Tema 6

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 11

Tema 6: EL SACERDOCIO EN LA ENSEÑANZA DE

SANTO TOMÁS DE AQUINO


Se da en plena edad media, nace en castillo de roca seca en 1225 y fallece en la Abadía de
Fossanova el 07 de marzo1274, en camino de obediencia hacia el concilio de Lyon que ya
no llegó y será canonizado en 1323 por Juan XXII.
Será san Pio V en 1567, el que lo declara doctor de la Iglesia y el 5 de agosto de 1980
patrón de todas las iglesias católicas del mundo por León XIII. San Juan Pablo II en
Fidei et razio lo considera como maestro y modelo de hacer teología. y Pablo VI
basándose en Juan XXIII hablará al conmemorar los 700 años de fallecido de Santo Tomás:
«No cabe duda que santo Tomás poseyó en grado eximio audacia para la búsqueda de la
verdad, libertad de espíritu para afrontar problemas nuevos y la honradez intelectual
propia de quien, no tolerando que el cristianismo se contamine con la filosofía pagana, sin
embargo, no rechaza a priori esta filosofía. Por eso ha pasado a la historia del
pensamiento cristiano como precursor del nuevo rumbo de la filosofía y de la cultura
universal. El punto capital y como el meollo de la solución casi profética a la nueva
confrontación entre la razón y la fe, consiste en conciliar la secularidad del mundo con las
exigencias radicales del Evangelio, sustrayéndose así a la tendencia innatural de
despreciar el mundo y sus valores, pero sin eludir las exigencias supremas e inflexibles del
orden sobrenatural”
En la edad media se reciben los tratados de 3 grandes PDI que van a marcar el modelo a
seguir del sacerdocio sacerdotal: San Gregorio Nacianceno, san Juan Crisóstomo y san
Gregorio Magno.
Aunque los aspectos que tratan son más relevantes, pero se centran en ¿cuál es la misión
que cumplen los pastores en la iglesia en orden a una jerarquía? En virtud de la
ordenación, configuración con Cristo, son los representantes de Cristo en el sentido
grande de la palabra y por los cuales cristo sigue realizando su obra salvadora
Aparecerá la crisis montanista, que enfrentará la iglesia disciplinar, el ministerio al carisma
y se empezará a sobrevalorar los aspectos carismáticos y despreciar los litúrgicos. Es en la
época de san Cipriano cuando se sitúa el sacerdocio como autoridad, honor y dignidad. La
alianza entre iglesia-estado trae ciertas consecuencias y produce cambios en los jerarcas
cristianos, concediéndoles un rango en su jerarquía propia, se les equiparaba a los obispos
como los más altos gobernantes. Tienen cierto poder, teniendo ciertos privilegios, y entre
ellos se les reconocía el derecho a honores, el uso de insignias, introducen ceremonias
calcadas de la corte imperial, se habla de la catedra del Obispo; similar a los reyes y
emperadores.
Nada tenia que ver con el servicio, que hoy suena mucho en la Iglesia. Los obispos asesoran
a los gobernantes, confiriéndoles un poder grande. En esta época hay varios santos pastores
que concilian y cuestionan las autoridades que deberían tener y conciencia que deberían
hacer los que están en el gobierno.
El concilio de Sárdica (343 d.C. Sofia- actual Bulgaria) “que nadie sea elevado al
episcopado sin que no haya ejercido el lectorado, el acolitado y el diaconado”. En este
tiempo se piensa en “vamos a hacer carrera clerical”, y allí inicia el clericalismo. Por eso
necesita ser aclarado estas terminologías.
En el s. XX la cuestión se aborda en un canon que procede de Calcedonia del 451 . Para
el teólogo dominico Edwards Sckillebres, el Canon 6 viene a ser una prueba visible de la
Iglesia, seguida en la praxis de la Iglesia primitiva. El objetivo fue dar forma estable a una
praxis ministerial que anteriormente fue impreciso. Esto lo dijo en su libro “ministerio
eclesial”.
El canon 6 de Calcedonia fue este: «Nadie puede ser “ordenado” absolutamente
(apolelymenos) ni como sacerdote ni como diácono ni en cualquier grado eclesiástico, si
no se le asigna claramente a una comunidad local en la ciudad o en el campo, en un
martirium (sepultura de un mártir venerado) o en un monasterio. Quién fuera ordenado
absolutamente el sacratísimo Concilio determina que la imposición de manos
(cheirothesia: ordenación o nombramiento) es nula (o inválida) y que, por tanto, no puede
realizar funciones en ninguna ocasión para injuria del ordenante».
Sckillebres: la ordenación es la incorporación ministerial en una comunidad, que la
comunidad lo elige como presbítero. Una ordenación de alguien que no haya sido
elegido por el pueblo o la gente se debe considerar nula. Da la interpretación que como
Antonio Santarsiero no fue elegido por el pueblo, su ordenación no es válida para la
diócesis de Huacho.
