Documento Sin Título (3)
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MATERIA: filosofía
CURSOS: 5°2
Verdad lógica: Tiene que ver con que lo que decimos o pensamos tenga sentido y siga unas
reglas. Es como cuando resuelves un problema de matemáticas y todo encaja. Un ejemplo
es: "si todos los perros tienen cuatro patas y este animal es un perro, entonces tiene cuatro
patas".
Verdad ontológica: Esta se refiere a la realidad de las cosas, a lo que realmente es. Por
ejemplo, cuando decimos "los árboles existen", estamos afirmando una verdad ontológica
porque estamos hablando de algo que es real en el mundo.
2.
3. Algunas personas creen que la verdad es indivisible, lo que significa que no puede ser
mitad verdad y mitad mentira al mismo tiempo. Un ejemplo sería: "El cielo es azul". No
puede ser parcialmente verdad, o lo es o no lo es.
También dicen que la verdad es inmutable, es decir, que no cambia con el tiempo. Por
ejemplo, "el sol sale por el este" siempre será verdadero, sin importar el día o el lugar.
4. Antigüedad: Los filósofos de la Antigua Grecia, como Platón y Aristóteles, pensaban que
la verdad estaba en la razón y en cómo las cosas son realmente. Platón creía que la verdad
era algo inmutable, que existía en una especie de mundo ideal. Aristóteles, por su parte,
decía que algo es verdadero cuando lo que decimos concuerda con lo que pasa en el
mundo real.
Edad Media: Aquí, la verdad estaba muy vinculada a la fe religiosa. Para filósofos como
Santo Tomás de Aquino, la verdad última provenía de Dios. La razón humana podía
acercarse a la verdad, pero siempre bajo la guía de la fe.
Modernidad: En esta época, con filósofos como Descartes o Kant, la verdad se buscaba a
través de la razón (Descartes) o a través de la experiencia y los sentidos (Locke, Hume).
También es la época en la que se empiezan a sentar las bases de la ciencia moderna, con
la idea de que los hechos y las pruebas nos llevan a la verdad.
5. El relativismo dice que la verdad depende del punto de vista de cada persona o cultura.
Una crítica fuerte a esta idea es que, si todas las verdades son válidas, entonces no hay
manera de distinguir entre lo verdadero y lo falso. Si todo depende de cómo lo ve cada uno,
¿cómo podríamos llegar a un acuerdo sobre lo que es correcto o justo? Eso podría llevar a
una confusión general, donde no sabríamos cómo evaluar las cosas que nos importan.
6. En la era de la posverdad, lo que sentimos o creemos muchas veces pesa más que los
hechos objetivos. No se trata tanto de lo que es cierto o falso, sino de qué narrativa es más
convincente emocionalmente. Esto ocurre mucho en la política o en las redes sociales,
donde se difunden informaciones que apelan a nuestras emociones más que a los hechos,
aunque esos datos no sean del todo precisos.
Una frase del filósofo Darío Sztajnszrajber que puede servirte es:
> “La filosofía sirve para incomodar, para problematizar lo que consideramos obvio y
natural”.
Esto muestra cómo la filosofía nos invita a cuestionar todo aquello que damos por sentado,
y a mirar más allá de las apariencias, siempre buscando nuevas formas de entender el
mundo.