Nutrición en el embarazo

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS


CARRERA DE ENFERMERÍA
ENFERMERÍA DEL CUIDADO INTEGRAL DE LA
MUJER

NUTRICIÓN EN EL EMBARAZO

Nombres del estudiante:

Jefferson Cando

Evelyn Guamushig

Alexander Paucar

Julissa Ramos

Wendy Yugcha

Semestre: Quinto

Paralelo: 03

Docente:

Lcda. Irma Saltos

OCTUBRE 2024 – MARZO 2024


INTRODUCCIÓN

La nutrición óptima durante el embarazo debe iniciarse antes de la concepción. La

placenta y el feto debe proporcionar los nutrientes necesarios para su crecimiento y

desarrollo. Aunque se cree que el feto obtiene lo necesario a expensas de la madre, las

deficiencias nutricionales pueden provocar complicaciones como el parto prematuro. Tras el

nacimiento, una buena nutrición durante la lactancia es importante para el desarrollo cerebral

y orgánico del recién nacido.

OBJETIVOS

 Identificar los principales factores nutricionales que afectan la fertilidad y el desarrollo

fetal, incluyendo deficiencias de micronutrientes y exposición a toxinas.

 Describir los cambios fisiológicos relacionados con la nutrición durante el embarazo,

como las alteraciones digestivas y las necesidades energéticas y proteicas.

 Analizar la importancia de la dieta equilibrada en cada etapa del embarazo para prevenir

complicaciones como preeclampsia, diabetes gestacional y bajo peso al nacer.

 Promover el consumo de nutrientes clave como ácido fólico, hierro, calcio y ácidos

grasos omega-3 para garantizar un crecimiento y desarrollo fetal saludable.

Preconcepción y fertilidad

La nutrición y la salud antes de la concepción es importante para mejorar la fertilidad

tanto en hombres como en mujeres. El sobrepeso y obesidad afectan negativamente la

fertilidad, influenciando la calidad del esperma, los ovocitos y la receptividad uterina.

Aunque no se ha demostrado que exista una dieta ideal para aumentar la fertilidad, sin

embargo, factores como el estrés oxidativo, alteraciones hormonales y deficiencias de

nutrientes (cinc, ácido fólico, vitamina D, yodo) también están relacionados con la

subfertilidad.
Se recomienda una dieta balanceada rica en antioxidantes, fibra, grasas saludables y

micronutrientes, evitando tabaco, alcohol y grasas. En hombres, una dieta óptima puede

mejorar la espermatogenia, mientras que en mujeres puede reducir problemas ovulatorios y

mejorar el desarrollo embrionario.

Toxinas

El consumo de toxinas, como alcohol, tabaco, marihuana y cafeína, puede afectar la

fertilidad y el desarrollo fetal. La marihuana, aunque no afecta directamente a los parámetros

del semen, está asociada con una mayor prevalencia de infertilidad en mujeres y puede

aumentar el riesgo de defectos congénitos, nacimiento prematuro y muerte fetal. La

exposición a sustancias como alcohol y metales pesados, incluidos en algunos pescados,

también puede tener efectos adversos, como un mal desarrollo de la placenta. El consumo

excesivo de cafeína más de 500 mg/día se ha asociado con una disminución de fertilidad,

aunque no es un teratógeno (sustancia que causa malformaciones en el embrión o el feto).

Además, las pruebas más contundentes muestran que la exposición a plaguicidas y

plomo afecta la calidad del semen y aumenta el riesgo de esterilidad. El tabaquismo materno

se vincula a un aumento de abortos espontáneos y el hábito de fumar en el padre a daños en el

ADN de los espermatozoides, aumentado el riesgo de tener leucemia linfoblástica aguda. Por

último, el consumo habitual de alcohol puede reducir la calidad del semen y cambios en las

concentraciones de testosterona y de globulina fijadora de hormonas sexuales.

Cambios fisiológicos en el Embarazo

 Función digestiva:
Durante el embarazo, la función digestiva cambia significativamente. El aumento del

flujo sanguíneo puede causar sangrado en las encías, mientras que las náuseas y vómitos

en el primer trimestre suelen dar paso a un aumento del apetito. Los antojos y aversiones

alimentarias son comunes. La progesterona relaja el músculo uterino y reduce la

motilidad gastrointestinal, causando estreñimiento y, a veces, reflujo gástrico.

 Placenta y ambiente uterino:

La nutrición y el estado de salud maternos son determinantes clave del desarrollo fetal y

placentario. Antes de la 10.ª semana de gestación, el feto depende de secreciones uterinas

ricas en nutrientes, conocidas como "leche uterina". Estas contienen carbohidratos,

lípidos, factores de crecimiento y antioxidantes, esenciales para el desarrollo embrionario

temprano.

