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Cartillas Matemáticas

Números Naturales y Recursión


Daniel Crespin
Escuela de Matemáticas, Facultad de Ciencias
Universidad Central de Venezuela
http://euler.ciens.ucv.ve/∼dcrespin/Pub

A Edith Iglesias de Ricabarra, 1927-2006

Contenido

1. Introducción 5

2. Bosquejo 6

3. Orden y cotas 7

4. Elementos primero y último 12

5. Axioma de Elección 14

6. Buen orden 15

7. Inyecciones, suryecciones y biyecciones 18

8. Sucesores 19

9. Buen orden y sucesores 21

10.Conjuntos finitos 23

11.Comparación de conjuntos ordenados 26

12.Conjuntos invariantes 32
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 2

13. Conjuntos inductivos 34

14. Números naturales 37

15. Antecesores 41

16. Dı́gitos 43

17. Números como sı́mbolos 44

18. Sistema nominal escrito 45

19.Sistema nominal hablado 45

20. Recursión 47

21. Recursión funcional 52

22. Recursiones elementales 59

23. Comparación de sistemas de números naturales 60

24. Orden y sucesores 64

25. Suma 65

26. Suma y relación de orden 67

27. Leyes de cancelación para la suma 68

28. Suma de funciones 69

29. Funciones aditivas 71

30. Suma funcional iterada 72

31. Sumas iteradas de la identidad 77


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 3

32. Producto 79

33. Producto y orden 84

34. Leyes de cancelación para el producto 84

35. División entera 85

36. Sucesiones 87

37.Infinitud de los naturales 88

38.Finitud de los intervalos 88

39.Naturales y conjuntos infinitos 89

40.Naturales y conjuntos finitos 90

41. Subsucesiones 94

42. Divisibilidad 94

43. Irreducibles 96

44. Primos 96

45. Cuadrados 96

46. Cubos 97

47. Potencias 97

48. Teorema Fundamental de la Aritmética 97

49. Raı́ces 97

50. Exponentes 97
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 4

51. Logaritmos 97

52. Sucesión doble de las potencias 97

53. Sistemas posicionales 97

54. Recapitulación 98

55. Broche 103

Índice Alfabético 76
Referencias 79
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 5

1. Introducción
Esta cartilla es una exposición extensa de los sistemas de números naturales,
definidos como conjuntos bien ordenados inductivos y minimales. Está diri-
gida a los estudiantes de la Licenciatura en Matemáticas y explica la funda-
mentación de los números naturales sin recorte en los detalles.
No es este un texto introductorio, por consiguiente el nivel no es el más bajo
posible. En esa dirección hay obras como la ampliamente conocida Aritmética
de Aurelio Baldor [1] que contiene la exposición elemental más popular y
didáctica en idioma español sobre el tema de los números naturales; dicho
libro logra desarrollar el tema de los naturales sin utilizar –ni siquiera lo
menciona– el principio de inducción.
He procurado aprovechar la experiencia previa de un lector que con anteriori-
dad dedicó esfuerzos a las Matemáticas. Supongo que ya enfrentó la construc-
ción de sistemas de números y que tuvo oportunidad de familiarizarse con
las ideas, notaciones y técnicas elementales de la teorı́a de conjuntos. Estas
notas le servirán para repasar sus contactos preliminares con los conjuntos
mediante un tema matemático de amplio consumo.
Suponemos que los conjuntos y las funciones, objetos muy elementales, son
suficientemente conocidos y a partir de ellos paulatinamente incorporamos
los diversos tipos de relaciones de orden, de familias de subconjuntos y de
funciones que nuestro tópico requiere. Todos estos ingredientes se examinan
con lupa –sin llegar al microscopio de la formalización– y se vinculan progre-
sivamente entre si.
A diferencia del punto de vista usual, el tema de los naturales se expone
en este texto utilizando intersecciones de colecciones de conjuntos, conjuntos
invariantes, teoremas de recursión y funciones aditivas. A todo lo largo de la
cartilla se utilizan sin advertencia y con naturalidad las notaciones usuales,
las construcciones tı́picas y el lenguaje corriente de los conjuntos y las fun-
ciones. Cualquiera de los textos siguientes cubre con creces las necesidades
conjuntistas de esta cartilla: Halmos [6], Kelley [7] y Suppes [15].
Los numerosos enunciados –sumamente sencillos– que encontrará el lector
van creando un ambiente, una ubicación, para que eventualmente resalten
con brillo propio y se aprecien con adecuados contrastes las particularidades y
excelencias de los objetos centrales de este discurso: Los sistemas de números
naturales.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 6

Existen presentaciones muy concisas de los naturales, por ejemplo, a veces


basta decir:
N es un conjunto con un elemento 0 ∈ N y una función inyectiva s : N → N
cuya imagen es s(N) = N − {0} y la cual verifica el siguiente Principio de
Inducción:
Si A ⊆ N es tal que
i) 0 ∈ A
ii) n ∈ A ⇒ s(n) ∈ A
entonces A = N.
Desde luego, este enunciado deja pendientes las definiciones de orden, suma
y producto, ası́ como la demostración de propiedades fundamentales como la
conmutatividad o el teorema de recursión.
En el otro extremo, para exposiciones extensas y detalladas de los sistemas
de números naturales, y también de los enteros, racionales, reales y comple-
jos, pueden consultarse Cohen-Ehrlich [3], Fefferman [4] y el clásico libro de
Landau [8] que, históricamente, fue el primer texto moderno sobre la cons-
trucción de sistemas de números.
Intercalados en la exposición se encuentran ejemplos extemporáneos, varios
basados en los números reales –a pesar de que los reales formalmente deben
ubicarse después– porque nos pareció que favorecen la comprensión de al-
gunos conceptos. Para minimizar los riesgos de confusión, los párrafos con
comentarios y ejemplos que no son lógicamente necesarios o corresponden a
tópicos posteriores van precedidos por un lunar (•) y aparecen en letra pequeña.
Es usual referirse a ‘el sistema’ de números naturales como si solamente
hubiese uno, lo cual, a pesar de no ser cierto, constituye costumbre de viejo
arraigo. La verdad es que hay toda una categorı́a con objetos los sistemas
de números naturales y morfismos los isomorfismos entre ellos. En el broche
final, sección 55, añadiré comentarios al asunto de la unicidad.

2. Bosquejo
La cartilla se inicia con un repaso de temas básicos, a saber, orden y cotas,
elementos primero y último, buen orden, función sucesor, funciones monóto-
nas e isomorfismos, conjuntos invariantes e inductivos, y minimalidad. Son
nociones requeridas para dar la siguiente definición:
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 7

Un sistema N de números naturales es un conjunto bien ordenado inductivo


y minimal.
Estudiamos entonces –cuidando todos los pormenores– la recursión y las
n
^
composiciones iteradas, g n = g ◦ · · · ◦ g, de una función consigo misma, de
las cuales obtendremos posteriormente diversas propiedades de la suma y el
producto de números naturales. La recursión permite demostrar que dos sis-
temas cualesquiera de números naturales son isomorfos y que el isomorfismo
es único.
La suma de naturales se define mediante iteraciones de la función sucesor. De-
mostramos la asociatividad, conmutatividad, existencia de elemento neutro,
compatibilidad con el orden y leyes de cancelación.
Se introducen las funciones aditivas y las sumas iteradas de funciones –en
n
^
particular las sumas iteradas I+ · · · +I de la función identidad– que se
utilizan para definir el producto de números naturales. Se demuestran para
el producto sus propiedades asociativa, conmutativa, existencia de elemen-
to neutro, compatibilidad con el orden y leyes de cancelación. Se prueban
asimismo las propiedades distributivas del producto respecto a la suma.
En la sección sobre división entera probamos la existencia y unicidad del
cociente y el resto.
La penúltima sección, 54, es una revisión a vuelo de pájaro de las secciones
previas e incluye también comentarios sobre los sistemas de números pos-
teriores en la jerarquı́a de riqueza estructural –o tal vez de complicación–
a los naturales: Los números enteros Z, los racionales Q, los reales R y los
complejos C.
La sección final, 55, expone comentarios del autor sobre los números, las
matemáticas, las ideas e, inevitablemente, sobre la naturaleza de los seres
humanos.

3. Orden y cotas
Recordemos que si son X, Y, Z conjuntos la función identidad de X, denotada
IX : X → X, se define por IX (x) = x. Para cada y ∈ Y hay una función
constante cy : X → Y , dada por cy (x) = y para los x ∈ X. Si f : X → Y ,
g : Y → Z son funciones entonces

g ◦f : X → Z
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 8

es la función compuesta definida por la relación g ◦ f (x) = g(f (x)).


Un orden o relación de orden en X, denotada ≤, es una relación reflexiva,
transitiva y antisimétrica, es decir, si x, y, z ∈ X entonces

x≤x
(x ≤ y ∧ y ≤ z) ⇒ x ≤ z
(x ≤ y ∧ y ≤ x) ⇒ x = y

Un conjunto ordenado es un conjunto X con un orden. Es usual abreviar ‘X


es un conjunto ordenado’ diciendo simplemente ‘X es un orden’.
Cuando se cumple x ≤ y decimos que x es menor que y o que x precede a y;
en tal caso también y es mayor que x, o y sigue a x.
Si x es menor que y y si además x 6= y lo denotamos mediante x < y y decimos
que x es estrictamente menor que y, o precede estrictamente a x, o que y es
estrictamente mayor que x, o sigue estrictamente a x. Por consiguiente

x < y ⇔ x ≤ y ∧ x 6= y

Usaremos asimismo las notaciones y ≥ x, y > x como equivalentes a x ≤ y,


x < y respectivamente.
Toda expresión donde aparece alguno de los sı́mbolos ≤, <, ≥ ó > es una
desigualdad. Si los sı́mbolos son < ó > diremos que se trata de una desigualdad
estricta.
Pares de desigualdades como x ≤ y y z ≤ w tienen igual sentido mientras
que x ≤ y y w ≥ z tienen sentido contrario. Asimismo con desigualdades
estrictas, x < y y z < w tienen igual sentido siendo x < y y z > w de sentido
contrario.
• Orden vacı́o. Nótese que el conjunto vacı́o es un conjunto ordenado. En efecto, hay una
única relación ∅ ⊆ ∅ × ∅ y esta satisface las condiciones en la definición de orden. Por
ejemplo, es reflexiva, pues en caso contrario existirı́a al menos un x ∈ ∅ tal que x ≤ x es
falso, pero esto no puede ocurrir porque ∅ no tiene elementos.
Dos elementos son comparables si uno de ellos sigue al otro. En otras palabras,
x, y ∈ X son comparables si se cumple x ≤ y ó y ≤ x. El orden del conjunto
X es total, o X es una cadena, si dos elementos cualesquiera son comparables

x, y ∈ X ⇒ (x ≤ y ∨ y ≤ x)

La definición de desigualdad estricta implica la siguiente


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 9

1.- Ley de Tricotomı́a: En un orden total dos elementos x, y ∈ X satisfacen


una y solo una de las tres condiciones siguientes:

x<y x=y y<x

Sea A un subconjunto de X. El elemento cI ∈ X es cota inferior de A, y A es


acotado inferiormente (por cI ), si cI es menor que todos los elementos de A

a ∈ A ⇒ cI ≤ a

Denotamos por CI (A) el conjunto de las cotas inferiores de A

CI (A) = {c ∈ X | a ∈ A ⇒ c ≤ a}

Parafraseando la definición tenemos

2.- Las cotas inferiores forman una clase que es no vacı́a si y solo si el con-
junto es acotado inferiormente:

CI (A) 6= ∅ ⇔ (∃ cI ∈ X 3 (a ∈ A ⇒ cI ≤ a))

• Cotas inferiores como función de conjuntos. Sea P(X) el conjunto de partes de X

P(X) = {A | A ⊆ X}

Podemos considerar a CI como una función de P(X) en si mismo, esto es

CI : P(X) → P(X)

Esta función asigna al elemento A ∈ P(X) el valor CI (A) ∈ P(X) y tiene las propiedades
siguientes
CI (∅) = X
CI (X) = ∅ ∨ CI (X) = {p}
A ⊆ B ⇒ CI (A) ⊇ CI (B)
La segunda condición dice que el conjunto total X tiene lo sumo una cota inferior, esto
es, si existe cota inferior para todo el conjunto X entonces es única. Compare con 4 y 5
más abajo.
Un elemento cS ∈ X es cota superior de A, y A es acotado superiormente
(por cS ), si cS es mayor que todos los elementos de A

a ∈ A ⇒ a ≤ cS
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 10

Denotamos por CS (A) el conjunto de las cotas superiores de A

CS (A) = {c ∈ X | a ∈ A ⇒ a ≤ c}

Inmediatamente se tiene

3.- Las cotas superiores son una clase no vacı́a si y solo si el conjunto es
acotado superiormente

CS (A) 6= ∅ ⇔ (∃ cS ∈ X 3 a ∈ A ⇒ a ≤ cS )

• Cotas superiores como función de conjuntos. De forma similar a CI , podemos considerar


que CS es una función en el conjunto de partes de X

CS : P(X) → P(X)

Al elemento A ∈ P(X) corresponde CS (A) ∈ P(X) y se cumple

CS (∅) = X
CS (X) = ∅ ∨ CS (X) = {u}
A ⊆ B ⇒ CS (A) ⊇ CS (B)

• Cotas en el conjunto de partes. En el conjunto P(X) de partes de X podemos considerar


la relación de contención

A ⊆ B ⇔ (x ∈ A ⇒ x ∈ B) (1)

Esta es una relación reflexiva, transitiva y antisimétrica, luego es una relación de orden; y
es independiente de cualquier relación, de orden u otro tipo, que pueda estar definida en
X.
Si A es un elemento de P(X), es decir, A ⊆ X, entonces ∅ ⊆ A ⊆ X. Luego ∅ precede y
X sigue a cualquier elemento A ∈ P(X).
Consideremos subconjuntos A del conjunto ordenado P(X), es decir, A ⊆ P(X). Esto
significa que A es un conjunto cuyos elementos son subconjuntos de X

A∈A ⇒ A⊆X

Se tiene entonces que la intersección de A


\
A = {x | ∀A ∈ A, x ∈ A}

es cota inferior de A \
∀A ∈ A, A⊆A
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 11

y la unión [
A = {x | ∃ A ∈ A 3 x ∈ A}
es cota superior [
∀A ∈ A, A ⊆ A
Además, un conjunto C ⊆ X es cota inferior de A si y solo si está contenido en la
intersección \
C⊆ A
y es cota superior si y solo si contiene a la unión
[
A⊆C

Por consiguiente el conjunto de las cotas inferiores de A está formado por los conjuntos
contenido es la intersección \
CI (A) = {C | C ⊆ A}
y el de las cotas superiores por los que contienen a la unión
[
CS (A) = {C | A ⊆ C}

En general un subconjunto puede tener muchas cotas inferiores, pero en el


subconjunto mismo no puede haber más de una:

4.- En un conjunto ordenado cada subconjunto contiene a lo sumo una de


sus cotas inferiores, es decir, si X es ordenado y A ⊆ X entonces

c, c0 ∈ A ∧ c, c0 ∈ CI (A) ⇒ c = c0

Por una parte c0 está en A y c es cota inferior, luego c ≤ c0 ; asimismo, c


está en A y c0 es cota inferior, por lo que c0 ≤ c. Por antisimetrı́a c = c0 .
El resultado anterior puede expresarse ası́:

5.- La intersección de un conjunto con (el conjunto de) sus cotas inferiores
tiene a lo sumo un elemento

A ∩ CI (A) = {c} ∨ A ∩ CI (A) = ∅

Los correspondientes enunciados para cotas superiores son los siguientes:


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 12

6.- En un conjunto ordenado cada subconjunto contiene a lo sumo una de


sus cotas superiores

c, c0 ∈ A ∧ c, c0 ∈ CS (A) ⇒ c = c0

7.- La intersección de un conjunto con sus cotas superiores tiene a lo sumo


un elemento
A ∩ CS (A) = {c} ∨ A ∩ CS (A) = ∅
• Conjunto acotado sin cotas en él. El conjunto de los racionales tiene partes acotadas que
no contienen ninguna de sus cotas. Ası́, en el conjunto X = Q de los números racionales
sea
A = {r ∈ Q | r2 < 2}

Entonces A es acotado inferior y superiormente y A ∩ CS (A) = A ∩ CI (A) = ∅.


Hay también ejemplos en la recta real. En R los conjuntos abiertos no contienen ninguna
de sus cotas (vea el inserto que sigue al enunciado 10) y en particular los abiertos acotados
de R tienen cotas pero no las contienen.

4. Elementos primero y último


Sea X un conjunto ordenado y considere un subconjunto A ⊆ X. El elemento
p ∈ A es primero, si es cota inferior de A. En otras palabras, p es un elemento
de A que es menor que, o igual a, todos los elementos de A

p ∈ A ∧ (a ∈ A ⇒ p ≤ a)

Recalcamos que en esta definición el elemento primero de A debe pertenecer


a A: p ∈ A. En particular,

8.- El conjunto vacı́o no tiene primer elemento.


En cuanto a la unicidad del primer elemento, se razona como en 4: Si otro
elemento p0 ∈ A es primer elemento entonces ambos están en A y ambos son
cotas inferiores de A, luego p ≤ p0 y p0 ≤ p por lo que p0 = p, luego

9.- Un subconjunto de un conjunto ordenado X tiene a lo sumo un primer


elemento.
Si un subconjunto A ⊆ X tiene primer elemento lo denotamos por p(A). Las
definiciones y 9 implican
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 13

10.- Un subconjunto tiene primer elemento si y solo si su intersección con


el conjunto de sus cotas inferiores es no vacı́a, y en tal caso la intersección
consta exactamente del primer elemento

∃ p(A) ⇔ A ∩ CI (A) 6= ∅
⇔ A ∩ CI (A) = {p(A)}

• Los abiertos de R no tienen primer elemento. En el conjunto R de los números reales, y


respecto al orden usual, ningún conjunto abierto A (por ejemplo la semirrecta A = (x, ∞))
puede tener primer elemento. El motivo es que todo elemento es estrictamente mayor que
algún otro elemento del mismo abierto. En otras palabras, si q ∈ A entonces existe  > 0
tal que (q − , q + ) ⊆ A de manera que q −  ∈ A y por ser q −  < q vemos que q no es
primer elemento. Por el contrario, todo conjunto B ⊆ R cerrado y acotado inferiormente
tiene primer elemento, a saber, su ı́nfimo p = inf B ∈ B.
Es natural considerar también en subconjuntos A de conjuntos ordenados X
la siguiente definición. El elemento u ∈ A es último si es cota superior de A

u ∈ A ∧ (a ∈ A ⇒ a ≤ u)

Razonamientos similares a los usados respecto al primer elemento implican


para el último elemento los siguientes enunciados.

11.- El conjunto vacı́o no tiene último elemento.

12.- Cada subconjunto de X tiene a lo sumo un último elemento.

13.- Un subconjunto tiene último elemento si y solo si su intersección con


el conjunto de sus cotas superiores es no vacı́a, y en tal caso la intersección
consta exactamente del último elemento
∃ u(A) ⇔ A ∩ CS (A) 6= ∅
⇔ A ∩ CS (A) = {u(A)}

• Elementos primero y último respecto a la inclusión. En el conjunto de partes P(X) orde-


nado por inclusión la colección A ⊆ P(X) tiene primer elemento si y solo si la intersección
es uno de sus miembros: A ∈ A; y tiene último elemento si y solo si la unión está entre
T

sus miembros: A ∈ A.
S
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 14

5. Axioma de Elección
Sea X un conjunto, P(X) el conjunto de las partes de X y P0 (X) el conjunto
de las partes no vacı́as de X, esto es

P0 (X) = {A | A ⊆ X ∧ A 6= ∅}

/ P0 (X) y P(X) = P0 (X) ∪ {∅}.


de manera que ∅ ∈
Denotaremos mediante A una colección de partes no vacı́as de X, esto es,

A ⊆ P0 (X)

Una función de elección para A es una función con dominio A que transforma
su miembros en elementos de si mismos. En otras palabras

e:A→X

es una función de elección si para todo A ∈ A se cumple a condición

e(A) ∈ A

Sea X un conjunto cualquiera. ¿Existe o no función de elección para P0 (X)?


Incontables desvelos –vinculados a dolorosas locuras y suicidios– hicieron
sospechar y eventualmente permitieron obtener prueba de lo siguiente: La
existencia de funciones de elección no se puede deducir de los demás axiomas
–los que suelen aceptarse con menos preocupación– de la Teorı́a de Conjun-
tos. Ocurre que dichas funciones de elección hacen falta para obtener una
serie de resultados muy codiciados y utilizados por varias generaciones de
matemáticos. En consecuencia hay amplio consenso para convertir la exis-
tencia de funciones de elección en un postulado y aceptar el siguiente
Axioma de Elección (Auswahlaxiom): Para cualquier X existen fun-
ciones de elección
e : P0 (X) → X

Asumiremos este axioma y lo utilizaremos en la sección ?? para inferir que los


números naturales tiene la esperada propiedad de ser suficientes para contar
los elementos de cualquier conjunto finito.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 15

Con el Axioma de Elección se cuelan una serie de consecuencias sorprendentes


entre las cuales destaca el Principio de Buena Ordenación, explicado abajo
en la sección 6.
• Enunciados equivalentes al Axioma de Elección. Hay información legible y sustancial
sobre los enunciados equivalentes al Axioma de Elección en [16].
Las funciones de elección para P0 (X) lo son también para A, es decir, el
Axioma de Elección, enunciado para la colección P0 (X) de todas las partes
no vacı́as de X, implica

14.- Para cualquier A ⊆ P0 (X) existen funciones de elección.

6. Buen orden
Sea X un conjunto; mantenemos la notación P0 (X) para la colección de los
subconjuntos no vacı́os de X. Supongamos que X está provisto de un orden
≤. Por definición X está bien ordenado si todo subconjunto no vacı́o tiene
primer elemento, esto es, si

A ∈ P0 (X) ⇒ ∃ p(A) ∈ A

Cuando esto ocurre decimos que la relación ≤, y también que el conjunto X,


es un buen orden.
Según la definición si X está bien ordenado entonces A → p(A) es una función
cuyo dominio es toda la colección P0 (X)

p : P0 (X) → X

Si X es no vacı́o entonces X ∈ P0 (X) y por lo tanto

15.- Todo conjunto bien ordenado no vacı́o tiene primer elemento, es decir,
si X 6= ∅ está bien ordenado entonces existe p(X) ∈ X que verifica

x ∈ X ⇒ p(X) ≤ x

• El vacı́o es un buen orden. El conjunto vacı́o es un conjunto bien ordenado. Porque si


no lo fuese existirı́a un subconjunto no vacı́o A ⊆ ∅ sin primer elemento; pero tal A no
puede existir. Es el único conjunto bien ordenado sin primer elemento.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 16

El primer elemento de un conjunto bien ordenado y no vacı́o X es un elemento


distinguido que tiene un desempeño especial en las definiciones y razonamien-
tos; será denotado 0X , ası́,
0X = p(X)

Enunciamos el
Principio de Buena Ordenación: Todo conjunto tiene un buen orden.
Este principio es equivalente al Axioma de Elección, pero no lo utilizare-
mos y omitimos su deducción. Para nuestros propósitos será suficiente con el
Axioma de Infinito enunciado en la sección 13.
• Los enteros no son un buen orden. En el conjunto Z de los enteros el orden usual no es
un buen orden; por ejemplo, el conjunto A = {. . . , −n, · · · − 2, −1} de los enteros negativos
no tiene primer elemento.
• Los reales no son un buen orden. El conjunto R de los números reales con el orden usual
no está bien ordenado porque tiene subconjuntos como A = (0, 1) (intervalo abierto) que
no tienen primer elemento.
• Problema del buen orden. En 1904 Zermelo demostró que el Axioma de Elección equivale
al Principio de Buena Ordenación. Este resultado desató en su momento intensa controver-
sia. Mientras por una parte el Axioma de Elección luce inocuo y digerible sin dispepsias, el
Principio de Buena Ordenación constituye un cólico mayor. El motivo es que –aplicado en
particular al conjunto de los números reales– afirma que en R existe un buen orden. Pero
nadie fue capaz (ni lo ha sido hasta el presente) de definir explı́citamente un buen orden
en R. Se concluye que existe una relación, el buen orden de R, sin que esté al alcance de
persona alguna especificarla mediante una fórmula.
• Ordinales y metáforas. Entre los conjuntos bien ordenados destacan los ordinales. Pro-
porcionan –además de otras cosas– un curioso modelo de los números naturales. Según
una metáfora un conjunto es como una caja que encierra a sus elementos. El conjunto
vacı́o es entonces una caja vacı́a y este serı́a el ordinal nulo (0 = ∅). Hay también un
conjunto, que no es vacı́o, y cuyo único elemento es el conjunto vacı́o; es el ordinal unitario
(1 = {0} = {∅}) y corresponde con una caja que no es vacı́a porque contiene un elemento,
aunque el elemento en cuestión es simplemente una caja vacı́a. El siguiente ordinal es me-
tafóricamente una caja que contiene dos elementos: Uno de los elementos es una caja vacı́a
y el otro es una caja que no es vacı́a porque contiene una caja vacı́a (2 = {0, 1} = {∅, {∅}}).
En el caso general
n = {0, 1, . . . , n − 1}

y se trata entonces de cajas que, si no son vacı́as, es porque contienen otras cajas. Pero las
cajas más internas siempre estarán vacı́as. La metáfora final parece decir que los ordinales
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 17

son interminables matrioshkas cuyas poco agraciadas muñecas tienen seis caras planas de
cartón.
Fácilmente se prueba que la buena ordenación pasa a los subconjuntos.

