Tema 1
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Tema 1
ANTECEDENTES DE LA FOTOGRAFÍA
ACTUAL
OBJETIVOS:
• Asentar las bases que permitan asimilar y aprovechar mejor los nuevos y no tan nuevos
conceptos de la fotografía digital.
CONTENIDOS:
OBJETIVOS:
CONTENIDOS:
1. ENTENDE R LA FOTOGRAFÍA.
3. INNOVACIONE S FUNDAMENTALE S.
Ilustración 1: Una cámara oscura de 1772 Descubrió que las cosas que vemos son así, tienen
(aprox) una forma y un color, porque la luz incide sobre ellas
en diferentes cantidades y en diferentes formas. Sin luz
no hay visión y tampoco hay fotografía
El ser humano pensó, en algún momento, que de alguna manera se podrían captar las imágenes
que formaN la luz y empezó a reflexionar sobre ello. Mucho antes de que la fotografía fuera
inventada, hubo reflexiones y experimentación en cuanto a los principios de la óptica, como se
observa en los escritos de Aristóteles. Más adelante, en la época moderna, los artistas
empezaron a utilizar la "camera obscura", que significa cuarto oscuro en latín. La luz entraba en
la caja oscura a través de un orificio y se creaba así una imagen invertida en el interior de la caja,
con la que todavía no se podía hacer nada. Hubo más intentos como éste, hasta que la fotografía
integrara la óptica y la química, para que con la luz se pudiera ya "dibujar" una imagen que se
registraría para siempre, ejem.. casi siempre.
Fotografiar, entonces, es dibujar o escribir con la luz, tal como indica su propio nombre. El
nombre lo decidieron los ingleses y los alemanes en el año 1839. Viene de las palabras griegas
"fos" (que significa luz) y "grafía" (que significa escritura, dibujo). El término expresaba justo lo
que pretendían hacer con este nuevo medio que acababa de dar sus primeros pasos en aquellos
momentos. El resto es historia…
Para empezar, ¿estamos hablando de un arte puro o simplemente de un medio? Podría ser un
arte que utiliza medios técnicos y se basa en principios físicos y químicos. Pero los avances
técnicos que hicieron posible el desarrollo de la fotografía han empezado a aparecer
progresivamente y no siempre han sido utilizados por los fotógrafos de cada momento. Lo cual
hace imposible hablar de "épocas" o "etapas" en la historia de la fotografía, en el sentido de la
técnica.
Tampoco hubo nunca un tendencia general en este arte/medio, un movimiento, que quisiera
expresar ciertas ideas o que siguiera unos principios artísticos determinados, como ocurre, por
ejemplo, en la pintura o la arquitectura. En ningún momento se definió un "frente común" de
artistas que trabajaran y que pensaran de la misma manera o que quisieran expresar cosas
parecidas a través de la fotografía. Sólo tenemos la obra de cada fotógrafo por separado, que por
muy exquisita que sea, no deja de ser la obra individual de alguien y no va a pertenecer a ninguna
corriente.
Ni siquiera podemos decir con certeza que conocemos todo el trabajo de todos los fotógrafos que
han trabajado a lo largo de los años o que lo vamos a conocer en algún momento. Esto, que
constituye un problema más a la hora de hablar de la historia de la fotografía, se debe, por
supuesto, a la propia naturaleza de este arte-medio. Existieron fotógrafos de moda y de
arquitectura cuyo trabajo fotográfico se ha perdido como tal y sólo queda ya como documento de
estilo en la moda o la arquitectura. Algunos fotoperiodistas hicieron documentales, seguramente
muy interesantes y de gran valor artístico pero su trabajo está enterrado en los archivos de algún
viejo periódico.
Vemos así que, por éstas y por más razones es complicado hablar de la historia de la fotografía,
tal como hablaríamos de la historia de otro arte u otra actividad humana. A pesar de ello, en este
Módulo introduciremos una serie de acontecimientos y personas que han influido y contribuido al
desarrollo de la fotografía. En un intento de comprender cómo empezó todo y cómo ha ido
avanzando hasta llegar a nuestros ordenadores y cámaras digitales, que no son otra cosa que las
"cameras obscuras" del siglo XXI.
