Escorbuto

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El escorbuto es una enfermedad causada por el deficit de vitamina C (ácido ascórbico), necesaria

para la síntesis de colágeno en los humanos. El nombre químico de la vitamina C, ácido ascórbico,
proviene de la raíz latina scorbutus. Era común en los marinos que subsistían con dietas en las que no
figuraban fruta fresca ni hortalizas (reemplazando estas con granos secos y carne salada)
Es frecuente atribuir al médico naval escocés James Lind, que vivió en el siglo XVIII, la identificación
de la causa del escorbuto y la manera de prevenirla y curarla añadiendo cítricos a la dieta
Sin embargo, los españoles ya conocían el uso de los cítricos como remedio desde la segunda mitad
siglo XVI, más de 100 años antes del nacimiento de James Lind, gracias al tratado de fray Agustín
Farfán en 1579 bajo el título Tratado breve de anatomía y cirugía, y de algunas enfermedades donde
se recomienda el uso de naranjas y limones para el tratamiento del escorbuto.

La palabra llegó al castellano a través del francés scorbute, desde su origen en los Países Bajos, del
bajo sajón medio schorbûk o el temprano neerlandés moderno schorbuyck, que significa
aproximadamente ‘ruptura de vientre’.

La síntesis normal del colágeno depende de la hidroxilación correcta de la lisina y la prolina (para
obtener hidroxiprolina e hidroxilisina) en el retículo endoplasmático. Dicha hidroxilación la llevan a cabo
la lisil hidroxilasa y la prolil hidroxilasa, enzimas que necesitan el ácido ascórbico (vitamina C) como
coenzima. La deficiencia de ácido ascórbico impide la correcta hidroxilación de estos, por tanto se
obtienen cadenas de procolágeno defectuosas y la síntesis no puede finalizarse correctamente.

Las características de la enfermedad consisten en pápulas perifoliculares hiperqueratósicas en las que


los pelos se fragmentan y caen; hemorragias perifoliculares; púrpura que se inicia en la parte posterior
de las extremidades inferiores y acaba confluyendo y formando equimosis; hemorragias en los
músculos de los brazos y las piernas con flebotrombosis secundarias; hemorragias intraarticulares;
hemorragias en astilla en los lechos ungueales; afectación de las encías, sobre todo en personas con
dientes que comprenden hinchazón, friabilidad, hemorragias, infecciones secundarias y aflojamiento de
los dientes; mala cicatrización de las heridas y reapertura de las recientemente cicatrizadas;
hemorragias petequiales en las vísceras; y alteraciones emocionales. Pueden aparecer síntomas
similares a los del síndrome de Sjögren.
En estados terminales son frecuentes la ictericia, el edema y la fiebre, y pueden producirse
súbitamente convulsiones, shock y muerte.

Es frecuente la anemia normocrómica y normocítica, que se debe a las hemorragias tisulares. La


anemia puede ser macrocítica o megaloblástica en la quinta parte de los pacientes. Muchos de los
alimentos que contienen vitamina C también contienen folatos y las dietas que provocan escorbuto
también pueden inducir el déficit de estos. Sin embargo, el déficit de ácido ascórbico produce además
un aumento de la oxidación del ácido formil tetrahidrofólico a metabolitos inativos de folatos. No se
conoce con exactitud si en la patogenia de la anemia interviene también una alteración en la
distribución y almacenamiento del hierro. La anemia se corrige con el aporte de vitamina C y con la
instauración de una dieta equilibrada.
En algunos hospitales se utiliza la determinación de los niveles de ácido ascórbico en las plaquetas
para establecer el diagnóstico de escorbuto, pues en esta enfermedad su valor suele ser inferior a la
cuarta parte de la cifra normal. Los niveles plasmáticos de la vitamina guardan peor correlación con el
estado clínico. En los lactantes, las alteraciones radiológicas óseas pueden ser diagnosticadas. La
bilirrubina está a menudo elevada. La fragilidad capilar es normal.

Las dosis habituales de vitamina C en los adultos es de 100 mg tres a cinco veces al día por vía oral
hasta que se hayan administrado 4 gramos, siguiendo después con 100 mg/día. En los lactantes y
niños pequeños, la posología adecuada es de 10 a 25 mg tres veces al día. A la vez se establece una
dieta rica en vitamina C. Las hemorragias espontáneas suelen cesar en 24 horas, los dolores
musculares y óseos ceden con rapidez, y las encías comienzan a curar en dos a tres días. Incluso los
grandes hematomas o equimosis regresan en diez a doce días, aunque las alteraciones pigmentarias
en las zonas de grandes hemorragias pueden persistir durante meses. La bilirrubina sérica se
normaliza en tres a cinco días y la anemia se suele corregir en dos a cuatro semanas o meses.

https://es.wikipedia.org/wiki/Escorbuto

El escorbuto es una avitaminosis, carencia de vitamina, en este caso de vitamina C (ácido


ascórbico) en la dieta. Cuando se presenta el escorbuto, que es una enfermedad con una incidencia
poco frecuente aunque los casos en las últimas décadas se han producido, principalmente, en
campamentos de refugiados, provoca hemorragias en diversas partes del cuerpo por el
debilitamiento de los vasos sanguíneos, especialmente de los capilares. Puede llevar a la
insuficiencia cardiaca y, con ella, ser fatal.

