Amparo Contra Embargo Bancario

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QUEJOSA: ACOPIADORA COMERCIAL Y

AGROINDUSTRIAL SA DE CV

ASUNTO: SE INTERPONE JUICIO DE AMPARO INDIRECTO.

C. JUEZ DE DISTRITO EN TURNO EN EL ESTADO DE NUEVO LEON

P R E S E N T E:

C.CAYETANO ZAMARRON ESCOBEDO, con el carácter de representante legal de la empresa


ACOPIADORA COMERCIAL Y AGROINDUSTRIAL SA DE CV, personalidad que acredito en términos de
los instrumentos notariales que adjunto a la presente demanda; con domicilio fiscal ubicado en
________________; señalando como domicilio para oír y recibir todo tipo de notificaciones el
ubicado en calle Cafeto numero 118 Colonia el Cedral, Municipio de García Nuevo León,
autorizando en términos de lo dispuesto por el artículo 12 de la Ley de Amparo vigente, al
Licenciado en Derecho C.C. LIC. CAYETANO ZAMARRON ESCOBEDO, con Numero de cedula
profesional 5398128, expedida por la secretaria de Educación Pública y Dirección General de
Profesiones y con título registrado en el tribunal superior de justicia de Nuevo León, bajo el acta
No. 11497 de fecha 30 de Septiembre del 2011, LIC. CONSUELO FLORES TORRES, con numero de
Cedula Profesional 13660509, LIC. LUCERO ABIGAIL LUIS TREJO, LIC. NERIAS MIZRAIM RAMOS
SALAZAR, y únicamente para imponerse de los autos, así como para oír, recibir acuerdos,
notificaciones y demás documentos en términos del artículo 24 de la Ley de Amparo a los CC. Yair
Itiel Benito Bautista y Esther Zurisadai Zamarrón Flores indistintamente, ante Usted con el debido
respeto comparezco para exponer:

Con fundamento en el artículo 103, fracción I y 107 de la Carta Magna, en correlación con lo
previsto por el artículo 107, fracción II y demás aplicables de la Ley de Amparo, en tiempo y forma
legal promuevo JUICIO DE AMPARO INDIRECTO, en contra de la autoridad y acto que señalaré más
adelante, por lo que a efecto de cumplir lo dispuesto en el artículo 108 de la Ley de la materia,
menciono lo siguiente:

I.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO O DE QUIEN PROMUEVE A SU NOMBRE: Estos datos se
omiten, en virtud de que fueron precisados en el proemio del presente escrito.

II.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL TERCERO PERJUDICADO: Bajo protesta de decir verdad manifiesto
que por la naturaleza del acto impugnado considero que no existe.

III.- AUTORIDAD O AUTORIDADES RESPONSABLES: Señalo como tales en términos del artículo 5
fracción II y 108 fracción III de la Ley de Amparo a:

El Titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con domicilio conocido en la ciudad de


México.

El Titular de la Unidad de Inteligencia Financiera dependiente de la Secretaria de Hacienda y


Crédito Público, con domicilio conocido en la ciudad de México.
El Director de Procesos Legales B de la Dirección General de Procesos Legales de la Unidad de
Inteligencia Financiera dependiente de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público con domicilio
conocido en la Ciudad de México.

El C. Director General de Atención a Autoridades de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores con


domicilio oficial en la Avenida Insurgentes Sur número mil novecientos setenta y uno en la Colonia
Guadalupe Inn de la Delegación Álvaro Obregón en la Ciudad de México.

El Titular de la Dirección General Adjunta de Atención a Autoridades “D” de la Comisión Nacional


Bancaria y de Valores, con domicilio en la Avenida Insurgentes Sur número mil novecientos setenta
y uno en la Colonia Guadalupe Inn de la Delegación Álvaro Obregón en la Ciudad de México.

El Representante legal de BBVA BANCOMER, S.A. INSTITUCION DE BANCA MULTIPLE, GRUPO


FINANCIERO BBVA BANCOMER, con domicilio en Av. Paseo de la Reforma 510, Col. Juárez, Del.
Cuauhtémoc, C.P. 06600, Ciudad de México. México.

Gerente de la Sucursal____________ correspondiente a la institución bancaria BBVA BANCOMER,


S.A. INSTITUCION DE BANCA MULTIPLE, GRUPO FINANCIERO BBVA BANCOMER, con domicilio en
____________________

IV.- LEY O ACTO QUE SE RECLAMA: Los actos reclamados son los siguientes:

Del C. Secretario de Hacienda y Crédito Público se reclama:

La orden verbal o escrita para bloquear, cancelar, suspender o revocar la totalidad de las cuentas
bancarias de mi representada, así como el impedimento de disponer de los recursos que existen en
dicha cuenta, en especial la cuenta ________________ aperturada en la citada institución
bancaria, lo que provoca que la quejosa no pueda dar cumplimiento de las obligaciones fiscales
previstas, entre otros, en el artículo 20 séptimo párrafo del Código Fiscal de la Federación que
obliga a realizar el pago de contribuciones mediante los cheques del mismo banco en que se
efectúe el pago, la transferencia electrónica de fondos a favor de la Tesorería de la Federación, así
como las tarjetas de crédito y débito, y 27 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta que establece que
las erogaciones deberán realizarse a través del sistema financiero.

Del Titular de la Unidad de Inteligencia Financiera y Director de Procesos Legales B de la Dirección


General de Procesos Legales de la Unidad de Inteligencia Financiera dependiente de la Secretaria
de Hacienda y Crédito Público, se reclama:

La orden verbal o escrita dirigida para bloquear, cancelar, suspender o revocar la totalidad de las
cuentas bancarias de mi representada, en especial la cuenta __________________aperturada en
la institución bancaria BBVA BANCOMER, S.A. INSTITUCION DE BANCA MULTIPLE, GRUPO
FINANCIERO BBVA BANCOMER. Así como la orden verbal o escrita para impedir que mi
representada aperture o realice cualquier gestión de sus cuentas bancarias.

La falta de notificación del inicio y tramitación del procedimiento administrativo en contra de mí


representada, del cual derivó la orden de bloquear, cancelar, suspender o revocar sus cuentas
bancarias, así como para poder aperturar o realizar cualquier movimiento dentro de las mismas.
Del C. Director General de Atención a Autoridades de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y
Titular de la Dirección General Adjunta de Atención a Autoridades “D” de la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores se reclama:

La orden verbal o escrita dirigida para bloquear, cancelar, suspender o revocar la totalidad de las
cuentas bancarias de mi representada, en especial la cuenta __________________aperturada en
la institución bancaria BBVA BANCOMER, S.A. INSTITUCION DE BANCA MULTIPLE, GRUPO
FINANCIERO BBVA BANCOMER. Así como la orden verbal o escrita para impedir que mi
representada aperture, o realice cualquier gestión de sus cuentas bancarias.

La falta de notificación del inicio y tramitación del procedimiento administrativo en contra de mí


representada, del cual derivo la orden de bloquear, cancelar, suspender o revocar sus cuentas
bancarias, así como para poder aperturar o realizar cualquier movimiento dentro de las mismas.

Toda orden verbal o escrita dirigida a la Institución bancaria BBVA BANCOMER, S.A. INSTITUCION
DE BANCA MULTIPLE, GRUPO FINANCIERO BBVA BANCOMER, para que bloque, cancele, suspenda
o revoque la totalidad de las cuentas bancarias de mi representada, e impida disponer de los
recursos que existen en dichas cuentas en especial la cuenta ____________aperturada en la citada
institución bancaria.

Al representante legal de BBVA BANCOMER, S.A. INSTITUCION DE BANCA MULTIPLE, GRUPO


FINANCIERO BBVA BANCOMER y Gerente de la Sucursal________________, se reclama:

El bloqueo, cancelación, suspensión o revocación de la totalidad de las cuentas bancarias de mi


representada así como el impedimento de disponer de los recursos que existe en dicha cuenta, en
especial la cuenta ________________ aperturada en la citada institución bancaria, lo que provoca
que la quejosa no pueda dar cumplimiento de las obligaciones fiscales previstas entre otros en el
artículo 20 séptimo párrafo del Código Fiscal de la Federación que obliga realizar el pago de
contribuciones mediante los cheques del mismo banco en que se efectúe el pago, la transferencia
electrónica de fondos a favor de la Tesorería de la Federación, así como las tarjetas de crédito y
débito y 27 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta que establece que las erogaciones deberán
realizarse a través del sistema financiero.

V.- DERECHOS HUMANOS Y SUS GARANTÍAS VIOLADOS: Se viola en perjuicio de mi representada


los derechos fundamentales de legalidad, seguridad jurídica y debido proceso contenido, libertado
de trabajo, contenidos en los artículos 1, 5, 14, 16, 25, 31, y 133 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.

VI.- HECHOS.

BAJO PROTESTA DE DECIR VERDAD, los hechos o abstenciones que constituyen los antecedentes
del acto reclamado son los siguientes:

Ahora bien, tomando en cuenta que el sistema financiero constituye una infraestructura básica de
la economía de un país y que actualmente, ninguna persona moral puede realizar actos de
comercio y cumplir con sus obligaciones fiscales sin por lo menos uno de estos servicios, con fecha
______________ en la ciudad de ______________, mi representada celebró un contrato de
Productos y Servicios Múltiples con la institución bancaria “BBVA BANCOMER” S.A. INSTITUCIÓN
DE BANCA MÚLTIPLE, GRUPO FINANCIERO, en donde se le asignó el número de cuenta bancaria
________________.

Sin embargo, resulta ser que el día de hoy uno de mis clientes al pretenderme realizar un deposito
a la cuenta bancaria _________me informó que dicha cuenta se encuentra bloqueada tal como se
aprecia en la siguiente imagen:

INSERTAR IMAGEN

Por lo anterior, de manera inmediata me traslade a la institución financiera referida, a pretender


realizar algún movimiento respecto de la cuenta bancaría de mi representada, informándoseme de
manera verbal que no era posible acceder a mí solicitud en virtud de que las cuentas bancarias de
mi representada fueron bloqueadas por presunción de lavado de dinero (sic) y que por lo tanto, la
institución se encuentra imposibilitada a continuar ejecutando cualquier acto, operación, o servicio
con la quejosa o cualquier tercero que actué en nombre y representación lo que impide realizar
movimiento bancario alguno, incluyendo el de realizar retiros bancarios.

Ahora bien, se manifiesta bajo protesta de decir verdad que no se me hada dado conocer ni
notificado, mandamiento escrito de autoridad competente emitido por cualquiera de las
autoridades señaladas como responsables en el que se informe, el motivo, causa, o razón
particular por la cual fueron bloqueadas, canceladas, suspendidas, o revocadas las cuentas
bancarias de la quejosa, dejándola pues en completo estado de indefensión, violando con ello los
derechos fundamentales de debido proceso, audiencia, legalidad y seguridad jurídica consagrado
en los artículos 1, 14, 16, 17 y 22 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

VII.- CAPÍTULO DE PROCEDENCIA

El juicio de amparo que se promueve en contra de las autoridades señaladas como responsable sí
es procedente al actualizarse el supuesto previsto en el artículo 1 y 5 fracción II de la Ley de
Amparo.

El artículo 1 y 5 fracción II de la Ley de Amparo dispone lo siguiente:

Artículo 1°. El juicio de amparo tiene por objeto resolver toda controversia que se suscite: …

El amparo protege a las personas frente a normas generales, actos u omisiones por parte de los
poderes públicos o de particulares en los casos señalados en la presente Ley.

"Artículo 5o. Son partes en el juicio de amparo:

"II. La autoridad responsable, teniendo tal carácter, con independencia de su naturaleza formal, la
que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue situaciones
jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o
extinguiría dichas situaciones jurídicas.

"Para los efectos de esta ley, los particulares tendrán la calidad de autoridad responsable cuando
realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos en los términos de esta
fracción, y cuyas funciones estén determinadas por una norma general."

El citado precepto establece que tendrá el carácter de autoridad responsable con independencia
de su naturaleza formal, la que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica
o extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de realizarse
crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas, inclusive los particulares cuando
realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos, y cuyas funciones estén
determinadas por una norma general.

Ahora bien, las porciones normativas enunciadas retomaron los criterios de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación para definir a las autoridades responsables, pero agregó un aspecto diverso
que lo es el particular como autoridad responsable.

En ese orden de ideas, se tiene que el artículo 1º de la Ley de Amparo dispone en su párrafo último
que el amparo protege a las personas frente a normas generales, actos u omisiones por parte de
los poderes públicos o de particulares; en tanto el diverso artículo 5°, fracción II, de la propia Ley
de Amparo, señala que autoridad responsable es la que –con independencia de su naturaleza
formal– dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue situaciones
jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o
extinguiría dichas situaciones jurídicas; asimismo prevé una modalidad consistente en que los
particulares tendrán la calidad de autoridad responsable cuando realicen actos –u omisiones–
equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos en los términos de la propia fracción, y
cuyas funciones estén determinadas por una norma general.

De donde se advierte que el concepto de autoridad responsable, queda desvinculado de la


naturaleza formal de autoridad y atiende, ahora, a la unilateralidad del acto susceptible de crear,
modificar o extinguir, en forma obligatoria, situaciones jurídicas; y la interpretación psicológica de
la norma reglamentaria así lo confirma, al señalarse en el proceso legislativo –que le dio origen– el
alcance de esta nueva disposición, al tenor de las consideraciones siguientes:

DICTAMEN CÁMARA DE SENADORES

"[...] Se define a la autoridad responsable como parte en el juicio de amparo en el artículo 5,


fracción II del presente proyecto. Tendrá tal carácter, con independencia de su naturaleza formal, la
que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue situaciones
jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o
extinguiría dichas situaciones jurídicas. Para los efectos de esta ley, los particulares tendrán la
calidad de autoridad responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, que
afecten derechos en los términos de esta fracción, y cuyas funciones estén determinadas por una
norma general. En la teoría tradicional de los derechos fundamentales que ha sido predominante
en México, su eficacia vertical implicaba que sólo fueran oponibles ante los actos del Estado. Esto
estaba en gran medida justificado en que los derechos de las personas eran concebidos como
limitantes de la actuación del Estado y provenía de las primeras declaraciones de derechos que
surgieron como reacción a los Estados absolutistas y que representaban el "enemigo a vencer" por
el gran poder que detentaban sus gobernantes. Este concepto de verticalidad tuvo gran apoyo
doctrinal y jurisprudencial en la relación jurídica de la "garantía individual" de supra-subordinación
entre el gobernado y los órganos de autoridad, y por lo mismo la procedencia del amparo se
restringió al concepto de autoridad responsable que fuere constituida con ese carácter conforme a
la ley o que bien dispusiera directa o indirectamente de la fuerza pública para hacer cumplir sus
resoluciones.

El énfasis que se hizo en esta concepción de los derechos como una afectación del Estado en la
esfera de los particulares, si bien es comprensible, también ha quedado rebasado por la realidad
actual por tres razones principales.

La primera es que el surgimiento de los derechos económicos, sociales y culturales ha


transformado el papel del Estado frente a los gobernados de tal suerte en que ya no debe ser visto
únicamente como enemigo, sino todo lo contrario, debe ser percibido como un aliado para hacer
estos derechos efectivos.

La tutela, respeto y protección de este tipo de derechos debe verse a través de una actividad
positiva del Estado a favor de los particulares, como sucede en la educación, la vivienda, la salud, la
cultura, el deporte, el medio ambiente, y en otros derechos concretamente establecidos en las
normas fundamentales.

La segunda, es precisamente que hoy en día, en materia de derechos humanos, la vulneración más
importante de tales derechos no sólo proviene del Estado, sino que también provienen de la
actuación de los particulares en ciertas circunstancias. El medio ambiente ha sido principalmente
vulnerado por los actos de particulares, más que del Estado mismo; la discriminación social no
solamente proviene de los agentes del Estado, sino que lamentablemente es alimentada por
prácticas dentro de la sociedad y de los mismos particulares; el derecho a la intimidad, a las
comunicaciones privadas y a la protección de datos personales es una responsabilidad que hoy
corresponde también a los particulares garantizar.

Y finalmente la tercera razón es porque la vía de protección procesal que permita prevenir o
reparar violaciones de derechos humanos realizadas por particulares era prácticamente nula o de
una eficacia muy limitada.

En muchos casos de la jurisprudencia y doctrina jurídica en México se ha interpretado y reflejado


que los destinatarios de los derechos básicos de las personas no sólo son las autoridades, sino
también a los demás gobernados, y que la continuación de esta teoría tradicional nos puede
conducir a la violación de los compromisos internacionales que ha asumido el Estado mexicano.
En un análisis de derecho comparado se ha visto que el constitucionalismo latinoamericano cada
vez abandona más la teoría tradicional o liberal de los derechos fundamentales para reconocer la
plena eficacia horizontal de los derechos humanos. Países como Argentina, Venezuela, Uruguay,
Chile, Perú y Bolivia admiten en lo general el amparo contra particulares, ya sea por su disposición
normativa lo contempla expresamente, o que por no excluirlo en la norma constitucional se ha
abierto en legislación secundaria y en interpretación jurisprudencial.

En el caso de países como Costa Rica, Colombia y Guatemala, su admisión es de forma restrictiva,
ya que procede el amparo contra particulares cuando actúen en ejercicio de funciones o
potestades públicas, cuando actúen por ley o concesión del Estado, cuando estén en posición de
poder de superioridad frente a los otros gobernados, o cuando los remedios jurisdiccionales
resulten insuficientes. Estas dictaminadoras coinciden en que éste no es un cambio menor y que
debe considerarse el impacto en la administración de justicia de la eficacia horizontal de los
derechos humanos. Tales derechos se protegen con los mismos medios que tiene un particular
para defenderse de los actos de autoridad, y por consecuencia pudiera interpretarse
equivocadamente que los derechos remediables por las vías civil, penal o laboral necesariamente
deban iniciarse por la vía constitucional. Sin embargo, sí existen casos en los que deban tener este
cauce procesal para obtener una protección más eficaz, más justa y por tratarse de una violación
directa a este tipo de derechos.

Por ello se considera que la mejor forma de plasmar este concepto en esta Ley y de explicarlo en el
presente dictamen es definir el acto de autoridad y que los particulares tendrán dicha calidad
cuando sus actos u omisiones sean equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos en los
términos del acto de autoridad que objetivamente se define en la fracción II, y cuya potestad o
función derive de una norma general y abstracta. En casos paradigmáticos sobre el tema en países
como Argentina, Colombia, Perú y Bolivia, que datan de los años 50, donde se ha verificado que ha
sido posible obtener la protección constitucional contra actos de particulares. En un caso se
interpretó que si bien el nacimiento del amparo y de los derechos fundamentales había sido
diseñado para proteger a los particulares contra la autoridad pública, también tuvieron los
constituyentes la sagacidad y prudencia de no fijar exclusivamente en los textos constitucionales
que la protección de los derechos humanos sólo fuera contra ataques que provengan de la
autoridad, ni que pudieran emanar de otros particulares o sus agrupaciones, ya que éstos
acumulan gran poder material o económico y cuya fuerza se opone incluso a las del Estado.

En otros casos donde la vía ordinaria se había considerado más adecuada para remediar una
violación a estos derechos, los tribunales constitucionales estimaron que, por lo contrario, al
tratarse de violaciones directas a derechos fundamentales y por los alcances sociales que se
concretan en este tipo de derechos, la vía constitucional resultaba idónea y más efectiva.

A pesar de que los particulares pueden tener el carácter de autoridad en el juicio de amparo
cuando realicen los actos identificados en el segundo párrafo del artículo en cuestión, esto no
implica el desconocimiento de las vías ordinarias de resolución, así como el agotamiento de los
elementos procesales respectivos. El reconocimiento de estos actos de autoridad dependerá del
planteamiento realizado por el quejoso y la posibilidad de evaluar por parte de tribunal el acto
como lesivo de su esfera de derechos fundamentales. En ningún momento se pretende que el
Poder Judicial de la Federación sustituya a las autoridades ordinarias competentes para la
resolución de este tipo de conflictos. Hay que tomar en cuenta que en la gran mayoría de los casos
este tipo de violaciones requieren la mediación de las autoridades ordinarias, las cuales tienen que
valorar inicialmente este tipo de actos. Sin embargo, siempre existirán actos que puedan llegar de
manera directa al amparo cuando los particulares estén en una situación de supra-subordinación y
sin medios de defensa que le permitan solventar su pretensión.

DICTAMEN CÁMARA DE DIPUTADOS (...) Entre otras innovaciones, se define el acto de autoridad
independientemente de la naturaleza formal de la persona que lo emitió, cuya potestad derive de
una norma general y abstracta, que sea unilateral e imperativa sobre el quejoso, que sea asimilable
por ley a una función pública y que no tenga un medio adecuado o vía ordinaria para remediarlo
que lo deje en estado de indefensión, ampliando el concepto de autoridad responsable.

Como se advierte, en el proceso legislativo de la nueva Ley de Amparo se puso de manifiesto la


necesidad de ampliar la procedencia del juicio en contra de actos provenientes de particulares a
través de los cuales se afectara la esfera jurídica de derechos de los gobernados sin que ello
significara el abandono de los medios de defensa ordinarios y aunque se propuso que en la propia
ley se especificaran los casos en que tales actos serían susceptibles de impugnación, se optó por
dejar al Poder Judicial la interpretación de esas hipótesis atendiendo a las particularidades de cada
caso y a las notas del acto cuestionado.

Por tanto, es de resaltar que autoridad responsable para los efectos del juicio de amparo es:

a. La autoridad, con independencia de su naturaleza formal que: Dicta, ordena, ejecuta o trata de
ejecutar el acto que crea, modifica o extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y
obligatoria.

Omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas.

b. El particular que realice u omita actos equivalentes a los de autoridad, que cumplan con lo
siguiente:

Afecten derechos.

Las funciones deben estar determinadas por una norma general.

Por tanto, para determinar si el actuar u omisión de un particular encuadra dentro de la categoría
de autoridad responsable, debe no sólo analizarse el acto en sí, sino además que afecten derechos
y que deriven de las facultades u obligaciones establecidas en una norma.

Para ello es de desarrollar esas dos figuras.

Afectación de derechos. Ésta se debe entender aquel daño o perjuicio que se ocasiona en la esfera
jurídica del gobernado ya en su interés jurídico, legítimo o colectivo, 26 de aquellos derechos
reconocidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o en los tratados
internacionales del que el Estado mexicano sea parte, en términos del artículo 107, fracción I, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Las funciones deben estar determinadas por una norma general. Una norma general es aquella
que goza de las características de generalidad y abstracción; esto es, no basta que la norma no
provenga del Poder Legislativo para que pierda la característica de general, pues existen actos
formalmente administrativos –del Poder Ejecutivo– que tiene la naturaleza de acto administrativo
y no de una ley, precisamente por el órgano del que emana, pero lo cierto es que materialmente
puede gozar de las características de una norma general, tales como generalidad, abstracción y
obligatoriedad.

Ahora bien, conforme a dicho precepto legal, previamente transcrito entre las clasificaciones de
qué tipo de particulares son los que se puedan considerar con éstas características, se encuentran
las siguientes:

1. El carácter de autoridad responsable para efectos de la procedencia del juicio de amparo, queda
desvinculado de su naturaleza formal, por tanto, el ente particular tendrá el carácter de autoridad
responsable para efectos del juicio de amparo, cuando emite actos en forma unilateral, coercitiva y
obligatoria.

2. El acto que emite, ejecuta o trata de ejecutar dicho particular, crea, modifica o extingue la
situación jurídica preexistente de otro particular.

3. El particular emite actos – sea que lo haga en forma apegada o contraria a derecho- en base a
funciones o atribuciones determinadas por una norma general, sin que para ejecutarlos requiera
acudir a los órganos judiciales, ni precisa del consenso de la voluntad del afectado, lo que guarda
relación con el hecho de que la potestad para ejecutarlos emana de facultades previstas en la
norma.

4. El particular realiza “actos equivalentes de autoridad”, alejado de su ámbito privado o particular


convencional, entendiéndose que los particulares no se ubican en el ámbito privado, cuando su
ejecución implica un actuar que se asemeja a un actuar autoritario proveniente del Estado.

Como ejemplo decirse que esto se puede presentar, cuando un particular ejecuta actos en
detrimento de los derechos fundamentales de otro particular, al amparo de una concesión que le
fuera otorgada para administrar un bien del dominio público de la Federación, con la finalidad de
que este preste un servicio público que originalmente corresponde al Estado prestarlo, caso en el
cual se verifica o se ubica dicho proceder en una situación de supra a subordinación.

Lo anterior encuentra fundamento, en las consideraciones contenidas en las ejecutorias por medio
de los cuales diversos Tribunales Federales resolvieron los medios de impugnación de las que
posteriormente emanaran los siguientes criterios:
AUTORIDAD RESPONSABLE EN EL AMPARO. PARA DETERMINAR SI UN PARTICULAR ENCUADRA EN
ESA CATEGORÍA, NO SÓLO DEBE ANALIZARSE SU ACTO U OMISIÓN EN SÍ, SINO ADEMÁS SI AFECTA
DERECHOS Y DERIVA DE LAS FACULTADES U OBLIGACIONES ESTABLECIDAS EN UNA NORMA. De los
artículos 1o., fracción I y 5o., fracción II, de la Ley de Amparo se advierte que el concepto de
autoridad responsable queda desvinculado de la naturaleza formal del órgano público y atiende,
ahora, a la unilateralidad del acto susceptible de crear, modificar o extinguir, en forma obligatoria,
situaciones jurídicas, o de la omisión para desplegar un acto que -de realizarse- crearía, modificaría
o extinguiría dichas situaciones jurídicas, máxime que la interpretación teleológica de la norma
reglamentaria así lo confirma, al señalarse en el proceso legislativo -que le dio origen- la necesidad
de ampliar la procedencia del juicio contra actos provenientes no sólo de autoridades, sino
también de particulares, a través de los cuales se afectara la esfera jurídica de derechos de los
gobernados, sin que ello significara el abandono de los medios de defensa ordinarios; y aunque se
propuso que en la propia ley se especificaran los casos en que esos actos serían susceptibles de
impugnación, se optó por dejar al Poder Judicial de la Federación la determinación de esas
hipótesis, atento a las particularidades de cada caso y a las notas del acto cuestionado. En estas
condiciones, autoridad responsable, para los efectos del juicio de amparo es: a) la que -con
independencia de su naturaleza formal- dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea,
modifica o extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria, u omita el acto que, de
realizarse, crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas; y b) el particular que
realice u omita actos equivalentes a los de autoridad, que afecten derechos y que las funciones
deben estar determinadas por una norma general. Por tanto, para determinar si un particular
encuadra en la categoría de autoridad responsable, no sólo debe analizarse su acto u omisión en sí,
sino, además, si afecta derechos y deriva de las facultades u obligaciones establecidas en una
norma.[1]

ACTOS DE PARTICULARES EQUIPARABLES A LOS DE AUTORIDAD. SUS CARACTERÍSTICAS PARA


EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO EN SU CONTRA. De conformidad con el
artículo 5o., fracción II, segundo párrafo, de la Ley de Amparo, vigente a partir del 3 de abril de
2013 y el proceso legislativo que le dio origen, en específico, los dictámenes de las Cámaras de
Senadores y Diputados, para determinar si un particular realiza actos equiparables a los de
autoridad para efectos de la procedencia del juicio de amparo en su contra, debe verificarse si: 1.
El acto que se le atribuye lo realizó unilateral y obligatoriamente, esto es, si su dictado, orden o
ejecución se llevó a cabo sin la intervención del quejoso y lo constriñó a su observancia o, en su
caso, omitió realizar un acto que estaba obligado a efectuar, y si con dicho acto u omisión se
crearon, modificaron o extinguieron situaciones jurídicas, en un plano de supra a subordinación; 2.
Ese acto se realizó (u omitió realizarse) con base en funciones determinadas por una norma
general; y 3. En su contra no existe un medio de defensa ordinario que permita al gobernado
defender el derecho afectado.[2]

ACTOS DE PARTICULARES. PARA CONSIDERARLOS EQUIVALENTES A LOS DE AUTORIDAD


CONFORME AL ARTÍCULO 5o., FRACCIÓN II, SEGUNDO PÁRRAFO, DE LA LEY DE AMPARO, DEBEN
REUNIR LAS CARACTERÍSTICAS DE UNILATERALIDAD, IMPERIO Y COERCITIVIDAD, ADEMÁS DE
DERIVAR DE UNA RELACIÓN DE SUPRA A SUBORDINACIÓN. El artículo 5o., fracción II, segundo
párrafo, de la Ley de Amparo prevé que los particulares tendrán la calidad de autoridad
responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, los que se conceptualizan por
la propia porción normativa, como aquellos mediante los cuales se crean, modifican o extinguen
situaciones jurídicas de forma unilateral y obligatoria, siempre que las funciones del particular
equiparado a autoridad responsable estén determinadas por una norma general. De ahí que para
considerar que el acto realizado por un particular equivale al de una autoridad y, por ende, es
reclamable mediante el juicio constitucional, es necesario que sea unilateral y esté revestido de
imperio y coercitividad, lo que implica que sea ajeno al ámbito privado o particular contractual.
Además, conforme a la jurisprudencia 2a./J. 164/2011, de la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo XXXIV, septiembre de 2011, página 1089, de rubro: “AUTORIDAD PARA LOS EFECTOS
DEL JUICIO DE AMPARO. NOTAS DISTINTIVAS.”, el concepto jurídico de “autoridad responsable”
lleva implícita la existencia de una relación de supra a subordinación que da origen a la emisión de
actos unilaterales a través de los cuales se crean, modifican o extinguen situaciones jurídicas que
afecten la esfera legal del particular. En consecuencia, para que los actos de particulares puedan
ser considerados equivalentes a los de autoridad, deben reunir las características de unilateralidad,
imperio y coercitividad, además de derivar de una relación de supra a subordinación; por
exclusión, la realización de actos entre particulares en un plano de igualdad, que no impliquen una
relación en los términos apuntados, impide que pueda atribuírsele a cualquiera de ellos el carácter
de autoridad responsable.[3]

AUTORIDAD RESPONSABLE. NO TIENE ESE CARÁCTER, PARA LOS EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO,
EL PARTICULAR SEÑALADO COMO TAL, SI LOS ACTOS QUE SE LE RECLAMAN NO REÚNEN LAS
CARACTERÍSTICAS DE UNILATERALIDAD, IMPERIO Y SUS FUNCIONES NO ESTÁN DETERMINADAS
POR UNA NORMA GENERAL. De la intelección del artículo 5o., fracción II, de la Ley de Amparo
vigente, se desprende que, para los efectos del juicio de amparo, es autoridad responsable aquella
que ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue situaciones jurídicas
en forma unilateral y obligatoria. Asimismo, en su párrafo segundo establece que a los particulares
les revestirá dicho carácter cuando realicen actos equivalentes a los de esa naturaleza que afecten
derechos en los mismos términos y cuyas funciones estén determinadas por una norma general.
Luego entonces, si los actos equivalentes que se le imputan a un particular, señalado como
autoridad responsable, no reúnen las referidas características de unilateralidad e imperio y,
además, sus funciones no están determinadas por una norma de carácter general, es dable
concluir que no le reviste la mencionada calidad.

ACTOS DE PARTICULARES. CARACTERÍSTICAS QUE DEBEN REVESTIR PARA CONSIDERARLOS COMO


PROVENIENTES DE AUTORIDAD, PARA EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO. El
artículo 5o., fracción II, de la Ley de Amparo establece quiénes son parte en el juicio de amparo y
refiere: “II. La autoridad responsable, teniendo tal carácter, con independencia de su naturaleza
formal, la que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o extingue
situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía,
modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas.-Para los efectos de esta ley, los particulares
tendrán la calidad de autoridad responsable cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad,
que afecten derechos en los términos de esta fracción, y cuyas funciones estén determinadas por
una norma general.”. Así, la interpretación lógica y sistemática de tal precepto debe ser en el
sentido de que, con independencia de su naturaleza formal, para considerar a los actos de
particulares como provenientes de autoridad, para efectos de la procedencia del juicio de amparo,
su “equivalencia” debe estar proyectada en que sean unilaterales e imperativos y que, desde
luego, creen, modifiquen o extingan una situación jurídica que afecte a un particular; además,
deben realizarse por un particular en un plano de supra o subordinación en relación con otro, en
auxilio o cumplimiento de un acto de autoridad. Así, cuando el actuar del particular derive de un
plano de igualdad (sea por una relación laboral o de carácter contractual) con otros particulares,
no existe sustento constitucional ni legal para su impugnación mediante el juicio de amparo.[5]

Bajo esa orden de ideas, BBVA BANCOMER SOCIEDAD ANÓNIMA INSTITUCIÓN DE BANCA
MÚLTIPLE, GRUPO FINANCIERO si tiene la calidad de autoridad responsable por las siguientes
razones:

El servicio de banca múltiple solo lo pueden prestar las entidades que forman parte del sistema
financiero siendo que dicho servicio es público, por lo que, su cancelación, revocación, suspensión
o bloqueo constituye un acto de autoridad para efectos de la procedencia del amparo ante el
grado de afectación que produce.

A fin de sustentar dicha afirmación es conveniente señalar la Ley de Instituciones de Crédito, en los
preceptos que nos interesan establecen lo siguiente:

“ARTICULO 1o.- La presente Ley es de orden público y observancia general en los Estados Unidos
Mexicanos y tiene por objeto regular el servicio de banca y crédito, la organización y
funcionamiento de las instituciones de crédito, las actividades y operaciones que las mismas
podrán realizar, su sano y equilibrado desarrollo, la protección de los intereses del público y los
términos en que el Estado ejercerá la rectoría financiera del Sistema Bancario Mexicano.”

