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DISCAPACIDAD INTELECTUAL: ENTRE SALUD MENTAL Y EDUCACIÓN.

APORTES DESDE EL CAMPO DEL PSICOANÁLISIS


Por Emilse Pérez Arias

Discapacidad intelectual: entre salud mental y educación.


Aportes desde el campo del psicoanálisis
Intellectual disability: between mental health and education.
Contributions from the psychoanalysis
Por Emilse Pérez Arias1

RESUMEN ABSTRACT

El presente trabajo se propone realizar un pasaje por los The present article proposes to do a journey by the
modelos de atención en discapacidad, sus clasificacio- disability care models, their classifications and assistance
nes y modalidades de abordaje, los entrecruzamientos models, the crossovers and tensions between the educa-
y tensiones entre los abordajes educativos, sanitarios y tive, sanitary and rehabilitation treatments, doing and
rehabilitatorios, haciendo hincapié en los aportes clínicos emphasis in the clinical and ethical contributions from de
y éticos del campo del psicoanálisis para el abordaje clíni- psychoanalysis to the clinical and institutional treatment
co e institucional de sujetos con discapacidad. Las distin- for the people with disability. The different nominations
tas nominaciones que han nombrado a la discapacidad a that have named the disability through history are not
lo largo de la historia no están exentas de los efectos de exempt for being named by a significant, will be treated
ser nombrado por un significante, se tratará de cernir las to find the ones who play in favor of the subject.
que pueden jugar a favor del sujeto.
Keywords: Disability, Intellectual disability, Diversity,
Palabras clave: Discapacidad, Discapacidad intelectual, Care models, Psychoanalysis, Mental health, Education
Diversidad, Modelos de atención, Psicoanálisis, Salud
mental, Educación

1
Universidad de Buenos Aires (UBA). Licenciada en Psicología. UBA.
Colonia Nacional Dr. M. Montes de Oca (CMO). Residencia Interdisciplinaria en Salud Mental (RISaM) CMO. Psicóloga CMO. Docencia e
Investigación e Instructora de psicología de la RISaM en CMO.
Psicoanalista. Buenos Aires, Argentina.
E-mail eperezarias@gmail.com

Fecha de presentación: 14/04/2021 Fecha de aceptación: 26/05/2021

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APORTES DESDE EL CAMPO DEL PSICOANÁLISIS
Por Emilse Pérez Arias

Aportes desde el campo del psicoanálisis1 rios sociales y abordajes en discapacidad.


En primer lugar, ubica al modelo de prescindencia, a
“Nuestra vida es, desde el comienzo, partir de las edades antigua y media, en el que la disca-
vida social, comunitaria.” pacidad es de origen religioso, considerada un pecado,
Diego Singer, 20192 un castigo divino, por lo cual debía ser excluida y hasta
aniquilada. Este modelo tiene como actor protagónico a
la Iglesia o al sacerdote y considera que “la persona con
El presente trabajo es una invitación a reflexionar discapacidad no tiene nada que aportar a la comunidad,
respecto de cuál es el lugar de las intervenciones en es un ser improductivo” (Palacios, 2008, 37), por ende,
discapacidad intelectual. Si pensamos a la discapacidad puede prescindirse de ellas. Se los considera peligrosos e
intelectual como un problema de salud su abordaje se innecesarios, ¡hasta subhumanos! Por lo que la respuesta
realizará desde dispositivos sanitarios. Si la pensamos, social oscila entre la compasión, el temor, la segregación,
en cambio, como una limitación para transitar los trayec- el hoy llamado bullying y la eugenesia o asesinato. “Ya sea
tos educativos comunes (ya estoy diciendo mucho en por menosprecio, ya sea por miedo—, la exclusión parece
poco tiempo…) su abordaje tendrá que ver con disposi- ser la mejor solución y la respuesta social que genera
tivos educativo/pedagógicos que intervengan con miras mayor tranquilidad” (54). Discapacidad y pobreza se
a un proceso de aprendizaje integrado. La discapacidad aglutinan en este modelo, ya que la exclusión y margina-
en sí misma no es considerada, hoy, una enfermedad ción social de las personas con discapacidad las condena
del individuo. Pero no lo fue así siempre. Hay muchas a la mendicidad o a ser meros receptores de prácticas
