RESUMEN de La Gramática Del Texto
RESUMEN de La Gramática Del Texto
RESUMEN de La Gramática Del Texto
Para entender mi interés por la gramática del texto debe recordarse que mi primer amor
académico fue la Teoría Literaria. En ese momento me centré especialmente en la
lengua literaria, y quería saber si se podía caracterizar la literatura específicamente por
su uso particular de la lengua. Sin embargo, la Gramática que serviría para explicar las
estructuras del texto nunca se llevó a cabo y así mi objetivo de desarrollar una «poética
generativa», que se ve reflejado en una de mis primeras publicaciones en
holandés, pronto fue substituido por un objetivo más importante, el de centrarme en una
«gramática generativa del texto».
Así como la gramática de la oración necesita hacer explícita la forma en la que las
cláusulas de oraciones complejas se relacionan semánticamente, debería haber una
investigación seria, que no existía entonces, que permitiera extender el estudio de la
semántica a una semántica lineal del discurso.
Las oraciones no son sólo coherentes debido a las relaciones entre los hechos que
denotan, sino, más bien, a las relaciones de sus significados entre sí. Sin embargo, esta
relación del significado no se definió en términos de los significados de palabras
aisladas, sino en términos de las relaciones entre proposiciones enteras. Por
ejemplo, dos proposiciones P1 y P2 son «intencionalmente» coherentes si P2 es una
Generalización, una Especificación, una Explicación o un Ejemplo de
P1. Desafortunadamente estas relaciones se confunden a veces con las relaciones
referenciales entre proposiciones, relaciones entre los hechos denotados por
proposiciones.
Por lo tanto, resulta extraño que incluso, aún hoy, la gramática del discurso funcione
solamente a nivel «lineal» de oraciones o proposiciones subsecuentes e ignore el de las
estructuras globales cruciales que definen el significado total y la forma del texto. De
hecho, apenas puedo imaginar una explicación de las estructuras, por
ejemplo, narrativa, argumentativa o conversacional solamente con base en la
gramática. En este sentido, la lingüística moderna, como tal, no ha desarrollado una
teoría basada en el discurso o uso de la lengua porque su gramática sigue siendo
esencialmente una gramática de la oración o «gramática de la ‘secuencia’».
Asimismo, sucede con la producción del discurso: los usuarios de la lengua pueden
comenzar a hablar o a escribir sin una estructura 8 completamente desarrollada de
oraciones, párrafos, giros o discursos completos “en mente”.
Modelos mentales
Kintsch y yo introdujimos otra noción crucial, la de modelo (de la situación), una noción
que también fue utilizada, aunque de manera diferente, por el psicolingüista Johnson-
Laird en su libro Modelos Mentales (1983). El punto central de tal noción es que los
usuarios de la lengua no construyen simplemente la representación (semántica) del
texto en su memoria episódica, sino, además, una representación acerca del
acontecimiento o de la situación del texto. Esta concepción sobre el modelo demostró
ser muy acertada pues explicó muchas cosas que eran hasta entonces oscuras,
ignoradas o no atendidas, algunas de las cuales enumeraré a continuación.
Esto también resuelve el problema de la referencia «extra lingüística» y del análisis del
discurso, no es tanto el «mundo verdadero» a lo que la gente se refiere o de lo que
habla, sino a la construcción del mundo subjetivo, o de una situación en el mundo, de
acuerdo con sus modelos mentales. Así, tenemos bases cognitivas y subjetivas, y por
lo tanto, más realistas para la noción de la «coherencia referencial» que había sido
definida anteriormente de manera abstracta, en términos de modelos formales o de
mundos posibles. En otras palabras, la información y las inferencias implícitas en el
proceso del discurso se representan en los modelos mentales, lo cual explica bien la
noción de la presuposición, conocida como una proposición en un modelo que no se
expresa en el discurso.
En tercer lugar, los modelos también proporcionan una explicación adecuada para el
hecho de que cuando la gente recuerda un texto, a veces «recuerda» información que
nunca fue expresada explícitamente en el texto original. Es decir, lo que la gente
recuerda de un texto no es tanto su significado, sino más bien, el modelo subjetivo que
ellos construyen sobre el acontecimiento del que trata el texto. En resumen: entender
un texto significa que la gente es capaz de construir un modelo mental del texto.
