Tema 6 Derecho Civil

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TEMA 6 – TRANSMISIÓN, MODIFICACIÓN Y EXTINCIÓN DE LAS

OBLIGACIONES

● TRANSMISIÓN Y CESIÓN DE CRÉDITOS: LA SUBROGACIÓN


Se va a estudiar la transmisión, modificación y extinción de las obligaciones. En
realidad, la transmisión y modificación pueden considerarse casi lo mismo, pero
pueden tener diferencias. La razón es la regulación no excesivamente clara,
sorprendente, que el Código Civil hace de la figura de la novación (cambio bien del
sujeto, bien del objeto de la relación obligatoria, bien de la causa de la relación
obligatoria). En todos esos casos, hay una relación obligatoria nueva porque se ha
novado la primitiva, se ha renovado por así decirlo, entonces una segunda relación
vendría a sustituir a la primera. Eso sería una novación modificativa.
Sin embargo, el Código contempla como extintiva a la novación. Cuando regula los
supuestos de cambio eso lo engloba bajo el título de la novación, y concretamente ahí
se trata la figura de la asunción de deudas.
¿Con qué nos quedamos? Aquí viene el por qué de la similitud. Si lo que cambia es
el objeto, hay una cosa completamente diferente o en su caso la extinción de la
primera relación para que nazca la segunda. Igualmente puede cambiar por el sujeto,
es decir, si un acreedor y deudor tienen una relación obligatoria y aparece un tercero
que le paga al acreedor lo que le debe el deudor, ese tercero pasa a ser el nuevo
acreedor, entonces se ha sustituido la persona, hay una subrogación porque ha hecho
un pago. Otras veces nos encontramos con que un acreedor y un deudor, pero el
acreedor es un deudor de un tercero que es acreedor del deudor, el acreedor primitivo
subroga su posición al tercero, eso sería un caso de cesión de créditos.
Otro supuesto de cambio de sujeto es el del deudor, es decir A acreedor, B deudor y C
un tercero, pero un tercero que es deudor del deudor. En ese caso, B le dice a C que
es su deudor, y que no le pague a él, sino a su acreedor, entonces C está asumiendo
la deuda.
En ambos supuestos, tanto en cesión de créditos como en asunción de deudas, en
cualquiera de los dos supuestos se produce un efecto común, que es la subrogación,
el nuevo acreedor pasa a ocupar la posición del acreedor primitivo, y el deudor igual.
Ese cambio se llama subrogación en lugar de otra persona, y a partir de entonces
ejerce como tal.
Confusión de subrogación con cesión en pago. Por eso, transmisión y modificación a
fin de cuentas van a ser lo mismo.

LA SUBROGACIÓN
Al Código Civil le da igual quien pague, pero le interesa que paguen. Así se afirma en
los siguientes artículos:
Artículo 1158 del Código Civil: Puede hacer el pago cualquier persona, tenga o no
interés en el cumplimiento de la obligación, ya lo conozca y lo apruebe, o ya lo ignore el
deudor.
El que pagare por cuenta de otro podrá reclamar del deudor lo que hubiese pagado, a
no haberlo hecho contra su expresa voluntad.

En este caso solo podrá repetir del deudor aquello en que le hubiera sido útil el pago.

Artículo 1159 del Código Civil: El que pague en nombre del deudor, ignorándolo
éste, no podrá compeler al acreedor a subrogarle en sus derechos.

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Al deudor no siempre le va a interesar un cambio de acreedores, pues este cambio
afecta al deudor. No le interesa y tiene razón porque a lo mejor frente al acreedor
primitivo tenía pactadas unas condiciones, que no podrá pactar con el nuevo acreedor;
o porque al acreedor primitivo le pudiera poner alguna excepción que no puede
ponerle al nuevo acreedor. Quizás esta situación sea grave y que no interese ese
cambio.
Al contrario, puede resultar que al acreedor no le interese el cambio de deudor, porque
igualmente tuviera pactadas unas condiciones con el mismo. Con el nuevo deudor no
sabe si va a poder pactar. Por eso tiene una gran importancia la cesión de créditos y la
asunción de deudas.
Remisión al art. 1212 del Código Civil: La subrogación transfiere al subrogado el crédito
con los derechos a él anexos, ya contra el deudor, ya contra los terceros, sean fiadores o
poseedores de las hipotecas.

Una persona ha obtenido de un banco un préstamo hipotecario, ese préstamo se ha


pactado en unas condiciones, tanto interés mensual, fijo o variable, tanto tiempo para
la devolución del préstamo, tantas garantías… pero a esto el deudor tiene noticia de
que hay otro banco que le ofrece condiciones diferentes y más beneficiosas para él:
menor tipo de interés, menor plazo de devolución, condiciones mejores de las que
tendría con el otro banco. Entonces el deudor lo que hace es subrogar al nuevo banco
en el lugar que ocupaba el primero, por lo tanto tendrá que negociar con el primer
banco (acreedor primitivo) Esto lo reguló la ley 2/1994 de 30 de marzo de la
subrogación y modificación de préstamos hipotecarios, modificada en 2007.
La subrogación tiene un fundamento que es el enriquecimiento injusto, el que ha
pagado quiere recuperarlo. Esta subrogación se ve muy bien en otros artículos del
Código como pueden ser:
Art. 1186 del Código Civil: Extinguida la obligación por la pérdida de la cosa,
corresponderán al acreedor todas las acciones que el deudor tuviere contra terceros por razón
de ésta.

Imaginemos que la cosa perdida tuviera seguro, la compañía de seguros paga al


acreedor.
Art. 1839 del Código Civil: El fiador se subroga por el pago en todos los derechos que el
acreedor tenía contra el deudor.

Si ha transigido con el acreedor, no puede pedir al deudor más de lo que realmente haya
pagado.

