2020-2 Díaz, J. L.

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¿ESTÁ EL VERDE EN EL CEREBRO?

José Luis Díaz Gómez

E l verde, por antonomasia, es una sensación subjetiva cuando alguien


ve, imagina o sueña algo con este tinte, y es un evento lingüístico
cuando comprende el significado de la palabra verde, especialmente si
se adorna con otras voces: verde bandera, botella, esmeralda, turquesa,
lima o primavera. Desde un punto de vista científico, un color verde par-
ticular es un hecho lumínico que ocurre cuando la frecuencia de una
onda está alrededor de los 530 nanómetros. Es un hecho sensorial pre-
sente cuando esa onda estimula a los conos M de la retina, los fotorre-
ceptores sensibles a esta luz, y su cloropsina absorbe los fotones. El ver-
de es un hecho cerebral cuando las señales nerviosas desatadas por los
conos M en las células ganglionares de la retina son procesadas por la
corteza visual del cerebro, especialmente en el módulo V4 involucrado
en la discriminación cromática.
Una metáfora afortunada puede insinuar en la conciencia su efecto
equilibrado, refrescante o tranquilizante y muchas otras asociaciones al
color. El inolvidable “verde que te quiero verde” de Federico García Lor-
ca no sólo absorbe y arroja la cualidad del verdor, sino el ámbito que re-
presenta, bendito y amado sea. Cuando Fernando Pessoa dice que “los
campos son más verdes en el decirlos que en su verdor”, afirma que el
verde pintado con palabras en la imaginación es más duradero que el del
prado, e implica que las mismas áreas visuales del cerebro se activan al

Cultivo de células neurales. Imagen de Nina Callard. Wellcome Collection

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sas: advertir un follaje, catalogar una hierba,
abrirse paso en la espesura, apreciar la másca-
ra del rey Pakal, disfrutar La ola verde de Clau-
de Monet, pintar a la esperanza y a la envidia,
calificar de indecentes a un chiste o a un viejo.
En fin: el verde es dato para la física y la colo-
rimetría, para la neurociencia y la fenomeno-
logía, para la gramática y la ecología, para la
estética y la poética.
Sin embargo, no encontramos el verde si lo
buscamos en el cerebro, y la manera precisa
en que la conciencia ocurre en el cerebro y en
el mundo aún no se dilucida plenamente.

***
La relación supuesta entre la mente y el cuerpo
Vincent van Gogh, Roses, 1890.
ha sido clave para determinar la naturaleza hu-
Metropolitan Museum Collection mana y de otras criaturas. En tanto el materia-
lismo asegura que el ser humano es un cuer-
mirar una escena y al soñar o al visualizar algo po viviente cuya función más elevada es la
en la imaginación. Pero estos verdes contras- conciencia, el idealismo afirma una concien-
tan con el engañoso “verde embeleso” del so- cia inmaterial capaz de figurar un cuerpo y un
neto de Sor Juana, pues la escritora destaca mundo. Las ciencias han reforzado un universo
lo efímero del placer sensorial y del deseo: “de- físico, organizado en sistemas complejos que
crépito verdor imaginado” que todo lo trastor- en este planeta erigieron organismos vivos y
na. El follaje se divisa verde, pero también se seres sensibles que confrontan su entorno con
huele, se oye y se palpa: es lozano, sereno y creciente dominio y conflicto. El idealismo, en
gime con el viento. La oda de Eduardo Pon- cambio, mantiene la prioridad de la conciencia
dal que llegó a ser himno de su Galicia pre- como suceso fundamental para captar y trans-
gunta sobre los pinos de la costa: “¿qué dicen formar el mundo. A pesar de sus aciertos y en-
las altas copas de oscuro follaje arpado?” Las cantos, ninguno de estos monismos antípodas
agujas del pino se convierten en arpas toca- satisface mi convicción realista: el materialis-
das por el viento y su música canta el espíri- mo no explica a la mente y a la conciencia como
tu de un pueblo. propiedades físicas y el idealismo no persuade
Para existir, este gran verde requiere de una de que la carne, los sesos, Calcuta o Saturno
persona humana provista del equipo biológico sean sólo conceptos o simulacros.
necesario para captarlo en íntima relación con La tercera opción, el dualismo, ha tenido un
el entorno ecológico y cultural donde se perci- arraigo muy tenaz porque los humanos dis-
be, se aplica, se significa. Es una percepción li- tinguen sus procesos mentales, como el pen-
gada al mundo porque sirve para muchas co- samiento, la imaginación, los sueños o el ver-