16.- Si X está bien ordenado entonces todo subconjunto A ⊆ X está bien


ordenado.
Esto se debe a que los subconjuntos no vacı́os de A son también subconjuntos
de X, lo cual asegura la existencia del primer elemento.
Si X es un conjunto bien ordenado ocurre en particular que todo subconjunto
con dos elementos, A = {x, y} ⊆ X, tiene primer elemento. Si el primer
elemento es x entonces x ≤ y; si el primer elemento es y entonces y ≤ x. En
todo caso x e y son comparables, luego

17.- Todo buen orden es un orden total.


• Las partes no son un buen orden. Si X tiene más de un punto, digamos {x, y} ⊆ X
con x 6= y, el conjunto P(X) de sus partes no está –respecto a la inclusión– totalmente
ordenado porque los elementos {x} ∈ P(X) e {y} ∈ P(X) no son comparables (no se
cumple {x} ⊆ {y} ni tampoco {y} ⊆ {x}), luego P(X) no puede ser un conjunto bien
ordenado. Desde luego, el Principio de Buena Ordenación proclama que siempre existe en
P(X) algún buen orden, aunque este no sea el orden natural de la contención.
Siempre es posible añadir un elemento más al final de un conjunto ordenado
X: Considere un elemento ω que no pertenezca a X, ω ∈ / X. Puede tomarse
ω = X. Defina X = X ∪ {ω} y extienda el orden de X a X + mediante la
+

condición
x ≤ ω ∀x ∈ X
18.- Si X está bien ordenado entonces también X + está bien ordenado y
tiene último elemento ω.
• Conjunto bien ordenado N+ . Por ejemplo, si X = N = {0, 1, . . . , n, . . . } entonces ω = N
y X + = N ∪ {N} tiene último elemento.
• Eliminar último elemento de N+ . En dirección opuesta, si un conjunto bien ordenado X
tiene último elemento u(X) es posible descartarlo y el resultado, X − = X − {u(X)}, sigue
siendo bien ordenado, pero puede ocurrir que a pesar del descarte X − siga teniendo último
elemento. Por ejemplo, si X es finito y tiene dos o más elementos entonces eliminando el
último resulta un conjunto que aún posee un último elemento. Otro ejemplo es N+ =
N ∪ {N} y N++ = N+ ∪ {N+ }; eliminar el último elemento de N++ produce N+ que tiene
todavı́a último elemento.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 18

7. Inyecciones, suryecciones y biyecciones


Recordemos que una función f : X → Y es inyectiva o es una inyección si
transforma elementos distintos en elementos distintos, esto es, si para x, x0 ∈
X se tiene
x 6= x0 ⇒ f (x) 6= f (x0 )
Esto equivale a la siguiente condición: Si dos elementos tienen imágenes igua-
les entonces son iguales

f (x) = f (x0 ) ⇒ x = x0

El conjunto de las funciones inyectivas de X en Y se denotará mediante


Iny(X, Y ) de manera que

Iny(X, Y ) = {f : X → Y | f (x) = f (x0 ) ⇒ x = x0 }

Una función es suryectiva o suryección si todo elemento del rango (conjunto


de llegada Y ) es valor de la función

y ∈ Y ⇒ ∃ x ∈ X 3 f (x) = y

Las funciones suryectivas de X en Y forman un conjunto denotado Sur(X, Y )


de manera que

Sur(X, Y ) = {f : X → Y | y ∈ Y ⇒ ∃ x ∈ X 3 f (x) = y}

Una función f : X → Y es biyectiva o es una biyección si es tanto inyectiva


como suryectiva.
Recordemos además que estas propiedades de f se expresan mediante inver-
sión funcional: La función f : X → Y es inyectiva o suryectiva según tenga
inversa g : Y → X a izquierda o a derecha respectivamente

g ◦ f = IX f ◦ g = IY

y f es biyectiva si y solo si tiene inversa bilátera, esto es, si existe g : Y → X


que cumple simultáneamente las dos condiciones anteriores.
El conjunto vacı́o no tiene elementos. Indicaremos que X es el conjunto vacı́o
mediante la expresión |X| = 0; asimismo la expresión |X| 6= 0 indica que X
no es vacı́o.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 19

Un conjunto X tiene exactamente un elemento, o es unipuntual si existe


x ∈ X tal que X = {x}; diremos además que X = {x} es el unipuntual de x.
La igualdad X = {x} en esta definición significa que X 6= ∅ y que z ∈ X ⇒
z = x. Para indicar que X es unipuntual usaremos la expresión |X| = 1. El
conjunto X tiene a lo sumo un elemento, o es a lo sumo unipuntual si X = ∅
o X = {x}, lo que se indicará mediante |X| ≤ 1.
El conjunto X tiene exactamente dos elementos, o es bipuntual si existen
x, y ∈ X tal que X = {x, y}. La última igualdad significa que existen x, y ∈ X
con x 6= y para los cuales se tiene que z ∈ X ⇒ z = x ∨ z = y.
Sean Iny(X, Y ), Sur(X, Y ), Biy(X, Y ) los conjuntos de inyecciones, suryec-
ciones y biyecciones respectivamente, con dominio X y rango Y . Las defini-
ciones implican el resultado siguiente:

19.- Una función es inyectiva, suryectiva o biyectiva según las imágenes in-
versas de los elementos del rango sean a lo sumo unipuntual, no vacı́as o
unipuntuales respectivamente, es decir

f ∈ Iny(X, Y ) ⇔ (y ∈ Y ⇒ |f −1 (y)| ≤ 1)
f ∈ Sur(X, Y ) ⇔ (y ∈ Y ⇒ |f −1 (y)| =
6 0)
f ∈ Biy(X, Y ) ⇔ (y ∈ Y ⇒ |f −1 (y)| = 1)

8. Sucesores
Sea X un conjunto ordenado cualquiera y considere un elemento x ∈ X.
El conjunto de los seguidores de x, denotado S(x), está formado por los
elementos que lo siguen estrictamente

S(x) = {y | x < y}

Este conjunto puede ser vacı́o, y si no lo es puede ocurrir que no tenga primer
elemento.
Cuando el conjunto de seguidores no es vacı́o y tiene primer elemento defini-
mos el seguidor inmediato o sucesor del elemento x, denotado por s(x) o por
x+ , como el primero de sus seguidores

s(x) = x+ = p(S(x))
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 20

Sea K = K(X) el conjunto de los elementos para los cuales está definido el
sucesor
K = {x | ∃ p(S(x)) ∈ S(x)} ⊆ X
La función sucesor es la función s : K → X que a cada elemento hace
corresponder su sucesor.
• En R no hay sucesores. Respecto al orden usual en la recta real, los seguidores de
un número forman una semirrecta abierta que no posee primer elemento y por lo tanto
ningún número real tiene sucesor. Es decir, si x ∈ R entonces S(x) = (x, ∞) y como en el
abierto (x, ∞) no hay primer elemento se sigue que el sucesor s(x) no está definido. Este
razonamiento vale para todo x ∈ R, luego K(R) = ∅.
De las definiciones se deduce que

20.- Todo elemento con sucesor lo precede estrictamente

x ∈ K ⇒ x < s(x)

En particular

21.- Si un elemento tiene sucesor entonces son distintos

x ∈ K ⇒ x 6= s(x)

Si un conjunto tiene primer elemento p(X) entonces 20 implica que p(X) no


sigue estrictamente a ningún elemento de X:

22.- El primer elemento no es sucesor

p(X) ∈
/ s(K(X))

En particular

23.- En un conjunto con primer elemento la función sucesor s : K(X) → X


no es suryectiva.
Puesto que el sucesor de un elemento es el primero entre sus (estrictos)
seguidores, entre ellos no queda ninguno:
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 21

24.- Entre un elemento y su sucesor no hay otros elementos

x ≤ y ≤ s(x) ⇒ (y = x ∨ y = s(x))

En efecto, si asumimos como hipótesis que x ≤ y ≤ s(x) entonces en caso de


no cumplirse x = y se verifica x < y y obtenemos

x<y ⇒ y ∈ S(x)
⇒ s(x) ≤ y
⇒ s(x) = y

Las implicaciones se deducen ası́: La primera por definición del conjunto


de seguidores S(x); la segunda por definición del primer elemento s(x) =
p(S(x)) ∈ S(x); la última por la hipótesis de ser y ≤ s(x) y por la antisimetrı́a
de la relación de orden.

25.- La función sucesor conserva estrictamente el orden, es decir, si x, y ∈ K


entonces
x < y ⇒ s(x) < s(y)
Esto es cierto porque x < y implica y ∈ S(x), de donde se infiere que s(x) ≤
y < s(y). Posteriormente veremos funciones más generales, las estrictamente
monótonas, que también poseen esta propiedad.

9. Buen orden y sucesores


Supondremos en esta sección que X está bien ordenado. Bajo esta hipótesis
la existencia de primer elemento en cualquier parte no vacı́a está garantizada
y para que s(x) esté definido basta que algún elemento le siga: S(x) 6= ∅.
Por lo tanto, salvo un caso excepcional, en los conjuntos bien ordenados todo
elemento tiene sucesor.

26.- Si X está bien ordenado entonces la función sucesor está definida para
todo elemento x que no sea el último elemento de X

K(X) = X − u(X)

En efecto, si x no es último elemento entonces S(x) 6= ∅ y la buena ordenación


dice que hay en S(x) primer elemento. Por el contrario si u = u(X) se tiene
S(u) = ∅ y s(u) no está definido. Esto implica el enunciado siguiente:
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 22

27.- Si X está bien ordenado entonces la función sucesor está definida en


todo X si y solo si X no posee último elemento.

K(X) = X ⇔6 ∃ u(X) ∈ X

Una formulación equivalente es

28.- Si X está bien ordenado entonces la función sucesor está definida en


todo X si y solo si X no posee último elemento

s : X → X ⇔6 ∃ u(X) ∈ X

Como caso particular de 22 tenemos

29.- Si X está bien ordenado entonces el primer elemento no es sucesor

∀x, s(x) 6= 0X

Lo cual nos dice que

30.- La imagen de la función sucesor está contenida en el conjunto sin su


primer elemento
s(K(X)) ⊆ X − {0X }
y en consecuencia (o bien directamente por 22) tenemos

31.- En un conjunto bien ordenado la función sucesor s : K(X) → X no es


suryectiva.
Puesto que un buen orden es un orden total la ley de tricotomı́a y 25 implican

32.- En un conjunto bien ordenado la función sucesor es inyectiva

s(x) = s(y) ⇒ x = y

COPIADO DE ’CONJUNTOS’ INCLUIR SUBSUCESIONES


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 23

10. Conjuntos finitos


Un conjunto es finito, o finito en el sentido de Dedekind, si toda inyección
del conjunto en si mismo es suryección, es decir, X es finito si

Iny(X, X) ⊆ Sur(X, X)

En caso contrario el conjunto es infinito, es decir, X es infinito si existe


alguna inyección del conjunto en si mismo que no es suryectiva.

Iny(X, X) $ Sur(X, X)

Para indicar que el conjunto X es finito usaremos la notación |X| < ∞.

33.- Todo conjunto equipotente con un conjunto finito es finito

|X| < ∞ ∧ Biy(X, Y ) 6= ∅ ⇒ |Y | < ∞

34.- Un conjunto es finito si y solo si toda inyección en si mismo es biyección

|X| < ∞ ⇔ Iny(X, X) ⊆ Biy(X, X)

35.- Un conjunto es finito si y solo si toda suryección en si mismo es inyección

|X| < ∞ ⇔ Sur(X, X) ⊆ Iny(X, X)

36.- Un conjunto es finito si y solo si toda suryección en si mismo es biyección

|X| < ∞ ⇔ Sur(X, X) ⊆ Biy(X, X)

37.- Un conjunto es finito si y solo si los conjuntos de inyecciones, suryec-


ciones y biyecciones en si mismo son iguales entre si

|X| < ∞ ⇔ Iny(X, X) = Sur(X, X) = Biy(X, X)

He aquı́ algunos ejemplos de conjuntos finitos:

38.- El conjunto vacı́o es finito

|∅| < ∞
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 24

39.- Todo conjunto unipuntual es finito

|{x}| < ∞

40.- Todo conjunto bipuntual es finito

|{x, y}| < ∞

41.- Todo subconjunto de un conjunto finito es finito

|X| < ∞ ∧ A⊆X ⇒ |A| < ∞

42.- La imagen de un conjunto finito por una función es finito

f :X→Y ∧ |X| < ∞ ⇒ |f (X)| < ∞

43.- Un conjunto finito unido a un punto es finito

|X| < ∞ ⇒ |X ∪ {x0 }| < ∞

Si x0 ∈ X entonces X ∪ {x0 } = X y no hay nada que probar.


Si x0 ∈
/ X sea f : X ∪ {x0 } → X ∪ {x0 } una inyección. Hay que probar que
f es suryección.
Una primera posibilidad es que x0 sea punto fijo de f , f (x0 ) = x0 ; entonces la
restricción de f a X es una inyección que transforma X en X, f |X : X → X;
por la hipótesis de finitud f |X es suryección, la junta f = f |X ∪1{x0 } también
es suryección y queda probado que X ∪ {x0 } es finito.
La segunda posibilidad es que sea f (x0 ) 6= x0 de modo que f (x0 ) ∈ X.
Defina τ : X ∪ {x0 } → X ∪ {x0 } como la biyección que traspone x0 y f (x0 ),
esto es, τ (x0 ) = f (x0 ), τ (f (x0 )) = x0 y τ (x) = x si x ∈ X − {x0 , f (x0 )}.
Entonces τ ◦ f : X ∪ {x0 } → X ∪ {x0 } es una inyección con punto fijo x0
y por el caso anterior resulta que τ ◦ f es biyección, luego f = τ ◦ τ ◦ f es
composición de biyecciones y por lo tanto biyección. Queda probado que
X ∪ {x0 } es finito. Más generalmente,
La hipótesis de finitud de X es esencial para la validez del siguiente resultado
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 25

44.- Si un conjunto es finito entonces subconjuntos equipotentes tienen com-


plementos equipotentes

(|X| < ∞ ∧ A⊆X ∧ B⊆X ∧ |A| = |B|) ⇒ |X − A| = |X − B|

Por hipótesis existe una biyección φ : A → B. Según ?? hay dos posibilidades:


X − A ≤ X − B o X − B ≤ X − A. En el primer caso existe una inyección
ψ : X − A → X − B; la junta φ ∪ ψ : X = A ∪ (X − A) → X = B ∪ (X − B)
es entonces inyección y la finitud de X implica que φ ∪ ψ es biyeccion, por lo
que ψ tiene que ser biyección y |X − A| = |X − B|. En el segundo caso existe
una inyección ψ : X − B → X − A y se aplica a φ ∪ ψ el mismo razonamiento
para concluir nuevamente que |X − A| = |X − B|.

45.- La union de dos conjuntos finitos es un conjunto finito.

|X| < ∞ y |Y | < ∞ ⇒ |X ∪ Y | < ∞

Suponga primeramente que los conjuntos son disjuntos, X ∩ Y = ∅.


Sea f : X ∪ Y → X ∪ Y una inyección. Si X e Y fuesen invariantes por
f , f (X) ⊆ X y f (Y ) ⊆ Y , entonces f |X : X → X y f |Y : Y → Y son
inyecciones y por la hipótesis de finitud son suryecciones por lo que su junta
f = (f |X) ∪ (f |Y ) es suryectiva.
Si X no es invariante por f entonces tampoco lo es Y , y viceversa, de ma-
nera que si uno de ellos es invariante ambos lo son. Considere los siguientes
subconjuntos A, B de X ∪ Y

A = X ∩ f (Y ) ⊆ f (Y ) ⊆ X ∪ Y (2)

B = Y ∩ f (X) ⊆ f (X) ⊆ X ∪ Y (3)


Las restricciones f |A : A →, f |B son biyecciones. Defina τ : X ∪ Y → X ∪ Y
como la biyección que intercambia f (X)∩Y con X ∩f (Y ), esto es, la función
τ : X ∪ Y → X ∪ Y definida mediante
f
X ∩ f −1 (Y ) → f (X) ∩ Y
f
f −1 (X) ∩ Y → X ∩ f (Y )
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 26


 y if z = f (y) ∈ X ∩ f (Y )

τ (z) = x if z = f (x) ∈ f (X) ∩ Y
z if z ∈ (X ∪ Y ) − ((X ∩ f (Y )) ∪ (f (X) ∩ Y ))

Lo cual equivale a
τ |(f (X) ∩ Y ) = f |(f (X) ∩ Y )τ |(X ∩ f (Y )) = f −1 |(X ∩ f (Y ))

τ |(f (X) ∩ Y ) = f −1 |(f (X) ∩ Y ) : f (X) ∩ Y → X ∩ f −1 (Y ), τ |(X ∩ f (Y )) =


f −1 |(X ∩ f (Y )) : X ∩ f (Y ) → f −1 (X) ∩ Y , τ |(X ∩ f (X)) = 1X∩f (X) :
X ∩ f (X) → X ∩ f (X), τ |(Y ∩ f (Y )) = 1Y ∩f (Y ) : Y ∩ f (Y ) → Y ∩ f (Y ).
τ (x)

Como consecuencia de 27, 31 y 32 llegamos a

46.- Si X está bien ordenado y no tiene último elemento entonces X es


infinito.
• Poseer último elemento no implica finitud. La existencia de último elemento no es su-
ficiente para garantizar finitud. Por ejemplo, el conjunto N+ tiene último elemento y sin
embargo es infinito.

11. Comparación de conjuntos ordenados


La noción de función monótona se introdujo previamente –sección ??, página
??– en el contexto del teorema del punto fijo para una función monótona
de partes de un conjunto, el cual llamamos teorema del conjunto fijo. Más
generalmente una función entre conjuntos ordenados es monótona o conserva
el orden si cada vez que un elemento del dominio precede a otro entonces su
imagen precede la del otro, esto es, si X, Y son conjuntos ordenados y si
h : X → Y es una función entonces h es monótona si
x ≤ y ⇒ h(x) ≤ h(y)
La función conserva estrictamente el orden o es estrictamente monótona si
en la expresión anterior se pueden reemplazar las desigualdades por desigual-
dades estrictas:
x < y ⇒ h(x) < h(y)
Denotemos por Mon(X, Y ) al conjunto de las funciones monótonas y por
EMon(X, Y ) el de las funciones estrictamente monótonas.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 27

47.- Toda función estrictamente monótona es monótona

EMon(X, Y ) ⊆ Mon(X, Y )

48.- Si el dominio es está totalmente ordenado entonces las funciones estric-


tamente monótonas son inyectivas, esto es, si X es un orden total se cumple

EMon(X, Y ) ⊆ Iny(X, Y )

Obviamente

49.- La función identidad es estrictamente monótona

IX ∈ EMon(X, X)

La monotonı́a de funciones se conserva al componerlas:

50.- La composición de funciones monótonas es monótona y la de estricta-


mente monótonas es estrictamente monótona
h ∈ Mon(X, Y ) ∧ h ∈ Mon(Y, Z) ⇒ g ◦ h ∈ Mon(X, Z)
h ∈ EMon(X, Y ) ∧ h ∈ EMon(Y, Z) ⇒ g ◦ h ∈ EMon(X, Z)

En efecto, por ser h y g monótonas se tiene x ≤ x0 ⇒ h(x) ≤ h(x0 ) ⇒


g(h(x)) ≤ g(h(x0 )) ⇒ g ◦ h(x) ≤ g ◦ h(x0 ), luego ∈ Mon(X, Z). El caso
estricto tiene demostración similar.
Por otra parte, el enunciado 25 puede reformularse ası́:

51.- La función sucesor s : K(X) → X es estrictamente monótona

s ∈ EMon(K(X), X)

La función h : X → Y conserva doblemente el orden o es doblemente monóto-


na si cumple: Un elemento del dominio precede a otro si y solo su imagen
precede la del otro
x ≤ x0 ⇔ h(x) ≤ h(x0 )

Un isomorfismo ordenado, o simplemente isomorfismo, de un conjunto orde-


nado en otro es una función biyectiva y doblemente monótona. En detalle,
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 28

sean X, Y conjuntos ordenados. Un isomorfismo de X en Y es una función


biyectiva
ϕ:X→Y
que satisface
x ≤ y ⇔ ϕ(x) ≤ ϕ(y)
• Necesidad de la doble monotonı́a. En general la equivalencia (⇔) en esta definición no
puede reemplazarse con una implicación ( ⇒ ), es decir, la condición x ≤ y ⇒ h(x) ≤ h(y)
no es suficiente para garantizar que una función biyectiva h sea un isomorfismo, esto es,
para que h(x) ≤ h(y) ⇒ x ≤ y. Por ejemplo, sean

X = {a, b, c} con orden {(a, a), (b, b), (c, c), (a, b), (a, c)} ⊆ X × X
Y = {1, 2, 3} con orden {(1, 1), (2, 2), (3, 3), (1, 2), (1, 3), (2, 3)} ⊆ Y × Y

entonces
h(a) = 1, h(b) = 2, h(c) = 3

es una biyección que conserva el orden pero no es isomorfismo porque en Y se tiene


h(b) = 2 ≤ 3 = h(c) mientras que b ≤ c no se cumple en X.
Dos conjuntos ordenados son isomorfos si existe entre ellos algún isomorfis-
mo, esto es, si Iso(X, Y ) 6= ∅. Denotamos por Iso(X, Y ) el conjunto de los
isomorfismos ordenados del conjunto ordenado X en el conjunto ordenado Y

Iso(X, Y ) = {ϕ | ϕ ∈ Biy(X, Y ) ∧ x ≤ y ⇔ ϕ(x) ≤ ϕ(y)}

La definición implica:

52.- Los isomorfismos conservan estrictamente el orden

ϕ ∈ Iso(X, Y ) ⇒ ϕ ∈ EMon(X, Y )

El resultado siguiente es inmediato:

53.- La función identidad es un isomorfismo y la composición de isomorfis-


mos es isomorfismo
IX ∈ Iso(X, X)
ϕ ∈ Iso(X, Y ) ∧ φ ∈ Iso(Y, Z) ⇒ φ ◦ ϕ ∈ Iso(X, Z)

Fácilmente se obtiene también


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 29

54.- Una biyección entre conjuntos ordenados es isomorfismo si y solo si su


inversa es isomorfismo

ϕ ∈ Biy(X, Y ) ⇒ (ϕ ∈ Iso(X, Y ) ⇔ ϕ−1 ∈ Iso(Y, X))

Respecto a la transformación de cotas mediante isomorfismos observamos


que
c0 ∈ Y ⇔ ∃ !c ∈ X 3 c0 = ϕ(c)
y además
a0 ∈ ϕ(A) ⇔ ∃ !a ∈ A 3 a0 = ϕ(a)
la monotonı́a de ϕ implica entonces que

c 0 ≤ a0 ⇔ c ≤ a

por consiguiente
c0 ∈ CI (ϕ(A)) ⇔ c ∈ CI (A)
y estas relaciones implican

55.- La imagen del conjunto de las cotas inferiores es igual al conjunto de


las cotas inferiores de la imagen

ϕ(CI (A)) = CI (ϕ(A))

Con modificaciones obvias se obtiene

56.- La imagen del conjunto de las cotas superiores es igual al conjunto de


las cotas superiores de la imagen

ϕ(CS (A)) = CS (ϕ(A))

Una consecuencia de 55 y 56 es que los isomorfismos conservan la acotación:

57.- Un conjunto es acotado inferiormente si y solo si su imagen es acotada


inferiormente
CI (A) 6= ∅ ⇔ CI (ϕ(A)) 6= ∅

Análogamente
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 30

58.- Un conjunto es acotado superiormente si y solo si su imagen es acotada


superiormente
CS (A) 6= ∅ ⇔ CS (ϕ(A)) 6= ∅

Asimismo, invocando 10 y 13 vemos que los isomorfismos conservan la exis-


tencia de primer elemento y que los transforma entre si.