Este artículo se corresponde con la subrogación en materia de fianza. El Código Civil


no quiere abrir mucho la puerta, es muy riguroso cuando alude a la subrogación
convencional (por acuerdo de las partes).

Subrogación convencional
Art. 1209 del Código Civil: La subrogación de un tercero en los derechos del acreedor no
puede presumirse fuera de los casos expresamente mencionados en este Código.

En los demás será preciso establecerla con claridad para que produzca efecto.

En todos estos supuestos que hemos dicho, el Código lo permite. Pero si la cosa no
está clara, el Código dice que la subrogación no puede trabajar, las partes tienen que
establecer la subrogación expresamente, y la subrogación convencional entonces está
muy limitada.

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Hay subrogación convencional en aquellos supuestos de pago del tercero conocido
por el deudor en los que, además, el solvens y el acreedor llegan a tal acuerdo. Para
que la subrogación convencional tenga lugar se requiere:
1. Lo establecido en el art. 1209.2 del Código Civil, pues el efecto subrogatorio
no puede presumirse fuera de los casos expresamente mencionados en este
Código.
Con semejantes precisiones, el art. 1209 manifiesta que para el Código Civil español
la subrogación convencional tiene un cierto valor secundario y que únicamente se
admite porque no hacerlo sería atentatorio contra la autonomía privada y contra la
propia admisibilidad de la cesión de créditos.
2. Que el solvens haya realizado el cumplimiento de la obligación con
conocimiento del deudor (artículos 1158 y 1159 del Código Civil
mencionados arriba), pues si la situación en que se encuentra el deudor no
es exactamente ésa las consecuencias serán diferentes a la subrogación
convencional:
- En efecto, el pago realizado por sí mismo no es suficiente para que se
produzca el efecto subrogatorio, pues en caso de ignorancia u oposición del
deudor no hay subrogación.
- Al contrario, en el caso de que el deudor no solo conozca, sino que además
consienta el pago del solvens, este tendrá derecho a la subrogación legal por
aplicación del art. 1210.2 del Código Civil.
Subrogación legal
Existe, por otra parte, la subrogación legal (art. 1210 del Código Civil): Se presumirá
que hay subrogación:
1.º Cuando un acreedor pague a otro acreedor preferente.
2.º Cuando un tercero, no interesado en la obligación, pague con aprobación expresa o
tácita del deudor.
3.º Cuando pague el que tenga interés en el cumplimiento de la obligación, salvos los
efectos de la confusión en cuanto a la porción que le corresponda.

Hay que añadir que a lo largo del Código, existen muchos más supuestos “concretos”
en los que se prevé igualmente la subrogación legal de una persona en lugar de otra.
Así, por ejemplo, en relación con la imposibilidad sobrevenida de la prestación, habla
al respecto el art. 1186 del Código mencionado anteriormente. El entendimiento
correcto del precepto exige concluir que el acreedor se subroga ope legis en la
posición del deudor frente a cualquier tercero (como es el caso de una compañía
aseguradora en supuesto de perecimiento de la cosa asegurada o dañada o destruida
por un tercero.
La existencia de estos supuestos concretos de subrogación legal no priva de
importancia al art. 1210. Más bien, todo lo contrario.

Análisis de las partes del art. 1210 del Código Civil


a) Pago al acreedor preferente (art. 1210.1 del Código)
El caso de que un acreedor pague a otro preferente está pensado directamente para
aquellos supuestos en que el segundo acreedor hipotecario satisface el crédito del
titular de la primera hipoteca, en evitación de la ejecución de esta y de que el bien
salga a subasta. Sin embargo, debe matizarse el concepto de acreedor preferente:
será preferente cualquier acreedor que, en relación con el acreedor-solvens, tenga

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derecho a anteponerse en el cobro. Por tanto, este último persigue el designio práctico
de eliminar dicha anteposición o preferencia, colocándose en el lugar del acreedor-
accipiens. Esto se llama “ganar clase”.
Hay un ejemplo claro en una sentencia del TS, una compañía suministradora de
electricidad que era deudora de otro colectivo.
b) Pago del tercero con aprobación del deudor (art. 1210.2 del Código)
En este caso, se caracteriza al solvens como un sujeto extraño a la relación
obligatoria, un verdadero tercero. Sin embargo, el efecto subrogatorio es consecuencia
de la aprobación expresa o tácita del deudor.
c) Pago del “interesado” en el cumplimiento (art. 1210.3 del Código)
Este apartado del artículo trae a colación el “tener interés en el cumplimiento de la
obligación”, suponiendo estar implicado en el mismo aun siendo una persona distinta
al deudor propiamente dicho. De otra parte, el inciso final reenvía de forma necesaria
al supuesto de deudores solidarios. De tal manera, que siguiendo la redacción de este
apartado, supondría otorgar la subrogación a quien siendo codeudor o fiador del
deudor principal lleva a cabo el cumplimiento de la obligación.
Dicha conclusión no ofrece dificultad alguna en relación con el fiador en el supuesto de
fianza subsidiaria. Sin embargo, tanto en el caso de fianza solidaria como en caso de
codeudores solidarios, la cuestión se complica, pues el régimen propio de las
obligaciones solidarias excluye una verdadera subrogación en el crédito atendido o
satisfecho por uno de tales codeudores. De ahí el inciso final del apartado, cuyo
contenido manifiesta que el deudor solidario que asume la posición de solvens no
puede subrogarse en el crédito pagado íntegramente, sino solo en parte, pues será
necesario deducir la porción o cuota parte de la deuda que a él correspondiera
Cuando se acepta una herencia, los herederos pueden manifestar su voluntad de
aceptarla mediante dos formas: aceptación pura o simple y la aceptación en beneficio
de inventario.
d) Otro supuesto (art. 1211 del Código)
Art. 1211 del Código Civil: El deudor podrá hacer la subrogación sin consentimiento del
acreedor, cuando para pagar la deuda haya tomado prestado el dinero por escritura pública,
haciendo constar su propósito en ella, y expresando en la carta de pago la procedencia de la
cantidad pagada.

