Constuccionismo Social Semana 10

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UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE

SEDE PUERTO MONTT


ESCUELA DE PSICOLOGÍA
SEMINARIO DE TITULACIÓN I Y II

EL ABORDAJE DE LAS EMOCIONES DESDE EL


CONSTRUCCIONISMO SOCIAL POR TERAPEUTAS
ADSCRITOS A ESTA PERSPECTIVA EN CHILE.

ANA SOFÍA AGUILAR NIETO


DANKA NICOLLE GONZÁLEZ BORBARÁN
JOAN CLAUDIO ISLA RAMOS
ANGELINE ESTEFANIA SOLANGUE MONJE SOTO
NANCY FABIOLA OYARZO VERA

DOCENTE GUÍA: MIGUEL ÁNGEL CAMPILLAY ARAYA


ASESOR METODOLÓGICO: RODRIGO NAVARRETE SAAVEDRA

Puerto Montt, 2016


A todas las personas que estuvieron en el proceso de seminario y a lo largo de la carrera
junto a nosotros.

Y a nuestros gatitos, miau.


Universidad Austral de Chile
Escuela de Psicología

RESUMEN
La presente investigación busca comprender a través de la epistemología construccionista
social, el discurso que presentan los terapeutas sistémicos adscritos a esta perspectiva acerca
de cómo abordan las emociones en el trabajo clínico en Chile. Se realiza un encuadre respecto
a cómo es entendida la realidad desde el construccionismo social, y la influencia que ha
tenido tanto en la construcción del yo y en el ejercicio terapéutico. Esto con la finalidad de
responder a la pregunta de investigación, por lo cual se utiliza el análisis de discurso como
metodología cualitativa, para poder resaltar los aspectos discursivos de los terapeutas,
teniendo como idea base al lenguaje como acción, la cual es propia del construccionismo
social. Por lo cual el principal eje de análisis fueron los guiones de la realidad discursiva
facilitados por los terapeutas entrevistados, puesto que a través de estos podremos acceder a
los movimientos realizados por los terapeutas al momento de emerger emociones en el
proceso terapéutico.

Los resultados de la investigación dan cuenta de diversos elementos anclados a la experiencia


personal, académica y laboral de los terapeutas, y cómo estos han influido en la definición
de la dimensión emocional que estos tienen en su ejercicio terapéutico y cómo respecto a esto
se posicionan en los distintos contextos laborales a los cuales se han visto enfrentados,
concluyendo que la emoción ha sido utilizada como un recurso por estos terapeutas adscritos
al construccionismo social.

Palabras claves: Construccionismo Social, Proceso Terapéutico, Discurso, Emoción.

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ÍNDICE

I. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA ........................................................................ 5


Pregunta de investigación ................................................................................................... 9
Objetivo General................................................................................................................. 9
Objetivo Específico ............................................................................................................ 9
II. MARCO TEÓRICO .................................................................................................. 10
1. Modernidad y posmodernidad ................................................................................... 10
2. Construccionismo social y lenguaje .......................................................................... 13
3. El yo socialmente construido..................................................................................... 15
4. La emoción socialmente construida .......................................................................... 18
5. Los aportes del Construccionismo Social a la Terapia .............................................. 20
6. La Relación Terapéutica Colaborativa ...................................................................... 21
7. Algunas críticas al Construccionismo Social ............................................................ 22
III. MARCO METODOLÓGICO ................................................................................... 24
1. Tipo y Diseño de Investigación ................................................................................. 24
2. Técnicas/herramientas/instrumentos de recolección de datos ................................... 25
3. Universo, población y muestra/selección de participantes ........................................ 25
4. Procedimientos .......................................................................................................... 26
5. Modelo de análisis de datos ....................................................................................... 27
6. Consideraciones éticas ............................................................................................... 32
IV. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS .................................................................... 33
V. DISCUSIÓN .............................................................................................................. 43
VI. CONCLUSIÓN ......................................................................................................... 49
VII. REFERENCIAS ........................................................................................................ 52
VIII. ANEXOS ................................................................................................................... 56

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I. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA


A modo de contextualización en la presente investigación nos situaremos
epistemológicamente, esto quiere decir, de acuerdo a los presupuestos teóricos y
metodológicos desde los cuales la propuesta construccionista social comprende la realidad.
A diferencia del paradigma positivista lógico que plantea una realidad que está dada y que
puede ser descrita de forma objetiva y universal, el construccionismo social propone una
alternativa en la cual la realidad se construye en lo social. Por lo tanto, nos interesa aquí
marcar la línea de diferencia entre pensar la realidad de un modo positivista lógico y pensarla
en términos construccionistas sociales.
Como se mencionó anteriormente, el construccionismo social propone que la realidad
está socialmente construida, esto quiere decir, que cuando los seres humanos interactuamos
con los otros, la unidad constitutiva de la vida social son las pautas de relación de las
participamos en nuestra vida cotidiana. Según Gergen (2006, en Arcila , Mendoza, Jaramillo,
& Cañon, 2010), “en las relaciones, un elemento central es la negociación, pues justamente
es allí donde surgen los significados” (pág. 44), es decir, en la interacción con otros se
generan espacios que están mediados por el lenguaje, los cuales utilizamos para coordinarnos
y negociar con los otros y así construir significados que son propios de los contextos que
participamos.
El lenguaje tiene un rol fundamental en la generación de significados, dado que
acontecen en nuestras interacciones sociales y es a través de este que construimos en conjunto
con otros la realidad en la cual vivimos, idea que ha sido propuesta por el construccionismo
social. A esto se refiere a Gergen (1994) cuando plantea que “el lenguaje para el
posmodernista no es un reflejo desde y hacia un mundo exterior sino una constitución de
mundo. El lenguaje no versa sobre la acción, sino que es la propia acción” (pag. 111), es por
esto que las palabras no poseen significado propio, sino que su significado es adquirido en
virtud del lugar que ocupan en la interacción humana.
Ahora bien, pensar en términos construccionistas sociales nos lleva a concebir el tema
central de nuestra investigación, las emociones, en estos mismos términos. Si bien,
tradicionalmente se ha concebido a las emociones como procesos mentales que surgen del

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sujeto para relacionarse con el ambiente del que forma parte, esto supone que si quisiéramos
investigar cómo surgen las emociones tendríamos que remitirnos a la mente individual, lo
cual nos conduciría a un callejón sin salida. En cambio, desde el construccionismo social, las
emociones son pensadas como construcciones de nuestras interacciones en el lenguaje, es
decir, que al emerger una emoción durante la interacción con otros se genera un movimiento,
que lleva a una respuesta de los participantes, lo que determina un involucramiento verbal o
corporal de ambas partes, creando lo denominado por Gergen (1996) como escenarios
emocionales o danzas culturales.
El Construccionismo Social o Socioconstruccionismo se originó como una propuesta
teórico-epistemológica, es por ello que ha influenciado las bases epistemológicas,
ontológicas, teóricas y paradigmáticas de la manera de comprender la experiencia humana,
lo que ha contribuido teórica y paradigmáticamente a la psicología, en la forma de
comprender y guiar la práctica terapéutica. Para fines de nuestra investigación nos
centraremos en la influencia que ha ejercido sobre el trabajo terapéutico, tema que será
abordado más adelante en la investigación. De acuerdo a Bertrando y Toffanneti (2004), en
una primera etapa la terapia sistémica hace hincapié en los sistemas familiares y su forma de
interactuar y relacionarse entre sí, esto basado en las ideas de Gregory Bateson de causalidad
singular y retroalimentación de los sistemas. Posteriormente algunos grupos como el de
Milán introducen la idea de sistemas de significado lo que desde la década de los 80’s hasta
la actualidad, ubica al lenguaje como un elemento central en la práctica terapéutica.
Podemos diferenciar la terapia sistémica en dos etapas, la primera focalizada
principalmente en las técnicas utilizadas por el terapeuta en su ejercicio terapéutico para
generar movimiento en los patrones de relación, luego surgen nuevas formas de hacer terapia,
en dónde se podría decir que el énfasis estaba puesto en las ideas del terapeuta, es decir, en
sus hipótesis y cómo conducen la terapia y generan movimientos en el sistema de
significados. De aquí se desprende que el eje emocional no ha sido referido explícitamente
en la terapia sistémica, si bien recientemente autores como Freedman (2004) y Bertrando
(2010) han teorizado acerca de las emociones del terapeuta, no se ha escrito acerca de lo que
se hace con las emociones que surgen durante el proceso terapeútico.

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De esta forma damos cuenta de un vacío teórico en la práctica terapéutica sistémica,


a pesar de que autores como Bertrando y Arcelloni (s/f) consideran que las emociones deben
ser tomadas en cuenta en el sistema terapéutico por su mismo carácter relacional, estas tienen
un lugar secundario en la práctica como en la teorización. Según Bertrando y Arcelloni (s/f)
“todo sistema puede ser descrito también como sistema emocional, porque las emociones son
su parte constitutiva. No existe un sistema sin emociones, existe eventualmente la posibilidad
de no tomarlas en consideración” (pág. 8), que es el camino que la terapia sistémica ha
tomado de acuerdo a estos autores. En esta misma línea, Bianciardi (2008) propone:
Tenemos que estar conscientes del hecho que la relación terapéutica se funda en la
confianza: si el terapeuta y las personas que van a terapia creen en la terapia, la terapia
será útil (…) al final no son ni las teorías ni las técnicas las que cuentan: es la relación
y son las emociones en relación (pág. 7).

De esta forma se vuelve relevante investigar sobre las emociones en la terapia


sistémica, puesto que tienen un rol fundamental en el establecimiento de la relación
terapéutica lo que va de la mano con la efectividad de la terapia. Esta relevancia adopta no
sólo un matiz teórico, sino que también práctico, vinculado al correcto ejercicio de la práctica
terapéutica (Fossa, 2012).
Nos hemos referido a la relevancia de la terapia sistémica y de las emociones en la
relación terapéutica, además de lo cual es importante señalar el papel que juega el
construccionismo social y el foco en el discurso del terapeuta respecto de la emocionalidad
en la terapia. Gergen (1996) señala que el socioconstruccionismo como metateoría supone
repercusiones en la forma en cómo se genera conocimiento; en contraposición a la
experimentación empírica del positivismo, el socioconstruccionismo se centra en
comprender la multiplicidad de formas en las que construimos la realidad en el lenguaje, en
este sentido el autor se refiere a realidades discursivas, lo que es relevante para nuestra
investigación ya que, lo expresado por los terapeutas nos permitirá comprender cómo son
definidas y trabajadas las emociones en el ejercicio terapéutico. Lo que en el caso de
profesionales adscritos a esta metateoría permitiría influenciar la vida cultural de quienes

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formamos parte de la sociedad, a partir de nuevas formas de comprender la experiencia


humana. Al respecto Gergen (1996) indica:
Cuando los terapeutas desarrollan nuevas formas de interactuar con sus clientes, la
cultura puede que se vea informada por modos alternativos de ayudar a aquellos que
lo necesitan; (…) El que practica esto no es, por consiguiente, un mero servidor de
las instituciones existentes o de las lógicas y de los “hallazgos” desarrollados entre
las paredes de una torre de marfil, sino un agente potencial de un cambio de largo
alcance (pág. 57).

El terapeuta como agente activo dentro de la cultura en la cual se encuentra inmerso,


con su forma de interactuar genera también influencia en el dominio cultural. Importa aquí
considerar que además la emocionalidad del terapeuta en la terapia sistémica es un tema que
no ha sido abordado ampliamente en nuestro país, siendo que existen instituciones de
formación a terapeutas desde esta perspectiva teórica y así como también espacios de
formación en terapia sistémica. Esperamos a través del análisis y comprensión del discurso
de terapeutas sobre la emocionalidad en terapia, poder otorgar un aporte teórico a la terapia
sistémica, en cuanto a el abordaje de las emociones, que hacer con estas cuando emergen
(desde el sistema consultante o del terapeuta) dentro de un proceso y demostrar cómo han
sido utilizadas para generar movimiento en los sistemas de significados, así como también
desde una perspectiva relacional.

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Habiendo expuesto la problemática a indagar, nuestra pregunta de investigación se


formula de la siguiente manera:

Pregunta de investigación
¿Cuál es el discurso de terapeutas construccionistas sociales en Chile, sobre la dimensión
emocional en su ejercicio clínico?

Objetivo General
Analizar el discurso de terapeutas construccionistas sociales sobre la dimensión emocional
en su ejercicio clínico.

Objetivo Específico
x Analizar los elementos de la experiencia personal de los terapeutas, y cómo se
vinculan de la dimensión emocional.
x Analizar los elementos de la experiencia laboral y académica de los terapeutas,
y cómo se vinculan con la dimensión emocional.
x Comprender las implicancias prácticas del modo en que definen la dimensión
emocional los terapeutas.

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II. MARCO TEÓRICO


1. Modernidad y posmodernidad
La modernidad puede ser entendida como paradigma de principios fundamentales que es
común a la ciencia y a la cultura de dicha época, podemos caracterizar ese marco de
pensamiento considerando lo dicho por Ibáñez (2005) desde la concepción la modernidad
como una época que se define por un marco temporal con una serie de supuestos teóricos,
entre ellos se encuentran la hipervaloración de la razón, la ideología de la representación en
cuanto a la generación de conocimiento, que implica que por medio del lenguaje se puede
representar/describir el mundo tal como es, o como plantea Gergen (1996) el estado de cómo
son las cosas. También entre los aspectos que plantea el autor se encuentra el universalismo
que entenderemos como la pretensión de generalizar dicho estado de cómo son las cosas, y
por último la centralidad en el sujeto, como agente de su propia historia, la ideología del
individuo como valor fundamental de la vida social.
Es importante destacar que según Ibáñez (2005) “la modernidad no es separable de
la constitución de esa enorme empresa que representa la ciencia y de los enormes efectos que
ésta ha producido sobre nuestra forma de ser, nuestra forma de vivir y nuestra forma de
pensar” (pág. 115). En este sentido se vuelve problemático lo planteado por Ibáñez, ya que
los supuestos teóricos que orientan la modernidad, tienen grandes influencias en la
metodología que se utiliza para producir conocimiento en la ciencia bajo los supuestos del
positivismo. Como señala Gergen (1996) son los paradigmas los que sustentan las
metateorías y estas a su vez influencian la metodología. Si bien, el autor si señala al
positivismo y el empirismo lógico como paradigmas que han sentado las bases sobre una
forma de acceder a la realidad, el lenguaje que ocupa la ciencia son signos que describen el
mundo tal como es, como verdades absolutas verificables por medio de la observación de la
realidad. De acuerdo al autor esto se volvió problemático cuando se comenzó a pensar en el
papel que jugaba el investigador en tales observaciones, en sus intenciones, y en la variedad
o multiplicidad de formas de comprender y no solo describir la realidad. De esta forma se
abre el paso a nuevas alternativas que puedan salirse de esos paradigmas e instaurar nuevas
metateorías y a su vez metodologías para generar conocimiento.

