La Vida Espiritual Personal

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La Vida Espiritual Personal

Por
Segundo Rodríguez

ssrodchu@gmail.com
www.segundorodriguez.com

Este material ha sido resumido y bosquejado a partir de los conocimientos adquiridos


al enseñar el curso Vida Espiritual Personal, escrito por Dennis J. Mock, del Centro de
Capacitación Bíblica de Pastores y Líderes, Atlanta, Georgia, USA.

Objetivo del Material:


El objetivo es enseñar algunos conceptos y algunos principios básicos de la vida
espiritual a fin de que todo discípulo de Jesucristo los conozca, los entienda, los encarne
y crezca en ellos, de tal modo que se asemeje a Cristo y glorifique a Dios con su vida y
servicio como discípulo de Jesucristo. La meta de la clase es que la vida espiritual
personal, la vida familiar, la vida eclesiástica, la vida en su nación y el mundo, y la vida
frente al futuro y a la eternidad del discípulo de Cristo, sean vividas desde la perspectiva
de la palabra de Dios. Este material debe ser enseñado por un maestro entrenado en la
palabra de Dios, pues requiere de un buen entendimiento de ella. También es muy
importante que quien enseñe el material tenga experiencia cristiana solida.

Trujillo – Perú

Julio 2020
Sobre este material, su preparación y su exposición

Desde el año 2006 Dios me ha dado la oportunidad de estudiar y enseñar el Curso Vida
Espiritual Personal que ha sido escrito por Dennis J. Mock. He aprendido mucho
enseñando y interactuando con todos los que a lo largo de los años han estudiado
conmigo.

El material es un resumen de lo que he aprendido. Lo elaboré para la Iglesia Bautista


Ebenezer de Trujillo, Perú. Vailete Velasquez, quien sirve allí como pastor, me llamó e
invitó a dictar el curso. Fue un privilegio el que él me brindó. ¡Gracias, pastor Vailete!

Resumí el material según a como fluye, influye, se expresa y se experimenta la Vida


Espiritual Personal una vez que Dios, por obra del Espíritu y su palabra Escrita, nos da
vida y nos hace hijos suyos, al recibir a Jesús y creer en él como el Mesías, el Hijo de
Dios, quien vino a este mundo para salvarlo (Juan 3:16-17; 4:41-42).

Jesús dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la
Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:37-38). “La sed” es la falta de
Dios en nuestra vida, es decir, sin en él en y con nosotros, nos falta vida espiritual y
satisfacción espiritual. “Venir a Cristo” es creer en él y seguirle de todo corazón,
reconociéndole como el Mesías, el Hijo de Dios.

Una vez que creemos en Jesús y le seguimos de todo corazón, “bebemos” de él, quien
es “agua de vida”. Al hacer esto, somos saciados, ya no tenemos sed espiritual…
¡estamos satisfechos! Pero esa satisfacción espiritual, que ocurre en nuestro interior y
que es la vida espiritual que nos ha sido dada por el Espíritu Santo (Juan 7:39), no se
queda allí, sino que fluye y se expresa. Es por eso que el texto dice que interior del
creyente “correrán ríos de agua viva”.

Los “ríos de agua viva”, que es la vida espiritual que experimentamos al creer en Jesús,
se expresa y fluye y “empapa” todo ámbito de la vida que vivimos en esta tierra. Por
eso, en este material, he dividido la enseñanza de la vida espiritual en cinco áreas. 1) La
Vida Espiritual Personal en relación a Dios. 2) La Vida Espiritual Personal en relación a la
Familia. 3) La Vida Espiritual Personal en relación a la Iglesia. 4) La Vida Espiritual
Personal en relación al Mundo. 5) La Vida Espiritual Personal en relación al futuro y a la
eternidad.

El fluir de la Vida Espiritual Personal que experimentamos al creer en Jesús es lógico y


“natural”. Dios nos da de su vida por medio del Espíritu Santo al creer en Jesús. Esta vida
impacta toda nuestra vida personal. Pero no queda allí, sino que al fluir, impacta
positivamente en nuestra vida familiar. Luego, sale del ámbito familiar e impacta a
nuestros hermanos en Cristo, que son la iglesia. Así, la vida espiritual sigue su rumbo e
impacta también nuestra vida en nuestra comunidad, nuestro país y el mundo en que
vivimos. Todo este fluir es hecho dependiendo grandemente de la perspectiva del futuro
y la eternidad que Dios nos enseña en su palabra. Como ven, es fácil notar el irradiar
“natural” y lógico de la vida que Dios nos da en Cristo Jesús. Amén, que así es.
Me gusta el hecho de que Dennis J. Mock denominó a su curso Vida Espiritual Personal,
ya que, en la relación con Dios, tanto la salvación como el crecimiento en ella, dependen
de nuestras acciones personales. Nadie puede ser salvo sin creer personalmente en
Jesús y nadie puede crecer y gozar de buena salud espiritual en Jesús sin trabajar
personalmente en eso.

Entrego este material para provecho de todo aquel que quiera usarlo, ya para sí mismo
o ya también para compartirlo con otros. Todos tienen la libertad de quitar y añadir lo
que crean que sea necesario, bajo su propia responsabilidad. Todo escrito humano está
sujeto a error u omisión (y éste no está exceptuado), solamente a la Biblia, la Palabra de
Dios, no se le debe ni añadir, ni quitar nada, pues está completa y es totalmente
perfecta.

Deseo de todo corazón que Dios bendiga y use a sus hijos, en forma individual; y a su
iglesia, en forma comunitaria. Los cristianos y la Iglesia de Cristo están en esta tierra
para mostrar la Vida Espiritual que él da por medio de Jesucristo y del Espíritu Santo a
todos aquellos que oyen lo que Biblia dice sobre Jesús y creen él de todo corazón. Si este
curso ayuda en ese objetivo a quien lo use, estaré más que complacido.

Atentamente,

Segundo Rodríguez
segundo@segundorodriguez.com
www.segundorodriguez.com

Trujillo, Julio 2020.


Introducción:

Algunas cuestiones claves para empezar a estudiar La Vida Espiritual Personal.


Detengámonos un momento y meditemos muy bien en estos asuntos referentes de la
Vida Espiritual.

A. ¿Qué es la Vida Espiritual Personal?

1. Es el proceso de crecimiento y perfeccionamiento de nuestra relación de


obediencia a Dios por medio del poder y la guía del Espíritu Santo y el estudio de
la Biblia, que es la palabra de Dios.
2. Este proceso empieza en el mismo de nuestra conversión a Dios por medio de la
fe en Jesucristo y terminará cuando nuestro Señor Jesucristo nos lleve a la casa
de Dios Padre para vivir con él por toda la eternidad. (Filipenses 1:5-6).
3. Este proceso será evidente por medio de estas tres señales claves: 1) Vivir e
interpretar la vida en esta tierra desde la perspectiva de Dios. 2) Obedecer a Dios
en toda área de nuestra vida. 3) Encarnar el carácter de Jesucristo al pensar,
sentir, accionar y reaccionar ante Dios, los que nos rodean y las circunstancias
que nos toca vivir. (Juan 3:6-8. La enseñanza básica de este párrafo es que el
viento se “ve” por lo que hace. Lo mismo pasa con la obra del Espíritu en la vida
del creyente, se ve en los hechos que él creyente realiza).
4. Palabras y frases sinónimas para denominar la vida espiritual: 1) Santificación. 2)
Vida cristiana victoriosa. 3) Vida Abundante. 4) Vida en la vid. 5) Andar en el
Espíritu. 6) Llenura del Espíritu. 7) Comunión con Dios. 8) Andar en la luz. 9) Vida
de fe. 10) Vivir en Cristo. (Hay textos bíblicos para cada palabra y frase. Harían
bien en buscarlos y alistarlos).
5. Lo opuesto a la vida espiritual es la vida en la carne. Tristemente, los cristianos
podemos estar viviendo la vida espiritual o viviendo en la carne. (Gálatas 5:16-
26; 6:6-8). Si vivimos en el Espíritu, siempre estaremos haciendo el bien. Si el
discípulo escoge vivir en la carne, entonces: 1) Vive según los principios del
Príncipe de la potestad del aire y los principios de este mundo. 2) No se está
alimentando ni obedeciendo la palabra de Dios. 3) Vive y reacciona en
conformidad al hombre viejo, que tendría que haber quedado atrás al creer.
6. Jesucristo ha dividido a los seres humanos en dos grandes grupos: 1) Los salvos,
que son quienes han creído en Jesucristo y por eso tienen al Espíritu Santo dentro
de sí y están siendo conformados a la imagen de Jesucristo. Estos son los que
tienen vida espiritual. 2) Los no salvos, los perdidos, que son quienes no creen
en Jesucristo y por eso no tienen al Espíritu ni están siendo conformados a él.
Estos son los que viven en la carne, los que no tienen vida espiritual. (1 Corintios
2:10-16).
7. Los discípulos de Jesucristo también están divididos en dos grupos: 1) Los que
viven la vida espiritual y están creciendo en ella todo el tiempo. 2) Los que viven
carnalmente y no crecen ni desarrollan como Dios espera de ellos. (1 Corintios
3:1-9; Hebreos 5:11-14). Hay cristianos que creen no existen cristianos carnales.
Sería ideal que no existiesen. Pero lo ideal no siempre es lo real, tristemente. Hay
una discusión respecto al cristiano carnal y no vamos a meternos en eso porque
los textos citados sobre la existencia de los mismos son claros al respecto.
B. Ideas incorrectas y falsas sobre la vida espiritual.

1. Auto reformación. (Romanos 7:13-25). Uno mismo, sin nacer de nuevo y sin la
ayuda de Dios, se cambia y se perfecciona para mejor. A lo mejor se logre, pero
para ir al infierno. Solamente Cristo no da la justicia y la vida que necesitamos
para agradar a Dios y entrar en su reino.
2. Aniquilamiento de la vieja naturaleza. (Romanos 8:12-13; Efesios 4:20-24). Hay
muchos que creen que una vez que somos cristianos y a medida que vamos
creciendo en la fe, la vieja naturaleza se aniquila o es extirpada. Sería bonito que
así fuese, pero no lo es. Viviremos hasta con la naturaleza vieja hasta que Cristo
nos la quite por completo al venir por nosotros.
3. Impecabilidad. (1 Juan 1:5-10; 2:1-2). ¿Dejamos de pecar una vez que somos
cristianos? ¿Es posible vivir en esta tierra sin cometer pecado? ¿Llegará un
momento en esta tierra en que los cristianos no pequeños? La respuesta a estas
preguntas es no, tristemente. No nos engañemos con la idea de que podemos
ser impecables en esta tierra. Tampoco debe usar nuestra realidad pecaminosa
como una excusa para no santificarnos y vivir en pecado. Sigamos la instrucción
de la palabra, no neguemos que tenemos pecado. Cuando pequemos,
confesemos nuestros pecados a Cristo, él nos perdonará y limpiará.
4. Legalismo. (Colosenses 2:20-23). El legalismo es la enseñanza que afirma que las
personas se salvan y se santifican si es que se someten y viven en base a leyes y
principios rígidos de conducta. En los días del Nuevo Testamento, quienes creían
así eran un gran sector de judíos. Pensaban que agradarían a Dios siguiendo
estrictamente las leyes del Antiguo Testamento y las otras leyes añadidas por sus
maestros. Pablo desarma esa idea en el texto de carta a Colosenses que he
citado.
5. Dejarlo todo a Dios. (Filipenses 2:12-13). Este es un extremo fatal. Existen
creyentes que creen que todo tiene que hacerlo Dios. Pero Dios, como todo buen
padre, no nos quiere bebés todo el tiempo. Él quiere que crezcamos y seamos
adultos. Obviamente, en la Vida Espiritual Personal, se pone la vida y todo
nuestro esfuerzo en pro de crecer en manos de Dios, pero somos nosotros los
que tenemos que esforzarnos y trabajar duro. Pablo le dijo a los Filipenses
“ocupaos en vuestra salvación”, es decir, “preocúpense”, “trabajen”, “cuiden”,
“crezcan” en vuestra salvación y eso es justamente lo que todos debemos hacer.
¡Qué Dios nos ayude!

