1730153615040_Formación 1 (2024-2025)
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Área antropológica
Conocer la
Palabra de Dios
es conocer a Dios
INTRODUCCIÓN
En estas reuniones del mes de octubre y noviembre vamos a intentar de acuerdo al lema que
se ha escogido para este año de formación: “Responderá como en los días de su Juventud” (Os
2,14), renovar nuestro amor a Jesús y para ello profundizar en el conocimiento de las Sagradas
Escrituras, más bien motivar a hacerlo porque es trabajo personal puesto que cinco reuniones
de formación no son suficientes. La intención es que tomemos conciencia de que como decía
San Jerónimo: “Desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo.”
Para está primera sesión a modo de introducción trabajaremos con documentos del Magis-
terio sobre la Sagrada Escritura Dios para tomar conciencia de la necesidad que tenemos de
estar siempre creciendo en el amor y conocimiento de la Palabra de Dios.
El Papa Benedicto XVI nos dijo: “En la Palabra de Dios, escuchamos al mismo Dios que nos
habla y nos manifiesta su amor”. Jesucristo, el Verbo encarnado, es la culminación de esta re-
velación divina. Al conocer la Palabra de Dios, estamos conociendo a Cristo mismo, quien es
“la imagen visible del Dios invisible” (Col 1,15). A través de la Sagrada Escritura, no solo contem-
plamos la historia de la salvación, sino que experimentamos el amor de Dios que se revela y se
comunica con nosotros en cada palabra.
Para nosotras, que inmersas en las actividades diarias y en el corazón de la sociedad debe-
mos vivir nuestra consagración, la Palabra de Dios es una guía indispensable. Nos debe ayuda
a discernir, en medio de la complejidad del mundo, lo que Dios nos pide, a reconocer su voz
en medio del ruido y a transformar nuestras vidas ordinarias en espacios de encuentro con Él
y con el hermano. La Sagrada Escritura es, por tanto, fundamental para vivir nuestra vocación,
pues nos invita a descubrir a Dios en lo cotidiano y hacer de nuestra existencia un testimonio
de su amor.
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Material para la formación - 2024/2025
CONCILIO VATICANO II
DEI VERBUM
El Concilio Vaticano II a través de la Constitución apostólica nos invitó a descubrir la riqueza
de la Sagrada Escritura y a acercarla a todos los creyentes para que para que todo el mundo,
oyendo, crea el anuncio de la salvación; creyendo, espere, y esperando, ame.
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Material para la formación - 2024/2025
Padre le confió. Por tanto, Jesucristo -ver al cual es ver al Padre-, con su total presencia
y manifestación personal, con palabras y obras, señales y milagros, y, sobre todo, con
su muerte y resurrección gloriosa de entre los muertos; finalmente, con el envío del
Espíritu de verdad, completa la revelación y confirma con el testimonio divino que vive
en Dios con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte y resuci-
tarnos a la vida eterna.
La economía cristiana, por tanto, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará, y no
hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la gloriosa manifestación de
nuestro Señor Jesucristo (cf. 1 Tim., 6,14; Tit., 2,13).
VERBUM DOMINI
Benedicto XVI dedico una Exhortación Apostólica a la Palabra de Dios, después de la cele-
bración del Sínodo sobre la Palabra de Dios, con el fin de redescubrir la centralidad de la Palabra
de Dios en la vida personal y de la Iglesia y la urgencia y la belleza de anunciarla para la salva-
ción de la humanidad como testigos convencidos y creíbles del Resucitado.
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Palabra de Dios y fe
25. «Cuando Dios revela, el hombre tiene que “someterse con la fe”
(cf. Rm 16,26; Rm 1,5; 2 Co 10,5-6), por la que el hombre se entrega entera y libremente
a Dios, le ofrece “el homenaje total de su entendimiento y voluntad”, asintiendo libre-
mente a lo que él ha revelado».[76]3Con estas palabras, la Constitución dogmática Dei
Verbum expresa con precisión la actitud del hombre en relación con Dios. La respuesta
propia del hombre al Dios que habla es la fe. En esto se pone de manifiesto que «para
acoger la Revelación, el hombre debe abrir la mente y el corazón a la acción del Espíritu
Santo que le hace comprender la Palabra de Dios, presente en las sagradas Escrituras».