Este sería otro supuesto de subrogación y es el que corresponde a la nueva


regulación, de la ley 2/1994 de 30 de marzo de la subrogación y modificación de
préstamos hipotecarios, modificada en 2007. Tenemos a un deudor que ha pedido
dinero en otro banco ya teniendo uno en un primer banco.
Según él, cuando un deudor consigue un préstamo para atender una obligación
preexistente y lleva a cabo el pago de ella, una vez cumplidos los requisitos formales
que expresa el artículo, el nuevo prestamista se subroga en la posición que ocupaba
el acreedor originario o antiguo prestamista. Basta para ello la voluntad del deudor,
siendo intrascendente el consentimiento del antiguo acreedor.

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Efectos del pago con subrogación
Las consecuencias son las mismas que en la cesión de créditos: el mantenimiento del
crédito tal y como se encontraba en el patrimonio del acreedor.
Tales efectos los explicita el propio artículo 1212 del Código Civil, ya mencionado
anteriormente. Los derechos o facultades de carácter accesorio siguen la suerte del
crédito, de conformidad con la regla accesorium sequitur principale y en paralelo a lo
dispuesto en el artículo 1528 del Código para la cesión de créditos.
La íntegra transmisión del crédito supone su previo pago total. Cabe, sin embargo, que
el acreedor haya aceptado un pago parcial que originará una subrogación igualmente
parcial. Esto último lo establece el art. 1213 del Código Civil.

·CAMBIOS DE ACREEDOR: LA CESIÓN DE CRÉDITOS


Se plantea si las posiciones de acreedor y deudor se pueden transmitir a otra persona.
Esto nos hace enfrentarnos a una figura nueva que es la figura del tercero, siempre
complica las cosas, el tercero es como el enemigo natural.
Anteriormente, todo estaba constituido de manera bilateral, pero el tercero, ahora,
puede convertirse en el nuevo deudor o en el nuevo acreedor.
La cesión de créditos responde a una regla general permisiva y libre del artículo 1112
del Código Civil:
Todos los derechos adquiridos en virtud de una obligación son transmisibles con
sujeción a las leyes, si no se hubiese pactado lo contrario.

Lo que quería el legislador con este artículo es que el tráfico fuera lo más fluido
posible y que los objetos tuvieran la mayor capacidad de movilización.
Sin embargo, al estudiar la cesión de créditos hay una sorpresa debida a la particular
ubicación (o concepción que el legislador tuvo con la figura de la cesión de créditos).
La cesión de créditos es un negocio jurídico de transmisión de un crédito, y la
aparición de ese tercero hace que se produzca el efecto propio de cada acto de
transmisión, que es la subrogación.
Tanto la asunción de deudas como la cesión de créditos son verdaderos negocios
jurídicos, e incluso se conciben como contratos.
Los sujetos de este negocio de la cesión de créditos no pueden ser, si se piensan, que
sean dos (el acreedor que transmite y el acreedor que recibe). Parece raro pero la
figura del deudor no pinta nada en este negocio jurídico, casi hasta decir que ni
siquiera puede evitar que 2 acreedores se pongan de acuerdo.
Todo ello se hace sin la presencia del deudor, con lo cual éste no es ni siquiera parte
de la cesión de créditos. No se realiza a sus espaldas o sin su consentimiento, pero al
deudor puede no interesarle el cambio y eso hay que tenerlo en cuenta. Sin embargo,
no es sujeto interviniente en este negocio jurídico.
A estos dos sujetos hay que llamarlos con terminología diferente. Hay que hablar de
un acreedor cedente y un acreedor cesionario, que se convierte en el nuevo

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acreedor sin que el deudor (se denomina deudor cedido) tenga que ser parte en el
negocio.
Ahora bien, el Código tiene una posición particular porque concibe la cesión de
créditos con una visión parcial, hay que decir que el Código Civil prevé otras
modalidades de cesión de créditos que no es únicamente esta. El Código entiende y
regula la cesión de créditos en el contrato de compraventa, con lo cual la cesión de
créditos para el Código es una venta que el acreedor primitivo hace al nuevo y que el
objeto de esa venta es el crédito que se transmite frente al deudor que no ha
cambiado. Esa es la concepción del Código que tiene su origen en la cessio
venditionis causa. Esta interpretación no está mal, pero hay que decir que no es la
única forma.
Por ello, hay que plantear el problema de la forma en la cesión. El Código Civil es
partidario de la libertad de parte, no es formalista, es únicamente consensualista. En
principio, no se va a exigir forma sino excepcionalmente.
Dependiendo de cual sea el instrumento empleado para llevar a cabo la cesión del
crédito, podríamos decir que a veces la cesión de crédito es libre con respecto a su
forma pero otras veces no será así.
Fuera del supuesto de la venta del crédito, pueden haber otros: la donación, se pone
el crédito en favor de la persona a la que se lo quiero donar, con lo cual, se le está
dando el activo al donatario. Es el supuesto de la cessio donationis causa.
En lo concerniente a la forma, la donación de bien mueble no tiene forma ninguna.
(art. 632 del Código Civil).
Pero por el contrario, al donar un bien inmueble, por su mayor consideración
económica, entonces el Código si exige una forma solemne, es decir, sin esa forma
la donación de bien inmueble no será válida, y esa forma será la escritura pública.
(art. 633 del Código Civil).
La cesión de crédito de un bien inmueble, y se quiere realizar mediante donación, hay
que hacerlo en escritura pública.
Así lo dice el art. 1526 del Código Civil, que no surtirá efecto la cesión del crédito
desde que su fecha deba tenerse por cierta en conformidad a los artículos 1218 y
1227.
La regla general la regula en el art. 1527 del Código Civil. Si el deudor por cualquier
vía ha sabido que su acreedor va a ceder ese crédito, eso puede interesarle o no,
porque puede tener menos medios de defensa. Entonces, si cumple con la obligación
antes de que la cesión tenga lugar, se liberará.
La pregunta es si el deudor puede oponer excepciones al nuevo acreedor que podría
haber opuesto al acreedor antiguo. Hay excepciones objetivas que van implícitas en la
relación obligatoria, frente al antiguo acreedor. Hay otras excepciones personales que
puede tener frente al nuevo acreedor, que pueden surgir por la cesión de crédito. El
problema es el de las excepciones que el deudor pudiera interponer al antiguo
acreedor y que no sabe si podrá interponer ante el nuevo, porque se verá indefenso. Y
eso es lo que regula el art. 1198 del Código Civil:
El deudor que hubiere consentido en la cesión de derechos hecha por un acreedor a favor de
un tercero, no podrá oponer al cesionario la compensación que le correspondería contra el
cedente.