C. La vida espiritual y la salvación.

1. La salvación es un acontecimiento que ocurre una sola vez. La vida espiritual es un


proceso que inició cuando nacimos de nuevo por creer en Jesucristo, Este proceso
terminará cuando Jesucristo venga, nos transforme y nos lleve a su reino.

2. La salvación es igual a santificación posicional. Esto significa que Dios nos ve siempre
en Cristo y por eso nos ve santos, puros y limpios aun cuando todavía no lo somos. La
vida espiritual es equivalente a santificación práctica. Esto significa que día tras día
vamos creciendo en santidad, pureza y limpieza, de tal manera que cada vez estamos
siendo más y más como Jesucristo, al pensar, sentir, actuar y reaccionar.

3. En consecuencia, la vida espiritual es la santificación progresiva que vamos viviendo


los cristianos en esta tierra cada día. Dios está obrando hoy en nuestras vidas y la
expresión de ella es justamente la Vida Espiritual, que es la materia que estudiaremos
en estas clases.

4. Me agrada que el curso se denomine Vida Espiritual Personal. ¿Por qué? Porque la
Vida Espiritual es un asunto personal. Cada uno de nosotros tiene que trabajar y
trabajar, en el Señor y Su fuerza, por su crecimiento espiritual. Nuestra dedicación
personal expresada en las acciones concretas de leer la Biblia, orar a Dios siempre,
examinar nuestras vidas y confesar pecados, cantar y alabar agradecidos a Dios, etc.,
son vitales para para crecer y agradar más y más a Dios cada día. ¡Qué Dios nos ayude!

D. Bosquejo para nuestro estudio de la Vida Espiritual Personal en este curso.

Básicamente, dividiremos nuestro estudio en cinco relaciones:

I. La Vida Espiritual del creyente en relación a Dios.


II. La Vida Espiritual del creyente en relación a la familia.
III. La Vida Espiritual del Creyente en relación a la iglesia de Jesucristo.
IV. La Vida Espiritual del Creyente en relación al mundo que le rodea.
V. La Vida Espiritual del Creyente en relación al futuro y a la eternidad.

Empecemos con la ayuda de Dios el estudio de la Vida Espiritual Personal.


I

La Vida Espiritual Personal en relación a Dios.

Nuestra relación con Dios es esencial para nuestro crecimiento espiritual. Por eso, en
esta parte de nuestro estudio, repasaremos, estudiaremos, recordaremos y
comentaremos algunos conocimientos básicos sobre Dios y sobre nosotros.

Empezaremos hablando de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Luego,
hablaremos de La Biblia, La Oración, La Obediencia, La Adoración y La Alabanza.

Más detalles sobre nuestro Dios y sobre nuestra relación con él serán vistos a medida
que estudiamos el curso de Vida Espiritual pues todo el bosquejo está ligado entre sí.

Empecemos:

A. Dios Padre.

1. Dios quiere que el creyente se entregue totalmente a Él. (Romanos 12:1-2). Ya


que él ha sido bueno con nosotros y que nos ha salvado y dado vida nueva, es
natural y lógico que nos entreguemos voluntariamente a él, para servirle y
adorarle integra y totalmente. ¡Seamos inteligentes y racionales y
entreguémonos a él de todo corazón!
2. Dios ha dado al creyente un espíritu nuevo; el cual está inclinado a él y a la
obediencia a su palabra, para agradarle en todo. (Ezequiel 11:19-20; 36:26-27;
Hebreos 8:10; 10:16). No nos tiene que ser difícil darnos a Dios en obediencia. Él
ha hecho nuevo nuestro ser y nos ha capacitado para servirle.
3. Dios espera que el creyente muestre su amor a él obedeciendo su palabra
escrita. (Mateo 22:34-40; Juan 14:15; Hechos 13:22). Es normal que Dios espere
nuestro amor y obediencia. Es normal también que nosotros correspondamos a
su amor y a su obra a nuestro favor, con amor y obediencia suprema.
4. Dios está obrando en el creyente para santificarlo y conformarlo a su imagen.
(Filipenses 2:12-13; 1 Tesalonicenses 5:23-24). ¡Amén que así! ¡Dios está
trabajando en nuestra vida! ¡Qué maravillosa es esta verdad!
5. Dios quiere que el creyente viva para glorificarlo a él en todo aspecto de su vida.
(1 Corintios 10:31; Efesios 1:6, 12, 14; Mateo 5:14-16; Romanos 1:21). Este es un
gran desafío para nosotros los cristianos, pero no hay mejor manera de vivir que
vivir glorificando a Dios en todo momento.
6. Dios ama, protege, provee, ayuda, disciplina y se interesa por el creyente
durante su peregrinaje en esta tierra. (1 Juan 3:1; Mateo 10:26-33; 6:25-34;
Hechos 1:8; Hebreos 12:5-11; 1 Pedro 5:7). ¡Qué maravilloso y qué bendición
que Dios sea así con nosotros… en sus manos estamos seguros!
7. Dios soberanamente controla y hace que todos los sucesos en esta vida le
ayuden al creyente para bien y para prepararlo para el día en que él lo glorificará
y conformará plenamente a la imagen de Jesucristo Su Hijo. (Romanos 8:28-30;
Filipenses 3:20-21).
B. Dios Hijo.

1. Jesucristo es Dios hecho Hombre y todo aquel que cree en él conoce a Dios y
tiene a Dios a su lado en todo momento. (Juan 1:1-3, 14, 18; Mateo 1:23; 28-18-
20).
2. Además de esto, Jesucristo hace que toda persona que cree en él y le sigue sea
hijo de Dios, tenga vida eterna, esté perdonado, esté alejado de la ira de Dios y
sin condenación alguna. (Juan 1:12-13; Juan 3:14-20, 36; 1 Juan 2:12; Romanos
5:1).
3. El discípulo de Jesucristo tiene que permanecer en comunión constante con él
para glorificar a Dios y ser usando por él en la extensión de su reino. (Juan 15:1-
8). Es vital esta comunión constante. ¡Separados de mí nada podéis hacer, dijo
Jesús! Y es cierto. Separados de Cristo no podemos agradar ni glorificar a Dios.
Separados de Jesucristo tampoco podemos bendecir y ayudar espiritualmente a
quienes nos rodean. Separados de Jesucristo no podemos hallar paz ni
satisfacción ni gozo verdadero para nosotros mismos en ninguna parte.
¡Liguémonos a Jesús y vivamos en comunión con él en todo momento!
4. Jesucristo es el abogado y el remedio permanente para el pecado del creyente y
es por eso que éste siempre está seguro en sus manos. (1 Juan 1:1-9; 2:1;
Romanos 8:34). Apartémonos del pecado en todo momento, pero cuando
caigamos en él y pequemos, no nos alejemos de nuestro Señor. Al contrario,
acerquémonos a él arrepentidos, y pidámosle perdón, … y sigamos adelante.
5. Jesucristo, por su obra constante en el creyente, hace que sea imposible que éste
pueda ser separado del amor de Dios. (Mateo 16:18; Romanos 8:38-39; Juan
10:27-30). Nadie puede impedir que vivamos con Dios eternamente. Amén.
6. Jesucristo vendrá por sus discípulos para purificarlos, y para santificarlos
plenamente, y para tomarlos para sí mismo, para que vivan con él eternamente
en la casa de Su Padre. (1 Juan 3:2; Efesios 5:25-27; Juan 14:1-3). ¡Ese día bendito
seremos semejantes a él porque le veremos tal como él es! Amén.

C. Dios Espíritu Santo.

1. Él Espíritu Santo nos convenció de pecado, justicia y juicio, y nos hizo nacer de
nuevo al creer en el Señor Jesucristo. (Juan 16:7-11; Juan 3:3, 5; Juan 1:12-13).
2. El Espíritu Santo hizo su morada permanente en nosotros una vez que creímos y
por eso mismo cada seguidor de Jesucristo es hoy templo de Dios y propiedad
del Dios eterno. (Juan 14:16-17; Hechos 1:8; Efesios 1:13-14; 1 Corintios 6:19-
20).
3. Los cristianos estamos llamados a vivir llenos del Espíritu y muy sumisos a él.
(Efesios 5:18-20). ¡Hagamos esto, sometámonos y llenémonos del Espíritu Santo
al vivir en este mundo!
4. Los cristianos podemos enfriar, apagar y entristecer al Espíritu Santo y dañar así
nuestras vidas y atrasar nuestro crecimiento espiritual. (1 Tesalonicenses 5:19;
Efesios 4:30). ¡Tengamos mucho cuidado, hermanos! No es bueno ni para
nosotros ni para quienes nos rodean que dificultemos la obra del Espíritu Santo
en nosotros.
5. El Espíritu Santo en nuestras vidas cumple en nosotros varias funciones. Las
funciones del Espíritu Santo:

a. El Espíritu Santo es la garantía y la señal de que Dios va a cumplir con darnos


la eternidad junto a él que nos ha prometido. (Efesios 1:13-14).
b. El Espíritu Santo no guía a toda verdad y nos hacer recordar lo que Dios nos
ha enseñado y lo que nos enseña cada día. (Juan 14:26; 16:13).
c. El Espíritu Santo nos mantiene constantemente en comunión íntima con
Dios. (Juan 14:16-23).
d. El Espíritu Santo nos da poder para cumplir con ser testigos de Jesucristo y
predicar su evangelio a toda criatura. (Hechos 1:8; 5:32).
e. El Espíritu Santo produce en nuestro ser las virtudes del Espíritu Santo y
contrarresta las obras de la carne en nosotros. (Gálatas 5:16-26).
f. El Espíritu Santo nos santifica más y más cada día. (1 Tesalonicenses 4:7-8).
g. El Espíritu Santo intercede por nosotros ante Dios constantemente.
(Romanos 8:26-27).

