Trabajo Suelo

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UNIVERSIDAD AUTONOMA AGRARIA ANTONIO

NARRO

DIVISION DE AGRONOMIA

DEPARTAMENTO DE SUELOS

CULTIVOS EN GENERAL QUE DEMANDAN


RECURSOS HIDRICOS

GRUPO 4

INTRODUCCION A LA CIENCIAS DEL


SUELO

JADE SANCHEZ MARTINEZ

IRIS DEL CARMEN MORALES ESPINOZA

20 DE MARZO DEL 2024

SALTILLO COAHUILA
INTRODUCCION
En la actualidad, la comunidad internacional está convencida de que la problemática del agua dulce
no tiene un mañana, puesto que, además de la escasez física del recurso, emergen nuevos problemas
como el creciente deterioro de la calidad del agua y la imposibilidad de hacer frente a las enormes
inversiones necesarias para aumentar la cantidad disponible y mejorar la calidad del recurso
(Biswas, 1999). Estos factores pueden desencadenar una grave crisis en el suministro del agua en el
contexto mundial, considerando que, además de su uso en el consumo humano, es indispensable
para la producción de alimentos. Ahí, más del 60% de la producción agrícola mundial corresponde
a una agricultura que depende exclusivamente del régimen de lluvias y, en condiciones de aridez
extrema, el riego complementa la precipitación natural (KlohnyAppelgren, 1999). La agricultura
mundial debe alimentar a una población que crece a un ritmo de 86, 581,000 habitantes al año
(Population Reference Bureau, 2014).
México es la séptima nación con mayor superficie de riego en el mundo, por lo que consume 76.8%
de su agua disponible en la irrigación de 6.5 millones de hectáreas, de las cuales 25% se abastece
con 19.2 km3 de aguas subterráneas (PNH, 2008, Conagua, 2010). El caso de Sinaloa destaca que,
desde hace cuatro décadas, practica la agricultura más tecnificada y moderna del país. Su alta
productividad le permite participar en los mercados internacionales como exportador de productos
frescos de origen hortofrutícola, lo que representan más del 65% de las exportaciones totales que
realiza el estado, además de contribuir en el abasto de alimentos para la demanda nacional (García,
2010). Por todo esto, las necesidades hídricas del estado son elevadas.
Un factor que ha afectado al desarrollo agrícola en el país y, recientemente en el estado de Sinaloa,
es el problema de la escasez del agua. Según los escenarios que se presentan en el Plan Nacional de
Desarrollo 2013-2018 (PND, 2013), esta será cada vez más frecuente e impactará al sector agrícola,
citando como ejemplo, la escasez hídrica presentadas en los últimos ciclos agrícolas en el DR 063
del estado de Sinaloa, donde los embalses registrados no han sido suficientes para garantizar la
demanda en la región. No obstante, en informes proporcionados por la Conagua referente a la
producción agrícola por módulo de riego en el DR 063, se estima que el 50% de agua se desperdicia
en la conducción y, entre los factores que inciden en su pérdida, se encuentran la evaporización y la
infiltración, pero, sobre todo, el deterioro de la infraestructura hidráulica, la falta de modernización
de las redes de conducción del agua y el mal manejo del recurso a nivel parcelario.
Los diferentes distritos de riego del país deben realizar estudios para estimar el valor económico del
agua para riego de bombeo y gravedad y generar recomendaciones precisas que contribuyan a hacer
un uso más eficiente del recurso en el sector agrícola. Ello debido a que estudios realizados en
algunas zonas del país, como en la Comarca Lagunera, muestran que las cuotas pagadas por los
productores agrícolas no reflejan el valor del recurso (Godínez et al., 2007).

