Textos Cocotero

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Textos para

Comprensión Oral
unidad

1 ¡Hay que poner coco!


Monólogo

Me llamo Mbokaja

Soy un árbol feliz. Vivo en suelos rojos y


arenosos. Soy el sustento de muchas fa-
milias. El aroma de mis flores anuncia que
la Navidad se acerca y hay que preparar el
pesebre para recibir a Jesús.
Un pequeño coco que cayó en la tierra y
la buena lluvia me ayudaron a germinar. La
naturaleza me regaló espinas para que los ani-
males no se alimenten de mis brotes. Con el tiempo, dejé caer las púas de la
parte baja de mi tronco, para no lastimar a los que se acercan a mí.
Mi coco es pequeño. Mide unos cuatro centímetros de diámetro.
Todas las partes de mi cuerpo son útiles, pero mi fruta es la más valiosa.
Su cáscara sirve como forraje de los animales, la pulpa para alimento y pro-
ducir aceites, el carozo es un combustible extraordinario, porque produce
mucho más calor que cualquier tronco.
La almendra que tiene dentro sirve para elaborar aceites y jabones,
además es muy sabrosa y nutritiva.
¡Ah! Olvidaba decirte que luego de utilizarlo en la industria, todos los
restos de mi coco se aprovechan para alimentar al ganado.
Y para contribuir a la alegría, mis cocos sirven para jugar, a la tikichuéla,
a las bolitas… y a todos los juegos que se te ocurra inventar.
¿Por qué te cuento todo esto?
Porque vos también valés mucho. Los talentos que Dios te regaló están en
vos para crecer, desarrollarte y ser feliz.
Valés mucho y tenés mucha vida que dar, para servir a la gente y a tu
país… ¡Hay que poner coco!
unidad

2 Mástil de mi tierra
Poesía

Cocotero
Cocotero
alto y recto
donde subirme no puedo.

Le llevas a cada nube


el mensaje de tu piel:
esbelta planta en el suelo,
verde borrasca en el cielo.

Mece sus hojas filosas


el empujón de los vientos.
Frutos de pulpa jugosa
revientan sobre los cerros.

Desde su flor desgranada,


de una suelta amarillez,
quisiera mirar lejana
la horizontal lejanía.

Cocotero
alto y recto,
mástil de mi tierra es.

Renée Ferrer de Arréllaga


(Paraguaya)
unidad

3 Es una tomatada
Poesía

Se mató un tomate
¡Ay! ¡Qué disparate! Después de secarlo
¡Se mató un tomate! quisieron salvarlo,
¿Quieren que les cuente? pero no hubo caso:
¡estaba en pedazos!
Se arrojó en la fuente
sobre la ensalada Preparó el entierro
recién preparada. la agencia “Los Puerros”.
y fue mucha gente...
Su vestido rojo, ¿quieren que les cuente?
todo descosido,
cayó haciendo arrugas Llegó muy doliente
al mar de lechugas. Papa, el presidente
del Club de Verduras,
Su amigo el zapallo para dar lectura
corrió como un rayo de un “verso al tomate”
pidiendo de urgencia (otro disparate)
por una asistencia. mientras, de perfil
el gran perejil
Vino el doctor Ajo hablaba bajito
y remedios trajo. con un rabanito.
Llamó a la carrera
a Sal, la enfermera.
También el laurel
(de luna de miel
con doña Nabiza)
regresó de prisa
en su nuevo yate
por ver al tomate.

Acaba la historia:
ocho zanahorias
y un alcaucil viejo
forman el cortejo
con diez berenjenas
de verdes melenas
sobre una carroza
bordada de rosas.

Choclos musiqueros
con negros sombreros
tocaban violines,
quenas y flautines,
y dos ajíes sordos
y espárragos gordos
con negras camisas
cantaron la misa.
El diario “ESPINACA”
la noticia saca.
HOY, QUÉ DISPARATE!
¡SE MATÓ UN TOMATE!

Al leer, la cebolla
llora en su olla.
Una remolacha
se puso borracha.
–¡Me importa un comino!
–dijo don Pepino...
y no habló la acelga
(estaba de huelga).

