Emociones

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

CONFLICTOS, VIOLENCIAS Y EMOCIONES EN EL ÁMBITO

EDUCATIVO
CAPÍTULO 1: PENSAR LAS EMOCIONES EN LA ESCUELA
- El análisis de las experiencias emocionales de las y los estudiantes constituye una
herramienta fundamental para comprender las conflictividades y violencias que
atraviesan las experiencias y trayectorias juveniles.
- Abordaje de la dimensión emocional para comprender las conflictividades y las
violencias que se manifiestan en las instituciones escolares.

CENTRARSE EN LAS EMOCIONES


- Confirmación de la inscripción de las emociones como categoría interpretativa para
poder acceder al corazón de las prácticas de convivencia y de los resultados escolares.
- Las interacciones escolares se estructuran a través de circuitos afectivos que
posibilitan comportamientos y aprendizajes diferenciales.
- Podemos distinguir dos tipos de usos discursivos sobre las emociones: uno se monta
sobre la lógica de mercado y otro sobre una racionalidad científica.
- afectos.
- Illouz (2007) refiere a un proceso de mercantilización de las emociones que reconfigura
la vida afectiva de los sujetos a partir del siglo XX en lo que ella denominará como un
estilo emocional terapéutico, cuya característica principal es la racionalización
constante de las emociones.
- Este proceso tiene como consecuencia colocar el plano afectivo en un lugar
protagónico donde ciertas habilidades de comunicación se consideran manifestaciones
específicas de capital social.
- La noción de competencia emocional, recreada y utilizada por el mercado, auto
responsabiliza a los individuos de sus éxitos y fracasos en las diversas esferas de la
vida; promoviendo determinadas habilidades socioemocionales para la formación del
trabajador bajo criterios empresariales de rendimiento.
- En la medida en que las emociones están condicionadas por los contextos sociales no
es posible abordarlas si no atendemos la perspectiva relacional de los seres humanos.
- Las emociones cobran su sentido más hondo en las relaciones de intersubjetividad, en
la convivencia que nos hace humanos.
- Ello significa que las emociones pueden ser comprendidas si y solo si se interrelaciona
mutuamente la dimensión estructural material de lo social con la producción de la
subjetividad.
- Las emociones, sostiene Ahmed (2018), son prácticas culturales que se organizan
socialmente a través de circuitos afectivos.
- Lo que sentimos no es tan solo un estado psicológico sino un problema social,
- público y colectivo; debido a que las emociones no residen ni en los individuos ni en los
objetos, sino que se construyen en las interacciones entre los cuerpos, en las
relaciones entre las personas.
- El sentimiento de miedo a la exclusión atraviesa su emotividad.
- Centrarse en las emociones significa preguntarse cuáles de ellas predominan en los
procesos de exclusión material y simbólica que atraviesan las sociedades en las que
vivimos y cuál es el papel simbólico de la escuela ante el dolor social.