A partir de la 10.ª semana, la placenta toma protagonismo como principal conducto para

el intercambio de nutrientes, oxígeno y desechos. Su capacidad metabólica y hormonal

optimiza el crecimiento fetal y protege contra teratógenos y microorganismos. Sin

embargo, su función puede ser limitada por factores como trastornos hipertensivos,

lesiones placentarias o deficiencias nutricionales maternas, resultando en retraso del

crecimiento intrauterino (RCIU).

La dieta materna influye significativamente en la composición y función placentaria.

Nutrientes clave como hierro, yodo, folato, zinc, selenio y vitamina A son esenciales

antes de la concepción para mejorar los resultados del embarazo y prevenir

complicaciones como preeclampsia y diabetes gestacional. El equilibrio adecuado de

macronutrientes y micronutrientes es crucial para evitar alteraciones en el desarrollo óseo

y cerebral del feto.


La placenta muestra adaptaciones según las condiciones maternas y el sexo del feto. Por

ejemplo, en situaciones de obesidad, los fetos masculinos mantienen un crecimiento

continuo, mientras que los femeninos adoptan estrategias conservadoras para asegurar su

supervivencia.

Finalmente, un entorno intrauterino saludable y una nutrición adecuada son esenciales

para minimizar riesgos y asegurar un desarrollo fetal óptimo.

Efectos del estado nutricional sobre el resultado del embarazo

 Crecimiento y desarrollo fetal

A principios del siglo XX, las mujeres estadounidenses con malnutrición enfrentaron

riesgos adversos durante el embarazo, como hemorragias, partos prolongados y recién

nacidos con bajo peso al nacer (BPN), problemas aún presentes en países en desarrollo.

Los lactantes expuestos a hambruna en gestación presentaron retraso del crecimiento

intrauterino (RCIU), lo que aumenta el riesgo de mortalidad y problemas como

enterocolitis necrosante o parálisis cerebral.

La desnutrición materna también está asociada con partos prematuros, cuyos índices son

elevados en EE. UU., especialmente en mujeres negras no hispanas y aquellas con

tratamientos de reproducción asistida.

Aunque no existe una dieta ideal, se observa que una alimentación rica en frutas,

verduras, cereales integrales y pescado reduce el riesgo de mal nutrición. La desnutrición

o exposición a toxinas maternas puede causar daños a largo plazo en el niño, incluyendo

discapacidad intelectual, defectos del tubo neural y mayor predisposición a enfermedades

crónicas.
 Efectos epigenéticos

Las alteraciones estructurales y cognitivas debido a la desnutrición o condiciones

adversas durante el embarazo pueden manifestarse más tarde en la vida. El retraso del

crecimiento intrauterino (RCIU) y la prematuridad aumentan riesgos como obesidad,

diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. La exposición prenatal a la

hambruna, desequilibrios nutricionales o toxinas puede provocar esquizofrenia, cáncer y

problemas metabólicos.

La malnutrición materna influye en el desarrollo neurológico, la inmunidad y el

envejecimiento del niño, mientras que la sobrealimentación puede predisponer a obesidad

y diabetes. Además, factores como el estado nutricional y metabólico de ambos padres

antes de la concepción afectan la salud de la descendencia. Esto destaca la importancia de

la preparación parental adecuada para mejorar la salud a largo plazo.

Necesidades de nutrientes durante el embarazo

Durante el embarazo, no solo importa el aumento de peso, ya que este no siempre refleja

la salud de la madre o el bebé, especialmente en mujeres con sobrepeso. Aunque se necesita

un poco más de calorías, las necesidades de nutrientes esenciales aumentan mucho más. Las

recomendaciones nutricionales varían entre países, y aún faltan guías claras para cada

trimestre o embarazos múltiples.

 Energía

Durante el embarazo, se necesita más energía para el metabolismo y el crecimiento fetal,

especialmente en el tercer trimestre, con un aumento recomendado de 340 kcal/día en el

segundo trimestre y 452 kcal/día en el tercero.


Se recomienda actividad física moderada (20-30 minutos al día) para mujeres sin

contraindicaciones. El ejercicio excesivo o combinado con poca ingesta calórica puede

afectar el crecimiento fetal. Aunque el ejercicio puede reducir riesgos como diabetes

gestacional y preeclampsia.