“ARTICULO 2o.- El servicio de banca y crédito sólo podrá prestarse por instituciones de crédito, que
podrán ser:

I. Instituciones de banca múltiple, y

II. Instituciones de banca de desarrollo.

Para efectos de lo dispuesto en la presente Ley, se considera servicio de banca y crédito la


captación de recursos del público en el mercado nacional para su colocación en el público,
mediante actos causantes de pasivo directo o contingente, quedando el intermediario obligado a
cubrir el principal y, en su caso, los accesorios financieros de los recursos captados.

[…]” TITULO SEGUNDO

De las Instituciones de Crédito

CAPITULO I

De las Instituciones de Banca Múltiple

SECCIÓN PRIMERA
Disposiciones Generales

“ARTICULO 8o.- Para organizarse y operar como institución de banca múltiple se requiere
autorización del Gobierno Federal, que compete otorgar discrecionalmente a la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores, previo acuerdo de su Junta de Gobierno y opinión favorable del Banco de
México. Por su naturaleza, estas autorizaciones serán intransmisibles.

[…]”TITULO TERCERO

De las Operaciones

CAPITULO I

De las Reglas Generales

“ARTICULO 46.- Las instituciones de crédito sólo podrán realizar las operaciones siguientes:

I. Recibir depósitos bancarios de dinero:

[…]XXVIII. Las análogas o conexas que autorice la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, oyendo
la opinión del Banco de México y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Las instituciones de banca múltiple únicamente podrán realizar aquellas operaciones previstas en
las fracciones anteriores que estén expresamente contempladas en sus estatutos sociales, previa
aprobación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en términos de lo dispuesto por los
artículos 9o. y 46 Bis de la presente Ley.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y el Banco


de México, dentro de la regulación que deban emitir en el ámbito de su competencia, deberán
considerar las operaciones que las instituciones de banca múltiple estén autorizadas a realizar
conforme a lo previsto en los artículos 8o., 10 y 46 Bis de esta Ley, y diferenciar, cuando lo estimen
procedente, dicha regulación en aspectos tales como la infraestructura con que deberán contar y
la información que deberán proporcionar, entre otros. Asimismo, se podrán considerar los modelos
de negocios o características de sus operaciones.”

CAPITULO IV

De los Servicios

“ARTICULO 77.- Las instituciones de crédito prestarán los servicios previstos en el artículo 46 de
esta Ley, de conformidad con las disposiciones legales y administrativas aplicables, y con apego a
las sanas prácticas que propicien la seguridad de esas operaciones y procuren la adecuada
atención a los usuarios de tales servicios.”

Conforme dichos dispositivos legales el servicio de banca y crédito sólo podrá prestarse por
instituciones de crédito, que podrán ser: En ese sentido es claro que el servicio de banca y crédito
son prestados exclusivamente por instituciones de banca múltiple o bien instituciones de banca de
desarrollo.
Por lo anterior, tenemos que se cumple con la característica consistente en que la actuación de un
articular esté supeditada por una norma general, como lo es en el presente caso la Ley de
Instituciones de Crédito, pues esta, prevé que los servicios de banca múltiple y de desarrollo, serán
prestados exclusivamente por Instituciones de Crédito, además, los servicios que estas podrán
prestar, están contempladas y reguladas por la misma Ley, específicamente en su artículo 46,
pudiendo autorizarse análogas o conexas previa aprobación de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público.

Al respecto, ese H. Juzgador, no puede soslayar que la norma general en comento resulta ser de
orden público y observancia general en términos de su artículo 1°, cuyo objeto consiste en:

Regular el servicio de banca y crédito.

La organización y funcionamiento de las instituciones de crédito.

Las actividades y operaciones que las mismas podrán realizar, su sano y equilibrado desarrollo.

La protección de los intereses del público.

Los términos en que el Estado ejercerá la rectoría financiera del Sistema Bancario Mexicano.

De tal manera, que toda Institución de Banca Múltiple como en el presente caso lo es
____________, actúa y funciona en observancia a una norma general -Ley de Instituciones de
Crédito-, la cual, en primera instancia, tiene como finalidad regular todos los servicios bancarios
que son prestados dentro del Sistema Bancario Mexicano, y de forma particular, faculta al
Gobierno Federal (art. 8) para otorgar las autorizaciones a la iniciativa privada para poder operar
dentro de dicho sistema como una institución de banca múltiple o de desarrollo, estableciendo los
requisitos y procedimientos para tal efecto.

Así como también, la misma Ley prevé las actividades y operaciones que pueden ser realizadas por
estas instituciones, con la finalidad de salvaguardar el interés público. Siendo entonces evidente,
que el acto reclamado no puede ser considerado dentro de un plano de coordinación o de
igualdad entre particulares, debido a que sus efectos y alcances, en todo momento son regulados
por la Ley de Instituciones de Crédito y en teoría, por el Estado, quien tiene a cargo la rectoría del
Sistema Bancario Mexicano.

Considerar lo contrario, sería tanto como hacer nugatoria la eficacia de la Ley de Instituciones de
Crédito, pues si bien, gran parte de la banca en nuestro sistema mexicano se encuentra privatizada,
por alguna razón, el legislador ordinario consideró necesario reconocer que los servicios prestados
por estos “particulares” tienen una trascendencia para el orden público, tan esa así, que solo
pueden ser prestados a través de figuras jurídica exclusivas (instituciones de banca múltiple y de
desarrollo), que cumplan con ciertos requisitos, y que además, sus actuaciones se ven circunscritas
a la actividades y operaciones que la misma ley establece.
Ahora bien, por lo que respecta a la característica de unilateralidad que debe cumplir el acto
reclamado a la “autoridad responsable”, tenemos que la primera de ellas se encuentra
perfectamente demostrada, ya que como se verá más adelante, la decisión de restringir, bloquear
y/o cancelar las cuentas bancarias de mi representada, no fue puesta a consideración de mi
representada, sino únicamente constituye una manifestación unilateral de la voluntad de la
responsable.

Sustento de lo anterior, resulta aplicable la tesis siguiente:

AUTORIDAD PARA LOS EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO. NOTAS DISTINTIVAS. Las notas que
distinguen a una autoridad para efectos del juicio de amparo son las siguientes: a) La existencia de
un ente de hecho o de derecho que establece una relación de supra a subordinación con un
particular; b) Que esa relación tenga su nacimiento en la ley, lo que dota al ente de una facultad
administrativa, cuyo ejercicio es irrenunciable, al ser pública la fuente de esa potestad; c) Que con
motivo de esa relación emita actos unilaterales a través de los cuales cree, modifique o extinga por
sí o ante sí, situaciones jurídicas que afecten la esfera legal del particular; y, d) Que para emitir esos
actos no requiera acudir a los órganos judiciales ni precise del consenso de la voluntad del
afectado.[6]

Por otra parte, las características de imperio y coercitividad del acto reclamado se actualizan desde
el momento en que la Institución Bancaria, es quien tiene a su alcance las herramientas para
ordenar la restricción, bloqueo y/o cancelación de las cuentas bancarias de mi representada, así
como para hacer efectiva tal decisión, sin oportunidad de que mi representada pueda hacer valer
en su contra algún recurso o medio de defensa para modificar esa decisión.

Para demostrar lo anterior, basta traer a colación la definición de “imperio” que nos proporciona el
Diccionario del Español Jurídico de la Real Academia Española:

IMPERIO.

1. Hist. Potestad de decidir sin contestación.

2. Hist. Potestad que residía en el soberano y, por delegación, en ciertos señores o magistrados,
para decidir las causas civiles y penales e imponer las penas correspondientes.

De la definición anterior, podemos advertir que el acto reclamado cumple cabalmente con la
característica de ser una resolución emitida con imperio, toda vez, que en el presente caso la
quejosa no tiene reconocido derecho alguno para controvertir la decisión de la autoridad.

Además, como es propiamente la responsable quien tiene el uso y control de los medios para
proporcionar los servicios bancarios, tiene toda la facultad para hacer coercitiva su decisión, ya que
tanto material como formalmente, la quejosa no se encuentra en aptitud de oponerse, rechazar,
modificar o suspender los efectos y alcances del acto reclamado, mismo que resultan ser de
imposible reparación.

Es así, pues la utilización de servicios de banca y crédito resulta obligatoria para el contribuyente o
gobernado dado que diversas disposiciones establecen la obligación de utilizar dichos servicios
para realizar sus operaciones como las establecidas en el Código Fiscal de la Federación, Ley del
Impuesto Sobre la Renta, Ley del Impuesto al Valor Agregado, Ley Federal para la Prevención e
Identificación de Recursos con Procedencia Ilícita mismas que se desarrollaran más adelante.

Por lo tanto, la actividad financiera es un servicio público prestado exclusivamente por ciertas
entidades pues sin este, cualquier gobernado o contribuyente no podrán cumplir con sus
obligaciones o ejercer sus derechos. Lo anterior es así dado que:

1) Es una actividad fundamentalmente privada que no está reservada al Estado.

2) No obstante ser de índole privada, reviste un interés general muy arraigado.

3) Es una actividad dirigida al público.

4) Se desarrolla en régimen de autorización y no de concesión, configurándose un régimen jurídico


especial reglamentario, es decir, sus actos se rigen por una Ley formal y material, así como las
disposiciones reglamentarias.

En este orden de ideas, tratándose de un servicio de interés general, de gran impacto en la vida
económica del país y relevancia para sus usuarios, no es permisible que una institución financiera
prive en forma arbitraria a un usuario de dicho servicio público y básico, pues de lo contrario no le
permitiría cumplir con sus obligaciones constitucionales, legales o solamente ejercer sus derechos,
dado que la utilización de una cuenta bancaria por ejemplo no es una concesión graciosa del
particular sino la imposición de una obligación mediante leyes previamente establecidas de tal
forma que no es opción del contribuyente decidir si cuenta con una cuenta bancaria. Así entonces,
la institución financiera adquiere la naturaleza de autoridad para efectos del juicio de amparo
cuando, bloquee, revoque, cancele o suspenda una cuenta bancaria o cualquier servicio financiero
dada la afectación de imposible reparación que produce dicha actuación.

Lo anterior, aunado a que, el bloqueo de la cuenta bancaria o la restricción de acceso al sistema


financiero debe de estar suficientemente motivada, y además basada en razones que válidamente
puedan justificar su cierre o bloqueo, de conformidad con el ordenamiento jurídico vigente. De lo
contrario, se podría permitir a las instituciones bancarias públicas o privadas, negarse a ofrecer los
servicios de cuenta corriente a un usuario sin que medien motivos objetivos y legítimos para ello,
siendo que, no existe procedimiento o mecanismo alguno que permita al contribuyente
inconformarse ante una actuación caprichosa o arbitraria, lo que redunda aún más en el estado de
indefensión en a que puede estar ubicado frente a la actuación de una institución financiera.

Por lo tanto, el bloqueo, revocación, cancelación o restricción de una cuenta bancaria o de un


servicio financiero bajo actuaciones que carecen de lo más esencial de motivación o justificación
legitima para ello, hacen procedente el juicio de amparo, dado que dicho acto afecta en grado
predominante los derechos fundamentales de libertad de comercio, legalidad, debido proceso,
seguridad económica, previsto en el artículo 5, 14, y 16 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, aunado que también, impide el cumplimiento de las obligaciones de los
gobernados, como lo es, contribuir al gasto publico previsto en el artículo 31 fracción IV de nuestra
carta Magna, por lo que se constituyen de aquellos actos que el artículo 5 fracción II de la Ley de
Amparo, prevé como actos de autoridad.

Lo anterior, dado que, al exponer el bloqueo, cancelación, suspensión o restricción de las cuentas
bancarias de la quejosa a las consideraciones vertidas por el Poder Judicial de la Federación, es
posible determinar que dicho acto si se constituye como de autoridad.

El acto que se le atribuye, lo realizó unilateral y obligatoriamente, esto es, si su dictado, orden o
ejecución se llevó a cabo sin la intervención del quejoso y lo constriñó a su observancia o, en su
caso, omitió realizar un acto que estaba obligado a efectuar, y si con dicho acto u omisión se
crearon, modificaron o extinguieron situaciones jurídicas, en un plano de supra a subordinación.

En efecto, la cancelación o cierre de la cuenta bancaria es un acto unilateral, ejecutado sin la


intervención del particular o quejoso. Modificando, o en su caso, extinguiendo situaciones
jurídicas, en el caso el particular, está impedido de realizar operaciones afines a su actividad así
como de cumplimiento de diversas obligaciones.

Lo anterior es así, dado que la quejosa no tiene el deseo de dejar de recibir el servicio financiero
en comento, por ser una necesidad para su subsistencia como persona moral; y con ello, la
decisión de la institución financiera se torna obligatoria, pues se está bloqueando la cuenta
bancaria, sin dar la oportunidad de que dicha decisión sea reconsiderada, modificada, combatida,
etc., así como tampoco se otorgó la oportunidad a mi mandante para conocer los motivos de dicho
bloqueo.

Ese acto se realizó (u omitió realizarse) con base en funciones determinadas por una norma
general; y

Los actos emanados de una institución bancaria como lo es BBVA BANCOMER, S.A. INSTITUCIÓN
DE BANCA MÚLTIPLE, se encuentran determinados por la Ley de Instituciones de Crédito, la cual
resulta ser una norma de orden público y observancia general, que tiene por objeto regular el
servicio de banca y crédito.
La cual, además, precisa que dichos servicios solo pueden ser prestados por personas con
características especiales, como lo es el caso de una institución de banca múltiple, cuya
constitución solo puede ser realizada con aprobación de la Comisión Nacional Bancaria y de
Valores, junto con la opinión favorable del Banco de México; las cuales pueden prestar solo
aquellos servicios permitidos por la ley, como podría ser el de “contratos de productos y servicios
múltiples”

Por lo tanto, el acto reclamado en el presente caso, se encuentra determinado y regulado por la
Ley de Instituciones de Crédito, acto que se hizo insistir en la cancelación, bloqueo, suspensión,
cierre o revocación de la cuenta bancaria y servicios múltiples a nombre de mi mandante.

En su contra no existe un medio de defensa ordinario que permita al gobernado defender el


derecho afectado.

En el caso no lo hay, dando que no existe precepto legal alguno que permita al contribuyente
poder defenderse en contra del bloqueo de su cuenta bancaria y al haber violaciones a derechos
protegidos por la constitución, es viable la promoción del Amparo.

Resulta aplicable la siguiente tesis:

INSTITUCIONES DE CRÉDITO. LA CANCELACIÓN DE UNA CUENTA BANCARIA EMBARGADA POR LA


AUTORIDAD JUDICIAL ES UN ACTO DE AUTORIDAD PARA LA PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO.
Si bien es cierto que las instituciones de crédito son personas morales de derecho privado y, por
regla general, contra sus actos es improcedente el juicio de amparo, también lo es que cuando
actúan en auxilio de una autoridad judicial, en virtud del trámite de un juicio en el que se
embargaron cuentas bancarias, su intervención se equipara a la de una autoridad ejecutora, ya que
son las que materialmente bloquean las cuentas e impiden que el usuario o beneficiario realice
cualquier operación financiera respecto de éstas. Por tanto, si una institución de las indicadas
inobservó la orden judicial dada en los términos descritos y canceló las cuentas, con la
consecuente devolución del numerario correspondiente a la persona que se designó como
beneficiario, también dicho acto debe considerarse como de autoridad para la procedencia del
juicio de amparo, ya que no se realizó en un plano de coordinación, sino de supra a subordinación,
máxime que las instituciones de crédito actúan conforme lo estatuye una norma general y, ante la
duda de si el acto reclamado proviene de una autoridad que tiene la calidad de responsable para
los efectos del amparo, debe otorgarse la posibilidad al particular de acudir a un recurso judicial
efectivo que, en el caso, es el juicio para la protección de los derechos fundamentales, previsto en
los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Aunado a que
si el artículo 5o., fracción II, segundo párrafo, de la Ley de Amparo otorga la calidad de autoridad a
los particulares -con ciertos requisitos-, con mayor razón cuando una institución de crédito es
autoridad ejecutora, en el desempeño de funciones bancarias, debe ser garante de los derechos
humanos, por ser parte de un ente público, con obligaciones generales, principalmente las
previstas en el artículo 1o. constitucional; entonces, la autoridad señalada como responsable, al
cancelar las cuentas incurrió no sólo en un desacato a una orden judicial, como fue el embargo a
aquéllas, sino que además, violó posibles derechos humanos relativos al patrimonio de otras
personas, es decir, con el acto de autoridad no sólo se actualizó una violación a la seguridad
jurídica como derecho humano y al principio de legalidad, sino que hubo un quebranto al orden
jurídico nacional por un particular, lo que evidentemente no puede permitirse por el juzgador, en
cumplimiento a lo que dispone el artículo indicado en último término.[7]

INSTITUCIONES BANCARIAS. TIENEN EL CARÁCTER DE AUTORIDAD RESPONSABLE EJECUTORA PARA


EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO, CUANDO ACTÚAN COMO AUXILIARES DEL MINISTERIO PÚBLICO,
A TRAVÉS DE LA COMISIÓN NACIONAL BANCARIA Y DE VALORES, EN EL ASEGURAMIENTO DE
CUENTAS BANCARIAS DECRETADO EN UNA AVERIGUACIÓN PREVIA. El artículo 5o., fracción II, de la
Ley de Amparo establece que tiene el carácter de autoridad responsable, con independencia de su
naturaleza formal, la que dicta, ordena, ejecuta o trata de ejecutar el acto que crea, modifica o
extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y obligatoria, u omita el acto que de realizarse
crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas; asimismo, dispone que los
particulares tendrán esa calidad cuando realicen actos equivalentes a los de autoridad, que afecten
derechos en los términos de esa fracción, y cuyas funciones estén determinadas por una norma
general. En este contexto, si bien las instituciones bancarias son personas morales de derecho
privado y, por regla general, contra sus actos es improcedente el juicio de amparo, cuando actúan
en auxilio del Ministerio Público, a través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, en el
aseguramiento de cuentas bancarias decretado en averiguación previa, su intervención se equipara
al de una autoridad ejecutora, ya que son las que materialmente "bloquean" las cuentas objeto del
aseguramiento ministerial e impiden, en algunos casos, que el usuario realice cualquier otra
operación financiera ante ellas; actuar que es susceptible de afectar derechos fundamentales del
cuentahabiente, entre otros aspectos, porque le impiden la libre disposición de su numerario,
aunado a que dicho proceder se encuentra regulado por la Ley de Instituciones de Crédito, que es
una norma de carácter general; lo anterior permite afirmar que en la hipótesis apuntada, los
bancos, como auxiliares de la representación social en la fase de ejecución del aseguramiento de
cuentas bancarias decretado en la averiguación previa, intervienen como autoridad en
cumplimiento de una disposición legal y no como particulares con motivo de la relación
contractual que tienen con el titular de aquéllas.[8]

Entonces, adminiculando las consideraciones anteriores, podemos concluir que en el presente caso
la cancelación injustificada del contrato de apertura de cuenta bancaria de mi representada,
constituye un acto de autoridad en términos del artículo 5, fracción II de la Ley de Amparo, pues
independientemente de la naturaleza formal del ente que emitió el acto reclamado, este fue
emitido de forma unilateral, obligatoria, modificando una situación jurídica en perjuicio de mi
representada, y creando un plano de supra subordinación.

Resulta ilustrativo el criterio siguiente:

UNIVERSIDADES PRIVADAS. LA OBLIGACIÓN IMPUESTA A SUS ALUMNOS DE USAR UNA PULSERA,


BRAZALETE U OTRO DISTINTIVO ANÁLOGO, PARA DIFERENCIAR A QUIENES HAN PAGADO LOS
SERVICIOS EDUCATIVOS QUE PRESTAN, ES UN ACTO DE PARTICULAR EQUIVALENTE A LOS DE
AUTORIDAD, IMPUGNABLE EN EL AMPARO INDIRECTO. La Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 2a./J. 12/2002 estableció, conforme a la interpretación
de la Ley de Amparo abrogada, que las universidades públicas autónomas son organismos
descentralizados que forman parte de la administración pública e integran la entidad política a la
que pertenecen (Federación o Estado); están dotadas legalmente de autonomía en términos del
artículo 3o., fracción VIII (actualmente fracción VII), de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y, al regirse por normas de carácter general expedidas por el respectivo
Congreso, o por tener la facultad de expedirlas a través de una cláusula legal habilitante, pueden
ser autoridad para efectos del juicio de amparo, respecto de actos realizados con sus alumnos.
Ahora bien, en términos de los artículos 1o., último párrafo y 5o., fracción II, de la Ley de Amparo
vigente, las universidades privadas, prestadoras del servicio de educación superior que
corresponde originariamente al Estado, son particulares que pueden realizan actos equivalentes a
los de autoridad, al desarrollar funciones similares a las universidades públicas autónomas,
siempre que: a) dicten, ordenen, ejecuten o traten de ejecutar algún acto en forma unilateral y
obligatoria, o bien, que omitan actuar en determinado sentido, b) afecten derechos creando,
modificando o extinguiendo situaciones jurídicas; y, c) sus funciones estén determinadas en una
norma general que le confiera atribuciones para actuar como una autoridad del Estado, cuyo
ejercicio, por lo general, tenga un margen de discrecionalidad. Es así, pues al igual que las
universidades públicas, cuentan con la autorización que les confiere el citado precepto
constitucional, sus funciones están reguladas en los artículos 54 a 58 de la Ley General de
Educación y tienen facultad de establecer la forma en que prestan sus servicios educativos,
siempre y cuando se encuentren apegados a los planes educativos aprobados por la Secretaría de
Educación Pública. Por tanto, la obligación que impone una universidad privada a sus alumnos, de
usar una pulsera, brazalete u otro distintivo análogo, para diferenciar a quienes han pagado los
servicios educativos que presta, es un acto de particular equivalente a los de autoridad,
impugnable en el amparo indirecto, porque dicha medida se emitió acorde con una norma general
que le confiere autonomía para crear situaciones jurídicas que habrán de regir para sus alumnos y,
con ello, es susceptible de afectar el derecho humano a la educación.[9]

Aunado a lo anterior, el juicio de amparo es procedente porque el acto reclamado carece de


fundamentación y motivación lo que es una violación directa a la Constitución, no procede medio
de defensa legal alguno. En todo caso, la determinación de la calidad de la autoridad responsable
no es un tema de auto inicial sino una cuestión de fondo que debe resolverse solo en audiencia
constitucional. Resulta aplicable la siguiente tesis:

AUTO INICIAL DE TRÁMITE DE LA DEMANDA DE AMPARO. NO ES LA ACTUACIÓN PROCESAL


OPORTUNA PARA ANALIZAR SI EL ACTO RECLAMADO PROVIENE DE UNA AUTORIDAD PARA
EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO, CUANDO SE IMPUGNA CUALQUIER ACTO RELACIONADO CON LA
PRESTACIÓN DEL SERVICIO PÚBLICO DE SUMINISTRO DE ENERGÍA ELÉCTRICA PRESTADO POR LA
COMISIÓN FEDERAL DE ELECTRICIDAD, EN EJERCICIO DE SU FACULTAD CONSTITUCIONAL. En el
auto señalado el Juez de Distrito no está en posibilidad jurídica ni material de precisar si cualquier
acto reclamado, relacionado con la prestación del servicio público de suministro de energía
eléctrica prestado por la Comisión Federal de Electricidad, en ejercicio de su facultad
constitucional, proviene o no de una autoridad para efectos del juicio de amparo, ya que en esa
etapa del procedimiento únicamente constan en el expediente los argumentos plasmados en el
escrito inicial de demanda y las pruebas que se acompañen a ésta. Por tanto, al no existir
actualmente jurisprudencia de carácter obligatorio que defina en ese supuesto, si la Comisión
Federal de Electricidad tiene o no dicho carácter, el Juez federal no está en aptitud para desechar la
demanda de amparo bajo el argumento de que se actualiza un motivo manifiesto e indudable de
improcedencia, ya que en esa etapa no es evidente, claro y fehaciente, pues se requerirá hacer un
análisis profundo, tomando en cuenta la reforma constitucional y legal en materia energética, para
determinar su improcedencia, estudio propio de la sentencia definitiva, razón por la cual, debe
admitirla, sin perjuicio de que al dictar sentencia lleve a efecto el análisis referido.[10]

Procedencia del juicio de amparo dado que la utilización del sistema financiero es una obligación
prevista en una Ley formal y material.

Además, para estudiar la PROCEDENCIA del Juicio de Amparo no podemos perder de vista que
existen diversos servicios financieros que brindan las Instituciones Bancarias, y que depende en la
prestación de cuál de ellos se está cometiendo el ACTO RECLAMADO, que a manera de ejemplo se
citan los servicios siguientes:

Cuentas de ahorro.

Cuentas de inversión.

CUENTAS EMPRESARIALES.

Dicha distinción es necesaria para analizar la PROCEDENCIA del juicio de Amparo pues, no en la
prestación de todos los servicios el Banco cuenta con el carácter de AUTORIDAD, ello puesto que
en tratándose de las cuentas de ahorro y de inversión pudiera generalizarse que se trata de un acto
entre particulares regido por la legislación mercantil. Empero, dicha premisa no puede prevalecer
en tratándose de CUENTAS EMPRESARIALES, ello ya que no debemos soslayar el motivo o causa
por el cual una “EMPRESA” –como la ahora quejosa- abrió una cuenta bancaria, para en primer
término derivó de una decisión voluntaria o un verdadero imperio de ley.

El origen o motivo del porqué una empresa o persona con fines lucrativos abre una cuenta
bancaria más que a un acto de voluntad obedece a un cumplimiento ya sea de obligaciones legales
o para el cumplimiento de condicionantes para hacer efectivos derechos en materia fiscal. ´Por
ejemplo en el caso en concreto mi representada tiene como actividad preponderante la de la
PRESTACIÓN DE SERVICIOS XXXXXX, la cual conforme a los artículos 1 de la Ley del Impuesto Sobre
la Renta y 27 del Código Fiscal de la Federación tiene la obligación de inscribirse al Registro Federal
de Contribuyentes, para efectos de cumplir al Gasto Público por la causación de ese impuesto.

Sin embargo, también por disposición Constitucional es imperativo que dicha contribución se
realice de manera PROPORCIONAL y equitativa, y para efectos del Impuesto Sobre la Renta, esa
proporcionalidad solamente se refleja DISMINUYENDO DE LA BASE DEL IMPUESTO LAS
DEDUCCIONES AUTORIZADAS, y para que una persona moral como ésta quejosa los requisitos que
deben de cumplir sus deducciones, entre otros, son:

LEY DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA

Artículo 27. Las deducciones autorizadas en este Título deberán reunir los siguientes requisitos:

III. Estar amparadas con un comprobante fiscal y que los pagos cuyo monto exceda de $2,000.00 se
efectúen mediante transferencia electrónica de fondos desde cuentas abiertas a nombre del
contribuyente en instituciones que componen el sistema financiero y las entidades que para tal
efecto autorice el Banco de México; cheque nominativo de la cuenta del contribuyente, tarjeta de
crédito, de débito, de servicios, o los denominados monederos electrónicos autorizados por el
Servicio de Administración Tributaria.

Como vemos, para que una contribuyente como ésta quejosa pueda dar efectos fiscales
válidamente a una erogación (con la finalidad de contribuir sobre una base que efectivamente
refleje su verdadera capacidad) si ésta excede del monto de $2,000.00, NECESARIAMENTE TIENE
QUE REALIZARSE A TRAVÉS DEL SISTEMA FINANCIERO, y es por ello que existe el producto
denominado CUENTA EMPRESARIAL.

Entonces, de un análisis sistémico de las disposiciones legales que rigen a una persona moral con
fines lucrativos, vemos que, NO ES POR VOLUNTAD SINO POR CUMPLIMIENTO A SUS
OBLIGACIONES LEGALES, que tiene que abrir una cuenta bancaria empresarial en el sistema
financiero, pues se insiste, el marco legal en el que se desenvuelve así lo exige para determinado
cumplimiento de formalidades esenciales a que está sujeta.

Por ello, en el caso particular de cancelación o negativa de apertura de CUENTAS EMPRESARIALES,


se debe estudiar la participación de la Institución Bancaria bajo una óptica totalmente distinta a los
demás productos financieros, pues se insiste, mientras en el caso de las cuentas de ahorro y de
inversión se tratan de servicios opcionales, en el caso de las CUENTAS EMPRESARIALES el marco
normativo que justifican su existencia IMPONEN A SUS TITULARES SU USO OBLIGATORIO, so pena
de incumplir con formalidades legales que afectan directamente su patrimonio; entonces LA
PARTICIPACIÓN DEL BANCO RESPONSABLE entorno a ese servicio corresponde al de una verdadera
AUTORIDAD.

En otras palabras, el marco legal actual, impone la obligación a los contribuyentes de que PREVIO A
LA REALIZACIÓN de sus operaciones de comercio, DEBEN OBTENER UNA CUENTA BANCARIA
EMPRESARIAL, para que dichas operaciones sean válidas en determinados ámbitos, como lo son el
fiscal, incluso, en determinadas actividades como lo son la de Constitución o transmisión de
derechos reales sobre bienes inmuebles, existe expresamente la prohibición de realizar sus
operaciones a través del USO DE EFECTIVO, exigiendo que éstas se realicen a través del SISTEMA
FINANCIERO tal y como se lee del artículo 32, de la Ley Federal para la Prevención e Identificación
de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (en adelante LFPIORPI), que para un mejor
proveer se transcribe:

LFPIORPI

Artículo 32. Queda prohibido dar cumplimiento a obligaciones y, en general, liquidar o pagar, así
como aceptar la liquidación o el pago, de actos u operaciones mediante el uso de monedas y
billetes, en moneda nacional o divisas y Metales Preciosos, en los supuestos siguientes:

I. Constitución o transmisión de derechos reales sobre bienes inmuebles por un valor igual o
superior al equivalente a ocho mil veinticinco veces el salario mínimo vigente en el Distrito Federal,
al día en que se realice el pago o se cumpla la obligación;
En el caso de ejemplo, la realización de las operaciones comerciales no son únicamente para hacer
efectivos derechos (deducciones), sino que constituyen una OBLIGACIÓN LEGAL EXPRESA; por lo
que para poder concluir que efectivamente el uso de CUENTAS BANCARIAS EMPRESARIALES no se
trata de un servicio adquirido voluntariamente, sino del cumplimiento de una obligación, debemos
reconocer que la existencia de dicho producto puede conceptualizarse de la manera siguiente: En
ese orden de ideas, resulta evidente que para estudiar la procedencia del presente Juicio de
Amparo, ese Juez de Distrito no debe perder de vista que la cancelación o no apertura de las
cuentas bancarias EMPRESARIALES, no se trata de uno los servicios bancarios a los que un
particular puede voluntariamente acceder, sino que se trata de un servicio que POR IMPERATIVO
DE LEY los contribuyentes deben adquirir para a través de éste cumplir tanto obligaciones
(LFPIORPI) como condicionantes de efectividad de derechos (deducciones), y que por esa razón en
particular la posición de la Institución Bancaria en el caso reclamado sí es realmente el de una
AUTORIDAD al ser su producto el que por disposición legal debe utilizar mi representada para los
fines antes expuestos.

Procedencia del juicio de amparo dado que el bloqueo, cancelación, inmovilización, o suspensión
de la cuenta bancaria o del sistema financiero es un acto de imposible reparación material que
afecta derechos fundamentales.

Al respecto, el tema relativo al bloqueo, cancelación de una cuenta bancaria o impedimento legal
para realizar operaciones a través del sistema financiero, constituye un acto de imposible
reparación, porque imposibilita al particular afectado para disponer materialmente de sus recursos
económicos, con lo que se le impide utilizarlos para realizar sus fines, pues esa indisponibilidad
afecta su desarrollo económico, al provocar el incumplimiento de sus obligaciones, de ahí que sea
un acto fuera de juicio que afecta de manera inmediata sus derechos sustantivos. Por tanto, en su
contra procede el juicio de amparo indirecto, en términos de la fracción II del artículo 114 de la Ley
de Amparo.

Más aún, el tema relativo al aseguramiento e inmovilización de cuentas bancarias ha sido


considerado tradicionalmente como un acto inconstitucional, que hace que el amparo sea
procedente.