CUERPOS Y PROCESOS DE ESTIGMATIZACIÓN EN LA DINÁMICA ESCOLAR


- La sociología figuracional de Norbert Elías y el constructivismo estructuralista de Pierre
Bourdieu creen que las emociones son situadas en el sentido en que articulan lo
individual y lo social.
- Un enfoque relacional resulta significativo para el análisis de las emociones y su
relación con la producción de las violencias.
- Los conflictos en las escuelas deben ser comprendidos entrelazando las interacciones y
sentidos que les otorgan las y los estudiantes con las tramas particulares, sociales e
institucionales en las cuales se inscriben.
- Para conseguir el ocultamiento de ciertas reacciones y promover otras, es necesario
educar al cuerpo.
- El cuerpo humano y el modo en que este se expresa es un producto social y, por tanto,
irrumpido por la cultura, por relaciones de poder, por relaciones de
- dominación y de clase.
- Plantear una noción del cuerpo y las emociones diferente para quienes “dominan” que
para quienes son “dominados”.
- Esta construcción social del cuerpo tiene un correlato en la percepción del propio
cuerpo.
- Las interacciones que tienen lugar en el cotidiano se ven signadas por aspectos
corporales y emocionales.
- Si no están familiarizados con el individuo, los observadores pueden recoger indicios
que les permitan aplicar su experiencia previa con sujetos similares aplicando
estereotipos.
- Inclusive, es posible que se dé por sentada la probabilidad de encontrar individuos de
una clase determinada en un marco social dado (Goffman, 2012).
- Esta caracterización de las interacciones da inicio a un proceso de etiquetamiento a
partir de la observación de la apariencia y los modales.
- Bourdieu y Saint Martin (1998) sobre Las categorías del juicio profesoral puede
rastrearse el modo en que los juicios elaborados por los profesores respecto a sus
estudiantes refieren a distintos componentes del cuerpo.
+ Los juicios que pretendan aplicarse a toda persona, tienen en cuenta, no solo la
apariencia física propiamente dicha, que siempre está socialmente marcada, sino
también el cuerpo tratado socialmente, que es percibido a través de las taxonomías
socialmente constituidas, que son percibidas como signo de la calidad y del valor de la
persona (…).
- Las imágenes permiten no solo clasificar los rasgos corporales en dos grupos sino
también otorgar a cada uno de los grupos determinadas características que los
diferencian a uno del otro.
- Este abanico de rasgos corporales y en particular la piel, operan como un estigma
(Goffman, 2008), un elemento de segregación o de discriminación y como una forma
de auto-estigmatización.
- Las formas de discriminación hacia un otro a causa de su aspecto físico, su color de
piel, su condición étnica, su adscripción religiosa, su identidad de género o su rostro se
anclan en determinados contextos culturales.
- El cuerpo no es exclusivo de quien lo porta sino que conlleva un significado también
para quien lo observa. Los usos del cuerpo funcionan como metáforas sociales que
mediatizan los procesos de inclusión y exclusión.
- La mirada del otro funciona como mecanismo regulador de la norma modificando
ciertos comportamientos y generando que los cuerpos deban interiorizar nuevas
costumbres a través de la manifestación u ocultamiento de sentimientos frente a los
demás.
- La existencia del hombre adquiere sentido solo a través de los símbolos y valores de la
comunidad social a la que pertenece.
- Los afectos y emociones que atraviesan al hombre como sujeto social se inscriben en el
cuerpo y modelan los rasgos de su rostro.
- El rostro es parte del cuerpo de la comunicación.
- Las expresiones del rostro adquieren significación dentro de un orden simbólico
compartido en la intersujetividad.
- En todo intercambio comunicacional, cada actor intenta recopilar, de manera
inconsciente, la mayor cantidad de información que pueda obtener respecto a su
interlocutor para poder, de esa manera, decidir el modo de proceder, la estrategia que
desarrollará en el devenir de la posterior conversación.
- Cada actor decide cierta manera de organizar la puesta en escena.
- La socialización modela hasta la intimidad corporal más secreta del hombre.
- Las emociones y el cuerpo, lejos de ser estados de la naturaleza tienen una raíz social.
- La emoción no es un estado sino una manera de ser en el mundo.
- No hay una expresión de la emoción sino innumerables matices del rostro y del cuerpo
que dan testimonio de la afectividad de un actor social en un contexto dado.
- El rostro entonces es a la vez semejanza y discernimiento.
- Semejanza porque es lo que permite a un sujeto reconocerse en su especie al remitir
en espejo a la familiaridad de los otros rostros de su grupo.
- Discernimiento porque, a pesar de todo, algo en él permanece irreductible y es este el
motivo por el cual cada sujeto se hace único a través de la singularidad de su rostro.
- Simultáneamente liga y distingue. Refleja a su modo la posición contradictoria de todo
actor en un conjunto social, la de no existir sino a través de las referencias sociales y
culturales; pero participando a la vez de un modo personal en la creación colectiva del
sentido.
- “...interpretar el cuerpo y el rostro como lugares especialmente significativos en los
que se inscriben las marcas de las violencias, tanto las actuadas como las percibidas.”
(p. 43).
- Es a través de la mirada o las burlas, muchas veces en relación a aspectos físicos o por
la portación de rostro, que se da origen a conflictos que, al no ser abordados y
resueltos, devienen en peleas, pasando de una violencia verbal e incluso simbólica, a la
física.
- Es allí donde también pueden rastrearse naturalizaciones o generalizaciones
- en las que se asocian ciertas características de distinta índole para describir, humillar o
inferiorizar a ciertos grupos dando lugar a comportamientos y actitudes racistas.
- Al posicionarnos en una concepción del cuerpo como una construcción social, es
menester hacer hincapié también en aquellos rasgos que responden a esta visión más
amplia.
- El modo de vestir el cuerpo está íntimamente relacionado a la posición social del actor
y se ve influida por factores como las modas, las tendencias, las posibilidades de
adquirir ciertas prendas, e, inclusive, la intención del individuo de encajar en una u otra
configuración.
- La percepción sobre los otros, genera que cada sujeto elabore un juicio de evaluación
que tiene un sentido práctico.
- En esa interacción cotidiana, el cuerpo, a través de sus rasgos visibles, puede operar
como unelemento de segregación o de discriminación y, en segunda instancia, como
una forma de auto-estigmatización.
- Cada sujeto es, en parte, lo que los otros perciben de él y la presentación social del
actor se da a través del cuerpo.
- Esto se da en el marco de un régimen de apariencias que focaliza, a través de una
mirada inferiorizante, sobre cuestiones como el territorio donde viven y/o un
determinado hábitus corpóreo (Bourdieu, 1991a): disposiciones estéticas (formas de
hablar, de vestirse), signos/símbolos corporales, posturas, gestos faciales, entre otros.
- De esta forma se instala en el sentido común un reconocimiento.