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de que ven, de sus procesos físicos, como las El nivel suprapersonal indica que la mente
funciones y los movimientos de su cuerpo. encarnada en el cuerpo surge y opera en un
Además, los dualistas han argüido que facul- entorno difícil. Se precisa conciencia en espe-
tades humanas como el yo, la conciencia de cial cuando surgen trabas inéditas, difíciles o
sí, el libre albedrío o la conciencia moral no se penosas que requieren acomodos cognitivos,
explican físicamente y deben ser anímicas o restauraciones conceptuales y acciones inten-
espirituales. Sin embargo, las ciencias las han cionales capaces de solventarlas. Como los or-
abordado con solidez creciente. El designio ganismos más alertas, sensitivos y diestros
cartesiano de un yo pensante incorporado en responden mejor a los obstáculos y los impre-
el cerebro ha perdido vigor porque transgre- vistos, la conciencia fue seleccionada en el tro-
de la conservación de la energía y porque el pel evolutivo y el encéfalo se forjó para apren-
yo se concibe mejor como la autoconciencia: der por experiencia, para afinar la expresión y
el neurosistema de gestión, reflexión, alteri- depurar la comunicación. Cuando el compor-
dad y ética. Y también a los dualistas la liber- tamiento resolvía obstáculos, se selecciona-
tad les parece tan imprescindible en la vida ron sus operaciones cerebrales unidas a fun-
moral y social como imposible en un mundo ciones cognoscitivas y éstas se refinaron en
determinista. Pero el determinismo y el albedrío generaciones sucesivas.

Para todo ser humano existir implica tomar


conciencia de su vínculo con el mundo.

son compatibles: una decisión voluntaria im- Los humanos recientes han sido capaces
plica un evento nervioso que surge por pro- de aprovechar y moldear su nicho, poblar el
cesos de motivación y, ya definido, es capaz de planeta y transformar su cultura en dialécti-
regir a los sistemas motores de la conducta vo- cas cada vez más apremiantes de conflicto y
luntaria: una persona consciente y actuante acuerdo, de cooperación y competencia, de ex-
no es un autómata incauto; es un agente mo- plotación y rebeldía, de creación y destrucción.
ral y jurídicamente responsable. Para todo ser humano existir implica tomar
conciencia de su vínculo con el mundo: yo me
*** hallo en este momento y en este sitio, preo-
Estimo útil distinguir tres estratos y facetas cupado y ocupado por escenarios, obstáculos,
de la relación entre la mente y el cuerpo: un oportunidades, afectos, y por las acciones que
nivel suprapersonal en referencia a la conjun- mis contextos y mis prójimos disponen, transi-
ción del individuo con su entorno; otro perso- gen y suscitan. Preocupado por el color verde…
nal, en alusión a los nexos entre actividades
mentales, funciones corporales y comporta- ***
miento, y un nivel subpersonal o neuropsico- El nivel personal se estipula por las funciones
lógico, sobre el vínculo obligado entre la con- autorreguladas y psicosomáticas del organis-
ciencia y el cerebro. mo. Los actos psicológicos —percepciones,

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Astrocitos y oligodendrocitos derivados de un cultivo neuronal. Imagen de Yirui Sun. Wellcome Collection

emociones, pensamientos, imágenes, sueños, des y limitaciones, la persona adopta decisio-


