Proyecto de Debate y Argumentación
Proyecto de Debate y Argumentación
Proyecto de Debate y Argumentación
TALLER DE PRODUCCIÓN.
Prof. Verónica Stedile Luna.
Objetivos.
El tema propuesto para este segundo trimestre es “la Argumentación”,
como una forma de escritura con características particulares. En ese marco
se espera que los alumnos puedan:
1) Reconocer distintos argumentos sobre un mismo tema, reseñarlos en una
escritura propia, y contraponerlos.
2) Elaborar un punto de vista propio, y argumentarlo de modo tal que supere
la idea de opinión o impresión personal.
3) Iniciar un reconocimiento de los mecanismos de cohesión y coherencia.
El recorrido de lecturas apela tanto a la reflexión sobre el lenguaje y sus
variaciones a lo largo del tiempo, como a pensar los préstamos y contactos
con otros dialectos. En ese sentido se propondrán también consignas de
invención creativa. El objetivo principal respecto al corpus de lecturas es
que los alumnos puedan reconocer en la lengua que ellos usan, no sólo un
sistema arbitrario y heredado, sino también el producto de las necesidades
comunicativas que distintos grupos y generaciones van desarrollando.
1
Presentación.
El hecho de que todos, en un mismo país, hablemos una misma lengua, y
usemos una misma serie de normas (gramaticales, ortográficas), es desde siempre un
problema que preocupó a las personas y a los estados nacionales, porque tiene que
ver con que todos podamos comunicarnos y comprendernos del mejor modo posible,
sobre la base de una misma y única lengua. Por eso en la escuela y luego en otros
niveles de formación, aprendemos a analizar la lengua española.
Sin embargo, esto no es tan fácil como parece. En la mayoría de los países
hay una lengua que es oficial, y además estándar, es decir, una lengua reconocida
como “la correcta”; pero al mismo tiempo, en la mayoría de los países también,
conviven junto a esa lengua oficial otras lenguas u otros dialectos (variedades de una
misma lengua). Por ejemplo, en Bolivia o en Paraguay, debido a que una parte
importante de su población habla guaraní o aimara, respectivamente, ahora
incorporaron esas lenguas como oficiales. En Argentina o en Chile, si bien hay fuerte
presencia de lenguas originarias en determinadas regiones del país, la lengua oficial
sigue siendo el español.
Pero la cosa se complica aún más si pensamos que muchas veces esas dos o
más lenguas entran en contacto y se producen mezclas, como en el norte de nuestro
país, o en el sur de Brasil, donde el español se confunde con el portugués, o en el sur
de Estados Unidos, donde muchos de sus habitantes hablan spanglish. Y la cosa se
complica todavía un poco más cuando no se trata de dos lenguas, cada una con su
propio sistema gramatical y normativo, que entran en contacto, sino que empiezan a
colarse en esa lengua oficial distintos dialectos, variedades, frases, modismos, giros
lingüísticos. Si pensamos en nuestro español rioplatense, enseguida nos damos
cuenta de que tiene características muy distintas del español colombiano, peruano,
chileno, o del español que se habla en España. Si nos detenemos un poco más y
empezamos a mirar con lupa muchas de nuestras palabras utilizadas en la vida
cotidiana, veremos que nuestro léxico está repleto de palabras que provienen del
italiano, por la fuerte inmigración de Italia que hubo a principio del siglo XX. Esas
palabras que hoy utilizamos casi sin percibir de dónde vienen, antes eran fuertemente
estigmatizadas porque representaban el “mal hablar”, y por tanto se circunscribían
sólo al ámbito del lunfardo. Luego, con la consagración del tango y de algunos
2
escritores italianos, algunas fueron ingresando al diccionario común de la gente y
otras siguen siendo hoy parte de un habla callejera, o muy coloquial.
El problema de la lengua no termina ahí, porque los tiempos van cambiando y
las personas necesitamos decir cosas nuevas, entonces también aparecen los
términos relacionados con la tecnología, que se convierten en nuevos verbos, como
“googlear”, o actividades, o adjetivos, como “facebookero”. Pero hay un tema más, y
es que el modo de hablar, de alguna manera, también es un modo de hacer visible
cierta identidad y de dar nombre a realidades particulares, entonces aparecen nuevos
dialectos por grupos de personas; así por ejemplo lo que hoy se conoce como “jerga
villera” es parte de un proceso de apropiación y reelaboración de la lengua a partir de
las necesidades de distintos grupos sociales para comunicar aspectos de una realidad
que sucede de modo marginal.
