Hora Santa Jueves Santo
Hora Santa Jueves Santo
Hora Santa Jueves Santo
MONITORA
Ahora ya es de noche. Ya han cenado. Han cantado los salmos y salen para
el Monte de los Olivos. Recorren las calles de Jerusalén y llegan a un huerto
llamado Getsemaní. Jesús busca ayuda para vivir esa hora, tan dura para
Él.¿Quién será en esta noche luz y apoyo, presencia alentadora para Jesús?
Les pide a los suyos, los más queridos, que le acompañen; busca, una vez
más, el encuentro con el Padre.
SILENCIO
Esta es la hora del poder de las tinieblas. Quizá esas tinieblas se hayan
apoderado ya de una parte de nosotros. Siempre hay en nuestro corazón
lugares oscuros, donde incluso a nosotros nos da miedo entrar. Hoy podemos
dejar a este Jesús sufriente y lleno de amor que entre en nuestro interior. Él
lo hace sin herir, conoce nuestra fragilidad. Oh, Jesús, haz que las tinieblas
no tengan poder sobre mí.
MONITORA
2
3
La Palabra de Dios es como una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta
que despunte el día y amanezca la luz en nuestros corazones. Acompañando
a Jesús, también somos conducidos por él, guiados a través de nuestra
oscuridad. Su palabra y su vida, su amor y su entrega, encienden en nuestro
corazón la llama de su amor.
MONITORA
SILENCIO
MONITORA
Jesús, tu rostro está en la tierra. Cuánto has amado nuestro barro, con
cuánto cariño lo has besado. Tu Palabra salió limpia y pura de las manos del
Padre. Te pusiste el mejor de los trajes para salir al encuentro de los tuyos, y
los tuyos no te recibimos.
Y entonces aceptaste mancharte con los últimos y sentarte a comer con los
pecadores. Como cualquiera de nosotros, como el más pobre y oscuro de
nosotros.
Ahora, entre unos olivos, sufres sólo la agonía del abandono de todos los
tuyos, incluso de tu Padre. ¿Nos dormiremos también hoy nosotros, por el
cansancio y el miedo? ¿Seremos capaces de acompañarte, de reconocerte
bajo el barro y el dolor que has asumido sobre Ti? Si en lugar de volver la
vista y mirar para otro lado cuando algo o alguien nos desagrada, nos
repugna, nos produce rechazo, fuéramos capaces de seguir mirando como tú
nos has seguido mirando siempre a cada una de nosotras, de nosotros…
quizá entonces seríamos capaces también de reconocerte, y de rescatarte,
bajo esa corteza de pecado, de dolor, de temor, que te hace irreconocible en
tantos de nuestros hermanos y hermanas heridos. Jesús, despierta nuestro
corazón, abre nuestros ojos, que podamos verte, y limpiar y besar tu Rostro
bendito.
3
4
SILENCIO
MONITORA
Jesús, qué bien nos enseñas en esta noche el Padre Nuestro. “Danos lo que
te hace vivir así”, te pedían los discípulos, cuando veían la ternura con que
levantabas a todos los caídos. Y Tú sacabas de tu corazón la perla más
preciosa, tu Abbá, tu Aita, y lo mostrabas a todos. ¿Con qué gozo
comunicabas a tus amigos los secretos del Padre!
MONITORA
Nos pedías que estuviéramos contigo, y eres Tú quién está con nosotros.
Enséñanos a amar con tu mismo corazón, para que donde nosotros estemos,
estés también Tú. Para que quien vea cómo nos amamos, pueda intuir algo
del amor infinito del Padre. Porque donde hay amor, ahí está Dios. Amén.