Elsa Bornemann
(Argentina)
Escritora destacada en la literatura infantil y juvenil.
unidad

4 Como lo hacían antes


Texto informativo

Los estacioneros
Los estacioneros son grupos conformados por jóvenes y adultos que cantan
melodías religiosas de origen popular, en forma preferente durante la Sema-
na Santa. Se trata de una práctica transmitida de generación en generación.
Ellos cuidan la continuidad de esta práctica incorporando a sus hijos en los
grupos.
Con anticipación a la Semana Santa ya se organizan, los más antiguos
tienen ya un nombre, estandarte y uniforme que se compone generalmente
de: pantalones negros, azules o blancos, camisas blancas y una cinta de color
lila les cruza el pecho.
Cumplen con un rito muy particular, van cantando con sentimiento, en
procesión hasta el Calvario que se prepara, por lo general, en el patio de los
templos donde se representa la Pasión y Muerte de Jesucristo. Esta caminata
es encabezada por el estandarte del grupo y una Cruz.
Suelen estar presentes durante toda la Semana Santa; sin embargo, y
con preferencia el Jueves Santo, durante la recordación del lavatorio de los
pies; y al día siguiente, Viernes Santo acompañan con su canto doloroso los
ritos que recuerdan la crucifixión y muerte de Jesucristo.
Además, el Viernes Santo en horas de la mañana, suelen recorrer los
cementerios, ofreciendo su canto a los fieles difuntos.
Estas canciones fueron recopilando de lo que dejaron los abuelos y pa-
dres de la zona, así como de otras capillas y son registradas en manuscrita
en un cuaderno.
También cantan en los rezos familiares, en el Kurusu Ára o Exaltación
de la Cruz (3 de mayo), el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y en
novenarios.
En el Paraguay se suele verlos principalmente en barrios de Asunción, en
Tañarandy (San Ignacio), Luque, Ñemby, Areguá, Itauguá, Arroyos y Esteros,
Tobatí y muchas otras localidades.
unidad

5 Hay que trabajar


Cuento

La abeja haragana
Había una vez en una colmena, una abeja que no quería trabajar, recorría
los árboles para tomar el jugo de las flores; pero en vez de conservarlo para
convertirlo en miel, se lo tomaba todo.
A la mañana, se peinaba con las patas y echaba a volar. Zumbaba de flor
en flor, y así se pasaba el día mientras las otras abejas trabajaban para llenar
la colmena de miel.
Un día, las abejas guardianas, le dijeron: –Compañera: es necesario que
trabajes, porque todas debemos trabajar.
Ella contestó:
–Yo ando todo el día volando y me canso mucho.
–No es cuestión de que te canses –respondieron,–sino de que trabajes.
Pero no se corregía y las abejas de guardia le volvieron a decir:
–Hay que trabajar, hermana.
–¡Uno de estos días lo voy a hacer! –respondió ella.
–No es uno de estos días –le dijeron,–sino mañana mismo.
Al día siguiente soplaba un viento frío. La abejita haragana voló hacia
su colmena, pensando en lo calentito que estaría allí. Pero no pudo entrar,
las abejas de guardia se lo impidieron.
–¡No se entra! –le dijeron.–Esta es la colmena de abejas trabajadoras.
La abejita, sin saber qué hacer, voló un rato, se veía apenas y cayó al suelo.
Arrastrándose, llegó a la puerta de la colmena.
–¡Ay, mi Dios! ¡Por última vez! –clamó.–Va
a llover, y me voy a morir de frío.
–No, no morirás. Aprenderás en una
sola noche lo que es el descanso ganado con
el trabajo. Vete.
Entonces la abeja se arrastró y cayó rodan-
do al fondo de una caverna en donde se halló a una culebra, que la miraba
como para lanzarse sobre ella.
La culebra le dijo: –¿Qué tal, abejita? No has de ser muy trabajadora para
estar aquí a estas horas.
–Es cierto –murmuró la abeja.– No trabajo, y yo tengo la culpa.
–Siendo así –agregó la culebra –te voy a comer.
La abeja exclamó: –¡No es justo! Que usted me coma porque es más
fuerte que yo.
–¡Bueno! Con justicia o sin ella, te voy a comer.
Y se dispuso a lanzarse sobre la abeja. Pero ésta exclamó:
–Usted hace eso porque es menos inteligente que yo.
–¿Yo menos inteligente que tú, mocosa? Pues bien –dijo la culebra,–vamos
a hacer dos pruebas. La que haga la más rara, ésa gana. Si gano yo, te como.
Si ganas tú, puedes pasar la noche aquí, hasta que sea de día. ¿Te conviene?
–Aceptado –contestó la abeja.
La culebra salió un instante afuera y volvió trayendo una cápsula de semi-
llas de eucalipto. –Los muchachos hacen bailar como trompos esas cápsulas,
y les llaman trompitos. Esto es lo que voy a hacer –dijo la culebra.–Y arrolló
la cola alrededor del trompito y la desenvolvió con tanta rapidez que éste
quedó bailando y zumbando. Cuando cayó por fin al suelo, la abeja dijo:
–Esa prueba es muy linda, y yo nunca podré hacer, pero sí hago una cosa
que nadie hace. Desaparecer.
–Pues bien, ¡hazlo! Y si no lo haces, te como –dijo la culebra.
–Ahora me toca a mí, señora culebra. Por favor se da vuelta, y cuenta
hasta tres. Cuando diga “tres”, ¡ya no estaré!
La culebra dijo:“uno..., dos..., tres”, y se volvió, allí no había nadie.
–¡Bueno! –exclamó.– Me doy por vencida. ¿Dónde estás?
–¿No me vas a hacer nada? –dijo la abejita.
–No –respondió la culebra. –¿Dónde estás?
–Aquí –respondió la abejita, apareciendo de entre una hoja cerrada de
una plantita.
Había pasado que esa plantita, era una sensitiva, que tiene la particulari-
dad de que sus hojas se cierran al menor contacto. De aquí que al acercarse
la abeja, las hojas se cerraran, ocultando al insecto y así se salvó.
Cuando llegó el día, la abejita voló y lloró en si- lencio ante la puerta
de la colmena. Las abejas de guardia
la dejaron pasar, porque compren-
dieron que había hecho un duro
aprendizaje.
Así fue. En adelante, nin-
guna como ella recogió tanto
polen ni fabricó tanta miel.
Y decía a las jóvenes abejas:
–Trabajen, compañeras,
que nuestros esfuerzos
sirven para la felicidad de
todas.
Horacio Quiroga
Adaptación
unidad

