El Autismo, Trastorno Del Espectro Autista (Tea) .
El Autismo, Trastorno Del Espectro Autista (Tea) .
El Autismo, Trastorno Del Espectro Autista (Tea) .
1.1 Introducción.
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comparta las dudas de Leo Kanner y se haga algunas de sus mismas
preguntas sobre la naturaleza de tan intrigante trastorno.
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como delirios, alucinaciones, lenguaje incoherente o conducta catatónica.
Estos síntomas quedan ubicados en el DSM V dentro de la categoría de
espectro autista de esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. El otro
aspecto que marca distancia entre autismo y esquizofrenia es el criterio de
que el autismo debe haberse iniciado antes de los 3 años, con lo que se
destaca su carácter de trastorno del desarrollo, como ya había intuido
Kanner.
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El lenguaje está pobremente desarrollado, incluso puede estar
ausente. Existe un bajo repertorio de vocabulario y está muy limitada la
capacidad para la correcta construcción de frases.
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y restringidos.
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ejemplos son ilustrativos, pero no exhaustivos):
1. Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados o
repetitivos (p. ej., estereotipias motoras simples, alineación de
juguetes o cambio de lugar de los objetos, ecolalia, frases
idiosincráticas).
2. Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o
patrones ritualizados de comportamiento verbal y no verbal (p. ej.,
gran angustia frente a cambios pequeños, dificultades con las
transiciones, patrones de pensamiento rígidos, rituales de saludo,
necesidad de tomar el mismo camino o de tomar los mismos
alimentos cada día).
3. Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuando a su
intensidad o foco de interés (p. ej., fuerte apego o preocupación por
objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o
perseverantes).
4. Hiper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o interés
inhabitual por aspectos sensoriales del entorno (p. ej., indiferencia
aparente al dolor/temperatura, respuesta adversa a sonidos o
texturas específicas, olfateo o palpación excesiva de objetos,
fascinación visual por las luces o el movimiento).
C. Los síntomas deben estar presentes en las primeras fases del período
de desarrollo (pero pueden no manifestarse totalmente hasta que la
demanda social supera las capacidades limitadas, o pueden estar
enmascarados por estrategias aprendidas en fases posteriores de la
vida).
D. Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social,
laboral u otras áreas importantes del funcionamiento habitual.
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E. Estas alteraciones no se explican mejor por la discapacidad intelectual
(trastorno del desarrollo intelectual) o por el retraso global del
desarrollo. La discapacidad intelectual y el trastorno del espectro
autista con frecuencia coinciden, para hacer diagnósticos de
comorbilidades de un trastorno del espectro autista y discapacidad
intelectual, la comunicación social ha de estar por debajo de lo previsto
para el nivel general de desarrollo.
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limitado de interacciones sociales y restringidos/repetitivos
una respuesta mínima a la interfieren notablemente en
apertura social de las otras el funcionamiento de todos
personas. Por ejemplo, una los ámbitos. Ansiedad
persona con pocas palabras intensa/dificultad para
inteligibles, que raramente inicia cambiar el foco de atención.
una interacción y que, cuando lo
hace utiliza estrategias habituales
para cumplir solamente con lo
necesario, y que únicamente
responde a las aproximaciones
sociales muy directas.
Grado 2 Deficiencias notables en las La inflexibilidad del
aptitudes de comunicación social, comportamiento, la
“Necesita ayuda
verbal y no verbal; problemas dificultad para hacer frente a
notable”
sociales obvios incluso con ayuda los cambios y los otros
in situ; inicio limitado de comportamientos
interacciones sociales y respuestas restringidos/repetitivos
reducidas anormales a la apertura resultan con frecuencia
social de otras personas. Por evidentes para el observador
ejemplo, una persona que emite causal e interfieren con el
frases sencillas, cuya interacción se funcionamiento en diversos
limita a intereses especiales muy contextos. Ansiedad y/o
concretos y que tiene una dificultad para cambiar el
comunicación no verbal. foco de la acción.
Grado 1 Sin ayuda in situ, las deficiencias de La inflexibilidad del
la comunicación social causan comportamiento causa una
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problemas importantes. Dificultad interferencia significativa
“Necesita ayuda”
para iniciar interacciones sociales y con el funcionamiento en
ejemplos claros de respuestas uno o más contextos.
atípicas o insatisfactorias a la Dificultad para alternar
apertura social de las otras actividades. Los problemas
personas. Puede parecer que tiene de organización y de
poco interés en las interacciones planificación dificultan la
sociales. Por ejemplo, una persona autonomía.
que es capaz de hablar con frases
completas y que establece la
comunicación, pero cuya
conversación amplia con otras
personas falla y cuyos intentos de
hacer amigos son excéntricos y
habitualmente no tienen éxito.