definiciones de discapacidad, pero hay una que a mí me caritativas. Ya sea por miedo o por rechazo, el destino de
ha servido como brújula para orientarme: “discapacita- la discapacidad para este modelo es la exclusión de los
do es aquel individuo que no puede insertarse plena y espacios comunes de circulación social.
fácilmente dentro del sistema de producción de bienes y En segundo lugar, asistimos al modelo rehabilitador,
servicios de una comunidad determinada” (Silberkasten, con la figura del médicx como actor principal. La discapa-
2006, 31). La discapacidad es, ante todo, una limitación cidad ya no es considerada de origen religioso, pretende
para producir y circular en la comunidad. Esta limitación encontrar sus causas en la evidencia científica, por lo
tendrá sus grados, sus representaciones epocales sociales, tanto, es una enfermedad o déficit de la persona que
estará más o menos estigmatizada, su comunidad podrá puede ser tratada y debe ser normalizada. Las causas que
oficiar más o menos como facilitador o barrera, pero es originan la discapacidad y la limitación de la integración
ante todo una limitación para la participación, producción se ubican en un déficit funcional de la persona respecto
y circulación por los espacios comunes. de un funcionamiento considerado normal, excluyendo
Dentro del extenso y complejo campo de la discapa- así factores sociales o culturales. La respuesta o actitud
cidad, el especialísimo caso de la discapacidad intelec- social frente a la persona con discapacidad es paternalista
tual por sus presentaciones, comorbilidades y síntomas o sobreprotectora, el sujeto con discapacidad queda en
asociados, más que otro tipo de discapacidades, nos un lugar de inferioridad, pasivo, receptivo de las clasifi-
coloca en la tensión entre los campos de abordaje de salud caciones y prácticas. La norma o la media es el modelo al
mental y educación. Me propongo hacer un tránsito por que se apunta, y al que el discapacitade debe acercarse lo
esa conjunción de campos. más posible para poder tener una circulación por espacios
comunes, para poder integrarse. El campo de producción
de conocimiento científico en torno a la discapacidad
Un pasaje por los modelos de atención en comienza a gestarse. Es la era de la psicometría, saber
discapacidad y sus clasificaciones que le otorga un manto de cientificidad a los parámetros
que marcan una línea demarcatoria entre lo normal y lo
“Aquí no se trata solamente de comprender cómo el desviado. En el caso de la discapacidad intelectual, el
discurso agravia a los cuerpos, sino de cómo ciertos test de coeficiente intelectual (CI), elaborado por Binet y
agravios colocan a ciertos cuerpos en los límites de Simon en 1905, se configura como medida del funciona-
las ontologías accesibles, de los esquemas de inteli- miento intelectual, otorga la puntuación media respecto
gibilidad disponibles”. Judith Butler, 2002. de la cual se es normal, se está en déficit o se es superdota-
do. No en vano, luego de la aparición de esta medición de
La historización es un primer ejercicio necesario de la inteligencia, en 1909 se acuña por primera vez la defini-
reflexión para entender que lo que consideramos hoy ción de “debilidad mental”, expresión acuñada por Dupré
como realidad dada o “natural” no lo fue así siempre, “que extiende a lo mental una calificación hasta entonces
permite poner de relieve el carácter construido y por lo reservada a lo físico (inicialmente el término de `debili-
tanto contingente de nuestras conceptualizaciones; lo que dad` proviene del latín habilis)” (Bruno,1996,41). De
nos otorga un margen de acción para revisar, desde una hecho, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastor-
mirada crítica, nuestros modos de pensar e intervenir. La nos mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría
conceptualización y tratamiento de la discapacidad no (APA) en su cuarta edición (1994) utiliza puntos de corte
es una excepción, tiene su historia. Agustina Palacios ha de puntuaciones del CI para determinar los distintos
hecho una imprescindible historización de los imagina- niveles de retraso mental (APA,1994,41-2). Hay que decir