Piertrellot: no se hace una llamada de la comunidad, sino que se habla de las
condiciones requeridas, para que no sea un clérigo vago; el canon no dice nada de las
modalidades de la elección del candidato, ni la elección por una comunidad”. La elección
es por imposición de manos, que introduce al elegido a la comunidad ministerial y no
por la elección de la comunidad.
Pedro Lombardo: ¿Cuál es el número de las ordenes sagradas? Algunos como san
Isidoro dicen que hay 9 órdenes, del pseudo Dionicio, la línea icónico-angélica y dice
que hay tantos grados eclesiásticos como son los grados de los ángeles.
Mas adelante (s. XIII) se añaden Guido de Orchelles y Guillermo de Auxerre, ellos tienen
un tratado de sacramentos. Dicen que los grados para alcanzar la carrera sacerdotal,
deberían añadirse el episcopado y el arzobispado.
Luego tenemos el testimonio de Ivo de Chartres (+ 1116) que hablará de 7 grados y ha
eliminado el episcopado, y son 7 porque son 7 los dones del ES y con ello fundamenta la
visión pnenmatológica y carismática.
Luego Godofredo de Vendome (+ 1132), se centra en la doctrina de san Agustín, el orden
es tan sacramento como el bautismo, que tienen en sí la elección y la consagración; con
ello lo constituye al ordenado en vicario de Cristo y jefe de la comunidad. Esta es la visión
sacramental.
Pedro Lombardo, parece que se une a Ivo de Chartres y excluye el episcopado del número
de los órdenes y lo considera como una dignidad o un oficio (en las sentencias), el
episcopado no es sacramento. El episcopado solo es un honor y no cumple una función
más.
Los 7 grados encuentran su fundamentación en otras cuantas acciones de Cristo y esta
visión se le comienza a llamar Cristológica. Pedro Lombardo a partir de su libro, dice
que cada orden sagrado tiene su signo y su efecto propio; de todos se tiene que predicar
la SACRAMENTALIDAD. No especifica como se participa de ella; a partir de los
sagrados cánones y del uso de la Iglesia primitiva dice que dos deben llamarse en sentido
orden: el diaconado y el presbiterado (hay información de los dos y mandato de los
apóstoles).
De las sentencias es su libro base de todas las universidades. Pedro Lombardo define el
Orden Sacerdotal como un orden sagrado, donde se confiere una potestad espiritual y una
función. Ello implica la donación gradual y lo considera sacramento, porque cuando se
recibe se confiere la gracia, significada por lo que se realiza en ese momento. Los
sacramentos causan lo que significan y eso lo aplica al orden sacerdotal.
Las razones que da del Diaconado y Presbiterado, es por la capacidad de ofrecer lo sagrado;
pueden conferir el sacramento de la eucaristía, a partir de la celebración eucarística
reconoce lo sagrado del orden sacerdotal y de modo subsidiario del diácono.
Para Pedo Lombardo la celebración eucarística del sacerdote se ve como una acción de la
Iglesia y por eso, si se separa no puede ofrecerla, ya que sólo se hace en el modo de La
Iglesia.
Santo Tomas dirá que no ha tenido en cuenta el “carácter sacramental”. Pedro Lombardo a
la hora de examinar el episcopado, dice que no hay distinción entre episcopado y
presbiterado, solo en un matiz verbal: el obispo indica dignidad y el presbítero edad. Los
obispos tienen la función de presidir y con ello la función de gobierno en la Iglesia.
En la Teología medieval había una vinculación de orden entre el cuerpo eucarística y
jurisdicción de la iglesia, le servirá a Pedro Lombardo que todas las órdenes que hacen
mención a la santificación son sacramentos y los que no están destinados a la santificación
no son sacramentos. Pedro Lombardo considera desde la eucaristía al sacerdote, por eso los
grandes escolásticos, como santo Tomas lo hacen suyo, y Trento como esquema para
referirse al orden. El CVII sistematizará y diferirá de este planteamiento.
San Alberto Magno dirá que el ministerio de grado mas alto es el presbiterado y es en
orden a la celebración de la eucaristía. El episcopado no puede ser orden porque es lo
mismo que el presbiterado y solo goza del gobernar.
Con Santo Tomas de Aquino, encontramos una dificultad, de su pluma no pudo salir un
estudio del sacramento del orden; hay que hacer un pequeño acopio de lo que hay en
distintos opúsculos de varios autores. Aparece en perfecto matrimonio el sacerdocio y la
eucaristía.
¿Por qué Cristo instituyó el sacramento del orden? En summa contra gentiles, que “en
todos los sacramentos de los cuales ya se trató, se confiere la gracia espiritual oculta bajo
las cosas visibles. Pero, como toda acción debe ser proporcionada al agente, es preciso,
pues, que administren dichos sacramentos hombres visibles que gocen de poder
espiritual”. la administración de los ángeles pertenece a los hombres, revestidos de carne
visible y por tanto pueden cumplir con toda acción proporcionada al agente.