El día a día del niño autista puede ser muy conflictivo, tanto en el
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entorno familiar como escolar, debido a problemas de conducta. Diversos
factores promueven una conducta desadaptativa, derivada de las
características propias del autismo y favorecida por un entorno que el
niño autista puede percibir como hostil o amenazante. La inestabilidad en
el estado de ánimo contribuye notablemente a la conducta disruptiva. Los
cambios de humor pueden ser imprevisibles, unas veces generados por
una pequeña frustración, otras veces vinculados a una experiencia o
percepción extrañamente insoportable, o incluso sin mediar ningún
motivo externo aparente. Entonces se desencadenan crisis explosivas, a
veces acompañadas de violencia física hacia sí mismo o hacia los demás.
Estas situaciones pueden ser erróneamente percibidas como un intento
deliberado de manipulación, en cuyo caso, una actuación punitiva de los
adultos puede agravar la situación. Además de la inestabilidad emocional,
contribuyen a la conducta rebelde la ansiedad, la impulsividad y la rigidez
cognitiva.
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Comunicación no verbal pobre.
Interés marcado en temas limitados.
Torpeza motora.
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restringido y estereotipado, anormal por su intensidad o
contenido.
2. Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos
y no funcionales.
3. Estereotipias motoras repetitivas (por ejemplo, sacudidas de
manos, retorcer los dedos, movimientos complejos de todo el
cuerpo, etc.).
4. Preocupación persistente por partes de objetos.
C. El trastorno causa una discapacidad clínicamente significativa en
el área social, ocupacional y en otras áreas importantes del
desarrollo.
D. No existe un retraso clínicamente significativo en el lenguaje
(p.ej., palabras sueltas a la edad de 2 años, frases comunicativas a
los 3 años, etc.)
E. No existe un retraso clínicamente significativo para su edad
cronológica en el desarrollo cognitivo, de habilidades de
autoayuda y comportamiento adaptativo (salvo en la interacción
social) o de curiosidad por el entorno.
F. No se cumplen los criterios de otro trastorno generalizado del
desarrollo de esquizofrenia.
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años y frases comunicativas a la edad de 3 años. Estas condiciones
respecto al inicio del lenguaje son lo suficientemente amplias como para
incluir dentro del trastorno de Asperger a niños con problemas leves en el
lenguaje, cuyo límite con la exigencia del DSM-IV-TR para el trastorno
autista -retraso o ausencia completa de desarrollo del lenguaje oral puede
ser difícil de precisar. En este sentido, Gillberg propuso unos criterios
diagnósticos según los cuales se establecía como condición que el lenguaje
debía cumplir, al menos, tres de las siguientes características: retraso en el
desarrollo, lenguaje expresivo superficialmente perfecto, lenguaje
pedante, prosodia extravagante o alteración en la comprensión (incluidas
interpretaciones literales de significados implícitos). Del mismo modo, los
criterios diagnósticos propuestos por Szatmari hacen referencia al
lenguaje, aunque refiriéndose únicamente a aspectos pragmáticos. Según
estos autores, el trastorno de Asperger debe cumplir dos de las siguientes
condiciones referidas al lenguaje: anomalías en la inflexión, verborrea
incontrolada, parquedad de palabras, falta de cohesión en la
conversación, uso idiosincrásico de frases o palabras y patrones de
lenguaje repetitivos. No es sorprendente, por tanto, que se haya
observado en una cuarta parte de niños diagnosticados de trastorno de
Asperger que el primer motivo de preocupación para los padres fue una
alteración relacionada con el desarrollo del lenguaje. El lenguaje está
relativamente conservado en los aspectos semánticos y morfosintácticos,
pero, al igual que en el autismo nuclear, está alterado en su vertiente
pragmática. Por este motivo los test de lenguaje posiblemente no
detecten ninguna alteración, a no ser que estén específicamente
orientados a la identificación de trastornos pragmáticos.
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tomando como base la disociación que existe entre la destreza para
aprender a leer y la comprensión semántica del material escrito.
