Espiritu Santo
Espiritu Santo
Espiritu Santo
Espíritus elementales
Los espíritus elementales, por otro lado, son los espíritus simples de la
naturaleza que protegen el elemento al cual pertenecen y que no pueden
encarnar en un cuerpo y son asociados a los cuatro elementos:
Aire: sílfides.
Agua: ondinas.
Tierra: gnomos.
Fuego: salamandras.
El Espíritu Santo es sinónimo de Divina Gracia, Espíritu y Paráclito. En el
evangelio de San Juan se afirma que Práclito se quedará con los discípulos
después de que Jesús ya no sea visible. Práclito proviene del
griego parakletos que significa “aquél que es invocado” y del
latín consolator que significa consuelo y se caracteriza por: defender del
castigo, salvar del peligro y entregar la salvación eterna.
Para los cristianos, el nacimiento de su iglesia es marcada precisamente con
el descenso del Espíritu Santo sobre los discípulos de Jesús luego de su
crucifixión y resurrección llamada Pentecostés.
Significado de Pentecostés
Qué es Pentecostés:
El Pentecostés es una festividad de carácter religioso que se celebra
cincuenta días después de la Pascua, poniendo término al periodo
pascual. Se celebra tanto en la religión judía como en la religión cristiana.
Para los judíos, el Pentecostés supone la celebración de la entrega de la Ley
a Moisés en el monte Sinaí, cincuenta días después del éxodo
Pentecostés en el cristianismo
Los cristianos celebran en el Pentecostés la Venida del Espíritu Santo, que
tuvo lugar, según la Biblia, el quincuagésimo día después de la Resurrección
de Jesucristo.
Para la liturgia católica, el Pentecostés es la cuarta fiesta principal del año y, según
el calendario, puede celebrarse entre el 10 de mayo y el 13 de junio.
Pentecostés en la Biblia
La celebración del Pentecostés es referida en la Biblia por primera vez en
Hechos de los Apóstoles, en el episodio dedicado a narrar el momento en
que los apóstoles de Jesucristo recibían los dones del Espíritu Santo,
después de la subida de Jesús al cielo.
Pentecostés en el judaísmo
Los judíos celebran el Pentecostés cincuenta días después de la Pascua del
Cordero para conmemorar el encuentro entre Dios y Moisés en el monte
Sinaí, y la entrega de la Ley al pueblo de Israel, que simboliza el nacimiento
del judaísmo.