DESARROLLO
El agua es un insumo fundamental para la producción agrícola y desempeña un papel importante en
la seguridad alimentaria. La agricultura de regadío representa el 20 % del total de la superficie
cultivada y aporta el 40 % de la producción total de alimentos en todo el mundo. Es, en promedio,
al menos el doble de productiva por unidad de tierra que la agricultura de secano, lo que permite
una mayor intensificación de la producción y diversificación de los cultivos.
Debido al crecimiento demográfico, la urbanización y el cambio climático, se espera que aumente la
competencia por los recursos hídricos, lo que tendrá un impacto particular en la agricultura. Las
proyecciones indican que para 2050 la población del planeta superará los 10 000 millones de
habitantes y, ya sea en zonas urbanas o rurales, dicha población deberá contar con alimentos y
fibras para satisfacer sus necesidades básicas. Se estima que para 2050 la producción agrícola
deberá aumentar aproximadamente un 70 %; por otra parte, como consecuencia del aumento de los
ingresos en gran parte del mundo en desarrollo, se incrementará el consumo de calorías y de
alimentos más complejos.

Sin embargo, para satisfacer la demanda de agua en el futuro se deberá reasignar entre el 25 % y el
40 % de dicho recurso a actividades más productivas y que generen más empleo, sobre todo en
regiones afectadas por estrés hídrico. En la mayoría de los casos, se prevé que la reasignación
provendrá de la agricultura, debido a la elevada participación de este sector en el consumo de agua.
Actualmente, la agricultura representa (en promedio) el 70 % del agua dulce que se extrae en el
mundo (y una proporción aún mayor del “uso consuntivo del agua”, debido a la evapotranspiración
de los cultivos).

Los desplazamientos del agua deberán ser tanto físicos como virtuales. El desplazamiento físico
puede producirse a través de cambios en las asignaciones iniciales de los recursos hídricos
superficiales y subterráneos, principalmente de los usuarios agrícolas a los usuarios urbanos,
ambientales e industriales. El agua también puede desplazarse virtualmente cuando la producción
de alimentos, bienes y servicios de elevado consumo hídrico se concentra en áreas que tienen
abundantes recursos hídricos y se vende a lugares donde dichos recursos escasean.

Las reasignaciones intersectoriales del agua y la importante reducción de los recursos hídricos que
se destinan a la agricultura también deberán ir acompañadas de mejoras de la eficiencia en el uso
del agua y mejoras en los sistemas de abastecimiento de dicho recurso. El aumento de la eficiencia
en el uso del agua en la agricultura también dependerá de que el sistema principal de mejoras (no
agrícola) se corresponda con los incentivos adecuados para las inversiones agrícolas destinadas a
mejorar la gestión del suelo y el agua. Estas opciones requerirán mejores sistemas de
abastecimiento de agua para proporcionar un servicio adecuado bajo demanda, así como el uso de
tecnologías avanzadas (es decir, sensores de humedad del suelo y mediciones satelitales de
evapotranspiración) para mejorar la eficiencia y la productividad del agua en la agricultura.

Para resolver los desafíos del futuro es necesario reconsiderar seriamente la gestión del agua en el
sector agrícola y su reposicionamiento en el contexto más amplio de la gestión de los recursos
hídricos en general y la seguridad hídrica. Además, los esquemas de riego y drenaje sean grandes o
pequeños, se traducen en obras públicas destacadas y dispersas espacialmente en los espacios
rurales. Por lo tanto, representan un medio lógico para movilizar oportunidades de empleo en las
comunidades