La carta a los hebreos dice: «Pues todo pontífice, tomado de entre los hombres, es puesto
en favor de los hombres, para aquellas cosas que es instituido para aquellas cosas que miran
a Dios» (Hb 5, 1)». No son los ángeles si son los hombres.
Santo Tomás además de la SE, dirá: «Hay también otro fundamento de esta razón. Pues la
institución y la virtud de los sacramentos tienen su origen en Cristo de quien dice San
Pablo: «Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella para santificarla, purificándola
mediante el lavatorio del agua con la palabra de vida» (Ef 5, 25-26)». Además del bautismo:
«también consta que Cristo dio el sacramento de su cuerpo y sangre en la cena y lo instituyó
para que se frecuentara, y ambos son los principales sacramentos». Sin embargo: «como
Cristo había de desaparecer corporalmente de la Iglesia, fue necesario que instituyera a
otros como ministros suyos, quienes administraran los sacramentos a los fieles, como dice
San Pablo: «Es preciso que los hombres vean en nosotros ministros de Cristo
dispensadores de los misterios de Dios» (I Cor 4, 1)».
Así se explica que, por ello, Cristo: «confió a los discípulos la consagración de su cuerpo y
sangre, diciendo «Haciendo esto en memoria mía» (Lc 22, 19). También: «dióles el poder
de perdonar los pecados, según aquello de San Juan: «A quien perdonareis los pecados, le
serán perdonados» (Jn 20, 23), Y asimismo: «les impuso también el deber de enseñar y
bautizar diciendo: «Id, pues, enseñad a todas las gentes y bautizándolas» (Mt 28, 29)».
¿Cristo dio potestad espiritual a la Iglesia para administrar los sacramentos? El
ministro comparado con el señor, es como el instrumento comparado con el agente
principal; así, pues, como el instrumento es movido por el agente para obrar, así
también el ministro es movido por mandato del señor para ejecutar algo». Además: «es
preciso que el instrumento esté proporcionado al agente. En consecuencia, también es
preciso que los ministros de Cristo guarden proporción con Él».
«Cristo, como Señor, realizó nuestra salvación con autoridad y virtud propias, en cuanto fue
Dios y hombre: pues, en cuanto hombre, padeció por nuestra redención y, en cuanto Dios,
hizo saludable su pasión para nosotros» [ Suma contra los gentiles, IV, c. 74.].
«hay una doble causa eficiente: una principal, otra instrumental. La causa eficiente
principal de la salvación de los hombres es Dios. Pero, al ser la humanidad de Cristo
«instrumento de la divinidad», como se ha dicho, se sigue que todas las acciones y
sufrimientos de Cristo obran instrumentalmente la salvación en virtud de la divinidad»
[ Suma teológica, III, q. 48, a. 6, in c.]
De manera que: «Solamente Cristo debe llamarse nuestro Redentor» [ Ibíd., III, q. 48, a.
5, sed c.], pero, «el ser inmediatamente Redentor es algo propio de Cristo en cuanto
hombre, aunque la misma redención pueda atribuirse a toda la Trinidad como causa
primera» [Ibíd., III, q. 48, a. 5, in c].
La unidad en cristo es hipostática, están gestionadas por la misma persona que el verbo.
Toda la redención está a cargo de los tres, pero la víctima de la redención es el verbo. Por
eso Cristo, sufrió y murió para la redención del hombre. Recibe esta eficacia de la
naturaleza divina de esta manera dirá santo Tomas: la pasión de Cristo: «la pasión de Cristo
referida a su carne, convino a la flaqueza que asumió; pero, referida a la divinidad, obtiene
de ésta un poder infinito, conforme aquellas palabras: «La flaqueza de Dios es más fuerte
que los hombres» (I Cor 1, 25), es a saber, porque la flaqueza de Cristo, en cuanto flaqueza
de Dios, tiene una fuerza que supera a todo poder humano» [Ibíd., III, q. 48, a. 6, ad 1.].
San Pablo supo profundizar esto, por eso decía yo me complazco en mi debilidad. De todo
esto podemos concluir siguiendo a Santo Tomás, que: «es preciso también que los ministros
de Cristo sean hombres y participen algo de su divinidad mediante alguna potestad
espiritual, porque el instrumento participa también algo de la virtud del agente principal, Y
de esta potestad dice San Pablo que: «el Señor le dio potestad para edificar y no para
destruir» (2 Cor 13, 10)». El instrumento de alguna manera participa en virtud de la gente
(ejemplo la piedra tirada por Cleider a José, que participa de la maldad, pero en sí mismo no
es ni buena ni mala)
«no se ha de decir que esta potestad se ha dado a los discípulos de Cristo de manera que
no pueda transferirse a otros, puesto que se les dio para «la edificación de la Iglesia» (Ef
4, 12), según dice dan Pablo. Luego es preciso que esta potestad se perpetúe tanto cuanto es
necesario para la edificación de la Iglesia. Y esto comprende necesariamente desde la
muerte de los discípulos de Cristo hasta el fin del mundo, Así, pues, dióse a los discípulos
de Cristo la potestad espiritual para que por ellos pasara a los otros». Bajo los efectos del
pecado, se necesita que la redención nos llegue.