 Proteínas

Las necesidades de proteínas aumentan para apoyar la formación de tejidos maternos y

fetales, especialmente en el tercer trimestre. En la primera mitad del embarazo, los

requerimientos son similares a los de las mujeres no embarazadas, pero aumentan a

medida que avanza la gestación. Para una mujer de 65 kg, el requerimiento es de 46 g de

proteínas al inicio y 71 g en el segundo trimestre. En embarazos múltiples, la necesidad

puede llegar a 175 g/día.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene recomendaciones ligeramente

diferentes, considerando un aumento de peso total de 13,8 kg.

La deficiencia de proteínas puede afectar el crecimiento fetal y la síntesis de hormonas. A

pesar de que muchas mujeres consumen suficiente proteína, las que siguen dietas

vegetarianas o tienen embarazos múltiples pueden requerir mayor atención.

Se recomienda que las proteínas constituyan alrededor del 20% del total de calorías

diarias, con un consumo más alto en embarazos múltiples.

 Hidratos de Carbono

Las necesidades de hidratos de carbono aumentan ligeramente para mantener niveles de

glucosa adecuados y prevenir la cetosis. Es importante elegir hidratos de carbono

saludables, priorizando los complejos provenientes de cereales integrales, frutas y


verduras, en lugar de los azúcares simples, como los de los zumos y refrescos, ya sean

naturales o procesados.

 Fibra

Se recomienda consumir diariamente panes y cereales integrales, verduras de hoja verde y

amarilla, así como frutas frescas y secas, para obtener minerales, vitaminas y fibra

adicionales. La ingesta diaria recomendada de fibra durante el embarazo es de 14 g por

cada 1.000 kcal, lo que ayuda a prevenir el estreñimiento común en esta etapa.

 Lípidos

No hay una cantidad específica recomendada para los lípidos totales, pero la cantidad de

grasa en la dieta debe ajustarse según las necesidades energéticas para un aumento de

peso adecuado. Se recomienda un ligero aumento en el consumo de ácidos grasos

poliinsaturados (AGPI) omega-6 (ácido linoleico) y omega-3 (ácido α-linolénico).

Aunque no existe una ingesta diaria recomendada (IDR), se sugiere un consumo de 200

mg diarios de ácidos grasos DHA, que se puede obtener al comer una o dos porciones de

pescado a la semana.

 Vitaminas

El embarazo requiere un equilibrio adecuado de vitaminas y minerales para un resultado

óptimo. Aunque algunos nutrientes pueden obtenerse a través de la dieta, otros requieren

suplementos, que deben iniciarse antes de la concepción.

- Folato: Es importante, a formación de glóbulos rojos, la síntesis de ADN y el

crecimiento fetal y placentario. Su deficiencia se asocia con abortos espontáneos, bajo

peso al nacer, nacimientos prematuros y defectos del tubo neural (DTN). Los CDC
recomiendan que todas las mujeres en edad fértil consuman 400 µg diarios, y hasta

4,000 µg/día si han tenido un embarazo con DTN. Factores como obesidad, consumo

de alcohol o medicamentos antiepilépticos aumentan la necesidad de una dosis mayor.

Aunque la suplementación con ácido fólico reduce la incidencia de DTN, algunos

estudios sugieren que dosis menores pueden ser igual de eficaces. Los cereales

enriquecidos han ayudado a reducir la incidencia de DTN en algunos países. Sin

embargo, un consumo elevado puede enmascarar la deficiencia de vitamina B12 o

aumentar el riesgo de otros trastornos. El ácido fólico debe consumirse bajo

supervisión médica, ya que puede prevenir hasta un 70% de los defectos si se toma

antes de la concepción. Otros nutrientes como vitaminas B2, B6, B12, colina e

inositol también ayudan a reducir el riesgo de DTN.

- Vitamina B6 (Piridoxina): Es clave en el metabolismo de los aminoácidos y la

producción de neurotransmisores. Aunque se usa para aliviar náuseas y vómitos, su

eficacia es cuestionable. Generalmente, no causa efectos negativos en dosis de 10-25

mg tres o cuatro veces al día. Se encuentra en alimentos como carne, pescado y aves,

por lo que las deficiencias son poco frecuentes.

- Vitamina B12 (Cobalamina): Es esencial para la formación de metionina y

tetrahidrofolato, y para el desarrollo y función inmune. Está presente solo en

alimentos de origen animal, por lo que los veganos y algunas personas con problemas

de absorción (como los que toman metformina o tienen cirugía gástrica) pueden sufrir

deficiencia. Las deficiencias se asocian con depresión y problemas en el desarrollo

cognitivo y motor del bebé, así como un mayor riesgo de defectos del tubo neural

(DTN) y crecimiento fetal insuficiente.