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que los devastadores efectos en la población de la primera facilitador o barrera de las características del mundo físico
y segunda guerra mundial generaron un cambio en los (y) social (...) Los factores ambientales actuarán de forma
modos de pensar y abordar la discapacidad, “el nacimien- positiva si su presencia supone un facilitador para superar
to del movimiento médico y de la psicología de la rehabi- la deficiencia, las limitaciones en la actividad o las restric-
litación y su expansión a otros campos” (Palacios, 2008, ciones en la participación y será negativo en tanto que
69). Es en este contexto en el que puedo ubicar la gesta- suponga una barrera u obstáculo que entorpezca o agrave
ción de los abordajes “especiales”, prácticas dirigidas cualquiera de los componentes anteriores. (Egea-Sarabia,
específicamente a personas con discapacidad intelectual 2001, 21-3).
-no en vano denominadas, aún actualmente, de “capaci-
dades especiales”. La institucionalización en dispositivos Este cambio en la conceptualización de la discapaci-
especiales, la asistencia estatal por medio de la seguridad dad cambia a su vez el eje de las políticas e intervenciones
social y el empleo protegido son las intervenciones que en torno al tema, poniendo el foco en los contextos socio-
se enmarcan en este modelo. La práctica de la institu- comunitarios de las personas con discapacidad y las barre-
cionalización de la discapacidad intelectual consagra su ras de accesibilidad. Este modelo se sitúa resaltando las
vecindad con las enfermedades mentales y conlleva el capacidades por sobre el déficit, sosteniendo un enfoque
riesgo de (re)producir segregación y marginación, efectos de derechos bajo el supuesto de igualdad de oportunida-
aún hoy presentes del modelo (no del todo perimido) de des de acceso. Si se parte del supuesto de capacidad (por
prescindencia. Los problemas, reduccionismos y riesgos más diversa que esta sea) de funcionamiento e integra-
de este modelo cimientan la necesidad de otra modalidad ción en los espacios comunes, la introducción de apoyos
de conceptualización y abordaje. o dispositivos “especiales” no se realizará a priori sino
Por último, ubicamos al modelo social, se gesta en los sólo cuando sea necesario y cuando favorezca fehacien-
Estados Unidos e Inglaterra en los años setenta, a partir temente la integración en la comunidad. “La educación
de organizaciones de personas con discapacidad que debe tender a ser inclusiva —adaptada a las necesidades
reclamaban ser parte actora en la definición de políticas, de todos y todas— como regla, reservándose la educación
igualdad de derechos y la visibilización de los efectos especial como última medida” (Palacios, 2008, 105).
que las barreras socio-ambientales tienen en su disca- Es ineludible mencionar que en el marco de este
pacidad. Este modelo aporta una mirada más integral modelo se gestó la Convención de los Derechos de las
y compleja del fenómeno de la discapacidad, incorpo- Personas con Discapacidad (ONU, 2006), que se consti-
rando la perspectiva de derechos. Aquella empieza a ser tuyó como marco normativo necesario para promover la
considerada como un fenómeno complejo y por ende igualdad de derechos y de acceso a la participación social.
multicausal, si bien las causas biológicas no se niegan, Resumiendo, podemos decir que las conceptualizacio-
toman preponderancia los factores sociales y cultura- nes y abordajes sobre discapacidad a lo largo de la historia
les. Según este modelo, las causas de la discapacidad han puesto el eje ya sea en el individuo (en los modelos
son preponderantemente sociales y tienen que ver con de prescindencia y rehabilitador, por motivos religiosos
las limitaciones del contexto comunitario y social para o psico-biológicos) y/o en su contexto socio comunitario
incluir a las personas con discapacidad. En este senti- (modelo social).
do, el alcance de una discapacidad tendrá que ver con Llegados a este punto les propongo un ejercicio reflexi-
las posibilidades de acceso de la persona a los espacios vo: ¿en qué modelo/s situamos nuestras intervenciones
comunes de circulación como condición para la igualdad o los contextos institucionales de ellas? ¿El modelo de
de derechos y oportunidades. La persona con discapa- prescindencia y exclusión se encuentra todo lo perimido
cidad o diversidad funcional empieza a emerger como que debería estar? ¿Qué camino nos falta por recorrer para
sujeto digno de derechos, se presupone su capacidad y lograr una plena implementación del modelo social? Nos
derecho a tomar decisiones, por ende, las intervenciones reencontraremos luego con estos interrogantes.
en este modelo tienden a la recuperación o sostenimiento
de su autonomía. Esto se ve reflejado en los modos de
clasificar, conceptualizar y abordar la discapacidad. La Maud Mannoni y la visibilización del riesgo de
mayoría de las clasificaciones comienza a hablar de dos los abordajes psicoeducativos que descuidan la
grandes campos de factores: el funcionamiento de la subjetividad
persona y su contexto3. La Organización mundial de la
salud (OMS) en el 2001 publica su “Clasificación Inter- “La inteligencia no es un valor meramente cualitativo
nacional sobre Funcionamiento, Discapacidad y Salud” (...) está ahí para servir a fines que corremos el peligro
(CIF, 2001). Resulta muy interesante introducir aquí las de no captar”. Maud Mannoni, 1964.
referencias al contexto social de la discapacidad:
Según se pudo anticipar, es en el marco del modelo
Los componentes del funcionamiento (todos y cada uno de rehabilitador que se consagran los dispositivos de
ellos) se ven influidos por los factores contextuales, tanto abordajes educativos especiales para la discapacidad
ambientales como personales. (...) Los factores ambienta- intelectual. Es en estos dispositivos que el abordaje
les, entendidos como la influencia externa sobre el funcio- bascula entre un posicionamiento sanitario y educativo
namiento y la discapacidad, cuyo constructo es el efecto por parte de sus actores. El rol de los profesionales o

