Bombas Sobre Tokio. Estados Unidos Contraataca

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Japón, abril de 1942

Bombas sobre Tokio:


Estados Unidos contraataca

Clayton K.S. Chun


Con ilustraciones de
Howard Gerrard

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OSPREY
PUBLISHING
Japón, abril de 1942

Bombas sobre Tokio:


Estados Unidos contraataca
Japón, abril de 1942

Bombas sobre Tokio:


Estados Unidos contraataca

Clayton K.S. Chun + ilustrado por Howard Gerrard


Nota del autor

Quiero dar las gracias a todos aquellos que me han apoyado


mientras he escrito este libro. A Mickey Russell, de la Agen-
cia de Investigación Histórica de la USAR, que me propor-
cionó una ayuda inestimable al darme acceso a numerosos
ficheros sobre el raid de Doolittle. A Robert E. Schnare,
director de la Biblioteca de la Academia de Guerra Naval de
Estados Unidos; que obtuvo para mí los cuadernos de bitá-
cora de los buques que tomaron parte en la operación. Al
personal del Instituto de Historia Militar, que estuvo siempre
dispuesto a echarme una mano en este proyecto. A mi edi-
tor, Michael Bogdanovic, que me mantuvo en el camino co-
rrecto (aunque estrecho). Por último, quiero dar las gracias a
mi familia, por su comprensión y paciencia.

O 2008 RBA Coleccionables, S.A. de la traducción


Pérez Galdós, 36 bis, 08012 Barcelona
http://www.rbacoleccionables.com
Tel. atención al cliente: 902 49 49 50

Realización: Editec
Traducción de José F. Martín Martín
Edición: Paco Sánchez Pina

Título original: The Doolittle Raid 1942: America's first strike back at Japan
Primera edición en Gran Bretaña, 2006. Osprey Publishing Ltd.
O 2006 Osprey Publishing Ltd

Distribuye en España
Sociedad General Española de Librería
Avda. Valdeparra, 29 (Pol. Ind.)
28108-Alcobendas (Madrid) CLAVE DE SÍMBOLOS MILITARES
Tel.: 91 657 69 00
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ISBN: 978-84-473-5562-4 A ERES es ad


Depósito Legal: M-7825-2008 NS .
Impreso en España. Printed in Spain A a 0 po ASE
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Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares ri A ==;
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El editor ha hecho todos los esfuerzos posibles para obtener los permisos “Clave deIdentificación
delasunidades
pertinentes de todo el material gráfico reproducido en este libro. Si se hubiera tm ma
producido alguna omisión, pedimos que nos hagan llegar por escrito la res
solicitud correspondiente para subsanar el error. pi Pa
SUMARIO

INTRODUCCIÓN

CRONOLOGÍA 11

COMANDANTES ENFRENTADOS
Comandantes estadounidenses « Comandantes japoneses

EJÉRCITOS ENFRENTADOS 18
Fuerzas estadounidenses + Las tripulaciones de la incursión de Doolittle e Fuerzas japonesas

PLANEANDO EL ATAQUE 30

EL RAID DE DOOLITTLE 35
Últimos preparativos + Zarpa la Task Force + «Avistados tres portaaviones»
El Nitto Maru e «Pilotos del Ejército, a sus aviones»
Golpeando en el corazón del enemigo + El viaje de la TF-16
El destino de las tripulaciones

CONSECUENCIAS 88
Midway: el punto de inflexión « América en pie de guerra

RECORDANDO EL RAID, HOY 92

BIBLIOGRAFÍA 94

ÍNDICE 95
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INTRODUCCIÓN

l raid de Doolittle tuvo muchas características bélicas que los líderes


actuales desean pero que rara vez ven. El ataque del 18 de abril de
1942 sobre Tokio y sus áreas adyacentes fue posible gracias a la coope-
ración de diversas ramas de las fuerzas armadas; necesitó, en relación a otras
intervenciones, pocos recursos; fue organizado y ejecutado en un período de
tiempo muy corto; fue una completa sorpresa; permitió a los comandantes
aceptar riesgos; obligó a pensar de forma innovadora; y los resultados tuvie-
ron un efecto estratégico significativo. El audaz ataque fue una de las incur-
siones más famosas de toda la guerra y cambió el curso de los aconteci-
mientos en el Pacífico.
A principios de 1942, el panorama estratégico para los Aliados era muy
sombrío. En el teatro del Pacífico, Estados Unidos, el Imperio británico y
Holanda habían estado en continua retirada desde el 7 de diciembre de
1941. Estados Unidos había abandonado vastas áreas de Filipinas, perdido
Guam, había sido derrotado en la isla de Wake y se preparaba para lo peor
en Hawai y en la costa oeste. Las fuerzas norteamericanas de tierra, mar y
aire no podían detener a los japoneses, y la nación parecía paralizada por
las perspectivas de grandes operaciones que irían desde el teatro del Pací-
fico hasta Europa. La población estadounidense, si bien estaba espoleada
por los sucesos relacionados con el ataque a Pearl Harbor, tenía que hacer
frente a grandes sacrificios para reunir los hombres y el equipo necesarios
para luchar en una guerra global. Washington hizo todos los esfuerzos posi-
bles para movilizar los recursos y la voluntad de la población a fin de derro-
tar a las potencias del Eje.
Estados Unidos no era la única nación que hacía frente a la derrota. Las
fuerzas militares británicas desplegadas en Hong Kong, Malasia y, después,
Singapur fueron barridas por las tropas japonesas en su avance. El Reino
Unido utilizaba todas sus energías luchando en Europa y Oriente Medio;
otro gran teatro de operaciones como el del Pacífico pondría a prueba a sus
fuerzas militares, que se encontraban bajo una gran presión, y a sus habi-
tantes. Los defensores de las Indias Orientales Holandesas habían sido
derrotados y parecía que Australia estaba lista para ser conquistada. Los
Japoneses avanzaban como una marea a lo largo del Pacífico suroccidental.
Aunque China llevaba combatiendo a los japoneses desde hacía varios años,
ahora tenía que hacer frente a la ocupación y a una creciente expansión
militar japonesa por todo el país. La Unión Soviética, que ya se había en-
frentado a los japoneses con anterioridad, firmó un pacto de no agresión
con Tokio en abril de 1941, cuando estaba siendo ocupada por los alemanes.
Japón estaba atrincherada también en la Indochina Francesa y continuaba
dominando a Corea, su Estado vasallo. La situación estratégica de Estados Uni-
dos no parecía envidiable en absoluto, y los japoneses parecían imparables.
El presidente Franklin Delano Roosevelt, tras avivar el espíritu de la na-
ción americana y sacarla de la depresión económica, ahora se veía enfrentado
El ataque sorpresa de Japón
a Pearl Harbor en Hawai
provocó la entrada de Estados
Unidos en la Segunda Guerra
Mundial. El USS Arizona era el
epítome del estado de la Marina
estadounidense tras el ataque.
(National Archives)

a una guerra que requería un liderazgo y unas capacidades extraordinarias


para ganarla. Pese a que había preparado al país para la guerra, incremen-
tando el presupuesto militar y aumentando la estructura de las fuerzas mili-
tares, ahora tenía que recuperar la confianza pública para vencer la reciente
cadena de desastres militares. Sin la voluntad popular, Estados Unidos ten-
dría tiempos difíciles por delante para alcanzar el necesario nivel de apoyo
y de actuación de todos los estadounidenses, tanto si vestían uniforme como
si no. Todos los estamentos políticos, económicos y militares del poder
nacional sufrirían un tremendo desgaste si no se cambiaba el curso de los
acontecimientos. Debía cuidarse y alimentar con exquisitez la voluntad esta-
dounidense, necesaria para galvanizar la industria, la agricultura y a las fuer-
zas militares, y convertirlas en una fuerza efectiva contra las potencias del Eje.
El raid de Doolittle fue una combinación magistral de planificación,
audacia y ejecución. A lo largo de la preparación del ataque se mantuvo una
perspectiva conjunta de la operación militar, y los recursos de la Marina y
del Ejército fueron usados para superar las carencias y plasmar nuevas ideas
innovadoras en resultados prácticos. Esta operación avanzó, en ciertos
aspectos, futuras operaciones conjuntas de la Marina y el Ejército en el Pací-
fico, en las que las fuerzas combinadas cooperarían para desmantelar el
Imperio japonés en acciones de isla en isla a lo largo del teatro de opera-
ciones. Embarcar en un portaaviones una fuerza de bombarderos y medios
terrestres era algo que no se había logrado con anterioridad, y tan audaz
plan requería una estrecha cooperación, planificación y entrenamiento.
Otra parte clave de la incursión fue que los mandos superiores acepta-
ran los riesgos que tal operación implicaba. La posible pérdida de una gran
fuerza de operaciones era algo que no debía tomarse a la ligera, ahora que
sólo unos limitados recursos navales de la Flota del Pacífico de Estados Uni-
dos mantenían una delgada línea defensiva. Pero tampoco debía desde-
ñarse la voluntad de la nación de aceptar riesgos. El país necesitaría hacer
uso de una considerable parte de sus limitadas fuerzas navales para lanzar
un ataque con sólo 16 bombarderos. Desde esta perspectiva, los riesgos
superaban con creces los beneficios. Una simple comparación de los pros y
los contras de tal operación hubiera forzado su cancelación. Sin embargo,
el efecto estratégico era el factor clave. Mermar la confianza del enemigo y
cambiar el foco estratégico de los japoneses compensaban la posible perdida
de los aviones de Doolittle. Otro beneficio potencial era aumentar la con-
fianza en la victoria de la población norteamericana. Unos pocos hombres
audaces, impacientes por arriesgarse, podían dar beneficios significativos a
Estados Unidos.
El efecto estratégico también demostró el valor del poder aéreo. Ante-
riores defensores de este nuevo aspecto del poder militar habían mantenido
que el poder aéreo podía producir efectos muy profundos atacando objeti-
vos críticos. Por ejemplo, la destrucción de centros de liderazgo o vitales
áreas industriales podían devastar el país atacado. El poder aéreo podía,
también, dar la capacidad de golpear con rapidez y directo al corazón del
enemigo, como se había demostrado en la Batalla de Inglaterra y en Pearl
Harbor. Un ataque sobre Tokio y otras áreas podría demostrar la vulnerabi-
lidad del Gobierno, del Ejército, de la industria y de la población del Impe-
rio nipón. Además, demostraría que su Marina y sus fuerzas aéreas imperia-
les no podían defenderlo.
El cambio de ánimo que se produjo en Estados Unidos también contri-
buyó a potenciar otras actividades. Por ejemplo, se incrementó la compra de
bonos de guerra y se aumentó la producción de material bélico. Estas accio-
nes no sólo apoyaron la campaña del Pacífico, sino que potenciaron la ima-
Las fuerzas japonesas triunfaban gen de Estados Unidos como la del «Arsenal de la Democracia» que ofrecía
a lo largo del sureste asiático una mano a los aliados europeos.
y el Pacífico en el inicio de la
Por otro lado, el Imperio japonés había alcanzado su cúspide. Su pro-
guerra. Nada parecía impedir
su progresión a finales de 1941.
gresión por el Pacífico tras la Primera Guerra Mundial incluía la cesión de
(National Archives) las islas Marshall y otras áreas de Alemania, lo que reforzó la idea de que su
crecimiento imperial no era un espejismo. Japón controlaba ahora una gran
parte del Pacífico central entre Hawai y Filipinas. Con la ocupación de Man-
churia y parte de China en 1922 había ampliado su imperio sin gran oposición.
La Liga de Naciones se había mantenido al margen y había visto cómo Ja-
pón llevaba a cabo acciones aún más ambiciosas. Cuando se le hizo frente,
Japón simplemente abandonó la Liga. Las potencias navales mundiales tam-
bién incluyeron a Japón en sus tratados referentes al tonelaje naval y a los
límites de ciertos tipos de barcos. Aunque limitado en el tonelaje, los japo-
neses negociaron los términos de los tratados que restringieron la fortifica-
ción y el refuerzo de ciertas instalaciones militares, como Hong Kong y Sin-
gapur, lo que les ayudaría, en el futuro, a hacerse con el control de estas
áreas. El Imperio japonés parecía tener éxito en cualquier acción que
emprendía. La Gran Esfera de Coprosperidad Asiática había crecido rápi-
damente desde los días de las primeras anexiones de parte de China, Corea
y Manchuria al expandirse, por el sur, hacia Malasia y Nueva Guinea, y, por
el este, hacia la isla de Wake. La apisonadora japonesa había aplastado fácil-
mente a las potencias coloniales occidentales, y recuperado los ecos de la
victoria de la generación anterior en la guerra ruso-japonesa de 1904. Tokio
había demostrado que sus fuerzas eran capaces de derrotar, tanto en tierra
como en el mar, a un enemigo dotado de moderna tecnología.
El éxito japonés en el campo de batalla y las mesas de negociaciones no
significaron mejoras instantáneas en casa. La población y la economía japo-
nesas necesitaban grandes cantidades de diversos recursos ya de por sí esca-
sos. La mayoría de estas materias primas se encontraba en Asia, pero bajo el
control colonial de diversos países. Pese a tener más influencia política y
militar, por conquista, las crecientes necesidades de la población y de la eco-
nomía de la nación requerían una atención inmediata. El fracaso japonés a
la hora de asegurar el acceso a estos recursos era un punto vulnerable que
otras naciones podían aprovechar. La todavía no probada e indefendible
conquista de territorio asiático era suficiente razón para limitar el comercio
El potencial industrial de Estados
Unidos necesitaría tiempo
y esfuerzo para ponerse
en pie de guerra. La incursión
de Doolittle fortalecería
los ánimos, permitiendo que
la producción de estas bombas
de 450 kilos se disparara.
(National Archives)

con Japón. Las naciones del mundo se alarmaban más y más con cada ane-
xión japonesa de territorio asiático. A finales de la década de 1930, muchas
naciones estaban cada día más preocupadas. Estados Unidos y otros países
intentaron restringir la venta de petróleo y otras materias clave por diversos
motivos políticos y económicos. Estados Unidos retuvo, además, productos
manufacturados, a fin de castigar la economía de Tokio. Los esfuerzos nor-
teamericanos también incluían la congelación de fondos y el aumento de la
ayuda militar y de las ventas de material bélico a las fuerzas nacionalistas de
Chiang Kai Chek. La URSS había demostrado su superioridad militar sobre
Japón en los enfrentamientos fronterizos, con lo que la expansión hacia el
norte parecía limitada. Sin embargo, cuando Francia y Holanda fueron ocu-
padas por los alemanes, los japoneses miraron al sur para recuperar el
acceso a los recursos vitales de la zona, como petróleo, caucho, metales y
productos agrícolas. Una pregunta esencial para los líderes nacionales japo-
neses era cómo conseguir estos recursos o finalizar los embargos sin que
Estados Unidos o el Reino Unido les declarara la guerra. Pese a esta preo-
cupación, las perspectivas de evitar un enfrentamiento eran escasas. Los
medios diplomáticos fracasaron y las operaciones militares desembocaron
en Pearl Harbor.
Las esperanzas japonesas se basaban en una victoria rápida que permi-
tiera asegurar un perímetro bien defendido y destruir la capacidad de Esta-
dos Unidos y de los Aliados para detener su expansión. Los japoneses triun-
faron y consiguieron hacer retroceder a los Aliados hasta unos límites
exteriores que no parecían fáciles de romper. ¿Cómo podía Estados Unidos
cambiar la situación estratégica para permitir no sólo recuperar el territorio
perdido, sino también eliminar cualquier futura amenaza a las restantes
áreas aliadas? ¿Estaban el resto de China, India, Australia o Nueva Zelanda
destinados a ser los siguientes en la lista de los países conquistados? Dados
los limitados recursos disponibles de Estados Unidos en el momento de
movilizarse, ¿qué acciones podían proponer Roosevelt y sus mandos milita-
res? La nación hacía frente a un súbito desastre, y se necesitaba hacer algo
con rapidez y que produjera considerable impacto. La incursión de Doolittle
10 era una manera de lograr este objetivo.
CRONOLOGÍA

Todas las horas son locales.

1941
7 de diciembre Japón ataca Pearl Harbor e inicia operaciones contra Estados Unidos, Reino
Unido y Holanda.
8 de diciembre Tropas japonesas invaden Filipinas y Malasia.
10 de diciembre Guam, Makin y Tarawa son invadidas y ocupadas por Japón.
11 de diciembre Alemania e Italia declaran la guerra a Estados Unidos.
21 de diciembre Roosevelt pide una incursión de bombardeo sobre Japón.
22 de diciembre Comienzo de la Conferencia de Arcadia entre el Reino Unido y Estados
Unidos. Durante la conferencia, estrategas de la US Navy (la Armada de EE UU)
desarrollan la idea inicial para la incursión contra Tokio, basada en un plan para
transportar aviones al norte de África.
23 de diciembre La isla de Wake cae en manos japonesas tras una valiente resistencia de
los marines norteamericanos.
25 de diciembre Japón conquista Hong Kong.

1942
Enero Unidades del Ejército japonés invaden Birmania, y más tarde avanzan hacia el norte, la
frontera china, y amenazan a la India.
2 de enero Manila cae cuando las tropas estadounidenses se retiran al sur, hacia Corregidor.
17 de enero Duncan instruye a Arnold sobre los planes iniciales. Arnold escoge a Doolittle
para organizar, entrenar y equipar a las tripulaciones para el ataque contra Tokio.
23 de enero El primer B-25B es enviado a Mid-Continental Airlines para ser modificado.
31 de enero Comienza la selección de objetivos para la operación.
1 y 2 de febrero Ensayo, con éxito, del despegue de un B-25 desde el portaaviones Hornet.
15 de febrero Las tropas británicas se rinden en Singapur.
Marzo Fuerzas navales japonesas inician operaciones en el océano Índico.
1 de marzo Los voluntarios del 17. Grupo de Bombardeo llegan Eglin Field, Florida, para su
entrenamiento.
16 de marzo Washington solicita a Stillwell que pida a Chiang Kai Chek que autorice el uso de
campos de aviación y que se reúnan suministros y personal de tierra para apoyar el raid.
19 de marzo Se informa a Nimitz de la incursión. Se decide incluir otro portaaviones para
apoyar el ataque. Se escoge a Halsey para dirigir la operación.
25 de marzo Doolittle y sus tripulaciones finalizan el adiestramiento en Eglin.
27 de marzo Llegan todos los aviones y sus tripulantes al Depósito de Aviación de
Sacramento para las comprobaciones finales de los aviones.
31 de marzo Doolittle y Halsey se encuentran en San Francisco para ultimar la coordinación
del ataque.
1 de abril Se trasladan a bordo del Hornet los aviones y sus tripulaciones en la base
aeronaval de Alameda. 11
2 de abril La TF-18 zarpa de la bahía de San Francisco.
8 de abril La TF-16 zarpa de Pearl Harbor para reunirse con la TF-18.
10 de abril Analistas de radio japoneses afirman que han recibido señales de la TF-16.
13 de abril La TF-16 y la TF-18 se reúnen y prosiguen juntas hacia Japón.
16 de abril Los campos de aviación chinos, que ya disponen del personal y del combustible
necesarios para apoyar el ataque, están listos para recibir a las tripulaciones de Doolittle.
17 de abril El Hornet y el Enterprise, junto con los cruceros, se separan de la TF-16. Aceleran
hacia el punto de lanzamiento.
18 de abril 03:10 h El radar del Enterprise detecta buques de vigilancia japoneses.
05:08 h El Enterprise lanza las primeras patrullas de combate aéreo.
05:22 h Se envían aviones de reconocimiento. Una tripulación cree que ha avistado un
barco y que los japoneses los han descubierto.
06:30 h El Nitto Maru informa al mando de la Marina Imperial en Tokio de que ha visto
tres portaaviones. Se envían aviones de patrulla por pura rutina. Tras Pearl Harbor,
07:44 h Tripulantes del Hornet de guardia descubren al Nitto Maru. los estadounidenses estaban
furiosos y buscaron venganza.
07:50 h El USS Nashville ataca al Nitto Maru que, al final, resultará hundido mediante
El presidente Roosevelt buscó
ataques aéreos. la manera de satisfacerlos.
08:00 h Halsey decide lanzar el ataque porque cree que la TF-16 ha sido descubierta por El ataque de Doolittle cumpliría
los japoneses. con este propósito. (National
08:03 h El Hornet pone proa al viento para lanzar los aviones. Archives)

08:20 h El avión de Doolittle es el primero en despegar del Hornet con destino Tokio.
09:21 h Despega el último B-25B desde el Hornet. La TF-16 cambia su rumbo para
regresar a Pearl Harbor.
11:30 h Aviones de patrulla japoneses despegan para localizar a la TF-16.
12:00 h Observadores japoneses informan de que han avistado bombarderos volando
sobre Mito.
12:30 h Doolittle ataca sus primeros objetivos en el área de Tokio.
12:45 h Los aviones de la 26.? Flota Aérea de la Marina Imperial reciben ordenes de
buscar y destruir los bombarderos enemigos.
14:24 h El USS Nashville hunde un patrullero y los aviones del Enterprise hunden otro.
14:45 h La radio da las primeras noticias del ataque sobre Tokio.
19 de abril Doolittle es ascendido a general de brigada.
21 de abril Roosevelt admite públicamente que el ataque tuvo lugar, y afirma que los aviones
fueron lanzados desde su base secreta en Shangri-La.
22 de abril Todos los pilotos de Doolittle son condecorados con la Cruz de Vuelo Distinguido.
25 de abril La TF-16 regresa a salvo a Pearl Harbor sin haber sufrido bajas ni daños en los
buques.
29 de abril Unos pocos pilotos de Doolittle llegan a Chungking.
3 de mayo Doolittle llega a Chungking.
5 de mayo Se aprueban los planes de Yamamoto para atacar la isla de Midway, a fin de
atraer a la Flota del Pacífico de Estados Unidos a una batalla decisiva.
4-7 de junio Finaliza la batalla de Midway con una victoria decisiva por parte norteamericana.
Finaliza la supremacía de los portaaviones japoneses.
28 de agosto Los japoneses juzgan a las dos tripulaciones capturadas de los B-25 por
crímenes de guerra.
15 de octubre Hallmark, Farrow y Spatz son ejecutados por los japoneses. Otros son
condenados a cadena perpetua.

1943
12 27 de mayo York y su tripulación huyen a Irán.
COMANDANTES
ENFRENTADOS

or su misma naturaleza, la incursión de Doolittle involucró, de mane-


ra relativa, a pocos combatientes, y pese a que el daño causado fue
comparativamente menor, logró un gran resultado estratégico. La
planificación y ejecución del ataque involucró todos los niveles, desde al
presidente de EE UU hasta un jefe de pequeño rango de la USAAF (Fuerza
Aérea del Ejército de EE UU), un teniente coronel. Por el contrario, la de-
fensa de las islas por los japoneses incluía a diversos comandantes, divididos
entre las defensas aéreas basadas en el mar (incluyendo la aviación naval) y
en tierra. La nación también confiaba en las fuerzas de la Marina Imperial
para anular cualquier amenaza que se aproximara al archipiélago.

COMANDANTES ESTADOUNIDENSES
El raid de Doolittle recibió la atención militar y política del Gobierno en su
El presidente Franklin nacimiento, planificación y puesta en marcha. El presidente Roosevelt pro-
D. Roosevelt pidió que Estados movió el concepto y la motivación del ataque. Roosevelt no sirvió en las fuer-
Unidos contraatacara de zas armadas, pero éstas no le eran desconocidas, ya que había sido vicemi-
inmediato. En la foto, Roosevelt
firma la declaración de guerra
nistro de Marina. Como presidente, Roosevelt inició un programa de
a Japón el 8 de diciembre movilización prebélica que incluía el restablecimiento del reclutamiento
de 1941. (National Archives) obligatorio, la expansión de la Marina y el Ejército, y la rápida conversión de
Estados Unidos en el «Arsenal de la Democracia». Roosevelt no dudaba en
aceptar riesgos y cuestionó con frecuencia las políticas y leyes entonces en uso.
Se involucró de manera muy activa en la planificación y en operaciones mili-
tares que eran más propias de para inferiores niveles de mando.
El deseo de Roosevelt de replicar a Japón inmediatamente tras Pearl
Harbor lo conocía todo el Gobierno. El comandante en jefe de la Flota del
Pacífico (CominCh) y jefe de las Operaciones Navales (CNO), el almirante
ErnestJ.King y el teniente general Henry «Hap» Arnold, jefe de la USAAF,
escucharon su petición. King, un conocido anglófobo, no era un coman-
dante agradable. Se graduó en la Academia Naval en 1901 y ascendió con
rapidez, sirviendo en unidades de superficie, submarinos y aviación. Se gra-
duó como piloto en mayo de 1927 y luego sirvió en el Departamento de
Aeronáutica. En 1941, King era almirante y había sido nombrado coman-
dante de la Flota del Pacífico. Tras Pearl Harbor, Roosevelt le nombró para
los cargos inusuales de comandante en jefe de la Flota del Pacífico y jefe de
El almirante Ernest J. King las Operaciones Navales. Era responsable del desarrollo y aplicación de la
(CominCh y CNO) fue la fuerza estrategia naval en todos los teatros de operaciones.
impulsora tras el ataque de la
El capitán de navío Francis S. Low, un oficial de operaciones del CNO,
Marina y la USAAF contra Japón.
se convirtió en un factor clave en la planificación. Low, un submarinista,
King apoyó la idea de realizar un
raid con bombarderos terrestres
había asistido a una conferencia sobre el uso de portaaviones para trans-
lanzados desde portaaviones. portar aviones terrestres al norte de África. Los aviones despegarían desde
(National Archives) el portaaviones una vez estuvieran cerca de un campo de aviación amigo. 13
Low pensó que las fuerzas estadounidenses podrían aprovechar esta idea,
pero, en lugar de para transportar aviones, para atacar objetivos en Japón.
Low debía comprobar el estado de preparación y disponibilidad de los por-
taaviones. Otro miembro del personal de King, el capitán Donald B. Dun-
can, oficial de operaciones aéreas, fue asignado para apoyar el esfuerzo.
Organizaría la parte aérea del plan.
Los comandantes de la Marina a cargo del ataque estratégico formaban
parte de la Flota del Pacífico. El almirante Chester W. Nimitz, comandante
en jefe de la Flota del Pacífico (CINCPAC), era responsable de las opera-
ciones navales en torno a Japón. Nimitz estaba a cargo de las operaciones
del Pacífico Central. Compartía su mando con el general Douglas MacArthur,
que se encargaba de las operaciones en el Pacífico Suroccidental. Nimitz se
graduó en la Academia Naval como alférez de fragata en 1907. Su carrera
combinaba destinos de superficie y submarinos, que culminaron en su
ascenso a almirante en 1938. Nimitz se convirtió en CINCPAC poco después
del ataque de Pearl Harbor.
El mando de la fuerza de ataque que transportaría los bombarderos del La responsabilidad de la
Ejército para el ataque recaía al inicio en el capitán de navío Marc A Mits- incursión de Doolittle
correspondió al área
cher. Era el oficial al mando del recientemente entregado USS Hornet que
de operaciones del almirante
llevaría los B-25 a Japón. En los comienzos de su carrera, sirvió en cruceros Chester W. Nimitz, el Pacífico
protegidos, cañoneros y destructores. Más tarde, recibió entrenamiento Central. Como CINCPAC, la TF-16
como piloto naval, y se graduó en junio de 1916. Graduado en la Academia estaba bajo su mando y control.
Naval, sirvió en múltiples asignaciones, desde oficial de operaciones en el (US Navy)
portaaviones Saratoga hasta el portahidros Wright, y sirvió dos años como
ayudante en el Departamento de Aeronáutica.
El otro comandante de operaciones navales era el almirante William E
«Bull» Halsey. Mandaría la fuerza de apoyo para el ataque desde Pearl Harbor
y luego asumiría el mando de todas las fuerzas. Halsey también estudió en la
Academia Naval, y luego sirvió en las fuerzas antisubmarinas durante la Pri-
mera Guerra Mundial a bordo de destructores. Estuvo destinado en Informa-
ción Naval, y en octubre de 1922 fue destinado para servir como agregado
naval en Berlín. Halsey se interesó en los portaaviones y se convirtió en piloto
en mayo de 1935, a los 52 años de edad. Luego asumió el mando del porta-
aviones USS Saratoga. En 1940, Halsey fue ascendido a vicealmirante como
comandante de la Fuerza de Batalla de Portaaviones de la Flota del Pacífico.
El general «Hap» Arnold se graduó en 1903 en la Academia Militar y sir-
vió en la infantería, convirtiéndose en piloto bajo la tutela de los hermanos
Wright en junio de 1911. Arnold, como el primer piloto del Ejército, reci-
bió el título de Primer Piloto de la Fuerza Aérea del Ejército. Su carrera pro-
gresó, y, con rapidez durante la Primera Guerra Mundial se convirtió en el El vicealmirante William F. «Bull»
coronel más joven. Sin embargo, nunca sirvió en combate. Destacó en puestos Halsey asumió el mando de la
TF-16, compuesta por el Hornet
de mando y de Estado Mayor y dirigió la Fuerza Aérea del Ejército (USAAF)
y el Enterprise, durante el raid
en 1938 como general de división. El 30 de junio de 1941, Arnold se con-
de Doolittle. Halsey ordenó que
virtió en jefe de la USAAF. esta incursión tuviera lugar
El teniente general Joseph «Vinegar Joe» Stillwell, que se graduó en antes de lo planeado tras
1904 en West Point, tuvo bajo su mando el teatro de operaciones de China, conocer que la fuerza de ataque
había sido descubierta por los
Birmania e India (CBI). Stillwell negociaría el apoyo en las zonas de aterri-
japoneses. (US-Navy)
zaje para el ataque de Doolittle con el generalísimo chino, Chiang Kai Chek,
líder de la China Nacionalista. Era un oficial muy duro, condecorado con la
Medalla de Servicios Distinguidos por su colaboración en los planes de la ofen-
siva de Saint Mihiel en 1918. Más tarde sirvió durante veinte años en China
14 como agregado militar, observador y comandante. Chiang Kai Chek recibió
su educación militar formal en la Academia Militar de Paoting y se graduó
en 1904. Chiang unificó China en 1928, pero los comunistas de Mao Tsé
Tung le desafiaron. Más tarde, afirmó que les había derrotado en 1934, pero
no pudo contener la invasión japonesa de Manchuria en 1937.
Arnold escogió al teniente coronel James H. Doolittle, un miembro de
su estado mayor, para entrenar, organizar y equipar a la fuerza de bombar-
deros del Ejército. Doolittle nació en Alameda (California) el 14 de diciem-
bre de 1896. Su familia vivió en diversos lugares, incluyendo Nome (Arkan-
sas, donde su padre era buscador de oro. Doolittle estudió en la Universidad
de California y se graduó de ingeniero en 1922. Obtuvo el título de piloto
el 11 de marzo de 1918 y no llegó a servir en Europa.
«Jimmy» Doolittle era muy conocido por el público aficionado a la avia-
ción antes de la Segunda Guerra Mundial. Doolittle continuó en la Fuerza
Aérea del Ejército y como piloto de pruebas tras la Primera Guerra Mundial.
Aprendió por su cuenta la acrobacia aérea y ayudó a persuadir a la opinión
El general Henry «Hap» Arnold, pública y a un escéptico Congreso sobre el valor de la aviación militar. For-
jefe de la USAAF, seleccionó maba parte de la Primera Brigada Aérea Provisional del Ejército, al mando
a Doolittle y fue esencial
del general Billy Mitchell, quien demostró que los aviones podían hundir
en la planificación de la
incursión. Arnold era una pieza un acorazado en 1921. Doolittle creó diversas figuras acrobáticas, como la
clave para conseguir las mejora del rizo exterior, logró un récord mundial de velocidad y cruzó Esta-
tripulaciones y aviones dos Unidos en menos de 24 horas. Ganó, también, el Trofeo Schneider de
para el ataque. (US Air Force) 1925. El Ejército le concedió la Cruz de Vuelo Distinguido por su vuelo a tra-
vés del país.
Doolittle logró notables éxitos en poco tiempo. En 1925 obtuvo uno de
los primeros doctorados en ingeniería aeronáutica por el Instituto de Tec-
nología de Massachussets. Doolittle fue piloto de pruebas del Ejército en la
Base de McCook, en Dayton (Ohio). Su último logro fue el desarrollo de

