Pintura renacentista
Pintura renacentista
Pintura renacentista
La Capilla Sixtina, cuyos frescos suponen una de las cumbres de la pintura renacentista, no sólo
los pintados por Miguel Ángel sobre el altar y en la bóveda, sino por los de las paredes, de
artistas del primer renacimiento como Botticelli.
La pintura renacentista abarca el período de la historia del arte europeo entre el arte de
la Edad Mediay el barroco.
Como todo el arte del Renacimiento, la pintura de esta época está relacionada con la idea de
volver a la antigüedad clásica, el impacto que tuvo el humanismo sobre artistas y sus
patronos, gracias a la adquisición de nuevas sensibilidades y técnicas artísticas.
Historia
Se considera a Italia la cuna de la pintura renacentista al confluir allí las nuevas técnicas
(como el descubrimiento de la perspectiva) con una nueva ideología humanista. Allí se
conservaban a la vista los monumentos de la Antigüedad a la que se quería hacer renacer,
buscando modelos de armonía y belleza.1
Se fue perfeccionando a lo largo del siglo XV en las ciudades estado italianas, comenzando
por Florencia, bajo el mecenazgo de los Médici. El papel de defensores de las artes que
rivalizaban entre sí por dar más brillo a sus estados, fue desempeñado por
los Montefeltro en Urbino, los Sforza y los Visconti en Milán, los Gonzaga en Mantua y
los Este en Ferrara. En Roma fueron los papas quienes llamaron a los distintos artistas de la
época para trabajar en los palacios papales.1
En un primer momento, en el quattrocento (siglo XV) se investigaron distintos aspectos
técnicos. Así, Piero della Francesca estudió la luz. Masaccio destacó por la figura humana.
En Fray Angélico adquieren importancia el color y una cierta sensibilidad, si bien su temática
sigue siendo religiosa, con composiciones que enlazan directamente con los modelos
medievales precedentes. La perspectiva y la composición son el punto de atención
de Mantegna y Paolo Ucello.Se considera a Italia la cuna de la pintura renacentista al confluir
allí las nuevas técnicas (como el descubrimiento de la perspectiva) con una nueva ideología
humanista. Allí se conservaban a la vista los monumentos de la Antigüedad a la que se quería
hacer renacer, buscando modelos de armonía y belleza.1 Se fue perfeccionando a lo largo del
siglo XV en las ciudades estado italianas, comenzando por Florencia, bajo el mecenazgo de
los Médici. El papel de defensores de las artes que rivalizaban entre sí por dar más brillo a sus
estados, fue desempeñado por los Montefeltro en Urbino, los Sforza y los Visconti en Milán,
los Gonzaga en Mantua y los Este en Ferrara. En Roma fueron los papas quienes llamaron a
los distintos artistas de la época para trabajar en los palacios papales.
Los grandes maestros de la pintura renacentista aparecerán a finales de siglo, principios del
XVI, el cinquecento: Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel. En el siglo XVI,
al clasicismo del Alto Renacimiento le seguirán, en la segunda mitad del siglo,
el manierismo de autores como Parmigianino o El Greco quienes, sin dejar de ser
renacentistas, adoptan unas formas alargadas con cierta exageración que preludia el Barroco.
A partir del surgimiento en Italia, se va extendiendo progresivamente por Europa en torno a
1490-1500, con mayor o menor calado, según los países. A excepción de España, el
Renacimiento no dominó la estética de los demás países, debiendo considerarse como un
movimiento artístico predominantemente italiano. Es cierto que en el caso de la pintura, la
divulgación de sus modelos fue más fácil que en la escultura o la arquitectura, debido a la
facilidad de transportar las pinturas, ahora en lienzo, o de reproducir mediante la técnica
del grabado.2
Fue sustituida por la sensibilidad barroca en diferentes momentos, según los países,
observándose que en lugares como Inglaterra se recibe más tardíamente y perdura cuando ya
el resto del Continente está en pleno Barroco.
