FUTORANSKY, Luisa-Poemas
FUTORANSKY, Luisa-Poemas
FUTORANSKY, Luisa-Poemas
grandes voces de la poesía argentina entre el siglo XX y el XXI: desde 1963 ha publicado una veintena de
poemarios y cinco novelas; ha sido galardonada en diferentes países: Premio Internacional de Poesía
Carmen Conde (España) en 1984, título de Chevalier des Arts et Lettres (Francia) en 1990, Beca Gu-
ggenheim (EE. UU) en 1991, Premio de poesía del Fondo Nacional de las Artes de Argentina en el 2002, y
por dos veces Beca del Centre National des Lettres (Francia): en 1993 y 2010; y hay traducciones de
obras suyas al inglés, francés y alemán. Viajera y residente itinerante por Europa y Lejano Oriente, reside
desde 1981 en París. En la obra de Futoransky, que habla español, francés, inglés, italiano y hebreo, se
concita un conjunto increíblemente rico de referencias culturales inspiradas en sus experiencias en Amé -
rica Latina, Europa y el Lejano Oriente. Es invitada regularmente a dar conferencias en Universidades de
Argentina, Estados Unidos, Francia y España.
Estudió música en el "Conservatorio Municipal de Buenos Aires" de 1953 a 1961; y, de 1965 a 1968,
poesía anglosajona contemporánea y antigua con Jorge Luis Borges en la Facultad de Letras de la Univer-
sidad de Buenos Aires; aunque por imposición familiar se graduó en Derecho. En 1971 asistió al famoso
International Writing Program de la Universidad de Iowa (EE.UU); luego residió en España e Italia, viajó
por otros países y residió en China y Japón antes de instalarse en París: en Italia, estudió poesía contem-
poránea en la Universidad de Roma y en la Academia Chighiana de Siena; en China trabajó para Radio
Pekín; y en Japón fue periodista del servicio en español de la NHK y profesora de música en la Universi -
dad de música de Mushasino (Tokio); y en Francia trabajó en el Centro Georges Pompidou de arte mo-
derno y fue redactora de la agencia de noticias France Presse. Además ha colaborado en medios de pren-
sa de diversos países: Ars, L'Ane, Página/12, Clarín, El Correo de la Unesco, World Fiction, Hispamérica y
Basel Zeitung; asimismo, ha hecho trabajos para Radio France, el Ministerio de Cultura Francés y Radio
Euskadi de España.
Entre sus poemarios cabe citar: su debut Trago Fuerte (1963), El corazón de los lugares (1964), Babel,
Babel (1968), Lo regado por lo seco (1972), En nombre de los vientos (España, 1976), Partir, digo (España,
1982), El diván de la puerta dorada (España, 1984), La sanguina (España, 1987), Cortezas y fulgores (Es-
paña, 1997), París, desvelos y quebrantos (EE.UU., 2000), Antología Poética (Premio Fondo Nacional de
las Artes, Buenos Aires, 2002), Inclinaciones (Buenos Aires, 2006), Seqüana Barrosa (España, 2007), Orti-
gas (Buenos Aires, 2011), Pintura rupestre (Buenos Aires, 2014) Marchar de Día (Buenos Aires, 2017), Los
años argentinos, primer volumen de su poesía completa (Buenos Aires, 2019) y Humus…humus (Buenos
Aires, 2020).
Por último, en colaboración con Marta Teitelbaum ha traducido y editado la antología Poesía contempo-
ránea en lengua hebrea (Madrid, 2012).
POEMAS
EL GIGANTE
1 [capitales
y en donde el hombre es un pequeño ser
Inmensa tierra agobiado por su propio peso.
en que la impunidad nombra los pecados Ángulo obtuso de la fuerza.
1
Ángulo agudo de la ingenuidad. Oxum
En la impericia de nombrarte, Cotoarg
en la primaria zona de la demencia, Quetzatcoatl
con el color que nos abruma Tepeu
y la niebla que nos rige; Ah Raxa Lac
con el tenaz amor de los desposeídos, Ah Raxa Tzel
empiezo a hablarte de por vida, y tantos otros,
tierra de nadie abierta a todas las explosiones se empeñan en la liberación del gigante.
dame la voz oh, América! La fortaleza de los ángeles castiga sus in-
[tentos.