D. La Biblia.

1. Dios es comunicativo y su voluntad está en Su Palabra Escrita, que es la Biblia.


(Hebreos 1:1-4; Lucas 16:29-31; 2 Pedro 1:19-21). Para nosotros, la Biblia es el
único libro en el que Dios nos habla, no solo a nosotros, sino también a toda la
humanidad.
2. El Espíritu Santo inspiró a los santos hombres de Dios que nos trajeron la palabra
de Dios; en consecuencia, todo lo que está escrito en la Biblia es la palabra de
Dios. (Juan 14:26; 15:26; 16:13; 2 Pedro 1:19-21; 2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro
3:14-14-16). No tenemos otra fuente de autoridad suprema; solo la Biblia lo es.
3. La fe con la que el cristiano llegó a vincularse a Dios por medio de Jesucristo y la
fe que le hace crecer en su caminar con Dios son resultados de oír la palabra de
Dios. (Romanos 10:14-17; Santiago 1:17-18; Juan 3:3-5). ¡Oigamos, leamos,
aprendamos, meditemos, obedezcamos, hablemos y enseñemos la Biblia!
Solamente así crecerá nuestra fe y habrá más fe en más hombres del mundo.
4. La palabra de Dios tiene poder inherente en sí misma y es viva y eficaz para
fortalecernos espiritualmente y darnos la energía que necesitamos para vivir
para Dios mientras estamos en esta tierra. (Isaías 55:10-11; 1 Tesalonicenses
2:13-14; Hebreos 4:12; Juan 6:63, 68; 1 Pedro 2:1-3).
5. En la Biblia, Dios nos ha dado su voluntad en forma escrita a fin de
perfeccionarnos para que, como hombres de Dios, seamos perfectos y aptos
para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16-17; Efesios 2:8-10).
6. La obediencia a la palabra de Dios es vital para tener una vida firme e
inquebrantable en medio de las dificultades y adversidades de esta vida terrenal.
(Mateo 7:24-29; Hechos 20:32).
7. El cristiano que quiere agradar a Dios y ser útil como su brazo mientras está en
esta tierra, tiene que oír, leer, guardar, meditar, estudiar, llenarse y permanecer
en la palabra de Dios. (Apocalipsis 1:3; Salmo 1:2; Juan 5:39; Colosenses 3:16-17;
Juan 8:31-32). Valoremos nuestra Biblia y ocupémonos de conocerla bien,
hermanos. ¡Qué Dios nos ayude!
E. La Oración.

1. Orar es hablarle a Dios. Ora es expresión de comunión con él.


2. El cristiano invoca a Cristo para ser salvo; esta invocación es una oración única y
singular. Es con esa oración que se establece la relación con Dios y se inicia en el
camino de hablarle a Dios y de comunicarse con él constantemente (Romanos
10:8-13).
3. Jesucristo, el Hijo de Dios, oraba; él enseñó a sus seguidores cómo orar. Que él
lo haya hecho, siendo quien es, implica lo vital y lo importante que es la oración
en la vida de todos quienes les seguimos (Marcos 1:35; Lucas 6:12; 11:1-13;
Mateo 14:23).
4. La oración era un ejercicio vital en los discípulos de Jesucristo y en la vida de su
naciente iglesia. (Hechos 1:14, 24; 2:42; 3:1; 4:23-31; 6:4, 6; 7:59-60). ¡La oración
tiene que seguir hoy siendo vital en cada creyente y en toda la iglesia de Cristo!
5. Dios también participa en nuestras oraciones. Lo hace, oyéndonos e
intercediendo por nosotros (Romanos 8:26-27).
6. Vivir en mala relación con quienes nos rodean estorba nuestra oración. Es muy
importante vivir en armonía y comunión con quienes viven con nosotros (1 Pedro
3:7).
7. Los cristianos somos llamados a orar con fe, creyendo, y sin cesar (Hebreos 11:6;
Mateo 21:22; 1 Tesalonicenses 5:17).
8. Nuestras oraciones deben ser hechas en el Espíritu. Es de esta necesidad que es
manifiesta la importancia que tiene el vivir llenos del Espíritu. (Efesios 6:18-20;
5:18-20).
9. Las peticiones esenciales, vitales, urgentes y más importantes que debemos
colocar en nuestras oraciones por quienes nos rodean están relacionadas con su
salvación por medio de Jesucristo y por el que la iglesia sea la comunidad de
obreros para la obra de Dios (Romanos 9:1-5; 10:1-4; Mateo 9:37-38).

10. ¿Por quienes debemos orar siempre los seguidores de Jesucristo?

a. Por nosotros mismos y por nuestra familia.


b. Por nuestros pastores y nuestros misioneros y por nuestros hermanos en
Cristo.
c. Por nuestros vecinos y por nuestras autoridades.
d. Por todos los hombres.

F. La Obediencia.

1. Dios no ha llamado a los cristianos por medio de la fe en Jesucristo para que le


obedezcamos en toda área de nuestra vida. (Romanos 1:5; Mateo 28:18-20).
2. La salvación de todos los cristianos “empieza” con el acto de creer en Jesucristo
como nuestro Señor y Salvador eterno. (Hechos 2:37-42; 5:29-32).
3. Ese acto de fe restaura nuestra relación de obediencia a Dios que fue
quebrantada por Adán y Eva (Génesis 2:16-17; 3:1-6; Romanos 3:23; 5:12-21).
4. Jesucristo, tuvo la meta de salvarnos de nuestros pecados, para eso se ofreció
en sacrificio por nosotros. Su acto de obediencia nos acercó a Dios y restauró la
obediencia para todos nosotros que hoy creemos en él y le seguimos. (Hebreos
10:5-10). ¡Obedezcamos a Dios, hermanos!
5. La obediencia a la palabra de Dios en toda área de nuestra vida es clave y
fundamental para permanecer firmes ante las asechanzas del diablo y ante las
presiones y tribulaciones de este mundo. (Efesios 6:10-20; Mateo 7:24-28).
6. Dios ha establecido a la obediencia como la evidencia de que realmente le
amamos. Por eso, si nuestra vida no se caracteriza por la obediencia a Dios,
debemos preocuparnos, ya que a lo mejor no estamos relacionados
genuinamente con Dios o no estamos creciendo en nuestro amor a él. Ambas
situaciones son malas para nosotros y debemos corregirlas (Juan 14:15; Mateo
7:21-23; Lucas 6:46).

E. La Adoración y Alabanza.

1. Jesucristo afirmó que Dios está buscando adoradores que le adoren en espíritu
y en verdad. (Juan 4:23-24).
2. La iglesia, que es el cuerpo de Cristo, y que está compuesta por todos quienes
hemos creído en Jesucristo, somos los llamados a adorar a Dios en espíritu y en
verdad allí donde nos encontremos. (Juan 1:12-13; 3:3, 5; 1 Corintios 6:19-20).
3. Las condiciones claves para adorar y alabar constantemente a Dios por medio de
Jesucristo son la llenura del Espíritu Santo y la nutrición frecuente con la palabra
de Dios. (Efesios 5:18-20; Colosenses 3:16-17).
4. Adoramos y alabamos a Dios con nuestra vida cuando hacemos el bien. Hacer el
bien glorifica a Dios y causa que quienes nos rodean también le den gloria a él.
(Mateo 5:14-16; 1 Corintios 10:31-33).

¡Dios, ayúdanos a relacionarnos contigo diariamente en fe, amor y obediencia


hasta que nos lleves a tu presencia! Amén.
II

La Vida Espiritual Personal en relación a la familia.

Nuestra vida espiritual personal se expresa en lo que hacemos para con Dios, es nuestra
vida íntima y personal, en lo secreto. Pero no solamente allí, sino también en como
vivimos con los que nos rodean. A Dios le interesa cómo nos expresamos y somos ante
él y con él. Pero a Dios también le importa y ve nuestra vida con él en función a cómo
somos por él con nuestra familia.

Para verificar cuánto valor le da Dios a nuestra vida con él en función de lo que hacemos
con quienes nos rodean tenemos que leer estos textos bíblicos:

Mateo 5:23-24 (Dios no acepta ofrenda de que no está reconciliados con su hermano)
Mateo 22:34-40 (Amar a Dios y amar al prójimo son mandamientos semejantes)
1 Juan 4:20-21 (Dios reconoce que le amamos al ver que amamos a nuestros hermanos)
1 Pedro 3:1-7 (Nuestras oraciones tienen estorbo si no vivimos bien con nuestra esposa)

Como se ve en 1 Pedro 3:1-7, nuestro hogar es el primer lugar clave en nuestra vida
espiritual personal. La forma en que vivimos con nuestra familia está muy ligada a
nuestra vida con Dios.

De cómo debemos vivir en familia nos ocuparemos en esta lección. Veamos nuestra Vida
Espiritual Personal en relación a la familia:

A. Soltería.

1. Empezaremos hablando de la soltería. La soltería en sí misma es una opción


válida de vida. (Génesis 2:18-25; Mateo 2:10-12; 1 Corintios 7:32-35).
2. Hay hombres de Dios que han sido solteros y han servido a Dios cabalmente.
Daniel y sus amigos (Daniel 1:6; 2:17). Los 144 mil judíos de Apocalipsis.
(Apocalipsis 14:1-5).
3. Jesucristo mismo fue soltero.
4. El soltero tiene que ser una bendición a su familia nuclear y a su familia extendida
y buscar su salvación o su crecimiento espiritual, según sea necesario.
5. El soltero y la soltera pueden dedicarse por entero al servicio de Dios. (1 Corintios
7:32-35).

B. Matrimonio.

1. El matrimonio ha sido establecido por Dios y se realiza ante él como testigo


principal. (Génesis 1:26-31).
2. El matrimonio según la voluntad de Dios es siempre entre un hombre y una
mujer. (Génesis 2:24).
3. El matrimonio debe realizarse con el respaldo de los padres. (Génesis 2:24).
4. El matrimonio implica desligarse de los padres para formar un propio hogar, pero
no significa no honrarles ni no cuidarlos. (Efesios 6:1-3).
5. El matrimonio es para toda la vida. (Romanos 7:1-3).
6. El matrimonio tiene los siguientes propósitos:
a. Ayuda. (Génesis 2:18-20).
b. Compañerismo. (Génesis 2:18-20).
c. Complementariedad. (Génesis 2:18-25).
d. Procreación. (Génesis 1:27-28).
e. Descendencia piadosa. (Malaquías 2:15).
f. Alegría y gozo sexual lícito. (Proverbios 4:15-19; 1 Corintios 7:1-5).
g. Vida piadosa unida. (1 Corintios 7:5).

7. El matrimonio es una ilustración de la relación entre Dios y los hombres.


a. Jehová con Israel. (Jeremías 3:14, 20).
b. Jesucristo con la Iglesia. (Efesios 5:25-27, 32).
c. El hombre y la mujer creyente deben ilustrar la relación que hay entre el
Redentor y el redimido. (Efesios 5:22-33).
d. El matrimonio bíblico debe ser promovido, sostenido, enseñado y defendido
pública, valiente y sabiamente por cada creyente y por la iglesia de Cristo en
todo tiempo. (1 Timoteo 3:15).

8. El matrimonio, desde la perspectiva bíblica que gira alrededor de Jesucristo, ha


sido diseñado por Dios para santificarnos y formar su carácter en nosotros, al
conformarnos a la imagen de Cristo por la interacción constante con nuestro
cónyuge. (Proverbios 27:17).