Características
El Renacimiento italiano creó una verdadera revolución en la pintura. Italia fue el foco primero
y principal del Renacimiento en todas sus manifestaciones, del siglo XV al XVI. Un directo
antecesor de esta nueva sensibilidad fue Giotto, maestro que rompió con el estilo bizantino.
Sustituyó el típico fondo dorado por escenarios naturales.5
La pintura del Quattrocento se desarrolló primero con la obra de Fra Angelico y sobre todo
de Masaccio (1401-1428), que creó una nueva sensibilidad, totalmente ajena al gótico. Logra
la sensación de espacio a través del uso metódico de la perspectiva lineal, como puede verse
en la Trinidad de Santa María Novella (h. 1420-1425). Con el Humanismo, el hombre se sitúa
en el centro de todas las cosas, y es la medida de referencia. La perspectiva debe entonces
respetar las leyes físicas del mundo, y la relación entre luz y sombra en los cuerpos. Masaccio
quiere representar en sus cuadros la realidad «objectiva». Tradicionalmente es considerado el
primer pintor moderno. Introdujo en el arte occidental la noción de verdad óptica, de
perspectiva y de volumen.
Esta investigación sobre la geometría y la matemática fue seguida por Paolo Ucello, Andrea
del Castagno y Fra Filippino Lippi. Conviene destacar a Piero della Francesca (1416-1492),
quien se interesó por los tratados de Vitrubio, pensador latino del siglo I, que desarrolló en sus
escritos el arte de la razón, el sentido de la medida y del equilibrio (desarrolla un modelo de
ciudad romana con las proporciones "ideales"). La pintura exige la adecuación entre la visión
de la imagen pintada y la de los objetos en el espacio. Este principio se traduce en la
representación de los objetos más distantes de menor tamaño que los que están más
cercanos. Piero della Francesca estudió el realismo visual y la perspectiva lineal, como puede
verse en su Flagelación de Cristo, 1477-1479, Urbino.
La siguiente generación de artistas florentinos logró un mayor refinamiento: Benozzo
Gozzoli, Domenico Ghirlandaio y, sobre todo, Sandro Botticelli.
En la segunda mitad del siglo XV surge una escuela pictórica en el centro de Italia,
preocupada ante todo por crear el espacio en el que se mueven los personajes de sus
cuadros, esforzándose por crear sobre todo paisajes ordenados y realistas. En Umbría se
destacó Perugino, maestro de Rafael, así como Pinturicchio y Luca Signorelli. En la misma
época, el renacimiento alcanzó el norte de Italia, surgiendo escuelas regionales de marcada
personalidad: Andrea Mantegna es el pintor más importante de Padua, cuya influencia llega a
la refinada corte de Ferrara, donde trabajaron Cosme Tura y Francesco del Cossa.
Carácter especial presenta Venecia, en contacto constante con oriente, lo que da a este
centro artístico un aire diferente, en el que el color predomina sobre la línea y el paisajesobre
la persona humana, justo a la inversa de lo que ocurre en Florencia. Los más sobresalientes
pintores venecianos de la época fueron los Bellini, en particular Giovanni Bellini. Trascendente
en la evolución del renacimiento veneciano es la obra de Antonello da Messina,
pintor siciliano que se formó en Flandes y que acabó viviendo en Venecia, aportando
la minuciosidad flamenca. Una destacada figura veneciana de principios del siglo XVI
fue Giorgione, al que se pueden atribuir cuadros como la Venus dormida, La tempestad y Los
tres filósofos.
Miguel Ángel, escultor, poeta y arquitecto, pintó en los frescos de la Capilla Sixtina una de las
obras cumbres del Renacimiento. Representan numerosos episodios relatados en el Antiguo
Testamento (el Génesis) y en el Nuevo Testamento (el Juicio Final, que realizó en un
momento posterior de su vida). Esta obra maestra del Renacimiento es considerada como los
frescos más famosos del mundo. El estilo pictórico, que imprime un gran dinamismo y una
distorsión del cuerpo, hacen del Miguel Ángel el padre del manierismo.