- Colina: Es importante para la salud celular y el desarrollo cerebral del feto. Ayuda a

reducir el riesgo de defectos como el DTN y el paladar hendido. La suplementación


materna durante el tercer trimestre ha mostrado beneficios en la velocidad de

procesamiento de información de la descendencia. Los alimentos ricos en colina

incluyen leche, carne y huevos, pero algunas mujeres que no los consumen pueden

necesitar suplementos. Aunque las dosis altas pueden causar molestias digestivas, los

estudios sugieren que dosis moderadas, como 750 mg durante el embarazo, son

seguras.

- Vitamina C: La cantidad recomendada de vitamina C aumenta durante el embarazo y

más aún si la persona fuma, consume alcohol o drogas, o toma ácido acetilsalicílico

regularmente. Es importante consumir alimentos ricos en vitamina C debido a su

función antioxidante y su papel en la síntesis de colágeno. Las concentraciones bajas

de vitamina C se asocian con el parto prematuro, pero no se recomienda

suplementarla para prevenir la rotura prematura de membranas o la preeclampsia. De

hecho, la suplementación con vitamina C y E no es recomendable, ya que puede

aumentar el riesgo de hipertensión gestacional y rotura prematura de membranas. La

vitamina C atraviesa la placenta, lo que podría causar niveles elevados en el feto si se

consume en exceso.

- Vitamina A: es importante durante el embarazo para el crecimiento fetal, el

desarrollo ocular, la función inmunitaria y la madurez pulmonar. La deficiencia de

vitamina A se asocia con bajo peso al nacer y otros problemas de salud. El exceso de

vitamina A preformada (como en el hígado) es teratógeno, especialmente durante el

primer trimestre. Aunque la suplementación no suele ser necesaria, si se realiza, debe

ser limitada a 5.000 UI/día, ya que dosis más altas no incrementan el riesgo de

malformaciones. Se debe evitar el consumo de hígado de ciertos animales y aceites de

hígado de pescado por su alto contenido en vitamina A, especialmente en el primer

trimestre del embarazo.


- Vitamina D: los requerimientos de vitamina D no aumentan significativamente, y se

considera suficiente un consumo de 600 UI/día (15 µg/día) para mantener la salud

ósea. Las principales fuentes de vitamina D incluyen pescados azules como el salmón,

algunos cereales enriquecidos, leche líquida (que contiene aproximadamente 100 UI

por cada 250 ml) y, en menor medida, hongos expuestos a la luz ultravioleta.

En el embarazo, se observa un aumento en la conversión de 25(OH)D a 1,25(OH)2D,

lo que puede tener efectos sobre la inmunidad y la implantación fetal, pero no se

asocia con hipercalciuria (exceso de calcio en la orina). Aunque se ha sugerido que la

vitamina D podría desempeñar un papel en la prevención de complicaciones como la

preeclampsia, el parto prematuro y la diabetes gestacional, los estudios no son

concluyentes. Algunos ensayos sugieren que alcanzar concentraciones sanguíneas de

vitamina D superiores a 40 ng/ml podría reducir el riesgo de parto prematuro, pero la

relación no es definitiva.

Las mujeres con riesgo de deficiencia de vitamina D incluyen aquellas con piel

oscura, las que viven en zonas con poca exposición solar, las que tienen un IMC

elevado o problemas de absorción de grasas. Para estas mujeres, se recomienda

realizar pruebas de detección de vitamina D. Aunque algunos investigadores sugieren

que la suplementación puede ser útil, especialmente en dosis de 1.000 a 2.000 UI/día,

no existen pruebas suficientes para recomendar su uso sistemático. Los efectos de la

vitamina D en el embarazo continúan siendo un tema de investigación, y se necesitan

más estudios para determinar las concentraciones óptimas y los beneficios a largo

plazo.

- Vitamina E: Las necesidades de vitamina E no aumentan durante el embarazo.

Aunque algunos estudios sugieren que su deficiencia podría estar relacionada con

abortos espontáneos, nacimientos prematuros, preeclampsia y retraso en el


crecimiento intrauterino (RCIU), no se ha confirmado que exista deficiencia de

vitamina E en el embarazo. La vitamina E actúa como un antioxidante importante,

pero la suplementación con vitamina E (junto con vitamina C) no ha demostrado ser

efectiva para prevenir la preeclampsia, la pérdida fetal, la pérdida neonatal, el

crecimiento intrauterino retardado (PEG) ni el parto prematuro. De hecho, la

suplementación puede ser proinflamatoria y alterar el equilibrio de las citocinas

durante el embarazo.