Dicho modelo servirá como base para, por ejemplo, contar una historia sobre el
acontecimiento o escribir una noticia sobre éste. En quinto lugar, los modelos explican
el hecho de que la gente no sólo representa lo que «sabe» sobre un
acontecimiento, sino también, sus opiniones y emociones asociadas a tal
acontecimiento.
Lo que el libro que escribimos con Kintsch no desarrolló fue que, además de modelos
acerca de los acontecimientos hablados o escritos, los usuarios de la lengua también
construyen modelos del acontecimiento comunicativo en el cual participan. Esos
«modelos del contexto» contienen las representaciones subjetivas de las características
del Yo hablante, de los otros participantes del discurso, del tiempo y el lugar, de las
características sociales, de las relaciones entre los participantes, de los objetivos, los
propósitos y los fines. Los modelos contextuales también conforman la base mental de
los actos del discurso dependientes del contexto, del estilo y la retórica.
Ha sido sorprendente que mientras la noción de modelo mental ha llegado a ser muy
popular en la psicología del procesamiento del discurso, la noción, igualmente
crucial, de modelo del contexto haya tenido tan poca influencia. Sin modelos del
contexto, una teoría del procesamiento del discurso y del uso del lenguaje, no puede
explicar cómo es que la gente está capacitada para hablar y escribir adecuadamente en
una situación comunicativa. Visto así, sin modelos del contexto, las teorías del discurso
carecen de las dimensiones relevantes: social e interaccional.
Discurso y racismo
En 1980 mi trabajo tomó una orientación algo diferente. Parte de ello se debió a mi
primera estancia prolongada en un país del "tercer mundo", durante un curso que impartí
en el Colegio de México. Allí decidí que era hora de hacer algo serio. Las gramáticas
del texto, y las teorías psicológicas eran campos de estudio fascinantes, pero –con
excepción de sus aplicaciones obvias, por ejemplo, en la educación–, tenían muy poco
que ver con los problemas reales del mundo. La época era favorable para trabajar temas
más sociales y más políticos y uno de esos temas fundamentales, especialmente en
Europa, era el racismo. Así, me interesé en las maneras que el racismo se expresa, se
reproduce o se legitima a través del texto y el habla.
Conversaciones cotidianas
En varios proyectos estudié de manera sistemática las formas en las que las mayorías
blancas piensan, hablan y escriben sobre las minorías étnicas, inmigrantes, refugiados
y sobre la gente «del sur», en general. Después de registrar, transcribir y analizar
centenares de entrevistas espontáneas en varios barrios de Ámsterdam y San
Diego, mis estudiantes y yo pronto encontramos aspectos típicos en todos los niveles
de la estructura de dichas conversaciones.
Así, por ejemplo, en cuanto a los temas encontramos que, a diferencia de otro tipo de
conversaciones, hay muy poca variedad cuando se habla de 16 los «extranjeros». Tales
tópicos expresan y reproducen prejuicios y estereotipos que se extienden y
prevalecen. Estos movimientos parecen activar localmente las estrategias
conversacionales para la presentación negativa del otro frente a la autopresentación
positiva, de manera que se defiende una auto imagen positiva, evitando, así, la «pérdida
de la cara».
La prensa
Los otros estudios sobre la expresión del prejuicio étnico y la reproducción del racismo
en el discurso se enfocaron en lo institucional, en el texto y habla de la élite. Lo que
deseábamos saber inicialmente era cómo los periódicos corrientes escriben sobre los
Otros, y qué papel desempeña la prensa en las relaciones étnicas, la propagación de
estereotipos, y la reproducción de la dominación blanca, en general. Por ejemplo, en la
prensa, al igual que en las conversaciones, la selección de los temas principales sobre
minorías es restrictiva y estereotipada, cuando no negativa.
El «crimen étnico», al igual que los muchos problemas atribuidos a la inmigración son
asuntos que destacan incluso en la prensa de referencia y liberal.
Las fuentes que se citan en las noticias son igualmente predecibles. Sin embargo, nada
es menos cierto ya que son las instituciones y las élites blancas las que se citan. Es el
caso, especialmente, cuando surgen temas difíciles como la discriminación o el
racismo, a los Otros se les permite hablar, pero se les tacha de acusar sin pruebas, su
voz aparece entre comillas, de manera que se presenta como una opinión y no como un
hecho.