Resulta aplicable la siguiente jurisprudencia:

ASEGURAMIENTO PRECAUTORIO. EL ARTÍCULO 145-A, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO FISCAL DE LA


FEDERACIÓN QUE LO PREVÉ, ES VIOLATORIO DEL ARTÍCULO 16 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL. El
artículo 145-A, fracción III, del Código Fiscal de la Federación, al establecer el mecanismo de
aseguramiento precautorio de bienes en el supuesto de que los contribuyentes se nieguen a
proporcionar la contabilidad que acredite el cumplimiento de las disposiciones fiscales a que están
obligados, es violatorio de la garantía de legalidad prevista en el artículo 16 de la Constitucional
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en virtud de que no existe una relación congruente con
el fin planteado por la norma y la medida precautoria, pues la oposición del gobernado a
proporcionar su contabilidad no tiene un significado patrimonial que justifique el aseguramiento
de bienes, cuando se controvierte una norma legal restrictiva de la libertad o que tiene un
contenido de afectación patrimonial, pues en tal caso es pertinente establecer si la medida
adoptada por el legislador puede considerarse racional o adecuada en tanto exista una relación
entre la medida y el fin constitucionalmente autorizado, por lo que el legislador no puede tratar de
alcanzar objetivos constitucionalmente legítimos de un modo abiertamente desproporcional, toda
vez que la persecución del contribuyente no debe hacerse a través de una afectación innecesaria o
desmedida de otros bienes y derechos constitucionalmente protegidos.[11]

ASEGURAMIENTO PRECAUTORIO DE LOS BIENES O DE LA NEGOCIACIÓN DEL CONTRIBUYENTE. EL


ARTÍCULO 40, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN, AL ESTABLECER DICHA
MEDIDA CUANDO LOS CONTRIBUYENTES, RESPONSABLES SOLIDARIOS O TERCEROS CON ELLOS
RELACIONADOS SE OPONGAN, IMPIDAN U OBSTACULICEN FÍSICAMENTE EL INICIO O DESARROLLO
DEL EJERCICIO DE LAS FACULTADES DE LAS AUTORIDADES FISCALES, TRANSGREDE EL ARTÍCULO 16
DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, AL NO GUARDAR RACIONALIDAD NI PROPORCIONALIDAD CON SU
FINALIDAD. Si bien es cierto que el aseguramiento de bienes es una medida apta para conseguir
que las resoluciones y determinaciones fiscales se cumplan cuando los particulares quieran faltar a
sus obligaciones tributarias, en tanto puede impedirles continuar con el desarrollo normal de sus
actividades, como sucede cuando se aseguran sus cuentas bancarias o su negociación, pues ello
naturalmente propiciará una respuesta inmediata ante tal situación, también lo es que al
controvertirse una disposición restrictiva de la libertad o que tiene un contenido de afectación
patrimonial, es pertinente establecer si la decisión del legislador puede considerarse racional o
adecuada, en tanto exista una relación de instrumentalidad entre ésta y el fin pretendido, porque
no puede tratar de alcanzarse objetivos constitucionalmente legítimos de un modo abiertamente
desproporcional, a costa de una afectación innecesaria o desmedida de otros bienes y derechos
protegidos por la Norma Suprema. Por tanto, el artículo 40, fracción III, del Código Fiscal de la
Federación, al establecer el aseguramiento precautorio de los bienes o de la negociación del
contribuyente cuando éste, los responsables solidarios o terceros con ellos relacionados se
opongan, impidan u obstaculicen físicamente el inicio o desarrollo del ejercicio de las facultades de
las autoridades fiscales, transgrede el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, al no guardar dicha medida racionalidad ni proporcionalidad con su finalidad, pues la
oposición del gobernado a que las autoridades desarrollen sus atribuciones de fiscalización no
implica la preexistencia de una obligación patrimonial que justifique una acción cuyo alcance es de
esa naturaleza. Además, si bien es cierto que la Constitución Federal autoriza al legislador a dotar
al fisco de mecanismos que le permitan actuar eficazmente cuando los contribuyentes intenten
incumplir con sus obligaciones (objetivo constitucionalmente legítimo), también lo es que ello no
puede lograrse a través de una restricción patrimonial desmedida, como ocurre con el mencionado
aseguramiento.[12]
Procedencia del juicio de amparo porque la cancelación revocación de cuentas bancarias o
restricción al sistema financiero es un acto que debe ser fundado y no de ser abusivo, capricho o
arbitrario de acuerdo derecho comparado.

En el caso de la Corte Constitucional de la Republica de Colombia, determinó la procedencia del


medio de defensa interpuesto vía constitucional en contra de la cancelación de cuentas bancarias
realizada (de forma unilateral) por una institución bancaria; en dicha resolución el Pleno basó su
análisis en dos puntos:

La autonomía privada.

Libertad contractual de las entidades financieras.

Partiendo de dichos aspectos, la Corte Constitucional de la Republica de Colombia determinó que,


las entidades financieras como personas jurídicas que desarrollan la actividad bancaria,
independientemente de su naturaleza pública, privada o mixta, actúan en ejercicio de una
autorización del Estado para cumplir uno de sus fines, que es el de la prestación de los servicios
públicos, por lo cual gozan de algunas prerrogativas, pero igualmente se obligan a cumplir
condiciones mínimas de derechos de los usuarios.

Ahora bien, en el caso que nos ocupa, en la sentencia en comento se analizó la procedencia de la
acción de tutela contra actos de entidades financieras particulares (página 22 de la sentencia que
se adjuntó en el correo de antecedentes), en donde se destacó lo siguiente:

No existe norma expresa que prevea la procedencia de esa acción contra entidades financieras
particulares.

Diferencia entre una actividad dirigida a prestar un servicio público y una prestación de servicio
público.

Un particular al asumir la prestación de la actividad bancaria adquiere una posición de supremacía


material frente al usuario.

Las personas jurídicas que desarrollan la actividad bancaria, independiente de su naturaleza


pública, privada o mixta, actúan en ejercicio de una autorización del estado para cumplir uno de
sus fines que es el de la prestación de un servicio público.
Por otra parte, dentro de la sentencia en comentario (hoja 2, 3 y 4) se puede destacar los derechos
siguientes:

DERECHO DE ACCESO A LA ACTIVIDAD FINANCIERA/DERECHO A LA PERSONALIDAD JURIDICA-


Garantía a la aptitud negocial

Se encuentra prohibida la sanción que elimine indefinidamente la posibilidad de acceder a las


actividades económicas lícitas, dentro de ellas, el ingreso a la actividad bancaria. Por lo tanto, la
constitucionalización de la personalidad jurídica implica una especial garantía a la aptitud negocial,
pues la transgresión del núcleo esencial de este derecho fundamental apareja la protección
inmediata de la acción de tutela.

DERECHO DE ACCESO AL SISTEMA FINANCIERO EN IGUALDAD DE CONDICIONES

(…)

Si bien las libertades económicas no son derechos fundamentales per se y que, además, pueden
ser limitados ampliamente por el Legislador, no es posible restringirlos arbitrariamente ni es
factible impedir el ejercicio, en igualdad de condiciones, de todas las personas que se encuentren
en condiciones fácticamente similares. Es viable predicar la ius fundamentalidad de estos derechos
cuando se encuentren en conexidad con un derecho fundamental[i]

Lo anterior deja de manifiesto la procedencia del amparo en contra de la cancelación de cuentas


bancarias de forma unilateral por las instituciones financieras, toda vez que con independencia a
su naturaleza como particulares, llevan a cabo actos que califican como realizados por autoridades,
situación que violenta la esfera jurídica de la quejosa.

Por ultimo y a efecto de demostrar que resulta procedente la admisión del presente juicio de
amparo, no omito señalar que ha sido criterio reiterado por los Tribunales de ese H. Poder Judicial
de la Federación, el admitir a trámite dicho juicio de amparo en virtud de las consideraciones
vertidas por el DÉCIMO TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO, al
resolver la Queja 57/2017, que dio origen a la Tesis de rubro: I.13o.C.14 K (10a.), al tenor siguiente:

Ahora bien, este tribunal considera que, en el caso, el auto inicial del juicio de amparo, no es la
etapa procesal adecuada para que la Juez de Distrito esté en posibilidad jurídica ni material de
precisar si el acto reclamado referido, proviene o no de una autoridad para efectos del juicio de
amparo, en términos del artículo 5o., fracción II, párrafo segundo, de la Ley de Amparo, dado que
en esa etapa del procedimiento únicamente constan en el expediente los argumentos plasmados
en el escrito inicial de demanda y las pruebas que se acompañen a ésta.

Ciertamente, la quejosa le atribuye a la institución bancaria que señala como autoridad


responsable, un acto unilateral de terminación arbitraria de la relación jurídica consistente en la
prestación de servicios bancarios que tenía contratados con aquélla, alegando que con ello
extingue una situación jurídica existente entre las partes, por lo que le atribuye la calidad
equiparable al acto de autoridad.

Por lo cual, es necesario tener a la vista las manifestaciones de la persona moral señalada como
responsable y LAS PRUEBAS QUE APORTEN LAS PARTES PARA DETERMINAR SI AQUÉLLA ACTUÓ O
NO CON LAS CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE UNA AUTORIDAD, DE CONFORMIDAD CON LO
DISPUESTO POR EL ARTÍCULO 5O., FRACCIÓN II, DE LA LEY DE AMPARO.

Por tanto, la Juez Federal no está en aptitud para desechar la demanda de amparo bajo el
argumento de que se actualiza un motivo manifiesto e indudable de improcedencia, puesto que en
esa etapa no es evidente, claro y fehaciente, pues se requerirá hacer un análisis profundo para
determinar su improcedencia, estudio propio de la sentencia definitiva.

Sirve de apoyo a lo anterior, por analogía, la jurisprudencia número 2a./J. 54/2012 (10a.), de la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 31, junio de 2016, Tomo II, materia común, página
829 «y en el Semanario Judicial de la Federación del viernes 17 de junio de 2016 a las 10:17
horas», de título, subtítulo y texto siguientes:

"AUTO INICIAL DE TRÁMITE DE LA DEMANDA DE AMPARO. NO ES LA ACTUACIÓN PROCESAL


OPORTUNA PARA ANALIZAR SI EL ACTO RECLAMADO PROVIENE DE UNA AUTORIDAD PARA
EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO, CUANDO SE IMPUGNA EL ACUERDO DE FIJACIÓN DE TARIFAS
PARA SUMINISTRO Y VENTA DE ENERGÍA ELÉCTRICA. En el auto señalado el Juez de Distrito no está
en posibilidad jurídica ni material de precisar si el acto reclamado, consistente en el Acuerdo por el
que se autoriza la modificación y reestructuración a las tarifas para suministro y venta de energía
eléctrica y modifica disposiciones complementarias de dichas tarifas, proviene o no de una
autoridad para efectos del juicio de amparo, ya que en esa etapa del procedimiento únicamente
constan en el expediente los argumentos plasmados en el escrito inicial de demanda y las pruebas
que se acompañen a ésta. Por tanto, el Juez Federal no está en aptitud para desechar la demanda
de amparo bajo el argumento de que se actualiza un motivo manifiesto e indudable de
improcedencia, ya que en esa etapa no es evidente, claro y fehaciente, pues se requerirá hacer un
análisis profundo para determinar su improcedencia, estudio propio de la sentencia definitiva,
razón por la cual debe admitir la demanda de amparo, sin perjuicio de que en el transcurso del
procedimiento lleve a efecto el análisis exhaustivo de esos supuestos."

Igualmente, sirve de apoyo a lo anterior, por identidad de razón, la jurisprudencia número III.5o.A.
J/6 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 35,
octubre de 2016, Tomo IV, materia común, página 2505 «y en el Semanario Judicial de la
Federación del viernes 28 de octubre de 2016 a las 10:28 horas», en la que el Quinto Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Tercer Circuito consideró:

"AUTO INICIAL DE TRÁMITE DE LA DEMANDA DE AMPARO INDIRECTO. POR REGLA GENERAL, NO


ES LA ACTUACIÓN PROCESAL OPORTUNA PARA DETERMINAR SI EL ACTO RECLAMADO PROVIENE
DE UNA AUTORIDAD PARA EFECTOS DEL JUICIO CONSTITUCIONAL, POR LO QUE EL JUEZ DE
DISTRITO NO DEBE DESECHARLA, ARGUMENTANDO QUE SE ACTUALIZA UN MOTIVO MANIFIESTO E
INDUDABLE DE IMPROCEDENCIA, SALVO QUE ÉSTA SE ADVIERTA EN FORMA PATENTE Y
ABSOLUTAMENTE CLARA, Y SE TENGA LA CERTEZA Y PLENA CONVICCIÓN DE QUE ES OPERANTE. El
auto indicado no es la actuación procesal oportuna para determinar si el acto reclamado proviene
de una autoridad para efectos del juicio de amparo, cuando para demostrar la actualización de esa
causal de improcedencia se requiere de un análisis exhaustivo, pues, por regla general, en esa
etapa del procedimiento el Juez de Distrito no está en posibilidad jurídica ni material de efectuar
esa precisión, ya que, únicamente en el expediente constan los argumentos planteados en el
escrito inicial de demanda y las pruebas que se acompañen a ésta. Por tanto, no debe desechar la
demanda de amparo indirecto bajo el argumento de que se actualiza un motivo manifiesto e
indudable de improcedencia, porque no es evidente, claro ni fehaciente, de manera que se
requerirá hacer un estudio profundo para establecer su improcedencia, propio de la sentencia
definitiva, razón por la cual debe admitirse la demanda, sin perjuicio de que en el transcurso del
procedimiento realice el análisis exhaustivo de esos supuestos, salvo que se advierta en forma
patente y absolutamente clara, y se tenga la certeza y plena convicción de que la causal de
improcedencia es operante, de modo que aun en el supuesto de admitirse la demanda y
sustanciarse el procedimiento, no sería posible arribar a una convicción diversa,
independientemente de los elementos que pudieran allegar las partes."

Consecuentemente, es evidente que con los elementos que contaba la Juez de Distrito al momento
de emitir el auto inicial de la demanda de amparo, no puede considerarse que se actualice de
manera manifiesta e indudable la causa de improcedencia que invocó.

Incluso, de conformidad a los principios de generalidad, abstracción e impersonalidad, resulta


aplicable por analogía el siguiente criterio:
AUTO INICIAL DEL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO EN MATERIA PENAL. NO ES LA ACTUACIÓN
PROCESAL ADECUADA PARA CALIFICAR SI LAS INSTITUCIONES BANCARIAS QUE ACTÚAN EN
AUXILIO DE AUTORIDADES PENALES, MEDIANTE LA COMISIÓN NACIONAL BANCARIA Y DE
VALORES, EN EL ASEGURAMIENTO DE CUENTAS BANCARIAS, TIENEN LA CALIDAD DE AUTORIDAD
RESPONSABLE EJECUTORA, EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 5o., FRACCIÓN II, PÁRRAFO SEGUNDO, DE
LA LEY DE LA MATERIA.

Cuando las instituciones bancarias actúan en auxilio de las autoridades penales, mediante la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores, en el aseguramiento de cuentas bancarias, su
intervención se equipara a la de una autoridad ejecutora, ya que son las que materialmente
"bloquean" las cuentas objeto del aseguramiento e impiden, en algunos casos, que el usuario
realice cualquier otra operación financiera ante ellas, lo cual constituye una afectación a derechos
fundamentales, al impedir al particular disponer de su patrimonio. Lo relevante es que el proceder
de las instituciones bancarias, se encuentra regulado en sentido amplio, en los artículos 115 y 117
de la Ley de Instituciones de Crédito y 4, fracciones XVIII, XIX y XIX bis, de la Ley de la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores; sin embargo, dichos preceptos no regulan en específico el caso de
que se ordene un bloqueo de cuentas bancarias por la posible comisión de un delito, o derivado de
asuntos penales, lo que podría generar discrecionalidad en el proceder de la institución bancaria y
elimina su carácter de mero auxiliar obligado de esas autoridades y otorga imperio, en un plano de
supra a subordinación, sobre el gobernado, de ejecutar o decidir respecto a la cancelación o
congelamiento de cuentas. Por ese motivo, la sola circunstancia de ser particulares no basta para
sostener que no son equiparables a una autoridad, pues debe valorarse y resolverse si los
particulares a los cuales el quejoso atribuyó el carácter de responsable, actúan conforme a la ley
cuando inmovilizan y/o congelan una cuenta bancaria; por lo que es menester contar con más
elementos a efecto de dilucidar válidamente esa cuestión. De ahí que, el auto inicial del juicio de
amparo, no es la actuación procesal adecuada para que el Juez de Distrito esté en posibilidad
jurídica y material de precisar si el acto reclamado referido, proviene o no de una autoridad para
efectos del juicio de amparo, en términos del artículo 5o., fracción II, párrafo segundo, de la Ley de
Amparo, dado que, en esa etapa del procedimiento, únicamente constan en el expediente los
argumentos plasmados en el escrito inicial de demanda y las pruebas que se acompañen a ésta.
Por tanto, el Juez Federal no puede desechar la demanda, bajo el argumento de que se actualiza
un motivo manifiesto e indudable de improcedencia, ya que en esa etapa no es evidente, claro y
fehaciente, pues se requerirá hacer un análisis sobre si la institución bancaria en cuestión realiza
algún acto de ejecución.[13]

Máxime aún que el acto cuya constitucionalidad se cuestiona, no se reclama únicamente a los
funcionarios de la Institución Financiera señalados, sino también, a diversas autoridades
administrativas que se encuentran obligadas a rendir informes justificados y que forman parte ya
de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, ya de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público
toda vez que la quejosa desconoce si fueron las responsables quienes ordenaron la cancelación de
las cuentas bancarias por conducto de la institución financiera.
Lo anterior dio origen la Criterio siguiente:

Época: Décima Época

Registro: 2014781

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 44, Julio de 2017, Tomo II

Materia(s): Común

Tesis: I.13o.C.14 K (10a.)

Página: 1033

INSTITUCIÓN BANCARIA. EL AUTO INICIAL DE TRÁMITE DE LA DEMANDA DE AMPARO NO ES LA


ETAPA PROCESAL ADECUADA PARA DETERMINAR SI LE ASISTE O NO LA CALIDAD DE AUTORIDAD
RESPONSABLE, CUANDO SE RECLAMA LA DETERMINACIÓN UNILATERAL DE AQUÉLLA DE DAR POR
CONCLUIDA LA RELACIÓN DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS BANCARIOS CON UNO DE SUS CLIENTES.
De acuerdo con el artículo 5o., fracción II, párrafo segundo, de la Ley de Amparo, el juicio de
amparo es procedente contra actos de particulares a quienes les asista la calidad de autoridades
responsables; sin embargo, cuando se promueve el juicio constitucional contra actos de alguna
institución bancaria, a la que se le reclama la determinación unilateral por virtud de la cual da por
concluida la relación de prestación de servicios bancarios con uno de sus clientes, el auto inicial de
trámite no es la etapa adecuada para determinar si a dicha institución le asiste o no la calidad de
autoridad responsable, en tanto que, el juzgador de amparo únicamente cuenta con lo expresado
por la quejosa en su demanda y, en su caso, con los anexos de ésta. Consecuentemente, en dicha
etapa no puede advertirse de manera manifiesta e indudable si a la institución bancaria le asiste o
no la calidad de autoridad responsable, pues para determinar si actuó o no con las características
de autoridad es necesario realizar un estudio profundo con base en sus manifestaciones y las
pruebas aportadas por las partes, lo que es propio de la sentencia que se dicte en la audiencia
constitucional, por lo que no procede desechar de plano la demanda de amparo.

DÉCIMO TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Queja 57/2017. 26 de abril de 2017. Mayoría de votos. Disidente: Arturo Ramírez Sánchez.
Ponente: María Concepción Alonso Flores. Secretario: Jorge Bautista Soria.

Esta tesis se publicó el viernes 14 de julio de 2017 a las 10:21 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

En consecuencia, resulta materia de estudio del fondo del asunto el determinar o bien, se den a
conocer a la quejosa los motivos y fundamentos que llevaron a las autoridades responsables a
ordenar la cancelación de sus cuentas bancarias.

Entonces, una vez demostrada la procedencia del presente juicio de amparo indirecto, me permito
hacer valer en contra del acto reclamado, los siguientes:
VIII.- CONCEPTOS DE VIOLACIÓN:

PRIMERO. EL ACTO RECLAMADO ES INCONSTITUCIONAL Y VIOLA EN PERJUICIO DE MI


REPRESENTADA LOS ARTÍCULOS 14 Y 16 CONSTITUCIONALES, EN RELACIÓN CON EL DIVERSO
NUMERAL 115 DE LA LEY DE INSTITUCIONES DE CRÉDITO, CONCRETAMENTE EN SU PÁRRAFO
NOVENO, EN RELACIÓN CON LAS REGLAS 37, 38, 39, 40 Y 41 DE LAS DISPOSICIONES DE CARÁCTER
GENERAL A QUE SE REFIERE EL ARTÍCULO 115 DE LA LEY DE INSTITUCIONES DE CRÉDITO, LO
ANTERIOR PORQUE LA AUTORIDAD RESPONSABLE BLOQUEA, CANCELA, SUSPENDE O REVOCA LAS
CUENTAS BANCARIAS DE LA QUEJOSA, IMPIDIENDO O RESTRINGIENDO CON ELLO, SU ACCESO AL
SISTEMA FINANCIERO, LO ANTERIOR BASANDOSE EN UNA ARBITRARIA PRESUNCIÓN DEL LAVADO
DE DINERO, SIN QUE ELLO HAYA SIDO DETERMINADO POR AUTORIDAD COMPETENTE O DENTRO
DE UN PROCEDIMIENTO JUDICIAL.

En efecto, para comprender el planteamiento acabado de realizar, es menester puntualizar el


hecho de que los artículos 14 y 16 constitucionales, custodian en su contenido las garantías de
legalidad, de certeza jurídica y consecuentemente el derecho a un debido proceso, en ese sentido,
lo que esta parte quejosa expondrá en el presente concepto de violación es la manera en la que la
autoridad responsable, consistente en el representante legal de la institución de crédito
denominada __________________________ violó en perjuicio de mi representada el principio de
legalidad y de seguridad jurídica al bloquear, cancelar, suspender o revocar sus cuentas bancarias,
sin sujetarse al procedimiento que se encuentra previsto en la Ley de Instituciones de Crédito,
concretamente en su artículo 115, en relación con las reglas 37, 38, 39, 40 y 41 de las Disposiciones
de Carácter General a que se refiere el artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito.

En ese orden de ideas, es pertinente señalar que los preceptos constitucionales acabados de
mencionar, señalan lo siguiente:

Artículo 14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.
Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho.

Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento. En los juicios y procedimientos seguidos en forma de juicio en los que se
establezca como regla la oralidad, bastará con que quede constancia de ellos en cualquier medio
que dé certeza de su contenido y del cumplimiento de lo previsto en este párrafo.

De los numerales acabados de insertar se desprende, en lo que importa al caso en particular, lo


siguiente:

Que nadie puede ser privado de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante un juicio,
mismo que deberá seguirse ante los tribunales previamente establecidos, en el cual deberá
cumplirse con las formalidades esenciales del procedimiento, mismas que se desprenderán de las
leyes expedidas con anterioridad al hecho de que se trate.

Así mismo se desprende que nadie puede ser molestado en sus posesiones, sino en virtud de un
mandamiento escrito de una autoridad competente en la que se funde y motive la causa legal del
procedimiento en cuestión.

Ahora bien, como ya se dijo, de los preceptos constitucionales citados, se puede apreciar la
existencia de los principios de legalidad, de certeza jurídica y de debido proceso, todos ellos como
antecedente o requisito necesario para afectar válidamente la esfera jurídica de los particulares.
Esto es, ni el Estado a través de su administración centralizada, desconcentrada o descentralizada,
ni mucho menos una institución de crédito integrante del sistema financiero mexicano, actuando
en funciones de autoridad, tienen la potestad de ordenar o ejecutar actos que violenten la esfera
de derechos de algún particular, como en el caso lo es mi representada.

En ese sentido, desde este momento me permito reiterar que la violación constitucional que se
denuncia a través del presente concepto de violación consiste en que la institución de crédito
denominada __________________________ ha impedido que mi representada acceda al sistema
financiero mexicano a través del bloqueo o inmovilización de sus cuentas bancarias, haciendo
descansar su determinación en la presunción de que la aquí quejosa participa en operaciones
relacionadas con la actividad denominada “Lavado de dinero” o “Blanqueo de capitales”, lo cual,
no necesariamente implica una violación constitucional, lo que si la constituye, es el hecho de que
la referida institución de crédito arribe a dicha determinación sin que la misma haya sido definida
o declarada por una autoridad constitucional o administrativa facultada para ello.
En el caso, como se precisó anteriormente el acto reclamado tiene las siguientes características
concretas: Sin embargo, no debe pasarse por alto el hecho de que, en el caso concreto la autoridad
está limitando el derecho de la quejosa a disponer de sus bienes o bien, de su patrimonio, sin
hacer circular dicha decisión por un filtro mínimo de legalidad y de constitucionalidad, lo que
genera que se den las violaciones de las que se viene hablando y que se ilustran en el esquema
que se inserta en líneas anteriores. Mismas que, como ya se ha dicho, constituyen una violación a
la que le reviste el carácter de arbitrariedad, dado que a través de la decisión unilateral, imperativa
y coercitiva del representante legal de la institución de crédito denominada
________________________ se está limitando a mi representada para que disponga de sus
recursos propios, o bien, para que disponga de ellos en relación con terceros, y lo que es más, se le
está colocando en una clasificación de personas que presuntamente realizan, o han realizado
operaciones con recursos de procedencia ilícita, y/o relacionadas con actos de “Lavado de dinero”
o “Blanqueamiento de capitales”, sin que ello haya derivado de la sustanciación de un
procedimiento judicial, administrativo o ministerial.

Lo cierto es que, se insiste, la autoridad responsable en el presente juico de amparo, se condujo de


manera arbitraria en relación con la aquí quejosa, pues si bien es cierto que el párrafo noveno del
artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito, en relación con las reglas 37, 38, 39, 40 y 41 de
las Disposiciones de Carácter General a que se refiere el artículo 115 de la Ley de Instituciones de
Crédito establecen un procedimiento para incluir a algún usuario de los servicios de las
instituciones de crédito que integran el sistema financiero mexicano en una lista de usuarios
bloqueados, lo cierto es que en el caso, dicho procedimiento no fue colmado por la responsable.

De lo anterior se desprende que, de no conducirse con la arbitrariedad con la que lo hace, el


representante legal de la institución de crédito señalada como autoridad responsable, debió haber
agotado el procedimiento administrativo a que se refiere el párrafo noveno del artículo 115 de la
Ley de Instituciones de Crédito, de conformidad, desde luego, con las disposiciones de carácter
general que en relación con el mismo ha establecido la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Para entender cuál es el procedimiento del que se viene hablando, es pertinente transcribir las
porciones normativas que lo detallan, misas que al efecto establecen lo que sigue:

LEY DE INSTITUCIONES DE CRÉDITO

Artículo 115.- En los casos previstos en los artículos 111 a 114 de esta Ley, se procederá
indistintamente a petición de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, quien requerirá la
opinión previa de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores o bien, a petición de la institución de
crédito de que se trate, del titular de las cuentas bancarias o de quien tenga interés jurídico.
En los casos previstos en los artículos 114 Bis 1, 114 Bis 2, 114 Bis 3 y 114 Bis 4 de esta Ley, se
procederá a petición de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a solicitud de quien tenga
interés jurídico. Dicha Secretaría requerirá la opinión previa de la Comisión Nacional Bancaria y de
Valores.

Lo dispuesto en los artículos citados en este Capítulo, no excluye la imposición de las sanciones
que conforme a otras leyes fueren aplicables, por la comisión de otro u otros delitos.

Las instituciones de crédito, en términos de las disposiciones de carácter general que emita la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, escuchando la previa opinión de la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores, estarán obligadas, en adición a cumplir con las demás obligaciones que les
resulten aplicables, a:

I. Establecer medidas y procedimientos para prevenir y detectar actos, omisiones u operaciones


que pudieran favorecer, prestar ayuda, auxilio o cooperación de cualquier especie para la comisión
de los delitos previstos en los artículos 139 ó 148 Bis del Código Penal Federal o que pudieran
ubicarse en los supuestos del artículo 400 Bis del mismo Código, y

II. Presentar a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, por conducto de la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores, reportes sobre:

a. Los actos, operaciones y servicios que realicen con sus clientes y usuarios, relativos a la fracción
anterior, y

b. Todo acto, operación o servicio, que realicen los miembros del consejo de administración,
directivos, funcionarios, empleados y apoderados, que pudiesen ubicarse en el supuesto previsto
en la fracción I de este artículo o que, en su caso, pudiesen contravenir o vulnerar la adecuada
aplicación de las disposiciones señaladas.

Los reportes a que se refiere la fracción II de este artículo, de conformidad con las disposiciones de
carácter general previstas en el mismo, se elaborarán y presentarán tomando en consideración,
cuando menos, las modalidades que al efecto estén referidas en dichas disposiciones; las
características que deban reunir los actos, operaciones y servicios a que se refiere este artículo
para ser reportados, teniendo en cuenta sus montos, frecuencia y naturaleza, los instrumentos
monetarios y financieros con que se realicen, y las prácticas comerciales y bancarias que se
observen en las plazas donde se efectúen; así como la periodicidad y los sistemas a través de los
cuales habrá de transmitirse la información. Los reportes deberán referirse cuando menos a
operaciones que se definan por las disposiciones de carácter general como relevantes, internas
preocupantes e inusuales, las relacionadas con transferencias internacionales y operaciones en
efectivo realizadas en moneda extranjera.

Asimismo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en las citadas disposiciones de carácter


general emitirá los lineamientos sobre el procedimiento y criterios que las instituciones de crédito
deberán observar respecto de:

a. El adecuado conocimiento de sus clientes y usuarios, para lo cual aquéllas deberán considerar
los antecedentes, condiciones específicas, actividad económica o profesional y las plazas en que
operen;

b. La información y documentación que dichas instituciones deban recabar para la apertura de


cuentas o celebración de contratos relativos a las operaciones y servicios que ellas presten y que
acredite plenamente la identidad de sus clientes;

c. La forma en que las mismas instituciones deberán resguardar y garantizar la seguridad de la


información y documentación relativas a la identificación de sus clientes y usuarios o quienes lo
hayan sido, así como la de aquellos actos, operaciones y servicios reportados conforme al presente
artículo;

d. Los términos para proporcionar capacitación al interior de las instituciones sobre la materia
objeto de este artículo. Las disposiciones de carácter general a que se refiere el presente artículo,
señalarán los términos para su debido cumplimiento;

e. El uso de sistemas automatizados que coadyuven al cumplimiento de las medidas y


procedimientos que se establezcan en las propias disposiciones de carácter general a que se refiere
este artículo, y

f. El establecimiento de aquellas estructuras internas que deban funcionar como áreas de


cumplimiento en la materia, al interior de cada institución de crédito.
Las instituciones de crédito deberán conservar, por al menos diez años, la información y
documentación a que se refiere el inciso c) del párrafo anterior, sin perjuicio de lo establecido en
éste u otros ordenamientos aplicables.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público estará facultada para requerir y recabar, por conducto
de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, a las instituciones de crédito, quienes estarán
obligadas a entregar información y documentación relacionada con los actos, operaciones y
servicios a que se refiere este artículo. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público estará facultada
para obtener información adicional de otras personas con el mismo fin y a proporcionar
información a las autoridades competentes.

Las instituciones de crédito deberán suspender de forma inmediata la realización de actos,


operaciones o servicios con los clientes o usuarios que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
les informe mediante una lista de personas bloqueadas que tendrá el carácter de confidencial. La
lista de personas bloqueadas tendrá la finalidad de prevenir y detectar actos, omisiones u
operaciones que pudieran ubicarse en los supuestos previstos en los artículos referidos en la
fracción I de este artículo.

La obligación de suspensión a que se refiere el párrafo anterior dejará de surtir sus efectos cuando
la Secretaria de Hacienda y Crédito Público elimine de la lista de personas bloqueadas al cliente o
usuario en cuestión.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público establecerá, en las disposiciones de carácter general a


que se refiere este artículo, los parámetros para la determinación de la introducción o eliminación
de personas en la lista de personas bloqueadas.

El cumplimiento de las obligaciones señaladas en este artículo no implicará trasgresión alguna a lo


establecido en el artículo 142 de esta Ley.

Las disposiciones de carácter general a que se refiere este artículo deberán ser observadas por las
instituciones de crédito, así como por los miembros del consejo de administración, directivos,
funcionarios, empleados y apoderados respectivos, por lo cual, tanto las entidades como las
personas mencionadas serán responsables del estricto cumplimiento de las obligaciones que
mediante dichas disposiciones se establezcan.

La violación a las disposiciones a que se refiere este artículo será sancionada por la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores conforme al procedimiento previsto en el artículo 107 Bis, 109 Bis 5,
segundo y tercer párrafos de la presente Ley, con multa equivalente del 10% al 100% del monto del
acto, operación o servicio que se realice con un cliente o usuario que se haya informado que se
encuentra en la lista de personas bloqueadas a que se refiere este artículo; con multa equivalente
del 10% al 100% del monto de la operación inusual no reportada o, en su caso, de la serie de
operaciones relacionadas entre sí del mismo cliente o usuario, que debieron haber sido reportadas
como operaciones inusuales; tratándose de operaciones relevantes, internas preocupantes, las
relacionadas con transferencias internacionales y operaciones en efectivo realizadas en moneda
extranjera, no reportadas, así como los incumplimientos a cualquiera de los incisos a., b., c., e. del
quinto párrafo de este artículo, se sancionará con multa de 30,000 a 100,000 días de salario y en
los demás casos de incumplimiento a este precepto y a las disposiciones que de él emanen multa
de 5,000 a 50,000 días de salario.

Los servidores públicos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y de la Comisión Nacional


Bancaria y de Valores, las instituciones de crédito, sus miembros del consejo de administración,
directivos, funcionarios, empleados y apoderados, deberán abstenerse de dar noticia de los
reportes y demás documentación e información a que se refiere este artículo, a personas o
autoridades distintas a las facultadas expresamente en los ordenamientos relativos para requerir,
recibir o conservar tal documentación e información. La violación a estas obligaciones será
sancionada en los términos de las leyes correspondientes.

De lo cual se desprende que las instituciones de crédito tienen la obligación de suspender de


manera inmediata la realización de actos, operaciones o servicios con clientes o usuarios que la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público les informe mediante una lista de personas bloqueadas
que tendrá el carácter de confidencial. Así mismo, señala que la lista de personas bloqueadas
tendrá la finalidad de prevenir y detectar actos, omisiones u operaciones que pudieran ubicarse en
los supuestos previstos en los artículos referidos en la fracción I de este artículo.

En estricta relación con la obligación que el párrafo noveno de la porción normativa supra citada
establece a cargo de las instituciones de crédito, el párrafo décimo del mismo numeral establece
que dicha obligación dejará de surtir sus efectos cuando la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público elimine de dicha lista al cliente o usuario en cuestión.

