REALES
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REALES
Derechos reales
Sumario: 1. Concepto. 2. Elementos. 3. Clases. 3.1. El dominio. 3.2. El dominio imperfecto. 3.3. El
condominio. 3.4. La propiedad horizontal. 3.5. La hipoteca. 3.6. La prenda. 3.7. Derechos reales para
nuevos negocios inmobiliarios. 3.8. Otros derechos reales. 4. Adquisición, transmisión y pérdida de los
derechos reales. 5. Similitudes y diferencias de los derechos reales con otras instituciones. 5.1
Relaciones de poder (posesión y tenencia). 5.2. Privilegios. 5.3. Derecho de retención. 5.4. Medidas
cautelares. 5.5. Derechos intelectuales.
1. Concepto
Real proviene del latín “res” que significa “cosa” y que en una de sus acepciones se
define como: “lo que tiene existencia verdadera y efectiva”. Por eso, los derechos
sobre las cosas se denominan hoy “derechos reales”.
Derecho real es el que crea entre las personas y las cosas una relación directa e
inmediata, de tal manera que no se encuentran en ella sino dos elementos: la persona,
que es el sujeto activo del derecho y la cosa, que es el objeto. Así lo describía
Demolombe en el siglo XIX en su comentario al Código Civil Francés.
Son derechos absolutos, de contenido patrimonial, cuyas normas sustancialmente de
orden público, establecen entre una persona (sujeto activo o titular del derecho) y una
cosa (objeto) una relación inmediata que, previa publicidad, obliga a todas las demás
personas (sujetos pasivos) a abstenerse de realizar cualquier acto contrario al mismo
(obligación negativa), naciendo para el caso de violación una acción real, que otorga a
sus titulares las ventajas inherentes al ius persequendi (*) y al ius preferendi (*)
(Allende).
Los derechos reales presentan dos aspectos muy importantes que los distinguen:
a) Aspecto interno: Implican una relación directa e inmediata entre el titular y la cosa.
b) Aspecto externo: El titular lo es frente a toda la sociedad (todas las personas),
obligada a abstenerse a realizar cualquier acto que implique violación de ese derecho
real.
En concordancia con lo que venimos mencionando, están definidos en el nuevo Código
como: el poder jurídico, de estructura legal, que se ejerce directamente sobre su
objeto, en forma autónoma y que atribuye a su titular las facultades de persecución y
preferencia y las demás previstas en la ley (CCC, art. 1882).
2. Elementos
Destacamos a continuación una serie de características que ayudan a comprender
mejor el régimen legal de los derechos reales:
1°) Son derechos absolutos, esto es, oponibles contra todos (erga omnes). Deben ser
respetados por todos los miembros de la comunidad. A diferencia de los derechos
personales u obligaciones que son relativos, en la medida que solamente se ejercen en
contra de una persona (el deudor).
2°) Tienen contenido patrimonial, es decir, susceptibles de tener un valor, por lo que
integran el patrimonio.
3°) La naturaleza de las normas que los regulan son de orden público y su número y
modalidades están limitados a los que establece la ley. Ellol se debe a razones
económicas, morales, políticas, etc., que hacen a la organización de la sociedad. La
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reales.
El artículo citado establece que son derechos reales los siguientes: a) el dominio; b) el
condominio; c) la propiedad horizontal; d) los conjuntos inmobiliarios; e) el tiempo
compartido; f) el cementerio privado; g) la superficie (*); h) el usufructo (*); i) el uso (*);
j) la habitación (*); k) la servidumbre (*); l) la hipoteca; m) la anticresis (*); y n) la
prenda.
Reiteramos que existe un número cerrado de derechos reales ya que sólo pueden ser
creados por la ley (CCC, art. 1884). Los antes enumerados son los únicos derechos
reales que existen. Cuando vimos los contratos, señalamos que las partes se pueden
apartar de los tipos legales creando los denominados contratos atípicos. En cambio,
sólo la ley puede crear nuevos derechos reales.
El Código trae algunas clasificaciones de los derechos reales que nos ayudan para
diferenciarlos. La primera (CCC, art. 1888) distingue entre derechos reales sobre cosa
propia y derechos reales sobre cosa ajena. Según la ley son derechos reales sobre
cosa propia: el dominio, el condominio, la propiedad horizontal, los conjuntos
inmobiliarios, el tiempo compartido, el cementerio privado y la superficie si existe
propiedad superficiaria. Los restantes derechos reales recaen sobre cosa ajena
produciendo lo que se denomina “desmembraciones del dominio” y por lo tanto la
existencia de más de un derecho real sobre la misma cosa, siempre y cuando no
resulten incompatibles (por ejemplo: un inmueble hipotecado).
