Monografia Igancio de Antioquia
Monografia Igancio de Antioquia
Monografia Igancio de Antioquia
Monografía
presentada en cumplimiento parcial de los requisitos de la materia
Historia de las doctrinas
24 de enero de 2014
IGNACIO DE ANTIOQUIA: VIDA, OBRA
Y VALOR PARA LA ACTUALIDAD
Introducción
Se acerca el albor del segundo siglo de la era cristiana, hace pocos años que murió
apostólica. Ya desde esos tempranos días, casi desde el nacimiento de la nueva fe, la
comunidad de creyentes tuvo que luchar contra muchas amenazas, tanto internas como
muchas ocasiones por los apóstoles. El gran apóstol Pablo se ocupó de esto, por ejemplo,
en su primera carta a los corintios.1 También Juan, quien escribe su evangelio casi al final
de sus días (fines del siglo I), se preocupó por dejar clara la teología que afirma tanto la
Además de los conflictos internos, la joven iglesia debía lidiar con la persecución
externa. Una persecución que pudo ser tanto violenta, como social. Larry W. Hurtado,
Para los cristianos gentiles, la posibilidad de conflictos parece haber sido igual o
incluso mayor [que la de los cristianos judíos], pues la conversión a la fe cristiana
significaba una ruptura radical con sus asociaciones y prácticas religiosas previas,
elementos fundamentales de la vida social de época romana que lo impregnaban
todo.3
1
En 1 Corintios, el apóstol Pablo trata duramente con el tema de las divisiones internas en la iglesia
y con el estilo de vida de sus miembros. Un ejemplo es el pasaje de 1 Corintios 1:10-17.
2
El capítulo 1 del evangelio de San Juan exalta tanto la pre-existencia como la encarnación de Jesús
en respuesta a herejías gnósticas que comenzaron a negar la encarnación física del Hijo.
3
Larry W. Hurtado, ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios?: cuestiones históricas sobre la primitiva
devoción a Jesús (Salamanca: Sígueme, 2013), 145.
2
que más tarde fue conocida como “los padres apostólicos”.4 Estos fueron los líderes que
guiaron a la joven iglesia cristiana a través de las dificultades de la primera mitad del
siglo II.
unidad de la iglesia y la pureza de la vida cristiana”,6 es por esto que durante muchos
siglos sus escritos fueron descartados como carentes de teología profunda y fueron
historia como forjadora del pensamiento, se ha vuelto a dar valor a estos escritos
antiguos. En la actualidad, la mayoría de los eruditos concuerdan que estos escritos son
un “puente entre los escritores neotestamentarios y los grandes apologistas del siglo III”.7
Sin duda, los padres apostólicos son un puente entre dos edades del pensamiento
cristiano, un puente sin el cual sería muy difícil conectar el pensamiento del siglo III con
cuando dice:
Entonces, si bien es cierto que los padres apostólicos no hicieron teología altamente
preservó, durante esa oscura época, la enseñanza de los apóstoles que sigue siendo
transmitida hasta hoy. Sus escritos son de un gran valor práctico e histórico que es digno
de ser rescatado. Uno de estos grandes padres del siglo II fue Ignacio de Antioquía.
Poco se sabe del pasado de Ignacio. Lo que hoy se conoce ha sido transmitido por
sus propias cartas y por el escrito de Policarpo quién lo menciona entre los condenados
por los historiadores, tanto antiguos como modernos, cuenta que fue discípulo del apóstol
Juan junto a Policarpo de Esmirna.11 Durante mucho tiempo, corrió la leyenda que
8
James R. Payton, Jr. ed., A Patristic Treasury: Early Church Wisdom for Today (Chesterton:
Ancient Faith, 2013, Kindle).
9
Carta de Policarpo 9, Ropero, Lo mejor de los padres apostólicos, 231.
10
Justo Gonzáles fecha el nacimiento de Ignacio entre el año 30 al 35 y su martirio el 107,
afirmando así la ancianidad del obispo de Antioquía (Justo L. Gonzales, Historia del critianismo, Tomo I,
primera edición electrónica (Miami: Unilit, 2008), 62). Por su parte, Böer sitúa su nacimiento cerca del año
50 (Paul A. Böer, Sr. ed., St. Ignatius of Antioch: The Epistles: Excerpted from THE ANTI-NICENE
FATHERS TRANSLATIONS OF The Writings of the Fathers Down to a.d. 325 (New York: Veritatis
Splendor, 2012, Kindle)).
11
Muchos textos modernos afirman que Ignacio fue discípulo de Juan (por ejemplo: Ropero, Lo
mejor de los padres apostólicos, 47, Payton, A Patristic Treasury, Kindle y Böer, St. Ignatius of Antioch,
Kindle). Aunque su amistad con Policarpo es tema de más debate, puesto que al parecer, por la evidencia
interna de las cartas del mismo Ignacio, no se conocían antes de la estadía de Ignacio en Esmirna. Por su
4
afirmaba que Ignacio era el niño utilizado como ejemplo por Jesús en Mateo 18:2; sin
embargo, esta leyenda fue desestimada puesto que no hay ninguna evidencia histórica de
(70 d.C.) hasta su arresto durante el reinado de Trajano cerca de 107 d.C.
iglesia de Antioquía tras su captura. Dos vías de explicación se han planteado: o bien
Ignacio fue arrestado y martirizado simplemente por el hecho de ser cristiano, o hubo tal
obispo.15 Lo que se sabe es que fue muerto por las fieras cerca de 110 d.C.,16 y de buena
parte, Jesús Álvarez, (Jesús Álvarez Gómez, Historia de la iglesia I. Edad antigua, de la serie Sapientia
Fide: Serie de manuales de teología (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2001), 64) afirma que
Ignacio, Policarpo y Papías fueron discípulos de Juan en Éfeso. Al contrario Justo Gonzáles, (Justo L.
Gonzáles, Historia del pensamiento cristiano: desde los principios hasta nuestros días, Tomo I (Nashville:
Caribe, 2002), 79) no está convencido y se aproxima más a la teoría de que ambos no se conocían sino
hasta su encuentro en Esmirna.
12
Según Ropero, el encargado de propagar esta leyenda fue Simeón Metafrastes en el siglo X
(Ropero, Lo mejor de los padres apostólicos, 47). Justo Gonzáles explica el posible origen y la
desestimación de esta leyenda en su nota al pie 46 del libro Historia del pensamiento Cristiano, citado de:
Justo Gonzáles, Historia del pensamiento cristiano, tomo I, 71.
13
El hecho histórico sobre la ordenación de Ignacio por manos de Pedro y Pablo es muy debatido;
sin embargo, a pesar de la duda en cuanto al dato mismo de la ordenación, Ropero llega a la conclusión de
que “no se puede dudar del dato de fondo, el trato y la relación inmediata de Ignacio con los apóstoles”.
Ropero, Lo mejor de los padres apostólicos, 47.
14
En cuanto a la sucesión en el obispado, Eusebio (Eusebio, HE III, 22, Kindle), afirma que Ignacio
fue el segundo obispo de Antioquía, por su parte Orígenes (Orígenes, Hom. En Lucas, 6, Kindle) afirma
que fue el primero. Böer soluciona esta controversia al incluir o excluir a Pedro dentro de la lista de obispos
(Böer, St. Ignatius of Antioch, Kindle).
15
Aquilina plantea una explicación para ambos casos. El autor afirma que durante Trajano las
persecuciones a los cristianos no fueron intensas o ambiciosas; por lo tanto, o bien Ignacio tuvo que hacer
algo públicamente para ofender a la autoridad romana, o éste fue traicionado por alguna facción hereje
dentro de la misma iglesia. (Mike Aquilina, Expanded Edition: The Fathers of the Church; An Introduction
to the First Christian Teachers (Huntington: Our Sunday Visitor, 2006, Kindle).
16
Según J. J. Ayán, “El martirio de Ignacio aparece escuetamente testimoniado por Ireneo
[Adversus haerese V, 28, 4] y Orígenes [Hom. Lucas VI, 4]”. (J. J. Ayán, Padres apostólicos, 200).
