FINAL SOL
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DERECHO A LA EDUCACION:
La convención sobre los derechos de las personas con dispacidad, en su art 24, obliga a los
estados a construir sistemas de educación inclusivos. Garantiza una educación de calidad
inclusiva y equitativa para promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos.
¿La educación inclusiva, es solo para personas con discapacidad? La educación inclusiva es un
sistema que tiene en cuenta la plena participación y desarrollo de todos los estudiantes. Es un
sistema con más estrategias de enseñanza y de aprendizaje que todos pueden aprovechar y
disfrutar.
La inclusión social pasa por el desarrollo de escuelas o contextos educativos que acojan a todas
las personas de la comunidad, independientemente de su procedencia social, cultura o
características individuales y den respuesta a la diversidad de necesidades de aprendizaje.
- La imposibilidad de los niños con discapacidad para cumplir con las exigencias de las
instituciones.
- La falta de recursos para llevar a cabo un proceso de inclusión.
- La incivilidad de las instalaciones idelicias.
- El incumplimiento de un cupo por discapacidad.
Inicial: Ninguna institución educativa puede rechazar la inscripción por motivo de discapacidad.
Secundario: el sujeto haya asistido en educación especial, no será obice para que el alumno
ingrese a la escuela común.
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Según Mei ainscow: si los sistemas educativos quieren transformarse en inclusivos deben tener
en cuenta que:
- La inclusión es un proceso:
- Se preocupa por la identificación y eliminación de barreras.
- Está relacionada con la presencia y la participación y logros de todos los estudiantes.
- La inclusión pone énfasis en los grupos de estudiantes que pueden encontrarse en riesgo
de ser marginados, excluidos o tener bajos niveles de logros.
Debemos estar atentos a los distintos modos de aprender, esto puede dar pautas para el trabajo
con los contendidos.
No debemos enfocarnos en aquello que no está sino en lo que sí y usarlo como partida.
Los caminos no son lineales y deben sortearse desafíos permanentes buscando con imaginación
de manera colectiva y apoyada en una solida formación didáctica, diferentes formas de resolver
las situaciones que se presenten.
No solo los estudiantes aprender, sino que también los docentes y las escuelas.
RESOLUSION 1664/17
Comprende a las personas con discapacidad como aquellas que tengan diferencias físicas,
mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que al interactuar con diversas barreras,
pueden impedir su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con
las demás. Por este motivo el artículo 24, manifiesta el compromiso de los estados respecto al
derecho a la educación de las personas con discapacidad, sin discriminación y sobre las bases
de igualdad de oportunidades, garantizando un sistema de educación inclusiva en el marco del
modelo social. (De alguna forma Freire logro una educación inclusiva de forma colectiva).
Las leyes de educación Nacional y Provincial afirman que la educación es un derecho personal y
social y que la educación inclusiva, es un derecho que alcanza a todos los sujetos inclusive
aquellos que están en situación de discapacidad.
La ley 26206 en su artículo 8 establece que la educación brindara las oportunidades necesarias
para desarrollar y fortalecer la formación integral de las personas a lo largo de toda la vida y
promover en cada educando la capacidad de definir su proyecto de vidas basadas en la paz
igualdad, diversidad etc.
3
ANEXO 1.
Plantea que la educación inclusiva es un derecho de todas las personas y que se despliega
en la actualidad como un horizonte pedagógico, que no queda reducida ni limitada
únicamente a la educación de los estudiantes con discapacidad, sino que da cuenta del
reconocimiento de las particularidades y necesidades de cada una y de todos los alumnos.
Desde los inicios de la inclusión educativa la orientación de la trayectoria escolar de los niños
con discapacidad comienza desde la atención temprana del desarrollo infantil.
Buscando y brindando orientación por parte de los equipos transdiciplinarios hacia los equipos
docentes del nivel y equipo de orientación escolar, brindando apoyos especializados. Es
relevante siempre evaluar y formular las propuestas trabajando en forma conjunta con las
familias y el estudiante, serán acuerdos y decisiones para la implementación.
