El Duopolio Televisivo en España

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Estructura del sistema de medios – Grupo 61 (Periodismo y Humanidades)

Profesor: José Vicente García Santamaría

El duopolio televisivo en España

26 de junio de 2023
Adrián Masa de Vega – 100474632
Sin lugar a dudas, uno de los aspectos que más han marcado la historia de la
televisión en España es el estado de duopolio entre los grupos Mediaset y Atresmedia.
Ambas compañías aglutinan la mayor parte de los canales de éxito en nuestro país y,
con ellos, dominan los productos culturales y de entretenimiento que la sociedad
española consume a diario. En este trabajo, nos centraremos en analizar su evolución a
lo largo del tiempo, sus causas y las consecuencias que este duopolio ha vertido sobre
nuestra sociedad y nuestra industria televisiva.

Debemos, entonces, conocer nuestros objetos de estudio: Mediaset es una


empresa de comunicación de origen italiano, fundada en 1978 por el histriónico
magnate y político, Silvio Berlusconi. En nuestro país el grupo aterrizó en 1989, gracias
a la recién aprobada Ley de Televisión Privada del ejecutivo de Felipe González. Se
trata de una de las principales entidades de comunicación de nuestro país. Posee canales
de televisión en abierto como Telecinco, FDF, Cuatro, Be Mad, Energy y Divinity. Su
actividad se extiende desde informativos, pasando por concursos y programas de
entretenimiento, hasta películas, deportes e, incluso, Reality Shows.

Por otro lado, en el mismo año de 1989 y amparada por el mismo concurso
público, se fundó el canal Antena 3 en la televisión española. Desde ese momento y, con
el cambio de denominación a Atresmedia en 2012, el grupo no ha dejado de expandir
sus horizontes. Las ramificaciones de la compañía se extienden desde la televisión,
pasando por la producción audiovisual, hasta llegar a la radio. Cuenta con tres cadenas
de radio, una de carácter generalista, Onda Cero, y dos musicales, Europa FM y
Melodía FM. En el ámbito televisivo gestiona los canales Antena 3, La Sexta, Nova,
Neox, Mega y Atreseries, en el que se emiten las series producidas por la propia
compañía. Sus actividades, concordando con las de su principal competidor, abarcan
una gran cantidad de géneros: series, entretenimiento, informativos, deportes y
películas.

Con el fin de entender esta situación de duopolio televisivo en nuestro país,


debemos enfocarnos en la década de los 90, momento clave por la ya referida Ley de
Televisión Privada del gobierno del Partido Socialista. Hasta el momento, el único canal
con capacidad para operar en los televisores de nuestro país era la cadena estatal,
Televisión Española (TVE). Tras el proceso de privatización del sector se abrió la puerta
a que nuevos agentes entrasen en el juego y, claramente, los más avezados fueron los
grupos Mediaset y Atresmedia.
El éxito de estas compañías fue casi inmediato, ante una sociedad con una
desbordante sed cultural, y la competición entre ambas llegó con la misma velocidad e
ímpetu que sus imponentes números. Una vez comenzada esta batalla por la audiencia,
los derechos publicitarios y el encabezamiento de la industria televisiva en España, fue
alumbrado el famoso duopolio televisivo que se extiende hasta nuestros días.

Con arreglo a su definición, podemos inferir que la principal característica de


este suceso es el control casi total de la televisión española a manos de Atresmedia y
Mediaset. Ambas aglutinan la mayor parte de los canales en abierto, con lo que la
programación y la naturaleza de los productos televisivos que el espectador medio
consume en España recaen en dos únicas salas de reuniones. Pero, esto no es lo más
alarmante, sino que su posición privilegiada y mutuamente beneficiosa, les permite
establecer los precios para los anunciantes que deseen aparecer en sus programaciones,
una buena noticia para sus beneficios económicos. A esto se le suma la Ley 8/2009, del
28 de agosto, en la que el ejecutivo español tomó la decisión de que RTVE dejase de
emitir contenidos publicitarios, ocasionando que, alrededor del 18% de la facturación
publicitaria global, pasase de agrandar las arcas de la televisión pública a ser repartida
entre los dos grandes tiburones de la industria televisiva. Llegando entre ambos a
controlar el 85% de la emisión publicitaria en España.