recuerdos, intenciones— tienen correlatos ce- nes, acciones y reajustes con base en criterios,
rebrales capaces de afectar a los órganos del creencias y metas. Oigamos lo que piensa Uli-
cuerpo a través del sistema nervioso autóno- ses antes de entrar en batalla, según la Ilíada:
mo, el neuroendocrino y el inmunológico, así
como de expresarse en conductas. A su vez, ¡Ay de mí! ¿Qué me ocurrirá? Muy malo es huir
estas faenas afectan a la mente y un maravi- temiendo a la muchedumbre, y peor aún que me
lloso entresijo de mensajes moleculares, ner- cojan, quedándome solo. Mas, ¿por qué tales
viosos y cognitivos está dirigido a la conser- cosas me hace pensar mi corazón? Sé que los
vación, desarrollo, reproducción y goce del cobardes huyen del combate y quien descuella
individuo o, en condiciones de estrés o dolen- en la batalla debe mantenerse firme, ya sea he-
cia, a su enfrentamiento y a la restauración de rido, ya a otro hiera.
la salud y el bienestar.
El estudio minucioso y contextual de la con- En la conciencia y el comportamiento de las
ducta ha permitido atribuir habilidades de pla- personas influyen y coinciden los sistemas bio-
neación, comunicación y conciencia a diversos lógicos que las integran y los sistemas socia-
animales y a suponer formas de autoconcien- les en los que encajan. Del lado somático, los
cia, ritualidad o moralidad en ciertos cetáceos, dispositivos cerebrales surgen de la evolución,
simios, cánidos y córvidos. Entre los humanos del acervo genético del individuo y de su co-
recientes, los actos verbales y sus expresiones yuntura de crecimiento; del lado sociocultu-
escritas son el medio más eficaz para decla- ral proceden las circunstancias del desarrollo
rar la conciencia propia y para conocer lo que y aprendizaje de cada quien: la asimilación y
otros piensan, sienten, imaginan o intentan acomodo de símbolos, creencias, prácticas, va-
realizar. Al tomar conciencia de sí, de su histo- lores, ritos o costumbres. Vistas en esta luz, las
ria y su lugar en el mundo, de sus posibilida- explicaciones antagónicas entre los ingredientes

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genético-biológicos y los factores sociales-apren- cerebro; ni sus contenidos y cualidades sub-
didos resultan complementarias por tratarse de jetivas pueden deducirse de su estructura y
la coevolución entre individuos y entornos. actividad. No es lo mismo establecer los pro-
cesos neurológicos necesarios para que ocu-
*** rra un evento consciente, digamos el ver o ima-
A nivel subpersonal, las asociaciones descubier- ginar algo verde, que comprender cómo y por
tas entre funciones cerebrales y actividades qué ese proceso fisiológico engendra o corres-
mentales proveen un entendimiento cada día ponde a esa colorida experiencia.
más pródigo y certero de la mente y de la con- Estoy seguro de que, gracias a su interac-
ciencia. Se sabe que las operaciones electro- ción con el resto del cuerpo y con el entorno,
químicas de las sinapsis son esenciales para el cerebro engendra conciencia, aunque no se-
los procesos mentales: los fármacos que mo- pamos cómo lo hace, ni cómo averiguarlo… ¡me
difican la conciencia y la conducta actúan so- mortifica reconocerlo! Este ingrato trance exi-
bre sus eventos bioquímicos y los engramas ge un acomodo paliativo: si bien la conciencia
de la memoria entrañan la proliferación y for- y el cerebro aparecen de maneras muy dis-
talecimiento de contactos entre las neuronas tintas, la primera en la experiencia subjetiva
involucradas en cada aprendizaje. También se y el segundo en los mecanismos objetivos ana-
conoce que las señales utilizadas por el cere-
bro para representar y procesar información
son secuencias de potenciales de acción entre
las neuronas y es válido suponer que el origen
y el destino de las conexiones entre zonas y
módulos especializados del cerebro determi-
nen el contenido de la información. Las pautas
de señalización admiten millones de estados
entre unas 1011 neuronas y 1015 sinapsis del ce-
rebro humano. He propuesto que la trama ar-
mónica y a gran escala de pautas espaciotem-
porales de actividad multisináptica figura un
enjambre o parvada de actividad psicofísica
que tiene acceso a múltiples sectores del en-
céfalo y así faculta la unidad y la libertad de
la conciencia.
Ahora bien, a pesar de los descubrimientos
de las neurociencias perdura un enigma recal-
citrante y retador: ¿cómo genera, alberga y ma-
nifiesta conciencia el cerebro? Por ahora no se
comprende la inmensa variedad de eventos
conscientes en términos de los mecanismos Neuronas derivadas de células madre humanas.
electroquímicos, celulares e intercelulares del Imagen de Yirui Sun. Wellcome Collection