A mediados de siglo, tras la muerte de los grandes maestros, y en medio de una crisis social
generalizado, la pintura se hace manierista, notándose primero en Florencia y Roma
con Andrea del Sarto, Pontormo, Vasari y Volterra. Pontormo puede ser considerado como un
modelo de pintor manierista del Renacimiento tardío. El objetivo es sorprender y afectar
emocionalmente al espectador. Los pintores manieristas deforman el cuerpo de los
personajes. Los cuerpos son completamente desproporcionados. Es el maestro de otro
célebre pintor florentino, Bronzino, el pintor a quien más se relaciona con La Bella
Maniera florentina.
En Parma surge una escuela particularísima cuya figura más sobresaliente es Antonio Allegri
da Correggio, precursor del ilusionismo barroco con su decoración de la cúpula de la iglesia
de San Juan Evangelista de Parma (1520–1523). Su discípulo Parmigianino representa obras
con figuras elongadas, como la llamada Madonna del cuello largo (1540).
Venecia siguió dando grandes pintores, con obras plenas de sensualidad y
colorido. Tiziano destacó en el retrato, temas mitológicos (Venus, Baco y Ariadna) y
religiosos. Veronés destacó pintando grandes cuadros de conjunto, dentro
de arquitecturas como las Bodas de Caná y, ya a finales de siglo, Tintoretto, con movimientos
y escorzos violentos que prefigura el barroco.
Finalmente, los Bassano son una familia con la que se cierra el renacimiento pictórico en
Venecia.
Pintura flamenca[editar]
En el siglo XVI, la reforma protestante provoca una progresiva separación entre las provincias
meridionales, católicas, de las septentrionales, protestantes e iconoclastas, en las que se
produce destrucción de pintura religiosa y la autonomía de géneros como el paisaje,
el bodegón o la escena de género. Este proceso que culminó en el siglo XVII se inicia durante
el renacimiento.
En Bélgica se produce la paulatina decadencia de Brujas, apreciándose
influencia leonardesca en pintores como Adriaen Isenbrandt y Ambrosius Benson. Creció
la Escuela de Amberes, con las obras de Quintín Metsys, que es el pintor que mejor refleja la
influencia de Leonardo da Vinci,2 Bernard van Orley y Jan Gossaert, llamado Mabuse, quien
tuvo un período de Italia aunque sin alcanzar la elegancia de los modelos italianos. 2 Pueden
diferenciarse dos tendencias:
Jan Gossaert, llamado Juan de Mabuse de quien es una Virgen con el Niño en el Museo
del Prado y otra semejante en el de Berlín
Bernard van Orley, que tiene una Sagrada Familia en el mencionado Museo de Madrid,
quizás demasiado realista.
Michel Coxcie, discípulo de Orley, autor del Tránsito de la Virgen y de otros cuadros en la
misma colección española.
Joachim Patinir, pues concede gran importancia al reflejo naturalista del paisaje en sus obras.
Un manierismo de influencia miguelangelesca se encuentra en pintores
como Hemessen y Marinus. Cabe mencionar, finalmente, dentro
del género del retrato a Antonio Moro.
Escuela de reaccionarios[editar]
Contrarios a los italianistas por sistema, surgieron los que por lo mismo pueden llamarse
reaccionarios, artistas llenos de ingenio, poesía y originalidad y muy populares en sus
asuntos. Sobresale la familia de los Brueghel, sobre todo, el primero de este nombre Pieter
Brueghel el Viejo, pintor de costumbres aldeanas y que sirve de puente entre la fantasía
del Bosco y la escena de género barroca. Este mismo reflejo realista de la vida cotidiana se
puede ver en los cuadros religiosos de Pieter Aertsen y Joachim Beuckelaer.
Pintura holandesa[editar]
Las escuelas holandesas empiezan con Lucas van Leyden (1494-1533) quien se formó en el
estilo de los flamencos italianistas como lo revelan sus cuadros del Sermón en el Museo de
Ámsterdam y el San Jerónimo y la Virgen con el Niño en el de Berlín. Muy pronto la invasión
del protestantismo disipó el verdadero ideal en la pintura holandesa y aunque sigue
italianizante en el siglo XVI se limitan los asuntos a pintar las costumbres y paisajes del país.
