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Del Cid de Bonilla dijo que los cuentahabientes podían disponer de su dinero en
pocos días, siempre y cuando se nombrara a los integrantes de la Junta de
Exclusión, ya que ellos serían los responsables del traslado de los fondos a otros
bancos. “Esto se realizará ordenadamente, para así proteger el dinero de los
ahorrantes”, dijo Del Cid.
BANCO COMERCIO
El MP acusa a Velasco de lavado de dinero u otros activos por esas transacciones
que se gestionaron para pagar a inversionistas de Organizadora de Comercio, S.A.
quienes retiraron su dinero, y por la falta de liquidez, el acusado habría gestionado
los créditos en el banco.
AUTOCASA
Los sindicados por la estafa fueron identificados como Orlando Antonio Najarro
Paredes y Roberto Eduardo Villatoro Mérida quienes desde mediados del mes de
octubre de 1993 vaciaron sus cuentas bancarias y oficinas sin dejar rastro.
Algunos de los 500 acreedores que invirtieron su dinero al no recibir su pago
mensual acudieron a la sede de la “financiera” llevándose la sorpresa de no
encontrar a nadie ni nada en la oficina donde funcionaba.
Al conocerse la noticia del caso de “Eduardo y Orlando” decenas de inversionistas
se conglomeraron en las “financieras no reguladas”, término legal que identifica a
estas empresas ya que no están inscritas como entidades financieras, sin embargo,
hacen operaciones como captación de dinero entre otras, para reclamar su capital
invertido o la presentación de los documentos que apararan su funcionamiento,
pues temían ser víctimas de una estafa en masa.
Los acreedores de la financiera fantasma “Eduardo y Orlando” perdieron sus fondos
en forma definitiva ya que los sindicados por la estafa nunca aparecieron y las
investigaciones no avanzaron. Esta sería una de las primeras estafas en masa de
las “financieras fantasmas” que en los años noventa perjudicaron a miles de
guatemaltecos tanto en su economía, salud, causándoles incluso hasta la muerte