La segunda clasificación diferencia los derechos reales principales de los accesorios
(conf. CCC, art. 1889 que indica que son accesorios a un crédito que garantizan, la
hipoteca, la anticresis y la prenda; todos los demás son principales).
La última clasificación que consideramos entre las más importantes, sirve para
distinguir los derechos reales sobre cosas registrables (como los inmuebles, los
automotores, los caballos pura sangre de carrera, etc.) y sobre cosas no registrables
(como una fotocopiadora, un escritorio o una computadora) (CCC, art. 1890).
Pasamos a continuación a considerar en forma muy sintética, los derechos reales más
utilizados:
3.1. El dominio
El dominio, también denominado “propiedad” (aunque ello no es correcto ya que el
significado de este último término en derecho es mucho más amplio que dominio),
existe cuando una cosa está sometida a la voluntad plena de una persona. Es el
derecho real más amplio y extenso que existe.
El Código indica que el dominio es “perfecto” cuando se tiene todas las facultades de
usar, gozar y disponer material y jurídicamente de una cosa (CCC, art. 1941) Se dice
también que quien tiene este derecho tiene “título de propiedad” o “derecho de
propiedad” sobre una cosa.
Tiene como característica el ser perpetuo, es decir, dura para siempre y no puede ser
revocado, salvo voluntad del titular o sentencia judicial (CCC, art. 1942). Así el
comprador o el heredero de un inmueble es continuador del mismo derecho de
dominio que antes tenía quien se lo vendió o la persona fallecida que le precedió como
titular del derecho.
Es también un derecho exclusivo, en razón que no puede existir otro derecho igual
sobre la misma cosa (CCC, art. 1943) y absoluto, por cuanto la utilización que el dueño
hace de las cosas de su propiedad no está limitada, como regla general; salvo
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A pesar de los inconvenientes que presenta esta figura, la misma suele utilizarse como
forma de organización de empresas que necesitan una mínima organización, como la
explotación agropecuaria de un campo perteneciente a varias personas.
Decimos que son empresas precarias por cuanto cualquiera de los condóminos puede
pedir la división de la cosa común, en cualquier momento o puede enajenar su parte a
terceros. Aunque el derecho a pedir la división se puede limitar. Los convenios de
indivisión duran un máximo de 10 años (CCC, art. 2000), pero puede pedirse la división
antes del vencimiento del plazo convenido, si concurren circunstancias graves que lo
justifican (CCC, art. 2002). Si la cosa no se puede dividir en especie entre los
condóminos, la misma debe venderse, aplicándose al respecto las reglas sobre la
división de la herencia, que se declaran aplicables a la división de condominio (conf.
CCC, art. 2374, por remisión del art. 1996).
Con estas limitaciones se puede pactar la explotación de bienes o derechos comunes
de una manera muy elemental.
Se suma a lo indicado que el condominio se presenta como una forma de comunidad
de derechos, que se extiende no solamente a los derechos reales sobre una cosa, sino
también se aplica a la copropiedad de otros derechos sobre bienes que no son cosas,
como por ejemplo una marca o créditos (conf. CCC, art. 1984).
La figura del condominio determina que los derechos de los condóminos permanecen
indivisos. La participación de los condóminos se representa en cuotas partes, donde
cada uno tiene una porción ideal.
La ley prevé una Asamblea para tomar decisiones sobre la administración de los
bienes en condominio, pero las decisiones se pueden tomar solamente por mayoría
absoluta, según el valor de las partes (CCC, art. 1994), lo cual puede ocasionar
complicaciones.
Suele resultar conveniente la utilización de esta figura para organizar empresas
elementales que tiene por objeto principalmente la explotación de un bien determinado
de propiedad común.
3.4. La propiedad horizontal
La convivencia de múltiples copropietarios en un edificio, hizo necesario diseñar un
sistema especial para organizar dicha convivencia. El mismo se encuentra establecido
actualmente por los artículos 2037 y siguientes del Código, que determina la existencia
de partes privativas y partes comunes de un edificio y de un reglamento de propiedad
para organizar la convivencia y el destino de los espacios.
El conjunto de los propietarios de las unidades funcionales de un edificio, integran el
consorcio de propietarios que para la ley es una persona jurídica (CCC, art. 2044).