2 Las sucesivas invasiones y conquistas de
[nuestras tierras
Tierra que aún guardas la ventaja son el resultado irreversible de su poderío.
de no conocernos.
Uno tiende su cabeza, 4
levanta sus brazos.
Tú, En esta hora de aflicción sorprendo
impasible, confundida en sus cloacas fronterizas
no delatas. el limitado vientre ciudadano:
Tierra igual a otras palpo la traición.
nos enseñaste a confiar en la sonrisa pronta; Luego, me falta voz
por eso vamos inermes, para sobrevivir en los convites
con el hábito ingenuo, y hablar de la buena tierra de promesas.
espiando en las llagas de los ojos Arropada en la sucia sábana de pesadumbre
la impudicia de crueldades forasteras. pienso en mí
En una palabra: (me refiero a los que amo).
lentamente gastados, Hay veces en que el gigante siente una can-
y sufriendo. [sada piedad
y seca alguna lágrima que le importuna.
3
5
El ángel de la muerte
el ángel de la vida Fue preciso habitar en las treguas de la mi-
regentean sus dominios. [seria
Hay un gigante atado a sus deseos, cercenando voces que requieren sitio.
y los niños que caminan por su cuerpo Las arcas se ofrecen, paso revista al feudo:
suelen ahogarse. aceites macilentos, ritos olvidados, alguna
El gigante ha narrado a los elegidos [moneda.
verídicas historias para que alguien Trastos raídos de la historia común.
cercano a la demencia Tierra de América, gigante de yeso que
profetice a los adeptos. [tiembla
Iemanjá y no sabe guardarnos.
2
De Babel Babel (1968):
los calmos bergantines las flores más sangrientas los lienzos de la discordia los panes del milagro
adjetivos y ritos profusamente iluminados
por la luz mala y fosforescente de lo corrupto
se yerguen de la llanura atrás del acero oxidado de sus armaduras
allí donde el ganado abona el suelo
pero las simientes olvidan crecer
extensión de la condena soledad es tu nombre
repiten las aves que graznan augurios
el sol no tiene prisa en tu calvicie
los vientos fatigados se detienen a contemplarse en tus riachos
pampa de la desesperanza
sólo tu feroz tenacidad hace que entres
por la puerta grande de la tragedia
—————————————————————————
llano enrojecido
llano del atardecer donde la palabra descubre el secreto
y los pájaros enloquecen de temor
hora en que los elementos son un haz vandálico
un estremecimiento prolongado en el espinazo de los vivos
hora en que los hechiceros soplan las narices de las enfermos
pero no logran felices resultados
hora en que la lejanía y la vecindad de los estrechos
confunde aguas y tierras
3
únete viento
ven basilisco que es tu turno
huye unicornio por las altas gramíneas
refúgiate en los tapices de las damas
que ya las maderas del presagio
arden en razones de cuidado
y el silencio es un enigma que no predice
un solo día venturoso
—————————————————————————
Entre la cima y el valle
el menor esfuerzo, nada agotador
nada que turbe la indiferencia de las tierras llanas
ciudad cuyo medio propicio es la humedad
pulpo extendido, ambiguo y perezoso
tu abrazo es el ahogo febril que impones a los otros
ansiosa ciudad gris
a la que es necesario ganar palmo a palmo la alegría
ciudad de artilugios y espejismos
con su poder agazapado en las tinieblas
contigo los pactos de honor
están destinados al fracaso
ciudad perdida en estéril oratoria
y en la retórica infernal de los posesos
predispuesta de antemano a la condena
cuando las algas se adueñen de tu estridencia
y el limo se solace en tus bodegas
cuando te sumerjas en la noche sin espejos
¿quién tendrá piedad por tu arrogancia?