Los PPI estarán expresados de modo descriptivo indicando los contenidos curriculares, las
secuencias didácticas de progresión en la enseñanza y la selección de apoyo e intervenciones
docentes. También explicitara con claridad los criterios de evaluación, ya que es necesario la
4
Estos registros pueden ser escritos, orales y otros testimonios. Esto va a permitir a los equipos
de docentes profundizar contenidos y potenciar las experiencias de aprendizaje, para poder
continuar o modificar e incluso, incluir nuevos apoyos en la organización de la enseñanza.
También se harán revisiones y plazos para posibilitar ajustes acordes al proceso de aprendizaje,
por ultimo un informe tomando como referencia todos los registros y documentación
pedagógicas; al menos 3 informes `para comunicar a las familias de la trayectoria de su hijo.
Nivel secundario: una vez que la escuela primaria le otorgué una certificación es responsabilidad
de la institución educativa del nivel secundario garantizar al inicio del ciclo lectivo las acciones
pertinentes ante la inclusión de estudiantes con discapacidad.
En educación especial: el niño va a asistir a una escuela especial, si así lo desea. La educación
especial debe garantizar que los estudiantes transiten las aéreas específicas de acuerdo a la
situación de discapacidad. La evaluación y acreditación deben de estar en concordancia con los
contenidos curriculares previstos en su propuesta pedagógica. Recibirán trimestralmente un
boletín de calificaciones como instrumento de evaluación formal.
“la certificación de la terminalidad del nivel primario de un alumno con discapacidad en una
institución educativa de la modalidad, no significa que haya accedido a todos los contenidos
prescripto en el diseño curricular, sino que desarrollo al máximo sus potencialidades de
aprendizaje.”
ANEXO 2.
La inclusión promueve trayectorias educativas de los alumnos con discapacidad, donde orientan
el desarrollo de estrategias didácticas diversificadas, dando lugar al reconocimiento, el respeto.
Dar lugar a la palabra y expresión del alumno atendiendo sus particularidades, teniendo en
cuenta que es un sujeto activo.
Pensar las practicas educativas inclusivas supone partir de una mirada de la enseñanza
superadora de modelos didácticos tradicionales y de escenarios áulicos o formatos rígidos y
estáticos, que devienen de paradigmas escolares históricos.
Leu y Kinzer (2000) sugieren que las fuerzas culturales seguirán definiendo las formas y
funciones de la alfabetización y su enseñanza en el futuro. Aunque es difícil predecir lo que
sucederá en los próximos siglos, es probable que la convergencia entre la enseñanza de la
lectura y la escritura y las tecnologías de la información y la comunicación prevalezca en el
futuro inmediato. Sin embargo, la escuela aún enfrenta problemas persistentes con la
alfabetización, complicados por los rápidos cambios en la informática.
La alfabetización se entiende ahora como un proceso largo que abarca todo el desarrollo
humano, variando según las culturas y la historia. Este proceso no solo depende de la escuela,
sino también de la sociedad y la política. Surgen nuevos modelos que explican su naturaleza y
ayudan a comprender las discusiones sobre su desescolarización, un tema que ha preocupado a
los educadores durante décadas.
La alfabetización avanzada, según J. S. Chall, permite leer textos escritos de manera abstracta y
resolver problemas procesando información compleja. Este nivel de alfabetización debería
corresponderse con diez años de escolarización. Sin embargo, en la sociedad post-industrial,
muchos de los que estaban alfabetizados se transforman en analfabetos funcionales debido a
los cambios en los textos y la dificultad para su procesamiento.
Es un tratado internacional que articula los derechos de las personas con discapacidad,
promueve, protegen y asegura el pleno disfrute en condiciones de igualdad de todos los
derechos humanos y libertades por parte de todas las personas con discapacidad.
Este cambio de paradigma tiene que ver con un modelo donde las personas con discapacidad
son tratadas como objeto de tratamiento médico, caridad y protección social a un modelo total
mente diferente donde son reconocidos como titulares de derecho humanos , activas en la
decisiones que influyen en su vida para reivindicar sus derechos. Este enfoque considera que las
barreras de la sociedad, como los obstáculos físicos y las actitudes negativas que enfrentan las
personas con discapacidad son los principales obstáculos para el pleno disfrute de los derechos
humanos. Los derechos que incluyen son los: civiles, culturales, políticos, social, y económicos,
etc.