El general Joseph Stilwell


(a la derecha) tuvo que persuadir
al generalísimo Chiang Kai Chek
(izquierda) para que permitiera
que los bombarderos
estadounidenses pudiera
aterrizar en China. Chiang
estaba preocupado por la
venganza japonesa,
preocupación que, con el
tiempo, se convertiría en
realidad. (National Archives) 15
El capitán de navío Marc
Mitscher (izquierda) y el
teniente coronel Jimmy
Doolittle (derecha) consiguieron
que los aviones B-25B
estuvieran listos para
el combate. Mitscher guió
a la TF-18 desde Norfolk hasta
su punto de unión con Halsey,
y Doolittle dirigió el ataque.
(US Navy)

vuelo instrumental, que permitía a los pilotos volar «a ciegas». Doolittle


demostró el despegue, vuelo y aterrizaje instrumental en un avión con la
cúpula tapada el 24 de septiembre de 1929. Este triunfo permitió el vuelo noc-
turno y con mal tiempo, lo cual contribuyó a la expansión de la aviación mili- El general Hideki Tojo presidió
tar y comercial. el Gobierno japonés durante *
Los logros de Doolittle no pasaron desapercibidos. Aunque se le permi- la mayor parte de la Segunda
Guerra Mundial. Era, además,
tió buscar oportunidades para investigar y poner a prueba desarrollos para la
responsable de la defensa
aviación, su campo de estudio quedaba reducido a las aplicaciones militares. de la nación, Tokio incluido.
La compañía petrolífera Shell intentó ampliar su mercado de la aviación y (Military History Institute)
ofreció a Doolittle triplicarle el sueldo y darle mayor flexibilidad para expe-
rimentar en el campo de la aviación. Trabajando para Shell, Doolittle conti-
nuó con los vuelos de prueba como reservista y fue clave a la hora de aplicar
el combustible de 100 octanos para aviones, que disparó el desarrollo de la
propulsión aérea hasta nuevas cotas. Pese a tener una agenda muy cargada,
Doolittle continuó ligado a las carreras aéreas. Venció en una gran competi-
ción de vuelo con un Laird Super Stallion en 1931, lo cual le hizo acreedor
al trofeo Bendix y, en 1932, al trofeo Thompson con el Gee Bee R-1. El Gee
Bee era una maquina de triste fama, conocida como «trampa mortal», y Doo-
little admitió, después, que se alegró de poder alejarse de ella tras el vuelo.
Cuando la guerra comenzó a perfilarse en el horizonte, Doolittle inte-
rrumpió la carrera profesional en Shell. Regresó al servicio activo en 1940
cuando Estados Unidos comenzaba a movilizarse. Arnold le empleó para
resolver problemas técnicos, y uno de sus primeros encargos fue el lograr
que las fábricas de coches pudieran transformarse para el montaje de avio-
nes para el Ejército. Tras el ataque a Pearl Harbor, Doolittle solicitó que se
le permitiera volar. En lugar de ello, fue asignado al cuartel general de la
16 USAAF en Washington, trabajando para proyectos especiales para Arnold.
COMANDANTES JAPONESES
El general Hideki Tojo, primer ministro de Japón, supervisó la marcha gene-
ral del país y su organización militar. Su Gobierno animó el expansionismo
japonés en el Pacífico y en Asia, fortaleció el territorio metropolitano de Japón,
el papel del emperador y las vitales instalaciones militares, industriales y políti-
cas. La responsabilidad de la defensa de las islas metropolitanas japonesas
recaía sobre los hombros de la Marina Imperial japonesa. El almirante Isoroku
Yamamoto había llevado a las fuerzas aliadas a una actitud defensiva mediante
una serie de operaciones ofensivas, reduciendo así el riesgo de un ataque
directo contra Japón y asegurando la paz. Yamamoto, que se había graduado
en 1902 en la Academia Naval Imperial, había sido testigo de la creciente
importancia de la Marina. Veterano de la decisiva batalla de Tsushima de 1905,
estudió en la Universidad de Harvard de 1919 a 1921; viajó por Europa y Esta-
El almirante isoroku Yamamoto dos Unidos como ayudante de un almirante; sirvió como agregado naval en
y la Marina Imperial japonesa Washington y asumió el mando del portaaviones Akagi, todo antes de 1930.
se sintieron avergonzados
Continuó su meteórica carrera cuando lideró la comisión japonesa en la Con-
tras el éxito de la incursión
ferencia Naval de Londres de 1934, que dio forma a la estructura de combate
de Doolittle, pues habían fallado
en su cometido de proteger al de la Marina Imperial. Más tarde, lideró los esfuerzos para anular el tratado.
emperador. Esto llevaría a la Yamamoto fue ministro de Marina de 1936 a 1939, y forjó la doctrina que hacía
campaña de Midway. (National de la Marina el arma decisiva. Ascendió al mando de la Flota Combinada en
Archives)
1940. La incursión de Doolittle mimó la confianza en la habilidad de Yama-
moto para defender Japón y para dar forma a sus futuras ideas para lanzar un
ataque que derrotara a la Flota del Pacífico estadounidense en Midway, la bata-
lla decisiva del teatro de operaciones.
El vicealmirante Yamagata Massato mandaba la 26.* Flotilla Aérea que
patrullaba las defensas japonesas y ofrecía a la Marina los medios para la in-
terceptación aérea. Nació en 1891 y se graduó en la Academia Naval de la
Marina Imperial. Sirvió en los inicios de su carrera en el crucero Aso, cap-
turado durante la guerra ruso-japonesa, y ascendió luego, encomendándose
diversos destinos navales y costeros. En 1934 estaba al mando del portaavio-
nes Hosho. Yamagata se convirtió en comandante de la 26.* Flotilla Aérea el
1 de abril de 1942.
La 5.* Flota o la Flota Norte era la principal fuerza naval que protegía el
territorio metropolitano y Tokio. Estaba al mando del vicealmirante Boshiro
Hosogaya. Hosogaya se graduó en la Academia Naval en 1908. En los inicios
de su carrera obtuvo mandos a diversos niveles. Uno de sus cargos más nota-
bles fue el del acorazado Mutsu en 1934, y estuvo al frente de la Academia
de Transmisiones y, más tarde, de Torpedos; fue vicealmirante y también
comandante de la base naval de Port Arthur, desempeñó la responsabilidad
de comandante de la Flota de China Central de 1940 a 1941.
El general príncipe Naruhiko Higashhikuni estaba al mando de las fuer-
zas del Ejército japonés en el territorio metropolitano. Higashhikuni estaba
emparentado con el emperador Hirohito, pero escogió la carrera militar. Se
graduó en 1908 en la Academia Militar Imperial, y cosechó diversos triunfos
como comandante de la 5.* Brigada de Infantería, la 4.* División del Ejército
y el Departamento de Aviación Militar, y alcanzó la cúspide de su carrera mili-
tar de preguerra con su nombramiento como comandante del 2.” Ejército en
China de 1938 a 1939. El general príncipe Higashhikuni era miembro del
Consejo Supremo de la Guerra y en 1941 estuvo al frente del Mando Gene-
ral de Defensa del Ejército, a cargo de los interceptadores, la artillería anti-
aérea y la alerta contra las incursiones aéreas de la defensa metropolitana. 17
EJÉRCITOS
ENFRENTADOS

FUERZAS ESTADOUNIDENSES
fas fuerzas que participaron en el raid de Doolittle comprendían una
ll agrupación naval que transportaba el elemento de ataque, formado por
los aviones y las tripulaciones de la USAAF que ejecutarían la operación.
Las unidades navales estaban organizadas en dos agrupaciones operativas
que se fusionaron en una sola. La agrupación primera y primordial estaba
centrada en el portaaviones Hornet (CV-8), un buque recién entregado a la
Marina. Botado el 14 de diciembre de 1940, entró en servicio el 20 de octu-
bre de 1941. Con un desplazamiento de más de 20.000 toneladas y una velo-
cidad de 34 nudos, no sólo era el último barco de la clase «Yorktown», sino
también el más grande. Había sido diseñado para transportar 72 aviones. Al
mando de Mitscher, su unidad de vuelo era el 8. Grupo Aéreo. Dicho grupo
disponía del Escuadrón de Caza Ocho (VF-8) y sus treinta cazas Grumann
F4F-4 Wildcat, que estuvieron a bordo del portaaviones durante el ataque.
Los pilotos del VF-8 habían venido usando el modelo F4F-3, pero en San
Diego recibieron el nuevo F4F-4, durante el viaje para recoger al grupo de
Doolittle en la base naval de Alameda, en la bahía de San Francisco. Los
pilotos del VF-8 recibieron entrenamiento de vuelo instrumental en dos
monomotores North American SNJ-3. El 8. Grupo disponía, además, de
escuadrones de bombardeo en picado (VB-8), reconocimiento (VS-8) y tor-
pedeo (VI8). Los escuadrones VB-8 y VS8 estaban equipados, en total, con
24 bombarderos en picado Douglas SBD-3 Dauntless, mientras que el VIS
tenía diez torpederos Douglas TBD-1 Devastator. El Hornet de Mitscher for-
maba el núcleo de la TF-18 (de Task Force, o fuerza operativa), compuesta
por elementos de la Flota del Atlántico.
En esa TF-18 estaban el crucero Vincenness (CA-44), de la clase «Astoria»
y que había sido botado el 21 de mayo de 1936, y el crucero ligero Nashville
(CL-43), de la clase «Brooklyn», puesto en servicio el 2 de octubre de 1937.

En el ataque intervinieron
los portaaviones Hornet
y Enterprise. Este último (CV-6)
daría coberturá a la fuerza
operativa. El destructor Fanning
(DD-385), en primer plano
en esta imagen, proporcionaba
cobertura y protección
18 antisubmarina. (US Navy)
La fuerza de ataque constaba
de cuatro cruceros, incluido
el USS Northampton. Estos
buques necesitaban enormes
cantidades de combustible.
Aquí, el Northampton es
repostado por el Cimarron.
(US Navy)

La fuerza combinada tenía ocho


destructores en labores de
escolta. El capitán de fragata
William R. Cooke Jr. estuvo
al mando del Fanning (DD-385)
durante la campaña. (US Navy)

El Vincenness desplazaba más de 9.400 toneladas y casi podía mantenerse a


la par con la marcha del Hornet, pues alcanzaba una velocidad máxima de
32,7 nudos. Sus nueve cañones de 152 mm lo protegían frente a posibles
enemigos de superficie. El Nashville era ligeramente más pesado, con 9.475
toneladas, y era tan rápido como el Hornet. Sin embargo, sutarmamento, que
consistía en 15 cañones de 125 mm, era más ligero. La T'F-18 incluía tam-
bién a la 22.* División de Destructores, formada por los destructores Gwin
(DD-443), Meredith (DD-334), Grayson (DD-435) y Monssen (DD-436), de la
clase «Benson-Livermore». Daban escolta adicional y protección antisubma-
rina y antiaérea. Su armamento, consistía en cuatro cañones de 105 mm en
montajes simples, dos de 40 mm en montajes dobles, dos de 20 mm en mon-
tajes simples y dos lanzatorpedos, cada uno con cinco tubos de 500 mm.
Entraron en servicio en 1940 y, con 37 nudos, eran los buques más rápidos
de la TF-18. El último y vital elemento de la TF-18 era el Cimarron (AO-22),
un petrolero de escuadra que había entrado en servicio el 7 de enero de
1939. El apoyo de Cimarron hizo posible que la TF-18 operara de manera
continua desde que zarpó rumbo aJapón.
Aunque el Hornet llevaba toda su dotación de vuelo, necesitaba a su vez
apoyo aéreo que le protegiese de los aviones enemigos, que le avisara de
posibles encuentros con buques de superficie hostiles y que respondiera a
cualquier amenaza. En efecto, los aviones de la dotación del Hornet podían
despegar, pero al estar los B-25 aparcados en la cubierta, no podían apontar
de vuelta. Nimitz envió a la TF-16 de Halsey, desde Pearl Harbor, para que
se reuniera con la TF-18 en su camino hacia Japón. La misión de la TF-16
era dar apoyo aéreo y protección naval adicional al Hornet cuando alcanza-
ran aguas enemigas. 19
Los petroleros eran vitales para
el éxito de la fuerza operativa.
Buques como el Sabine permitían
a la flota moverse a lo largo del
Pacífico. Obsérvense las malas
condiciones del mar durante
el viaje a Japón. (US Navy)

El Enterprise (CV-6)
transportaba una mezcla
de aviones. Éstos incluían
los torpederos triplazas TDB-1
Devastator y los cazas F4F-3
Wildcat. (US Navy)

Así, pues, la TF-16 de Halsey escoltaría a la fuerza de Mitscher. El buque


insignia era el Enterprise (CV-6), otro de los buques de la clase «Yorktown»,
con toda su dotación de aviones. El Enterprise había sido botado cinco años
antes que el Hornet y desplazaba 100 toneladas menos que éste. El Enterprise
había sido diseñado y construido bajo los auspicios del Tratado Naval de
Washington de 1922 y de la Conferencia Naval de Londres de 1930, que
habían reducido el desplazamiento total de los buques de los firmantes.
Japón, uno de los signatarios, denunciaría ambos tratados algún tiempo más
tarde. El Congreso de Estados Unidos, viendo que se aproximaba el peligro
de la guerra, autorizó un aumento en la producción naval mediante el Acta de
Expansión Naval del 17 de mayo de 1939, que permitió al Ministerio de Ma-
rina construir portaaviones que excedieran el tonelaje permitido por los tra-
tados anteriores. El resultado fue una «clase Yorktown mejorada», encarnada
en el Hornet, pues los cambios no fueron suficientes para crear una clase de
portaaviones independientes.
El Enterprise tenía una dotación de cuatro escuadrones, que formaban el
6.” Grupo Aéreo. El Escuadrón de Caza 6.” (VF-6) tenía 22 cazas F4F4 y
cinco F4F-3. El escuadrón de bombardeo en picado del grupo, el VB-6, tenía
una combinación de dieciocho SBD-2 y SBD-3 Dauntless. Además, el grupo
20 de reconocimiento, el VS-6, fue reemplazado por el VB-3 del portaaviones
Saratoga, que también llevaba dieciocho SBD-2 y SBD-3. El CINCPAC trans-
firió el VB-3 en lugar del VS-3 por el nivel de entrenamiento de este escuadrón
acuartelado en Pearl Harbor. El último elemento de vuelo era el escuadrón de
torpedeo VS, con dieciocho 'TDB-1 Devastator. Estos aviones dotarían de apo-
yo aéreo a las agrupaciones operativas combinadas durante su aproximación
a Japón y su regreso a Pearl Harbor.
La TF-18 era también similar a la TF-16 en lo referente a la escolta. En
ésta había dos veteranos, el Salt Lake City (CA-25) y el Northampton (CA-26).
El primero, de la clase «Pensacola», era el crucero más pequeño de los par-
ticipantes en la operación. Sin embargo, tenía una combinación de monta-
jes dobles y triples de cañones de 152 mm, con un total de diez piezas, que
lo convertía en el barco más pesadamente armado de todos los de superfi-
cie. Había entrado en servicio el 23 de enero de 1929 y alcanzaba una velo-
cidad similar a la del Vincennes y el Northampton. Éste, cabeza de la clase
homónima, montaba un cañón menos que el Salt Lake City y, como él, había
sido dado de alta en las listas de la flota en 1929.
La TF-16 tenía también su propia división de destructores. Estaba forma-
La Marina envió los submarinos da el Balch (DD 363), Benham (DD 397), Ellet (DD 398) y Fanning (DD 385). El
Trout y Thresher para recopilar Balch, de la clase «Porter», entró en servicio en 1936 y era el mayor destruc-
información meteorológica
tor de la TF-16. Desplazaba unas 1.806 toneladas, y disponía de 8 cañones
y los movimientos enemigos.
de 105 mm y ocho tubos lanzatorpedos de 500 mm. El Benham, de la clase
Las tripulaciones usarían los
periscopios para explorar para «Mahan», era de menor desplazamiento (1.405 toneladas) y sólo montaba
la TF-16. (National Archives) cinco cañones de 105 mm, pero lo compensaba con 21 tubos lanzatorpedos
de 500 milímetros. También fue aceptado para el servicio en 1936. Los dos
últimos destructores, el Ellet y el Fanning, de la clase «Craven», mantenían la
tendencia de tener menos cañones de 105 mm, sólo cuatro, y, a cambio, mon-
tar más lanzatorpedos, dieciséis. Estos buques se incorporaron a la flota en
1938. La TF-16 disponía también de un petrolero de escuadra, el Sabine, para
abastecer las operaciones.
Cuando las dos agrupaciones se fusionaron, Halsey tomó el mando y se
convirtieron en la TF-16. Los destructores, cruceros y petroleros fueron
incorporados a grupos operativos. La fuerza operativa contaba con el apoyo
independiente de dos submarinos. El Thresher (SS-200) y el Trout (SS-202)
recibieron órdenes de patrullar las aguas costeras de Japón para reunir
información meteorológica durante la planificación del ataque. Con poste-
rioridad, el 10 de abril, ambos submarinos recibieron ordenes de partir del

El Trout, aquí en Pearl Harbor


justo antes del ataque
de Doolittle, prestó unos
servicios vitales para el éxito
de la misión. Las futuras
operaciones de los submarinos
en el Pacífico estrangularían
la economía japonesa y dañarían
su industria bélica. (US Navy)
área de Midway y patrullar el área donde el TF-16 lanzaría el ataque. Se les
ordenó también hundir cualquier buque en el área.
La principal arma ofensiva de la TF-16 eran los bombarderos terrestres
del Ejército, los B-25B del 17.* Grupo de Bombardeo de la USAAF, que
estaba formado por los Escuadrones de Bombardeo 34, 37 y 97, y el 89."
Escuadrón de Reconocimiento. El 17.” Grupo fue la primera unidad de la
USAAF equipada con el North American B-25 Mitchell, mientras estaba toda-
vía en su base de McChord Field (Virginia Occidental) en abril de 1941. Fue
transferido a Pendleton Field (Oregón) el 29 de junio de 1941, donde
comenzó a realizar patrullas antisubmarinas. Un B-25 del 17.” Grupo hundió
el primer submarino japonés cerca de la costa oeste, el 24 de diciembre de
1941. Después fue enviado al aeropuerto del condado de Lexington, cerca
de Columbia (Carolina del Sur), donde se buscaban voluntarios para el Pro-
yecto Especial de la Aviación n.” 1 —la incursión de Doolittle—, mientras, el resto
del grupo apoyó las operaciones contra los submarinos alemanes que esta-
ban llevando a cabo la operación «Paukenschlag» («Batir de tambores») en el
océano Atlántico y el golfo de México.
El B-25B estaba propulsado por dos motores radiales (refrigerados por
aire) Wright R-2600-9 Double Cyclone que le daban una potencia de 1.700 hp
despegue. Su tripulación era de cinco hombres: piloto, copiloto, bombar-
dero-navegante, artillero-mecánico y operador de radio-artillero. El avión
estándar disponía de una torreta ventral y otra dorsal, cada una con dos
ametralladoras de 12,7 mm, y una ametralladora de 7,62 mm en el morro.
Podía llevar 1.100 kilos de bombas a 3.200 kilómetros; su velocidad máxima

Fuerza de ataque 16
Vicealmirante William F. Halsey, Jr.

C.n. George D. Murray Vicealmirante Raymond A. Spruance C.n. Marc A. Mitscher


Enterprise Northampton, c.n. Willlam D. Chandler Hornet
VB-6, VF-6, VT-6, VB-3 Salt Lake City, c.n. Ellis M. Zacharias VF-8, VB-8, VS-8, VT-8
Vincennes, c.n. Frederick L. Riefkohl
Nashville, c.n. Francis S. Craven Tte. col. James H. Doolittle
16 B-25Bs

C.n. Richard L. Conolly, comandante


6.” Escuadrón de Destructores

C.n. Edward P. Sauder, 12.? División de Destructores


Balch, c.c. Harold H. Tiemroth
Benham, c.c. Joseph M. Worthington
Ellet, c.c. Francis H. Gardner
Fanning, c.c. William R. Cook. Jr.

C.f. Harold Holcomb, 22.*? División de Destructores


Grayson, c.f. Thomas M. Stokes
Gwin, c.f. John M. Higgins
Meredith, c.c. Harry E. Hubbard
Monssen, C.f. Roland M. Smooth

C.f. Houston L. Mapples


Sabine, c.f. Houston L. Mapples
Cimarron, c.f. Russell M. Ihrig
era de 300 km/h a una altitud de 4.570 metros. Doolittle tuvo que modifi-
car estos B-25B, recién salidos de fábrica, para aumentar su alcance.

LAS TRIPULACIONES DE LA INCURSIÓN


DE DOOLITTLE

Tras diversos análisis,


el bombardero medio B-25B
fue escogido para llevar a cabo
el ataque. Este bimotor podía
lanzar una carga de 900 kg de
bombas sobre Japón. (US Navy)

Avión (número) Piloto ombardero

1 (40-2344) Tte. col. James H. Doolittle Alfz. Richard E. Cole Alfz. Henry A. Potter Sgto. Fred A. Braemer Sgto. Paul J. Leonard

2 (40-2292) Tte, Travis Hoover Alfz. William N. Fitzhugh Alfz. Carl R. Wildner Alfz. Richard E. Miller Sgto. Douglas V. Radney

3 (40-2270, Tte. Robert M. Gray Alfíz. Jacob E. Manch Alfz. Charles J. OZuk Jr. Sgto. Aden E. Jones Cabo Leland D. Faktor
Whiskey Pete)

4 (40-2282) Tte. Everett W. Holstrom Alfz. Lucian N. Youngblood| Alfz. Harry C. McCool Sgto. Robert J. Stephens| Cabo Bert M. Jordan

5 (40-2283) Cptn. David M. Jones Alfz. Ross R. Wilder Alfz. Eugene F. McGurl Alfz. Denver V. Truelove Sgto. Joseph W. Manske

6 (40-2298, Tte. Dean E. Hallmar Alfz. Robert J. Meder Alfz. Chase J. Nielsen Sgto. William J. Dieter Sgto. Donald E. Fitzmaurice
Green Hornet)

7 (40-2261, 11t Ted W. Lawson Alíz. Dean Davenport Alfz. Charles L. McClure Alfz. Robert S. Clever Sgto. David J. Thatcher
Ruptured Duck)

8 (40-2242) Captm. Edward J. York Tte. Robert G. Emmens Alíz. Nolan A. Herndon Alfíz. Nolan A. Herndon Mecánico: EM Theodore
H. Laban
Artillero: sgto. David W. Pohl

9 (40-2303, Tte. Harold F. Watson Alfz. James N. Parker Jr. Alfz. Thomas C. Griffen Sgto. Wayne M. Bissell Sgto. Eldred V. Scott
Whirling Dervish)

10 (40-2250) Tte. Richard O. Joyce Alfíz. J. Royder Stork Alíz. Horace E. Crouch Alfz. Horace E. Crouch Mecánico: sgto. George
E. Larkin, Jr.
Artillero: sgto. Edwin
H. Horton Jr.

11 (40-2249, Cptn. C. Roose Greening Alfz. Kenneth E. Reddy Alfz. Frank A. Kappeler Sgto. William L. Birch Sgto. Melvin J. Gardner
Hari Kari-er)

12 (40-2278, Tte, William M. Bower Alíz. Thadd H. Blanton Alíz. William R. Pound Jr. | Sgto. Waldo J. Bither Sgto. Omer A. Duquette
Fickle Finger)

13 (40-2247) Tte. Edgard E. McElroy Alíz. Richard A. Knobloch | Alfz. Clayton J. Campbell | Sgto. Robert C. Bourgeois |Sgto. Adam R. Williams

14 (40-2297) Cate. John A. Hilger Alfz. Jacks A. Sims Alíz. James H. Macia Jr. Alfz. James H. Macia Jr. | Mecánico: sgto. Jacob
Elerman
Artillero: sgto. Edwin
V. Bain

15 (40-2267) Tte. Donald G. Smith Alfz. Griffin P. Williams Alfz. Hiward A. Sessler Alfíz. Howard A. Sessler | Mecánico: sgto. Edward J.
Saylor
Médico: tte. Thomas
A. White

16 (40-2268, Tte. William G. Farrow Alfz. Robert L. Hite Alíz. George Barr Cabo Jacob D. DeShazer| Sgto. Harold A. Spatz
Bat Out of Hell)
23
La Marina Imperial desplegó
cazas Cero en Japón para
la defensa metropolitana.
Aviones del portaaviones
Kaga fueron destacados
para esta tarea. (US Navy)

FUERZAS JAPONESAS
La defensa metropolitana de Japón estaba encomendada a una mezcla de
unidades de la Marina Imperial, el Ejército y la Fuerza Aérea del Ejército. La
Marina recibía la tarea principal de proteger al emperador y a Japón de un ata-
que. El Ejército tenía baterías antiaéreas y la Fuerza Aérea tenía una flota de
anticuados interceptadores en torno al país; el Ejército, como la Marina, dedi-
caba la mayoría de sus recursos a operaciones ofensivas en lugar de a la defensa
metropolitana. Un ataque aéreo sobre Japón, apenas comenzado el conflicto,
era considerado improbable por el Gobierno. Tojo afirmó el 4 de noviembre
de 1941:

No creo que el enemigo pueda lanzar un ataque aéreo sobre Japón apenas se haya
iniciado el conflicto. Ha de pasar algún tiempo antes de que el enemigo intente
tales ataques. Creo que los ataques aéreos enemigos contra el mismo Japón en las
etapas iniciales de la guerra serán escasos y serán ejecutados por la aviación
embarcada en los portaaviones.