El consorcio de propietarios tiene su domicilio en el mismo inmueble, siendo sus
órganos la asamblea, el consejo de propietarios y el administrador (CCC, art. 2044,
última parte). Se pretende de esta manera organizar la convivencia y administrar los
espacios comunes, asignándole diferentes funciones a los órganos que integran el
consorcio de propietarios y enunciando los principales derechos y obligaciones de los
copropietarios (es más acertado llamarlos de este modo).
Al constituirse el consorcio se dicta un reglamento de copropiedad, enunciando
detalladamente el art. 2056 el contenido que debe tener el mismo. Allí se incluyen
cuestiones muy importantes como determinación de las unidades y partes comunes,
proporción que corresponde a cada uno en el pago de expensas, destino y uso de las
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No cumpliría con este principio de la especialidad una hipoteca que garantizara todas y
cada una de las deudas que actualmente tengan contraídas o contraigan en el futuro.
A las hipotecas que se han hecho en estas condiciones se las suele denominar
hipotecas “abiertas” en razón que permitirían que todas las obligaciones con un
acreedor quedaran comprendidas por el gravamen, inmovilizando la circulación
económica del bien.
La interpretación efectuada por la jurisprudencia referida exige especial precaución
al redactar hipotecas que garanticen créditos futuros o eventuales, para evitar la
nulidad del gravamen.
La especialidad en cuanto al crédito, es un recaudo que favorece al deudor (para no
perder la posibilidad de crédito a favor de un solo acreedor), pero beneficia
fundamentalmente al resto de los acreedores, que no deben soportar un crédito
prácticamente pre deducible (o que siempre cobraría primero a cualquier otro).
También tiene como característica la hipoteca el ser indivisible, lo que significa que
todos los inmuebles hipotecados y cada una de las partes de los mismos, se
encuentran afectados al cumplimiento de todas y cada una de las partes de las
obligaciones garantizadas (CCC, arts. 2191 y 2192). En síntesis, como principio
general, no se admite el fraccionamiento de los inmuebles hipotecados ni de las
obligaciones garantizadas.
Finalmente hacemos presente que la inscripción registral de una hipoteca caduca a los
20 años (CCC, art. 2210), y que dicho plazo de caducidad es independiente del plazo
de prescripción de la obligación principal garantizada.
3.6. La prenda
La prenda es un derecho real de garantía con algunos parecidos con la hipoteca, pero
recae sobre bienes muebles que deben ser entregados al acreedor. Se trata de la
prenda clásica que está regulada en el Código (CCC, arts. 2219 y sgtes.). Una cosa
mueble se afecta al cumplimiento de una obligación y puede ser liquidada en caso de
incumplimiento.
Presenta la particularidad que para constituir la prenda se exige la entrega de la cosa
prendada al acreedor, quien se encuentra obligado a custodiarla y a devolverla una vez
cancelada la obligación principal garantizada. La denominamos prenda clásica para
diferenciarla de la prenda con registro que no exige entrega de la cosa.
A las ventajas que tiene como garantía esta prenda clásica, se contraponen los
inconvenientes que genera para el acreedor que es responsable por la guarda de la
cosa prendada que queda en su poder, sumado a que el deudor prendario pierde la
posibilidad de utilizar la cosa entregada en prenda. Estos inconvenientes han restado
aplicación práctica a esta figura en favor de otras más utilizadas como la prenda con
registro y el leasing.
El Código también regula la prenda de créditos, la que tiene mayor utilización en la
práctica, especialmente para las empresas comerciales y bancarias. Se puede
constituir prenda sobre créditos que consten en un instrumento y que puedan ser
cedidos (se ceden en garantía y no en propiedad), comprendiéndose como objeto de
este contrato, no solamente a los créditos instrumentados en títulos valores, sino por
ejemplo uno que conste en una factura comercial o en un contrato instrumentado por
escrito (CCC, art. 2232). En este último caso, igual que en la cesión en propiedad, la
cesión en garantía o en prenda debe notificarse por escrito al deudor cedido (CCC, art.
2233). El cesionario se encargará de cobrar el crédito y conservarlo (CCC, art. 2234) y
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participantes en dicho acto (por ejemplo una escritura pública), con independencia de
esa inscripción. Que el acto sea registrado sirve para declararlo frente a terceros y
hacerlos oponibles a éstos. En caso de no inscribirse el derecho, los terceros pueden
actuar como si el acto no existiera para ellos.