cuando los peces retiren sus ovas
de los recovecos de tus construcciones
otra vez un ingenuo, un loco, un guerrero
un fanático, un ambicioso, o todos ellos juntos
o alguien con todos y más de estos defectos y virtudes
erigirá un fortín en el desierto
y te llamará de alguna nueva o vieja manera
buenos aires
(la vieja podría exhibir una cinta roja roída por los dientecitos del zar de todas las rusias, un fras-
quito de sales de catalina de médicis, cuatro plumas del casco de moctezuma y regalarte una me-
dallita de plástico con la imagen de un elefante, con la trompa para arriba, por supuesto, una de
las ciento que lleva encima porque estás en la ciencia y hará un trabajo para que tengas salud,
dinero y amor y creerás como un inocente en sus farfulladas oraciones y santiguamientos)
de la mesa se yergue la orquesta de señoritas que viste una vez al entreabrir la puerta hace quince
años del modern saloon donde una mujer vagamente rubia dirigía el conjunto sobre una tarima de
maderas gastadas y hoy vuelve a la ficción de la vida casi sin motivos que lo justifiquen, insolen-
temente asomada a tu tiempo, mientras discurres sin excesivo entusiasmo en tanto un concierto
de crímenes, atrocidades, pequeños regocijos y misterios más allá de tu posibilidad de entendi-
miento te ciñen la voz y agrietan la endeble construcción de tu esperanza
(la viaje parte de tu mesa llevando consigo el olor rancio de las ropas con las que se ha viajado
demasiado tiempo, un pájaro se le posa en el deplorable sombrero y arrastra sus pesadas bolsas de
fruslerías para alterar el sueño de otros tan incautos como nosotros).
5
6
7
8
9
De Pintura rupestre (2014):
CRÍA CUERVOS
La foto
vulgariza la muerte.
Con el tiempo, las tragedias amarillean y pierden
patetismo,
como certificado de autenticidad permanece el dentado de sus bordes.
Implacables, las fotos se apolillan, borran personajes,
confunden fecha y procedencia.
Con el polvillo abandonado en la contienda
se rellenan pavorreales, tesis
agujeros en las suelas
y colmatan sollozos en la voz.
10
URBAN BODY
AEROPARQUE (12.5.2017)
12
El taxista dijo llamarse Ulises.
Al avión se le cayó una de las puertas de emergencia; el viento,
impresionante, entró sin darnos tiempo a elaborar el miedo.
Cuando por fin despegamos todo era verde, la gente diminuta hasta
desaparecer y de la ventanilla mirando la geometría de los cultivos
me vino fuerte para quedarse enracinada la idea: fronteras no hay.
Los nacionalismos son ficticios, el guante ensangrentado, no.
Ulises cuando se jubila vuelve a Ítaca. Se frota las callosidades con
piedra pómez. Se da un toque de aceite de almendras para
protegerse del sol de frente. Silba y escupe un huesito de tragedia.
Lo demás es puro cuento.
COLUMPIO
mi nombre
mi rostro, mi cuerpo de ahora Decreto-ley:
se borra en gente de antes Desperdigaos, evaporaos
los unos en los otros.
el nombre
las voces Aparte
de los otros Si pronuncio amén
se desfiguran y silencian ¿te vas a morir
para siempre o me vas a llamar?