59.- Un subconjunto tiene primer elemento si y solo si su imagen tiene primer


elemento, esto es, para A ⊆ X y ϕ ∈ Iso(X, Y )

∃ p(A) ∈ A ⇔ ∃ p(ϕ(A)) ∈ ϕ(A)

60.- La imagen del elemento primero es el elemento primero de la imagen

ϕ(p(A)) = p(ϕ(A))

Lo mismo ocurre con el último elemento

61.- Un subconjunto tiene último elemento si y solo si su imagen tiene último


elemento
∃ u(A) ∈ A ⇔ ∃ u(ϕ(A)) ∈ ϕ(A)

62.- La imagen del último elemento es el último elemento de la imagen

ϕ(u(A)) = u(ϕ(A))

Los conjuntos de seguidores se comportan como cabe esperar

63.- La imagen del conjunto de seguidores es el conjunto de seguidores de la


imagen
ϕ(S(x)) = S(ϕ(x))
Esto equivale a x < y ⇔ ϕ(x) < ϕ(y) lo cual es cierto debido a la doble
monotonı́a y a 52.
En X está contenido el dominio K(X) de la función sucesor sX : K(X) → X;
asimismo, hay un dominio K(Y ) ⊆ Y para la función sucesor en el rango
sY : K(Y ) → Y .
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 31

64.- Un elemento tiene sucesor inmediato si y solo si su imagen tiene sucesor


inmediato

∃ sX (x) = p(S(x)) ∈ S(x) ⇔ ∃ sY (ϕ(x)) = p(S(ϕ(x))) ∈ S(ϕ(x))

Con los enunciados anteriores podemos concluir que

65.- Un isomorfismo transforma el dominio de la función sucesor de X en el


dominio de la función sucesor de Y y la imagen del sucesor en el sucesor de
la imagen: Si ϕ ∈ Iso(X, Y ) entonces

ϕ(K(X)) = K(Y ) ϕ(sX (x)) = sY (ϕ(x))

Esto equivale a

66.- La composición de la función sucesor con el isomorfismo es igual a la


composición del isomorfismo con la función sucesor

ϕ ◦ sX = sY ◦ ϕ

y puede reformularse como la igualdad

ϕ(x+ ) = ϕ(x)+

Los isomorfismos conservan la buena ordenación:

67.- Si dos conjuntos ordenados son isomorfos y uno es un buen orden tam-
bién lo es el otro, es decir, si ϕ ∈ Iso(X, Y ) entonces

X es buen orden ⇔ Y es buen orden


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 32

12. Conjuntos invariantes


Repasaremos en esta sección –para aplicarlas después a la función sucesor–
algunas propiedades de los conjuntos invariantes.
Consideremos una función de un conjunto cualquiera X en si mismo
f :X→X
Un conjunto es invariante por f , o f -invariante, o –confusión descartada–
invariante si contiene a su propia imagen por la función, es decir, A ⊆ X
es invariante si f (A) ⊆ A. Los conjuntos invariantes forman una colección,
denotada If (X), contenida en P(X)
If (X) = {A | f (A) ⊆ A}

Obviamente el conjunto vacı́o y el conjunto total son invariantes:


∅, X ∈ If (X)

Examinemos el comportamiento de los conjuntos invariantes respecto a la


unión.

68.- La unión de dos conjuntos invariantes es invariante


A, B ∈ If (X) ⇒ A ∪ B ∈ If (X)
Esto se debe a que la imagen de la unión de dos conjuntos es la unión de las
imágenes, f (A ∪ B) = f (A) ∪ f (B), y entonces
f (A ∪ B) = f (A) ∪ f (B) ⊆ A ∪ B

El mismo razonamiento proporciona un resultado ligeramente más general.


Considere la unión A ∪ B de subconjuntos cualesquiera A, B de X (no nece-
sariamente invariantes).

69.- Si la imagen de cada uniendo está contenida en la unión entonces la


unión es invariante
f (A) ⊆ A ∪ B ∧ f (B) ⊆ A ∪ B ⇒ f (A ∪ B) ⊆ A ∪ B

La invariancia de la unión vale igualmente si tenemos además un tercer unien-


do C con f (C) ⊆ A ∪ B ∪ C. Para uniones arbitrarias considere una familia
de subconjuntos de X, es decir, A ⊆ P(X), entonces
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 33

70.- Si la imagen de cada uniendo está contenida en la unión entonces la


unión es invariante

(∀A0 ∈ A, f (A0 ) ⊆ A) ⇒ A ∈ If (X)


[ [

La hipótesis dice que f (A0 ) ⊆ A∈A A y el resultado se deduce de la propiedad


S
S
de ser la imagen de la unión igual a la unión de las imágenes: f ( A∈A A) =
S
A∈A f (A).

71.- La intersección de conjuntos invariantes es invariante, esto es, si A es


una colección de conjuntos invariantes, A ⊆ If (X), entonces también su
intersección es un conjunto invariante

A = {x | ∀A ∈ A, x ∈ A} ∈ If (X)
\

En efecto, un elemento de la intersección está en todos los miembros de


la colección y, por ser estos invariantes, su imagen por f está nuevamente
en todos los miembros, es decir, en la intersección, lo cual prueba que la
intersección es invariante.
El razonamiento anterior se puede reformular ası́: La condición x ∈ A
T

significa que ∀A ∈ A, x ∈ A; por ser A invariante f (x) ∈ A, luego f (x) ∈ A


T

y esto dice que A es f -invariante.


T

Cualquier conjunto B ⊆ X está contenido en al menos un conjunto invarian-


te, a saber, en X. Por consiguiente la clase de los conjuntos invariantes que
contienen a B es no vacı́a. Para precisar, denotemos por If (X; B) la colección
de los subconjuntos invariantes que contienen a B

If (X; B) = {A | B ⊆ A ∈ If (X)}

entonces la colección es no vacı́a porque X es uno de sus miembros, X ∈


If (X; B). La intersección de la colección, denotada [B]f , es el conjunto inva-
riante generado por B de manera que

[B]f = If (X; B) = {A | B ⊆ A ∈ If (X)}


\ \

Esta intersección contiene a B y 71 garantiza que es invariante.

B ⊆ [B]f ∈ If (X; B) ⊆ If (X)

Obviamente [B]f está contenido en todos los intersectandos, luego


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 34

72.- El conjunto invariante generado por B es el menor conjunto invariante


que contiene a B
A ∈ If (X; B) ⇒ [B]f ⊆ A

Para elementos x ∈ X denotaremos por [x]f al conjunto invariante generado


por B = {x}, o sea, [x]f = [{x}]f . Por lo tanto

[x]f = {A | x ∈ A ∈ If (X)}
\

13. Conjuntos inductivos


En esta sección X denota un conjunto bien ordenado y no vacı́o con función
sucesor
s : K(X) = X − u(X) → X
Una parte s-inductiva o subconjunto s-inductivo es un conjunto que contiene
al primer elemento, está contenido en el dominio de la función sucesor y es s-
invariante. En general la función sucesor s está sobreentendida y la omitimos
diciendo simplemente ‘parte inductiva’ o ‘subconjunto inductivo’.
Denotamos por Is0 (X) la colección de las partes inductivas de X

Is0 (X) = {D | 0X ∈ D ∈ Is (K(X))}

Cuando el conjunto bien ordenado X resulta ser parte inductiva de si mismo,


X ∈ Is0 (X), decimos que X es un conjunto inductivo. En tal caso la condición
X ∈ Is (K(X)) exige que el dominio de la función sucesor sea todo X, es decir,
K(X) = X.
Como consecuencia de 27 podemos expresar la inductividad de un conjunto
bien ordenado sin mencionar explı́citamente la función sucesor:

73.- Un conjunto bien ordenado es inductivo si y solo si no tiene último


elemento
X ∈ Is (K(X)) ⇔6 ∃ u(X)

Cuando X = {0X } consta de un único elemento este no tiene sucesor y K es


vacı́o; no hay entonces partes inductivas. Véase también 76.
Es importante resaltar que la noción de parte inductiva está referida al primer
elemento del conjunto bien ordenado X. Todos los subconjuntos no vacı́os
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 35

de Y ⊆ X están bien ordenados, pero en general el primer elemento no es el


/ Is (K(X)). Compare con 90 más abajo.
mismo, 0Y 6= 0X , y entonces Y ∈
• Los conjuntos inductivos son relativos. Con el orden inducido toda parte A ⊆ X es un
conjunto bien ordenado. Puede ser incluso un conjunto sA -invariante con primer elemento
igual al de X, y por lo tanto inductivo: 0X ∈ A ∈ Is0A (A). Y sin embargo puede no
ser una parte inductiva de X: A ∈ / Is0 (X). Por ejemplo, en X = N los números pares,
A = {0, 2, 4, . . . }, no son una parte inductiva de N. El motivo: respecto a N hay en A
‘brechas’, a saber, faltan todos los impares. A es sA -invariante pero no es sX -invariante.
El orden de un conjunto bien ordenado X se puede restringir a sus subcon-
juntos y en particular a sus partes inductivas. Estas resultan ser, según 16,
conjuntos bien ordenados. Y son también conjuntos inductivos.

74.- Toda parte inductiva es un conjunto inductivo

D ∈ Is0 (X) ⇒ D ∈ Is0 (D)

En efecto, por ser D ∈ Is0 (X) la función sucesor está definida en todo D y su
imagen está contenida en D, esto es, s : D → D. Luego D ∈ Is0 (D).
Por lo tanto 46 y 73 implican

75.- Toda parte inductiva de un conjunto bien ordenado es un subconjunto


infinito sin último elemento.

76.- Si X es finito entonces no tiene partes inductivas.


En sentido figurado las partes inductivas –y en particular los conjuntos
inductivos– son conjuntos ordenados muy grandes (infinitos) sin ‘tapón’ al
final.
La existencia de conjuntos inductivos no puede demostrarse (partiendo de los
otros principios de la teorı́a de conjuntos). Su existencia debe ser postulada
como un axioma que a continuación enunciamos y asumimos.
Axioma de Infinito: Existe al menos un conjunto inductivo.
Aceptando este axioma se infiere como corolario inmediato de 75 que existe
al menos un conjunto infinito.
• Enunciado natural del axioma de infinito. El nombre ‘Axioma de Infinito’ sugiere que
su enunciado podrı́a ser: Existe un conjunto infinito. Es posible hacer tal modificación. La
existencia de un conjunto inductivo se obtiene entonces invocando el Principio de Buena
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 36

Ordenación –consecuencia otrora controvertida del Axioma de Elección– para inferir que
el decretado conjunto infinito admite un buen orden y probando después que este contiene
una parte inductiva, a saber, el subconjunto s-invariante [0X ]s generado por el primer
elemento. Véase 79. Luego, en presencia del Axioma de Elección y sus consecuencias, basta
postular la existencia de un conjunto infinito para obtener la existencia de un conjunto
inductivo.
En adelante supondremos que el conjunto bien ordenado X es inductivo, es
decir, asumimos que
X ∈ Is0 (X)
y en particular que K(X) = X.
De las definiciones se desprende el siguiente enunciado.

77.- La intersección de partes inductivas es una parte inductiva

C ⊆ Is0 (X) ⇒ C ∈ Is0 (X)


\

Esto implica que hay partes inductivas contenidas en todas las demás.

78.- Si X es inductivo entonces contiene una parte inductiva, denotada NX ,


que está contenida en todas las demás, es decir, existe NX ∈ Is0 (X) tal que

Y ∈ Is0 (X) ⇒ NX ⊆ Y

En efecto, basta tomar NX igual a la intersección de todos los subconjuntos


inductivos
NX = Is0 (X)
\

Llamaremos a NX parte inductiva minimal de X. El conjunto inductivo X


es un conjunto inductivo minimal si es igual a su parte inductiva minimal

X = NX

Puesto que todas las partes inductivas contienen al primer elemento 0X se


sigue que
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 37

79.- La parte inductiva minimal es igual al conjunto invariante generado por


el primer elemento
NX = [0X ]s
Porque siendo NX un conjunto s-invariante y 0X ∈ NX se cumple [0X ]s ⊆ NX .
Por otra parte si Y ∈ Is (X; {0}) entonces Y es s-invariante y 0 ∈ Y ⊆ X =
K(X) (hemos supuesto que X es inductivo). Por minimalidad NX ⊆ Y , luego
NX ⊆ Is (X; {0}) = [0X ]s . Queda probado que NX = [0X ]s .
T

14. Números naturales


Un sistema de números naturales es un conjunto inductivo minimal. Hay
tantos sistemas de números naturales como conjuntos inductivos minimales.
Un número natural o simplemente un natural es un elemento de un sistema
de números naturales.
• Naturales como orden. Según la definición adoptada los sistemas de números naturales
son estructuras ordenadas. Se trata de conjuntos dotados de relaciones de orden especiales:
Bien ordenado, sin último elemento y minimal en la clase de los conjuntos s-invariantes
que contienen al primer elemento 0X . En esta formulación no intervienen explı́citamente
las operaciones de suma y producto, por lo tanto un sistema de números naturales no es
–a nivel de esta definición– una estructura algebraica. Las operaciones de suma y producto
se obtienen a partir de la función sucesor y esta se define exclusivamente en términos de
la estructura de orden.
• La axiomatización de los naturales fue tardı́a. Es de presumir que la Geometrı́a como
conjunto de reglas empı́ricas es muy antigua; su axiomatización se inicia con los Elementos
de Euclides que data del siglo III a.C., es decir, ocurre hace dos mil trescientos años. El
uso de los naturales –el acto de contar– se remonta a tiempos por lo menos tan antiguos
como la Geometrı́a. Pero las primeras axiomatizaciones de los naturales surgieron recién
el siglo XIX; se deben a Charles S. Peirce, en 1881, y a Giuseppe Peano, en 1885. La
formulación axiomática de Lawvere [10] en 1964, requirió otras ocho décadas. Al respecto
véase Bedoya [2]; Luque Arias [11]; y Oostra [12], [13].
Podemos reformular 78 ası́:

80.- Un conjunto inductivo X es un sistema de números naturales si y solo


si X = NX .
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 38

81.- Todo conjunto inductivo X contiene un único sistema de números na-


turales, a saber, el conjunto inductivo generado por 0X
NX = I[0X ]

Se probó en 75 que todo conjunto inductivo es infinito, en particular

82.- Los sistemas de números naturales son conjuntos infinitos.


Invocamos ahora el Axioma de Infinito y 81 para concluir que

83.- Existen sistemas de números naturales.


Denotamos mediante N un sistema particular de números naturales que entre
los muchos existentes queda privilegiado precisamente porque nos referimos
a él con la notación N. Su primer elemento se denota 0 (en vez de 0N ) y
se denomina cero; el sucesor de 0 se denota 1 (en lugar de 1N ), y es el uno
o unidad. Un número natural es positivo si es distinto de 0. El conjunto de
los naturales positivos se denota por N+ . Por tricotomı́a y por definición de
primer elemento se tiene

84.- Un natural es positivo si y solo si es estrictamente mayor que cero


n 6= 0 ⇔ 0 < n

Por otra parte 20 se formula ası́:

85.- El sucesor de un natural lo sigue estrictamente


n < s(n)

Considere números naturales m ≤ k. El intervalo (de naturales) de extremo


inferior m y extremo superior k es el conjunto, denotado [m, k]N , de los
naturales que siguen al extremo inferior y preceden al superior
[m, k]N = {n | m ≤ n ≤ k}
Obviamente los extremos pertenecen al intervalo: m ∈ [m, k]N y k ∈ [m, k]N .
Cuando el extremo inferior es cero se tiene el intervalo inicial de extremo k
[0, k]N = {n | 0 ≤ n ≤ k}

Utilizando nuevamente la ley de tricotomı́a inferimos


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 39

86.- Los naturales son unión disjunta del intervalo inicial de extremo n y los
seguidores de n

N = [0, n]N ∪ S(n) [0, n]N ∩ S(n) = ∅

87.- Un natural es cota superior de un conjunto si y solo si el conjunto


está contenido en el intervalo inicial de extremo el natural

n ∈ CS (A) ⇔ A ⊆ [0, n]N

En el caso de los números naturales 24 adopta la siguiente forma

88.- El intervalo de extremos un natural y su sucesor no contiene otros ele-


mentos, es decir, si n ∈ N entonces

[n, s(n)]N = {n, s(n)}

El venerable principio que enunciamos a continuación es la esencia de los


sistemas de números naturales. Consideremos un sistema N y un subconjunto
A ⊆ N.

89.- Principio de Inducción: Si un subconjunto contiene al primer elemen-


to, y si cada vez que contiene a un natural contiene también a su sucesor,
entonces es igual a todo el sistema, esto es,

0∈A 

∧ ⇒ A=N
n ∈ A ⇒ n+ ∈ A 

En efecto, A es un subconjunto de N y la condición es precisamente la de ser


inductivo. Por la minimalidad de N se sigue que A = N.
En el contexto del principio de inducción la condición n ∈ A es la hipótesis
de inducción o hipótesis inductiva.
El principio de inducción tiene numerosı́simas aplicaciones a lo largo y ancho
de toda la Matemática. Para los usos más elementales véase por ejemplo
Golovina y Yaglom [5] y Sominski [14].
Como aplicación del principio de inducción demostraremos que S(n) es un
sistema de naturales respecto al primer elemento n+ ∈ S(n).
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 40

90.- El conjunto de los seguidores de un natural es un sistema de números


naturales con primer elemento el sucesor del natural.
Debemos probar que S(n) es una parte inductiva con primer elemento n+ y
es minimal, o sea, es un conjunto bien ordenado con primer elemento n+ , es
s-invariante y NS(n) = S(n).
Según 16 el subconjunto S(n) ⊆ N es un buen orden; su primer elemento es,
por definición de sucesor, s(n) = n+ , y es s-invariante porque m ∈ S(n) ⇒
n < m < s(m).
Falta probar la condición de minimalidad, es decir, si A[n+ ] ⊆ S(n) es una
parte inductiva (con primer elemento n+ ) entonces A[n+ ] = S(n). Por 86,
la union, que denotamos A, del intervalo inicial con extremo n y A[n+ ] es
disjunta
A = [0, n]N ∪ A[n+ ] [0, n]N ∩ A[n+ ] = ∅
Obviamente A ⊆ N y su primer elemento es 0; veamos que es s-invariante.
Por tricotomı́a hay para cada elemento m ∈ A tres posibilidades:
1) m < n. Entonces s(m) ≤ n de donde s(m) ∈ [0, n]N ⊆ S(n) ⊆ A.
2) m = n. En este caso s(m) = s(n) = n+ ∈ S(n) ⊆ A.
3) n ∈ A[n+ ]. Se cumple s(m) ∈ s(A[n+ ]) ⊆ A[n+ ] ⊆ A.
Por 69 concluimos que A es s-invariante y por lo tanto inductivo. El principio
de inducción implica entonces que A = N, luego

S(n) = S(n) ∩ N
= S(n) ∩ A
= S(n) ∩ ([0, n]N ∪ A[n+ ])
= (S(n) ∩ [0, n]N ) ∪ (S(n) ∩ A[n+ ])
= ∅ ∪ (S(n) ∩ A[n+ ])
= S(n) ∩ A[n+ ]

Estas igualdades se justifican razonando como sigue: La primera porque


S(n) ⊆ N; la segunda porque, según hemos demostrado, A = N; la ter-
cera por la definición de A; la cuarta por la propiedad distributiva de la
intersección respecto a la unión; la quinta por 86; y la última es obvia.
Como S(n) = S(n) ∩ A[n+ ] ⊆ A[n+ ] y A[n+ ] ⊆ S(n) tenemos S(n) = A[n+ ]
y por consiguiente S(n) es minimal: NS(n) = S(n). Luego S(n) es un sistema
de números naturales con primer elemento n+ .
En particular:
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 41

91.- El conjunto N+ = S(0) de naturales positivos es un sistema de números


naturales con primer elemento 1.
En el caso del sistema S(n) de números naturales el principio de inducción
se expresa ası́:

92.- Si A0 ⊆ S(n) satisface n+ ∈ A0 y si k ∈ A0 implica k + ∈ A0 entonces


A0 = S(n)
El siguiente resultado es otra consecuencia del principio de inducción y re-
emplaza –en el caso de los naturales– la contención de 30 por una igualdad.

93.- La imagen de la función sucesor es el conjunto de los naturales positivos

s(N) = N − {0}

Sea A = {0} ∪ s(N). Es evidente que 0 ∈ A, y A es invariante porque


A ⊆ N ⇒ s(A) ⊆ s(N) ⊆ A. Por el principio de inducción, A = N. Luego
todo natural positivo es un sucesor: s(N) = N − {0}.
Más aún, hay la siguiente unicidad:

94.- Todo natural positivo es sucesor de un único natural

n > 0 ⇒ ∃ ! m ∈ N 3 s(m) = n

La existencia de m es precisamente 93 y su unicidad se desprende de 32,


esto es, de la inyectividad de s.

15. Antecesores
El antecesor inmediato o simplemente antecesor de un natural n es el único
natural m del cual es sucesor. Por 94 el antecesor de cualquier natural,
salvo 0, existe y es único. El antecesor de n se designará mediante n− . La
función antecesor, denotada a : N − {0} → N, asigna al natural positivo n
su antecesor, esto es
a(n) = n−
Por ejemplo, a(1) = 0, a(2) = 1, a(3) = 2, etc.
Las definiciones tienen las siguientes consecuencias.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 42

95.- El antecesor de un natural positivo lo precede estrictamente


a(n) < n

96.- El sucesor del antecesor de un natural positivo es el natural positivo


(n− )+ = s(a(n)) = n

97.- El antecesor del sucesor de un natural es el natural


(n+ )− = a(s(n)) = n

Estos dos enunciados equivalen a los siguientes

98.- La composición de la función sucesor con la función antecesor es la


identidad de N − {0}
s ◦ a = IN−{0}

99.- La composición de la función antecesor con la función sucesor es la


identidad de N
a ◦ s = IN

Usando antecesores en lugar se sucesores podemos reformular 24

100.- Entre un natural y su antecesor no hay otros naturales


a(n) ≤ m ≤ n ⇒ m = a(n) ∨ m = n
lo cual implica

101.- El intervalo de extremo inferior el antecesor de un natural y extremo


superior el natural tiene como únicos elementos al natural y a su antecesor
[a(n), n]N = {a(n), n}

102.- Todo intervalo inicial de extremo un natural positivo es unión disjunta


del intervalo inicial de extremo su antecesor con el unipuntual del natural,
es decir, si 0 < n entonces
[0, n]N = [0, a(n)]N ∪ {n} [0, a(n)]N ∩ {n} = ∅

Podemos aplicar el concepto de antecesor inmediato para probar


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 43

103.- La primera cota superior de un conjunto de naturales pertenece al


conjunto, es decir, si ∅ =
6 A ⊆ N y CS (A) 6= ∅ entonces

p = p(CS (A)) ∈ A

Según 87 y 102, A ⊆ [0, p]N = [0, a(p)]N ∪ {p}. Si fuese p ∈ / A entonces


A ⊆ [0, a(p)]N y a(p) < p serı́a cota superior, a(p) ∈ CS (A), contrario a la
condición de ser p el primer elemento de CS (A).