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Mientras tanto, fuera de las filas de la filosofía de la ciencia, con insistente intensidad
han venido sonando redobles de tambor con otro ritmo. Estos movimientos, a menudo
adjetivados como posempiristas, posestructuralistas o posmodernos, ya no buscan la
base lógica racional para la vinculación precisa de la palabra y el mundo; más bien,
en cada caso, los argumentos plantean un desafío más fundamental a la suposición de
que el lenguaje puede representar, reflejar, contener, transmitir o almacenar el
conocimiento objetivo (Gergen, 1996, pág. 31).

De esta forma, tras el surgimiento de la posmodernidad se comenzaron a desarrollar


nuevas formas de pensar la realidad, dentro de lo cual nos interesa enfatizar el uso del
lenguaje. En la cultura moderna se considera el lenguaje como reflexión, como elaboración
mental y signos que permiten representar la realidad. En concordancia con la idea del
racionalismo, el lenguaje permite dar a conocer a otros el contenido de la mente humana,
representando así una realidad interior (privada, íntima) hacia el exterior (social).

Es importante destacar que la posmodernidad ha sido conceptualizada y definida por


Lyotard como un profundo escepticismo sobre la validez universal de los componentes
narrativos singulares o versiones teóricas de cada situación humana.

Los metarrelatos (...) han marcado la modernidad: emancipación progresiva de la


razón y de la libertad, emancipación progresiva o catastrófica del trabajo (fuente de
valor alienado en el capitalismo), enriquecimiento de toda la humanidad a través del
progreso de la tecnociencia capitalista, e incluso, si se cuenta al cristianismo dentro
de la modernidad (opuesto, por lo tanto el clasicismo antiguo), salvación de las
criaturas por medio de la conversión de las almas vía el relato crítico del amor mártir.
(Lyotard, 1987, pág. 29).

Según Gergen (1994) señala que la modernidad tiene tres ejes temáticos que la
sustentan: el énfasis en la mente individual que conlleva un universo susceptible de ser
conocido racionalmente y el lenguaje como un medio de representación del contenido mental.
Desde esta perspectiva, se sitúa al sujeto como la unidad fundamental de la vida social. Pero

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el pensamiento moderno presenta limitaciones al comprender la realidad humana


objetivando.

Moya (2008) plantea que en el campo de la filosofía las ideas sobre el discurso de la
modernidad fueron dando paso a los nuevos discursos que comenzaron a plantearse los
filósofos en la posmodernidad, quienes se replantearon la relación del pensamiento-lenguaje,
esto al reconocer que el lenguaje no solo es una forma de transmitir y comunicar algo sino
más bien se posiciona al lenguaje como constructor de realidad representando así las
diferentes concepciones que se tienen sobre el mundo, en este sentido se plantea que el
pensamiento comenzaría a operar a partir del lenguaje.

Según plantea Robinson (2012) ya a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX,
los filósofos estaban lidiando con la cuestión sobre los problemas de “significado”, “verdad”,
“racionalidad”, “realidad” y “valores”. En este sentido lo que se entendía como “moderno”
fue cuestionado, por lo que se comenzaron a desarrollar nuevos pensamientos que estaban
relacionados con la pérdida de la confianza en la razón y su asociación como método para
encontrar la verdad.

Estas nuevas formas de pensamiento comenzaron a centrar su interés el lenguaje a


dar lugar al llamado “giro lingüístico”, giro respecto a cómo se entendía la realidad, es decir,
se comienza a entender el mundo no como algo externo que tiene que ser descubierto, sino
por el contrario, como un mundo que es construido por nosotros mismos a través del lenguaje
y es necesario reinterpretarlo, es por esto que comienza a existir mayor interés por el análisis
de la comunicación humana y del lenguaje en sí.

Así desde el punto de vista de la posmodernidad, en la posmodernidad no hay hechos


sino únicamente interpretaciones, destacando la importancia de lo lingüístico y considerando
a la sociedad y la realidad misma como construcciones lingüísticas. En donde existe una
eliminación los criterios universales, el lenguaje fragmentario debido a su falta de
racionalidad y de la misma forma afecta a la producción de conocimiento.

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A raíz de esto, el que se considere a la realidad como socialmente construida trae consigo
importantes implicancias sobre las Ciencias Sociales principalmente por la noción de lo
verdadero que sostienen las ciencias empíricas de la modernidad, puesto que, en la
modernidad, el lenguaje corresponde a signos que representan la realidad.

2. Construccionismo social y lenguaje


La perspectiva construccionista social plantea el lenguaje como acción, el sujeto
construye realidades en los diferentes contextos que transita en la interacción con los otros.
Shotter (1993) plantea que “debemos dejar de concebir la realidad en la que vivimos como
si fuera homogénea, la misma en todas partes y para todos. Personas diferentes en posiciones
diferentes y en momentos diferentes vivirán en realidades diferentes” (págs. 35-36), por lo
tanto, nuestra realidad se construye en los diversos contextos en los cuales participamos e
interactuamos con otros.
En esa misma línea Gergen (2007) plantea que el lenguaje es inherentemente un
subproducto del intercambio humano, la viabilidad del lenguaje depende de la interacción
humana. Desde el construccionismo social se entiende como un evento fundamentalmente
relacional que adquiere su valor social y su significado en el uso contextual. Wittgenstein
(1953, citado en Gergen 2007), plantea que no existe un lenguaje privado, es decir, no existe
un momento anterior a la relación en el cual el individuo formule un significado, sino que el
lenguaje gana su inteligibilidad en su uso social.
De acuerdo a Wittgenstein (1953, citado en Gergen, 2007), en los juegos del lenguaje,
decir la verdad no es formar una imagen exacta de la realidad, sino participar en un conjunto
de convenciones sociales, en donde adquieren significado. Los individuos se desenvuelven
en las relaciones, donde el lenguaje funciona como un sistema de símbolos que exige tener
un dominio de todos aquellos referentes que están contenidos dentro de él y, además, exige
un proceso de constante negociación que termina finalmente contribuyendo a la construcción
de significados comunes. En este sentido nos parece pertinente lo que plantea Gergen (1996)
respecto del significado, que en nuestras relaciones humanas generamos el lenguaje, de esta

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forma los significados se vuelven negociaciones en el lenguaje. Es importante aquí la idea de


que el lenguaje logra generar significado de acuerdo al lugar que ocupa en las pautas de
relación en la interacción humana, es decir, en el intercambio humano. El autor señala que
esos intercambios se dan en las acciones complementarias: “encontramos que un individuo
aislado nunca puede “significar”: se exige otro que complemente la acción y darle así una
función en la relación. Comunicar es por consiguiente el privilegio de significar que otros
conceden” (Gergen, 1996, pág. 231)
Siguiendo la idea de que el significado se genera en la acción complementaria, Shotter
(1993) plantea el concepto de acción conjunta como una tercera fase a considerar en cómo
se construyen los significados, el autor la define como una zona en la que se encuentran los
actos del individuo y los acontecimientos de la vida social, en donde las personas coordinan
sus actividades y las vuelven “nuestra”. De este modo los significados se adecuan a las
situaciones y a las personas que se encuentran en cada una de estas interacciones. De esta
forma se entiende el lenguaje como una construcción relacional en donde el lenguaje es
acción (Shotter, 2009b).
En definitiva el lenguaje, tiene una función en la forma en cómo nos relacionamos,
utilizar un concepto en una comunidad tiene un significado para quienes forman parte de esa
comunidad, al mismo tiempo esos conceptos y usos del lenguaje se van internalizando en
nuestra identidad, ya que forman parte de nuestro interactuar y nuestras pautas de relación
con los otros, ya sea desde la idea de acción complementaria o acción conjunta, existe un
intercambio y es por ello que el lenguaje se considera como acción, dejando atrás su función
descriptiva que se remitió a representar solamente el estado de las cosas.
Finalmente nos parece pertinente señalar lo propuesto por Shotter (2009b) respecto
de la función que ha tenido el lenguaje en la sobrevivencia de la especie humana, ya que los
seres humanos hemos usado el lenguaje desde el inicio de nuestra existencia, la sobrevivencia
de la especie depende del funcionamiento del mismo.

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3. El yo socialmente construido
Con el surgimiento de la perspectiva construccionista, la forma de pensar en el sujeto
como portador de una identidad y esquemas de funcionamiento individual tales como
personalidad, comienzan a mostrar claras limitaciones (Gergen, 1991). Dado que el hombre
se ha visto expuesto a las distintas representaciones que hacen los medios de comunicación,
participa de distintos contextos comunicacionales al mismo tiempo, ya no se pueden señalar
formas únicas o criterios para autoevaluarse en términos esencialistas del ser (Gergen, 1991),
lo que quiere decir que la idea del yo individual se ve desplazada ante la imposibilidad de
identificarse con un individualismo estándar, lo cual tiene sentido si se piensa en los
fenómenos de globalización e intercambio cultural constante en las últimas décadas que
ofrecen el acceso a distintas formas de ver el mundo, lo que nos hace pensar en la
multiplicidad de formas de ser, formas de sentir o formas de comprender y construir
significados en la experiencia, dependiendo del contexto en el que se encuentre el observador.
El yo esencialista de la modernidad pierde permanencia porque ya no hay formas absolutas
para autodefinirse. Tomando lo expuesto en el punto anterior respecto del lenguaje, debido a
que el ser humano participa de la vida social en las pautas de relación que genera con conjunto
con los otros, podemos pasar de un yo individual y aislado, a un yo relacional. Así mismo lo
plantea Gergen (1991):
Cuando se enterró al yo como realidad consistente y pasó a ser construido y reconstruido
en múltiples contextos, se derivó fielmente a la fase del yo relacional, en que el sentido
de la autonomía individual dio paso a una realidad de inmersión en la interdependencia,
donde las relaciones del yo son las que lo construyen (pág. 201).

Pensar en un yo relacional abre paso a considerar la forma en cómo se entiende que se


dan las interacciones en el lenguaje. Dado que participamos en diferentes contextos, entonces
existen multiplicidad de pautas de relación de las que participamos. En este sentido Shotter
(1993) indica:
Por lo tanto, nuestros pensamientos, (...) no se organizan en un principio en el centro
interno de nuestro ser (...). Sólo se organizan en un proceso formativo o evolutivo gradual

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y de ida y vuelta que se desenvuelve en las fronteras de nuestro ser e incluye


“negociaciones éticas lingüísticamente mediadas” similares a las que realizamos en
nuestros diálogos cotidianos con otros (pág. 78).

Tomaremos la idea de internalización del mismo autor para referirnos al yo socialmente


construido, ya que en la interacción con los otros lo que compartimos son formas ordenadas
de comunicación, medida que tenemos cosas en común con los otros, en nuestras
interacciones lingüísticas vamos comprendiendo las pautas que guían el entendimiento con
esos otros o los grupos de los cuales somos parte, por medio de la negociación de los
significados (Shotter, 1993), lo que nos lleva a internalizar la información que pasa a formar
parte de nuestro repertorio de significados para cada grupo, comunidad o individuo en
específico con quien nos comuniquemos.
En este sentido, Bakhtin introduce el concepto de multiplicidad de voces, respecto de la
polifonía (Lugo, Celis, & McNamee, 2014). Por polifonía entendemos como pensamiento
privado siempre toma lugar en el lenguaje, sin lenguaje no existen pensamientos, y ya que
participamos en tantas comunidades de diferentes lenguajes, tenemos múltiples voces,
múltiples recursos para la acción, para hablar y actuar.
De la misma forma, comprender el sentido de la noción de identidad desde el
construccionismo social puede traer a la palestra una multiplicidad de características para la
definición del autoconcepto del yo, al cual Gergen (2007) se refiere desde la idea de auto-
narraciones como la forma en la cual las personas dan cuenta de su historia de
vida, construida en su relación con los otros, como “formas sociales de brindar explicaciones
o como discursos públicos” (pág. 156), la construcción de la identidad como una dinámica
conversacional y relacional.
El construccionismo social propone que la construcción de la personalidad y la identidad,
incluso a un nivel intra-psíquico, se producen de un modo dialógico y relacional, en el cual
múltiples voces actúan en un proceso argumentativo, entregando diferentes puntos de vista,
diferentes posiciones en las que ubicar al yo, en una búsqueda por encontrar una forma de
vida aceptable para otros en un contexto dado (Shotter, 2009a).

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Gergen (1991) señala “y como no hay yo fuera de un sistema de significados, puede


afirmarse que las relaciones preceden al yo y son lo fundamental (…) el yo es en la relación”
(pág. 220). En este sentido el autor plantea que la identidad del sujeto se debe a que es parte
de rituales sociales en donde juega un rol que le da sentido a su identidad. Por otro lado,
Davies & Harré (1999) promueven una idea similar a la de Shotter en el sentido de
encontrarse la construcción de la identidad fuertemente ligada al lenguaje. De esta forma,
para estos autores la identidad tiene relación con la significación de las categorías que se le
presentan a la persona a lo largo de su historia de vida, rechazando algunas e integrando otras
a su propio sistema discursivo.
Ahora bien, refiriéndonos a la idea de personalidad, Gergen (1991) señala la
personalidad pastiche como un proceso en la transformación desde el esencialismo, en cuanto
el yo toma elementos del ambiente social, imitándolos para adaptarse a diferentes situaciones
en los distintos contextos, ampliando las posibles experiencias en los roles que el sujeto
asume. Se relaciona con la idea de pluralismo de expresiones y manifestaciones en el
despliegue de los roles del yo. La multiplicidad de contextos y por tanto roles que el sujeto
asume, generan que el yo experimente una liberación de su esencia, al adaptarse a las
diferentes situaciones en la relación con los otros. Siguiendo esta línea, aparece la
construcción del yo relacional, en donde el lenguaje y el contexto están integrados en el
sistema de relaciones que forman la identidad, en otras palabras, la cultura define la
personalidad del yo en un sistema de co-construcción con otros en sociedad.