dentro de mí
tal la zamba
la cordillera toda nevada
me acuesto
amanece con franja
tan gris como la ciudad
gris desvencijado, insinuante
gris pacífico
la cordillera sigue allí
bruma
humilde ropa tendida en la ventana de uno que otro edificio alto
insisto en el color que destiñe, chorrea, impregna las paredes y las
barbas
un gris amenazador
13
un gris argento/boliviano
destartalado de hace siglos
palmeras incomprensibles
de gran tronco y edad provecta
aclimatadas al salitre y al frío
la miseria trajo por carradas
para todo servicio
haití
cada tanto umbrales salpicados
de carpitas quechua
marcas, heridas modestas pero indelebles en el adoquín
el paso cae en londres 38
lugar de tortura
nombres, edades, en plaquitas de metal
hasta cuánto puede soportar un pueblo la locura y la crueldad de manos
de parte de su propio pueblo, pregunto en clase
y me llega el abrazo de una muchacha, que viene de todas las nieblas y congojas
-es lo último que supimos de mi abuelo, que pasó por allí
la tele insiste en que averigüe que es un jonrón
cuando amainó la marejada
de valparaiso
volvió un sol que no se puede mirar de frente
que alguien me diga por qué
PÓKER DE NADA
TELONERA
Cada quien va por el mundo (de la escritura) con su propia cartuchera de útiles. A mí el viaje
me permite asirme a cortinas y telones. Pueden estar desflecados o desteñidos y ser incluso
de papel maché. Teatro rico o pobre. Pero los necesito para que la gente, aunque
enmascarada, me hable de cosas ciertas. O que creo que son ciertas. Para proteger mis
entradas y salidas. Para ocultar trastos, muebles desvencijados, platillos de tacitas viudas; en
el centro, invitante, la concha del apuntador, falsa esperanza de que alguien te sople la
réplica, más aún te avance parte del argumento porque suele estar vacía pero tiene una
lamparilla macilenta, una escalera estrecha, la entrada de un túnel. Alguna puerta se
entreabre donde nace el poema y una vez más, por un tiempo me pongo a salvo.
TENGO YA...?
Lo que cuenta:
Tengo ya acaso una lengua navegable?
Decime
decí
-si uno se casa con alguien de otra contrada, los días de palio debe
volver para apoyar la de su nacimiento y no revelar nada de nada
que concierna al personaje capital de la jornada el fantino
porque todo vale, comprarlo hasta envenenarlo por un buen rato
16
siena no es efímera
yo más que tanto
Con data y/o ubicación no siempre especificadas, poemas, poemas en prosa, y otros recogidos por
la poeta en su Página Web:
Toda mi vida, mi poesía, están hechas de ser estuario, desde la orilla o en el centro del remolino.
Con los brazos bien abiertos, atrapando nada.
La cabeza partida al medio por ese río que no se ve. El tan bien nombrado.
Pajitas, troncos, serpientes de río, ahogados, bagres y viejas. En el Río de la Plata todo vale.
Abraza, supera los ríos de mi paso: Estuvo conmigo en el Yangtsé, el Tajo, está en mi bolso en
bandolera día y noche en el Sena, en los hoyos negros del firmamento.
Lo desgrané en nostalgia, blasfemias, cartas, cuentas y cuentos, sueños y pesadillas y sobre todo
en estos poemas cruza de crónica y cantigas. Barcarola, lamento de esfinge y de quimera.
II
En medio de la nada, pero cerca del cementerio, una cabina telefónica blanca con su teléfono
antiguo de discado, negro.
17
La gente la llama, el teléfono del viento. La donó un viejo y la dejó tal cual en su propiedad que
hizo pública.
Allí acuden los inconsolables de Otsuchi-cho, cerca de Fukushima para hablar con los que le fal-
tan después del tsunami.
Miles son los que pasaron por allí confiando logros, carencias, pidiendo ayuda y consejo.
Si es que vienen, si es que tantos vuelven es que alguien responde al teléfono.
todos necesitamos un talismán para que no ocurran las cosas que nos ocurren
la fe y la razón son opuestos, ¿nunca complementarios?
en el fondo ni a la fe ni a la razón les interesa el valor testimonial porque la
convicción que dan los dogmas, la traen puesta.
***
A falta de certidumbres construimos ı́conos contemporáneos; fotos de
amorı́os, retratos de ausentes, agradecimientos y exvotos varios. Historias
siempre pasionales que amueblan nuestras vidas. Iconos terapéuticos. Casi
una liturgia más o menos artı́stica que no falla. Somos el centro de un
espacio sagrado pluridimensional. El centro de un mandala agradecido.
Abulafia propone un camino para deshacer los nudos que sujetan el alma lo
mismo proponen la milagrosa Desatanudos de Talar, los budistas tibetanos,
los callawayas bolivianos y los curanderos de Tucumán.
19
y con la ayuda de los ángeles dejar el cementerio.
De momento ni piensa.