104.- Todo conjunto no vacı́o y acotado superiormente de números naturales


tiene último elemento, es decir, si ∅ =
6 A ⊆ N entonces

CS (A) 6= ∅ ⇒ ∃ u(A) ∈ A

En efecto, sea u = p(CS (A)) ∈ CS (A) la primera de las cotas superiores. Por
el resultado anterior u ∈ A, luego A ∩ CS (A) 6= ∅ y aplicamos 13.

16. Dı́gitos
Los primeros elementos de N se denotan con los nombres (que dependen del
idioma utilizado) y sı́mbolos especiales siguientes:
Elemento Nombre Sı́mbolo
Primer elemento de N: Cero 0
Sucesor de 0, s(0) = 0+ Uno 1
Sucesor de 1, s(1) = 1+ Dos 2
Sucesor de 2, s(2) = 2+ Tres 3
Sucesor de 3, s(3) = 3+ Cuatro 4
Sucesor de 4, s(4) = 4+ Cinco 5
Sucesor de 5, s(5) = 5+ Seis 6
Sucesor de 6, s(6) = 6+ Siete 7
Sucesor de 7, s(7) = 7+ Ocho 8
Sucesor de 8, s(8) = 8+ Nueve 9
Esta nomenclatura originó en India, durante la Edad Media fue llevada a
España por los árabes y de allı́ pasó a Suramérica. Puede ampliarse a todo
N y entonces constituye el sistema decimal de numeración posicional. Los
sı́mbolos son los dı́gitos del sistema Arábigo-Hindú.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 44

Para otro sistema NX 6= N de números naturales tenemos un primer elemento


0X y sus sucesores 1X = sX (0X ), 2X = sX (1X ), etc. que, desde luego, no son
necesariamente los mismos de N.
• Origen anatómico del sistema Arábigo-Hindú. Indiscutiblemente el sistema Arábigo-
Hindú se inspiró en los dedos de las manos. Otras nomenclaturas, como la numeración
romana, son menos eficientes y de alcance limitado.
• Virtudes de la notación Arábigo-Hindú. El número natural concebido como elemento de
un conjunto bien ordenado, inductivo y minimal es angustiosamente xerófilo. El ciudadano
común no estudia conjuntos ordenados, ordinales, etc. Ninguno de nosotros aprendió los
números naturales como ordinales (o cardinales) finitos ni como conjuntos inductivos mi-
nimales, sino que desde corta edad pasamos por un largo proceso educativo donde pro-
gresivamente los fuimos conociendo por sus apelativos, sus guarismos y usándolos para
contar. Un amplio sector de la raza humana los ha asimilado y los utiliza cotidianamente.
Esto es en gran parte posible gracias al sistema de numeración. En efecto, los números
en la vida diaria no son entidades abstractas sino que se identifican por sus sı́mbolos y
nombres con lo cual adquieren cédula de identidad y personalidad propia. El uso diario
los transforma en una especie de sociedad jerarquizada cuyos miembros se reconocen y
ubican por nombre y apellido. Al respecto vea las secciones que siguen: 17, 18 y 19.
Con la nomenclatura posicional Arábigo-Hindú las operaciones aritméticas de suma y
producto se traducen en reglas relativamente simples: Las que todos aprendimos en la
escuela primaria. Como contraste, las operaciones aritméticas bajo el sistema romano de
numeración son mucho más trabajosas.

17. Números como sı́mbolos


Los sı́mbolos del sistema de numeración arábigo-hindú proporcionan un con-
junto bien ordenado muy particular, a saber
NS = {0, 1, 2, 3, . . . , 1000, 1001, 1002, . . . }
Este conjunto de sı́mbolos se obtiene yuxtaponiendo dı́gitos, es pragmática-
mente infinito, y satisface todos los requerimientos de la definición de sistema
de números naturales. Con este enfoque los números no son distintos de los
sı́mbolos utilizados para representarlos. Dicho de otro modo, un número no
serı́a un concepto o idea abstracta sino un tipo particular de marca hecha en
una superficie y percibida por una persona debidamente educada. La persona
humana, su contexto cultural y en particular la educación adquieren crucial
importancia.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 45

18. Sistema nominal escrito


La definición de sistema de números naturales adoptada en esta cartilla tam-
bién permite considerar los números como si fueran esencialmente la colección
de sus nombres escritos; estos sistemas –al menos uno en cada idioma– lo lla-
maremos sistema nominal escrito. Ası́, el sistema nominal escrito español,
NE , es el conjunto bien ordenado, inductivo y minimal cuyos elementos son
los nombres de los números escritos en idioma español

NE = {Cero, Uno, Dos, Tres, . . . , Mil, Mil Uno, Mil Dos, . . . }

Las reglas para nombrar los números son tales que el conjunto de los nombres
satisface las condiciones para ser un sistema de números naturales.

19. Sistema nominal hablado


Los nombres escritos pueden ser reemplazados por sonidos, es decir, por los
nombres hablados. El sistema de números naturales ası́ obtenido consiste en
los sonidos que resultan al pronunciar en voz alta los nombres de los números.
Lo denominamos sistema nominal hablado; al igual que los sistemas escritos,
cambian con el idioma. Estos números consisten en sonidos articulados que
surgen en la conversación, las discusiones, conferencias, etc. Los números
pronunciados o sonoros tienen la particularidad de ser efı́meros: Duran lo
que el sonido de la palabra, lo cual resalta la importancia que para su uso
tiene la memoria.
• Aprendizaje elemental. Los sistemas nominales escritos y hablados de números naturales
se perciben como menos abstractos y proporcionan la experiencia básica para aprender a
contar. Son enseñados a los niños en las escuelas elementales.
• Traducción consistente. En cada idioma los nombres de los números son distintos y por lo
tanto los correspondientes sistemas nominales escritos resultan ser diferentes. Por ejemplo,
en idioma inglés el sistema nominal escrito es

NI = {Zero, One, Two, Three, . . .


. . . , One Thousand, One Thousand and One, One Thousand and Two, . . . }

Pero, según se verá en el enunciado 140, el sistema inglés NI es isomorfo con el sistema
español NE mediante isomorfismo único, de manera que los dos sistemas pueden ser com-
parados sin ambigüedad. Igual situación ocurre al comparar con un sistema hablado de
números naturales. La traducción entre soportes fı́sicos e idiomas cualesquiera está garan-
tizada por 140.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 46

• Axiomas fı́sicos. Los sistemas escritos y hablados de números naturales plantean un pro-
blema especial. Para satisfacer la definición de sistema de números naturales los nombres
de los números –tanto los escritos como los hablados– deben formar conjuntos infinitos.
Ya en la sección 17 se mencionó que el conjunto de los sı́mbolos de los números es po-
tencialmente ilimitado. Pero las palabras escritas son marcas sobre una superficie y las
pronunciadas son sonidos. Se trata de realidades fı́sicas. ¿Qué es un sistema infinito de pa-
labras escritas o habladas? Ni siquiera es claro que el Universo sea infinito ni se vislumbra
criterio para decidir esta cuestión. La salida más cómoda es postular la infinitud de los
sistemas fı́sicos requeridos, por ejemplo, con el siguiente:
Axioma Fı́sico de Infinito: Para cada lenguaje natural existen sistemas nominales es-
crito y hablado de números naturales.
Puesto que los sı́mbolos escritos y los sonidos son objetos fı́sicos, el axioma se refiere al
mundo fı́sico. Este postulado establece como acto de fe –o de conveniencia– la existencia
fı́sica de las infinitas expresiones escritas y las infinitas expresiones habladas que se requie-
ren para un sistema de naturales.
Dado que no es posible escribir o pronunciar los nombres de todos los números, la infini-
tud debe entenderse en un sentido pragmático e histórico. Esto significa lo siguiente: Los
sistemas nominales son fı́sicamente infinitos porque cada vez que un agente externo nos
presenta una lista fı́sica de números, o la pronuncia, siempre ha sido y sigue siendo posible
añadir un número más. De manera que para demostrar la no existencia de infinitos núme-
ros la parte interesada debe asumir la carga de la prueba y presentar de manera efectiva
y convincente una lista finita a la cual es imposible añadir un número más.
El uso de los números a todo lo largo de la aventura humana llamada Historia indica que
el Axioma Fı́sico de Infinito es, para cualquier propósito práctico, perfectamente acepta-
ble. Por otra parte tiene una garantı́a difı́cil de superar: El horror al aburrimiento. Un
Universo sin infinitos es tan aburrido que resulta intolerable. Las teorı́as consistentes que
postulan la finitud de los sistemas de números naturales –si es que existen– están relegadas
al depósito de las curiosidades.
Es creencia generalizada que los axiomas están reservados a las Matemáticas y son inútiles
para forzar las realidades fı́sicas. Desde Galileo la moda en Fı́sica supuestamente ha sido
observar, medir y hacer desfilar los resultados para que juzgue el inefable público. Pero
este admirable esquema es otro ideal platónico en desacuerdo con el crudo ejercicio de la
Ciencia. Una hojeada a las publicaciones en algunas áreas de la Fı́sica Teórica demuestra
que la simple existencia de complicadas estructuras matemáticas basta para proponerlas
como explicación de alejadas utopı́as fı́sicas. El Axioma Fı́sico de Infinito va en sentido
inverso: Es un modesto postulado acerca del Universo fı́sico que pudiera inducir algunas
reflexiones en Matemáticas, Filosofı́a y Fı́sica.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 47

• Reconocimiento de patrones. Los sı́mbolos representativos de los números se identifican


sin dificultad aunque aparezcan en circunstancias diversas y bajo numerosas variantes: Son
a veces congruentes entre si –como en distintos ejemplares impresos de una misma obra–
pero también pueden diferir en forma y tamaño, como ocurre cuando hay distintas fuentes
tipográficas. Las cifras escritas a mano, a pesar de estar sujetas a mayores variaciones, se
leen con igual soltura. Basta que se conserven ciertos rasgos para que la identificación sea
inmediata.
Análogamente, los sonidos articulados que representan a un número pronunciado (vocablo)
difieren –según la ocasión y la persona que los profiere– en su intensidad, tono, timbre,
etc. Pero basta que mantengan algunas caracterı́sticas para que resulten comprensibles.
Que unos cuantos rasgos o caracterı́sticas basten para identificar números es un ejemplo
del paradigmático reconocimiento de patrones, mecanismo neuronal relacionado con la
memoria, capaz de establecer asociación entre diferentes percepciones, y que hace posible
en particular la lectura y la comunicación verbal. En un contexto muy general se trata de
una habilidad –congénita, aprendida, o combinada– presente en todas las especies provistas
de sistema nervioso. El reconocimiento de patrones ocurre cuando una vaca encuentra su
ternero, una hormiga su camino y un predador a su presa. Hay gran cúmulo de datos sobre
el tema pero su completo esclarecimiento sigue siendo un desafı́o cientı́fico.

20. Recursión
Es posible creer en el Teorema de Recursión sin necesidad de demostrarlo,
pero ya que sus inventores consideraron que era necesaria una prueba, bien
podemos ejecutarla con lujo de detalles.
En esta sección estudiaremos la noción de recursión y demostraremos su
existencia y unicidad. La naturaleza del procedimiento de recursión obliga a
segmentarlo en cautelosos pasos: 0-recursión, n-recursión y recursión. Como
telón de fondo mantenemos un sistema de números naturales privilegiado,
como antes se indicó, por ser el aquı́ designado mediante N.
La recursión proporciona una manera de construir sucesiones; véase la defi-
nición de sucesión en la sección 36. La recursión consiste en asignar a cada
natural un elemento de un conjunto de acuerdo al siguiente procedimiento: El
valor que corresponde al primer natural, 0, se especifica arbitrariamente. Al
sucesor de un natural se asigna el valor que toma una función –previamente
convenida– sobre valor que correspondió al natural.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 48

Consideremos un conjunto no vacı́o Y que llamaremos rango de recursión y


cuyos elementos son los (posibles) valores de la recursión; y0 ∈ Y es el punto
inicial o valor inicial de la recursión; y F : Y → Y es una función denominada
fórmula de la recursión. Las recursiones a definir dependen de los tres objetos
Y, y0 , F , que constituyen sus datos, y son la 0-recursión, la n-recursión y la
∞-recursión siendo esta última la recursión propiamente dicha.
Como en la sección 14 denotamos por [0, n]N al intervalo inicial de extremo n.
Sean Y un rango de recursión, y0 un punto inicial y F : Y → Y una fórmula.
Una 0-recursión (de datos Y, y0 , F ) es una función f0 : [0, 0]N = {0} → Y
tal que f0 (0) = y0 , esto es, f0 es la función, definida en el primer elemento
0 ∈ N, cuyo valor es y0 . El enunciado siguiente es obvio.

105.- Existe una 0-recursión y es única.


Denotemos por R0 el conjunto de las 0-recursiones. Hemos obtenido, a partir
de definiciones, que R0 es no vacı́o y es unipuntual, R0 = {f0 }.
Si consideramos otro sistema N0 de números naturales –distinto del privile-
giado– con función sucesor s0 : N0 → N0 , tendremos elementos

00 , 10 = s0 (00 ), . . . , n0+ = s0 (n0 ), . . .

y a este sistema corresponde una 00 -recursión f00 0 : {00 } → Y que es la única


función perteneciente al conjunto R000 = {f00 0 }.
Considere un natural n > 0. Una n-recursión (de datos Y, y0 , F ) es una
función
fn : [0, n]N = {0, . . . , n} → Y
que satisface la condición inicial

fn (0) = y0

y que para todo m < n y verifica la siguiente condición recursiva

fn (m+ ) = F (fn (m))

Los valores de la n-recursión son y0 = fn (0), y1 = fn (1), . . . , yn = fn (n).


Usaremos la notación h ∈ Rn para indicar que la función h es una n-recursión
de datos Y, y0 , F ; como se verá, para datos dados hay una única n-recursión,
h = fn .
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 49

• Ejemplo de notación crı́ptica. El conjunto Rn admite la siguiente formulación jeroglı́fica:

Rn = {h | h : [0, n]N → Y 3 h(0) = y0 ∧ ∀m ∈ [0, n − 1]N h(m+ ) = F (h(m)} ⊆ Y [0,n]N

106.- La restricción de una n-recursión es una n0 -recursión

fn ∈ Rn ∧ n0 ≤ n ⇒ fn | [0, n0 ]N ∈ Rn0

En efecto, considere 0 ≤ n0 ≤ n y la restricción

fn0 = fn | [0, n0 ]N : [0, n0 ]N → Y

Entonces fn0 tiene el valor inicial correcto, fn0 (0) = fn (0) = y0 , y para
0 ≤ m < n0 se tendrá asimismo m < n, por consiguiente

fn0 (m+ ) = fn (m+ )


= F (fn (m))
= F (fn0 (m))

siendo estas tres igualdades consecuencia respectivamente de ser fn0 restric-


ción de fn ; de fn ∈ Rn ; y, nuevamente, de ser fn0 restricción de fn . Se ha
probado que fn0 es una n0 -recursión: fn0 ∈ Rn0 .
Después de n = 0 la siguiente recursión ocurre con n = 0+ = 1. Una 1-
recursión es una función f1 : [0, 1]N = {0, 1} → Y tal que f1 (0) = 0 y
f1 (1) = f1 (0+ ) = F (f1 (0)) = F (y0 ). Luego existe al menos una 1-recursión.
En cuanto a la unicidad, sean f1 , f10 ∈ R1 , entonces f10 (0) = y0 = f1 (0) y
f10 (1) = f10 (0+ ) = F (f10 (0)) = F (y0 ) = F (f1 (0)) = f1 (1), luego f10 = f1 y la
1-recursión es única o, equivalentemente, R1 tiene un único elemento:

107.- Existe una 1-recursión y es única

R1 = {f1 }

108.- Si existe una n-recursión entonces existe una n+ -recursión.


En efecto, suponga fn ∈ Rn y defina fn+ : [0, n+ ]N = {0, . . . , n, n+ } → Y de
modo que su restricción a {0, . . . , n} sea igual a fn , esto es, fn+ | [0, n]N =
fn ; defina además fn+ (n+ ) = F (fn (n)). Entonces fn+ asume el valor inicial
correcto, fn+ (0) = fn (0) = y0 .
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 50

Para m < n tenemos


fn+ (m+ ) = fn (m+ )
= F (fn (m))
= F (fn+ (m))

siendo las igualdades anteriores deducidas ası́: La primera porque fn+ y fn


coinciden sobre [0, n]N ; la segunda por la propiedad recursiva de fn ; la última,
una vez más porque fn+ y fn coinciden sobre [0, n]N .
Para m = n la definición de fn+ nos dice que fn+ (n+ ) = F (fn (n)) =
F (fn+ (n)). Luego fn+ es una n+ -recursión: fn+ ∈ Rn+ .

109.- Si la n-recursión es única entonces también es única la n+ -recursión.


Sean fn0 + una n+ -recursión cualquiera. Por 106 la restricción fn0 = fn0 + | [0, n]N
es una n-recursión y por la hipótesis fn0 = fn lo cual significa que fn0 + (m) =
fn (m) para todo m < n. Con el último valor tenemos

fn0 + (n+ ) = F (fn0 + (n))


= F (fn0 (n))
= F (fn (n))
= fn+ (n+ )
luego fn0 + = fn+ y Rn+ tiene un único elemento.

110.- Para todo n ≥ 0 existe una n-recursión y es única

Rn = {fn }

En efecto, sea A el conjunto de los n ∈ N tales que Rn tiene un único


elemento. Por 105 sabemos que 0 ∈ A, y por 108 y 109 concluimos que
n ∈ A ⇒ n+ ∈ A, luego A = N y 110 queda probado.
En cuanto a relación entre la n-recursión respecto a N y la existencia de
otro(s) sistema(s) N0 de números naturales –equivalente(s) con N, como se
verá en el enunciado 140– los mismos razonamientos utilizados para N ase-
guran que hay para cada n0 ∈ N0 una única n0 -recursión fn0 0 : [0, n0 ]N0 → Y
con su respectivo conjunto unipuntual R0n0 = {fn0 0 }.
Una ∞-recursión, o simplemente recursión (de datos Y, y0 , F ) es una función

f :N→Y
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 51

que satisface la condición inicial

f (0) = y0

y que cumple para todo n ≥ 0 la condición recursiva

f (n+ ) = F (f (n))

Ası́, la recursión difiere de la n-recursión en que su dominio, en lugar de


ser el intervalo [0, n]N $ N, es el conjunto infinito N de todos los números
naturales. La notación f ∈ R indica que f es una recursión de datos Y, y0 , F .

111.- Las restricciones de una recursión son n-recursiones

f ∈R∧n∈N ⇒ f | [0, n]N ∈ Rn

En efecto, sea fn = f | [0, n]N , entonces fn (0) = f (0) = y0 y

fn (m+ ) = f (m+ )
= F (f (m))
= F (fn (m))
para todo m < n, por consiguiente fn ∈ Rn .

112.- Existe una recursión


R 6= ∅
Según 110 para todo n existe una única n-recursión fn ∈ Rn . Defina entonces
f : N → Y mediante
f (n) = fn (n)
Se sigue que f (0) = f0 (0) = y0 y

f (n+ ) = fn+ (n+ )


= F (fn+ (n))
= F (fn (n))
= F (f (n))
Las cuatro igualdades se justifican ası́: La primera por la definición de f ; la
segunda por la fórmula recursiva de fn+ ; la tercera porque, según vimos en
109, la restricción de fn+ a [0, n]N es la única n-recursión; la cuarta nueva-
mente por la definición de f . Queda probado que la función f es efectivamente
una recursión, por lo tanto R 6= ∅. Falta solo la unicidad en el siguiente
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 52

113.- Teorema de Recursión: Existe una única recursión

R = {f }

Sean f, f 0 : N → Y recursiones, entonces 111 implica que para todo n > 0 se


tiene que las restricciones fn = f | [0, n]N y fn0 = f 0 | [0, n]N son n-recursiones,
y por la unicidad de estas fn0 = fn , en particular fn0 (n) = fn (n). Luego
f 0 (n) = fn0 (n) = fn (n) = f (n) y f 0 = f . Queda ası́ probada la unicidad.
El valor f (n) ∈ Y es el n-ésimo valor de la recursión. También podemos
referirnos a f (n) como el elemento obtenido mediante aplicación sucesiva de
la fórmula F al valor inicial y0 tantas veces como lo indica n ∈ N.
Si N0 es otro sistema de números naturales hay una única recursión f 0 :
N0 → Y y el correspondiente conjunto unipuntual es R0 = {f 0 }. En este caso
diremos que la recursión es con ı́ndices en N0 .
• Generalizaciones de la recursión. Una primera generalización del teorema de recursión
se obtiene reemplazando la fórmula F : Y → Y por una colección de formulas Fn : Y →
Y , n ≥ 0, y la condición recursiva por f (n+ ) = Fn (f (n)). Más aún, es posible variar
los rangos tomando Fn : Yn → Yn+1 ; en este caso la recursión resulta ser una función
S
f : N → Y = n≥0 Yn .
Una segunda dirección de generalización consiste en sustituir N por un conjunto bien
ordenado cualquiera X. Hay que añadir condiciones especiales cuando X tiene elementos
lı́mite; estos son los que, aparte del inicial 0X , no están en la imagen de la función sucesor.
• Recursión y axiomática de Lawvere. En la definición categórica de Lawvere [10] no
aparece inicialmente ningún conjunto N cuyos elementos sean los naturales, es decir, no
aparecen elementos 0, 1, . . . , n, . . . . Su axiomática es esencialmente una ‘versión morfismo’
de la tesis del teorema de recursión.

21. Recursión funcional


Sea Z un conjunto y g : Z → Z una función. Tomemos como rango de
recursión al conjunto de las funciones de Z en Z, esto es

Y = ZZ

como valor inicial la función identidad

y0 = IZ ∈ Y = Z Z
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 53

y como fórmula de recursión la composición a derecha con g, es decir, F = g ∗


donde
g ∗ (h) = h ◦ g : Z Z → Z Z
Nótese que la función g : Z → Z transforma elementos de Z mientras que la
función g ∗ : Z Z → Z Z transforma funciones pertenecientes a Z Z .
Para los datos Z Z , IZ , g ∗ el teorema de recursión 113 garantiza la existencia
de f : N → Z Z tal que

f (0) = IZ
f (n+ ) = g ∗ (f (n)) = f (n) ◦ g

La composición iterada n veces o n-ésima iteración de g es la función f (n) ∈


n
Z Z ; la denotaremos por g n , o bien mediante g ◦ .^. . ◦ g
n
g n = g ◦ .^. . ◦ g = f (n)

En el contexto de composiciones iteradas el natural n es el exponente de


iteración.
Las primeras composiciones iteradas son

g 0 = IZ
g1 = g
g2 = g1 ◦ g = g ◦ g
..
.