Se puede decir que las personas con discapacidad, para que puedan llevar una vida plena, se
deben dar los principios de comprensivita, integración y diversidad.
Filidoro:
Introducción
Retos actuales
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Propuestas pedagógicas
Estudiantes: La inclusión mejora los resultados educativos y sociales de los alumnos con
discapacidades, promoviendo su autonomía y bienestar.
Familias: Se reconoce el papel crucial de las familias como aliados en el proceso
educativo.
Docentes y directivos: Necesidad de construir comunidades de aprendizaje que apoyen
una educación inclusiva efectiva.
Conclusión
El documento subido es "Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño" de Emilia Ferreiro y
Ana Teberosky. A continuación, presento un resumen extenso del contenido principal:
Contexto y objetivos
Proceso de alfabetización
1. De lo pre-silábico a lo silábico:
o Los niños pasan de usar garabatos sin relación con los sonidos a intentar asignar
una letra a cada sílaba.
2. Silábico-alfabético:
o Los niños comienzan a reconocer que las palabras se componen de combinaciones
de sonidos, aunque con errores frecuentes.
3. Etapa alfabética:
o Se alcanza una comprensión más madura, vinculando letras y sonidos de forma
coherente, aunque todavía pueden ocurrir errores ortográficos.
Reflexiones pedagógicas
Emilia Ferreiro y Ana Teberosky critican métodos tradicionales que imponen la escritura
de forma rígida.
Proponen que los docentes trabajen respetando las hipótesis de los niños y fomenten el
descubrimiento autónomo.
Recomiendan estrategias que incluyan actividades significativas, como escritura libre y
lectura compartida.
Conclusiones
Importancia de la Lectoescritura
Conciencia Fonológica
La conciencia fonológica es un fuerte predictor del éxito en la lectura y tiene una relación
recíproca con el desarrollo lector. La fonología estudia los sistemas sonoros y los fonemas,
mientras que la fonética se centra en la realización física de los sonidos.
Entrenamiento y Enseñanza
Investigaciones y Resultados
La fonología se ocupa de los fonemas, que son unidades abstractas que representan los sonidos
de una lengua, mientras que la fonética se centra en la realización física de estos sonidos. La
fonología estudia cómo se estructuran y funcionan los sonidos del habla en las lenguas, mientras
que la fonética describe el inventario de los sonidos de una lengua y sus propiedades acústicas.
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La conciencia fonológica incluye diversos procesos que se inician con el despliegue del lenguaje
oral y sientan las bases para el acceso al lenguaje escrito. Algunos de estos procesos se
desarrollan de manera inconsciente, mientras que otros requieren de un aprendizaje formal
Conclusión
¿Cómo
facilitar el
aprendizaje
inicial de la
12
lectoescritura
? Papel de las
habilidades
fonológicas
¿Cómo facilitar el aprendizaje inicial de la
lectoescritura? Papel de las habilidades
fonológicas. SYLVIA DEFIOR
Metodología
Resultados
13
Conclusiones
Implicaciones Educativas
Elkonin (1973) sostiene que, en el diccionario interno del niño, el significado de las palabras está
asociado a su imagen sonora. Para acceder al significado y realizar una lectura comprensiva, el
niño debe ser capaz de recrear las formas sonoras de las palabras. Sin embargo, separar la forma
sonora de las palabras de su significado es difícil para el niño, un fenómeno que Luria explica con
la metáfora del cristal. El lenguaje mediatiza la relación del niño con el mundo, y para que el
lenguaje sea objeto de reflexión, es necesario "opacar el cristal", es decir, proporcionar al niño
experiencias adecuadas que le permitan atender a los elementos estructurales de la lengua.
alfabetizados no tienen "conciencia" de estas unidades debido a que el habla es una señal física
continua sin pistas demarcativas claras.
Karpova (1955) fue una de las primeras en examinar la habilidad de los niños para segmentar
oraciones en palabras, observando que los niños pequeños dividen la oración en unidades
semánticas antes de identificar las palabras individuales. Estudios posteriores confirman que los
niños prelectores no tienen conciencia de las palabras como unidades del lenguaje. Ferreiro y
Teberosky (1979) demuestran que los niños no esperan encontrar todas las palabras de una
emisión representadas en la escritura, ya que su noción de palabra difiere de la del adulto.