«el Señor al hablar a los discípulos, se refería a los demás fieles, como consta por aquello
que se dice en San Marcos: Lo que a vosotros digo, a todos lo digo» (Mc 13, 37). Y, en San
Mateo, dijo el Señor a los discípulos: «Yo estaré con vosotros hasta la consumación del
mundo» (Mt 28, 20). Esto lo hace por medio de los sacramentos, entre ella la Eucaristía,
que la tiene que ser celebrada por los sacerdotes, ya que está el mandato: “Hagan esto en
memoria mía”.
SACRAMENTOS IV: 28/09/2023
–¿La potestad espiritual que se transfiere a algunos discípulos es un sacramento?
El señor transmitió muchas veces los poderes a los discípulos. ¿Pero ahora, esto es un
sacramento o es algo eventual? Santo Tomás el poder sagrado que dio a los apóstoles y que
se ha ido transmitiendo por medio de un rito, es un sacramento. Y lo explica así:
«Porque este poder espiritual pasa de Cristo a los ministros de la Iglesia, y los efectos
espirituales derivados de Cristo a nosotros son ejecutados bajo ciertos signos sensibles,
como consta por lo dicho, convino también que esta potestad espiritual se entregara a los
hombres bajo ciertos signos sensibles». Estos signos sensibles constituyen la forma y
materia del sacramento. Santo Tomás en Summa contra gentiles dice:
«son algunas fórmulas verbales y determinados actos, como la imposición de las manos, la
unción, la entrega del libro o del cáliz, o cosas parecidas, que pertenecen a la ejecución del
poder espiritual». Y como: «cuando se entrega algo espiritual bajo un signo corporal», lo
que se da es un sacramento, puede decirse que en la entrega de la potestad se celebra un
cierto sacramento que se llama el «sacramento del orden» [Suma contra los gentiles, IV, c.
74.]. ¿queda como opinión de teólogo muy importante? Claramente que no, por eso
debemos mirar a Trento y su carácter dogmático dice:
«Si alguno dijere que el orden, o la sagrada ordenación, no es verdadera y propiamente
sacramento instituido por Jesucristo, nuestro Señor; o que es una ficción humana inventada
por hombres ignorantes en materias eclesiásticas; o que es solamente cierto rito para elegir
los ministros de la divina predicación y de los Sacramentos, sea excomulgado» [Sesión
XXIII, Verdadera y católica doctrina del sacramento del orden para condenar los errores de
nuestro tiempo, Cánones del sacramento del orden, can III].
«Si alguno dijere que no hay en el Nuevo Testamento un sacerdocio visible y externo, o
que no hay potestad alguna de consagrar y ofrecer el verdadero cuerpo y sangre del Señor,
ni de remitir y retener los pecados; sino solamente el oficio y mero ministerio de predicar
el Evangelio, o que los que no predican, no son absolutamente sacerdotes, sea
excomulgado» [Ibíd., can I.]
–¿Cuál sería la definición del sacramento del orden?
Santo Tomás dará la siguiente definición tomada de Hugo de San Víctor: «El orden es un
cierto signo de la Iglesia por el que se entrega una potestad espiritual al ordenado» [Hugo
de S. Víctor, Los sacramentos de la fe cristiana, l. 2, p. 3, c. 5.]. lo explica así santo Tomás:
«La definición que el Maestro propone se ajusta al orden en cuanto sacramento de la
Iglesia. Por eso señala dos cosas: el signo exterior, diciendo «cierto signo», y el efecto
interno, al decir «por el que se entrega una potestad espiritual» [Suma teológica, Supl.,
q. 34, a. 2, in c.].
Se justifica la esencia de este sacramento de la cual se ha definido de esta forma: «Dios
quiso hacer sus obras semejantes a sí en lo posible, para que fuesen perfectas y a través de
ellas se le pudiese conocer. Y por eso, para manifestar en sus obras no sólo lo que Él es en
sí, sino también su manera de actuar sobre las criaturas, impuso todos los seres esta ley: que
los últimos han de ser perfeccionados por los intermedios, y estos por los primeros, según
dijo Dionisio (Jerarquía celeste, 4, 3)». De acuerdo con esta ley divina universal: «para
que la Iglesia no careciese de esta belleza, puso Dios orden en ella, de suerte que unos
administren a otros los sacramentos; con lo cual, siendo como colaboradores de Dios, se
hacen de alguna manera semejante a Él. Lo mismo ocurre en el cuerpo natural, en el que
unos miembros vivifican a los otros» [Ibíd., Supl., q. 34, a. 1, in c.].
El pastor en el mundo protestante rompe el designio de Cristo, la predicación de él es la
suya, a diferencia del sacerdote, que tiene que transmitir, lo que Cristo nos ha enseñado, el
administrar las cosas claras que dejó en el evangelio (ejemplo del diacono Felipe y el
etíope: predicación para suscitar la fe, a la creencia y allí administrar el sacramento).