6 ¿Qué nos cuenta?


Leyenda

La leyenda del mbokaja


El erizo, todas las mañanas, muy temprano, solía desayunar algún bichito,
y refrescar sus púas en el pasto húmedo, aún brillante de rocío.
Pero cada vez le resultaba más difícil hacer esto con tranquilidad, porque
apenas se movía, de entre los viejos troncos, salía un bulto enorme que se
le venía encima y lo asustaba mucho: era el jabalí.
El erizo le tenía tanto miedo, que del susto se le caían algunas púas y él
pensaba preocupado que de seguir así, con el tiempo se iba a quedar total-
mente indefenso.
El mayor problema era que no podía buscar algo para comer, pues de día
y de noche, el jabalí se le venía encima, haciéndolo rodar con sus peligrosos
y afilados colmillos.
Al parecer el cerdo salvaje, el jabalí, se divertía, pero no así el erizo que,
cansado de tantos atropellos, resolvió dirigirse a Tupã así:
–¡Tupã! Tú que has dado vida a las cosas de la tierra, ¡líbrame de esta
bestia de la selva!... ¡No permitas que se extinga nuestra especie que no daña
a nadie. ¡Escúchame, Tupã! ¡Nosotros queremos vivir en paz!
Tupã escuchó sus ruegos y siempre generoso, lo convirtió en un majes-
tuoso cocotero, mbokaja, que desde entonces hermoso e intocable, entrega
al viento el murmullo de su cabellera como agradecida plegaria a Tupã. Pero
sigue conservando las púas que tenía para protegerse, como recuerdo de su
vida anterior.
Y el cocotero, el Mbokaja de la botánica guaraní, defendido por sus largas
espinas, es tan respetado, que ni los leñadores lo tocan con sus hachas.

Tomás L. Micó. (Adaptación)


(Paraguayo)
Mitos y Leyendas del Paraguay
unidad

7 Bicentenario patrio
Texto periodístico

Semanario así pasó 17 de mayo 2011

nacionales

Panteón de los Héroes y Oratorio de la Virgen


Nuestra Señora Santa María de la Asunción

El Panteón de los Héroes y Oratorio de la Virgen Nuestra Señora Santa María


de la Asunción, se encuentra en las calles Palma y Chile de la capital del país.
Es de gran valor artístico, cultural y patrimonial. Miles de personas lo visitaron
en los días patrios durante el Bicentenario.