Enfaticé en el hecho de que también la producción de las noticias es en gran parte una
forma de procesamiento de textos, de los muchos textos 20 originales que utilizan los
periodistas al escribir un informe noticioso. Analizamos sistemáticamente centenares de
noticias de una gran cantidad de periódicos y en muchos idiomas con el fin de descubrir
si existen redacciones de noticias «universales» y/o si las redacciones de noticias en
diversos países, idiomas, culturas y sistemas políticos proporcionan un «cuadro» típico
diferente del acontecimiento. Las diferencias se presentan más bien entre la prensa de
calidad y el tabloide, o la prensa popular dentro de un mismo país.
Libros de texto
Otra fuente importante para los estereotipos étnicos y los prejuicios, de los cuales
millones de niños y niñas son las víctimas diarias, son los libros de texto utilizados en
los centros escolares. Aunque especialmente en USA la situación está mejorando
lentamente con la introducción de más materiales de aprendizaje «multicultural», la
mayoría de los libros de texto, especialmente en Europa, continúa ignorando a las
minorías en conjunto, o tienden a confirmar estereotipos simples o aún prejuicios
racistas. Las minorías, así como la «gente del Sur», en general, son no sólo
presentadas como «pobres» o «primitivas», sino también como criminales y
agresivas, al igual que lo hacían los medios y las conversaciones cotidianas.
Discurso corporativo
En ningún otro ámbito se niega tanto el racismo como entre las élites. Debido a su papel
en la toma de decisiones, la enseñanza, la investigación, el empleo, la burocracia, la
información y la comunicación, las élites, sus ideologías y sus prácticas étnicas tienen
un enorme impacto en la sociedad. Sabemos que, aunque, con excepciones, las élites
suelen simplemente preformular el alcance y la medida de lo que será aceptado en la
sociedad. Es decir, las élites desempeñan un papel central en la circulación del
racismo, son la que controlan el discurso público a través del cual se aprende el
racismo, y por lo tanto son las responsables directas de su reproducción en la sociedad.
No sólo había publicado columnas racistas bajo su propio nombre en el periódico, sino
que posiblemente también habría participado en una broma práctica publicando, bajo
un seudónimo, un folleto racista, islamofóbico. La prensa holandesa al completo, los
periodistas, comentaristas, columnistas, etc., me atacaron por este caso, y nadie quería
creerme, a pesar de las numerosas semejanzas llamativas entre el folleto racista y la
columna del escritor, quién me llevó hasta la Corte para acusarme por calumnias, un
caso que, desde luego, perdió. Los jueces tuvieron razón al concluir que este famoso
escritor, con su columna en un periódico holandés importante, que incidentalmente
había sacado adelante la publicación de un folleto racista, sabría defenderse muy bien.
Cuando años más tarde publiqué un libro muy completo sobre este tema (van Dijk,
2003), con discusiones y demostraciones extensas de la implicación del escritor famoso
en este asunto, ningún editor se atrevió a publicar el libro. Entonces lo publiqué por mi
propia cuenta, a lo que la prensa respondió con silencio. A pesar del tema, obviamente
candente, no se publicó ni una sola reseña del trabajo, de modo que el libro fue
totalmente desconocido e ignorado por el gran público –vendiéndose apenas algo más
de 150 copias.
Tal control mental, que está a su vez en la base del control de la acción, es ampliamente
discursivo.
Con estos antecedentes, y junto con otros investigadores en Análisis del Discurso y
disciplinas relacionadas, se fue acentuado la idea de que el análisis del discurso debe
tener también una dimensión crítica. Es decir, al elegir su orientación, temas, problemas
y métodos, el análisis del discurso debe participar activamente, y con su propia forma
académica, en debates sociales y hacer que los resultados de la investigación sirvan a
aquellos que los necesitan más, antes que a aquellos que puedan pagar más. En varios
artículos he enfatizado en el hecho de que el Análisis Crítico del Discurso no es una
teoría o un método. Deseamos saber sobre el discurso cómo se legitima, cómo se
expresa, se condona o contribuye a la reproducción de la desigualdad.
Ideología
Uno de los proyectos centrales dentro de la orientación general hacia los estudios
críticos del discurso es mi estudio sobre ideología, iniciado alrededor de 1995. En
particular, las ideologías racistas no son las únicas, y para explicar su influencia en la
sociedad necesitamos una teoría más general de la ideología. En proyectos posteriores
desarrollaría cada teoría parcial, es decir, las relaciones entre la ideología y la cognición
social, entre la ideología y la sociedad y finalmente entre la ideología y el discurso.