El acceso al fonema es especialmente relevante en las lenguas de escritura alfabética, ya que este
sistema representa la estructura fonológica interna de la palabra. Sin embargo, los niños y adultos
analfabetos tienen problemas para deslindar los fonemas en el continuo del habla, lo que entorpece
el aprendizaje de la lectoescritura. La sílaba, en cambio, es una unidad más claramente deslindable
debido a que su división surge como una división natural de la palabra.
Condemarín señala que, a diferencia del lenguaje oral, que se desarrolla de manera natural y
espontánea en un ambiente estimulante, la lectura y la escritura requieren un aprendizaje
laborioso. Mientras que toda población humana posee lenguaje oral, dos tercios de la población
mundial no leen ni escriben, lo que indica que la lectura no es una habilidad fácil de adquirir. La
capacidad de realizar funciones lingüísticas a través del ojo y de la mano no es una característica
genética del ser humano, sino que debe ser aprendida en el contexto de una relación educador-
alumno.
Condemarín plantea que muchos niños en América Latina no tienen acceso a un entorno gráfico
rico en estímulos escritos, lo que dificulta su aprendizaje de la lectura. En contraste, en sociedades
altamente letradas, los niños están inmersos en un mundo gráfico desde el nacimiento, lo que
facilita la adquisición del lenguaje escrito. La autora sugiere que los modelos educativos
importados de países desarrollados pueden ser útiles para enseñar a leer a niños privilegiados, pero
no son aplicables a las poblaciones rurales o con acceso limitado al mundo gráfico.
La lectura inicial, según Condemarín, debe enfocarse en la decodificación, un proceso que permite
la comprensión de la lectura. Este proceso implica una etapa larga y fatigosa de aprendizaje
deliberado y consciente, que eventualmente se automatiza. La autora recomienda un enfoque
fonético para la enseñanza de la lectura inicial, argumentando que las lenguas romances como el
español y el portugués, con su fonetismo regular, facilitan el descubrimiento de las relaciones
fonema-grafema-articulema. En contraste, el inglés, con su ortografía irregular, requiere el apoyo
de múltiples claves contextuales y memorización de configuraciones de palabras.
Condemarín también destaca la importancia del uso de mediadores eficientes, como el gesto, para
facilitar la memorización de los procesos visuales-auditivos propios de la lectura. El gesto puede
ayudar a recordar la forma de las letras y su articulación, proporcionando un fuerte feedback
kinestésico que refuerza la secuencia de las letras en la palabra. Este método ha sido aplicado con
éxito en diversos contextos, incluyendo niños con alteraciones del lenguaje y niños de clase media
baja y baja en Chile.
La autora subraya que la motivación y la atención son cruciales para el aprendizaje de la lectura.
El contenido debe ser seleccionado para despertar el interés del niño, teniendo en cuenta sus
necesidades y contexto. Condemarín recomienda que el educador se descentre de su perspectiva
urbana letrada y considere las funciones del lenguaje en las sociedades sin acceso a la letra. La
lectura debe ser vista como una actividad vinculada a las necesidades del niño, no como una
simple destreza mecánica.
Finalmente, Condemarín enfatiza la importancia de dotar a los niños de lenguaje escrito, una tarea
desafiante pero esencial para su desarrollo cognitivo y social. La autora concluye que todos los
seres humanos merecen el acceso a este tipo de lenguaje, que enriquece su comprensión de la
información, sistematiza y articula conocimientos, y desarrolla procesos cognitivos complejos
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como el razonamiento y el juicio crítico. La tarea de enseñar a leer en América Latina es ardua,
pero es fundamental para abrir y crear nuevos mundos para los niños.