C. Familia Nuclear.

1. Un hombre y una mujer que se unen en matrimonio forman una nueva familia
nuclear. Esta familia es única y distinta a las familias de las que ambos provienen.
Es clave para la familia el reconocimiento y la protección de esta singularidad.
2. El hombre y la mujer que se han unido en matrimonio tienen que cumplir sus
deberes propios y ayudar cada uno a su cónyuge para que cumpla los suyos. Es
vital que cada cónyuge cumpla su rol y ayude al otro para cumpla el suyo. La
firmeza del matrimonio y de la familia depende de que así sea.
a. Estos son los deberes del esposo: Liderar a su esposa y a su hogar. (1 Corintios
11:3, 7). Amar a su esposa hasta el sacrificio. Perfeccionar y hermosear a su
esposa. Cuidar y sustentar a su esposa. (Efesios 5:23-33). Estudiar y conocer
y entender a su esposa. Tratar delicada y honrosamente a su esposa. (1 Pedro
3:1-7; Colosenses 3:19). ¡Los esposos necesitamos de Dios para cumplir estos
deberes fiel y eficientemente!
b. Estos son los deberes de la esposa: Complementar y ayudar a su esposo.
(Génesis 2:18-25). Sujetarse a su marido en todo (Efesios 5:22, 24).
(Colosenses 3:18). Respetar a su marido (Efesios 5:31). Amar a su esposo
(Tito 2:4). Cultivar su carácter femenino. (Tito 2:5; 1 Pedro 3:1-6). Cuidar su
casa (Tito 2:5). ¡Las mujeres deben buscar la ayuda de Dios al cumplir con
estos sus deberes!
c. Estos son los deberes de ambos si es que Dios les da hijos: Gobernar y dirigir
a los hijos (1 Timoteo 3:4-5). Enseñarles e instruirles en la palabra de Dios
(Deuteronomio 6:6-9; 2 Timoteo 3:15). Amarlos y disciplinarlos (Proverbios
3:11-12; Hebreos 12:5-11). Orar e interceder por ellos continuamente
(Romanos 10:1-5). Presentarles el evangelio y conducirlos a Jesucristo (Josué
24:15; 2 Timoteo 1:5; 3:15). Proveer sus necesidades y procurarles herencia
terrenal (2 Corintios 12:14; Proverbios 19:14). Cuidar el corazón de los hijos
a fin de que no tengan emociones negativas (Efesios 6:4; Colosenses 3:21).

3. Los hijos y sus deberes.

Los padres pueden estar cumpliendo sus deberes y haciendo muy bien, pero si
los hijos no cumplen los deberes suyos, entonces el ambiente en el hogar va a
enrarecerse. Por eso, es muy importante que los hijos también contribuyan con
la armonía en el hogar cumpliendo sus deberes y responsabilidades. Estos son
los deberes de los hijos:
a. Obedecer y honrar a sus padres. (Efesios 6:1-3).
b. Cuidarlos (1 Timoteo 5:3-4, 8, 16).
c. Valorarlos (Proverbios 23:22).
d. Seguir el camino dejado por ellos. (2 Timoteo 1:5; Jeremías 35:6-11).

D. Otros familiares.

Tenemos otros familiares, eso es innegable. Nuestros deberes para con ellos, son:

1. Con los padres de los cónyuges.

a. Cuidarlos (1 Timoteo 5:3-4, 8, 16).


b. Valorarlos (Proverbios 23:22).

2. Con los otros familiares.


a. Orar por su salvación.
b. Hablarles de Jesucristo.
c. Ayudarles tanto como sea posible. (1 Timoteo 5:4, 16; Gálatas 6:9-10).

E. Consejos claves para tener una buena familia ante Dios y los hombres.

1. Temor a Dios. (Salmos 128).


2. Ayuda de Dios. (Salmo 127).
3. Determinación (Josué 24:15).
4. Obediencia a la palabra de Dios. (Mateo 7:24-29).
5. Cumplir el rol que le corresponde y ayudar a que los otros cumplan el suyo.
6. Vivir sabiamente en este mundo.
7. Aprender a soportar y a perdonar en el Señor a la familia.

Hay un desarrollo de estos consejos en mi página web. Léanlo.


http://segundorodriguez.com/wp-
content/uploads/2014/12/PrincipiosB%C3%ADblicosParaConstituirUnaFamiliaB
uenaAnteDiosylosHombres.pdf
III

La Vida Espiritual Personal en relación a la Iglesia de Jesucristo.

La vida espiritual de los seguidores de Jesucristo se desenvuelve, en primer lugar, en su


vida personal, en su intimidad, y en toda área de su vida privada. Vivimos nuestra fe en
el secreto de nuestra privacidad. Pero no solamente allí.

La vida espiritual también se expresa y se tiene que expresar, en segundo lugar, en el


hogar, en la casa, en la familia. Es con sus padres y hermanos, y con su esposa y esposo,
y con sus hijos e hijas, y otros familiares, que el discípulo, según sea su realidad, tiene
que vivir la vida nueva que Cristo le ha dado.

Pero, además de la vida familiar, tenemos otro ámbito en el que vivimos nuestra Vida
Espiritual. Este otro ámbito es la iglesia. Los discípulos no solamente nos relacionamos
en fe con Dios y con nuestra familia, sino también con nuestros hermanos en Cristo.

Nuestra Vida Espiritual Personal también la vivimos con la iglesia de nuestro Señor. Este
es el siguiente aspecto de la Vida Espiritual Personal y es lo que estudiaremos en esta
nueva clase.

A. La Iglesia Universal.

1. Cuando hablamos de la iglesia, no nos referimos al edificio ni el lugar en que nos


congregamos, sino a todos quienes hemos puesto nuestra fe en Jesucristo. La
palabra iglesia significa asamblea y en su connotación normal se refiere a un
grupo de personas que salen de sus lugares y se congregan para tratar un asunto
de interés común. Ese es el significado de la palabra iglesia en el idioma del que
proviene, que es el griego.
2. Cuando Jesucristo usó esa palabra le dio una connotación y significado distinto,
que es el que nosotros debemos tener. Esa connotación, en ninguna manera
tiene que ver con un edificio, ni con un lugar, ni con un programa, ni con ritos,
sino con una vinculación y con una relación con él por medio de la fe. Es decir,
nosotros somos miembros de la iglesia porque ingresamos a ella cuando
creemos en Jesucristo como el Mesías enviado por Dios para salvarnos de
nuestros pecados. Llegamos a ser miembros de la Iglesia, el cuerpo de Cristo, tan
pronto como creemos en Jesús por la palabra de Dios y la obra del Espíritu Santo.
Vamos a leer los textos que sostienen esto que acabamos de afirmar:

a. Mateo 16:18. (Jesús nunca compró un terreno ni construyó ningún edificio


en Jerusalén ni en Judea cuando estuvo en la tierra. Obviamente, su iglesia a
edificar sería la gente agrupada alrededor de él por la fe).
b. Mateo 18:17. (Jesús está diciendo aquí que sea la iglesia la que oiga y exhorte
a quienes están en desacuerdo, para ayudarlos a restaurar su relación).
c. Juan 4:23-24. (Jesús afirmó aquí que la adoración a Dios ya no estaba
circunscrita a un lugar geográfico específico. La iglesia, por tanto, tampoco
depende de un sitio ni de un edificio en particular para existir y cumplir su
misión).
d. Efesios 1:22-23; 2:16; 3:6; 4:4, 12; 5:23, 30. (En estos pasajes es obvio que la
iglesia es el cuerpo de Jesucristo).

3. Un seguidor de Jesucristo solito nunca es la iglesia, sino miembro de la iglesia. Lo


que uno sí es cuando está solo es templo de Dios. Y lo es, porque, esencialmente,
por haber puesto su fe en Jesús, Dios le ha dado el Espíritu Santo. (1 Corintios
6:19-20).
4. Concluimos, entonces, que la iglesia es el grupo personas que creen en Jesús y
se congregan alrededor de él como sus seguidores. Por esta razón y por ser
justamente así, la iglesia de Jesucristo es inmortal, indestructible y eterna. No
existe poder alguno en esta tierra ni en el mundo espiritual que puedan
contrarrestar el crecimiento y el avance de la iglesia de Jesucristo. La Iglesia es el
Cuerpo de Jesucristo y es él quien la compró, y la perfecciona, santifica, purifica,
sustenta y guarda, y la dirige, hasta cuando la presente a sí mismo en el día que
él ha señalado y que está en el secreto de Dios. (Efesios 5:21-33).
5. Lo que hemos descrito hasta aquí es la Iglesia en su aspecto espiritual y universal.
La iglesia en su aspecto espiritual y universal empezó con los creyentes que
recibieron el Espíritu Santo en Hechos 2 y llegará a su final con el rapto de la
iglesia. (Hechos 2:1-47; 1 Tesalonicenses 4:13-18).
6. Nuestro Señor Jesucristo está perfeccionando a Su Iglesia con el Espíritu Santo y
Su Palabra Escrita. Para hacer este trabajo de perfeccionamiento, Dios utiliza a
sus siervos y a cada uno de los miembros de la iglesia.

a. Efesios 4:11-16 es el texto clave para exponer este trabajo de


perfeccionamiento. Pablo expone aquí la meta del crecimiento de la iglesia y
quienes están involucrados activamente en el mismo. Leamos el párrafo y
notemos como quiere Dios que su iglesia crezca.
b. Jesucristo le dio a Su Iglesia sus siervos. Estos siervos son los apóstoles, los
profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros. Los apóstoles y los
profetas a los que se refiere este texto bíblico son los que están descritos en
el Nuevo Testamento (Efesios 2:20). Los evangelistas y pastores y maestros
son oficios que hoy están en actividad y que edifican sobre lo que los
apóstoles y profetas han hecho.
c. Dios estableció a estos siervos con el propósito de “perfeccionar a los santos
para la obra del ministerio”. ¿Cuál es la obra del ministerio a la que se refiere
este texto? Podemos dividir la obra del ministerio en tres: 1) La edificación
del cuerpo de Cristo, en forma general. 2) El crecimiento personal de cada
creyente a la imagen plena de Jesucristo, en forma particular. 3) El
crecimiento en amor y en verdad bajo la autoridad de Jesucristo al vivir en
esta tierra.
d. El crecimiento de la Iglesia de Jesucristo es una consecuencia también del
trabajo y la actividad propia de cada discípulo. Todos los discípulos
participamos y nos ayudamos mutuamente en este crecimiento.
B. Iglesia Local.

1. La iglesia de Jesucristo vive y expresa su fe en el tiempo y en el espacio. A esta


manifestación de la iglesia la denominamos hoy iglesia local. El Nuevo
Testamento testifica de esta manifestación.
2. La iglesia de Jesucristo en su expresión local era identificada con el nombre de la
ciudad o del lugar en el que se congregaba. Así, por ejemplo: Iglesia de Jerusalén.
(Hechos 8:1). Iglesias de Judea, Galilea y Samaria. (Hechos 9:31). Iglesia de
Antioquía. (Hechos 13:1). Iglesia de Listra, de Iconio, de Antioquía. (Hechos
14:27). Iglesia de Corinto. Iglesias de Galacia. Iglesia de Éfeso. Iglesia de Colosas.
Iglesia de Tesalónica. Las siete iglesias de Asia (Apocalipsis 1:4, 11).