El régimen jurídico de los automotores, también presenta una particularidad. Se trata
de bienes registrables, siendo el sistema, en este caso, de inscripción constitutiva (*),
al establecerse que la transmisión del dominio sólo producirá efectos entre partes y
con relación a terceros desde su inscripción (decreto ley 6582/58, ratificado por ley
14.467, art. 1). Con respecto a los automotores, la regla "posesión vale título" se
reemplaza por "inscripción registral vale título" (Rivera) (CCC, art. 2254).
5. Similitudes y diferencias de los derechos reales con otras figuras legales
A continuación, distinguimos los derechos reales de otras instituciones con las que
pueden presentarse confusiones.
5.1. Relaciones de poder (posesión y tenencia)
Cuando una persona se comporta como si fuera titular de un determinado derecho,
cuando lo ejerce efectivamente con exclusividad, puede decirse que es poseedora del
derecho, con independencia si es o no su titular.
Poseedor es el que se comporte como titular del derecho real (CCC, art. 1909). Si
efectivamente tiene derecho o no, no interesa para la posesión (*).
Lo opuesto es la tenencia, que existe cuando alguien tiene efectivamente una cosa,
pero reconociendo en otro la propiedad. En este supuesto es considerado simple
tenedor de la cosa (conf. CCC, art. 1910). Uno de los ejemplos más claros de tenedor
es el inquilino o locatario de un inmueble es el “tenedor” del mismo, reconociendo la
calidad de propietario y poseedor en el dueño o locador.
El Código denomina a la tenencia y a la posesión como “relaciones de poder” sobre
una cosa (CCC, art. 1908).
Dos son los elementos que exige la posesión: “corpus”, o sea el hecho de que una
persona tenga materialmente una cosa en su poder y “animus”, o sea la intención de
someterla al derecho de propiedad e integrarla a su patrimonio. En cambio, la tenencia
exige sólo “corpus”.
Quien tiene una cosa mueble bajo su poder es presumido por la ley poseedor de
buena fe, hasta tanto se demuestre lo contrario (CCC, art. 1919).
Por último, si bien la posesión es una situación de hecho, la misma está protegida
frente a los actos que intenten privar o perturbar esa posesión mediante una serie de
acciones legales, denominadas acciones posesorias (*).
5.2. Privilegios
Los privilegios (*) no son derechos reales ni personales, porque no constituyen
derechos subjetivos contra el deudor. Son simplemente calidades de ciertos créditos,
modos de ser de ellos, que les atribuyen determinada prelación de cobro sobre los
bienes del deudor, en general (o sobre todo el patrimonio), o sobre algún bien
particular (Alterini) (CCC, art. 2573).
El juego de los privilegios tiene lugar en caso de conflicto entre dos o más acreedores.
La ley soluciona el conflicto otorgando a uno el derecho de percibir su crédito antes
que el otro. Este último cobrará sólo sobre el remanente que quede después que cobre
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el acreedor privilegiado.
Se clasifican los privilegios en generales: que recaen sobre todo el patrimonio del
deudor y se encuentran regulados en la ley de concursos 24522 y que se aplican
solamente en estos casos (CCC, art. 2580); y especiales, que son los que recaen
sobre muebles e inmuebles determinados (CCC, art. 2582). Estos se aplican tanto en
caso de concurso como en juicios individuales. Los créditos que no tienen privilegio se
denominan comunes o quirografarios.
5.3. Derecho de retención
Es la facultad que corresponde al tenedor de una cosa ajena para conservar la
posesión de ella hasta el pago de lo que se le es debido por razón de esa misma cosa
(CCC, art. 2587).
La ley le reconoce la posibilidad de conservar indefinidamente la cosa hasta ser
pagado. No impide que otros acreedores embarguen y ejecuten la cosa pero el
derecho del retenedor de la cosa es oponible a éstos.
El ejemplo que solemos repetir de aplicación de esta figura, es el del tallerista que
arregla un automóvil. Esta persona tiene a su favor el derecho de retención de dicho
vehículo hasta tanto le abonen los trabajos que en el mismo ha realizado.
Remarcamos que se le concede el derecho a retener una cosa ajena. Vale señalar que
esta figura no debe confundirse con la suspensión de cumplimiento contractual prevista
por el art. 1031 del Código. La retención que hace -por ejemplo- el vendedor de una
cosa si el comprador no le paga, tiene por objeto una cosa propia del vendedor. La
cosa le pertenece hasta el momento que la entregue, instante en que sale de su
patrimonio para ingresar al patrimonio del comprador. El derecho de retención del art.
2587 se hace, en cambio, sobre cosa ajena.