El aprendizaje de la lectura pasa por una serie de etapas distintas, influenciadas por el psicólogo
Piaget, quien argumentó que el desarrollo de la comprensión de los niños acerca del mundo
físico requiere que progresen a través de una serie de estadios psicológicos discretos. En los
estadios más tempranos del desarrollo de la lectura, las palabras escritas se identifican solo por
su apariencia visual, casi como uno reconoce un objeto o un dibujo. El niño reconoce un
pequeño grupo de palabras valiéndose del contexto y de la forma de su contorno. Rápidamente,
el niño aprenderá que la ortografía de las palabras tiene alguna relación con sus sonidos,
comprendiendo que lo impreso traduce de alguna manera el habla y podrá comenzar a
segmentar las palabras en las letras que las componen y establecer conexiones entre las letras y
los sonidos.
El procesamiento de palabras en una lengua alfabética parte del presupuesto de que los
sistemas de escritura representan la estructura fonológica interna de las palabras, es decir, que
los grafemas representan los fonemas. En función del mayor o menor grado de consistencia
entre la representación fonológica y la ortográfica, las escrituras alfabéticas se clasifican en
ortografías transparentes o superficiales y opacas o profundas. La ortografía del español es un
ejemplo de sistema transparente ya que la relación entre fonemas y grafemas es altamente
consistente. En contraste, en inglés existen importantes diferencias entre ortografía y fonología,
con muchas palabras irregulares cuya pronunciación no puede derivarse por reglas de
correspondencia.
El modelo de desarrollo lector considera este proceso como una relación estratégica entre el uso
de la vía subléxica o fonológica y el uso de la vía léxica. Los procesos fonológicos son la puerta
que permite ingresar la información nueva en el léxico. Con el progreso en la habilidad de
lectura, los procesos fonológicos tienden a utilizarse menos, dejando paso cada vez más a los
procesos léxicos. Sin embargo, incluso los adultos recurren a la vía subléxica cuando se
enfrentan con una palabra que no han leído antes.
La CIF fue aceptada por 191 países y representa una actualización significativa del modelo
anterior, conocido como la Clasificación de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM),
publicada por primera vez en 1980. La revisión de esta clasificación ha llevado a cambios
trascendentales, incluyendo un cambio de nombre para reflejar una perspectiva más neutral y
positiva sobre la estructura y función del cuerpo, así como sobre las actividades y la
participación.
Uno de los aspectos novedosos de la CIF es la inclusión de una sección sobre factores
ambientales, reconociendo su importancia en la interacción con el estado de salud. Estos
18
La revisión de la CIDDM comenzó en 1993 y culminó con la publicación del borrador alfa en
1996 y del borrador beta en 1997. En 1999, se publicó una nueva versión de la clasificación,
conocida como el borrador beta-2 de la CIDDM-2, que incorporaba el nuevo modelo. Este
proceso de revisión incluyó la participación multidisciplinaria y la retroalimentación continua para
alcanzar un consenso mediante definiciones claras y operativas.
La autora cita a Élisabeth Bautier, quien sostiene que legitimar las prácticas de lenguaje como
objeto de enseñanza es una forma de democratizar el acceso al conocimiento. Delia Lerner
agrega que si estas prácticas no están presentes en los diseños curriculares y en el centro de la
19
Perelman explica que la lengua, cuando se enseña como un sistema de signos abstractos, se
centra en la gramática, eliminando las diferencias y variaciones del lenguaje. Este enfoque
tradicional tiende a presentar elementos lingüísticos abstractos como contenidos, seleccionando
aspectos descriptivos y normativos que se convierten en el eje del contenido de la lengua. La
función del docente, en este caso, es enseñar gramática, centrada en el análisis sintáctico y
morfológico, dejando de lado cómo funciona el lenguaje en su contexto de circulación y
producción.
A finales de los años 80, se introduce en las escuelas el Enfoque comunicativo, basado en el
modelo de Roman Jakobson, que incluye el reconocimiento del emisor, el receptor y el mensaje
en el proceso de comunicación. Sin embargo, este enfoque sigue considerando la lengua como
un conjunto abstracto de unidades y reglas, desligado de sus dimensiones históricas, culturales y
sociales. Aunque se introduce el texto como unidad de análisis, se sigue trabajando con
estructuras textuales abstractas, sin considerar las prácticas sociales de lectura y escritura.