La vitamina C, que debe ingerirse a través de alimentos como frutas y verduras de hoja verde, tiene
propiedades antioxidantes. Es esencial para la formación y la salud del material intercelular que une
células y tejidos como los vasos sanguíneos. También aumenta la absorción del hierro por lo que
influye, por ejemplo, en la reducción de la anemia ferropénica. La carencia moderada de vitamina C
también puede favorecer la cicatrización pobre de las heridas.

El escorbuto infantil, que se puede presentar entre los 2 y los 12 meses recibe el nombre de
‘enfermedad de Barlow’.

Se pueden presentar los siguientes síntomas y signos si hay escorbuto o carencia de vitamina C:

- Cansancio y debilidad.

- Encías inflamadas que sangran con facilidad al cepillarse los dientes.

- Hemorragias en la piel.

- Sangrado nasal.

- Sangre en la orina o en las heces.

- Estrías hemorrágicas bajo las uñas.


- Anemia.

- Heridas o úlceras que tardan en cicatrizar.

En los casos de escorbuto infantil los niños hay dolor en las extremidades, al moverlas o incluso
cuando se las tocan.

Examen de fragilidad capilar, análisis de sangre

Para el diagnóstico el médico puede comprobar si aparecen petequias, pequeños puntos rojos en la
piel, al utilizar el tensiómetro. Es un indicador de fragilidad capilar. También se realizará un análisis
de sangre y, en los niños, radiografías.

Ante el riesgo de insuficiencia cardiaca que supone la deficiencia de vitamina C se debe completar
la recomendación de una dieta rica en vitamina C en la que abunden las frutas y verduras frescas,
con predominio de las verduras de hoja verde, con un suplemento de ácido ascórbico vía oral o,
incluso, inyectado si hay riesgo de vómitos.

El modo de prevenir el escorbuto es contar con una adecuada ingesta de vitamina C al día. Las dosis
recomendadas, excepto en los fumadores que deben aumentar en 35 mg las cantidades diarias
indicadas, son:

- Bebés hasta los 6 meses de edad: 40 mg/día.

- Bebés de 7 a 12 meses de edad: 50 mg/día.

- Niños de 1 a 3 años de edad: 15 mg/día.

- Niños de 4 a 8 años de edad: 25 mg/día.

- Niños de 9 a 13 años de edad: 45 mg/día.

- Adolescentes (chicos) de 14 a 18 años de edad: 75 mg/día.

- Adolescentes (chicas) de 14 a 18 años de edad: 65 mg/día.

- Adultos (hombres): 90 mg/día.

- Adultos (mujeres): 75 mg/día.


- Mujeres embarazadas: 85 mg/día.

- Mujeres en período de lactancia: 120 mg/día.

https://www.lavanguardia.com/vida/salud/enfermedades-reumaticas/20190811/463990053142/
escorbuto-avitamosis-vitamina-c-hemorragias-insuficiencia-cardiaca-enfermedad-de-barlow.html