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encargados del cuidado institucional excede su función (29). Mannoni nos da una indicación invaluable para
de agentes salud para cumplir además un rol educativo4. los que trabajamos en el abordaje de la discapacidad
“El rol que asumen los médicos y terapeutas desde este intelectual, nos invita a no ocupar el mismo lugar que ha
modelo presupone establecer una relación de maestro— tenido el Otro del débil en su trama familiar: un Otro que
alumno, y otorgar prioridad a uno sobre el otro, asumien- todo lo sabe y desea por él, quedando así inhabilitada
do los profesionales de la salud mucho más que el rol de su dimensión subjetiva. “Estos niños que son, desde el
médicos”. (Palacios, 2008, 99). comienzo, por su estado, objeto exclusivo de los cuidados
Para introducirnos en el campo del abordaje psicoa- maternos, sin intervención de la de la ley encarnada en
nalítico es necesario abrir un paréntesis: discapacidad la imagen paterna, recrean en su vida escolar un mismo
intelectual (DI) y debilidad mental no son términos que tipo de relación, con alguien dedicado por completo a
se superponen completamente. La discapacidad, según ellos y encarnando en su lugar el deseo (de adaptarse,
vimos anteriormente, tiene que ver con una limitación en de progresar, etc…)”. (39) Nos invita así a no reproducir
el funcionamiento y la participación en un contexto deter- en el abordaje de la discapacidad una dimensión “debili-
minado. En cambio, la debilidad mental, desde el campo tante”, lo que fija al débil en el lugar del que no sabe
del psicoanálisis, nos habla de la relación del sujeto con el (no puede) ni desea. Es ofreciéndose desde una posición
saber y del lugar que ocupa respecto del deseo del Otro5. vacía de saber, absteniéndose de saber o desear por él
Lacan nos habla precisamente de un “no saber hacer con que puede lograrse un cambio de posicionamiento en el
el saber” (1977) y Bruno de un malestar en relación al niñx débil: “El niño aspira a recibir del Otro una respuesta
saber (1996, 50). El débil se coloca en una relación de que lo libere de responsabilidad en el plano instintivo
exterioridad respecto del saber, en una relación en la que (...) Vedándo(le) toda respuesta es como se le conduce
él nada comprende (Laurent, 1989, 145) o nada quiere a la sola salida posible: hacia una eventualidad, no de
saber. Si hay alguna función respecto de la cual el débil curación, pero sí de utilización máxima de sus posibili-
está en déficit es la de leer “entre líneas” −inter-legere dades intelectuales, en un cuerpo por él reconocido” (31).
(Lacan, 1974)6− las diferencias entre el enunciado (lo Considero que este posicionamiento podría enmarcarse
que el otro dice) y la enunciación (lo que el otro quiere en el modelo social porque justamente pretende rescatar
decir o desde dónde lo dice). Al no poder leer o tomar la dimensión subjetiva, favoreciendo un posicionamien-
entre líneas lo que el otro dice, se hace siervo de un otro to autónomo, otorgándole a ese niñx la posibilidad de
incuestionable en su veracidad. El Otro del débil es un desear y hacer por sí mismx, trascendiendo el lugar de
Otro completo, sin fallas, incuestionable. Esta imposi- discapacitade en el que se lo ha fijado. Al apostar siempre
bilidad de cuestionar el discurso del Otro lo deja más a la dimensión subjetiva, el psicoanálisis así se posiciona
expuesto a quedar como su objeto, aunque más no sea como una práctica con enfoque de derechos humanos.
para asegurarse un lugar en relación al Otro.
Esto nos permite pensar que, si bien pueden super-
ponerse en algunos casos, puede haber debilidad mental Hacia un abordaje integrativo de la discapacidad
sin discapacidad intelectual. Es decir, un sujeto que tenga orientado por la ética
una relación de malestar con el saber sin tener limita-
das su funcionalidad ni participación social. Cerramos “Una norma que uno nunca elige, una norma que
paréntesis. nos elige, pero que nosotros ocupamos, invertimos
Es Maud Mannoni quien en 1964 inaugura el abordaje y resignificamos, puesto que la norma nunca logra
psicoanalítico para la debilidad mental, considerándola determinarnos por completo”. Judith Butler, 2002
como una perturbación a nivel del vínculo del niñx con
su madre (haya o no organicidad), quedando como objeto La discapacidad intelectual es “prima hermana” de la
que colma su falta, lo que lo inmoviliza en un rol social locura, ha compartido con ella el estigma que ha pesado y
de discapacitade (1964, 28). Si bien no menosprecia los pesa aún sobre las personas con padecimiento mental. La
abordajes educativos, considera que los mismos serán tendencia inmediata del humano a lo largo de los siglos ha
ineficaces hasta que no se trabaje la dimensión subjetiva sido la exclusión del diferente, del que cuestiona su statu
del sujeto, hasta que no haya un sujeto actor (y no mero quo y por ende el que pone en riesgo su estabilidad, perte-
objeto receptor) de los procesos educativos. Si no hay nencia y permanencia en los estratos sociales integrados.
lugar para el sujeto, el proceso educativo corre el riesgo Es sólo en un segundo momento reflexivo e instituyente,
de volverse un trámite (Peusner, 2010). Así inaugura el habilitado por los abordajes orientados por un enfoque
aporte del psicoanálisis al campo del abordaje de la debili- de derechos, que la sociedad se habilita repensar el trata-
dad mental, situando la posición diferencial del psicoana- miento a la diferencia.
lista respecto de otros especialistas: “el consultor sabe y “El psicoanálisis es el heredero de los derechos
reduce el problema del débil a un problema educativo, yo humanos”7, ha dicho Colette Soler en una entrevista
he optado por no saber y no reeducar apresuradamente brindada a un diario local, con lo que no podría estar más
al síntoma.” Propone no resolver o llenar rápidamente de acuerdo. El psicoanálisis, con su oferta subjetivante,
el déficit. “No quiero impulsar el hacer del sujeto. El es una herramienta que aporta en el sentido de la subjeti-
contexto afectivo ha sido descuidado en beneficio de una vación y se configura como contradispositivo frente a las
orientación basada en un factor cuantitativo deficiente” prácticas que se proponen la homogeneización, norma-