El total de los efectivos aéreos de defensa metropolitana era de 100 inter-


ceptadores del Ejército y 200 de la Marina. A esto debían sumarse 500 caño-
nes antiaéreos del Ejército y 200 de la Marina. Estas fuerzas, sin embargo,
tenían que defender una amplia franja de territorio.
La Marina de Guerra japonesa estaba estructurada de la siguiente forma:
las Fuerzas de Combate del Exterior (FCE), la Flota Combinada y la Flota
Aérea de China, y las Fuerzas de Combate del Interior (FCI). Las FCE, al
mando de Yamamoto, llevaban a cabo operaciones ofensivas, mientras que
las FCL, compuestas por los distritos navales, proporcionaban defensa local,
escolta de superficie y apoyo a las operaciones de las FCE. La responsabili-
dad de las FCI incluía la defensa del área comprendida entre las islas Kuri-
les, al norte, Formosa, al sur, y Port Arthur, al oeste del archipiélago. La
defensa de Tokio estaba asignada al distrito naval de Yokosuka. La atención
de las FCI estaba centrada en la amenaza submarina a Japón. Redes anti-
submarinas, minas y algunos grupos aéreos fueron asignados a la protección
de las entradas de los puertos. Además de esto, obsoletas baterías antiaéreas
fueron emplazadas en cada base naval.
Los efectivos de las FCI incluían también a la 5.* Flota, denominada la Flota
Norte, bajo el mando de Hosogaya, para buscar y derrotar a cualquier fuerza
24 naval capaz de atacar Japón, incluidas las incursiones de aviones embarcados,
ataques submarinos o bombardeos navales. Las fuerzas de esta flota se des-
plegaban a lo largo de la costa para detectar los movimientos de cualquier
flota enemiga. Estos buques vigía usaban identificación visual y radiaban sus
observaciones en frecuencias de la Marina. El Ejército, para reunir cualquier
tipo de transmisión, tenía que escuchar estas emisiones navales o depender
de las notificaciones de la Marina. Todo esto causaba un grave problema de
comunicaciones.
En abril de 1941, la 5.* Flota disponía de numerosos efectivos para
defender Tokio: la 21.* División de Cruceros, una flotilla de patrulla, la 26.*
Flotilla Aérea y unidades de apoyo. La 26.* Flotilla Aérea estaba compuesta
por aviones terrestres de ataque, así como por aviones embarcados que ope-
raban desde bases terrestres y un destacamento procedente del portaavio-
nes Kaga. Éste incluía el caza Mitsubishi AG6M2 Cero (Zero-sen para los japo-
neses), el bombardero en picado Aichi D3A (Val) y el torpedero Nakajima
B5N Kate. El monomotor Cero se había distinguido como un formidable
caza naval en China, en Pearl Harbor y en otras campañas iniciales. Este
avión tenía dos ametralladoras de 7,7 mm en su fuselaje y dos cañones Tipo
El 244.” Regimiento Aéreo 99 de 20 mm en el ala. El Val era un avión biplaza con tren de aterrizaje fijo,
defendía el área de Tokio con y su carga bélica consistía únicamente en 370 kilos de bombas convencio-
obsoletos cazas Ki-27 Nate,
nales transportables a una distancia de unos 1.400 kilómetros. El arma-
que no lograron derribar
un solo B-25. El inesperado
mento de los bombarderos Kate consistía, en general, en torpedos, pero
ataque de Doolittle obligó también podía incluir bombas convencionales. Este avión, debido a su baja
a los japoneses a mejorar sus velocidad, se estaba quedando obsoleto. La Flota Norte operaba, además,
defensas aéreas metropolitanas. con el bombardero bimotor terrestre Mitsubishi G4M Betty para misiones
(National Archives)
de reconocimiento y ataque. El Betty alcanzaba una velocidad de crucero de
314 kilómetros por hora a 3.940 metros de altitud, y su radio de acción
máximo era de 4.360 kilómetros.
El Ejército organizó el Mando General de la Defensa (MGD) para la pro-
tección metropolitana el 12 de julio de 1941. Las defensas del MGD estaban
organizadas en distritos militares geográficos. El área de Tokio estaba bajo
la responsabilidad del Distrito Este. La mayoría de las unidades de la Fuerza
Aérea del Ejército asignadas al MGD eran unidades de entrenamiento. El
1.” Ejército Aéreo defendía el área de Tokio con interceptadores. La orga-
nización de esta unidad no era sencilla al estar asignada también al mando
de entrenamiento. La Inspección General de la Aviación del Ejército tenía
jurisdicción sobre sus actividades operacionales, pero el Departamento
Aeronáutico del Ejército controlaba la logística y la distribución de sus avio-
nes. Había una clara falta de mando unificado.
El 244.” Regimiento Aéreo, encuadrado en el 1.” Ejército Aéreo, estaba
asignado al sector de Defensa Aérea de Kanto; su responsabilidad era la
defensa de Tokio, Yokohama y Kawasaki, ciudades que habían sido seleccio-
nadas como objetivos del ataque de Doolittle. El 244.” Regimiento Aéreo
tenía la más alta prioridad de proteger el área más vital de Japón: el Palacio
Imperial, las industrias de Yokohama y las instalaciones claves de las fuerzas
armadas. El regimiento estaba basado en Chofu, al suroeste de Tokio, y dis-
ponía de 50 cazas Nakajima Tipo 97 Ki-27 (Nate), un caza obsoleto. La Fuerza
Aérea del Ejército tenía algunos cazas monoplazas Nakajima Ki-61 Hien en
Mito. En apariencia, estos aviones parecían similares a los Messerchmitt
B£109 alemanes. Además, se habían construido alrededor de Tokio múltiples
campos de entrenamiento, que disponían de numerosos aviones. El área en
torno a Nagoya tenía diez interceptadores y la Fuerza Aérea asignó veinte a las
proximidades de Osaka-Kobe. 25
ÁREAS DE RESPONSABILIDAD JAPONESA, ABRIL DE 1942

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Áreas de responsabilidad de las ANA A AAA
Fuerzas de Combate del Interior
1. Area del Distrito Naval menor de Ominato
Área del Distrito Naval de Maizuru
Área del Distrito Naval de Yokosuka
Área del Distrito Naval de Kure
Área del Distrito Naval menor de Osaka
Área del Distrito Naval menor de Chinkai
Área del Distrito Naval de Sasebo
Área del
E Distrito Naval de Mako
Ñ VA pa 7 T 0 Campo de aviación,
1 === Áreas de responsabilidad de las Fuerzas de Combate del Interior “E Marina y Ejército
— Distritos militares (en negrita) (sólo los más importantes)
%_ Puesto civil de observación
o 500 millas E Estación de radio
I ] - Línea directa de teléfono
0 1.000 km L Estación de radarTipoA.
26
Los estrategas de la Marina
y la Fuerza Aérea del Ejército
de Estados Unidos temían que
el ataque pudiera poner en
peligro a sus escasos y vitales
portaaviones en bases costeras
por respuesta de portaaviones
japoneses como el Zuikaku,
veterano de Pearl Harbor.
(National Archives)

Emplazamientos fijos, principales campos de aviación y otros objetivos


industriales y gubernamentales tenían defensas antiaéreas En abril de 1942,
Tokio estaba defendida por 150 cañones antiaéreos, siendo la mayoría de
ellos Modelo 88 (1928) de 75 mm.
El Ejército japonés usaba también un sistema de alerta temprana. Incluía
tanto puestos de vigilancia militares como civiles. Aunque normalmente estos
puestos tenían comunicaciones radiofónicas o telefónicas, había numerosas
carencias. Sucedió que muchos no reconocieron los aviones enemigos, iden-
tificaron de forma incorrecta los propios o informaron por duplicado. El Ejér-
cito, además, estaba construyendo un sistema de radar que pudiera detectar
objetos, pero sólo si pasaban por su haz fijo. Este sistema de radar, del Tipo A,
fue establecido a lo largo de la línea costera y servía como perímetro de alerta.
El Ejército y la Marina escuchaban las emisiones de radio aliadas para deter-
minar si alguna formación naval o aérea estaba en las proximidades. Sin
importar la fuente de la advertencia, que los interceptadores alcanzaran el
lugar y la altitud exacta requería su tiempo, más de una hora. Un ataque
rápido del enemigo podía esquivar un gran intento de interceptación.

Tabla 1: Secuencia de interceptación de la defensa aérea

Acción Tiempo transcurrido


Se detectan aviones enemigos a 200-250 km. 3 minutos
Se confirma la existencia de aviones enemigos.
Se alerta a las unidades de defensa aérea.
Los informes llegan al cuartel general y se ordena
que despeguen los aviones. 7 minutos
Despegan los primeros aviones del regimiento. 15 minutos
Todos los aviones alertan a las estaciones y alcanzan
la altitud requerida (10.000 metros). 50-60 minutos
Total 75-85 minutos

El control de las defensas metropolitanas estaba fragmentado. No había


un mando centralizado de las actividades de la defensa aérea y las comuni-
caciones entre la Marina Imperial, el Ejército y la Fuerza Aérea del Ejército
eran inexistentes. Los recursos eran destinados, en cantidades crecientes, a
las operaciones ofensivas; las defensas metropolitanas eran secundarias. El
mando militar japonés confiaba en exceso en que no se produciría ningún
ataque, y los recursos para detectar y anular un ataque aéreo eran limitados.
Carecían de la organización necesaria para llevar a cabo una defensa aérea
efectiva frente a un ataque lanzado desde un portaaviones, algo que Tojo
había predicho que sería la amenaza más plausible. 27
Flota Norte - 5.* Flota
Vicealmirante Hosogaya Boshiro
|

Grupo del Cuartel General Flotilla de Patrulla 26.* Flotilla Aérea


21.* División de Cruceros Almirante Horiuchi S. Almirante Yamagata Massato
Crucero ligero Tama 22." Escuadrón de Buques Vigía Grupo Aéreo de Kisarazu
Crucero ligero Kiso Transporte Awata Maru Grupo Aéreo de Misawa
Destructor Sagí Transporte Asaka Maru 6. Grupo Aéreo
Cañonero Kaiho Maru 1.% Grupo de Buques Vigía Destacamento de las islas Marcus
Dragaminas Hakuho Maru 2.” Grupo de Buques Vigía Grupo Aéreo de Kaoya
Buque nodriza de hidros Kimikawa Maru 3.” Grupo de Buques Vigía Un destacamento del 4.2 Grupo Aéreo
Un destacamento del Kaga

Fuerza de Combate de la isla Bonin Unidades de Apoyo


Almirante Fujimori S. Petrolero de escuadra Akashisan Maru
7.2 Fuerza Local Transporte Toko Maru Número 22
Grupo Aéreo de Chichi Jima Petrolero de escuadra Shiriya
10.? División de Cañoneros Convertidos Petrolero de escuadra Nissan Maru
17.2 División de Dragaminas Convertidos
66.? División de Cazasubmarinos Convertidos

COMPOSICIÓN DEL 6. GRUPO DE ATAQUE AÉREO


Vicealmirante Yamagata Massato
26.? Flotilla Aérea
| | | | | | |
Grupo Aéreo Grupo Aéreo 6.* Grupo Aéreo Grupo Aéreo Destacamento Destacamento Destacamento de
de Kisarazu de Misawa de Kaoya del 4.* Grupo del Kaga las islas Marcus
Aéreo

27 aviones de 27 aviones de 15 cazas Cero 27 aviones de 8 aviones de 18 Cero, 27 9 aviones de


ataque terrestre ataque terrestre ataque terrestre ataque terrestre Kate, 18 Val ataque terrestre

Nota: los aviones de ataque terrestre eran, probablemente, bombarderos bimotores Mitsubishi G4M Betty.

CUARTEL GENERAL IMPERIAL


Estado Mayor General (Sección del Ejército) Ministerio de la Guerra

(Defensa) (Administración)

Mando General
de la Defensa

Mando del Ejército del Notte———————— General al mando Distrito Norte

Mando del Ejército del Este ——————— General al mando Distrito Oriental

Mando del Ejército del Centro———————— General al mando Distrito Central

Mando del Ejército del Oeste———————— General al mando Distrito Oeste


28
CUARTEL GENERAL DEL MANDO DE LA DEFENSA 2...
General príncipe Naruhiko Higashikuni

51.2 División de Entrenamiento

Distrito Norte Distrito Central Distrito Occidental Distrito Norte


del Ejército (Tokio) del Ejército (Osaka) del Ejército (Fukuoka) del Ejército (Sapporo)

244. Regimiento Aéreo --—|-+ 13. Regimiento Aéreo 4.” Regimiento Aéreo
30 Ki 27 (Entrenamiento) (Entrenamiento)
(Chofu) 30-35 aviones 30-35 aviones Clave
(Kakogawa) (Tachiarai)
: Control operacional
5.2 Regimiento Aéreo ----|--
(Entrenamiento) Control administrativo
IO
(Kashiwa)

29
PLANEANDO EL ATAQUE

urante el mes de diciembre de 1941 y los primeros días de 1942, la


| situación estratégica de Estados Unidos en el Pacífico era desespe-
rada. La Flota del Pacífico había sido diezmada y las tropas de tierra
estaban retirándose de Filipinas. La Marina Imperial y el Ejército japoneses
triunfaban desde el sureste asiático hasta el Pacífico Central. Estados Unidos
y sus aliados poco podían hacer para detener la marea de conquistas nipo-
nas. La moral descendía con cada victoria japonesa y muchos en Washing-
ton temían que China podría rendirse a Japón.
Roosevelt necesitaba cambiar el curso de la guerra. Los estrategas del
Ejército querían atacar el archipiélago japonés a los dos días de Pearl Har-
bor. Algunos de ellos afirmaban: «La mejor manera de anular esta derrota
inicial es incendiar Tokio y Osaka». Por desdicha, las bases de Filipinas
desde las que lanzar estos ataques de largo alcance se habían perdido; ade-
más, quedaban pocos B-17 en el inventario de la Fuerza Aérea, y eran nece-
sarios en Europa. Los campos de aviación chinos no ofrecían una solución
viable. Un ataque aéreo desde la URSS era factible, pero la Unión Soviética
no quería arriesgarse a entrar en guerra con Japón. Los bombarderos basa-
dos en la costa oeste, Hawai o las islas Aleutianas estaban fuera de alcance.
Pese a ello, Roosevelt estaba decidido a «encontrar los medios y los métodos
para llevar de manera adecuada una incursión de bombarderos, el signifi-
cado verdadero de la guerra a Japón». En enero de 1942, tanto King como
Arnold estaban examinando las opciones de ataque.
Roosevelt presionó a los militares para lanzar un ataque de bombarderos
sobre Japón «tan pronto como fuera humanamente posible para reforzar la
moral de Estados Unidos y sus aliados». La única opción viable parecía un ata-

Cargar y permitir despegar


a los bombarderos B-25B desde
la cubierta de un portaaviones
requería esfuerzo e imaginación.
El Ejército y la Marina habían
probado este concepto, pero
nunca lo habían usado de
30 manera operacional. (US Navy)
que con aviones embarcados en portaaviones.
Los japoneses habían demostrado la validez de
este método en Hawai, como había hecho la
Royal Navy en Tarento contra la flota italiana.
Sin embargo, los portaaviones deberían aproxi-
marse mucho a la costa para que los aviones
navales pudieran atacar Japón. Esto arriesgaría
las restantes capacidades ofensivas de la Flota del
Pacífico, sus portaaviones. La pérdida de cual-
quiera de ellos podría tener graves consecuen-
cias para las capacidades de Estados Unidos.
Una de las opciones examinadas fue el lan-
zamiento de bombarderos terrestres B-25 desde
un portaaviones. Esta alternativa permitiría a
los portaaviones lanzar los aviones desde una
A comienzos de la guerra, distancia mayor de las costas japonesas, y podrían aterrizar al este de China.
los submarinos de Estados Arnold creía en el plan ideado por la conferencia angloamericana de Arca-
Unidos atacaron a los buques
dia, que se celebró desde el 22 de diciembre de 1941 hasta el 14 de enero
de guerra y a los mercantes
japoneses en las aguas costeras
de 1942. Arcadia sirvió para coordinar los objetivos de guerra y la estrategia
de Japón. Los dos submarinos aliada. King sugirió usar portaaviones para transportar los aparatos al área,
que apoyaron el ataque donde un portaaviones llevaría entre 80 y 100 cazas de la USAAC y otro,
de Doolittle podían atacar bombarderos pesados. Los aviones podrían entrar en acción inmediata-
a cualquier buque que
mente desde los portaaviones y aterrizar en campos de aviación controlados
amenazara a la TF-16 y enviarlo
al fondo del océano, destino
por los Aliados. El método parecía posible, pero ni los bombarderos pesa-
que espera a este destructor dos ni los transportes habían despegado jamás desde un portaaviones.
japonés que se va a pique. Low desarrolló aún más el concepto y Duncan lo aumentó hasta incluir
(US Navy) el Hornet, que había entrado recientemente en servicio, como transporte de
bombarderos terrestres. Otros portaaviones estaban siendo usados en diver-
sas operaciones, y el Hornet estaba destinado a la Flota del Pacífico. Su
USAAC tenía diversos bombarderos medios capaces de lanzar el ataque: el
B-18, el B-23, el B-25 y el B-26. En 1942, el B-18 estaba obsoleto, y el B-23,
una versión mejorada del B-18, tenía demasiada envergadura alar para ope-
rar desde un portaaviones. Los B-26 no habían sido probados, pero sí tenían
el alcance y la carga de bombas necesaria. Por desgracia, necesitaban una

Los F4F-3 de la Marina podían


despegar desde el Hornet
en caso de emergencia, pero
no podrían regresar a él.
Para asegurar la cobertura
aérea necesaria, Nimitz
ordenó a Halsey y al Enterprise
que ayudaran en el ataque.
(US Navy) 31
La TF-16, que incluía
al Enterprise y otros barcos,
partiría de Pearl Harbor
y se uniría a la TF-16
procedente de Alameda.
La TF-16, una vez combinada,
atacaría Japón y regresaría
a Hawai. (National Archives)

carrera de despegue que era más larga que la cubierta de un portaaviones.


La única alternativa viable era el B-25. La Fuerza Aérea tendría que reducir
el peso del avión y dotarlo de una mayor capacidad de combustible para
incrementar su alcance.
Una pregunta sin respuesta era si los bombarderos regresarían a los por-
taaviones al completar su misión o continuarían hasta China o la URSS. Ni
el B-25 ni otros bombarderos tenían ganchos de cola para apontar en los
portaaviones. Además, el B-25 tenía un tren de aterrizaje triciclo y una gran
velocidad de aproximación, lo que hacía imposible el apontaje. Otra opción
incluía que los bombarderos regresaran a los portaaviones. Entonces, los
aviones realizarían un amerizaje cerca de los barcos; esta opción fue rápi-
damente descartada. Las negociaciones con la URSS no fructificaron. Los
rusos temían que los japoneses consideraran los aterrizajes como una
demostración de que Moscú apoyaba el esfuerzo bélico de Estados Unidos
contra ellos. China fue escogida como el destino final y se seleccionaron
cinco posible campos de aviación: Kweilin, Kian, Yushan, Chuchow y Lishui
(llamado también Chuchow). Lishui fue elegida como zona principal de
aterrizaje. Estaba a 320 kilómetros al sureste de Shangai y 112 km tierra
adentro. Estos emplazamientos servirían como lugares de reabastecimiento,
y permitirían que las tripulaciones pudieran volar a Chungking. El teniente
general Joseph Stillwell, comandante de las fuerzas de Estados Unidos en
China, tuvo que obtener el permiso del generalísimo Chiang Kai Chek para el
uso de estas bases. Ni Stillwell ni Chiang estaban, inicialmente, al tanto de los
detalles de la incursión. Chiang estaba preocupado por cualquier tipo de cola-
boración militar con los norteamericanos que pudiera comportar inmedia-
tas represalias japonesas. Sin embargo, aceptó por la constante presión de
Stillwell. Después de su aterrizaje en el continente, los aviones serían asig-
nados a la 10.* Fuerza Aérea china.
Los planes originales de Duncan consistían en lanzar los bombarderos, a
unos 800 kilómetros de Japón, desde el Hornet. La distancia de vuelo desde
Tokio hasta la costa china era de al menos 2.560 kilómetros. Dadas las dis-
tancias, las operaciones de combate, el incierto tiempo y la necesidad de un
32 margen de seguridad, los B-25 tendrían que volar 3.840 kilómetros con una
carga de 3.200 kilos. Los aviones llevarían un ataque de bombardeo a baja
altitud sobre Tokio y los objetivos militares e industriales en las áreas adya-
centes. Los objetivos civiles estaban excluidos. Doolittle era un firme parti-
dario de no atacar el Palacio Imperial, porque creía que era un centro reli-
gioso e histórico. Además, pensaba que un ataque directo contra el emperador
galvanizaría la moral japonesa, como sucedió con los británicos durante la
Batalla de Inglaterra. El vuelo a baja altura ayudaría a las tripulaciones a evi-
tar ser detectadas, aumentaría la precisión de bombardeo y reduciría su vul-
nerabilidad al fuego antiaéreo. Este plan fue después modificado para lanzar
los aviones desde unos 640 kilómetros y también desde 1.040 kilómetros.
Existían tres planes de ataque:
Opción 1: El despegue tendría lugar tres horas antes del amanecer; se
llegaría al objetivo con las primeras luces. Esto permitiría la máxima sor-
presa y protegería a los portaaviones. Sin embargo, un lanzamiento noc-
turno podría ser muy difícil para las tripulaciones de la Fuerza Aérea y se
necesitarían luces en las cubiertas, lo que iluminaría a los portaaviones.
Opción 2: Lanzar un ataque con luz diurna y proseguir hasta aterrizar al
anochecer. Esta opción mejoraría las condiciones para la navegación y los
resultados del bombardeo. Sin embargo, el fuego antiaéreo. y los intercep-
tadores serían más efectivos contra los bombarderos con luz diurna.
Opción 3: Despegar justo después del anochecer, bombardear de noche
y llegar a las zonas de aterrizaje al amanecer. Un avión, el de Doolittle, actua-
ría como iluminador lanzando bombas incendiarias sobre Tokio para guiar
al resto de los bombarderos sobre el área. Ésta opción aumentaba la seguri-
dad de la fuerza naval y la de los bombarderos, pero reducía la habilidad de
los tripulantes para identificar sus objetivos. Esta era la opción preferida, ya
que maximizaba la sorpresa y minimizaba los riesgos.
Si eran detectados por una fuerza enemiga, los bombarderos serían lan-
zados inmediatamente. Duncan revisó las previsiones meteorológicas sobre
Japón y consideró que abril era la mejor época para la operación. King
aprobó la idea.
Finalizado el plan inicial, Duncan informó a Arnold el 17 de enero.
Arnold también estuvo de acuerdo con la idea y escogió a Doolittle para
preparar los bombarderos y a las tripulaciones del USAAC para la misión. El
23 de enero, Doolittle envió un B-25 a Mid-Continent Airlines en Mineápo-
lis para añadir tanques de combustible y retirar el equipo prescindible. Mid-

El Palacio Imperial era


un objetivo muy interesante,
pero Doolittle rechazó atacarlo
por diversas razones. Aunque
estaba bien defendido,
el ataque nunca llegó
a amenazarle. (Military
History Institute)
Continent modificó 24 aviones, que recibieron nuevos depósitos de com-
bustible, atalajes para las bombas, cámaras y la retirada de la torreta ventral,
que había dado problemas por fallos del sistema hidráulico. Como el silen-
cio de radio era vital, se quitaron las radios de enlace, que pesaban 113 kilos.
Puesto que el ataque tendría lugar a baja altura, las tripulaciones también
reemplazaron las miras de bombardeo Norden, diseñadas para grandes alti-
tudes. Además, la Fuerza Aérea no quería que cayeran en manos enemigas.
En su lugar, un miembro de las tripulaciones diseñó una mira de 20 cénti-
mos de dólar, denominada «Mark Twain», que reemplazaba a la Norden,
que costaba 10.000 dólares.
Los detalles de este plan sólo eran conocidos por King, Duncan y Doo-
little. Arnold informó a Roosevelt sobre algunos conceptos básicos el 28 de
enero. El 31, el general de brigada Carl Spaatz, de la Fuerza Aérea, dio a
Doolittle mapas y objetivos específicos procedentes de la sección de infor-
mación de Arnold.
Los estrategas comenzaron a estudiar aspectos puntuales como las posi-
bilidades de que el despegue de los B-25B desde el Hornet fuera un éxito.
Las pruebas de vuelo que tuvieron lugar el 1 y el 2 de febrero demostraron la
validez del concepto. Doolittle preveía que quince B-25 tomarían parte en
la incursión aérea. Antes se había decidido que fueran 18 si podían regresar
al portaaviones. Cada bombardero llevaría una combinación de bombas in-
cendiarias M43 de 900 kilos y de racimo M-54, que contenían 128 bombas Aunque no estaba en la cadena
de 500 g cada una. directa de mando, el emperador

Los aviones y las tripulaciones para la misión procedían del 17.” Grupo Hirohito era el líder del Imperio
japonés. Su seguridad era
de Bombardeo destinado en Carolina del Sur. Los voluntarios fueron selec-
la misión principal de las
cionados de entre 24 tripulaciones y personal de tierra. Tras la selección, lle- fuerzas japonesas. (Military
garon a Eglin Field (Florida) el 1 de marzo para recibir entrenamiento. La History Institute)
misión era bombardear Japón. Doolittle planeó usar sólo quince B-25 para
el ataque, pero necesitaba tripulaciones extra para formar un grupo de
reemplazo. Por ello, y para maximizar las medidas de seguridad, todas las
tripulaciones reunidas fueron embarcadas para la incursión.
Las tripulaciones tuvieron poco tiempo para relajarse durante el entrena-
miento. Tenían que aprender a despegar desde la cubierta de un portaaviones
con un B-25 que, cargado, pesaba 13.900 kilos, llevar a cabo un bombardeo a
baja altitud, sobrevivir a un vuelo campo a través, llevar a cabo una navegación
nocturna y practicas de vuelo. Las pasadas de bombardeo serían realizadas a
2.400 metros para evitar los efectos de las bombas de fragmentación. Los tri-
pulantes tenían que ajustarse a las necesidades de los B-25 modificados y pro-
bar sus capacidades. Tenían que obtener las prestaciones máximas con el
mínimo consumo posible de combustible. Debían intentar diversas aproxi-
maciones, incluyendo disminuir la velocidad, ajustar los carburadores y reem-
plazar las hélices; todo este entrenamiento era imprescindible.
La Marina, asimismo, estaba ocupada en los preparativos para el ataque.
El Hornet zarparía de Norlfok (Virginia), pasaría por el canal de Panamá y
recogería los aviones en Alameda. Sin embargo, el solitario Hornet sería vul-
nerable a los ataques enemigos a pesar de la cobertura de los otros buques
de la TF-17. Tras un informe de Duncan sobre la incursión (19 de marzo),
Nimitz decidió enviar otra fuerza de combate aeronaval, al mando de Hasley,
para apoyar el esfuerzo y reunirse con la TF-18 mientras se dirigía hacia el
oeste. Los dos portaaviones y los cruceros de las fuerzas operativas acelera-
rían hasta entrar dentro de la distancia de despegue, lanzarían a los B-25 y
34 entonces regresarían a toda máquina a Pearl Harbor.
EL RAID DE DOOLITTLE

ÚLTIMOS PREPARATIVOS
' ] grupo de Doolittle completó el entrenamiento en un mes. Al princi-
pio, Doolittle fue escogido sólo para liderar los preparativos de la
misión, denominada «Proyecto Especial de la Aviación n.” 1». En uno de
sus diversos viajes a Washington para informar a Arnold sobre el progreso
del entrenamiento, Doolittle convenció a un dubitativo Arnold de que él debía
mandar el ataque. Por dudas sobre las medidas de seguridad, no confiaba en
transmitir los informes por vía telefónica.
Los tripulantes de los bombarderos completaron los preparativos para el
ataque y dejaron Alameda el 25 de marzo. De los 24 aviones iniciales, sólo 22
volaron hacia el oeste. Un bombardero quedó destruido tras sufrir un acci-
dente durante un despegue, y otro tuvo problemas con el tren de aterrizaje.
El personal de tierra no disponía de tiempo para reparar al avión dañado.
Los tripulantes de los B-25B viajaron desde Phoenix (Arizona) hasta Cali-
fornia a través de San Antonio (Texas). Desde allí, el grupo voló hasta March
Field, en el sur de California, y hacia el 27 de marzo todos los aviones habían
llegado ya al Depósito de Aviación de Sacramento. Los B-25B fueron inspec-
cionados y algunos equipos, como las hélices, fueron cambiados. Por desgra-
cia, los técnicos del Depósito de Aviación de Sacramento desconocían la
misión o las calibraciones especiales de los aviones, como por ejemplo los ajus-
tes de los carburadores. Desconocedores de esto, recalibraron los carburado-
res a los niveles habituales, lo cual haría que los pilotos fueran incapaces de
obtener las máximas prestaciones de sus aparatos. Por fortuna, uno de los tri-
pulantes advirtió en uno de los motores la presencia de un carburador están-
dar con un número de serie diferente. Los ajustes y algunos nuevos equipos
tuvieron que ser eliminados, y se regresó a los ajustes iniciales.
El grupo entero de Doolittle llegó a la costa de la bahía de San Francisco
y a Alameda el 1 de abril. Doolittle y Halsey se habían encontrado antes, el

El Kaga y otros buques de la


Marina Imperial llevaron a cabo
diversas operaciones a lo largo
del Pacífico tras el ataque.
Estados Unidos temía que,
sin un cambio decisivo
en el curso de la guerra,
las fuerzas japonesas
se atrincherarían con firmeza
en el Pacífico. (National
Archives)
La TF-18 abandonó la bahía
de San Francisco el 2 de abril.
El dirigible de la Marina L-8
transportó partes esenciales
para los bombarderos B-25,
incluyendo los instrumentos
de navegación. (US Navy)

31 de marzo, para ultimar la coordinación de las dos partes de la misión.