Si el acreedor le hizo saber la cesión y el deudor no la consintió, puede oponer la


compensación de las deudas anteriores a ella (la cesión), pero no la de las posteriores.

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Si la cesión se realiza sin conocimiento del deudor, podrá éste oponer la compensación de los
créditos anteriores a ella y de los posteriores hasta que hubiese tenido conocimiento de la
cesión.

Hipótesis:
- Que si el deudor fuera a su vez acreedor del acreedor y tuviera en consecuencia la
posibilidad de oponer la excepción de compensación, entonces no puede imponer al
nuevo acreedor la compensación, solo era posible ante el acreedor cedente, no ante el
acreedor cesionario.
- Al nuevo acreedor se le puede oponer la compensación de las deudas anteriores a
ella, pero no las posteriores. “Ella” es la cesión, pero las posibles compensaciones que
surjan a partir de la cesión no podrán ser opuestas al nuevo acreedor. Esto ocurriría si
el acreedor hizo saber de la cesión al deudor pero éste no la consintió.
- El acto de la cesión es el que marca el tiempo, y como no ha tenido conocimiento,
tiene todo ese margen de tiempo. Si el deudor desconocía la cesión de crédito, podrá
oponer la compensación de los créditos anteriores y posteriores a ella hasta que
conociera de la cesión.
¿Por qué se produce la cesión de créditos? Por una compraventa, por donación…
pero cuando es una auténtica cesión, ¿cómo se produce? Se paga al acreedor con un
crédito que se tiene.
La responsabilidad del cedente tiene 2 caras, sobre todo cuando lo que se cede es a
titulo gratuito o a título oneroso. Si es a título gratuito, dispone el art. 638 del Código
Civil.
En las cesiones a título oneroso, la situación cambia en virtud si se es un cedente de
buena o mala fe. El de buena fe transmite el crédito en la seguridad de que va a ser
realizable, el de mala fe todo lo contrario, lo transmite sabiendo que hay pocas
probabilidades de que el crédito pueda llevarse a cabo.
Así lo plantea el art. 1529 del Código Civil. El vendedor de buena fe solo responde
de la veritas nominis, de la veracidad, de la autenticidad del crédito y que es legítimo,
pero no responde de la solvencia del deudor, o de que la insolvencia fuese anterior y
pública. El cedente de mala fe responde de la veritas nominis (que es la existencia y
validez del crédito) y de la bonitas nominis (que es la solvencia del deudor). Todo
cesionario tiene que tener la cautela suficiente para investigar si la insolvencia del
deudor contra laque que va a tener que dirigirse es o no conocida por todos.
En cuanto al plazo de esa duración de responsabilidad que tiene el cedente frente al
cesionario, responde el artículo 1530 del Código.
El crédito dudoso no depende de si es más o menos complicada su realización. Éste
está pendiente de un pronunciamiento judicial con respecto a su existencia y su
legitimidad. El crédito está en cuestión y será el juez el que diga quién es el verdadero
titular de ese crédito. Mientras esto no se resuelva, el deudor no puede pagar porque
no sabe quien es el acreedor.
Por ello, en esta situación de pendencia, uno de los acreedores, creyendo que es el
titular, lo transmite, y está transmitiendo un crédito dudoso.
Por ello, la transmisión de créditos dudosos está regulado en el art. 1535 del Código.
Se podría hablar de cesión de contratos igualmente, pero no tiene mucha relevancia.
¿Cuándo responde un acreedor cedente de la solvencia del deudor?

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●LA TRANSMISIÓN PASIVA DE LAS OBLIGACIONES. CAMBIOS DE DEUDOR: LA
ASUNCIÓN DE DEUDAS
Es la transmisión pasiva de la obligación, la transmisión de la condición de deudor. Un
tercero va a convertirse en deudor, entonces el que ahora queda al margen es el
acreedor. Sin embargo, las modificaciones en el lado pasivo de la obligación son
extraordinariamente más complejas que la transmisión de créditos. Además, la
sustitución de un deudor por otro no incumbe solo a ambos, sino también al acreedor.
Asimismo, en materia de transmisión de deudas, es fundamental que la sustitución del
deudor originario se lleve a cabo con consentimiento del acreedor, para que aquél
pueda decirse liberado del cumplimiento de la obligación.
Así lo expresa el art. 1205 del Código Civil: La novación, que consiste en
sustituirse un nuevo deudor en lugar del primitivo, puede hacerse sin el conocimiento
de éste, pero no sin el consentimiento del acreedor.

Ahora bien, el Código Civil no regula expresa y sistemáticamente la transmisión de


deudas a título singular. Según el parecer mayoritario, cabe considerar que el Código
parte de la base de que la verdadera transmisión de deudas o asunción de deudas
consiste en la liberación del deudor primitivo y la aparición de un nuevo deudor.
Por ello, afirma el art. 1206 del Código Civil: La insolvencia del nuevo deudor,
que hubiese sido aceptado por el acreedor, no hará revivir la acción de éste contra el
deudor primitivo, salvo que dicha insolvencia hubiese sido anterior y pública o conocida
del deudor al delegar su deuda.