2. EL PRIMER PERÍODO DE EXPERIMENTACIÓN FOTOGRÁFICA
Daguerre había trabajado de joven al lado de un arquitecto como aprendiz, se había hecho
diseñador, pintor y escenógrafo. Tenía una tendencia a preocuparse por el arte, lo visual y la
representación de la realidad. Ya había desarrollado un sistema de presentación de imágenes
panorámicas, que incluía cambios en la luz, que se llamaban dioramas. Los dioramas, lejos de ser
fotografías, eran un especie de dibujos que creaban una ilusión óptica. Investigando sobre ellos
Daguerre había tenido que experimentar con la "camera obscura", lo cual le había acercado al
problema fundamental de cómo hacer que se fije una imagen creada por la luz.
En 1829 Daguerre empezó a colaborar con Niepce sobre sus "heliografías". Estuvieron
experimentando juntos durante una década. Niepce murió pero Daguerre siguió investigando y,
en enero del año 1839, la Academia Francesa de las Ciencias publicó un anuncio sobre un Nuevo
invento: el daguerrotipo.
El daguerrotipo es el primer proceso fotográfico
conocido que tuvo éxito: se comercializó y lo utilizó mucha
gente. Digamos que era la primera técnica fotográfica
mediante la cual ya se podía grabar la luz en un soporte
fijo. Se trataba de una lámina de cobre cubierta de plata. La
luz provocaba que se oxidara la plata, dejando así impresa
una imagen oculta, que después se hacía visible con
vapores de mercurio. Finalmente, la imagen se fijaba al
meter la lámina en una simple mezcla de agua caliente con
sal. Éste es el primer proceso fotográfico completo que se
conoce. El daguerrotipo lo incluía casi todo: captar la
imagen, revelarla, fijarla (igual que se empezó a hacer
Por supuesto, Daguerre no fue el único que utilizó este nuevo método de hacer fotografías Los
daguerrotipos se extendieron mucho y tuvieron gran éxito en las décadas de los 40 y 50. Sobre
todo se hacían daguerrotipias de retratos y bodegones, de los cuales se han conservado muchos
hasta hoy en día.
William Henry Fox Talbot, científico ingles, había estado también experimentando -como
Daguerre- en la década de los 30. Había llegado a varias conclusiones y descubrimientos
utilizando la "camera obscura" y había también investigado mucho el tema de la fotosensibilidad.
Motivado por las publicaciones sobre el daguerrotipo, en Enero del 39 Talbot anunció el desarrollo
de sus propios "dibujos fotogénicos" con una exposición de sus descubrimientos en el Royal
Institution, en Londres. Un mes más tarde, publicó los detalles de su propio proceso fotográfico.
Sus "dibujos fotogénicos" eran los primeros negativos de la historia. Negativos de papel
fotosensible que registraban la luz y podían dar muchas copias de la misma imagen. También
necesitaban exposiciones a la luz muy largas para registrar la imagen, así que Talbot siguió
trabajando y experimentado sobre ellos para mejorarlos. Consiguió así aumentar su sensibilidad y
reducir el tiempo de exposición y dos años más tarde publicó la versión final de su invento, al que
llamó "el calotipo" (de las palabras griegas "kalos" bello y "typos" que significa dibujo).
El calotipo, la versión desarrollada del "dibujo fotogénico", fue el primer negativo que
necesitaba una relativamente corta exposición a la luz para registrar la imagen , porque la
imagen que registraba era latente, es decir, que era necesario revelarla mediante un proceso
químico: igual que se hace hoy con los negativos. Así que los tiempos de exposición del negativo
a la luz no hacía falta que fueran tan largos y se podían sacar cuantas copias se quisieran.
Una auténtica revolución, la base de todos los avances que llegaron posteriormente: el proceso
negativo-positivo, que sigue rigiendo la fotografía analógica hasta el día de hoy.
El matemático Petzval y el óptico Voigtlander, los dos de Viena, empezaron a trabajar a partir de
1840 para mejorar los objetivos de aquellas cámaras rudimentarias (que todavía eran unas meras
cajas de madera con un agujero). Su investigaciones tuvieron como resultado el objetivo
"ortoscópico" (quiere decir: "de visión correcta") que apareció por primera vez en al año 1857.