3. Las iglesias locales también se expresaban en las viviendas de algunos hermanos.


a. En la casa de Priscila y Aquila había una iglesia (Romanos 16:3-5; 1 Corintios
16:19).
b. Gayo también hospedaba a Pablo y a la iglesia en su casa. Romanos 16:23.
c. En la casa de Ninfas también estaba una iglesia. (Colosenses 4:15).
d. En la casa de Filemón también había una iglesia. (Filemón 1-3).
e. Todas las iglesias del Nuevo Testamento nacieron, crecieron, se afirmaron y
se multiplicaron siendo iglesias familiares y caseras, principalmente.

4. Hoy en día, las iglesias locales siguen esta tradición, con el añadido de que se
denominan también en base a su herencia denominacional, a su doctrina y a un
nombre que han escogido para sí. Las iglesias bautistas de nuestra tradición, por
ejemplo, tienen un nombre así. El nombre Iglesia Evangélica Bautista Ebenezer
ilustra lo que estamos diciendo. Iglesia, nos identifica con Jesucristo. Evangélica
nos identifica con el evangelio de Jesús y nos distingue de la iglesia católica.
Bautista, nos identifica con la historia de los bautistas y con sus principios.
Ebenezer es el nombre que los fundadores le pusieron como una muestra de que
fue Dios quien dirigió y ayudó al establecimiento de esta congregación.
5. Volviendo a tema de la iglesia local, y en base al texto bíblico, alistaremos las
características que debe tener toda congregación que se reúne verdaderamente
alrededor de Jesucristo. Usaremos Hechos 2:37-47 como texto clave para las
características:

a. Fe en Jesucristo en base a la Biblia. (Hechos 2:41).


b. Identificación pública con Jesucristo por medio del bautismo. (Hechos 2:41).
c. Añadirse al grupo de discípulos. (Hechos 2:41).
d. Perseverancia en la enseñanza apostólica (Hechos 2:42).
e. Perseverancia en la comunión unos con otros. (Hechos 2:42).
f. Perseverancia en la oración. (Hechos 2:42).
g. Desprendimiento y generosidad y cuidado del necesitado. (Hechos 2:44-45).
h. Compañerismo congregacional y amistad genuina. (Hechos 2:46).
i. Alegría y sencillez de corazón. (Hechos 2:46).
j. Alabanza a Dios. (Hechos 2:47).
k. Buen testimonio ante el pueblo que los rodeaba. (Hechos 2:47).
l. Dios obrando y salvando a más personas cada día. (Hechos 2:47).

¡Qué Dios nos ayude y obre en nuestra congregación local para que
tengamos y crezcamos cada día en estas características!

C. La misión de la iglesia.

1. Predicar el evangelio a toda criatura. (Marcos 16:15-16).


2. Hacer discípulos a todas las naciones. (Mateo 28:18-20).
3. Predicar el arrepentimiento y el perdón de pecados en el nombre de Jesús en
todas las naciones (Lucas 24:47).
4. Ser testigos de Jesucristo en todo lugar. (Lucas 24:48; Hechos 1:8).

Para cumplir esta misión, Dios nos ha capacitado con nuestra salvación personal
por la fe en él, con el poder suyo por medio del Espíritu Santo, y con la palabra
de Dios.

¡Qué Dios nos ayude a cumplir con la misión que Dios ha encomendado!

D. Los deberes de los miembros de la iglesia.

1. Obedecer a Dios antes que a los hombres. (Mateo 28:18-20; Hechos 4:19-20, 29;
5:29-32, 42).
2. Cumplir la gran comisión a nivel personal y congregacional. (Hechos 8:4).
3. Aprender de los pastores y obedecerlos, y valorarlos y sostenerlos. (Hebreos
13:7, 17; 1 Tesalonicenses 5:12-13; 1 Timoteo 517-20).
4. Amar a sus hermanos como Cristo lo ha amado a él. (Juan 13:33-34).
5. Ayudar con bienes materiales a los hermanos que están en necesidad (Hechos
2:44-45; 4:34-35; 11:27-30; Gálatas 6:10).
6. Velar y ayudar por el crecimiento espiritual de la iglesia. (Efesios 4:12-16).
7. Someterse a la disciplina y a la corrección fraternal de la congregación (1
Corintios 6:1-11; 1 Corintios 5:1-13; Mateo 18:15-17).
8. Sostener con bienes materiales la expansión del evangelio de Jesucristo a nivel
local, nacional y mundial. (1 Corintios 9:7-14; Filipenses 4:10-20).
9. Orar e interceder continuamente unos por otros y también por todo el mundo.
(1 Tesalonicenses 5:17; Romanos 10:1-4; 15:30-33; Colosenses 4:2-4; 2
Tesalonicenses 3:1-5; Santiago 5:13-18; 1 Timoteo 2:1-4).

Los creyentes somos la iglesia, no lo somos en forma individual, sino en forma


grupal. En ese sentido, iglesia somos siempre, aun cuando no estemos
congregados físicamente porque, principalmente, somos un ente espiritual,
compuesto por muchos seres humanos miembros, por causa de haber puesto
nuestra fe en Jesucristo. Siempre somos el cuerpo de Jesucristo. ¡Qué Dios nos
ayude a glorificar a Dios por medio de Jesucristo hasta que él venga por nosotros!
Amén.
IV

La Vida Espiritual Personal en relación al mundo que nos rodea.

A. La Vida Espiritual Personal con Dios de los discípulos de Cristo está bajo su
responsabilidad individual.

1. La Vida Espiritual Personal empieza cuando uno escucha el evangelio de


Jesucristo y cree en él. Este hecho crucial es posible gracias a la verdad de palabra
de Dios y a la santificación del Espíritu Santo.

“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros,


hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio
para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo
cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro
Señor Jesucristo.” (2 Tesalonicenses 2:13-14).

2. A partir de este momento crucial gracias a su fe, el cristiano es vinculado con


Dios y vive en comunión con él.

“Fiel es Dios, el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro
Señor.” (1 Corintios 1:9).

“… y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo”.


(1 Juan 1:3).

“La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu
Santo sean con todos vosotros. Amén.” (2 Corintios 13:14).

“Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros
no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para
preservación del alma.” (Hebreos 10:38-39).

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca
a dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. (Hebreos
11:6).

3. Gracias a Jesucristo, y por obra y gracia de Dios, todo seguidor genuino suyo es
salvo y vivirá con Dios por toda la eternidad. (Escriban versículos bíblicos que
sostienen esta declaración).

4. Todo aquel que cree genuinamente en Jesucristo cultiva su vida espiritual y


trabaja arduamente para crecer en su compañerismo con Dios por medio de sus
actividades piadosas básicas.

a. Oración constante. (1 Tesalonicenses 5:17).


b. Alimentarse con la palabra de Dios y obedecerla continuamente. (Colosenses
3:16-17).
c. Adoración y alabanza a Dios en todo tiempo y en cualquier circunstancia.
(Efesios 5:19-20).
d. Autoexaminación, arrepentimiento, confesión y apartarse del pecado
constantemente. (1 Corintios 11:28, 31; 1 Juan 1:9-2:2).
e. Estar en constante comunión y compañerismo con su familia y la iglesia de
Jesucristo. (Salmo 133:1-3; 1 Pedro 3:7).

B. La Vida Espiritual Personal del discípulo de Jesucristo se expresa en la intimidad


personal con Dios y también en la vida familiar y en el hogar.

1. Es muy importante que los cristianos vivamos armoniosamente en nuestros


hogares a fin de que Dios obre en nuestra familia y envíe bendición y vida eterna
a ella. (Salmos 133).
2. Somos los padres quienes debemos conducir a nuestra familia con la ayuda de
Dios para que toda ella le sirva constantemente. (Josué 24:14-15).
3. Como la salvación y el crecimiento espiritual son obra de Dios, necesitamos orar
constantemente por nuestra familia, a fin de que tanto la salvación como el
crecimiento espiritual sean una realidad en ella. (Salmos 127).

C. La Vida Espiritual Personal del seguidor de Jesucristo se expresa también por medio
de su vida en y a través de la iglesia local.

1. Cuando creemos en Jesús, Dios nos hace inmediatamente parte de la Iglesia que
Cristo está edificando. (Hechos 2:47).
2. Cada miembro de la Iglesia de Cristo está llamado a ser perfeccionado y a crecer
hasta la imagen de Cristo a fin de hacer la obra del ministerio. (Efesios 4:12-16).
3. La obra del ministerio que tiene que realizar cada uno que es parte en la Iglesia
de Cristo consiste en añadir a más personas a su seno y en ayudar al crecimiento
espiritual de cada miembro del cuerpo de Cristo. (Efesios 4:12-16).

D. La Vida Espiritual Personal del discípulo de Jesucristo, se vive y se expresa también


en el ámbito de su misión, que es el mundo que lo rodea.

Hemos hecho ya un resumen de las tres lecciones anteriores. Ahora nos toca enfocarnos
en el otro ámbito en el que tenemos que vivir nuestra Vida Espiritual Personal. Nuestra
vida espiritual también fluye y tiene que fluir y expresarse en el mundo, en el país y en
la comunidad en que vivimos.

1. Jesucristo fue enviado por su Padre a este mundo y él también hizo lo mismo con
Su Iglesia, la envió al mundo.

a. Juan 3:16
b. Juan 17:18
2. Para vivir conforme a la voluntad en el mundo en que vivimos, necesitamos saber
y entender lo que la Biblia enseña sobre el mismo:

a. El mundo, aunque caído y bajo maldición, en un sentido positivo, es creación


de Dios, está bajo su cuidado misericordioso, y será recreado para que sea el
hogar de los salvos de todos los tiempos. (Salmo 89.11; Génesis 3:17-20; Job
38:1-39:30; 2 Pedro 3:7-13).
b. El mundo, en tanto la suma de todos los seres humanos, es objeto del amor
de Dios, y la razón por la que Dios envió y dio a Jesucristo como Salvador.
(Juan 3:16-21; 4:42; 12:47; 1 Juan 2:2).
c. El mundo, en su sentido negativo, es el conjunto de personas que está bajo
el dominio del diablo, y se opuso y pelea continuamente contra Jesucristo y
Su Iglesia. (1 Juan 5:19; Juan 15:18; Efesios 2:1-3). Los primeros discípulos
reconocieron esta realidad en Hechos 4:23-31.
d. El mundo es el campo se misión al cual los discípulos de Jesús y toda Su iglesia
ha sido enviada para testificar de él y hacer discípulos. (Juan 17:18; Marcos
16:15; Mateo 28:18-20).

3. Aunque hemos sido enviados al mundo y estamos en él, no pertenecemos al


mundo, sino a Jesucristo, quien nos ha hecho ciudadanos del cielo.

a. Juan 15:18-19
b. Juan 17:14-16
c. Juan 18:36
d. Colosenses 2:20
e. Filipenses 3:20-21

4. En el mundo en que vivimos existen poderes mundiales, que buscan la


hegemonía y pelean por ella. Los cristianos no debemos desconocer ese hecho,
sino al contrario, tenemos que estar atentos a tal pelea, ya que el diablo, en el
final de los tiempos, conducirá a estos poderes para, con su ayuda, hacerle
guerra a Jesucristo e intentar evitar así, infructuosamente, desde luego, que
asuma su reino.

a. Mateo 4:8. (El diablo ofreció a Cristo todos los reinos de este mundo).
b. Lucas 4:5-7. (El diablo afirmó que a él le habían sido entregados los reinos del
mundo).
c. Hechos 4:24-28. (La iglesia reconoció que el salmo 2, en el que se ve una
rebelión mundial con Dios y Cristo, se cumplió en la muerte de Jesús).
d. Apocalipsis 19:19-21 (En Armagedón, los reyes de la tierra bajo el mando del
diablo, intentaran que Jesús no asuma su reino. Apocalipsis 16:12-16).
e. Apocalipsis 20:7-10. (Gog y Magog es el último y final intento del diablo de
apoderarse del trono de Dios por la fuerza).