Nimitz y Halsey tenían algunas dudas sobre el ataque. Las fuerzas navales
niponas estaban operando en lugares tan lejanos como el océano Índico,
habían bombardeado Ceilán y, más tarde, hundirían diversos barcos de la
Royal Navy, como por ejemplo el portaaviones Hermes. La Marina estadou-
nidense desconocía las intenciones de los japoneses, y necesitaban poder
responder a cualquier amenaza. Enviar los portaaviones tan cerca de Japón
era considerado casi un suicidio para cualquier barco, avión o tripulación.
Hasta que el servicio de información del CINCPAC determinó que losjapo-
neses habían finalizado sus operaciones en el Índico, King estaba también
preocupado por un posible ataque contra Australia. Con estos informes,
estos temores fueron disminuyendo. En lugar de este ataque, información
consideraba que el próximo objetivo nipón sería Nueva Guinea y que la
Fuerza Combinada comenzaría a operar en el Pacífico Central. En esas cir-
cunstancias, se pidió a Nimitz que desplegara dos de los cuatro portaaviones
de la Flota del Pacífico en aguas enemigas, al mando de su comandante más
experimentado, Halsey. Pese a los riesgos, Nimitz dio todo su apoyo al ataque.
Mitscher ordenó que 16 de los B-25 fueran instalados en la cubierta del
Hornet, todos, salvo uno, serían lanzados contra Tokio. El contingente de la
USAAF sumaba 70 oficiales y 130 soldados. Pese a que Doolittle les había entre-
nado para utilizar toda la longitud de la cubierta de vuelo, nadie había asistido
al despegue de un B-25 desde un portaaviones. El decimosexto avión haría una
demostración a unos 160 kilómetros y regresaría a California. El avión extra
«cabía» en cubierta, y, aun así, permitía el uso de los 1.452 metros necesarios
de la cubierta de vuelo para el despegue. El teniente de navío H.L. Miller, que
había instruido a las tripulaciones sobre los procedimientos de despegue desde
un portaaviones, pilotaría el aparato. Sin embargo, algunos temían que los
aviones en la cubierta del Hornet pudieran ser vistos por espías y que el vuelo
de demostración les pusiera en alerta sobre su misión.

ZARPA LA TASK FORCE


DERECHA Muchas de las
La TF-18 partió de San Francisco a las 10 de la mañana del 2 de abril en medio tripulaciones de Doolittle

de una espesa niebla. La protección contra un posible ataque submarino decoraron los morros de sus
aviones con dibujos. El capitán
corrió a cargo de patrullas aéreas de apoyo, realizadas por hidroaviones Con- Ross Greening bautizó su avión
solidated PBY Catalina de la Marina, que se extendieron hasta los límites del con el nombre de Hari Kari-er.
36 mar occidental y se prolongaron hasta el final de la tarde. El último contacto (US Navy)
directo del Hornet con el continente fue a través del dirigible de la Marina
1-8, tenía que hacer entregar dos cajas con instrumentos de navegación que
no habían sido instalados en el Depósito de Aviación de Sacramento. Todas
las futuras comunicaciones de rutina entre los buques de la TF-18 serían lle-
vadas a cabo mediante señales lumínicas. Las radios mantendrían un estricto
silencio, a menos que fuera absolutamente necesario recibir o transmitir un
mensaje. Una vez adentrados en el mar, el objetivo de la misión de Doolittle
fue comunicado a los tripulantes de la Marina. Según Mitscher, la informa-
ción propició una atmósfera «en la que la moral alcanzó altas cotas, donde
permanecería hasta el momento del ataque».
La TF-16 de Halsey zarpó de Pearl Harbor a las 12:32 h del 8 de abril. El
Enterprise dirigía la fuerza hasta el sur de Pearl Harbor, donde recuperó los avio-
nes del Grupo Aéreo 8. La TF-16 puso rumbo noroeste para encontrarse con
la TF-18. Mar gruesa y fuerte viento crearon problemas a ambas fuerzas ope-
rativas. Se suspendieron las patrullas aéreas. Mitscher tuvo que reducir la velo-
cidad de la TF-16 para limitar posibles daños estructurales en el Cimarron. Pese
a la mala mar, el Cimarron logró repostar a los destructores el 8 de abril. Sin
embargo, el repostaje del Hornet tuvo que ser cancelado por las malas condi-
La TF-18 sólo recibió una ciones meteorológicas. El mar, el viento y la lluvia continuaron acompañando
entrega de suministros durante a las dos fuerzas de ataque y limitando su velocidad. Se ordenó a la TF-18 que
su viaje para reunirse con la
retrasara su encuentro con la TF-16 hasta el 13 de abril.
TF-16. El dirigible de la Marina
L-8 realizó la entrega cerca
Los tripulantes de los bombarderos se mantuvieron ocupados con entre-
de la costa de California. namiento adicional durante el viaje. El capitán de corbeta Stephen Jurika les
(US Navy) instruyó sobre Japón y los objetivos. Jurika había estado destinado como agre-
gado naval en Tokio de 1939 a 1941. Ayudó a las tripulaciones a localizar los
objetivos dándoles referencias terrestres para
la navegación, como ríos y puentes. También
les entregó informes sobre los emplazamien-
tos antiaéreos y las tácticas de los cazas. Los tri-
pulantes hicieron prácticas de tiro y con las
torres disparando a maquetas, y estudiaron
navegación mediante la posición de las estre-
llas para el vuelo nocturno bajo la supervisión
del oficial de navegación del Hornet. El
teniente TA. White, oficial médico de la
misión, les impartió clases de medicina de
campaña y de primeros auxilios. Los mecáni-
cos también comprobaron los B-25 y los man-
tuvieron listos para el combate.
La TF-16 se mantuvo en un rumbo de 310
grados con respecto a las islas Hawai, aproxi-
mándose a la TF-18. El primer contacto entre
ambas fuerzas se efectuó a las 16:30 h del 12
de abril mediante radar, a unos 230 grados y a
una distancia de 130 millas. Las dos fuerzas se
encontraron a 38” 00” de latitud Norte y 180”
00” de longitud Este a las 06:00 h del 13 de
abril.
Las dos fuerzas operativas se convirtieron
en la TF-16 bajo el mando de Halsey. Halsey
ordenó a su fuerza tomar un rumbo de 265
grados este hacia Japón a una velocidad de 16 37
RUTA DE LA F
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| or100 ar 12.00 h del 20 de abril
Ñ Despegue del último B-25B > j 12.00 h del 19 de abril
12.00 h del 17 de abril || 12.00 h del 21 de abril
Despegue de Doolittle Repostaje de los buques |;

250 millas

500 km

nudos. El ataque fue planeado para el 19 de abril, dependiendo de las condi-


ciones meteorológicas y de la velocidad. La fuerza combinada tenía tiempo
suficiente para cruzar el Pacífico central. Sin embargo, la seguridad se man-
tuvo a un nivel alto. Continuaron los vuelos de reconocimiento procedentes
del Enterprise en torno a 200 millas alrededor de la fuerza naval. Asimismo,
los buques mantuvieron una estrecha vigilancia ante una posible actividad
naval enemiga.
Los submarinos Trout y Thresher patrullaban el área cercana a las aguas
costeras de Honshu donde operaría la TF-16. El 7rout disparó dos torpedos
contra dos pequeños cargueros el 9 de abril; este ataque, al igual que otro
lanzado por el mismo submarino el día 10 contra un vapor, falló en su obje-
tivo. Por último, el 11 de abril, uno de los dos torpedos disparados contra
un mercante de gran tamaño logró alcanzar el objetivo pero sin hundirlo.
El Thresher, que recogía información meteorológica, patrullaba la zona de
Inubo Saki, por donde pasarían los B-25 en su camino desde el Pacífico a la
bahía de Tokio. Como el Trout, el Thresher atacó diversos objetivos, inclu-
yendo un carguero de 10.000 toneladas el 10 de abril. Aunque este buque
logró escapar, el submarino tuvo más suerte cerca de Yokohama, en la bahía
de Tokio, donde alcanzó a un mercante de 5.000 toneladas, que se hundió
en tres minutos. El submarino fue atacado a continuación por un destruc-
tor japonés con cargas de profundidad. Pese a los daños sufridos, el Thres-
her continuó con su misión e informando de la situación meteorológica.
Tanto el Trout como el Thresher confirmaron la ausencia de cualquier for-
mación naval importante que pudiera amenazar a la TF-16.
El largo viaje a Japón fue celebrado con una sencilla «ceremonia», usando
unas medallas japonesas que habían sido concedidas a miembros de la Marina
estadounidense durante una visita a Tokio en 1928. Estas medallas represen-
taban el deseo del Gobierno japonés de amistad y cooperación con Estados
Unidos. Los veteranos marinos que las recibieron las enviaron a Washington
38 con la esperanza de que algún día se les diera un uso apropiado. El secretario
El avión número 40-2249,
pilotado por el capitán Ross
Greening, bombardearía
Yokohama. La tripulación
saltaría con posterioridad
sobre territorio chino.
(US Navy)

El personal de cubierta aseguró


que los B-25B estuvieran
trincados con seguridad para
evitar que sufrieran cualquier
daño durante el viaje.
El mantenimiento y las
comprobaciones de los aparatos
permitieron a las tripulaciones
verificar los motores, como
muestra la imagen. (US Navy)

de la Marina, Frank Knox, reunió las medallas y se las envió a Nimitz, que las
pasó al «Proyecto Especial de la Aviación n.” 1». Doolittle y Mitscher decidie-
ron «devolver con intereses» las medallas al incorporarlas a las bombas de los
B-25. Jurika contribuyó con la medalla que recibió de los japoneses durante
su servicio en la embajada norteamericana.
La fuerza de combate observó cierta actividad. Las señales de radio detec-
taron la presencia de un buque meteorológico japonés a 44” 00” de longitud
Norte, 162* 00” de latitud Este, a unos 800 kilómetros de las Kuriles, a 1.200
kilómetros de las islas Aleutianas y a 1.920 kilómetros de Tokio. Este buque no
constituía una amenaza para la T'F-16, pero podía ser una futura fuente de
problemas para cualquier fuerza de ataque que operara más al norte.
Mientras tanto, Stillwell y Chiang continuaban sus preparativos en los
aeródromos chinos. El 16 de marzo, Arnold había pedido a Stillwell cantida-
des y tipos específicos de productos petrolíferos, equipos de radio y apoyo. En
la China oriental escaseaban tanto el combustible como las radios. También 39
Los tripulantes del B-25B
basaban su defensa en dos
ametralladoras de 12,7 mm
montadas en la torreta dorsal
y una de 7,62 mm situada
en el morro del aparato.
En la foto, personal del ejército
carga munición de 12,7 mm
en cajas. (US Navy)

surgieron dudas sobre el tiempo y el uso de Yushan, Kian y Lishui. A menos


que estos aeródromos fueran revisados por oficiales norteamericanos (Still-
well insistió en que oficiales de la Fuerza Aérea del Ejército se encargaran
de ello); sólo Kweilin y Chuchow parecían reunir las condiciones necesarias
para apoyar una «operación de bombarderos pesados». Debido a las condi-
ciones meteorológicas y a algunos contratiempos de vuelo, algunos campos
de aviación no fueron examinados. Pese a ello, la misión continuó; un men-
saje enviado a Stillwell el 30 de marzo especificaba que «la operación con-
templa sólo un despegue y aterrizaje de bombarderos medios».
Stillwell buscó equipo, por ejemplo, transmisores multibanda (de 333
kilociclos a 12 megaciclos), buscadores de dirección de largo alcance (de
200 kilociclos a 6 megaciclos), y receptores (de 150 kilociclos a 15 megaci-
clos) para cada pista de aterrizaje. Tanto la gasolina como las fuentes de
petróleo eran difíciles de conseguir. El 25 de marzo, la compañía petrolífera
Russell Standard Vacuum de Calcuta (India) suministró aceite y gasolina.
Stillwell recibió 135.000 litros de gasolina de 100 octanos y 2.250 litros de
aceite de 120 grados. Stillwell tenía que transportar el combustible y el
aceite en bidones de 5 litros; el servicio fue cubierto por aviones DC-3 de la
compañía aérea Pan American. Pidió más información sobre este particular,
pero le fue denegada. Arnold continuó enfatizando la importancia y el
secreto tanto del combustible como de los equipos y zonas de aterrizaje.
Una vez el combustible y el aceite fueron asegurados, Arnold dio ins-
trucciones detalladas a Stillwell para que lo apoyara. En un cablegrama del
26 de marzo, Arnold anunció que Kweilin recibiría 45.000 litros de gasolina
y 100 de aceite, y los otros cuatro aeródromos, 5.000 galones de gasolina y
450 de aceite cada uno. Stillwell fue autorizado a usar cualquier medio dis-
ponible para entregar el combustible y los suministros a los aeródromos.
Cada zona de aterrizaje debía recibir estos elementos para la medianoche del
9 al 10 de abril. Arnold quería, asimismo, grupos de apoyo en tierra de doce
miembros, uno de los cuales debía hablar inglés. El personal de tierra seña-
laría cada campo de aviación con cinco bengalas en cada lado de la pista y
cinco al final de barlovento. Las dotaciones tenían que estar listas para com-
pletar estas tareas dos horas antes del amanecer del 10 de abril. Si no había
bengalas disponibles, entonces se prendería fuego a bidones de combustible.
40 Sólo se informó a Chiang de que hasta 25 B-25 aterrizarían en China una vez
la TF18 hubiera abandonado California. Arnold informó a Stillwell de que
«el 20 de abril, el proyecto especial llegaría a su destino». Una vez los avio-
nes hubieran aterrizado, serían reaprovisionados y enviados a Chengtu para
ser dispersados, mientras que los tripulantes viajarían a Chungking.
Stillwell preparó todos los campos de aviación para las operaciones. Los
Japoneses atacaron algunos de los lugares de aterrizaje a primeros de abril,
pero los daños fueron leves. En un mensaje a Arnold del 16 de abril, Still-
well informó de que todo el apoyo, el combustible y el aceite estaban listos.
Stillwell añadió que las dotaciones de tierra transmitirían una señal usando la
clave «57» durante el mismo período de dos horas de las bengalas. La señal
sería transmitida en una frecuencia de 333 kilociclos y a 900 metros. Esto ayu-
daría a los pilotos en condiciones de mal tiempo. Los tripulantes de tierra y las
zonas de aterrizaje estaban listas para recibir a Doolittle en la fecha prevista.

«AVISTADOS TRES PORTAAVIONES»


La TF-16 siguió su curso sin incidentes. Las dotaciones de los barcos practi-
caron alerta general al amanecer y al oscurecer, unos momentos vulnera-
bles para de la flota. El 18 de abril, la fuerza norteamericana estaba a unos
1.600 kilómetros al este de Japón. Los petroleros habían reaprovisionado a
los portaaviones y los cruceros. Las condiciones meteorológicas empeora-
ron, con vientos de galerna cercanos a los 35 nudos, mala mar y visibilidad
limitada de uno a tres kilómetros. A las 14:39 horas, los portaaviones Hornet
y Enterprise, más los cuatro cruceros, pusieron rumbo oeste para lanzar a los
aviones. La fuerza de ataque navegaba hacia su objetivo a una velocidad
aproximada de 20 a 25 nudos. En este punto, los petroleros y los destructo-
res quedaron atrás. Esto permitió a los portaaviones y a los cruceros moverse
a gran velocidad. Los petroleros eran demasiado lentos para mantener el
ritmo del resto de los barcos.
Los preparativos finales parecían completos. Los hombres de Doolittle esta-
ban listos para despegar con sus aviones el 19 de abril y llegar a la costa china
en la mañana del 20, a menos que los estrategas hubieran hecho mal sus ajus-
tes de tiempo y los cálculos estuvieran equivocados. Con la prisa de completar
el plan, nadie había considerado que la TF-16 cruzaba la línea internacional de

Unos marineros observan cómo


los tripulantes de los B-25B
preparan sus cajas de
municiones para la misión.
Las ametralladoras de 12,7 mm
lograron derribar varios
interceptadores japoneses
durante la incursión. (US Navy) 41
El teniente coronel Jimmy
Doolittle llevó a cabo
una «ceremonia» en el Hornet
para devolver unas medallas
japonesas «con intereses».
Estas medallas fueron donadas
por veteranos de la Marina
de Estados Unidos. (US Navy)

El raid de Doolittle tuvo un


gran impacto estratégico
en el teatro de operaciones del
Pacífico y en la Segunda Guerra
Mundial. El personal del Ejército
y de la Marina organizó la
operación en apenas dos
meses. En la foto, las
tripulaciones posan en la
cubierta del Hornet. (US Navy)

42
cambio de fecha. Se descubrió el fallo, pero como imperaba el silencio de
radio, no se pudo hacer nada. Si todo iba como estaba previsto, la fuerza de
Doolittle llegaría un día antes a China. Halsey tendría que haber informado a
Pearl Harbor una vez que los bombarderos hubieran despegado. Halsey nunca
lo hizo. Tampoco hubiera ayudado nada a los aviones si lo hubiera hecho.
Los barcos de la TF-16 continuaron su vigilancia para evitar ser descu-
biertos y mantuvieron su curso de 276 grados. A bordo del Enterprise, un ofi-
cial de guardia, el alférez Robert Boettcher, detectó dos contactos de radar
a las 03:10 h del 18 de abril. Los objetivos estaban a 18,2 kilómetros de dis-
tancia y a una demora de 255 grados. Dos minutos después, se vio una luz
en la dirección general del radar de contacto. Halsey dio la orden de zafa-
rrancho de combate general a todos los buques. Los portaaviones y los cru-
ceros cambiaron rumbo a 350 grados para evitar ser vistos y malograr la mi-
sión. Hacia las 03:41 h, los dos contactos de superficie salieron de la pantalla
del radar a una distancia de 24 kilómetros y una demora de 203 grados. La
maniobra de la flota había evitado su detección y retornaron a su rumbo
directo a Japón a las 04:15 h.
El Enterprise continuó sus patrullas aéreas con normalidad, pero con
cierta aprensión. A las 05:07 h se iniciaron las patrullas de combate aéreo y
de patrulla interna. Se lanzaron tres bombarderos en picado SBD Dauntless
a las 05:22 h para buscar cualquier contacto de superficie enemigo. Uno de
los aviones, el pilotado por el teniente de navío O.B. Wiseman, divisó un
barco a unas 42 millas por delante de la fuerza de combate. Wiseman con-
sideró que había sido avistado, regresó al Enterprise y dejó caer una nota
sobre la cubierta, para no utilizar la radio, indicando su avistamiento. La
fuerza de combate cambió nuevamente su curso a 220 grados. Sin embargo,
se necesitaría algo más que un cambio de rumbo.

EL NITTO MARU
A las 07:44 h, los vigías del Hornet detectaron un buque de vigilancia japo-
nés a unos nueve kilómetros con una demora de 221 grados. Este barco for-
maba parte de la 5.* Flota de la Marina Imperial japonesa en misión de
alerta temprana para la defensa nacional. El Nitto Maru número 23 realizaba
su patrulla normal y había detectado a la fuerza de combate, y envió un
mensaje por radio a las 06:30 h al buque insignia de la 5.* Flota, el Kiso. El
barco era un sampán de pesca convertido de 21 metros y 70 toneladas, y
estaba armado con ametralladoras y un cañón. El Estado Mayor de la
Marina Imperial recibió la notificación de que «se habían detectado tres
portaaviones enemigos. Posición, 650 millas náuticas (1.040 kilómetros) al
este de Inubo Saki». Doolittle esperaba poder lanzar sus aviones a unos 640
kilómetros de la costa japonesa. El mando de la 5.* Flota esperaba que un
ataque lanzado desde un portaaviones tendría lugar a una distancia más
próxima a la costa. Sin embargo, el cuartel general de la Flota Combinada
transmitió con rapidez: «Método Táctico Número 5 contra la flota de Esta-
dos Unidos», una orden para atacar. Elementos de la 1.* y 2.* Flotas partie-
ron de Yokohama en busca del enemigo. Los portaaviones de la fuerza del
vicealmirante Chuichi Nagumo, procedentes del océano Índico, comenza-
ron a navegar hacia las posiciones que se habían transmitido.
Sin embargo, los estrategas navales japoneses calcularon que cualquier
ataque empezaría en las primeras horas del 19 de abril. El corto alcance de
Los cazas F4F-3 del USS
Enterprise se encargaron
de la protección aérea de
la TF-16 durante la misión.
Aquí, el personal de vuelo
recarga las ametralladoras
de 12,7 mm. (US Navy)

Un bombardero en picado
Douglas SBD Dauntless con
cinco Douglas TBD Devastator
del Enterprise. Estos aviones
apoyaron a los bombarderos
durante el ataque. (US Navy)

los cazas F4F obligaría a la fuerza de combate estadounidense a aproximarse


hasta una distancia de 320 kilómetros de la costa nipona. Los anteriores ata-
ques de los portaaviones de la Flota del Pacífico en las islas Marshall y Mar-
cus habían sido lanzados desde una distancia de 200 millas. El avistamiento
permitiría a la flota japonesa concentrar los elementos de la Flota Combi-
nada y de la 5.* Flota para interceptar al enemigo a unos 480 kilómetros al
este de la costa nipona. La Flota Imperial sorprendería a los atacantes y les
asestaría un golpe mortal.
Las operaciones de la Flota Imperial podría continuar de manera normal
hasta el día siguiente. Yamagata, comandante de la 26.* Flotilla Aérea, había
lanzado sus aviones de patrulla, bombarderos medios bimotores del grupo
aéreo de Kisarazu, a las 06:30 h. Los aviones, casi con toda seguridad Mitsu-
bishi G4M Betty, buscarían en un radio de 700 millas náuticas (1.120 kiló-
metros) desde la base de la 26.* Flotilla Aérea.
De hecho, la Marina Imperial estaba al tanto de que una fuerza de por-
taaviones enemiga navegaba en el Pacífico Central, pero su misión conti-
nuaba siendo desconocida. El 10 de abril, los analistas de radio de la inteli-
gencia de la Marina japonesa habían interceptado una transmisión
procedente de la TF-16. Este hecho permitió situar a la flota estadounidense
28” 0” de latitud Norte y en la longitud 164” 0” de longitud Este. La Marina
Imperial estimó la posibilidad de un ataque lanzado desde un portaaviones
y alertó al Mando General de Defensa del Ejército. El mando oriental del
general príncipe Higashikuni lanzó entonces una alerta preventiva de ataque
aéreo a todas las unidades de defensa aérea. Al igual que la Marina Imperial,
el Ejército consideraba que la flota de portaaviones necesitaría acercarse más y
que el ataque no tendría lugar antes de la mañana del 19 de abril. El Mando
General de Defensa del Ejército podía posponer la alerta final de ataque aéreo
hasta entonces.
Halsey ordenó zafarrancho de combate para todos los barcos después de
haber avistado al Nitto Maru. Los Wildcat del Enterprise, en patrulla de combate
aéreo, ametrallaron el barco vigía con la esperanza de hundirlo, pero fallaron.
Los bombarderos en picado Dauntless también fallaron en sus ataques. Hal-
sey ordenó al Nashville que atacara. El capitán F.S. Craven, el comandante del
Nashville, pidió permiso para abrir fuego mediante las banderas de señales;
eran las 07:50 h, Halsey lo autorizó a las 07.52 h y un minuto después el Nash-
ville respondió con sus cañones de 125 mm. El crucero necesitó la increíble
cantidad de 928 proyectiles de 125 mm y 29 minutos para hundir el Nitto
Maru. Craven achacó posteriormente esta pobre actuación a la inexperiencia
de los artilleros, a la fuerte marejada, con olas de más de 6 metros, que com-
plicaron el ajuste de la puntería de los cañones, y a los intentos iniciales de
acertar en la radio del objetivo. El barco se hundió 35” 50” de latitud Norte y
153” 40” de longitud Este a las 08:23 h. Se vieron a dos supervivientes, pero no
fueron recogidos. La TF-16 estaba a unas pocas millas de la prevista zona de
lanzamiento con algunas horas de antelación. Halsey tenía diversas opciones:
podía retirarse; retirar los B-25 de cubierta, y hacer frente al enemigo o lan-
zar el ataque antes de lo previsto. Halsey tomó una decisión: lanzaría los avio-
nes inmediatamente, como estaba planeado, ya que la TF-16 había sido avis-
tada. A las 08:00 h el Hornet recibió ordenes de preparar los B-25 para el
despegue. El mensaje que Halsey envió a Mitscher y a Doolittle desde el Enter
prise rezaba: «Lanzar los aviones. Al coronel Doolittle y sus valientes tripula-
ciones: buena suerte y que Dios os bendiga».