Aquellos primeros objetivos se componían de un cristal curvado. El sistema presentaba muchas
limitaciones que más tarde se pudieron superar con los nuevos cristales de la fabrica Jena en
Francia, que a su vez se sustituyeron por los cristales más evolucionados, que inventó el óptico
Zeiss. Se pusieron de esta manera los cimientos para el futuro desarrollo de la óptica en las
siguientes décadas y, sobre todo, en el siglo XX.
3.2. El albumen
En la década de los 40, Niepce de Saint Victor, primo de Nicephore Niepce, inventó unos nuevos
negativos. Eran unas placas de cristal cubiertas de albumen, es decir: de clara de huevo. Aquellos
negativos captaban imágenes con mucho detalle y precisión. Se tenían que exponer a la luz
mientras estaban todavía húmedos y los tiempos de exposición eran bastante largos. Aun así,
gracias a la calidad que proporcionaban, eran una herramienta ideal para sacar fotografías de
paisajes, arquitectura y para hacer reproducciones de obras de arte. El albumen dio un nuevo y
fuerte impulso al medio fotográfico y con el tiempo se empezó a utilizar también para las copias
de papel.
Las copias positivas (fotografías) de albumen fueron el tipo de fotografías más común en
el siglo XIX. Fueron las primeras copias en las que la imagen estaba suspendida encima
del papel en vez de impregnar sus fibras ; pero que, en definitiva, quedaba prácticamente
incorporada en él. El proceso consistía en cubrir una lámina de papel con albumen, que daba al
papel una textura brillante y pegajosa. El papel, cubierto ya de albumen, se hacía sensible a la luz
con una solución de nitratos de plata y después se exponía mediante el contacto directo con el
negativo. De esta manera, se producía la copia final que no necesitaba ser tratada químicamente.
Este proceso de copiado o positivado requería exposiciones todavía largas y la copia final no era
muy duradera. A pesar de estos problemas, igual que los negativos de albumen, aquellas fotos de
albumen tenían mucho detalle. Además, eran la evolución natural del calotipo, su nueva versión, y
esto significaba que se estaba solidificando ya el concepto negativo-positivo y que el medio
fotográfico se iba sofisticando, alejándose de las primeras técnicas más básicas como el
daguerrotipo.
3.3. El colodio
Los negativos de lámina de vidrio cubiertas de colodio fueron los más utilizados hasta
finales del siglo. Permitían más detalle y necesitaban tiempos de exposición más cortos que los
negativos calotípicos. La claridad de los resultados, cuando estos negativos se empezaron a
utilizar con el papel de albumen, hicieron que se olvidara por completo el daguerrotipo, que dejó
de ser la técnica más utilizada para hacer retratos. Este tipo de negativos los presentó por
primera vez Frederick Scott Archer en 1851. Fueron una auténtica revolución y su utilización duró
hasta finales del siglo XIX.
El colodio era una sustancia química a la que se podían pegar sales de plata fotosensible.
Las láminas de vidrio se cubrían por esta sustancia, se metían en las cámaras fotográficas y se
exponían a la luz, a la imagen. La lámina se tenia que cubrir de colodio justo antes de su
exposición y justo después se tenia que meter en otra sustancia química para revelar la imagen
negativa. Eso significa que los fotógrafos tenían que llevar un pequeño laboratorio a los sitios
donde fueran a hacer las fotos, lo cual dificultaba bastante el proceso. más tarde salieron al
mercado láminas de colodio seco, que eran más cómodas de usar, pero daban unos resultados
más pobres, así que no tuvieron mucho éxito.
Fox Talbot publico The Pensil of Nature en 1846, un libro que incluía casi todo su trabajo
fotográfico y reflexiones sobre la fotografía como medio de arte. Otro personaje conocido de la
época, Maxime du Camp, se fue a Egipto en 1850, igual que el fotógrafo Felix Teynard. Roger
Fentor se fue a fotografiar Rusia en 1854. Se puede decir, que aquellos fueron los primeros
documentales gráficos de la historia.