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lización y el arrasamiento de la subjetividad y las diver- raciales. Esto tiene ventajas innegables y riesgos marca-
sidades. “Medicalización no implica solamente, desde la dos”. (16) La cuestión de la diversidad se propone cuestio-
lógica de Foucault, administrar fármacos. Se refiere, más nar la hegemonía de la norma, con todos los efectos de
bien, a todas las prácticas, a todas esas tecnologías del poder, de discriminación y de exclusión (de los circuitos
comportamiento que buscan normalizar [...] Un analista de producción, de circulación y de participación) que eso
es aquel que soporta no normalizar.” (Mitre, 2018, 30). ha conllevado. Pero el autor advierte sobre los efectos de
Considero que es pertinente que los que trabajamos ese re-posicionamiento en la diversidad o la diferencia.
con discapacidad nos preguntemos hasta qué punto el “No es una simple diferencia, no son capacidades diferen-
modelo de prescindencia está presente en nuestras formas tes, hay un déficit en una función que implica dificultades
de pensar y abordar la discapacidad, si se trata sólo de una concretas que mediante una serie de conceptualizaciones
cuestión de limitación de recursos disponibles en salud y y prácticas pueden o no ser parcialmente compensadas.”
educación para ofrecer abordajes más integrativos o si de (17) Cita al respecto el ajustadísimo ejemplo de la Deaf
alguna manera aún hoy persisten concepciones en disca- Culture, el cual he citado también en un artículo publi-
pacidad que sostienen abordajes centrados en la especia- cado en otro número de esta revista.8 Dicho movimiento
lización y exclusión de la discapacidad. “Cuando decimos plantea que la sordera no es una discapacidad sino “una
que no circula, eso no significa que el discapacitado sólo forma distinta de ser en el mundo” (17), lo que, según el
se quede en casa (…) va a lugares, pero solo lugares de autor, reniega de un déficit corporal o funcional. En mi
estigmatización representacional, esto es instituciones artículo citado, invitaba a les lectores a ver la película
que los nuclean en tanto que discapacitados; el carné y Sweet nothing in my ear, que retrata la pelea que llegó
cuota de ingreso es la discapacidad.” (Silberkasten, 2006, al estrado judicial, entre un padre que quiere que su hijo
46) Considero que la institucionalización de personas con con sordera acceda a una cirugía de implante coclear y
discapacidad en instituciones que sólo nuclean personas una madre con sordera que se niega argumentando que
con dicha condición corre el serio riesgo de reproducir lo que tiene su hijo no es una discapacidad sino una
la misma. diferencia que lo incluye en el linaje familiar y cultural
del orgullo sordo. El riesgo que conllevan estas posturas,
según el autor, es la renegación de un real que como tal
Entonces, ¿salud o educación?, ¿déficit, patología, es innegable, ya que delimita un margen de imposibilidad
diferencia, diversidad o condición? -y no de impotencia. Si se es diferente y no se tiene una
discapacidad, también la necesidad o acceso a apoyos
Volviendo sobre nuestros pasos, retorna la pregunta específicos pueden volverse superfluos. Sabemos, por la
inicial. La discapacidad intelectual no es considerada hoy extensión del discurso capitalista en la actualidad, que las
en día una patología, tal como fue conceptualizada en el consecuencias de la renegación de la imposibilidad son
marco del modelo médico rehabilitador. Y sólo recurre a nefastas para la subjetividad. Según esta línea argumen-
salud mental cuando algo de su posicionamiento genera tal, podemos decir que hablar de diversidad de funciona-
padecimiento a la persona y/o a su familia o cuidado- miento implicaría negar el real de imposibilidad, operador
res, como cualquier hije de vecine. Hoy, en cambio, se necesario para cualquier sujeto (con o sin discapacidad/
tiende a considerarla como un funcionamiento diverso. Si diversidad).
bien podemos celebrar la superación de los términos de Sin embargo, el planteo de los riesgos de la dilución
“capacidades diferentes” o “necesidades especiales”, y la de las discapacidades no puede soslayar el hecho innega-
denominación de lo diverso nos parece más aggiornada ble de “la presión normalizante que se impone sobre el
a la época, no lo considero del todo superador. Si bien lo diferente devenido patológico al no encajar en el metro
diverso pretende el cuestionamiento de la norma como patrón” (18), lo que es demasiadas veces válido para la
hegemónica supone de cualquier modo su existencia, ya mayoría de los colectivos estigmatizados, discriminados
que lo diverso existe con respecto a la norma de la cual y expulsados de los espacios de circulación, participación
se diversifica. Las militancias de los colectivos histórica- y producción.
mente vulnerados o estigmatizados (los feminismos, las Tenemos que agradecer a la militancia de los colecti-
diversidades sexuales, les usuaries de servicios de salud vos históricamente excluidos las movilidades instituyen-
mental y discapacidad, entre otres) se han movilizado tes y la ganancia de más y nuevos derechos. Nunca fue
para generar distintos tipos de estallos en las nominacio- solo una cuestión de discursos. La militancia no apunta
nes, visibilizando y denunciando sus efectos estigmati- solo a la cuestión de la nominación, sino al acceso a servi-
zantes. En el campo más preciso de la salud mental y la cios y derechos, más precisamente a la modalidad de las
discapacidad, el mismo Silberkasten, en la introducción a prácticas sobre la discapacidad que deben confesar sus
su segunda edición del libro citado antes, expresa preocu- violencias a lo largo de la historia.
pación por estas cuestiones, ya que podrían implicar una Por su parte, los colectivos de personas con padeci-
dilución de las especificidades de la discapacidad, una mientos mentales9 y afectaciones del neurodesarrollo han
“banalización de la diversidad y la diferencia [...] una militado por la despatologización de sus padecimientos,
renegación del déficit como tal”. (Silberkasten, 2014, proponiendo en la misma línea ser nominados en el
16-17) Agrega: “La discapacidad fue recorriendo derivas campo de la diversidad o de la neurodiversidad. Respecto
teóricas junto a los estudios gay y queer, feministas y del particular campo de los autismos o las afectaciones