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lizados por las neurociencias, es razonable su- puedan ser aplicados en la neurociencia. La
poner que se trata de dos aspectos o apariencias transdisciplina que esta interacción deman-
de un fenómeno unitario de naturaleza psicofí- da empieza a florecer, pero requiere una re-
sica: mental y física a la vez. forma metodológica y epistémica.
La noción de que mente y cuerpo exhiben
*** propiedades distintas teniendo una base psi-
La solución del problema mente-cuerpo exige cofísica común me parece atractiva porque
una definición clara de la conciencia que ex- adjunta un monismo sustancial, compatible
plique su constitución neurológica y su gé- con el resto de las ciencias, con un dualismo
nesis en el universo cerebral. El reto reclama de apariencias y propiedades capaz de limar
una reforma metodológica: la unificación de discrepancias, aprovechar aciertos y esquivar
los métodos en tercera, primera y segunda atolladeros. Si en efecto existe una correspon-
persona, así como un lenguaje más transpa- dencia biunívoca y obligada, momento a mo-
rente entre las ciencias del cerebro, de la men- mento y término a término, entre los procesos
te, de la conducta, las sociales y la filosofía de mentales y sus correlatos neurofisiológicos, lo

Los eventos psicológicos son facetas de eventos neurobiológicos que


al unísono constituyen el devenir vital propio de la persona humana.

la ciencia. Sin embargo, los términos, métodos, que una persona vive por experiencia y lo que un
modelos y enfoques de cada disciplina suelen neurocientífico registra en su cerebro son facetas
ser privativos y difíciles de traducir, o bien sus distintas del mismo proceso subyacente. Surgen
adeptos desconfían de materias y doctrinas dos perspectivas: la de quien experimenta un
ajenas. Durante el siglo XX la psicología y la estado mental subjetivo en primera persona
neurología se distanciaron en pugnas teóricas (por ejemplo, el ver o imaginar algo verde) y la
o técnicas y la psiquiatría osciló entre ellas has- del investigador que objetivamente analiza su
ta escindirse en facciones “psicodinámicas” y correlato nervioso en tercera persona.
“organicistas.” Al mismo tiempo, las interdis- El color verde está venturosamente dado a
ciplinas generadas entre estas tres asignatu- toda criatura provista de conos M en sus ojos
ras, como la neuropsicología, la psicobiología, y, tras ellos, de un cerebro capacitado por evo-
la psicofisiología o la neurociencia cognitiva, lución, tradición y aprendizaje para sentir, re-
lograron recabar y relacionar datos anatomo- presentar y aplicar las señales electroquímicas
fisiológicos, mentales y conductuales. Su reto que avanzan por los axones de sus neuronas a
actual parece claro: lejos de eliminar o ignorar unos 100 metros por segundo. Son perspecti-
la introspección y las experiencias conscien- vas distintas de una condición muy peculiar:
tes, es necesario aquilatarlas e integrarlas a un proceso mental al que accede un sujeto por
sus métodos y teorías. Más aún: la psicología, introspección y puede expresar en palabras, y
las ciencias cognitivas y las ciencias sociales un dato adquirido por una neurociencia cog-
son indispensables para generar modelos que nitiva cada día más avanzada. Encontrar co-

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rrelaciones estables entre estas variables va píritu y materia, entre mente y cuerpo, o en-
conformando una psicofísica interna que cons- tre conciencia y cerebro, entre el verde visto
tituye una respuesta delimitada al problema y su base fisiológica, pero lo que precisa no es
mente-cuerpo. menos arduo: discernir su biunidad, no sólo en
Sostengo entonces que los eventos psicoló- la filosofía, la teoría evolutiva o los modelos
gicos son facetas de eventos neurobiológicos psicobiológicos, sino en el diseño de proyectos,
que al unísono constituyen el devenir vital en la práctica clínica y en una disposición per-
propio de la persona humana. Psique y Soma sonal consonante con la hipótesis.
se corresponden en una entidad psicosomáti- En efecto: si la conciencia y la actividad ce-
ca, en una coincidentia oppositorum (coinciden- rebral constituyen manifestaciones duales en
cia de contrarios) que se manifiesta de forma apariencia pero singulares en esencia, su rea-
discordante. La conjunción de una mente en- lidad común constituye un reto formidable
carnada con un cuerpo animado instaura un para la investigación, la argumentación y la
ámbito indiviso de naturaleza psicofísica, ma- interpretación. La noción de ser humano sigue
terial y mental a la vez. Este precepto ya no en juego, para no mencionar lo que es y dónde
hace necesario plantear relaciones entre es- está el color verde.

Neuronas en cultivo. Imagen de Ludovic Collin, Biomedical Image Awards, 2006. Wellcome Collection

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