CAUSAS Y EPIDEMIOLOGÍA

Las encuestas alimentarias en muchos países de Asia, África y América Latina indican que grandes
segmentos de sus poblaciones consumen mucho menos cantidad de vitamina C de la que se
considera esencial o deseable. Sin embargo, el escorbuto, la enfermedad clásica y seria que resulta
de una carencia grave de vitamina C, ahora parece ser relativamente poco común. Ningún país
informa que el escorbuto es un problema importante de salud, pero en cambio se verifican
epidemias en los campos de refugiados, durante hambrunas y a veces en las cárceles.
El escorbuto se reconoció por primera vez en los siglos XV y XVI como una enfermedad grave de
los marinos en viajes largos por mar, pues no tenían acceso a alimentos frescos, incluyendo frutas y
verduras (véase el Capítulo 11). Antes de la era de la investigación sobre vitaminas, la marina
inglesa estableció como práctica suministrar limones y otros frutos cítricos a los navegantes para
evitar el escorbuto.
La vitamina C o ácido ascórbico es un nutriente esencial y necesario para la formación y
mantenimiento saludable del material intercelular (véase el Capítulo 11); que es como un cemento
que une células y tejidos. En el escorbuto, las paredes de los vasos sanguíneos muy pequeños, los
capilares, carecen de solidez y se vuelven frágiles, sangran y sufren hemorragias en diversos sitios.
La carencia moderada de vitamina C puede incidir en una cicatrización pobre de las heridas.
Como se mencionó en el Capítulo 13, la vitamina C aumenta la absorción de hierro y por lo tanto
influye en la reducción de la anemia por carencia de hierro.
Algunos anticonceptivos orales disminuyen los niveles de vitamina C en el plasma.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Se pueden presentar los siguientes síntomas y signos:
cansancio y debilidad;
encías inflamadas que sangran fácilmente en la base de los dientes (Foto 35);
hemorragias en la piel (Foto 36);
otras hemorragias, por ejemplo, sangrado nasal, sangre en la orina o en las heces, estrías
hemorrágicas debajo de las uñas o hemorragias subperiósticas;
demora en la cicatrización de las heridas;
anemia.
Un sujeto con escorbuto que muestre algunos de los síntomas anteriores, aunque no parezca muy
gravemente enfermo, puede fallecer de repente por insuficiencia cardíaca.
Aunque el escorbuto es una enfermedad relativamente rara, la inflamación y sangrado de las encías
es bastante frecuente en ciertas regiones geográficas y puede deberse a falta de vitamina C. La
carencia subclínica de vitamina C también puede ocasionar una cicatrización lenta de las heridas o
úlceras. Los pacientes que se van a someter a cirugía deben recibir vitamina C si muestran carencia.
La anormalidad en los niveles de vitamina C puede también contribuir a la anemia durante el
embarazo.
Escorbuto infantil (enfermedad de Barlow)
El escorbuto algunas veces se da en niños, por lo general entre los dos y los 12 meses, que son
alimentadas con biberón y leche procesada de marcas de calidad inferior. El calor frecuentemente
destruye la vitamina C al procesar la leche. A las buenas marcas de leche procesada se las fortifica
con vitamina C para evitar el escorbuto.
Casi siempre el primer signo de escorbuto infantil es el dolor en las extremidades. El niño llora
cuando mueve las extremidades o incluso si las tocan. Por lo general, se acuesta con las piernas
dobladas a la altura de las rodillas y los muslos, muy separados uno del otro y vueltos hacia fuera,
en lo que se ha denominado la «posición de patas de rana». Se observan magulladuras en el cuerpo,
aunque son difíciles de descubrir en la piel muy pigmentada de niños con tez oscura o negra. Se
pueden percibir protuberancias, especialmente en las piernas y hemorragias en cualquiera de los
sitios mencionados anteriormente, pero el sangrado no se presenta en las encías a menos que el niño
tenga dientes.
DIAGNÓSTICO Y EXÁMENES DE LABORATORIO
El examen de fragilidad capilar no es específico para el escorbuto pero puede ser útil es simple de
realizar en cualquier servicio de salud. El mango del aparato para medir la presión arterial o
esfigmomanómetro se coloca alrededor de la parte superior del brazo. Se infla hasta una presión
más o menos media entre la sistólica y la diastólica de la persona (quizá 100 mm Hg) y se deja
puesto durante 4 a 6 minutos. En una prueba positiva, aparecen numerosos puntos rojos pequeños
(petequias) en la piel por debajo del mango. Estas petequias son consecuencia de la fragilidad
capilar. La prueba es un poco más difícil en personas de piel muy oscura, pero en general la
superficie anteroinferior del brazo es suficientemente pálida para poder distinguir las petequias.
Los niveles de ácido ascórbico se pueden determinar en el plasma o en glóbulos blancos. Estos
niveles suministran evidencia de reservas de vitamina C en el cuerpo. Si el nivel de ácido ascórbico
ya sea en el plasma o en los glóbulos blancos está dentro del rango normal, la condición casi con
certeza no es escorbuto.
En el escorbuto infantil, los exámenes radiológicos revelarán hemorragias del periostio, que junto
con los signos clínicos establecen el diagnóstico.
TRATAMIENTO
Debido al riesgo de muerte repentina, no es aconsejable tratar el escorbuto tan sólo con una dieta
rica en vitamina C. Es aconsejable más bien suministrar al enfermo 250 mg de ácido ascórbico por
vía oral cuatro veces al día, así como darle una dieta a base de verduras y fruta fresca. Es necesario
inyectar ácido ascórbico si hay vómito.
Un aumento del consumo de vitamina C con las comidas puede tener un efecto manifiesto en la
absorción de hierro. En muchas poblaciones con carencia de hierro, aumentar el consumo de
vitamina C ayudará a reducir la incidencia y la gravedad de la anemia.
PREVENCIÓN
La carencia de vitamina C se puede evitar, en todas las sociedades con cierta facilidad, gracias a un
consumo suficiente de alimentos frescos, sobre todo generoso en frutas y verduras, incluso hojas
verdes. Las guayabas y otras frutas tropicales, por ejemplo, tienen un alto contenido de vitamina C.
Estos alimentos se describen en el Capítulo 28 y su contenido de vitamina C se presenta en el
Anexo 3.
Las medidas preventivas recomendadas son las siguientes:
mayor producción y consumo de alimentos ricos en vitamina C, como frutas y hortalizas;
suministro de hortalizas, frutas y jugo de frutas a todos los miembros de la comunidad,
incluso niños, a partir del sexto mes de vida;
suministro de concentrados de vitamina C si por algún motivo las dos medidas anteriores
no son posibles;
mejorar la horticultura, lo cual incluye la organización de huertos comunitarios y en los
hogares, y el suministro de hortalizas en pueblos y jardines escolares;
estimular un mayor uso de frutos silvestres comestibles y hortalizas que se sabe son ricos
en vitamina C (por ejemplo, amaranto, baobab);
acciones para evitar y desalentar el reemplazo de hortalizas frescas, frutas y otros
alimentos por productos enlatados y preservados, y promover el mayor consumo de frutas
frescas y jugos en vez de productos embotellados;
educación nutricional que debe incluir las razones y la necesidad de consumir alimentos
frescos, e instrucciones sobre la forma de disminuir la pérdida de vitamina C al cocinar y
preparar los alimentos.