MÚSICA DE CÁMARA
I
II
20
En Cazorla, fuente del Guadalqui-
vir Jamás apagues la vela de otros re-
un hilo de agua zos
gime, respira que el humo llegue a la montaña
solloza encuentre el alma
se atraganta de tempranas prome- el agua seguirá el movimiento
sas perpetuo
incumplidas de la vida
NI NI
EMBARQUE INMEDIATO
a Mariano Rolando
mana, envuelve como anillos de Saturno
líneas de alta angustia,
gente en estado segundo
obedeciendo, siempre obedeciendo
que trasiega bultos, carritos, bebés
un mundo de sellos, ungüentos
de prohibido traspasar la línea blanca
la verde, la roja, la amarilla
las cámaras, desnudan sin pudor
tus condones, tu peso, tus juanetes
las llaves de casa
los accesos a tu corazón, a tu banco
y tus prótesis
casi es lo de menos
la autoridad te palpa
guay que no te dejes
la tragedia espía por la punta mugrienta de sus guantes
dejas atrás una mujer que se esmalta y seca con aspaviento
las uñas bien sombrías
el aire que se conduele por los pájaros que se suicidan
enroscándose en las hélices
por el ojo de buey te entregas
a un sueño con plumas huérfanas de una danza sioux
a la que por fin te atreves
y si sólo materializáramos las pesadillas?
Al aterrizar una sensación de planicie.
Zumbona, la pregunta:
¿para vivir mejor, esmerarse en soñar mejor?
el color de la tierra invernal es pálido
cubos de la nada
las casas han surgido
y tiritan como pueden
22
un merecido pitillo
antes de que entres en la rueda
vocinglera de gente en estado segundo
que trasiega bultos, carritos, bebés
más carros y más bebés.
Tarjeta postal:
Describir un paisaje permite, entre los pliegues, ocultar tu propio desmadre
siempre y cuando, claro está, no te detengas demasiado en un mismo sitio.
El imprevisto es frágil y siempre está a punto de desmayo.
Rutina y necedad le son fatales.
ESTADOS DE LA MATERIA
ADVERTENCIA:
*Esti Weinstein, nacida en el seno de una familia ultraortodoxa, los haredim de Gur, ma-
dre de siete hijas se quitó la vida julio de 2016 en la playa de Hakshatot, Ashdod, Israel.
Esti tenía 50 años y hacía 7 que había abandonado la secta. “En esta ciudad di nacimien-
to a mis hijas, en esta ciudad muero a causa de ellas”, dejó escrito a su lado. También
dejó un manuscrito de casi 200 páginas donde narra los padecimientos que atravesó para
dejar la secta y las pesadas reglas de observancia que la misma impone a sus feligreses.
El ostracismo a la que su familia y cercanos la condenaron, pudo a la larga con ella.
En la asociación Hillel, creada en 1991 para ayudar a los ultraortodoxos que optan por
abandonar la comunidad y a la que Esti había acudido, simplemente admitieron: “no
sabíamos cuán profundas eran sus heridas”.
INOCENTADAS
KRITI
1
En Creta, Monasterio de Toplú lapizlázuli
Hania la marchita esmeralda
Retimno de arquetipos uva pasa
remonté palabras esplendor de los olivares:
joyas herida de belleza
2
alguna yo estuvo
a treinta años luz en Heraklion en el trucho Cnosos
extasiada ante los jóvenes que como si nada bailaban en los frescos
con la cornamenta de los toros
y dejaban un rastro de jazmines del país
mientras afanosas, las mamás cocinaban albóndigas
controlando los mares bruñidos y los crepúsculos
hasta hoy
donde aquí
cada guijarro, cada latido
negocia
su astilla de eternidad
bajo el firmamento rutilante vocingleros
¿alguien puede no amar que saben cerca la hora aciaga
los parrales de Archanés? de enfundar violines:
muy ciego y cierto en el meridiano
Isla de perros y gatos
taconea invierno
cansinos
cigarras y pajaritos
26
en Hania, veneciana, la única sinagoga los minoicos
desafía desde hace siglos de ética y estética
el salitre de la muerte hasta en las hierbas
con su piscina de purificación de las tumbas
y su nombre lo descifraron todo
Arbol de la vida
casi intactos
crecido sin cuidado ni atención
el higo chumbo sabe defender
su prole y su dulzura
la Callas imprecando
¡guerra, guerra, guerra!