- Vitamina K: Aunque las necesidades de vitamina K no aumentan durante el

embarazo, las dietas típicas a menudo no proporcionan suficiente cantidad de esta

vitamina, ya que las principales fuentes alimentarias (como las verduras de hoja verde

oscura) no se consumen en cantidades suficientes. La vitamina K es esencial para la

salud ósea y la coagulación de la sangre. Las mujeres que pueden tener deficiencia de

vitamina K son aquellas con hiperemesis gravídica, enfermedad de Crohn o que han

tenido cirugías como derivaciones gástricas, así como aquellas con colestasis

intrahepática del embarazo.


 Minerales

- Calcio: Aunque las necesidades no aumentan, muchas mujeres inician el embarazo

con deficiencia. Los lácteos, especialmente el yogur natural sin azúcar, son fuentes

recomendadas

- Cobre: Su deficiencia afecta el desarrollo embrionario, resultando en teratogenia.

Fuentes principales: mariscos, carnes de órganos, frutos secos y cereales integrales.

- Cinc: Crucial para el desarrollo fetal. Su déficit puede causar malformaciones graves

como anencefalia o paladar hendido.

- Hierro: Esencial para producir hemoglobina y transportar oxígeno al útero y al feto.

Se requiere mayor absorción en el tercer trimestre (17 mg/día). Las carnes rojas son

las mejores fuentes, pero los suplementos deben tomarse separados de las vitaminas

prenatales.

- Yodo: Imprescindible para la mielinización neuronal y el metabolismo fetal. Su

deficiencia puede causar abortos, anomalías congénitas, bajo crecimiento fetal y

menor coeficiente intelectual. Fuentes: pescados y mariscos.

- Magnesio: Actúa como cofactor enzimático y su déficit afecta el desarrollo fetal,

causando posibles malformaciones.

- Fósforo: Necesario para la función celular, especialmente en casos de náuseas

intensas.

- Selenio: Importante antioxidante. Su baja concentración está asociada con

preeclampsia y restricciones del crecimiento intrauterino.

- Sodio: Los cambios hormonales durante el embarazo alteran su metabolismo para

mantener el equilibrio de líquidos.

Recomendaciones sobre el aumento de peso durante el embarazo


El aumento de peso en embarazos de un solo feto incluye tejidos maternos, como

mamarios y uterinos, líquido intersticial, volumen sanguíneo y reservas grasas, además del

feto, la placenta y el líquido amniótico. Un aumento excesivo puede causar macrosomía fetal

y obesidad materna futura.

Recomendaciones sobre el aumento de peso en la obesidad

Las mujeres con obesidad tienen un aumento recomendado de peso de 5 a 10 kg,

dependiendo de la clase de obesidad.

Cirugía posbariátrica

Aunque mejora la fertilidad, puede generar deficiencias nutricionales y complicaciones

como obstrucción intestinal o deslizamiento de bandas gástricas.

Nacimientos múltiples

Se necesitan alimentos ricos en nutrientes consumidos con frecuencia debido a las altas

demandas nutricionales y el espacio limitado en embarazos múltiples.

Embarazo en la adolescencia

Las adolescentes embarazadas requieren atención especial para evitar competencia de

nutrientes entre madre y feto, considerando su situación socioeconómica y educativa.

Complicaciones e implicaciones nutricionales

El tránsito gastrointestinal se ralentiza durante el embarazo, facilitando la absorción de

nutrientes para el feto.

 Estreñimiento, hemorroides y diarrea

El estreñimiento y las hemorroides son comunes por suplementos de hierro y compresión

uterina. Se alivian con fibra y líquidos. La diarrea puede aparecer por cambios hormonales.

 Antojos, aversiones y pica

Los antojos suelen enfocarse en dulces y frutas. La pica implica el consumo de sustancias no

alimenticias como tierra o hielo.


 Diabetes mellitus gestacional

Se asocia con macrosomía, complicaciones neonatales y parto complicado. Se requiere

cribado postparto para detectar diabetes persistente.

 Trastornos alimentarios

La anorexia y bulimia incrementan riesgos de aborto, defectos de nacimiento, malnutrición y

depresión puerperal.

 Edema y calambres en las piernas

El edema es común en el tercer trimestre por la compresión de la vena cava. Los calambres se

alivian con líquidos, masajes y calor.

 Pirosis

El reflujo es frecuente por la presión uterina y cambios hormonales. Se manejan con comidas

pequeñas y evitando ciertos alimentos.