5. Los seguidores de Jesucristo, a nivel individual y la iglesia de Jesucristo, a nivel


congregacional, deben ver a este mundo como su campo de misión y predicar el
evangelio hasta que Dios los lleve a su presencia.
a. Juan 17:18
b. Marcos 16:15
c. Mateo 28:18-20

6. La estadía de los cristianos en este mundo no debe ser descuidada, sino vigilante.
Nosotros podemos ser engañados por el diablo y este mundo, si no estamos
alertas.

a. Nosotros ya hemos salido espiritualmente de este mundo. (Colosenses 2:20).


b. Nosotros estamos llamados a vencer al mundo por la fe. (1 Juan 5:4-5).
c. Nosotros éramos del mundo cuando no teníamos a Cristo (Efesios 2:1-3).
d. No debemos amar los valores y los principios del mundo. (1 Juan2:15-20).
e. Debemos evitar la contaminación y la mancha moral y espiritual del mundo.
(Santiago 1:27; 4:1-5).

7. La presencia de los discípulos de Jesucristo y de la Iglesia es vital y muy


trascendental para la salvación de muchos de los hombres de este mundo.
Siempre y cuando, eso sí, no pierdan su distinción ni su esencia.

a. Mateo 5:14-16. (Somos la luz del mundo y son nuestras buenas obras las que
harán que los hombres se acerquen a Dios y lo glorifiquen).
b. Juan 12:36- (Como hijos de luz por la fe en Jesús, quien es la luz del mundo,
los cristianos tenemos su luz y es con esa su luz que debemos alumbrar a este
mundo).
c. Santiago 4:4. (No debemos hacer amistad con este mundo. Esto significa que
nosotros no debemos adoptar los valores, los principios, los gustos y los
motivos que mueven a los ciudadanos de este mundo. Si los adoptamos, nos
convertimos en enemigos de Dios y él ya no nos puede usar; y el mundo, a
su ves, tampoco nos va a creer).
d. Filipenses 2:14-16. (Son nuestra forma de vivir y de hacer las cosas lo que
verá el mundo. Si nos ve obrando en Dios y con su ayuda, es obvio que dirán
que tenemos algo que ellos necesitan, aunque no todos, eso sí).
e. Mateo 5:13. (La sal es útil si es sal y si se distingue y si mantiene su esencia y
su diferencia, si no lo hace, ya no. Igualmente ocurre con los discípulos de
Cristo y la iglesia. ¡Qué Dios nos ayude a mantenernos como ciudadanos del
cielo mientras estamos en esta tierra! ¡Dios, ayúdanos a no perder nuestra
esencia en ningún momento mientras vivimos para ti en esta tierra! Amén.).

8. Los cristianos tenemos los siguientes deberes con respecto a este mundo:

a. Predicar el evangelio. (Marcos 16:15-20). Nos toca ir a todo el mundo, para


alcanzar a toda criatura con el evangelio.
b. Alumbrarlo espiritual y moralmente. El mundo vive bajo la potestad del
príncipe de las tinieblas. El rol de cada cristiano y de toda la iglesia es
alumbrar a este mundo con el evangelio de Jesucristo. (Mateo 5:14-16;
Filipenses 2:14-18; 1 Timoteo 3:14-16).
c. Establecer discípulos en todas las naciones del mundo. (Mateo 28:18-20).
Todas las naciones del mundo en que vivimos deben oír de Jesús para
hacerse discípulos suyos. Cada cristiano y toda la iglesia enstán llamados a
realizar este trabajo.
d. Interceder por la salvación de todos los hombres del mundo. (1 Timoteo 2:1-
4). Esta función intercesora a favor de este mundo es vital. Excepto nosotros,
que somos el cuerpo de Cristo, nadie más puede cumplir esta tarea a favor
del mundo.
e. Evitar amarlo y apegarse a él. (1 Juan 2:15-17). Estamos aquí, pero no somos
de aquí. Estamos de paso. Somos ciudadanos del cielo y estamos rumbo a
nuestra patria celestial. Este mundo y todo lo que hay aquí van a pasar. Solo
el reino de Cristo permanece para siempre. Así que, no amemos ni pongamos
nuestro corazón en esta tierra, como si fuéramos de aquí. Estemos listos para
dejar este mundo una vez que Cristo viene para llevarnos a su reino.
f. Guardarse de toda contaminación del mundo. (Santiago 1:27). Evitemos
asimilar los valores, los principios, los gustos y los motivos mundanos.
Vivamos siempre bajo la voluntad de Dios.

Nuestra presencia en este mundo y como debemos vivir en él está bien


resumida en estas palabras de Pablo a Tito:

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los


hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos
mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando
la esperanza bienaventurada y manifestación de gloriosa de nuestro gran
Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para
redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de
buenas obras. Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te
menosprecie.” (Tito 2:11-15).

E. La Vida Espiritual Personal del discípulo de Jesucristo y de toda la iglesia en general


también se expresa en el país en el que Dios lo ha colocado.

1. Los discípulos de Cristo y la Iglesia que él compró con su sangre se guían


principalmente por su ciudadanía celestial al vivir en esta tierra. (Juan 17:14-18;
18:36). (Los seguidores y servidores de las autoridades de este mundo pelean
por ellas, pero los ciudadanos del reino de los cielos no tenemos esa
metodología. Nos guiamos por valores espirituales celestiales).
2. Los discípulos y la Iglesia de Cristo en su expresión local tienen ciudadanía
terrenal y deberes para con su patria. (1 Pedro 2:11-17; Hechos 21:20-36).
3. Los cristianos siempre deben estar espiritual, moral, intelectual y
profesionalmente listos para servir a su país en cualquier área que este lo
requiera. (Génesis 41:37-40; Daniel 1:19-21; 6:3). El faraón de Egipto quedó
impresionado con la capacidad de José. Lo mismo pasó con el rey
Nabucodonosor respecto a Daniel, y a sus tres compañeros. Igualmente debe
ocurrir hoy con aquellos cristianos que aspiran gobernar, deben impactar por su
carácter moral y por su aptitud para realizar cualquier función. Respecto al
servicio de los cristianos en política y en la administración gubernamental,
diremos lo siguiente:
a. Los hombres de la Biblia no hacían diferencia entre su vida con Dios y su vida
con su país. (Romanos 13:1-7). En la Biblia no hay una diferencia entre la vida
espiritual y la vida física. Los hombres del pasado tampoco hicieron esa
separación. Solamente los hombres de estos últimos años separan su vida
con Dios de su vida en otros ámbitos. Desde la perspectiva de Pablo en
Romanos 13, aun los políticos y la vida política deben estar impregnados de
su presencia y su voluntad.
b. Si el país necesita del concurso de hombres con valores y de probada
honradez y capacidad para la administración pública, éstos deben ser
hallados en la Iglesia de Cristo o deben haber sido formados por ella. La
iglesia es columna y baluarte de la verdad. La iglesia es la que enseña la
verdad que debe conducir a todo ciudadano en este mundo. (1 Timoteo
3:15). Si fallamos en enseñar la palabra de Dios a este mundo, lo que
tendremos es muchísima más gente con valores no cristianos, lo cual hará
que quienes lleguen a conducir los destinos de las naciones, sean siempre
opuestos a la voluntad de Dios.
c. José, Mardoqueo y Daniel son un ejemplo de que se puede servir al país sin
caer en la corrupción que campea en el servicio público de hoy. José sirvió
en el gobierno del Faraón Egipcio (Génesis 41:37-46). Mardoqueo sirvió en
imperio del rey Asuero (Ester 10:1-3). Daniel sirvió en el imperio de Babilonia
y en el de los Medo-Persas. (Daniel 4:46; 5:13, 29; 6:1-3).
d. Si un discípulo de Cristo llega a servir al país como trabajador, ya por
concurso o por puesto de confianza, debe hablar de Cristo y mostrar siempre
la obra de Dios en su vida. (Daniel 6:4-5). José, Daniel y Mardoqueo son un
ejemplo de que hombres espirituales le hacen mucho bien a las naciones y a
los imperios.
e. Un discípulo de Cristo que llega a servir a Dios en la administración del país
va a tener enemigos, pero éstos nunca deben hallarle motivo verdadero para
acusarle de algo. (Daniel es un ejemplo para los hermanos que quieren servir
a Dios como políticos y autoridades). (Incluso, un discípulo de Cristo, que
entra al ámbito político, debe estar listo a sufrir calumnias y hasta cárcel
haciendo el bien. Le pasó a José, a Daniel y a sus tres amigos, y también le
puede pasar el creyente en Jesús en este tiempo).

4. El país en el que vivimos tiene autoridades establecidas por Dios y el discípulo


tiene que respetarlos y someterse a ellos porque son siervos de Dios, aun cuando
muchas veces vivan y administren en contra de la voluntad e Dios. (Romanos
13:1-7). (Cuando Pablo escribió el libro de Romanos, quien gobernaba el Imperio
Romano como César era Nerón. La depravación, la locura y la crueldad de este
gobernante están registradas por los historiadores de ese tiempo).

5. Veamos brevemente algunos deberes que tenemos los cristianos para con las
autoridades de nuestro país:
a. Orar por ellas para sean salvas y para que cumplan su rol bajo el temor a
Dios. (1 Timoteo 2:1-6).
b. Someterse a ellas de buena voluntad y en el temor a Dios. (1 Pedro 2:13-16).
c. Pagar los tributos. (Romanos 13:1-7).
d. No ponerlas por encima de Dios nunca. (Hechos 4:19-20; 5:29-32).
e. Evitar apoyar a una autoridad humana como lo hacen los ciudadanos de este
mundo y como si nuestra vida dependiera de ellos. (Juan 18.36).
f. Recordar siempre que por encima de las autoridades humanas está Dios y
que todas ellas son temporales. (Daniel 2:20-23).

G. En términos generales, los discípulos de Jesucristo y la iglesia en su conjunto, están


llamados a glorificar a Dios al vivir en su comunidad, su país y el mundo que lo rodea.

