La_escritura_como_proceso_1
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La Preescritura
Antes de ponerse a escribir sobre cualquier tema, es necesario realizar un
buen trabajo preparatorio. En primer término, conviene prever, a grandes
rasgos, el tiempo que hará falta para plasmar lo que se quiere expresar por
escrito.
Además, habrá que adecuar el tono o nivel del escrito a su destinatario y
después es necesario recoger, analizar y organizar las propias ideas,
planificando el contenido del escrito.
La organización de las ideas es una operación más crítica que el acopio de las
mismas, por cuanto requiere la utilización de mecanismos asociativos más
complejos, capaces de captar similitudes, construir razonamientos
(distinguiendo las premisas y las conclusiones) y desarrollar tesis coherentes.
Para esta actividad es esencial un esfuerzo de reflexión, un uso activo de la
propia inteligencia.
Existen algunas técnicas que pueden ayudar:
La clasificación: consiste en captar analogías y contrastes entre varios
conceptos o elementos con el fin de organizarlos. Sólo se deben
reconocer las características comunes a los elementos de una clase.
El mapa conceptual.
El esquema de contenido: está constituido por una lista de ideas
organizadas en forma jerárquica, de manera que todos los elementos de
un mismo nivel se dispongan verticalmente a lo largo de la página. Se
los puede identificar con letras y números.
La Escritura
La introducción
Son las que incluyen una anécdota, un hecho, una historia, atraen e implican al
lector, siempre muy interesado en hechos concretos y en experiencias
individuales. Por ejemplo, en el párrafo siguiente se consigna un hecho
concreto bastante sorprendente. “Ayer al mediodía, durante el pago a los
jubilados, las largas colas y la espera, fueron el comienzo de un conflicto que
se repite cada vez con mayor frecuencia...”
b) Introducción – cita
El párrafo
A. El párrafo de enumeración:
Este párrafo está compuesto por una frase organizadora y luego una lista de
propiedades que describen un mismo objeto, idea o hecho. Por ejemplo: En
Suecia, en la segunda mitad del siglo xx, las mujeres han ocupado posiciones
destacadas en varios campos: en el religioso, en el cine, en la política, en la
familia.
B. El párrafo de secuencia:
Fuente: https://www.ejemplos.co/parrafos-de-secuencia/
C. El párrafo de comparación/contraste:
Está introducido por una frase que presenta dos o más objetos, que se
someten a comparación. Por ejemplo: Sócrates y los sofistas tienen en común
el amor por la palabra y la habilidad en la discusión. Pero hay notables
diferencias. Sócrates es el maestro que quiere ayudar al discípulo a conocerse
a sí mismo, a encontrar por medio del diálogo conocimientos que están en su
interior. El diálogo socrático estimula a buscar el bien y la verdad. En cambio
los sofistas, enseñan habilidades oratorias para conseguir el éxito en la vida,
sin plantearse el problema de la moral.
La conclusión
a) Conclusión-síntesis
La conclusión con una anécdota, una historia, un hecho concreto, una imagen
afortunada, recupera el hilo de todo el texto a través de elementos narrativos o
visuales que atraen la fantasía y la imaginación del lector, dejándole un buen
recuerdo del escrito. “Una tierna imagen: las manos de la niña jugando con el
cabello de su madre, mientras disfrutaban juntas del sol primaveral, demostró
con elocuencia la importancia de la donación de órganos.”
c) Conclusión-cita
d) Conclusión-interrogante
Afrontaremos después varios problemas específicos; las dudas que derivan del
empleo de la lengua, la puntuación, la elección de las palabras. Uno de los
principales cometidos de la revisión es hacer más claro el texto. Ante todo es
preciso controlar que la selección y la organización de las ideas jueguen “a
favor del lector”; en un texto “legible” las informaciones nuevas se introducen
de una en una, gradualmente, partiendo siempre de las que resultan más
familiares al lector.