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del neurodesarrollo ha habido un particular debate entre ¿Todes discapacitades?


el campo del psicoanálisis y otras corrientes enmarcadas
en la orientación cognitivo-conductual y las neurociencias Estas últimas décadas asistimos a una exponencial
en torno a si el autismo debía ser considerado una disca- extensión –y por lo mismo, dilución– de la categoría de
pacidad o un padecimiento de salud mental. La nomina- discapacidad. La mayoría de los padecimientos mentales
ción de discapacidad es argumentada por algunos cogni- encuentran hoy razones para ser incluidas en el vasto y
tivistas ya sea por el lado de la incurabilidad e innatismo diluido campo de la discapacidad. Me atrevería a decir
del autismo o por la diversidad de su funcionamiento. Al que esto se debe, en gran parte, a que el diagnóstico
respecto me parece central citar a Jean Claude Maleval: de discapacidad –o un porcentaje relevante de ella– es
“la hipótesis de la discapacidad implica un anclaje del necesario para acceder a prestaciones sanitarias, educati-
autismo en su sustrato biológico [...] [pero ese] solo ha vas y sociales que deberían ser un derecho de cualquier
sido observado en un número ínfimo de casos. La clínica cuidadane, para las que no debería ser necesario ninguna
incita fuertemente a suponer que el autismo no es una etiqueta que habilite el acceso. Pero, por otro lado, si
discapacidad. La elección del sujeto autista, las conductas desde el modelo social y el marco normativo actual sobre
de inmutabilidad, la retención de objetos pulsionales, la discapacidad, se presume capacidad y apoyos para las
construcción de un borde, todos esos fenómenos caracte- áreas de funcionamiento que lo requieran para el pleno
rísticos poseen una función mayor: proteger de la angus- ejercicio de derechos, ¿quién queda por fuera de este
tia” (Maleval, 2015, 87). Es decir, Maleval fundamenta campo?, ¿quién no requirió, requiere o requerirá algún
que el autismo no es una discapacidad ya que constituye tipo de apoyo a lo largo de su vida?
una (radical) defensa contra la angustia. En cambio, en Retomando la cuestión de la nominación de la disca-
las personas con enfermedades neurológicas, de origen pacidad desde la diversidad, la Dra. Alexia Ratazzi,
genético o en los pacientes con lesiones cerebrales “su adhiere y promueve tal re-posicionamiento. “Resulta
malestar viene más bien de la percepción de sus dificulta- interesante el concepto de la neurodiversidad que surge
des cognitivas. Cuando reconocen su discapacidad inten- como movimiento a partir de un grupo de personas con
tan a menudo compensarla a través de aprendizajes y no autismo. [...] es la diversidad asociada al cerebro. Algún
por la puesta en obra de estrategias de protección contra día se hablará de neurodiversidad funcional en vez de
la angustia” (88). Es el caso de algunas discapacidades discapacidad, porque desde este concepto una persona
intelectuales de origen genético (como en la trisomía 21 o con CEA12 es alguien que procesa la información del
el X frágil) o perinatal, donde los dispositivos de apoyos cerebro de manera diferente, y así vamos a estar haciendo
pueden ser recursos positivos para favorecer el funcio- foco en las singularidades y fortalezas desde lo funcional
namiento autónomo. Con esto no queremos decir que la del cerebro y no desde una falta. Una manera diferente
persona con autismo no acceda a apoyos para facilitar su de estar en el mundo.” (Ratazzi, 2018, 27). Aquí, la disca-
funcionamiento, pero hay que decir que esto no vuelve pacidad se diluye en el concepto de diversidad. “Algunos
al autismo una discapacidad en sí misma, sino un padeci- preferimos hablar de Condición del espectro autista, cuya
miento que puede y tiene efectos discapacitantes y por sigla es CEA, porque nos resulta más amplio: incluye
lo tanto requerir acceder a apoyos, en mayor o menor a ciertas personas que no se identifican con tener un
medida que cualquier padecimiento de salud mental10. No trastorno. Además, nos parece que la palabra condición
en vano, el campo de las discapacidades intelectuales ha es más amable que trastorno.” (Ratazzi, 2018, 58). El
estado históricamente más emparentado con los dispositi- nuevo término de “condición” no está exento de conse-
vos educativos, ya que estos se han erigido para compen- cuencias, confirmando que no es posible escapar a las
sar las dificultades en el funcionamiento intelectual. Pero, consecuencias de ser nombrado por un significante. Sin
recordando a Mannoni aquí, los abordajes educativos embargo, creo que la palabra “condición” puede jugar a
son útiles y necesarios siempre y cuando no descuiden favor del sujeto, ya que para que la subjetividad pueda
la dimensión subjetiva en juego, esto es, la función que tener algún espacio posible de surgimiento las condicio-
cumple esa discapacidad intelectual en ese sujeto singu- nes son necesarias, algo que oficie de límite, en este caso
lar11. Entonces, el campo de lo educativo y rehabilitatorio a la potencia, al poder hacer. El operador de la condición,
es el campo que puede ofrecer aprendizajes, apoyos y de la imposibilidad, son necesarios para que el sujeto
recursos para favorecer el funcionamiento autónomo del pueda tener lugar y un lazo soportable con el otro sea
sujeto, mientras que el campo de la salud mental –más posible. La época está dominada por el imperio del discur-
precisamente el psicoanálisis– se ofrece allí como espacio so capitalista, del goce no limitado por un imposible,
para alojar la escritura de la función particular que tiene no-condicionado o incondicional. Impossible is nothing13
esa discapacidad para ese sujeto singular. No mucho más es una de las máximas de la época. En este punto, hablar
allá de lo que Mannoni ha dicho hace tanto ya: lo educati- de que el sujeto tenga una “condición”, una limitación a
vo es necesario, pero no tiene eficacia si no hay un sujeto la omnipotencia que impone la época, puede redundar
allí para apre-hender esa transmisión. en un beneficio subjetivo. Entonces, todes limitades ante
el todo es posible, pero cada une inscribe su singular
relación con la falta, que es siempre simbólica, pero en
algunos casos también real, de alguna función corporal
del sujeto.