Perelman critica que, aunque el Enfoque comunicativo introduce textos diversos en los manuales
escolares, como informativos, instructivos, poesías, leyendas y cartas, no se crean las
condiciones para que los alumnos puedan ejercer la diversidad de prácticas de lectura que
requieren estos textos. La enseñanza se centra en la estructura del texto, sin explorar las
prácticas sociales en las que los lectores leen los diarios, por ejemplo.
La autora también menciona que los modelos cognitivos de escritura, como el de Flower y
Hayes, conciben la mente del alumno como una computadora que activa conocimientos previos
almacenados en la memoria a largo plazo para producir textos. Estos modelos describen el
proceso de escritura como una habilidad cognitiva y lingüística general, aplicable a diferentes
textos y situaciones, pero no consideran las prácticas sociales y culturales en las que se ejercen
estas habilidades.
Perelman argumenta que la decisión de tomar las prácticas del lenguaje como objeto de
enseñanza se basa en estudios e investigaciones que cuestionan la idea de que el fracaso
escolar se debe a deficiencias individuales o familiares. En cambio, se reconoce que el lenguaje
es una práctica social e identitaria, y que los niños construyen su relación con el lenguaje a partir
de sus experiencias y representaciones culturales.
Perelman concluye que es necesario generar en el aula múltiples y variadas situaciones en las
que los alumnos ejerzan las diversas prácticas sociales del lenguaje de manera sostenida y
articulada. Esto permitirá que los alumnos se apropien de estas prácticas progresivamente,
alcanzando mayor control, precisión y autonomía en sus intervenciones. La autora enfatiza que
introducir las prácticas del lenguaje en las aulas supone profundos cambios en las escenas de
20
lectura, escritura e intercambios orales, y que estos cambios requieren una transformación en la
cultura escolar y en la cultura de los docentes.
El texto "Voces
sobre la alfabetización inicial en América Latina, 1980-
2010" de Mirta Castedo presenta un análisis exhaustivo sobre los cambios en las teorías y
prácticas de alfabetización inicial en América Latina durante tres décadas, explorando aportes de
diversos investigadores y revisando metodologías aplicadas en la enseñanza de la lectura y
escritura. A continuación, se presenta un resumen amplio:
Introducción y objetivos
Alcance del análisis: El texto celebra las contribuciones de la revista Lectura y Vida
(LyV), destacando cómo abordó la alfabetización inicial de manera consistente durante tres
décadas.
Metodología: El trabajo recoge testimonios de especialistas y analiza más de 90 artículos,
ofreciendo una visión amplia y diversa sobre la alfabetización inicial.
Conclusiones
El documento
"Aprender a leer y escribir desde una perspectiva
psicolingüística" de Virginia Jaichenco aborda los procesos y componentes
implicados en la lectura y la escritura, destacando la importancia de la alfabetización universal en
las sociedades modernas. La autora cita a Andrew Ellis, quien señala que ser analfabeto es una
profunda desventaja en el mundo moderno. En 1925, un grupo de más de 500 maestros de primer
grado en Estados Unidos identificó varios requisitos para un buen aprendizaje de la lectura, como
la comprensión adecuada, el dominio de la lengua materna, un buen vocabulario oral y una
diversidad de experiencias. Estos maestros sabían que la lectura recurre a una gran cantidad de
procesos y habilidades, algunas de las cuales no son específicas de la lectura y comienzan su
desarrollo antes de que los niños empiecen a leer.
El aprendizaje de la lectura pasa por una serie de etapas distintas, influenciadas por el psicólogo
Piaget, quien argumentó que el desarrollo de la comprensión de los niños acerca del mundo físico
requiere que progresen a través de una serie de estadios psicológicos discretos. En los estadios
más tempranos del desarrollo de la lectura, las palabras escritas se identifican solo por su
apariencia visual, casi como uno reconoce un objeto o un dibujo. El niño reconoce un pequeño
grupo de palabras valiéndose del contexto y de la forma de su contorno. Rápidamente, el niño
aprenderá que la ortografía de las palabras tiene alguna relación con sus sonidos, comprendiendo
22
que lo impreso traduce de alguna manera el habla y podrá comenzar a segmentar las palabras en
las letras que las componen y establecer conexiones entre las letras y los sonidos.