Claro que nada de esto es armónico o sin conflicto; cuando decíamos que hay
una lengua oficial, que es la estándar, la que aprendemos a hablar en la escuela, y
con la cual debemos expresarnos en ámbitos formales, lo que estamos diciendo es
que esa lengua tiene más legitimidad que las obras variedades. Podemos estar de
acuerdo o no con eso, pero es así; por eso para rendir un examen, para tener una
entrevista de trabajo, para presentarse en cualquiera de los ámbitos formales por los
cuales uno debe y deberá atravesar, necesitamos manejar esa lengua estándar. Por
otra parte, conocer y reconocer cómo esos otros dialectos presentan muchas veces
nuevos matices sobre un mismo término (no es lo mismo decir “ganó por afano” que
“ganó por robo”), o responden a una función comunicativa determinada en
determinados grupos, podría posibilitar poner en cuestión algunos prejuicios.
3
Al uso nostro. Discusiones sobre el italiano en contacto con la
lengua española.
Una lengua crece en sus contactos, diverge en sus matices, se enriquece en sus
roces. Así, nuestro castellano tiene sus hilos indígenas, en palabras y
entonaciones. Y otros que provienen del roce con lenguas de las colectividades de
inmigrantes. Todos del idish y del ucraniano, del guaraní paraguayo y del rumano,
pero fundamentalmente, del italiano. La gestualidad y el énfasis, que constituyen
un matiz de nuestra oralidad vendrían de aquellos barcos que salían de los
puertos de Nápoles y Génova.
La mayoría eran inmigrantes pobres, campesinos, que hablaban alguno de los
muchos dialectos regionales de Italia. Los primeros que llegaron, durante del siglo
XIX, fueron a cultivar tierras y se organizaron en colonias agrícolas. Los que
arribaron en los comienzos del siglo XX, ya sin acceso a la propiedad rural,
comenzarían el arduo camino de la sobrevivencia en conventillos porteños. El
impacto fue formidable: géneros teatrales, músicas y un efímero dialecto surgió de
esos recién llegados. El cocoliche, lengua mixta y fronteriza, fue el modo que
encontraron para comunicarse entre sus dialectos y el español. Gracias a los
italianos hablamos un castellano al uso nostro, pleno de huellas de ese gigantesco
movimiento migratorio, con giros, calcos y palabras que vienen de aquellos
dialectos iniciales. Y lo que fue habla popular en sus inicios –condenada por
muchos letrados– se convirtió en uso general. Los barcos trajeron lo que se
esperaba –hombres y mujeres dispuestos a trabajar y a poblar– junto a lo
inesperado: la complejidad cultural y la variedad lingüística.
4
Consigna:
5
¡Ahora sí! Se armó la polémica. “El idioma de los argentinos”,
por Roberto Arlt. Diario El mundo, 17 de enero de 1930.
Roberto Arlt es uno de los escritores más importantes de la Literatura Argentina,
conocido tanto por sus novelas (El juguete rabioso -1926-; Los siete locos -1929-;
Los lanzallamas -1930-, entre otras) como por su labor periodística. Roberto Arlt
trabajo durante más de veinte años escribiendo una aguafuerte por día; que se
llamaron Aguafuertes porteñas. Estas consistían en notas de opinión o crónicas
sobre una situación particular; se caracterizaron por cierto carácter corrosivo,
molesto, impertinente. De ahí su nombre “aguafuerte”, ya que esta era una técnica
de grabado que se realizaba con un líquido especial y potente que marcaba una
superficie de madera. Su éxito como escritor hizo que se convirtiera en
corresponsal del diario, y así viajó escribiendo “Aguafuertes patagónicas”,
“Aguafuertes entrerrianas”, “Aguafuertes asturianas”, “Aguafuertes españolas”,
“Aguafuertes africanas”. Roberto Arlt era hijo de italianos, y se lo acusaba de tener
un mal manejo del español, de ser, como decía en los años ’20 y ’30 un
“advenedizo de la lengua”, un “recién llegado”. En esta aguafuerte que van a leer:
“El idioma de los argentinos”, Arlt polemiza con un exponente de la cultura
oficial, el crítico, lingüista y dramaturgo José María Monner Sans, que
hablaba de la necesidad de desarrollar una campaña de depuración de la
lengua.
Lean el siguiente artículo en clase, con ayuda de la profesora, y luego conversen las
consignas que se encuentran a continuación:
6
¿Quiere usted dejarse de macanear? ¡Cómo son ustedes los gramáticos!
Cuando yo he llegado al final de su reportaje, es decir, a esa frasecita: “Felizmente se
realiza una obra depuradora en la que se hallan empeñados altos valores
intelectuales argentinos”, me he echado a reír de buenísima gana, porque me acordé
que a esos “valores” ni la familia los lee, tan aburridores son.
¿Quiere que le diga otra cosa? Tenemos un escritor aquí -no recuerdo el
nombre- que escribe en purísimo castellano y para decir que un señor se comió un
sandwich, operación sencilla, agradable y nutritiva, tuvo que emplear todas estas
palabras: “y llevó a su boca un emparedado de jamón”. No me haga reír, ¿quiere?
Esos valores, a los que usted se refiere; insisto: no los lee ni la familia. Son señores
de cuello palomita, voz gruesa, que esgrimen la gramática como un bastón, y su
erudición como un escudo contra las bellezas que adornan la tierra. Señores que
escriben libros de texto, que los alumnos se apresuran a olvidar en cuanto dejaron las
aulas, en las que se les obliga a exprimirse los sesos estudiando la diferencia que hay
entre un tiempo perfecto y otro pluscuamperfecto. Estos caballeros forman una
colección pavorosa de “engrupidos” -¿me permite la palabreja?- que cuando se dejan
retratar, para aparecer en un diario, tienen el buen cuidado de colocarse al lado de
una pila de libros, para que se compruebe de visu que los libros que escribieron
suman una altura mayor de la que miden sus cuerpos.
Querido señor Monner Sans: La gramática se parece mucho al boxeo. Yo se lo
explicaré:
Cuando un señor sin condiciones estudia boxeo, lo único que hace es repetir
los golpes que le enseña el profesor. Cuando otro señor estudia boxeo, y tiene
condiciones y hace una pelea magnífica, los críticos del pugilismo exclaman: “¡Este
hombre saca golpes de `todos los ángulos’!” Es decir, que, como es inteligente, se le
escapa por una tangente a la escolástica gramatical del boxeo. De más está decir que
éste que se escapa de la gramática del boxeo, con sus golpes de “todos los ángulos”,
le rompe el alma al otro, y de allí que ya haga camino esa frase nuestra de “boxeo
europeo o de salón”, es decir, un boxeo que sirve perfectamente para exhibiciones,
pero para pelear no sirve absolutamente nada, al menos frente a nuestros muchachos
antigramaticalmente boxeadores.
7
Con los pueblos y el idioma, señor Monner Sans, ocurre lo mismo. Los pueblos
bestias se perpetúan en su idioma, como que, no teniendo ideas nuevas que
expresar, no necesitan palabras nuevas o giros extraños; pero, en cambio, los
pueblos que, como el nuestro, están en una continua evolución, sacan palabras de
todos los ángulos, palabras que indignan a los profesores, como lo indigna a un
profesor de boxeo europeo el hecho inconcebible de que un muchacho que boxea mal
le rompa el alma a un alumno suyo que, técnicamente, es un perfecto pugilista. Eso
sí; a mí me parece lógico que ustedes protesten. Tienen derecho a ello, ya que nadie
les lleva el apunte, ya que ustedes tienen el tan poco discernimiento pedagógico de
no darse cuenta de que, en el país donde viven, no pueden obligarnos a decir o
escribir: “llevó a su boca un emparedado de jamón”, en vez de decir: “se comió un
sandwich”. Yo me jugaría la cabeza que usted, en su vida cotidiana, no dice: “llevó a
su boca un emparedado de jamón”, sino que, como todos diría: “se comió un
sandwich”. De más está decir que todos sabemos que un sandwich se come con la
boca, a menos que el autor de la frase haya descubierto que también se come con las
orejas.
Un pueblo impone su arte, su industria, su comercio y su idioma por
prepotencia. Nada más. Usted ve lo que pasa con Estados Unidos. Nos mandan sus
artículos con leyendas en inglés, y muchos términos ingleses nos son familiares. En el
Brasil, muchos términos argentinos (lunfardos) son populares. ¿Por qué? Por
prepotencia. Por superioridad.
Last Reason, Félix Lima, Fray Mocho y otros, han influido mucho más sobre
nuestro idioma, que todos los macaneos filológicos y gramaticales de un señor
Cejador y Frauca, Benot y toda la pandilla polvorienta y malhumorada de ratones de
biblioteca, que lo único que hacen es revolver archivos y escribir memorias, que ni
ustedes mismos, gramáticos insignes, se molestan en leer, porque tan aburridas son.
Este fenómeno nos demuestra hasta la saciedad lo absurdo que es pretender
enchalecar en una gramática canónica, las ideas siempre cambiantes y nuevas de los
pueblos. Cuando un malandrín que le va a dar una puñalada en el pecho a un
consocio, le dice: “te voy a dar un puntazo en la persiana”, es mucho más elocuente
que si dijera: “voy a ubicar mi daga en su esternón”. Cuando un maleante exclama, al
8
ver entrar a una pandilla de pesquisas: “¡los relojié de abanico!”, es mucho más
gráfico que si dijera: “al socaire examiné a los corchetes”.
Señor Monner Sans: Si le hiciéramos caso a la gramática, tendrían que haberla
respetado nuestros tatarabuelos, y en progresión retrogresiva, llegaríamos a la
conclusión que, de haber respetado al idioma aquellos antepasados, nosotros,
hombres de la radio y la ametralladora, hablaríamos todavía el idioma de las
cavernas. Su modesto servidor.
Q. B. S. M.
Consignas:
9
Nos venimos para el SIGLO XXI. ¿De quién es el español?
Artículos extraídos del número especial de la revista Ñ, publicado en el
año 2011.
30 de septiembre de 2011-
Lengua y propiedad IV.
EL ESPAÑOL ES DE TODOS. Por Darío Jaramillo Agudelo.
El poeta y narrador colombiano responde a la pregunta planteada por Ñ,
recorriendo la historia de la lengua.
10
España, de Sefarad- publicaban una editorial que decía: “… Por lo que es de nos,
nosotros nos aplicaremos a ser antes de todo entendidos en nuestro público en
empleando siempre palabras españolas y dando a nuestras frases la construcción
español. No tenemos la pretensión de pueder ansí arrivar a escribir con perfección la
lengua de Cervantes, de Calderón y Lope de Vega. Nuestras intenciones son más
modestas. Nuestro propósito es de emplearnos a purificar nuestro jeringoza en
españolizándolo de más en más”.
¿De quién es el español? Es de las personas que usan las palabras del
español y las escriben con ortografía inventada para el chat, el español es de las
Academias de la Lengua, que ya no prescriben pero sí contribuyen a la
documentación del idioma. Además, la academia, según su slogan, “limpia, fija y da
esplendor”: como la cera para pisos.
¿De quién es el español? Como quedó dicho el español es de Novo, que se
encuentra en Buenos Aires con Federico García Lorca: “-Pero zi tú ere mundiá – me
decía-. ¡Y yo sabía que tendría que conozerte! En España y en Nueva Yo, y en La
Habana y en toah parte me han contao anédota tuyaz y conozco tu lengua rallada pa’
hazé soneto” –. Y luego poniéndose serio -: Pa mí, la amiztá e ya pa’ siempre; e cosa
sagrá; ¡paze lo que paze, ya tú y yo zeremos amigo pa toa la vía!”. Es evidente que el
español es de García Lorca y de todos los andaluces.
¿De quién es el español? Es cada día de más gente. En 1500 existían quince
mil idiomas en la tierra. Ahora son seis mil lenguas y dos tercios de estas tienen
menos de veinte mil hablantes y en 2100 se calcula que los idiomas serán. La
mortandad lingüística es altísima y el español se erige como una de las tres o cuatro
lenguas más habladas de la Tierra, junto con el mandarín, el inglés y el ruso.
¿De quién es el español? Es de los domincanos: cuando el dictador José
Leonidas Trujillo mataba haitianos en la frontera había un modo de diferenciar
haitianos y dominicanos. Estos pronunciaban correctamente la palabra “perejil” y los
haitianos, francófonos, la decían guturalmente: sin misericordia, el que dijera “peguejil”
era pasado por las armas. Definitivamente, el español es de los dominicanos.
11
30 de septiembre de 2011-
¿De quién es el español? Encuesta a escritores-
La lengua es del que la trabaja, del que la balbucea, de cualquiera que duda
cómo decir lo que dice.
Un idioma no sólo comunica, sino también pregunta, problematiza. Más allá de
los intereses político-editoriales, que los hay, y más allá de las demagogias localistas
que nos encantan, la lengua no es de nadie. Podemos preguntarnos de quién es el
castellano, pero también dónde está. Dónde está quien lo habla y quien lo escucha.
Cuando entre ambos se abre una distancia geográfica, me interesan cada vez más las
posibles soluciones, los atajos, los puentes que les permitan compartir vocabulario.
Este vocabulario fronterizo aún no existe, y sugiere un proyecto literario.
Vale la pena distinguir entre español estándar y español compartido. La lengua
estándar es sorda (emplea vocablos y giros que no se dicen en ninguna parte) y
prefabricada (nos la dan hecha en los doblajes, los subtítulos, los medios masivos, las
malas traducciones). Una lengua compartida necesita ser todo lo contrario:
sensiblemente auditiva (viviría buscando palabras y expresiones que se digan en
todas partes o en muchas partes), dinámica (exploraría una equidistancia en marca,
en discusión constante) y poética (su elaboración dependería de los hallazgos de sus
múltiples escrituras).
Me gusta imaginar que la escritura está más cerca de la traducción que del
soliloquio, que nuestro propio discurso literario arranca de la escucha de otras hablas.
¿De quién es la lengua? De quienes la conversan.
12
chinos que, seguramente debido a alguna maniobra de traducción que desconozco,
terminan bautizando “Hermosura” o “Gracia” o “Contentísima” a sus supermercaditos
que están en todas las ciudades de nuestra región. O de los paraguayos que lo
mezclan con guaraní y les pueden salir oraciones tan lindas como “Mi casa de mí”. O
de los bolivianos que, a causa de su matriz aimara, por ejemplo, usan el infijo “ri”
como fórmula de cortesía: “pasarime” que significa “pasame por favor”.
El castellano es de los profesores y de los escritores de todos los países, claro.
El castellano es de los pibes del conurbano, que pueden o no saber leer, para
quienes la palabra “bardo” no tiene nada que ver con ningún poeta épico, sino con
algún desorden, divertido o no, con un bardo, a ver, que esa ya la sabemos todos.
El castellano es de todos y es mío. No es, no quiero que sea, de ninguna
academia. Y menos de la Real Academia Española. Ni de las grandes editoriales
ibéricas. De ellos, de los que manejaban la mayor cantidad de dinero, fue el poder
estandarizador hasta ahora. Ya no.
Consignas:
13
De la argumentación a la LITERATURA. Usos y registros en
poesía y letras de canciones.
Consignas:
El problema de la lengua no termina ahí, porque los tiempos van cambiando y las personas
necesitamos decir cosas nuevas, entonces también aparecen los términos relacionados con la
tecnología, que se convierten en nuevos verbos, como “googlear”, o actividades, o adjetivos, como
“facebookero”. Pero hay un tema más, y es que el modo de hablar, de alguna manera, también es
un modo de hacer visible cierta identidad y de dar nombre a realidades particulares, entonces
aparecen nuevos dialectos por grupos de personas; así por ejemplo lo que hoy se conoce como
“jerga villera” es parte de un proceso de apropiación y reelaboración de la lengua a partir de las
necesidades de distintos grupos sociales para comunicar aspectos de una realidad que sucede de
modo marginal.
14
10. Ahora trabajen ustedes con sus propias poesías!
Vuelvan a las poesías que están al inicio del cuadernillo, léanlas
nuevamente, elijan una de ellas, y reescríbanla en clave de cumbia, o de
lenguaje cibernético, o por qué no, como si fuera una canción hecha por
una banda de rock.
Ahora lean los siguientes poemas del libro Bardo, de Mariano Dubin (2012):
15
16
Consignas:
11. ¿Por qué podríamos decir que estos poemas del libro Bardo tienen
similitudes y diferencias con las letras de cumbia que leyeron antes?
12. Marquen aquellas expresiones o usos del lenguaje en el marco de un
poema que les hayan llamado la atención.
TRABAJO FINAL…
Como ya han trabajado mucho durante el trimestre con este tema de la
argumentación, el trabajo final les va a parecer súper fácil, y les va a quedar
buenísimo.
Primero: elijan alguno de los problemas en torno a la lengua, que hayamos visto a
lo largo del recorrido que hicieron a lo largo de las lecturas y consignas Por
ejemplo: la incorporación de palabras del italiano a nuestro habla, el cambio de la
lengua a través de los años; los préstamos entre “dialectos” y lengua estándar; la
relación entre “dialecto” y lo que se está contando.
Segundo: elaboren su propio punto de vista sobre ese tema que eligieron.
Cuarto: con todo lo que fueron anotan en los pasos anteriores, elaboren un texto
argumentativo atendiendo a las siguientes partes:
17
18