Lewis Carroll (1832-1898), autor de la novela Alicia en el país de las maravillas también desarrolló
una interesante carrera como fotógrafo. Algunas de sus fotos, al haber superado los 70 años de
antigüedad, se encuentran en el dominio público.
4. HACIA EL SIGLO XX
4.1. La gelatina.
Los años pasan y las herramientas fotográficas siguen evolucionando, haciendo así la vida de los
fotógrafos más simple y más cómoda. Gracias a la gelatina y a los negativos de gelatina, ya
no iba a ser necesario llevar todo un laboratorio móvil al lugar que uno fuera a fotografiar.
Los detalles de este nuevo invento los hizo públicos Richard Leach Maddox en 1871. Se trataba
de negativos de láminas de vidrio cubiertas, esta vez, no de colodio sino de gelatina mezclada con
sales de plata fotosensible. Los nuevos negativos eran hasta diez veces más sensibles que los de
colodio y, lo más importante: no tenían que ser fabricados por el fotógrafo mismo, sino que se
podían comprar ya fabricados y preparados para usar.
Los primeros negativos de este tipo se comercializaron en 1875 y poco a poco empezaron a
sustituir a los negativos de colodio ya que, como señalábamos, eran más cómodos de usar,
ahorraban mucho tiempo al fotógrafo y daban mejores resultados. Lo más importante fue que,
gracias a estos negativos, el proceso de hacer fotos -que hasta aquel momento estaba
exclusivamente en manos de profesionales- se hacía más asequible al público. Aparecieron los
primeros fotógrafos aficionados o "amateur".
Primero, llegó el celuloide, que se inventó en 1861, se fue mejorando poco a poco hasta que en
1888 John Carbutt, de Filadelfia, empezó a fabricar película negativa flexible de celuloide. La
nueva película facilitó la tarea de fabricar una cámara pequeña en la que se podría meter un rollo
(el carrete) de esta película y dejar de utilizar las láminas grandes y las cámaras voluminosas e
incómodas. Así que, en 1888, apareció en el mercado la primera cámara de mano, fabricada por
la empresa Eastman Kodak Company.
"Tu pulsas el botón, nosotros hacemos el resto" era el eslogan de la campaña de Kodak en 1888.
La utilización de la cámara era muy simple. Tirabas de un cordón, le dabas la vuelta a una llave y
pulsabas el botón. La cámara venía ya cargada con un carrete de 100 exposiciones. Una vez
hechas las fotos y terminado el carrete, la cámara se tenía que llevar al fabricante para revelar el
carrete -como las cámaras de usar y tirar- y la empresa devolvía la cámara al cliente cargada con
un carrete nuevo -a diferencia de las cámaras de usar y tirar ;). La cámara costaba 25 $ y unas
13000 de ellas se vendieron en el primer año. El medio fotográfico por primera vez se ponía en
manos de cualquiera, cualquiera que fuera un poco "amateur" de la fotografía.
Las primeras cámaras Kodak carecían de visor, así que la frase "apunta y dispara" (otro eslogan
de la campaña publicitaria) no era una exageración. Los fotógrafos que las utilizaron tenían que
encuadrar calculando y adivinando.
Los fotogramas de los primeros carretes eran redondos y el formato rectangular que conocemos
hoy (el más común y más extendido) no se introdujo hasta el año 1896. A partir de ese momento
otras marcas empezaron a competir en el mercado de las cámaras de mano, entre ellas la
prestigiosa Leica.
Los fotógrafos dirigieron su atención al movimiento. A las escenas callejeras, los coches, los
caballos, cualquier cosa que se moviera. Las cámaras de mano todavía pesaban bastante, pero
seguían siendo la única herramienta que daba libertad de movimiento al fotógrafo
Las autenticas cámaras de bolsillo aparecieron a finales de la década de 1890, igual que el
carrete de película que se podía cargar fuera del laboratorio y los primeros fotómetros. La
obstinada intención de capturar el movimiento llevó también a la invención del obturador -la
cortinilla que se abre y se cierra instantáneamente, dejando el fotograma expuesto a la luz y a la
escena que se está fotografiando- y a la fabricación de las primeras cámaras Réflex. Gracias a
ellas, que tenían un visor desde el cual se podía ver y seguir cualquier escena, las fotos ya no se
hacían al azar. Veremos más adelante el funcionamiento de estas cámaras, lo importante ahora
es que los fotógrafos podían pulsar el botón en el momento oportuno, enmarcando justo lo que
les interesaba y realmente inmortalizar el momento decisivo.