1. Creer a Dios y a su palabra siempre y mostrar que así es con obediencia constante
a ella en todo ámbito de su vida. (1 Pedro 1:13-21).
2. Reconocer que el Diablo, Satanás, Belcebú, el Príncipe de este mundo, existe y
que es un adversario portentoso que, aunque derrotado y vencido, es quien
domina a este mundo y lo conduce a oponerse siempre a Dios y a la Iglesia de
Jesucristo. (1 Pedro 5:8-9).
3. No poner su corazón ni su confianza en que los políticos de este mundo van a
solucionar los males morales y espirituales del ser humano que está alejado de
Dios. (Jeremías 17:5).
4. Evitar la contaminación espiritual y moral de este mundo. (Santiago 1:27).
5. Hay que vivir en esta tierra muy conscientes de que tenemos ciudadanía
celestial, y que estamos en este mundo para cumplir con ser testigos de
Jesucristo hasta que él nos lleve a su reino. (Filipenses 3:19-20).
6. Trabajar diligente y honradamente y como para el Señor en todo trabajo que
Dios nos provea para satisfacer con los requerimientos propios de esta vida.
(Efesios 6:5-9; 2 Tesalonicenses 3:12; 1 Timoteo 5:8; Efesios 4:28).
7. Testificar la obra de Cristo a favor de los pecadores y los beneficios de su obra
para todos los seres humanos de este mundo. (Tito 2:11-15).
8. Recordar que en Cristo hemos vencido al mundo y que la intercesión suya nos
protege constantemente de ser mundanalizados irreversiblemente por el diablo.
(Juan 17:9, 11, 15, 20). ¡Qué bueno que Jesucristo pidió a Dios que nos guarde
mientras estamos en este mundo!
9. Vivir conscientes de que este mundo y las naciones y toda la gloria de ellas y sus
obran van a ser quemadas para dar paso a los cielos nuevos y tierra nueva en los
que mora la justicia. (2 Pedro 3:7-13).

“Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad de que os


escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así
como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y Seguridad, entonces vendrá
sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no
escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os
sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día;
no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los
demás, sino velemos y seamos sobrios.” (1 Tesalonicenses 5:1-6).
V

La Vida Espiritual Personal en relación al futuro y a la eternidad.

En esta clase estudiaremos La Vida Espiritual Personal en relación al futuro y a la


eternidad. Desde la perspectiva judeo cristiana de la vida, ésta no termina con la muerte.
La muerte es la entrada a la eternidad, ya para disfrutar con Dios y su reino, o ya para
ser alienado de él y ser atormentado en el lago de fuego.

“Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para
vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua” (Daniel 12:2).

“No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los
sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida;
mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:28-29).

“Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.


Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”
(Apocalipsis 20:14-15).

Antes de que la eternidad irrumpa en la historia de la humanidad para darle fin,


sucederán algunos acontecimientos claves. La Biblia tiene la información básica sobre
esos acontecimientos.

En esta clase los estudiaremos brevemente. Los estudiaremos siguiendo este bosquejo.
Primero, repasaremos el futuro y la eternidad del Creyente en forma individual.
Segundo, repasaremos el fututo y la eternidad de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Tercero,
repasaremos el futuro y la eternidad de la nación de Israel. Cuarto, repasaremos el
futuro y la eternidad de las naciones y el mundo entero. Por último, veremos algunas
acciones que los cristianos y la iglesia debemos tomar a la luz del futuro y la eternidad
que se nos vienen.

Empecemos:

A. El futuro y la eternidad de cada creyente en particular.

1. Tu vida está en Cristo por haber puesto tu fe en él y en sus manos está


totalmente segura. (Juan 10:27-30; Colosenses 3:1-4).
2. Dios comenzó su obra de santificación y de perfeccionamiento en ti cuando
creíste en Jesucristo y esta su obra sigue siendo realizada cada día de tu vida en
esta tierra y será terminada el día de Jesucristo. (Filipenses 1:3-7).
3. La obra de Cristo en tu vida es conformarte a la imagen y semejanza suya tanto
en tu cuerpo, como en espíritu, para que estés listo para vivir en la eternidad.
(Filipenses 3:20; 1 Corintios 15:51-58; Hebreos 12:12-29; 1 Juan 1:5-2:2.)
4. Nada ni nadie podrá evitar que Jesucristo cumpla en ti tu transformación y tu
glorificación personal, para que estés a su lado por toda la eternidad. No tengas
ninguna duda sobre la obra de Cristo en ti. (Romanos 8:35-39).
5. Entretanto que tú estás en la tierra, tanto Jesús como el Espíritu Santo
interceden a tu favor delante de Dios Padre, quien los atiende siempre para
beneficio tuyo, conforme a su voluntad. (Romanos 8:34, 26-27, 31-33).
6. Tu seguridad en el presente y en el futuro tiene que estar puesta en Dios, quien
te tiene en sus manos, tanto en vida como en muerte. (2 Timoteo 1:8-12;
Romanos 14:7-9).
7. Dios tiene un día en que te juzgará en base a cómo has vivido para él mientras
estabas en esta tierra. (2 Corintios 5:6-10). Este su juicio no es para condenación,
ya que ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús (Romanos
5:1), sino para juzgar tus obras y recompensarte o no por ellas.
8. Vive en esta tierra trabajando duro por el Señor y cumpliendo su voluntad a fin
de que te sea dada amplia y generosa entrada a su presencia cuando llegue el
día final. (2 Pedro 1:3-11; 1 Corintios 3:11-15; 5:3-5). (Vive de tal forma que
entres a la gloria de Dios, no a las justas, como por “un pelito”, y asustado, sino
confiado y gozándote).
9. Debes anhelar la eternidad y la vida que trae Cristo para ti, pero sin olvidar que
aún estás en la tierra. Igualmente, debes vivir glorificando a Dios en esta tierra,
pero sin olvidarte que estás rumbo a la eternidad. (2 Corintios 4:7-5:10).

B. El futuro y la eternidad de la Iglesia de Cristo, la cual es el Cuerpo de Jesucristo.

1. La Iglesia de Dios que Cristo está edificando alrededor suyo marcha hacia la
eternidad victoriosamente y sin que nada ni nadie pueda hacerle frente. (Mateo
16:18; 1 Corintios 1:2; 2 Corintios 1:1; Hechos 2:47; 4:31; 8:1-5; 9:1-31; 11:19-
30; 12:1-24). El Hades no puede hacerle frente. Las autoridades judías no la
amilanaron. La persecución de los judíos en vez de extinguirla, la acrecentó y la
hizo extenderse hasta Judea, Galilea, Samaria y Antioquía. Herodes mató a un
apóstol, pero murió él y terminó su reino, mas la palabra de Dios siguió
extendiéndose.
2. Jesucristo dio su vida por la vida de su Iglesia y él está santificándola y
purificándola diariamente hasta el día que va a presentársela a sí mismo para
que ella disfrute de la eternidad a su lado. (Efesios 5:1-33).
3. La Iglesia de Jesucristo está compuesta tanto por los creyentes en él que estén
muertos como los que estén vivos cuando él venga por ella para llevarla a vivir
con él por la eternidad. (Juan 14:1-6; 1 Tesalonicenses 4:13-18).
4. La Iglesia de Jesucristo tiene desde su fundación una lucha espiritual intensa
contra las fuerzas del mal, que están encabezadas por Satanás y sus demonios.
Está lucha se hará más cruenta e intensa a medida que avanzamos hacia el
desenlace de la historia humana. (Efesios 6:1-20).
5. La Iglesia debe recordar que este mundo es amado por Dios y que es, también,
su campo de misión, como lo fue de Jesús, y que, aunque esto es así, este mundo
está y estará en contra suya siempre; porque está bajo el dominio del maligno.
La iglesia no debe sorprenderse de que el mundo la odie, la persiga, la
menosprecie y la insulte. (Juan 3:16-18; 15:18-22).
6. La iglesia de Cristo vive a la espectativa de Jesucristo y de encuentro con él en el
día que él mismo ha separado para su reunión con ella. (Romanos 8:23-25; 2
Corintios 5:1-10; Juan 14:1-3).
7. La salida de la iglesia de este mundo para estar con Jesucristo desencadenará
una serie de acontecimientos en los que Dios volverá a trabajar otra vez en la
vida de la nación de Israel, quien volverá a ser el pueblo en el que él expresará
su voluntad para con este mundo. (1 Tesalonicenses 4:13-18; 2 Tesalonicenses
2:1-12; Romanos 11:25-36; Apocalipsis 12:1-17; 14:1-5).

C. El futuro y la eternidad de la nación de Israel.

1. El Antiguo Testamento es la historia teológica de Israel. Allí se trata sobre la


fundación, el establecimiento, la prosperidad y la caída de esa singular nación.
Desde Génesis hasta Malaquías se puede verificar esta afirmación.
2. Jesucristo es ciudadano judío en la carne y vino principalmente para cumplir las
promesas de Dios a esta singular nación. (Lucas 1:30-33; 2:10-11 son dos
párrafos que sostienen la declaración, pero no son los únicos, pues, en los cuatro
evangelios hay muchísimos más).
3. Jesucristo es el Mesías prometido a Israel y quien reestablece él reino y la
autoridad de Israel sobre todas las naciones de la tierra. (Mateo 2:1-12: Juan
1:41, 45, 49). Los textos citados demuestran que Jesucristo es el Rey prometido
a Israel.
4. Tristemente, la nación judía no recibió a Jesús como su Rey y Dios, lo rechazó y
lo crucificó, como resultado de no creer a él, a pesar de todo cuánto él hizo para
mostrarles que venía de Dios. (Juan 1:11; 18:33-40).
5. El rechazo de la nación judía a Jesucristo ya estaba preanunciado en las Escrituras
del Antiguo Testamento. Este rechazó hizo que Dios encomendase el reino de
Dios en su aspecto espiritual, así como la difusión del mismo, a la Iglesia de
Jesucristo. (Mateo 21:33-46; 12:1-12; Lucas 20:9-19).
6. La profecía clave, que da lugar a la existencia de la iglesia y a la puesta a un lado
de Israel, por causa de su rechazo a Jesucristo, se encuentra en Daniel 9:20-27.
Este texto es vital para entender la relación que hay entre la nación de Israel, la
Iglesia de Jesucristo y el inicio del fin de la historia de la humanidad y de este
mundo.
Leamos y examinemos este párrafo:
a) Es muy obvio en el párrafo que todo el tema gira alrededor del pueblo de
Daniel, que es la nación de Israel. (9:20, 24, 26). Observe estas frases en los
textos alistados: “el pecado de mi pueblo Israel”, “el monte santo de mi
Dios”, “tu pueblo”, “tu santa ciudad”, “la ciudad”, y “el santuario”.
b) El párrafo fue una revelación a Daniel por parte del Gabriel, quien es el ángel
que trae los mensajes de Dios a la nación de Israel. (Daniel 8:16-17; 9:21;
Lucas 1:19; 1:26).
c) Gabriel le dice a Daniel: “Setenta semanas están determinadas sobre tu
pueblo y tu santa ciudad”. (Daniel 9:24). Estas setenta semanas están
determinadas para seis hechos cruciales y finales: “Terminar la
prevaricación”, “poner fin al pecado”, “y expiar la iniquidad”, “y traer la
justicia perdurable”, “y sellar la visión y la profecía”, “y ungir al santo de los
santos”.
d) Gabriel le dice a Daniel que las setenta semanas empezaron a correr “desde
la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías
Príncipe” (Daniel 9:25). Todo ese tiempo cubrirá en total 69 semanas (“siete
semanas” y “sesenta y dos semanas”). Todos los interpretes coinciden en que
las semanas en este texto no son semanas de días, sino semanas de años. Se
respalda la interpretación con Levítico 25:8; en ese texto se enseña el gozo y
la libertad que Dios da a los judíos el año de jubileo. En este párrafo, Gabriel
también nos da “a nosotros y a todos los lectores post Daniel” (no a Daniel,
él no vio lo que nosotros estamos viviendo hoy) la indicación de que las
setenta semanas empezaron a correr desde que Nehemías reconstruyó los
muros de Jerusalén (“se volverá a edificar la plaza y los muro en tiempos
angustiosos”). Estas sesenta y nueve semanas se frenaron con la llegada del
Mesías Príncipe (“hasta el Mesías Príncipe”). Son varios los interpretes que
asumen que los 483 años, de las sesenta y nueve semanas, se cumplieron
con el ingreso de Jesucristo a Jerusalén (Lucas 19:28-44) poco antes de ser
crucificado.
e) Gabriel, en su mensaje, también da varios hechos que no ocurren ni en las
sesenta y nueve semanas ni en la semana setenta, sino entre el fin de las
primeras y el inicio de la última (Daniel 9:26). Estos hechos son: “Se quitará
la vida al Mesías, más no por sí” (este hecho se refiere a la crucifixión de
Jesucristo), “y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y
el santuario” (El príncipe sería Tito. El pueblo, sería el pueblo Romano. La
ciudad sería Jerusalén. El santuario sería el tempo de Jerusalén). Jerusalén y
el templo fueron destruidos por los romanos después de una larga y cruenta
guerra contra los judíos que las defendieron.
Por último, este texto, que afirma que hay sucesos que ocurrieron que no
están en las sesenta y nueves semanas y tampoco en la última semana, sino
entre ellas, da pie al nacimiento, crecimiento y expansión de la iglesia, hasta
que Cristo venga por ella. La iglesia tomó el lugar espiritual que Israel rechazó
al no recibir ni aceptar que Jesucristo es el Mesías. Una vez que Cristo
termine de edificar y perfeccionar y glorificar su Iglesia, y la reúna junto así,
la nación judía volverá a ser el instrumento de Dios para ejecutar su voluntad
en esta tierra. (Romanos 11:25-36).
f) Gabriel, en este párrafo, le dice a Daniel lo que va a ocurrir en la semana
setenta, que marca ya el final de la historia presente de Israel (Daniel 9:27).
Lo que ocurrirá en esa semana, que son siete años, es lo siguiente: El príncipe
del pueblo que ha de venir (Daniel 9:26), quien será el anticristo, el hombre
de pecado, confirmará un pacto con un buen grupo de judíos (“y por otra
semana confirmará el pacto con muchos”). Ese pacto será quebrantado por
él a la mitad de la semana (tres años y medio). Los hechos que dan fin al
quebrantamiento del pacto son dos: “hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. A
partir de ese momento será el inicio de “la muchedumbre de las
abominaciones”, lo cual implica que él se pone a sí mismo “como Dios”, para
“recibir adoración” (2 Tesalonicenses 2:3-4). Luego de eso, se desatará una
gran persecución contra los judíos por parte del gobernante mundial, el
anticristo, quien es el desolador (“vendrá el desolador”). La persecución del
gobernante mundial contra los judíos y todos los que no se sometan a él,
continuará “hasta que venga la consumación” y el juicio de Dios que ya está
“determinado se derrame sobre el desolador”. 2 Tesalonicenses habla del
momento en que Jesucristo destruye a este gobernante mundial, que es el
anticristo y que se coloca en el templo de Dios como “dios” (2 Tesalonicenses
2:5-12).
g) Quiero terminar la exposición de este párrafo enfatizando el hecho de que
es muy importante interpretarlo literalmente, pues, solamente así
estaremos siendo fieles en nuestra interpretación.