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la existencia de un período de desarrollo normal, que alcanza por lo
menos hasta los 2 años, tras el cual se instaura una importante regresión,
tal como se describe en la Tabla 6. Recordamos que en el DSM V el
trastorno desintegrativo infantil se introduce dentro de la categoría de
trastornos del espectro autista. No obstante completamos la información
con el recorrido histórico sobre el este trastorno. En ocasiones se pueden
plantear ciertas dudas diagnósticas respecto al trastorno autista,
concretamente en aquellos casos de autismo en los que existe una regre-
sión del lenguaje. Sin embargo, a diferencia del trastorno autista, el
trastorno desintegrativo infantil comporta una regresión grave y deterioro
en al menos dos de las siguientes áreas del desarrollo: lenguaje expresivo
o receptivo, habilidades sociales y conducta adaptativa, control de
esfínteres, juego y motricidad.
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3. Patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivas,
repetitivas y estereotipadas en las que se incluyen estereotipias
motoras y manierismos.
D. El trastorno no se explica mejor por la presencia de otro trastorno
generalizado del desarrollo o esquizofrenia.
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Tabla 7. Diferencias entre los trastornos generalizados del desarrollo.
Trastorno
Trastorno Trastorno Trastorno generalizado
autista de Asperger desintegrativo del desarrollo
especificado
Retraso mental Normal Retraso Retraso mental
Inteligencia
grave-leve mental grave grave-normal
Edad de Meses a 2 años >2 años >2 años Variable
reconocimiento
Alteración del Grave-leve Leve- Grave Variable
lenguaje normal
En el 30% de No Siempre Posible
Regresión
los casos
Frecuente si Muy rara Muy frecuente Posible
Epilepsia hay retraso
mental grave
Frecuentes Frecuentes No Frecuentes
Antecedentes como fenotipo como como fenotipo
familiares ampliado fenotipo ampliado
ampliado
Prevalencia por 16,8 8,4 Muy raro Desconocida
cada 10000
personas
4-5/1 4-5/1 Ligero Predomino en
Niños/Niñas predominio en niños
niños
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1.3. Conceptos de trastornos del espectro autista.
Dado el carácter dimensional del trastorno autista (autismo), del
trastorno de Asperger, trastorno desintegrativo infantil y del trastorno
generalizado del desarrollo no especificado y la indefinición de los límites
entre ellos, se ha propuesto la denominación de trastornos del espectro
autista. Sin embargo, la denominación de trastorno del espectro autista
también se usa para referirse a los trastornos generalizados del desarrollo
en general; o incluso, para ampliar el concepto de trastorno generalizado
del desarrollo, según puede leerse en el Manual Diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales DSM-V. Dicho concepto incluye a los niños que
a lo largo de su desarrollo muestran dificultades en los siguientes
aspectos:
• Relación social.
• Comunicación, lo que incluye comprensión del lenguaje y
capacidad de expresión.
• Diversidad de intereses.
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favor de la continuidad entre autismo y trastorno de Asperger. Dado que
ambos trastornos tienen un marcado carácter hereditario, se esperaría
que en el caso de ser trastornos de distinta naturaleza se hallaran familias
con autistas y familias con trastorno de Asperger, pero no familias con
ambos trastornos. Sin embargo, esta segunda opción es relativamente
común entre los familiares de un niño con uno u otro trastorno. Desde el
punto de vista neuroanatómico se aportan dos datos que sugieren con
fuerza una identidad común. Los estudios de Casanova sobre la
organización minicolumnar han hallado las mismas alteraciones en ambos
trastornos, y las alteraciones histopatológicas halladas en el autismo no se
correlacionan con el cociente intelectual, criterio establecido como
aspecto diferencial entre trastorno de Asperger y autismo.
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• No le interesan los juguetes ofrecidos.
• Muestra fascinación por sus propias manos y pies.
• Huele o chupa los objetos más de la cuenta.
• Sueño fragmentado.
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• Trastorno del sueño.
• Evitar la mirada.
• Fracaso en responder cuando se le llama.
• No participación en actividades grupales.
• Falta del conocimiento de otros.
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• Indiferencia al afecto.
• Falta de empatía social o emocional.
Comunicación deteriorada
• Tomar un turno.
• Entender sutilezas del lenguaje, tales como bromas o
sarcasmos.
• Dificultad para interpretar lenguaje corporal, entonación y
expresiones faciales.
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Patrones de conducta repetitivos y estereotipados
• Resistencia al cambio.
• Insistir en ciertas rutinas.
• Apego a objetos (fotos, piedras, etc.).
• Fascinación con partes de objetos (girar las ruedas de un
automóvil).
Los niños pueden jugar con juguetes, pero están preocupados con la
manipulación o con el alineamiento de ellos, como oponiéndose su uso
simbólico. Las estereotipias motoras y verbales son muy frecuentes:
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1.5 Epidemiología.