Conocimiento
Comencé así el trabajo, de manera novedosa y pragmática, con una definición más
empírica del conocimiento como la creencia compartida certificada por las
comunidades, basadas en los criterios de la comunidad que dicen a sus miembros qué
creencia es «aceptada» y compartida como conocimiento. Ello también proporciona una
base para una teoría del contexto que explica la manera en la que los usuarios de la
lengua manejan sus discursos, como una función de lo que saben que los receptores
ya saben.
Es decir, la gente puede, por ejemplo, tener diversas opiniones sobre el aborto o la
inmigración, pero las discusiones ideológicas presuponen que la gente de diversos
grupos ideológicos tiene el conocimiento del campo común: saben qué son la
inmigración y el aborto.
Contexto
Sin embargo, esto era teóricamente insatisfactorio, especialmente porque los contextos
sociales como tales no pueden influenciar sobre el texto o el
habla. Afortunadamente, tenemos una noción teórica y empírica excelente para explicar
tales interpretaciones subjetivas de acontecimientos o de situaciones, los modelos
mentales. Estos modelos del contexto - o simplemente los contextos - controlan todos
los niveles y aspectos de la producción y comprensión del discurso, tal como el
género, las formas, el estilo, la variación y en general la manera en la que un discurso
se adapta a la situación comunicativa.
Como otros modelos mentales, también los modelos del contexto consisten en un
número limitado de categorías, tales como Escenario /Setting (Tiempo. Lugar),
Participantes y Acciones, con otras subcategorías tales como Identidades, Roles, Metas
y Conocimiento.
Una estructura esquemática tan simple permite que los usuarios de la lengua analicen
y definan situaciones sociales ‘on line’ y así controlen la producción y la comprensión
del discurso en función de su modelo de la situación comunicativa. Dado que los
modelos del contexto son subjetivos, esto significa también que los diferentes
participantes pueden tener diversos modelos de la situación actual, y esto puede, por
supuesto, conducir a malentendidos y conflictos. Uno de los componentes cruciales de
los modelos del contexto es el conocimiento. Los usuarios de la lengua adaptan lo que
dicen o escriben a lo que creen o saben que los receptores ya saben. Por lo
tanto, propuse en varios ensayos introducir un dispositivo especial en los modelos de
contexto, el dispositivo-K.
Gran parte del discurso social relevante es ideológico y por lo tanto, necesitamos
entender cómo se relacionan tales formas diferentes de cognición, socialmente
compartidas o «distribuidas» como conocimiento e ideologías, para luego entender
cómo teorizar las vagas nociones tradicionales de actitudes y representaciones sociales.
Contribuciones
Muchos aspectos de la teoría, análisis y estudios de caso del discurso racista. El estudio
del racismo en el discurso político.
La teoría del discurso de las noticias, por ejemplo, los esquemas de las noticias, la
producción de las noticias, y su comprensión. El estudio del discurso y de la cognición
social. Los fundamentos de los estudios críticos del discurso. La teoría de la ideología.
Algunos aspectos de una teoría del conocimiento y del discurso. La teoría del
contexto, por ejemplo, de los modelos del contexto. La edición de dos manuales de los
estudios del discurso. Establecimiento y manteniendo de un Sitio Web personal con los
recursos para los estudios críticos del discurso.
Conclusiones
Como puede ser obvio de lo que se narra arriba, el análisis del discurso para mí es
esencialmente multidisciplinario. Debido a la naturaleza multifacética del discurso, esta
investigación multidisciplinaria debe ser integrada, debemos idear las teorías que son
complejas y considerar lo textual, lo cognitivo, lo social, la dimensión política e histórica
del discurso.
Con la disciplina como una totalidad, he aprendido mucho sobre discurso durante los
últimos 40 años. Pero, al mismo tiempo sé que mucho de lo que sabemos es incompleto
y equivocado. Comparado con las «gramáticas del texto» iniciales de principios de los
70, el trabajo formal contemporáneo sobre las estructuras del discurso es, por
supuesto, mucho más sofisticado. Y comparado con el cognitivo simplista, los modelos
sociales e interaccionales del texto y del habla de hace de 20 años, el nuevo trabajo
sobre el proceso de texto, de los estudios sociopolíticos del discurso y del análisis
conversacional también han avanzado mucho. Aunque rara vez los estudios del
discurso se ejercen académicamente en los departamentos o en los programas
especiales, estos se han transformado en una disciplina madura, con sus propias
revistas, manuales, congresos y especializaciones. Todavía, queda mucho por
hacer. Hay campos todavía no desarrollados, como es el caso de la ciencia política del
discurso.