En el marco de los festejos del Bicen- Numerosas personas, muchas con


tenario patrio, se han realizado traba- banderas patrias o camisetas de la se-
jos de ornamentación de los edificios lección paraguaya de fútbol, se han con-
históricos de la ciudad de Asunción. El gregado principalmente por las noches
Panteón, con rostro renovado por los ante ese monumento entonando emo-
trabajos de restauración de las caras cionados cánticos alusivos a la patria.
laterales del edificio, así como de su Ante una multitud de ciudadanos
fachada sobre la calle Palma, más su que se acercaron a presenciar, se pre-
cúpula, recuperó su color original, el de sentó entre otras cosas la cambiante
rosa añeja. lumínica, que iba variando sus colores,
Este lugar se ha convertido en el del rojo al blanco, y luego al azul, for-
sitio más visitado de Asunción en el mando los colores patrios durante estas
marco de los festejos del Bicentenario fiestas y despertando la admiración de
de la Independencia del Paraguay, que la concurrencia. Si bien no quedará sin
se conmemora el 14 y el 15 de mayo. iluminación alguna luego de las celebra-
ciones, quedarán las de color blanco de tra la Triple Alianza, el edificio quedó
manera permanente y las luces tricolo- inconcluso y sobre andamios, durante
res que le adornaron, se reservarán para más de 70 años. Recién después de la
festividades patrias. Guerra del Chaco en 1936 se pudo ter-
El Panteón de los Héroes fue inaugu- minar y pasó a ser Panteón Nacional de
rado en 1936 y en él reposan los restos los Héroes y Oratorio de la Virgen Nues-
mortales de algunos héroes de la histo- tra Señora Santa María de la Asunción.
ria paraguaya como: Don Carlos Anto- La “Hora Cero” del Bicentenario
nio López, Mariscal Francisco Solano tuvo como centro este lugar, donde
López, Mariscal José Félix Estigarribia la ciudadanía entonó con emoción el
y de su esposa. Además, algunos Niños Himno Nacional, siendo acompañado
Mártires de Acosta Ñu, dos Soldados por la Orquesta Sinfónica de la Ciudad
Desconocidos, entre otros, y alberga de Asunción y del Coro Polifónico Mu-
además el Oratorio de Nuestra Señora nicipal, Sofía Mendoza del IMA, y luego
de la Asunción. con un despliegue de fuegos artificiales
En octubre de 1863, el entonces de diseño exclusivo e inédito.
Presidente de la República, Francisco Con cerrados aplausos y ¡Viva el
Solano López, ordenó su construcción Paraguay! se saludó este momento.
y fue diseñada por el arquitecto italiano Era el mismo deseo de un “Paraguay
Alejandro Ravizza, en colaboración con independiente, de todos y para todos”,
el constructor Giácomo Colombino. que se manifestó desde los diferentes
Pero, a consecuencia de la Guerra con- lugares de la Patria.
Panteón Nacional de los Héroes y Oratorio de la Virgen
Nuestra Señora Santa María de la Asunción.
unidad

8 El trompo danzarín
Texto informativo

Un trompo con historia


Para las fiestas del Bicentenario, se organizó un concurso para elegir la
mascota del Bicentenario, y entre las varias propuestas, el Trompo Arasa,
fue el seleccionado.
La idea fue presentada por el paraguayo Roberto Goiriz y está basada
en el tradicional juego infantil del trompo, y en la música de Herminio Gi-
ménez. Es un personaje que gira y gira tras el rescate de la memoria y los
sueños de nuestra nación.

Algo de su historia
El trompo es un juguete muy, pero muy antiguo. Se lo puede considerar como
uno de los más antiguos del mundo. Se tiene conocimiento de su existencia
desde hace muchos años, unos 4000 a. C. Los romanos y los griegos lo tenían
como juguete, así como las personas de Oriente, China y Japón.
En América, ya se jugaba antes de la llegada de los primeros conquista-
dores y hay constancia de trompos en Perú y Ecuador desde tiempos pre-
históricos, en el Ecuador algunas culturas preincaicas lo usaban con fines
ceremoniales. Durante la colonización española, también lo jugaban los
inmigrantes y colonos.
Como la forma de jugar y de hacerlo se transmitía en forma verbal de ge-
neración en generación, las formas de jugar solían cambiar en las diferentes
regiones y el trompo tenía diversos estilos.
En América Latina a un tipo
de trompo se lo llamaba trompo
peón, y lo usaban solo los va-
rones, mientras que otro tipo
llamado las peonzas, más petizas
y panzonas eran utilizadas por
las mujeres. Los niños y niñas
jugaban generalmente a la sies-
ta, cuando las personas mayores
descansaban.
Era uno de los juegos más
conocidos en nuestro país. De
las diferentes clases de trompos
los más tradicionales en nues-
tro país son el trompo arasa y el
trompo hy’a, el trompo arasa por
su dureza y el trompo jy’a por ser
muy bailador y por su sonido.
Suele verse aún en el Paraguay
que los niños hacen este juguete,
al principio bajo el asesoramiento
de su padre o hermanos mayo-
res cuidando el uso del cuchillo
filoso. Hoy se pueden comprar
también en los mercados y ju-
gueterías.
unidad

9 Tierra querida

28
Canción

Es linda nuestra tierra


(Polca)

Es linda nuestra tierra cuando el sol surgiendo va


y anuncia la mañana en el canto del zorzal
es linda nuestra tierra cuando el sol bajando va
y un lucero en el cielo nos invita a soñar.