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4. La emoción socialmente construida


Habiendo planteado cómo se entienden las nociones de personalidad e identidad desde el
construccionismo social que dan forma al concepto del yo socialmente construido, podemos
comenzar a hablar de la emoción en sí vista desde el construccionismo social. De acuerdo a
esto, podemos partir desde los estudios más conocidos sobre la emoción, donde encontramos
a Ekman (1973), que propone una visión universal de las emociones, seis emociones básicas
que se traducen en las expresiones faciales de las personas de carácter intercultural. Los
hallazgos de Ekman & Oster (1981) se han desarrollado sobre la base de que las emociones
y la comunicación no verbal tienen una relación directa, así propusieron una serie de
emociones universales.
Desde la propuesta del construccionismo social, como se mencionó anteriormente, el
funcionamiento del lenguaje en las pautas de relación tiene un papel fundamental en la
construcción social de la realidad. En un mundo de lenguaje, se vuelve problemático hablar
sobre procesos mentales individuales, Gergen (1994) señala:
Desde una perspectiva construccionista, ni la mente ni el mundo tienen un status
ontológico garantizado, eliminando los supuestos fundamentadores del constructivismo
(...) Para los construccionistas, los conceptos con los que se denominan tanto el mundo
como la mente son constitutivos de las prácticas discursivas, están integrados en el
lenguaje y, por consiguiente, están socialmente impugnados y sujetos a negociación (pág.
61)
De esta forma, se rechaza la perspectiva dualista, que considera que el exterior o ambiente
está separado y actúa de forma independiente a lo interno remitido a la mente individual del
sujeto. Dicho de esta forma, el construccionismo social propone que debido a que el lenguaje
y su funcionamiento en las pautas de relación, tienen un papel fundamental en la construcción
de la realidad, entonces hablar de las emociones en diferentes términos, adquiere su
significado de acuerdo al contexto, a las negociaciones, en el intercambio humano, es por
ello que vuelve problemático referirse a emociones universales como plantea Ekman.

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Desde una perspectiva construccionista social, a la que adscribimos en nuestra


investigación y desde donde entenderemos las emociones, Gergen (1996) propone los
escenarios emocionales.
Como una propuesta para el abordaje de la emoción por Gergen (1996) plantea el
concepto de escenario emocional dando una respuesta desde la visión construccionista social.
Los escenarios emocionales son considerados una pauta de intercambio que se estipula por
medio de la interacción de dos personas o más que concluyen con un sentimiento. Para poder
formar los escenarios emocionales se requieren marcadores de conversación para la
coordinación de las acciones en un escenario común. Sin olvidar que cuando el escenario
emocional entra en marcha los participantes son capaces de transformar el camino de esta
relación, pero limitando esta libertad de decisión desde la tradición cultural presente que
legitima ciertas acciones. Por ende, cuando dos o más personas interactúan hay acciones que
llevan a ciertas emociones que pueden ser punitivas o positivas, estas pueden ser
predispuestas por medio de la tradición cultural o pueden ser cambiadas por los actores de
este escenario debido a los efectos que la emoción trae de forma individual, dando
posibilidades para el cambio de la relación.
Visto desde las posibilidades de desarrollo, los escenarios emocionales son considerados
por Gergen (1996) como formas de danza cultural, debido a cómo afecta desde tradición
cultural, traducido en “las formas disponibles pueden ser limitadas, pero las convenciones
están sujetas a erosión o acrecentamiento histórico” (pág. 211).
La idea de escenarios emociones se relaciona con que las emociones no son consideradas,
desde esta perspectiva, como procesos mentales únicos y estables, sino más bien como danzas
culturales, lo que implica que pueden variar y se construyen en la interacción humana en los
diferentes contextos, existen entonces, multiplicidad de formas de experimentarlas en tanto
existen diferentes contextos y sujetos en interacción. De esta idea se puede entender que las
emociones ya no son entendidas como un proceso únicamente individual propios del
individuo, sino que es el sujeto quien en la construcción con los otros atribuye un nombre a
sus emociones como pena, rabia, alegría, entre otros, dependiendo del contexto en que se
encuentre y el tipo de lugar que esté ocupando en la relación.

19
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Las emociones desde la perspectiva socioconstruccionista se considera como una


construcción en la interacción y por lo tanto conllevan una forma de acción social (Fredman,
2004). Las emociones son socialmente construidas en la interacción con los otros y devienen
de las diferentes culturas. Harré & Gillet (1994) sugieren que esta perspectiva deja de
considerar las emociones como procesos mentales del individuo. Bertrando (2010), señala
que toda emoción es una consecuencia y una respuesta a emociones de otro. En este sentido
se entiende que la interacción social está internalizada en el yo.

5. Los aportes del Construccionismo Social a la Terapia


Habiendo planteado las bases de lo que representa para nosotros el cambio de
perspectiva desde la modernidad hacia la posmodernidad y posicionándonos
epistemológicamente desde el construccionismo social, buscamos con nuestra investigación
exponer reflexiones en torno a las prácticas terapéuticas y a los significados que hayan
construido terapeutas adscritos a esta epistemología en nuestro país. Habiendo considerado
esto, volcamos nuestra atención hacia lo que presenta la teoría en torno a la forma de trabajo
desde el construccionismo social en relación a las emociones, para poder conocer y analizar
la situación actual de los terapeutas en Chile.
Desde la modernidad se proponen fundamentos racionales del conocimiento
empírico, esta forma de conocer la realidad por medio de la observación, ha influenciado la
práctica terapéutica en psicología clínica, que se traduce en verdades absolutas respecto de
las ideas normalidad-anormalidad y patología. La tradición terapéutica moderna se basa en
el concepto de verdad: el terapeuta busca conocer el problema real que presenta el paciente,
usando el modelo médico clásico en el que se identifica la enfermedad y se aplica un
tratamiento para contra arrestarla. Desde esta práctica clínica el terapeuta moderno busca
transformar la mente individual para generar un cambio en la conducta del paciente.
La propuesta construccionista social en terapia implica abandonar la búsqueda de
fundamentos únicos y verdades absolutas en que se apliquen para solucionar los problemas
que traen los clientes. Se consideran los significados generados socialmente y de esta forma
articular lo que existe en el lenguaje y la interacción. Esto supone el abandono de una sola
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realidad inflexible en terapia, e invita a la multiplicidad de significados en el lenguaje en el


contexto terapéutico. De esta forma, la búsqueda de una comprensión exacta y objetiva en
terapia deja de tener importancia.
La propuesta del construccionismo social señala que el significado humano es
esencial para el proceso de cambio en terapia, Gergen & Warhus (2003) señalan: “este
movimiento se aleja de la idea que ubica el significado en la mente individual para postular
que son las relaciones las que lo crean. Pasa así de una construcción individual a una
construcción social” (pág. 2)
Este cambio de perspectiva tiene implicancias en el pensamiento y la acción
terapéutica. La perspectiva construccionista social invita a comprender la terapia como un
contexto de interacción entre personas, en el cual el lenguaje construye realidades y
significados.
Al considerarse que no existe una verdad absoluta, el terapeuta no resulta ser un experto
que posee información privilegiada acerca de la realidad. En este sentido el construccionismo
social propone una terapia colaborativa (Anderson, 1999): se considera la terapia como un
contexto en el cual terapeuta y cliente construyen realidad en el lenguaje.

6. La Relación Terapéutica Colaborativa


Desde un punto de vista individualista es muy difícil separar las prácticas propias de la
medicina convencional de los procesos de psicoterapia debido a la directa focalización de los
problemas en el individuo, lo que mediante el proceso de diagnóstico resulta en etiquetar a
los pacientes en función de su condición diagnóstica (depresivo, obsesivo, entre otros) y
fuerza al sistema a operar con el objetivo de eliminar esta condición, lo que a su vez causa
en muchos casos la creencia del cliente (paciente o sistema consultante) de que no puede
aportar nada para el tratamiento de esta condición y etiqueta que le afecta, contribuyendo al
des-empoderamiento del individuo (McName, 2009a). Es por ello, que el terapeuta es un
experto que, al ser portador de conocimiento, se convierte en el que sabe, de esta forma el
cliente no participa en la construcción del proceso de terapia.

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El construccionismo social propone como alternativa, el cambio de foco desde una


postura que centra el problema en el sujeto, hacia una perspectiva relacional y colaborativa
en donde tanto terapeuta como cliente construyen la relación terapéutica. Desde la
perspectiva se propone el diálogo con el cliente, sin considerar las categorizaciones de la
modernidad sobre lo que es sano o no desde una posición de experticia (Guanaes & Rasera,
2006). Esto dado por la idea de que el terapeuta se encontrará en terapia con sujetos que se
situarán desde perspectivas diferentes de la realidad, traen consigo prejuicios y valores, de
esta forma, se propone hablar de lo “nuestro” (Guanaes & Rasera, 2006): No obstante, cabe
señalar que proponer un rol colaborativo del terapeuta no significa que, desde la perspectiva
del construccionismo social, no pueda aplicarse la autoridad del terapeuta en sesión
(McNamee, 2009b).
La responsabilidad relacional que adopta el terapeuta en la relación con el cliente, desde
el construccionismo social, busca que el primero adopte una posición en la que nunca sabrá
con qué se enfrentará en la relación (McName, 2009a). Estas posibilidades de “no saber” más
allá de lo que sucede en la relación terapéutica, abren la posibilidad de adecuarse al contexto
terapéutico y elegir una voz con la que abrir diálogos que generen elementos importantes
para el proceso (Lugo, Celis, & McNamee, 2014).

7. Algunas críticas al Construccionismo Social


Una de las principales críticas hacia el construccionismo social está relacionada con la
forma en la que esta perspectiva genera un reduccionismo en el lenguaje, de forma que la
realidad sólo puede ser experimentada mediante algún modo de lenguaje, pero, como expresa
López-Silva, (2013), existen personas que no son capaces de enunciar verbalmente ninguna
expresión, como los bebés y los sordomudos. Ante este tipo de personas que no han podido
desarrollar un lenguaje igual al del común de la sociedad, parecería según la lógica del
construccionismo que serían incapaces de percibir la realidad, ya que no pueden hablar ni
participar en conversaciones por medio de enunciados lingüísticos. Aun así, estas personas
tienen conocimiento del mundo físico sin participar en las conversaciones del cual este
depende, por lo que nos lleva a pensar en que nuestro conocimiento y experiencia son más

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que conversaciones, ante lo que el construccionismo social de Gergen no entrega una


explicación plausible. Así mismo, Ibáñez (2003) expresa una crítica respecto a las
limitaciones de la perspectiva y a los elementos que abarca, de forma que:
El problema radica más bien en que la necesaria atención prestada al ámbito de la
discursividad no haya ido de la mano de un igual interés por el campo, amplísimo, de
las prácticas de carácter no discursivo, Se ha dejado de lado los objetos que ejercen
sus efectos por medios esencialmente no lingüísticos, tales como son el cuerpo ciertas
tecnologías a las propias estructuras e instituciones sociales. (pág. 159)

Por otro lado, se ha criticado la forma en la que el construccionismo social provoca ciertos
efectos prácticos, por ejemplo, en la responsabilidad de las personas y las consideraciones
respecto a su individualidad, ya que, comprendiendo que todo acto narrado por el individuo
se encuentra en relación y “socialmente-construido”, la responsabilidad respecto a lo que
provoque lo dicho será socialmente determinada, quedando fuera de la persona (López-Silva,
2013). Respecto al tema de la responsabilidad, Ibáñez (2003) critica la falta de un aporte
significativo a la construcción del mundo de acuerdo a los intereses de la sociedad, de modo
que la perspectiva construccionista social expone una forma de ver la realidad, pero no
consigue resolver o hacerse cargo de los distintos problemas que causa, especialmente en
cuanto al relativismo que le procede.

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III. MARCO METODOLÓGICO


1. Tipo y Diseño de Investigación
La investigación es de tipo cualitativo-interpretativo dado que se adhiere a la
epistemología Construccionista Social, comprendiendo las múltiples perspectivas y
significados que los sujetos construyen en su experiencia y realidad. De acuerdo con Ruíz
(2012), la finalidad de este tipo de investigación es entender y conocer la realidad desde la
perspectiva del sujeto, interpretando los diversos significados que le atribuye a la experiencia,
por lo cual hacemos la relación con la perspectiva desde la cual nos situamos como
investigadores, el construccionismo social. Si bien debemos declarar que dicha perspectiva
teórico-epistemológica sitúa al lenguaje en términos de proceso, es decir, se centra en las
interacciones cara a cara y en cómo éstas construyen socialmente la realidad, se vuelve
relevante mencionar que nuestro objeto de estudio; el discurso de terapeutas sobre el modo
en que definen la dimensión emocional, se relaciona con ésta perspectiva del lenguaje, ya
que el discurso que vamos a investigar está construido a partir de la experiencia de dichos
terapeutas, de los diferentes contextos relacionales por los cuales ha transitado, es por ello
que declaramos interesarnos en dicho discurso para analizar el sentido que sostiene sus
significados, comprendiendo que dichos significados han sido construidos en su experiencia
social.
El diseño es de tipo no experimental, puesto que no existe un control de las variables
que estudiaremos, mientras el carácter interpretativo de nuestra investigación se puede
apreciar dado que reconstruiremos los significados otorgados a ciertos fenómenos a través
de una interacción investigador – investigado, estudiándolos en su contexto natural, de
acuerdo a los significados (Ruíz, 2012).

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2. Técnicas/herramientas/instrumentos de recolección de datos


La técnica utilizada para la recolección de datos es la entrevista semi–estructurada, la
cual posee un guión temático (Anexo N°2) en el cual el entrevistador puede introducir nuevas
preguntas para profundizar en algunos conceptos obteniendo mayor información sobre el
tema de investigación (Hernández, et al., 2010). Este tipo de entrevista se presenta como una
herramienta idónea para comprender cómo los terapeutas reconstruyen sus significados sobre
las emociones, en una lógica que avanza desde sus ideas de lo que entienden que es una
emoción, cómo se conducen de acuerdo a sus construcciones de las emociones en su ejercicio
clínico terapéutico y cómo se relacionan sus contextos de trabajo con su posición teórica. A
través del discurso de los terapeutas, entendiendo discurso como una forma de hacer
(volveremos sobre esto más adelante), lo que es concordante con la posición teórico-
epistemológica de nuestra investigación.

3. Universo, población y muestra/selección de participantes


Para seleccionar a los participantes se utilizó un tipo de muestreo no probabilístico, de
acuerdo a criterios afines con nuestra investigación (Canales, Alvarado, & Pineda, 1994), en
este tipo de muestreo los sujetos no son elementos individuales a observar, sino que son
informantes que dan a conocer su perspectiva de la realidad (Pla, 1999). Como señala
Martinez-Salgado (2012):
El interés fundamental no es aquí la medición, sino la comprensión de los fenómenos y
los procesos sociales en toda su complejidad. Muchas de las preguntas que se plantean
giran en torno al significado que éstos tienen para los sujetos que los protagonizan. (pág.
615).
Los participantes en la investigación corresponden a terapeutas que ejerzan en Chile y se
adscriben a la perspectiva construccionista social y afines (narrativas, colaborativas,
conversacionales), puesto que buscamos conocer las diversas perspectivas que tienen estos
frente a un mismo fenómeno (las emociones en el contexto terapéutico). Por lo cual los
criterios de inclusión y exclusión utilizados nos permiten contar con la experiencia de cada
uno de los participantes en el trabajo clínico, quienes a través de su relato nos entregan
información indispensable para el desarrollo de nuestra investigación.
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Criterios de inclusión Criterios de exclusión


Ser profesional de Psicología. No tener cercanía o vínculo previo con
Ejercer la profesión en Chile. alguno de los investigadores.
Adscribir al construccionismo social (o No realizar actividades académicas en la
perspectivas afines), como principal Universidad Austral de Chile, Sede Puerto
referencia teórica para el ejercicio clínico. Montt.
Contar con formación al menos de
postítulo en perspectivas sistémicas,
socioconstruccionistas, narrativas o afines.
Contar con al menos 5 años de experiencia
en la profesión.