El procesamiento de palabras en una lengua alfabética parte del presupuesto de que los sistemas de
escritura representan la estructura fonológica interna de las palabras, es decir, que los grafemas
representan los fonemas. En función del mayor o menor grado de consistencia entre la
representación fonológica y la ortográfica, las escrituras alfabéticas se clasifican en ortografías
transparentes o superficiales y opacas o profundas. La ortografía del español es un ejemplo de
sistema transparente ya que la relación entre fonemas y grafemas es altamente consistente. En
contraste, en inglés existen importantes diferencias entre ortografía y fonología, con muchas
palabras irregulares cuya pronunciación no puede derivarse por reglas de correspondencia.
El modelo de desarrollo lector considera este proceso como una relación estratégica entre el uso de
la vía subléxica o fonológica y el uso de la vía léxica. Los procesos fonológicos son la puerta que
permite ingresar la información nueva en el léxico. Con el progreso en la habilidad de lectura, los
procesos fonológicos tienden a utilizarse menos, dejando paso cada vez más a los procesos
léxicos. Sin embargo, incluso los adultos recurren a la vía subléxica cuando se enfrentan con una
palabra que no han leído antes.
En cuanto a la enseñanza de la lectura, los métodos varían de un lugar a otro y de un tiempo a otro.
Los métodos de palabra completa o mirar y decir alientan a los niños a reconocer las palabras
directamente como unidades visuales, mientras que el enfoque fónico enseña específicamente las
correspondencias letra-sonido. Los métodos mixtos incorporan aspectos de ambas metodologías,
trabajando tanto la percepción global como el análisis fonológico.
Goodman comenzó a interesarse en cómo los niños aprenden a leer hace más de 25 años,
inicialmente creyendo que la alfabetización comenzaba en la escuela. Sin embargo, pronto se dio
cuenta de que muchos niños ya tenían conocimientos significativos sobre la lectura y la escritura
antes de comenzar la escuela. Utilizando el análisis de "pista errónea" desarrollado por Ken
Goodman, Yetta Goodman estudió cómo los niños de primer grado utilizaban los subsistemas del
lenguaje, como el sistema grafofónico, el sistema sintáctico y el sistema semántico, para leer y
comprender textos.
A través de sus observaciones, Goodman descubrió que los niños en una sociedad alfabetizada
aprenden sobre el lenguaje escrito no solo en la escuela, sino también como miembros de una
sociedad que utiliza la lectura y la escritura diariamente. Este aprendizaje ocurre en contextos
ricos en materiales impresos, como etiquetas de productos, carteles y signos en restaurantes y
comercios. Los niños pequeños interactúan con estos materiales impresos, organizando y
analizando sus significados, aunque a menudo este proceso pasa desapercibido para los adultos.
Goodman también observó que los niños tienden a usar términos como "dice" o "digo" cuando se
refieren a textos impresos, mostrando que comprenden el uso convencional del lenguaje hablado
en referencia al lenguaje escrito. Además, los niños son capaces de hacer enunciados
metalingüísticos, reflexionando sobre el lenguaje escrito como un objeto de reflexión.
La declaración de los derechos del hombre (ONU, 1948) y los derechos del niño (1959)
marcaron un cambio hacia un enfoque más inclusivo, promoviendo un ambiente educativo lo
menos restrictivo posible. Este enfoque busca equilibrar el derecho del niño a no ser
discriminado con el derecho a recibir un tratamiento adecuado. La historia de la educación
especial muestra que inicialmente se constituyó como un sistema paralelo y separado del
sistema educativo común, lo que contribuyó a la creación de "identidades especiales" basadas
en la discapacidad.
especial y común deben trabajar juntas para garantizar que todos los alumnos puedan
desarrollar su máximo potencial, respetando sus diferencias y necesidades individuales.
Benveniste argumenta que la escritura no es solo una notación técnica de la lengua, sino un
fenómeno social e histórico que influye en la evolución de las lenguas. La escritura selecciona
ciertos fenómenos sonoros y descarta otros, como la tos o las risas, que no se consideran
pertinentes para su uso. Sin embargo, algunos elementos como la altura musical y las
aspiraciones son relevantes en muchas lenguas y deben ser considerados con cuidado.
La autora destaca tres funciones esenciales de la escritura que no pueden reducirse a las de un
código: la pertinencia, la relación con el sentido y la pertenencia cultural. La función de
pertinencia se refiere a qué fenómenos sonoros se conservan en la escritura y cuáles se
descartan. Por ejemplo, en francés, aunque existen variaciones en la pronunciación de la /r/,
fonológicamente se considera un solo fonema. La escritura tiende a ignorar las diferencias
regionales y a adoptar una perspectiva panregional, lo que puede llevar a dificultades
ortográficas.
La pertenencia cultural se manifiesta en cómo la escritura sirve como modelo normativo para la
lengua hablada. La escritura ha sido utilizada históricamente para establecer normas y fijar la
pronunciación de las palabras. Por ejemplo, en la reforma carolingia del latín en el siglo VIII, se
buscó reformar la pronunciación del latín basándose en las grafías clásicas. Este fenómeno
también se observa en la historia reciente del francés, donde la escolaridad obligatoria impuso
una pronunciación nacional a través de la escritura.
En conclusión, Benveniste argumenta que la escritura no puede ser reducida a un simple código
gráfico. Su influencia en la evolución de las lenguas, su capacidad para estabilizar significados y
su papel en la pertenencia cultural son aspectos esenciales que deben ser considerados. La
escritura es un fenómeno complejo y multifacético que va más allá de la simple transposición de
la lengua hablada.
El documento "La
Adquisición de Conocimiento Ortográfico en Niños de
1er a 3er Año de Educación Básica" explora cómo los niños argentinos de primer a
tercer grado adquieren conocimiento ortográfico a través del análisis de la escritura de palabras.
También se examina la relación entre el conocimiento fonológico y el ortográfico. Para ello, se
administraron dos pruebas de escritura: una con palabras de diferente complejidad fonológica y
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Los resultados mostraron que las correspondencias consistentes independientes del contexto
fueron mejor escritas en todos los grados, seguidas de las inconsistentes dominantes, las
dependientes del contexto y las inconsistentes no dominantes. Los niños de grados superiores se
desempeñaron mejor que los de grados inferiores, lo que sugiere un progreso en el conocimiento
ortográfico con la escolaridad.
En años recientes, la independencia de estas dos rutas ha sido cuestionada. Investigadores como
Ehri (1992) argumentan que los niños no aprenden a leer solo mediante conexiones directas entre
palabras y significados, sino que también utilizan las relaciones entre letras y sonidos. Modelos
más recientes sugieren que el conocimiento ortográfico se apoya en la eficacia de los mecanismos
fonológicos, y que la recodificación fonológica actúa como un mecanismo autodidacta que
promueve el conocimiento léxico necesario para el reconocimiento visual directo de las palabras.
El estudio incluyó a 151 niños de Buenos Aires, Argentina, y utilizó dos pruebas de escritura: una
prueba de escritura fonológica y una prueba de escritura ortográfica. Los resultados mostraron que
los niños de grados superiores tuvieron un mejor desempeño en todos los tipos de
correspondencias, con un mayor progreso en las correspondencias contextuales y no dominantes
entre primer y segundo grado.
El análisis de errores en la escritura indicó que los niños recurren a una estrategia fonológica,
produciendo pseudohomófonos (palabras que suenan igual pero se escriben diferente) y no-
palabras (errores que reflejan problemas en la representación fonológica mental). Estos
hallazgos sugieren que, aunque los niños pueden leer con precisión, no han desarrollado
completamente las representaciones ortográficas necesarias para la escritura convencional.
Para explicar estos resultados, se propone una distinción entre dos tipos de conocimiento
ortográfico: amplio o grafo-fonémico, y restringido o convencional. El conocimiento ortográfico
amplio incluye el aprendizaje de las correspondencias entre letras y sonidos individuales,
mientras que el conocimiento ortográfico restringido se refiere al dominio de los patrones
ortográficos específicos del sistema de escritura convencional. La enseñanza sistemática y
sostenida de la forma ortográfica de las palabras es necesaria para garantizar la escritura
correcta en español.