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DISCAPACIDAD INTELECTUAL: ENTRE SALUD MENTAL Y EDUCACIÓN.
APORTES DESDE EL CAMPO DEL PSICOANÁLISIS
Por Emilse Pérez Arias

Bonus track: Cuestionando la matriz normativa es REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


cómo podemos tender alianzas solidarias con la
diferencia Asociación Americana de Psiquiatría. Manual diagnóstico y estadís-
tico de los trastornos mentales (4ª ed.). Estados Unidos, 1994.
“Las personas (...) nunca habitan por entero Asociación Americana de Psiquiatría. Manual diagnóstico y estadís-
el ideal al que se pretende que se asemejen.” tico de los trastornos mentales (5ª ed.). Estados Unidos, 2014.
Judith Butler, 2002. Bruno, P. Al Margen. Sobre la debilidad mental. Revista Pliegos Nº
1. Enero de 1996.
Mi reciente acercamiento con la prolífica obra de Butler, J. Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y dis-
Judith Butler en relación al género me permitió encon- cursivos del sexo. Buenos Aires: Paidós, 2002.
trarme con ideas que pueden aportar a la integración de Egea, C. y Sarabia, A. Clasificaciones OMS sobre la discapacidad.
las personas con discapacidad, disidentes que cuestionan España, 2001. Disponible en https://www.um.es/discatif/ME-
el pretendido ideal de normalidad. “El ideal descriptivo TODOLOGIA/Egea-Sarabia_clasificaciones.pdf
crea la expectativa de que es posible ofrecer una enume- Hormigo, A. y otros. Retraso mental en niños y adolescentes. Bue-
ración completa y final de rasgos”. (Butler, 2002, 310) nos Aires: Ed. Noveduc, 2006.
¿Se trata de hacer encajar a las personas con discapa- Lacan, J. “El estadio del espejo como formador de la función del
cidad en la pretendida matriz de normalidad o se trata yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”.
de hacer estallar justamente ese ideal? La integración En Escritos 1. Buenos Aires: Ed. Siglo XXI, 1988.
plena de las personas con discapacidad, desde mi punto Lacan, J. “El Seminario 22”. Clase del 10/12/74. Inédito.
de vista, comienza con un trabajo incisivo sobre las Lacan, J. “El Seminario 24”. Clase del 11/01/77. Inédito.
(propias) representaciones sociales, sobre el imaginario Laurent, E. “El goce del débil”. En Niños en psicoanálisis. Buenos
social de la discapacidad. Butler propone en ese senti- Aires: Ed. Manantial, 1989.
do que reconocer la incapacidad de la norma –entendi- Maleval, J-C. “¿Por qué la hipótesis de una estructura autística?”.
da esta como la que delimita lo normal o común de lo Estudios sobre el autismo II. Buenos Aires: Ed. Diva, 2015.
patológico o diferente– para hacer lugar a todos los que Mannoni, M. El niño retardado y su madre. Ed. Paidós. Bs. As. 2008.
pretende englobar, reconocer que no encajamos nunca ONU. Convención sobre los Derechos de personas con Discapaci-
del-todo en esa norma nos permite ser más solidarios con dad. 2006. Disponible en: https://www.un.org/esa/socdev/
la diferencia. “Si el término no puede ofrecer el recono- enable/documents/tccconvs.pdf
cimiento último (...) puede ocurrir que la afirmación de OMS. Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Disca-
ese deslizamiento, ese fracaso de la identificación, sea pacidad y de la Salud. Madrid, IMSERSO, 2001.
en sí misma el punto de partida de una afirmación más Palacios, A. El modelo social de discapacidad: orígenes, caracteri-
democratizadora de la diferencia interna. (...) Esto es lo zación y plasmación en la Convención Internacional sobre los
que ofrece una “una promesa de solidaridad” (308). La Derechos de las Personas con Discapacidad. Colección CERMI.
norma, la “media”, nos pretende homogéneos en relación Editorial Cinca. Madrid, 2008. Disponible en https://www.cer-
a cierto ideal de normalidad. Reconocer nuestro propio mi.es/sites/default/files/docs/colecciones/Elmodelosocialde-
desajuste con la norma nos permite tender puentes con discapacidad.pdf
les que se considera que corporizan a la diferencia. “No Pérez Arias, E. “Estigma y comunidad: el desafío de la integración
es que se le confiera el reconocimiento a un sujeto; el comunitaria de sujetos internados en instituciones psiquiátri-
reconocimiento forma a ese sujeto. Además, la imposi- cas o de salud mental”. En Revista Universitaria de Psicoanáli-
bilidad de lograr un reconocimiento pleno, es decir, de sis. Facultad de Psicología, UBA. Año 2014. 257-272.
llegar a habitar por completo el nombre en virtud del Ratazzi, A. Sé amable con el autismo. Buenos Aires: Ed. Grijalbo,
cual se inaugura y moviliza la identidad social de cada 2018.
uno, implica la inestabilidad y el carácter incompleto de Silberkasten, M. La construcción imaginaria de la discapacidad.
la formación del sujeto.” (317) Esto permite inaugurar la Buenos Aires: Ed. Topia, 2006.
posibilidad de pensar categorías sociales más flexibles Silberkasten, M. La construcción imaginaria de la discapacidad.
y, por ende, más amables con la diferencia o diversidad. Buenos Aires: Ed. Topia, 2014.
“Una categoría que nunca podrá describir plenamente a
aquellos a quienes pretende representar. Como resultado NOTAS
de ello, será necesario ratificar la contingencia del térmi-
no: permitir que se abra a aquellos que quedan excluidos 1
Una primera versión de este texto fue publicada en el libro digital
por el término.” (323) Si se cuestiona la norma hegemó- “Educación, Salud y Discapacidad”, compilado por García, G. y
nica, la diferencia y el “déficit” pierden sentido. Granato R., junio de 2019. Disponible en http://cyta.com.ar/bi-
Reconocer la contingencia de lo que se nos impone blioteca/bddoc/bdlibros/esd/educacion_salud_discapacidad.pdf.
como norma hegemónica, reconocer la falla universal La presente versión fue actualizada, modificada y ampliada.
de la norma, que todos somos fallados en relación a una 2
Taller de filosofía de Diego Singer: “Judith Butler. Cuerpos y disi-
norma que se pretende hegemónica y homogeneizante dencias”. Buenos Aires, marzo de 2019.
promueve acciones sociales y políticas más inclusivas con 3
Resulta por lo menos notable que la quinta y última edición del
lo diverso, con lo disidente respecto de la norma. A fin de DSM (APA, 2014, 33-41) si bien cambia el perimido término de re-
cuentas, la diferencia nos habita a todes. traso mental por el de discapacidad intelectual (acorde a la última

