Texto 6 Camacho
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ABSTRACT
This article relates the Actual History of the Mapuche People with the
different political processes that have taken place in Chile from 1970
until the present time, passing through the government of Popular
Unity, the Pinochet’s Regime and the return of Democracy. The
purpose of this paper is to show that the political and social
conditions of the Mapuche People were directly connected with what
was going on in Chile during those years, not only being part of the
general Chilean History but also protagonist and mean actors of the
moment.
1
El presente artículo forma parte del trabajo de investigación “La Movilización Mapuche en Internet: adaptación, estrategias
y desarrollo a través de la red de un pueblo oprimido”, presentado para la obtención del Título Propio de: Especialista en
Cultura, Sociedad y Desarrollo en América Latina en la Universidad Autónoma de Madrid.
2
Licenciado en Historia de América por la Universidad de Sevilla y actualmente doctorando en Historia de América por la
Universidad Autónoma de Madrid y la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha realizado estudios universitarios en:
Universitetet i Oslo (Noruega), Université de Toulouse II- Le Mirail (Francia) y Universiteit Gent (Bélgica).
PENSAMIENTO CRITICO N°4, NOVIEMBRE 2004 2
Introducción
La historia del Pueblo Mapuche es generalmente olvidada o pasada de alto por los manuales de
Historia de Chile. Si bien no son pocas las alusiones que se hacen de los Mapuche en la época de
la colonia o en la eufemística “Pacificación de la Araucanía”, una vez que nos adentramos en el
siglo XX parece como si este pueblo desapareciera por completo del territorio nacional. Algunos
antropólogos como José Bengoa o Alejandro Saavedra, por citar un par de ejemplos, sí se han
dedicado a escribir una historia actual más profunda sobre la situación de los Mapuche. Sin
embargo, queda pendiente insertar la historia del Pueblo Mapuche dentro de la vida nacional de
Chile, en el que se muestre como ambos procesos van de la mano y no actuando de manera
independiente el uno del otro.
Además, son todavía más escasos los trabajos que se han realizado sobre los Mapuche en la
historia más actual de Chile. Se puede decir que la llegada de Salvador Allende en 1970 supuso
una nueva etapa para el Pueblo Mapuche ya que por primera vez desde la llegada de los
conquistadores se dictaron diversas leyes que significaron importantes transformaciones
socioeconómicas favorables a sus intereses. Hacía casi un siglo que la situación iba degradándose
cada vez más para el pueblo originario más importante de Chile por los abusos de los grandes
hacendados.3
De este modo, el resurgimiento de la causa mapuche rompe con el periodo anterior abriendo una
nueva etapa histórica en lo que se refiere al tipo de relaciones con los gobernantes. En este punto
destacamos hechos como la mayor movilización colectiva mapuche desde su conquista para la
recuperación de tierras usurpadas. Sin embargo, esta situación cambió con el golpe de Estado de
Augusto Pinochet en 1973, la cual restauró la opresión y la desigualdad para el Pueblo Mapuche.
Este trabajo se trata de una breve y primera aproximación a la Historia Reciente del Pueblo
Mapuche dentro del contexto político y social que se vivía en Chile durante esos años, que va
desde el gobierno de la Unidad Popular hasta los primeros años de la reinstaurada democracia.
El 4 de septiembre de 1970 era elegido presidente de Chile Salvador Allende Gossens, líder un
conglomerado de partidos políticos de izquierda que formaban la Unidad Popular (UP). El triunfo
electoral de Allende creó alegrías para un amplio sector de la sociedad chilena donde se incluyen
3
Véase: José Bengoa, Historia del pueblo mapuche. Siglo XIX y XX, Santiago de Chile: LOM Ediciones, 2000.
F. CAMACHO / HISTORIA RECIENTE DEL PUEBLO MAPUCHE 3
muchos Mapuche, quienes ahora veían con la Unidad Popular la oportunidad de ser escuchados y
apoyados institucionalmente para la recuperación de buena parte de sus territorios ancestrales.
Ello se corresponde en buena parte al “compromiso histórico” firmado en 1964 en el Cerro Ñielol
entre dirigentes mapuches y Allende, también candidato a la presidencia en ese mismo año
electoral. El antropólogo Ruiz Rodríguez afirma que durante los años de la UP:
“hubo una relación muy positiva y fraternal entre los militantes y dirigentes
chilenos, y los mapuches, a diferencia de lo que ocurriría después, en los años
de la Concertación, en que dicha relación se volvería de subordinación de los
mapuches frente a las direcciones partidarias”.4
Antes del triunfo de la UP, en la década de los sesenta, se fueron configurando varias
organizaciones de izquierda, tanto obreras como campesinas vinculadas al deseo de una
transformación social profunda. Buena parte de estas fuerzas político-sociales incluían a
campesinos mapuches quienes, asumiendo su identidad étnica, encontraban en la lucha contra el
latifundio y la reivindicada Reforma Agraria la posibilidad de conseguir algún pedazo de tierra.