Los invernaderos semicerrados y cerrados son otro tipo de tecnología, que surge como una
alternativa para incrementar la eficiencia en el uso del agua y energía. Un invernadero cerrado no
tiene ventilación y un invernadero semicerrado tiene ventilación que se utiliza sólo en condiciones
de muy elevadas temperaturas. Las plantas tienen la capacidad de cambiar la radiación solar a calor
latente (producción de vapor de agua por la transpiración de las plantas). Esto hace que disminuya
la temperatura de la hoja; el follaje funciona como una superficie de enfriamiento del aire del
invernadero o como un absorbedor de calor. Cuando la temperatura, ya sea en la cubierta del
invernadero o en alguna superficie dentro del invernadero, se encuentra por debajo de la
temperatura de punto de rocío (temperatura a la cual el vapor de agua presente se condensa) ocurre
la condensación, la cual disminuye el contenido de humedad y, por otro lado, libera energía. Si el
vapor se condensa en un intercambiador de calor, el calor latente se convierte nuevamente en calor
sensible.
El agua agrícola es el agua que se utiliza para cultivar productos frescos y mantener al ganado.
El uso de agua agrícola permite cultivar frutas y verduras y criar ganado, que es una parte principal
de nuestra dieta.
El agua agrícola se utiliza para riego, pesticidas, aplicaciones de fertilizantes, enfriamiento de
cultivos (por ejemplo, riego ligero) y control de heladas.
Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), el agua utilizada para el riego
representa casi el 65 por ciento de las extracciones de agua dulce del mundo, excluida la energía
termoeléctrica.

En la tabla 5 se puede observar el análisis estadístico descriptivo del rendimiento de cinco cultivos
comunes en los módulos del DR 063. Se pueden clasificar en cuanto al rendimiento de los cultivos a
tres subgrupos. Los cultivos similares con base en el análisis Student-Newman-Keuls (Begun y
Gabriel, 1981), indican que el maíz (c), es el cultivo en términos de variabilidad diferente al resto,
en tanto que trigo y sorgo (b) conforman un subgrupo y frijol y garbanzo otro (a).

Es importante señalar que el maíz es el cultivo que presenta un mejor rendimiento de los cultivos
analizados con un promedio de 7.84 ± 1.28 t/ha, sin embargo, también presenta la variabilidad más
alta, señalando que existen marcadas diferencias de sus promedios entre los módulos que
conforman el distrito (ver figura 4). El frijol, por otra parte, es el cultivo que presenta un
rendimiento inferior a los otros cultivos con un promedio de 1.71±0.23 t/a, mientras que el trigo es
el cultivo que presenta un rendimiento de 4.20 ± 0.18 t/ha haciendo referencia a la variabilidad de
su promedio (presenta el segundo promedio más alto y el menor valor de dispersión 0.365). Las
diferencias en el rendimiento de los cultivos son significativas en términos estadísticos [F(4, 18) =
15.538, P = 0.0001].

Con respecto del consumo de agua, en la tabla 6 se aprecia que el maíz es el cultivo que requirió
una lámina 110.12 ± 3.61 cm de consumo de agua cantidad superior al resto de los cultivos, 2.86
veces más alto que el garbanzo; es este último el de menor consumo. Las variabilidades más altas
en el consumo de agua se presentan en los cultivos del sorgo y frijol.
En términos de similitud con base en su variabilidad en el consumo de agua, el garbanzo conforma
un grupo único (a), sorgo y trigo conforman un subgrupo (bc) que contiene en un extremo al frijol
(b) y en el otro al maíz (c). Estos valores coinciden con la baja en la superficie sembrada de maíz,
toda vez que la disponibilidad del recurso hídrico en la presa era limitada para el ciclo 2011-2012,
por lo que se consideraron opciones viables dentro de las cuales el garbanzo fue la mejor alternativa
en cuanto al consumo de agua (ver figura 5).Las diferencias en el consumo de agua de los cultivos
son significativos en términos estadísticos [F(4, 15) = 12.832, P = 0.0001].