https://www.fao.org/3/W0073S/w0073s0n.htm
El colágeno es una proteína bastante conocida por su papel en los tendones y cartílagos, los cuales
con el paso de los años se vuelven más frágiles y rígidos debido a cambios en la estructura de esta
proteína. Y es que el colágeno forma parte del tejido conectivo (un tejido de sostén, que da fuerza y
estructura a las organizaciones celulares) que tiene implicaciones en los huesos, vasos sanguíneos,
encías o los ya mencionados tendones y cartílagos, entre otros.
El colágeno tiene una estructura fundamental única denominada hélice del colágeno (no confundir
con la hélice α) que lo dota de una gran fuerza de tensión. De hecho, estas hélices se agrupan
formando una tripe hélice cuya fuerza de tensión es superior a la que tendría un cable de acero del
mismo tamaño. Sin embargo, esta gran fuerza tiene un requisito muy concreto: no debe haber
ningún fallo, ya que pequeñas desviaciones en la estructura estándar del colágeno tienen efectos
devastadores en sus propiedades. Y esto es lo que ocurre cuando una persona, por carencia de
vitamina C, desarrolla la enfermedad conocida como escorbuto.
A nivel histórico el escorbuto es una de las enfermedades mejor documentadas. Pese a que hay
descripciones de la enfermedad desde la antigüedad, esta no empezó a ganar protagonismo hasta las
grandes rutas marítimas ocurridas entre el siglo XVI y el siglo XVIII. Hasta entonces la falta de
vitamina C en la dieta solía darse cuando los alimentos ricos en ella (como es la fruta y la verdura
frescas) escaseaban, es decir, solo durante hambrunas, inviernos muy largos o guerras aparecía la
enfermedad. Así fue hasta el inicio generalizado de expediciones marítimas donde la tripulación
pasaba grandes periodos de tiempo alimentándose con dietas bajas en vitamina C y, como
consecuencia de ello, muchos marineros fallecían por escorbuto: los enfermos inicialmente sufren
muchas pequeñas hemorragias, sangrado de encías, fatiga… pero eventualmente los síntomas
empeoran, degeneran los huesos y al final se produce por un paro cardiaco.
Eventualmente las autoridades sanitarias se dieron cuenta que proporcionando con regularidad
zumos de cítricos como la lima o el limón a los marineros era posible prevenir la aparición de la
enfermedad, pero… ¿por qué se produce?
Para la estabilidad del colágeno son importantes tanto la prolina como un derivado de esta, la 4-
hidroxiprolina. La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico (ascorbato), es fundamental
en las reacciones químicas que mantienen un equilibrio en la fabricación de la prolina y la 4-
hidroxiprolina. Así que sin una dieta que aporte con regularidad las cantidades necesarias de
vitamina C es, entre otros problemas, imposible fabricar adecuadamente el colágeno, y esto puede
dar lugar a la aparición del escorbuto.
Además, por último, no olvidemos que la ingesta regular debe ser de frutas y verduras frescas, ya
que la vitamina se pierde tras un almacenamiento prolongado o una excesiva cocción. Con lo cual,
nunca debemos olvidar comer con regularidad frutas y verduras frescas.

https://www.mheducation.es/blog/el-escorbuto-y-la-importancia-historica-de-la-vitamina-c

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