Esto es, el caso de verdadera asunción de deuda presupone necesariamente el


cambio de deudor y conviene diferenciarla de aquellos supuestos en los que, sin
quedar liberado el primitivo deudor, un nuevo deudor asume con el primitivo la deuda.
Este último supuesto se denomina asunción cumulativa de deuda.
La transmisión o asunción de deudas se regula en relación con la novación
modificativa, concretamente le dedica el Código dos artículos: arts. 1205 y 1206.

Convenio de exprovisión
El primer artículo se conoce como convenio exprovisorio por su reminiscencia
histórica. Acerca de esta primera modalidad, dice el artículo aun novación, aunque es
asunción de deudas. Dice que se puede hacer la asunción de deudas sin el
consentimiento del primitivo deudor, pero siempre que la transmisión sea consentida
por el acreedor. Esa relación que se establece entre el acreedor y el nuevo deudor se
llama exprovisión. De nuevo hay una relación trilateral.
Hay que cambiar la terminología: hay que hablar de un deudor asumente y de un
deudor asumido, el antiguo.

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El TS alude a una tercera modalidad, que quizás sea la más propia de la asunción de
deudas pero el Código no la abarca. Esta sería el contrato de asunción de deudas,
lo llevarían a cabo los dos deudores, y en virtud de aquel contrato el asumente pasa a
ser el nuevo deudor.
Lo más importante en la asunción de deudas es la solvencia. El tema de la solvencia
o insolvencia del nuevo deudor es tratado en el art. 1206 del Código Civil. Solo la
palabra delegar se encuentra en el art. 1206 del texto original del Código.
Deudor que transmite su deuda a un tercero lo hace porque ese deudor que transmite
es acreedor del nuevo deudor al que le transmite.
Hay que hacer una interpretación contrario sensu, entonces, la insolvencia del nuevo
era notoria y pública, debía ser conocida por el deudor antiguo y no haber hecho la
asunción de deudas. Si aún así se hace, tendrá que aguantar que la acción del
acreedor renazca y se dirija contra él.

Convenio de delegación
Van a cambiar los apellidos de los sujetos que intervienen en la delegación.
La primera relación que se produce es entre delegante-delegado. Por esta relación,
el delegante da una orden al delegado para que pague. El delegante es el deudor
primitivo del delegatario, pero a su vez es acreedor del delegado, el delegado es el
nuevo deudor. El delegante le da una orden al delegado de que le pague a un tercero,
porque el delegante es un acreedor del delegado
Delegante es deudor del delegatario, por ello le da la orden al delegado para que le
pague al delegatario.
La relación entre delegante-delegado es la relación de cobertura. La relación entre
delegante y delegatario se llama relación de valuta. La relación entre delegado y
delegatario es de cumplimiento.
En el Código Civil no está regulado la delegación. El delegatario pretenderá dirigirse
contra el delegante, pero si el acreedor consintió no se le va a permitir dirigirse.
En el contrato de asunción de deudas, hay solo dos deudores que se ponen de
acuerdo para que el nuevo deudor asuma la deuda del antiguo para que pague la
deuda.
A esta figura se le ha llamado de otra manera, tiene más encaje en el contrato de
mandato. Esta figura de la delegación se llama mandato de crédito, puesto que al final
se transmite una deuda para satisfacer un crédito que yo tenía, doy una orden para
que alguien cumpla por mi frente a mi acreedor y a quien doy esa orden es mi propio
deudor y a esto se le llama mandato de crédito.

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·EXTINCIÓN DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA


En el art. 1156 del Código Civil se regula la extinción de la relación obligatoria.
Hay varios supuestos en los que puede acabarse la relación: pago o cumplimiento,
pérdida de la cosa debida, la condonación de la deuda, la confusión de los derechos
de acreedor y deudor, por la compensación y, por último, la novación.

Novación: (Art. 1203- 1212 CC)


Hay que entender lo siguiente de la novación: puede tener dos aspectos, de tipo
extintiva y de tipo modificativa. El Código Civil la reconoce como modo de extinción,
pero en los arts. 1203 y siguientes se considera de carácter modificativa.
Entre estas dos reglas parece relativamente lógico que la regla general es la del art.
1156, de carácter extintivo, pero en el Código Civil se regula también como
modificativa en la asunción de deudas y la cesión de créditos.
El cambio sustancial de una relación que da lugar a otra, extingue la primera, y esto
cambió en la mecánica y en la esencia. Cuando una relación obligatoria se extingue, el
efecto automático es el que dice el art. 1204, es preciso que se declare
terminantemente, o que la antigua y la nueva sean de todo punto incompatibles.
Animus novandi: Las partes han querido extinguir la obligación para contraer una
nueva.
Por tanto, la novación se extingue expresamente porque así lo han querido las partes,
o bien tácitamente porque haya una incompatibilidad entre la relación obligatoria
primitiva y la nueva.
El art. 1203 dice también que la relación se modifica por otras circunstancias también,
pero también puede ser objetiva en el ejemplo de la novación tácita (cambio de
estructura y de función). Por tanto, bien sea por modificación sustancial o del objeto, la
primera relación se extingue y da paso a la segunda.
En conclusión, hay que atender a la regla del art. 1156, la novación por antonomasia
es la de tipo extintiva.
Sin embargo, abundando en este ultimo artículo, hay que decir: la relación que se
contiene en ese artículo, ¿es una enumeración exhaustiva? Hay que decir que la

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relación obligatoria se constituye con el acuerdo, pero si deja de haber vínculo ya no
existiría la relación.
Pero también hay ocasiones donde hay falta de voluntad de una de las partes para
seguir vinculada a la otra, y esto a veces se produce de manera unilateral.
Ejemplo del mandatario y el mandante, cómo puede acabarse la relación: art.
1732

● CAUSAS PARA LA EXTINCIÓN DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA


En el Código Civil hay varias causas de extinción de la relación obligatoria: el pago, la
imputación de pagos, el pago por cesión de bienes, la pérdida de la cosa debida…
pero básicamente nos centraremos en: la condonación o remisión de la deuda, la
confusión de derechos, la compensación y la novación.

Confusión de derechos
Cuando en una persona se confunden la doble titularidad de acreedor/deudor, la
relación obligatoria queda extinguida. Cuando en una persona se reúnen los dos
títulos, ya no hay quien exige y a quien exigir, porque en una persona concurren los
dos títulos.
Concretamente, el TS interpretando el art. 1192 del Código Civil dice que cuando en
una misma persona con derecho propio concurren ambas titularidades, la relación deja
de existir. Dice este artículo:
Quedará extinguida la obligación desde que se reúnan en una misma persona los
conceptos de acreedor y de deudor.

Se exceptúa el caso en que esta confusión tenga lugar en virtud de título de herencia,
si ésta hubiese sido aceptada a beneficio de inventario.

En el beneficio de inventario, en este caso se acepta todo y se confunden, se


responde con todo de todo. ¿Cómo se evita la confusión de patrimonio? Se tiene que
aceptar la herencia a beneficio de inventario, para que queden separados el
patrimonio de la herencia y el patrimonio propio, dejando a salvo el patrimonio
personal, se ha evitado la confusión de patrimonios.

La confusión puede ser principal o accesoria según lo establecido en el art. 1193 del
Código Civil.
Dice el art. 1193:
La confusión que recae en la persona del deudor o del acreedor principal, aprovecha a
los fiadores. La que se realiza en cualquiera de éstos no extingue la obligación

La confusión que recae en la persona del deudor o del acreedor principal, aprovecha a
los fiadores. Esto significa: Hay una relación obligatoria con A y B (acreedor y deudor)
y C es el fiador, es un personaje subsidiario, él responderá por su condición de
garantista.
¿Qué ocurre cuando hay confusión entre las figuras principales y el fiador, cuál
es el supuesto? Es la sucesión, ¿Qué pasa si un fiador sucede a un acreedor, si se

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convierte en heredero del acreedor? C sucede a A, luego C pasaría ser acreedor de sí
mismo y se produce la confusión. Entonces, la fianza desaparece.
Si C sucede a B, se convierte en deudor, con esta confusión desaparece la fianza
porque ya no hay fiador, porque C se ha convertido en figura principal de la relación
obligatoria.
Ahora bien, sigue diciendo el art. 1193 que entre fiadores no se extingue la relación
obligatoria. Aparece un segundo fiador, que es D, éste sería un subfiador, es decir, no
fianza al deudor como obligado principal, sino que fianza al fiador principal.
Entonces, se produce que D sucede a C, desaparece la subfianza, y quien era
subfiador por efecto de la confusión se convierte en fiador principal.
La confusión puede ser parcial o total. La confusión total es cuando un fiador sucede
al deudor. Por su parte, la confusión parcial sería: hay una finca que pertenece en
comunidad a 3 propietarios, de tal manera se hablaría de copropietarios del mismo
inmueble. Ese inmueble está arrendado a un arrendatario, con lo cual tenemos
arrendadores que lo son en comunidad y un arrendatario. Pero sucede que el
arrendatario va a operar la confusión en alguno de los copropietarios, es decir, el
arrendatario va a suceder a uno de los copropietario, X sucede por ejemplo a A,
entonces X se convierte en copropietario de solo una cuota de la comunidad, luego se
extingue por confusión de modo parcial la relación que existía entre esos 3
copropietarios y ese arrendatario. Ahora ocurrirá que el arrendatario amortizará la
parte de cuota con respecto a un copropietario, pero seguirá siendo arrendatario del
resto de los copropietario, de los otros 2.
La confusión opera normalmente entre un tercero y los sujetos de titulo principal.
Si quien era deudor sucede a quien era su acreedor, entonces nada tiene sentido
porque se habrá convertido en acreedor de sí mismo. Y al contrario pasaría igual, si se
sucede al deudor.
Ahora bien, la confusión a los terceros, ¿cómo tendría lugar?
A es un acreedor de B y tiene una hermana, que es C, es el tercero. Este C va a pedir
un préstamo al banco para que se le conceda un crédito sobre la base de algo que el
banco le va a exigir. Se pide una garantía a C, y como esta no tiene, lo único que
puede ofrecer A es el crédito contra B, se convierte C por subrogación en el nuevo
acreedor de B, luego aquí la confusión ¿cómo ha podido operar?
A y B operan la confusión entre ellos, ha desaparecido el crédito porque B ha sucedido
a A, se ha convertido en deudor de si mismo, entonces no existe ya relación. La
posición de A ya es distinta, entonces ¿qué pasa con C? En este caso, B heredaría de
A sus derechos y obligaciones, por lo que la garantía seguiría existiendo y el crédito
seguiría siendo operativo a pesar de que la relación entre A y B se hubiera extinguido.
A veces, la confusión no es simple, no se produce ni entre dos personas, sino que
afecta a más personas. Podríamos considerar un caso de pluralidad en una relación
obligatoria y la aparición del fenómeno de la confusión y responde el art. 1194 a este
respecto: La confusión no extingue la deuda mancomunada sino en la porción
correspondiente al acreedor o deudor en quien concurran los dos conceptos.

Hay que recordar la mancomunidad (3 acreedores y 1 deudor) esa sería la activa, pero
también puede ser pasiva. Esta mancomunidad era la fragmentación de las cuotas, y
cada uno de los deudores mancomunados únicamente respondían de esa porción de
deuda.