5.2. El color.
En 1907, los hermanos Lumiere empezaron a fabricar láminas "autocromáticas" en su fabrica en
Lyon. Aquellas láminas se inventaron en el año 1904 y marcaron, por supuesto, un antes y un
después en la trayectoria de la fotografía. Pronto se iba a poder hablar de la fotografía en blanco
y negro y la fotografía en color.
Su fabricación se basó en el sistema aditivo de los colores, que indica que todos los colores de la
luz se pueden reproducir combinando en diferentes proporciones los tres colores primarios: el
rojo, el verde y el azul. La suma de los tres colores básicos -en la misma proporción cada uno-
nos da luz blanca. Cuando la luz blanca atraviesa un filtro teñido de uno de los colores básicos,
sólo se transmite por el otro lado este mismo color y se absorben los otros dos. Las láminas
autocromáticas - y la televisión- funcionaban según este principio.
Las placas autocromáticas se hicieron muy populares y su utilización duró hasta los años
30. Por supuesto, su uso no era la manera más cómoda de trabajar con el color, pero sí la única.
Además, gracias a ella, se abrió el camino para investigar el tema del color, que hasta aquel
momento no había preocupado demasiado. La experimentación sobre los colores primarios y
complementarios ayudó a sacar conclusiones muy valiosas, que se pudieron aprovechar más
adelante.
5.3. El fotoreportaje.
En el umbral del siglo XX el fotoreportaje ya es una profesión en toda regla. El periódico
londinense Daily Mirror, fundado en 1903, fue el primero en utilizar únicamente imágenes
fotográficas. Entre sus reporteros estaban los hermanos Grant y Thankful Studee, personajes y
fotógrafos conocidos de aquella época
Empiezan entonces a aparecer las primeras cámaras fotográficas adaptadas a las necesidades
del fotoreportaje. Los fotógrafos de la agencia de noticias Central Neas utilizaban una cámara
especial llamada Goerz, diseñada especialmente para captar el movimiento y que utilizaba
película como las cámaras Kodak. Otras cámaras que utilizaban los fotoreporteros y que
acababan de salir al Mercado eran la Spido, hecha en Francia y la Nettel, hecha en Alemania. Las
dos llevaban objetivos Zeiss.
Aparte de las agencias de noticias, se crearon también las primeras agencias de imágenes
fotográficas que contrataban fotógrafos, les encargaban reportajes y utilizaban su material para
crear bases de imágenes. Muy conocida en su época era la agencia Underwood and Underwood
para la cual el fotógrafo Herbert Ponting fotografió Japón
En este mismo periodo, los fotógrafos profesionales ya habían empezado a experimentar sobre el
tema de la iluminación artificial. Utilizaban polvos finos de magnesio. Los pulverizaban sobre un
soporte que hacían prender con la ayuda de un especie de detonador. Así, se producía un
destello de luz muy brillante (y también una nube de gases tóxicos, seguro que recuerdas alguna
escena del cine). A partir de 1930, después de muchas investigaciones, se empezó a utilizar el
flash, más o menos como lo conocemos hoy, sin explosiones.
Ilustración 8: Leica I, 1925, 1:3,5
En 1947 aparece por primera vez la cámara Polaroid Land. La idea de esta cámara que daba
directamente copias positivas en color fue concebida por el estadounidense Edwin Land. Fue en
1963 cuando la cámara Polaroid estaba realmente perfeccionada y en la década de los 70 cuando
su uso se generalizó.
Fue también en el año 1947 cuando se fundó la muy famosa agencia Magnum por Robert Capa,
Henri-Cartier Bresson, George Rodger y David Seymour. La primera y más importante agencia
cooperativa e internacional de imágenes fotográficas.
OBJETIVOS:
• Entender que la luz es la materia prima de la fotografía y que esta materia se puede
manipular y registrar de forma controlada.
• Asentar las bases que permitan asimilar y aprovechar mejor los nuevos y no tan nuevos
conceptos de la fotografía digital.