En general la definición de composición iterada implica inmediatamente

114.- La composición de la n-ésima iteración de una función consigo misma


es igual a su n+ -ésima iteración:
n +
g n ◦ g = (g ◦ .^. . ◦ g) ◦ g = g n

Por otra parte un razonamiento inductivo demuestra


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 54

115.- La composición de una función con su n-ésima iteración es igual su


n+ -ésima iteración:
n +
g ◦ g n = (g ◦ .^. . ◦ g) ◦ g = g n
Basta probar que el conjunto A de los exponentes que cumplen la condición
+
A = {n | g ◦ g n = g n } ⊆ N

es inductivo. Obviamente 0 ∈ A. Asumimos como hipótesis de inducción que


+
n ∈ A, o sea g ◦ g n = g n , y obtenemos
+
g ◦ gn = g ◦ (g n ◦ g)
= (g ◦ g n ) ◦ g
+
= gn ◦ g
++
= gn

lo cual significa que n+ ∈ A. Concluimos que A = N y por lo tanto que el


enunciado 115 es valido para todo n. Las cuatro igualdades anteriores se jus-
+
tifican ası́: La primera por definición de g n ; la segunda por la asociatividad
de la composición de funciones; la tercera por hipótesis de inducción; y la
++
cuarta por definición de g n .
Juntando los dos enunciados anteriores tenemos

116.- La composición de la n-ésima iteración de una función consigo misma


es igual a su composición con la n-ésima iteración, e igual también a su
n+ -ésima iteración
+
gn ◦ g = g ◦ gn = gn

Más generalmente,

117.- La composición de la iteración n-ésima con la m-ésima es la iteración


sm (n)-ésima
m
g n ◦ g m = g s (n)
Para la prueba considere el conjunto
m (n)
A = {m | g n ◦ g m = g s }
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 55

0
Entonces g n ◦ g 0 = g n ◦ IX = g n = g s (n) , luego 0 ∈ A. Si suponemos m ∈ A
se tiene +
g n ◦ g m = g n ◦ (g m ◦ g)
= (g n ◦ g m ) ◦ g
m
= g s (n) ◦ g
m
= g s(s (n))
m+
= g s (n)
siendo estas igualdades justificadas ası́: La primera por 116; la segunda por
asociatividad de la composición de funciones; la tercera por la hipótesis de
inducción; la cuarta por definición de composición iterada; y la última por
118. Queda probado que A = N.
Para intercambiar n y m en este resultado (ver 120 más abajo) necesitamos
como resultado preliminar la proposición 119. Comenzamos aplicando 116
a la función sucesor, esto es, tomamos Z = N, Y = NN y g = s : N → N:

118.- La composición de la n-ésima iteración de la función sucesor consigo


misma es igual a su composición con la n-ésima iteración, e igual también a
su n+ -ésima iteración
+
sn ◦ s = s ◦ sn = sn

Por definición el n-ésimo sucesor de un natural es el natural obtenido apli-


cándole la iteración n-ésima de la función sucesor, o sea, el n-ésimo sucesor
de k es sn (k).
Una consecuencia de 118 es:

119.- El natural n es el n-ésimo sucesor de 0

n = sn (0)

El caso n = 0 se sigue de 0 = IN (0) = s0 (0). Definamos A = {n | n = sn (0)},


entonces si n ∈ A se tiene que
+
sn (0) = sn (s(0))
= s(sn (0))
= s(n)
= n+
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 56

por lo que n+ ∈ A y concluimos que A = N. Las igualdades se obtienen


como sigue: La primera y la segunda por 118; la tercera por la hipótesis de
inducción; y la última por definición de n+ .
Ahora podemos intercambiar n y m en el lado derecho de la igualdad obtenida
en 117:

120.- La composición de la iteración n-ésima con la m-ésima es la iteración


sn (m)-ésima
n
g n ◦ g m = g s (m)
n
Sea A = {m | g n ◦ g m = g s (m) }. Demostramos en 119 que el n-ésimo iterado
de 0 es n, esto es, sn (0) = n, por lo tanto
n (0)
g n ◦ g 0 = g n ◦ IX = g n = g s

e inferimos que 0 ∈ A. Si asumimos como hipótesis de inducción que m ∈ A


tenemos +
g n ◦ g m = g n ◦ (g m ◦ g)
= (g n ◦ g m ) ◦ g
n
= g s (m) ◦ g
n
= g s(s (m))
n+
= g s (m)
La primera igualdad es por 114; la segunda por la asociatividad de la com-
posición de funciones; la tercera por la hipótesis de inducción; la cuarta nue-
vamente por 114; y la última por 118. Esto prueba que A es inductivo y en
consecuencia 120 queda demostrado.
Juntando 117 y 120 resulta

121.- La composición de la iteración n-ésima de una función con la m-ésima


es igual a la iteración sm (n)-ésima, igual asimismo a la iteración sn (m)-ésima,
e igual también a la composición de la iteración m-ésima con la n-ésima
m (n) n (m)
gn ◦ gm = gs = gs = gm ◦ gn

En el caso especial de la función sucesor, g = s, se tiene


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 57

122.- La composición de la iteración n-ésima de la función sucesor s : N → N


con su iteración m-ésima es su iteración sm (n)-ésima y es también igual a su
iteración sn (m)-ésima
m (n) n (m)
sn ◦ sm = ss = ss = sm ◦ sn

Los sistemas de números naturales no son únicos pero todo lo expuesto sobre
recursión funcional respecto al sistema privilegiado N se aplica por igual a
cualquier otro sistema N0 : Para N0 , es decir, con los datos Z Z , IZ , g ∗ , están
0
definidas las iteraciones g n : Z → Z con exponentes de iteración n0 ∈ N0 .
Consideremos a continuación el comportamiento bajo iteración de la inyec-
tividad y propiedades similares.

123.- Si la función a iterar es inyectiva, suryectiva o biyectiva entonces todas


las iteraciones son respectivamente inyectivas, suryectivas o biyectivas

g ∈ Iny(Y, Y ) ⇒ g m ∈ Iny(Y, Y )
g ∈ Sur(Y, Y ) ⇒ g m ∈ Sur(Y, Y )
g ∈ Biy(Y, Y ) ⇒ g m ∈ Biy(Y, Y )

La prueba se efectúa por inducción en m observando, para los respecti-


vos pasos inductivos, que los conjuntos de funciones Iny(Y, Y ), Sur(Y, Y )
y Biy(Y, Y ) son cerrados bajo composición. Con argumentos similares se
prueba

124.- Si la función a iterar es monótona entonces todas las iteraciones son


monótonas
g ∈ Mon(Y, Y ) ⇒ g m ∈ Mon(Y, Y )

Sea X un conjunto ordenado. Una función f : X → X es eyectiva (estric-


tamente), o es una eyección, si x < f (x). La definición se aplica a funciones
con dominio y rango iguales entre si. El conjunto de las eyecciones de X se
denota Eye(X)
• Justificación del término. Se puede usar ‘sobrediagonal’ o ‘incrementante’ en lugar de
eyección, pero por razones eufónicas es preferible arriesgarse con este neologismo.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 58

125.- La composición de eyecciones es una eyección

f, g ∈ Eye(X) ⇒ g ◦ f ∈ Eye(X)

Razonando como en 123 se tiene

126.- Si el exponente de iteración es positivo y la función a iterar es eyectiva


entonces la iteración es eyectiva

0<m ∧ g ∈ Eye(Y, Y ) ⇒ g m ∈ Eye(Y, Y )

El enunciado que sigue es consecuencia obvia de 85:

127.- La función sucesor es eyectiva.


Como caso particular de 32 la función sucesor s : N → N es inyectiva;
por 51 es estrictamente monótona; y por el resultado anterior es eyectiva.
Obtenemos:

128.- Las iteraciones de la función sucesor son inyectivas y monótonas; si el


exponente de iteración es positivo entonces las iteraciones son estrictamente
monótonas y eyectivas, es decir

m > 0 ⇒ sm ∈ Iny(N, N) ∩ EMon(N, N) ∩ Eye(N, N)

La eyectividad de las iteraciones de la función sucesor posee la siguiente


reformulación:

129.- Los sucesores iterados de un natural lo siguen. Si el exponente de


iteración es positivo entonces lo siguen estrictamente

n ≤ sm (n) 0 < m ⇒ n < sm (n)


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 59

22. Recursiones elementales


Esta sección presenta dos recursiones que sobresalen por su sencillez. Man-
tenemos la notación IX : X → X para la función identidad del conjunto X,
IX (x) = x.
Supongamos que el rango de valores de recursión es N, que el valor inicial es
0 y que la fórmula es la función sucesor: Y = N, y0 = 0, F (n) = n+ = s(n).
Se cumple IN (0) = 0 y IN (n+ ) = n+ = s(IN (n)). Luego la función identidad
cumple los requisitos para ser la recursión y, debido a la unicidad, tiene que
ser igual a la recursión, esto es

130.- La recursión de fórmula la función sucesor y punto inicial 0 es la


función identidad, esto es, si Y = N y y0 = 0 entonces

F = s ⇒ f = IN

Este resultado dice que la función sucesor es un caso particular de recursión


y por lo tanto permite considerar las recursiones como generalizaciones de la
función sucesor.
Consideremos ahora una recursión cuya fórmula fija el punto inicial, es decir,
Y es cualquier conjunto y el punto inicial y0 ∈ Y es un punto fijo de la
fórmula
F (y0 ) = y0
Denotemos por f la correspondiente recursión, de manera que f (0) = y0 y
f (n+ ) = F (f (n)). Sea A el conjunto de los naturales en los cuales f toma el
valor y0
A = {n | f (n) = y0 }
entonces 0 ∈ A y si n ∈ A se tiene f (n+ ) = F (f (n)) = F (y0 ) = y0 , luego
A = N y para todo n ∈ N se cumple f (n) = y0 . Hemos probado

131.- Una recursión cuya fórmula fija el punto inicial es la función constan-
temente igual al punto inicial

n ∈ N ⇒ f (n) = y0
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 60

23. Comparación de sistemas de números naturales


Esta sección, dedicada a isomorfismos entre sistemas de números naturales,
ha sido deliberadamente colocada antes de definir y estudiar la suma y el pro-
ducto. Se enfatiza ası́ que los sistemas de números naturales son estructuras
ordenadas cuya caracterización no depende de operaciones aritméticas.
Sean N, N0 dos sistemas de números naturales, es decir, ambos son conjuntos
no vacı́os, bien ordenados, sin último elemento y minimales como conjuntos
inductivos. Los respectivos ceros y funciones sucesor son 0 ∈ N, 00 ∈ N0 ,
s : N → N y s0 : N0 → N0 . Veremos a continuación la existencia y unicidad
de isomorfismos entre N y N0 .
Apliquemos el teorema de recursión, 113, al caso Y = N0 con valor inicial 00
y fórmula la función sucesor F = s0 : N0 → N0 .

132.- Existe una única recursión ϕ : N → N0 tal que ϕ(0) = 00 y ϕ(n+ ) =


ϕ(n)+ .
Basta observar que la recursividad, yn+ = F (yn ), equivale en este caso a la
expresión ϕ(n+ ) = ϕ(n)+ y admite la siguiente reformulación:

133.- La imagen del sucesor es el sucesor de la imagen


ϕ(s(n)) = s0 (ϕ(n))

Más generalmente tenemos

134.- La imagen del m-ésimo sucesor es el m-ésimo sucesor de la imagen


ϕ(sm (n)) = s0m (ϕ(n))
Procedemos por inducción. El resultado es obvio para m = 0 y para m = 1 es
precisamente 133. Sea A = {m | ϕ(sm (n)) = s0m (ϕ(n))} y supongamos que
m ∈ A. Entonces +
ϕ(sm (n)) = ϕ(s(sm (n)))
= s0 (ϕ(sm (n)))
= s0 (s0 m (ϕ(n)))
+
= s0 m (ϕ(n))
lo cual significa que m+ ∈ A. Esto prueba que A = N y por lo tanto 134 es
cierto para todo m. Las igualdades de la demostración se infieren de la manera
siguiente. La primera por la definición de iteración funcional; la segunda por
133; la tercera por la hipótesis de inducción; y la última por 122.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 61

135.- La recursión ϕ : N → N0 es suryectiva

ϕ(N) = N0

Sabemos que 00 = ϕ(0) ∈ ϕ(N). Si n0 = ϕ(n) ∈ ϕ(N) entonces n0 + = s0 (n0 ) =


s0 (ϕ(n)) = ϕ(s(n)) ∈ ϕ(N). Luego ϕ(N) es inductivo y por el principio de
inducción aplicado al sistema de naturales N0 concluimos que ϕ(N) = N0 .
Para la prueba del siguiente resultado haremos uso de 19.

136.- La recursión ϕ : N → N0 es inyectiva

n0 ∈ N0 ⇒ |ϕ−1 (n0 )| = 1

Sea A0 = {n0 | |ϕ−1 (n0 )| = 1}. En primer lugar, ϕ(n) = 00 implica n = 0.


Porque si fuese n > 0 entonces n = s(a(n)) y de allı́

00 = ϕ(n) = ϕ(s(a(n))) = s(ϕ(a(n)))

lo cual es imposible porque 00 no es un sucesor; luego 00 ∈ A0 . Supongamos


m0 ∈ A0 y sean k, j ∈ N tales que m0+ = ϕ(k) = ϕ(j). Puesto que m0+ > 00
necesariamente k > 0 y j > 0. Luego k = s(a(k)) y j = s(a(j)), de donde

m0+ = s(m0 ) = ϕ(s(a(k))) = ϕ(s(a(j)))

Pero 133 implica entonces que

s(m0 ) = s(ϕ(a(k))) = s(ϕ(a(j)))

y la inyectividad de s permite deducir que m0 = ϕ(a(k)) = ϕ(a(j)). Por la


hipótesis de inducción a(k) = a(j), luego k = s(a(k)) = s(a(j)) = j y por
lo tanto |ϕ−1 (m0+ )| = 1 de donde m0+ ∈ A0 . La inyectividad de ϕ queda
probada.
Concluimos que ϕ es biyectiva y por lo tanto

137.- La recursión ϕ : N → N0 conserva estrictamente el orden

n < m ⇒ ϕ(n) < ϕ(m)

Falta la doble monotonı́a para completar la prueba del siguiente resultado


fundamental.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 62

138.- La recursión ϕ : N → N0 es un isomorfismo de conjuntos ordenados.


Supongamos que n, m ∈ N son tales que ϕ(n) ≤ ϕ(m). Afirmamos que nece-
sariamente n ≤ m. Porque la otra posibilidad es, de acuerdo a la tricotomı́a,
que m < n; pero en tal caso 137 implicarı́a que ϕ(m) < ϕ(n), contra la
hipótesis. Queda probada la doble monotonı́a y por consiguiente ϕ es un
isomorfismo. Veamos la unicidad:

139.- Hay a lo sumo un isomorfismo del conjunto ordenado N en el conjunto


ordenado N0 .
Sean ϕ, φ : N → N0 isomorfismos y defina A = {n | ϕ(n) = φ(n)}. Vimos en
60 que los isomorfismos respetan el primer elemento, esto es, ϕ(0) = 00 =
φ(0), lo cual significa que 0 ∈ A. Supongamos n ∈ A, entonces

ϕ(n+ ) = ϕ(n)+
= φ(n)+
= φ(n+ )
siendo cierta la primera igualdad por 65; la segunda por la hipótesis de
inducción; y la última nuevamente por 65. Por lo tanto A es inductivo, A =
N, y ϕ = φ. Queda demostrada la unicidad. Esto completa la prueba del
siguiente resultado fundamental:

140.- Dados dos sistemas N, N0 de números naturales hay un único isomor-


fismo ϕ : N → N0 .
Este único isomorfismo es el isomorfismo canónico entre N y N0 . Puesto que
ası́ fue construido en 132, ϕ es la única recursión con rango Y = N0 , valor
inicial y0 = 00 ∈ N0 y fórmula F = s0 . Por consiguiente:

141.- El isomorfismo canónico entre dos sistemas de números naturales es


la única función que conserva elementos iniciales y para la cual la imagen del
sucesor es el sucesor de la imagen. Es decir, ϕ : N → N0 es el isomorfismo
canónico si y solo si

ϕ(0) = 00 ∧ ϕ(s(n)) = s0 (ϕ(n))

Sean Y, y0 , F datos de una recursión. Dados dos sistemas de números natu-


rales existen correspondientes recursiones

f :N→Y f 0 : N0 → Y
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 63

con ı́ndices de recursión n ∈ N, n0 ∈ N0 , ambas con los mismos datos:

f (0) = y0 f (n+ ) = F (f (n)) f 0 (00 ) = y0 f (n0+ ) = F (f 0 (n0 ))

Estas recursiones se relacionan mediante el isomorfismo canónico ϕ : N → N0 :

142.- El n-ésimo valor de la recursión indiciada por N es igual al ϕ(n)-ésimo


valor de la recursión indiciada por N0

yn = yϕ(n)

Para la prueba sea A = {n | yn = yϕ(n) }. Es obvio que 0 ∈ A y si n ∈ A se


tiene
yn+ = F (yn )
= F (yϕ(n) )
= yϕ(n)+
= yϕ(n+ )
Las igualdades se justifican ası́: La primera por la recursividad de F respecto
al primer sistema de naturales; la segunda por la hipótesis de inducción; la
tercera por la recursividad de F respecto al segundo sistema de naturales; y
la última por 141. Luego A es inductivo lo cual prueba la proposición.
Podemos aplicar el enunciado a composiciones iteradas. Cada uno de los
sistemas de números naturales proporciona exponentes de iteración

g n : Y → Y, n ∈ N g ϕ(n) : Y → Y, ϕ(n) ∈ N0

143.- La n-ésima iteración es igual a la ϕ(n)-ésima iteración

g n = g ϕ(n)

En particular para la función sucesor g = s : N → N se verifica

144.- La iteración n-ésima de la función sucesor s es igual a su iteración ϕ(n)-


ésima. Ambas son iguales también a la iteración ϕ(n)-ésima de la función
sucesor s0 y a su iteración n-ésima
0 0
sn = sϕ(n) = s0ϕ(n) = s0n

De otra parte tenemos


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 64

145.- La composición del isomorfismo canónico con la iteración n-ésima de


la función sucesor s : N → N es igual a la composición de la iteración n-ésima
de la función sucesor s0 : N0 → N0 con el isomorfismo canónico

ϕ ◦ sn = s0n ◦ ϕ

Sea A = {n | ϕ ◦ sn = s0n ◦ ϕ}. Es inmediato que 0 ∈ A. Suponga que n ∈ A,


entonces +
ϕ ◦ sn = ϕ ◦ (s ◦ sn )
= (ϕ ◦ s) ◦ sn
= (s0 ◦ ϕ) ◦ sn
= s0 ◦ (ϕ ◦ sn )
= s0 ◦ (s0n ◦ ϕ)
= (s0 ◦ s0n ) ◦ ϕ
+
= s0n ◦ ϕ
Por lo tanto n+ ∈ A lo cual implica que A = N.
Combinando 144 y 145 es posible intercambiar n y n0 = ϕ(n) para obtener
diversas fórmulas como por ejemplo
+ +
ϕ ◦ sn = s0ϕ(n) ◦ ϕ

24. Orden y sucesores


La relación de orden en un sistema N de números naturales se puede expresar
utilizando los sucesores iterados.
Sabemos por 90 que N0 = S(n) ⊆ N es un sistema de números naturales
con primer elemento 00 = n+ . Según 119 y 144 para cualquier sistema N0
de números naturales las iteraciones de la función sucesor evaluadas en 00
proporcionan un isomorfismo. Tomando N0 = S(n) resulta entonces que es
biyectiva la función
ϕ : N → N0 = S(n)
definida por
ϕ(0) = 00 ϕ(k) = sk (n+ )
y todo seguidor estricto de n, esto es, todo m ∈ S(n), se expresa como
+
m = sk (n+ ) para un único natural k. Dado que sk (n) > 0, se tiene
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 65

146.- Un natural sigue estrictamente a otro si y solo si es su sucesor iterado


un número positivo de veces; el exponente de iteración es único

n < m ⇔ ∃ ! k > 0 3 m = sk (n)

Hay un enunciado similar cuando el orden no es estricto

147.- Un natural sigue a otro si y solo si es su sucesor iterado; el exponente


de iteración es único

n ≤ m ⇔ ∃ ! k ∈ N 3 m = sk (n)

25. Suma
La suma de dos naturales se define como el resultado de aplicar al primero la
función sucesor iterada el número de veces que indica el segundo; en particu-
lar, sumar la unidad equivale a aplicar la función sucesor (iterada una vez).
La suma tiene elemento neutro y es asociativa y conmutativa. A continuación
los pormenores.
Definimos la suma de los números naturales n, m ∈ N, denotada n + m, como

n + m = sm (n) ∈ N

Los naturales dados son los sumandos; n es el primer sumando y m es el se-


gundo sumando. También diremos que la suma n+m consiste en incrementar
n en m.
El primer sumando, n, tiene en la definición un rol distinto al segundo su-
mando, m. Ni siquiera es obvio que la suma ası́ definida sea independiente
del orden de los sumandos, por lo que se requerirá prueba. Comenzamos con
la siguiente consecuencia de las definiciones:

148.- La suma de un natural y de la unidad es igual al sucesor

n + 1 = n+

En efecto
n + 1 = s1 (n)
= s(n)
= n+
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 66

149.- Existencia de elemento neutro para la suma. El cero es elemento neutro


para la suma, es decir, la suma de un natural y cero es igual al natural e igual
a la suma de cero y el natural
n+0=n=0+n
La prueba consiste en las siguientes igualdades
n+0 = s0 (n)
= n
= sn (0)
= 0+n
justificadas ası́: La primera por definición de suma; la segunda porque s0 =
IN ; la tercera por 119; y la última, como la primera, por definición de suma.

150.- Asociatividad de la suma La suma es asociativa, o sea, si de tres natu-


rales se suman los dos primeros y al resultado se suma el tercero, se obtiene lo
mismo que sumando al primero el resultado de sumar el segundo y el tercero
(n + m) + k = n + (m + k)
Esto es consecuencia de
(n + m) + k = sk (n + m)
= sk (sm (n))
= sk ◦ sm (n)
k
= ss (m) (n)
= n + sk (m)
= n + (m + k)
La primera y segunda igualdades se deducen de la definición de suma; la
tercera de la definición de composición de funciones; la cuarta de 122; la
quinta y la sexta de la definición de suma.

151.- Conmutatividad de la suma. El orden de los sumandos no altera la


suma
n+m=m+n
La demostración se obtiene de las igualdades
n + m = sm (n)
= sn (m)
= m+n
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 67

La primera y última son consecuencias de la definición de suma y la segunda


de 122.
Veamos que el isomorfismo canónico conserva las sumas. Sean N y N0 sistemas
de números naturales, ϕ : N → N0 el isomorfismo canónico dado en 139:

152.- El isomorfismo canónico es aditivo


ϕ(n + m) = ϕ(n) + ϕ(m)
En efecto
ϕ(n + m) = ϕ(sm (n))
= s0m (ϕ(n))
= s0ϕ(m) (ϕ(n))
= ϕ(n) + ϕ(m)
siendo cierta la primera igualdad por definición de suma en N; la segunda
por 134; la tercera por 144; y la última por definición de suma en N0 .

26. Suma y relación de orden


La operación de suma y la relación de orden originan propiedades –muy
sencillas– que son esenciales en los sistemas de números naturales.