A su vez, una de las problemáticas más sonadas acerca de este estado de


duopolio es la acuciante preocupación ante el déficit de diversidad y democratización de
la oferta en la televisión española. Teniendo en cuenta que tan solo dos empresas
controlan la inmensa mayoría del mercado televisivo, con el 57% de la audiencia total
entre 2007 y 2020, convierten este medio en una poderosísima herramienta, no sólo en
un aspecto tan aparentemente simple como la elección de contenidos, sino en la
capacidad para establecer una línea editorial de un determinado talante que limite la
posibilidad de expresión de otras ideas en ese mismo medio. Es decir, la unificación
total de la expresión política, un suceso horriblemente alarmante para una democracia,
más aún, teniendo en cuenta la juventud de la española. Además, esta situación
paradisiaca de excepción para los dos grandes grupos permite que los únicos cuatro
canales capaces de abarcar en horario de Prime Time a toda España sean precisamente
los suyos: Antena 3, Cuatro, Telecinco y La Sexta. Con lo que podemos concluir que no
existe un pluralismo informativo puesto que no se cumplen los tres requisitos de los que
habla Apreza: “a) la existencia del mayor número de medios, b) el hecho de que sean
contrapuestos o independientes entre sí, c) el acceso efectivo de los ciudadanos a las
fuentes contrapuestas” (Apreza, 2007).

Sin embargo, la situación de aparente felicidad empresarial en la que se han visto


inmersas estas compañías desde los años 90 se ha visto recientemente amenazada, no
por una fuerza política democratizadora, sino por unos nuevos tipos duros en cuanto a la
producción y distribución de contenidos audiovisuales: las plataformas de streaming.
Con la irrupción de empresas como Netflix, Amazon Prime Video, Disney + o HBO,
Mediaset y Atresmedia se han visto obligados a explorar nuevas formas de difusión que
les permitan competir en este nuevo paradigma digital. En este contexto, la reacción de
ambas compañías ha sido lanzar al mercado su propia plataforma de contenido en
streaming: Astresplayer Premium y Mitele Plus, de Atresmedia y Mediaset
respectivamente.

A pesar de este nuevo reto que deben afrontar, Mediaset y Atresmedia


mantienen, aún hoy en día, su situación de duopolio televisivo con solidez. Los ingresos
publicitarios que atesoran y sus índices de audiencia les siguen situando como las dos
únicas empresas televisivas con suficiente poder en España como para regir la tónica
general en este medio. Aunque, debemos ser completamente conscientes de que el
panorama empresarial esta cambiando en cuanto a contenidos audiovisuales, una
apertura que pude llegar a poner en jaque más de treinta años de duopolio televisivo y
estado de excepción competitiva. Este nuevo paradigma podría significar la extinción de
este fenómeno.

En conclusión, la situación de duopolio televisivo existente entre los grupos


Mediaset y Atresmedia ha sido determinante para el devenir histórico de la televisión en
nuestro país. Ambas compañías se han erigido como factótums del sector televisivo en
España, estableciendo con casi total libertad las programaciones, los contenidos y las
tarifas publicitarias. Pese a las críticas y las voces que recurrentemente se han levantado
en contra de esta situación, el duopolio ha conseguido mantenerse en pie con la mejor
entereza que han hallado en sus continuas adaptaciones, permaneciendo clara la premisa
de liderazgo que ambas empresas atesoran. Pero, las nuevas transformaciones en el
mercado de los productos audiovisuales podrían llegar a significar el fin del duopolio y
la transformación total del paradigma televisivo en España.

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