CONTENIDOS:
1. LA LUZ.
2. LA PELÍCULA .
3. LOS FILTROS.
1. LA LUZ
Las estímulos visuales, lo que percibimos, es en realidad luz emitida o reflejada. Por otro lado, la
luz es algo que se da por hecho, como si no existiera. A lo sumo, nos puede preocupar si hay
mucha o poca luz.
En cambio, los que han estudiado la luz para poder mejorar los medios fotográficos se han dado
cuenta de que la luz tiene infinitas formas de presentarse y, consecuentemente, ofrece infinitas
formas de ver todo lo que está a nuestro alrededor. La luz aporta una 4enorme cantidad de
información. Nuestra visión se adapta automáticamente a ella y somos capaces de recibir e
interpretar la información que nos proporciona. Ver y entender lo que vemos es para nosotros
algo totalmente instintivo.
Sin embargo, hacer una fotografía, es decir, intentar captar esta luz mediante un objetivo y
registrarla sobre una película sensible a ella o sobre un sensor fotosensible digital, no es tan
instintivo. Una cámara de fotos , por muy moderna o evolucionada que sea, no percibe la luz
igual que nuestros ojos y, sobre todo, no siempre puede registrar la imagen. El rostro de
una persona al lado de una vela es algo que nosotros vemos perfectamente e interpretamos con
precisión, pero es algo que sería complicado, en principio, registrar en una foto tal como lo
percibimos nosotros.
Las principales características de la luz, que definen la forma en la que se manifiesta, son :
• Intensidad.
• Calidad.
• Dirección.
• Color.
Si se analizan bien estos factores, que caracterizan cualquier escena que vayamos a fotografiar,
las decisiones que tomemos van a ser las correctas y los resultados (la foto) óptimos.
Cuando se habla de la intensidad de la luz y su medición, hay que tener en cuenta tres factores:
3. La intensidad de la luz reflejada por una superficie (por el objeto fotografiado). Está
relacionada con la dirección de la luz que incide sobre un objeto. Cuanto más oblicua o
lateral es, menos luz se va a reflejar. Además de la dirección, depende de la naturaleza
o textura de la superficie iluminada. Una superficie blanca puede llegar a reflejar el 90%
de la luz que incide sobre ella, mientras que otra superficie negra puede reflejar sólo el
1%.
La intensidad de la luz emitida se puede conocer sin necesidad de medirla, y nos atreveríamos a
decir, que no es tan importante como los otros dos factores que acabamos de mencionar.
La intensidad de la luz que incide sobre un objeto si que se puede medir y saber con exactitud,
situando un fotómetro de mano en la escena u objeto que vamos a fotografiar. La medición se
realiza mediante el sensor del fotómetro (una cúpula semiesférica de material translúcido) que se
debe dirigir hacia la cámara para que podamos valorar la luz y saber con exactitud qué
parámetros tenemos que configurar en la cámara para obtener una foto correcta.
La medición de la luz reflejada es algo más complicado. Aunque nos basta con saber que el
fotómetro supone que la reflectancia media de un objeto o escena es del 18% de la luz incidente.
Y con respecto a esa referencia recoge y valora la luz reflejada por el objeto o escena analizados.
1.2.2. El contraste
Ligado a la intensidad de la luz y a su dirección, está el concepto del contraste. Las diferentes
luminosidades, la variedad de superficies y de texturas, los contraluces y las distintas reflexiones
que se pueden dar en distintos puntos de la misma imagen dan lugar a un contraste más o menos
acentuado.
La visión humana puede descubrir el detalle en casi todas estas zonas tan diferentes entre ellas y
tan contrastadas. Sin embargo, la capacidad de los materiales fotográficos analógicos y de los
sistemas digitales a la hora de captar el detalle en una imagen que contiene zonas muy oscuras y
zonas muy iluminadas es mucho menor.
Si se trabaja con material analógico, es necesario tener en cuenta este factor para poder prever la
foto que vamos a tomar. La cámara digital, sin embargo, da la posibilidad de ver el resultado en el
momento y decidir -en el caso de una escena cuyo intervalo de luminosidades es demasiado
grande- modificar el encuadre, el ángulo de la toma o la iluminación.