5.4. Medidas cautelares
Como los procesos judiciales tienen una duración que se prolonga en el tiempo, se han
creado medidas de precaución o cautelares, que tienden a asegurar los resultados de
ese proceso, conservar el estado actual de las cosas o asegurar la ejecución forzada
de un crédito.
Estas medidas sólo pueden ser ordenadas por un juez en un proceso judicial, del cual
son accesorias. Algunas de ellas, como el embargo, afectan un bien del deudor al pago
del crédito ejecutado en un proceso judicial.
Las medidas cautelares, por su naturaleza procesal son competencia de la legislación
provincial. Sin embargo, el Código regula la prioridad del primer embargante (CCC, art.
745). El acreedor que obtuvo el embargo de bienes de su deudor tiene derecho a
cobrar su crédito, intereses y costas, con preferencia a otros acreedores.
5.5. Derechos intelectuales
Se encuentran protegidos en forma genérica por el art. 17 de la Constitución Nacional.
No son derechos sobre cosas sino monopolios de derecho privado.
El que sean denominados como “propiedad” intelectual no implica que estemos
frente a un derecho real puestos que éstos tienen por objeto una cosa. Estamos
frente a una clase diferente de derechos, conferidos por la creación y paternidad de
una obra, para protegerla contra el plagio, mutilaciones, etc. y a explotarla
económicamente. Por lo tanto, la palabra propiedad es utilizada aquí en un sentido
general, equivalente a derecho patrimonial.
Derecho Privado - Capítulo 8 - Derechos Reales 11
Bibliografía:
LLAMBÍAS Jorge J. y ALTERINI, Jorge H.: Código Civil Anotado. Tomo IV. Bs. As.,
Abeledo Perrot, 1978.
RIVERA, Julio C., MEDINA, Graciela (directores) y otros: Código Civil y Comercial de
la Nación comentado, La Ley, Bs.As. 2014.
Glosario
Acción de reivindicación: Acción que tiene el propietario de una cosa que ha
perdido su posesión, en contra de quien se encuentre en posesión de dicha cosa
(conf. CCC, art. 2578).
Acciones posesorias: Vía legal que tiene por finalidad mantener el estado de cosas
existente antes de actos que han privado o perturbado a una persona en el ejercicio
de la posesión (ver).
Anticresis: Derecho real de garantía sobre un inmueble, el cual es entregado al
acreedor, con la autorización de percibir sus frutos para que con ello cancele los
intereses y el capital que adeude (conf. CCC, art. 2212). Tradicionalmente el objeto
de este derecho real era solamente inmuebles; pero a partir de la vigencia del CCC,
se pueden gravar con este derecho todo tipo de cosas registrables determinadas,
entregando la posesión de ellas al acreedor o a un tercero designado por ambas
partes, quien podrá percibir los frutos e imputarlos a una deuda. No nos referimos
más a la anticresis en esta sintética exposición de los derechos reales, dado que
prácticamente no se utiliza en la actualidad.
Condominio: Dominio indiviso perteneciente a varias personas sobre la misma cosa
y que corresponde a cada una por una parte indivisa (conf. CCC, art. 1983).
Derecho de retención: Facultad que corresponde al tenedor de una cosa ajena
para conservar la posesión de ella hasta el pago de lo que se le es debido por razón
de esa misma cosa (CCC, artículo 2587). Actúa como un medio para forzar o
asegurar el cumplimiento, pero no con el fin de hacerlo efectivo sobre el bien
retenido.
Derecho real: Es el que crea entre las personas y las cosas una relación directa e
inmediata, de tal manera que no se encuentran en ella sino dos elementos, la persona,
que es el sujeto activo del derecho, y la cosa, que es el objeto (Demolombe).
Dominio: Derecho a gozar y disponer de las cosas de la manera más absoluta.
(conf. CCC, art. 1941). Se lo suele denominar también propiedad, aunque este
término sería más amplio, comprendiendo otros derechos como los intelectuales,
que no encuadran en lo que se considera estrictamente como dominio. El dominio es
pleno o perfecto cuando la cosa no está gravada con ningún derecho real a favor de
otra persona (CCC, art. 1941).
Fideicomiso: Habrá fideicomiso cuando una persona (fiduciante) transmita la
propiedad fiduciaria de bienes determinados a otra (fiduciario), quien se obliga a
ejercerla en beneficio de quien se designe en el contrato (beneficiario), y a transmitirlo
al cumplimiento de un plazo o condición al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario
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