5
gana fue al martirio, ya que se identifica a sí mismo como “Teóforo” (portador de Dios)
romanos suplica: “no me concedáis otra cosa que el que sea derramado como una
libación a Dios en tanto que hay todavía un altar preparado” (Romanos 2).
Durante su viaje hacia la muerte, Ignacio escribe siete cartas, las cuales pueden ser
divididas en dos bloques o grupos: Las cartas a los Efesios, Magnesios, Tralianos y
Romanos que fueron escritas desde Esmirna. Las cartas a los de Filadelfia, Esmirna y su
Las cartas de Ignacio contienen muchos datos sobre su viaje y sobre las noticias
que fue recibiendo de las diferentes iglesias en el camino. Al enfatizar las diferencias
Todas las epístolas desde Esmirna van dirigidas a iglesias que él no había
visto personalmente… las epístolas escritas desde Troas van dirigidas a personas
con las cuales había tenido comunicación personal en alguna fase de su viaje.17
De estas cartas de Ignacio, han llegado hasta la actualidad tres recensiones que son
identificadas como la larga, media y breve. Se dan estos nombres debido a la cantidad de
cartas. Grande ha sido el debate con respecto a la autenticidad de las cartas de Ignacio.
Sin embargo, en la actualidad parece haber un acuerdo entre los eruditos; al respecto de
esto, Juan José Ayán concluye que “desde finales del siglo XIX… se impone la opinión
Tal fue la importancia que cobró Ignacio durante la edad media, que se atribuyeron
a él varios escritos espurios, entre ellos supuestas epístolas de Ignacio al evangelista Juan,
17
Ropero, Lo mejor de los padres apostólicos, 43.
18
J. J. Ayán, Padres apostólicos, 201.
6
a la virgen María y otra a Héroe. Sin embargo todas estas han sido categóricamente
entre los que se encuentran versiones griegas, sirias, latinas y citas breves.20
enseñanzas de los apóstoles y, a pesar de que en sus escritos se encuentra mucha riqueza
se habían presentado. Ramón Trevijano explica al respecto que “No insiste en la unidad
a dos herejías que parecían preocuparle y que estaban cobrando mucha fuerza por aquel
tiempo.
En primer lugar estaba la cristología doceta, Justo Gonzáles los describe como
comunión… Jesús parece haber sido una especie de ser celestial, sin contacto real alguno
con las situaciones concretas de la vida humana”.23 Por otro lado, estaban lo judaizantes,
como aquellos que enseñaban que “Jesús,… no puede ser más que un hombre nacido de
Trinidad, aunque esta se encuentra de alguna forma implícita en ellos. Como se dijo
antes, los debates sobre este tópico no surgieron hasta años posteriores. En cuanto a la
Como respuesta a los docetas que negaban la vida física de Cristo, Ignacio escribe,
23
Justo Gonzáles, Historia del pensamiento cristiano I, 73-74.
24
J. J. Ayán, Padres apostólicos, 205.
25
Johannes Quasten, Patrología I: Hasta el concilio de Nicea, Tercera edición, Traducido por
Ignacio Oñatibia (Madrid: Biblioteca de autores cristianos, 1968), 74.
8
por ejemplo:
enfática: “Aguarda al que está por encima del tiempo, al Intemporal, al Invisible, que por
nosotros se hizo visible; al Impalpable, al Impasible, que por nosotros se hizo pasible; al
gnóstico en Ignacio, al menos algo del lenguaje parece tener esta línea de influencia, lo
que está claro es que Ignacio sostenía enfáticamente la pre-existencia del Hijo y al mismo
tiempo la unidad de Dios. Por ejemplo, en su texto A los magnesios 7:2 escribe: “corred
todos a una como a un único templo de Dios, como a un único altar, a un único Jesucristo
que salió de un único Padre, existente para uno sólo y regresó hacia uno sólo.” Luego, en
8: 2 dice: “Para que los desobedientes tuvieran la certeza de que existe un único Dios,
que se ha manifestado por medio de su Hijo Jesucristo, que es su Palabra salida del
cristología. Ignacio condena tanto a los judaizantes como a los docetas a la vez que
afirma la encarnación, divinidad y pre-existencia del Hijo así como la unidad de Dios.
