Evaluacion Narradores 7°
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1. Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua
les subía por las piernas y el vientre y la cintura. Se detenían, mirándose, y las
risas les crecían y se les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se salpicaron
y se agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo mojadas,
jadeantes de risa.
Sánchez Ferlosio, El Jarama
a) 3era persona, narrador omnisciente.
b) 1era persona, narrador testigo.
c) 1era persona, narrador protagonista.
d) 3era persona, narrador conocimiento relativo.
2. La mañana del 4 de octubre, Gregorio Olías se levantó más temprano de lo
habitual. Había pasado una noche confusa, y hacia el amanecer creyó soñar que
un mensajero con antorcha se asomaba a la puerta para anunciarle que el día de
la desgracia había llegado al fin.
3. A los seis años ya había captado por completo su entorno mediante el olfato. No
había ningún objeto en casa de madame Gaillard, ningún lugar en el extremo
norte de la rue Charonne, ninguna persona, ninguna piedra, ningún árbol, arbusto
o empalizada, ningún rincón, por pequeño que fuese, que no conociera,
reconociera y retuviera en su memoria olfativamente, con su identidad respectiva.
Había reunido y tenía a su disposición diez mil, cien mil aromas específicos, todos
con tanta claridad, que no sólo se acordaba de ellos cuando volvía a olerlos, sino
que los olía realmente cuando los recordaba; y aún más, con su sola fantasía era
capaz de combinarlos entre sí, creando nuevos olores que no existían en el
mundo real.
Süskind, P. El perfume
a) 3era persona, narrador omnisciente.
b) 1era persona, narrador testigo.
c) 1era persona, narrador protagonista.
d) 3era persona, narrador objetivo o de conocimiento relativo.
4. Hace muchos años tuve un amigo que se llamaba Jim, y desde entonces nunca
he vuelto a ver a un norteamericano más triste. Desesperados he visto muchos.
Tristes como Jim, ninguno. Una vez se marchó a Perú, en un viaje que debía
durar más de seis meses, pero al cabo de poco tiempo volví a verlo.
6. "El patio, de noche, estaba oscuro y únicamente lo alumbraban de modo ambiguo los
resplandores que salían por las puertas del salón de baile; al fondo estaba el depósito
de los licores, dos o tres cuartuchos destinados a usos menores y una pared de escasa
altura, límite último de la casa de canto y baile de doña María de los Santos." ("Canto y
baile", Manuel Rojas)
9. “La lluvia fría caía sobre mi cabello, me molestó en un principio, luego me sentí
regocijada”.