«PILOTOS DEL EJÉRCITO, A SUS AVIONES»


Los hombres de Doolittle se prepararon para el vuelo tras la orden de las
08:00 h, era antes de lo esperado y a una distancia mayor. El Hornet viró
hacia el viento para lanzar a los B-25 en un curso de 310 grados. Las bom-
bas de los aviones necesitaban ser armadas y suministrarles más combusti-
ble. El personal de cubierta de los portaaviones corrió para llenar diez latas
de cinco galones (18,9 litros) por avión para el viaje. Bombas de prácticas
vacías fueron usadas como improvisados contenedores de combustible. Los
navegantes necesitaban posiciones y condiciones meteorológicas precisas
para planear el vuelo a sus destinos en Japón. Las tripulaciones de los bom-
barderos, que esperaban estar listas para despegar hacia el final de la tarde,
se reunieron para iniciar los preparativos de vuelo. El personal de cubierta
y los miembros de la USAAF tenían que retirar los cabos que impedían que
los bombarderos se desplazaran por la cubierta.
Las condiciones no eran las óptimas para el lanzamiento de los aviones,
y menos aún para uno intentado por tripulaciones inexpertas de bombar-
deros terrestres. Los pilotos tendrían que vérselas con un mar encrespado,
fuertes vientos del noroeste y nubosidad variable. Las olas se estrellaban
contra las cubiertas de los cruceros y de los portaaviones. 45
EL USS NASHVILLE ATACA AL BUQUE VIGÍA JAPONÉS daño externo. Los SBD Dauntless llevaban dos bombas
NITTO MARU (páginas 46-47) de 45 kilos en las alas y una de 225 kg en el centro del
fuselaje. La marca (5) en el SBD que se ve en primer plano
Pese a las extremas medidas de seguridad tomadas muestra una «B» de un escuadrón de bombardeo y el
por Washington para asegurar el éxito total de la misión, número «10» que identificaba al aparato. En el morro del
un buque vigía japonés divisó a la TF-16 de manera motor puede observarse un pequeño número blanco de
prematura según el plan. Los buques de la fuerza de identificación (6). Los otros aviones del mismo escuadrón
combate mantenían una cuidadosa vigilancia durante podían tener insignias y marcas de diferente tamaño: la
su viaje de Alameda a Japón en busca de cualquier fuerza Marina de Estados Unidos publicaba normas generales
naval o aérea del enemigo para evitar ser detectados. respecto a las insignias, pero existían variaciones locales.
El objetivo de Halsey era acercar a la TF-16 lo máximo La marca (7) «F 23» de los F4F indican «F» para caza y «23»
posible a las islas metropolitanas de Japón sin exponer como número de identificación. Algunos aviones del
sus portaaviones a un ataque enemigo. La Marina Imperial Enterprise podían llevar un «6» por pertenecer al escuadrón
japonesa desplegó una flota de buques vigía para tener un VF-6. El F4F Wildcat, armado con tres ametralladoras de
sistema de alerta temprana ante una posible incursión 12,7 mm en cada semiala, era el caza de primera línea
aliada. Por desgracia para Halsey y Doolittle, el Nitto Maru de la Flota del Pacífico. Lento y menos maniobrable que
transmitió un mensaje de radio para avisar a Tokio de la su enemigo, el A6M Cero, su piloto tenía que confiar su
presencia de la TF-16. El personal de la TF-16 interceptó la victoria en combate aéreo a la potencia de su armamento
transmisión y Halsey lanzó los B-25B antes de lo que estaba y a la robustez de la célula. El 18 de abril,
planeado. El Nítto Maru (1) era un ballenero de 90 toneladas su comportamiento contra el Nitto Maru fue poco
reconvertido, ditado de radio, ametralladoras y un cañón satisfactorio. El F4F ayudaría, con posterioridad, a cambiar
ligero. El Nashville (2) y los aviones del Enterprise recibieron el rumbo de la guerra del Pacífico durante la crucial batalla
ordenes de atacar al Nitto Maru. El ataque comenzó a las de Midway. El Nitto Maru se hundió con rapidez tras ser
08:30 h del 18 de abril y duró cerca de 30 minutos. El alcanzado por el Nashville, que disparó 900 proyectiles.
Nashville usó sus cañones de 125 mm. Los disparos se Durante otra acción de superficie, una vez Doolittle
hicieron en salvas, tres cañones cada vez. Bombarderos en abandonó el Hornet, se hundió otro buque vigía. Aunque
picado Douglas SBD Dauntless (3) y F4F Wildcat (4) del USS el Nashville hundió el navío, la puntería fue también pobre.
Enterprise también bombardearon y ametrallaron el sampán, Halsey exigió una amplia explicación sobre el motivo por el
pero no pudieron destruirlo. Ninguna de las bombas que la puntería del ametrallamiento y el bombardeo aéreo y
lanzadas contra el Nitto Maru lo alcanzó, y no se informó de naval estuvieron por debajo de lo esperado.
La seguridad fue extrema
durante todo el viaje a Japón.
El USS Gwin (DD-433) mantuvo
una estrecha vigilancia en
busca de submarinos y buques
de superficie enemigos, y actuó
como plataforma móvil de
defensa antiaérea. (US Navy)

La decisión de Halsey de lanzar los aviones en ese momento tuvo conse-


cuencias para la misión. Los pilotos estaban preocupados por las posibilidades
de alcanzar la costa china. En su aproximación a la costa japonesa de camino
hacia sus objetivos, los tripulantes de los bombarderos usaron el faro de Inubo
Saki como un punto de referencia para la navegación. Si la distancia entre
Inubo Saki y los portaaviones era de 900 kilómetros, existiría una oportunidad
para que los aviones aterrizaran en las cinco localizaciones preparadas. Si el
lanzamiento tenía lugar a 1.000 kilómetros, sería imposible aterrizar en el
campo de aviación de Yushan. La flota estaba a unos 990 kilómetros cuando
comenzó a lanzar sus aviones, más lejos de lo previsto. Según los diarios de gue-
rra de Halsey, él advirtió que los aviones volarían hacia Tokio en condiciones
meteorológicas adversas. A bordo de la TF-16, sus meteorólogos anunciaron
vientos contrarios de unos 27 nudos, lo que aumentaría el consumo de com-
bustible. Las tripulaciones de los bombarderos sabían que algunos de ellos no
alcanzarían los campos de aviación. En la confusión subsiguiente, Halsey no
informó a todos sobre la temprana partida de los bombarderos. Además, ata-
carían con la luz del día, no con la seguridad de la noche.
A las 08:03 h, el Hornet aumentó su velocidad a 22 nudos para prepararse
para lanzar los aviones. Los tripulantes escucharon la orden: «pilotos del Ejér-
cito, a sus aviones». Los bombarderos comenzaron los procedimientos para
calentar sus motores. El personal de la Marina dispuso los B-25 en dos colum-
nas en la cubierta de vuelo para el despegue. El personal de control del Hor-
nel dio la velocidad y direcciones del viento con grandes señales para ayudar
a las tripulaciones y darles información en tiempo real. Estas instrucciones
fueron transmitidas mediante señales lumínicas desde una torre de cañones.
Doolittle fue el primero en abandonar el Hornet a las 08:20 h. La posición de
la TF-16 era 35? 43” de latitud Norte y 153” 25” de longitud Este.
Las operaciones de lanzamiento concluyeron cuando despegó el último
de los quince aparatos. Mitscher informó de la mala mar y de los fuertes vien-
tos, que alcanzaban los 40 nudos. Esto hacía que el Hornet «Cabeceara con vio-
lencia y, también, que el verde mar barriera la proa y mojara la cubierta de
vuelo». El último aparato despegó a las 09:21 h.
Aunque todos los aviones fueron lanzados con éxito, hubo algunos pro-
blemas. Mitscher fue muy crítico sobre los despegues y los definió como «peli-
grosos y pobremente ejecutados». Pudo ver a los aviones con los estabilizado-
res calados todo atrás durante el lanzamiento a la velocidad requerida.
Entonces, los pilotos tenían que tirar suavemente de los volantes, al borde 49
DESPEGUE DE LOS BOMBARDEROS B-25B Y HUNDIMIENTO
DE LOS BUQUES VIGÍA JAPONESES, 18 DE ABRIL DE 1942
155E Los aviones de la USAAF informaron de
Hb haber ametrallado y bombardeado buques
vigía en estas localizaciones.
0 50 millas

0 100 km

Ha Todas las horas son locales, 18 de abril.


ta 1 03:10 El USS Enterprise detecta por radar diversos buques vigía.
A 03:10 Posición de un buque vigía avistado por el USS Enterprise.
2 05:08 El USS Enterprise lanza un avión de reconocimiento.
35'N 3 06:00 Los aviones de reconocimiento notifican al USS Enterprise
la presencia de un buque vigía.
B 06:00 Localización del buque vigía avistado por el USS Enterprise.
4 07:44 El USS Hornetavista el Nitto Maru.
5 08:20 El USS Hornet comienza a lanzar a los B-25B.
C 08:21 El USS Nashville hunde el Nitto Maru.
6 09:21 Finaliza el despegue de los B-25B.
D 11:55 Los aviones embarcados ametrallan y bombardean un
buque vigía.
7 12:14 La fuerza de combate establece contacto de radar con
un buque vigía.
E 12:14 Localización del buque vigía detectado por la fuerza
de combate.
ra 8 14:40 El USS Nashville y algunos aviones atacan al buque vigía.
F 14:40 Es hundido el buque vigía atacado por el USS Nashville
y algunos aviones.
9 - Se estrella un avión Dauntless.

de la entrada en pérdida. Los B-25 luchaban para ganar velocidad tras aban-
donar la cubierta; si no la lograban, caerían al mar. Muchos de los aviones
apenas consiguieron mantenerse a escasos 30 metros del agua. El instructor
de la Marina, el teniente de navío Miller, intentó escribir algunas instruc-
ciones en un cartel, pero parecía que los pilotos las ignoraban. Algunos B-25
lograron despegar sin incidentes.
Luego, los bombarderos fueron virando a estribor y volaron sobre el
Hornel para que los navegantes alinearan su posición. Los navegantes de la
Marina continuaron actualizando la información para los B-25 que iban des-
pegando, información que les ayudó a ajustar sus giroscopios y sus compa-
ses. Estas acciones eran críticas para calcular la trayectoria de vuelo al obje-
tivo y el aterrizaje en China; en especial, dadas las distancias adicionales y las
pobres condiciones meteorológicas.

GOLPEANDO EN EL CORAZÓN
DEL ENEMIGO

Durante el vuelo hacia Japón, las tripulaciones fueron informadas de sus


objetivos primarios y secundarios. Los B-25 se organizaron en grupos de tres
o cuatro aparatos, cada uno de los cuales debía atacar un área geográfica
específica en torno a Tokio o aún más lejos.
Los objetivos habían sido seleccionados por fuentes del servicio de infor-
mación de la USAAF. Incluían Tokio, Yokohama, Kobe, Nagoya y Osaka. Los
objetivos en Tokio eran la Compañía Eléctrica de Japón, la Compañía de
Gas y Electricidad de Tokio y el Arsenal del Ejército. La información sobre
estos objetivos incluía una descripción de la función de cada uno y su impor-
tancia para el Ejército japonés. Por ejemplo, la Compañía Eléctrica de
Japón fabricaba equipos de transmisiones (radios, teléfonos, tubos de vacío
e instrumental). Los oficiales de información señalaron la presencia de una
central eléctrica al oeste de la fábrica. Nagoya era la sede de los cuarteles
generales de la Tercera División del Ejército; del depósito de combustible de
Matsushigeho; de la fábrica Atsuta, que producía municiones; y la empresa
aeronáutica Mitsubishi. Estos objetivos eran típicos del cuidadoso proceso
de selección, que no incluía blancos civiles.
" Doolittle organizó el ataque en cinco grupos. El primero, del que él for-
maba parte, atacaría el norte de Tokio. El siguiente grupo tenía el centro de
la ciudad como objetivo. El tercero se encargaría del sector sur. El cuarto tenía
como misión atacar el sur de Nakegawa, Yokohama y su base naval. La última
patrulla mantendría la formación hasta las proximidades de Nagoya. Enton-
ces, cada avión volaría hacia su objetivo en Nagoya, Osaka o Kobe. Doolittle
exigió que los bombarderos volaran en formaciones concretas. Por ejemplo,
el cuarto grupo volaría en un frente de 80 kilómetros para tener la máxima
protección y hacer creer a los observadores enemigos que el ataque era mayor
de lo que en realidad era. Esto también dispersaría el fuego antiaéreo o los
ataques de los cazas. Doolittle también pensó en que si los aviones estaban
desplegados en un amplio frente, esto sorprendería aún más a los defensores.
Dos minutos después del lanzamiento de la fuerza de bombarderos, Hal-
sey ordenó a los portaaviones y a los cruceros cambiar inmediatamente de
rumbo a 90 grados y dirigirse directamente a Pearl Harbor a 25 nudos. El
Enterprise se puso a la cabeza de la flota, y a las 11:07 h se les unió el Nash-
ville tras su encuentro con el Nitto Maru.

Los hombres de la Fuerza Aérea


del Ejército estaban entrenados
para despegar desde la cubierta
de vuelo de un portaaviones.
Aunque la maniobra había sido
probada, la gran proximidad
de los bombarderos, aparcados
muy cerca unos de otros,
constituyó un gran problema
para organizar el despegue.
(US Navy) 51
El Hornet realizaba su primer
viaje y tuvo que lanzar una
fuerza de ataque en el otro
extremo del mundo. Estaba
planeado que sólo 15 aviones
tomarían parte en el ataque,
pero al final fueron 16.
(US Navy)

El personal de la Armada ayudó


en el mantenimiento de los
B-25B y el entrenamiento
de sus tripulaciones.
Desde el puente del Hornet,
a la izquierda, se dieron
instrucciones y señales
a los aviones durante
el despegue. Al fondo de la
imagen, el USS Vincennes.
(US Navy)

La TF-16 desconocía el tamaño de las fuerzas enemigas en el área de


Tokio. Sin embargo, la 1.* Flota Aérea de la Marina Imperial estaba regre-
sando del océano Indico. Incluía los portaaviones Akagi, Soryu, Hiryu, Zui-
kaku y Shokaku, que estaban en el canal Bashi al sur de Formosa y navegaban
hacia Japón. Además, la 2.* Flota del vicealmirante Nobutake Kondo había
regresado del Índico con anterioridad. Sus divisiones de cruceros 4.* y 5.* esta-
ban listas para salir de Yokosuka. La Flota Combinada disponía de cinco sub-
marinos del 3.” Escuadrón de Submarinos y de ocho unidades menores del
8.” Escuadrón de Submarinos. La 26.* Flotilla Aérea y otras unidades nava-
les lanzarían hasta 90 cazas Cero, 80 bombarderos medios, 36 bombarderos
52 embarcados y dos hidroaviones. La Flota Combinada del vicealmirante
Ugaki Matome, al recibir el informe de radio del Nitto Maru, ordenó que
todos los barcos que se encontraran a un día de navegación intentaran loca-
lizar el buque vigía. Aunque los aviones de Doolittle despegaron antes de lo
previsto, esto fue un golpe de suerte que pasó desapercibido. Teniendo en
cuenta el aviso del 10 de abril y el avistamiento del Nitto Maru, podría espe-
cularse que si el Hornet y los cruceros se hubieran aproximado más aJapón,
la Marina Imperial hubiera podido interceptar a la "TF-16 y destruir los bom-
barderos de Doolittle.
A las 10:30 h, los aviones de patrulla de Yamagata, que habían despegado
a las 06:30 h, debían haber alcanzado sus áreas de patrulla. No se recibieron
informes. A la luz de lo informado por el Nitto Maru, Yamagata ordenó que
despegara otra patrulla de tres aviones del grupo aéreo de Misawa a las 11:30 h
en busca de cualquier actividad enemiga. Su misión era rastrear una zona de
700 millas náuticas (1.120 kilómetros) en torno a la base aérea de Kisarazu.
Preocupado aún, ordenó el despegue de 24 Cero y 25 torpederos Kate.
Muchos de los bombarderos de Doolittle habían sido bautizados con
nombres tales como Whiskey Pete, Whirling Dervish, Ruptured Duck y Hari Kari-
er. Estos aviones iniciaron su aproximación a Japón. En sus informes poste-
riores, las tripulaciones informaron de que las aguas alrededor del país del
Sol Naciente estaban llenas de barcos de toda forma y tamaño. Los tripu-
lantes eran muy conscientes de las defensas antiaéreas y de los intercepta-
dores que les esperaban. Varios pilotos habían preguntado a Doolittle qué
debían hacer en el caso de verse obligados a saltar en paracaídas sobre
Japón. Doolittle replicó que haría saltar a su tripulación y entonces se estre-
llaría contra el objetivo más cercano.
Los bombarderos de Doolittle volaron hacia Tokio con rumbo oeste, y tar-
daron cuatro horas en alcanzar la capital. Algunos aviones sobrevolaron diver-
sos barcos, entre ellos lo que se pensó que era un crucero ligero enviando seña-
les a Tokio. Lo cierto es que este barco logró informar de la presencia de los
aviones. Se avistaron patrulleros, petroleros, cargueros y pesqueros en el vuelo
hasta la costa. No se apreciaba la existencia de preparativos defensivos. Pese al
aviso del Nitto Maru, Tokio parecía comportarse como si fuera un día normal.
Los bombarderos contaron con la protección de las nubes bajas y la lluvia
hasta que llegaron al área de Tokio. El tiempo era claro, perfecto para ejecu-
tar el bombardeo. El viento y los errores de navegación separaron a algunos
B-25, lo que dificultó a los pilotos el ataque a sus objetivos. Por suerte para la
fuerza de Doolittle, los japoneses estaban confundidos por la llegada de los
bombarderos desde distintas direcciones y en momentos diferentes, lo que
dificultó a las fuerzas de defensa aérea la organización de un contraataque.
Sin embargo, el puesto de observación de Mito, a 112 kilómetros al noroeste
de Tokio, informó de la presencia de bombarderos enemigos a las 12:00 h.
Aunque este informe se plasmó en un mensaje de alerta a Tokio, los B-25 lle-
garon a la ciudad en pocos minutos. Durante la siguiente hora, Doolittle y sus
hombres atacarían a su antojo Tokio y sus alrededores.
Pese a los informes previos del Nitto Maru y de Mito, las fuerzas japonesas
estaban mal preparadas para combatir. Los Ki-27 u otros aviones no podían
despegar con la suficiente rapidez para interceptar a los aviones enemigos.
Incluso cuando lo hicieron, la Fuerza Aérea japonesa informó de que la muni-
ción de 7,7 milímetros de los Ki-27 era inútil contra los B-25; algunos tripulan-
tes norteamericanos informaron de que las balas rebotaban en la superficie
de los bombarderos. Las dotaciones de las defensas antiaéreas se lamenta-
ron de que su fuego era inútil contra los atacantes volando a baja altitud. 53
AVIONES DE ESTADOS UNIDOS
Y SUS PILOTOS
40-2344, Doolittle
,40-2292, Hoover
“ 40-2270, Gray
40-2283, Jones
40-2303, Watson
40-2298, Hallmark
40-2261, Lawson
40-2250, Joyce
40-2249, Greening
0OJOO0AGOp-
10 40-2278, Bower
11 40-2247, McElroy

”a

BAHÍA DE TOKIC

AA
YOKOHAMA
Pira
dh

YOKOSUKA-

REFERENCIAS TERRESTRES USADAS PARA


LA NAVEGACIÓN POR LOS PILOTOS
A Fábrica
B Refinería de petróleo

Los aviones japoneses están señalados con


símbolos rojos. También en rojo, las áreas
con más densidad de fuego antiaéreo.
Se indican las mayores concentraciones de globos.
EL ATAQUE DE DOOLITTLE SOBRE
LA BAHIA DE TOKIO
La ilustración muestra las diferentes rutas de los aviones sobre la bahía de Tokio el 18 de abril
de 1942. El ataque contra Tokio fue llevado a cabo por trece B-25B. Sin embargo,
sólo se muestran las rutas de vuelo sobre el área de los 11 aviones que se
han identificado; las rutas seguidas por York y Holstrom se desconocen.
Había una gran concentración de barcos en la bahía de Tokio
en el momento del ataque, incluido un portaaviones.
Los aviones de Doolittle atacaron a diferentes horas,
pero se muestran todos en conjunto.

CHIBA [priejaas

SUCESOS
1. Cuatro interceptadores persiguen
al 40-2249; dos son derribados.
m . Tres interceptadores persiguen al 40-2261.
0 . Nueve interceptadores persiguen
al 40-2344 (Doolittle).
4. Un interceptor persigue al 40-2303
y es derribado.
5. Nueve interceptadores persiguen
al 40-2303; dos son derribados.

o . Tres interceptadores persiguen al 40-2278.

WA . Seis interceptadores persiguen al 40-2247.


B-25B en la cubierta del Hornet.
(US Navy)

Doolittle, que suponía que debía atacar en solitario y lanzar bombas


incendiarias sobre Tokio, se unió al primer grupo de tres aviones. Volaron
con un rumbo que les llevaría al norte de la ciudad. El avión de Doolittle
logró mantenerse a una altitud de 60 metros sobre el mar. El alférez Richard
E. Cole, el copiloto, vio un hidrocanoa bimotor que sobrevolaba a los avio-
nes a unos 600 metros de altura. El avión naval nipón no advirtió la presen-
cia de los B-25B, pero sí informó a sus superiores de la presencia de algunos
aviones extraños en la niebla. Doolittle llegó a territorio japonés a unos 80
kilómetros al nordeste de la capital, y entonces puso rumbo sudeste hacia el
área noreste de Tokio. La dotación de Doolittle pudo ver varios campos de
aviación pequeños con biplanos. Estos aviones de entrenamiento no eran
una amenaza para ellos. Cuando el avión estuvo a unos dieciséis kilómetros,
se divisaron nueve cazas, tal vez Ki-27, en tres patrullas triples. Aunque
maniobraron para el ataque, no lograron interceptarlos. Doolittle guió su
aparato hasta el área del objetivo, un arsenal situado «en el centro este de
Tokio. Tras subir a una altitud de 1.000 metros, el bombardero lanzó cuatro
bombas incendiarias a las 12:30 h. En Tokio, tras el ataque, sonó la alarma de
ataque aéreo. El contorno de la zona de ataque fue de 180 por 550 metros al
norte y sureste del área del objetivo. Sólo encontró fuego antiaéreo una vez
que el aparato hubo lanzado su carga. Aunque el fuego antiaéreo fue intenso,
el bombardero salió indemne. En el área central de Tokio sólo se observaron
cinco globos de barrera: Doolittle había logrado una sorpresa total. Tras el
ataque, se dirigió al oeste y luego al sur, hacia el mar y a China.
El teniente Travis Hoover lideraba los tres aviones restantes de la pri-
mera patrulla. Hoover acompañó a Doolittle a Tokio y voló a su derecha.
Como su comandante, Hoover, informó de que no fueron molestados por
los ataques de ningún caza enemigo, aunque recalcó que los japoneses
tenían un cierto número de aviones de entrenamiento volando en forma-
ción. El objetivo principal era un arsenal del Ejército en el centro de Tokio,
considerado por los oficiales de información norteamericanos como una de
las mayores instalaciones de Japón. Sin embargo, no estaban seguros de si
era una planta de producción o simplemente una base de almacenamiento.
La tripulación del aparato fue capaz de localizar el objetivo entre una esta-
ción ferroviaria y el Palacio Imperial. Uno de los bombarderos de Hoover,
56 el del teniente Richard E. Miller, comenzó la pasada de ataque a 820 metros
de altitud, ya que no tuvo tiempo para alcanzar los
deseados 1.370 metros. Tendría que usar sus tres
bombas de demolición y una incendiaria contra el
objetivo. Miller lanzó su carga a intervalos de medio
segundo de este a oeste. El arsenal fue alcanzado y
los escombros impactaron en el B-25. Ni Hoover ni
ningún tripulante del bombardero informaron de
fuego antiaéreo dirigido contra ellos, pero Hoover
creyó ver fuego antiaéreo donde Doolittle había
atacado. El único posible obstáculo para los otros
aparatos eran seis globos cautivos situados al sur del
objetivo, en la desembocadura del río Tama. La ruta
de escape del aparato de Hoover seguía un curso sur-
oeste a través de Kawasaki y Yokohama. Hoover
enfiló su aparato hacia el sudeste por la bahía de
Tokio en dirección al norte de Yokohama, luego al
mar abierto y a China.
El teniente Robert M. Gray pilotaba el tercer B-25,
Whiskey Pete, y se dirigió a Tokio tras abandonar el por-
taaviones a las 08:30 h. Voló de este a oeste, y alcanzó
tierra firme al este de Yokohama. Entonces prosiguió,
con rumbo noroeste, a través de la península de
El B-25B tenía un radio Chiba y la bahía de Tokio hasta la misma capital. Su pasada de bombardeo
de acción máximo de comenzaba ligeramente al noroeste del Palacio Imperial y procedió a una
3.840 kilómetros. Un despegue
altitud de 1.325 metros. Gray lanzó una bomba de demolición contra una
realizado antes de lo previsto,
incidentes operacionales,
planta de laminación de acero, pero nadie a bordo vio sus resultados. El
condiciones meteorológicas siguiente objetivo, una planta química, también sufrió un impacto directo
adversas y otros problemas con una bomba de demolición que, en apariencia, incendió el edificio. La
forzaron a casi todos los última bomba era una incendiaria que se utilizó contra una fábrica.
aviones a amerizar cerca
En su ruta de salida, Gray vio tres o cuatro globos cautivos sobre el puerto
de la costa china o a estrellarse.
(US Navy)
de Tokio. La dotación usó la ametralladora de proa para atacar un cuartel del
Ejército. Su avión tampoco fue atacado por cazas ni por fuego antiaéreo. Gray
logró volar al sur de la bahía de Tokio y hacia China.
El último avión del grupo no fue tan afortunado como los otros tres. El
B-25 del teniente Everett W. Holstrom comenzó su vuelo con un rumbo de
15 grados a una altitud inicial de 25 metros. Los ataques anteriores habían
evitado a las defensas niponas, pero ahora estaban alerta. Un tripulante des-
cubrió que el depósito de combustible del ala izquierda tenía una fuga. El
problema se agravó por un error de navegación que hizo que el aparato se
encontrara a 130 kilómetros de su objetivo. Mientras los tripulantes se apro-
ximaban a la desembocadura de la bahía de "Tokio para lanzar el ataque, se
dieron cuenta de que si bombardeaban su objetivo, gastarían más de su ya
menguante combustible. El navegante de Holstrom, el alférez Harry C.
McCool, informó en su entrevista tras el ataque de que el aparato fue atacado
por «dos cazas japoneses. Estos aviones parecían Spitfires [sic], tenían alas
elípticas, narices afiladas y un solo motor». Lo más probable, Kawasaki Ki-61
Hien. Por esas fechas estaban en servicio doce aparatos de preserie construi-
dos hacia diciembre de 1941 y más de 30 ejemplares de producción en vuelo
en 1942. Estos aviones podían haber sido asignados a los numerosos campos
de aviación para ser probados y para su producción a gran escala en el futuro.
Los problemas del B-25 se agravaron cuando descubrieron que la torreta dor-
sal no funcionaba por un fallo en el sistema eléctrico. 57
EL B-25B DE GREENING DERRIBA DOS CAZAS KI-61 Este poderoso motor les permitió construir el nuevo
CAMINO DE YOKOHAMA (páginas 58-59) interceptador. Comparado con los otros aviones de combate
japoneses, este caza estaba pesadamente armado. Tenía la
El B-25B del capitán C. Ross Greening, bautizado con el cabina blindada, tanques de combustible autosellantes
nombre de Hari Kari-er (1), derribó dos cazas Ki-61 Hien y era más rápido que el Cero. La introducción de este nuevo
(2 y 3) durante su ataque, poco después de cruzar el lago caza fortalecería las defensas aéreas metropolitanas.
Kasumigawa. La tripulación del B-25B no pudo identificar Sin embargo, los cazas de la USAAF y de la Marina
el tipo de avión derribado en sus informes iniciales, pero estadounidense no desafiarían las defensas aéreas de
luego, tras hablar con los oficiales de información, los Japón hasta las etapas finales de la guerra. Pese a que tal
reconocieron como Ki-61. El avión 40-2249 tenía un contingencia era previsible, los japoneses no pudieron
característico dibujo en la proa (4) y dos ametralladoras detener la ofensiva de bombardeo que destruyó parte de
de 12,7 mm en la cola (5). Cuatro Ki-61 se aproximaron la nación. Con un armamento inferior al de la tripulación
al aparato de Greening durante su pasada de bombardeo, del B-25B modificado, el artillero de Greening logró derribar
dos por la derecha y dos por la izquierda. En aquella época, dos Hien. El B-25B fue la primera versión que utilizaba
los Ki-61 estaban en su fase de evaluación en Mito, con el torres de ametralladoras accionadas eléctricamente.
acabado natural metálico y ninguna insignia, salvo las La torre ventral tuvo que ser descartada por repetidos
«albóndigas» rojas (6). El Ki-61 tenía dos ametralladoras de problemas hidráulicos y de potencia. El personal de
12,7 mm en el morro y un cañón de 20 mm en cada semiala. Mid-Continent Airlines reemplazó esa torreta por una placa
El ataque de Greening tuvo lugar poco después del de metal y usó el espacio libre para almacenar más
mediodía. El B-25B usó su torre dorsal (7) para derribar combustible.
ambos aviones. Un Ki-61 salió ardiendo en un fuerte Diversas dotaciones de Doolittle informaron
ascenso, mientras el otro caza caía en picado. La de problemas con el giro de las torres y de que las
tripulación no vio que se estrellara. Greening y sus hombres ametralladoras se encasquillaban durante la misión.
continuaron y atacaron una refinería de petróleo y un El Hari Kari-er bombardeó finalmente una refinería de
almacén, pese a ser perseguidos por los cazas Ki-61 petróleo en Yokohama y las áreas industrial y portuaria.
restantes. El Ki-61 Hien era el resultado del acceso de Tokio Greening sobrevivió al ataque y después luchó en Europa,
al motor de aviación alemán Daimler Benz 601A. donde fue hecho prisionero de guerra por los alemanes.