Quasten concluye que “En suma, la cristología de Ignacio se apoya en San Pablo, aunque
26
A los esmirnotas 1-2.
27
A Policarpo 3:2.
28
Para una discusión sobre estos dos textos, y la pre-existencia de Cristo en la teología de Ignacio,
ver J. J. Ayán, Padres apostólicos, 206-211.
9
Eclesiología
respecto de la función y posición del obispo local, al igual que sus declaraciones con
iglesia era una sola y así debía mantenerse. Fue el primero en utilizar el término “iglesia
católica “no significa solamente un valor de totalidad, sino, además, un valor de verdad,
de autenticidad”.31
es por eso que sus cartas son muy enfáticas en cuanto a la labor del obispado monárquico
y la jerarquía eclesial.
Gonzáles explica que para éste padre apostólico: “En la unidad de esta Iglesia sometida a
Dios el Padre, a Cristo y a los apóstoles a través del obispo, los presbíteros y los
diáconos, se da la unión con Cristo”;32 es decir, la iglesia es una no por sus miembros y el
amor entre ellos, sino por la presencia de Cristo en ella. Para Ignacio, Cristo es la cabeza
29
Quasten, Patrología I, 75.
30
A los Emirnoitas 8:2 “Donde aparezca el obispo, esté allí la comunidad, así como donde esté
Jesucristo, allí está la iglesia católica”.
31
Johannes Feiner, Magnus Lörer eds., Misterium Salutis: Manual de teología como historia de la
salvación, Tomo I, La iglesia: El acontecimiento salvífico en la comunidad cristiana (Madrid: Ediciones
cristiandad, 1973), 493.
32
Justo Gonzales, Historia del pensamiento cristiano I, 76.
10
Ignacio plantea una jerarquía que nace de Dios el Padre, de Cristo y de los
apóstoles. Por lo tanto, la autoridad del obispo deriva de la misión de los apóstoles, pero
es también en la iglesia representante visible del Dios invisible. Trevijano resume esta
relación:
Más allá de exaltar la autoridad del obispo como representante de Dios ante la
iglesia, Ignacio afirma que el orden terrenal de ésta es una representación o reflejo del
Entonces, Ignacio plantea un orden jerárquico para la iglesia local que parte de un
obispo monárquico como autoridad central, asistido por los presbíteros y diáconos.
Quasten, explica la relación ignaciana entre el orden del episcopado terrenal con las
Dios; los presbíteros forman el senado apostólico, y los diáconos realizan los servicios de
Cristo”.35 Esta relación está claramente expresada en las cartas a los traíllanos 2:1-3:2 y a
Más allá de esto, Ignacio exhorta a la iglesia a no llevar a cabo ninguna actividad
33
Trevijano, Patrología, 38.
34
Misterium Salutis, 236.
35
Quasten, Patrología I, 76.
11
sin el consentimiento del obispo: “no realicéis nada sin el obispo”, además de “someterse
Por otro lado, pareciera ser que esta triple jerarquía: Obispo, presbíteros y diáconos;
no era una invención única de Ignacio. Jesús Álvarez afirma que: “San Ignacio de
Antioquía no pretende introducir ninguna innovación, habrá que concluir que esa triple
jerarquía estaba admitida unos decenios antes, por lo menos en las comunidades de
Siria”.36
eruditos llegan a la conclusión que no eran más que eso. Al respecto, Hans Kung
concluye que “Sin duda, lo que Ignacio escribió sobre el obispo tenía mayor grado de
deseo que de realidad: al parecer la eucaristía se celebraba todavía a veces sin obispo”.37
la gran influencia que dejó el testimonio de este obispo en su camino al martirio sería
palabras de Robert A. Baker: “El fuerte énfasis sobre la obediencia a los oficiales de la
iglesia en Ignacio… muestra la tendencia que más tarde se convirtió en una corrupción
Pero no se debe ser muy duro con las afirmaciones de Ignacio sin antes comprender
el contexto desde donde escribió. Camino al martirio, dejando atrás una iglesia turbada y
herejías que amenazaban con destruir la iglesia, o al menos desviarla del buen camino.