Pero es mucho más linda


si en el rancho reina paz
abrazados como hermanos
es más bello el Paraguay.

Las plantas son parientes que en el rancho siempre están


en el lecho es la paja y es el fuego en el hogar
es linda nuestra tierra en la noche tropical.
es linda nuestra tierra si una polca oyes cantar.

Letra: Manuel Frutos Pane


Música: Eladio Martínez
(Paraguayos)
unidad

10 Vamos al teatro
Teatro

Conociendo mi ciudad
Un día de primavera en el centro de la ciudad de Asunción, unos niños van al
casco histórico a recabar datos para un trabajo práctico, cuando encuentran un
ave que cayó del nido.

Escena I
Lucas. –Sofía, ¿me ayudás?, es que me es difícil cruzar las calles en esta
silla de ruedas, las veredas no tienen rampas…
Alelí. –La verdad es que necesitamos que todas las veredas tengan
rampas así vas a poder cruzar mejor las calles estando en tu silla
de ruedas.

(Interrumpe el diálogo, el quejido del hornero).

Hornero. –¡Ay! ¡Ay! Mi alita… mi patita… ¡Ay! ¡Ay!


Sofía. –¿Quién dijo eso?
Hornero. –Yo, aquí abajo. Iba a juntar una ramita y me pisó una motocicleta.
Lucas. –Pobre… yo sé lo que se siente, me rompí la pierna hace un mes
en un partido de fútbol.
Alelí. –¿Cómo podemos ayudarte, amiguito?
Hornero. –Si me suben a mi casita… allí podré recostarme y descansar. Es
allá, en esa rama del árbol, ¿ven? (señala).
Sofía. –¡Qué alto está! (con voz horrorizada) No me entienda mal, pajarito,
es solo que no sé cómo llegaremos allí.
Hornero. –Entiendo, soy un hornerito, y me gusta construir mi hogar en
los lugares altos, elegí este lapacho rosado, porque cuando florece
deja una alfombra de flores debajo de mi casa, así da la bienvenida
a mis amigos y parientes.
Alelí. –Dejá, yo le subo, soy experta en trepar árboles.
Hornero. –Muchas gracias, chicos, ¿cómo puedo recompensarles?
Sofía. –Contándonos lo que sabe de la ciudad de Asunción, es que esta-
mos juntando datos para un trabajo práctico de la escuela.
Hornero. –Yo no sé mucho, pero el que les puede ayudar es mi amigo, Tor-
tuga, él vio muchas cosas en su vida… sabe mucho de la ciudad,
vive en la bahía, allá, frente al Palacio de los López.
Todos. –Gracias, señor Hornero, allá iremos.

Escena II
Lucas –Hola… Don Tortuga… ¿Por dónde anda?
Tortuga. –¡AAAAAAAAAAA! (Grita porque casi es pisado con la silla de ruedas.)
Alelí. –Lucas, atendé tu camino, casi le aplastás. ¿Se encuentra bien?
Tortuga. –Sí, fue solo un susto, es que nunca vi una cosa así, en mi vida… y
eso que yo he vivido mucho tiempo. Ya voy a cumplir 140 años.
Todos. –¡Tantos!
Tortuga. –Claro, las tortugas de tierra vivimos más de 100 años. Mi abuelo
vivió 200 años… murió hace 50, tan joven y parece que fue ayer…
¿Y qué hacen por acá?
Sofía. –Estamos haciendo un trabajo práctico sobre la ciudad y el señor
Hornero nos dijo que usted podía ayudarnos.
Tortuga. –Claro, claro que sí… y ¿qué quieren saber exactamente? Mi abuelo
me contó muchísimas cosas, desde que Juan de Salazar y Espino-
sa en el 1537 construyó un fuerte aquí donde antes estaban los
indios Carios. Y que… que… pero, ¿qué necesitan saber?
Todos. –Todo eso y mucho más, cuéntanos, cuéntanos…
Tortuga. –Bueno… el fuerte se tornó muy importante porque de acá salían
todas las expediciones para la fundación de otros fuertes y colonias.
Por eso se le llamó “Madre de Ciudades” También acá se gestó la
Independencia del Paraguay, allá en la calle 14 de Mayo, hay una
casa donde se reunían para planear todo… ¡Vaya susto se dio mi
abuelo ese día! Pero por suerte no dispararon ningún arma.
Sofía. –Que interesante todo lo que sabe, señor Tortuga… ¿Y qué lugares
nos recomienda visitar y conocer?
Tortuga. –Bueno, a ver… Pueden ir a la Casa de la Independencia, al Museo
del Cabildo, al Panteón de los Héroes… La Catedral, Turista Róga…
y la Manzana de la Rivera.
Lucas. –¡Cuántos lugares para visitar…! ¿Será que tendremos tiempo hoy?
Alelí. –Vayamos ahora mismo… ¿tienen todavía hojas para anotar?
Sofía. –Sí tengo, vamos ya. Podemos volver otro día a visitarle, señor
Tortuga.
Tortuga. –Claro, cuando quieran, chau chicos,… buena suerte…
Todos. –Chauuuuuu….