4. Procedimientos
Primera Fase: Contacto con las personas
El primer acercamiento con los participantes de la investigación se realizó vía redes
sociales, en donde se extendió la invitación a participar en nuestra investigación en sitios
afines con el ejercicio clínico sistémico, luego por correo electrónico a terapeutas específicos
que cumplían con los criterios de inclusión, en el cual se dieron a conocer los principales
detalles de la problematización y los objetivos de la investigación. Posteriormente se
coordinaron los días y horarios vía correo electrónico, en los que se llevaron a cabo las
entrevistas, éste acercamiento se realizó vía Skype debido a la distancia geográfica de los
participantes.

Segunda Fase: Entrevista a los psicólogos.


Esta segunda fase se realizó en contacto directo con los entrevistados, se generó un
espacio en el cual se resolvieron las de los entrevistados sobre los propósitos que persigue la
investigación, y se dio lectura al consentimiento informado con registro en audio (Anexo N°

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1), además se acuerdo el envío una copia adjunta de la carta de consentimiento vía correo
electrónico. Las entrevistas tuvieron una duración promedio de 60 min.
Para finalizar se realizó el cierre de la entrevista, en el cual se agradeció la disponibilidad,
tiempo y cooperación con la investigación. Con el compromiso de enviar copia del seminario
al finalizar el proceso.

Tercera Fase: Trascripción y análisis de entrevistas


Realizadas las entrevistas a los participantes se procedió a la trascripción de éstas para
ordenar y posteriormente poder analizar la información recolectada, con la finalidad de
profundizar en la construcción de los significados de las emociones desde la perspectiva del
terapeuta. La transcripción se realizó mediante códigos respetan las interferencias durante la
entrevista y el resguardo de la privacidad de los participantes. Estos códigos son:
IN1: Investigador 1
IN2: Investigador 2
IN3: Investigador 3
Ex: Entrevistado (N°)
(…): no se logra entender lo que se dijo.

5. Modelo de análisis de datos


Santander (2011) señala que luego del giro lingüístico, que como se mencionó
anteriormente propone el lenguaje es acción, ha influido la Psicología social realzando el
interés por el análisis de los textos discursivos. El mismo autor señala que es útil considerar
leer los discursos para leer la realidad social, entiendo el discurso como lenguaje producido
como un acto de comunicación. Se entiende desde esta perspectiva que los discursos son
modos de hacer cosas, de esta forma analizar el discurso que circula en la sociedad es analizar
una forma de acción social (Santander, 2011). Esto último se vuelve coherente con nuestra
investigación, ya que el socioconstruccionismo señala que el discurso desde el lenguaje habla
sobre la persona de forma activa, tratando de analogar la experiencia humana en relación con
la palabra, así conduciéndonos al sentido de lo que la persona dice en su contexto (Shotter,

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2009b). De esta forma nos interesa comprender el sentido del discurso de los terapeutas
sistémicos adscritos al socioconstruccionismo sobre las emociones en la relación terapéutica,
entendiendo que dicha perspectiva no se refiere concretamente a las emociones en la terapia.
Esto nos conduce a escoger para una metodología de análisis de elementos del análisis
del discurso, siendo la metodología más coherente con nuestra investigación las
macroestructuras semánticas de Van Dijk (1996), porque al centrarnos en el sentido del
discurso de los terapeutas debemos en primera instancia comprender de qué forma un
discurso adquiere sentido. Al respecto Van Dijk (1996) señala que el significado de un texto
no es meramente la suma de sus proposiciones (frases) que subyacen al texto, sino que en
otro nivel debemos referirnos al significado del texto como un todo, que ordena
jerárquicamente los significados respecto de sus frases. Esto quiere decir que para poder
comprender el sentido de un texto debemos comprender cómo es su estructura semántica,
sólo de esta forma podremos hacer explícito su sentido. De acuerdo a este autor, las
macroestructuras semánticas son una forma de comprender la estructura semántica de un
discurso.
En primer lugar, explicaremos de forma jerárquica como es que funciona esa estructura
a la que se refiere Van Dijk (1996), mencionando los elementos constituyentes de dicha
estructura que utilizaremos en nuestro análisis.
x Proposiciones:
Se consideran la unidad básica para la formulación de macroestructura debido a que la
componen, según Van Dijk (1996). Las proposiciones corresponden a frases dichas en el
texto, que pueden ser extraídas del mismo, se vuelven coherentes y conectables cuando se
pueden relacionar con otras proposiciones dentro de un mismo marco tópico, a medida que
existan proposiciones que ya no responden al mismo tópico, se generan tópicos nuevos dentro
del discurso. Las proposiciones generan coherencia en el discurso. También corresponden a
estructuras conceptuales.
x Microestructura:
Corresponde a la estructura local de un discurso. Básicamente la microestructura es una
secuencia de proposiciones (frases), las que forman una unidad semántica de acuerdo a un

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tópico. Da cuenta de la coherencia y cohesión de las oraciones, de esta forma la coherencia


se da en cuanto se pueda asignar un tema o asunto al discurso.
x Tópico:
Da cuenta de la conectividad de las frases (proposiciones), a diferencia de las
proposiciones y microestructura el tópico tiene un estatus semántico, esto quiere decir que
no está explícitamente dicho en el texto. Es una función del discurso que determina acerca
de cosas se está diciendo algo. Se establecen no sólo en relación con la información explícita,
sino también en relación con la información implícita. Para que se generen los tópicos deben
establecerse relaciones entre las proposiciones.
x Macroestructura:
Es el nivel al que accederemos luego de haber identificado los niveles precedentes, la
macroestructura corresponde al sentido global del discurso, tal sentido debe derivarse de la
secuencia proposicional que subyace en el discurso, es decir, los niveles anteriores. Son la
reconstrucción teórica de nociones como tema/asunto o sentido del discurso. Es un nivel de
organización global del discurso, por lo tanto, corresponde a una caracterización semántica
de las estructuras discursivas.
x Macroreglas:
De tal forma que, para obtener macro-estructuras semánticas del discurso a través de la
organización del discurso, no sólo es necesario identificar su estructura discursiva, por medio
de la proyección semántica de las proposiciones, sino también dar cuenta de las reglas que
permiten tal organización; estas se denominan macroreglas. Las macroreglas permiten
establecer relaciones entre las proposiciones de microestructura y macroestructura semántica.
La funcionalidad de las macroreglas corresponde a la transformación de la información
semántica, con tendencia a reducir la información y organizarla. En principio las macroreglas
son cuatro: supresión/omitir, seleccionar, generalizar y construir o integrar, las primeras dos
tienen carácter selectivo, mientras que las últimas dos son constructivas.
(1) Supresión/omisión: Implica suprimir toda la información que no es necesaria para
comprender el sentido del texto, esto quiere decir, las proposiciones que den cuenta de las
temáticas de nuestro tema de investigación.

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(2) Selección: Se selecciona la información relevante dentro del sentido global del
discurso; constituye el reverso de la operación anterior.
(3) Generalización: Dada una secuencia de proposiciones, se hace una proposición que
contenga un concepto derivado de los conceptos de la secuencia de proposiciones, y la
proposición así construida sustituye a la secuencia original. Las proposiciones se pueden
generalizar cuando se puede establecer relación entre ellas.
(4) Construcción/integración: Dada una secuencia de proposiciones, se hace una
proposición que denote el mismo hecho denotado por la totalidad de la secuencia de
proposiciones, y se sustituye la secuencia original por la nueva proposición (Van Dijk, 1996).
Debido a que el instrumento de análisis ha sido planificado y realizado con el objetivo de
que cada sección de la entrevista responda a los objetivos de investigación, además
considerando nuestro enfoque de investigación construccionista social, hemos decidido para
fines de nuestra investigación daremos énfasis a las últimas dos macroreglas en el análisis
del texto.
Ahora que hemos explicado brevemente los elementos a tener en cuenta en el análisis de
discurso a través de macro- estructuras semánticas de Van Dijk, nos centraremos en lo que
es factible para fines de nuestra investigación de acuerdo a esta propuesta metodológica.
Nuestro procedimiento tendrá en cuenta el contexto de la terapia en el cual se enmarca, es
por ello que de acuerdo a los tópicos que identificamos en el texto nos enfocaremos en los
alusivos a la terapia.

Procedimiento de análisis
El análisis contó con los siguientes pasos:
1. En primera instancia se divide el grupo en dos partes: una dupla y un trío, con el
objetivo de realizar triangulación de investigadores, el cual según Okuda &
Gómez-Restrepo (2005) se caracteriza por la observación o análisis de fenómeno
es llevado a cabo por diferentes personas, y así generar dos resultados por medio
del análisis de macroestructura semántica.

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2. Dentro de cada grupo, cada integrante de forma individual a través de la función


“Comentarios” del programa Microsoft Word 1.7 disponible en el sistema
operativo Windows XP o superior, identificó las proposiciones correspondientes al
análisis, tomando en cuenta los objetivos específicos de la investigación que tenía
cada pregunta y así mismo en la respuesta.
3. Para realizar el análisis dentro de cada grupo se realizó un “Cuadro” del programa
Microsoft Word 1.7 disponible en el sistema operativo Windows XP o superior,
donde se tipificaron de las tres entrevistas juntas, en filas las proposiciones (P) y
las macroestructuras (m), incluyendo los tópicos (T) de cada una.
4. Se realizó triangulación de proposiciones dentro en cada grupo, comparando y
generando un documento de las proposiciones (P) seleccionadas.
5. A partir de las proposiciones seleccionadas (P) formulamos tópicos (T) los cuales
conservan relación con los objetivos específicos de la investigación.
6. Para poder generar macroestructuras (m) a partir de las proposiciones (P) de cada
tópico (T) se genera secuencias de proposiciones por medio de macrorreglas de
Van Dijk.
7. Para poder realizar la triangulación entre los grupos juntamos y comparamos los
cuadros de resultados de macroestructuras, generando un nuevo “Cuadro” de
resultados con las macroestructuras.
8. En conjunto realizamos un nuevo análisis de macroestructura semántica, utilizando
secuencias de macroestructuras (m) relacionadas por los objetivos específicos por
medio de macroreglas de Van Dijk generando nuevas macroestructuras (M).

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6. Consideraciones éticas
Para poder otorgar transparencia a lo largo del desarrollo de la investigación se deben
tener en consideración ciertas formas de manejo de la información otorgada por los
participantes, según código de ética del profesional del Colegio de Psicólogos de Chile
(1999):
- Construcción de un consentimiento informado con la finalidad de proteger la
resguardar el manejo de la información otorgada por los participantes durante
las entrevistas, clarificando que su participación será registrada en formato de
audio para ser transcritas con posterioridad (Art. 15). No se registrarán datos
personales y la información otorgada sólo será utilizada en el contexto
académico que se realiza nuestra investigación.
- Las transcripciones de entrevistas quedarán anexadas al documento final sin los
datos personales de los participantes, cuidando así la confidencialidad del
proceso de entrevista (Art. 11).
- La credibilidad de la investigación será respaldada por una triangulación entre
los entrevistados, los investigadores y los asesores metodológico y académico
respecto a lo interpretado.
- La auditabilidad será corroborada por expertos asesores metodológico y
académico de la Universidad Austral de Chile, quienes verificarán la calidad de
los datos recogidos y su interpretación.
Para la validación de los datos de la investigación se utilizó el método de según Arias (1999)
triangulación, esta técnica asume convencionalmente el uso de múltiples observadores en el
estudio de un mismo objeto para la validación de un resultado en común. Esta técnica busca
responder a la lógica de la investigación cualitativa donde “la naturaleza del objeto y la
eficacia de los métodos orientan la reflexión del investigador para aproximarse y dar cuenta
de los fenómenos que son pertinentes, socialmente, de ser estudiados” (Arias, 1999, pág. 2).
En lo que respecta a la validación que realizó el sujeto se puede mencionar que éste tuvo
asidero en relación al análisis que el tesista interpretó de su discurso.

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IV. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS


Los resultados que se presentan a continuación, fueron obtenidos a partir de tres
entrevistas realizadas a terapeutas sistémicos adscritos al construccionismo social en su
práctica psicoterapéutica. Se organizaron de acuerdo a la metodología escogida en base a las
macroestructuras semánticas de Van Dijk, construidas a partir del corpus de análisis y
triangulación grupal. Las macroestructuras fueron dando cuenta de las temáticas de sentido
que sustentan el discurso de terapeutas, en el modo en que definen la dimensión emocional,
las que se organizaron de acuerdo a los objetivos específicos planteados en nuestra
investigación, que se relacionaron con elementos de la experiencia personal, de la experiencia
académica y de la experiencia laboral. Sin embargo, no fue posible ordenar secuencialmente
las macroestructuras de acuerdo a dicha organización, debido a que los ámbitos de la
experiencia personal, académica y laboral, se vinculan de forma recursiva en la experiencia
de los terapeutas, dando cuenta de una causalidad circular en el modo en que definen la
dimensión emocional. Es por ello, que se organizaron de acuerdo a niveles de profundidad
semántica, en este sentido primero pudimos dar cuenta de los principios que orientan la
práctica psicoterapéutica de terapeutas sistémicos adscritos al construccionismo social, con
el objetivo de situarnos en el contexto de la psicoterapia.

Los niveles de profundidad de las macroestructuras semánticas se relacionan con que


existen macroestructuras que dan sustento semántico a otras, esto quiere decir que ciertas
macroestructuras se encuentran en un nivel más profundo de sentido que otras, esto se puede
apreciar en los esquemas presentados más abajo. Si bien el análisis permitió dar cuenta de
estos niveles, éste aún podría permitir niveles más profundos de sentido, lo cual se podría
presentar como una posibilidad de continuar analizando los datos.