[77]4En efecto, la fe, con la que abrazamos de corazón la verdad que se nos ha reve-
lado y nos entregamos totalmente a Cristo, surge precisamente por la predicación de
la Palabra divina: «la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo»
(Rm 10,17). La historia de la salvación en su totalidad nos muestra de modo progresivo
este vínculo íntimo entre la Palabra de Dios y la fe, que se cumple en el encuentro con
Cristo. Con él, efectivamente, la fe adquiere la forma del encuentro con una Persona a la
que se confía la propia vida. Cristo Jesús está presente ahora en la historia, en su cuer-
po que es la Iglesia; por eso, nuestro acto de fe es al mismo tiempo un acto personal y
eclesial.
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Benedicto XVI
EVANGELII GAUDIUM
Toda la evangelización está fundada sobre ella, escuchada, meditada, vivida, celebrada y
testimoniada. Las Sagradas Escrituras son fuente de la evangelización. Por lo tanto, hace falta
formarse continuamente en la escucha de la Palabra. La Iglesia no evangeliza si no se deja con-
tinuamente evangelizar. Es indispensable que la Palabra de Dios «sea cada vez más el corazón
de toda actividad eclesial»[135].6La Palabra de Dios escuchada y celebrada, sobre todo en la
Eucaristía, alimenta y refuerza interiormente a los cristianos y los vuelve capaces de un auténti-
co testimonio evangélico en la vida cotidiana. Ya hemos superado aquella vieja contraposición
entre Palabra y Sacramento. La Palabra proclamada, viva y eficaz, prepara la recepción del Sa-
cramento, y en el Sacramento esa Palabra alcanza su máxima eficacia.
175. El estudio de las Sagradas Escrituras debe ser una puerta abierta a todos los
creyentes[136].7Es fundamental que la Palabra revelada fecunde radicalmente la ca-
78. Por ejemplo Dt 28,1-2.15.45; 32,1; de los profetas cf. Jr 7,22-28; Ez 2,8; 3,10; 6,3; 13,2; hasta los últimos: cf.
Za 3,8. Para san Pablo, cf. Rm 10,14-18; 1 Ts 2,13.
135. Benedicto XVI, Exhort. ap. postsinodal Verbum Domini (30 septiembre 2010), 1: AAS 102 (2010), 682.
136. Cf. Propositio 11.
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Francisco
Para la reflexión
2. La Constitución dogmática ‘Dei Verbum’ leemos que, por la revelación, Dios in-
visible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos,
para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía.
Indica frente a esa actitud de Dios de darse a conocer como amigo, que actividades
se pueden realizar para responder a esa invitación que nos hace l palabra de Dios
137. Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, sobre la divina Revelación, 21-22.
138. Cf. Benedicto XVI, Exhort. ap. postsinodal Verbum Domini (30 septiembre 2010), 86-87: AAS 102 (2010),
757-760.
139. Benedicto XVI, Discurso durante la primera Congregación general del Sínodo de los Obispos (8 oc-
tubre 2012): AAS 104 (2012), 896.
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A través de que actividades puedes poner o pones estas indicación del Santo Padre
en práctica.
¿Qué impacto tiene en tu vida saber que el pecado se describe como la falta de
escucha a la Palabra de Dios?
¿Cómo puedes cultivar una actitud de escucha y obediencia a lo que Dios te dice a
través de las Escrituras?
3. El Papa Francisco destaca la necesidad de que la Iglesia “se deje evangelizar con-
tinuamente” por la Palabra de Dios.
¿Qué significa para ti que la Palabra de Dios sea “el corazón de toda actividad eclesial”?
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