Los chicos recorren los sitios recomendados por el señor Tortuga, sacan fotos,
toman nota… y van a la casa de Lucas a terminar el trabajo práctico.

Telón
María de la Paz Brown
(Paraguaya)
unidad

11 Un día muy especial

Carlitos no tiene plata se acerca el día del


padre y no sé qué
regalarle.
Se acercaba el domingo y mi problema
aumentaba. Claro, no era un domingo
cualquiera. Era nada menos que el Día
del Padre.Y para más, allí estaban: la
televisión, la radio y todos los diarios
bombardeando…
ta
–Comprale… Comprale… Comprale… con es u
a t
corbat erá
Comprale… e v
papá s ional.
c
s e n s a

solo tengo
?qué puedo
10 400 g/. hacer,
enrique?

vamos el sábado a
recorrer y a ver
qué encontramos.

ese sábado… mirá las medias que


compré… vos qué tenés
para papá?

nada.
mirá los precios. com-
snif…
praste helado, enri-
snif…
que, menos para el
regalo.
Historieta

sos un capo,
carlitos. sos
tan simpático… ya sé!
una tarjeta!

papá es genial,
siempre dice
cosas lindas…

voy a escribirle
todo lo que
para que sea
pienso de él…
una sorpresa
le voy a dejar
en el baño.

está silbando, le
gustó mi regalo.
feliz día, papá!

fiu...
fiu...
fiu...
unidad

12 Historias fantásticas
Fábula

La cigarra y la hormiga
La tarde que empieza esta fábula, la cigarra Cantaprado salió de su casita.
Era muy joven y se asombraba mucho de todo lo que veía.
Lo primero que encontró fue unas abejas que volaban de flor en flor,
muy atareadas.
–¡Buenas tardes, eh..., a ustedes que vuelan entre las flores! ¿Están ju-
gando a las escondidas?
–Nada de eso. Estamos trabajando. Juntamos el polen de las flores para
fabricar miel y cera.
–¿Se toman toda la miel?
–No, se la regalamos a las personas. Adiós..., no podemos distraernos. Adiós.
Cantaprado cantaba:
“Viva el verano,
viva el calor
vivan los campos
y viva el sol.
Yo quiero divertirme
no pienso trabajar
afinaré el violín
y me pondré a tocar”.

De pronto, Cantaprado se encontró con unas mariposas:


–¡Qué alas tan bonitas tienen! ¿Quieren quedarse a cantar conmigo?
–No podemos. Tenemos que ir de flor en flor disfrutando del néctar y la
fragancia de las flores.
–¡Vaya! ¡Todas están haciendo algo! Yo canto, a mí me gusta cantar.
Y luego la cigarra se quedó mirando una fila larga de hormigas llevando
carga en sus espaldas.
–¿Qué hacen ustedes?
–Juntamos trigo, maíz, arroz y hojitas. Cuando haga frío, sople el viento he-
lado y llueva y no se encuentre comida, tendremos llenas nuestras despensas.
Cantaprado vio cómo las hormigas se iban metiendo en un agujero una tras
otra hasta desaparecer debajo de la tierra. Solo quedaban afuera las centinelas.
–¿Adónde van todas? ¡Seguro que están de paseo!
–No, no. ¡Eso es trabajo y en este hormiguero solo se trabaja!
–¿Y no juegan por los pasillos a los policías y ladrones?
–No, amiga, las hormigas nunca juegan.
–¡Uf! pues vaya aburrimiento ser hormiga. Yo, en cambio, no trabajo.
–¡Algún día te arrepentirás, hermana!
Pasó el verano, el otoño y llegó el invierno. Escaseaban los alimentos.
Cantaprado decía:
–¡Uf! ¡Qué fastidio! Bueno, a ver si encuentro un trocito de galleta en
el campo. Pero no encontró nada. Trató de no desesperarse y prosiguió su
camino cantando:
“Ay, qué viva soy
ay, qué viva soy
con buscar un poquito nada más
siempre pesco algún mosquito
y me doy la buena vida
pues tengo casa y comida”.