Dicha situación no debe extrañarnos, los Mapuche como miembros de la sociedad chilena también
tenían identidad política y participaban en los procesos políticos de entonces. Aún siendo, por su
carácter indigenista, una cuestión étnica, no debemos olvidar que se trataba principalmente de un
asunto rural y concretamente campesino –pues objetivamente eran campesinos pobres-. Nos guste
o no, los Mapuche empezaban a adquirir conciencia de clase. Como dice Saavedra:
“El movimiento obrero y popular de Chile hizo suyas las reivindicaciones de los
mapuche al tiempo que los instó a unirse a un proceso de lucha por otras
demandas relacionadas con los intereses comunes del pueblo, mapuche y no
mapuche”. 5
4
Carlos Ruiz Rodríguez, El pueblo mapuche y el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular, p. 16. en:
http://www.rebelion.org/chile/030918ruiz.pdf
5
Véase: Alejandro Saavedra Peláez, Los Mapuche en la sociedad chilena actual, Santiago de Chile: LOM Ediciones, 2002,
p. 79.
PENSAMIENTO CRITICO N°4, NOVIEMBRE 2004 4
entonces una de las bases del funcionamiento del sistema de sociabilidad que se proponía”.6 El
antropólogo Saavedra concluye que para comienzos de los setenta, “la Confederación Nacional
Mapuche se transformó así en el organismo más representativo del pueblo mapuche”.7 Sin
embargo, se debe destacar que dicha ley fue modificada en algunos puntos importantes debido a
que la UP no tenía mayoría en el Parlamento y, por lo tanto, debió negociarla con los restantes
partidos políticos. Según Ruiz Rodríguez:
“Esta ley se proponía restituir a las comunidades parte de las tierras que les
habían sido usurpadas desde la “Pacificación”, pero en este sentido fue
modificada en el parlamento, con mayoría derechista y opositora irrestricta al
proceso de reforma agraria y de devolución de tierras al campesinado chileno y
mapuche”.8
Un aporte importante de dicha ley fue la creación del Instituto de Desarrollo Indígena (IDI), cuya
finalidad era la de mejorar la vida social, educacional y cultural de los Mapuche. Según Ruiz, el IDI
fue:
Gracias al IDI numerosos jóvenes mapuches pudieron cursar estudios superiores en importantes
universidades chilenas. Una vez dentro de los centros de estudio los Mapuche tenían las
aspiraciones “de luchar por su pueblo y poner sus conocimientos académicos al servicio de éste.
Estudiaban con el fin de tener mejores herramientas para ello”.10
Salvador Allende, dada su condición de médico, tenía una principal preocupación por los asuntos
de la salud pública. Por esta razón, Allende organizó todo un proyecto de sanidad “intercultural”
basado en la sabiduría mapuche. Ello fue algo completamente innovador en su tiempo pero que
terminaría de manera violenta con el golpe de Estado de 1973. Ruiz declara:
6
Ruiz, p. 2.
7
Saavedra, p. 73.
8
Ruiz, p. 5.
9
Ibidem, p. 6.
10
Ibidem, p. 17.
F. CAMACHO / HISTORIA RECIENTE DEL PUEBLO MAPUCHE 5
El lonko mapuche Rosendo Huenucumán apostó por la creación de un nuevo organismo político
que luchara por la recuperación de terrenos, el cual se conoció con el nombre de Federación de
Trabajadores Agrícolas y Mapuches Luis Emilio Recabarren. Éste incluyó a sindicatos y
campesinos mapuches de Arauco y Temuco. Algunas otras organizaciones mapuches importantes
del momento fueron: La Corporación Araucana, el Frente Único Araucano y la Confederación
Nacional de Campesinos e Indígenas Ranquil.12
De todas maneras se debe destacar que durante los años sesenta, y concretamente durante los
mandatos de Alessandri y Frei, se devolvieron algunos terrenos a los Mapuche (concretamente
1.443 hectáreas). Claro, si comparamos esa cifra con los 68.381 que Allende restituyó sólo en
1971, percibimos cuál fue el presidente que realmente estaba preocupado por una transformación
social verdadera.
“La cosa se ponía cada vez más fea. Los jóvenes maoístas pusieron los pies en
polvorosa. Lo mismo hicieron los que andaban poniendo banderas rojas y
negras en las tomas y dándoles nombres cubanos o vietnamitas a conflictos que
desde hacía cuatrocientos y tantos años ocurren en el sur de Chile”.14
Sin embargo, fue a la suma de motivos diferentes lo que propulsaron tales acciones. El historiador
Salazar declara:
“La radicalización política creó un clima favorable a las tomas, pero ellas se
habrían enmarcado dentro de un proyecto étnico de recuperación de espacios
11
Ruiz, p. 12-14.
12
Ibidem, p.5.
13
Saavedra, p. 107.
14
José Bengoa, Historia de un conflicto, Santiago de Chile: Editorial Planeta, 1999, p. 151.
PENSAMIENTO CRITICO N°4, NOVIEMBRE 2004 6
Acciones como estas u otras similares hicieron creer a la gente que el pueblo mapuche al completo
era revolucionario, cuando realmente estas organizaciones mapuches vieron esperanzados en la
UP la solución a muchos de sus problemas. El temor hacia los indígenas resurgió cobrando una
actitud nuevamente violenta hacia ellos. El Ejército y el cuerpo de Carabineros, alentados por los
grandes terratenientes, empezaron a reprimir con dureza a las comunidades mapuches incluso
antes del golpe de Estado.16
Para hacer un balance del gobierno de la Unidad Popular respecto a la cuestión mapuche no es
difícil de reconocer que el esfuerzo gubernamental realizado fue el más alto de toda la historia
contemporánea chilena. Se tiene documentado que el reparto de tierras, favorecido por la Reforma
Agraria, para los Mapuche osciló entre 70.000 y 75.000 hectáreas. Hubo una revalorización del
pueblo mapuche y su cultura, acompañado de una reivindicación colectiva por los derechos de los
Mapuche. A pesar de todo ello, no se puede pasar por alto que la discriminación hacia el pueblo
originario se mantuvo en buena parte de los chilenos, y no solo el conservador pues desde el
gobierno hubo quienes no simpatizaban profundamente por la causa indígena o simplemente
consideraban que debían incluirse con el resto de las demandas de clase. Tampoco la Reforma
Agraria fue acompañada de una enseñanza alternativa que ayudara a los Mapuche a autogestionar
su territorio.17
El 11 de septiembre de 1973 fue el inicio de una nueva etapa en la historia chilena y también
mapuche. El golpe de Estado encabezado por una Junta Militar conformada por los 4
Comandantes en Jefe del momento; Pinochet del Ejército, Leigh de la Fuerza Aérea, Mendoza de
Carabineros y Merino de la Armada, acabaron de manera violenta y fulminante con el gobierno de
la Unidad Popular. Pero también con la vida del propio presidente junto con las de muchos otros
ciudadanos. Comenzaba una dura represión que duraría 17 años hasta la transición de 1990 pero
que para los Mapuche se prolongaría en el tiempo por otros tantos años más. El primer objetivo de
la recién instaurada Junta Militar fue la de eliminar, fuera como fuera, a toda persona de izquierda,
participante o no del gobierno anterior. Asimismo, como dice Ruiz:
15
Gabriel Salazar y Julio Pinto, Historia contemporánea de Chile II, Santiago de Chile: LOM Ediciones, 1999, p. 158.
16
Véase: Bengoa, p. 153.
17
Ruiz, p. 21.
F. CAMACHO / HISTORIA RECIENTE DEL PUEBLO MAPUCHE 7
Para Bengoa, los jóvenes mapuches que participaron en la vida política de principios de los setenta
eran gente que inconscientemente habían sido usados por líderes políticos según sus intereses, y
que por ello sufrieron una injusta represión: “era una guerra en contra del comunismo abstracto
enmarcado en jóvenes indígenas que habían jugado quizá el papel equivocado que otros sin
responsabilidad les habían dado. Así les tocó.”19 Discrepo con tales aclaraciones de Bengoa donde
los Mapuche aparecen como un mero instrumento utilizado por gente ajena a ellos, interesada en
sus propios objetivos, dado que considero que este pueblo vio en la Unidad Popular, y
concretamente en su Reforma Agraria, la oportunidad de recuperar su territorios robados -los
cuales, además, sabían perfectamente donde estaban emplazados-. Buendía destaca que:
En la primavera de 1973 la Escuela Militar chilena General Bernardo O’Higgins eligió el sur del país
para efectuar las anuales maniobras aprovechando los rumores de la existencia de una guerrilla en
la sierra de Trovolhue. Según Bengoa:
“Los despliegues efectuados antes y a partir del golpe militar responden a una
lógica de escenario de guerra interna, que concebía la existencia de un enemigo
irregular y que para el caso de la zona sur, los movimientos guerrilleros podían
gestarse y desarrollarse en las áreas rurales, específicamente en torno a los
cordones montañosos de la Costa y de los Andes” 22
Para Saavedra esta nueva fase se puede resumir en “este periodo, que va de 1973 hasta 1990, ya
no se trata de avanzar, de recuperar, de reivindicar. Se trata de sobrevivir; y si se puede, de
resistir. No es un repliegue ordenado sino desbandada, salvo contadas excepciones.”23
La represión contra el pueblo mapuche fue total, no solo se prohibieron sus organizaciones, sino
que se detuvo, torturó y asesinó a un enorme número de indígenas, hecho que se conoce como
18
Ibidem, p. 14
19
Bengoa, p. 154.
20
Mauricio Buendía, El Pueblo Mapuche y el Golpe Militar en: www.rebelion.org/chile/030912buendia.htm
21
Bengoa, p. 156.
22
Roberto Morales Urra, Cultura Mapuche y Represión en Dictadura, en:
www.mapuexpress.net/publicaciones/romorales4.htm
23
Saavedra, p. 110.
PENSAMIENTO CRITICO N°4, NOVIEMBRE 2004 8
“Terrorismo de Estado”. Como era habitual en el procedimiento militar chileno del momento, el
asesinato venía seguido de la desaparición intencionada del cadáver para borrar cualquier huella
posible de maltratos. El Informe Rettig, elaborado por un equipo de personalidades destacas bajo
el gobierno del presidente demócrata-cristiano Patricio Aylwin para esclarecer “en la medida de lo
posible” lo ocurrido en materia de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura
militar, menciona de los Mapuche:
"Es necesario destacar la dureza extrema con que se trató a los mapuches y a
sus familias y la grave dificultad que ha significado para éstos en las zonas más
rurales, tener que convivir, en la misma localidad a veces hasta el presente, con
los agentes que causaron las muertes de sus seres queridos. El miedo, la
pobreza o la desesperanza llevaron a que solamente un pequeño porcentaje de
estas familias practicara, en su oportunidad, diligencias ante los tribunales de
Justicia, o hiciera denuncias ante organismos de derechos humanos."24
En algunos casos, como muestra de advertencia y con el fin de causar terror, lanzaban los cuerpos
en lugares públicos donde pudieran quedar a la vista de todos.25 Según Morales:
Es decir, reaparecía el problema de base: el racismo. Los militares actuaban contra los Mapuche
por dos motivos: eran comunistas y además indios -¿Alguien puede ser peor cosa que eso?-. Con
la represión mapuche se terminaban estos dos problemas al mismo tiempo, pues no debemos
olvidar que, a pesar de la mal llamada Pacificación de la Araucanía, los Mapuche seguían siendo
una molestia y una “amenaza” para los medianos y grandes hacendados del sur además de un
“estorbo” más para el desarrollo urbano en la región. Según los colonos chilenos, el origen de ello
estaba en su indómito carácter guerrero. De acuerdo con las afirmaciones de los militares, el
peligro de los Mapuche era mayor porque debido a su carácter no reconocían ni obedecían tan
siquiera a los mandatarios de la UP. Toda esta serie de razones propiciaron a que una buena
parte de civiles armados apoyaran a las fuerzas de seguridad en la búsqueda y apresamiento de
algunos mapuches. Según Morales:
24
Informe Rettig: http://www.purochile.org/rettig00.htm
25
Para una información detallada léase: Teresa Durán Pérez, Roberta Bacic Herzfeld y Pau Pérez Sales, Muerte y
Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica, Santiago de Chile: LOM Ediciones, 1998. E Informe Rettig
en: http://www.purochile.org/rettig00.htm
26
Morales.
27
Ibidem.
F. CAMACHO / HISTORIA RECIENTE DEL PUEBLO MAPUCHE 9
La cárcel de Temuco fue el centro de detención más importante de la ciudad pero hubo otros,
como la Segunda Comisaría de Carabineros y el Regimiento Tucapel, también con los mismos
fines.
Los procedimientos para hacer desaparecer los cadáveres de los Mapuches fueron múltiples. Una
de las acciones favoritas por los carabineros consistió en poner en fila a todos los mapuche
detenidos en lo alto del puente peatonal de Raguintuleufu para que los cuerpos cayeran
directamente al río. “Los cadáveres de un sinnúmero de personas asesinadas fueron sepultados
por los hechores en el cementerio de Cunco, o tirados a las aguas de los ríos Allipen y Tolten,
como también al lago Colico.”31
En el Informe Rettig podemos comprobar a partir a los apellidos de las personas asesinadas o
desaparecidas que muchos eran de procedencia mapuche, sobre todo en las provincias del Bio-Bio
y la Araucanía. Los testimonios de los familiares de los Mapuche detenidos son esenciales para la
elaboración de dicho trabajo. Este informe estima que cerca de 100 Mapuche fueron detenidos-
desaparecidos (sin embargo, el número de detenidos desaparecidos varía entre los 51 casos que
se revelan en Durán Pérez, 2000, y los distintos informes de Derechos Humanos cuya cifra es de
más de 300 mapuche detenidos desaparecidos, tal como cita el delegado internacional de la
Coordinadora Arauko-Malleko en una entrevista al Kolectivo Lientur32).
28
Véase: Archivo Virtual Memoria Viva en http://www.memoriaviva.com/Centros/09Region/carcel_publica_de_temuco.htm
29
Morales.
30
Ibidem.
31
Ibidem.
32
Véase: www.nodo50.org/kolectivolientur/entrevista9.htm
PENSAMIENTO CRITICO N°4, NOVIEMBRE 2004 10
A lo largo de los 17 años que duró la dictadura, la intensidad de la represión física contra el pueblo
mapuche bajó significadamente, especialmente en los últimos años. Eso no quiere decir que su
situación socio-económica también se sosegó, sino todo lo contrario. Justo después del golpe de
Estado de 1973 tuvo lugar la Contrarreforma Agraria, la cual devolvió las tierras repartidas durante
la UP a sus antiguos propietarios. En otros casos simplemente las llevó a subasta. Con ello
terminaba de manera fulminante toda posibilidad de ampliar la base territorial indígena.33 En 1979
la Junta Militar promulgó los Decretos Ley 2568 y 2750 donde por un lado se permitía la división en
parcelas individuales de las tierras de las comunidades con el fin de que se pudieran vender o
arrendar, y por el otro se incorporaba a los Mapuche en derecho común chileno, igual para todos
los ciudadanos. Según Montupil:
“La ley dictatorial para dividir las comunidades mapuches no sólo se asienta en
razones económicas sino también en razones de carácter racial en la medida en
que se pretende con ello lograr una homogenización y mejoramientos raciales
por la vía de la asimilación y dilución de la raza mapuche”.34
Esta ley, además de promover la entrada del neoliberalismo a las comunidades mapuches que se
patrocinaba desde el gobierno, enemistó a familias mapuches entre los que vendían sus tierras y
emigraban a las ciudades, y aquellos que preferían quedarse en el campo cultivando sus
terrenos.35 Los historiadores Pinto y Salazar destacan que:
Una de las peores consecuencias de la división de los territorios de las comunidades fue la llegada
masiva de las empresas forestales así como la fuerte presión que ejercieron sobre los Mapuche
para que les vendieran sus propiedades. Dicha situación fue empeorando en la década de los
ochenta hasta que de vuelta a la democracia, el gobierno de la Concertación empezó a intervenir
33
Pinto y Salazar, p. 165.
34
Fernando Montupil Inaipil, El problema indígena en Chile: Una desmitificación necesaria, en Casa de las Américas, nº
131, año XXII, marzo-abril 1982, pp. 38-39.
35
Guillermo Lincolao Garcés y Carlos Ruiz Rodríguez en <<Memoria de los mapuches urbanos: entre la integración con
discriminación y la organización con identidad>>, en VV.AA., Memoria para un nuevo siglo: Chile, miradas a la segunda
mitad del siglo XX, Santiago de Chile: LOM Ediciones, 2000, p. 421.
36
Pinto y Salazar, p. 166.
37
Bengoa, p. 180.
F. CAMACHO / HISTORIA RECIENTE DEL PUEBLO MAPUCHE 11
en el asunto, hechos que se verán en el próximo punto. Saavedra refiriéndose a la nueva ley
aclara:
“...frente al anuncio del Gobierno Militar de una nueva Ley Indígena que dividiría
las comunidades, se produjo una reactivación de las organizaciones mapuche.
Como resultado de una reunión realizada el 12 de septiembre de 1978 en
Temuco se formaron los Centros Culturales Mapuches. Esta reunión fue
organizada por el Instituto Indígena del Obispado de Temuco y el Vicariato de la
Araucanía.”38
Este movimiento surgía de manera autónoma e independiente a los otros que se formaban en los
mismos años como resistencia a la dictadura. Todos ellos tenían unas reivindicaciones específicas.
Los Centros Culturales Mapuches, creados en 1978 tenían la esperanza de ser consultados antes
de la elaboración de la Ley Indígena del gobierno militar, el cual rechazaban la división de sus
tierras. Como era de esperar, la Junta Militar no les prestó ni la más mínima atención. Aún así, los
Centros Culturales Mapuches lograron sobrevivir y unificarse en uno solo que pasó a llamarse
Asociación Gremial de Pequeños Agricultores ADMAPU. Según Saavedra:
Sin embargo, con el tiempo y según nos fueranos acercando al fin de la dictadura, ADMAPU
mostró sus debilidades. Al igual que cualquier organización, entre los miembros de ADMAPU
aparecían diferentes posturas ideológicas en relación con las fuerzas políticas chilenas, hecho que
acabó por dividirla. En 1989 surgían nuevos tipos de organizaciones, entre los que destacamos:
Partido por la Tierra y la Identidad, Aukiñ Wallmapu Ngulam y el Consejo de Todas las Tierras. En
un principio fueron creados como “alternativa política autónoma frente a los intereses de la
38
Saavedra, p. 73.
39
Bengoa, 172.
40
Pinto y Salazar, p. 165.
41
Saavedra, p.74.
PENSAMIENTO CRITICO N°4, NOVIEMBRE 2004 12
Concertación por la Democracia”42, pero rápidamente no pudo mantener esa categoría y fueron a
formar parte del engranaje político del momento.
Durante esta etapa debemos recordar el importante proceso emigratorio de los Mapuche hacia las
ciudades. A pesar que siempre se dio un trasvase poblacional indígena importante desde la
fundación de las ciudades por los colonos europeos, se acentuó especialmente desde la
instauración del neoliberalismo en Chile a manos de la dictadura bajo la política económica de los
Chicago Boys. Aunque los Mapuche no eran más que mano de obra sub-remunerada para los
empleos peor pagados, hubo quienes lograron cursar estudios superiores, cosa que les permitió
acceder a puestos algo más importantes. Desde estos cargos comenzaron a denunciar
abiertamente la situación en la que se encontraba su pueblo, especialmente a partir de la
Transición. Los Mapuche que se hallaban exiliados igualmente tuvieron la oportunidad de llegar a
la universidad y participar en movimientos reivindicativos desde el extranjero y, con el fin de la era
Pinochet, también desde Chile. Bengoa añade:
Como ya he destacado, a partir del golpe la relación de los Mapuche con los winka volvió a ser la
misma de siempre, es decir, de sometimiento vertical puro y duro. Los Mapuche perdieron la
confianza en los políticos, ya fueran de izquierda o derecha, porque al fin y al cabo ninguno de los
logros de la etapa anterior se habían mantenido. Para Bengoa:
Sin embargo, parece que ese sentimiento cambió temporalmente, al menos en los últimos años de
la dictadura militar. En un cambio tan importante, donde se debatía la permanencia de la dictadura
o el regreso de la democracia, todos los partidarios de la libertad debían permanecer unidos y tapar
sus diferencias ideológicas. De todas formas no podemos olvidar que los años previos al Plebiscito
de 1988 en donde se decidía la continuidad o no del régimen de Pinochet, los Mapuche fueron
objeto de interés tanto por los militares como por los miembros de la Concertación. Los
protagonistas políticos eran conscientes que los votos de los Mapuche eran muy necesarios en un
referéndum donde, según las encuestas, los candidatos estaban bastante igualados. Con el fin de
conseguir los votos de los indígenas el mismo Pinochet se vistió de Lonko mapuche y participó en
42
Lincolao y Ruiz, p. 421.
43
Bengoa, pp. 167-8.
44
Ibidem, p. 163.
F. CAMACHO / HISTORIA RECIENTE DEL PUEBLO MAPUCHE 13
toda una ceremonia junto con varias Machis. Con el tiempo se haría constar que jugar a los indios
no sirvió mucho al general, además de pasar vergüenza ajena y la de su señora. El candidato a la
Concertación, Patricio Aylwin, igualmente se aproximó a los Mapuche pero con unas ofertas
bastante más prometedoras que las de Pinochet. El acuerdo de Nueva Imperial fue el más
importante de todos, población donde Aylwin se reunió con numerosos jefes indígenas de todo
Chile. En el próximo punto estudiamos cuales fueron sus logros y fracasos. En esta idea, Pinto y
Salazar concluyen:
45
Pinto y Salazar, p. 166.
46
Puede resultar difícil de comprender el por qué de referéndum convocado por Pinochet, uno de los dictadores más
autoritarios de la historia del Cono Sur. La respuesta es sencilla; estaba totalmente seguro de que iba a ganar. Hay otras
razones secundarias que le propiciaron al Plebiscito, como ser el último país del Cono Sur bajo una dictadura y las
presiones internacionales –especialmente de EEUU-. En el caso de haber ganado, hubiera dado legitimidad democrática a
si mismo y a todos los años que llevaba en la presidencia –con lo que ello suponía-.
47
Véase: José Marimán, Los Mapuche y la Democracia, en Revista LIWEN nº 2, año 1. Marzo-mayo 1990, pp. 2-15.
48
Saavedra, p. 116.
PENSAMIENTO CRITICO N°4, NOVIEMBRE 2004 14
A finales de 1989 tuvo lugar en la Araucanía el Parlamento de Nueva Imperial. Patricio Aylwin,
junto con otros mandatarios, se reunió con la mayor parte de las asociaciones nativas del momento
(especialmente mapuches), para llegar a un posible acuerdo en materias de política indígena.49 La
autoridad mapuche más importante que se sentó frente a Aylwin fue Huilcamán, líder del Consejo
de Todas las Tierras. Los puntos más importantes de dicha reunión fueron: el compromiso del
futuro gobierno en reformar la Constitución para reconocer a los pueblos indígenas, la creación de
una nueva ley indígena y la creación de una comisión que la preservara. Los nativos prometieron
resolver sus problemas internos y arreglar los conflictos por la vía institucional. En 1990 llegó
Patricio Aylwin a la Moneda y para demostrar su compromiso con los indígenas, recibió a más de
cien dirigentes para ir preparando la comisión que elaboraría la futura ley.50
En la segunda mitad del año 90 tuvo lugar en Temuco el Congreso Indígena encargado en redactar
el borrador de la ley indígena. Este acontecimiento tuvo gran significado para los Mapuche. Fue la
primera vez en muchos años donde pudieron practicar el ejercicio de la ciudadanía. La democracia
había llegado teóricamente hasta los indígenas. La ley se tuvo que aprobar en el Congreso, cosa
que se logró no sin hacer unas cuantas modificaciones. Por ejemplo, no se aceptó denominar a los
indígenas como pueblo, sino como etnia.
En 1990 se creó la Comisión Especial de Pueblos Indígenas (CEPI) con el fin de formar los
primeros profesionales especializados en los problemas de los indígenas. Algunas de sus políticas
fueron: concesión de becas de estudio para indígenas, educación intercultural bilingüe y jardines
infantiles indígenas.
Sin embargo, hasta 1993 no sería aprobada la Ley Indígena 19.253. Sus principales puntos fueron:
reconocimiento de los indígenas como los descendientes de las agrupaciones humanas que
existen hoy día en Chile, la obligación del Estado en “respetar, proteger y promover” el desarrollo
de los indígenas, proteger las tierras indígenas y limitar su adjudicación por personas no indígenas,
la creación de un Fondo de Tierras y Aguas para la compra y regularización de tierras y aguas para
las comunidades, constitución de un Fondo de Desarrollo Indígena para mejorar la situación
socioeconómica de los indígenas, reconocer las la leguas y crear un sistema de educación
intercultural bilingüe, establecimiento de un sistema judicial apropiado para las comunidades
indígenas y, por último, la creación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, (CONADI),
donde los indígenas tienen el 50% de la representación.51
Saavedra cree que el interés de la Concertación por el tema mapuche se debe a razones
puramente políticas:
49
El Consejo de Todas las Tierras se negó a suscribir el Acuerdo de Nueva Imperial, manteniendo las tomas para recuperar
sus tierras, lo que llevó a numerosos de sus líderes a la cárcel.
50
Bengoa, p. 184-185
51
VV.AA, Informe de Derechos Humanos. 1990-2000. Santiago de Chile: Corporación de Promoción y Defensa de los
Derechos del Pueblo (CODEPU), 2001, p. 144-145.
F. CAMACHO / HISTORIA RECIENTE DEL PUEBLO MAPUCHE 15
Con la vuelta a la democracia resurgió el debate del problema de la tierra. Ahora se debatía como
hacer frente a las tierras despojadas durante a dictadura. Finalmente se optó por la compra de
ellas con dinero estatal, a partir del Fondo de Tierras para devolverlas a los indígenas.
Con estas palabras de Bengoa uno comprende la situación de los Mapuche en su propia región.
Temuco y la Araucanía son al mismo tiempo los lugares más racistas de Chile. Por ello que la
emergencia de la cuestión indígena se vive como una auténtica amenaza subversiva para los
hacendados de la zona, prefieren el antiguo silencio, su sumisión e integración.
Un acontecimiento que impactó en toda Latinoamérica en los mismos años que tenía lugar la
transición en Chile fue la celebración del V Centenario del descubrimiento de América. Desde
España se propiciaba la idea de “encuentro de dos mundos” pero las organizaciones indígenas del
continente se opusieron duramente a este término declarando que lo verdaderamente ocurrido
cinco siglos atrás fue una guerra de conquista, un genocidio y en absoluto un descubrimiento
porque ellos ya llevaban viviendo en la región desde hacía miles de años. Rápidamente se
formaron agrupaciones indígenas que realizaron todo tipo de contra-actividades en torno a la idea
del V Centenario, dándose a conocer como “Quinientos años de Resistencia”. Los Mapuche se
52
Saavedra, p. 114.
53
Bengoa, p. 203 -207.
PENSAMIENTO CRITICO N°4, NOVIEMBRE 2004 16
Sin embargo, en el transcurso de los noventa se fueron acentuando los conflictos con los Mapuche,
tanto violentos como pacíficos. Prácticamente la totalidad de ellos tienen relación con el uso
indiscriminado de los recursos naturales que hacen empresas chilenas y trasnacionales dentro de
los territorios históricamente indígenas. Los principales enfrentamientos se deben a la construcción
de hidroeléctricas, de carreteras, de vertederos y de la destrucción del bosque nativo por empresas
dedicadas a la explotación forestal.