Dentro del análisis estadístico se consideró el rendimiento en los cultivos en los cinco módulos de
riego para el análisis de la capacidad productiva. Se puede observar en la tabla 7, que el módulo
Tetameche es el que tiene notablemente un rendimiento mayor de sus diferentes productos. Sin
embargo, también es el sitio con mayor variabilidaden su rendimiento. Los módulos Bamoa, las
Milpas y Petatlán poseen rendimientos similares, así como sus variaciones, mientras que, el módulo
El Sabinal presenta el menor rendimiento de manera más estable.
CONCLUSIÓN
La situación de escasez hídrica que se ha presentado en los últimos años en el DR 063 ha
condicionado un cambio en la producción local hacia cultivos que demandan bajas cantidades de
agua y, por consiguiente, en la planeación agrícola, lo que ha afectado la producción de maíz. Esta
última es la que marcaba la cultura productiva de la región.
De acuerdo con información estadística proporcionada por Conagua (2011) para los distritos de
riego del estado de Sinaloa, ubica al DR 063, en el lugar número seis de ocho distritos, en cuanto a
los ingresos obtenidos por m3 de agua. Sobresale el DR 111, con 7.49 pesos contra los 2.34 pesos,
que se logra en el distrito en estudio. Referente a los resultados obtenidos en el ciclo 2011-2012,
para los productos que fueron objeto de estudio, se logró un ingreso de 3.69 pesos por m3.
Es necesaria una mayor participación del Estado al momento de proyectar la producción agrícola,
que respete los lineamientos para la programación, misma que está en función de la disponibilidad
del agua, calidad, clima, suelos, cultivos autorizados y expectativas del mercado.
La productividad, en términos del consumo de agua en los módulos, permite estimar su valor
económico en el distrito, que es representativo para todos los módulos y permite tener una
referencia para potencializar la capacidad productiva y los riesgos económicos que se pueden
desencadenar por hacer un mal manejo del recurso. Es importante contar con información de
estadísticas de la producción de los módulos y el distrito de riego que incluyan costos de
producción, rendimientos obtenidos, beneficio neto y requerimientos de agua; así como también se
debe validar esta información para emplearla como expectativas para la programación agrícola,
sobre todo en épocas de escasez, para definir los cultivos que más convengan a los agricultores.
Es necesario dar más información a los directivos y los usuarios de los módulos de riego, sobre la
necesidad de valorar económicamente el agua de riego, como un incentivo para lograr el manejo
sostenible del recurso y maximizar el rendimiento del agua a través de tecnologías en los sistemas
de riego.
BIBLIOGRAFIAS
Begun, J. M. y R. K. Gabriel (1981) "Closure of the Newman-Keuls Multiple Comparisons
Procedure". Journal of the American Statistical Association. 76: 241-245. [ Links ]
Biswas, A. (1999) "Water crisis: Current perceptions and futures realities" Salman ed.
Groundwater: Legal and Policy Perspectivas. World Bank Technical Paper 456:1-29. [ Links ]
Comisión Nacional del Agua (2002) Determinación de la disponibilidad de agua en el acuífero Río
Sinaloa, estado de Sinaloa. México, abril 30. 36 p. [ Links ]
Comisión Nacional del Agua (2010) Estadísticas del Agua en México. México, Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales, 249 p. [ Links ]
Comisión Nacional del Agua (2011) Estadísticas del agua en México 2011. México, Sistema
Nacional de Información del Agua (SINA), 181 p. [ Links ]
Federal, P. E. (2013) Plan nacional de desarrollo 2013-2018. México.
En: http://pnd.gob.mx/# [Recuperado 6 de enero 2015] [ Links ]
García, O. (2010) Apertura económica, el TLCAN y la expansión del sector agrícolade hortalizas
en el estado de Sinaloa. Tesis de maestría en Economía Aplicada, El Colegio de la Frontera Norte,
México. 66 p. [ Links ]
Godínez, M. et al. (2007) Valor económico del agua en el sector agrícola de la Comarca
Lagunera. TERRA Latinoamericana. Universidad Autónoma Chapingo, 25 (1): 51-59.
[ Links ]
https://www.bancomundial.org/es/topic/water-in-agriculture
https://www.scielo.org.mx/pdf/tca/v5n2/v5n2a12.pdf

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