Pero una mañana, Cantaprado al levantarse sintió un frío terrible.


–¡Socorro! No ha salido el sol y qué hambre tengo.
Anduvo y anduvo sin encontrar nada para comer, helada y hambrienta
pensó:
–Iré al hormiguero a ver si las hormigas me dan algo de comer.
Se arrastró como pudo hasta la puerta del hormiguero y llamó:
–Amigas hormigas, soy la cigarra, me muero de hambre, ¿podrían darme
algo de comer?
Salió la centinela muy enojada:
–Cigarra Cantaprado, ¿no decías que las hormigas éramos unas tontas
y aburridas al trabajar en verano y que lo bueno era cantar y bailar? Pues,
¡canta ahora!
La cigarra se quedó allí, caída en tierra fría y mojada con las patitas para
arriba... Muerta de frío.
Recreación de la Fábula de La Fontaine
(Francés)
unidad

13 Encuentro familiar
Canción

Navidad de los ñandutíes


Navidad de ñandutíes
Navidad del Paraguay
Flor de coco y cigarra Mi tierra canta de gozo y paz
Llenan mi tierra de paz. Vyã pave ndéve guara
Navidad de ñandutíes Navidad de ñandutíes
Navidad del Paraguay Navidad del Paraguay
Cantos de amor y alegría Flor de coco y cigarra
Llenan mi tierra de paz. Llenan mi tierra de paz.
Quiero cantar a la vida Hay pesebres que engalanan
Quiero cantar al amor Nuestro encuentro familiar
Hoy ha nacido en el mundo Aroma de frutas maduras
Nuestro Niño Salvador. Inunda el aire sin par.
Navidad de ñandutíes Navidad de ñandutíes
De gozo y felicidad Navidad de encaje ju
Navidad de tierra roja, En la mesa bendecida
Navidad del Paraguay Dorado chipa guasu
Es Navidad en el Paraguay. Es Navidad del Paraguay,
Mi tierra canta de gozo y paz
Vyã pave ndéve guara
Felicidades en Navidad.
Julia Segovia
(Paraguaya)
Textos para
Comprensión Oral
en Guaraní
unidad

14 Mbokaja ndive
ÑamoñeŒæ

Ñomongeta

Mitå Kalo oñembosarái yvyramátare, hat^ rehe; ohendu


sapyœa pete^ ñeœæ.
– Mbokaja: Anína reñembosárái cherehe.
– Kalo: Máva piko nde.
– Mbokaja: Che haœe mbokaja máta, opokoséva yvága-
re…
– Kalo: Añete.
– Mbokaja: Che ruœå, che akarågue choror^ ha heta che
rogue chembohor†va aguereko. Chehegui ojejapo havø,
ñandyry ha ambue mbaœe.
– Kalo: roikuaáma, nde ningo haœe pe yvyramáta omombeœúva
chéve oguahæmaha Navidad.
Upe ára guive, Kalo oñangareko mbokajáre ha omombeœu
iñir€ nguérape mbaœe porå ojejapóva mbokajágui.

Liliana Gaona
María Tippett
unidad

15 Jajokuaa

ha
mba’éic ?
?
d e r é ra
n
ÑamoñeŒæ

Amaña itangechápe ha amyenyhæ paŒ€ o^va moñeŒæråme


ajuhu haguå che haiŒanga.

Che

Che réra ; areko ary ha


aime irundyha mboŒesyr†pe. Aiko .

Che ningo pete^ mitå porå, hesåiva, ,


, ha ojapóva hembiapo
mboŒehaópe.

Che akårague , che resa


, che t^ , che juru
ha che pire .

TembiŒu haŒuséva héra ; mbaŒe heŒæ haŒu-


séva katu haŒe .

Tembiapo che rógape ajapóva haŒe ha


cherekoreirø katu .