VIOLENCIA CONTRA EL PROPIO CUERPO. EL CASO DE LAS AUTOLESIONES


- Los procesos de discriminación e inferiorización generan en las y los jóvenes
emotividades cargadas de sufrimiento.
- A partir de la humillación, la vergüenza, el asco o la ira, las y los estudiantes van
desarrollando a lo largo de su experiencia educativa un dolor que tiene raigambre en
las interacciones cotidianas por lo que podemos afirmar que es un dolor social.
- Conductas de riesgo: a través de estas acciones se establece un vínculo real o
simbólico con la muerte, pero no con la intención deliberada de morir, sino de poner en
juego la posibilidad nada despreciable de perder la vida o de conocer la alteración de
las capacidades físicas y emocionales individuales.
- Se produce un intercambio simbólico con la muerte donde se ofrece la propia vida para
que, en caso de salir adelante, el riesgo restituya un sentimiento de omnipotencia.
- Las conductas de riesgo manifiestan un enfrentamiento con el mundo cuyo fin no es la
muerte propiamente dicha sino, por el contrario, seguir viviendo para encontrarle un
sentido a la propia vida.
- Las conductas de riesgo son ritos íntimos de fabricación de sentido.
- Son pruebas que los jóvenes se infligen con una lucidez inigualada, ritualizaciones
salvajes de un pasaje doloroso, momentos transicionales donde el cuerpo mismo es un
objeto transicional proyectado al mundo duramente para continuar una marcha penosa
de confusión.
- la anorexia, el alcoholismo, la toxicomanía, las tentativas de suicidios, la velocidad al
volante, la fuga, la delincuencia, las relaciones sexuales sin protección, entre otras.
- Lesiones autoinfligidas:
+ Es una práctica caracterizada por cortes en la piel, generalmente ubicados en brazos
y muslos, que se vincula de manera estrecha con situaciones de miedo, angustia y
dolor sufridas por quienes los realizan a raíz de un entorno en el que no se sienten
reconocidos.
+ Este sentimiento tiene lugar en la experiencia vital de jóvenes que expresan
mediante palabras o gestos corporales no sentirse comprendidos en el mundo, no
encontrar reconocimiento social hacia su existencia, o, en determinados casos, como
un reactivo frente a situaciones de violencia (física y/o simbólica) en el ámbito familiar
y/o escolar.
+ La emotividad, cargada de dolor, encuentra en las conductas autodestructivas una
salida desesperada frente a las exclusiones que sufren.
+ La convivencia requiere la posibilidad de vivir junto a otros para protegerse
del aniquilamiento.
+ La violencia ejercida sobre el sujeto que no se siente reconocido, vuelve proyectada
sobre sí mismo en actos de autoagresión corporal que buscan aplacar el dolor social.
+ Las juventudes se encuentran permanentemente buscando una identidad propia a
través de una huella, una firma, que acredite su paso por el mundo.
+ Cuando no encuentran espacio para sentirse realizados y poder afirmarse en un
“aquí estoy yo”, el cuerpo se convierte en una superficie propicia para dejar esas
marcas.

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy