Derecho Privado
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DERECHO PRIVADO I
UNIDAD 7
PATRIMONIO – BIENES Y COSAS
Notas de Cátedra de acuerdo con el programa vigente
Ab. Alejandro D. Fraschetti
Introducción
EL PATRIMONIO. CONCEPTO
Naturaleza jurídica
personas crean una sociedad, y realizan a ella aportes de capital, dan origen a una
nueva persona (jurídica en este caso), la que tendrá su propio patrimonio, diferente al
patrimonio de sus miembros o socios. El individuo que originó ese ente, no tiene dos
patrimonios, sino uno sólo, integrado por todos sus bienes, incluidas las cuotas y
acciones que él tenga de la sociedad. Y los bienes aportados o adquiridos dentro de la
sociedad, pertenecen a ésta, y no a cada uno de sus socios.
En segundo término, existían en nuestro derecho (y aún lo hacen) conjuntos de
bienes que, por expresa disposición legal, recibían un tratamiento particular,
diferenciado del resto de los bienes que integran el patrimonio “general”. Llambías
señalaba los siguientes ejemplos:
1) La herencia aceptada con beneficio de inventario;
2) El patrimonio del ausente con presunción de fallecimiento mientras dure la
prenotación;
3) La masa de bienes de la que ha sido desapoderado su propietario por
quiebra;
4) La masa o conjunto de bienes integrante de un fondo de comercio.
En todos estos casos, como veremos a lo largo del estudio de nuestra materia,
existe un conjunto de bienes que reciben un tratamiento particular, de suerte que, a
los fines expresamente previstos por la ley, son considerados en forma independiente
al resto de los bienes que integran el patrimonio de un individuo. Por poner un
ejemplo, los bienes del presunto muerto pasan al patrimonio de sus sucesores, pero
mientras dura el período de prenotación estos no pueden disponer de ellos, sino tan
solo administrarlos3. De allí que tienen un régimen distinto al resto de los bienes de
cada uno de los sucesores.
Para algunos autores, la teoría clásica es la que mejor explicaba el
funcionamiento del sistema, y consideraban que el patrimonio era único, admitiéndose
como excepciones por imperio de la ley los tratamientos especiales ya mencionados.
Otros, sostenían la tesis moderna adaptada a nuestro sistema (Llambías),
admitiendo la coexistencia de un patrimonio general que engloba a todos los bienes
que quedan a disposición del titular; junto con varios patrimonios especiales (conjunto
de bienes afectados a un fin determinado y sometidos a un régimen legal especial,
como los ya mencionados).
Lo cierto es que, adoptando tanto la tesis de Llambías, como la tesis clásica, se
llegaba a la misma conclusión. Sea que consideremos a los casos mencionados en el
párrafo anterior excepciones al principio de unidad, sea que los consideremos
patrimonios especiales4, se trataba de conjuntos de bienes que reciben un tratamiento
diferenciado por expresa disposición de la ley.
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El tratamiento diferencial no se agota allí. También existen normas especiales sobre el destino de esos
bienes frente a la reaparición del ausente, etc.
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Lambías aceptaba incluso que ambos patrimonios (el general y los especiales) se vinculan, porque los
patrimonios especiales tienen generalmente una existencia transitoria, y el saldo de su extinción
engrosa el patrimonio general.
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satisfechas con los bienes fideicomitidos. Tampoco responden por esas obligaciones el
fiduciante, el beneficiario ni el fideicomisario, excepto compromiso expreso de éstos.
Lo dispuesto en este artículo no impide la responsabilidad del fiduciario por
aplicación de los principios generales, si así corresponde.
Como vemos, el bien afectado a un fideicomiso tiene un régimen de
responsabilidad especial, distinto el resto de los bienes que integran un patrimonio
general, y que está limitado al valor de la cosa siempre que se den las condiciones
previstas.
La insuficiencia de los bienes fideicomitidos para atender a esas obligaciones, no
da lugar a la declaración de su quiebra. En tal supuesto y a falta de otros recursos
provistos por el fiduciante o el beneficiario según previsiones contractuales, procede
su liquidación, la que está a cargo del juez competente, quien debe fijar el
procedimiento sobre la base de las normas previstas para concursos y quiebras, en lo
que sea pertinente.”
En definitiva, en el fideicomiso el fiduciario tiene al menos dos patrimonios. Uno
propio, que podríamos llamar general, con el nace y se desenvuelve hasta su muerte
cuando pasa a sus sucesores; y otro de afectación, que no se mezcla con el primero,
pero que está sujeto a una condición o plazo resolutorio. Cuando este patrimonio
fiduciario se extinga, sus bienes se incorporarán al patrimonio general del
fideicomisario.
