vista y ver el mundo como Tú lo ves.
Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos
gracias por su resurrección y porque nos llena de alegría. Añadimos nuestras
intenciones de oración.
-Amén-

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