EMERGENCIA
EMERGENCIA
EMERGENCIA
ODONTOLOGIA
EMERGENCIA EN ENDODONCIA
ENDODONCIA
DOCTOR: RICHARD MARTINEZ
INTEGRANTES:
- LLANOS ORTIZ ANA CAROLA
- CHOQUE PANIAGUA ERICK GABRIEL
- LIT PEÑA MARIA EUGENIA
- PARAPAINO CHUVIRU HENRRY
- PEÑA CASTRO SAMUEL ADRIAN
- BARBA GALARZA KARLA
EMERGENCIA EN ENDODONCIA
INTRODUCCION.-
Emergencias. - Son circunstancias imprevistas que exigen intervención inmediata.
En endodoncia, básicamente cuatro situaciones clínicas determinan el dolor dental:
1. Dolor determinado por afección de la pulpa
2. Dolor determinado por enfermedades periapicales
3. Dolor surgido durante la realización de la endodoncia
4. Dolor surgido después de la conclusión de la endodoncia
Para saber el diagnóstico correcto, del origen del dolor causante de la emergencia, y la
intervención inmediata y adecuada que debemos efectuar, procedemos a realizar:
EXAMEN CLÍNICO: cuidadoso de inmediato, para identificar los aspectos
clínicos del dolor, Interrogando al paciente sobre:
La causa (espontanea La localización
o provocada) (localizado o
El inicio generalizado)
La intensidad Duración
PRUEBAS CLÍNICAS: para sugerir el estado patológico de la pulpa y los
tejidos periapicales las cuales son:
Pruebas térmicas Pruebas de percusión
Pruebas eléctricas Pruebas de palpación
Pruebas de tallado
cavitario
Características que debemos tomar en cuenta para el diagnóstico según las
pruebas:
- La existencia de dolor intenso a los cambios térmicos espontáneos, irradiados y
persistentes son síntomas clásicos de inflamaciones pulpares.
- El dolor a la percusión y palpación puede indicar compromiso total de la
pulpa y la instalación de periodontitis.
- la percusión tiene mucho valor cuando se sospecha de afección periapical
- En las enfermedades periapicales agudas o crónicas agudizadas, el paciente
acusa dolor a la percusión a la palpación y no reacciona a la estimulación
térmica y eléctrica.
- Los aumentos de volumen y edemas localizados o no, deben tomarse con
atención
- Signos como el sangrado la presencia fistulas bolsas periodontales y pus en el
surco gingival deben analizarse para el diagnóstico diferencial entre
enfermedades pulpares, periapicales, periodontales
EXAMEN RADIOGRÁFICO. –
En enfermedad periapical la imagen radiográfica puede revelar
engrosamientos discretos de la membrana periodontal y en los crónicos
agudizados, áreas radiolucidas pequeñas o grandes localizadas en el
periapice, sin embargo hay casos periapical agudo donde no se observa en la
radiografía ninguna alteración .
En término genéricos los responsables de los llamados dolores dentales son:
La pulpitis
La pericementitis
Absceso periapical agudo o periodontal.
EVOLUCION
La inflamación en el periapice está representada por vasodilatación y aumento de
permeabilidad de pequeños vasos sanguíneos de la región. Como consecuencia hay
exudado líquido y migración celular.
Si el pus drena por el conducto radicular los signos y síntomas son menos violentos.
Si el pus no drena, queda acumulado en la región periapical y a medida que su volumen
aumenta la presión dentro de los tejidos se hace más intensa.
Como consecuencia de la dispersión bacteriana, se produce una reacción inflamatoria
diseminada en la región denominada flemón, cuando está localizada en la cara se llama
celulitis facial, tiene extensión variable, el camino recorrido por el pus se denomina
fistula.
ASPECTOS CLINICOS
Su evolución es rápida, es decir, las manifestaciones del dolor se presentan en cuestión
de horas, es muy sensible a la percusión, aumento de la movilidad del diente es
excesivo.
El infarto ganglionar regional es un signo que no se debe omitir, significa que la
infección se diseminó por vía linfática. Los ganglios se vuelven palpables, blandos y
dolorosos.
El paciente puede presentarse delgado pálido, toxémico, febril y puede quejarse de
cefalea y malestar.
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
Entidades que pueden confundirse con el absceso periapical agudo:
Pulpitis aguda supurada: Dolor intenso, continuo, espontáneo y pulsátil,
sensibilidad a la percusión. En la pulpitis el dolor es difuso, el diente es vital, no
hay movilidad ni extrusión y no hay tumefacción facial.
Pericementitis apical: Aumento de la movilidad del diente, extrusión y
sensibilidad a la percusión. No hay dolor espontáneo, el diente puede tener
vitalidad y la mucosa periapical es normal.