Una fuente de luz directa, como el sol (sobre todo en mediodía), un flash de estudio o una simple
bombilla, producen una luz dura y contrastada. Es decir, la diferencia entre las zonas claras y las
zonas oscuras es muy acentuada. El paso de luz a sombra es muy radical.
Una fuente de luz difusa, como el cielo cuando esta nublado o el flash de estudio tapado por un
difusor, hace que el paso de luz a sombra sea más gradual. La luz difusa suele "envolver" el
objeto fotografiado y suavizar su imagen.
Queda en manos del fotógrafo -en ciertos casos- decidir qué tipo de luz quiere utilizar según el
efecto que se quiere crear en cada caso.
La luz frontal, cuya dirección coincide con el eje de la toma (la fuente de luz esta detrás de la
cámara), hace que se formen sombras detrás de los cuerpos que las crean. Todo lo que se ve
está iluminado y, por lo tanto, obtenemos una imagen plana.
Si la luz llega de forma oblicua se acentúa la textura de la superficies y del cuerpo del objeto
fotografiado y la imagen adquieren más volumen. En el caso de un ángulo superior a 90 grados,
hay predominio de las sombras y obtenemos una imagen de silueta.
1.5. El color de la luz.
En fotografía, es necesario conocer el color de la luz para poder obtener resultados satisfactorios.
En nuestra escena puede haber un predominio o una falta de rojo, verde y azul. Nuestra visión
se adapta automáticamente a las variaciones del color de la luz y no nos damos cuenta de
lo variable que puede llegar a ser. Sin embargo, la cámara fotográfica, sea analógica o digital,
no tiene esta capacidad (de nuevo). Para los que utilizan material analógico, existen diferentes
tipos de películas adaptadas a las variaciones de la luz en cuanto al color. En las cámaras
digitales la sensibilidad al color es variable y sólo hay que cambiar la configuración, según la luz
disponible, antes de hacer la foto.
En cualquier caso, hay que tener un mínimo conocimiento del tema para poder tomar las
decisiones correctas.
Temperatura de color...
Las proporciones de rojo, verde y azul que contiene la luz en una escena determinada pueden
definirse utilizando el concepto de temperatura de color.
Para medir la temperatura de la luz se usa la escala de Kelvin. Cada temperatura esta
asociada a unas determinadas proporciones de los tres colores básicos. Cuanto menor es la
temperatura de color, la luz es más rojiza, aunque intuitivamente parezca lo contrario. La luz de
una vela (1900 grados Kelvin) es considerada, en términos fotográficos, una luz fría que da
predominio de rojo. La luz del cielo azul (10.000 grados Kelvin) es una luz cálida fotográficamente
que da predominio del azul. La llamada luz de día es la temperatura estándar, alrededor de los
5.500 grados Kelvin. La mayoría de las carretes no profesionales están calibrados para hacer
fotos con luz de esta temperatura. Existen también muchas películas profesionales para utilizar en
estudio equilibradas para la luz de estudio.
En el momento de la exposición, una pequeña fracción de luz (la luz que emite la escena
fotografiada) es captada por el objetivo de la cámara y proyectada sobre la película. Cada punto
de la emulsión recibe una minúscula parte de luz que corresponde a una minúscula parte de la
imagen. A partir de este momento, se ha producido un cambio en las minipartículas de sales de
plata: pueden potencialmente transformarse en cúmulos de plata metálica negra, algo que
ocurrirá más adelante, cuando la película se someta al baño de revelador. De momento, tenemos
registrada una imagen que no se ve, si no se traduce a un cambio en la estructura química de la
emulsión. Esta imagen invisible se llama imagen latente.
A continuación, el fijado de la película elimina las sales de plata que no han sido revelados (lo cual
significa que tampoco han recibido luz durante la exposición). La base de la película se limpia de
todos los restos y se hace transparente.
Obtenemos así la imagen negativa. Las zonas del fotograma que han recibido mucha luz tienen
ahora mucha densidad (muchos cúmulos de plata negra) y las zonas que se han expuesto menos
tienen poca densidad (menos o nada de plata). La imagen se llama negativa porque esta
invertida. Las zonas luminosas de la escena real están más negras y las zonas oscuras son más
transparentes.