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¿Qué pasaría si el deudor X confundiera con uno de sus acreedores mancomunados?
Significa que X ve que la porción que tiene contra uno de sus acreedores se extingue,
pero solo con esa parte, no con todas las demás.
En el supuesto de los arts. 1137 y 1143, es el supuesto de obligación solidaria, que a
la larga ocurriría lo mismo, pero se sucedería en el todo, lo que ocurriría que tendría
que responder a los acreedores con la cuota que tuviera cada uno.

Compensación
La compensación, según los clásicos, era créditos, deudas, hasta la cantidad
concurrente se extingue. Se extinguen los créditos y las deudas hasta la cantidad
concurrente.
Así lo dice el art. 1195 del Código Civil: Tendrá lugar la compensación cuando dos
personas, por derecho propio, sean recíprocamente acreedoras y deudoras la una de la otra.

Hay que completar el concepto de compensación con el art. 1202 del CC: El efecto de la
compensación es extinguir una y otra deuda en la cantidad concurrente, aunque no tengan
conocimiento de ella los acreedores y deudores.

Es decir, acreedor y deudor a título principal y que lo sean recíprocamente, el uno


acreedor y deudor del otro, y el otro acreedor y deudor del uno.
Hasta la cantidad concurrente, teniendo que pagar igualmente el resto de la deuda. Se
explica con un ejemplo: una persona debe a otro 1000, y la otra persona debe 500 al
mismo, entonces si uno es acreedor por 1000 y deudor por 500, solo se podrá el
acreedor dirigir al deudor por 500 euros.
Los antiguos decían que esto era una excepción de dolo, actuaba dolosamente que
siendo acreedor por una cantidad pero deudor por otra, cometía dolo si trataba de
exigirle lo que le era debido sin abonar lo que ella misma debía. Hay dolo porque se
pide el resto sin haber pagado la totalidad de la deuda.
- Se exigen varios requisitos para la compensación que se establecen en el art. 1196
del Código Civil: Para que proceda la compensación es preciso:
1.º Que cada uno de los obligados lo esté principalmente, y que sea a la vez acreedor
principal del otro.

2.º Que ambas deudas consistan en una cantidad de dinero o, siendo fungibles las
cosas debidas, sean de la misma especie y también de la misma calidad, si ésta se
hubiese designado.

3.º Que las dos deudas estén vencidas.

4.º Que sean líquidas y exigibles.

5.º Que sobre ninguna de ellas haya retención o contienda promovida por terceras
personas y notificada oportunamente al deudor.

De esos requisitos, hay requisitos muy claros. En primer lugar, las personas entre las
que va a ocurrir la compensación tienen que ser acreedor y deudor recíprocamente.
Las deudas tienen que ser dinerarias y además tienen que ser vencidas, líquidas y
exigibles. En las obligaciones de hacer no cabe la compensación, pues en esta no se
conocería el valor.
Sin embargo, es posible que un fiador del deudor le oponga al acreedor que intenta
cobrarle la compensación del acreedor. A y B son acreedor y deudor recíprocos, C

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puede oponer a A la cantidad que debe a B. Es lo que dice el art. 1197 del Código
Civil: No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, el fiador podrá oponer la compensación
respecto de lo que el acreedor debiere a su deudor principal.

Cuando dos obligaciones se constituyen en lugares diferentes, siendo acreedor y


deudor domiciliados en el mismo lugar, la obligación se producirá allí, pero puede que
alguna de las obligaciones sea satisfecha en otro lugar, por causa promovida por
alguno de ellos, quien deberá de hacerse cargo de los gastos añadidos. Quien haya
promovido el movimiento del lugar tendrá que abonar los gastos para que la cosa sea
cumplida en el lugar distintos a donde habitan las personas de la relación.
La deuda de alimentos es una deuda personalísima, y corresponde a alguien por el
acercamiento que tiene con esa persona.
La compensación, en la práctica, funciona judicialmente o extrajudicialmente. Cuando
se trata de una obligación extrajudicial significa que acreedor y deudor están
conformes, que lo han hecho por acuerdo y aun así la ley y la práctica es reacia a la
compensación. Tiene que ser formalmente propuesta y aceptada por las partes.
Aclaraciones: la compensación no debe funcionar de manera automática, pero si se le
debe a alguien 500 pero ese alguien me debe 100, no debo ir inmediatamente a
reclamar 500, pero si debemos estar de acuerdo en que la compensación funcione.
Siendo esto así, cuando se trata de una parte que tiene una posición prepotente,
dependemos de esa parte, la compensación funciona de una manera poco
satisfactoria.

En la cesión de bienes, había una relación triangular: un acreedor cedente, un


acreedor cesionario y un deudor. Interesa recordar cuál es el alcance de la
compensación cuando se ha producido una cesión de bienes. Hay que remitirse al art.
1198 del Código Civil, los supuestos son los siguientes:
El deudor que hubiere consentido en la cesión de derechos hecha por un acreedor a
favor de un tercero, no podrá oponer al cesionario la compensación que le
correspondería contra el cedente.

Si el acreedor le hizo saber la cesión y el deudor no la consintió, puede oponer la


compensación de las deudas anteriores a ella, pero no de las posteriores.
Si la cesión se realiza sin conocimiento del deudor, no podrá éste oponer la
compensación de los créditos anteriores a ella y de los posteriores hasta que hubiese
tenido conocimiento de la cesión.