En un comienzo se presentan las macroestructuras que se relacionan con la relación


terapéutica y el papel de la dimensión emocional en dicho contexto, en esta primera parte
pudimos dar cuenta de 6 macroestructuras relacionadas con el lugar de la dimensión
emocional en la relación terapéutica, y el modo en que ideas como respeto, horizontalidad y
relacionalidad sustentan semánticamente el discurso de los terapeutas, ésta primer aparte se

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podría entender como los principios más generales que conducen su trabajo psicoterapéutico.
Luego nuestro análisis se relaciona con macroestructuras que dan cuenta de la utilización de
las emociones por parte de los terapeutas y finalmente el modo en que se posicionan en su
trabajo terapéutico de acuerdo a su perspectiva construccionista social.

m3.2 (G) El terapeuta se posiciona


desde la horizontalidad respecto al
relato del consultante, pero es
experto en llevar una conversación
con fines terapéuticos.

m3.3 (C) Debe existir una relación m2.7 (G) Las


M~1 (G) Las emociones
colaborativa que genere el espacio emociones son
son espacios que emergen
para poder recibir una fundamentales para
retroalimentación en los distintos en la relación con otros y
el establecimeinto
contextos respecto a los procesos adquieren significado en el
de la relación
terapéuticos. contexto.
terapéutica.

m3.4 (G) Que el terapeuta se


posicione desde el respeto y la
honestidad contribuye a que
transparente su monólogo interno en
la terapia, permitiendo la emergencia
de emociones en una relación
terapeutica genuina y de confianza.

Un primer aspecto a considerar se relaciona con la relación terapéutica, la que de acuerdo


al discurso de los terapeutas se podría comprender desde una posición horizontal. Se podría
entender que la horizontalidad apunta hacia la posición del terapeuta en la conversación, la
cual se entendería como experta solo en cuanto el terapeuta genera movimientos con fines
terapéuticos, sin embargo, el sistema consultante es experto en su relato e historia de vida:
m3.2 (G) El terapeuta se posiciona desde la horizontalidad respecto al relato del
consultante, pero es experto en llevar una conversación con fines terapéuticos.

A partir de lo anterior, se podría desprender otra macroestructura relacionada con la


relación terapéutica, ésta se refiere a la relación colaborativa, que se podría comprender como
una posición del terapeuta hacia generar un espacio en el que las decisiones se tomen en
conjunto con el sistema consultante, esto estaría relacionado con que el terapeuta comparte

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cierta información en la relación terapéutica, la que conduce a que pueda recibir


retroalimentación en su relación con el sistema consultante, esto se vuelve relevante dentro
del discurso de los terapeutas debido a que, se podría comprender que los diferentes contextos
clínicos que ha transitado el terapeuta, generan retroalimentación que aporta a su práctica
terapéutica. Esta macroestructura se podría relacionar con los elementos vinculados a la
experiencia laboral de terapeutas con el modo en que definen la dimensión emocional: M3.7
(C) Debe existir una relación colaborativa que genere el espacio para poder recibir una
retroalimentación en los distintos contextos respecto a los procesos psicoterapéuticos.

Considerando las macroestructuras mencionadas sobre la relación terapéutica, se podría


plantear que, de acuerdo al discurso de los terapeutas, en ese contexto relacional las
emociones jugarían un papel central: m2.7 (G) Las emociones son fundamentales para el
establecimiento de la relación terapéutica. De acuerdo a esto, se podría decir que los
terapeutas consideran que la dimensión emocional es fundamental la relación terapéutica,
ésta temática se vuelve central al sustentar el discurso de los terapeutas respecto a la
dimensión emocional en su práctica psicoterapéutica.

En este plano, la experiencia académica estaría ligada a un elemento vinculado a


considerar las emociones como experiencias de la vida social, que emergen en el contexto
relacional en donde adquieren significado, esta idea permite pensar en las emociones en
términos relacionales y se vincula con el modo en que los terapeutas las comprenden: m2.1
(G) Las emociones emergen en el contexto relacional en donde adquieren significado, lo
que conduce a percibirlas como singulares. De acuerdo a lo planteado, considerar que las
emociones emergen en el contexto relacional, estaría ligado a considerar que las emociones
son singulares, esto quiere decir que los terapeutas comprenderían que al tratarse de
diferencias contextuales, se podría entender que la singularidad apunta a que el significado
que adquieren las emociones varía de un contexto a otro. Ésta macroestructura se relaciona
con la anterior, y se podría comprender que las emociones en términos relaciones son
apreciadas por los terapeutas como fundamentales para establecer vínculo con el sistema
consultante, lo que implicaría que consideren que la dimensión emocional se encuentra

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presente en dicho contexto relacional en donde emerge en la interacción con el sistema


consultante.

En la misma línea, de acuerdo a considerar que la dimensión emocional participar de la


relación terapéutica, se podría comprender que ésta macroestructura estaría ligada a una
macroestructura en un nivel más general, que sustentaría la macroestructura anterior: m3.1
(C) El terapeuta incluye su emocionalidad en la relación terapéutica porque no pretende
una neutralidad (psicodinámica) ni un enjuiciamiento. De acuerdo a esta macroestructura,
existiría un contraste con los modelos psicodinámicos, que se caracterizaría en que los
terapeutas no dejan fuera su propio emocionar, sino más bien, la incluyen con fines
terapéuticos. En este sentido se podría pensar que los terapeutas hacen uso de su propio
emocionar en la terapia, lo cual se alejaría de la pretensión de neutralidad psicodinámica que
los mismos plantean, y esa idea generaría que los terapeutas no se posicionen desde el
enjuiciamiento, que se podría comprender como un alejamiento en términos emocionales,
por parte del terapeuta, en el sentido de no considerar su propio emocionar, y de cierta forma,
no volverse consciente del acontecer relacional de las mismas. Ésta idea conduce
directamente a la siguiente macroestructura que se podría relacionar con una posición del
terapeuta en la relación terapéutica respecto a incluir su propio emocionar en la terapia, con
fines terapéuticos.

En este punto, se podría señalar que considerar su propio emocionar dentro en la relación
terapéutica, se sustenta en una macroestructura que tendría que ver con la posición del
terapeuta en la relación terapéutica desde la idea del respeto: m3.4 (G) Que el terapeuta se
posicione desde el respeto y la honestidad contribuye a que transparente su monólogo
interno en la terapia, permitiendo la emergencia de emociones en una relación terapéutica
genuina y de confianza. En este sentido, se podría comprender que el respeto es señalado
por los terapeutas como un aspecto esencial en su posición dentro de la relación terapéutica,
ya que al posicionarse desde ahí, esto contribuiría a que el terapeuta pueda transparentar su
monólogo interno, el que de acuerdo a lo expresado por los mismos, estaría ligado a aquellas
ideas que aparecen cuando el terapeuta resuena con el sistema consultante, de acuerdo a esto,

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hacer uso del monólogo interno, aportaría a transparentarlo y de esa forma movilizaría la
conversación terapéutica con fines terapéuticos. Además, esto estaría ligado a establecer una
relación genuina y de confianza con el sistema consultante.

m1.2 (G) La historia de vida


del terapeuta conduce a ciertas
emociones que se ponen en
juego en la terapia.

m1.1 (G) La resonancia m2.4 (G) El


emocional desde la historia de terapeuta utiliza M~3 (G) El efecto de la
vida del terapeuta que acontece en sus propias emocionalidad del terapeuta
la relación con el sistema
consultante, permite percibir
emociones como puede ser diferente
ambientes emocionales que recursos, hipótesis dependiendo de la interacción
movilizan decisiones en al y estrategias con con el sistema consultante.
terapia. fines terapéuticos.

m1.3 (G) El terapeuta debe


hacerse consciente de las
emociones que surgen en la
relación terapéutica para que
pueda utilizarlas.

Lo anterior estaría relacionado con las macroestructuras que sustentan el ámbito de la


experiencia personal del terapeuta, que, de acuerdo a lo planteado, tendería primero a
relacionarse con el modo en que la historia de vida del terapeuta conduce a que perciba su
propio emocionar en la relación terapéutica: m1.2 (G) La historia de vida del terapeuta
conduce a que aparezcan ciertas emociones que se ponen en juego en la terapia. La historia
de vida del terapeuta se encontraría enmarcada principalmente en la resonancia de ciertas
emociones que han sido significativas, y que han estado presente en otros contextos
relacionales en los cuales los terapeutas han participado a lo largo de sus vidas, destacaría en
este punto, los roles de género y la presencia de figuras significativas.

Otro elemento vinculado a la experiencia personal, estaría relacionado con la resonancia


emocional, la cual se vincularía directamente con la historia de vida del terapeuta y con la
idea que sustenta que las emociones acontecen en el contexto relacional: m1.1 (G) La

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resonancia emocional desde la historia de vida del terapeuta que acontece en la relación
con el sistema consultante, permite percibir ambientes emocionales que movilizan
decisiones en la terapia. La resonancia emocional estaría conceptualizada en el discurso de
los terapeutas como, el modo en el que perciben que participan de la experiencia emocional
en la relación terapéutica, desde la conversación o elementos que no son llevados a las
palabras, que se encuentran en un espacio implícito del sentido. Se utilizaría el término
resonar como un estar con el otro en la relación terapéutica, y desde esa idea se podría
entender que participar del espacio en el que emergen ciertas emociones, implica también
que el terapeuta incluya su propio emocionar, esto último con fines terapéuticos que serán
explicados más adelante.

Un tercer elemento de la experiencia personal estaría ligado a que el terapeuta se vuelva


consciente de su propio emocionar: m1.3 (G) El terapeuta debe hacerse consciente de las
emociones que surgen en la relación terapéutica para que pueda utilizarlas en terapia.
Este elemento estaría relacionado con el hacer uso del propio emocionar en la relación
terapéutica, se relaciona con la posición del terapeuta desde la idea del respeto y la pretensión
de transparencia con el sistema consultante. Hacerse consciente apunta a dar cuenta de que
ciertas temáticas o elementos implícitos de la relación se relacionan con el propio emocionar
del terapeuta. Éste elemento sustentaría el discurso de los terapeutas respecto a los primeros
años de experiencia laboral en base al abordaje de la dimensión emocional, ya que, se podría
pensar que al no hacerse conscientes de su propio emocionar, eso habría conducido a no
utilizarlas y de cierta forma a no transparentar el monólogo interno del terapeuta, ésta
característica de la práctica psicoterapéutica es señalada como un aspecto central, y que
aparece a medida que los terapeutas van adquiriendo experiencia en la práctica terapéutica.

Ligado a lo anterior, un elemento de la experiencia laboral que se podría relacionar se


refiere al modo en que los terapeutas utilizan su propio emocionar en la relación terapéutica:
m2.4 (G) El terapeuta utiliza sus propias emociones como recursos, hipótesis y estrategias
con fines terapéuticos. Anteriormente se mencionó que uno de los hallazgos se relaciona con
que, los terapeutas utilizan su propio emocionar con fines terapéuticos, en este sentido

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destaca que un fin terapéutico se podría comprender como el uso del recurso, hipótesis y
estrategias. Se podría señalar que utilizar el propio emocionar del terapeuta como recurso
conduce a que se puedan movilizar ciertas temáticas en la conversación terapéutica, con una
finalidad que se relaciona con el relato del sistema consultante, así como también el uso de
hipótesis podría orientar las preguntas relacionadas con ciertas temáticas, se podría
comprender que las hipótesis se relacionan con las ideas que el terapeuta utiliza en la
conversación en forma de preguntas, ésta ideas tentativas tendrían la finalidad de abrir
espacios de conversación acerca la dimensión emocional. En la misma línea, las estrategias
estarían ligadas a la estética de la intención con la que los terapeutas movilizarían las
diferentes preguntas destinadas a explorar esa dimensión. Ésta macroestructura sustentaría la
idea de que los terapeutas no pretenden neutralidad, sin embargo, llevan su propio emocionar
con fines terapéuticos a la relación.

Un elemento relevante vinculado a la experiencia laboral del terapeuta, se relaciona con


el modo en que opera su propio emocionar en los diferentes contextos relacionales por los
que transita en términos psicoterapéuticos, esto estaría ligado a que el terapeuta marca una
línea de diferencia de acuerdo a el efecto que tendría su propio emocionar dependiendo del
sistema consultante con el cual se relacione: m2.12 (C) El efecto de la emocionalidad del
terapeuta puede ser diferente dependiendo de la interacción con el sistema consultante. En
este sentido, transitar por diferentes contextos relacionales, en términos de relación
terapéutica, estaría ligado a establecer diferentes vínculos con el sistema consultante, en
donde operaría la resonancia emocional antes mencionada, esto se podría relacionar con que
el propio emocionar del terapeuta tiene una suerte de efecto en el vínculo que establecen con
el sistema consultante. De acuerdo a esa idea, y considerando la macroestructura anterior,
el utilizar su propio emocionar estaría ligado a tomar decisiones en base al vínculo con
el sistema consultante, ya que se podría pensar que el efecto varía de acuerdo al tipo de
relación que se establezca.

En cuanto al abordaje de la dimensión emocional en la relación terapéutica, se podría


relacionar la macroestructura anterior en base a las decisiones que el terapeuta toma, al modo

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en que abordan esa dimensión en la terapia: m2.10 (G) La flexibilidad en la práctica


terapéutica permite al terapeuta acceder a la emocionalidad del sistema consultante. De
acuerdo a la utilización del propio emocionar, el terapeuta genera movimientos en la terapia
pero desde la idea de que las emociones acontecen en la relación, estos movimientos se
podrían relacionar también con el emocionar del sistema consultante. En este sentido, aparece
la flexibilidad, que se podría relacionar con el modo en que los terapeutas abordan la forma
de las intervenciones terapéuticas, eso se podría relacionar con que la forma de la terapia en
el abordaje de la dimensión emocional, se flexibiliza en base a la idea de que las emociones
no son fijas sino relacionales, esta macroestructura estaría sustentada en la macroestructura
relacionada a la singularidad de las emociones, ya que se podría comprender que considerar
que las emociones adquieren diferentes significados en los diferentes contextos, podría
conducir a que la forma de la terapia sea flexible.

A partir de la idea de la flexibilidad, se podría comprender que existen técnicas que los
terapeutas utilizan para abordar la dimensión emocional en terapia: m2.9 (C) Las emociones
pueden ser abordadas en terapia a través de técnicas narrativas que permiten compartir
un lenguaje en común. Ciertas técnicas utilizadas en terapia por los terapeutas, se relacionan
con técnicas del modelo narrativo, las que permitirían poder compartir un lenguaje común
con el sistema consultante, esta macroestructura se relaciona con elementos de la dimensión
emocional a los que se podría señalar que los terapeutas están atentos en la relación
terapéutica, uno de estos elementos se podría entender que es el lenguaje en común, ésta idea
se podría relacionar con que los terapeutas consideran que las emociones acontecen en la
relación y es por ello que, al abordar esa dimensión en la terapia, promueven el uso de
técnicas que permitan visualizar y compartir un lenguaje común: m3.5 (G) El terapeuta debe
encontrar un lenguaje en común con el consultante explicitando las emociones, para
posibilitar el cambio. De acuerdo a esto, explicitar estaría ligado a llevar la dimensión
emocional al espacio de conversación en la relación terapéutica, en este sentido se podría
relacionar con el uso de técnicas narrativas, al utilizar un método que permite un lenguaje en
común, podría fomentar que se expliciten las emociones, esto relacionado al cambio
posibilitaría fines terapéuticos que generen movimientos en la terapia.
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Habiendo formulado lo que se podría comprender como principios y entendimientos de


los terapeutas respecto a la posición que ocupa en la relación terapéutica, al modo en que su
propio emocionar participa de ese contexto relacional y a la forma en cómo abordan la
dimensión emocional en terapia, sería pertinente mencionar el modo en que comprenden la
dimensión emocional y la caracterizan. De acuerdo al discurso de los terapeutas la dimensión
emocional no sería conceptualizable desde una perspectiva única, sin embargo, podrían
existir características que ayudarían a orientar la comprensión relacional de las mismas: m2.2
(G) En la dimensión emocional existen experiencias previas al texto que están
relacionadas con disposiciones corporales. Que en la dimensión emocional existan
experiencias previas al texto, estaría ligado principalmente a la idea del espacio implícito del
sentido, del cual se podría comprender que los terapeutas señalan como un espacio que no es
alcanzado por el lenguaje en cuanto palabras, pero que se encontraría participando de las
interacciones con el sistema consultante, de acuerdo a esta idea se podría decir que los
terapeutas están atentos a aspecto analógicos de la relación terapéutica, en los que tendría
cabida la dimensión emocional: m2.6 (G) El terapeuta debe estar atento a los elementos
analógicos de la dimensión emocional, siendo explicitados en la relación terapéutica.

En la misma línea, m2.7 (G) Dentro de la dimensión emocional existen elementos


implícitos que están presentes en la interacción, lo que se denomina atmósferas
emocionales. Las atmósferas emocionales podrían comprenderse como un espacio de la
interacción en donde habita la dimensión emocional, entendidas como experiencias en la vida
social. De acuerdo a esto, se podría pensar que los terapeutas comprenden que ese espacio
no está determinado por las palabras, que son elementos implícitos y que esa idea es similar
a pensar en elementos analógicos en la relación terapéutica. Este espacio sería
problematizado por los terapeutas adscritos al construccionismo social en su práctica
terapéutica, en el sentido de la considerar que el construccionismo social no abordaría los
elementos inmediatos de la experiencia, y en la práctica clínica, no se habría dado cuenta del
modo en que se resuelven esos elementos: m3.2 (G) La materialidad de la experiencia son
elementos que influyen en la terapia y que la terapia construccionista social no ha
considerado, pero están presente. Esta macroestructura sustentaría las anteriores en el
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sentido de pensar la práctica terapéutica adscrita al construccionismo social, en base a lo que


se podría entender como limitaciones. De acuerdo al discurso de los terapeutas, existe un
espacio material de la experiencia que no ha sido formulado desde las concepciones teóricas
del construccionismo social, que se encuentran presente en la terapia y en la relación
terapéutica, lo cual se podría comprender que los lleva a hacer uso de herramientas creativas
en el abordaje emocional en ese espacio del sentido.

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V. DISCUSIÓN
De acuerdo a los resultados presentados en nuestra investigación, expuestos de acuerdo
a las macroestructuras semánticas según Van Dijk, es posible señalar el cumplimiento de
nuestros objetivos específicos en cuanto fue posible analizar los elementos de la experiencia
académica y laboral que sustentan el sentido del discurso de los terapeutas en el modo en que
definen la dimensión emocional en su práctica psicoterapéutica, así como el modo en que a
partir de dichos elementos los terapeutas ejecutan el ejercicio terapéutico. Sin embargo, es
posible señalar de acuerdo a nuestra investigación que los elementos vinculados a la
experiencia personal dieron cuenta principalmente de la relación terapéutica en la que los
terapeutas se sitúan, más allá de mencionar la propia historia de vida, por lo que pareciera
ser que la experiencia personal del terapeuta está delimitada (en la mayoría de los casos) a la
interacción con el sistema consultante. A partir de esto aparecen conceptos como la
resonancia emocional, de cómo influye su historia de vida en dicho proceso, y del modo en
que se vuelven conscientes de cómo se posicionan en la terapia de acuerdo a la dimensión
emocional.

Para nuestro primer objetivo específico, sobre los elementos de la experiencia personal
de terapeutas que se relacionan con el modo en que definen la dimensión emocional en su
trabajo terapéutico, podemos denotar que se completó y se encontraron hallazgos interesantes
en la medida en que se puede llegar a pensar en cómo el construccionismo social está
matizado por las ideas y tradiciones ligadas a la historia de vida de quienes lo aplican, tal
como apareció al analizar las respuestas recibidas por terapeutas adscritos a esta perspectiva,
de forma en que el sentido de la experiencia personal pareciera estar ligado a la forma en la
que van siendo entendidas las emociones propias y cómo esto permite volver a construir el
sentido en conjunto con el sistema consultante. Para entender mejor esta idea, se puede
ejemplificar en cuanto se pudo observar que los terapeutas utilizan sus propias emociones
con fines terapéuticos, comprendiendo que estas tienen un contexto y una historia que
contribuye al nacimiento, en la relación con el sistema consultante con el que estén
trabajando, de una nueva emoción o ambiente emocional que es único (o singular, en palabras
de los entrevistados) para esa relación en particular, pero que está co-construido por las
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experiencias personales de ambos actores. Por ello, se vuelve relevante en su discurso la idea
de que las emociones propias y la experiencia personal que han adquirido sean utilizadas
siempre con fines terapéuticos, no como una necesidad por parte del terapeuta, sino como
una forma de fortalecer la relación terapéutica mediante la transparencia y la honestidad
explícita desde el terapeuta, lo que permite que se logre una relación colaborativa con el
sistema consultante (o cliente) en donde ambos puedan llegar a construir y darle un espacio
a los significados desde la emocionalidad.

Este involucramiento por parte del terapeuta en la práctica clínica, haciendo consciente o
utilizando sus emociones estratégicamente, podría relacionarse con las ideas de Shotter en
cuanto a lo retórico respondiente, comprendiendo que la forma en la que los terapeutas
utilizan sus emociones busca provocar una respuesta en los clientes que logre resultados
terapéuticos, lo que a su vez va construyendo la identidad del terapeuta mediante la
consciencia de los elementos de su experiencia personal que lo afectan de mayor o menor
manera en los procesos terapéuticos. Esta construcción de la identidad de los terapeutas se
puede relacionar con las ideas de Shotter en cuanto a la forma en la que el lenguaje entrega
sentido y produce movimiento, ejecutando una doble función al representar un recurso
terapéutico para los clientes y contribuyendo a la práctica e identidad de los terapeutas,
quienes van internalizando elementos de las conversaciones en los procesos de psicoterapia
en donde se ponen en juego sus propias emociones.

Por otra parte, aparece dentro de los hallazgos desde la experiencia personal de los
terapeutas, las ideas que tienen que ver con la resonancia emocional utilizada en los procesos
de psicoterapia por parte de los terapeutas y el lugar que ocupa esta idea en su discurso. lo
que podría relacionarse desde la teoría con el modo en que el yo es socialmente construido
desde la perspectiva construccionista social en la cual nos situamos, al considerar que cuando
nos encontramos en interacción con los otros, a través del lenguaje construimos nuestra
identidad, consideramos que desde esta perspectiva la resonancia emocional se vería ligada
a que el terapeuta transita por diferentes contextos relacionales en su práctica terapéutica y
conduce a que pueda percibir ambientes emocionales de los cuales participa. Este elemento,

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luego del análisis e interpretación de nuestros resultados, se volvió un aspecto fundamental


para dar respuesta al primer objetivo específico de nuestra investigación, puesto que los
puntos en los cuales la historia de vida del terapeuta y el cliente se conectan en las sesiones
pueden ser utilizados para generar una relación colaborativa y la transparencia del proceso
terapéutico. La resonancia emocional es, por tanto, un elemento que surge en la relación y
que está construido por terapeuta y cliente, como lo explica Elkaïm (2009) “[La resonancia
emocional] nace de la construcción mutua de lo real que se opera entre aquel que la nombra
y el contexto en el cual él se descubre a punto de nombrarla” (pág. 142).

En cuanto a los elementos vinculados a la experiencia académica y laboral de terapeutas


sistémicos y cómo estos se relacionan con el modo en que definen la dimensión emocional
en su trabajo terapéutico, es posible comprender los elementos académicos desde una
posición más básica en el discurso de los terapeutas, que podría estar relacionada a su cultura
dominante, como algo que les sirvió para tener un conocimiento base de lo que significan las
emociones, partiendo desde las ideas más cercanas a la emoción como es la disposición
corporal, incluyendo los elementos del construccionismo social y la terapia sistémica, en
donde se puede encontrar una menor cantidad de elaboración teórica respecto al tema de las
emociones. Estas nociones teóricas sobre la emoción, según la interpretación de nuestros
resultados, se ve enfrentada con los elementos de la experiencia laboral que identificamos,
en donde los terapeutas llegan a la comprensión de la emoción en terapia como un fenómeno
más amplio de lo que puede describirse en la textualidad del lenguaje, contrastando la visión
del construccionismo social por parte de autores como Gergen, en donde el giro lingüístico
tiene una influencia importante. Esta idea nos lleva a plantear que existen aspectos de la
emoción que se encuentran implícitos y están ligados a la experiencia, que no son posibles
de ser abarcados por las palabras que se les puedan atribuir. De acuerdo a lo anterior, es
posible hablar de una materialidad de la experiencia que se encuentra fuera de las premisas
del construccionismo social clásico, al menos en los aspectos técnicos. Sin embargo, los
terapeutas se las han arreglado para lograr abarcar esta dimensión de las emociones en terapia
mediante el uso de técnicas narrativas, visuales, artísticas y otros tipos de expresión que
lleven a un lenguaje en común entre terapeuta y cliente.
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En nuestros resultados los terapeutas presentan un lugar importante en su discurso a la


singularidad de la emoción, desde la consideración que las emociones surgen desde las
relaciones humanas y son diferentes en cada contexto en las que se dan, y haciendo énfasis
en que esto puede resultar una obviedad visto desde las perspectivas más posmodernas de la
realidad, pero que no siempre es fácil para los terapeutas (especialmente aquellos que están
comenzando a hacer terapia) darse cuenta en cada momento de que la emoción se da de forma
diferente, ya que existe una pretensión de considerarla como la misma experiencia desde la
propia historia de vida del terapeuta o desde lo que conoce y maneja por teorías psicológicas.
Por lo tanto, la singularidad aparece como un concepto dinámico al cual es necesario prestarle
mayor atención desde el construccionismo social en cuanto a las emociones para evitar caer
en la idea de universalidad planteada por la modernidad, que como hemos revisado se
contrapone con las ideas asociadas a la posmodernidad.

Otro aspecto a considerar en el análisis a través del discurso de los terapeutas, es cómo
se relaciona su perspectiva construccionista sociale con su contexto de trabajo y la posición
que estos adoptan en el mismo. De acuerdo a esto se rescata la idea de la utilización del
construccionismo social como técnica o recurso para el trabajo terapéutico puesto que
estimula la flexibilidad terapéutica, incluyendo la integración de las emociones con este fin.
Sin embargo, se pudo apreciar de acuerdo a nuestro análisis, cierta dificultad para utilizar
esta flexibilidad desde el modelo, al verse enfrentada a distintos tipos de contextos laborales
en los cuales los terapeutas pueden ejercer, sobre todos en aquellos donde el trabajo se
encuentra delimitado en cuanto a líneas de acción a seguir o los procedimientos que están
preestablecidos institucionalmente.

Así mismo los principales hallazgos en nuestra investigación tiene relación con la forma
de entender las emociones desde los terapeutas entrevistados como un recurso a utilizar en
terapia, esto se puede identificar claramente en el análisis de las macroestructuras que arrojan
los resultados, ya que en la mayoría de estas aparecen las emociones como un elemento a
utilizar en la terapia, ya sea llevándola a la conversación, haciéndola consciente mediante la
materialización de la experiencia emocional (por ejemplo, mediante el uso de técnicas

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narrativas) o siendo utilizada como una estrategia para guiar el curso del proceso de
psicoterapia. Sin embargo, los terapeutas expresan en su discurso que pueden existir impasses
o dificultades para reconocer y trabajar con algunas atmósferas emocionales, dependiendo
de la relación a la que se llegue con el cliente. Por esta razón es que hacen énfasis en la
importancia de establecer una buena relación terapéutica y mantener un proceso colaborativo,
lo que está relacionado con las ideas presentadas desde el construccionismo social y las
terapias narrativas.

Por otro lado, nos parece interesante denotar esta forma de comprender las emociones
como un recurso a utilizar, debido a la forma en la que los terapeutas consideran el
construccionismo social en sí en su labor terapéutica, en donde esta teoría epistemológica
ocupa un lugar en lo que respecta a la práctica, integrando elementos que ayudan a la
realización de una práxis clínica con atributos éticos y colaborativos ligado a la teoría
sistémica, pero manteniendo también elementos teóricos referentes a otras teorías que no se
consideran en la perspectiva construccionista social, como es la comprensión de las
emociones como disposiciones corporales desde autores como Maturana.

El construccionismo social como ya hemos definido en el marco teórico de esta


investigación, es una epistemología que nace desde la crítica de la modernidad, así como a
las teorías aferradas a nociones de universalidad que dejan de lado la importancia del
contexto y las diferencias presentes, dando también espacio para la reflexión y la
reformulación por parte del terapeuta. Esto nos lleva al escenario de nuestra investigación en
donde se pueden apreciar ciertas críticas hacia el propio construccionismo social a través del
sentido de las macroestructuras semánticas, pero a la vez tomando elementos de la
perspectiva para la práctica clínica, con la inclusión de ciertas pautas culturales y de
relaciones de poder que son ejercidas desde esta perspectiva. Esta incongruencia aparente de
criticar al construccionismo social desde fuera y a la vez adoptar ciertos elementos que el
modelo plantea tanto a nivel teórico como práctico se puede entender de acuerdo a lo
planteado por Bakhtin y Gergen respecto a la multiplicidad de voces, que tiene relación con
el que participamos de comunidades de diferentes lenguajes y de cómo la propia historia de

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vida está construida en base a la relación con otros en sus diferentes contexto, podría explicar
porque ellos si bien pueden tener ciertas críticas respecto a algunas premisas del
construccionismo social y a cómo son vistas las emociones desde este lugar, se contraponen
con otras premisas del construccionismo social que en otro contexto y por ejemplo llevado a
la práctica y pueda tener cabida con sus trabajo y los lineamientos generales de este. En este
sentido la postura posmoderna además contribuye a estos elementos en cuanto presenta que
no existe una verdad absoluta y a la vez se pueda estar en constante movimiento respecto a
los elementos que puedan adquirir de otras perspectivas o enfoques teóricos según las
necesidades que surgen en terapia y de acuerdo a las formas de trabajos que le acomodan
más. Es importante destacar que esta práctica visualiza la necesidad de separación sobre la
epistemología dominante que aplican en la práctica terapéutica para la crítica de esta y así
mismo formular nuevas prácticas adaptadas al contexto respetando las concepciones de
lenguaje, relaciones y realidades donde se encuentran autores a la base como Gergen y
Shotter.

Por otro lado, en los resultados se aparecen las emociones cruzadas por el lenguaje, lo
que tiene un carácter más bien asociado con lo dicho, sin embargo, las emociones van más
allá de esto y tiene relación con un proceso social que puede o no contar del uso de palabras.
Esto quiere decir que las palabras no son determinantes para hablar de lenguaje ya que existen
otros elementos que acompañan estos procesos sociales asociados con elementos que tienen
relación con elementos no verbales como lo son la proxémica, la kinésica, el espacio de lo
simbólico. En este sentido trabajar con las emociones va más allá del lenguaje y de la
conversación propiamente tal que se da en el proceso terapéutico ya que cualquier aspecto
relacionado a la emoción incluye una historia que lo precede, en este sentido la relación del
construccionismo social con los saberes y las premisas son parte de nuestra forma de operar
en el mundo como forma del lenguaje indica que sentir y hablar pasan en dos órdenes
distintos. Por ello, el lenguaje es entendido no sólo como las palabras en sí, sino como un
espacio de encuentro, como referíamos anteriormente al citar a Shotter, se formulan los
saberes que nosotros tenemos dándonos paso a destacar lo que vemos y por lo mismo, cómo
operamos.
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VI. CONCLUSIÓN
El presente seminario de investigación nos permitió comprender el sentido del discurso
de terapeutas sistémicos que adscriben a perspectivas construccionistas sociales respecto al
modo en que abordan las emociones en su práctica psicoterapéutica, por medio del análisis
de dicho discurso a través de la estructura semántica propuesta por Van Dijk. Se presenta
como un aporte directo a la práctica clínica desde esta perspectiva, además de abrir un espacio
para la investigación que se enfoque en la profundización sobre el tema de las emociones en
terapia y cómo los terapeutas han logrado (o pretenden lograr) abarcar toda la dimensión que
representan las emociones humanas para utilizarlas con fines terapéuticos, ya sean desde el
propio terapeuta o desde los contextos emocionales que se crean en la relación terapéutica.
Es importante señalar que, a lo largo del proceso de entrevistas, surgió la idea por parte de
algunos terapeutas sobre la curiosidad que levanta el tema de hablar sobre las emociones,
puesto que, como se ha llegado a comprender a partir de nuestro análisis, es un factor muy
relevante para el establecimiento de una buena relación terapéutica y puede ser una variable
que tiene incidencia directa en el resultado de un proceso de psicoterapia. Por ello, se vuelve
especialmente importante realizar una revisión del tema en profundidad. En este sentido,
consideramos que esta investigación logra un aporte teórico para la perspectiva en nuestro
país, ya que entrega ideas que han sido pocas veces revisadas en el contexto nacional y
aportan a la comprensión de la dimensión emocional en el trabajo terapéutico con elementos
que pueden llegar a ser invisibilizados, como es el caso de la materialidad de las emociones
y la experiencia inmediata que puede ser referida por los terapeutas mediante algunas
dimensiones del lenguaje, pero suelen ser reducidas al nivel textual o de las palabras, sin
incluir la dimensión relacional en donde surgen.
Entre los principales aportes de esta investigación se encuentra la idea de la materialidad de
la emoción, su integración a la teoría y práctica del construccionismo social. En lo que
respecta a la teoría, la idea plantea un campo de nuevas rutas de investigación que se
encarguen de profundizar en las formas de integrar los aspectos que escapan del lenguaje
textual y que pertenecen a la experiencia de las emociones en terapia, abarcando el sentido
que no alcanza a ser totalmente determinado mediante las palabras, además de indagar en

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cómo dan lugar las técnicas desde el modelo narrativo a esta dimensión de la emoción, para
llegar a una comprensión mayor de los resultados que aparecen en esta investigación sobre
cómo se las arreglan los terapeutas para trabajar con las emociones desde una teoría que se
caracteriza por ser más bien abierta respecto al uso de técnicas y modos de actuar respecto al
tema.
Durante el proceso de esta investigación hemos podido dar cuenta de que las distintas
macroestructuras encontradas en el análisis están vinculadas mutuamente, de tal forma que,
en su conjunto, nos ayudan a comprender la forma en la que los terapeutas le dan significado
y llevan a la práctica las emociones propias y las del sistema consultante. De acuerdo a lo
anterior, podemos plantearnos una forma de entender los resultados de investigación de
manera interrelacionada, en donde los elementos de la experiencia personal del terapeuta, su
experiencia académica y laboral van construyendo su comprensión sobre las emociones y
entregando nociones sobre la posición de aquellos terapeutas respecto a la dimensión
emocional. Esta recursividad en los resultados es necesaria para la comprensión de los
principales aportes que presenta esta investigación cómo es la importancia que tiene la
emoción del terapeuta tanto dentro de la terapia, como en la relación terapéutica que se
establece con el sistema consultante.
Una de las principales limitaciones que se plantean en esta investigación aparece en
cuanto a lo amplio del análisis de datos, puesto que nuestro objetivo estuvo puesto en lograr
una comprensión del trabajo con las emociones en general, del terapeuta y del sistema
consultante, según fuesen apareciendo los temas en las entrevistas, lo que provocó que se
hablase en un sentido más amplio sobre las emociones y enfatizando la dimensión relacional
y el trabajo colaborativo. Por esto, creemos conveniente que la indagación sobre los impasses
y las dificultades de una manera más rigurosa en las perspectivas del construccionismo social
pueden arrojar resultados que sean un aporte en conjunto con esta investigación.
La muestra seleccionada en esta investigación era de psicólogos que trabajan en
consultas privadas. Por ende, esta investigación considera una variable para la
profundización en futuras investigaciones desde la perspectiva construccionista social, el
lugar de trabajo desde sus permisos y restricciones del espacio terapéutico, así afectando

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también al encuentro de la complejidad de lo emocional. Asimismo, sería interesante


profundizar como otras perspectivas reaccionan ante estas mismas diferencias en los
contextos, como por ejemplo los lugares de trabajo institucionalizados en donde las
restricciones se encuentran presenten con el ingreso de nuevas perspectivas. Afectando
especialmente al manejo del terapeuta, por ende, como los terapeutas desde su perspectiva se
adaptan o se las arreglan para tener un buen desempeño.
Por otro lado, se recomienda la profundización en los temas que tienen que ver con la
aplicación de las teorías como el construccionismo social y el enfoque narrativo en terapia
para la comprensión de las emociones en nuestro país, enfocado particularmente en el
impacto que tiene el rol del terapeuta desde estas perspectivas y contextualizado
culturalmente. Consideramos un tema interesante a investigar la posición social que toman
los terapeutas desde estas teorías, en cuanto al trabajo colaborativo y otros factores que están
ligados a la ética, así como a los fines terapéuticos y la eficacia de los procesos de
psicoterapia. Surge la interrogante sobre si esto provoca (o no) un impacto en los sujetos
atendidos por terapeutas que adscriban a estas prácticas, o bien la propia cultura
latinoamericana ha tenido incidencia en la elección de estos modos de hacer terapia y
construir relaciones terapéuticas por parte de los profesionales.
Otro elemento que aparece como interesante para indagar en futuras investigaciones
tiene relación con lo que pasa con el uso de una perspectiva construccionista social en
contexto de trabajo institucionalizado que se caracterice por presentar restricciones respecto
a la misma práctica clínica. A partir de este punto cabe preguntarse qué harían los terapeutas
para acomodar sus ideas respecto al lugar mismo de su práctica y que harían respecto al hecho
del abordaje de las emociones considerándolo como un tema complejo en su amplio sentido.
Esto surge luego de dar cuenta que nuestros entrevistados se refieren a lo que sucede en la
consulta privada donde como ellos mencionan tienen mayor libertad para moverse, sin dar
mayor referencia a lo que pasa en aquellos lugares de trabajo que son de carácter
institucionalizados donde muchas veces tienen que adaptarse a las normas que están
preestablecidas.

51
Universidad Austral de Chile
Escuela de Psicología

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VIII. ANEXOS

56
Anexo N° 1: Consentimiento Informado

CONSENTIMIENTO INFORMADO
PARA PARTICIPAR DE PROYECTO DE PSICOLOGÍA

_________ del 2016


Puerto Montt, Chile.

En el presente documento yo _____________________, declaro participar en el proyecto de


investigación que lleva por título “El abordaje de las emociones por terapeutas sistémicos en
Chile, desde una perspectiva construccionista social”, llevado a cabo por estudiantes de 5to
año de la carrera de Psicología de la Universidad Austral de Chile, Sede Puerto Montt.

He sido informado/a con anterioridad acerca de la finalidad de la investigación. Por lo que


acepto participar de las entrevistas que serán realizadas como técnica de recolección de datos,
las cuales serán grabadas para ser posteriormente transcritas, teniendo la libertad de dar por
finalizada la entrevista cuando lo considere pertinente y la posibilidad de retirar mi
consentimiento si alguno de los compromisos se ve afectado. Asumiendo que la información
entregada será para uso exclusivo de la investigación y con fines académicos, garantizando
la confidencialidad y el respeto a mi privacidad. En caso de surgir alguna duda acerca de mi
participación en el proceso de investigación esta será resuelta por los investigadores.

grupotesisclinica@hotmail.com
Firma investigador
Firma participante

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Anexo N°2: Cuestionario de entrevista semiestructurada


Objetivo General Objetivos específicos Dimensiones Preguntas tipo
Comprender desde el Analizar a través del discurso de El modo en el que los terapeutas ¿Cómo describiría su línea de
construccionismo social como los terapeutas cómo construyen entienden lo que es una emoción. trabajo?
significan las emociones en la las emociones. (Nivel de (Definiciones conceptuales, ideas, ¿A qué perspectiva teórica
relación terapéutica los terapeutas contenido). creencias) adscribe?
sistémicos adscritos a esta ¿Qué son para usted las emociones?
perspectiva en Chile. ¿Qué hace con las emociones en
terapia?
¿Cómo define las emociones de
acuerdo a lo que le indica el
construccionismo social?
¿Cómo define las emociones desde
su línea teórica de trabajo?
¿Su línea teórica de trabajo dice
algo sobre las emociones?
Marco de referencia personal de ¿Qué papel juega su experiencia
sus ideas sobre las emociones personal en lo que nos cuenta?
¿Qué opina usted sobre lo que dice
su línea teórica/construccionismo
social sobre las emociones?

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¿Qué dicen sus valores sobre eso?
De donde provienen sus ¿Qué elementos de su experiencia
construcciones (ideas o conceptos) laboral nos podrían permitir
sobre lo que entienden que es una comprender lo que nos cuenta?
emoción. (Experiencias laborales, ¿Qué papel juega su experiencia
formación académica, referencias clínica en lo que nos cuenta?
bibliográficas, referentes ¿De qué forma su experiencia y
académicos, territorio, historia) formación han aportado a sus ideas
acerca de las emociones?
El lugar que tienen esas ideas en su ¿En su trabajo clínico, tener estas
trabajo desde el construccionismo ideas respecto de las emociones ha
social. generado que haga cosas diferentes
en terapia?
¿Cómo se relaciona lo que usted
entiende como una emoción con su
trabajo?
Analizar a través del discurso de Casos específicos de la experiencia ¿Cómo han sido sus experiencias
los terapeutas cómo se conducen del trabajo clínico del terapeuta. terapéuticas en el trabajo con
emociones?

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en su trabajo clínico desde sus ¿Puede contarnos de algún caso
construcciones de las emociones. específico de su experiencia
(Nivel procesual) clínica en el trabajo con clientes?
¿Qué cosas hace en su trabajo
clínico con sus clientes?
¿Cómo es su relación con los
clientes?
¿Qué es para usted la relación
terapéutica?
¿Cómo describiría su posición
dentro de la relación terapéutica?
¿Cómo cree que influye o qué
papel juega su posición en la
relación terapéutica?
¿Qué efectos cree que tiene su
posición al relacionarse con los
clientes?
La experiencia del terapeuta ¿Qué siente/piensa/hace cuando se
cuando un cliente se emociona. emociona en terapia? (¿Qué sintió
(Sentir/Pensar/Hacer) en ese momento? ¿Que ha pensado

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sobre eso? ¿Qué hizo en ese
momento?)
¿Qué hace/siente/piensa usted
cuando un cliente se emociona en
terapia?
¿Cómo cree que influyen o qué
papel juegan las emociones en la
relación terapéutica?
¿Cómo se relaciona lo que usted
piensa sobre las emociones con lo
que hace en terapia?
Analizar a través del discurso de Experiencia del terapeuta en su ¿Cómo es el trabajo clínico en su
los terapeutas cómo se relacionan contexto de trabajo. contexto de trabajo?
sus contextos de trabajo con sus ¿Cómo es su ejercicio clínico en su
ideas construccionistas sociales. contexto de trabajo?
(Nivel contextual) ¿De qué forma su contexto de
trabajo le permite integrar sus ideas
construccionistas sociales?
¿Cómo funciona eso?
El trabajo clínico del terapeuta en ¿Cómo es su ejercicio clínico en su
su contexto de trabajo. contexto de trabajo?

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¿Qué opina acerca de los
requerimientos terapéuticos de los
contextos institucionalizados?
¿Cómo se abordan las emociones
en su contexto de trabajo/de qué
forma se trabaja?