De este negativo se sacará más adelante la copia positiva de la imagen. La imagen positiva se
proyecta -con la ayuda de la ampliadora- sobre un papel fotosensible. El papel fotográfico
funciona como el negativo: se ennegrece según la cantidad de luz que recibe. Las zonas de gran
densidad, al no dejar pasar la luz de la ampliadora, proyectan sobre el papel una sombra. Esta
sombra se traducirá en zona de luz en la imagen positiva. Lo contrario va a pasar con la zonas
transparentes que, al dejar pasar toda la luz de la ampliadora, oscurecerán el papel en las zonas
correspondientes y producirán así las zonas de sombra de la foto final.
2.3. Sensibilidad
La sensibilidad de la película tiene que ver con el nivel de exposición y la cantidad de luz
necesaria para obtener una imagen óptima.
Si la emulsión requiere un nivel de exposición bajo (poca luz) para dar una densidad y,
consecuentemente, una fotografía correcta, estamos hablando de un carrete de alta
sensibilidad. Si el nivel de exposición requerido es alto, se trata de una película de baja
sensibilidad. Existen también películas de sensibilidad media que requieren un nivel de exposición
entre los dos anteriores.
La sensibilidad de los carretes se define mediante la escala ISO, utilizada por los fabricantes de
películas y cámaras fotográficas. Una película de sensibilidad media sería 100 ISO. La escala es
aritmética, lo cual significa que un carrete de 200 ISO tiene el doble de sensibilidad que uno de
100 y un carrete de 50 ISO tiene la mitad.
Cuanto mayor es la sensibilidad, la gama tonal en la foto final es más amplia, el contraste es
menor, y el grano (los cúmulos de plata que cubren la emulsión) es más visible. Por lo contrario,
una película de baja sensibilidad ofrece resultados más nítidos, mayor contraste, y una gama
tonal menos amplia.
3. LOS FILTROS
3.1. Dominantes
Cuando hablamos de la temperatura del la luz, vimos que hay casos en los que un color (en la
fotografía en color) puede tener más presencia que los demás colores en nuestra foto. En este
caso, se habla de la existencia de una dominante. La dominante aparece cuando el tipo de luz
disponible no se corresponde con el tipo de luz para el que la emulsión estaba diseñada.
Las dominantes pueden ser imperceptibles o tolerables. Es decir, pueden pasar desapercibidas o
pueden ser toleradas e incluso deseadas, porque nos interesa el efecto que crean en un contexto
determinado.
Por el otro lado, hay dominantes indeseables o excesivas que producen un rechazo visual. Se
trata de dominantes que afectan, por ejemplo, al color de la piel o al color de cosas muy familiares
y asociadas estrechamente con su color original. En este caso, si la película que estamos usando
es la adecuada y persiste la dominante, es necesaria la utilización de algún filtro.
• El filtro UV, anti-ultravioleta (de color amarillo pálido). Elimina el predominio de azul que se
debe a la luz ultravioleta. La luz ultravioleta se encuentra muy presente cuando el cielo está
muy despejado y nos encontramos a gran altitud.
• El filtro Skylight (de color ámbar). Se utiliza para eliminar el predominio de azul, más o
menos como el filtro anti-UV.
• Los filtros de conversión de la temperatura de color. Son de dos colores: azul y ámbar. Si
se utiliza película de estudio en el exterior se emplea el filtro azul. Y si se utiliza película de luz
de día en estudio se emplea el filtro ámbar, para compensar.
En estudio se utilizan mucho estos filtros de compensación de color. Vienen en series de distintas
densidades de los tres colores secundarios y los tres colores primarios. Con estos filtros, se
regula con mucha exactitud la intensidad de los colores primarios, se eliminan pequeñas
dominantes o se generan dominantes según el efecto que se quiere conseguir.
• Los negativos de colodio fueron sustituidos por los de gelatina en 1871 y así en 1888 apareció
la cámara de mano Kodak.
• En 1907 los hermanos Lumiere introdujeron el color con el invento de las láminas
autocromáticas.
• La dominante aparece cuando la luz disponible no se corresponde con la luz que admite la
emulsión.