Este documento describe la historia de la hacienda de San Pablo de Acaín y del pueblo del mismo nombre en Perú. Explica que originalmente pertenecía a Don Juan Arébalo de Espinosa pero luego pasó por varios dueños hasta ser recuperada por Doña Ana María Tello de la Cueva en 1699. También describe elementos arquitectónicos e imágenes religiosas de la iglesia del pueblo como el retablo mayor de yeso y figuras de santos como San Pablo, la Virgen de la Natividad y Nuestra Señora de Copac
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Este documento describe la historia de la hacienda de San Pablo de Acaín y del pueblo del mismo nombre en Perú. Explica que originalmente pertenecía a Don Juan Arébalo de Espinosa pero luego pasó por varios dueños hasta ser recuperada por Doña Ana María Tello de la Cueva en 1699. También describe elementos arquitectónicos e imágenes religiosas de la iglesia del pueblo como el retablo mayor de yeso y figuras de santos como San Pablo, la Virgen de la Natividad y Nuestra Señora de Copac
Este documento describe la historia de la hacienda de San Pablo de Acaín y del pueblo del mismo nombre en Perú. Explica que originalmente pertenecía a Don Juan Arébalo de Espinosa pero luego pasó por varios dueños hasta ser recuperada por Doña Ana María Tello de la Cueva en 1699. También describe elementos arquitectónicos e imágenes religiosas de la iglesia del pueblo como el retablo mayor de yeso y figuras de santos como San Pablo, la Virgen de la Natividad y Nuestra Señora de Copac
Este documento describe la historia de la hacienda de San Pablo de Acaín y del pueblo del mismo nombre en Perú. Explica que originalmente pertenecía a Don Juan Arébalo de Espinosa pero luego pasó por varios dueños hasta ser recuperada por Doña Ana María Tello de la Cueva en 1699. También describe elementos arquitectónicos e imágenes religiosas de la iglesia del pueblo como el retablo mayor de yeso y figuras de santos como San Pablo, la Virgen de la Natividad y Nuestra Señora de Copac
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San Pablo de Acaín
El Pueblo de San Pablo de Acaín estuvo ligado a la hacienda del mismo
nombre, cuya historia tiene interés por su relación con el alzamiento de los “indios” de la Doctrina de Churín de 1663. Ésta pertenecía originalmente a Don Juan Arébalo de Espinosa, caballero de la Orden de Alcántara y Alguacil Mayor perpetuo del Tribunal de la Inquisición de Lima, quien la cedió por su testamento del veintiocho de enero de 1638 a Don Juan Tello de Lara y Doña Ana María de Espinosa. Posteriormente se introdujo en ella sin derecho el Capitán Domingo De la Carrera y se la vendió a Phelipe Mexía Estela por dos mil pesos mediante escritura otorgada ante Alonso Genis de Arébalo, escribano de la Villa de Huaura, en 1683. Se trataba de una finca para la cría de yeguas y caballos. En 1699 Doña Ana María Tello de la Cueva, la legítima dueña, intentó recuperarla con información de testigos: por ella nos enteramos de que el cacique y gobernador de Cajatambo, Don Francisco Yapan Chagua, tenía originalmente su ganado en los pastos de Acaín, y al ser apresado por la rebelión, De la Carrera aprovechó su ausencia para entrar con sus propios rebaños, usurpar los de Yapan Chagua, y vender la estancia a Mexía Estela. Parece que en 1774 la iglesia de Acaín tenía sólo el retablo mayor de yeso. En él se ubicaban –no se especifica en qué posición- San Pablo, Patron del pueblo, quien tenía corona de plata, seis capas y un alba, Nuestra Señora de la Natividad, con corona de plata y tres mantos, Nuestra Señora la Peregrina, con sombrero y tres mantos, Nuestra Señora de Copacabana, que tenía corona de plata y dos mantos, y el Señor, con cinco guiones y dos cruces de plata. El retablo que se dedica a la Crucifixión de Cristo debe haberse construido más tarde. Existía en Acaín una cofradía de ganado dedicada a Nuestra Señora de la Natividad para subvencionar el culto en la iglesia. 36. San Pablo de Acaín, retablo mayor Al igual que en Taucur, el edificio se encuentra en un atrio delimitado por muros bajos construidos con piedras; en este caso el acceso se realiza a través de la propia torre, que tiene un vano en forma de arco. La sencilla fachada tiene pintadas las imágenes de las dos devociones más importantes del templo: la Virgen de la Natividad y San Pablo, de factura moderna. El retablo mayor, de yeso y de tipo salomónico, fue rebajado en algún momento para acomodar la falsa bóveda de tablas de madera. En la parte alta se encuentra la típica urna con la efigie del Padre Eterno bendiciendo el mundo; en el nicho principal, encima del tabernáculo, se halla un bulto grande de Nuestra Señora de Copacabana. En los laterales del cuerpo superior se encuentran los de la Virgen Peregrina con el Niño sentada en una silla (izquierda) y San Lucas (derecha). En el cuerpo bajo encontramos la imagen del patrón San Pablo (izquierda) y la Virgen de la Natividad (derecha). Interesantemente sobre la mesa de altar existe una talla de San Martín de Tours, el patrón del pueblo vecino de Taucur. Las puertas del tabernáculo tienen una representación del Sagrado Corazón de Jesús. El conjunto se adorna con motivos vegetales y guirnaldas, todo policromado con pintura moderna que puede deberse a una refacción que tuvo lugar a mediados del siglo XX, pues la base cuenta con dos inscripciones en cartelas: la del lado izquierdo explica que “Este Altar fue, Decorado Por, Esfuerzo De, toda, La comunidad, De Este, Pueblo, Diciembre 12 de 1952”; la del derecho cita las autoridades vigentes al momento de la reforma.
37. San Pablo de Acaín
El arco toral está pintado: en el centro se sitúa la representación del Padre Eterno; a cada uno de sus lados hay una imagen de la Inmaculada Concepción con un ángel sosteniendo flores blancas: el de la derecha le entrega un rosario a San Francisco y el de la izquierda señala a Santo Domingo, quien ya porta su rosario. En el intradós aparecen San Gabriel y San Rafael con jarrones con frutas sobre su cabeza y ángeles con ramos de flores blancas que sostienen una cartela sin texto. Sobre los pilares, mirando hacia la nave, figuran las efigies de los Apóstoles San Pedro y San Pablo -los “pilares” literales de la Iglesia-, muy retocadas en pintura latex, y en la parte del intradós las de San Lorenzo (izquierda) y San Juan Evangelista (derecha), aún en peor condición porque las malogra un tubo de neón colocado encima. El motivo de los ángeles con flores y jarrones es similar al del arco de San Agustín de Canín, lo que obviamente sugiere una fuente artística compartida. Existe también el típico retablo dedicado al Cristo de Ánimas, modelado en yeso y similar a los que encontramos en lugares como Tongos o Conchao, el cual aloja otro crucifijo más pequeño a la derecha y una lámina enmarcada de la Virgen con el Niño a la izquierda (obviamente no original).
38. San Pablo de Acaín, arco toral
También se conserva una cajita relicario con las imágenes de San Pedro y San Pablo en las puertas y las pilas bautismales de yeso de la entrada. El coro de madera tiene sus pilares tallados y policromados. Las vigas del sotocoro están fechadas en 1797. 39. San Pablo de Acaín, arco toral
Con respecto a este templo queríamos destacar la presencia de San
Lorenzo, una devoción que hasta ahora no habíamos encontrado pero que conecta con la presencia mercedaria en la zona, ya que, según la tradición, la Orden de Nuestra Señora de la Merced se fundó solemnemente el 10 de agosto de 1218, día del santo mártir, en la Catedral de Barcelona y en presencia del Rey Jaime I de Aragón, el Obispo Don Berenguer de Palau y San Pedro Nolasco.1
1 Información de la página web oficial de la Orden de la Merced: www.ordenmerced.org.