153.- Todo sumando precede a la suma


n∈N ⇒ n≤n+k
Obvio cuando k = 0. Si 0 < k según 129 sk es eyectiva, luego n < sk (n) =
n + k. Hemos probado 153 y también lo siguiente:

154.- Un sumando precede estrictamente a la suma si y solo si el otro su-


mando es positivo
n<n+k ⇔0<k

En particular

155.- La suma de un natural y la unidad sigue estrictamente al natural


n<n+1
lo cual es también una repetición de 85.
Deducimos asimismo la
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 68

156.- Positividad de la suma. La suma de naturales positivos es positiva


0<n∧0<m ⇒ 0<n+m

Por otra parte, sumar un natural a ambos miembros de una desigualdad no


cambia el sentido de la desigualdad:

157.- Si un natural precede a otro y a ambos se suma el mismo natural la


desigualdad se mantiene
n≤m ⇒ n+k ≤m+k
En efecto, vimos en 128 que sk es monótona, por lo tanto n + k = sk (n) ≤
sk (m) = m + k; y cuando el exponente de iteración k es positivo la función
sucesor es estrictamente monótona, luego

158.- Si un natural es estrictamente menor que otro y a ambos se suma un


mismo natural la desigualdad estricta se mantiene
n<m ⇒ n+k <m+k

159.- Un natural sigue a otro si y solo si es su suma con un tercer natural


n ≤ m ⇔ ∃k ∈ N 3 m = n + k

160.- Un natural sigue estrictamente a otro si y solo si es su suma con un


natural positivo
n < m ⇔ ∃k > 0 3 m = n + k

27. Leyes de cancelación para la suma


La siguiente propiedad, en conjunción con 200, es la precursora de todos los
métodos de resolución de ecuaciones.

161.- Ley de cancelación de sumandos en igualdades: Si dos sumas iguales


entre si tienen segundos sumandos iguales entonces son iguales los primeros
sumandos
n+m=k+m ⇒ n=k
La hipótesis equivale a sm (n) = sm (k) y por ser sm inyectiva se obtiene n = k.
Sumandos iguales, en desigualdades, se pueden cancelar:
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 69

162.- Ley de cancelación de sumandos en desigualdades: Si una suma de dos


naturales precede a otra y si los primeros sumandos son iguales entonces el
segundo sumando de la primera precede al segundo sumando de la segunda:

n+m≤n+k ⇒ m≤k

La hipótesis es n + m ≤ n + k. Si se cumpliera k < m entonces 157 implica


n + k < n + m, que contradice la hipótesis. Luego, por tricotomı́a, n + m ≤
n + k ⇒ m ≤ k.
Además para las desigualdades estrictas tenemos:

163.- Ley de cancelación de sumandos en desigualdades estrictas: Si una su-


ma de dos naturales precede estrictamente a otra y si los primeros sumandos
son iguales entonces el segundo sumando de la primera precede estrictamente
al segundo sumando de la segunda:

n+m<n+k ⇒ m<k

El razonamiento es como en la proposición anterior, pero invocando 158 en


lugar de 157.

28. Suma de funciones


Sea W un conjunto, NW el conjunto de las funciones definidas en W a valores
naturales
NW = {f | f : W → N}
y sea c0 ∈ NW la función nula, esto es, la función constante igual a 0. Dadas
dos funciones f, g ∈ NW su suma funcional o simplemente suma, denotada
f + g, es la función obtenida sumándolas punto a punto sobre los elementos
del dominio
(f + g)(w) = f (w) + g(w)

Considere una función a valores en W

e : W0 → W

de manera que las funciones compuestas f ◦ e y g ◦ e están bien definidas.


Evaluando en los puntos de W 0 se obtiene
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 70

164.- La suma de funciones compuesta con otra la es igual a la suma de las


composiciones
(f + g) ◦ e = f ◦ e + g ◦ e

De manera parecida, basta evaluar en puntos de W para probar:

165.- La suma de funciones es asociativa, conmutativa y tiene como elemento


neutro la función idénticamente nula c0

(f + g) + h = f + (g + h)
f +g = g+f
f + c0 = f

166.- La suma de funciones monótonas, estrictamente monótonas o eyectivas


es respectivamente monótona, estrictamente monótona o eyectiva

f, g ∈ Mon(N) ⇒ f + g ∈ Mon(N)
f, g ∈ EMon(N) ⇒ f + g ∈ EMon(N)
f, g ∈ Eye(N) ⇒ f + g ∈ Eye(N)

Por otra parte, la suma de funciones es compatible con isomorfismos canóni-


cos; sea ϕ : N → N0 un tal isomorfismo:

167.- La composición del isomorfismo canónico con una suma de funciones


es igual a la suma de las composiciones

ϕ ◦ (f + g) = ϕ ◦ f + ϕ ◦ g

Porque si w ∈ W entonces

ϕ ◦ (f + g)(w) = ϕ((f + g)(w))


= ϕ(f (w) + g(w))
= ϕ(f (w)) + ϕ(g(w))
= ϕ ◦ f (w) + ϕ ◦ g(w)

La tercera igualdad resulta de 152 y las otras son consecuencias inmediatas


de las respectivas definiciones.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 71

29. Funciones aditivas


Definida la suma de naturales podemos introducir el concepto de función
aditiva con las cuales se simplificará posteriormente la demostración de pro-
piedades básicas del producto.
Una función f : N → N es aditiva si para n, m ∈ N cualesquiera cumple

f (n + m) = f (n) + f (m)

Denotamos por Adi(N) el conjunto formado por estas funciones

Adi(N) = {f | f : N → N ∧ f (n + m) = f (n) + f (m)}

• Forma de las funciones aditivas. Todas las funciones aditivas en N son producto por un
número natural, esto es, se expresan como f (n) = c n, siendo c = f (1). Véase 187.
Es inmediato que

168.- La función nula f = c0 y la función identidad f = IN son aditivas

c0 , IN ∈ Adi(N)

169.- La suma de funciones aditivas es aditiva

f, g ∈ Adi(N) ⇒ f + g ∈ Adi(N)

170.- Toda función aditiva toma valor 0 en n = 0

f ∈ Adi(N) ⇒ f (0) = 0

Las igualdades f (n) + f (0) = f (n + 0) = f (n) = f (n) + 0 y 161 implican


que necesariamente f (0) = 0.
El siguiente resultado es obvio:

171.- Las funciones aditivas transforman el sucesor de un natural en la ima-


gen del natural sumada con la imagen de la unidad

f (n + 1) = f (n) + f (1)

Como consecuencia tenemos:


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 72

172.- Si dos funciones aditivas son iguales en n = 1 entonces son iguales, es


decir, si f, g ∈ Adi(N)

f (1) = g(1) ⇒ f =g

Sea A = {n | f (n) = g(n)}. Por 170, 0 ∈ A; y por hipótesis 1 ∈ A. Supon-


gamos n ∈ A, entonces f (n+ ) = f (n) + f (1) = g(n) + g(1) = g(n+ ) y vemos
que n+ ∈ A. Luego A = N y 172 queda demostrado.

173.- La composición de funciones aditivas es aditiva

f, g ∈ Adi(N) ⇒ g ◦ f ∈ Adi(N)

lo cual se deduce de las siguientes igualdades

g ◦ f (n + m) = g(f (n + m))
= g(f (n) + f (m))
= g(f (n)) + g(f (m))
= g ◦ f (n) + g ◦ f (m)

siendo cierta la primera por definición de composición de funciones; la segun-


da por la aditividad de f ; la tercera por la aditividad de g; y la cuarta por
definición de composición.

30. Suma funcional iterada


Sea h ∈ NW . La traslación por h es la corespondencia Th : NW → NW dada
por
Th (f ) = f + h
En este contexto f + h es la trasladada de f por h y h es el módulo de
traslación. En el siguiente enunciado todas las composiciones son con el iso-
morfismo canónico:

174.- La compuesta de la trasladada es igual a la trasladada de la compuesta,


con módulo compuesto

ϕ ◦ Th (f ) = Tϕ ◦ h ◦ ϕ(f )
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 73

Basta observar que


ϕ ◦ Th (f ) = ϕ ◦ (f + h)
= ϕ ◦f + ϕ ◦h
= Tϕ ◦ h (ϕ ◦ f )
= (Tϕ ◦ h ◦ ϕ)(f )
La segunda igualdad deriva de 167 y las restantes son consecuencias de
definiciones.
Como caso particular de composición iterada tomemos rango de valores igual
al conjunto Z de funciones de W en N, Z = NW , punto inicial la función
constante igual a cero, y0 = c0 ∈ Z y fórmula g : Z → Z igual a la traslación
de módulo h, es decir
g = Th : Z → Z
Para m ∈ N queda entonces definida la traslación por h iterada m veces como
la composición iterada dada por la siguiente fórmula:
m
^
g m = Thm = Th ◦ · · · ◦ Th

Su valor en f ∈ Z = NW se denotará mediante


m
^
Thm (f ) = f + (h+ · · · +h)

y es la trasladada de f de módulo h iterada m veces. Para los primeros valores


de los exponentes de iteración las trasladadas iteradas toman en f ∈ NW los
valores siguientes
0
^
Th0 (f ) = f + h+ · · · +h = IZ (f ) = f
1
^
Th1 (f ) = f + h+ · · · +h = Th (f ) = f + h
2
^
Th2 (f ) = f + h+ · · · +h = Th (Th1 (f )) = Th (f + h) = (f + h) + h
..
.
y en general
m+ m
+ ^ ^
Thm (f ) = f + (h+ · · · +h) = (f + (h+ · · · +h)) + h

Podemos generalizar 174 al caso iterado:


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 74

175.- La compuesta de la trasladada iterada m veces es igual a la trasladada


iterada m veces de la compuesta, con módulo compuesto
ϕ ◦ Thm (f ) = Tϕm◦ h (ϕ ◦ f )
Sea A = {m | ϕ ◦ Thm (f ) = Tϕm◦ h (ϕ ◦ f )}. Es inmediato que 0 ∈ A. Suponga
que m ∈ A. Las siguientes igualdades proporcionan el paso inductivo:
+
ϕ ◦ Thm (f ) = ϕ ◦ (Thm ◦ Th (f ))
= (ϕ ◦ Thm ) ◦ Th (f )
= Tϕm◦ h ◦ (ϕ ◦ Th (f ))
= Tϕm◦ h ◦ (Tϕ ◦ h (ϕ ◦ f ))
= (Tϕm◦ h ◦ Tϕ ◦ h )(ϕ ◦ f )
+
= Tϕm◦ h (ϕ ◦ f )
La primera y la última se deducen de la definición de composición iterada;
la segunda y la penúltima de la asociatividad de composición de funciones;
la tercera es la hipótesis inductiva; la cuarta es 174.
m
^
La suma iterada m veces de la función h, denotada mediante h+ · · · +h
y también –notación más breve– mediante [m · h], es el valor obtenido en
Z = NW al aplicar la traslación iterada Thm al valor inicial f = c0 , es decir,
m
^
h+ · · · +h = [m · h] = Thm (c0 )

Dado que c0 es elemento neutro la notación para las sumas iteradas es con-
sistente con la introducida antes para las traslaciones iteradas.
Las primeras sumas iteradas son
0
^
h+ · · · +h = [0 · h] = 0h = Th0 (c0 ) = IZ (c0 ) = c0
1
^
h+ · · · +h = [1 · h] = 1h = Th1 (c0 ) = Th (c0 ) = c0 + h = h
2
^
h+ · · · +h = [2 · h] = 2h = Th2 (c0 ) = Th (Th (c0 )) = Th (h) = h + h
..
.

En el contexto de las sumas iteradas [m · h] el natural m se denomina coefi-


ciente de iteración, es decir, el coeficiente de iteración de [m · h] es igual al
exponente de iteración de Thm .
Las definiciones implican inmediatamente:
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 75

176.- La suma iterada m+ veces de la función h es igual a la suma iterada


m veces sumada con h,
m+ m
^ ^
h+ · · · +h = (h+ · · · +h) + h

Este enunciado se expresa expresa asimismo mediante la relación


+
Thm (c0 ) = Thm (c0 ) + h

y también como
[m+ · h] = [m · h] + h

Sea g : W 0 → W de manera que está definida la compuesta h ◦ g : W 0 → N 0 ,


entonces

177.- La suma iterada compuesta con g es igual a la suma iterada de la


compuesta h ◦ g
[m · h] ◦ g = [m · h ◦ g]
La igualdad es cierta para m = 0. Suponga que vale para m. Para m+ se
cumple
[m+ · h] ◦ g = ([m · h] + h) ◦ g
= [m · h] ◦ g + h ◦ g
= [m · h ◦ g] + h ◦ g
= [m+ · h ◦ g]
Estas igualdades tienen las justificaciones siguientes. La primera por 176; la
segunda por 164; la tercera por la hipótesis inductiva; y la última nuevamente
por 176.

178.- Las sumas iteradas de funciones monótonas o aditivas son respectiva-


mente monótonas o aditivas
h ∈ Mon(N) ⇒ [m · h] ∈ Mon(N)
h ∈ Adi(N) ⇒ [m · h] ∈ Adi(N)

Supongamos que h es monótona y sea A = {m | [m·h] ∈ Mon(N)}. Puesto que


[0 · h] = c0 ∈ Mon(N) se tiene 0 ∈ A. Si m ∈ A entonces [m+ · h] = [m · h] + h
y por la primera implicación de 166 se concluye que m+ ∈ A; luego A = N.
Con funciones aditivas se toma A = {m | [m · h] ∈ Adi(N) y se utiliza 169.
Por otra parte:
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 76

179.- Las sumas iteradas a coeficiente de iteración positivo de funciones


estrictamente monótonas o eyectivas son respectivamente estrictamente mo-
nótonas o eyectivas, es decir, si m > 0 entonces

h ∈ EMon(N) ⇒ [m · h] ∈ EMon(N)
h ∈ Eye(N) ⇒ [m · h] ∈ Eye(N)

Supongamos que h es estrictamente monótona y sea A = {m | [m · h] ∈


EMon(N)}; es inmediato que 1 ∈ A. Si m ∈ A entonces la segunda implica-
ción de 166 permite deducir que m+ ∈ A y concluimos que A = N+ . Si h es
eyectiva se razona de manera similar pero invocando la tercera implicación
de 166.
Sea una vez más ϕ : N → N0 un isomorfismo canónico entre sistemas de
números naturales, f : N → N una función aditiva. Se cumple entonces:

180.- La composición del isomorfismo canónico con una función aditiva es


aditiva
f ∈ Adi(N) ⇒ ϕ ◦ f ∈ Adi(N0 )
Esto resulta de
(ϕ ◦ f )(n + m) = ϕ(f (n + m))
= ϕ(f (n) + f (m))
= ϕ(f (n)) + ϕ(f (m))
= (ϕ ◦ f )(n) + (ϕ ◦ f )(m)

La primera igualdad resulta de la definición de composición de funciones; la


segunda de la aditividad de f ; la tercera de la aditividad del isomorfismo
canónico, 152; la última de la definición de composición de funciones.
Sea h : W → N. La composición del isomorfismo canónico con la suma
iterada [m · h] es la función

ϕ ◦ [m · h] : N → N0

Para m0 ∈ N0 las sumas iteradas [m0 · I 0 ] : N0 → N0 están bien definidas y


componiéndolas con el isomorfismo canónico obtenemos la función

[m0 · I 0 ] ◦ ϕ : N → N0

que es igual a la anterior:


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 77

181.- La composición del isomorfismo canónico con la suma iterada m veces


de h es igual a la suma iterada ϕ(m) veces de ϕ ◦ h

ϕ ◦ [m · h] = [ϕ(m) · ϕ ◦ h]

Esto puede reformularse como


ϕ(m)
ϕ ◦ Thm (c0 ) = Tϕ ◦ h (c00 )

siendo c00 = ϕ ◦ c0 : W → N0 la función idénticamente nula; en virtud de 143


esta última igualdad equivale a

ϕ ◦ Thm (c0 ) = Tϕm◦ h (c00 )

que se obtiene invocando 175 con f = c0 .

31. Sumas iteradas de la identidad


La función h considerada en la sección anterior puede tomarse igual a la
m
^
identidad, h = I = IN : N → N. Considere las sumas iteradas I+ · · ·
+I = [m · I]. Como casos particulares de fórmulas para las sumas iteradas
de funciones tenemos que, con los primeros valores de m, las sumas iteradas
de la identidad son
0
^
I+ · · · +I = [0 · I] = 0I = TI0 (c0 ) = IZ (c0 ) = c0
1
^
I+ · · · +I = [1 · I] = 1I = TI1 (c0 ) = TI (c0 ) = c0 + I = I
2
^
I+ · · · +I = [2 · I] = 2I = TI2 (c0 ) = TI (TI (c0 )) = TI (I) = I + I
..
.
y en el caso general 176 implica:

182.- La suma iterada m+ veces de la función identidad es igual a su suma


iterada m veces sumada a su vez con la misma función identidad.
m+ m
^ ^
I+ · · · +I = (I+ · · · +I) + I

resultado equivale a la fórmula

[m+ · I] = [m · I] + I
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 78

183.- Las sumas iteradas de la función identidad son monótonas y aditivas

[n · I] ∈ Mon(N) ∩ Adi(N)

En efecto, vimos en 49 que la función identidad es estrictamente monótona, y


por consiguiente es monótona; y en 178 demostramos que las sumas iteradas
de funciones monótonas son monótonas, por lo tanto [n · I] ∈ Mon(N). La
identidad es aditiva por 168 y 178 garantiza entonces que [n · I] ∈ Adi(N).
Cuando 0 < m vale lo siguiente:

184.- Las sumas iteradas a coeficiente de iteración positivo de la función


identidad son estrictamente monótonas y eyectivas, es decir, si m > 0 enton-
ces
[m · I] ∈ EMon(N) ∩ Eye(N)
Este enunciad se obtiene de 179 tomando h = I.
En el caso inyectivo tenemos:

185.- Las sumas iteradas a coeficiente de iteración positivo de la función


identidad son inyectivas

h ∈ Iny(N) ⇒ [m · h] ∈ Iny(N)

Suponemos que x 6= y y queremos concluir que [m · h](x) 6= [m · h](y). Por


tricotomı́a hay dos posibilidades: x < y o y < x; como I es estrictamente
monótona se tiene, de acuerdo con 179, que [m·h] es estrictamente monótona
y por consiguiente en el primer caso [m · h](x) < [m · h](y) mientras que en el
segundo [m · h](y) < [m · h](x). En consecuencia [m · h](x) 6= [m · h](y) como
deseábamos demostrar.
El valor en 1 de una suma iterada de la función identidad es el coeficiente de
iteración:

186.- La suma iterada m veces de la función identidad evaluada en 1 es igual


am
[m · I](1) = m
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 79

Sea A = {m | [m · I](1) = m}; obviamente 0 ∈ A y si suponemos que m ∈ A


se tiene
[m+ · I](1) = ([m · I] + I)(1)
= [m · I](1) + 1
= m + 1 = m+
Esta igualdades son respectivamente consecuencia de 182, de la definición
de suma de funciones y de 148. Queda probado que A es inductivo y por lo
tanto A = N. Las funciones aditivas son exactamente las sumas iteradas de
la identidad:

187.- Toda función aditiva es igual a una suma iterada de la identidad con
coeficiente de iteración igual a su valor en la unidad, es decir,

f ∈ Adi(N) ⇒ f = [m · I]

siendo m = f (1).
Sea f aditiva, tomemos n = f (1) y considere A = {m | f (m) = [n · I](m)}.
Puesto que f y [n · I] son aditivas se cumple f (0) = 0 = [n · I](0) por lo que
0 ∈ A. Suponga que m ∈ A, entonces

f (m+ ) = f (m) + f (1)


= [n · I](m) + f (1)
= [n · I](m) + n
= [n · I](m) + [n · I](1)
= [n · I](m+ )

igualdades estas que se deducen de 171, de la hipótesis de inducción, de la


definición de n, de 186, y de la aditividad de [n · I]. Queda probado que
A = N y el resultado es cierto.

32. Producto
Multiplicar dos números naturales es iterar la suma del primero consigo mis-
mo tantas veces como lo indique el segundo. En otras palabras, la multiplica-
ción es una suma iterada siendo los sumandos todos iguales al primer natural,
y estando repetida la iteración las veces que indique el segundo. Puede haber
ninguna (cero) iteración, una iteración, dos iteraciones, etc. La definición de
producto se apoya en las sumas iteradas de la función identidad.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 80

Definimos el producto de n por m, denominado asimismo multiplicación de n


por m y denotado nm o también n · m, como el resultado de aplicar a n la
suma iterada m veces de la función identidad

nm = [m · I](n)

De acuerdo con esta definición de producto se cumple lo siguiente

nm = [m · I](n)
m
^
= (I+ · · · +I)(n)
= TIm (c0 )(n)

El natural n es el primer factor o multiplicando y m es el segundo factor o


multiplicador.
El producto de números naturales tiene como elemento neutro la unidad
1 = 0+ = s(0):

188.- Existencia de elemento neutro para el producto: La unidad es elemento


neutro para el producto
1n = n = n1
Puesto que [1 · I] = I tenemos

n 1 = [1 · I](n) = I(n) = n

Se demostró en 186 que la suma iterada n veces de la función identidad tiene


en 1 el valor n, luego la definición de producto implica

1 n = [n · I](1) = n

Puesto que [0 · h] = c0 se tiene n · 0 = [0 · I](n) = c0 (n) = 0. Por otra parte


[m · I] es aditiva y según 170 su valor en 0 es 0:

[m · I](0) = 0

por lo tanto
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 81

189.- Si un factor es cero entonces el producto es cero

n·0=0=0·m

Hay dos leyes distributivas, según aparezca la operación de suma en el mul-


tiplicando o en el multiplicador:

190.- Distributividad con suma a izquierda: Si el multiplicando incrementa


en m entonces el producto incrementa en el resultado de multiplicar m y el
multiplicador
(n + m)k = nk + mk
En efecto, la función [k · I] es suma iterada de la función identidad y por 183
es aditiva; por lo tanto

(n + m)k = [k · I](n + m)
= [k · I](n) + [k · I](m)
= nk + mk

191.- Distributividad con suma a derecha: Si el multiplicador incrementa en


k entonces el producto incrementa en el resultado de multiplicar el multipli-
cando por k.
n(m + k) = nm + nk
Las funciones [(m + k) · I] y [m · I] + [k · I] son sumas iteradas de la identidad
y por consiguiente son aditivas, 183; sus valores en 1 son

[(m + k) · I](1) = m + k ([m · I] + [k · I])(1) = m + k

De acuerdo con 172 estos valores determinan las funciones; luego las funcio-
nes son iguales y concluimos que

n(m + k) = [(m + k) · I](n)


= ([m · I] + [k · I])(n)
= [m · I](n) + [k · I](n)
= nm + nk

A continuación tenemos la
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 82

192.- Asociatividad del producto: El producto es asociativo


(nm)k = n(mk)
Por 173 la composición [k · I] ◦ [m · I] es aditiva, y también [(mk) · I] es una
función aditiva; los valores de estas funciones en 1 son iguales
[k · I] ◦ [m · I](1) = [k · I]([m · I](1)) = [k · I](m) = mk
[(mk) · I](1) = mk
y como, según 172, los valores en 1 las determinan, tienen que ser la misma
función
[k · I] ◦ [m · I] = [(mk) · I]
Por lo tanto
(nm)k = [k · I](nm)
= [k · I]([m · I](n))
= ([k · I] ◦ [m · I])(n)
= [(mk) · I](n)
= n(mk)
La tercera igualdad se deduce de la definición de composición de funciones y
las demás de la definición de producto.
Los naturales n y m pueden intercambiarse sin modificar el valor del produc-
to. La demostración utiliza directamente el principio de inducción:

193.- Conmutatividad del producto: El orden de los factores no altera el


producto
nm = mn

Sea A = {m | nm = mn}. Sabemos por 189 que 0 ∈ A. Asuma la hipótesis


inductiva m ∈ A, esto es, suponga que nm = mn. Para m+ se tiene
nm+ = n(m + 1)
= nm + n
= mn + n
= (m + 1)n
= m+ n
La primera igualdad es cierta por definición del sucesor de m, m+1; la segun-
da por distributividad a derecha, 191; la tercera por la hipótesis inductiva;
la cuarta por distributividad a izquierda, 190; y la última nuevamente por
definición del sucesor m+ . Luego A es inductivo y A = N.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 83

194.- Positividad del producto: El producto de naturales positivos es positivo


n, m > 0 ⇒ nm > 0
Basta demostrar la siguiente cadena de relaciones:
0 < 1
≤ (a(n)m + a(m)) + 1
= a(n)m + m
= (a(n) + 1)m
= nm
Estas expresiones se justifican ası́: La primera porque 1 es el sucesor de 0,
s(0) = 1, y porque todo natural precede estrictamente a su sucesor, 85; la
segunda porque la suma de un natural y 1 sigue a 1, 153; la tercera por
asociatividad de la suma y porque el sucesor del antecesor de un natural
m > 0 es m, 96; la cuarta por la propiedad distributiva, 190; y la última
porque el sucesor del antecesor de n > 0 es n, 96.
Puesto que todo natural no nulo es positivo la propiedad anterior equivale a
la siguiente:

195.- Integridad del producto: Si ambos factores son no nulos entonces el


producto es no nulo
n 6= 0 ∧ m 6= 0 ⇒ nm 6= 0

Por ejemplo, si ϕ : N → N0 es el isomorfismo canónico y si I : N → N,


I 0 : N0 → N0 son las identidades entonces es evidente que

196.- I 0 = ϕ ◦ I ◦ ϕ−1
Estamos en condiciones de demostrar:

197.- El isomorfismo canónico es multiplicativo


ϕ(nm) = ϕ(n)ϕ(m)
En efecto
ϕ(nm) = ϕ([m · I](n))
= (ϕ ◦ [m · I])(n)
= ([ϕ(m) · ϕ ◦ I])(n)
= ([ϕ(m) · ϕ ◦ I ◦ ϕ−1 ])(ϕ(n))
= [ϕ(m) · I 0 ](ϕ(n))
= ϕ(m)ϕ(n)
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 84

La primera igualdad es cierta por definición de producto; la segunda por


definición de composición de funciones; tercera por 181 con h = I; la cuarta
por 177 con g = ϕ−1 ; la quinta por 196; y la última por definición de
composición.

