SCP Nulidad de Testamento y Poder
SCP Nulidad de Testamento y Poder
SCP Nulidad de Testamento y Poder
Expediente: 11082-2015-23-AAC
Departamento: Chuquisaca
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alegando error de hecho y de derecho en la apreciación de la prueba; sin que los
Magistrados ahora demandados hubieran fundamentado debidamente en el Auto
Supremo 377/2014 de 5 de septiembre, respecto a lo alegado, privándole así de
conocer el motivo y/o justificativo de la “no valoración positiva” del referido
Informe Médico Forense, realizando una “mala y equivocada valoración de la
prueba” (sic), convalidando el testamento y privándole de heredar como única
hermana del de cujus.
I.1.3. Petitorio
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todo tribunal valorar las pruebas en su conjunto dándoles el valor que la ley les
otorga en relación a la tasa señalada por ley y en caso contrario valorar según las
reglas de la sana crítica y prudente criterio.
Javier Medardo Serrano Llanos, Ana Adela Quispe Cuba y Elisa Sánchez Mamani,
Ex Magistrados de la Sala Civil Liquidadora del Tribunal Supremo de Justicia, no se
hicieron presentes en audiencia ni remitieron informe escrito, pese a sus legales
citaciones de fs. 1153, 1199 y 1220 de obrados.
Por su parte, Rómulo Calle Mamani y Rita Susana Nava Durán, Magistrados de la
Sala Civil y Comercial del Tribunal Supremo de Justicia, presentaron memorial de
apersonamiento cursante a fs. 1107 y vta., señalando que las autoridades
mencionadas ut supra, cesaron en sus funciones lo que les imposibilita informar
respecto a los términos y fundamentos sobre los que se hubiera dictado el fallo
cuestionado.
I.2.4. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.7. Del Auto Supremo 377, dictado por la entonces Sala Civil Liquidadora del
Tribunal Supremo de Justicia, conformada por los ex Magistrados Javier
Medardo Serrano Llanos, Ana Adela Quispe Cuba y Elisa Sánchez Mamani,
se evidencia que se declaró infundado el recurso interpuesto por la
accionante (fs. 1037 a 1043).
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III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
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(…)
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junio, al señalar que: “…el juez o tribunal ad-quem, no puede ir más
allá de lo pedido, salvo en los casos en que los vicios de nulidad
constituyan lesiones a derechos y garantías constitucionales como cuando
la nulidad esté expresamente prevista por ley” (las negrillas nos
corresponden).
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En relación a ello, el Tribunal Constitucional, estableció que dicha labor le
corresponde de manera exclusiva a la jurisdicción ordinaria, es decir a los
jueces, tribunales y autoridades administrativas a tiempo de emitir sus
fallos; sin embargo, de manera excepcional, definió el alcance de la
jurisdicción constitucional para su intromisión, señalando en la
SC 0560/2007-R de 3 de julio que: '…la valoración de las pruebas,
constituye una atribución privativa de los jueces y tribunales ordinarios, y
que a través del recurso de hábeas corpus (ahora acción de libertad) no es
posible revisar el análisis y los motivos que llevaron a los tribunales
ordinarios a otorgar a los medios de prueba determinado valor; dado que
ello implicaría revisar la valoración de la prueba realizada en la jurisdicción
ordinaria, atribución que, conforme lo sintetizó la SC 0965/2006-R de 2 de
octubre, está permitida solamente «…cuando en dicha valoración: a) exista
apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles
para decidir (SC 0873/2004-R y 0106/2005-R, entre otras), o b) cuando se
haya omitido arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea
la lesión de derechos fundamentales y garantías constitucionales
(SC 0129/2004-R, de 28 de enero)»'. En el mismo sentido, las
SSCC 0884/2007-R y 0262/2010-R.
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marcos legales de razonabilidad y equidad; b) No omitieron de
manera arbitraria la consideración de ellas, ya sea parcial o
totalmente; y, c) Basaron su decisión en una prueba inexistente o
que refleje un hecho diferente al utilizado como argumento. Claro
está que además de ello, en cualquier caso, se debe demostrar la lógica
consecuencia de que su incumplimiento ocasionó lesión de derechos
fundamentales y/o garantías constitucionales al afectado; lo que se traduce
en relevancia constitucional. Supuestos que constituyen excepciones a la
regla aludida; dado que se admite injerencia de la jurisdicción
constitucional, únicamente cuando se evidencian dichas vulneraciones;
empero, dicha competencia se reduce únicamente a establecer la ausencia
de razonabilidad y equidad en la labor valorativa, o bien, si existió una
actitud omisiva en esta tarea, ya sea parcial o total; o finalmente, si se le
dio un valor diferente al medio probatorio, al que posee en realidad,
distorsionando la realidad y faltando al principio de rango constitucional,
como es la verdad material, pero en ningún caso podrá pretender sustituir a
la jurisdicción ordinaria, examinando directamente la misma o volviendo a
valorarla, usurpando una función que no le está conferida ni legal ni
constitucionalmente.