Y lo que es más importante, el párrafo décimo primero del multi aludido numeral señala que la
manera en la que se llevará a cabo la ejecución de las referidas facultades se encuentra contenida
en las disposiciones de carácter general que al efecto establecerá la Secretaría de Hacienda, en las
que se señalarán los parámetros para la determinación de la introducción o eliminación de
personas en la lista de personas bloqueadas. Por ello, es pertinente traer al cuerpo del de cuenta,
el contenido de las referidas reglas que resultan aplicables, mismas que al efecto establecen lo que
sigue:
CAPITULO VI

REPORTES DE OPERACIONES INUSUALES

37ª.- Por cada Operación Inusual que detecte una Entidad, esta deberá remitir a la Secretaría, por
conducto de la Comisión, el reporte correspondiente, dentro de un periodo que no exceda los
sesenta días naturales contados a partir de que se genere la alerta por medio de su sistema,
modelo, proceso o por el empleado de la Entidad, lo que ocurra primero. Al efecto, las Entidades
deberán remitir los reportes a que se refiere esta Disposición, a través de medios electrónicos y en
el formato oficial que para tal fin expida la Secretaría, conforme a los términos y especificaciones
señalados por esta última. En el evento de que la Entidad de que se trate detecte una serie de
Operaciones realizadas por el mismo Cliente o Usuario que guarden relación entre ellas como
Operaciones Inusuales, o que estén relacionadas con alguna o algunas Operaciones Inusuales, o
que complementen a cualquiera de ellas, la Entidad describirá lo relativo a todas ellas en un solo
reporte.

38ª.- Para efectos de determinar aquellas Operaciones que sean Inusuales, las Entidades deberán
considerar, entre otras, las siguientes circunstancias, con independencia de que se presenten en
forma aislada o conjunta:

I. Las condiciones específicas de cada uno de sus Clientes, como son, entre otras, sus antecedentes,
el grado de Riesgo en que lo haya clasificado la Entidad de que se trate, así como su ocupación,
profesión, actividad, giro del negocio u objeto social correspondiente;

II. Los tipos, montos, frecuencia y naturaleza de las Operaciones que comúnmente realicen sus
Clientes o, en su caso, sus Usuarios que tengan registrados y, tratándose de Clientes, la relación
que guarden con los antecedentes y la actividad económica conocida de ellos;

III. Los montos inusualmente elevados, la complejidad y las modalidades no habituales de las
Operaciones que realicen los Clientes o, en su caso, los Usuarios que tengan registrados;

IV. Las Operaciones realizadas en una misma cuenta, así como aquellas llevadas a cabo por un
mismo Usuario con moneda extranjera, cheques de viajero y monedas acuñadas en platino, oro y
plata, por montos múltiples o fraccionados que, por cada Operación individual, sean iguales o
superen el equivalente a quinientos dólares de los Estados Unidos de América, realizadas en un
mismo mes calendario que sumen, al menos, la cantidad de diez mil dólares de los Estados Unidos
de América o su equivalente en la moneda de que se trate, siempre que las mismas no
correspondan al perfil transaccional del Cliente o que, respecto de aquellas realizadas por
Usuarios, se pueda inferir de su estructuración una posible intención de fraccionar las Operaciones
para evitar ser detectadas por las Entidades para efectos de estas Disposiciones;

V. Los usos y prácticas crediticias, fiduciarias, mercantiles y bancarias que priven en la plaza en que
operen;

VI. Cuando los Clientes o Usuarios se nieguen a proporcionar los datos o documentos de
identificación correspondientes, señalados en los supuestos previstos al efecto en las presentes
Disposiciones, o cuando se detecte que presentan información que pudiera ser apócrifa o datos
que pudieran ser falsos;

VII. Cuando los Clientes o Usuarios intenten sobornar, persuadir o intimidar al personal de las
Entidades, con el propósito de lograr su cooperación para realizar actividades u Operaciones
Inusuales o se contravengan las presentes Disposiciones, otras normas legales o las políticas,
criterios, medidas y procedimientos de la Entidad en la materia;

VIII. Cuando los Clientes o Usuarios pretendan evadir los parámetros con que cuentan las
Entidades para reportar las Operaciones a que se refieren las presentes Disposiciones;

IX. Cuando se presenten indicios o hechos extraordinarios respecto de los cuales la Entidad de que
se trate no cuente con una explicación, que den lugar a cualquier tipo de suspicacia sobre el
origen, manejo o destino de los recursos utilizados en las Operaciones respectivas, o cuando
existan sospechas de que dichos indicios o hechos pudieran estar relacionados con actos,
omisiones u Operaciones que pudieran favorecer, prestar ayuda, auxilio o cooperación de
cualquier especie para la comisión de los delitos previstos en los artículos 139 ó 148 Bis del Código
Penal Federal, o que pudiesen ubicarse en los supuestos del artículo 400Bis del mismo
ordenamiento legal;

X. Cuando las Operaciones que los Clientes o Usuarios pretendan realizar involucren países o
jurisdicciones: a) Que la legislación mexicana considera que aplican regímenes fiscales preferentes,
o b) Que, a juicio de las autoridades mexicanas, organismos internacionales o agrupaciones
intergubernamentales en materia de prevención de operaciones con recursos de procedencia
ilícita o financiamiento al terrorismo de los que México sea miembro, no cuenten con medidas
para prevenir, detectar y combatir dichas operaciones, o bien, cuando la aplicación de dichas
medidas sea deficiente. Para efectos de lo previsto en el párrafo anterior, la Secretaría pondrá a
disposición de las Entidades a través de medios de consulta en la red mundial denominada
Internet, la lista de los países y jurisdicciones que se ubiquen en los supuestos señalados en dicho
párrafo;

XI. Cuando una transferencia electrónica de fondos sea recibida sin la totalidad de la información
que la debe acompañar, de acuerdo con lo previsto en la 16ª de las presentes Disposiciones;

XII. Cuando se presuma o existan dudas de que un Cliente o Usuario opera en beneficio, por
encargo o a cuenta de un tercero, sin que lo haya declarado a la Entidad de que se trate, de
acuerdo con lo señalado en las presentes Disposiciones o bien, la Entidad no se convenza de lo
contrario, a pesar de la información que le proporcione el Cliente o Usuario a que se refiere el
segundo párrafo de la 31ª de estas Disposiciones, y

XIII. Las condiciones bajo las cuales operan otros Clientes que hayan señalado dedicarse a la misma
actividad, profesión o giro mercantil, o tener el mismo objeto social. Cada Entidad deberá prever
en el documento de políticas, criterios, medidas y procedimientos internos a que se refiere la 64ª
de las presentes Disposiciones, o bien, en algún otro documento o Manual elaborado por la propia
Entidad, los mecanismos con base en los cuales deban examinarse los antecedentes y propósitos
de aquellas Operaciones que, conforme a las presentes Disposiciones, deban ser presentadas al
Comité para efectos de su dictaminación como Operaciones Inusuales. En todo caso, los resultados
de dicho examen deberán constar por escrito y quedarán a disposición de la Secretaría y la
Comisión, por lo menos durante diez años contados a partir de la celebración de la reunión del
Comité en que se hayan presentado tales resultados. Para facilitar el proceso de identificación de
Operaciones Inusuales, la Secretaría deberá asesorar regularmente a las Entidades y proporcionar
guías, información y tipologías que permitan detectar Operaciones que deban reportarse conforme
a las presentes Disposiciones. Asimismo, en el proceso de determinación de las Operaciones
Inusuales a que se refiere la presente Disposición, las Entidades deberán apoyarse en sus
documentos de políticas, criterios, medidas y procedimientos internos a que se refiere la 64ª de las
presentes Disposiciones y, además de esto, considerarán las guías elaboradas al efecto por la
Secretaría y por organismos internacionales y agrupaciones intergubernamentales en materia de
prevención y combate de operaciones con recursos de procedencia ilícita y de financiamiento al
terrorismo, de los que México sea miembro, que dicha Secretaría les proporcione.

39ª.- En el supuesto de que una Operación Relevante sea considerada por la Entidad de que se
trate como Operación Inusual, esta deberá formular, por separado, un reporte por cada uno de
esos tipos de Operación.

40ª.- Para la elaboración de reportes de Operaciones Inusuales y Operaciones Internas


Preocupantes, las Entidades tomarán en cuenta las propuestas de buenas prácticas que, en su
caso, dé a conocer la Secretaría. Asimismo, para efectos de lo señalado anteriormente, las
Entidades podrán observar lo previsto en la55ª de las presentes Disposiciones. Con la finalidad de
mejorar la calidad de los reportes antes mencionados, la Secretaría remitirá a las Entidades, con
una periodicidad de al menos cada tres meses, de acuerdo con los lineamientos contenidos en las
propuestas de buenas prácticas referidas en el párrafo anterior, informes sobre la calidad de los
reportes de Operaciones Inusuales y Operaciones Internas Preocupantes que estas le presenten.

41ª.- En caso de que una Entidad cuente con información basada en indicios o hechos concretos de
que, al pretenderse realizar una Operación, los recursos pudieren provenir de actividades ilícitas o
pudieren estar destinados a favorecer, prestar ayuda, auxilio o cooperación de cualquier especie
para la comisión de los delitos previstos en los artículos 139 ó 148 Bis del Código Penal Federal, o
que pudiesen ubicarse en los supuestos del artículo 400 Bis del mismo ordenamiento legal, esa
misma Entidad, en el evento en que decida aceptar dicha Operación, deberá remitir a la Secretaría,
por conducto de la Comisión, dentro de las 24 horas contadas a partir de que conozca dicha
información, un reporte de Operación Inusual, en el que, en la columna de descripción de la
Operación, se deberá insertar la leyenda "Reporte de 24 horas". De igual forma, en aquellos casos
en que el Cliente o Usuario respectivo no lleve a cabo la Operación a que se refiere este párrafo, la
Entidad deberá presentar a la Secretaría, por conducto de la Comisión, el reporte de Operación
Inusual en los términos antes señalados y, respecto de dichos Usuarios, proporcionará, en su caso,
toda la información que sobre ellos haya conocido.

Asimismo, cada Entidad deberá reportar como Operación Inusual, dentro del plazo señalado en el
párrafo anterior, cualquier Operación que haya llevado a cabo con las personas a que hace
referencia el último párrafo de la 68ª de las presentes Disposiciones.

Para efectos de lo previsto en esta Disposición, las Entidades deberán establecer en sus
documentos de políticas, criterios, medidas y procedimientos internos a que se refiere la 64ª de las
presentes Disposiciones, aquellos conforme a los cuales su personal, una vez que conozca la
información de que se trata, deba hacerla del conocimiento inmediato del Oficial de Cumplimiento
de la Entidad, para que este cumpla con la obligación de enviar el reporte que corresponda.

Lo dispuesto en la presente Disposición será procedente sin perjuicio de las acciones tomadas por
las Entidades de acuerdo con lo convenido con sus Clientes conforme de lo estipulado entre ambas
partes.

Ahora bien, de las citadas reglas, se desprende la existencia de un procedimiento especial que las
instituciones de crédito se encuentran obligadas a seguir en el caso de que detecten de cualquiera
de sus usuarios una operación de las que las mismas instituciones de crédito han calificado como
inusuales. En efecto, dicho procedimiento tiene lugar de la siguiente manera:
Si la institución de crédito a través de su comité de comunicación y control, detecta una operación
inusual de las mencionadas en la regla 2ª de las disposiciones de carácter general relativas al
artículo 115 de la Ley General de Instituciones de Crédito, debe remitir a la Secretaría de Hacienda
y Crédito Público, a través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores un reporte, mismo que le
hará llegar en un plazo no mayor a 60 días naturales a partir de que genere la alerta por medio de
su sistema. Lo anterior revela que para que dicho informe pueda ser remitido a la Secretaría de
Hacienda, deberá primero emitir una alerta en su propio sistema. Además, dicho reporte deberá
ser remitido a través de medios electrónicos y también a través del formato que al efecto haya
expedido la propia secretaría.

Ahora bien, la calificación de inusual en una operación, no puede recaer de manera arbitraria en
algún movimiento bancario realizado por algún cliente, sino que deberán ceñirse a los parámetros
establecidos en las disposiciones de carácter general de las que se viene hablando, mismos que, de
manera resumida, son los siguientes:

Se deben considerar los antecedentes del cliente, así como su actividad económica o giro
comercial, ocupación y grado de riesgo adquirido.

Los tipos, montos, frecuencia y naturaleza de las Operaciones que comúnmente realice el cliente.

Los montos que se consideran inusuales, así como la complejidad y modalidad de las operaciones
realizadas por los clientes.

Las operaciones realizadas con moneda extranjera.

Los usos y practicas crediticias que priven en la plaza en la que se opera.

Cuando un cliente se niegue a proporcionar información que le sea requerida, o bien, proporcione
información falsa o apócrifa.

Cuando un cliente intente sobornar, persuadir o intimidar a algún funcionario bancario con la
finalidad de que colabore en la realización de alguna operación inusual.

Cuando se presenten hechos extraordinarios en virtud de los cuales se genere alguna suspicacia en
la institución de crédito, respecto al origen, manejo o destino de los recursos del cliente en
cuestión.

Cuando los recursos de las cuentas de los clientes, se muevan a entidades o jurisdicciones en las
que se tenga conocimiento de que se aplican regímenes fiscales preferentes.

Considerando que en el caso concreto, se niega lisa y llanamente que mi representada haya
incurrido en alguno de los supuestos de la regla 38ª de las Disposiciones Generales relativas al
artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito, se estima que el actuar del representante legal
de la institución de crédito denominada ______________________ es inconstitucional, pues
presume que mi representada se encuentra realizando o colaborando con la realización de actos
vinculados al lavado de dinero o blanqueo de capitales, sin que para ello haya mediado el
desarrollo de un procedimiento administrativo, judicial o ministerial, en el que con audiencia de
partes, respetando el derecho de audiencia de cada una de ellas, y a través de parámetros
objetivos, se haya determinado la situación jurídica o financiera de mi representada.

Igualmente se niega lisa y llanamente que, en el supuesto jamás concedido de que mi


representada haya incurrido en alguna de las conductas señaladas en la regla 38ª de las
Disposiciones Generales relativas al artículo 115 de la Ley de Instituciones de Crédito, las
autoridades señaladas como responsables hayan realizado, previo a la inmovilización de mis
cuentas, el procedimiento señalada en el presenta concepto de violación.

Por las consideraciones anteriores, se estima que la responsable ha violado en perjuicio de mi


representada, los derechos humanos a la legalidad, seguridad jurídica y al debido proceso de mi
representada, por lo que se considera pertinente conceder en su favor el amparo y protección de
la justicia federal, para el efecto de que se desbloqueen, des inmovilicen o se levante la suspensión
que sobre ellas se ha depositado.

SEGUNDO. EL ACTO RECLAMADO VIOLA LO ESTABLECIDO EN EL ARTICULO 1, 5 Y 25 DE LA


CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS PUES EL BLOQUEO, CANCELACIÓN,
REVOCACIÓN O SUSPENSIÓN DE LA CUENTA BANCARIA Y ACCESO A LOS SERVICIOS FINANCIEROS
IMPIDE A LA QUEJOSA EJERCER LIBREMENTE SU ACTIVIDAD COMERCIAL, ES DECIR, VIOLENTA DE
MANERA DIRECTA SU DERECHO AL TRABAJO.

Conforme a lo anterior, resulta necesario citar el contenido de los preceptos constitucionales antes
mencionados, que rezan:

Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano
sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover,


respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá
prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos
que establezca la ley.

Artículo 5o. A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio
o trabajo que le acomode, siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por
determinación judicial, cuando se ataquen los derechos de tercero, o por resolución gubernativa,
dictada en los términos que marque la ley, cuando se ofendan los derechos de la sociedad. Nadie
puede ser privado del producto de su trabajo, sino por resolución judicial.

La ley determinará en cada entidad federativa, cuáles son las profesiones que necesitan título para
su ejercicio, las condiciones que deban llenarse para obtenerlo y las autoridades que han de
expedirlo

Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin su pleno
consentimiento, salvo el trabajo impuesto como pena por la autoridad judicial, el cual se ajustará a
lo dispuesto en las fracciones I y II del artículo 123.

En cuanto a los servicios públicos, sólo podrán ser obligatorios, en los términos que establezcan las
leyes respectivas, el de las armas y los jurados, así como el desempeño de los cargos concejiles y
los de elección popular, directa o indirecta. Las funciones electorales y censales tendrán carácter
obligatorio y gratuito, pero serán retribuidas aquéllas que se realicen profesionalmente en los
términos de esta Constitución y las leyes correspondientes. Los servicios profesionales de índole
social serán obligatorios y retribuidos en los términos de la ley y con las excepciones que ésta
señale

[…]

Artículo 25. Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que éste sea
integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y que,
mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa
distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los
individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución. La competitividad se
entenderá como el conjunto de condiciones necesarias para generar un mayor crecimiento
económico, promoviendo la inversión y la generación de empleo.
El Estado velará por la estabilidad de las finanzas públicas y del sistema financiero para coadyuvar a
generar condiciones favorables para el crecimiento económico y el empleo. El Plan Nacional de
Desarrollo y los planes estatales y municipales deberán observar dicho principio.

El Estado planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica nacional, y llevará al


cabo la regulación y fomento de las actividades que demande el interés general en el marco de
libertades que otorga esta Constitución.

Al desarrollo económico nacional concurrirán, con responsabilidad social, el sector público, el


sector social y el sector privado, sin menoscabo de otras formas de actividad económica que
contribuyan al desarrollo de la Nación.

El sector público tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas que se señalan en el
artículo 28, párrafo cuarto de la Constitución, manteniendo siempre el Gobierno Federal la
propiedad y el control sobre los organismos y empresas productivas del Estado que en su caso se
establezcan. Tratándose de la planeación y el control del sistema eléctrico nacional, y del servicio
público de transmisión y distribución de energía eléctrica, así como de la exploración y extracción
de petróleo y demás hidrocarburos, la Nación llevará a cabo dichas actividades en términos de lo
dispuesto por los párrafos sexto y séptimo del artículo 27 de esta Constitución. En las actividades
citadas la ley establecerá las normas relativas a la administración, organización, funcionamiento,
procedimientos de contratación y demás actos jurídicos que celebren las empresas productivas del
Estado, así como el régimen de remuneraciones de su personal, para garantizar su eficacia,
eficiencia, honestidad, productividad, transparencia y rendición de cuentas, con base en las
mejores prácticas, y determinará las demás actividades que podrán realizar.

Asimismo podrá participar por sí o con los sectores social y privado, de acuerdo con la ley, para
impulsar y organizar las áreas prioritarias del desarrollo.

Bajo criterios de equidad social, productividad y sustentabilidad se apoyará e impulsará a las


empresas de los sectores social y privado de la economía, sujetándolos a las modalidades que dicte
el interés público y al uso, en beneficio general, de los recursos productivos, cuidando su
conservación y el medio ambiente.

La ley establecerá los mecanismos que faciliten la organización y la expansión de la actividad


económica del sector social: de los ejidos, organizaciones de trabajadores, cooperativas,
comunidades, empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores y, en
general, de todas las formas de organización social para la producción, distribución y consumo de
bienes y servicios socialmente necesarios.
La ley alentará y protegerá la actividad económica que realicen los particulares y proveerá las
condiciones para que el desenvolvimiento del sector privado contribuya al desarrollo económico
nacional, promoviendo la competitividad e implementando una política nacional para el desarrollo
industrial sustentable que incluya vertientes sectoriales y regionales, en los términos que establece
esta Constitución.

A fin de contribuir al cumplimiento de los objetivos señalados en los párrafos primero, sexto y
noveno de este artículo, las autoridades de todos los órdenes de gobierno, en el ámbito de su
competencia, deberán implementar políticas públicas de mejora regulatoria para la simplificación
de regulaciones, trámites, servicios y demás objetivos que establezca la ley general en la materia.

Asimismo podrá participar por sí o con los sectores social y privado, de acuerdo con la ley, para
impulsar y organizar las áreas prioritarias del desarrollo.

Bajo criterios de equidad social, productividad y sustentabilidad se apoyará e impulsará a las


empresas de los sectores social y privado de la economía, sujetándolos a las modalidades que dicte
el interés público y al uso, en beneficio general, de los recursos productivos, cuidando su
conservación y el medio ambiente.

La ley establecerá los mecanismos que faciliten la organización y la expansión de la actividad


económica del sector social: de los ejidos, organizaciones de trabajadores, cooperativas,
comunidades, empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores y, en
general, de todas las formas de organización social para la producción, distribución y consumo de
bienes y servicios socialmente necesarios.

La ley alentará y protegerá la actividad económica que realicen los particulares y proveerá las
condiciones para que el desenvolvimiento del sector privado contribuya al desarrollo económico
nacional, promoviendo la competitividad e implementando una política nacional para el desarrollo
industrial sustentable que incluya vertientes sectoriales y regionales, en los términos que establece
esta Constitución.

A fin de contribuir al cumplimiento de los objetivos señalados en los párrafos primero, sexto y
noveno de este artículo, las autoridades de todos los órdenes de gobierno, en el ámbito de su
competencia, deberán implementar políticas públicas de mejora regulatoria para la simplificación
de regulaciones, trámites, servicios y demás objetivos que establezca la ley general en la materia.
[…]

Acorde con lo anterior, nuestra Ley Suprema consagra a favor de cualquier persona el derecho a
ejercer la profesión, industria, comercio o trabajo que a sus intereses convenga, estableciendo
como única ocasión para esto que dicha profesión, industria o comercio se encuentre regulada
dentro del marco legal.

Precisado lo anterior, resulta de suma importancia el derecho humano tutelado en tales artículos,
pues el trabajo como derecho humano resulta necesario para alcanzar una vida digna, por lo que
todas las personas, sin discriminación alguna, tienen derecho a su plena y efectiva realización.

Ahora bien, tratándose de las personas morales, el derecho humano al trabajo se traduce en el
derecho que le asiste a estas para desarrollar la actividad comercial para la que fueron creadas,
siendo que al mismo tiempo, el trabajo es una actividad útil de las personas que les permite
producir bienes y servicios para satisfacer sus necesidades y en especial las de sus clientes. De esta
manera, el trabajo es comprendido no sólo como un medio de supervivencia sino también como
un medio de bienestar social y desarrollo económico de la Nación, dado que permite el desarrollo
personal y la aceptación e integración social de quien realiza una labor o trabajo, en el caso de las
personas morales representa una oportunidad de trabajo para personas físicas, dependiendo del
caso, y además beneficia a la Nación, en virtud de que mientras más personas realicen una
actividad comercial licita, mayor será el crecimiento económico de la Nación.

Por consiguiente, es de precisar que el derecho al trabajo no se circunscribe solamente al trabajo a


sueldo o a lo que se conoce como empleo, pues abarca todas las actividades humanas que le
permiten a las personas “ganarse” la vida, ya sea mediante el ejercicio de una profesión para las
personas físicas o mediante el libre ejercicio de la actividad comercial para la persona moral.

En ese mismo orden de idas, los multi mencionados artículos en supra, tutelan otra garantía para
el gobernado, pues no sólo le otorgan el derecho a dedicarse a lo que a sus intereses convenga y a
desarrollar libremente su actividad comercial, sino que además, prevé la obligación del Estado de
garantizar el libre ejercicio de dicho derecho para las personas, realizando las gestiones necesarias
para tal efecto y adecuando la legislación de un modo que facilite su ejercicio, tal como lo ha
establecido nuestro máximo tribunal en el siguiente criterio Jurisprudencial:
DERECHOS HUMANOS. OBLIGACIÓN DE GARANTIZARLOS EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 1o.,
PÁRRAFO TERCERO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.

El párrafo tercero del artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
dispone como obligaciones generales de las autoridades del Estado Mexicano las consistentes en:
i) Respetar; ii) Proteger; iii) Garantizar; y, iv) Promover los derechos humanos, de conformidad con
los principios rectores de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. De ahí
que para determinar si una conducta específica de la autoridad importa violación a derechos
fundamentales, debe evaluarse si se apega o no a la obligación de garantizarlos; y como la finalidad
de esta obligación es la realización del derecho fundamental, requiere la eliminación de
restricciones al ejercicio de los derechos, así como la provisión de recursos o la facilitación de
actividades que tiendan a lograr que todos se encuentren en aptitud de ejercer sus derechos
fundamentales. La índole de las acciones dependerá del contexto de cada caso en particular; así, la
contextualización del caso particular requiere que el órgano del Estado encargado de garantizar la
realización del derecho tenga conocimiento de las necesidades de las personas o grupos
involucrados, lo que significa que debe atender a la situación previa de tales grupos o personas y a
las demandas de reivindicación de sus derechos. Para ello, el órgano estatal, dentro de su ámbito
de facultades, se encuentra obligado a investigar, sancionar y reparar las violaciones a derechos
humanos que advierta, de forma que su conducta consistirá en todo lo necesario para lograr la
restitución del derecho humano violentado. Por tanto, su cumplimiento puede exigirse de
inmediato (mediante la reparación del daño) o ser progresivo. En este último sentido, la solución
que se adopte debe atender no sólo al interés en resolver la violación a derechos humanos que
enfrente en ese momento, sino también a la finalidad de estructurar un entorno político y social
sustentado en derechos humanos. Esto implica pensar en formas de reparación que, si bien tienen
que ver con el caso concreto, deben ser aptas para guiar más allá de éste.[14]

Del anterior criterio adoptado por la Suprema Corte de la Nación se desprende la obligación del
Estado y las Instituciones, en sus funciones de supra a subordinación con el gobernado, de
respetar, promover y garantizar el respeto de los derechos humanos de las personas, entre los
cuales se encuentra el derecho humano al trabajo, de tal manera que deberá tomar medidas
necesarias para incentivar la actividad comercial y que esta no se vea impedida de ninguna manera
por causas injustificadas o arbitrarias.

Atendiendo a lo anterior, es de precisar que para que una persona moral pueda realizar
diariamente su actividad económica, es necesario que realice gastos con los cuales pueda cumplir
con sus obligaciones y solventar sus necesidades y las de sus clientes, es decir, a diario debe
realizar diversos movimientos en sus cuentas bancarias, que se traducen en gastos e ingresos
erogados y percibidos, respectivamente, tal como se ilustra a continuación:
FLUJO EN LA ACTIVIDAD COMERCIAL: Del diagrama anterior, se puede apreciar la importancia para
una persona moral de disponer de sus cuentas bancarias para el desarrollo de su actividad
comercial, pues este flujo se ve materializado en los servicios que presta la quejosa a sus clientes y
en su propia relación profesional con los mismos de la siguiente manera:

En el punto de vista particular, la quejosa se encuentra imposibilitada de cumplir con sus


obligaciones fiscales en los términos que la Ley le establece, pues no puede disponer de su cuenta
bancaria, lo cual constituye un requisito necesario para pagar sus contribuciones y por lo tanto no
puede cumplir con su derecho humano al trabajo, puesto que esta supeditado a cumplir con sus
obligaciones fiscales.

En cuanto al ejercicio de su actividad con sus clientes, si la quejosa no puede cumplir sus
obligaciones fiscales para prestar sus servicios conforme a la Ley recibir ingresos por medios de
transferencias bancarias y/o depósitos, en consecuencia sus clientes no pueden hacer deducible
ese concepto, ocasionando que estos últimos se abstengan de seguir contratando sus servicios
profesionales.

Lo anterior es así conforme a lo dispuesto por los artículos 20 del Código Fiscal de la Federación y
27 la Ley del Impuesto Sobre la Renta, que establecen que estas actividades sólo podrán ser
ejecutadas y remuneradas a través de transferencias electrónicas:

Código Fiscal de la Federación

Artículo 20.- Las contribuciones y sus accesorios se causarán y pagarán en moneda nacional. Los
pagos que deban efectuarse en el extranjero se podrán realizar en la moneda del país de que se
trate.

[…]

Se aceptará como medio de pago de las contribuciones y aprovechamientos, los cheques del
mismo banco en que se efectúe el pago, la transferencia electrónica de fondos a favor de la
Tesorería de la Federación, así como las tarjetas de crédito y débito, de conformidad con las reglas
de carácter general que expida el Servicio de Administración Tributaria. Los contribuyentes
personas físicas que realicen actividades empresariales y que en el ejercicio inmediato anterior
hubiesen obtenido ingresos inferiores a $1,924,820.00, así como las personas físicas que no
realicen actividades empresariales y que hubiesen obtenido en dicho ejercicio ingresos inferiores a
$329,970.00, efectuarán el pago de sus contribuciones en efectivo, transferencia electrónica de
fondos a favor de la Tesorería de la Federación, tarjetas de crédito y débito o cheques personales
del mismo banco, siempre que en este último caso, se cumplan las condiciones que al efecto
establezca el Reglamento de este Código. Se entiende por transferencia electrónica de fondos, el
pago de las contribuciones que por instrucción de los contribuyentes, a través de la afectación de
fondos de su cuenta bancaria a favor de la Tesorería de la Federación, se realiza por las
instituciones de crédito, en forma electrónica.

[…]

Artículo 27. Las deducciones autorizadas en este Título deberán reunir los siguientes requisitos:

[…]

III. Estar amparadas con un comprobante fiscal y que los pagos cuyo monto exceda de $2,000.00 se
efectúen mediante transferencia electrónica de fondos desde cuentas abiertas a nombre del
contribuyente en instituciones que componen el sistema financiero y las entidades que para tal
efecto autorice el Banco de México; cheque nominativo de la cuenta del contribuyente, tarjeta de
crédito, de débito, de servicios, o los denominados monederos electrónicos autorizados por el
Servicio de Administración Tributaria. Tratándose de la adquisición de combustibles para vehículos
marítimos, aéreos y terrestres, el pago deberá efectuarse en la forma señalada en el párrafo
anterior, aun cuando la contraprestación de dichas adquisiciones no excedan de $2,000.00. Las
autoridades fiscales podrán liberar de la obligación de pagar las erogaciones a través de los medios
establecidos en el primer párrafo de esta fracción, cuando las mismas se efectúen en poblaciones o
en zonas rurales, sin servicios financieros. Los pagos que se efectúen mediante cheque nominativo,
deberán contener la clave en el registro federal de contribuyentes de quien lo expide, así como en
el anverso del mismo la expresión "para abono en cuenta del beneficiario".

En el precepto legal antes citado se encuentra prevista la forma en la que la quejosa deberá ejercer
su actividad económica, tocante a la ejecución, materialización y cobro de sus servicios, debiendo
cumplir con su obligación de contribuir mediante transferencia electrónica o cheque nominativo,
siendo que ambas formas deberán provenir de una cuenta bancaria a nombre de la contribuyente,
ahora quejosa.

En ese entendido, el hecho de que esa autoridad responsable cancele o inmovilice las cuentas
bancarias de la actora se traduce en una afectación de imposible reparación material, pues durante
ese lapso la quejosa no podrá realizar sus actividades económicas conforme a la ley pues no puede
cumplir con los requisitos y obligaciones que la Ley impone para tal efecto, causando un perjuicio
en su patrimonio y poniendo en riesgo su misma existencia. Lo anterior toda vez que de
conformidad con lo dispuesto por los artículos 20 del Código Fiscal de la Federación y 27 de la Ley
del Impuesto Sobre la Renta, a contrario sensu, si la quejosa no puede disponer de una cuenta
bancaria a su nombre, no podrá ejercer su actividad comercial al no poder cumplir con los
requisitos y contribuciones que la Ley le ordena para tal efecto, siendo que contrario a garantizar el
ejercicio de su actividad comercial, de subsistir el acto reclamado, se estaría imposibilitando el
ejercicio de dicho derecho y desincentivando el mismo al resto de los gobernados.

Lo anterior sin que pase desapercibido que dentro del sistema financiero existen diversas
entidades financieras con las cuales la quejosa puede contratar, sin embargo, aunado al hecho de
que derivado de esta circunstancia, ninguna otra institución financiera ha aceptado contratar con
la quejosa y, aun suponiendo que dichas instituciones aceptaran contratar con la quejosa, la misma
es libre de decidir el servicio financiero que más convenga a sus intereses, siendo que el actuar de
una autoridad no debe obligar al particular a realizar actos como contratar servicios financieros sin
que estos convengan con sus intereses pues de ser así se le estaría coaccionando en el ejercicio de
sus derechos.

Además, el acto reclamado resulta discriminatorio y contrario a lo dispuesto por el artículo 1° de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en virtud de que las autoridades
responsables están cuartando el ejercicio del derecho al trabajo de la quejosa en un plano de
desigualdad con los demás contribuyentes que se dedican a las mismas actividades.

En ese plano, es de precisar que las actividades preponderantes de la quejosa son las mismas que
se aprecian en su Constancia de Situación Fiscal y que se insertan a continuación:

[----Insertar Captura de la CSF----]

Una vez dicho lo anterior, en el caso que nos ocupa, las autoridades responsables están cancelando
las cuentas bancarias de la quejosa atendiendo al flujo de capital que existe derivado del ejercicio
de sus actividades comerciales, clasificándolo como lavado de dinero sin siquiera haber seguido
algún procedimiento previo, siendo que el objeto social que persigue y desarrolla la quejosa es el
consistente en:

---

Sin embargo, existen diversos contribuyentes que realizan la misma actividad comercial sin que las
entidades financieras les hayan cancelado sus cuentas bancarias, por lo que no cabe certeza de los
motivos o fundamentos por los cuales las autoridades responsables hayan determinado este trato
desigual para la quejosa con el resto de los contribuyentes que ejercen la misma actividad
económica, es decir, sin haber expuesto los motivos y fundamentos legales por los cuales a pesar
de ser la misma actividad comercial la ejercida por la quejosa, a su juicio, resulta lavado de dinero,
mientras que la desarrollada por diversos contribuyentes no contraviene con ninguna disposición
legal.

Al respecto, resulta aplicable la siguiente JURISPRUDENCIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE


JUSTICIA DE LA NACIÓN, de texto y rubro siguiente:

PRINCIPIO DE IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN. ALGUNOS ELEMENTOS QUE INTEGRAN EL


PARÁMETRO GENERAL.