60
Los destructores y los cruceros
apoyaron a la TF-16. Aquí,
el USS Gwin (DD-433) y el USS
Nashville (CL-43) siguen la
estela de la TF-16. (US Navy)

La misión de Holstrom estaba en peligro. Sólo tenía la ametralladora de


7,62 mm de la proa y dos falsas, de madera, instaladas en la cola para inti-
midar a cualquier interceptador. A los dos aviones enemigos se sumaron
otros dos para el ataque al Whiskey Pete. Sin casi defensas, fuera de su ruta y
perdiendo combustible, la única opción sensata era lanzar las tres bombas de
demolición y la incendiaria para ganar velocidad. El avión las arrojó sobre la
bahía de Tokio y el avión se lanzó a todo gas, alcanzando una velocidad de
432 kilómetros por hora. El B-25 escapó de los cazas, ya que su velocidad esti-
mada era de entre 320 y 400 kilómetros por hora. Dos cazas más se sumaron
a la persecución, pero el B-25 continuó con su rumbo sur, con destino a un
lugar de aterrizaje en el este.
El capitán David M. Jones lideró la segunda patrulla sobre los objetivos
en el centro de Tokio. Su misión comenzó con el despegue a las 08:37 h. El
navegante, el alférez Eugene P. McGurl, planeó un rumbo este-oeste con el
que el aparato llegaría por el noreste a Tokio. El fuego antiaéreo causó más
confusión en este caso. El avión entonces puso rumbo paralelo a Yokosuka
girando al sur y luego al oeste, a la entrada de la bahía de Tokio. La pasada
de bombardeo debería llevarle por la bahía hasta un área próxima al Pala-
cio Imperial. Las dotaciones de la Marina habían reaprovisionado a todos
los B-25 antes del vuelo, pero las pérdidas y la evaporación se cobraron su
precio. Jones sufrió las consecuencias del largo vuelo, confusiones con res-
pecto a las referencias de navegación y sus tanques, más vacíos de lo esperado.
Consideró que no podía arriesgarse a volar hacia sus objetivos en Tokio, un
arsenal a unos 1.500 metros al norte del Palacio Imperial y otro en un área
densamente poblada.
Jones tendría que atacar los objetivos que surgieran en su camino. El
avión estaba al sudeste del Palacio Imperial. Ordenó a su bombardero, el
alférez Denver V. Truelove, que lanzara una bomba de demolición sobre un
gran depósito de combustible situado al sur del Palacio, a dos manzanas de
casas de la orilla. La tripulación informó de que fue un impacto directo. El
siguiente objetivo fue una planta de energía o una fundición con muchas
chimeneas. Una bomba de demolición destruyó totalmente el edificio.
Entonces Jones ladeó al aparato hasta alcanzar un rumbo oeste y seleccionó 61
El USS Nashville ataca uno
de los buques vigía japoneses
con sus cañones de 152 mm.
Los informes posteriores
a los combates criticaron
el gasto excesivo de munición
para hundir dos buques vigía,
dando como explicación la mala
puntería. (US Navy)

un gran objetivo que parecía una planta manufacturera. Por desgracia, el B-


25 se desplazaba a una velocidad de entre 415 y 430 km/h, y Truelove, a
cargo del aparato durante la pasada de bombardeo, no pudo apuntar con
precisión al objetivo, por lo que se buscó otro. Era un «edificio rectangular
con ventanas y ventiladores en el techo» que tenía un canal al oeste y englo-
baba medio bloque. Todos los objetivos estaban a una distancia de unos dos
kilómetros los unos de los otros. Por fortuna para Jones, el intenso fuego
antiaéreo no alcanzó al aparato. Todo el fuego enemigo estallaba detrás o a
los lados del B-25. Jones esquivó los globos de barrera y el fuego antiaéreo y
se dirigió al sudeste, abandonando el área.
Tras el despegue de Jones del portaaviones, el siguiente fue el Green Hor-
net del teniente Dean Hallmark, que partió hacia Tokio a las 08:37 h. Su
objetivo era la planta de laminación de acero del centro de Tokio. Según el
navegante de Hallmark, Chase J. Nielsen, el primer ataque contra el obje-
tivo no lo destruyó por completo, por lo que Hallmark decidió un nuevo ata-
que, lográndolo en este intento.
El último aparato de la segunda patrulla era el Ruptured Duck del teniente
Ted W. Lawson. Los logros de Lawson comenzaron con el despegue a las
08:43 h desde el Hornet. Lawson llevó al Ruptured Duck a un rumbo este-oeste,
y se dirigió al noreste de Tokio, cerca del lago Kasumigawa. Como las patru-
llas anteriores, el aparato vio muchos barcos de toda clase. El avión de Law-
son cargaba la bomba rompedora que llevaba las medallas de la Marina Impe-
rial. Uno de los tripulantes había escrito en la bomba: «No quiero incendiar
el mundo... ¡sólo Tokio!». El B-25, al avistar tierra, giró al sudoeste para apro-
ximarse desde el lado este de la bahía de Tokio. La ruta parecía ser la misma
que la del aparato de Jones. La tripulación de Lawson vio seis cazas en for-
mación a una altura de entre 3.300 y 3.600 metros, pero no rompieron para
atacar al aparato. También vieron un portaaviones anclado en la bahía.
La ruta de Lawson lo llevó al sur de Tokio, cerca de la costa. Su aproxi-
mación de bombardeo le llevó de este a oeste. El copiloto, el alférez Dean
Davenport, informó de que podía ver «grandes fuegos» en Tokio, en el área
donde Doolittle había atacado. El area de Tokio estaba quedando cubierta
por una nube de humo, pero en el área meridional de la ciudad todavía
62 había buena visibilidad. El objetivo original era la fábrica de maquinaria
Personal de la Marina recoloca
a los B-25B para dejar espacio
libre para el despegue.
Esta imagen muestra al tercer
o cuarto avión que abandonó
el Hornet. (US Navy)

Nippon. Fuego antiaéreo, problemas con la torreta dorsal y la presencia de


los cazas enemigos hicieron que Lawson disminuyera la altitud de vuelo. No
podía encontrar su objetivo principal y, en su lugar, bombardeó varias fábri-
cas cerca de la costa.
Volando a 2.240 metros, Davenport tuvo la impresión de que su primera
bomba rompedora fue un impacto directo contra una vía férrea y una fábrica
de locomotoras. Sin embargo, los informes posteriores al vuelo de Lawson
indicaron que se trataba de una gran planta de vapor o de una central eléc-
trica que tenía un tamaño de entre medio bloque y un bloque entero de edi-
ficios. El objetivo tenía cuatro chimeneas, de 160 metros de altura cada una,
en su techo plano. El edificio, por su construcción en cemento y madera, era
un objetivo industrial. El navegante, el alférez Robert S. Clever, identificó
este objetivo en unas fotografías de preguerra en los archivos de información
como una fábrica de vapor. Otro tripulante no recordó ninguna vía férrea
que llevara hasta el objetivo. El siguiente objetivo fue una fábrica descrita
como «larga y baja», con unas pocas chimeneas que surgían de un techo con
aristas. El tercer objetivo también fue considerado una fábrica, pero mayor
que el segundo. Lawson lanzó la única bomba incendiaria en un área situada
al sureste del Palacio Imperial. No se pudo identificar una estructura en con-
creto. Informaron de que se trataba de un área densamente habitada. El
avión escapó sin daños del ataque.
El último grupo de aviones que atacó Tokio estaba liderado por el capitán
EdwardJ. «Ski» York. El avión de York despegó del Hornet a las 08:46 h. York
había servido como oficial de operaciones de Doolittle durante el entrena-
miento en Eglin. La apretada agenda de entrenamiento, el secreto y el com-
plejo aprendizaje hicieron que se perdiera parte del entrenamiento en Eglin.
Sin saberlo, los ajustes sin autorización en los carburadores efectuados por el
Depósito Aéreo de Sacramento afectarían a su vuelo. El personal de mante-
nimiento de Sacramento había reemplazado los carburadores del B-25 de
York, y este problema no fue descubierto hasta que se realizó una investiga-
ción despues del al ataque.
York y sus hombres alcanzaron la costa japonesa, pero tuvieron problemas
para localizar Tokio. Además, estaban escasos de combustible. Por lo tanto, 63
Los pilotos de Doolittle
empezaron a despegar del
Hornet a las 08:20 h del 18
de abril. Despegar desde la
bamboleante cubierta de vuelo
del portaaviones era una nueva
experiencia para los tripulantes.
(US Navy)

La imagen muestra la mala mar


y el cielo encapotado en el
momento del despegue.
Las ametralladoras de cola eran
falsas, de madera, destinadas
a disuadir a cualquier caza
japonés. (US Navy)

York decidió atacar los objetivos que, por azar, estuvieran a su alcance. Encon-
tró una fábrica con diversas líneas férreas. El edificio parecía destinado a la
producción, pues tenía tres chimeneas y semejaba una construcción de tres
pisos. York ascendió a 2.400 metros y lanzó las tres bombas rompedoras y la
incendiaria contra ese objetivo.
La única preocupación de la tripulación era el gran consumo de com-
bustible. York calculó que no tenían el suficiente para alcanzar la costa
china. Les faltarían 300 millas. Las opciones de York eran alcanzar Corea,
en manos japonesas, o desobedecer la orden de Doolittle de no aterrizar en
la URSS. Aterrizar en Corea significaba la captura o un arduo camino a tra-
vés de territorio enemigo. En lugar de ello, York prefirió dirigirse al norte,
hacia la Unión Soviética.
El siguiente avión que despegó del Hornet tras York era el Whirling Der-
vish del teniente Harold F. Watson, también destinado al área de Tokio. A
las 08:50 h Watson comenzó su largo viaje hacia el oeste. El vuelo no tuvo inci-
dencia alguna, y el avión mantuvo una altura de 800 metros hasta que alcanzó
la línea costera. York ascendió entonces hasta alcanzar los 7.200 metros. Para
cuando el Whirling Dervish alcanzó Tokio desde el noroeste, las defensas japo-
nesas estaban listas para lanzar la potencia de su fuego antiaéreo contra cual-
quier B-25; por ello York fue recibido con intenso fuego antiaéreo. Los tripu-
lantes también observaron diversos campos de aviación. Sobre uno de los
aeródromos, el copiloto de Watson, el alférez James Parker Jr., escribió la
siguiente nota: «Veinte bombarderos bimotores dispersos y entre quince y
veinte cazas calentaban sus motores en una plataforma».
El principal objetivo elegido era la compañía de ingeniería eléctrica y de
gas de Tokio. El objetivo estaba emplazado en un banco de arena que pare-
cía contener también diversos complejos de edificios, alineados de norte a
sur y con cubiertas a dos aguas. Watson maniobró su aparato para situarse
de manera que pudiera atacar desde el noroeste. Utilizó como referencias
el Palacio Imperial, canales, puentes y vías férreas para aproximarse al obje-
tivo. Watson tomó también para orientarse lugares tales como seis vías
férreas paralelas, la línea ferroviaria de Shiagawa, la situación aproximada de
la línea costera con respecto al objetivo, la Compañía de Aceros Especiales
de Japón (que estaba en una isla), un gran depósito de gas y el aeropuerto
de Haneda. La identificación de estos puntos de referencia y el objetivo se
hizo mientras se volaba a una altura de 4.000 metros y a una velocidad de
entre 350 y 370 km/h. Como había pasado ya con anterioridad, vieron
numerosos incendios en todo Tokio y un intenso fuego antiaéreo cuando ini-
ciaron su pasada de bombardeo. Cruzaron posiciones antiaéreas al norte del
Palacio Imperial, y el fuego procedente de tierra se incrementó mientras el
avión se dirigía hacia la bahía de Tokio.
El Whirling Dervish lanzó todas sus bombas rompedoras y la munición de
racimo incendiaria en su único objetivo. Un observador a bordo vio que sólo
una bomba rompedora impactaba en el edificio situado más al norte del
grupo. Mientras el avión lanzaba su carga, un caza japonés atacó al B-25 por
la espalda. El brigada Eldred V. Scott, que era el mecánico de vuelo y artillero,
informó de la aproximación por debajo del bombardero de un caza de motor
en estrella, con la superficie metálica sin pintura alguna. Comenzó a acercarse
por detrás desde una distancia de 160 metros. El caza tenía el tren de aterri-
zaje retráctil y disparaba balas trazadoras de lo que parecían ser cuatro ame-
tralladoras montadas en el ala. Cuando el avión alcanzó los 150 metros de
altura y estuvo a unos 90 metros, Scott abrió fuego con las dos ametralladoras
de la torre de cola y alcanzó al caza enemigo, tal vez un Cero o un Hien, al
que se le desprendió el ala. El atacante no volvió a ser visto.
Watson cruzó la bahía de Tokio y escapó. Avistó pocos barcos, pero pudo
identificar un acorazado y dos cruceros al este de la isla de Kyushu. Scott
comentó que el acorazado había abierto fuego no sólo con las armas anti-
aéreas, sino también con sus «cañones principales». Se vieron tres o cuatro
nubes de humo desde las posiciones antiaéreas y vieron como se elevaban
columnas de agua allí donde los proyectiles de gran calibre impactaron
sobre la bahía. Curiosamente, los cruceros no se sumaron a la barrera anti-
aérea. Otro de los bombarderos de Doolittle había desafiado de nuevo, con
éxito, las defensas japonesas. El Whirling Dervish puso rumbo sur y luego este,
camino de la costa china.
El último B-25 destinado a Tokio era el del teniente Richard O. Joyce.
Joyce despegó del Hornel a las 08:53 h y voló a 150 metros de altura hacia la 65
McELROY BOMBARDEA EL PORTAAVIONES RYUHO asimismo, que tuvo que picar tras una colina para evitar
EN LA BASE NAVAL DE YOKOHAMA (páginas 66-67) el intenso fuego antiaéreo de las cercanías de Yokosuka.
Los B-25B iban cargados con una combinación de bombas
La gran área de Tokio contenía muchos objetivos políticos,
rompedoras de 227 kilos y bombas de racimo que contenían
económicos y militares para que la USAAF pudiera elegir. munición incendiaria. Pese a su relativa pequeña carga
Uno de ellos era Yokosuka. La Marina Imperial usaba ofensiva, muchos de los bombarderos de Doolittle, McElroy
Yokosuka como una gran instalación naval para reparar sus incluido, obtuvieron unos resultados impresionantes.
buques y otras actividades de la flota. Un único B-25B, Los materiales de construcción japoneses contribuyeron
numerado 40-2247 (1), pilotado por el teniente Edgar E. al daño causado, ya que, en general, se usaba madera,
McElroy atacó la base naval, que estaba emplazada en el no ladrillo. Las bombas rompedoras e incendiarias
lado oeste de la bahía de Tokio. El ataque obtuvo un rotundo resultaron letales para tales estructuras.
éxito, sobre todo por infligir graves daños al portaaviones Los astilleros Kaigin Kosho de Yokosuka tenían a su cargo
Ryuho (2), un buque nodriza de submarinos que estaba el dique seco de la base naval en la que estaba el Ryuho.
siendo convertido en portaaviones. Una bomba lo alcanzó El portaaviones sería alistado en noviembre de 1942,
en uno de sus costados, y estalló entre grandes llamaradas. y llevaría una dotación aérea de 31 aviones, desplazando
El barco estaba en un dique seco en ese momento, y se 13.360 toneladas. Las apresuradas reparaciones requirieron
escoró hacia un lado tras la explosión. Una grúa de carga (3) que los trabajadores usaran soldaduras eléctricas, lo que
también fue destruida en el ataque, lanzando al aire «miles debilitó su integridad estructural. Personal de la Marina
de fragmentos». Además, diversos talleres y edificios en las Imperial rodeaban al Ryuho en Kure cuando el país se rindió
proximidades fueron alcanzados por una bomba de racimo en 1945. El ataque al Ryuho hizo tomar conciencia a la
que diseminó 125 bombas incendiarias de 1,8 kilos. Esto Marina Imperial y a la nación japonesa de que estaban bajo
desencadenó numerosos fuegos en los talleres de madera la amenaza de un ataque, a pesar de la debilidad aparente
y en los tejados de los almacenes. El pilotó vio que había de las fuerzas militares aliadas en 1942.
mucho humo y fuego tras el ataque. McElroy recordó,

68
La tripulación del Hornet pintó
la cubierta con líneas blancas
paralelas como guía para los
pilotos. Un oficial de la cubierta
de vuelo prepara un avión para
el despegue.
(US Navy)

costa. El avión ascendió entonces hasta alcanzar los 900 metros. Su objetivo
era la planta y los almacenes de la Compañía de Aceros Especiales de Japón,
situada al sur de Tokio. Se encontraba a dos kilómetros y medio del río
Tana. Si el avión no podía alcanzar su objetivo principal, el secundario era
destruir cualquier otra industria en las cercanías. Uno de ellos era una
fábrica de instrumentos de precisión.
Como anécdota, la tripulación de Joyce no debía haber tomado parte en
el ataque. Tanto ellos como su avión tenían que regresar a Alameda una vez
que el Hornet hubiera abandonado San Francisco y estuviera lejos de poder
ser observado. Éste era el avión que tenía que haber hecho el vuelo de
demostración desde la cubierta del portaaviones. En lugar de ello, se con-
virtió en parte del ataque.
Los sucesivos aviones de la Fuerza Aérea del Ejército se vieron sometidos
a un fuego antiaéreo más intenso y cazas interceptores más atentos. El avión
de Joyce no fue una excepción. El avión atacó su objetivo desde una altura de
750 metros. Por fortuna, el fuego antiaéreo no alcanzó al avión y pudo lanzar
al menos dos bombas en la fábrica de acero, causando grandes daños. Las
otras bombas rompedoras e incendiarias fueron lanzadas sobre el área indus-
trial de Shiba. Estas dos últimas bombas explotaron en un área muy poblada.
Aunque Joyce había bombardeado el objetivo y evitado ser alcanzado
por el fuego antiaéreo, no logró evitar por completo a los cazas enemigos.
Algunos miembros de la tripulación de Joyce informaron de que al menos
nueve cazas Cero atacaron al B-25 desde abajo, desde atrás, frontalmente y
desde arriba mientras el bombardero realizaba su pasada de ataque. El bom-
bardero recibió impactos en el fuselaje y en la zona de cola, y sufrió una
rotura de 20 centímetros en el estabilizador horizontal. Sin embargo, el
avión no estaba indefenso, y en la torre de cola, el sargento Edwin H. Hor-
ton Jr. informó de que había derribado un caza enemigo japonés con sus
ametralladoras.
Joyce intentó usar la velocidad de su avión para dejar atrás a los cazas
perseguidores. Picó y comenzó a ganar velocidad hasta los 540 km/h, y dejó
a los aviones perseguidores a mucha distancia. La combinación de velocidad 69
Los despegues de los B-25B
tuvieron lugar sin incidentes.
Sin embargo, algunos aviones
casi cayeron durante el
despegue. El Hornet estaba
camuflado para evitar ser
detectado. (US Navy)

y los falsos cañones de cola quizás asustaron a los aviones enemigos por un
momento, salvo por un ataque final. Durante el vuelo de Joyce, al abando-
nar Tokio, un último interceptador intentó derribar el B-25. Pese a recibir
impactos en los motores, el bombardero consiguió un régimen ascensional
que fue excesivo para el caza perseguidor. Un portaaviones en la bahía de
Tokio también abrió fuego con su armamento antiaéreo contra el avión que
escapaba, pero sin éxito. Joyce se preparó para el vuelo hasta China.
Hacia las 12:45 h se había ordenado el despegue de todos los aviones res-
tantes de la 26.* Flotilla Aérea de la Marina Imperial para buscar los porta-
aviones americanos e interceptar cualquier bombardero en vuelo hacia
Tokio. Los campos de aviación navales de Kisarazu y Tayetama tenían un
enjambre de bombarderos Mitsubishi Betty y cazas Cero. El personal de la
Marina armó con torpedos los bombarderos Betty. El grupo aéreo de Kisarazu
lanzó 16 bombarderos, mientras que el grupo aéreo de Misawa puso ocho en
el aire. Por su parte, el 4. Grupo Aéreo sólo fue capaz de hacer despegar cinco
aviones. El 6.” Grupo Aéreo y el destacamento de tierra del Kaga contribuye-
ron con 12 cazas Cero dotados de depósitos auxiliares de combustible.
La cuarta patrulla de Doolittle estaba destinada a atacar como objetivo
básico alrededor de la bahía de Tokio, pero no la capital. En 1942, cerca de
la bahía había diversos objetivos industriales y militares muy interesantes. El
capitán C. Ross Greening fue asignado para volar a Yokohama, el centro
industrial de Japón, a las 08:56 h. El viaje de Greening a Japón transcurrió
sin incidentes, pero un viento en contra de 25 nudos hizo que consumiera
más combustible de lo esperado. Ligeros fallos de navegación hicieron que
su avión, el Hari Kari-er, llegara a tierra más al norte de lo previsto en su
rumbo original, que debía ser al noreste de Tokio, y proceder pasado el lago
Kasumigawa por el este de la gran área urbana de la capital.
Tras cruzar el lago, el Hari Kari-er pasó cerca de un activo campo de avia-
ción del Ejército japonés, durante su vuelo rumbo sur a Yokohama. Diez
minutos después, cuatro interceptadores atacaron al avión de Greening.
Describió a los aviones como «cazas de nuevo modelo que parecían Cero
salvo por sus motores en línea»; Greening calculó que los cuatro aviones
alcanzaban una velocidad máxima de 415 km/h y montaban seis ametralla-
doras en el ala. En su monografía de 1948 sobre el ataque, presentada en la
70 Academia de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Greening afirmó que los
Tras despegar, los B-25B viraron
a la derecha y sobrevolaron
el portaaviones para recibir
información de navegación
de última hora. (US Navy)

Toda la secuencia
de lanzamiento duró
aproximadamente
una hora. El último B-25B
despegó a las 09:21h.
(US Navy)

cazas eran Ki-61 Hien. Atacaron, pero el primer avión fue alcanzado por el
artillero de cola, el sargento Melvin J. Gardner, que informó de que el ata-
cante «se bamboleó» y luego cayó en picado. No vio que impactara contra
el suelo. Gardner se quedó sin munición, y los dos cazas restantes causaron
leves daños al B-25.
El objetivo principal de Greening era una refinería de petróleo y una
zona de almacenamiento que estaba camuflada, pero su tripulación la iden-
tificó con facilidad a baja altura. Los trabajadores de la refinería habían
intentado cubrir con un techo de paja los depósitos de combustible y los
otros edificios para engañar a cualquier atacante aéreo, pero no lograron
engañar a Greening. El bombardero, el sargento William L. Birch lanzó cua-
tro bombas incendiarias contra el objetivo. Tras el lanzamiento de las bom-
bas, se sintieron en el B-25 las ondas de choque producidas por la explosión. 71
Los incursores de Doolittle
vieron varios barcos en las
aguas japonesas. Algunos eran
de gran tamaño, pero los más
típicos eran pequeños, como
este pesquero. (Air Force
Historical Research Agency)

Mientras Greening ponía rumbo sureste, los tripulantes afirmaron haber


visto una gran columna de humo que se elevaba del objetivo, siendo visible
a 80 kilómetros de distancia. Durante su retirada del área, Greening intentó
hundir tres pequeños botes, de unos 15 a 18 metros de eslora, cerca de la
desembocadura oriental de la bahía de Tokio. El fuego de las ametrallado-
ras de 7,62 milímetros fue efectivo y vio arder uno de los barcos.
El duodécimo avión que atacó, el Fickle Finger, era pilotado por el teniente
William M. Bower. Bower despegó del Hornet a las 08:59 h, y permaneció en
formación con Greening, ya que ambos debían atacar Yokohama. Una vez
alcanzaron la costa japonesa, se separaron y se dirigieron a sus objetivos.
Bower alcanzó Chosi, ciudad situada al este de Tokio, y luego voló en direc-
ción sur siguiendo la línea costera. Bower divisó un campo de aviación de la
Fuerza Aérea en la bahía de Tokio cerca de Yokohama, 32 kilómetros tierra
adentro. Le pareció ver entre 20 y 50 aviones, pero ninguno despegó; es muy
probable que fueran de entrenamiento. La tripulación se encontró al este de
Yokohama y pudieron ver un gran incendio procedente del depósito de com-
bustible atacado por Greening.
Al aproximarse a Yokohama, tres cazas japoneses siguieron a Bower
durante varios kilómetros. Los interceptadores nunca se aproximaron a
menos de mil metros, y no atacaron al Fickle Finger. El B-25 pasó por el sur
de la base aeronaval de Kisarazu para aproximarse a Yokohama desde el
noreste. Kisarazu parecía desierta, ya había enviado a todos sus aviones en
busca de la TF-16 y los bombarderos de la USAAF.
El navegante de Bower, el alférez William Pound, no tuvo dificultad para
identificar marcas de referencias claves como la base aeronaval o el frente
marítimo de Kawasaki. El objetivo original de Bower eran los astilleros de
Yokohama. Los japoneses también eran conscientes de la importancia de
este objetivo clave de la industria, que apoyaba tanto a la Marina de guerra
como a la comercial. Habían desplegado cinco globos cautivos a su alrede-
dor. Tres globos estaban a 450 metros y los otros dos, a alturas comprendidas
72 entre los 750 y 900 metros. El fuego antiaéreo, procedente de las colinas
La tripulación de McElroy fue
la única que regresó con fotos
del ataque. Ésta fue tomada
justo antes de que el aparato
de McElroy se aproximara a la
base naval de Yokosuka. (Air
Force Historical Research
Agency)

situadas al oeste del objetivo, derribó a algunos de ellos. Bower decidió ata-
car su objetivo secundario, la refinería Ogura. El Fickle Finger volaba a unos
330 metros de altura y a 320 kilómetros por hora, y se preparaba para lanzar
una bomba rompedora contra la refinería. A una distancia de 800 metros, el
bombardero lanzó el resto de su carga. Dos bombas rompedoras alcanzaron
las fábricas y los almacenes situados al oeste de la refinería Ogura. Bower y
Pound vieron cómo las bombas segunda y tercera alcanzaban la esquina de
un edificio y una vía muerta entre otros dos edificios. La última bomba, una
incendiaria, estaba destinada a un almacén situado al oeste de los objetivos
segundo y tercero. Tras lanzar sus bombas, descubrieron una central eléc-
trica al sureste de su zona de ataque. Bower decidió ametrallar el edificio. Las
balas de 7,62 mm acribillaron el edificio y los transformadores, haciendo que
saltaran chispas. A unas 130 millas de la costa, usaron de nuevo la ametralla-
dora de proa para hundir un barco meteorológico.
El último avión de la cuarta patrulla era el B-25 del teniente Edgar E.
McElroy, que debía atacar la base naval de Yokosuka, situada en la parte este
de la bahía de Tokio. La misión comenzó con el despegue a las 09:01 h y,
como el vuelo de Bower, McElroy voló en formación con el capitán Gree-
ning. Cuando Greening y Bower se separaron para seguir sus respectivos
rumbos a Yokohama, McElroy tuvo que buscar su propia ruta a la base naval.
Yokosuka era la base de diversos buques de la Marina Imperial y contenía
varios muelles en los que se efectuaban las reparaciones de la flota. Las
defensas aéreas japonesas estaban muy concentradas y lanzaban un denso
fuego antiaéreo, que se centró en McElroy cuando sobrevolaba el área de
Tokio. Por suerte, su avión no fue avistado por ningún caza.
McElroy decidió atacar el sector de los diques de Yokosuka. Varios
buques sometidos a reparaciones ocupaban los astilleros. Volando a una álti-
tud de 500 metros, el B-25 se preparó para lanzar su carga de bombas en los
muelles e instalaciones auxiliares. Una bomba alcanzó una gran grúa para
cargar los barcos. Con el impacto, la grúa se derrumbó y fue considerada
destruida. Otra bomba alcanzó un barco que parecía ser un portaaviones. 73
EL ATAQUE DE NAGOYA DEL 40-2297
El raid de Doolittle no atacó sólo objetivos en las cercanías de Tokio; los bombardeos tuvieron
lugar también en otros lugares. Tres B-25B atacaron objetivos en Osaka, Kobe y Nagoya.
La extensión del conjunto de objetivos permitió que la incursión reforzara la sorpresa
inicial. La ilustración muestra el ataque sobre Nagoya; A diferencia de la incursión sobre Tokio,
sólo dos B-25B atacaron Nagoya, uno de ellos debía atacar el objetivo principal, pero perdió
su orientación. Por desgracia, la ruta se perdió para siempre cuando el libro de vuelo fue
destruido tras la captura de la tripulación por los japoneses. Por ello, sólo se muestra la ruta
de un avión, el de Hilger.

AVIÓN DE ESTADOS UNIDOS


1 40-2297, Hilger
74
OBJETIVOS Y EMPLAZAMIENTOS
CLAVE IDENTIFICADOS
A Área muy industrializada.
B' Aeropuerto civil, en apariencia abandonado.
C Planta industrial de Nagoya.
D. Área de construcciones recientes.
E Castillo de Nagoya.

Y sucesos
1. Intenso fuego antiaéreo en esta zona.
2. Bombardeo de un cuartel del ejército.
3. Bombardeo de depósitos de petróleo.
4 . Bombardeo de la fábrica de aviones
de Atsuta.
5. Bombardeo de la fábrica Mitsubishi.
6. Fuego intenso antiaéreo en esta zona.
7. Un interceptor Ki-26 persigue al 40-2297,
pero no ataca.
El B-25B de McElroy dañó
un portaaviones en un dique
seco y destruyó parte de los
astilleros de Yokosuka. (Air
Force Historical Research
Agency)

Los trabajadores de los muelles de Yokosuka se ocupaban de un buque


nodriza de submarinos, el Taigei, que había llegado a las instalaciones el 18
de diciembre de 1941 para realizar su conversión en el portaaviones Ryuho,
tal y como había ordenado el cuartel general de la Marina Imperial japonesa.
Los tripulantes del B-25 recordaron haber visto al Ryuho inclinarse sobre uno
de sus costados tras el ataque; una bomba rompedora había alcanzado al
navío. Irónicamente, el Ryuho sería botado, pero sólo participaría en una
gran operación, en las Marianas, y fue desguazado en 1946. Se vio otro
buque envuelto en llamas mientras lo estaban reabasteciendo. Las instala-
ciones de apoyo fueron pasto de las llamas al ser alcanzadas por la bomba
incendiaria de McElroy.
Las únicas fotografías del ataque que existen las tomó el copiloto, el
teniente Richard A. Knobloch. Algunos aviones, en especial los de los líde-
res de cada grupo, tenían instaladas cámaras para grabar los impactos de las
bombas. Por desgracia, ninguna de estas filmaciones sobrevivió, con la
excepción del material de Knobloch, quien había comprado una cámara en
el Depósito de Aviación de Sacramento para tomar sus propias fotografías.
Éstas fueron las únicas que llegaron a Estados Unidos. Incluso fotografió un
buque a 320 kilómetros de la costa japonesa.
El ultimo grupo que despegó del Hornet estaba destinado a un área dife-
rente de la bahía de Tokio. El comandante John A. Hilger debía atacar
Nagoya, a unos 32 kilómetros al sudeste de Tokio. Hilger no tuvo problemas
para abandonar el Hornel a las 09:07 h. Divisó un avión de patrulla que
volaba a una altura de entre 700 y 900 metros. El B-25 voló hacia el este de
Yokosuka y siguió la costa en torno a la bahía de Tokio. El vuelo a Nagoya
pasó entonces por la isla de Oshima, al sur de la desembocadura de la bahía
de Tokio, donde Hilger alcanzó una posición desde la que podría hacer su
ataque de bombardeo desde el sur. El avión había reducido su altura a unos
«5 o 6 metros», según el copiloto, el alférez Jack A. Sims. Sims recordó que
el avión mantuvo esa altitud desde el momento en el que alcanzaron tierra
cerca de Nagoya, hasta que se acercaron a una serie de colinas situadas al sur
de la ciudad. Entonces planeó una ruta donde sobrevolarían una ensenada
76 al este de Nagoya, la sobrepasarían y entonces darían la vuelta para realizar
el ataque de norte a sur. Mientras maniobraban para girar y atacar Nagoya,
comenzaron a recibir fuego antiaéreo.
El avión llevaba una carga de cuatro bombas incendiarias. Hilger espe-
raba lanzar una en el cuartel general de la 3.* División (al lado del castillo
de Nagoya); otra contra la fábrica Atsuta en el Arsenal de Nagoya, en el cen-
tro de la ciudad; la tercera sobre los depósitos de combustible de Matsushi-
geho, al noroeste del distrito comercial; y la cuarta en la fábrica de aviones
de Mitsubishi, en la costa. Para el ataque, el avión ascendió a 500 metros y
mantuvo una velocidad de 330 km/h. El navegante, el alférez James H.
Macia Jr., recordó que las referencias geográficas de Nagoya eran menos evi-
dentes de lo esperado. Macia tuvo problemas para identificar en los mapas
algunas de ellas, en especial los canales y vías fluviales. Logró localizar algu-
nas referencias, como un cementerio, torres de radio, la planta de energía
de Nagoya y otros. El B-25 sobrevoló un aeropuerto, donde los únicos avio-
nes que se podían ver en las pistas eran dos bombarderos obsoletos. El aeró-
dromo que Hilger vio parecía estar en mal estado. Era estrecho y corto e
incapaz de poder soportar muchos vuelos.
La primera bomba alcanzó una serie de edificios que formaban parte del
primer objetivo, los cuarteles. Había sido difícil localizar el castillo de
Nagoya, ya que no destacaba especialmente, como tampoco la otra referen-
cia, un río que discurría al norte del castillo, con el cauce seco. Identifica-
ron los otros tres objetivos sin demasiados problemas. El siguiente objetivo
eran los depósitos de gasolina de Matsushigeho. Aunque Hilger nunca vio
tales tanques, lanzó una bomba incendiaria a un gran conjunto de edificios.
Macia sabía que su objetivo era una serie de almacenes, por lo que no era
extraño ver otras construcciones aparte de los depósitos. Hilger seleccionó
el edificio más grande: parecía un gimnasio universitario con un techo cur-
vado. El B-25 alcanzó el edificio más grande de la fábrica Atsuta. Este obje-
tivo, según Macia, había crecido hasta incluir otras construcciones similares
a los informes recibidos antes del despegue. El último objetivo era la fábrica
de aviones de Mitsubishi. Los japoneses habían construido el edificio con
cemento y acero o mampostería, que no parecía vulnerable a los efectos de
un ataque con bombas incendiarias. Sin embargo, el área residencial que se
alzaba en los alrededores estaba compuesta por construcciones de madera.
Los oficiales del servicio de información resaltaron este informe en las entre-
vistas posteriores al ataque para los futuros ataques que consumirían Japón.
Tras lanzar las bombas, el avión de Hilger fue sometido a un fuego anti-
aéreo concentrado en la cola del avión, que no sufrió daños. El avión des-
cendió a una altitud de 60 a 90 metros para reducir su vulnerabilidad a la
antiaérea. El ataque tuvo lugar a cinco o seis kilómetros de Nagoya. Hilger
también hizo uso de la ametralladora de proa para acribillar un depósito de
combustible. Un interceptador enemigo apareció entonces entre el humo del
fuego antiaéreo, pero no atacó ya que el B-25 fue más rápido que su perse-
guidor y tomó su ruta de escape. Mientras el aparato escapaba, apreciaron lla-
mas que surgían de los objetivos que acababan de alcanzar. Una columna de
humo, con la forma de una seta, se elevó a unos 1.500-1.800 metros, confir-
mando el éxito del ataque. Los informes de las estaciones de radio china pos-
teriores al ataque afirmaron que los incendios de Nagoya ardieron durante las
48 horas posteriores al ataque de Hilger. En su vuelo hacia China, divisaron
algunos barcos de la Marina Imperial, tres cruceros y dos destructores, cerca
de la costa de Kyushu. Los barcos no abrieron fuego contra el B-25. Hilger
puso rumbo sudoeste, para hacer creer a cualquier observador japonés que 77
El ataque de McElroy sobre
Yokosuka fue una completa
sorpresa para los japoneses.
Tras dañar la base, el B-25B
voló al norte, por encima
de las colinas y se dirigió
a China. (Air Force Historical
Research Agency)

se dirigían hacia el mar para apontar en un portaaviones. Tras 20 minutos en


ese rumbo, cambiaron la dirección para seguir la costa y dirigirse a China.
El avión del teniente Donald Smith se dirigió a Nagoya con Hilger. El
decimoquinto avión que abandonó el Hornetalas 09:15 h debía seguir a Hil-
ger, para separarse después y dirigirse al oeste, a la ciudad portuaria de
Kobe. Su tripulación incluía un miembro especial, el teniente White, oficial
médico, en caso de que alguien necesitara asistencia tras el aterrizaje. Sus
compañeros necesitarían sus valiosos servicios tras el ataque.
Smith siguió a Hilger hasta sobrepasar la bahía de Nagoya para proseguir
rumbo oeste hacia Osaka. Entonces surgió una inesperada sorpresa, una
montaña de 750 metros, a unos 7 kilómetros al noreste de Osaka, que no apa-
recía en los mapas de navegación. Tomaron acciones evasivas para evitar la
montaña, con el temor de haberse salido de la ruta. Una vez pusieron rumbo
oeste, identificaron Osaka al sudoeste y continuaron hacia Kobe. Estos suce-
sos no eran extraños entre las tripulaciones de los aviones; las cartas de nave-
gación que recibió la unidad de Doolittle contenían numerosos errores u
omisiones que hicieron dudar a las tripulaciones de si podían haber identi-
ficado un falso objetivo o haber cometido errores de navegación.
El avión de Smith llevaba cuatro bombas incendiarias. La aproximación
a Kobe seguiría la línea de la costa hasta el extremo este de la ciudad y
entonces atacarían objetivos cerca de la orilla. A continuación se dirigirían
hacia el mar abierto siguiendo rumbo sudoeste. Vieron muchos pequeños
pesqueros, cargueros y otros barcos en la bahía Nagoya. No divisaron nin-
gún interceptador enemigo. La única actividad aérea que pudieron obser-
var era la de un avión comercial del tipo DC-3 que volaba al este de Osaka.
El área, con gran densidad de población, que se alzaba entre Osaka y Kobe
estaba oscurecida por el humo procedente del sector de la industria pesada
de la zona. Sin embargo, mientras el avión volaba hacia el este, la visibilidad
en torno a Kobe mejoró y pudieron identificar las referencias terrestres que
conducían a los objetivos.
Smith pudo atacar cuatro objetivos principales. Avistó un gran porta-
78 aviones en construcción en Osaka, pero lo descartó para dirigirse a los obje-
tivos principales. El primero de ellos era la fábrica de acero de Uyenoshita,
cerca de un conjunto de muelles en la orilla. A continuación, la tripulación
dedicó su atención a los astilleros de Kawasaki en el cabo Kawa, donde otro
gran portaaviones estaba en un estado avanzado de construcción. Conti-
nuando rumbo suroeste, el bombardero atacó la fábrica de maquinaria eléc-
trica. El área del objetivo acogía numerosos talleres, pequeñas factorías
industriales y zonas residenciales. Smith lanzó su última bomba contra la
fábrica de aviones Kawasaki y los talleres de aviación números 10 y 11 de
Kawasaki. El informe de Smith, entregado tras la misión, señalaba la presen-
cia de numerosas fábricas y posibles objetivos para futuros bombardeos en la
zona. Uno de ellos era una nueva fábrica de aviones situada al este de Kobe.
El avión de Smith apenas encontró oposición por parte de los japoneses.
El repentino ataque cogió por sorpresa a las defensas de la ciudad. El B-25
fue acosado por dos cañones antiaéreos, pero tras haber lanzado sus bom-
bas. Los dos cañones antiaéreos sólo tuvieron tiempo de disparar dos o tres
proyectiles, pero el avión de Smith no sufrió daños y puso rumbo sur, lejos
de Kobe, cruzando el extremo sur de la isla de Kyushu. Divisaron signos de
actividad enemiga en las proximidades e informaron del avistamiento de tres
cruceros navegando con rumbo noreste. Estos buques eran, casi con seguri-
dad, los mismos que había visto con anterioridad Watson en el Whirling Der-
vish. En este caso no se informó de fuego antiaéreo o de acciones hostiles
por parte de los buques. Sin embargo, el avión fue visto por tres cazas. A los
quince minutos de haber avistado a la fuerza de la Marina Imperial, Smith
vio dos cazas que realizaban prácticas de tiro sobre el agua. Estos aviones
intentaron interceptar al bombardero, pero la velocidad de éste permitió a
Smith dejarlos atrás sin problemas. El sargento Edward J. Saylor, el mecá-
nico, los identificó como Ki-27, por su tren de aterrizaje fijo.
Cuando dio las novedades del ataque, la tripulación recomendó a los ofi-
ciales de información de la USAAF que se atacara Kobe, pues era un obje-
tivo propicio. Estos informes sugirieron que la falta de defensas antiaéreas y
los diversos objetivos eran susceptibles de un ataque en picado que devasta-
ría la zona. Aunque los futuros ataques de bombardeo tendrían lugar más
adelante, los equipos de información comenzaron la recopilación de datos
sobre objetivos potenciales. Información sobre las localizaciones antiaéreas,
globos de barrera, referencias en los mapas y objetivos apropiados propor-
cionó a los planificadores de futuros ataques una valiosa información. Afir-
maciones como «la orilla parecía estar repleta de fábricas» y que las bombas
lanzadas al azar «no podrían fallar» no pasaron desapercibidos. La próxima vez
que las fuerzas de defensa o la Marina Imperial japonesa tuvieran que hacer
frente a bombarderos norteamericanos en Tokio sería el 24 de noviembre de
1944, cuando 111 B-29 bombardearon la fábrica de aviones de Mushashino.
El último avión que abandonó el Hornet fue el pilotado por el teniente
William Farrow, el Bat out of Hell. La misión de Farrow comenzó con el des-
pegue a las 09:21 h. La mala mar y los vientos que afectaron a las operacio-
nes del portaaviones castigaron al avión cuando el aparato de Farrow se des-
lizó hacia atrás preparándose para despegar, a la vez que la cubierta del
Hornet se balanceaba. Por desgracia, una de las hélices del B-25 cortó el
brazo de un marinero. Este desgraciado accidente fue una advertencia de lo
que estaba por venir. El vuelo del B-25 estuvo libre de problemas hasta que
alcanzó el objetivo designado. El intenso fuego antiaéreo en torno a Osaka
obligó a Farrow a cambiar su ruta; en lugar de atacar su objetivo principal, se
vio obligado a regresar a Nagoya. 79
Los aviones de Doolittle
y la TF-16 avistaron numerosos
barcos y atacaron algunos
de ellos, como éste. Algunos
pesqueros habían sido
militarizados por la Marina
Imperial y armados con cañones
ligeros y ametralladoras. El
Nashville y los aviones de los
portaaviones tuvieron grandes
problemas para destruir estos
buques. (US Air Force)

El fuego antiaéreo en Nagoya era concentrado y Farrow tuvo que buscar


objetivos al azar. Así, el Bat out of Hell atacó un depósito de combustible y una
fábrica de aviones. Vio fuego en la zona del depósito. Mientras el avión con-
tinuaba volando hacia el sur, el bombardero, cabo Jacob D. DeShazer, avistó
varios cazas japoneses que intentaban derribar el avión; DeShazer, ahora que
habían lanzado sus bombas incendiarias, estaba libre para operar en la
torreta dorsal. No llegó a abrir fuego, pues el B-25 volaba demasiado rápido
para los aviones japoneses.
Por milagro, la totalidad de los 16 bombarderos de Doolittle escaparon
sin daños del espacio aéreo más defendido del Imperio japonés. El único
objetivo que les quedaba pendiente a las tripulaciones era alcanzar las zonas
de aterrizaje chinas.

EL VIAJE DE LA TF-16
El regreso de Halsey a Pearl Harbor no estuvo exento de incidentes. La
Marina Imperial japonesa estaba persiguiendo activamente a los portaavio-
nes, y los peores temores de Nimitz de perder dos portaaviones aún podían
hacerse realidad. El beneficio de lanzar el ataque de Doolittle antes de lo
planeado fue la ventaja de poder abandonar las aguas enemigas también
antes. La TF-16 tendría que esquivar a los buques vigía de la 5.* Flota para
evitar ser detectada y, con ello, atacada por cualquier elemento de ataque
de largo alcance de la Marina Imperial basado en tierra. De igual modo,
Halsey no podía estar seguro de que en las aguas costeras japonesas no se
encontraran portaaviones, submarinos o buques de superficie que estuvie-
ran regresando de sus operaciones en el Índico.
El mando de la Marina Imperial estaba muy activo. La búsqueda del
grupo naval de ataque estadounidense continuaría hasta el 24 de abril. Yama-
gata ordenó al Grupo Aéreo de Kisarazu y al grupo con base en la isla Mar-
cus que buscaran a la flota norteamericana en un radio de 700 millas náuti-
cas. También puso a todos los aviones de Kisarazu y Tateyama en una alerta
de 15 minutos en caso de que sus vuelos de reconocimiento descubrieran al
80 enemigo o de que hubiera otros ataques adicionales.
El Enterprise y el Hornet estaban listos para la acción. Los barcos perma-
necieron en alerta todo el día. Ambos portaaviones compartieron las tareas
de lanzar cazas Wildcat en constantes patrullas de combate aéreo. A las
11:15 h, el Hornet había lanzado ocho Wildcat. Además, el Enterprise estuvo
enviando a los bombarderos en picado Dauntless del escuadrón de recono-
cimiento para buscar cualquier buque de la Armada Imperial que pudiera
ser hostil o informar de la posición de la fuerza de ataque. Los operadores de
radar del Enterprise detectaron algunos de los aviones de reconocimiento
de largo alcance de Yamagata a las 12:14 h. Sin embargo, la distancia más
cercana a la que se aproximaron fue de unos 54 km.
Escapando con rumbo este, la fuerza de combate detectó diversas fuer-
zas enemigas. Hacia las 14.00 h, los aviones de reconocimiento del Enterprise
que regresaban divisaron dos barcos de patrulla enemigos. Los Dauntless
hundieron uno, pero el fuego de las ametralladoras de los buques de patru-
lla dañó el motor de uno de los Dauntless. El aparato se estrelló cerca del
Nashville, pero su tripulación fue rescatada sana y salva. El crucero se con-
centró en hundir el patrullero restante.
El Nashville había roto el contacto con el resto de los buques de la fuerza
de ataque a las 14:09 h para hundir ambos barcos. Una vez los bombarde-
ros en picado Dauntless hundieron uno de los patrulleros, el Nashville
comenzó a acercarse al otro objetivo que estaba al norte de su posición y a
unos 8.000 metros de distancia. Otros aviones procedentes del Hornet tam-
bién ametrallaron y bombardearon el barco restante. Los bombarderos en
picado lanzaron su carga de bombas desde una altura de 30 metros. El
Nashville procedió a acercarse al buque de madera de 27 metros de eslora,
pintado por completo de negro, salvo la cubierta, que era blanca. Informes
procedentes del Enterprise indicaban que los japoneses habían izado una
bandera blanca, pero este extremo no era correcto. Halsey ordenó al Nash-
ville que tomara prisioneros y luego hundiera el barco. Si esto no era posi-
ble, el crucero primero debía hundir el patrullero y luego intentar rescatar
a algún náufrago. Halsey advirtió al comandante del Nashville que no per-
diera el rastro de la fuerza de combate, que proseguía su retirada y ahora
estaba a una distancia de 16.200 metros y navegaba a 25 nudos rumbo a
Hawai. Sin embargo, el Nashville descubrió que el barco japonés no quería
rendirse y que no habían usado una bandera blanca. El crucero entró en
acción.
Los cañones del Nashville abrieron fuego a las 14:24 h. Esta vez la puntería
mejoró mucho. El Nashville se aproximó más a su objetivo que en el combate
anterior con el Nitto Maru, y se posicionó de manera que pudiera compensar
el efecto del oleaje, ya que el estado del mar todavía era malo. Aun así, utilizó
167 proyectiles para hundir el barco vigía, que desapareció bajo las aguas a las
14:46 h, a 36” 21” de latitud Norte y 155” 14” de longitud Este. Halsey quedó
decepcionado por la actuación de los aviones del Enterprise en sus intentos por
hundir los patrulleros. Hizo notar que era necesario más entrenamiento.
Los aviones gastaron 12.000 balas de 12,7 mm, 800 de 7,62 mm, 12 bombas
de 225 kg y 24 de 45 kg para hundir un único y pequeño navío.
Se inició el salvamento y el Nashville rescató a cinco marinos japoneses.
Estos nuevos prisioneros indicaron que la tripulación constaba de once
hombres. Finalizada la acción, el Nashville se reunió con los portaaviones y
prosiguió rumbo a casa.
Las primeras noticias en inglés sobre el ataque contra Tokio se escucha-
ron en el Hornet a las 14:45 h. El noticiario de radio japonés decía: 81
EL ATAQUE A KOBE

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Aviones enemigos aparecieron hoy sobre Tokio poco después del mediodía por primera
vez desde el comienzo de la presente guerra de Asia oriental. Causaron graves daños
en escuelas y hospitales. La población japonesa ha mostrado una gran indignación.

Sin duda, los japoneses sufrieron daños colaterales como consecuencia


del ataque, daños sobre los que sólo se puede especular. Otro informe
radiado en japonés hizo un anuncio diferente, más específico sobre el daño.

Una gran flota de bombarderos pesados apareció sobre Tokio este mediodía y cau-
saron graves daños en instalaciones civiles y algunos daños en fábricas. El
número de muertos se cifra entre trescientos y cuatrocientos hasta el momento. No
se ha informado del derribo de ningún avión sobre Tokio. Osaka también fue bom-
bardeada. Tokio informa de varios grandes incendios todavía activos.

El resto del viaje estuvo libre de problemas para la TF-16, que llegó a
Pearl Harbor en la mañana de 25 de abril.

EL DESTINO DE LAS TRIPULACIONES


Todos los aviones de Doolittle que participaron en el ataque, excepto uno,
cayeron cerca o antes de sus destinos en China, con las tripulaciones sal-
tando en paracaídas. York, a pesar de las advertencias de Doolittle, se vio
obligado a aterrizar en la Unión Soviética, donde los soviéticos internaron a
la tripulación. Diez tripulaciones se estrellaron en el interior de China, y
cuatro tuvieron que amerizar en el mar de la China Oriental, en la provin-
cia de Chekiang. Los aterrizajes en China y el apoyo de la población para el
regreso de las tripulaciones derribadas incitaron a los japoneses a vengarse
de miles de civiles inocentes. Unidades del ejército japonés organizaron la
búsqueda de las tripulaciones de los bombarderos a lo largo de 32.000 km?
durante tres meses con deseos de venganza. Tras el ataque, Chiang informó
a Roosevelt de que los japoneses podían haber matado a más de 250.000 civi-
les como represalia y haber ocupado nuevos territorios para evitar que China
se convirtiese en una posible área de estacionamiento de bombarderos.
Las largas distancias de vuelo, los cambios en la sincronización de la ope-
ración y el fracaso a la hora de advertir a las zonas de aterrizaje chinas se tra-
dujeron en la pérdida de los aviones del ataque. El mal tiempo reinante
sobre China también contribuyó de manera significativa al fracaso de las tri-
pulaciones para navegar correctamente en la zona. Algunas tripulaciones
informaron de que la visibilidad era prácticamente inexistente. El fracaso a
la hora de advertir a las zonas de aterrizaje chinas significó que no había
balizas de guía, bengalas o luces de aterrizaje preparadas para recibirles. La
preocupación de las tripulaciones sobre la falta de combustible y el alcance
fueron, en cierto modo, compensadas por un fuerte viento de cola, que
alcanzó unas velocidades de 30 a 50 km/h. Doolittle también informó de
que cuando algunos de sus B-25 sobrevolaron los campos de aterrizaje chi-
nos, los chinos hicieron sonar las alarmas de ataque aéreo y apagaron todas
las luces de aterrizaje.
Los múltiples aterrizajes forzosos, saltos en paracaídas y amerizajes crea-
ron problemas a las fuerzas chinas y norteamericanas encargadas de locali-
zar, reunir y transportar a los miembros de las tripulaciones a Chungking y a
casa. Muchos tripulantes habían sufrido heridas que requerían atención 83
Las tripulaciones de los B-25
de Doolittle aterrizaron en China
o amerizaron en sus aguas,
salvo una de ellas, que lo hizo
en la Unión Soviética. Doolittle
y su tripulación sobrevivieron
al aterrizaje forzoso. Doolittle
fue ascendido a general tras
el ataque. (US Navy)

médica. '[res murieron en los aterrizajes. Uno murió al saltar en paracaídas


y dos se ahogaron cuando su avión amerizó.
Doolittle y su tripulación tuvo suerte, ya que saltaron a 112 kilómetros al
norte de Chuchow. Fue capaz de contactar con un general chino, un oficial
del directorio de la sección occidental para la provincia de Chekiang, que
estuvo de acuerdo en buscar al resto de sus tripulaciones. Las afirmaciones
Japonesas sobre el ataque enfatizaban el daño causado a los objetivos civiles
y las pérdidas de vidas inocentes. Las emisiones de radio de Tokio afirma-
ban que se habían derribado nueve aviones durante el ataque. Doolittle des-
conocía los daños causados a los japoneses y el destino de sus bombarderos.
Informes parciales procedentes de China llegaron a Washington. Doo-
little pudo informar a Arnold de que el ataque había sorprendido a los japo-
neses, pero que se había perdido la fuerza de ataque. La reacción inicial de
Arnold ante Roosevelt era una mezcla de emociones. En un memorándum
del 21 de abril ante al presidente, reconocía el impacto estratégico del ata-
que, pero era escéptico sobre la operación. Su opinión era:

Desde el punto de vista de una operación de la Fuerza Aérea, el ataque no era un


éxilo, pues ningún ataque triunfa cuando las pérdidas superan el diez por ciento,
y ahora parece que hemos perdido todos los aviones.

A pesar de ello, Roosevelt y el país celebraron el ataque de Doolittle. Las


dudas iniciales de Arnold revelaban que contempló el ataque desde un
punto de vista táctico y no estratégico. Posteriores informes reconocieron el
gran valor del ataque para la moral de Estados Unidos y el impacto que
causó a la de las fuerzas armadas japonesas. Doolittle estaba preocupado por
la perdida de todos los aviones, según los informes iniciales. Pensaba que
regresaba a Washington con un fracaso y que tendría que enfrentarse a un
consejo de guerra. Sus dudas desaparecieron pronto.
A medida que eran encontradas las tripulaciones y las noticias del ataque
se extendían, los líderes del país mostraron su orgullo por el primer ataque
84 de Estados Unidos a Japón. Doolittle se convirtió en uno de los primeros
Cuando el raid de Doolittle hubo
comenzado, las fuerzas armadas
japonesas ordenaron a todas
las unidades disponibles que
emprendieran la búsqueda
del origen de la incursión
norteamericana. El Akagi
navegó a toda máquina y
detectó a la TF-16, aunque
no logró alcanzarla. (National
Archives)

héroes de guerra norteamericanos. Fue ascendido a general de brigada el


día siguiente del ataque, y más tarde recibió la Medalla de Honor del Con-
greso. Arnold había ordenado con anterioridad que todos los miembros de
la tripulación recibieran la Cruz de Vuelo Distinguido.
Cuando las tripulaciones llegaron a Chungking, fueron condecoradas
por el Gobierno chino. Tras esto, fueron enviados a la India y, al fin, a casa.
Los únicos que no regresaron fueron los tripulantes de los aviones de
Farrow, Hallmark y York. Farrow y Hallmark tuvieron un destino común:
aterrizaron en territorio chino controlado por los japoneses y fueron cap-
turados. Los japoneses mantuvieron a las dos tripulaciones, compuestas por
ocho miembros (dos se habían ahogado), en la ocupada Shangai, pero
luego fueron transferidos a Tokio durante unos 46 días. En prisión, fueron
interrogados y torturados para obtener confesiones firmadas, según las cua-
les Doolittle había atacado de forma deliberada objetivos civiles. El 18 de
junio, el ejército japonés envió de vuelta a Shanghai a las tripulaciones, para
que esperaran al juicio en la prisión militar de Kiangwan.
Los fiscales japoneses iniciaron el juicio el 28 de agosto. Los desafortu-
nados tripulantes del Green Hornet y del Bat out of Hell no tuvieron la opor-
tunidad de hablar durante el juicio, ni de defenderse contra los cargos de
haber matado a mujeres y niños inocentes de manera intencionada. Las
confesiones firmadas, escritas en Japonés, sellaron su destino. Todos fueron
condenados a muerte. Sin embargo, sólo Hallmark, Farrow y el sargento
Harold Spatz fueron ejecutados el 15 de octubre de 1942. Los cinco miem-
bros restantes fueron condenados a cadena perpetua, sobreviviendo a tres
años de brutal encarcelamiento, con la excepción del subteniente RobertJ.
Meder, que murió de malnutrición el 1 de diciembre de 1943.
El avión de York aterrizó en la provincia de Primorski, a unos 50 kilómetros
al norte de Vladivostok, en la URSS. El personal militar soviético inspeccionó
el avión en cuanto aterrizó. York y sus hombres no sabían que tipo de recep-
ción tendrían. Una vez se identificaron como «Americanski», recibieron un
buen trato. La tripulación no reveló su misión e intentaron hacer creer a los
oficiales soviéticos que venían de Alaska, pero su verdadera misión fue descu-
LUGARES DE ATERRIZAJE PREVISTOS Y ATERRIZAJES REALES
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86 Y “a A
El ataque de Doolittle fue el
preludio de futuros bombardeos
norteamericanos contra las islas
japonesas. En esta fotografía
de Tokio se puede ver el área
por la que las tripulaciones
tenían que navegar y
seleccionar sus objetivos.
(Military History Institute)

bierta con posterioridad. Por desgracia, los intentos diplomáticos de Estados


Unidos no lograron su liberación y fueron internados; para empeorar aún
más la situación, el Gobierno estadounidense tuvo que pagar 30.000 rublos
al mes por los costes del internamiento. La tripulación fue enviada a Okuna,
300 kilómetros al sur de Moscú, y luego a Okhansk, en el extremo occiden-
tal de Siberia. Con posterioridad fueron enviados a Asia central. York sobor-
nó a un guarda, que le ayudó a huir y cruzar la frontera con Irán. Logró lle-
gar a una embajada británica, donde fue acogido. 87
CONSECUENCIAS

ER 1 raid de Doolittle causó un gran impacto, tanto militar como psico-


pues lógico, en ambos bandos. Con sólo dieciséis B-25, el riesgo calculado
Es de Doolittle rindió unos magníficos resultados en términos estratégi-
cos. Alteró el curso de la guerra en el teatro del Pacífico, con efectos inme-
diatos. Tanto las fuerzas armadas, como el Gobierno y la población de Japón
despertaron de su sueño de seguridad e imaginada invencibilidad creada
por la «enfermedad de la victoria». Despertaron a la fría realidad de enfren-
tarse a un enemigo determinado. El ataque de Doolittle demostró a los japo-
neses que eran vulnerables ante un ataque. Una vez los japoneses hubieron
identificado a Doolittle como el comandante del ataque, bautizaron el ataque
como «do-little» («poca cosa») o «did-little» («hizo poca cosa»). Sin embargo,
esta incursión «did-little» obligó a los líderes japoneses a alterar sus planes, y
dio un fuerte empuje a la moral estadounidense. Estados Unidos fue capaz de
cambiar su actitud estratégica y pasar de la defensiva al ataque, demostrando
con ello su capacidad militar a todas las potencias del Eje.
El emperador y sus líderes militares quedaron horrorizados porque fue-
ron bombardeados objetivos situados alrededor del Palacio Imperial. El ata-
que avergonzó y humilló a los altos mandos del Ejército y de la Marina, en
particular a Yamamoto. Esta acción obligó a desviar una parte considerable
de recursos de futuras conquistas para intentar aniquilar a la Flota del Pací-
fico norteamericana. Además, las fuerzas armadas japonesas tuvieron que
destinar sus limitados recursos a defender las islas metropolitanas. Por ejem-
plo, la Marina Imperial fue obligada a incrementar su cobertura aérea y de
patrulla, mientras que el ejército envió unidades de caza adicionales para la
defensa de Japón. La Fuerza Aérea japonesa organizó cuatro grupos de
caza, unos 250 aviones, para defender el archipiélago de futuros bombar-
deos. Estas acciones privaron a las unidades de combate de primera línea de
vitales fuerzas de caza que perjudicarían las capacidades ofensivas y defensi-
vas japonesas en el suroeste del Pacífico.