una separación absoluta entre “clero” y “pueblo”, tampoco planteo un obispado universal,
sino local. Lo que sucedió en los siglos siguientes como consecuencia de sus afirma-
Dios a través de cada una esas épocas subsecuentes. Fue un siervo de Dios y un hombre
tiempo y hallan la forma de llegar, camufladas bajo otros títulos, aún al presente; ante
estas, la solución de Ignacio sigue siendo planteada como garantía de unidad por muchos
obispo de Roma. Las afirmaciones al respecto hechas por el obispo de Antioquía del siglo
Principalmente son dos expresiones las que han dado lugar a las controversias con
Estas frases han sido interpretadas por los historiadores católicos como expresiones
conclusión. Lortz dice: “las declaraciones de obispos de otras Iglesias muestran que la
pretensión de Roma fue reconocida. San Ignacio de Antioquía (†hacia el 110) escribe:
Sin embargo, existen dudas con respecto a estas conclusiones. Kung por ejemplo,
cuestiona la posición del obispo de Roma en las cartas de Ignacio cuando explica que
presidencia del amor’, sorprende que, como ya ocurría en Pablo, no se dirija a ningún
obispo”.43 Por su parte A. Harnak “no ve en ella más que una simple muestra de gratitud
por la extraordinaria caridad de los cristianos de Roma”.44 Otro análisis interesante con
40
Quasten, Patrología I, 78. En las páginas 77-79, el autor hace un análisis interesante en defensa de
su posición, es decir, de la interpretación que afirma que Ignacio está aceptando la supremacía del obispo
de Roma.
41
Lortz, Historia de la iglesia I, 123.
42
Jesús Álvarez, Historia de la iglesia I, 126.
43
Kung, El cristianismo esencia e historia, 142.
44
Citado en Ibíd.
14
respecto a esta posición es el presentado por Böer que afirma que “la epístola a los
un obispo que sostuviera con él cualquier otra relación que no sea fraterna”.45
realizada de acuerdo a las presuposiciones del lector. Para aquellos que quieren afirmar la
supremacía de Roma desde tiempos primitivos, las cartas de Ignacio serán siempre una
fuente de autoridad al respecto. Para aquellos que niegan, o al menos cuestionan, esta
posición, Ignacio será interpretado como alguien que admiraba y respetaba a la iglesia de
Roma pero que en ningún caso le otorga una posición superior a la de los obispos o
iglesias de otras regiones. Lo claro es que Ignacio abogaba por una estructura jerárquica
local; es decir, en la que el obispo fuera la cabeza de cada iglesia local, sea esta de una
Bibliología
Pablo como muy superior a la suya o de cualquier otro líder postapostólico: “No os doy
mandato como Pedro y Pablo. Ellos fueron Apóstoles; yo no soy más que un condenado a
muerte” (Romanos 4:3). Pero, es imposible determinar si esta afirmación se refería a los
45
Böer, St. Ignatius, Kindle. El autor presenta su caso al afirmar que la carta a los romanos no es
prueba de un obispado “superior” de esa ciudad; esto es más notorio si se la compara con las afirmaciones
hechas a favor de Policarpo en la carta a los esmirniotas.
15
cartas de Ignacio, su valor se da con relación a las citas de las escrituras, especialmente
concluye que “Ignacio daba crédito a la Escritura por la manera en que basaba su fe sobre
la exactitud de la Biblia”.47
Soteriología
bautismo (la mención de estos tres demuestra que en esos tiempos el ágape era aún
practicado comúnmente entre los creyentes como algo diferente de la eucaristía); sin
salvación.
El Misterium Salutis explica que “Para los Padres, la fe era profesada y dada en el
inmortalidad”; por lo tanto, Baker concluye que esta afirmación es “tal vez en lenguaje
46
Ropero, Lo mejor de los padres apostólicos, 23.
