Qué Tan Compleja Es La Música Infantil

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¿Qué tan compleja es la música infantil?

¿Qué tan compleja es la música infantil? Cuando hacemos esa pregunta el asunto es claro.
“Música infantil” nos hace pensar en melodías y temas repetitivos y sencillos muchos sentidos. No
obstante, la música como todo arte depende de una ley universal que es el contraste, sin la cual
todo se vuelve aburrido. Así que la pregunta se vuelve más bien “¿qué tipos de contrastes usa la
música infantil?”

Llevo como dos años que casi lo único que escucho es Spotify es música para niños. Empecé
escuchando Cri-Cri, Lazy Town, luego ponía canciones tradicionales mexicanas, luego de las
modernas, luego me salían en idiomas que ni conozco, en ruso, búlgaro, alemán, inglés, estonio,
islandés y no tengo idea de por qué me terminó gustando tanto todo eso y por qué ahora me la
paso escuchando música para niños.

Bueno sí, en realidad es que la música es como las caricaturas. Las hay tan bien hechas que
agradan tanto a grandes como a chicos. Las hay con tanta dedicación y amor que funcionan para
todas las edades. Y las hay que son cualquier cosa hecha al aventón subestimando al público
infantil, creyendo que por no ser adultos racionales se van a conformar con cualquier porquería
como si no tuvieran una pizca de sensibilidad. En la industria del entretenimiento infantil como
hay basura, hay joyas y eso es lo que me la pasé buscando todo este tiempo. Encontré tantas
cosas geniales, escuché, escuché y escuché, algunas las toqué y todo esto me llevó a formular la
cuestión “¿Qué tan compleja es la música infantil?”

Partamos de lo que ya todo mundo asumiría. Es verdad que muchas canciones para niños
lógicamente van a ser sólo un círculo de acordes sencillo y por supuesto… todo alegre.

Muchas canciones infantiles encajan con esa descripción.

Y no sólo eso, sino, que, además, sus melodías jamás hacen una sola nota fuera de la tonalidad. En
otras palabras, no usan más de siete notas.

Sólo siete notas y sólo siete acordes, o incluso menos.

Obviamente si tomamos todas las canciones con estas características veremos que están en
diferentes tonalidades y eso ya les da distinción entre ellas. Sin embargo, yo me di cuenta de algo.
A veces me ponía a tocar las canciones infantiles que oía en una armónica que sólo tiene las notas
“do, re, mi, fa, sol, la, si” y aún así, transportándolas todas a do mayor cada una era diferente y
especial.

Y OMG si esto no te parece complejo y profundo a la vez.

(Tocas)

Qué manera de aprovechar sólo siete notas. Pues esto implica un jugoso manejo del melodismo,
que, sin siquiera modular, sin siquiera usar acordes raros, sin escalas modales; con una simple
tonalidad mayor se crearon un montón de melodías únicas.

(Tocas)
Si me preguntan qué me gusta de la música infantil lo primero que digo es eso. Que exprime todo
el jugo de una escala mayor.

Pero bueno, hay veces que sí llega a volverse aburrido. Los compositores se dan cuenta de esto, ¿y
qué hacen al respecto? Suponiendo que ponerse a modular podría ser algo muy complejo y
rebuscado para el tipo de música. ¿Qué opciones más sencillas hay para no caer en la monotonía?

Una muy muy muy muy muy usada en la música infantil es la “sustitución tonal”.

Todos la hemos escuchado alguna vez. Es esa que da la sensación de repetición, pero con un
subidón energía.

Ejemplo

Cambiar la tonalidad en seco a un nuevo centro tonal, pero cantando la misma melodía. En Lazy
Town lo escuchaba a cada rato.

Ejemplos

Cuando la tonalidad se sube uno o dos semitonos se crea ese efecto de mayor potencia.

No hay que confundir esto con una modulación armónica, que es cuando el cambio se difumina.
En este otro caso el cambio abrupto es el efecto deseado.

Y como las canciones de niños suelen ser repetitivas y limitadas a cambiar de temática, la
sustitución tonal les queda de lujo.

Escuché una canción que la usó una y otra vez. Hay una cancionsita española que habla de
América Latina que se llama “Alibombo”, pero no en su versión original si no en una versión en
búlgaro que sintió que quedaba muy monótona estando todo el rato en la misma tonalidad así
que entre cada verso hace una sustitución tonal.

Ejemplo

Y suena muy bien, realmente rompe toda la monotonía.

Pero además de la sustitución tonal existe otro recurso parecido llamado “enlace de mediantes”
del sistema de paralelos en el que por su naturaleza se puede ir perdiendo el peso de la tonalidad.
Este recurso consiste en marcar un eje tonal y movernos de él a sus mediantes. O sea, a los
grados que tiene a distancia de tercera.