(…)
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negrillas nos corresponden).
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y una garantía. Es un derecho que a su vez reivindica el derecho a la
diferencia y es una garantía porque avala su ejercicio activando la tutela
judicial y constitucional en caso de su violación" (las negrillas nos
corresponden).
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i) En relación a la supuesta omisión de valoración de la Historia Clínica
del de Cujus, la declaración testifical en detalle de Wilma Acosta
Callejo y del informe Pericial realizado por el Médico Forense del
IDIF, que constituiría prueba plena y demostraría que las
declaraciones testificales de cargo son contradictorias entre sí y la
supuesta mala fe del firmante a ruego, y los testigos presenciales,
en vulneración de los arts. 397, 441 y 476 del CPC y 87, 90, 1286 y
1333 del CC.; se tiene que, el Auto Supremo cuestionado,
fundamentó señalando que a partir del análisis de lo expresado por
el Juez y Tribunal de instancia, se concluye que: “…tanto el Tribunal
de segunda instancia como el Juez de primera instancia, tomaron en
cuenta el informe pericial cursante de fojas 837 a 838 de obrados,
extrañado por la parte demandante y ahora recurrente, mismo que
no corresponde ser nada concreto, puesto que como se tiene
expresado por el Juez a quo y señalado en las líneas precedentes,
sólo concluye brindado inseguridad, por lo que no es evidente la
denuncia de la recurrente respecto a que el Juez a quo no lo habría
mencionado en su fallo, habiéndose efectuado el análisis de las
documentales citadas para determinar entre estas las analogías y
diferencias entre las pruebas de cargo como de descargo, por lo
cual, no se advierte infracción alguna de la previsión de los artículos
397 y 476 del Código de Procedimiento Civil con relación al artículo
1286 del Código Civil” (sic), para llegar a dicha conclusión el
mencionado Auto se refirió de manera expresa a lo fundamentado
por Tribunal ad quem respecto al informe pericial efectuado por el
Médico Forense, Fernando Márquez Delgadillo y su contrastación con
la declaración de Wilma Acosta Callejo, así como lo señalado por el
Juez a quo, al respecto, a tiempo de pronunciar la Sentencia
068/2009; asimismo, indicó que es posible concluir de lo expresado
por la accionante no es evidente; toda vez que, lo reflejado por la
historia clínica del testador y la declaración de la médico tratante,
ambas consideradas por el Auto de Vista, da cuenta “de la salud del
mismo conforme a una valoración diaria efectuada por la médico
tratante, misma que fue ratificada por dicha profesional en su
declaración testifical” (sic) y que “ha sido el 18 de mayo a las 24
horas que el paciente ha presentado una convulsión a cuya
consecuencia se ha descompensado y a partir de ese momento
podría decirse ya no estaba consciente y con capacidad de
discernimiento” (sic) y que “con anterioridad al 18, él paciente no
perdió la conciencia y tampoco su capacidad de discernir” (sic),
concluyendo que “en el lapso del 9 al 18 del citado mes y año, el de
cujus no perdió el conocimiento, lo cual destruye lo mencionado por
los testigos de cargo en las declaraciones cursantes de fojas 873 a
875 vuelta, por lo que este Tribunal tampoco encuentra violación
alguna de la previsión de los artículos 1119 inciso 3) y 1333 del CC,
con relación al artículo 441 del Adjetivo Civil” (sic).
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ii) En relación a que los testigos presenciales de la otorgación de
testamento no cumplen con lo previsto por el art. 1132.1) del
precitado Código, al no ser vecinos del otorgante, y no podían ser
testigos instrumentales conforme el art. 1132 inc. 6) del CPC, así
como la supuesta irregular actuación del Notario de Fe Pública que
habría llevado elaborado el testamento, haciendo imprimir su huella
digital al testador en estado de inconciencia, hechos que no
hubieran sido valorados por los de instancia y que se desprenderían
de las declaraciones testificales; se tiene que, el Auto Supremo
cuestionado, se pronunció también de manera expresa al respecto,
afirmando que, el Auto de Vista estableció dicho aspecto,
describiendo las atestaciones de descargo uniformes en tiempos,
lugares y hechos, de lo que se concluyó que “el argumento vertido
por la recurrente al respecto no es evidente” (sic).
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vi) violación alguna a los artículos 1287, 1289 y 1297 del CC, por
cuanto los documentos objeto de la demanda fueron emitidos
conforme a los requisitos y solemnidades exigidos para todo
documento público” (sic).
POR TANTO
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Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional
Plurinacional.
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