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DISCAPACIDAD INTELECTUAL: ENTRE SALUD MENTAL Y EDUCACIÓN.
APORTES DESDE EL CAMPO DEL PSICOANÁLISIS
Por Emilse Pérez Arias

denominación acuñada por la Asociación Americana de Discapa- 7


https://www.pagina12.com.ar/70045-el-psicoanalisis-es-el-here-
cidades Intelectuales y del Desarrollo - AAIDD), en su apartado de dero-de-los-derechos-humanos
relación con otras clasificaciones no haga mención a la CIF de la 8
Pérez Arias; E. “Estigma y comunidad: el desafío de la integración
OMS. Sus criterios diagnósticos siguen centrándose en factores de comunitaria de sujetos internados en instituciones psiquiátricas o
la persona, sin hacer mención a su interacción con los factores de salud mental”. En Revista Universitaria de Psicoanálisis. Año
socio-ambientales. 2014. Número 14. 257-272.
4
Es interesante destacar aquí dos indicadores de la pregnancia del 9
Al respecto remito a le lector a visitar el blog de la asociación de
modelo educativo en el discurso de las personas internadas: sue- usuarios de salud mental APUSSAM. http://asambleadeusuarios-
len referirse a la institución y/o hospital como “colegio” y a sus desaludmental.blogspot.com/
historias clínicas como “boletines”. 10
La esquizofrenia y la agorafobia, solo por citar algunos de tantos,
5
Muy resumidamente podemos decir que el “Otro” con mayúscula son ejemplos de padecimientos mentales en los que la lógica de
constituye el lugar que recibe y aloja al sujeto aun antes de su ve- apoyos se vuelve casi imprescindible, sin que los efectos discapa-
nida al mundo. Es un lugar simbólico, cultural y social pero tam- citantes implicados conviertan a aquellos en una discapacidad en
bién un lugar real e imaginario que presta su cuerpo para que ese sí misma.
sujeto se constituya. Lacan nos dice que solo después de ser aloja- 11
Para ser coherente con mi línea argumental sería correcto decir que
do por ese Otro el sujeto pasa de ser un cachorro humano a un esto no juega para personas con discapacidad intelectual de origen
sujeto (Lacan, 1988 (1949). Para ir más lejos a riesgo de complicar genético o perinatal, pero aún en esos casos puede -y debe- histori-
la cosa, podemos decir que para que ese cachorro humano adven- zarse la función que esa discapacidad ha tenido y tiene para ese
ga como sujeto debe ser deseado por ese Otro, debe hacerle falta sujeto y su familia. Esto es válido para cualquier tipo de discapaci-
sin colmarla, ya que si la colma se habilita el riesgo de convertirse dad, física o motora, las que necesariamente son anudadas simbóli-
en objeto de ese Otro. camente por el sujeto y cumplen una función singular en cada caso.
6
Anny Cordié (1994, 170-1) pone el acento en otra acepción del 12
Condición del espectro autista.
término legere, que en latín además de leer significa escoger, ele- 13
“Nada es imposible”. Frase utilizada como campaña publicitaria
gir. Entonces, es débil mental quien tiene justamente dificultades de una conocida marca de ropa y calzado deportiva.
para elegir, es decir, situarse en un deseo.

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