se multiplica en las pantallas de los hoteles
el vecino alemán con avanzado parkinson
la aleja para comprobar que en su no tan lejano país
los nazis pisan fuerte el parlamento
una mujer ufana presenta sus mellicitas
que van idénticas por el mundo
privadas para siempre de alteridad
Creta oculta sus complicadísimas tramas
de mitos
asas de ánforas
y lámparas de aceite
aprendió que cuando se vayan los depredadores
los usureros
los masticadores de fétido aliento
la vendedora de gardenias
el vinoso ponto
seguirán allí
y Ulises también
LA RISTRA
27
afines con que neutralizar ejércitos hostiles.
Tarde o temprano los ángeles llegarán cargados de advertencias. O
promesas. Con sus cuentas de diezmos a pagar. Que para eso están.
La rosa de los vientos, el firmamento, el ocaso en el alhajero de los
chiles.
Aunque por la Sangre de Cristo, por Santa Fe y Taos falte el mar.
LA VENTANILLA, EL TECHO Y YO
a Bruselas
30
ventanilla, sobre todo la del tren, les tiende un puente de plata.
Rutilante de noche como de día.
Estoy escribiendo esto con bastante contento. Siempre me placen
mis últimos textos; los siento como un desafío a mi propia ley de
gravedad. Y también contienen un placentero desconcierto: quién
sabe dónde van a ir a parar.
Mirándolo bien mucho no importa.
¿Y si así como así me topo con la trascendencia natural?
¿En el paraíso hay plantas dóciles como para cubrirse las
vergüenzas?
Las hojas de higuera son grandes y las de parra suaves.
Imposible respuesta. Imposible silencio.
La NO vida, la aniquilación bestial, irrumpe en el texto esta mañana a
la hora en que la gente va al trabajo, al colegio, a limpiar baños, a
mojar la medialuna en el café con leche con las bombas, los detritus
de sangre, cielorraso y humo del aeropuerto, del metro de Bruselas.
LIK, LA DE LA FOTO
32
por editar en facsímil, ¿me quedará tiempo para volver a recorrer los
viajes de Papá a su constelación favorita; la Osa Mayor, el planeta
Marte y sobre todo a Venus, la estrella que en días como hoy no le
puede ni nos puede faltar?
NB: Respecto a la noticia sobre enjuiciamiento del joven comentarista del “Aleph engordado”,
me atengo a la muy ponderada RAE:
PAPARRUCHADA:
1. f. coloq. paparrucha (noticia falsa y desatinada).
2. f. coloq. paparrucha (tontería, estupidez).
MAGENTA
33
reunificarse y estaba decidiendo a qué nuevo bastante adheriría.
Los trenes con vagones sellados donde sea que transiten, me
obsesionan y aflora dentro de mí, la misma pregunta: ¿tendrán tanto
ganado todavía para trasladar, y dónde?
Para desasosiego de mi traductora, la exposición y charla sobre
voces destacadas de poetas latinoamericanas cambió de signo y
rumbo y reconté la historia –para mi modesto público desconocida-
de la jovencita del Tiergarten berlinés que pintó la Alemania de
dentro y fuera, la Charlotte Salomon, diapositivas al canto, que no
tenía decidido morir en Auschwitz. Quise devolver por un rato a los
suyos, a sus lagos y al castillo de cuento de hadas su Leben oder
theater? El teatro o la vida, la bolsa o la vida.
Nunca volví a desayunar con grasa ni unté mi pan con zibelle. Otro
recuerdo de Schweirin no tengo. ¿Es bastante?
34
Con esa casa de la rue de Charenton no nos quisimos desde el
primer día hasta el final. Pero de borrarla de mi memoria a que la
elijan centro de atentados jihaidistas hay un paso, hondo, difícil de
franquear.