Condonación o remisión de la deuda


Significa casi como donar, tiene una raíz claramente significativa con el contrato de
donación. La condonación significa remisión, es perdonar una deuda.
En definitiva, la condonación es un acto de renuncia por parte del acreedor a exigir lo
que el deudor le debe, no va a perseguir al deudor. Ante esa renuncia voluntaria,
surgen los comentarios contrarios ante esto.
La condonación siempre levanta sospechas. Por ejemplo: una persona no muy
generosa, se dedica a perdonar a sus deudores, y esto debe ser por algo. ¿Por qué?
Puede ocurrir que esa persona también sea deudora de algo. Llegará un momento en

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el que su patrimonio no podrá hacer frente a las deudas que tenga. Puede igualmente
ocurrir que esa persona tenga herederos, y no aumente el capital hereditario que
luego será transmitido a los herederos.
El que perdona sistemáticamente sus deudas, puede estar perjudicando tanto a sus
acreedores como a sus herederos.
La condonación, por su analogía con la donación, a veces se ha pensado que es un
acto unilateral. Esto no es así, la condonación no es un acto unilateral, sino que
siempre se requiere la aceptación del donatario como la del deudor, como un acto de
manifestación de la voluntad, y en consecuencia, es un acto bilateral. Cabe que sea
un acto unilateral si renuncia a su derecho de acreedor, según el art. 6.2 CC.
La condonación, asimismo, es libre cuando se forma hasta el momento en el que el
objeto es bien mueble. En el momento en que se refiere a un bien inmueble, requiere
de escritura pública, necesita de una forma solemne, la elevación a documento
público.
Además, la condonación puede ser total o parcial, en cuanto el acreedor perdona la
totalidad de la deuda o decide condonar parcialmente la deuda, este es un caso que
se ve normalmente en situaciones donde existen más de un acreedor y con la
intención de cobrar, o al menos una parte, ejemplo: la quita, concurso de acreedores.
La condonación puede ser expresa, tácita o presunta.
Puede ser expresa cuando el acreedor manifiesta de modo claro las deudas que el
deudor tiene con él.
En otras ocasiones, el acreedor no es tan expreso, sino que se debe hacer una
interpretación de cuál es su voluntad. El acreedor no exige su cumplimiento, entonces
tácitamente ha condonado al deudor.
Por último, la condonación presunta, se presume la voluntad del acreedor de condonar
al deudor. Hay preceptos que regulan la condonación presunta.
En primer lugar, el art. 1188 del Código Civil, la deuda ha sido reconocida por el
propio deudor:
La entrega del documento privado justificativo de un crédito, hecha voluntariamente por
el acreedor al deudor, implica la renuncia de la acción que el primero tenía contra el
segundo.

Si para invalidar esta renuncia se pretendiere que es inoficiosa, el deudor y sus


herederos podrán sostenerla probando que la entrega del documento se hizo en virtud
del pago de la deuda.

Después, el art. 1189 del Código Civil. Cuando el documento privado lo tiene el
deudor, se presume la condonación del acreedor de manera voluntaria:
Siempre que el documento privado de donde resulte la deuda se hallare en poder del
deudor, se presumirá que el acreedor lo entregó voluntariamente, a no ser que se
pruebe lo contrario.

Por último, el art. 1191 del Código Civil, es decir, el deudor ha garantizado la deuda
con un objeto al acreedor. Si por la razón que sea la cosa dada en garantía vuelve en
poder del deudor, se presume que el acreedor está renunciando a la deuda y entonces
tendría lugar la condonación presunta:
Se presumirá remitida la obligación accesoria de prenda cuando la cosa pignorada,
después de entregada al acreedor, se hallare en poder del deudor.

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Donaciones inoficiosas:
Hay cuestiones del contrato de donación que también tienen aplicación al acto de
condonar, en concreto nos referimos a las donaciones inoficiosas. Hay que
remontarse a que la donación puede ser un contrato, un acto inter vivos, pero también
la donación puede ser un acto mortis causa, pero en este caso sería aplazando sus
efectos después de la muerte del donante.
Aquí de nuevo juega el peligro de los actos gratuitos, realizado sin ánimo de lucro. Hay
que añadir que el acto de hacer donaciones en vida o condonado va a recibir una
respuesta del legislador y va a obligar a reducir las donaciones que se hayan hecho de
forma no definitiva y no válida porque afecta a una cuota de la herencia que está
legalmente dispuesta y dirigida. Si nos encontramos con que no hay bienes se
contraviene un contrato legal que es salvaguardar una cuota de los bienes.
Llega el momento de reparto de la herencia y entonces el que recibe la deuda puede
hacer lo que quiera. Se ve la voluntad del causante y se atribuyen las cuotas de su
patrimonio.
Hay una parte que se conoce como colación y significa que hay que traer de nuevo a
la partición cualquier cosa que se haya dispuesto en vida si con ello hemos aceptado
el cumplimiento del mandato legal.
Este es el concepto de Reducción de la donación por inoficiosas. Con esto hay que
remitirse al artículo 654 del Código Civil y siguientes:
Art. 654 del Código Civil: Las donaciones que, con arreglo a lo dispuesto en el artículo
636, sean inoficiosas computado el valor líquido de los bienes del donante al tiempo de su
muerte, deberán ser reducidas en cuanto al exceso; pero esta reducción no obstará para que
tengan efecto durante la vida del donante y para que el donatario haga suyos los frutos.

Para la reducción de las donaciones se estará a lo dispuesto en este capítulo y en los artículos
820 y 821 del presente Código.

Art. 655 del Código Civil: Sólo podrán pedir reducción de las donaciones aquellos que
tengan derecho a legítima o a una parte alícuota de la herencia y sus herederos o
causahabientes.
Los comprendidos en el párrafo anterior no podrán renunciar su derecho durante la vida del
donante, ni por declaración expresa, ni prestando su consentimiento a la donación.

Los donatarios, los legatarios que no lo sean de parte alícuota y los acreedores del difunto, no
podrán pedir la reducción ni aprovecharse de ella.

Art. 656 del Código Civil: Si, siendo dos o más las donaciones, no cupieren todas en la
parte disponible, se suprimirán o reducirán en cuanto al exceso las de la fecha más reciente.

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