Abceso periodontal agudo: Dolor intenso, espontáneo, extrusión, aumento de
la movilidad del diente, sensibilidad a la percusión, alteraciones de la mucosa,
adenopatía regional y manifestaciones generales (fiebre, malestar). Se diferencia
por el compromiso de la mucosa entre la región apical y el margen gingival,
vitalidad del diente posible y alteraciones periodontales.
Lesiones crónicas agudizadas:
Hallazgos clínicos similares al abceso periapical agudo (primario).
Proceso primario por infección de alta virulencia que causa muerte rápida de la
pulpa y progresa a tejidos periapicales.
Cúmulo de exudado supurado sin previa osteólisis, lo que genera gran presión en
la región.
Síntomas clínicos muy intensos y manifestaciones radiográficas escasas o nulas.
La intensidad de las manifestaciones clínicas depende del desequilibrio entre
agresión y defensa.
La imagen radiográfica permite identificar el proceso periapical.
TRATAMIENTO
Para planificar y llevar a cabo la atención a un paciente portador de un abceso periapical
agudo es necesario considerar dos posibilidades:
El abceso se produjo en un diente en que es posible el acceso al conducto
El abceso se manifestó en un diente en el que el acceso al conducto es inviable o
desaconsejable (por ejemplo, los dientes portadores de prótesis con retenedores
intrarradiculares o incluso dientes que tienen tratamiento endodóntico).
TRATAMIENTO DE EMERGENCIA DEL ABSCESO PERIAPICAL
AGUDO EN DIENTES CUANDO ES POSIBLE EL ACCESO AL
CONDUCTO
1.1 Absceso intraóseo
Una vez confirmado el diagnostico e identificado el diente afectado, implica la
perforación de la corona dentaria y si fuese necesario la limpieza de la cámara pulpar y
del conducto radicular.
Al iniciar el procedimiento es conveniente ampliar la perforación para facilitar la
limpieza de la cámara pulpar, la localización del conducto y el acceso de los
instrumentos. Cuando el acceso esté concluido, la irrigación copiosa con hipoclorito de
sodio al 5% complementada con aspiración, contribuirá para eliminar los residuos de la
cámara dejándola vacía y limpia.
Para ejecutar la limpieza del conducto se recomienda usar instrumentos finos (#10#15).
La limpieza deberá realizarse en tres etapas.
En la primera fase, el instrumento calibrado se introduce con lentitud en el tercio
cervical; en los que movimientos pequeños proporcionaran un mejor contacto entre la
solución irrigadora y el contenido del conducto y por lo tanto mejor neutralización.
En la segunda fase, siempre con la cámara inundada con hipoclorito de sodio, el
instrumento penetrará hasta el tercio medio.
En la última etapa, aun con la cavidad pulpar inundada con hipoclorito de sodio, el
instrumento se introduce en toda la longitud de trabajo para exploración. Una
radiografía tomada con el instrumento es esta posición posibilita la determinación de la
longitud del diente y torna viable la limpieza del tercio apical.
1.2 Absceso difuso en los tejidos blandos(celulitis)
El tratamiento implica, la limpieza del conducto del diente afectado y el uso de
fármacos por vía sistémica en dosis convenientes.
Los buches con soluciones emolientes tibias pueden tornar viable el drenaje intrabucal.
1.3 Absceso submucoso o subcutaneo
En estos casos, además de los procedimientos descritos anteriormente (apertura del
diente y limpieza del conducto) se aconseja el drenaje quirúrgico. El drenaje de los
tejidos blandos puede hacerse intrabucal o extrabucal.
Cuando el edema inflamatorio sea difuso y la bolsa este indefinida no es aconsejable el
drenaje.
Una vez esté ya decidida la intervención es recomendable la administración de un
antibiótico inyectable una hora antes de la cirugía. La incisión no debe hacerse sobre el
centro del área de fluctuación, otra razón que justifica esta aserción es que es probable
que el pus localizado debajo de la incisión persista en la cavidad. Después de la incisión
es preciso ejecutar la divulsión de los tejidos con un instrumento de punta roma. La
pinza cerrada se introduce a través de la incisión y una vez en el interior de los tejidos se
la abre y retira este se lo repite hasta que se establezca la comunicación entre el foco de
pus y la incisión. Una vez producida la salida del exudado purulento es preciso colocar
un drenaje de tubos de látex de pequeño diámetro en la cavidad abscedada y se la fija
con un punto de sutura. Según la evolución que debe evaluarse a diario el drenaje puede
retirarse 24 o 48 hrs después. Como consiguiente a todo lo ya realizado hasta ese
momento es recomendable la prescripción de antibióticos y antinflamatorios.