Por ejemplo, si estamos en do, mi y la son sus mediantes. En do mayor, mi menor es el III y la
menor el IV, pero los podemos alterar como “III bemol mayor” y ahora en vez de mi menor, será
mi bemol mayor.

O, por ejemplo, si estamos en do menor, en vez de VI que es la bemol mayor, hacemos VI


menor, y obtenemos la bemol menor. Acorde también conocido como VI Schubertiano.

Este procedimiento de alterar mediantes lo escuché en una canción de Lazy Town en una de sus
versiones tempranas, que empieza en fa sostenido mayor y luego pasa el mismo tema a su III
bemol mayor.
Ejemplo y tocas

Una distancia tonal que funciona súper bien. Incluso nos podríamos seguir yendo así en secuencia
por puros “terceros bemol mayor”.

Ejemplo

Y si te fijas en este punto ya volvimos a la tonalidad inicial, pero como es un sistema de paralelos la
sensación de retorno se perdió por completo.

Tocas el acorde para dudar del retorno

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Ahora bien, hasta el momento sólo hemos hablado de contraste armónico. Pero hay más, por
ejemplo, el contraste agógico. O sea, cambiar la velocidad, esto lo he visto mucho en música
infantil con un fin entre didáctico y de contraste. Literalmente la señora te dice: “Rapidísimo”
(“Rápido”) aram sam sam… Leeeeento aram sam sam.

También otra música infantil que he escuchado mucho es la de 31 minutos y esta la tomaría como
un perfecto ejemplo de algo de lo que hemos hablado poco: música modal y con tendencia al
blues. El resultado armónico, son acordes con extensiones disonantes que no giran en torno a un
centro gravitatorio, desproporcionando esa jerarquía y dando sonoridades extrañas. Se me vienen
a la mente dos ejemplos: “Me cortaron mal el pelo” que usa la escala pentatónica menor de blues.

Ejemplo

y “Señora, devuélvame la pelota o si no, no sé lo que haré”

Ejemplo

Darán se cuenta de que la sensación auditiva es exótica justamente por la evasión de un centro
tonal y la normalización de disonancias. Es muy distinto a lo que hemos analizado, salvo cuando
también vimos “Lala” y que, de igual forma su armonía tiende a lo jazzístico. Y es música infantil.

Pero no todo es disonancia jazzística en 31 Minutos, de hecho, de lo más suave y tonal que tienen
es su bonito tema de entrada.

Ejemplo… con una sección con la tonalidad perfectamente bien establecida.

Ejemplo
Ahora que, sí por música infantil nos referimos a música de videojuegos como, por ejemplo, Mario
Bros, pues en realidad esta puede ser armónica y melódicamente tan compleja como la música
clásica.

Ejemplo Bowser Mario 64

Y no sólo eso, sino tan alegre y bien hecha que la podrías confundir con música clásica.

Ejemplo Super Mario RPG

Pero para finalizar este hablaré de la música ciertamente infantil que, dentro de lo que es la
armonía tradicional, es la más compleja que he escuchado. Hablo de Cri-Cri. Hija de, la riqueza
armónica y variedad que tienen sus canciones. Las modulaciones que hace y la naturaleza con las
que las maneja, muy rara vez visto en canciones infantiles, pues como ya vimos se valen más de la
sustitución tonal. En cambio, las ideas armónicas de Cri-Cri son orgánicas y se desarrollan
suavemente en un contraste natural.

Por ejemplo, escuchemos la modulación que hace en el “Vals del Rey” donde visita por lo menos
seis tonalidades.

dm – gm, C7 – F7, dm – dm, A7 - dm

dm – gm, C7 – F7, dm – G7, C7 – F

F dur: I – V7/VI, IV=III/g moll - V7, I = III/Es dur – I, V7 – I menor = IVa/B dur – V7, I

O también un buen ejemplo de lo bien que aprovecha una tonalidad es el bonito solo de “Di por
qué”

A mayor: I – VII+3, I – VII+3, I…, IV…, IVa…, I…, Im…, V7…, VII+3…, I…, I…, IV…, IVa…, I – VI,

VI/a moll…, V7…, V7…, I – V7/IV – IV = I

Se nota que Gabilondo tenía muy buen oído armónico. Según me contaron familiares suyos, a él
más que estudiar le gustaba ir a tocar. Así que, al parecer, todo esto parte más de la
contemplación y la escucha que nada.

Y bueno, al principio de este video hablamos mucho de la sustitución tonal. ¿Y por qué no? Cri-Cri
también la llegó a usar cuando lo vio necesario. Y muy bien.

¿Cómo le va?

Wuu. En conclusión, música infantil hay de toda, de hecho, ya ni siquiera haría una distinción
musical como tal. Porque justamente es como dijimos, es como el entretenimiento, hay del que es
tan bueno, que le termina gustando a grandes y chicos. Así que, en este video, al final,
corroboramos una vez más que la música es música y ya.

Sí, señor.

Gracias por ver este videíto, les mando un abrazo y i7

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