En conclusión, nuestro derecho vigente, incluso el Código Civil y Comercial,
recepta una noción de patrimonio general que contiene todos los elementos de la
teoría clásica, siendo el fideicomiso (y la propiedad fiduciaria que en consecuencia se
conforma) una excepción: el fiduciario tiene dos patrimonios.
Caracteres
Derechos extrapatrimoniales
Concepto
Derechos Patrimoniales
Concepto
Clasificación
Es clásico entre los juristas el estudio de las diferencias entre los derechos
personales y reales, habiéndose motivado respecto de ellos varias discusiones que
exceden el objeto de este trabajo. A continuación colocamos un cuadro comparativo
de ambas clases de derechos.
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causante, concluiremos que él será titular de todos los derechos y obligaciones que su
antecesor, y que deberá responder por sus obligaciones incluso con sus bienes
propios.
Ahora bien, el sistema legal podía traer aparejado verdaderas injusticias, ya que
de pronto un heredero podía verse obligado a saldar deudas que él no había contraído
al aceptar una herencia de la que desconocía su pasivo. El remedio introducido por la
ley para evitar que el heredero deba hacer frente a deudas contraídas por el causante,
cuando sus bienes no alcancen a cubrirlas, se denominaba aceptación de la herencia
con beneficio de inventario, lo que actuaba como una suerte de limitación a los bienes
del acervo hereditario. La aceptación con este beneficio se presumía.
El nuevo CCyC mantiene algunos de estos principios tradicionales, aunque
modifica otros:
1º) Desde la muerte del causante, los herederos tienen todos los derechos y
acciones de aquél de manera indivisa, con excepción de los que no son transmisibles
por sucesión (Ej. Los derechos personalísimos) y continúan en la posesión de lo que el
causante era poseedor. En este sentido, es igual al sistema anterior.
2º) La herencia comprende todos los derechos y obligaciones del causante que
no se extinguen por su fallecimiento (art. 2277 CCyC).
3º) Las deudas del causante se cubren en principio sólo con los bienes recibidos
por los herederos (art. 2280 in fine CCyC), eliminándose la distinción entre aceptación
lisa y llana y la aceptación con beneficio de inventario. La aceptación de la herencia
siempre es con beneficio de inventario.
4º) El heredero queda obligado por las deudas de la sucesión sólo hasta la
concurrencia del valor de los bienes hereditarios recibidos (art. 2317 CCyC), pero
responderá con sus propios bienes si: a). No hace el inventario en el plazo de tres
meses desde que los acreedores o legatarios lo intiman judicialmente a su realización;
b). Si oculta fraudulentamente los bienes de la sucesión omitiendo su inclusión en el
inventario; c). Si exagera dolosamente el pasivo sucesorio; d). Si enajena bienes de la
sucesión, excepto que el acto sea conveniente y el precio obtenido ingrese a la masa
(2321 CCyC).
Bienes inembargables
Como excepción al principio del patrimonio en su función de garantía, el
ordenamiento jurídico ha excluido por razones de interés social algunos bienes que,
como tales, son inembargables.
La determinación de la inembargabilidad de un bien siempre debe realizarla la
ley. Las partes no pueden voluntariamente excluir un bien de su garantía. En general,
este tema ha sido materia no sólo de leyes nacionales, sino de los ordenamientos
procesales provinciales. Un estudio más en detalle será realizado en la asignatura
Derecho Privado II.
Adelantamos aquí algunos supuestos. El nuevo CCyC sistematiza este tema en el
Lib. III, Tít. I, Cap. 2, Sección 3ª, cuando regula la garantía común de los acreedores en
el régimen de las obligaciones.
“ARTÍCULO 743.- Bienes que constituyen la garantía. Los bienes presentes y
futuros del deudor constituyen la garantía común de sus acreedores. El acreedor
puede exigir la venta judicial de los bienes del deudor, pero sólo en la medida
necesaria para satisfacer su crédito. Todos los acreedores pueden ejecutar estos
bienes en posición igualitaria, excepto que exista una causa legal de preferencia.”
Y el Art. 744: “Bienes excluidos de la garantía común. Quedan excluidos de la
garantía prevista en el artículo 743:
a. las ropas y muebles de uso indispensable del deudor, de su cónyuge o
conviviente, y de sus hijos;
b. los instrumentos necesarios para el ejercicio personal de la profesión, arte u
oficio del deudor;
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BIENES Y COSAS
Para nuestro derecho entonces los bienes son el género, compuesto por objetos
inmateriales (por ejemplo un derecho creditorio), y objetos materiales (cosas),
susceptibles de apreciación pecuniaria. Las cosas son la especie.8
Con relación a las cosas en sí mismas, el CCyC trae una serie de clasificaciones
cuya importancia radica en los distintos regímenes jurídicos aplicables. A continuación
analizaremos esos artículos.9 Se encuentran en la parte general (Libro I, Título III:
Bienes, Capítulo 1: Bienes con relación a las personas y los derechos de incidencia
colectiva). Trata en esta Sección 1°: Conceptos. Incluyendo la clasificación de las cosas
consideradas en sí mismas, que enumeramos a continuación.
b) Muebles
Importancia de su distinción
Varias son las diferencias que existen en los regímenes jurídicos aplicables a cada
clase de cosas, las que iremos estudiando a lo largo del curso. Entre ellas podemos
mencionar:
a) Los plazos de prescripción adquisitiva son diferentes. La prescripción
adquisitiva breve, que requiere justo título y buena fe, es de 10 años en
los inmuebles y de 2 años para las cosas muebles hurtadas o perdidas
(art. 1898) (si la cosa mueble no es ni hurtada ni perdida, su posesión
sirve para adquirir el derecho real (art. 1895). La prescripción adquisitiva
larga es de 20 años para los inmuebles y de 10 años para la cosa mueble
registrable no hurtada ni perdida (art. 1899);
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También se eliminó la clasificación de inmueble por su carácter representativo. Prescribía el art. 2317
Cód. Civ.: “Son inmuebles por su carácter representativo los instrumentos públicos de donde constare la
adquisición de derechos reales sobre bienes inmuebles, con exclusión de los derechos reales de
hipoteca y anticresis.” Esta categoría había sido criticada por innecesaria y contradictoria. Los
instrumentos públicos son papeles que carecen de todo valor económico en sí mismos
(independientemente del derecho que representan), y son perfectamente transportables (Salvat). De allí
su eliminación.
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“ARTÍCULO 232.- Cosas fungibles. Son cosas fungibles aquellas en que todo
individuo de la especie equivale a otro individuo de la misma especie, y pueden
sustituirse por otras de la misma calidad y en igual cantidad.”
La característica principal de las cosas fungibles es que pueden ser sustituidas o
reemplazadas por otras cosas de igual calidad y cantidad. El dinero es una cosa
típicamente fungible, los granos, el combustible, etc.
El régimen aplicable a cada clase de cosa difiere en varios aspectos. Entre ellos:
a) En materia de obligaciones, las que recaen sobre cosas
fungibles, hasta que no se realice la elección (concentración)
tienen un régimen diferente: el principio general es que el
género nunca perece. De allí se derivan varias consecuencias
frente a la pérdida o deterioro de la cosa, etc. Efectuada la
elección, se les aplican las reglas de las obligaciones de dar
cosas ciertas (que, en el caso, son no fungibles).
b) Los contratos de locación y comodato sólo pueden recaer
sobre cosas no fungibles, mientras que el mutuo sólo tiene
como objeto cosas fungibles.
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Cuando entrego un billete de $ 10 deja de existir de mi patrimonio, además de perderse en su
individualidad, al ingresar a la circulación.
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Prescribe el CCyC: “ARTÍCULO 229.- Cosas principales. Son cosas principales las
que pueden existir por sí mismas.” Y el art. siguiente: “ARTÍCULO 230.- Cosas
accesorias. Son cosas accesorias aquellas cuya existencia y naturaleza son
determinadas por otra cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas. Su
régimen jurídico es el de la cosa principal, excepto disposición legal en contrario.”
“Si las cosas muebles se adhieren entre sí para formar un todo sin que sea
posible distinguir la accesoria de la principal, es principal la de mayor valor. Si son del
mismo valor no hay cosa principal ni accesoria.”
La finalidad principal de esta clasificación es la aplicación de la regla que dice que
las cosas accesorias siempre corren la suerte de la principal. El ejemplo clásico es el de
una pintura famosa, donde la cosa principal es la obra de arte, mientras que lo
accesorio es el marco. También puede citarse el caso de los frutos civiles, el contrato
de fianza, etc.
Frutos y productos
Las cosas pueden ser utilizadas para producir nuevas cosas, sea de manera
natural, sea con la intervención del hombre. De allí que en el CCyC se distingan los
conceptos de frutos y productos:
“ARTÍCULO 233.- Frutos y productos. Frutos son los objetos que un bien
produce, de modo renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia.
Frutos naturales son las producciones espontáneas de la naturaleza.
Frutos industriales son los que se producen por la industria del hombre o la
cultura de la tierra.
Frutos civiles son las rentas que la cosa produce.
Las remuneraciones del trabajo se asimilan a los frutos civiles.
Productos son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa
alteran o disminuyen su sustancia.
Los frutos naturales e industriales y los productos forman un todo con la cosa, si
no son separados.
El régimen legal se diferencia según quién puede aprovecharlos, retirarlos, o
tiene obligación de restituirlos.
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El CCyC finaliza su clasificación a través del “ARTÍCULO 234.- Bienes fuera del
comercio. Están fuera del comercio los bienes cuya transmisión está expresamente
prohibida: a. Por la ley; b. Por actos jurídicos, en cuanto este Código permite tales
prohibiciones.”
La finalidad de la distinción radica en la posibilidad que tienen estas cosas de ser
objeto de las relaciones jurídicas patrimoniales de los particulares. Así por ej.: un
contrato que tuviese como objeto una cosa fuera del comercio (una plaza pública)
sería nulo por carecer de objeto.
Los bienes del dominio público del Estado, sea nacional, provincial o municipal
pueden ser cosas muebles o inmuebles que tienen una finalidad de utilidad pública,
por lo que los particulares tienen el uso general y gratuito de estos bienes. Se trata de
bienes que carecen de un valor patrimonial.
Asimismo, el Estado no puede ejercer atribuciones propias de un dueño sobre
estos bienes. Es por ello que no puede venderlos, hi hipotecarlos, ni gravarlos de
ningún modo, mientras no sean desafectados del dominio público. En consecuencia,
son bienes inenajenables, inembargables e imprescriptibles.
Por ello se sostiene12 que el Estado tiene sobre estos bienes una facultad
reglamentaria, una “propiedad” en sentido Constitucional, no un “dominio” en el
sentido del derecho real de dominio del CCyC. Rigen, en consecuencia, en las
relaciones con estos bienes del dominio público del Estado las normas de Derecho
Constitucional y del Derecho Administrativo.
El art. 235 del CCyC enumera dentro de estos bienes:
El mar territorial;
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RIVERA, Julio César y CROVI, Luis Daniel. Derecho Civil. Parte General, Abeledo Perrot, Buenos Aires,
2016.
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Las aguas interiores, bahías, golfos, ensenadas, puertos, ancladeros y las playas
marítimas;
Los ríos, estuarios, arroyos y demás aguas que corren por cauces naturales, los
lagos y lagunas navegables, los glaciares, el ambiente periglacial y toda otra
agua que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de interés general;
Las islas formadas o que se formen en mar territorial;
El espacio aéreo suprayacente al territorio y aguas jurisdiccionales de la Nación
Argentina;
Las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra pública
construida para utilidad o comodidad común;
Los documentos oficiales del Estado;
Las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos.
Los bienes de los particulares son aquellos que pertenecen a los individuos -
personas humanas- o a las personas jurídicas y, en consecuencia, no pertenecen ni al
dominio público ni al dominio privado del Estado. Sobre ellos rigen las disposiciones -
en lo que respecta al derecho real de dominio- contenidas en el Código Civil y
Comercial y en las leyes especiales y reglamentaciones, tanto nacionales como
provinciales y municipales, en lo que fuere pertinente.-
Bibliografía
Borda, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil Argentino. Parte General – Tomo II.
3ª edición ampliada y actualizada. Ed. Perrot. Buenos Aires, 1959.
Llambías, Jorge J. Tratado de Derecho Civil. Parte General - Tomo II. 4ª edición
actualizada. Ed. Perrot. Buenos Aires, 1970.
Molina Quiroga, Eduardo. Principales reformas en materia de derechos reales en
el Código Civil y Comercial de la Nación. La Ley. Suplemento Especial Nuevo Código
Civil y Comercial 2014 (noviembre), 165.
Rivera, Julio César y Crovi, Luis Daniel. Derecho Civil. Parte General, Abeledo
Perrot, Buenos Aires, 2016.
Zannoni, Eduardo A. Manual de derecho de las sucesiones. 2ª edición actualizada.
Ed. Astrea. Buenos Aires, 1992.-