33. Producto y orden


Veremos en esta sección las relaciones básicas entre producto y orden.

198.- Si un natural precede a otro y se multiplican ambos por un mismo na-


tural entonces el producto por el primero precede al producto por el segundo
n ≤ m ⇒ nk ≤ mk
El resultado es obvio si k = 0. En el caso k > 0 183 establece que la suma
iterada [k · I] es monótona, luego nk = [k · I](n) < [k · I](m) = mk. Este
razonamiento también demuestra el caso estricto:

199.- Si un natural precede estrictamente a otro y se multiplican ambos


por un mismo natural no nulo entonces el producto por el primero precede
estrictamente al producto por el segundo
n<m ∧ k 6= 0 ⇒ nk < mk

34. Leyes de cancelación para el producto


La siguiente propiedad, junto a 161, origina los métodos de resolución de
ecuaciones.

200.- Ley de cancelación de factores no nulos en igualdades: Si un natural


multiplicado por un factor no nulo es igual al producto de otro natural por
el mismo factor entonces el primer natural es igual al segundo, es decir, si
k 6= 0 entonces
nk = mk ⇒ n = m
En 183 se probó que, para k > 0, la suma iterada de la identidad [k · I] es
inyectiva, luego
nm = nk ⇒ [k · I](n) = [k · I](m) ⇒ n = m

Para las desigualdades tenemos


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 85

201.- Ley de cancelación de factores positivos en desigualdades: Si un natural


multiplicado por un factor positivo precede al producto de otro natural por
el mismo factor entonces el primer natural precede al segundo, es decir, si
0 < k entonces
nk ≤ mk ⇒ n ≤ m
Por reducción al absurdo, si fuese m < n entonces por ser 0 < k 199 impli-
carı́a mk < nk, lo cual contradice la condición nk ≤ mk.
En el caso estricto se cumple

202.- Ley de cancelación de factores positivos en desigualdades estrictas: Si


un natural multiplicado por un factor positivo es estrictamente menor que
otro natural multiplicado por mismo factor entonces el primer natural es
estrictamente menor que el segundo, es decir, si 0 < n entonces

nk < mk ⇒ n < m

Razonamos por reducción al absurdo como en el enunciado anterior. Si fuese


cierto que m ≤ n entonces 198 implicarı́a que mk ≤ nk, contra la condición
nk < mk.

35. División entera


La existencia de cociente entero con resto es una de las caracterı́sticas esen-
ciales de los naturales.
En general este tópico se pospone hasta la introducción de los enteros debido
a que entre naturales no siempre es posible efectuar restas q − q 0 (el resultado
puede ser negativo). Pero esta carencia se suple fácilmente como veremos
más abajo.
La división entera proporciona un número que indica cuantas veces cabe un
natural en otro y, si la cabida no es exacta, proporciona también un resto.
Más precisamente, dado un natural a ∈ N, llamado (en el contexto de la
división entera) el dividendo, y otro natural no nulo b, el divisor, existen dos
naturales: uno de ellos el cociente q, y el otro, el resto r, tales que el dividendo
es igual a la suma del resto con el producto del divisor por el cociente y el
resto es menor que el divisor. En otras palabras
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 86

203.- Existencia de Cociente y Resto: Dados a, b ∈ N, b > 0, existen q, r ∈ N


únicos tales que
a = bq + r 0 ≤ r < b
Para probar la existencia de q y r sea M el conjunto de los naturales que
multiplicados por b no exceden a

M = {m | bm ≤ a}

Este conjunto es no vacı́o porque contiene a cero:

0 = b0 ≤ a ⇒ 0 ∈ M

Por otra parte, 1 ≤ b y por lo tanto para cualquier m ∈ M se tiene

m=1·m≤b·m≤a

lo cual indica que a es cota superior de M , a ∈ CS (M ). El último elemento


de M , que sabemos existe por 104, es el cociente de la division con resto; en
efecto, sea q = u(M ) ∈ M de modo que vale el siguiente par de relaciones

q∈M q+ ∈
/M

equivalentemente
bq ≤ a a < bq +
De acuerdo con 147 existe r ∈ N tal que a = bq + r. Sustituyendo en la
última desigualdad a por bq + r y aplicando 191 se tiene

a = bq + r < bq + = bq + b

lo cual implica, según 163, que r < b. La existencia del cociente y el resto
está demostrada.
Probemos ahora la unicidad. Supongamos otra expresión a = bq 0 + r0 con
0 ≤ r0 < b. Por reducción al absurdo, si fuese q < q 0 entonces q 0 = q + t con
0 < t. Por consiguiente

a = bq + r = bq 0 + r0 = b(q + t) + r0 = bq + (bt + r0 )

lo cual permite deducir por medio de 161 que r = bt + r0 . Pero por ser 1 ≤ t
se cumple
b = b1 ≤ bt ≤ bt + r0 = r
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 87

luego b ≤ r lo cual contradice la condición r < b. Por consiguiente q = q 0 y


bq + r = bq + r0 , que a su vez implica, nuevamente por 161, r = r0 . La otra
posibilidad, q 0 < q, es un simple intercambio. Queda probada la unicidad del
cociente y del resto. La demostración de 203 está completa.
Dadas dos funciones con un dominio común cualquiera W y a valores natu-
rales
f, g : W → N
definimos su producto f g : W → N efectuándolo punto a punto, esto es,
mediante la expresión
f g(w) = f (w)g(w)
Utilizando además la suma de funciones definida en la sección 30 llegamos a
una versión funcional del cociente con resto. En efecto, sean

A : N × (N − {0}) → N B : N × (N − {0}) → N

las proyecciones sobre el primer y segundo factor respectivamente, esto es

A(a, b) = a B(a, b) = b

Defina las funciones Q : N × (N − {0}) → N) como el cociente de dividir a


entre b y R : N × (N − {0}) → N) como el resto, entonces podemos reformular
203 como

204.- Existen funciones definidas sobre N × (N − {0}) y a valores en N

Q : N × (N − {0}) → N R : N × (N − {0}) → N

tales que
A = BQ + R

36. Sucesiones
Sean N un sistema de números naturales y A un conjunto. Una sucesión en
A es una función
a:N→A
cuyo dominio son los naturales y que toma valores en A; el valor a(n) que
toma en el elemento n ∈ N es el término n-ésimo y se designa también como
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 88

an de manera que a(n) = an . Las notaciones usuales para designar la sucesión


a son
{an } {an }n≥0 {an }n∈N
El primer término de la sucesión es a0 . Una sucesión es estrictamente cre-
ciente si para todo n se cumple an < an+1 . Las sucesiones estrictamente
crecientes tienen las siguientes propiedades.

37. Infinitud de los naturales


Repetimos aquı́ lo demostrado en ??:

205.- El conjunto de los números naturales es infinito

|N| = ∞

38. Finitud de los intervalos

206.- Todo intervalo inicial de naturales es finito

|[0, n]N | < ∞

Para la prueba sea A el conjunto de los naturales que son extremo superior
de intervalos iniciales finitos

A = {n ∈ N | |[0, n]N | < ∞}

El intervalo [0, 0]N es unipuntual y por lo tanto finito; luego 0 ∈ A. De acuerdo


con ??, se tiene que n ∈ A ⇒ n+ ∈ A. Luego A = N.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 89

39. Naturales y conjuntos infinitos


Un conjunto es numerable si es equipotente con el conjunto de los números
naturales, en otras palabras, X es numerable si Biy(N, X) 6= ∅. En la sección
?? introdujimos la notación X ∼ Y para indicar que X e Y son conjuntos
equipotentes. Ası́, X ∼ N y N ∼ X dicen que X es numerable.
La composición de biyecciones es biyección, por lo tanto

207.- Conjuntos equipotentes a numerables son numerables

N∼X ∧ X∼Y ⇒ N∼Y

Si un conjunto es infinito también lo son todos sus equipotentes, luego

208.- Todo conjunto numerable es infinito

X ∼ N ⇒ |X| = ∞

Puesto que la identidad 1N : N → N es una biyección se tiene

209.- El conjunto de los números naturales es numerable.

N∼N

210.- Todo conjunto infinito contiene subconjuntos numerables


Más especı́ficamente

211.- Para todo conjunto infinito existen funciones inyectivas de los natura-
les en el conjunto, esto es,

|X| = ∞ ⇒ Iny(N, X) 6= ∅

212.- Un conjunto no vacı́o para el cual no hay suryecciones desde un inter-


valo inicial es infinito; esto es, si X 6= ∅ y si para todo n ∈ N se cumple

Sur([0, n]N , X) = ∅

entonces X es infinito.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 90

213.- Si X es infinito entonces para todo n ∈ N se tiene

Sur([0, n]N , X) = ∅

214.- Si un conjunto es infinito toda función de un intervalo inicial en el


conjunto deja puntos fuera de su imagen, esto es, si h : [0, n]N → X es una
función entonces
|X| = ∞ ⇒ h([0, n]N ) 6= ∅

Uno de los axiomas de la teoria de conjuntos postula que las partes P del
conjunto X forman un conjunto. Por lo tanto

40. Naturales y conjuntos finitos

215.- Todo intervalo inicial de naturales es finito

|[0, n]N | < ∞

Para la prueba sea A el conjunto de los naturales que son extremo superior
de intervalos iniciales finitos

A = {n ∈ N | |[0, n]N | < ∞}

El intervalo [0, 0]N es unipuntual y por lo tanto finito; luego 0 ∈ A. De acuerdo


con ??, se tiene que n ∈ A ⇒ n+ ∈ A. Luego A = N.
Demostraremos ahora que todo conjunto finito no vacı́o es equipotente a
algún intervalo inicial de naturales. Supondremos en el resto de esta sección
que el conjunto X no es vacı́o.
Sea U = {x} un conjunto unipuntual

216.- Un conjunto es no vacı́o si y solo para hay funciones inyectivas de U


en el conjunto
X 6= ∅ ⇔ Iny(U, X) 6= ∅
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 91

217.- Para todo conjunto no vacı́o existen funciones inyectivas de algún in-
tervalo inicial en el conjunto, esto es,

X 6= ∅ ⇒ Iny(N, X) 6= ∅

Sabemos por ?? que las imágenes de conjuntos finitos mediante funciones son
conjuntos finitos. Recı́procamente, si un conjunto es infinito no puede haber
suryecciones de un intervalo de naturales en el conjunto, luego
Sea X un conjunto que no admite cobertura finita, entonces X es infinito.
Todo conjunto X 6= ∅ es rango al menos una inyección finita.
Sea X un conjunto que no admite cobertura finita, entonces X es infinito.
Considere las inyecciones finitas en I(X) y la función f = fe : I(X)
Considere una sucesión finita ϕ : [0, n]N → X, xn+1 ∈ X − ϕ([0, n]N ) un
elemento fuera de la imagen de la sucesion y sea

c : {n + 1} → X

la función definida en el unipuntual {n + 1} ⊆ [0, n + 1]N cuyo valor es xn+1 .


Esta junta extiende la n-sucesión a una n + 1-sucesión entonces

218.- Si la n-función es inyectiva y el elemento no esta en su imagen entonces


la extensión es inyectiva, es decir

∈ Iny([0, n]N , X) ∧ ⇒ ϕ ∨ c ∈ Iny([0, n + 1]N , X)

En particular no existen biyecciones de un intervalo finito sobre un conjunto


infinito. Por el contrario, cualquier conjunto finito es equipotente con algún
intervalo inicial. que todo conjunto finito es equipotente con alguno de ellos.
Para la prueba consideremos el conjunto Yn de las inyecciones del intervalo
inicial [0, n]N en un conjunto infinito X

Yn = Iny([0, n]N , X)

y la unión Y de todos estos conjuntos


[
Y = Iny([0, n]N , X)
n∈N
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 92

219.- Si un conjunto F es finito y no vacı́o entonces es equipotente con algún


intervalo inicial de naturales

|X| < ∞ ⇒ ∃ n ∈ N 3 Biy([0, n]N , X) 6= ∅

La prueba, que invoca el Axioma de Elección, consta de los siguientes 5 pasos.


1o )El intervalo inicial de naturales [0, 0]N es unipuntual; invocamos ?? para
concluir que hay inyecciones de U = [0, 0]N en X

Iny([0, 0]N , X) 6= ∅

y por lo tanto el conjunto


[
Y = Iny([0, n]N , X)
n∈N

tampoco es vacı́o. Este conjunto consta de todas las funciones inyectivas a


valores en X con dominio algún intervalo inicial de naturales.
2o )Por reducción al absurdo. Supongamos que para ningún n hay biyeccio-
nes, esto es, cualquiera que sea n se tiene Biy([0, n]N , X) = ∅; entonces las
inyecciones de intervalos en X no pueden ser suryectivas

ϕ∈Y ⇒ ϕ([0, n]N ) $ X

lo cual equivale a que cada imagen tenga complemento no vacı́o

6 X − ϕ([0, n]N ) ∈ P0 (X)


∅=

Según el Axioma de Elección hay

e : P0 → X

que es función de elección para P0 (X). Esta funcion verifica

e(X − ϕ([0, n]N )) ∈ X − ϕ([0, n]N )

Definamos la función

fn : Iny([0, n]N , X) → Iny([0, n + 1]N , X)


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 93

especificando su valor fn (ϕ) ∈ Iny([0, n + 1]N , X) sobre ϕ ∈ Iny([0, n]N de la


manera siguiente:
(
ϕ(k) si 0≤k≤n
f (ϕ(k)) =
e(X − ϕn ([0, n]N )) si k =n+1

Queda entonces definida


f :Y →Y
por la condición
f |Yn = fn
Tomemos como punto inicial una función cualquiera (necesariamente cons-
tante) y0 = cx0 ∈ Y0 = Iny({0}, X); si aplicamos el teorema de recursión ??
concluimos que existe una sucesión yn con

yn+1 = f (yn )

220.- El n-ésimo término de la recursión, yn , es una inyección con dominio


[0, n]N a valores en X.
TEORIA AXIOMATICA DE CONJUNTOS Versión Preliminar Lewin, Re-
nato A. - Teorı́a Axiomática de Conjuntos.pdf
Recı́procamente, supongamos que para toda f ∈ Iny([0, n]N se tiene que f
no es suryectiva, esto es, f ([0, n]N ) $ X, de manera qu X − f ([0, n]N ) 6= ∅.
• Contar conjuntos finitos. El resultado ?? significa que los intervalos iniciales de números
naturales proporcionan modelos para todos los conjuntos finitos: Al comparar conjuntos
finitos con intervalos iniciales de naturales encontramos que ningún conjunto finito queda
excluido. Un conjunto finito con cantidad tal de elementos que no sea equipotente con
ningún intervalo de naturales no existe. En este sentido –salvo equipotencia o, equivalen-
temente, salvo biyección– los intervalos de naturales proporcionan una colección completa
de modelos para los conjuntos finitos.
Lo anterior también se puede interpretar de la manera siguiente: Los números naturales
siempre son adecuados para contar los elementos de los conjuntos finitos.
FALTAN: Finitud de los intervalos y el siguiente enunciado:
Sea N un sistema de números naturales. Todo subconjunto infinito A ⊆ N
esta bien ordenado, es inductivo y minimal, luego es un sistema de números
naturales. Hay un único isomorfismo ϕ : N → A. Este isomorfismo verifica

n < m ⇔ ϕ(n) < ϕ(m)


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 94

y
A = {ϕ(n) | n ∈ N}
Denotemos por nj el elemento ϕ(j), entonces

A = {nj | j ∈ N}

Los subsistemas (de números naturales) de N son sus subconjuntos infinitos.


Es decir, A es un subsistema de N si es uno de sus subconjuntos infinitos: A ⊆
N, |A| = ∞. El concepto de subsistema facilita el manejo de las subsucesiones.

41. Subsucesiones

42. Divisibilidad
Para facilitar la exposición la asociatividad, conmutatividad, distributividad
y demás propiedades elementales básicas se utilizaran, de esta sección en
adelante, sin resaltarlas explı́citamente. En todos los casos donde aparente-
mente exista una omisión el lector podrá fácilmente suplir cualquier detalle
o argumento elemental requerido.
Sean a 6= 0 y b naturales. a es divisor de b, denotado a|b, si existe c ∈ N tal
que b = ac. Para indicar que a no es divisor de b usaremos a - b. Recalcamos
que el divisor es siempre distinto de cero: a 6= 0.
La siguientes frases tienen todas el mismo significado: a es divisor de b; a
divide b; b es múltiplo de a; b es divisible por a.
La divisiblidad es reflexiva y transitiva, tiene a la unidad como divisor uni-
versal y al cero cero múltiplo universal, es decir, se cumplen las siguientes
reglas:

221.- Reflexividad: Todo elemento es divisor de si mismo

a|a

Para probarlo basta observar que a = a · 1.


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 95

222.- Transitividad: Si un elemento divide a otro, y este a un tercero, en-


tonces el primero divide al tercero

a|b ∧ b|c ⇒ a|c

En efecto, b = ad y c = be, y sustituyendo b en la segunda igualdad se obtiene


c = a(de).

223.- La unidad es divisor universal, esto es, todo elemento es múltiplo de 1

1|a

Porque la relación a = 1 · a implica 1|a.

224.- El cero es múltiplo universal, es decir, todo elemento divide a 0

a|0

Según 189, 0 = a · 0 y por lo tanto a|0.

225.- Los múltiplos conservan la divisibilidad: Si un elemento divide a otro,


cualquier multiplo no nulo del primero divide al correspondiente múltiplo del
segundo
a|b ∧ c 6= 0 ⇒ ac|bc
Por hipótesis b = ad luego bc = (ad)c = (ac)d y ac|bc.

226.- Los divisores de un natural no nulo son menores que el dividendo

a 6= 0 ∧ b 6= 0 ∧ a|b ⇒ a ≤ b

Sea b = ac, entonces 1 ≤ a implica a = a · 1 ≤ a · c = b.


Sean b, c ∈ N. Un natural d es combinación lineal (con coeficientes naturales)
de los naturales b y c si es de la forma

d = rb + sc

con r, s ∈ N. Tenemos entonces


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 96

227.- Si un natural divide otros dos, entonces divide cualquiera de sus com-
binaciones lineales
a|b ∧ a|c ⇒ a|rb + sc
Si b = ae y c = af entonces rb = aer y sc = af s. Por consiguiente rb + sc =
aer + af s = a(er + f s), de donde a|(rb + sc).
El conjunto de los divisores de b 6= 0, denotado D(b), está formado por los
naturales no nulos de los cuales es múltiplo

D(b) = {a | a|b}

El conjunto de los divisores de un natural esta formado por números que no


lo exceden
D(a) ⊆ [1, a]N

43. Irreducibles
Un natural a es irreducible si sus únicos divisores son la unidad y él mismo

D(a) = {1, a}

El siguiente es un teorema clásico fundamental

228.- Un natural es irreducible si y solo si es primo.


Supongamos que p es irreducible y que p|ab. Si p no divide a entonces

b = pq + r

con 0 ≤ r < p. p|ab = (pq + r)b = pqb + rb por ser p irreducible el máximo
común divisor de a y p es 1 y aplicando ?? obtenemos

44. Primos
Infinitud de primos. Tabla de primos. Algoritmos para calcular tablas de
primos. Densidad de primos. Decidir si un natural es primo. Primos.

45. Cuadrados
Cuadrados perfectos; sucesión de cuadrados.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 97

46. Cubos
Cubos perfectos; sucesión de cubos.

47. Potencias
Sucesión de potencias k de los naturales. Las potencias de un numero natural
se definen mediante recursión y son operaciones exactas.

48. Teorema Fundamental de la Aritmética

49. Raı́ces
Raı́ces naturales de un natural por defecto y por exceso. Caso exacto.

50. Exponentes
Sucesión de potencias de una base fija. Exponentes

51. Logaritmos
Logaritmos en una base, por defecto y por exceso.

52. Sucesión doble de las potencias


Sucesiones de potencias y exponentes contenidas en una sucesión doble.