47
Josh McDowell ed., Evidencia que exige un veredicto (Deerfield: Vida, 1982), 66.En la página 54
de la misma obra, McDowell presenta una lista de las citas textuales del NT utilizadas por Ignacio en sus
epístolas.
48
Misterium Salutis, 569.
16
simbólico, pero para el tiempo de Ireneo se declaraba rotundamente que después que el
bautismo:
Ignacio da a Cristo una serie de títulos,51 pero resume la salvación como “el cambio
Llamaba a la Iglesia «el lugar del sacrificio… (Eph. 5,2; Tral. 7,2; Phil. 4).
Parece que este nombre se debe al concepto de la Eucaristía como sacrificio de la
Iglesia; efectivamente... Ignacio llama a ésta «medicina de inmortalidad, antídoto
contra la muerte y alimento para vivir por siempre en Jesucristo» (Eph. 20.2).53
Otro aspecto importante para Ignacio es el martirio, al cual se dirige de buena gana.
Ya se mencionó que en su carta a los romanos les ruega que no intenten liberarlo.
Una vez más, Quasten explica la actitud de Ignacio hacia el martirio como “su idea
de asemejarse a su Señor”55 y concluye que para Ignacio “sólo el que está pronto a
Entonces, Ignacio desarrolla una soteriología elaborada. Hasta dónde ésta tiene que
Una vez más, Ignacio, no se ocupa de una teología especulativa o sistemática, simple-
Para éste padre apostólico, la salvación de Cristo es innegable. El fin que Su muerte
y resurrección dieron al reino de Satanás y las tinieblas es el mayor regalo de gracia que
Dios puede dar a los creyentes. Definitivamente Cristo habita o “inhabita” en los
creyentes.
54
Romanos 5:3-6:2 en J. J. Ayán, Padres apostólicos, 264, 65.
55
Quasten, Patrología I, 79.
56
Ibíd.
57
Trevijano, Patrología, 37.
18
sacramentos.
Escatología
Una vez más, al igual que otros temas de preocupación de siglos posteriores, la
Poco habla al respecto. La afirmación, tal vez, más contundente se encuentra en su carta a
los magnesios: “Puesto que las cosas tienen un fin y se nos ofrecen dos posibilidades a la
Justo Gonzáles afirma que “la escatología de Ignacio mantiene la misma tensión
que se ve en los escritores del Nuevo Testamento. La primera venida de Cristo constituye
Entonces, al parecer, para Ignacio la venida de Jesucristo daba inicio al fin de los
tiempos, también aseguraba que cada uno tenía la oportunidad de elegir su destino eterno,
sea éste la vida o la muerte; elección que al final determinará el lugar de habitación
eterna.
Es breve el espacio y mucho más lo que podría exponerse con respecto a éste padre
apostólico. Definitivamente la riqueza de sus escritos se presta para desarrollar una serie
58
A los magnesios 5:1. En J. J. Ayán, Padres apostólicos, 250.
59
Justo Gonzáles, Historia del pensamiento cristiano, 78.
19
epístolas han sido interpretadas de diferentes formas para respaldar o negar aspectos
de Roma.
históricas, Ignacio expresa una voz más profunda, un llamado a la iglesia que es tan
relevante hoy como lo fue en sus días. Éste no es otro que el llamado a la unidad del
Por encima de toda controversia desata en torno a sus afirmaciones, es claro que
Ignacio no tenía en mente ninguno de estos temas, que más adelante fueron tan
simple, pero profundo: La iglesia debe ser una y debe participar de la pasión de Cristo.
con la carga, casi profética, que tenía este padre. La iglesia se fue dividiendo y las
herejías, contra las que él tan fuertemente combatió, volvieron a surgir a lo largo de la
llamado a la iglesia a volverse a Jesucristo y a ser imitadores de Él, aún hasta la muerte.
como una forma de sustentar las reclamaciones de una u otra corriente; sino como un
boga, sería valioso regresar, y prestar oído, al llamado de éste mártir y pastor del siglo II:
Unidad, comunión, fe sencilla, pero práctica a la vez y, por sobre todo, sacrificio y amor.