–¿Cuáles son los efectos del sacramento del orden?
Es obvio que el primer efecto, es la gracia sacramental de ese sacramento, o la gracia
de ese sacramento que recibe la gracia del sacramento que recibe. Santo Tomás en
Summa contra gentiles volverá a decir: «es propio de la liberalidad divina que a quien se
concede la potestad de hacer algo se le confieran también aquellas cosas sin las cuales no
puede ejercerse convenientemente tal operación». Además, añade: «como la administración
de los sacramentos, que es la finalidad del poder espiritual, no se hace convenientemente si
uno no es ayudado para esto por la gracia divina», es preciso afirmar que: «también se
confiere la gracia en éste como en los demás sacramentos».
También se puede inferir, que: «como la potestad del orden es para la administración de los
sacramentos y, entre estos, el más noble y como la culminación de todos es el sacramento
de la eucaristía, como consta por lo dicho (cf. IV, c. 61), es preciso que la potestad del orden
se considere como relacionada con este sacramento, porque: «cada cosa se denomina por el
fin» (Arist., El alma, 4)». Se valdrá de Aristóteles, para dar razón en un sentido lógico,
aplicable a los sacramentos tiene una genial adecuación.
También se puede obtener otra consecuencia: «pertenece al mismo poder el dar alguna
perfección y preparar la materia para su recepción, tal como el fuego tiene poder no sólo
para comunicar su forma a otro, sino también para disponer la materia para la recepción de
esta forma». Por consiguiente: «como quiera que en la potestad del orden se tenga por fin el
consagrar y entregar a los fieles el sacramento del Cuerpo de Cristo, es preciso que esa
misma potestad incluya también el hacerlos aptos y dispuestos para recibir este
sacramento».
Hay muchos laicos, incluso religiosas, que tienen capacidades magnificas para transmitir la
palabra de Dios; pero Dios no los ha hecho actos para administrar los sacramentos: “yo he
elegido a los que yo he querido”. Dios eligió a Pedro y no a otros de su tiempo, que podrían
ser más cultos y preparados.
Se comprende que: «esta aptitud y disposición del fiel para la recepción de este sacramento
consiste en que esté limpio de pecado, pues no hay otro modo de unirse espiritualmente a
Cristo, a quien se une sacramentalmente recibiendo este sacramento. Es preciso, pues, que
la potestad del orden se extienda hasta la remisión de los pecados, mediante la dispensación
de aquellos sacramentos que se ordenan a la remisión del pecado, como son el bautismo y la
penitencia, según consta por lo dicho (cf. IV. c. 59 y 62)». «el Señor, como se dijo, dio a sus
discípulos, a quienes confió la consagración de su cuerpo, el poder de perdonar los pecados.
Poder que se expresa por «las llaves», de las cuales dijo el Señor a San Pedro: «Yo te daré
las llaves del reino de los cielos» (Mt 16, 19). Y el cielo se cierra y se abre para cada uno
según que esté sujeto al pecado o limpio de pecado; por eso el usar de estas llaves se dice
«atar y desatar», esto es, de los pecados» [Suma contra los gentiles, IV, c. 74.].
–¿En el sacramento del orden se pueden distinguir varias partes?
En la summa teológica, dira que el sacramento del orden se divide en varias órdenes,
basándose en la SE de dos formas: La primera es porque: «la Iglesia es el cuerpo místico
de Cristo semejante, según San Pablo, al cuerpo natural (Rm 12, 4-5). Pero en el cuerpo
natural las funciones de los miembros son diversas. Luego en la Iglesia debe haber distintas
órdenes». Y la segunda es la siguiente: «El ministerio del Nuevo Testamento es más
digno que el del Antiguo. Pero en éste eran consagrados no sólo los sacerdotes, sino
también sus ministros, los levitas. Luego también en el Nuevo Testamento deben
consagrase por el sacramento por el sacramento del orden no sólo los sacerdotes, sino
también sus ministros. Por eso es necesario que haya muchas órdenes» [Suma teológica,
Supl., q. 37, a. 1, sed c.].
En la Iglesia aparecieron 7 grados jerárquicos por 3 razones:
1. En primer lugar: «para manifestar la admirable sabiduría de Dios, que brilla de
manera especial en la distinción ordenada de las cosas, tanto en el orden natural
como en el sobrenatural» [Ibíd., Supl., q. 37, a. 1, in c.]. santo tomas asume el
principio de continuidad de grados, dado por el pseudo Dionisio.
2. En segundo lugar, explica Santo Tomás que la jerarquía clerical se introdujo en la
Iglesia: «para remedio de la fragilidad humana, pues con una sola orden no se
podrían atender todas las cosas necesarias para los ritos sagrados sin gran trabajo.
Por eso, para los diversos ministerios se ponen distintas órdenes».