53. Sistemas posicionales


Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 98

54. Recapitulación
Según definición, un sistema de números naturales es un conjunto bien or-
denado, inductivo y minimal. Esto significa son conjuntos infinitos con un
buen orden donde las iteraciones de la función sucesor evaluadas en el cero
proporcionan todos los elementos del conjunto.
El teorema de recursión garantiza que es posible obtener recursiones definidas
por datos cualesquiera –conjunto de valores, punto inicial y fórmula– que
resultan ser únicas para los datos en cuestión.
Dados dos sistemas de números naturales hay entre ellos un único isomorfismo
como conjuntos bien ordenados, esto es, una función biyectiva que conserva
el orden. Este isomorfismo canónico se construye como una recursión con
valor inicial el primer elemento y fórmula la función sucesor.
• Caracterización categórica. La definición dada es una caracterización categórica del siste-
ma de números naturales porque además de proporcionar propiedades definitorias implica
que dos de estos sistemas son isomorfos. No toda definición es una caracterización categóri-
ca. La definición de grupo (conjunto G con operación asociativa, poseedora de elemento
neutro y de inversos) no proporciona una caracterización categórica. Esto se debe a que
hay muchos objetos estructuralmente distintos entre si (no isomorfos) que satisfacen la
definición. En situaciones ası́ es natural plantearse problemas de clasificación. Estos con-
sisten –para los grupos– en obtener descripciones sistemáticas de las clases de isomorfismo
de grupos. Por el contrario con los naturales no hay problemas de clasificación: Dos sis-
temas de naturales son siempre isomorfos mediante isomorfismo único y por lo tanto hay
una sola clase de isomorfismo.
Las operaciones aritméticas básicas entre naturales son la suma o adición y
el producto o multiplicación.
La suma de dos naturales consiste en sumar 1 al primero de ellos tantas
veces como lo indica el segundo. Esta operación se expresa en términos de
la función sucesor iterada. La suma de un natural con cero es el natural y la
suma de un natural con la unidad es el sucesor del natural.
La suma o adición tiene elemento neutro y es conmutativa, asociativa y com-
patible con la relación de orden. Satisface leyes de cancelación tanto para
igualdades como para desigualdades. La operación de suma es compatible
con la relación de orden. El isomorfismo canónico entre sistemas de núme-
ros naturales es compatible con la suma. La suma de naturales satisface la
condición de positividad.
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 99

El producto de dos naturales es el natural obtenido a partir del primero


de ellos sumándolo consigo mismo tantas veces como indica el segundo. En
particular el producto de un natural por cero es cero y el producto de un
natural por la unidad es el natural.
El producto o multiplicación tiene elemento neutro, es conmutativo, y aso-
ciativo. La operación de producto es compatible con la relación de orden y se
cumplen, tanto para igualdades como para desigualdades, leyes de cancela-
ción de factores no nulos. El isomorfismo canónico entre sistemas de números
naturales conserva productos. El producto de naturales cumple la condición
de positividad.
La suma y el producto se relacionan emtre si mediante las propiedades dis-
tributivas.
La division entera es una operación entre dos naturales –el dividendo y el
divisor– que tiene como resultado un par de naturales –el cociente y el resto–
que se caracterizan porque el dividendo es igual al producto del divisor por
el cociente, sumado con el resto. El resto es siempre estrictamente menor que
el divisor.
Los sistemas de números naturales sirven de base a otros sistemas: Los en-
teros, las clases residuales de enteros, los números racionales, los reales y
los complejos. Se sigue que son también el fundamento de estructuras ul-
teriores como espacios vectoriales, álgebras, y las teorı́as que se apoyan en
estos, a saber, el Álgebra, el Análisis y la Topologı́a. Los números naturales
proporcionan la materia esencial para construir todo el edificio matemático.
• Construcción de sistemas de números. Los sistemas de números de uso común en Ma-
temáticas se construyen a partir de los sistemas de naturales. A continuación damos una
descripción –a grandes rasgos y omitiendo detalles– de estos procesos constructivos, todos
los cuales se pueden someter a un desmenuzamiento tan detallado como el efectuado con
los naturales en esta cartilla.
De N a Z
A partir de un sistema N de números naturales se construye un correspondiente sistema
de enteros, denotado Z (del alemán Zahlen =números).
Sea N un sistema de naturales, considere el producto conjuntista N × N y sobre este la
relación de equivalencia
(n, m) ∼ (q, p) ⇔ n + p = q + m
Denotaremos por n − m la clase de equivalencia de (n, m) ∈ N × N

n − m = [(n, m)]
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 100

El sistema de enteros de N es el conjunto cociente

Z = Z[N] = N × N/ ∼

Los elementos de Z son las clases n − m.


El conjunto Z está naturalmente dotado (a partir de las propiedades de N) de relación de
orden, de suma y de producto respecto a los cuales es un dominio bien ordenado, siendo esta
condición una caracterización categórica de los sistemas de números enteros: Dos dominios
bien ordenados son isomorfos (como anillos unitarios) y además el isomorfismo conserva el
orden y es único. Los naturales de Z son los elementos del conjunto NZ = {n − 0 | n ∈ N},
que resulta ser un sistema de naturales y por lo tanto isomorfo con N mediante isomorfismo
único. Un entero e es igual a un natural positivo, e ∈ NZ − {0}, o al opuesto respecto a la
suma de un natural positivo, −e ∈ NZ − {0}, o a cero, e = 0. El valor absoluto del entero
n − m ∈ Z, denotado |n − m|, se define ası́:

n − m si m ≤ n
|n − m| =
m − n si n ≤ m

Mencionamos aquı́ que dados un sistema Z de números enteros y un n ∈ Z el conjunto Zn


de las clases residuales módulo n es el conjunto cociente de Z por la relación de equivalencia

a ∼ b ⇔ n|(b − a)

Resulta que Zn es un anillo conmutativo unitario y finito con n elementos. Además Zn es


un cuerpo si y solo si n es número primo.
A partir de un sistema de números enteros se puede construir un correspondiente sistema
de números racionales.
De Z a Q
Sea Z un sistema de números enteros. Sobre el producto Z × (Z − {0}) considere la relación

(a, b) ∼ (c, d) ⇔ ad = bc

Denotaremos por a/b la clase de equivalencia de (a, b). El sistema de números racionales
de Z, denotado Q o Q[Z] (del italiano Quotiente=cociente, y/o del español(?) Quebrado
=fracción numérica) es el conjunto cociente

Q = Q[Z] = Z × (Z − {0})/ ∼

El conjunto Q está naturalmente dotado de una relación de orden y de operaciones de


suma y producto respecto a las cuales resulta ser el cuerpo de cocientes de un dominio bien
ordenado, lo cual es una caracterización categórica: Dos cuerpos de cocientes de dominios
bien ordenados son isomorfos. Además el isomorfismo conserva el orden y es único. Por
ser un cuerpo todo elemento no nulo q = a/b ∈ Q − {0} tiene inverso multiplicativo
q −1 = b/a ∈ Q − {0}. Los enteros de Q son los elementos del conjunto ZQ = {a/1 | a ∈ Z}
el cual es un dominio bien ordenado y por consiguiente isomorfo con Z. Un racional r es
igual a un entero, r = a ∈ ZQ , o al cociente de dos enteros, r = a/b con 0 6= b ∈ ZQ .
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 101

El valor absoluto de un racional m/k, designado mediante |m/k|, se define como |m/k| =
|m|/|k|.
Un sistema de números racionales origina un correspondiente sistema de números reales.
De Q a R
Sea Q un sistema de números racionales, y sean Z = ZQ los enteros de Q, N = NZ
los naturales de Z. Estos naturales se usarán como ı́ndices. Una sucesión de racionales
a : N → Q,
a = {a(n)}n∈N = {an }n∈N
es sucesión de Cauchy si términos de ı́ndices suficientemente grandes son arbitrariamente
próximos entre si, esto es, si (denotando por  un racional)

∀ > 0 ∃ n0 = n0 () ∈ N 3 n, m ≥ n0 ⇒ |an − am | < 

Denote por C o por C[Q] el conjunto de las sucesiones de Cauchy de racionales. Este
conjunto de sucesiones tiene operaciones de suma y producto (término a término) respecto
a las cuales es un anillo (y también recibe de Q una relación de preorden, i.e. reflexiva y
transitiva, pero no antisimétrica, lo cual complica un poco los detalles de la construcción).
Una sucesión {an }n∈N es equivalente a cero si los términos de ı́ndice suficientemente grande
son arbitrariamente próximos a cero, esto es, si

∀ > 0 ∃ n0 = n0 () ∈ N 3 n ≥ n0 ⇒ |an | < 

Sea I el conjunto de las sucesiones equivalentes a cero; este resulta ser un ideal maximal
en C. El sistema de los números reales de Q es el cociente del anillo C por el ideal I. Esto
significa que se define en C la siguiente relación de equivalencia

a = {an }n∈N ∼ b = {bn }n∈N

si la diferencia es equivalente a cero, b − a ∈ I. Denotemos por [a] = [{an }n∈N ] la clase de


equivalencia de a. Entonces el cuerpo R = R[Q] es el conjunto cociente

R = {[a] | a ∈ C}

El conjunto R está dotado naturalmente de una relación de orden y de operaciones de su-


ma y producto provenientes del orden y las operaciones de Q. Se definen en R sucesiones
de Cauchy del mismo modo que en Q y se prueba que R es completo, es decir, que toda
sucesión de Cauchy tiene limite. Resulta entonces que R es un cuerpo ordenado arquime-
diano y completo, propiedades que constituyen una caracterización categórica de R: Dos
cuerpos ordenados arquimedianos y completos son isomorfos (como cuerpos). Además el
isomorfismo tiene que conservar el orden y es único. Los racionales de R son el conjunto
QR obtenido de las clases de equivalencia de sucesiones racionales constantes, es decir,
para cada racional q = a/b sea {q} la sucesión constantemente igual a q, es decir

{q}(n) = q
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 102

entonces QR = {[{q}] | q ∈ Q}.


Todo número real r = [{an }n∈N ] ∈ R resulta ser limite de una sucesión de Cauchy de
racionales, a saber, de la sucesión {{an }}n∈N (téngase presente que an ∈ Q implica {an } ∈
QR ).
Entre las numerosı́simas propiedades que desde el punto de vista del Análisis Matemático
posee R cabe destacar que las funciones continuas sobre intervalos cerrados y acotados
alcanzan su máximo y su mı́nimo (teorema de los valores extremos) y que todo polinomio de
grado impar tiene una raı́z (consecuencia del teorema del valor intermedio de Weierstrass).
Un sistema R de números reales permite construir un correspondiente sistema C = C[R]
de números complejos.
De R a C
Sea R un sistema de números reales. Considere el producto C = R×R = {(x, y) | x, y ∈ R}.
Usaremos la notación xC = (x, 0), en particular 1C = (1, 0). El elemento ı = (0, 1) es la
unidad imaginaria. Con operaciones de adición y multiplicación definidas mediante

(x, y) + (z, w) = (x + z, y + w)
(x, y)(z, w) = (xz − yw, xw + yz)

C es un cuerpo con elemento nulo 0C = (0, 0) y unidad multiplicativa 1C = (1, 0).


Los reales de C son el conjunto RC = {(x, 0) | x ∈ R} = {(x, 0)1C | x ∈ R} = R × {0} que
es de manera natural un cuerpo ordenado arquimediano y completo, luego unı́vocamente
isomorfo con R.
Cualquier múltiplo real de la unidad imaginaria, ıyC = (0, y), es un número imaginario
puro. Se cumple que ı2 = −1C y todo número complejo z = (x, y) se expresa como suma
de un número real de C y un imaginario puro

z = (x, y) = xC + ıyC

Un cuerpo K que contenga un subcuerpo R ordenado, arquimediano y completo, y que


además contenga un elemento cuyo cuadrado es igual a −1 ∈ R, contiene un único
subcuerpo isomorfo con el cuerpo C recién construido, a saber, contiene el subcuerpo
CK = {x + ıy | x, y ∈ R}. Sin embargo el isomorfismo no es único. Entre sistemas de
números complejos hay siempre dos isomorfismos que difieren entre si en una conjugación,
x + ıy → x − ıy.
Los números complejos admiten la siguiente caracterización categórica: Son cuerpos que
contienen un subcuerpo de números reales, es decir, ordenado arquimediano y completo,
y poseen un elemento ı cuyo cuadrado es −1 ∈ R, y además todo elemento del cuerpo
se obtiene sumando un real con un múltiplo de ı. Como ya se indicó, dos cuerpos que
satisfagan estas condiciones son isomorfos mediante dos posibles isomorfismos.
El teorema de Gauss (hubo precursores) afirma que C es algebráicamente cerrado, esto es,
que todo polinomio con coeficientes en C tiene raı́ces en C. Existen muchas demostraciones
pero una de las pruebas de mayor circulación se apoya en los antes mencionados teorema
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 103

de los valores extremos y de existencia de ceros de polinomios reales de grado impar. Véase
el libro de Lang [9].

55. Broche
Las ideas que siguen proporcionan material para reflexionar sobre las Ma-
temáticas y su inseparable compañero, el ser humano.
Durante veinte años he sostenido un acentuado interés por las redes neurales
–o neuronales en parla hispánica– el cual surgió al vislumbrar que los objetos
matemáticos tal vez fuesen agrupamientos de neuronas. Después de cuatro
lustros, varios teoremas acerca de perceptrones y un par de programas in-
formáticos sigo sin superar el nivel del atisbo especulativo. Pero no toda idea
interesante requiere o tiene demostración empı́rica. Sin necesidad de otros
lubricantes resbalo hacia las concepciones siguientes.
Con insistencia he mencionado a lo largo de la cartilla que existen muchos
sistemas de números naturales. Debemos pensar no en un sistema sino al
menos en una categorı́a –en el sentido matemático– de sistemas de números
naturales (¿también muchas categorı́as?). Los objetos de la categorı́a son los
sistemas de números naturales y los morfismos son los isomorfismos canóni-
cos.
El argumento para preferir la multitudinaria categorı́a al solitario sistema
es el siguiente: Cada persona que aprendió los números naturales los lleva
entretejidos en sus neuronas. Los sistemas de números son individuales y
humanos. Cada una de esas estructuras neuronales personalizadas constituye
un sistema particular de números naturales. Son tan personales como los
computadores. Dado que hay tantos seres humanos sobre el planeta resulta
mucho más natural postular –en vez de un sistema único– toda una categorı́a
de números naturales.
El conocimiento cientı́fico, en particular las Matemáticas, existe como resulta-
do de un proceso social. Los individuos se comunican, comparan las estructu-
ras neuronales que llamamos ideas y constatan que –admirablemente– existe
concordancia suficiente para considerarlas equivalentes. La comparación se
efectúa de las maneras más disı́miles y con impredecibles consecuencias: De
la conversación a la corrección de ejercicios; desde la nota marginal en latı́n
hasta el evento mediático. Esta consistencia interpersonal ocurre con muchas
otras hipotéticas estructuras neuronales que provienen, allende el discurso
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 104

cientı́fico, de la polı́tica, la religión, el arte, etc. Sin embargo, la consisten-


cia puede quedar desvirtuada por factores como el error, la ignorancia, la
deshonestidad y el despropósito.
Cada sistema de números naturales, concebido como entidad neuronal exis-
tente en un individuo, posee también particularidades que lo distinguen de
los poseı́dos por otras personas. Esto se refleja en las distintas maneras de en-
frentar y resolver problemas. La notable concordancia coexiste con múltiples
grados de desacuerdo y discrepancia que se revelan al comparar honradamen-
te los detalles.
Por una parte –y sin limitarnos a las consideraciones matemáticas– el alto
grado de correlación interpersonal entre las estructuras neuronales posibilita
el lenguaje y es la base de la comunicación. De otra parte los desacuerdos
originan pluralidad y conflictos que dinamizan la trama social. Son mecanis-
mos que convalidan y simultáneamente contraponen conceptos, creencias e
ideas de cualquier naturaleza.
La Historia y la actualidad contemporánea proporcionan ejemplos extremos
donde, a consecuencia de concordancias y desacuerdos, aparecen tanto la
indiferencia como el fanatismo, la sumisión total y el odio, e incuso conflic-
tos sociales violentos y hasta las conflagraciones bélicas. Es de suponer que
los aspectos más destructivos del ser humano correspondan con estructu-
ras neuronales; entre estos se pueden mencionar la codicia, la ambición de
poder, el excesivo egoı́smo, la envidia y las tendencias criminales. En presen-
cia de necesidades primarias insatisfechas –hambre, desamparo, ignorancia,
enfermedad– todos estos mecanismos se convierten en armas para luchar por
las formas básicas de la justicia.
Afortunadamente existen contrapesos que son otras estructuras y maneras
de funcionar como el altruismo, la lucha por los grandes ideales, la búsqueda
desinteresada del conocimiento y la dedicación a mejorar la condición humana
en todos sus niveles. El amor –me refiero a sus manifestaciones más elevadas–
ocupa el trono en la tierra del bien. Son alternativas que han demostrado ser
capaces de reducir desniveles en las sociedades sin pasar por los horrores
bélicos.
El sistema personal de números naturales, más allá de los axiomas y las
deducciones formales, se apoya en la estructura psicológica y en el entor-
no social. Su asimilación requiere un basamento previo cimentado por las
experiencias más tempranas de la vida. Es un proceso condicionado por el
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 105

lenguaje y la capacidad de imaginar, y está matizado por vivencias cotidia-


nas de las cuales somos poco conscientes. Asimilar un concepto consiste en
integrarlo –en mayor o menor grado– al resto del individuo.
Para el matemático activo su sistema de números naturales está en perma-
nente ampliación y desarrollo. Recibe información y conocimientos adicio-
nales que modifican la comprensión de N. Y mediante elaboración creativa
descubre propiedades o enfoques novedosos previamente desconocidos.
La sociedad sustenta las Matemáticas y como retribución recibe conceptos,
herramientas e ideologı́a que haciendo maromas en el andamiaje social parti-
cipan en la educación, la tecnologı́a, la ciencia e incluso –digo con justificado
orgullo paternal– el arte. El objeto biológico elemental que aparentemente in-
termedia todas estas interacciones es la neurona. Los entramados de neuronas
revelan una extraordinaria riqueza funcional y una sorprendente capacidad
de adaptación.
En resumen, reconocemos en los sistemas de números naturales, como en las
ideas matemáticas en general y en todo producto mental compartido de la
vida social del ser humano, cuatro aspectos fundamentales:
Individualidad. Cada persona posee su propio sistema.
Unicidad. Al comparar dos individuos sus sistemas estos concuerdan no-
tablemente.
Diversidad. No hay dos mentes con exactamente el mismo sistema de
números.
Dinamismo. El sistema se modifica y amplı́a permanentemente.

Se ha logrado asociar áreas particulares del cerebro con determinadas fun-


ciones mentales, incluso con la habilidad matemática. Pero hasta ahora no
ha sido posible aislar y circunscribir en la anatomı́a y la neurofisiologı́a de
una persona ningún concepto especı́fico, en particular el concepto de siste-
ma de números naturales. Es tentador especular que estos sistemas pudieran
ser estructuras neuronales de ciclos y de arborescencias reconocibles por su
particular topologı́a y por la manera de incrustarse en el encéfalo. Made-
jas dotadas de topologı́as e interconexiones caracterı́sticas y susceptibles a
neurotransmisores, hormonas y otros elı́xires neurales corresponderı́an con
diversos artefactos mentales.
La naturaleza última de los números naturales se presta a controversia. Un
enfoque –sugerido arriba– es que todas las ideas, incluidas todas las ideas ma-
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 106

temáticas, emanan de la materia organizada y son esencialmente actividad


cerebral. Los números naturales corresponderı́an con la existencia de cier-
to tipo de conexiones neuronales y con cierto patrón de actividad en estas.
Aprender y asimilar un concepto consiste entonces en escuchar, conversar,
discutir, leer, escribir, intercambiar, ejercitar, reflexionar y, en general, invo-
lucrarse –evitando, por favor, inútiles excesos– con los procesos vinculados
al tema. Ası́ se generan y robustecen conexiones neuronales apropiadas.
Otro punto de vista –diametralmente opuesto– es el platonismo clásico. Según
este existirı́a una especie de universo paralelo colmado de felicidad y perfec-
ción donde moran las almas y los arquetipos de las ideas, dedicadas aquellas
al goce supremo de contemplarlas idı́licamente a estas. Allá se encontrarı́an
en su forma más pura y acabada cada uno de los conceptos accesibles a la
mente humana, incluyendo todo lo estudiado en esta cartilla. No existirı́an en
realidad el aprendizaje o la creación sino un trabajoso protocolo de recuerdo
mediante el cual el alma, prisionera de la cárcel que es el cuerpo, trémula
implora por las ideas que en amorosa comunión y sin esfuerzo se entregaban
en el paraı́so momentáneamente perdido por transitar en este torpe mundo
material. Desde aquel Edén baja hasta nosotros deslizándose por el tobogán
de la compasión todo lo que ingenuamente creemos aprender o descubrir por
esfuerzo propio.
Cualquiera sea el modelo favorito del lector, espero que la cartilla haya mos-
trado que se pueden presentar en forma novedosa incluso los temas más
consolidados.

Oteyeva, Caracas, el 8 de Julio de 2007


Índice Alfabético

0-recursión, 48 a lo sumo unipuntual, 19


∞-recursión, 50 acotado inferiormente, 9
n-recursión, 48 acotado superiormente, 9
condición inicial, 48 bien ordenado, 15
condición recursiva, 48 bipuntual, 19
valores, 48 inductivo, 34
inductivo minimal, 36
a lo sumo un elemento, 19 invariante, 32
acotado ordenado, 8
inferiormente, 9 unipuntual, 18
superiormente, 9 conmutatividad
aditividad de la suma, 66
de funciones, 71 del producto, 82
antecesor, 41 cota
función, 41 inferior, 9
inmediato, 41 superior, 9
asociatividad
de la suma, 66 dı́gitos, 43
del producto, 82 desigualdad, 8
Axioma estricta, 8
de elección, 14 desigualdades
Axioma de Infinito, 35 de igual sentido, 8
de sentido contrario, 8
bipuntual, 19 distributividad
biyección, 18 con suma a derecha, 81
buen orden, 15 con suma a izquierda, 81
cadena, 8 elección
cero, 38 Axioma de, 14
coeficiente de iteración, 74 función de, 14
composición elemento
de funciones, 8 último, 13
iterada, 53 neutro
conjunto para el producto, 80

107
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 108

para la suma, 66 inicial, 38


para la suma de funciones, 70 invariante, 32
primero, 12 inyección, 18
elementos isomorfismo
comparables, 8 canónico
estricta aditividad, 67
desigualdad, 8 ordenado, 27
estrictamente isomorfos, 28
mayor, 8 iteración
menor, 8 coeficiente de, 74
precede, 8 exponente de, 53
sigue, 8
exactamente dos elementos, 19 leyes de cancelación
exactamente un elemento, 18 para el producto, 84
exponente de iteración, 53 para la suma, 68
eyección, 57 mayor, 8
factor, 80 estrictamente, 8
función menor, 8
aditiva, 71 estrictamente, 8
biyectiva, 18 multiplicación, 80
compuesta, 8 multiplicador, 80
constante, 7 multiplicando, 80
de elección, 14 números naturales
estrictamente monótona, 26 sistema de, 37
eyectiva, 57 sistema privilegiado, 38
identidad, 7 natural, 37
inyectiva, 18 positivo, 38
monótona, 26
sucesor, 20 orden, 8
suryectiva, 18 orden total, 8
inducción parte
hipótesis de, 39 s-inductiva, 34
principio de, 39 inductiva minimal, 36
inductivo, 34 positividad
integridad del producto, 83 de la suma, 68
intervalo, 38 del producto, 83
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 109

positivo, 38 sucesor
precede, 8 n-ésimo, 55
principio de un elemento, 19
de inducción, 39 función, 20
Principio de Buena Ordenación, 16 suma
producto asociatividad, 66
asociatividad, 82 conmutatividad, 66
conmutatividad, 82 de funciones, 69
de funciones, 87 de números naturales, 65
de números naturales, 80 existencia de elemento neutro, 66
distributividad a derecha, 81 leyes de cancelación, 68
distributividad a izquierda, 81 positividad, 68
existencia de elemento neutro, 80 sumandos, 65
integridad, 83 suryección, 18
leyes de cancelación, 84
positividad, 83 Teorema de Recursión, 52
traslación, 72
recursión, 47, 50 módulo de, 72
0, 48 trasladada de una función, 72
∞, 50 Tricotomı́a, 9
n, 48
n-ésimo valor, 52 unidad, 38
ı́ndices, 52 unipuntual, 18
condición inicial, 51 uno, 38
condición recursiva, 51
datos, 48
fórmula, 48
punto inicial, 48
rango, 48
Teorema de, 52
valor inicial, 48
valores, 48

sigue, 8
sistema
de números naturales, 37
decimal de numeración posicional, 43
subconjunto s-inductivo, 34
Crespin: Números Naturales y Recursión. Prueba #1 110

Referencias

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numerosas reimpresiones).
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Peano, Memorias XIII Encuentro de Geometrı́a y I de Aritmética. Bogotá.
2002
[12]Oostra, Arnold. El Concepto de Número Natural Según Charles S. Peirce,
Memorias XIII Encuentro de Geometrı́a y I de Aritmética. Bogotá. 2002
[13]Oostra, Arnold. Acerca Del Artı́culo On The Logic Of Number, de Charles
S. Peirce, Boletı́n de Matemáticas. Nueva Serie, Volumen X No. 1 (2003),
pp. 13-20.
[14]Sominski, I. S. Método de Inducción Matemática, MIR, Moscú, 1975.
[15]Suppes, Patrick M. Teorı́a Axiomática de Conjuntos, Norma, Cali, 1968.
[16]Wikipedia, Axiomas de Zermelo-Fraenkel (consultado enero 29, 2008)

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