Es importante resaltar la idea de que estos trastornos no son, en
modo alguno, infrecuentes, sino que representan una patología
neuropsiquiátrica prevalente en la infancia. Todos los estudios
epidemiológicos se enfrentan al carácter poco preciso o ambiguo de los
criterios que definen el diagnóstico. A diferencia de enfermedades que
tienen un claro marcador biológico, en los trastornos autistas no es difícil,
sino imposible, regirse por una ley del todo o nada. La estimación sobre
prevalencia en la población general para trastornos del espectro autista
más aceptada actualmente en las revisiones es de 6,7 casos por cada
1.000 habitantes, de los cuales 4 corresponden a trastorno autista y 2,7 a
trastorno de Asperger más trastorno generalizado del desarrollo no
especificado. Una cifra similar es la que encuentra Fombonne, tras una
revisión de los resultados de 43 estudios publicados a partir de 1966,
donde sugiere una prevalencia de 60-70 por cada 10.000 habitantes.
Según el DSM-V en los últimos años, las frecuencias descritas para el
trastorno del espectro autista en Estados Unidos y otros países han
llegado a cerca del 1% de la población, con estimaciones parecidas a las
muestras infantiles y de adultos. No está claro si las tasas más altas
reflejan la expansión de los criterios diagnósticos del DSM-V para incluir
los casos subumbrales, un aumento de la conciencia del trastorno, las
diferentes metodologías de estudio o un aumento real de la frecuencia del
trastorno del espectro autista.
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encuentran una prevalencia cinco veces mayor que cuando se valora
estrictamente el trastorno autista. La valoración de la prevalencia,
considerando el espectro en sentido que amplíen los estudios más
recientes, llega a alcanzar el 0,9-1 % entre la población general. Estas
cifras resultan mucho más elevadas que las obtenidas en estudios
relativamente recientes.
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de trastornos específicos del desarrollo (incluidos trastornos
del lenguaje) disminuyó en la misma medida en que aumentó
el diagnóstico de trastorno del espectro autista en los niños
nacidos entre 1990 y 1997, lo cual hace sospechar que tal
aumento era a expensas de un cambio en la precisión
diagnóstica. En el mismo sentido se ha observado que el 66%
de adultos diagnosticados previamente de trastornos del
lenguaje actualmente podría tener un diagnóstico de
trastorno del espectro autista.
• Sesgos en la metodología estadística. Comparando distintos
estudios llevados a cabo en un mismo país (Reino Unido y
Estados Unidos), durante un mismo período y en una misma
franja de edad, se han hallado cifras de prevalencia muy
dispares. En el Reino Unido la prevalencia podía ser seis veces
mayor entre un estudio u otro, mientras que en Estados
Unidos la discrepancia podía ser de hasta de 14 veces mayor.
Obviamente, ante estas variaciones no cabe otra explicación
que la diferencia en el diseño de los estudios y en la fuente de
recogida de los datos.
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ante estos datos cabe objetar que ninguno de los estudios ha podido
incorporar el impacto de los cambios en los criterios diagnósticos, los
cambios en la oferta de servicios diagnósticos y de intervención y la
mejora en el conocimiento y capacidad de detección de los trastornos del
espectro autista entre los profesionales y el público en general. La
conclusión final es que, aunque algunos datos podrían sugerir que el
autismo está en aumento, por ahora este hecho no se ha podido
demostrar.
1.6 Etiología.
Para explicar la etiología del autismo se han propuesto
prácticamente todas las alternativas que uno pudiera imaginar. La teoría
que en un inicio alcanzó mayor popularidad, médica y socialmente, y que
todavía perdura en algunos medios, fue la desarrollada por Bruno
Bettelheim, sustentada en la repercusión en las primeras edades de lo que
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se denominó ‘madre nevera’ (refrigerator mother). La idea de Betthelheim
surgió tras su experiencia en los campos de exterminio nazis de Dachau y
Buchenwald durante 11 meses. Tales teorías alcanzaron gran difusión tras
la publicación del libro The empty fortress: infantile autism and the birth of
the self. La interpretación más radical de las teorías de Bettelheim
sostiene que la madre rechaza la existencia de su hijo. A ello se puede
añadir la presencia de padres fríos, ausentes o de carácter débil. Aunque
Kanner siempre había defendido el carácter innato del autismo,
posteriormente a sus descripciones iniciales se adhirió parcialmente a la
teoría de la ‘madre nevera’ y aceptó que éste podía ser un factor
coadyuvante.
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Autismo idiopático Autismo secundario
Trastorno puro Asociado a otras manifestaciones
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