Sus misterios ese frente tan banal como tener los tenía. Por la parte
de atrás un edificio sin indicación alguna de actividades. Bastante
personal anodino pero sombrío. Por entonces a ese enjambre de
gente misteriosa le atribuí actividades de espionaje. Muchas veces
cuando salía de la ducha sin cuidarme mucho de enrollarme en la
toalla recibía llamados no tan anónimos de uno de sus empleados.
Hoy me entero que no estuve muy lejos en mis presunciones, la
construcción tiene el vago título de Autoridad de la seguridad
nuclear.
Me detengo en algunas postales adheridas a mi piel de aquella
estancia. La vecina del cuarto cenando en casa con un colega
catalán. A veces dice que es judía por parte de padre, a la madre
muy católica española solía cruzarla en el ascensor. La chica;
descarnada, rubia pálida, edad imprecisa entre treinta y cuarenta,
diseñaba ropa para bebé destinada a una fábrica coreana.
Aquella comida salió bastante buena, pescado al horno a punto y
vino bueno. La vecina, cuyo nombre no recuerdo si es que alguna
vez lo supe, habló de la enseñanza de Gurdjieff, donde en una suerte
de encierro pasaba sus fines de semana.
Gurdjieff, ese gurú ruso de moda en los años veinte del veinte que
tenía subyugados a los fieles, especialmente norteamericanos de
guita y de prestigio: paradigma, la muerte de Katherine Mansfield
tuberculosa, buscando la trascendencia en un establo y pleno
rudísimo invierno.
La rubia sin nombre se explaya en que no puede dormir porque en
los cimientos de nuestra casa está enterrada la cabeza degollada de
Luis XVI, que al final de nuestra calle hay un cementerio con gente
ajusticiada durante la revolución, que vaya y vea. Fui y no encontré
otra cosa que un cementerio de barrio y cemento triste a más
no poder de líquen, floreritos quebrados y abandono, fundado bastante
después de la revolución francesa. En cuanto a la cabeza y el cuerpo
del guillotinado estuvieron en un cementerio que no existe, el de la
Magdalena y después, prefirieron la cripta de la basílica de Saint
Denis.
Gurdjieff, carismático tiene algo de meter miedo como Rasputín de
película muda. Otrosí, de Gurdjieff me quedó y practico ponerle una
corteza de limón al café.
35
Aquel colega catalán, que quería una “vida subida a un jeep
trepidante de aventuras”, acabó dejando el periodismo, de ejecutivo
en una agencia de recursos humanos, despidiendo gente. A mi
reprobación contestó: -¿Y?, alguien lo tenía que hacer.
Si escarbo en las estampitas de esa casa me veo mirando paralizada
a otro vecino en la entrada con sangre en las manos. El subió por la
escalera, yo me metí en el ascensor y me quedé aterrorizada detrás
de la puerta hasta que vestida, me desperté al día siguiente sabiendo
que no había sido una pesadilla. En la residencia también había
familias napolitanas a las que sorprendí vendiendo falsos rólex y
camperas marca trucha los fines de semana por los Campos Elíseos.
Enfrente del departamento, de una comisaría a veces oía aullidos de
alguien que arrestaban y no por las buenas.
Entre sectas, guillotinas, alguna cuchillada, falsarios, represores, a los que
ahora se agrega un muchacho yihahidista, anda el juego en que
andamos.
La arboleda de la promenade plantée encima y nosotros por los
corredores de un laberinto sin salida, dentro, muy adentro.
lustros
que custodio
el agua lustral
WEST IS WEST
37
me interrogo por qué cuando los chinos vendaban los pies de las
mujeres para que no les crecieran lo denominábamos tortura
homónima
en cuanto a nuestras bailarinas clásicas que a los 40 tienen los pies
rotos, las tetas que no se les desarrollaron, no menstrúan y no sirven
ya para otra cosa que perpetuar el sistema dando clase, ¿lo
llamamos cómo?
detesto a quienes me responden no vas a comparar y se lo creen
lo de las saudís, las mutilaciones, la desigualdad en pesos y medidas,
los castrati, lo calibramos, digo, comparamos otro día
FIN
38