3. En tercer lugar: «para dar a los hombres un camino más fácil de adelantar; en
efecto, se reparten por los diversos cargos para ser cooperadores de Dios, que es «lo
más divino de todas las cosas» (Dionisio, La jerarq. celest., c. III, 2).» [Suma
teológica, Supl., q. 37, a. 1, in c.]. cada uno es elevado a cooperar con Dios, como lo
hacen los ángeles irá el pseudo Dionisio. Se dispone que unos sean purificados y
que otros purifiquen; etc.
–¿Cuáles son estas partes u órdenes?
Lo dirá en la summa contra gentiles: que por una parte debe tenerse en cuenta lo
siguiente: «la potestad que se ordena a algún efecto principal tiene por naturaleza bajo sí las
potestades inferiores que la sirven. Como se ve claramente en las artes, pues las artes que
disponen la materia están al servicio de la que imprime la forma artificial, y la que le
imprime la forma está, a su vez, al servicio de la que atiende al fin de lo artificial; más
todavía, la que se ordena al fin más próximo sirve a la que le corresponde el último fin». Y
nos pone un ejemplo: la actividad «de cortar maderos sirve a la de construir naves, y ésta a
la de marinería, la cual sirve, a la vez, a la económica, o a la militar, o a otra semejante,
puesto que la navegación se pude ordenar a diversos fines».
De esta manera puede afirmarse que: «como la potestad del orden se ordena principalmente
a consagrar el cuerpo de Cristo y administrarlo a los fieles, y a purificarlos de los pecados,
es preciso que exista alguna orden principal, cuya potestad se extienda principalmente a
esto, y tal es el «orden sacerdotal».
«ha de haber otras que le sirvan, disponiendo de algún modo la materia, y éstas son las
«órdenes de los administradores». Y porque la potestad sacerdotal, como ya se dijo, se
extiende a dos cosas, a saber, a la consagración del cuerpo de Cristo y a hacer idóneos a los
fieles para la recepción de la eucaristía por la absolución de los pecados, es conveniente que
la sirvan las órdenes inferiores en ambas cosas o en una sola». También se sigue de ello,
porque: «es evidente que una orden inferior en tanto es más superior a las otras en cuanto
más cosas sirve al orden sacerdotal o lo hace en algo más digno».
Santo Tomás a estas órdenes que ayudan, las llama órdenes menores, que solo sirven al
orden sacerdotal, en la preparación del pueblo y dirá santo Tomás: los «ostiarios»,
efectivamente, apartando a los infieles de la congregación de los fieles. Los «lectores»,
instruyendo a los catecúmenos en los principios de la fe y por eso se les encarga leer las
escrituras del Antiguo Testamento. Los «exorcistas», purificando a quienes ya están
instruidos, pero están impedidos de algún modo por el demonio para recibir los
sacramentos». Antiguamente en los seminarios (antes del CVII dejó como ordenes menores
el lectorado y el acolitado) recibían las ordenes que habla santo Tomás.
También considera órdenes superiores u ordenes mayores, sirven al orden sacerdotal no
sólo en la preparación del pueblo, sino también en la consumación del sacramento. Pues los
«acólitos» tienen a su cargo los vasos no sagrados, en los cuales se prepara la materia del
sacramento y por eso en su ordenación se les entregan las vinajeras. Los «subdiáconos»
tienen a su cargo los vasos sagrados y la preparación de la materia aún no consagrada. Los
«diáconos» tienen, además, un cierto ministerio sobre la materia ya consagrada, en cuanto
que distribuyen a los fieles la sangre de Cristo. Y por eso estás tres órdenes, a saber, el
sacerdocio, el diaconado y el subdiaconado, se llaman sagradas, porque reciben poder
sobre algo sagrado». Ritos previos a la reforma de Pablo VI, vigentes en santo Tomás.
«estas órdenes superiores también sirven en la preparación del pueblo. Por eso se les
confiere a los diáconos el poder de enseñar la doctrina evangélica al pueblo, y los
subdiáconos la apostólica, y a los acólitos el poder para que, con respecto a estas dos
cosas, preparen lo que corresponde a las ceremonias, como el llevar las luces y otros
servicios parecidos» [Suma contra los gentiles, IV, c. 75,].
–¿Las siete órdenes son todas sacramentos?
En la Summa Teológica, dirá que «La división del orden no es de un todo integral en sus
partes»; como las que se da en el orden de un compuesto, que no consta con todas sus
partes. Tampoco: «es la de todo universal». En que consiste ello de orden sacramental y el
lo dirá de acuerdo a la potestad: La división del orden sacramental es «la de un todo
potestativo», que consiste: «en que el todo, según su razón completa, se da en uno
solamente, y en los demás se da una participación del mismo». La división del orden
sacramental es «la de un todo potestativo», que consiste: «en que el todo, según su razón
completa, se da en uno solamente, y en los demás se da una participación del mismo».
Es decir, en una parte se da el todo pleno, como ocurre en el episcopado; pero en la otras
todo, pero en distintos grados. Santo Tomás dirá: «Esto es lo que ocurre aquí», porque:
«toda la plenitud de este sacramento está en una sola orden, el sacerdocio», el sacerdocio
pleno o episcopado, «mientras que en las demás se da una participación del orden (…) Por
eso todas las órdenes son un solo sacramento» [Suma teológica, Supl., q. 37, a. 1, ad 2,].
«el sacramento del orden se ordena a la Eucaristía, que es como dice Dionisio, «el
sacramento de los sacramentos» (Jerar. Eclesiast, c. 3, p. 1). Por eso, así como se necesitan
consagración el templo, el altar, los vasos y las vestiduras, del mismo modo la necesitan
también los ministros de la Eucaristía; esta consagración es el sacramento del orden. Por eso
la distinción del orden hay que tomarla según la relación a la Eucaristía». De esta manera la
potestad del orden o se ordena a la consagración misma o a otra orden que este en relación
con ella. Por eso el sacerdote recibe el cáliz y la patena, como símbolo de poder consagrar
el cuerpo y sangre de cristo.
Los ministerios que tienen que ver con la eucaristía, «La cooperación de los ministros tiene
por objeto o el sacramento mismo o a quienes lo reciben». En el primer caso, es la
cooperación estricta, ese es el oficio del diácono. Basándose en Pedro Lombardo dirá que
es lícito el ayudar al sacerdote en correspondencia a lo sagrado. Las 7 órdenes, en
conclusión, son verdaderos sacramentos.
Por eso se dice en las Sentencias que en primer lugar, «es propio del diácono ayudar a los
sacerdotes en todas las cosas que se realizan en los sacramentos de Cristo; y ésta es la razón
de que también los diáconos distribuyan la Sangre».
En segundo lugar: «está el ministerio, cuyo fin es preparar la materia del sacramento en los
vasos sagrados; es el oficio del «subdiácono»; por eso se dice en las «Sentencias» (Pedro
Lombardo), que llevan los vasos del cuerpo y la sangre del Señor y depositan las oblaciones
en el altar. En señal de ello, cuando se ordenan, reciben el cáliz vacío en manos del obispo».
Y así es cómo ellos lo llevan al altar.
En tercer lugar, primero «se encuentra el ministerio ordenado a presentar la materia del
sacramento. Es el oficio del «acólito», que, como se dice en las «Sentencias», prepara las
vinajeras con vino y agua. Por eso recibe las vinajeras vacías».
Frente al Ostiario explicará lo siguiente santo Tomás: «El ministerio ordenado a la
preparación de los que reciben la Eucaristía sólo puede ejercerse sobre los inmundos, pues
los limpios ya están preparados para recibir los sacramentos. Según Dionisio, hay tres clases
de impuros. Unos son totalmente infieles, que rehúsan creer; éstos deben ser rechazados
totalmente de la asistencia a los divinos misterios y de la comunidad de los fieles; es el
oficio propio de los ostiarios». Lo propio del Ostiario es tocar las campanas o abrir las
puertas.
Otros son los catecúmenos a lo que se referirá santo Tomás: «Otros, queriendo creer, aún no
están instruidos; son los catecúmenos, para cuya instrucción están los «lectores»; por eso se
les encomienda leer los primeros rudimentos de la doctrina de la e, contenidos en el Antiguo
Testamento».
Por último, tenemos la función del exorcista, que es la de expulsar los demonios y se
advierte que: «hay otros, fieles e instruidos, pero impedidos por el poder de los demonios;
son los energúmenos, sobre quienes ejercen su potestad los «exorcistas» [Ibíd., Supl., q. 37,
a. 2, in c.]. hoy ha quedado supeditado al Obispo y a quién este designe.
–¿Los exorcismos sólo se pueden ejercitar en la orden del exorcistado?
Se llama exorcismo a la oración contra el espíritu maligno, es como un conjuro en el
mandato imperativo: “va de retrum satanas”. Santo Tomás dirá: «Hay dos clases de
conjuro: Uno procede de modo de súplica, obligando a obrar por respeto a las cosas
sagradas; la otra, en cambio a modo de compulsión» o de obligación por autoridad. «El
primero no se puede usar respecto de los demonios, ya que exige cierta manifestación de
benevolencia y amistad, que nunca es lícito tenerla con ellos». Con el segundo si que
podemos enfrentar a los demonios: «Podemos conjurar a los demonios por el poder del
nombre de Dios, arrojándolos fuera de nosotros como a enemigos declarados, a fin de evitar
los daños espirituales y corporales que nos pueden venir de ellos. Poder que nos dio el
mismo Cristo, cuando dijo: «He aquí que yo os he dado poder para andar sobre serpientes y
escorpiones y sobre toda potencia enemiga y nada os dañará» (Lc 10, 19)» [Ibíd., II-II, q.
90, a. 2, in c.].
No se puede hacer conjuros en el sentido de invocaciones, como lo hacen los brujos o «Los
nigromantes utilizan los conjuros o invocaciones a los demonios para aprender y alcanzar
alguna cosa de ellos» [Ibíd., II-II, q. 90, a. 2. ad 2]. Y lo que hacen es tener relaciones con
ellos. El conjuro es la invocación del nombre de Dios, para alejarse al demonio de algún
lugar, persona o cosa que esté poseída por el demonio.
Catecismo de la Iglesia Católica, nº. 1673 dice: Cuando la Iglesia pide públicamente y
con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido
contra las asechanzas del Maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo.
Jesús lo practicó (cf. Mc 1,25-26; etc.), de Él tiene la Iglesia el poder y el oficio de
exorcizar (cf. Mc 3,15; 6,7.13; 16,17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la
celebración del Bautismo. El exorcismo solemne llamado «el gran exorcismo» sólo
puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es
preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la
Iglesia. El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco
gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia. Muy distinto es el caso
de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado pertenece a la ciencia médica. Por
tanto, es importante, asegurarse, antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de una
presencia del Maligno y no de una enfermedad (cf. CIC can. 1172).
Y CDC 1172 dice: sin licencia peculiar y expresa del Ordinario del lugar nadie puede
realizar legítimamente exorcismos sobre los posesos. El canon 134, en su parágrafo
segundo, especifica claramente las figuras que se engloban en el término de Ordinario del
lugar.
Exorcismos públicos (correspondientes sacramentos) o solemne solo pueden ser realizado
por los Obispos o a quienes designen, y los privados debe ser considerado como plegarias
de liberación, sacramentales.
–¿Cuál es el contenido de los exorcismos u oraciones contra el espíritu maligno?
Lo que se ha explicado de los exorcismos públicos y privados
–¿En qué consiste la orden del episcopado?
Los dos grados del orden imprimen un carácter indeleble. Las ordenes menores son
sacramentales, solo están a fines de las órdenes sagradas. Además de los 7 órdenes,
están las dos sagradas: el sacramento del orden, del que participan el presbiterado y el
diaconado, justificándolo de esta manera santo Tomás: «Para conferir estas órdenes se
realiza con cierto sacramento, según se dijo, y los sacramentos de la Iglesia han de ser
dispensados por algunos ministros, será necesario que en la Iglesia haya un poder supremo
de más alto ministerio que confiera el sacramento del orden. Y tal es el episcopal, el cual, si
en cuanto a la consagración del cuerpo de Cristo se equipara al sacerdotal, no obstante, es
superior a este en cuando a las necesidades de los fieles». De manera que: «incluso el
poder sacerdotal se deriva del episcopal; y cuánto hay de arduo en lo concerniente al
pueblo fiel es un quehacer reservado a los obispos, los cuales pueden comisionar a los
sacerdotes para que también intervengan en ello».
El concilio de Trento dice: «Si alguno dijere que en la Iglesia Católica no existe una
jerarquía, establecida por divina institución, la cual consta de obispo, presbiterios y
ministros, sea excomulgado» [Sesión XXIII, Verdadera y católica doctrina del sacramento
del orden, can VI.]. de tal manera continuará diciendo: «Si alguno dijere que los obispos
no son superiores a los presbíteros; o que carecen de la potestad de confirmar y
ordenar; o que la que tienen es común a ellos y a los presbíteros; o que son nulas las
ordenes conferidas por ellos sin el consentimiento o el llamamiento del pueblo o del
poder secular; o que los que no han sido debidamente ordenados ni recibidor misión de
potestad eclesiástica y canónica, sino que vienen de otra parte, son ministros legítimos de la
predicación y de los sacramentos, sea excomulgado» [Ibíd., can VII.].
La potestad de cabeza única de todos los ministros es la del vicario de Cristo, del papa,
el pastor suprema de la Iglesia: «Es manifiesto que, aunque los pueblos se diferencian por
las diversas diócesis y ciudades, no obstante, es preciso que así como para la iglesia
particular de un pueblo determinado se requiere un obispo, que es la cabeza de todo ese
pueblo, igualmente se requiere que para todo el pueblo cristiano haya uno que sea la
cabeza de la Iglesia universal» [Suma contra los gentiles, IV, c.76.].
¿Si el ministro, cuando dispensa los sacramentos, está en pecado, los fieles no alcanzan
sus efectos?
«los sacramentos eclesiásticos pueden ser dispensados incluso por pecadores y malos,
con tal de que estén ordenados». Añade: «Lo que se adquiere para una cosa por medio
de la consagración, permanece perpetuamente en ella; por eso, nada consagrado se
vuelve a consagrar. Luego la potestad de orden permanece perpetuamente en los ministros
de la Iglesia, no desapareciendo por el pecado».
«Parece inconveniente que alguien deposite en un simple hombre la esperanza de su
salvación, pues se dice: «Maldito el hombre que confía en el hombre» (Jr. 15, 5). Si,
pues, el hombre no esperase alcanzar la salvación sino mediante los sacramentos
dispensados por un ministro bueno, se pondría al parecer, la esperanza de salvación de
alguna manera en el hombre» [Ibíd., IV, c. 77.].

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy