Historia y Evolucion
Historia y Evolucion
Historia y Evolucion
vez que los primeros pseudo-coches y algunos años antes que el famoso triciclo de
Benz. Un tal G.W. Fitts consiguió una patente de la que poco más se sabe, aparte
de que no llegó a producirse. Tampocó entró en producción la invención
de Frederick W. Lanchester, en 1902, de una dirección asistida hidráulica.
En los años 20 del siglo pasado, Francis W. Davis, ingeniero de la Pierce Arrow
Motor Car Company, desarrolló un sistema de dirección asistida para camiones
(donde el problema de una dirección pesada era peor aún) que acabó instalándose
también en coches. Tras un intento de acuerdo fallido con General Motors, en 1936
la empresa Bendix Corporation negoció con Davis para fabricar su sistema y
montarlo en sus vehículos. En 1939 apenas se habían vendido 2 coches con dicha
dirección asistida… Hasta que estalló la Segunda Guerra Mundial. Los militares
requerían vehículos con facilidad de uso y aquí entró en juego el invento de Davis y
Bendix: para cuando acabó la guerra, más de 10,000 vehículos equipaban su
sistema de dirección asistida.
Por otra parte, cada vez más coches, incluso los no puramente prestacionales,
ofrecen la posibilidad de variar ciertos parámetros del chasis, entre ellos la dirección.
Variar el grado de asistencia con una dirección asistida hidráulicamente se antoja
complicado, pues el grado de viscosidad del fluido es un parámetro predispuesto e
invariable una vez en funcionamiento.
Hay que tener en cuenta también el retorno de la dirección (lo que podríamos
denominar ‘autocentrado’). Aquí también entra en acción el motor eléctrico.
Tras girar una esquina o trazar una curva, el ‘cerebro’ del sistema determina el par
de retorno (o corriente de retorno) para volver a alinear las ruedas y puede hacerlo
de dos formas: calculándolo instantáneamente en función del ángulo de giro para
una velocidad dada o con ayuda de un conjunto de valores grabados
previamente en su memoria.
Diagrama del sistema de dirección asistida eléctricamente del Audi A6
¿Dónde se colocan dichos motores eléctricos y qué ventajas tiene este tipo de
asistencia? Hay tres esquemas básicos: sobre la misma columna de dirección,
sobre la cremallera y sobre el piñón.
¿Por qué digo ‘casi’? Cuando se pudo probar la actual generación del 911, la 991,
los periodistas más reputados del globo enseguida achacaron que su mayor pega
era la dirección. Era un paso atrás respecto al 997. Qué mal, ¿verdad?
Aunque las direcciones eléctricas no igualan
el feeling al volante de las hidráulicas, algunas marcas
cada vez están más cerca de conseguirlo
Ahora es cuando debemos tener en cuenta que el 997 destacaba por ofrecer una
estupenda sensación al volante, sobre todo en sus versiones GT3 y en especial el
genial GT3 RS 4.0. Es decir, la dirección del 991 (mejorada luego en las versiones
GT3, GT3 RS y R) era un paso atrás respecto a algo muy bueno, pero es con
bastante probabilidad la mejor dirección asistida eléctrica del mercado y mejor que
muchas hidráulicas. Porque no nos engañemos: una dirección asistida hidráulica
puede resultar mala, igual que una sin asistir puede ser totalmente ineficaz a
la hora de transmitir sensaciones. No miro a nadie ni a ningún modelo de Turín
respecto a eso último…
Para alguien a quien le gusta disfrutar conduciendo es difícil decir que una buena
dirección eléctrica es mejor que una buena hidráulica, si bien para muchos sería
difícil diferenciar entre ambas. De lo que estoy seguro es que las direcciones con
asistencia eléctrica seguirán mejorando en búsqueda de mayores sensaciones. Y
lo que está claro es que, por diversas razones, la asistencia eléctrica está
aquí para quedarse.