El principio de igualdad y no discriminación permea todo el ordenamiento jurídico. Cualquier


tratamiento que resulte discriminatorio respecto del ejercicio de cualquiera de los derechos
reconocidos en la Constitución es, per se, incompatible con ésta. Es contraria toda situación que,
por considerar superior a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con algún privilegio, o que,
inversamente, por considerarlo inferior, sea tratado con hostilidad o de cualquier forma se le
discrimine del goce de derechos que sí se reconocen a quienes no se consideran incursos en tal
situación. Sin embargo, es importante recordar que no toda diferencia en el trato hacia una
persona o grupo de personas es discriminatoria, siendo jurídicamente diferentes la distinción y la
discriminación, ya que la primera constituye una diferencia razonable y objetiva, mientras que la
segunda constituye una diferencia arbitraria que redunda en detrimento de los derechos humanos.
En igual sentido, la Constitución no prohíbe el uso de categorías sospechosas, sino su utilización de
forma injustificada. No se debe perder de vista, además, que la discriminación tiene como nota
característica que el trato diferente afecte el ejercicio de un derecho humano. El escrutinio estricto
de las distinciones basadas en las categorías sospechosas garantiza que sólo serán constitucionales
aquellas que tengan una justificación muy robusta.[15]

Conforme a lo anterior, el acto reclamado resulta un acto discriminatorio que violenta de manera
directa en perjuicio de la quejosa su derecho al trabajo y al libre desarrollo de su actividad
comercial, previsto en los artículos 1, 5 y 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, pues al cancelar las cuentas bancarias de la misma, la autoridad responsable se
encuentra imposibilitando a la quejosa para ejercer su actividad económica conforme a las
disposiciones legales previamente establecidas para tal efecto, en específico con lo dispuesto por
los artículos 20 del Código Fiscal de la Federación 27 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, que
obliga a la quejosa a realizar, ejecutar o cobrar por sus servicios y a cumplir con sus obligaciones
fiscales para el ejercicio de su actividad comercial a través de transferencias electrónicas, que se
realicen a través de cuentas bancarias a nombre del contribuyente, por lo que solicito que se
conceda a la quejosa el Amparo y Protección de la Justicia Federal, para que no se le impida el libre
ejercicio de su actividad comercial, reactivando cualquier cuenta bancaria a su nombre y
prohibiendo la cancelación arbitraria, sin causa justificada de las mismas.

TERCERO. EL ACTO RECLAMADO VIOLA LO ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO 31 FRACCIÓN IV DE LA


CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS PUES EL BLOQUEO O RESTRICCIÓN
A LOS SERVICIOS FINANCIEROS IMPIDE A LA QUEJOSA CUMPLIR CON SU OBLIGACIÓN SUPREMA
DE CONTRIBUIR AL GASTO PÚBLICO.

En primer término, es menester resaltar que las obligaciones de todos los mexicanos las
encontramos enlistadas en el artículo 31 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, y que son las siguientes:

Artículo 31. Son obligaciones de los mexicanos:

I. Hacer que sus hijos o pupilos concurran a las escuelas públicas o privadas, para obtener la
educación preescolar, primaria, secundaria, media superior y reciban la militar, en los términos que
establezca la ley.

II. Asistir en los días y horas designados por el Ayuntamiento del lugar en que residan, para recibir
instrucción cívica y militar que los mantenga aptos en el ejercicio de los derechos de ciudadano,
diestros en el manejo de las armas, y conocedores de la disciplina militar.

III. Alistarse y servir en la Guardia Nacional, conforme a la ley orgánica respectiva, para asegurar y
defender la independencia, el territorio, el honor, los derechos e intereses de la Patria, así como la
tranquilidad y el orden interior; y

IV. Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como de los Estados, de la Ciudad de
México y del Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las
leyes.

Dentro de las obligaciones Constitucionales antes enlistadas se debe destacar la prevista por la
fracción IV, que en esencia prevé la obligación de CONTRIBUIR AL GASTO PÚBLICO.
En esa tesitura, el sistema tributario tiene como objetivo recaudar los ingresos que el Estado
requiere para satisfacer las necesidades básicas de la comunidad, haciéndolo de manera que aquél
resulte justo -equitativo y proporcional, conforme al artículo 31, fracción IV, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos-, con el propósito de procurar el crecimiento económico
y la más justa distribución de la riqueza, para el desarrollo óptimo de los derechos tutelados por la
carta magna. Lo anterior, en virtud de que la obligación de contribuir -elevada a rango
constitucional- tiene una trascendencia mayúscula, pues no se trata de una simple imposición
soberana derivada de la potestad del Estado, sino que posee una vinculación social, una aspiración
más alta, relacionada con los fines perseguidos por la propia Constitución, como los que se
desprenden de la interpretación conjunta de los artículos 3o. y 25 del texto fundamental,
consistentes en la promoción del desarrollo social -dando incluso una dimensión sustantiva al
concepto de democracia, acorde a estos fines, encauzándola hacia el mejoramiento económico y
social de la población- y en la consecución de un orden en el que el ingreso y la riqueza se
distribuyan de una manera más justa, para lo cual participarán con responsabilidad social los
sectores público, social y privado.

En este contexto, debe destacarse que, entre otros aspectos inherentes a la responsabilidad social
a que se refiere el artículo 25 constitucional, se encuentra la obligación de contribuir prevista en el
artículo 31, fracción IV, constitucional, tomando en cuenta que la exacción fiscal, por su propia
naturaleza, significa una reducción del patrimonio de las personas y de su libertad general de
acción. De manera que la propiedad tiene una función social que conlleva responsabilidades, entre
las cuales destaca el deber social de contribuir al gasto público, a fin de que se satisfagan las
necesidades colectivas o los objetivos inherentes a la utilidad pública o a un interés social, por lo
que la obligación de contribuir es un deber de solidaridad con los menos favorecidos.

Ahora bien, expuesta la trascendencia de la obligación de los mexicanos para contribuir con el
GASTO PÚBLICO, resulta pertinente cuestionarnos:

¿Cómo DEBEN cumplir los gobernados con tal obligación?

El objetivo de tal interrogante, es traer a colación los métodos y mecanismos que el gobernado
tiene a su alcance o ESTÁ OBLIGADO A OBSERVAR para poder cumplir con esa obligación social
elevada a rango constitucional y sin la cual, no solo correría peligra la existencia del Estado como
ente jurídico, sino de sus propios gobernados.

Lo anterior es así, porque resulta de vital importancia para el presente caso, demostrar, que la
restricción y eliminación fáctica o legal de esos métodos y mecanismos incrustados en nuestro
sistema jurídico tributario para lograr el exacto cumplimiento de una obligación sustantiva como lo
es el pago de las contribuciones, DIFICULTA o VUELVE IMPOSIBLE su cumplimiento.
Entonces, si bien hablamos de la importancia de una obligación sustantiva como lo es el pago de
contribuciones, no debemos pasar por alto, que SÓLO las disposiciones secundarias (derechos y
obligaciones formales), permiten su exacto cumplimiento.

Podemos demostrar la relevancia de lo anterior, a través de los ejemplos siguientes:

El artículo 28, fracción V del Código Fiscal de la Federación, establece una obligación formal
(método) consistente en que los contribuyentes deberán llevar “controles volumétricos” en caso
de que su actividad económica sea la venta de combustibles fósiles.

De la cual, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, determinó que se trata de
una obligación formal que permite al Estado vigilar y comprobar el cumplimiento de sus
obligaciones tributarias, como se desprende de la jurisprudencia siguiente:

CONTROLES VOLUMÉTRICOS. A LA OBLIGACIÓN DE LLEVARLOS COMO PARTE DE LA CONTABILIDAD,


CONFORME AL ARTÍCULO 28, FRACCIÓN V, DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN, NO LE ES
APLICABLE EL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DE
2004).

El citado artículo establece que quienes enajenen gasolina, diesel, gas natural para combustión
automotriz o gas licuado de petróleo para combustión automotriz, en establecimientos abiertos al
público en general, deberán contar con controles volumétricos y mantenerlos en todo momento
en operación como parte de su contabilidad. Al respecto, debe precisarse que la obligación en
cuestión es de carácter formal, pues su objetivo es que la autoridad hacendaria lleve una adecuada
vigilancia y compruebe el cumplimiento de requisitos conforme a los cuales los gobernados deben
contribuir al gasto público. En consecuencia, a la obligación prevista en el artículo 28, fracción V,
del Código Fiscal de la Federación, vigente a partir del 1o. de enero de 2004, no le es aplicable el
principio de proporcionalidad tributaria contenido en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en virtud de que la Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha determinado que dicho principio está dirigido a las contribuciones en sí mismas
consideradas, a sus elementos esenciales, tales como sujeto, objeto, base y tasa o tarifa, y a los
elementos que trascienden a la obligación esencial de pago, sin que sea factible hacerlo extensivo
a las obligaciones formales a cargo de los contribuyentes que constituyan simples medios de
control en la recaudación a cargo de la autoridad administrativa, como acontece en la especie.[16]

De tal criterio judicial, debemos resaltar la importancia para aquellos contribuyentes que enajenen
combustibles fósiles, respecto a la posibilidad para adquirir esos dispositivos de “CONTROL
VOLUMÉTRICO”, sin los cuales, su obligación para contribuir al gasto público se dificultaría, así
como también, se impediría a las autoridades fiscales vigilar y comprobar su cumplimiento.

Otro ejemplo, lo podemos encontrar en la obligación prevista por el artículo 28, fracción IV del
Código Fiscal de la Federación, consistente en el envió de la contabilidad de los contribuyente a
través de medios electrónicos.

De la cual, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitió el criterio


jurisprudencial siguiente:

CONTABILIDAD ELECTRÓNICA. LA OBLIGACIÓN DE INGRESAR LA INFORMACIÓN CONTABLE A


TRAVÉS DE LA PÁGINA DE INTERNET DEL SERVICIO DE ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA, EN LA
FORMA Y TÉRMINOS ESTABLECIDOS EN EL ARTÍCULO 28, FRACCIÓN IV, DEL CÓDIGO FISCAL DE LA
FEDERACIÓN Y EN LAS REGLAS 2.8.1.4., 2.8.1.5. Y 2.8.1.9. DE LA RESOLUCIÓN MISCELÁNEA FISCAL
PARA 2015, PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 30 DE DICIEMBRE DE 2014, ES
PROPORCIONAL CON EL FIN PERSEGUIDO POR EL LEGISLADOR.

De los trabajos legislativos que antecedieron a las reformas, adiciones y derogaciones al Código
Fiscal de la Federación, publicadas en el Diario Oficial de la Federación de 9 de diciembre de 2013,
se advierte que la obligación aludida, bajo el contexto del aprovechamiento de los avances de la
tecnología, tuvo como finalidad integrar un sistema electrónico de contabilidad estándar que
permita, por una parte, facilitar el cumplimiento de obligaciones fiscales y, por otra, agilizar los
procedimientos de fiscalización, aspectos que se encuentran dentro del ámbito del artículo 31,
fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo que significa que la
obligación legal (en la forma y términos previstos en las disposiciones administrativas), tiene una
finalidad constitucionalmente válida, como lo es comprobar el correcto cumplimiento del deber de
contribuir al gasto público. Por su parte, la obligación de ingresar la información en los términos
que establecen las disposiciones generales, constituye el medio adecuado dirigido a cumplir con la
finalidad perseguida por el legislador ya que, en primer lugar, tiende a evitar las cargas que
anteriormente generaban los "formulismos" para el cumplimiento de las obligaciones fiscales;
además de que en la medida en que el contribuyente va incorporando su información contable, a
través de la página de Internet del Servicio de Administración Tributaria, permite a la autoridad no
solamente tener acceso inmediato a las cuestiones relacionadas con el cumplimiento de sus
obligaciones fiscales, sino allegarse de los elementos necesarios para que en un momento dado
pueda desplegar con mayor facilidad algún acto de fiscalización. Finalmente, no se ocasiona un
daño innecesario o desproporcional al contribuyente por el simple hecho de que tenga que llevar
su contabilidad a través de medios electrónicos y de ingresarla a través de la página de Internet del
Servicio de Administración Tributaria en los términos previstos en la disposiciones referidas, ya que
si aquél cumple con las nuevas obligaciones fiscales impuestas por el legislador, aprovechando los
beneficios de los avances tecnológicos, se simplifican y se mejoran los procedimientos
administrativos a través de los cuales anteriormente cumplía con sus obligaciones y ejercía sus
derechos, lo que se traduce en un ahorro de tiempo y trámites bajo el contexto del sistema
tradicional.[17]

De la jurisprudencia trascrita, podemos advertir que se determinó la constitucionalidad de la


obligación para enviar la contabilidad a través de medios electrónicos, pues si bien el artículo 31,
fracción IV de la Carta Magna establece una obligación suprema –contribuir al GASTO PÚBLICO-,
las disposiciones secundarias no pueden ser soslayadas al momento de pretender hacer efectiva
esa obligación, pues sea con motivo de los avances tecnológicos o no, estas siempre tendrán como
objetivo primordial FACILITAR EL CUMPLIMIENTO DICHA OBLIGACIÓN SUSTANTIVA, además, de
permitir al Estado un mayor control respecto a la vigilancia y comprobación de la misma.

Ahora, en el presente caso, el acto reclamado se hace consistir en una restricción, bloqueo y/o
cancelación de una cuenta bancaria de mi representada, a través de la cual goza de un servicio
financiero. Y a través de la cual, la quejosa y terceros con los cuales haya realizado operaciones
comerciales, cumplen con sus obligaciones sustantivas y formales en materia tributaria.

Pero entonces, ¿cómo es que tal acción imposibilita a mi representada para cumplir con su
obligación de contribuir con el gasto público en términos del artículo 31, fracción IV de la Carta
Magna?

Para responder lo anterior, siempre debemos tener presente lo que hasta el momento se ha
venido desarrollando: la importancia de los métodos y mecanismos que prevén las disposiciones
secundarias como una opción u obligación para los contribuyentes, radica en que solo bajo su
observancia, es posible cumplir materialmente con tal obligación constitucional.

Subsecuentemente, resulta oportuno remitirnos al artículo 20 del Código Fiscal de la Federación,


que en su parte de interés dispone lo siguiente:

Artículo 20.- Las contribuciones y sus accesorios se causarán y pagarán en moneda nacional. Los
pagos que deban efectuarse en el extranjero se podrán realizar en la moneda del país de que se
trate.

(…)
Se aceptará como medio de pago de las contribuciones y aprovechamientos, los cheques del
mismo banco en que se efectúe el pago, la transferencia electrónica de fondos a favor de la
Tesorería de la Federación, así como las tarjetas de crédito y débito, de conformidad con las reglas
de carácter general que expida el Servicio de Administración Tributaria. Los contribuyentes
personas físicas que realicen actividades empresariales y que en el ejercicio inmediato anterior
hubiesen obtenido ingresos inferiores a $1,924,820.00, así como las personas físicas que no
realicen actividades empresariales y que hubiesen obtenido en dicho ejercicio ingresos inferiores a
$329,970.00, efectuarán el pago de sus contribuciones en efectivo, transferencia electrónica de
fondos a favor de la Tesorería de la Federación, tarjetas de crédito y débito o cheques personales
del mismo banco, siempre que en este último caso, se cumplan las condiciones que al efecto
establezca el Reglamento de este Código. Se entiende por transferencia electrónica de fondos, el
pago de las contribuciones que por instrucción de los contribuyentes, a través de la afectación de
fondos de su cuenta bancaria a favor de la Tesorería de la Federación, se realiza por las
instituciones de crédito, en forma electrónica.

De la parte antes transcrita del artículo 20 del Código Fiscal de la Federación podemos obtener lo
siguiente:

Que las contribuciones se causan Y PAGAN en moneda nacional.

Que los ÚNICOS medios de pago permitidos SON:

Cheque

Transferencia Bancaria.

Tarjeta de crédito o débito.

Como excepción, se permitirá el pago de contribuciones en efectivo cuando: “personas físicas que
realicen actividades empresariales y que en el ejercicio inmediato anterior hubiesen obtenido
ingresos inferiores a $1,924,820.00, así como las personas físicas que no realicen actividades
empresariales y que hubiesen obtenido en dicho ejercicio ingresos inferiores a $329,970.00”.
Entonces, la disposición trascrita, en esencia prevé los métodos de pago que tienen permitido
emplear los contribuyentes para efecto de cubrir las contribuciones que tengan a su cargo, de los
cuales, ese H. Juzgador podrá advertir que la mayoría de ellos, solo pueden efectuarse a través del
SISTEMA FINANCIERO, a través de los servicios de Banca y Crédito que ofrecen las Instituciones de
Crédito (cheque, transferencia bancaria o tarjeta de crédito o débito), ya que los pagos en efectivo
solo podrán efectuarse excepcionalmente (cuando sean equivalentes al monto legalmente
establecido), lo que quiere decir que no constituye una opción general para los gobernados.

Por lo anterior, resulta necesario traer a colación el contenido del artículo 2 de la Ley de
Instituciones de Crédito:

“Artículo 2o.- El servicio de banca y crédito sólo podrá prestarse por instituciones de crédito, que
podrán ser:

I. Instituciones de banca múltiple, y

II. Instituciones de banca de desarrollo.

Para efectos de lo dispuesto en la presente Ley, se considera servicio de banca y crédito la


captación de recursos del público en el mercado nacional para su colocación en el público,
mediante actos causantes de pasivo directo o contingente, quedando el intermediario obligado a
cubrir el principal y, en su caso, los accesorios financieros de los recursos captados.”

Del precepto transcrito podemos concluir que los servicios de banca múltiple, son prestados
exclusivamente por instituciones de banca múltiple; y en este caso, los servicios de crédito que la
misma legislación prevé, los encontramos en el artículo 46[18]:

Artículo 46.- Las instituciones de crédito sólo podrán realizar las operaciones siguientes:

[…]
VII. Expedir tarjetas de crédito con base en contratos de apertura de crédito en cuenta corriente;

[…]

XVI. Recibir depósitos en administración o custodia, o en garantía por cuenta de terceros, de títulos
o valores y en general de documentos mercantiles;

[…]

XXVIII. Las análogas o conexas que autorice la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, oyendo la
opinión del Banco de México y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Por lo anterior, se puede concluir que los servicios de cheques, cuentas bancarias, y créditos, solo
pueden ser prestados por las instituciones de banca múltiple dentro de las cuales se encuentran
las instituciones de crédito, siendo así, el único medio con el que cuentan los contribuyentes para
efecto de poder cumplir íntegramente con su obligación de contribuir al gasto público.

De tal manera, que en el presente caso, el acto reclamado resulta inconstitucional pues impide a la
quejosa cumplir a cabalidad con su obligación prevista por el artículo 31, fracción IV de la Carta
Magna, es decir, le impide cumplir con esa obligación suprema para contribuir con el gasto público,
ya que tal y como se expuso, la cuenta bancaria que fue restringida, congelada y/o cancelada a mi
representada, constituía el único medio con el que contaba para efecto de poder realizar el pago
de las contribuciones que tiene a su cargo.

Pues si bien es cierto que la quejosa cumple con sus obligaciones formales consistentes en la
presentación de las declaraciones mensuales, anuales, provisionales y definitivas que exigen las
disposiciones fiscales, en las cuales manifiesta el cálculo del tributo que debe enterar a favor del
Estado, dicha obligación solo se puede tener por efectivamente cumplida hasta el momento en
que la amparista realice el pago del tributo en cuestión, pero los pagos únicamente pueden
realizarse a través de cheques, transferencias bancarias, tarjetas de crédito o débito, mecanismos
que únicamente pueden ser prestados a mi representada por las instituciones de banca múltiple
como en el presente caso lo es la responsable.
Con la finalidad de mostrar la trascendencia del argumento anterior, a continuación inserto
algunas de las declaraciones de impuesto de mi representada, junto con sus respectivos
comprobantes de pago, los cuales fueron realizados a través de transferencias bancarias:

[………………………..]

Es así, como se evidencia la inconstitucionalidad del acto reclamado, ya que con el mismo se
impide a mi representada a cumplir con el pago de sus obligaciones fiscales y, disfrutar de los
beneficios establecidos en las disposiciones de la materia, entre otras, deducciones autorizadas.

No obsta a lo anterior, el hecho de que existan diversas instituciones de banca múltiple, porque el
pago de sus contribuciones a cargo, no puede estar supeditado a la voluntad de una institución
bancaria en su calidad de autoridad para efectos de la Ley de Amparo, máxime si el acto reclamado
que se le atribuye carece de toda fundamentación y motivación.

Sin que pase desapercibido que, aún cuando dentro del sistema financiero mexicano, existan
diversas instituciones autorizadas para prestar este servicio, no menos cierto es que, de permitirse
a una prestadora del servicio de banca múltiple abstenerse de seguir brindando sus servicios a los
particulares, lo coloca en un estado de desigualdad frente a otros particulares que se encuentran
en la misma situación de hecho.

Pues no se le permitiría libremente decidir con base en los indicadores comerciales de cada
institución de banca múltiple (tasas de interés, comisiones por apertura, anualidad etc.) ¿con cuál
de ellas debo cumplir mis obligaciones de gasto público?. Lo cual, no es una potestad de la
autoridad responsable en el caso en estudio.

Además, en términos del artículo 6, cuarto párrafo del Código Fiscal de la Federación, las
contribuciones se pagan en los plazos previstos por las disposiciones fiscales:

Artículo 6o.-…

Las contribuciones se pagan en la fecha o dentro del plazo señalado en las disposiciones
respectivas. A falta de disposición expresa el pago deberá hacerse mediante declaración que se
presentará ante las oficinas autorizadas, dentro del plazo que a continuación se indica:
Entonces, si en el presente caso se bloqueó, congeló y/o canceló la cuenta bancaria de mi
representada, se le impide pagar oportunamente sus contribuciones, muestra de ello lo es su
Constancia de Situación Fiscal, de donde se desprenden sus obligaciones fiscales (tanto sustantivas
y formales):

[………………..]

De donde se puede desprender que se encuentra obligada a realizar los pagos mensuales
definitivos del Impuesto al Valor Agregado, así como los pagos mensuales provisionales del
Impuesto Sobre la Renta, tal y como lo señalan los siguientes preceptos legales:

LEY DEL IMPUESTO AL VALOR AGREGADO.

Artículo 5o.-D. El impuesto se calculará por cada mes de calendario, salvo los casos señalados en
los artículos 5o.-E, 5o.-F y 33 de esta Ley.

Los contribuyentes efectuarán el pago del impuesto mediante declaración que presentarán ante
las oficinas autorizadas a más tardar el día 17 del mes siguiente al que corresponda el pago.

LEY DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA.

Artículo 14. Los contribuyentes efectuarán pagos provisionales mensuales a cuenta del impuesto
del ejercicio, a más tardar el día 17 del mes inmediato posterior a aquél al que corresponda el
pago, conforme a las bases que a continuación se señalan:

De lo cual, se tiene que cada mes, en el día 17, mi mandante se encuentra obligada a efectuar el
pago de sus contribuciones, mismo que solo puede hacer efectivo a través de la cuenta bancaria,
cuyo servicio fue bloqueado, congelado y/o cancelado.

En consecuencia, al encontrarse bloqueadas, congeladas y/o canceladas las cuentas bancarias de la


moral quejosa, resulta evidente que se encuentra impedida materialmente para dar cumplimiento
a las obligaciones fiscales previstas en los artículos supracitados.
Por lo tanto, resulta procedente que se conceda a mi representada la protección y amparo de la
justicia federal, para el efecto de que la autoridad responsable, restituya a mi representada, en su
pleno goce del servicio financiero que le es negado.

CUARTO. EL ACTO RECLAMADO RESULTA INCONSTITUCIONAL EN VIRTUD DE QUE LA CANCELACIÓN


DE CUENTAS BANCARIAS CONTRAVIENE EL CONTENIDO DE LOS ARTÍCULOS 31, FRACCIÓN IV DE LA
CONSTITUCIÓN FEDERAL Y 27 FRACCIÓN III DE LA LEY DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA, PUES DE
NO EXISTIR UNA OBLIGACIÓN FORMAL POR PARTE DE LA INSTITUCIÓN BANCARIA DE MANTENER
ABIERTA Y ACTIVA CUENTAS A NOMBRE DE LA QUEJOSA, LA SUSCRITA NO ESTARÍA OBLIGADA A
CONTAR CON UNA CUENTA BANCARIA EN EL SISTEMA FINANCIERO, BAJO ESA LÍNEA DE
PENSAMIENTO, SERÁ PROCEDENTE CONFORME A DERECHO, QUE MI REPRESENTADA NO SE
ENCUENTRE OBLIGADA A CUMPLIR CON LOS REQUISITOS PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 27 FRCCIÓN
III DE LA LEY DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA, ES DECIR, SE LE DESINCORPORE DEL SISTEMA
FINANCIERO AL EXISTIR IMPOSIBILIDAD PRÁCTICA Y MATERIAL DE ACCEDER AL MISMO.

En efecto, de considerar ese H. Juzgador que la Institución Bancaria cuenta con la potestad de
cancelar de mutuo propio, es decir, de forma unilateral la cuenta o cuentas bancarias abiertas a
nombre de la quejosa, en atención a que se encuentra en un plano de igualdad o coordinación con
mi autorizante, en consecuencia, de sostener dicho razonamiento, se estará reconociendo que mi
representada, al encontrarse imposibilitada materialmente para acceder al sistema financiero por
voluntad de un particular (Institución Bancaria), no está obligada a cumplir, entre otros, con los
requisitos legales previstos en el artículo 27 fracción III de la Ley del Impuesto Sobre la Renta.

Lo anterior, en virtud de que tal y como se ha expuesto anteriormente, el no poder disponer,


acceder o mantener a disposición el saldo de las cuentas bancarias de la quejosa dentro del
servicio financiero, como lo es, pagar contribuciones federales, pagar proveedores, recibir pagos
de clientes, mismas que por disposición legal la quejosa se encuentra obligada a realizarlas vía
transferencia electrónica, por lo cual, la quejosa, ahora se encuentra imposibilitada materialmente
para ejercer todo acto de comercio a través del sistema financiero o bancarizado, por lo cual, ese
H. Juzgado no puede considerarlo como no lesivo de derechos fundamentales.

En efecto, no debemos soslayar que existen disposiciones legales como las FISCALES, que exigen la
materialización, ejecución y pago de los actos de comercio, mediante transferencias bancarias, lo
cual solo es posible si se cuenta con un servicio financiero como el que le acaba de ser cancelado a
la quejosa, tal como lo dispone el artículo 27 fracción III de la Ley del Impuesto Sobre la Renta que
se transcribe para un mejor proveer:

Artículo 27. Las deducciones autorizadas en este Título deberán reunir los siguientes requisitos:
III. Estar amparadas con un comprobante fiscal y que los pagos cuyo monto exceda de $2,000.00 se
efectúen mediante transferencia electrónica de fondos desde cuentas abiertas a nombre del
contribuyente en instituciones que componen el sistema financiero y las entidades que para tal
efecto autorice el Banco de México; cheque nominativo de la cuenta del contribuyente, tarjeta de
crédito, de débito, de servicios, o los denominados monederos electrónicos autorizados por el
Servicio de Administración Tributaria. Tratándose de la adquisición de combustibles para vehículos
marítimos, aéreos y terrestres, el pago deberá efectuarse en la forma señalada en el párrafo
anterior, aun cuando la contraprestación de dichas adquisiciones no excedan de $2,000.00. Las
autoridades fiscales podrán liberar de la obligación de pagar las erogaciones a través de los medios
establecidos en el primer párrafo de esta fracción, cuando las mismas se efectúen en poblaciones o
en zonas rurales, sin servicios financieros. Los pagos que se efectúen mediante cheque nominativo,
deberán contener la clave en el registro federal de contribuyentes de quien lo expide, así como en
el anverso del mismo la expresión "para abono en cuenta del beneficiario".

Es decir, de conformidad con el numeral supra transcrito, para que la quejosa pueda realizar sus
operaciones comerciales con sus clientes y proveedores, necesita operar forzosamente dentro del
sistema financiero, puesto que la propia Ley del Impuesto Sobre la Renta determina que dichas
operaciones que superen los $2,000.00 deberán de efectuarse a través de:

Transferencia electrónica de fondos desde cuentas abiertas a nombre del contribuyente en


instituciones que componen el sistema financiero.

Cheque nominativo de la cuenta del contribuyente.

Tarjeta de crédito.

Tarjeta de débito.

Tarjeta de servicios, o los denominados monederos electrónicos autorizados por el Servicio de


Administración Tributaria.

Siendo que la única salvedad para proceder de dicha forma, es decir, para prescindir de la
utilización del sistema financiero en las operaciones con clientes y proveedores que rebasen los
$2,000.00, es que dichas operaciones se efectúen en poblaciones o en zonas rurales, sin servicios
financieros, situación en la que definitivamente no se encuentra la quejosa.

De ahí que, si esa H. Juzgadora llegase a considerar que el actuar de la Institución Bancaria no
resulta violatoria de derechos fundamentales, al tratarse de un acto entre particulares, en
consecuencia, eso significaría que la quejosa no se encuentra obligada a operar dentro del sistema
financiero, ni tampoco a realizar sus operaciones a través de transferencia electrónica de fondos,
cheque nominativo, tarjeta de crédito, de débito, de servicios, o los denominados monederos
electrónicos autorizados por el Servicio de Administración Tributaria, puesto que el cumplimiento y
observancia de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, se encontraría supeditada a la voluntad de los
particulares, es decir, el cumplimiento de las obligaciones fiscales a cargo de la quejosa se
encontraría sujeta a la voluntad de la Institución Bancaria, quien decide, determina e impone su
voluntad no solo sobre y en perjuicio de la quejosa, sino incluso sobre la propia Ley del Impuesto
Sobre la Renta, toda vez que impide a mi autorizante cumplir con sus obligaciones fiscales en los
términos de Ley del Impuesto Sobre la Renta.

Es decir, de llegar a concluir que la institución financiera puede decidir de forma libre, arbitraria, y
sin regulación alguna, a que contribuyentes permite acceder y mantener dentro del sistema
financiero, en consecuencia, a dicha institución se le estaría otorgando la potestad de decidir que
contribuyentes pueden cumplir y cuales no, con las cargas fiscales contenidas en el Código Fiscal
de la Federación, Ley del Impuesto Sobre la Renta e Impuesto al Valor Agregado.

Máxime si tomamos en consideración que el artículo 20 del Código Fiscal de la Federación en su


séptimo párrafo, para el cumplimiento de las obligaciones de los contribuyentes señala:

Código Fiscal de la Federación

Artículo 20…

(…)

Se aceptará como medio de pago de las contribuciones y aprovechamientos, los cheques del
mismo banco en que se efectúe el pago, la transferencia electrónica de fondos a favor de la
Tesorería de la Federación, así como las tarjetas de crédito y débito, de conformidad con las reglas
de carácter general que expida el Servicio de Administración Tributaria. Los contribuyentes
personas físicas que realicen actividades empresariales y que en el ejercicio inmediato anterior
hubiesen obtenido ingresos inferiores a $1,924,820.00, así como las personas físicas que no
realicen actividades empresariales y que hubiesen obtenido en dicho ejercicio ingresos inferiores a
$329,970.00, efectuarán el pago de sus contribuciones en efectivo, transferencia electrónica de
fondos a favor de la Tesorería de la Federación, tarjetas de crédito y débito o cheques personales
del mismo banco, siempre que en este último caso, se cumplan las condiciones que al efecto
establezca el Reglamento de este Código. Se entiende por transferencia electrónica de fondos, el
pago de las contribuciones que por instrucción de los contribuyentes, a través de la afectación de
fondos de su cuenta bancaria a favor de la Tesorería de la Federación, se realiza por las
instituciones de crédito, en forma electrónica.

Lo anterior, constituye solo un ejemplo de las múltiples repercusiones legales que trae consigo el
acto arbitrario y unilateral efectuado por la Institución Bancaria, el cual, no puede ser estudiado de
forma aislada únicamente a la luz de un acto entre particulares, toda vez que la apertura de
cuentas bancarias va más allá de la simple voluntad de la quejosa, sino que opera en cumplimiento
a un mandato legal, e incluso constitucional contenido en el artículo 31 fracción IV de nuestra
Carta Magna de contribuir al gasto público de la manera equitativa y proporcional que dispongan
las leyes, el cual, estará imposibilitada a realizar la quejosa, al no poder acceder al sistema
financiero, mismo argumento que fue desarrollado previamente.

Por lo tanto, al negarle a la quejosa la posibilidad de acceder y utilizar sus cuentas bancarias, tal y
como se ha venido manifestando, se le está impidiendo dar cumplimiento a sus obligaciones con:

Clientes

Proveedores.

Trabajadores.

Pago de impuestos.

Al respecto, resulta aplicable en lo conducente el criterio jurisprudencial de rubro y texto siguiente:

RENTA. LOS REQUISITOS EXIGIDOS POR EL ARTÍCULO 24, FRACCIÓN III, DE LA LEY DEL IMPUESTO
RELATIVO, PARA REALIZAR DEDUCCIONES DE PAGOS EFECTUADOS MEDIANTE CHEQUE
NOMINATIVO DEL CONTRIBUYENTE, CONSTITUYEN UN VERDADERO IMPERATIVO LEGAL, CUYO
INCUMPLIMIENTO GENERA LA IMPROCEDENCIA DE AQUÉLLAS. El artículo 24, fracción III, de la Ley
del Impuesto sobre la Renta establece: "Las deducciones autorizadas en este título deberán reunir
los siguientes requisitos: ... III. Que se comprueben con documentación que reúna los requisitos
que señalen las disposiciones fiscales relativas a la identidad y domicilio de quien los expida, así
como de quien adquirió el bien de que se trate o recibió el servicio, y que en el caso de
contribuyentes que en el ejercicio inmediato anterior hubieran obtenido ingresos acumulables
superiores a ... efectúen mediante cheque nominativo del contribuyente, los pagos en efectivo
cuyo monto exceda de ..."; de donde se sigue que para la procedencia de las deducciones se
prevén dos presupuestos: a) que la documentación que las ampare reúna los requisitos fiscales
relativos a la identidad y domicilio de quien los expida, así como de quien adquirió el bien o recibió
el servicio de que se trate; y, b) que los sujetos que se ubiquen en el supuesto acrediten haber
efectuado el pago con cheque nominativo del propio contribuyente, y la finalidad de ambos estriba
en poder identificar la relación jurídica que se estableció entre el comprador y vendedor, y el
objeto del acto que es el que tendrá efecto fiscal en la deducción que se efectúe de la
contraprestación a que dé lugar. Por tanto, si se exige como presupuesto que el bien adquirido o el
servicio de que se trate se pague mediante cheque nominativo emitido a nombre de la persona
que realizó la venta o prestó el servicio, ello constituye un verdadero imperativo legal en tanto que
contiene una obligación, expresa, clara y precisa, no sujeta a interpretación alguna, cuya omisión
no sólo da lugar a una infracción sino al rechazo de la deducción, en virtud de que se trata de un
requisito previsto en la norma cuyo incumplimiento genera la improcedencia de esa prerrogativa.
[19]

En el precepto legal y de la tesis aislada antes transcritas, encontramos la obligación para las
personas morales que quieran deducir determinada erogación para efectos del Impuesto Sobre la
Renta, de efectuarla a través del SISTEMA FINANCIERO, pues de lo contrario perderán el derecho
de disminuirla de su base gravable, lo cual sería económicamente inviable y por tanto ocasionaría
su extinción.

Entonces, para el caso de que ese Juez de Amparo considere que la cancelación de cuentas
bancarias que determine unilateralmente una Institución Financiera no vulnera Derechos
Fundamentales, por no ser OBLIGATORIO para el banco brindar los servicios financieros a ésta
quejosa, pero a su vez manifieste que subsisten los requisitos fiscales para mi autorizante de
efectuar sus erogaciones a través del Sistema Financiero (a través de cheque nominativo para
abono en cuenta o transferencia bancaria).

En consecuencia, resultaría incompatible manifestar que al mismo tiempo que no existe la


obligación para las Instituciones Bancarias de prestar a todos por igual sus servicios financieros
como los de tener una cuenta bancaria empresarial, y al mismo tiempo, imponer a todos los
contribuyentes la exigencia de realizar sus operaciones comerciales a través del mismo sistema
financiero, respecto del cual se le negó el acceso, so pena de que las erogaciones que realice no
sean tomadas en cuenta para efectos fiscales y por consiguiente, la base de determinación de sus
impuestos no reflejen su efectiva capacidad contributiva.

De tal suerte que, si en el caso que nos ocupa, ese H. Juez de Amparo decide determinar que una
Institución Bancaria está en aptitud de rescindir un contrato de cuenta bancaria o decide cancelar
una cuenta bancaria, y que por tanto, éstas no están obligadas a brindar los servicios financieros a
todos los contribuyentes que lo soliciten, entonces, no es proporcional que prevalezca la exigencia
para dicho contribuyente de efectuar sus erogaciones y diversas operaciones a través del Sistema
Financiero por los medios indicados en la Ley del Impuesto Sobre la Renta (transferencias
bancarias), en la inteligencia que no existe en esa misma proporción, la obligación para la
Institución Bancaria de brindar el servicio financiero.
En otras palabras, si ese H. Juez de Distrito, determina que la Institución Financiera está facultada
para cancelar las cuentas bancarias de la quejosa de forma unilateral, en consecuencia, dicha
cancelación no puede ser vista o analizada de forma aislada como si no reportara un perjuicio o
menoscabo en la actividad económica de la quejosa, sino que en todo caso, la cancelación
unilateral de la cuenta bancaria debe dar lugar, a otorgar el amparo para el efecto de desincorporar
a la quejosa, de la obligación de efectuar sus operaciones a través, o por medio del sistema
financiero, permitiendo realizar sus operaciones a través de otra forma de pago distinta.

Por lo antes expuesto, y de llegar a considerar que la cancelación de cuentas bancarias, efectuada
arbitrariamente por la Institución Bancaria, constituye un mero acto entre particulares, en
consecuencia, es procedente que ese H. Juez de Amparo releve a mi representada de la obligación
legal de utilizar el sistema financiero, ya que no resulta obligatorio para el Banco ni para la quejosa
mantener abierta y activa una cuenta bancaria, y por tanto, se debe ordenar desincorporar de la
esfera jurídica de la quejosa cualquier consecuencia que le pueda perjudicar en todos los ámbitos y
principalmente el fiscal por el hecho de no realizar sus operaciones comerciales a través del
mismo, al no ser obligatorio, sino depender de un tercero, como lo es, una institución bancaria.

QUINTO LA DETERMINACIÓN DE LAS AUTORIDADES RESPONSABLES DE BLOQUEAR, CANCELAR,


SUSPENDER O REVOCAR LAS CUENTAS BANCARIAS DE MI REPRESENTADA, ES INCONSTITUCIONAL
EN VIRTUD DE QUE DICHO ACTO FUE EMITIDO EN TOTAL CONTRAVENCIÓN A LAS FORMALIDADES
ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO, POR LO QUE CONCULCA EN PERJUICIO DE MI REPRESENTADA
LO DISPUESTO EN EL ARTÍCULO 1, 14, 16, 17 Y 22 CONSTITUCIONAL EN RELACIÓN CON EL
ARTÍCULO 1, 8, 21 Y 29 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS.

En efecto, el acto reclamado resulta violatorio del derecho fundamental de audiencia previa y
debido proceso contenido en los artículos 1, 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos toda vez que canceló, revocó, bloqueo, o restringió las cuentas bancarias de la
quejosa sin que se haya dado a mi representada la oportunidad de conocer el motivo que da lugar
a dicha actuación y manifestar lo que a su derecho conviniera previo al acto privativo razón por la
cual resulta procedente conceder el amparo y protección de la justicia federal a la quejosa.

Las disposiciones legales invocadas ordenan lo siguiente:

CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

“Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá
restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución
establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover,


respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá
prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos
que establezca la ley.”

Artículo 14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.

Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho.”

Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento.

…”

Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para
reclamar su derecho.

Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos
para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las
costas judiciales.

...”
“Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los
azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y
cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito
que sancione y al bien jurídico afectado.”

CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS “PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA”

Artículo 1

Obligación de Respetar los Derechos

1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades
reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su
jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones
políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición social.

…”

Artículo 8

Garantías Judiciales

1. Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
por un juez o tribunal competente independiente e imparcial establecido con anterioridad por la
ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter.

…”

Artículo 21
Derecho a la Propiedad Privada

1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce
al interés social.

2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnización
justa, por razones de utilidad pública o de interés social y en los casos y según las formas
establecidas por la ley.

…”

Artículo 29

Normas de Interpretación

Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de:

a) Permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de los
derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista
en ella;

b) Limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de
acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que
sea parte uno de dichos Estados;

c) Excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan de la
forma democrática representativa de gobierno, y

d) Excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes
del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza.”
Como se ve los anteriores preceptos legales establecen una serie principios que deben de ser
cumplidos, así como determinados derechos que tienen que ser respetados, antes de privar o
molestar a cualquier persona en sus propiedades, posesiones o derechos.

Así pues, cualquier autoridad, para poder privar o causar molestia a los particulares en su persona,
familia, domicilio, papeles o posesiones, -como en el caso que se expone- deben de expedir un
mandamiento que debe reunir a pulcritud y cabalidad determinadas exigencias constitucionales y
legales como son: constar por escrito, tener competencia para expedirlo y estar fundado y
motivado; entendiéndose por esto último la cita de los preceptos legales previstos en un cuerpo
normativo constitucional y vigente que regulan tanto el hecho como las consecuencias jurídicas
que pretenda imponer el acto de autoridad, las razones o consideraciones por la cuales estima
procedente que los hechos en que basa su actuar se encuentran probados y son precisamente los
previstos en la disposición legal que afirma aplicar y efectuar una correlación entre ambos que
supone un razonamiento de la autoridad para demostrar la aplicabilidad de los preceptos legales
invocados a los hechos de que se trate.

Sirve de apoyo el criterio sustentado en la tesis de jurisprudencia cuyos datos de identificación,


rubro y texto se transcriben:

“FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA ADECUADA Y
OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO PRIVATIVO.- La garantía de audiencia establecida por el
artículo 14 constitucional consiste en otorgar al gobernado la oportunidad de defensa previamente
al acto privativo de la vida, libertad, propiedad, posesiones o derechos, y su debido respeto
impone a las autoridades, entre otras obligaciones, la de que en el juicio que se siga "se cumplan
las formalidades esenciales del procedimiento". Estas son las que resultan necesarias para
garantizar la defensa adecuada antes del acto de privación y que, de manera genérica, se traducen
en los siguientes requisitos: 1) La notificación del inicio del procedimiento y sus consecuencias; 2)
La oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en que se finque la defensa; 3) La oportunidad
de alegar; y 4) El dictado de una resolución que dirima las cuestiones debatidas. De no respetarse
estos requisitos, se dejaría de cumplir con el fin de la garantía de audiencia, que es evitar la
indefensión del afectado.”[20]

En ese orden de ideas, los actos de molestia o privativos no resultan irrestricta, sino que
necesariamente deben de cumplir con los parámetros mínimos que la constitución impone, con la
finalidad de respetar las garantías de legalidad y seguridad jurídica contemplados por el artículo 16
de la Constitución Federal.
Por otro lado, de entre los diversos derechos fundamentales contiene el segundo párrafo del
artículo 14 constitucional destaca, por su primordial importancia, la de audiencia previa. Este
mandamiento superior, cuya esencia se traduce en una garantía de seguridad jurídica para los
gobernados, impone la ineludible obligación a cargo de las autoridades para que, de manera previa
al dictado de un acto de privación, cumplan con una serie de formalidades esenciales, necesarias
para oír en defensa de los afectados. Dichas formalidades y su observancia, a las que se unen,
además, las relativas a la garantía de legalidad contenida en el texto del primer párrafo del artículo
16 constitucional, se constituyen como elementos fundamentales útiles para demostrar a los
afectados por un acto de autoridad, que la resolución que los agravia no se dicta de un modo
arbitrario y anárquico sino, por el contrario, en estricta observancia del marco jurídico que la rige.

Así, con arreglo en tales imperativos, todo procedimiento o juicio ha de estar supeditado a que en
su desarrollo se observen, ineludiblemente, distintas etapas que configuran la garantía formal de
audiencia en favor de los gobernados, a saber, que el afectado tenga conocimiento de la iniciación
del procedimiento, así como de la cuestión que habrá de ser objeto de debate y de las
consecuencias que se producirán con el resultado de dicho trámite, que se le otorgue la posibilidad
de presentar sus defensas a través de la organización de un sistema de comprobación tal, que
quien sostenga una cosa la demuestre, y quien estime lo contrario cuente a su vez con el derecho
de demostrar sus afirmaciones; que cuando se agote dicha etapa probatoria se dé oportunidad de
formular las alegaciones correspondientes y, finalmente, que el procedimiento iniciado concluya
con una resolución que decida sobre las cuestiones debatidas, fijando con claridad el tiempo y
forma de ser cumplidas, etapas que se ilustran gráficamente como sigue:

DEBIDO PROCESO Sin embargo, en el caso concreto los preceptos constitucionales fueron
vulnerados por las autoridades responsables toda vez que en el caso en estudio resulta ser que el
día de hoy uno de mis clientes al pretenderme realizar un depósito a la cuenta bancaria
_________me informó que dicha cuenta se encuentra bloqueada tal como se aprecia en la
siguiente imagen:

Por lo anterior, de manera inmediata me traslade a la institución financiera referida a pretender


realizar algún movimiento respecto de la cuenta bancaría de mi representada, informándoseme de
manera verbal que no era posible acceder a mí solicitud en virtud de que las cuentas bancarias de
mi representada fueron bloqueadas por presunción de lavado de dinero (sic) y que por lo tanto, la
institución se encuentra imposibilitada a continuar ejecutando cualquier acto, operación, o servicio
con la quejosa o cualquier tercero que actué en nombre y representación lo que impide realizar
movimiento bancario alguno, incluyendo el de realizar retiros bancarios.
Sin embargo, dicho acto resulta inconstitucional por violación al derecho fundamental de
audiencia previa y debido proceso toda vez que previo al bloqueo de la cuenta bancaria se niega
categóricamente que se haya notificado oficio alguno en el cual las autoridades señaladas como
responsables, hubieran dado a conocer las razones, causas o motivos por los cuales consideraron o
determinaron el bloqueo de la cuenta bancaria y se haya otorgado el plazo legal para que mi
representada manifestara lo que a su derecho conviniera, dejándola pues en completo estado de
indefensión y violando con ello los derechos fundamentales de debido proceso, audiencia,
legalidad y seguridad jurídica consagrado en los artículos 1, 14, 16, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, lo anterior es así porque el acto reclamado se emitió sin cumplir
con las formalidades esenciales del procedimiento y a la leyes expedidas con anterioridad al hecho.

En efecto, el bloqueo de la cuenta bancaria de la quejosa, se hizo sin respetar el derecho humano
de audiencia y las formalidades esenciales del procedimiento que consagra el artículo 14 y 22 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque niego categoricamente que se haya
notificado o dado a conocer a mi representada el inicio del procedimiento que culminó con el
bloqueo de la cuenta bancaria, en donde se me haya dado la oportunidad de alegar y de ofrecer
pruebas, por lo tanto, resulta evidente que se violaron en mi perjuicio los derechos humanos de
audiencia, legalidad y seguridad jurídica en perjuicio de mi representada.

Lo anterior es así porque, el derecho fundamental de audiencia establecida por el artículo 14


constitucional consiste en otorgar al gobernado la oportunidad de defensa previamente al acto
privativo de la vida, libertad, propiedad, posesiones o derechos, y su debido respeto impone a las
autoridades, entre otras obligaciones, la de que en el juicio que se siga "se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento".

Estas son las que resultan necesarias para garantizar la defensa adecuada antes del acto de
privación y que, de manera genérica, se traducen en los siguientes requisitos:

La notificación del inicio del procedimiento y sus consecuencias;

La oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en que se finque la defensa;

La oportunidad de alegar; y

El dictado de una resolución que dirima las cuestiones debatidas. De no respetarse estos
requisitos, se dejaría de cumplir con el fin de la garantía de audiencia, que es evitar la indefensión
del afectado.

Resulta aplicable la siguiente jurisprudencia:


FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA ADECUADA Y
OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO PRIVATIVO. La garantía de audiencia establecida por el
artículo 14 constitucional consiste en otorgar al gobernado la oportunidad de defensa previamente
al acto privativo de la vida, libertad, propiedad, posesiones o derechos, y su debido respeto
impone a las autoridades, entre otras obligaciones, la de que en el juicio que se siga "se cumplan
las formalidades esenciales del procedimiento". Estas son las que resultan necesarias para
garantizar la defensa adecuada antes del acto de privación y que, de manera genérica, se traducen
en los siguientes requisitos: 1) La notificación del inicio del procedimiento y sus consecuencias; 2)
La oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en que se finque la defensa; 3) La oportunidad
de alegar; y 4) El dictado de una resolución que dirima las cuestiones debatidas. De no respetarse
estos requisitos, se dejaría de cumplir con el fin de la garantía de audiencia, que es evitar la
indefensión del afectado.[21]

Por lo que es clara la violación a los preceptos Constitucionales anteriormente citados, toda vez
que en el caso concreto, sin previamente ser oído y vencido en juicio, se priva a la quejosa de su
cuenta bancaria y el impide realizar cualquier acto u operación en el BANCO BBVA BANCOMER
S.A., situación que la pone en total estado de indefensión e incertidumbre, pues en la especie no
existe mandamiento escrito de autoridad competente que funde y motive la causa legal de su
actuación, ni mucho menos se me ha escuchado previamente a la ilegal privación, lo cual desde
luego viola las garantías de audiencia y debido proceso, lo cual además deja en estado de
indefensión a la quejosa pues se le impide poner disponer de una cuenta bancaria misma que
resulta indispensable para el desarrollo de su actividad económica tal como se expuso en el
capítulo de procedencia.

En conclusión, resulta procedente conforme a derecho, el que se decrete a favor del peticionario,
el Amparo y Protección de la Justicia de la Unión, para el efecto de que se reactive la cuenta
bancaria cancelada, hasta en tanto, se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento, en
donde tenga la oportunidad de alegar o de ofrecer pruebas.

SEXTO. LOS ACTOS RECLAMADOS RESULTAN A TODAS LUCES INCONSTITUCIONALES E


INCONVENCIONALES, YA QUE A TRAVÉS DEL BLOQUEO, CANCELACIÓN, SUSPENSIÓN O
REVOCACIÓN DE LA TOTALIDAD DE LAS CUENTAS BANCARIAS DE MI REPRESENTADA, ASÍ COMO EL
IMPEDIMENTO PARA DISPONER DE LOS RECURSOS QUE EXISTEN EN DICHAS CUENTAS, SE VIOLAN
EN PERJUICIO DE LA SUSCRITA, LOS DERECHOS FUNDAMENTALES A LA LEGALIDAD, SEGURIDAD Y
CERTEZA JURÍDICAS, RESPETO A LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL DEBIDO PROCESO, CONTENIDOS EN
LOS ARTÍCULOS 1, 14, 16, 17 Y 22 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS Y ARTÍCULOS 1, 8, 21 Y 29 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS
HUMANOS “PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA” SIN QUE PREVIAMENTE HAYA SIDO LEGALMENTE
NOTIFICADO, MANDAMIENTO ESCRITO DE AUTORIDAD COMPETENTE, QUE FUNDE Y MOTIVE LA
CAUSA LEGAL DEL PROCEDIMIENTO.
Para comenzar es preciso partir de la premisa que, si la institución financiera se rige por lo
dispuesto en la Ley de Instituciones de Crédito, entonces adquiere la naturaleza de autoridad para
efectos del juicio de amparo cuando de forma unilateral, bloque, revoque, cancele o suspenda una
cuenta bancaria o cualquier servicio financiero dada la afectación de imposible reparación que
produce dicha actuación, entonces, el bloqueo de la cuenta bancaria, imposibilidad de disponer de
su patrimonio –efectivo- o la restricción de acceso al sistema financiero, dicho acto debe estar
suficientemente fundado y motivado, situación que se demostrará a lo largo del presente concepto
de violación.

Lo anterior es así, pues, dicha decisión unilateral de ese “particular en funciones de autoridad”
debe estar basada en razones que válidamente puedan justificar el cierre o bloqueo de dichas
cuentas bancarias a nombre de esta peticionaria de amparo, de conformidad con el ordenamiento
jurídico vigente y aplicable.

Pensar lo contrario, sería tanto como permitir a las instituciones bancarias públicas o privadas,
despojar a cualquier cuentahabiente del patrimonio que confió a esa institución –con el que se da
cumplimiento a obligaciones fiscales, mercantiles, contractuales, entre otras- sin que medien
motivos objetivos y legítimos para ello, precisando además, que no existe procedimiento o
mecanismo alguno que permita al contribuyente/gobernado inconformarse ante una actuación
caprichosa o arbitraria de un particular con atribuciones ab imperium, lo que redunda aún más en
el estado de indefensión en que puede estar ubicado frente a la actuación de una institución
financiera, al no preverse un medio de defensa jurisdiccional en contra de dichos actos que
trastocan indudablemente la esfera jurídica de los titulares de esas cuentas.

Aclarado lo anterior, dable resulta transcribir el contenido de los preceptos legales invocados al
principio del de mérito, mismos que disponen:

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano
sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta
Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia.
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá
prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos
que establezca la ley…”.

Artículo 14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.

Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho…”.

Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento…”.

Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para
reclamar su derecho.

Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos
para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera
pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las
costas judiciales...”.

“Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los
azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y
cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito
que sancione y al bien jurídico afectado.”

CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS “PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA”

Artículo 1
Obligación de Respetar los Derechos

1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades
reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su
jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo,

idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición social…”.

Artículo 8

Garantías Judiciales

1. Toda persona tiene derecho a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
por un juez o tribunal competente independiente e imparcial establecido con anterioridad por la
ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter.

…”

Artículo 21

Derecho a la Propiedad Privada

1. Toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes. La ley puede subordinar tal uso y goce
al interés social.

2. Ninguna persona puede ser privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnización
justa, por razones de utilidad pública o de interés social y en los casos y según las formas
establecidas por la ley.
…”

Artículo 29

Normas de Interpretación

Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de:

a) Permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de los
derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista
en ella;

b) Limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de

acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que
sea parte uno de dichos Estados;

c) Excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan de la
forma democrática representativa de gobierno, y

d) Excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y

Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza.”

De la interpretación sistemática que se efectúe a los preceptos legales recién transcritos, es posible
colegir una serie de principios que deben de ser respetados por las autoridades y por los
particulares con facultades de imperio frente a otros particulares, así como la existencia de
diversas prerrogativas a favor de los gobernados que, indefectiblemente tienen que ser
respetados, antes de privar o molestar a cualquier persona en sus propiedades, posesiones o
inclusive, derechos.
Así pues, cualquier autoridad o particular en funciones de autoridad, para poder privar o causar
molestia a los particulares en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, como en el caso
que se expone, deben de expedir un mandamiento que debe reunir a pulcritud y cabalidad
determinadas exigencias constitucionales y legales como son: constar por escrito, tener
competencia para expedirlo y estar fundado y motivado; entendiéndose por esto último la cita de
los preceptos legales previstos en un cuerpo normativo que regule tanto el hecho como las
consecuencias jurídicas que pretenda imponer el acto de autoridad, las razones o consideraciones
por la cuales estima procedente que los hechos en que basa su actuar se encuentran probados y
son precisamente los previstos en la disposición legal que afirma aplicar y efectuar una correlación
entre ambos que supone un razonamiento de la autoridad para demostrar la aplicabilidad de los
preceptos legales invocados a los hechos de que se trate.

Al respecto resulta aplicable el criterio sustentado en la tesis aislada cuyos datos de identificación,
rubro y texto se insertan a continuación:

“ACTOS DE MOLESTIA. REQUISITOS MÍNIMOS QUE DEBEN REVESTIR PARA QUE SEAN
CONSTITUCIONALES.- De lo dispuesto en el artículo 16 de la Constitución Federal se desprende que
la emisión de todo acto de molestia precisa de la concurrencia indispensable de tres requisitos
mínimos, a saber: 1) que se exprese por escrito y contenga la firma original o autógrafa del
respectivo funcionario; 2) que provenga de autoridad competente; y, 3) que en los documentos
escritos en los que se exprese, se funde y motive la causa legal del procedimiento. Cabe señalar
que la primera de estas exigencias tiene como propósito evidente que pueda haber certeza sobre
la existencia del acto de molestia y para que el afectado pueda conocer con precisión de cuál
autoridad proviene, así como su contenido y sus consecuencias. Asimismo, que el acto de
autoridad provenga de una autoridad competente significa que la emisora esté habilitada
constitucional o legalmente y tenga dentro de sus atribuciones la facultad de emitirlo. Y la
exigencia de fundamentación es entendida como el deber que tiene la autoridad de expresar, en el
mandamiento escrito, los preceptos legales que regulen el hecho y las consecuencias jurídicas que
pretenda imponer el acto de autoridad, presupuesto que tiene su origen en el principio de
legalidad que en su aspecto imperativo consiste en que las autoridades sólo pueden hacer lo que la
ley les permite; mientras que la exigencia de motivación se traduce en la expresión de las razones
por las cuales la autoridad considera que los hechos en que basa su proceder se encuentran
probados y son precisamente los previstos en la disposición legal que afirma aplicar. Presupuestos,
el de la fundamentación y el de la motivación, que deben coexistir y se suponen mutuamente,
pues no es posible citar disposiciones legales sin relacionarlas con los hechos de que se trate, ni
exponer razones sobre hechos que carezcan de relevancia para dichas disposiciones. Esta
correlación entre los fundamentos jurídicos y los motivos de hecho supone necesariamente un
razonamiento de la autoridad para demostrar la aplicabilidad de los preceptos legales invocados a
los hechos de que se trate, lo que en realidad implica la fundamentación y motivación de la causa
legal del procedimiento.[22]
También es aplicable al caso, por analogía, el criterio sustentado en la tesis aislada cuyos datos de
identificación se transcriben:

“AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS, FUNDAMENTACION DE SUS ACTOS.- Si del texto del oficio que
contiene el acto reclamado claramente se advierte la falta de fundamentación y motivación en
términos de la garantía que tutela categóricamente, en forma de obligación para las autoridades
administrativas, según jurisprudencia definida, el artículo 16 de la Constitución, ello basta para
impartir al agraviado la protección que solicita.”[23]

Es necesario señalar que el contenido formal de la garantía de legalidad prevista en el artículo 16


constitucional relativa a la fundamentación y motivación tiene como propósito primordial y ratio
que el justiciable conozca el "por qué" de la conducta de la autoridad, lo que se traduce en darle a
conocer en detalle y de manera completa la esencia de todas las circunstancias y condiciones que
determinaron el acto de voluntad, de manera que sea evidente y muy claro para el afectado poder
cuestionar y controvertir el mérito de la decisión, permitiéndole una real y auténtica defensa.

Resulta aplicable la siguiente tesis:

FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. EL ASPECTO FORMAL DE LA GARANTÍA Y SU FINALIDAD SE


TRADUCEN EN EXPLICAR, JUSTIFICAR, POSIBILITAR LA DEFENSA Y COMUNICAR LA DECISIÓN. El
contenido formal de la garantía de legalidad prevista en el artículo 16 constitucional relativa a la
fundamentación y motivación tiene como propósito primordial y ratio que el justiciable conozca el
"para qué" de la conducta de la autoridad, lo que se traduce en darle a conocer en detalle y de
manera completa la esencia de todas las circunstancias y condiciones que determinaron el acto de
voluntad, de manera que sea evidente y muy claro para el afectado poder cuestionar y controvertir
el mérito de la decisión, permitiéndole una real y auténtica defensa. Por tanto, no basta que el
acto de autoridad apenas observe una motivación pro forma pero de una manera incongruente,
insuficiente o imprecisa, que impida la finalidad del conocimiento, comprobación y defensa
pertinente, ni es válido exigirle una amplitud o abundancia superflua, pues es suficiente la
expresión de lo estrictamente necesario para explicar, justificar y posibilitar la defensa, así como
para comunicar la decisión a efecto de que se considere debidamente fundado y motivado,
exponiendo los hechos relevantes para decidir, citando la norma habilitante y un argumento
mínimo pero suficiente para acreditar el razonamiento del que se deduzca la relación de
pertenencia lógica de los hechos al derecho invocado, que es la subsunción.[24]

En el caso en concreto resulta ser que el día de hoy uno de mis clientes al pretenderme realizar un
depósito a la cuenta bancaria _________me informó que dicha cuenta se encuentra bloqueada tal
como se aprecia en la siguiente imagen:
Por lo anterior, de manera inmediata me traslade a la institución financiera referida a pretender
realizar algún movimiento respecto de la cuenta bancaría de mi representada, informándoseme de
manera verbal que no era posible acceder a mí solicitud en virtud de que las cuentas bancarias de
mi representada fueron bloqueadas por presunción de lavado de dinero (sic) y que por lo tanto, la
institución se encuentra imposibilitada a continuar ejecutando cualquier acto, operación, o servicio
con la quejosa o cualquier tercero que actué en nombre y representación lo que impide realizar
movimiento bancario alguno, incluyendo el de realizar retiros bancarios.

Sin embargo, dicho acto no cumple con la fundamentación y motivación exigida en el artículo 1, 14
y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos toda vez que no fueron dados a
conocer los motivos, causas o razones particulares por los cuales la autoridad responsable decidió
bloquear, cancelar, revocar o suspender los servicios de mi representada.

Ahora bien, en el caso concreto, los preceptos Constitucionales invocados fueron vulnerados por
las Autoridades Señaladas como Responsables, ya que se le está privando ilegalmente a esta
peticionaria de amparo dichas prerrogativas con: el bloqueo, cancelación, suspensión o revocación
de la totalidad de las cuentas bancarias de mi representada; así como el impedimento para
disponer de los recursos que existen en dichas cuentas, abiertas a nombre de la suscrita en la
Institución Bancaria ______________SIN QUE HUBIERE EXISTIDO MANDAMIENTO ESCRITO DE LA
AUTORIDAD COMPETENTE QUE FUNDE Y MOTIVE LA CAUSA LEGAL DEL PROCEDIMIENTO, ni
tampoco un juicio previo conforme a las formalidades esenciales del procedimiento y a la leyes
expedidas con anterioridad al hecho.

Es decir, de lo expuesto con antelación, se advierte que el legislador le confirió a diversas


Autoridades la potestad de afectar la esfera patrimonial de los particulares cuando actualicen
alguna de las hipótesis normativas en las distintas materias del derecho como lo son la fiscal,
mercantil, penal, civil, entre otras.

Empero, la potestad con que cuenta la Autoridad y excepcionalmente el particular cuando realiza
funciones de la primera, conferida en las leyes, está supeditada a que las autoridades
responsables, respeten el Derecho de Audiencia y debido proceso en favor de los justiciables,
puesto que con dicho acto puede tener de cierta manera como garante de la tutela del derecho
Humano al debido proceso y garantía de audiencia, una vez que conoce el Mandamiento Escrito
con el que justifica su actuación.

En el caso que nos ocupa, se materializó la violación a los Derechos Humanos de la suscrita,
porque nunca me ha sido notificado algún oficio, acuerdo o resolución de autoridad competente
en virtud del cual se haga saber la causa, motivo o razones particulares, así como tampoco se
conoce, los fundamentos legales que justifiquen y sirvan de sustento, a la actuación de la
Institución Financiera que se le atribuye las violaciones, lo que origina incertidumbre e inseguridad
en mi esfera jurídica, ni mucho menos se me dio la oportunidad de defender mis intereses y hacer
valer lo que a mi derecho conviniera. De tal suerte que se me privó de la garantía de Audiencia
pues nunca tuve la oportunidad de conocer el acto de molestia (mandamiento escrito) y
defenderme de aquel.

Es decir, de ninguna manera se me respetó el Derecho que toda persona tiene de ser oída y
vencida en juicio previo al acto de molestia, sino que, en el caso particular, arbitrariamente se
afectó mi patrimonio sin que se me diera a conocer el motivo o, al menos, la Autoridad que lo
ordenó y con ello estar en aptitud de conocer si efectivamente es competente legalmente para
ordenar los actos como los ahora reclamados y si los motivos en que se sustenta efectivamente
actualizan una de las hipótesis jurídicas que contemplen esta medida tan arbitraria en mi contra.

Bajo ese orden de ideas, Niego categóricamente que exista el mandamiento escrito que funde y
motive, por virtud del cual se realizó el bloqueo, cancelación, suspensión o revocación de la
totalidad de las cuentas bancarias de mi representada, así como también, niego en los mismos
términos, que exista mandamiento escrito que funde y motive el impedimento para disponer de
los recursos que existen en dichas cuentas a nombre de la suscrita, en la Institución Bancaria
_____________.

Y en el supuesto no concedido que el mandamiento mencionado en el párrafo anterior exista,


NIEGO CATEGÓRICAMENTE que el mismo se me haya notificado con las formalidades de Ley y en el
domicilio de la suscrita.

En este orden de ideas, no se cumple con todas y cada una de las formalidades del procedimiento
legal y con las leyes expedidas con anterioridad al hecho, por lo tanto vulneran mis derechos
Constitucionales entre otros, el de audiencia y es que los artículos 16 y 17 Constitucionales
señalados anteriormente.

Y en este caso concreto, se me está molestando en mi persona y posesiones sin existir un


mandamiento escrito de la autoridad responsable, por tal motivo se violan mis derechos
fundamentales.

Ahora bien, se sostiene la violación a los preceptos Constitucionales anteriormente citados, toda
vez que en el presente asunto, sin previamente ser oído y vencido en juicio, se me priva en forma
arbitraria la disposición de mis cuentas bancarias, ya que estas fueron bloqueadas, canceladas,
suspendidas o revocadas, así como también se me impide poder disponer de los recursos que
existen en dichas cuentas, lo cual prohíbe tajantemente el artículo 16 de la Constitución Federal,
situación que me pone en total estado de indefensión e incertidumbre, pues en la especie no
existe mandamiento escrito de autoridad competente que funde y motive la causa legal de su
actuación, ni mucho menos se me ha escuchado previo a la ilegal privación, lo cual, desde luego
viola las garantías de legalidad, seguridad y certeza jurídica, así como de audiencia y debido
proceso.

Además de lo anterior, aún y cuando existieran diversas facultades que posea dicha Institución
Financiera, es inexcusable que la misma, debe circunscribirse a acatar, siquiera, las disposiciones
mínimas que deben poseer los actos de autoridad o los de particulares en funciones equivalentes a
las de autoridad, para tal efecto resulta necesario que, deberán cumplir con los requisitos que
dispone nuestra Constitución Política en su artículo 16 en el primer párrafo, el cual consagra a
favor de los gobernados la garantía de legalidad y su eficacia reside en el hecho de que se protege
todo el sistema de derecho objetivo desde la propia Carta Magna hasta el reglamento
administrativo más minucioso.

La garantía de legalidad implícita en el párrafo transcrito del artículo 16 constitucional, condiciona


a todo acto de molestia a la reunión de los requisitos de fundamentación y motivación de la causa
legal del procedimiento, por la que se entiende el acto o la serie de actos que provocan la molestia
en la persona, familia, domicilio, papeles o posesiones de un gobernado realizados por la autoridad
competente, y deben no sólo tener una causa o elemento determinante, sino que éste sea legal, es
decir, fundado y motivado en una ley en su aspecto material, esto es, una disposición normativa
general e impersonal, creadora y reguladora de situaciones abstractas.

La fundamentación legal de la causa del procedimiento autoritario, consiste en que los actos que
originen la molestia de que habla el artículo 16 constitucional deben basarse en una disposición
normativa general, es decir, que ésta prevea la situación concreta para la cual sea procedente
realizar el acto de autoridad, que exista una ley que lo autorice.

La fundamentación legal de todo acto autoritario que cause al gobernado una molestia en los
bienes a que se refiere el artículo 16 constitucional, no es sino una consecuencia directa del
principio de legalidad que consiste en que las autoridades sólo pueden hacer lo que la ley les
permite.

En ese tenor, la exigencia de fundar legalmente todo acto de molestia impone a las autoridades
diversas obligaciones, que se traducen en las siguientes condiciones:
Por tanto, la motivación debe de entenderse como la causa legal del procedimiento, en la
inteligencia que, existe una norma jurídica, el caso o situación concretos respecto de los que se
pretende cometer el acto autoritario de molestia, sean aquellos a que alude la disposición legal
que lo funde, lo que significa que las circunstancias y modalidades del caso particular encuadren
dentro del marco general correspondiente establecido por la ley.

Esto es, para adecuar una norma jurídica legal o reglamentaria al caso concreto donde vaya a
operar el acto de molestia, la autoridad respectiva debe aducir los motivos que justifiquen la
aplicación correspondiente, motivos que deben manifestarse en los hechos, circunstancias y
modalidades objetivas del caso para que éste se encuadre dentro de los supuestos abstractos
previstos normativamente. La mención de esos motivos debe formularse precisamente en el
mandamiento escrito, con el objeto de que el afectado por el acto de molestia pueda conocerlos y
estar en condiciones de producir su defensa.

Así lo sostuvo la Segunda Sala de la anterior integración de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación en la jurisprudencia consultable en la página 52, Tomo III, del Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación 1917-1995, que dice:

"FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN.-De acuerdo con el artículo 16 de la Constitución Federal,


todo acto de autoridad debe estar adecuada y suficientemente fundado y motivado,
entendiéndose por lo primero que ha de expresarse con precisión el precepto legal aplicable al
caso y, por lo segundo, que también deben señalarse, con precisión, las circunstancias especiales,
razones particulares o causas inmediatas que se hayan tenido en consideración para la emisión del
acto; siendo necesario, además, que exista adecuación entre los motivos aducidos y las normas
aplicables, es decir, que en el caso concreto se configuren las hipótesis normativas."

Entonces, como lo venimos comentando, el referido precepto constitucional, en la parte que se


comenta, también contiene la garantía formal del mandamiento escrito, conforme a la cual, toda
autoridad debe actuar con base en una orden escrita, sin que sea suficiente que ésta se emita para
realizar algún acto de molestia en los bienes que menciona el artículo 16 Constitucional, sino que
es menester que se le comunique o se dé a conocer al particular afectado respetando los
requisitos o procedimientos de notificación que para cada caso y materia se establezcan. Esta
comunicación o conocimiento, pueden ser anteriores o simultáneos a la ejecución del acto de
molestia, pues la exigencia de que éste conste en un mandamiento escrito, sólo tiene como
finalidad que el gobernado se entere de la fundamentación y motivación legales del hecho
autoritario que lo afecte, así como de la autoridad de quien provenga, para poder defenderse.
En tal virtud, lo antes reseñado permite concluir que el artículo 16 constitucional, impone a las
Autoridades la obligación de respetar a favor de los particulares la garantía de seguridad jurídica,
es decir, que todo acto de molestia debe provenir de autoridad competente y cumplir con las
formalidades esenciales que le den eficacia jurídica, lo que significa que los actos de esta
naturaleza necesariamente deben emitirse por quien para ello esté facultado expresamente,
precisando la fundamentación y motivación de dicho acto, lo cual implica que la autoridad no sólo
está obligada a mencionar los motivos y preceptos legales que sustenten el acto autoritario, pues
además, tiene que indicar el lugar y la fecha en que se emite e imperantemente darle a conocer al
gobernado dicho documento, ello como parte de las formalidades esenciales que exige el artículo
16 de la Carta Magna, todo eto, previo a ejecutar el acto de molestia.

En la especie, los preceptos Constitucionales en cita fueron vulnerados por las Autoridades
Responsables, ya que se le está privando ilegalmente a la suscrita de disponer de su patrimonio
contenido en las cuentas bancarias abiertas a nombre de la suscrita en la Institución Bancaría
__________, así como también el bloqueo, cancelación, suspensión o revocación de la totalidad de
sus cuentas, sin que hubiere existido un juicio previo conforme a las formalidades esenciales del
procedimiento y a la leyes expedidas con anterioridad al hecho, ni tampoco mandamiento escrito
de la autoridad competente que funde y motive la causal legal de dicha actuación unilateral de la
Institución Financiera.

Es por lo anterior que, se me deja en una total incertidumbre jurídica respecto a la legalidad del
acto y la facultad de su emisor.

Lo anterior es así, porque nunca me ha sido notificado algún oficio, acuerdo o resolución de
autoridad competente y en virtud del cual se haga saber la causa, motivo o razones particulares y
los fundamentos legales que justifiquen y sirvan de sustento, a la actuación de la autoridad, lo que
se insiste, tal situación origina incertidumbre e inseguridad en mi esfera jurídica.

Aunado a lo anterior, es del todo procedente la concesión del Amparo aquí impetrado pues ese H.
Juez Constitucional no debe perder de vista que nos encontramos en presencia de un acto
prohibido por el Artículo 22 de la Constitución Federal, como lo es la confiscación de bienes, no
cabe lugar a dudas que de ninguna manera, dicha Institución Financiera podría válida y legalmente,
privar a esta quejosa de poder disponer de su propio patrimonio, pues dicha acción se traduce en
haber confiscado la cuenta bancaria a nombre de la suscrita trastocando sus Derechos
Fundamentales.

En este punto es conveniente considerar el Contenido de ese precepto Constitucional el cual es del
tenor siguiente:
Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los
azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y
cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser proporcional al delito
que sancione y al bien jurídico afectado.

Luego entonces, del precepto Constitucional antes trascrito, tenemos que en el Estado Mexicano
se encuentran prohibida la confiscación de bienes, es decir, nuestra Carta Magna es tajante al
prohibir los actos de confiscación, salvo sus excepciones perfectamente definidas que son en
ciertos supuestos de la materia penal, civil o fiscal, sin embargo, en dichos supuestos al tratarse de
una excepción a un Derecho Fundamental se rigen por procedimientos perfectamente normados
en los cuales se garantizan primordialmente el respeto por las Formalidades Esenciales del
Procedimiento”, como lo es el Derecho de Audiencia y de Legalidad.

Es por lo anterior, que de ninguna manera podemos estar en el caso, ante una de las excepciones a
que se refiere el artículo 22 de la Constitución Federal, toda vez que en la especie se niega
categóricamente que se haya seguido un procedimiento previo a la confiscación de la cuenta
bancaria en cuestión, a nombre de la suscrita, y mucho menos que en dicho procedimiento se me
haya hecho del conocimiento y dado la oportunidad de defenderme conforme a mis intereses.

Por lo que indiscutiblemente al no existir mandamiento de ejecución fundado y motivado y


emitido por Autoridad competente y que el mismo se me haya notificado con las formalidades de
Ley, por exclusión tenemos que el acto del que ahora me duelo se trata de una CONFISCACIÓN y
que la misma está prohibida por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por lo
que es del todo procedente la concesión del Amparo aquí impetrado al estar en presencia de un
acto flagrantemente Inconstitucional.

En conclusión, resulta procedente conforme a derecho, el que se decrete a favor del peticionario,
el Amparo y Protección de la Justicia de la Unión.

SÉPTIMO. EL ACTO RECLAMADO RESULTA INCONSTITUCIONAL EN VIRTUD DE QUE EL TITULAR DE


LA UNIDAD DE INTELIGENCIA FINANCIERA NI LA INSTITUCIÓN BANCARIA TIENEN COMPETENCIA
MATERIAL EMITIR LA ORDEN DE BLOQUEO Y CANCELACIÓN DE LAS CUENTAS BANCARIAS
APERTURADAS POR EL PARTICULAR EN LA INSTITUCIÓN BANCARIA BBVA BANCOMER S.A. DE C.V.,
EN CONSECUENCIA SE VULNERAN LOS ARTÍCULOS 1°, 14 Y 16 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.
En efecto, el acto reclamado emitido por la autoridad responsable, es inconstitucional y viola en
perjuicio de mi representada lo dispuesto por los artículos 1, 14 y 16 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, en virtud de que carece de manera total, de la fundamentación de
la competencia material, de grado y territorial de la autoridad que lo emite, siendo por lo tanto,
procedente conceder el amparo y protección de la justicia federal a la quejosa.

Lo dispositivos constitucionales citados disponen lo siguiente:

Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos
reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano
sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

Reformado DOF 11 Junio 2011

Artículo 14.- A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.

Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho.

En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría
de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se
trata.

En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la
interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del derecho.

Artículo 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento.
Los preceptos legales invocados relacionados entre sí, establecen que: “Nadie puede ser
molestado en su persona, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito
de la autoridad competente que funde y motive la causa legal del procedimiento, esto es,
contienen la garantida de la fundamentación.implícita la idea de exactitud y precisión en la cita de
las normas legales que facultan a la autoridad administrativa para emitir el acto de molestia de que
se trate, al atender al valor jurídicamente protegido por la exigencia constitucional, que es la
posibilidad de otorgar certeza y seguridad jurídica al particular frente a los actos de las autoridades
que afecten o lesionen su interés jurídico y, por tanto, asegurar la prerrogativa de su defensa ante
un acto que no cumpla con los requisitos legales necesarios.

En congruencia con lo anterior, se concluye que es un requisito esencial y una obligación de la


autoridad fundar en el acto de molestia su competencia, pues sólo puede hacer lo que la ley le
permite, de ahí que la validez del acto dependerá de que haya sido realizado por la autoridad
facultada legalmente para ello dentro de su respectivo ámbito de competencia, regido
específicamente por una o varias normas que lo autoricen; por tanto, para considerar que se
cumple con la garantía de fundamentación establecida en el artículo 16 de la Constitución Federal,
es necesario que la autoridad precise exhaustivamente su competencia por razón de materia,
grado o territorio, con base en la ley, reglamento, decreto o acuerdo que le otorgue la atribución
ejercida, citando en su caso el apartado, fracción, inciso o subinciso.

Es importante además señalar que en caso de que el ordenamiento legal no los contenga, si se
trata de una norma compleja, habrá de transcribirse la parte correspondiente, con la única
finalidad de especificar con claridad, certeza y precisión las facultades que le corresponden, pues
considerar lo contrario significaría que el gobernado tiene la carga de averiguar en el cúmulo de
normas legales que señale la autoridad en el documento que contiene el acto de molestia, si tiene
competencia por grado, materia y territorio para actuar en la forma en que lo hace, dejándolo en
estado de indefensión, pues ignoraría cuál de todas las normas legales que integran el texto
normativo es la específicamente aplicable a la actuación del órgano del que emana, por razón de
materia, grado y territorio.

Resultan aplicables las siguientes jurisprudencias:

COMPETENCIA. SU FUNDAMENTACION ES REQUISITO ESENCIAL DEL ACTO DE AUTORIDAD.


Haciendo una interpretación armónica de las garantías individuales de legalidad y seguridad
jurídica que consagran los artículos 14 y 16 constitucionales, se advierte que los actos de molestia
y privación deben, entre otros requisitos, ser emitidos por autoridad competente y cumplir las
formalidades esenciales que les den eficacia jurídica, lo que significa que todo acto de autoridad
necesariamente debe emitirse por quien para ello esté facultado expresándose, como parte de las
formalidades esenciales, el carácter con que se suscribe y el dispositivo, acuerdo o decreto que
otorgue tal legitimación. De lo contrario, se dejaría al afectado en estado de indefensión, ya que al
no conocer el apoyo que faculte a la autoridad para emitir el acto, ni el carácter con que lo emita,
es evidente que no se le otorga la oportunidad de examinar si su actuación se encuentra o no
dentro del ámbito competencial respectivo, y es conforme o no a la Constitución o a la ley; para
que, en su caso, esté en aptitud de alegar, además de la ilegalidad del acto, la del apoyo en que se
funde la autoridad para emitirlo, pues bien puede acontecer que su actuación no se adecúe
exactamente a la norma, acuerdo o decreto que invoque, o que éstos se hallen en contradicción
con la ley fundamental o la secundaria.[25]

COMPETENCIA DE LAS AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS. EL MANDAMIENTO ESCRITO QUE


CONTIENE EL ACTO DE MOLESTIA A PARTICULARES DEBE FUNDARSE EN EL PRECEPTO LEGAL QUE
LES OTORGUE LA ATRIBUCIÓN EJERCIDA, CITANDO EL APARTADO, FRACCIÓN, INCISO O SUBINCISO,
Y EN CASO DE QUE NO LOS CONTENGA, SI SE TRATA DE UNA NORMA COMPLEJA, HABRÁ DE
TRANSCRIBIRSE LA PARTE CORRESPONDIENTE. De lo dispuesto en la tesis de jurisprudencia P./J.
10/94 del Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación Número 77, mayo de 1994, página 12, con el rubro:
"COMPETENCIA. SU FUNDAMENTACIÓN ES REQUISITO ESENCIAL DEL ACTO DE AUTORIDAD.", así
como de las consideraciones en las cuales se sustentó dicho criterio, se advierte que la garantía de
fundamentación consagrada en el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, lleva implícita la idea de exactitud y precisión en la cita de las normas legales que
facultan a la autoridad administrativa para emitir el acto de molestia de que se trate, al atender al
valor jurídicamente protegido por la exigencia constitucional, que es la posibilidad de otorgar
certeza y seguridad jurídica al particular frente a los actos de las autoridades que afecten o
lesionen su interés jurídico y, por tanto, asegurar la prerrogativa de su defensa ante un acto que no
cumpla con los requisitos legales necesarios. En congruencia con lo anterior, se concluye que es un
requisito esencial y una obligación de la autoridad fundar en el acto de molestia su competencia,
pues sólo puede hacer lo que la ley le permite, de ahí que la validez del acto dependerá de que
haya sido realizado por la autoridad facultada legalmente para ello dentro de su respectivo ámbito
de competencia, regido específicamente por una o varias normas que lo autoricen; por tanto, para
considerar que se cumple con la garantía de fundamentación establecida en el artículo 16 de la
Constitución Federal, es necesario que la autoridad precise exhaustivamente su competencia por
razón de materia, grado o territorio, con base en la ley, reglamento, decreto o acuerdo que le
otorgue la atribución ejercida, citando en su caso el apartado, fracción, inciso o subinciso; sin
embargo, en caso de que el ordenamiento legal no los contenga, si se trata de una norma
compleja, habrá de transcribirse la parte correspondiente, con la única finalidad de especificar con
claridad, certeza y precisión las facultades que le corresponden, pues considerar lo contrario
significaría que el gobernado tiene la carga de averiguar en el cúmulo de normas legales que
señale la autoridad en el documento que contiene el acto de molestia, si tiene competencia por
grado, materia y territorio para actuar en la forma en que lo hace, dejándolo en estado de
indefensión, pues ignoraría cuál de todas las normas legales que integran el texto normativo es la
específicamente aplicable a la actuación del órgano del que emana, por razón de materia, grado y
territorio.[26]

FUNDAMENTACIÓN DE LOS ACTOS DE LAS AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS. ES INSUFICIENTE SI


NO SE SEÑALA CON EXACTITUD Y PRECISIÓN O, EN SU CASO, SE TRANSCRIBE LA PORCIÓN
NORMATIVA QUE SUSTENTE SU COMPETENCIA TERRITORIAL. De la tesis de jurisprudencia 2a./J.
115/2005, emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXII, septiembre de 2005,
página 310, de rubro: "COMPETENCIA DE LAS AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS. EL
MANDAMIENTO ESCRITO QUE CONTIENE EL ACTO DE MOLESTIA A PARTICULARES DEBE FUNDARSE
EN EL PRECEPTO LEGAL QUE LES OTORGUE LA ATRIBUCIÓN EJERCIDA, CITANDO EL APARTADO,
FRACCIÓN, INCISO O SUBINCISO Y EN CASO DE QUE NO LOS CONTENGA, SI SE TRATA DE UNA
NORMA COMPLEJA, HABRÁ DE TRANSCRIBIRSE LA PARTE CORRESPONDIENTE.", se advierte que las
garantías de legalidad y seguridad jurídica contenidas en los artículos 14 y 16 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, tienen el alcance de exigir que en todo acto de autoridad
se señalen con exactitud y precisión el o los dispositivos que facultan a quien lo emita y definan el
carácter con que éste actúa, ya sea que lo haga por sí mismo, por ausencia del titular
correspondiente o por delegación de facultades y, en caso de que esas normas incluyan diversos
supuestos, precisar el apartado, fracción o fracciones, incisos o subincisos en que apoya su
actuación, y de no contenerlos, si se trata de una norma compleja, transcribir la parte
correspondiente, atento a la exigencia constitucional de certeza y seguridad jurídica del particular
frente a los actos de las autoridades que afecten o lesionen su interés jurídico. En ese sentido, si la
autoridad administrativa, al fundar su competencia cita los preceptos que la facultan para emitir el
acto, pero omite señalar la porción normativa exacta y precisa que delimita su competencia
territorial, es evidente que el acto impugnado está insuficientemente fundado, ya que, para
satisfacer dicho principio constitucional, en todo acto de molestia deben constar los apartados,
fracciones, incisos, subincisos o párrafos o, en su caso, transcribirse la parte correspondiente, tanto
de los que facultan a la autoridad para emitir el acto, como los que prevén su competencia
territorial. [27]

Ahora bien, en el caso concreto, precisamente el derecho fundamental de la fundamentación de la


competencia de la autoridad no se cumple, puesto que en el caso en concreto resulta ser que el
día de hoy uno de mis clientes al pretenderme realizar un depósito a la cuenta bancaria
_________me informó que dicha cuenta se encuentra bloqueada tal como se aprecia en la
siguiente imagen:

Por lo anterior, de manera inmediata me traslade a la institución financiera referida a pretender


realizar algún movimiento respecto de la cuenta bancaría de mi representada, informándoseme de
manera verbal que no era posible acceder a mí solicitud en virtud de que las cuentas bancarias de
mi representada fueron bloqueadas por presunción de lavado de dinero (sic) y que por lo tanto, la
institución se encuentra imposibilitada a continuar ejecutando cualquier acto, operación, o servicio
con la quejosa o cualquier tercero que actué en nombre y representación lo que impide realizar
movimiento bancario alguno, incluyendo el de realizar retiros bancarios.

Sin embargo, la autoridad bloqueadora omite por completo fundar su competencia material, de
grado y territorio, violando con ello mi derecho fundamental de legalidad y certeza jurídica
previsto en el artículo 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al
carecer el acto reclamado de una ausencia total de la fundamentación de la competencia de la
autoridad que lo emite.

En ese sentido y tomando en cuenta que la fundamentación de la competencia de la autoridad es


un requisito esencial de validez de los actos administrativos, es imprescindible que todo acto de
autoridad necesariamente debe emitirse por quien para ello esté facultado expresándose, como
parte de las formalidades esenciales, el carácter con que se suscribe y el dispositivo, acuerdo o
decreto que otorgue tal legitimación, pues de lo contrario, se dejaría al afectado en estado de
indefensión, ya que al no conocer el apoyo que faculte a la autoridad para emitir el acto, ni el
carácter con que lo emita, es evidente que no se le otorga la oportunidad de examinar si su
actuación se encuentra o no dentro del ámbito competencial respectivo, y es conforme o no a la
Constitución o a la ley; para que, en su caso, esté en aptitud de alegar, además de la ilegalidad del
acto, la del apoyo en que se funde la autoridad para emitirlo, pues bien puede acontecer que su
actuación no se adecúe exactamente a la norma, acuerdo o decreto que invoque, o que éstos se
hallen en contradicción con la ley fundamental o la secundaria.

Es importante precisar que el acto reclamado, si debía contener la fundamentación de la


competencia de la autoridad que lo emite, dado que no contiene una simple opinión de la
autoridad que lo emite, sino que el mismo contiene el bloqueo de la cuenta bancaria de la quejosa
con fundamento en la Ley de Instituciones de Crédito, por tanto, la misma debe cumplir con los
requisito de validez que exige el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos entre ellos la competencia de la autoridad que lo emite, es decir, que al ser emitida por
una autoridad, debe cumplir con los requisitos de fundamentación y motivación de la autoridad.
En razón de lo anterior, es de indicarse que derivado del estudio practicado a las facultades
Reglamentarias del Titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público, no se desprende que el Ejecutivo Federal haya dotado de la facultad expresa a
dicha Unidad de, entre otros, ordenar el bloqueo o cancelación de las cuentas bancarias de los
particulares aperturadas en las instituciones de crédito.

Por tanto, se deja en estado de indefensión e incertidumbre jurídica a mí representada, ya que


todo acto de autoridad debe ser emitido por Autoridad competente, que funde y motive la causa
legal del procedimiento y sus facultades con las que se erige, es decir, por quien esté en
legitimación para expedirlo, a efecto de conocer plenamente de que autoridad se trata, tal y como
lo dispone el mandato Constitucional.

Pues al respecto, el artículo 2°, apartado A), fracción II, del Reglamento Interior de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público si bien es cierto, establece que el Titular de la Secretaría en comento,
se auxiliará para el despacho de sus asuntos de una Unidad de Inteligencia Financiera, no menos
cierto es que a efecto de poder delimitar su ámbito competencial, debemos remitirnos al diverso
numeral 15 del Reglamento de cuentas.

El cual por su importancia se transcribe a continuación:

Reglamento Interior de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público

Artículo 15. Compete a la Unidad de Inteligencia Financiera:

I. Proponer y emitir opinión a las demás unidades administrativas de la Secretaría sobre los
proyectos de disposiciones de carácter general aplicables a las entidades señaladas en los artículos
25, fracción I, 27, fracción I y 32, fracción I, de este Reglamento que esta dependencia deba emitir
en relación con:

a) El establecimiento de medidas y procedimientos para prevenir y detectar actos, omisiones u


operaciones que pudieran favorecer, prestar ayuda, auxilio o cooperación de cualquier especie
para la comisión de los delitos de terrorismo y su financiamiento o de operaciones con recursos de
procedencia ilícita;
b) La presentación a la Secretaría de reportes sobre los actos, operaciones y servicios que las
entidades obligadas a ello realicen con sus clientes y usuarios, relativos al inciso anterior, así como
sobre todo acto, operación o servicio que, en su caso, realicen los miembros del consejo de
administración, directivos, funcionarios, empleados y apoderados de dichas personas obligadas,
que pudiesen ubicarse en el supuesto previsto en el inciso anterior o que, en su caso, pudiesen
contravenir o vulnerar la adecuada aplicación de las disposiciones señaladas, y

c) Los lineamientos sobre el procedimiento y criterios que las personas deban observar en
términos de ley respecto del adecuado conocimiento de sus clientes y usuarios; la información y
documentación que, en su caso, dichas personas deban recabar para la apertura de cuentas o
celebración de contratos relativos a las operaciones y servicios que ellas presten y que acredite la
identidad de sus clientes; la forma en que las mismas personas deberán resguardar y garantizar la
seguridad de la información y documentación relativas a la identificación de sus clientes y usuarios
o de quienes lo hayan sido, así como la de aquellos actos, operaciones y servicios reportados de
acuerdo con lo anterior, así como los términos para proporcionar capacitación al interior de las
personas obligadas de conformidad con la ley sobre la materia objeto de esta fracción;

I. Bis. Formular y proponer, para aprobación superior, las reglas de carácter general que la
Secretaría deba emitir en términos de la Ley Federal para la Prevención e Identificación de
Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y su Reglamento y resolver lo referente a su
aplicación;

I. Ter. Interpretar, para efectos administrativos, la Ley Federal para la Prevención e Identificación de
Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, su Reglamento, las reglas de carácter general y
demás disposiciones jurídicas que de estos emanen, en el ámbito de competencia de la Secretaría;

II. Participar con las unidades administrativas competentes de la Secretaría, en el estudio y


elaboración de anteproyectos de iniciativas de leyes, reglamentos, acuerdos o decretos relativos a
las materias indicadas en este artículo;

II. Participar con las unidades competentes de la Secretaría, en el estudio y elaboración de


anteproyectos de iniciativas de leyes, reglamentos, acuerdos o decretos relativos a las materias
indicadas en la fracción anterior;
III. Emitir opinión jurídica a las unidades administrativas competentes de la Secretaría sobre la
interpretación, para efectos administrativos, de las disposiciones de carácter general señaladas en
la fracción I de este artículo, así como de las disposiciones legales de las que aquéllas emanen;

IV. Determinar y expedir, en coordinación con los órganos administrativos desconcentrados


competentes de la Secretaría, las formas oficiales para la presentación de reportes a que se refiere
el inciso b) de la fracción I de este artículo y para la recepción de los avisos y la presentación de la
demás información a que se refieren la Ley Federal para la Prevención e Identificación de
Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, su Reglamento y las reglas de carácter general
que de estos emanen;

V. Participar con los órganos administrativos desconcentrados competentes de la Secretaría, en la


revisión, verificación, comprobación y evaluación del cumplimiento de las disposiciones de
carácter general a que se refiere la fracción I de este artículo, así como de la Ley Federal para la
Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, su Reglamento y
demás disposiciones jurídicas que de estos emanen, por parte de las personas obligadas a ello en
términos de la legislación aplicable;

VI. Coordinar la recepción y análisis de la información contenida en los reportes a que se refiere el
inciso b) de la fracción I de este artículo, los avisos previstos en la Ley Federal para la Prevención e
Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y su Reglamento, y en las
declaraciones a que se refiere el artículo 9o. de la Ley Aduanera;

VII. Requerir y recabar de las personas sujetas a las disposiciones de carácter general señaladas en
la fracción I de este artículo y de quienes realicen las actividades vulnerables, entidades colegiadas
y órganos concentradores a que se refieren las secciones Segunda y Cuarta del Capítulo III de la Ley
Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita,
directamente o a través de las instancias correspondientes, según sea el caso, información,
documentación, datos e imágenes relacionadas con los reportes previstos en el inciso b) de la
fracción I de este artículo y los avisos a que se refiere la Ley Federal para la Prevención e
Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y su Reglamento, así como
obtener información adicional de otras personas o fuentes para el ejercicio de sus atribuciones;

VIII. Requerir a las unidades administrativas y órganos administrativos desconcentrados de la


Secretaría la información y documentación necesaria para el ejercicio de sus facultades, incluido el
acceso a la base de datos que contenga la información que se genere con motivo del ejercicio de
tales facultades, en los términos y plazos establecidos por la propia Unidad, de conformidad con
las disposiciones aplicables;
IX. Aprobar, en su caso, los planes de trabajo y desarrollo de sistemas de información y criterios
tecnológicos mínimos que, en términos de la legislación aplicable, deban observar las personas
obligadas a presentar los reportes a que se refiere el inciso b) de la fracción I de este artículo y los
avisos previstos en la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos
de Procedencia Ilícita y su Reglamento, así como vigilar su observancia por parte de las mismas
personas;

X. Recibir y recopilar, en relación con las materias a que se refiere este artículo, las pruebas,
constancias, reportes, avisos, documentación, datos, imágenes e informes sobre las conductas que
pudieran favorecer, prestar ayuda, auxilio o cooperación de cualquier especie para la comisión de
los delitos de terrorismo y su financiamiento o de operaciones con recursos de procedencia ilícita,
los relacionados con estos, así como sobre las estructuras financieras de las organizaciones
delictivas, e integrar los expedientes respectivos;

XI. Coordinarse con las autoridades fiscales para la práctica de los actos de fiscalización que
resulten necesarios con motivo del ejercicio de las facultades conferidas conforme al presente
artículo;

XII. Proporcionar, requerir e intercambiar con las autoridades competentes nacionales y


extranjeras la información y documentación necesaria para el ejercicio de sus facultades;

XIII. Denunciar ante el Ministerio Público de la Federación las conductas que pudieran favorecer,
prestar ayuda, auxilio o cooperación de cualquier especie para la comisión de los delitos de
terrorismo y su financiamiento o de operaciones con recursos de procedencia ilícita, así como
aquellas previstas en la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con
Recursos de Procedencia Ilícita, allegándose de los elementos probatorios del caso;

XIV. Coadyuvar, en su caso, con las autoridades competentes, en representación de la Secretaría,


en los procesos penales relativos a las conductas a que se refiere la fracción anterior de este
artículo;

XV. Coordinar el seguimiento de las denuncias formuladas por esta Unidad, desde su presentación
y, en su caso, hasta la emisión de la resolución que no admita medio de defensa alguno, así como
de los reportes de inteligencia presentados ante la autoridad competente;
XVI. Resolver, en relación con las materias a que se refiere este artículo, los requerimientos y
resoluciones de autoridades jurisdiccionales o administrativas, incluyendo al Ministerio Público de
la Federación;

XVII. Fungir, en los asuntos a que se refiere este artículo, como enlace entre las unidades
administrativas y órganos administrativos desconcentrados de la Secretaría y los siguientes entes:
las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, estatal y municipal, el Poder
Judicial de la Federación, la Procuraduría General de la República, los poderes judiciales de las
entidades federativas, las procuradurías generales de justicia o fiscalías de las entidades federativas
y los organismos constitucionales autónomos, así como negociar, celebrar e implementar
convenios o cualquier otro instrumento jurídico con esas instancias;

XVIII. Hacer del conocimiento de los órganos administrativos desconcentrados competentes de la


Secretaría, según corresponda, el incumplimiento o cumplimiento extemporáneo de las
obligaciones establecidas en las disposiciones de carácter general a que se refiere la fracción I de
este artículo o en la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos
de Procedencia Ilícita, su Reglamento y demás disposiciones jurídicas que de estos emanen, con el
objeto de que, en su caso, dichas instancias ejerzan sus atribuciones;

XIX. Participar en la negociación de los tratados internacionales, en las materias a que se refiere
este artículo, con la intervención que corresponda a otras dependencias o entidades de la
Administración Pública Federal y celebrar los instrumentos jurídicos internacionales que no
requieren la firma del Secretario;

XX. Participar en foros y eventos nacionales e internacionales en asuntos relativos a la materia de


su competencia;

XXI. Fungir, en las materias a que se refiere este artículo, como enlace entre la Secretaría y los
países, jurisdicciones u organismos internacionales o intergubernamentales y coordinar la
implementación de los acuerdos que se adopten;

XXII. Aprobar, en su caso, las tipologías, tendencias e indicadores, en las materias a que se refiere
este artículo, así como las guías y mejores prácticas para la elaboración y el envío de los reportes y
avisos a que se refiere la fracción VI del presente artículo, así como para el desarrollo de los
programas de capacitación, actualización y especialización en las materias antes referidas;
XXIII. Establecer los lineamientos y programas en materia de recepción y análisis de la información,
documentación, datos e imágenes que obtenga, de conformidad con las disposiciones de carácter
general a que se refiere la fracción I de este artículo, la Ley Federal para la Prevención e
Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, su Reglamento y demás
disposiciones que de estos emanen, y en las declaraciones a que se refiere el artículo 9o. de la Ley
Aduanera;

XXIV. Informar a las autoridades competentes, así como a los sujetos obligados a observar las
disposiciones de carácter general a que se refiere la fracción I de este artículo y a quienes realicen
las actividades vulnerables y entidades colegiadas previstas en las secciones Segunda y Cuarta del
Capítulo III de la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de
Procedencia Ilícita, sobre la calidad y utilidad de los reportes y avisos a que se refiere la fracción VI
de este artículo;

XXV. Designar, cuando así proceda, a los servidores públicos adscritos a la misma para
representarla en los comités o grupos de trabajo que se determinen para el ejercicio de sus
atribuciones;

XXVI. Corroborar la información, datos e imágenes relacionados con la expedición de


identificaciones oficiales que obren en poder de las autoridades federales, así como celebrar
convenios con los órganos constitucionales autónomos, entidades federativas y municipios, a
efecto de corroborar la información referida, en términos del artículo 45 de la Ley Federal para la
Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, para la
identificación y análisis de operaciones relacionadas con los delitos a que hace referencia la
fracción I de este artículo;

XXVII. Requerir a los sujetos a que hace referencia el artículo 51 de la Ley Federal para la
Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, la información y
documentación a la que tengan acceso, y celebrar para tales efectos los convenios respectivos con
el Banco de México;

XXVIII. Supervisar la participación de las unidades administrativas de la Unidad en la suscripción de


los convenios que se celebren en conjunto con el Servicio de Administración Tributaria y las
entidades colegiadas en términos de la Ley Federal para la Prevención e Identificación de
Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y su Reglamento;
XXIX. Determinar los medios de cumplimiento alternativos, conforme a lo dispuesto por la Ley
Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y su
Reglamento;

XXX. Fungir como enlace entre la Secretaría y los sujetos obligados a observar las disposiciones de
carácter general señaladas en la fracción I de este artículo, así como con quienes realicen las
actividades vulnerables y entidades colegiadas previstas en las secciones Segunda y Cuarta del
Capítulo III de la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de
Procedencia Ilícita, respecto de los asuntos señalados en el presente artículo, y

XXXI. Dar a conocer, cuando corresponda a la Secretaría, a quienes realicen las actividades
vulnerables a que se refiere la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con
Recursos de Procedencia Ilícita, directamente o por conducto del órgano administrativo
desconcentrado competente de la Secretaría, las listas, reportes, mecanismos, informes o
resoluciones previstas en las disposiciones jurídicas a que se refieren las fracciones I y I Bis de este
artículo.

Ahora bien, de ninguna de las treinta y un fracciones del artículo 15 antes citado, se desprende que
el Titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, cuente con facultades para ordenar a las
instituciones del sistema financiero mexicano que bloqueen o rescindan de la prestación de sus
servicios con los particulares.

Mucho menos que suspendan la prestación de sus servicios con motivo de una “presunción de
lavado de dinero” como fue manifestado a mí representada en la especie. Pues como podemos
observar, su campo de actuación se limita a la propuesta y análisis de la emisión de las Reglas de
Carácter General derivadas que al efecto deban emitirse con motivo de las disposiciones de la Ley
Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita
(LFPIORPI) y sus procedimientos.

Incluso, la fracción XXI del artículo 15 supracitado, únicamente refiere que, la Unidad de
Inteligencia Financiera podrá dar a conocer a la Secretaría, las listas de quienes realicen actividades
vulnerables a que se refiere la LFPIORPI. Empero, no existe facultad alguna de la cual se pueda
observar con claridad que el Titular de la Unidad es autoridad competente para ordenar a la
Institución Bancaria BBVA BANCOMER S.A., el bloqueo o cancelación de las cuentas de un
particular.

Sin embargo, como se desprende del capítulo de “hechos” del presente escrito, la institución
financiera responsable, de forma arbitraria informó que, las cuentas bancarias de mi representada
fueron bloqueadas por presunción de lavado de dinero, pero además, que se encontraba
imposibilitada para seguir ejecutando cualquier acto, operación, o servicio con la quejosa.

No obstante, como se ha evidenciado en líneas anteriores, dicha orden adolece de completa


fundamentación y motivación de la competencia de la autoridad ordenadora. Pues se insiste, en
sus lineamientos orgánicos no se dotó a su Titular de la Unidad de Inteligencia Financiera para
ejercer tales facultades.

Inclusive, tan no existe dicha facultad que, tal y como fue desarrollado en conceptos anteriores,
previo a la cancelación o suspensión de las cuentas bancarias de los particulares por presunciones
de “operaciones inusuales”, se debe colmar un procedimiento previo de detección por parte de la
entidad financiera de conformidad a las Reglas de Carácter General a que se refiere el artículo 125
de la Ley de Instituciones de Crédito, específicamente la número 37°, 38 y 39°.

Mismas que se observan a continuación:

37ª.- Por cada Operación Inusual que detecte una Entidad, esta deberá remitir a la Secretaría, por
conducto de la Comisión, el reporte correspondiente, dentro de un periodo que no exceda los
sesenta días naturales contados a partir de que se genere la alerta por medio de su sistema,
modelo, proceso o por el empleado de la Entidad, lo que ocurra primero.

Al efecto, las Entidades deberán remitir los reportes a que se refiere esta Disposición, a través de
medios electrónicos y en el formato oficial que para tal fin expida la Secretaría, conforme a los
términos y especificaciones señalados por esta última. En el evento de que la Entidad de que se
trate detecte una serie de Operaciones realizadas por el mismo Cliente o Usuario que guarden
relación entre ellas como Operaciones Inusuales, o que estén relacionadas con alguna o algunas
Operaciones Inusuales, o que complementen a cualquiera de ellas, la Entidad describirá lo relativo
a todas ellas en un solo reporte.

38ª.- Para efectos de determinar aquellas Operaciones que sean Inusuales, las Entidades deberán
considerar, entre otras, las siguientes circunstancias, con independencia de que se presenten en
forma aislada o conjunta:

I. Las condiciones específicas de cada uno de sus Clientes, como son, entre otras, sus antecedentes,
el grado de Riesgo en que lo haya clasificado la Entidad de que se trate, así como su ocupación,
profesión, actividad, giro del negocio u objeto social correspondiente;
II. Los tipos, montos, frecuencia y naturaleza de las Operaciones que comúnmente realicen sus
Clientes o, en su caso, sus Usuarios que tengan registrados y, tratándose de Clientes, la relación
que guarden con los antecedentes y la actividad económica conocida de ellos;

III. Los montos inusualmente elevados, la complejidad y las modalidades no habituales de las
Operaciones que realicen los Clientes o, en su caso, los Usuarios que tengan registrados;

IV. Las Operaciones realizadas en una misma cuenta, así como aquellas llevadas a cabo por un
mismo Usuario con moneda extranjera, cheques de viajero y monedas acuñadas en platino, oro y
plata, por montos múltiples o fraccionados que, por cada Operación individual, sean iguales o
superen el equivalente aquinientos dólares de los Estados Unidos de América, realizadas en un
mismo mes calendario que sumen, al menos, la cantidad de diez mil dólares de los Estados Unidos
de América o su equivalente en la moneda de que se trate, siempre que las mismas no
correspondan al perfil transaccional del Cliente o que, respecto deaquellas realizadas por Usuarios,
se pueda inferir de su estructuración una posible intención de fraccionar las Operaciones para
evitar ser detectadas por las Entidades para efectos de estas Disposiciones;

V. Los usos y prácticas crediticias, fiduciarias, mercantiles y bancarias que priven en la plaza en que
operen;

VI. Cuando los Clientes o Usuarios se nieguen a proporcionar los datos o documentos de
identificación correspondientes, señalados en los supuestos previstos al efecto en las presentes
Disposiciones, o cuando se detecte que presentan información que pudiera ser apócrifa o datos
que pudieran ser falsos;

VII. Cuando los Clientes o Usuarios intenten sobornar, persuadir o intimidar al personal de las
Entidades, con el propósito de lograr su cooperación para realizar actividades u Operaciones
Inusuales o se contravengan las presentes Disposiciones, otras normas legales o las políticas,
criterios, medidas y procedimientos de la Entidad en la materia;

VIII. Cuando los Clientes o Usuarios pretendan evadir los parámetros con que cuentan las
Entidades para reportar las Operaciones a que se refieren las presentes Disposiciones;

IX. Cuando se presenten indicios o hechos extraordinarios respecto de los cuales la Entidad de que
se trate no cuente con una explicación, que den lugar a cualquier tipo de suspicacia sobre el
origen, manejo o destino de los recursos utilizados en las Operaciones respectivas, o cuando
existan sospechas de que dichos indicios o hechos pudieran estar relacionados con actos,
omisiones u Operaciones que pudieran favorecer, prestar ayuda, auxilio o cooperación de
cualquier especie para la comisión de los delitos previstos en los artículos 139 ó 148 Bis del Código
Penal Federal, o que pudiesen ubicarse en los supuestos del artículo 400Bis del mismo
ordenamiento legal;

X. Cuando las Operaciones que los Clientes o Usuarios pretendan realizar involucren países o
jurisdicciones:

a) Que la legislación mexicana considera que aplican regímenes fiscales preferentes, o

b) Que, a juicio de las autoridades mexicanas, organismos internacionales o agrupaciones


intergubernamentales en materia de prevención de operaciones con recursos de procedencia
ilícita o financiamiento al terrorismo de los que México sea miembro, no cuenten con medidas
para prevenir, detectar y combatir dichas operaciones, o bien, cuando la aplicación de dichas
medidas sea deficiente.

Para efectos de lo previsto en el párrafo anterior, la Secretaría pondrá a disposición de las


Entidades a través de medios de consulta en la red mundial denominada Internet, la lista de los
países y jurisdicciones que se ubiquen en los supuestos señalados en dicho párrafo;

XI. Cuando una transferencia electrónica de fondos sea recibida sin la totalidad de la información
que la debe acompañar, de acuerdo con lo previsto en la 16ª de las presentes Disposiciones;

XII. Cuando se presuma o existan dudas de que un Cliente o Usuario opera en beneficio, por
encargo o a cuenta de un tercero, sin que lo haya declarado a la Entidad de que se trate, de
acuerdo con lo señalado en las presentes Disposiciones o bien, la Entidad no se convenza de lo
contrario, a pesar de la información que le proporcione el Cliente o Usuario a que se refiere el
segundo párrafo de la 31ª de estas Disposiciones, y

XIII. Las condiciones bajo las cuales operan otros Clientes que hayan señalado dedicarse a la misma
actividad, profesión o giro mercantil, o tener el mismo objeto social.

Cada Entidad deberá prever en el documento de políticas, criterios, medidas y procedimientos


internos a que se refiere la 64ª de las presentes Disposiciones, o bien, en algún otro documento o
Manual elaborado por la propia Entidad, los mecanismos con base en los cuales deban examinarse
los antecedentes y propósitos de aquellas Operaciones que, conforme a las presentes
Disposiciones, deban ser presentadas al Comité para efectos de su dictaminación como
Operaciones Inusuales. En todo caso, los resultados de dicho examen deberán constar por escrito y
quedarán a disposición de la Secretaría y la Comisión, por lo menos durantediez años contados a
partir de la celebración de la reunión del Comité en que se hayan presentado tales resultados.

Para facilitar el proceso de identificación de Operaciones Inusuales, la Secretaría deberá asesorar


regularmente a las Entidades y proporcionar guías, información y tipologías que permitan detectar
Operaciones que deban reportarse conforme a las presentes Disposiciones.

Asimismo, en el proceso de determinación de las Operaciones Inusuales a que se refiere la


presente Disposición, las Entidades deberán apoyarse en sus documentos de políticas, criterios,
medidas y procedimientos internos a que se refiere la 64ª de las presentes Disposiciones y, además
de esto, considerarán las guías elaboradas al efecto por la Secretaría y por organismos
internacionales y agrupaciones intergubernamentales en materia de prevención y combate de
operaciones con recursos de procedencia ilícita y de financiamiento al terrorismo, de los que
México sea miembro, que dicha Secretaría les proporcione.

39ª.- En el supuesto de que una Operación Relevante sea considerada por la Entidad de que se
trate como Operación Inusual, esta deberá formular, por separado, un reporte por cada uno de
esos tipos de Operación.

De la transcripción anterior, se corrobora que en la legislación vigente no existe un dispositivo que


permita a la Unidad de Inteligencia Financiera para ordenar indiscriminadamente a las
instituciones del sistema financiero mexicano para que, cancelen o suspendan sus servicios a un
contribuyente.

En idéntico sentido, de conformidad a las Reglas Generales en comento, se advierte que dicha
facultad tampoco fue otorgada a las Instituciones Bancarias como lo es, BBVA BANCOMER S.A.,
pues de la lectura de la transcripción anterior, únicamente se observa la obligación de coadyuvar
con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para que, a través de la elaboración de los informes
que correspondan puedan identificar a aquellos usuarios que realizan “operaciones inusuales”.

Empero, bajo ninguna circunstancia dicha labor de coadyuvancia con la Administración Pública
Federal se puede interpretar al extremo de llegar al absurdo de que las propias instituciones de
crédito pueden, de mutuo propio rescindir la prestación de los servicios de banca múltiple con los
particulares por simples “presunciones de lavado de dinero” (SIC).
Pues como se observa, para poder llegar a dicha certeza se requiere desahogar un procedimiento
previo de identificación, reporte para poder determinar la lista de contribuyentes que realizan
operaciones con recursos de procedencia ilícita u operaciones inusuales en términos de las Reglas
Generales en cita.

En concomitancia de lo anterior, niego categóricamente que la Unidad de Inteligencia Financiera


así como la institución bancaria responsable BBVA BANCOMER S.A, tengan competencia material
para ordenar la cancelación y suspensión de los servicios financieros a los particulares.

De igual forma, niego categóricamente que el resto de autoridad responsables tengan


competencia material para ordenar la cancelación, bloqueo, suspensión de las cuentas bancarias
de la quejosa.

Así, es evidente que el acto reclamado en la presente instancia Constitucional viola flagrantemente
el artículo 16 Constitucional en virtud de que fue ordenado y ejecutado por autoridades
incompetentes para ello. En ese sentido, es claro que todo acto de autoridad que no haya sido
emitido por una entidad dotada de las facultades para ello, no puede surtir efecto alguno sobre el
capital jurídico del particular.

Sustento de lo anterior resulta aplicable el siguiente criterio de la SEGUNDA SALA DE LA SUPREMA


CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN de rubro y texto siguiente:

AUTORIDADES INCOMPETENTES. SUS ACTOS NO PRODUCEN EFECTO ALGUNO. La garantía que


establece el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, denota que la
competencia de las autoridades es uno de los elementos esenciales del acto administrativo. Entre
sus características destacan las siguientes: a) requiere siempre de un texto expreso para poder
existir; b) su ejercicio es obligatorio para el órgano al cual se atribuye y c) participa de la misma
naturaleza de los actos jurídicos y abstractos, en el sentido de que al ser creada la esfera de
competencia, se refiere a un número indeterminado o indeterminable de casos y su ejercicio es
permanente porque no se extingue en cada hipótesis. Ahora bien, estas características encuentran
su fundamento en el principio de legalidad, según el cual, las autoridades del Estado sólo pueden
actuar cuando la ley se los permite, en la forma y términos que la misma determina, de tal manera
que esta garantía concierne a la competencia del órgano del Estado como la suma de facultades
que la ley le da para ejercer ciertas atribuciones. Este principio se encuentra íntimamente
adminiculado a la garantía de fundamentación y motivación, que reviste dos aspectos: el formal
que exige a la autoridad la invocación de los preceptos en que funde su competencia al emitir el
acto y el material que exige que los hechos encuadren en las hipótesis previstas en las normas. En
este sentido, como la competencia de la autoridad es un requisito esencial para la validez jurídica
del acto, si éste es emitido por una autoridad cuyas facultades no encuadran en las hipótesis
previstas en las normas que fundaron su decisión, es claro que no puede producir ningún efecto
jurídico respecto de aquellos individuos contra quienes se dicte, quedando en situación como si el
acto nunca hubiera existido.[28]

Bajo esa orden de ideas, lo procedente es conceder el amparo y protección de la justicia federal a
la quejosa ya que la autoridad responsable, no fundó su competencia material, grado y territorio,
dejando en un estado de indefensión a mi representada al desconocer si la citada autoridad es
competente para dar por terminado el contrario o cancelar la cuenta bancaria de la quejosa.

XI.-Capítulo de MEDIDAS CAUTELARES.

En el presente caso solicito se conceda las medidas cautelares consistente en el desbloqueo, libre
disposición de las cuentas bancarias de la quejosa y la paralización del procedimiento incoado en
su contra, en tanto se emite la resolución definitiva que en derecho corresponda con la finalidad
de que no se me sigan causando perjuicios de difícil reparación material pues de no ser así como
se dijo se paralizarían las actividades de la quejosa al no poder cumplir con sus obligaciones
fiscales, contractuales, comerciales y laborales más aun cuando no se sigue perjuicio al orden
público ni al interés social, ni mucho menos se contravienen disposiciones de orden público.

Conviene precisar que la SUSPENCIÓN DEL ACTO RECLAMADO solo es una especie del genero
denominado MEDIDAS CAUTELARES de ahí que, se solicita las MEDIDAS CAUTELARAS consistentes
en la liberación para libre disposición de las cuentas bancarias, y en su caso, la supresión
provisional del listado de personas bloqueadas, con la finalidad de que la quejosa pueda disponer
libremente de sus cuentas bancarias y de los recursos económicos necesarios para hacer frente a
sus necesidades, quedando a salvo la materia del mismo, esto es, para el caso de resultar
improcedente el juicio o infundado los argumentos expuestos, las autoridades responsables dentro
del ámbito de sus respectivas competencias se encuentra plenamente facultados para ejercitar
nuevamente las acciones tendientes a incorporarme nuevamente a la lista de personas bloqueadas
y de inmovilizar los recursos que en ella se encuentren, esto es de continuar el procedimiento
incoado en contra de la quejosa, así como todas sus consecuencias legales, sin que por ello se esté
dando efectos restitutorios de manera anticipada a los actos reclamados y que son materia del
fondo del asunto, sino únicamente constituyen medidas restitutorias de carácter provisional, con la
única finalidad de no causar actos de imposible reparación material.
Ilustrando con un poco de doctrina, respecto de la suspensión del acto reclamado, se puede
precisar que al respecto existen dos corrientes en la doctrina:

a) Los autores que niegan la aplicación de los principios de las medidas cautelares a la suspensión y
que se identifica como corriente avalorado-abstracta. Avalorada, porque al negar cualquier asomo
al fondo del asunto, no toman en cuenta si el acto es probablemente inconstitucional. Abstracta,
por el hecho de que al no echar un vistazo a la violación alegada, los actos reclamados se analizan
de una forma despersonalizada pues no se toman en cuenta las particularidades de la quejosa ni
del problema.

b) Los autores que están con la aplicación de la teoría general de las medidas cautelares y la
relacionan con la suspensión, los denominaremos corriente valorado-concreta. Valorada, dado
que, a partir de que en la suspensión se puede hacer un estudio provisional de la
constitucionalidad del acto reclamado, ya analizan a éste con un valor o desvalor jurídico para
efectos de conceder o no la medida cautelar. Concreta, porque teniendo en cuenta la
constitucionalidad o no del acto reclamado, ya no verán a éste de una manera abstracta sino
concreta al caso que se está poniendo a estudio.

La corriente de autores que niegan que en la suspensión se puede efectuar un análisis provisional
de la constitucionalidad del acto reclamado tuvo gran influencia en los criterios emitidos por los
tribunales federales en los periodos que abarcan de la quinta a la octava época del Semanario
Judicial de la Federación (1917-1995) y actualmente se encuentran superados.

El criterio más representativo de esta tendencia avalorado-abstracta es el que enfática y


tajantemente determina que al resolverse la suspensión no se puede estudiar el fondo del amparo,
y que es del tenor siguiente:

SUSPENSIÓN, MATERIA DE LA. DIFIERE DE LA DEL JUICIO. Al resolver sobre ella no pueden
estudiarse cuestiones que se refieran al fondo del amparo. [29]

Derivado del anterior criterio, también encontramos que la jurisprudencia de la Suprema Corte se
encargó de hacer hincapié en que la suspensión mantiene las cosas en el estado en que se
encuentran y no restituye, ya que eso sólo es propio o exclusivo de la sentencia de amparo que en
definitiva se llegue a emitir en la audiencia constitucional, y al efecto se pronunció en los
siguientes términos:
SUSPENSIÓN, EFECTOS DE LA. Los efectos de la suspensión consisten en mantener las cosas en el
estado que guardan al decretarla y no en invalidar lo actuado hasta ese momento, pues esto sería
darle a la suspensión señalada efectos restitutorios, lo que es materia exclusiva de la sentencia de
fondo en el juicio de amparo, cuando se concede la protección constitucional. [30]

Con la continuación de la tendencia argumentativa delineada por la Suprema Corte de Justicia, en


el sentido de que la suspensión no tiene efectos restitutorios por ser exclusivos de la sentencia,
surgieron criterios que negaban la suspensión cuando se trata de actos consumados y a manera de
ejemplo tenemos el siguiente criterio:

ACTOS CONSUMADOS. Contra los actos ya consumados, es improcedente conceder la suspensión,


porque se le darían efectos restitutorios, que son propios de la sentencia que se dicta en cuanto al
fondo del amparo. [31]

Sin embargo, dicha corriente doctrinal y judicial, A QUEDADO SUPERADA al ser abandonado por la
Suprema Corte al decidir la contradicción de tesis 3/95 sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado
Materia Administrativa del Primer Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, en la
que la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que para resolver sobre la suspensión sí
se puede hacer un estudio provisional valorado-concreto de la constitucionalidad del acto
reclamado, con la finalidad de conceder las medidas cautelares y emitió la jurisprudencia que es
del tenor siguiente:

SUSPENSIÓN. PARA RESOLVER SOBRE ELLA ES FACTIBLE, SIN DEJAR DE OBSERVAR LOS REQUISITOS
CONTENIDOS EN EL ARTÍCULO 124 DE LA LEY DE AMPARO, HACER UNA APRECIACIÓN DE
CARÁCTER PROVISIONAL DE LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ACTO RECLAMADO. La suspensión
de los actos reclamados participa de la naturaleza de una medida cautelar, cuyos presupuestos son
la apariencia del buen derecho y el peligro en la demora. El primero de ellos se basa en un
conocimiento superficial dirigido a lograr una decisión de mera probabilidad respecto de la
existencia del derecho discutido en el proceso. Dicho requisito aplicado a la suspensión de los
actos reclamados, implica que, para la concesión de la medida, sin dejar de observar los requisitos
contenidos en el artículo 124 de la Ley de Amparo, basta la comprobación de la apariencia del
derecho invocado por el quejoso, de modo tal que, según un cálculo de probabilidades, sea posible
anticipar que en la sentencia de amparo se declarará la inconstitucionalidad del acto reclamado.
Ese examen encuentra además fundamento en el artículo 107, fracción X, constitucional, en
cuanto establece que para el otorgamiento de la medida suspensional deberá tomarse en cuenta,
entre otros factores, la naturaleza de la violación alegada, lo que implica que debe atenderse al
derecho que se dice violado. Esto es, el examen de la naturaleza de la violación alegada no sólo
comprende el concepto de violación aducido por el quejoso sino que implica también el hecho o
acto que entraña la violación, considerando sus características y su trascendencia. En todo caso
dicho análisis debe realizarse, sin prejuzgar sobre la certeza del derecho, es decir, sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos reclamados, ya que esto sólo puede
determinarse en la sentencia de amparo con base en un procedimiento más amplio y con mayor
información, teniendo en cuenta siempre que la determinación tomada en relación con la
suspensión no debe influir en la sentencia de fondo, toda vez que aquélla sólo tiene el carácter de
provisional y se funda en meras hipótesis, y no en la certeza de la existencia de las pretensiones,
en el entendido de que deberá sopesarse con los otros elementos requeridos para la suspensión,
porque si el perjuicio al interés social o al orden público es mayor a los daños y perjuicios de difícil
reparación que pueda sufrir el quejoso, deberá negarse la suspensión solicitada, ya que la
preservación del orden público o del interés de la sociedad están por encima del interés particular
afectado. Con este proceder, se evita el exceso en el examen que realice el juzgador, el cual
siempre quedará sujeto a las reglas que rigen en materia de suspensión. [32]

En ese sentido al abandonar el criterio anterior al que se ha hecho referencia, la Suprema corte
determinó que para la concesión de las medidas cautelares se debe de realizar una valoración
anticipada del acto controvertido que permita determinar la viabilidad de las medidas cautelares y
su idoneidad para salvaguardar la materia del juicio, pues de nada serviría el que se conceda una
medida cautelar o la suspensión del acto reclamado si dicha medina no es efectiva para evitar que
se violen de manera indefinida a irreparable los derechos fundamentales del suscrito, sin que con
ello se esté dando a la sentencia efectos restitutorios o anticipados que son propios de la sentencia
definitiva que se llegue a emitir en el juicio, y que por el contrario a nada útil conlleve seguir
causando perjuicio al demandante con sustento en un acto que a la postre resulta inconstitucional,
y que por el contrario sí se está generando perjuicios de imposible reparación material a la
quejosa.

En ese sentido la suspensión de los actos reclamados participa de la naturaleza de las medidas
cautelares y NO AL REVES, lo que permite un vistazo provisional al fondo del asunto, bajo los
presupuestos de la apariencia del buen derecho y del peligro en la demora, valorado-concreta.

Tan es así que la jurisprudencia 15/96 emitida por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, se reconoce que para resolver la suspensión de los actos reclamados es factible hacer
una apreciación de carácter provisional de la inconstitucionalidad de éstos, es decir, que el acto se
debe apreciar de forma valorado-concreta. Ver el acto reclamado de una forma valorado-concreta
implica que se deben dejar atrás los anteriores conceptos de análisis que se desarrollaran con la
corriente avalorado-abstracta, tales como el que en la suspensión no se puede asomar al fondo y
que aquélla no procedía contra actos consumados o negativos. Ahora se debe partir de la base
consistente en determinar si el acto es provisionalmente inconstitucional o no, esto es, si existen
elementos que permitan establecer la apariencia del buen derecho y la urgencia en la medida,
para luego ponderar este presupuesto con el orden público e interés social.
CON TODO LO ANTERIOR LO QUE SE BUSCA ENFATIZAR ES QUE SI BIEN ES CIERTO QUE LA MEDIDA
CAUTELAR ES EL GENERO MAS PROXIMO A LA SUSPENCIÓN DEL ACTO, NO ES CIERTO QUE LA
MATERIA DE LA MISMA SEA LA DE MANTENER LAS COSAS EN EL ESTADO QUE GUARDAN, SINO LA
DE ASEGURAR LA EFICACIA DE LOS MEDIOS DE DEFENSA, ADELANTANDO PROVISIONALMENTE LOS
EFECTOS DE LA SENTENCIA, SIN QUE POR ELLO SE RESTITUYA DEFINITIVA Y ANTICIPADAMENTE AL
DEMANDANTE

Lo anterior se corrobora con la emisión de la jurisprudencia derivada de la contradicción 12/90,


que acepta la corriente que da efectos a la suspensión no sólo de carácter suspensivo, sino que,
producto del estudio provisional de la constitucionalidad del acto reclamado, se anticipan sus
resultados, como en el caso de la procedencia de la suspensión en casos de clausura por tiempo
indefinido.

Ilustrando lo anterior la siguiente tesis que a la letra dice:

SUSPENSIÓN. PROCEDENCIA EN LOS CASOS DE CLAUSURA EJECUTADA POR TIEMPO INDEFINIDO. El


artículo 107, fracción X de la Constitución General de la República, establece como uno de los
requisitos para la procedencia de la suspensión del acto reclamado en el amparo, el de tomar en
cuenta la naturaleza de la violación alegada; esto es, el juzgador deberá realizar un juicio de
probabilidad y verosimilitud del derecho del solicitante, que podrá cambiar al dictar la sentencia
definitiva, pues el hecho de que anticipe la probable solución de fondo del juicio principal, es un
adelanto provisional, sólo para efectos de la suspensión. Tal anticipación es posible porque la
suspensión se asemeja, en el género próximo, a las medidas cautelares, aunque es evidente que
está caracterizada por diferencias que la perfilan de manera singular y concreta. Sin embargo, le
son aplicables las reglas de tales medidas, en lo que no se opongan a su específica naturaleza. En
este aspecto cabe señalar que son dos los extremos que hay que llenar para obtener la medida
cautelar: 1) Apariencia de buen derecho y 2) Peligro en la demora. La apariencia de la existencia
del derecho apunta a una credibilidad objetiva y seria que descarte una pretensión
manifiestamente infundada, temeraria o cuestionable, lo que se logra a través de un conocimiento
superficial, dirigido a lograr una decisión de mera probabilidad respecto de la existencia del
derecho discutido en el proceso; el peligro en la demora consiste en la posible frustración de los
derechos del pretendiente de la medida, que puede darse como consecuencia de la tardanza en el
dictado de la resolución de fondo. En síntesis, la medida cautelar exige un preventivo cálculo de
probabilidad sobre el peligro en la dilación, que no puede separarse de otro preventivo cálculo de
probabilidad, que se hace sobre la existencia del derecho cuya tutela se solicita a los tribunales.
Consecuentemente, si toda medida cautelar descansa en los principios de verosimilitud o
apariencia del derecho y el peligro en la demora, el Juez de Distrito puede analizar esos elementos
en presencia de una clausura ejecutada por tiempo indefinido, y si la provisión cautelar, como
mera suspensión, es ineficaz, debe dictar medidas que implican no una restitución, sino un
adelanto provisional del derecho cuestionado, para resolver posteriormente, en forma definitiva, si
el acto reclamado es o no inconstitucional; así, el efecto de la suspensión será interrumpir el
estado de clausura mientras se resuelve el fondo del asunto, sin perjuicio de que si se niega el
amparo, porque la “apariencia del buen derecho” sea equivocada, la autoridad pueda reanudar la
clausura hasta su total cumplimiento. Lo expuesto anteriormente se sustenta en la fracción X del
dispositivo constitucional citado, que establece que para conceder la suspensión deberá tomarse
en cuenta la naturaleza de la violación alegada, lo que supone la necesidad de realizar un juicio de
probabilidad y verosimilitud del derecho esgrimido, con miras a otorgar la medida cautelar para
evitar daños y perjuicios de difícil reparación al quejoso y conservar viva la materia del juicio, si con
ello no se lesionan el interés social y el orden público, lo cual podrá resolver la sensibilidad del Juez
de Distrito, ante la realidad del acto reclamado, pues si el perjuicio al interés social o al orden
público es mayor a los daños y perjuicios de difícil reparación que pueda sufrir el quejoso, deberá
negar la suspensión solicitada, ya que la preservación del orden público y el interés de la sociedad
están por encima del interés particular afectado.[33]

En virtud de lo anterior debe de estarse a la naturaleza del acto controvertido, y partiendo de ahí,
verificar sus consecuencias jurídicas que de ella se reclaman y verificar la idoneidad de la medida
concedida y la eficacia para salvaguardar la materia del juicio y los derechos fundamentales que se
encuentran en juego.

En ese sentido, con la concesión de la medida cautelar que se conceda a la quejosa (la libre
disposición de las cuentas y, en su caso, la cancelación del nombre de las listas de personas
bloqueadas), de ninguna manera constituye con una restitución anticipada de la sentencia, en
tanto que los actos que constituyen el acto primigenio QUEDA INTOCADO quedando a salvo todos
y cada uno de sus consecuencias jurídicas como lo son:

A) LA IDENTIFICACIÓN DE LAS OPERACIONES QUE SUPUESTAMENTE DIERON ORIGEN AL


PROCEDIMIENTO SANCIONADOR.

B) LA VINCULACIÓN AL PROCEDIMIENTO SANCIONADOR.

En ese orden de ideas, no existe ninguna restitución anticipada, si llegado el momento y en el caso
de decretarse la constitucionalidad de los actos reclamados, esta podrá surtir todos y cada uno de
sus efectos legales, puesto que no debe de perderse de vista que el impedir que realice
operaciones a través del sistema financiero no es la forma de hacer efectivo los bienes jurídicos
tutelados por la norma, puesto que válidamente la autoridad puede, llegado el momento,
garantizar la eficacia de las medidas instrumentadas, como ilustra la jurisprudencia transcrita, el
único efecto de la suspensión será interrumpir las consecuencias jurídicas mientras se resuelve el
fondo del asunto, sin perjuicio de que si se declare la Constitucionalidad del acto, porque la
“apariencia del buen derecho” sea equivocada, la autoridad pueda reanudar las consecuencias
jurídicas hasta su total cumplimiento.

Máxime si en atención al principio del buen derecho, se puede apreciar que:

a) No existe procedimiento alguno, por lo que se niega lisa y llanamente su existencia.

b) Para el caso de existir el procedimiento sancionador, se niega lisa y llanamente la existencia de


citatorio previo o constancia de notificación en el que se me haya dado a conocer.

c) Se violó flagrantemente en mí perjuicio las garantías de audiencia, debido proceso, seguridad


jurídica y de audiencia.

Circunstancias que como ya se dijo, deben de ser valoradas en atención a los principios de
apariencia del derecho y peligro en la demora.

Valoración de tales principios que debe de tomar en consideración para resolver la medida
cautelar solicitada, sin que sea óbice su señalamiento en el sentido de que de conceder la
suspensión provisional y en su caso la definitiva respecto de tales actos, se estaría restituyendo
anticipadamente, puesto que como ya se vio, que la apreciación necesaria sobre el buen derecho
del promovente (para que pueda decirse que se ve afectado por un acto arbitrario) anticipa el
fondo del juicio principal, pero no hay que olvidar que lo adelanta provisionalmente, es decir, sin
prejuzgarlo y, además, no lo adelanta más que en la propia concesión de la suspensión, que
siempre tendrá un carácter temporal, sin más efecto que mantener las cosas en el estado en que
se encuentran, retardando en el peor de los casos la ejecución del acto de autoridad.

Ahora bien, suponiendo sin conceder que este H. Juez de Distrito niegue las medidas cautelares
solicitadas consistentes en el desbloqueo, libre disposición de las cuentas bancarias de la quejosa
y, en su caso, la paralización del procedimiento incoado en su contra, en tanto se emite la
resolución definitiva que en derecho corresponda; Solicito que la medida cautelar sea para el
efecto de que mi representada pueda realizar sus operaciones de formar distinta, es decir, que mi
representada pueda recibir o realizar sus operaciones con pagos en efectivo, así como las
operaciones indispensables para el objeto de su actividad que mi representada realice, las pueda
hacer en efectivo y que en caso que estas sean consideradas deducibles, sean procedentes, al
existir la imposibilidad material de acceder al sistema financiero, lo cual si genera un acto de
imposible reparación al quejoso.

En virtud de todo lo expuesto y con fundamento en lo dispuesto por los artículos 1 y 107 primer
párrafo, fracción X de la Constitución General de la Republica, así como los diversos numerales 125
y 128 de la Ley de Amparo, solicito se me otorgue la suspensión provisional y la definitiva de todos
los actos reclamados, en virtud de que, en el presente asunto, con el otorgamiento de dicha
medida cautelar, no se causaría perjuicio al interés social, ni se contravienen disposiciones del
orden público, pero en cambio sería de muy difícil reparación los daños que se me ocasionarían
con la ejecución de todos los actos reclamados.

Para acreditar lo anteriormente vertido ofrezco las siguientes:

VIII.- PRUEBAS

1.- DOCUMENTAL PÚBLICA.- Consistente en el instrumento notarial con el cual acredito la


personalidad con la que me ostento.

2.- DOCUMENTAL PUBLICA.- Consistente en Constancia de situación fiscal de mi representada.

3.- DOCUMENTAL PRIVADA.- Consistente en copia certificada del contrato de producto y servicios
_______________________.

4.-DOCUMENTAL PRIVADA.- Consistente en impresión digital del estado de cuenta bancario del
mes de _______________.

5.- DOCUMENTAL PRIVADA.- Consistente en impresión de pantalla en donde se aprecia que la


cuenta bancaria se encuentra bloqueada.

6.- LA PRESUNCIÓN LEGAL Y HUMANA.

7.- LA INSTRUMENTAL DE ACTUACIONES.


Por lo anteriormente expuesto y fundado a su Señoría, de una manera atenta:

SOLICITO

PRIMERO.- Tenerme, en los términos del presente escrito, demandando el Amparo y la Protección
de la Justicia Federal.

SEGUNDO.- Se señale día y hora para la celebración de la audiencia constitucional en el presente


juicio de amparo, así como se recaben los informes de las autoridades involucradas en términos de
ley.

TERCERO.- Requerir a las autoridades responsables para que rindan sus informes justificados
dentro del plazo a que se refiere el artículo 117 de la Ley de Amparo, con los apercibimiento de ley
y, en su oportunidad, ordenar se expida copia de todos y cada uno de ellos al quejoso para estar en
posibilidad de ampliar la presente demanda y manifestar lo que a mi derecho convenga en la
audiencia constitucional respectiva.

CUARTO.- Previo los trámites legales conducentes se me conceda EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA


JUSTICIA DE LA UNIÓN, por ser lo procedente conforme a derecho.

QUINTO.- Se conceda la suspensión provisional, y en su caso la definitiva.

Oaxaca de Juarez, Oaxaca _________________.

PROTESTO LO NECESARIO

___________________________

C. ___________________
“______________________”

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