 Hipertensión e hipertensión gestacional

La hipertensión gestacional puede derivar en preeclampsia o eclampsia, requiriendo control

nutricional y actividad física.

 Náuseas, vómitos, hiperemesis gravídica y ptialismo

Las náuseas se alivian con jengibre y limones. La hiperemesis severa requiere

hospitalización. El exceso de saliva puede manejarse con antihistamínicos y chicle.

 Salud bucal

El vómito y reflujo pueden dañar el esmalte. El enjuague con bicarbonato protege los dientes

y reduce irritación.

 Enfermedades preexistentes

Celiaquía, fenilcetonuria y enfermedades inflamatorias intestinales requieren dietas

especiales para prevenir complicaciones maternas y fetales.

Seguridad alimentaria durante el embarazo


Es importante evitar alimentos crudos o contaminados para reducir riesgos de infecciones

alimentarias.

 Alcohol: El consumo durante el embarazo puede ocasionar el síndrome alcohólico

fetal (SAF), como una anomalía congénita, además este puede producir abortos

espontáneos, desprendimiento de la placenta, partos prematuros y alteraciones

cognitivas, estas complicaciones son difíciles de predecir e incluso en gemelos

dicigóticos pueden verse afectados de manera diferente.

El alcohol puede reducir la transferencia de nutrientes a través de la placenta, es por

eso que no se debe consumir vino y las cervezas inclusive si estas contienen bajo

alcohol

 Alergenos: La restricción de la dieta materna durante el embarazo y la lactancia no

se aconseja como estrategia para reducir el riesgo de alergia alimentaria en los

lactantes. No se recomienda que las madres eliminen alimentos alérgenos de su dieta

como estrategia para prevenir alergias en el bebé, ya que esto puede ser

contraproducente. Se cree que las proteínas de los alimentos que consume la madre

podrían ayudar al bebé a desarrollar tolerancia a ciertos alérgenos, pero este tema

sigue en discusión. La madre debe evitar los alimentos a los que ella misma sea

alérgica, pero consumir una dieta variada, incluyendo alimentos alérgenos comunes

para el padre. Si la madre consume cacahuetes más de dos veces por semana durante

el embarazo, el bebé puede tener un riesgo ligeramente mayor de sensibilización, pero

evitar completamente los cacahuetes puede aumentar aún más el riesgo.

 Edulcorantes artificiales: Su consumo es limitada pero la FDA considera algunos

como seguros durante el embarazo y lactancia como la sacarina, acesulfamo K,

sucralosa, aspartamo, neotamo, advantamo, glucósidos de esteviol de las hojas de

estevia y extractos de fruta del monje.


La sacarina atraviesa la placenta y puede acumularse en el feto y en la leche materna,

pero no se han registrado efectos adversos en el feto y el lactante. Se ha eliminado de

la lista como cancerígeno humano. El acesulfamo K, se considera seguro en mujeres

embarazadas ya que no se metaboliza en los seres humanos.

El aspartamo es seguro en general durante el embarazo y la lactancia, pero debe ser

controlado en mujeres con fenilcetonuria ya que si se consume en dosis altas puede

existir daño en el encéfalo del feto. Tanto la estevia como la fruta del monje son

edulcorantes de origen vegetal lo cual se recomienda precaución cuando se utiliza en

mujeres embarazadas o lactantes, o durante más de 2 años, debido a que no hay

pruebas suficientes de su seguridad.

Los edulcorantes artificiales hay que limitar el consumo para no desplazar a los

alimentos más valiosos y con mayor densidad de nutrientes.

 Bisfenol A, ftalatos y otras toxinas ambientales: Puede afectar a la función tiroidea

en los seres humanos, especialmente en el feto como la gestación más corta y a

trastornos del desarrollo.

 Cafeína y bebidas energéticas: Las bebidas y los chupitos energéticos no se

recomiendan durante el embarazo. Pueden contener cantidades muy altas de cafeína lo

que puede provocar daños en el encéfalo del feto.

 Plomo y cadmio: La contaminación por plomo se asocia a un mayor riesgo de aborto

espontáneo, hipertensión gestacional, RCIU, parto prematuro y deterioro del

desarrollo neuroconductual. Cruza fácilmente la placenta por difusión pasiva.

No se debe consumir durante el embarazo y lactancia las conchas marinas o el coral

marino ya que suelen contener metales pesados, incluido el plomo, como resultado del

vertido de desechos industriales en los océanos. La cúrcuma molida, están adulteradas

con cromato de plomo, así también los cosméticos


 Listeria monocytogenes: Listeria es una bacteria que se transmite por el suelo y la

infección se debe a la ingestión de alimentos contaminados de origen animal o de

productos crudos. Puede producir un aborto espontaneo, causar meningitis neonatal,

sepsis y neumonía. Es posible que solo cause síntomas similares a los de la gripe en la

madre y puede parecer una infección de la vía urinaria, se encuentran en la leche

cruda, los mariscos ahumados, las salchichas, el paté, los quesos blandos

(especialmente si están hechos con leche no pasteurizada) y las carnes crudas.

 Mercurio y bifenilos policlorados: Afecta desproporcionadamente al desarrollo

neural del feto. Cruza la placenta y la barrera hematoencefálica y se acumula en el

feto, es por eso que se debe evitar el consumo de mariscos o peces ya que estos son

más propensos a tener estos componentes tóxicos, ya sea el atun, pescaso crudo o

poco cocinado como el sushi

Guía de alimentación durante el embarazo

Líquidos: Se recomienda beber de 8 a 10 vasos de líquido de calidad a diario, la

micción frecuente es a menudo una queja de las mujeres embarazadas. Sin embargo, la

hidratación óptima reduce el riesgo de infecciones de la vía urinaria, cálculos renales y

estreñimiento.

Suplementos nutricionales durante el embarazo


Consumo de proteínas para satisfacer las necesidades nutricionales, aproximadamente 25

g/días adicionales; 50 g/día/feto adicional si está embarazada de más de un feto. Esto a

menudo requiere que el 20% del consumo de energía provenga de las proteínas

Requisitos Nutricionales de la Lactancia

 Calidad de la leche: La leche materna no se ve afectada por una dieta imperfecta,

salvo en casos de deficiencia nutricional grave y prolongada.

 Suplementos: Generalmente, no son necesarios si la madre tiene una dieta

equilibrada, aunque algunos médicos recomiendan seguir con suplementos de

vitaminas y minerales, especialmente para la deficiencia de hierro.

 Hidratación: El mito de que más líquidos aumentan la producción de leche es

incorrecto. El exceso de líquidos puede reducirla.


 Energía adicional: Durante la lactancia, se requieren aproximadamente 330 kcal

adicionales en los primeros 6 meses, y 400 kcal en los siguientes 6 meses.

 Proteínas: Durante la lactancia, se recomienda un consumo adicional de 25 g de

proteína al día (71 g en total), ajustado al tamaño corporal de la madre. Las mujeres

que han tenido un parto quirúrgico o que estaban desnutridas antes del embarazo

pueden necesitar más proteínas.

 Hidratos de carbono: La ingesta de hidratos de carbono debe ser suficiente para

apoyar la producción de leche y mantener la energía de la madre. Las mujeres con

diabetes gestacional deben seguir la dieta recomendada durante el embarazo.

 Lípidos: El tipo de grasa en la dieta materna afecta la composición de los ácidos

grasos en la leche, pero no la cantidad total de grasa. Se recomienda consumir

pescado rico en ácidos grasos omega-3 y evitar pescados con alto contenido de

mercurio.

 Vitaminas y Minerales:

 Vitamina D: El contenido de vitamina D en la leche materna depende del consumo

materno. Las madres deben asegurarse de obtener suficiente vitamina D (idealmente

6.400 UI/día) para evitar deficiencias en sus hijos.

 Calcio: Aunque se recomienda que las madres lactantes obtengan suficiente calcio, la

cantidad en la leche no depende directamente de la ingesta materna, y no se ha

demostrado que el consumo de calcio afecte la densidad ósea de la madre.

 Yodo: La cantidad de yodo en la leche es esencial para el desarrollo neurológico del

bebé. Las madres que viven en áreas con deficiencia de yodo deben asegurarse de

tener suficiente ingesta para evitar deficiencias en sus hijos.Es fundamental para el

desarrollo neurológico del lactante. Se recomienda un consumo diario de 290 µg de

yodo durante la lactancia, lo que puede requerir un suplemento de 150 µg/día. Las
fuentes alimenticias incluyen la sal yodada, productos lácteos, mariscos y panes

enriquecidos con yodo.

 Cinc: Durante la lactancia, las necesidades de cinc aumentan. La leche materna es la

única fuente de cinc para los bebés que solo son amamantados. El contenido de cinc

en la leche disminuye con el tiempo, pero en mujeres de países en desarrollo con

deficiencia de cinc, los suplementos pueden mejorar los niveles.

 Vitamina B12 y dietas veganas: Las madres que siguen una dieta estrictamente

vegana deben tomar suplementos de vitamina B12, ya que la leche materna puede

carecer de ella, lo que podría afectar al desarrollo neurológico del bebé. Las madres

que han tenido cirugía de derivación gástrica también tienen un mayor riesgo de

deficiencia de B12.