Las acciones de los Mapuche en este último periodo son muy diversas. Entre las más comunes y
relativamente pacíficas encontramos marchas, manifestaciones y tomas de fundos. En ocasiones
se pueden derivar en acciones más violentas como incendiar plantaciones forestales, amenazar a
los trabajadores de las haciendas, la quema de camiones y tener enfrentamientos con las fuerzas
de seguridad. Por el contrario, no debemos olvidar que dichos comportamientos violentos son
efectuados por un grupo muy minoritario de Mapuche, generalmente jóvenes provenientes de las
agrupaciones Consejo de Todas las Tierras y la Coordinadora Arauco-Malleco, quienes además
reivindican la autodeterminación política para su pueblo. Ambas organizaciones tienen un doble
objetivo: la recuperación de la tierra y la reconstrucción de la Nación Mapuche. Lamentablemente,
buena parte de la opinión pública chilena generaliza esta actitud minoritaria a todo el pueblo
mapuche a los cuales califica de terroristas, tanto las grandes empresas instaladas en el territorio
como buena parte de los medios de comunicación chilenos.
54
Ibidem, p. 195.
F. CAMACHO / HISTORIA RECIENTE DEL PUEBLO MAPUCHE 17
Lincolao y Ruiz destacan que buena parte de los problemas de los Mapuche se deben por razones
internas:
A parte de ello, no olvidemos la actitud represiva que está tomando el gobierno con los Mapuche
en la Araucanía. En poco más de 2 años han sido asesinados varios Mapuche, tanto por
carabineros o paramilitares. También apareció un dirigente mapuche muerto con signos evidentes
de tortura. Las acciones represivas contra los Mapuche más generalizadas según el Informe de
Derechos Humanos de CODEPU son; detenciones masivas de comuneros y familias que
realizaban tomas pacíficas de predios; aplicaciones de leyes especiales, como la Ley de Seguridad
Interior del Estado y la Ley Antiterrorista; aumento de la dotación policial y controles camioneros en
zonas de conflictos; y acciones conjuntas de fuerzas policiales y grupos paramilitares, que
constituyeron guardias armados contratados por empresas.56
Por esta serie de razones, estimamos que durante estos últimos 10 años de historia del pueblo
mapuche los avances han sido menores de los esperados. La expansión del modelo económico
neoliberal ha tenido unos resultados no muy favorables para los Mapuche. De esta manera no es
difícil de pronosticar que el problema queda lejos de resolverse.57 Así, y ahora más que nunca, se
observa como no hay dos procesos históricos dispares, sino uno sólo conformado por una serie de
hechos, mapuches y no mapuches, que se retroalimentan mutuamente y acaban teniendo un
resultado final único.
Bibliografía
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2ª edición. Santiago de Chile, 2002.
Bengoa, José, Historia del pueblo mapuche: siglo XIX y XX. LOM Ediciones. 6ª edición. Santiago
de Chile, 2000.
Chonchol, Jaques, ¿Hacia dónde nos lleva la globalización? Reflexiones para Chile. LOM
Ediciones. Santiago de Chile, 1999.
55
Loncolao y Ruiz, p. 423.
56
Informe de Derechos Humanos de CODEPU. 1990-2000. p. 149.
57
Para mayor información véase: Jacques Chonchol, ¿Hacia dónde nos lleva la globalización? Reflexiones para Chile,
Santiago de Chile: LOM Ediciones, 1999.
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Durán Pérez, Teresa; Bacic Herzfeld Roberta; y Pérez Sales, Pau: Muerte y Desaparición Forzada
en la Araucanía: Una Aproximación Étnica, LOM Ediciones, Santiago de Chile, 1998.
Garcés, Mario; Milos, Pedro; Olguín Myriam; Pinto, Julio; Rojas, Maria Teresa; Urrutia, Miguel;
Memoria para un nuevo siglo: Chile, miradas a la segunda mitad del siglo XX. LOM Ediciones.
Santiago de Chile, 2000.
Marimán, Pedro Q. (director), Revista LIWEN nº 2 año 1. Marzo-mayo 1990. Centros de Estudios y
Documentación Mapuche. Temuco, 1990.
Montupil I, Fernando, El problema indígena en Chile: Una desmitificación necesaria. Casa de las
Américas, nº 131, año XXII. Marzo-abril 1982.
Saavedra Peláez, Alejandro, Los Mapuche en la sociedad chilena actual. LOM Ediciones, Santiago
de Chile, 2002.
Salazar, Gabriel y Pinto, Julio, Historia Contemporánea de Chile II: Actores, identidad y
movimiento. LOM Ediciones. Santiago de Chile, 1999.
Cibergrafía
Ruiz Rodríguez, Carlos: El pueblo mapuche y el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular,
p. 16, en: www.rebelion.org/chile/030918ruiz.pdf
Información disponible en el sitio ARCHIVO CHILE, Web del Centro Estudios “Miguel Enríquez”, CEME:
http://www.archivochile.com (Además: http://www.archivochile.cl y http://www.archivochile.org ).
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