MIDWAY: EL PUNTO DE INFLEXIÓN


Uno de los cambios más profundos en la estrategia japonesa fue el cambio
de su perímetro de expansión defensivo en el área del suroeste del Pacífico
para concentrarse en el Pacífico central. El alto mando de la Marina Impe-
rial quería avanzar hacia Nueva Guinea para cortar las líneas de suministro
entre Estados Unidos y Australia. En su lugar, el temor a nuevos ataques con-
tra el emperador y otros objetivos en Japón hizo plantear una estrategia en
dos frentes. Continuarían operando en el suroeste del Pacífico y avanzarían
hacia las islas Salomón; y también hacia Port Moresby, en Nueva Guinea,
una vez que la Marina de Estados Unidos fuera neutralizada. Como mínimo,
estas conquistas permitirían a Japón amenazar la ruta norte a Australia.
Los norteamericanos
consideraron que habían
recuperado su sentido del honor
al contraatacar a Japón. Esta
caricatura de un periódico
de la época ilustra la sed de
venganza existente en esos
momentos. (National Archives)

Futuras operaciones incluirían la toma de Samoa, Fidji, Nueva Caledonia y


las Nuevas Hébridas, lo cual proporcionaría bases para avanzar más hacia el
sur y amenazar las rutas entre Australia y América. Esta condición permiti-
ría a la Marina Imperial extender sus operaciones más hacia el este, hacia
Hawai. Los estrategas del Ejército podrían intensificar su campaña en el
Pacífico suroeste, una vez que la amenaza de la Flota del Pacífico estadou-
nidense fuera eliminada.
Tras el ataque de Doolittle, la Flota del Pacífico estadounidense tenía
cinco portaaviones en el teatro de operaciones: el Hornet, el Enterprise, el
Lexington, el Saratoga y el Yorktown. Si la Marina Imperial se enfrentaba a
Estados Unidos en una batalla, su superioridad numérica en portaaviones le
permitiría derrotar a los estadounidenses y eliminar cualquier futura ame-
naza aeronaval. Además, los japoneses podrían tener una oportunidad de
avanzar sin obstáculos hacia Hawai. Si Estados Unidos tuviera las bases en
Hawai aisladas o capturadas, entonces tendrían que plantear sus operacio-
nes desde la costa oeste o desde Alaska, lo cual causaría graves problemas
logísticos y operacionales para los norteamericanos. Estas condiciones sella-
rían la victoria definitiva del Imperio.
Yamamoto había empezado a diseñar un plan ofensivo para derrotar a la
Flota del Pacífico y avanzar hacia Midway ya antes del ataque de Doolittle.
Elementos de la Flota Combinada de Yamamoto tenían algunas reservas con
respecto al plan. Pese a ello, el mando de la Marina Imperial aprobó los prin-
cipios de la operación el 5 de abril. El alto mando no podía oponerse a tal
operación, ya que también eran considerados responsables del fracaso en la
protección del emperador. El 5 de mayo, el almirante Nagano Osami, jefe
del alto mando de la Marina japonesa, aprobó el plan de Yamamoto. El Cuar-
tel General Imperial de Nagano permitía a Yamamoto «llevar a cabo la ocu-
pación de la isla de Midway y puntos clave en las Aleutianas occidentales en
colaboración con el Ejército». Estas acciones aproximaban a los japoneses
más a Hawai y quizás empujara a los norteamericanos a entrar en combate.
El ataque a las Aleutianas se convertiría en una maniobra de distracción. El 89
provocador avance hacia Hawai estaba calculado para atraer a la Flota del
Pacífico a una batalla decisiva y para dar a la Marina Imperial la oportunidad
de destruir a su némesis.
Otra demostración adicional del peligro para las futuras operaciones
militares japonesas tuvo lugar en la batalla del mar del Coral. La progresión
Japonesa en el Pacífico suroccidental era obstaculizada por las acciones de
los portaaviones estadounidenses. Una fuerza naval combinada de Estados
Unidos y Australia había rechazado los intentos del grupo de invasión de
Port Moresby en dirección a Nueva Guinea. La Marina Imperial logró una
victoria táctica, ya que la Marina norteamericana perdió el portaaviones
Lexington, mientras que los japoneses sólo sufrieron el hundimiento de un
portaaviones ligero. Sin embargo, la batalla del mar del Coral fue una vic-
toria estratégica para los Aliados; la expansión japonesa estaba frenándose y
empezaba a retroceder. Estas actuaciones sólo sirvieron para fortalecer el
plan Midway, ahora denominado operación «MD».
Midway sería el punto de inflexión de la campaña del Pacífico. Estados Doolittle continuaría
Unidos infligió a los japoneses una aplastante derrota, hundiéndoles cuatro ascendiendo en la jerarquía
de la Fuerza Aérea del Ejército.
portaaviones. Su invasión de Midway fue rechazada y la toma de las Aleutianas
Ostentaría diversos mandos
occidentales, un esfuerzo baldío. El balance estratégico en el mar cambiaría en África del Norte y Europa,
para siempre después de Midway, y abriera el camino de la victoria a los Alia- y finalizaría la guerra como
dos, que empezarían a recuperar el territorio ocupado por los japoneses. teniente general. (US Air Force)

AMÉRICA EN PIE DE GUERRA


Roosevelt estaba extasiado con los resultados del ataque, que sirvió para
demostrar tanto que Estados Unidos era capaz de pasar a la ofensiva como El ataque de Doolittle espoleó
a Estados Unidos a incrementar
que los japoneses eran vulnerables. Las informaciones de Tokio sobre una
su producción industrial
cadena interminable de éxitos eran ya cuestionables. La moral ascendió en y reforzó la moral de la j
las semanas siguientes tras el aviso de Roosevelt, el 21 de abril, del ataque, población y la de los militares.
que según él había partido de una nueva base en «Shangri-La», una refe- A partir de 1942, la nación
rencia a un lugar mítico. No reveló ninguna información sobre el Hornet o se convirtió en un vital
productor de armamento
la TF-16. Atacar el corazón de Japón como venganza por Pearl Harbor, aun-
y suministros que apoyaría
que sólo fuera parcialmente, devolvía a Estados Unidos su honor. las operaciones en todos
Sin embargo, el país no se podía permitir usar sus recursos en organizar los teatros de la guerra.
otro ataque similar al de Doolittle. Esto podría perjudicar los esfuerzos de (National Archives)
construir bombarderos de largo alcance como el B-29. Creó incertidumbre
en las mentes de los líderes japoneses sobre dónde y cuándo Estados Uni-
dos atacaría de nuevo. El pequeño ataque de Doolittle abrió muchas men-
tes, y Halsey afirmó que se trataba de «una de las acciones más valientes de
toda la historia militar».
El ataque también sirvió para otros objetivos. King había sido crítico con
la estrategia de «primero Alemania», creía que los japoneses eran los princi-
pales enemigos a los que derrotar. Una derrota en el Pacífico significaría una
amenaza contra Hawai y la costa oeste. La estrategia de Roosevelt cambió de
arriba abajo, ya que el principal ataque estratégico tuvo lugar en Japón, en
lugar de Alemania. King demostró que Estados Unidos podía ganar la gue-
rra en el Pacífico y que la TF-16 y Doolittle habían lanzado el primer gran
ataque victorioso estadounidense en la Segunda Guerra Mundial.
Aunque encantado con el ataque, aún existía una cierta consternación
en el Ministerio de la Guerra. Algunos estrategas del Ejército replicaron que
90 tres de los ocho portaaviones japoneses podrían lanzar un ataque de ven-
Los bombarderos de la Fuerza
Aérea regresarían a Japón al
final de la guerra. Los
bombarderos B-29 atacaron
Kobe el 20 de junio de 1945,
y lanzaron sus bombas cerca
de los objetivos originales de
Doolittle próximos a la costa.
(National Archives)

ganza similar a Seattle o Los Ángeles. El ministro de la Guerra, Henry L.


Stimson, estaba muy preocupado por la reacción japonesa. Discutió de sus
temores con el jefe del Estado Mayor, el general George C. Marshall, refe-
rentes al «peligro de un ataque japonés en la costa oeste». El G-2 del Guar-
tel General del Ejército, es decir, el departamento de información, temía
que la venganza japonesa pudiera llegar con «un contraataque con porta-
aviones». Los japoneses también podrían atacar el canal de Panamá o inten-
tar algún ingenioso plan de venganza. Marshall reforzó las defensas a lo
largo de la costa oeste enviando defensas aéreas adicionales y fuerzas de tie-
rra. Todas estas medidas enfatizaron el teatro del Pacífico. 91
RECORDANDO EL RAID,
HOY

| os interesados en los lugares históricos relacionados con el ataque de


Doolittle se sentirán un poco decepcionados. La mayoría de las locali-
zaciones japonesas fueron borradas del mapa por los ataques estraté-
gicos de la USAAF o las consecuencias del desarrollo de posguerra. Sin
embargo, hay algunos lugares históricos y museos que han preservado la
memoria y objetos del ataque. Muchos de estos lugares están localizados a
lo largo de Estados Unidos y muestran un amplio contexto del ataque en
relación con la campaña del Pacífico en general.
Uno de los lugares relacionados con el ataque de Doolittle es el aero-
puerto del condado de Lexington (Carolina del Sur). El Ministerio de la
Guerra mejoró sus instalaciones en 1941 con la ampliación de la longitud
de las pistas, con la construcción de nuevos edificios, infraestructuras y otros
elementos de apoyo para optimizar la capacidad del aeropuerto en el
soporte de operaciones militares. En febrero de 1942, Doolittle solicitó
voluntarios del 17. Grupo de Bombardeo que servían en estas instalaciones.
Hoy es la base del aeropuerto metropolitano de Columbia, en las afueras al
oeste de Columbia, la capital estatal de Carolina de Sur, y está cerca de varias
autopistas: 1-20, 1-26 e 1-77.
El área de entrenamiento de los participantes en el ataque de Doolittle en
Eglin Field (Florida) es ahora la base aérea de Eglin. Eglin acoge el Centro de
Armamento de la Fuerza Aérea, la 33.* Ala de Caza y el Laboratorio de Inves-
tigación de la Fuerza Aérea (Departamento de Municiones) y otros departa-
mentos. La base está localizada en la península de Florida, entre Fort Walton
Beach, en el golfo de México, y Niceville. La base está cerrada al público. Sin
embargo, existe un gran museo junto a la puerta principal de la base. El
Museo de Armamento guarda varias bombas, misiles, cohetes y otro arma-
mento de interés para los entusiastas de la aviación. La entrada es gratuita y
está abierto todos los días, salvo los festivos nacionales. El museo está situado
entre la Autopista 85 y la carretera estatal 189.
El Depósito de la Aviación de Sacramento, hoy base aérea de McClellan,
ya no es una instalación militar en activo. Sirvió como depósito para labores
de mantenimiento y actividades de logística para la Fuerza Aérea del Ejército
y la Fuerza Aérea hasta su cierre en julio de 2001. Las instalaciones están abier-
tas al público. El Museo de Aviación McClellan se encuentra dentro de la anti-
gua base. Contiene exhibiciones sobre el ataque de Doolittle y varios aviones,
como por ejemplo algunos de los aparatos que sirvieron durante la guerra
fría, desde el P-80B hasta el A-10A. El museo está abierto todos los días, salvo
las fiestas federales, y está a cargo de personal voluntario. Se llega a McClellan
por la 1-80 que atraviesa Sacramento, la capital del estado de California.
Más al oeste se encuentra la antigua base aeronaval de Alameda. Las insta-
laciones militares están cerradas y el lugar está abierto al público. Emplazada
en la orilla oeste de la Bahía de San Francisco, Alameda está al oeste de
92 Oakland y justo al sur del puente de la Bahía de San Francisco-Oakland. La
Yokosuka, uno de los objetivos
clave de la incursión, es hoy
una importante base naval
de Estados Unidos. Pueden
apreciarse las colinas bajas
sobre las que el teniente Edgar
E. McElroy tuvo que volar para
escapar del fuego antiaéreo
japonés. McElroy destruyó
diversas instalaciones y dañó
el Ryuho, un portaaviones que
estaba en esos momentos
en el dique seco. (Department
of Defense)

antigua base aeronaval acoge ahora el museo del USS Hornet. El CV-8 Hornet
lanzó el ataque de Doolittle y fue hundido en 1942. Pese a ello, el museo
abarca un amplio período de la historia naval de la Marina de Estados Uni-
dos. El museo expone el CV-12, el reemplazo del CV-8. El CV-12 sirvió
durante toda la Segunda Guerra Mundial y fue retirado en 1970. Recuperó
a los astronautas de las misiones Apolo 11 y Apolo 12.
La última gran área que se puede visitar es Pearl Harbor. La base naval
de Pearl Harbor, cerca de Honolulu (Hawai), sigue en servicio activo. Como
Eglin, el acceso a ciertas instalaciones está restringido al público. Sin
embargo, se pueden visitar algunos lugares interesantes. Se llega a la base
por la carretera H-1. El memorial del USS Arizona da acceso a un recorrido
libre por los restos de la nave y situa en su contexto los sucesos de las fases
iniciales de la campaña del Pacífico. El siguiente paso es el USS Bowfin, un
submarino de la Segunda Guerra Mundial. El aporte más reciente es el USS
Missouri, un acorazado veterano de muchas campañas en el Pacífico, y lugar
de la rendición incondicional japonesa el 2 de septiembre de 1945. En él se
puede viajar desde el principio hasta el final de la participación de Estados
Unidos en la guerra sin moverse del lugar.
Los daños causados por las acciones militares, el gran crecimiento de la
población tras la guerra y el desarrollo han cambiado la fisonomía de Japón.
Pese a que lugares tan importantes como el Palacio Imperial permanecen
en Tokio, no hay muchas referencias visibles del ataque. Se puede llegar a
la bahía de Tokio y visitar muchas de las grandes áreas sobrevoladas por los
B-25. Yokosuka es ahora, por ironía, una gran base naval de Estados Unidos
para su Flota del Pacífico. Similar a otras bases militares en activo, está
cerrada al público. Sin embargo, se puede ver una gran parte de Yokosuka
desde la costa. Gran parte de la orilla de la bahía de Tokio, Kobe y Nagoya
han cambiado por la modernización y la reconstrucción. 93
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ÍNDICE

Las cifras en negrita corresponden a SBD Dauntdless, 48 Cuartel general del mando general
ilustraciones. Bower, teniente William M. 54-5, 72-3 de la defensa 29
Caricaturas 89 Cuartel general imperial 28
Aéreo, importancia del poder 8-9 Chiang Kai Check 15 Y la defensa metropolitana 24, 25,
Akagi 85 Antecedentes 14-15 27, 28-29
Arcadia, conferencia (1941-1942) 41 Y el ataque de Doolittle 32,39, 40, 83 Ellet (DD 398) 21
Arizona 8, 93 China Enterprise (CV-6) 18, 20, 44
Arnold, teniente general Henry «Hap» Está de acuerdo en proporcionar Antecedentes 19-20
15 zonas de aterrizaje 32 Viaje a casa 52, 80-83
Antecedentes 14 Aterrizaje de los aviones de Doolittle Viaje a Japón 37, 38, 41, 43, 50
Reacción al ataque 84 y la venganza japonesa 39-41 Entrenamiento 34, 37
Y los planes del ataque 31, 33-34, 35 Situación de las zonas de aterrizaje 86 Estados Unidos
Y preparaciones en las zonas de Cimarron (AO 22) 19, 19, 37 Estado de ánimos general 7-8, 7, 12,
aterrizaje en China 39, 40-41 Clever, alférez Robert S. 63 89, 90-91
Aviación experimentos y avances Cole, alférez Richard E. 56 Estrategia posterior 88-90
15-16 Compañía Eléctrica de Japón 51 Posición estratégica 7
Aviones Comunicaciones 37 Producción de armas 10, 90
B-25B 22-23, 23, 30, 56, 57 Coral, batalla del mar del (1942) 90 Temor a la venganza japonesa 90-91
Armamento 40, 41, 64 Craven, capitán E. S. 45 Estados Unidos, Fuerzas de 18-23
Comprobando los motores 39 Cruceros 18-19, 19, 21, 52 Comandantes 13-16
Dibujos en los aviones 37, 39, Véase también Nashville Unidades
58-60 17. Grupo de Bombardeo
Lanzando el ataque 52, 63-64, Davenport, alférez Dean 62 Medio 22, 34
70-71 DeShazer, cabo Jacob D. 80 34.” Escuadrón de Bombardeo
Lista de aviones en el ataque 23 Destructores 18, 19, 19, 21, 61 22
Modificaciones en el aparato 34 Dirigibles 36, 37 37. Escuadrón de Bombardeo
Número 40-2247 66-68 Doolittle, teniente coronel James H. 22
Número 40-2249 Hari Kari-er 16, 42, 84, 90 89.” Escuadrón de
37, 39, 58-60 Antecedentes 15-16 Reconocimiento 22
Número 40-2297 74-75 Nombrado comandante del ataque 94.” Escuadrón de
Torres 60 35 Bombarderos 22
Cazas Cero 24, 25 Tras el ataque 83-84, 90 12.* División de Destructores 21
Códigos de Estados Unidos 46-48 Tripulación del avión 84 22.* División de Destructores 21
Douglas SBD Dauntless, Y los planes del ataque 33-34, 38-39, Escuadrón de Bombardeo en
bombardero en picado 18, 20, 51-52 Picado Tres (VB-3) 20-21
44, 4648 Doolittle, el raid de Escuadrón de Bombardeo en
Douglas TBD Devastator, torpedero Confusión de fechas 41-43 Picado Seis (VB-6) 20
18, 20, 44 Fotos 73,76, 76, 78 Escuadrón de Bombardeo en
Elección del ataque 31-32 Japón recibe las primeras alarmas Picado Ocho (VB-8) 18
F4F Wildcat 18, 31, 44, 46-8 43, 52-53 Escuadrón de Caza Seis (VF-6)
Ki-27 Nate 25 Lugares de aterrizaje 32, 39-41, 86 18
Ki-61 Hien 58-60, 61 Objetivos 50-51 Escuadrón de Caza Ocho
Utilizados por el Grupo Aéreo Seis Organización y formaciones 51-52 (VE-8) 20
20-21, 20 Planificación 30-4 Escuadrón de Reconocimiento
Utilizados por el Grupo Aéreo Ocho Preparativos finales 35-36 Seis (VS-6) 20-21
18 Primeras noticias del ataque 81-83 Escuadrón de Reconocimiento
Utilizados por las Fuerzas Aéreas Regreso de la fuerza naval de ataque Ocho (VS-8) 18
japonesas 24, 25, 25, 28, 61 52, 80-83 Escuadrón de Torpedeo Seis
Se lanza el ataque 45-50, 50, 52, (VE6) 21
Balch (DD 363) 21 63-64, 70-71 Escuadrón de Torpedeo
Barcos 18-21, 18-20 Tripulaciones 23, 34, 42 Ocho (VIS) 18
Véase también Enterprise, Hornet, Tripulaciones, destino de 83-87 Fuerza Operativa 16 (TF-16)
tipos de barcos individuales Viaje a Japón de la fuerza naval 19-23, 22
por nombre de ataque, 36-45, 38 Fuerza Operativa 18 (TF-18)
Pesqueros, 72, 80 Vista general 8-9 18-19
Base aeronaval de Alameda 92-93 Duncan, capitán Donald B. 14, 31, 32, Grupo Aéreo Seis 18-19
Benham (DD 397) 21 33, 34 Grupo Aéreo Ocho 18
Birch, Sargento William L. 72
Boettecher, alférez 43 Eglin, base aérea de 92 Fanning (DD 385) 18, 19, 21
Bombas 10 Ejército japonés Farrow, teniente William 79-80, 85
Suministro para el ataque 34, 68 Primer aviso del ataque 45 Fuerza Aérea del Ejército japonés 95
1.* Ejército Aéreo 25 Low, capitán de navío Francis S. 13-14, Japoneses 27, 35, 66-68, 76, 76
244.” Regimiento Aéreo 25-27 41 Papel en el ataque 13-14, 31-32
Fuerzas japonesas 24-29 Marina Imperial japonesa Véase también Hornet, Enterprise
Comandantes 16-17 Ataques contra la incursión 70-73, Pound, alférez William 73
Ver también Ejército japonés; Fuerza 78, 79
Aérea del Ejército japonés Desarrollo y organización 17 Reaprovisionamiento de combustible
Fuerzas en el área de Tokio 52-53 19, 19, 20, 21, 37
Gardner, sargento MelvinJ. 73 Persiguiendo a la fuerza naval en Roosevelt, Frankling 13
Gray, teniente Robert M. 54-55, 57 retirada 80 Preparaciones de guerra 7-8, 13
Grayson (DD 435) 19 Posiciones antes del ataque 36 Reacción al ataque 84, 90
Greening, capitán C. Ross 54-55, 58-60, Posterior estrategia y actividades Y los planes del ataque 30-31, 34
71-72 88-90 Ryuho 66-68, 76, 76
avión, 37, 39, 58-60 Primer aviso sobre el ataque 43-45,
Gwin (DD 433) 19, 49, 51 52-53 Sabine 20, 21
Responsabilidad de la defensa Salt Lake City (CA 25) 21
Hallmark, teniente Dean E 54-55, 62, 85 metropolitana 24-25, 27 Saylor, sargento, EdwardJ. 79
Halsey, almirante William F. «Toro» 14 Unidades Scott, brigada, Eldred V. 65-69
Antecedentes 14 1.? Flota Aérea 52-53 Sims, alférez Jack A. 77
Veredicto tras el ataque 90 2.* Flota 53 Sistema de alerta contra ataques
Y el viaje a casa 80, 81 3." Escuadrón de Submarinos aéreos 27
Y la actuación del Nashville 48 35 Smith, teniente Donalds, 78-79, 82
Y la coordinación del ataque 43, 45 5.* Flota (del Norte) 25, 28,
Y la planificación del ataque 35-36 43-45 Spaatz, general de brigada Carl 34
Higashikuni Naruhiko, general 6.” Grupo Aéreo de Ataque 28, Spatz, sargento Harold 85
príncipe 17 70 Stillwell, teniente general Joseph
Hilger, comandante John A. 74-75 76-78 8.” Escuadrón de Submarinos «Vinegar Joe» 14, 15, 32,
Hirohito, emperador 34 53 39-41
Holstrom, teniente Everett W. 54-55, Macia, teniente James H.Jr. 77 Stimosn, Henry L. 91
56-57 Marshall, George C. 91 Submarinos 21-22, 21, 31, 38
Hornet 42, 52, 56 McCool, teniente Harry C. 57-61 Suministros 36, 37
Antecedentes 17 McElroy, teniente Edgard E. 54-55, véase también Reaprovisamiento
Ataque lanzado desde el 45-50, 52, 66-68, 73-76 de combustible
63-64, 70-71 Fotos tomadas por la tripulación 73,
Capacidad para recoger a los 76, 76, 78 Thresher (SS 200) 21-22, 38
bombarderos 19 McGurl, alférez Eugene P. 61 Tiempo 49, 53, 64
Cargado con los B-25B 36 Medallas, «retorno» de las medallas Tojo, general Hideki 16-17, 16, 24
Esquema de camuflaje 70 japonesas 38-39, 42, 63 Tokio
Museo 93 Meder, teniente RobertJ. 65 Ataques sobre 53-70
Viaje a casa 80-83 Meredith (DD 434) 19 Defensas 25, 26, 27
Viaje a Japón 36-37, 41 Midway, batalla de (1942) 88-90 Foto aérea de 1945 87
Y la planificación del ataque 31, 32, Miller, teniente de navío H. L. 36, 50 Hoy en día 93
34 Miller, teniente Richard E. 57 Objetivos 51
Horton, sargento Edwin W. 70 Mitscher, capitán de navío Marc A. 14, Palacio Imperial 33, 33
Hosogaya Boshiro, vicealmirante 17 16, 36, 37, 49-50 Primeras alertas de ataque 45
Mitsubishi, fábrica de aviones 77 Tokio, bahía de 54-55, 57-61, 70-76
Inteligencia 78, 79 Monsen (DD 436) 19 Trout (SS 202) 21-22, 21, 38
Museo de aviación de McClellan 92 Truelove, alférez Denver V. 62
Japón
Defensa metropolitana 24-29, 26 Nagano Osami, almirante 89 Ugaki Matome, vicealmirante 53
Efecto del ataque 88 Nagoya 51, 74-75, 76-78, 80 Unión Soviética
Estrategia posterior 88-90 Nashville (CL 43) Relaciones con Japón 7
Expansión del imperio 6, 7, 9-10, 9 Antecedentes 18-19 Y el ataque de Doolittle 32, 65, 83,
Primer aviso del ataque 43-45, 52-53 Ataque a los buques de vigilancia 85-87
Relaciones con la URSS 7 45, 4648, 50, 52, 61-62
Venganza en China por los Viaje de regreso 81 Vincennes (CA 44) 18-19, 52
aterrizajes de Doolittle 83 Nielsen, ChaseJ. 62
Y los materiales básicos 9-10 Nmitz, almirante Chester W. 14, 14, Watson, teniente, Harold F. 54-55,
Jones, capitán David M. 54-55, 61-62 34, 36, 387 65-69
Joyce, teniente Richard O. 54-55, 69-70 Nitto Maru 43-45, 4648, 50 White, teniente 78
Jurika, comandante Stephen 37, 39 Northampton (DD 436) 19 White, teniente T.R. 37
Wiseman, teniente de navío, O.B. 43
Kaga 35 Ogura, refinería 73
King, almirante ErnstJ. 13, 13, 31, 33, Osaka 79-80 Yamagata, vicealmirante Massato 17,
36, 90 44, 53, 80
Knobloch, teniente Richard A: fotos Yamamoto almirante Isoroku 17, 17,
tomadas por 73, 76, 76, 78 Pacífico, conquistas japonesas en el 88, 89
Knox, Frank, 38 6,7, 9-10, 9 Yokohama 51, 60, 71-73
Kobe, Parker, teniente James Jr. 65 Yokosuka, base naval de 66-68, 73-76,
Ataque de 1945 91 Pearl Harbor 32, 93 73, 76, 93, 93
Y el ataque de Doolittle, 78-79, 82 Ataque a (1931) 8, 12 York, capitán EdwardJ. «Ski» 64-65,
Petroleros 19, 19, 20, 21 83, 85-87
Lawson, teniente Ted W. 54-5, 62-4 Portaaviones
Lexington, aeropuerto del condado 92 Cargando los bombarderos 30 Ziukaku 27
96
Bombas sobre Tokio:
Estados Unidos contraataca
Clayton K.S. Chun

La situación estratégica de Estados Unidos a inicios


de 1942 era pésima. Estaba en continua retirada
desde Pearl Harbor, y grandes áreas, como Filipinas,
se habían rendido. Además, Estados Unidos se
estaba preparando para lo peor, una posible ofensiva
japonesa en Hawai y en la costa oeste.
Los japoneses, por su parte, habían asegurado
un perímetro bien defendido y estaban listos para
expandirse aún más. Con un uso imaginativo de
la doctrina de las armas combinadas, el raid de
Doolittle fue una manera espectacular de
contraatacar con rapidez.

Este libro examina la planificación, ejecución y


resultados de este ataque innovador, que demostró
que los japoneses no eran, en absoluto, invencibles,
e insufló una decidida moral de combate a todo el
pueblo estadounidense.

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