 Sodio: Aunque no se recomienda un consumo específico de sodio, se ha observado

que las madres con baja preferencia por la sal tienen más éxito en la lactancia. El

exceso de sodio no parece ser beneficioso y puede afectar la producción de leche.

 Cafeína: Es segura en cantidades moderadas (menos de 300 mg al día) y no afecta

negativamente a la mayoría de los lactantes. Sin embargo, si el bebé muestra signos

de sobreestimulación, se recomienda reducir el consumo de cafeína.

 Alcohol: No se ha establecido una cantidad segura de alcohol durante la lactancia,

pero se sugiere limitar el consumo a 0,5 g de alcohol por kg de peso corporal de la

madre. Las madres deben ser cautelosas, especialmente cuando amamantan a bebés

prematuros o enfermos, y deben considerar su capacidad para cuidar a su hijo después

de consumir alcohol.

Educación Prenatal
La educación sobre la lactancia materna debe comenzar durante el embarazo,

proporcionando información sobre los riesgos de la alimentación con fórmula y sobre cómo

establecer una lactancia exitosa. El apoyo emocional de la pareja y el acceso a profesionales

capacitados durante la lactancia pueden marcar una gran diferencia. El asesoramiento

prenatal sobre lactancia y el seguimiento posterior al parto han demostrado mejorar la tasa de

inicio temprano y la duración de la lactancia materna exclusiva, especialmente entre las

madres primerizas.

 Beneficios de la lactancia materna:

Los lactantes alimentados exclusivamente con leche materna suelen ganar menos peso y

ser más magros que aquellos alimentados con fórmula, debido a la autorregulación del

consumo de energía del bebé.

La leche materna es dinámica y se adapta constantemente a las necesidades del bebé,

proporcionando proteínas, grasas, vitaminas y minerales esenciales, no solo en los

primeros meses, sino más allá del primer año de vida.

 Lactancia materna en mujeres con diabetes:

- Hipoglucemia de la lactancia: Las madres con diabetes insulinodependiente

pueden experimentar una disminución de los niveles de glucosa en plasma debido a

que las reservas de glucosa materna se usan para la producción de leche. Esto puede

llevar a la hipoglucemia, especialmente cuando las sesiones de lactancia aumentan.

- Monitoreo de glucosa: Las necesidades diarias de insulina pueden disminuir

durante la lactancia, pero es crucial que la madre controle frecuentemente sus niveles

de glucosa para garantizar su bienestar y el del bebé.


- Apoyo adicional: Los recién nacidos de madres diabéticas a menudo requieren

cuidados intensivos, por lo que es esencial brindarles apoyo adicional para asegurar el

éxito en la lactancia, tanto en el hospital como después del alta.

 Lactancia en caso de adopción o muerte del niño:

-Donación de leche: La leche almacenada puede ser donada a un banco de leche

materna, lo que permite a la madre encontrar consuelo sabiendo que su leche no se

desperdiciará, sino que será utilizada para otros bebés que la necesiten.

 Lactancia materna múltiple (gemelos, trillizos, etc.):

- Desafíos de la lactancia múltiple: Amamantar a varios bebés puede ser un reto,

pero es posible con el apoyo adecuado. Es probable que las madres necesiten ayuda,

especialmente en los primeros días, para establecer su suministro de leche.

- Aumento de la producción de leche: Amamantar a varios bebés puede aumentar la

producción de leche, ya que el cuerpo responde a las señales de hambre de los niños.

Sin embargo, las primeras semanas pueden ser intensas debido a la demanda.

CONCLUSIÓN

La nutrición durante el embarazo es un pilar fundamental para garantizar el bienestar

tanto de la madre como del feto, influyendo directamente en el desarrollo saludable del bebé

y en la prevención de complicaciones gestacionales. A lo largo de este proceso, una dieta

balanceada que contemple los requerimientos específicos de nutrientes como el ácido fólico,

el hierro, el calcio y los ácidos grasos esenciales, combinada con un adecuado seguimiento

médico, contribuye a minimizar riesgos como el bajo peso al nacer, la preeclampsia y otras

complicaciones.

Además, la educación nutricional juega un papel crucial en la promoción de hábitos

alimenticios saludables, no solo durante el embarazo, sino también en la planificación

preconcepcional y el período de lactancia.


Referencia Bibliográfica:

Raymond J, Morrow K. Dietoterapia. 15ª ed. ElServier: GEA Consultoría Depósito SL;

2021. p. 240-300.

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