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Anexo N° 3: Cronograma

Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Enero


S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S S
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
Proceso de
construcción de
guía temática
para entrevistas
Primer contacto
con los
participantes
Realización de
entrevistas a los
participantes
Transcripción
de entrevistas
Interpretación
de la
información
recolectada
Triangulación
de resultados

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Anexo N°4: Triangulación de resultados


Grupo 1 Grupo 2 Resultado
OBJETIVO 1
M1. La resonancia emocional del M1.3. (C) Los puntos en los m1.1. (G) La resonancia
terapeuta está presente dentro de la cuales la historia personal del emocional desde la historia de
terapia y aporta tomar decisiones terapeuta y el sistema consultante vida del terapeuta que acontece en
en la terapia se conectan movilizan u orientan la relación con el sistema
las decisiones terapéuticas consultante, permite percibir
ambientes emocionales que
M1.1. (G) La experiencia movilizan decisiones en la terapia.
personal del terapeuta contribuye
al desarrollo de una visión que
permite observar ambientes
emocionales
M2. La historia de vida del M1.2. (G) La propia historia del m1.2. (G) La historia de vida del
terapeuta conduce a que aparezcan terapeuta tiene implicancias terapeuta conduce a que aparezcan
ciertas emociones que lo muevan dentro de las emociones que se ciertas emociones que se ponen en
en terapia ponen en juego en terapia juego en la terapia.
M3. Tener conciencia sobre sus M1.4. (C) El terapeuta debe m1.3. (G) El terapeuta debe
propias emociones, conduce a que hacerse consciente de la relación hacerse consciente de las
los terapeutas puedan utilizarlas en que existe entre las emociones emociones que surgen en la
terapia. que surgen en la terapia y su relación terapéutica para que
historia de vida pueda utilizarlas en terapia
OBJETIVO 2
M4. Las emociones son espacios M2.4. (G) La emoción emerge m2.1. (G) Las emociones son
que estamos continuamente desde la relación. espacios que emergen en la
vivenciando en la relación con relación con otros y adquieren
otros y tienen significación en esa significado en el contexto.
relación.
M5. Las emociones son M2.12. (G) Existe una dimensión m2.2. (G) En la dimensión
experiencias que habitamos y que de la emoción previa al lenguaje emocional existen experiencias
se encuentran también en las que está relacionada con la previas al lenguaje que están
formulaciones corporales y experiencia. relacionadas con formulaciones
procedurales. corporales.
M8. Las emociones son M2.15. (S) No podría haber m2.3. (G) Las emociones son
fundamentales para el alianza terapéutica sin fundamentales para el
establecimiento de la relación emociones. establecimiento de la relación
terapéutica. terapéutica.

P139. sobre todo en el vínculo


terapéutico, creo que no podría
haber alianza terapéutica si no hay
emociones, no podríamos

M6. El terapeuta presenta sus M3.5. (C) Las emociones son un m2.4. (G) El terapeuta utiliza sus
emociones para poder generar recurso que orienta a la toma de propias emociones como recursos,
movimiento en la terapia. decisiones de forma estratégica hipótesis y estrategias con fines
del terapeuta. terapéuticos.

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M9. El terapeuta utiliza sus M2.7. (G) La emoción en la
emociones como una hipótesis de relación terapéutica es un recurso
trabajo en la terapia. que se puede utilizar en la
(como pienso lo que hago) terapia.

M10. El terapeuta utiliza sus M2.9. (G) El terapeuta no


emociones como una estrategia que necesita expresar sus emociones
le permite lograr fines terapéuticos por una necesidad personal en la
en la terapia.
terapia, puesto que provoca un
(cuidado con que hay que hacer
ciertas cosas) desgaste considerable.

M3.3. (G) Es útil ir observando la


evolución de las emociones en la
relación terapéutica
M11. Pensar que las emociones M1.5. (G) Las emociones son m2.5. (C) Las emociones
acontecen en la interacción social, experienciadas siempre de forma acontecen en la relación en los
genera que sean percibidas como singular por la persona. diferentes contextos sociales, por
singulares. lo que son percibidas como
M3.10. (G) Las emociones singulares.
(Emoción como relación) provocan ciertas conductas o
ciertos comportamientos en las P86. es un centro que lo principal
relaciones de las personas es conocer la singularidad de estos
pacientes, ir a trabajar con esa
persona en particular más que
trabajar ciertas patologías o
problemáticas universales
estandarizas

M12. Pensar las emociones como M2.10. (G) El terapeuta debe m2.6. (G) El terapeuta debe estar
implícitas en el sentido genera que estar atento a los elementos atento a los elementos analógicos
los terapeutas estén atentos a lo analógicos del emocionar. de la dimensión emocional,
analógico y lo no verbal en sesión. haciéndolos conscientes en la
M2.11. (G) Las emociones deben relación terapéutica.
M14. Las emociones son hacerse conscientes en la relación
atmósferas emocionales que terapéutica P112. Muchas veces a mí me pasa,
implican elementos que se en la relación con mis
encuentran en la interacción. consultantes, que encuentro esos
espacios implícitos y por lo tanto
los posibles relatos alternativos
que se podrían generar en la
capacidad de estar leyendo lo
analógico, no tanto lo verbal
directamente, no tanto lo
dialógico

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m2.7. (G) Dentro de la dimensión
emocional existen elementos
implícitos que están presentes en
la interacción, lo que se denomina
atmósferas emocionales.
M13. Las emociones son M2.13. (G) Existe cierta m2.8. (C) En la dimensión
disposiciones corporales que nos dimensión corporal de las emocional existen disposiciones
ocurren todo el tiempo y que las emociones que está cruzada por corporales que son co-construidas
atravesamos por el lenguaje para el lenguaje. en el lenguaje.
poder nombrarlas.
M2.2. (G) Para que la emoción se
M17. En la relación terapéutica el haga consciente debe ser puesta
terapeuta invita al paciente a en el lenguaje
participar de las decisiones que se
van tomando/ Es un espacio M2.3. (G) El terapeuta puede
compartido por ambos. acceder a la realidad del otro a
(co- construcción) través del lenguaje que van
construyendo con el sistema
consultante.

M3.2. (G) Las emociones


ocurren desde una disposición de
la persona para luego ser
atravesadas por el lenguaje
mediante la conversación que se
da en la relación con otro.
M16. Para abordar las emociones M2.14. (G) Las emociones m2.9. (C) Las emociones pueden
en terapia los terapeutas han pueden ser externalizadas o ser abordadas en terapia mediante
utilizado técnicas del tipo materializadas mediante representaciones del lenguaje
narrativo, como la externalización diferentes representaciones del tomando como referencia técnicas
del problema. lenguaje del modelo narrativo.

P. 41 hacerse de elementos que me


permitan trabajar también las
emociones con los niños a través
de los cuentos, a través de otro
material externo que pudiera
conectarnos y que estuviéramos
significando lo mismo con los
niños. Un sticker, unas caritas, un
cuento nos permitía hablar de lo
mismo cuando hablábamos de
emociones

M2.1. (G) La flexibilidad de la m2.10. (G) La flexibilidad de la


práctica del terapeuta favorece la práctica del terapeuta permite
emergencia de emociones. acceder a la emocionalidad del
sistema consultante.

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P205. Me gusta como ese


movimiento, ese vaivén, ese
jugueteo como de estar en
distintos registros, pero
contantemente invitando a la
persona y decirle que estamos
juntos en esto digamos
M22. En el trabajo clínico se M2.6. (C) El terapeuta ha m2.11. (C) El terapeuta ha
cruzan las ideas teóricas y el construido su experiencia laboral construido su experiencia laboral
ejercicio de la práctica clínica ya en base a los distintos contextos en base a los distintos contextos en
que, el terapeuta aprende de los en los que se mueve. los que se mueve.
diferentes contextos por los que
transita. P201. Una psicoterapia que logra
un proceso de conversación
psicoterapéutica en donde se
logran interpelar la experiencia
propia y de los otros, es un
proceso, a mi juicio, exitoso y
viceversa

M2.8. (G) Las emociones pueden m2.12. (C) El efecto de la


provocar una reacción de rechazo emocionalidad del terapeuta
o incomodidad en el sistema puede ser diferente dependiendo
de la interacción con el sistema
consultante
consultante.

P59. juegan un rol fundamental en


la medida que justamente
determinan los modos que
estamos, tanto para el bienestar
como el malestar, son aspectos
fundamentales
OBJETIVO 3
M7. A diferencia de los enfoques M2.16. (G) El enjuiciamiento no m3.1. (C) El terapeuta incluye su
psicodinámicos, los terapeutas es parte de la postura emocionalidad en la relación
sistémicos incluyen su posmoderna. terapéutica porque no pretende
emocionalidad en la relación una neutralidad (psicodinámica)
terapéutica. ni un enjuiciamiento.
M15. La materialidad de la m3.2. (G) La materialidad de la
experiencia son elementos que experiencia son elementos que
influyen en la terapia y que la influyen en la terapia y que la
terapia construccionista social no terapia construccionista social no
ha considerado, pero están ha considerado, pero están
presente. presente.
M18. El terapeuta establece una M3. 12 (G) La relación m3.3. (G) El terapeuta se
relación horizontal con el terapéutica debiera ser lo más posiciona desde la horizontalidad
horizontal posible respecto a las respecto al relato del consultante,

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consultante a través de la cual tiene decisiones que se van tomando pero es experto llevar una
acceso a la realidad de este. en el proceso terapéutico conversación con fines
terapéuticos.
M3.6. (G) El terapeuta no es
experto en la vida del sistema
consultante, pero es experto en
llevar una conversación con un
fin terapéutico

M3.9. (G) No existe acceso a una


realidad única con la que mirar el
mundo
M19. Existe una postura de respeto M3. 14 (G) La colaboración m3.4. (G) Que el terapeuta se
del terapeuta hacia el relato del entre el terapeuta y el sistema posicione desde el respeto y la
paciente en la terapia, en consultante debe ser genuina para honestidad contribuye a que
transparentar el monólogo interno que permita la emergencia de transparente su monólogo interno
del terapeuta. emociones de forma fluida en la terapia, permitiendo la
emergencia de emociones en una
M3. 15 (G) La honestidad por relación terapéutica genuina y de
parte del terapeuta genera confianza.
transparencia en el proceso
terapéutico.

M3. 16 (G) El terapeuta debe


entregar un espacio de respeto y
de escucha activa, respecto al
otro como ser humano integral
que produzca confianza.

M3.7. (C) Debe existir una


claridad entre el discurso del
terapeuta y el sistema consultante

M3.4. (G) La curiosidad como


una postura ética del terapeuta
para trabajar las emociones
M20. A través del lenguaje el M3.8. (G) El terapeuta debe m3.5. (G) El terapeuta debe
terapeuta explicita las emociones encontrar un lenguaje en común encontrar un lenguaje en común
del consultante con el sistema consultante. con el consultante explicitando las
emociones, para posibilitar el
M3.11. (G) El terapeuta debe cambio.
facilitar para que el sistema
consultante se haga consciente de
la posibilidad de cambio en su
vida

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Universidad Austral de Chile
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M21. Pensar en términos M3.1 (G) La flexibilidad de la m3.6. (G) Que el terapeuta
relacionales genera que el práctica del terapeuta favorece la considere que las emociones
terapeuta flexibilice su forma de adecuación emocional en la acontecen en la relación, genera
trabajo en la terapia experiencia de los diferentes que flexibilice en la relación
sistemas consultantes terapéutica, para acceder a la
emocionalidad del sistema
consultante.
M3.13 (G) Debe existir una m3.7. (C) Debe existir una
relación colaborativa que genere relación colaborativa que genere
el espacio para poder recibir una el espacio para poder recibir una
retroalimentación respecto a los retroalimentación en los distintos
procesos terapéuticos. contextos respecto a los procesos
terapéuticos.

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Anexo N°5: Tabla de Macroestructuras.


Objetivos específicos Macroestructuras semánticas
Objetivo 1: Analizar qué elementos m1.1. La historia de vida del terapeuta
vinculados a la experiencia personal de conduce a que aparezcan ciertas
terapeutas sistémicos, se relacionan con el emociones que se ponen en juego en la
modo en que definen la dimensión terapia.
emocional en su trabajo terapéutico. m1.2. La resonancia emocional desde la
historia de vida del terapeuta
que acontece en la relación con el
sistema consultante, permite percibir
ambientes emocionales que movilizan
decisiones en la terapia.
m1.3. El terapeuta debe hacerse consciente
de las emociones que surgen en la
relación terapéutica para que pueda
utilizarlas en terapia.
Objetivo 2: Analizar qué elementos m2.1. (G) Las emociones emergen en el
vinculados a la experiencia académica y contexto relacional en donde adquieren
laboral de terapeutas sistémicos, se significado, lo que conduce a percibirlas
relacionan con el modo en que definen la como singulares.
dimensión emocional en su trabajo m2.2. (G) En la dimensión emocional
terapéutico. existen experiencias previas al texto que
están relacionadas con disposiciones
corporales.
m2.3. (C) El terapeuta ha construido su
práctica terapéutica en base a los
distintos contextos en los que se mueve.
m2.4. (C) Las emociones pueden ser
abordadas en terapia a través de técnicas
narrativas que permiten compartir un
lenguaje en común.
m2.5. (G) El terapeuta debe estar atento a
los elementos analógicos de la
dimensión emocional, siendo
explicitados en la relación terapéutica.
m2.6. (G) El terapeuta utiliza sus propias
emociones como recursos, hipótesis y
estrategias con fines terapéuticos.
m2.7. (G) Las emociones son
fundamentales para el establecimiento
de la relación terapéutica.

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m2.8. (C) El efecto de la emocionalidad


del terapeuta puede ser diferente
dependiendo de la interacción con el
sistema consultante.
m2.9. (G) Dentro de la dimensión
emocional existen elementos implícitos
que están presentes en la interacción, lo
que se denomina atmósferas
emocionales.
Objetivo 3: Analizar a través del discurso m3.1. (G) La flexibilidad en la práctica
de los terapeutas cómo se relacionan sus terapéutica permite al terapeuta acceder
ideas construccionistas sociales con su a la emocionalidad del sistema
contexto de trabajo. consultante.
m3.2. (G) El terapeuta se posiciona desde
la horizontalidad respecto al relato del
consultante, pero es experto llevar una
conversación con fines terapéuticos.
m3.3. (C) Debe existir una relación
colaborativa que genere el espacio para
poder recibir una retroalimentación en
los distintos contextos respecto a los
procesos terapéuticos.
m3.4. (G) Que el terapeuta se posicione
desde el respeto y la honestidad
contribuye a que transparente su
monólogo interno en la terapia,
permitiendo la emergencia de
emociones en una relación terapéutica
genuina y de confianza.
m3.5. (G) El terapeuta debe encontrar un
lenguaje en común con el consultante
explicitando las emociones, para
posibilitar el cambio.
m3.6. (C) El terapeuta incluye su
emocionalidad en la relación terapéutica
porque no pretende una neutralidad
(psicodinámica) ni un enjuiciamiento.
m3.7. (G) La materialidad de la
experiencia son elementos que influyen
en la terapia y que la terapia
construccionista social no ha
considerado, pero están presente.

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