Lili Gaona
María Tippett
unidad

16 ¡Vy’apópe!
ÑamoñeŒæ

Ñembosarái

Ambue ára, Maria ha Fernando oñembosarái korap†pe


haŒekuéra año, upe jave oguahæ oúvo Sofía ha hendive
pete^ mitå’i ha pete^ mitåkuñaŒi.
Sofía oporomomaitei:
–Mba’éichapa
–Iporå ha nde –ombohovái Maria ha Fernando oño-
ndive.
–Ko árape ou chendive che kypyŒy ha che kyvy–heŒi
Sofía –haŒekuéra ningo oñembosaraise avei ñanendive.
–Néi, o^ porå –heŒi Fernando
–MbaŒéichapa nde kyvy héra – oporandu Fernando.
–Che kyvy héra Eduardo –ombohovái jey Sofía.
–Ko’åga jajokuaapáma, ikatúntema ñañepyr€ ñañe-
mbosarái. Eduardo ha che rohaŒåta vakapipopo. Ndaikuaái
mbaŒépa pejapóta peæ –heŒi Fernando.
–Ore ningo rohaŒåse avei vakapipopo penendive –heŒi
mitakuñaŒi kuéra.
Péicha vyŒapópe oñembosarái joa hikuái.
unidad

17 ¡Heterei!
ÑamoñeŒæ

Ohapy ramo guare


tembiŒu aku Perurimáme

Oguap†je pete^ asajépe Perurima okaru haguå paŒi Leu


ndive ha oguenohæ chupekuéra oga jára tembiŒu hykue
kirir^va ni notimbói.
Ojopy chupe Peru raæ ha okaipaitéma voi. Okirir^eténte
Peru ha omaŒæ mbuku ogapepóre ha oñepyr€ osyry hesay.
Okái rasyeterei.
Upéva ohecha paŒi Leu ha oporandu chupe:
–MbaŒéiko, Peru, nemboresa†va.
–Ambyasyeterei che sy omanovaŒekuépe, péicha haŒu
javérø tembiŒu hetereíva chemomanduŒa hese, heŒi Peru.
Ojopy avei paŒi Leu pete^ syryku hembiŒúpe ha okaipaite
avei.
–Áaaaiii… kóva ningo ñanemomanduŒáta voi ñande jar†i
rehe avei raŒe –heŒi paŒi Leu.
Miguelángel Meza
unidad

18 Mborayhu
ÑamoñeŒæ

Mborayhu ha yvoty

Mborayhu niko yvot†icha


Reñot¥ mante vaœerå
Upévare che ajoœo
Che apytuœ€ mbytetépe
Ha romoingévo ipype
Rojaty che kunuœ€me Mborayhu niko yvot†icha
Tove upe mborayhu Reñangareko vaœerã
Hapógui toñepyr€ Upévare cheromoœå
Che ánga pe opaitégui
Mborayhu niko yvot†icha Aníntemo iñañáva
Remyak¥ mante vaœerå Chehegui ndepoœose
Upévare y aheka Ha upéi ñane mborayhu
Che ñeœå karuguaitégui Oñyñ†i ha ipiru.
Ha romyak¥ve ipype
Rohyp†i che mborayhúpe Mborayhu niko yvot†icha
Tove upéi tahoky Upévare che…
Hakåre pe mborayhu. Rojaty che kuñuœ€me
Rojaty che kuñuœ€me
Rohyp†i che mborayhúpe
Ha che ángape
Romoό

Modesto Romero Cueto


unidad

19 Ñamombe’u
ÑamoñeŒæ

Tah†i ha Pykasu
(Morangu)

Pete^ árape tah†i hoyœuse ha oñemboja ysyry rembeœ†pe,


upe jave ou hatåve y ha oguerosyry chupe, pete^ pykasu
morot^ oikóva tah†ire, oipeœa pete^ yvyra rogue ha omo-
mbo tah†i renonderåme; ohecha tah†i mbaœe rogue ha
pyaœe ojupi ani haguå ojahoga.
Ambue árape katu tah†i ombyaty oikóvo hembiœurå ha
ohecha sapyœa pete^ ava ojapiséva pykasúpe. Tah†i ipyœa
guasu ha pyaœe ojupi mitåkariaœy p†re ha ojopi hatå chupe;
mitåkaryaœy ojaivy oñeheœ¥i haguå; pykasu ojesareko sapyœa
upe gotyo ha ohecha mbaœe oikomoœå hese. Pyaœeterei
oveve upégui.
Moñeœæpyrå: “Mbaœe porå jajapóva, katuete ou jey ñan-
déve”.

(Ombohasa guaraníme Liliana Gaona ha María Tippett)

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