7. Luego de que se cumpla la última semana de la nación de Israel, Jesucristo


reinará sobre Israel y sobre todo el mundo por mil años. Después de esos mil
años, en el que se verá la grandeza de Jesucristo en esta tierra, y en los que todas
las naciones de la tierra disfrutarán de un gobierno justo y recto por Jesucristo
desde la nación judía, el diablo, que había estado preso durante esos mil años,
saldrá libre y engañará a las naciones de la tierra. Las naciones de la tierra,
entonces, bajo el engaño y la dirección del diablo, intentarán quitar a Cristo de
su trono por medio de la violencia. Fracasarán en su intento porque Dios peleará
a favor de Cristo y los destruirá y los lanzará al infierno eterno a todos ellos,
empezando con el diablo, que fue quien los engañó. (Apocalipsis 20:1-10).
8. Aunque Israel como nación está puesta a un lado como instrumento de Dios para
la redención del mundo, sus ciudadanos no están exentos hoy de la salvación por
la fe en Cristo, ni del servicio a Dios como miembros de la iglesia. La nación judía
hoy es como cualquier otra nación y sus ciudadanos deben ser evangelizados y
convocados a ser discípulos de Jesucristo. En Romanos 11:1-36, el apóstol Pablo
expone el hecho indubitable de que Dios es fiel a las promesas hechas a Israel y
que está trabajando para salvarlos y que trabajará en ellos para restaurarlos y
volverlos a la comunión con él y a su servicio.

D. El futuro y la eternidad y las naciones y todo el mundo en general.

1. Las naciones de este mundo están dirigidas por autoridades que han sido
impuestas por Dios y son, por tanto, sus servidores. (Romanos 13:1-7; Daniel
2:21).
2. Los cristianos tenemos deberes para con las autoridades y las naciones en que
vivimos. Pero esos nuestros deberes nunca están por encima de nuestra
obediencia, sumisión y adoración a Dios. (Romanos 13:1-7; 1 Timoteo 2:1-4; Tito
3:1; 1 Pedro 2:13-17; Hechos 4:19-20). Estos algunos de nuestros deberes para
con la autoridad: Sumisión, pago de tributos, intercesión, hacer el bien y
obediencia. Las autoridades no deben ser obedecidas cuando quieren nuestra
obediencia haciéndonos ir contra de Dios, su palabra y la misión que él nos ha
encomendado.
3. La muerte del Señor Jesucristo ocurrió, humanamente hablando, debido a una
alianza entre el diablo y los gobernantes de las naciones de este mundo, que
quisieron (quieren, y seguirán queriendo) romper las ligaduras que los atan a
Dios. (Salmos 2:1-12; Hechos 2:23; 4:23-31; 1 Corintios 2:6-8)
4. Las naciones de este mundo y quienes las gobiernan, excepto muy raras
excepciones, están bajo el dominio del diablo y cumplen siempre su diabólica
voluntad. (1 Juan 5:19; Lucas 4:5-8).
5. Las autoridades de este mundo y quienes las gobiernan normalmente se oponen
a Dios y a la Iglesia de Jesucristo. Lo han hecho siempre y lo siguen haciendo (aun
cuando en esta parte del mundo no ha sido así en los últimos años). Los
cristianos, y la Iglesia en general, no debemos confiarnos ni dormirnos cuando
veamos que somos tolerados y hasta estimulados por las naciones de este
mundo y quienes las gobiernan. (Juan 15:18-21; 16:33).
6. El hecho de que las naciones de este mundo y el mundo entero estén bajo el
maligno no implica que debamos abandonarlas físicamente y que no trabajemos
por Dios en ellas; alumbrándolas, con el evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
e intercediendo, por su salvación y liberación. (Marcos 16:15-16; 1 Timoteo 2:1-
4).
7. De acuerdo al profeta Daniel nosotros, estamos viviendo el periodo de tiempo
del último reino mundial, el cual es previo a la aparición del gobierno eterno de
Jesucristo. (Daniel 2:36-45; 7:17-18, 19, 23-27).
8. El reino mundial previo al reinado de Jesucristo se expresará en su manifestación
final cuando se haga presente en este mundo el anticristo, quien será el
gobernante al que Jesucristo destruirá en su Segunda Venida a la tierra. (2
Tesalonicenses 2:8-12; Apocalipsis 16:12-16; 19:11-21).
9. La historia de la humanidad terminará con la guerra de Armagedón (Apocalipsis
16:12-16; 19:11-21) y la guerra de Gog y Magog. (Apocalipsis 20:1-10).
10. La historia de la humanidad y del mundo en general terminará con el juicio del
trono blanco. (Apocalipsis 20:11-15).
11. Los cristianos y todos los creyentes de todo el mundo y de todos los tiempos
morarán con Dios en cielos nuevos y tierra nueva en los que mora la justicia. (2
Pedro 3:7-13; Apocalipsis 21 y 22).

E. Acciones en pro de la Vida Espiritual Personal de todos y cada uno de los discípulos
de Jesucristo a la luz de lo que la Biblia dice sobre el futuro y la eternidad.

1. Cada cristiano en particular y toda la iglesia en general deben reconocer que la


vida presente y toda la historia de la humanidad son pasajeras, y que serán
absorbidas por la eternidad, cuando Jesucristo se manifieste. (Mateo 5:18;
Santiago 4:4; 2 Pedro 3:7-18).
2. Hay que tener presente siempre que, principalmente, somos ciudadanos del
cielo y nos regimos en esta tierra en conformidad con lo que Dios dice en su
palabra santa. (Mateo 26:51-54; Juan 18:4-11, 35-37).
3. Debemos vivir en esta tierra testificando de Jesucristo a toda persona y haciendo
discípulos suyos a todas las naciones. (Marcos 16:15-16; Mateo 28:18-20).
4. No debemos amar a este mundo ni a las cosas que están en este mundo. (1 Juan
2:15-17; Santiago 4:1-5).
5. Debemos vivir a la espectativa de nuestra reunión eterna con el Señor Jesucristo,
nuestro Salvador. (Apocalipsis 22:20; 2 Pedro 3:14-18).
6. La fe en el Señor Jesucristo es la que nos sostiene mientras estamos en esta tierra
y la que nos hace victoriosos contra el mundo y el diablo. (1 Juan 5:4-5; 2:13-14).
Conclusión:

Durante todas estas lecciones hemos aprendido y repasado La Vida Espiritual Personal
que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros cuando pusimos nuestra fe en el Señor
Jesucristo y creímos en él de todo corazón.

Ese día, precioso e inolvidable, singular y crucial, Dios nos dio su Espíritu Santo y una
naturaleza divina (1 Corintios 6:19-20; 2 Pedro 1:3-4). Ahora nosotros somos hijos de
Dios y tenemos ciudadanía celestial (Juan 1:12-13; Filipenses 3:20-21).

Esta Vida Espiritual tiene que ser cultivada y desarrollada por nosotros bajo nuestra
sumisión al Espíritu Santo y la obediencia a la palabra Escrita de Dios. (2 Pedro 1:5-11;
Romanos 8:9; Mateo 7:24-27).

Nuestra Vida Espiritual la vivimos en nuestra relación personal con Dios, en nuestra
relación con nuestra familia, en nuestra relación con la iglesia de Jesucristo, en nuestra
relación con el mundo en que vivimos y en nuestra relación al futuro y a la eternidad.
Toda nuestra Vida Espiritual Personal debe glorificar a Dios en todas estas áreas y en
todo lo que nos toque vivir mientras estamos en esta tierra.

¡Qué Dios nos ayude a vivir nuestra Vida Espiritual Personal de una manera tal que le
traigamos gloria a Dios, seamos su brazo de salvación para alcanzar a los que aún no
creen, y ayudemos en el crecimiento espiritual de nuestros hermanos en Cristo!

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No
seas tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas
las cosas agrado a todos, no procurando ni propio beneficio, sino el de muchos, para que
sean salvos” (1 Corintios 10:31-33).

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