Martin van Heemskerck fue uno de los principales retratistas, aunque también se dedicó a
la pintura de historia. En Utrecht nació el retratista Antonio Moro (h. 1519 - h. 1576-78),
considerado creador de un tipo de retrato cortesano que se diufundió por toda Europa.
La organización democrática de Holanda dio lugar a que se realizaran los primeros retratos
colectivos, en los que se destacará Frans Hals(1580-1666), de la ciudad de Haarlem.
Pintura española
Artículo principal: Pintura renacentista de España
En España, por proximidad geográfica y lazos de todo tipo (históricos, comerciales, etc.), los
modelos del Renacimiento italiano llegaron por la Corona de Aragón, difundiéndose más
tardíamente en Castilla, donde prevalecía la influencia del gótico flamenco. Lafuente
Ferrari habla de cierta resistencia española al estilo renacentista, que explica por la fidelidad a
la pintura hispanoflamenca, los escasos pintores españoles que realmente viajaron a Italia y
cierta desconfianza hacia unos modelos que se percibían como paganizantes.6
A diferencia de Alemania o Italia, aquí había un fuerte poder centralizado, por lo que era
escasa la iniciativa cultural y artística de los municipios. Los mecenas del Renacimiento
español fueron la Corte, la Iglesia y la nobleza.7 Siendo la iglesia católica uno de los
principales, si no el más importante, de los mecenas, los temas fueran
predominantemente religiosos. Sólo en las colecciones reales y en las de algún noble podía
verse otro tipo de pintura, generalmente obra de autores italianos.
No es fácil determinar, en España, cuándo las formas del gótico internacional dieron paso a
las formas renacentistas. No hay una ruptura clara. Autores como Jaime Huguet (1414-95) ya
habían sentido la influencia italiana, pero el italianismo y el alejamiento de los modelos
flamencos no se produjo hasta el siglo XVI.8
Se suele dividir la pintura renacentista de España en tres períodos diferentes, todos del siglo
XVI:
Primer tercio
Sobre una base de estilo gótico flamenco, se empiezan a adoptar algunos modos
italianizantes.
Último tercio
Predomina la influencia de la pintura veneciana, por la que los dos monarcas de este siglo
(Carlos V y Felipe II) mostraron preferencia. Se cultiva particularmente el retrato.
Considera Lafuente Ferrari que el cromatismo de la escuela veneciana, y su carácter nórdico
eran más apropiados a la sensibilidad artística hispana, por lo que su influencia fue más
fecunda.14
Ejemplo de influencia miguelangelesca de figuras musculosas es Gaspar Becerra (1520-
1570), autor de uno de los pocos ejemplos de temática mitológica: la historia
de Perseo pintada al fresco en una de las torres del Palacio del Pardo.
La magna obra de El Escorial atrae a pintores italianos como Luca Cambiasso, Federico
Zuccaro o Pellegrino Tibaldi (bóveda de la Biblioteca). Entre los pintores españoles cuya obra
se puede relacionar con el monasterio, se encuentran Juan Fernández Navarrete (1526-1579)
llamado El Mudo, influido por autores de la escuela veneciana como Tiziano o Tintoretto15
y Luis de Carvajal.
Pero la figura más destacada de la época, y uno de los grandes maestros de la pintura
universal, fue El Greco (1541-1614) que, venido a trabajar en el monasterio, no gustó a Felipe
II y terminó trabajando en Toledo desde 1579 hasta su muerte en 1614. Allí pintó obras
destacadas como el retablo mayor de Santo Domingo el Antiguo y el Expolio en la sacristía de
la catedral.16 En su obra maestra, el Entierro del Conde de Orgaz, consigue una fusión entre el
mundo real y el más allá, relacionando ambos espacios.17
En la corte trabajaron retratistas notables: Antonio Moro que retrató a María Tudor y al
emperador Maximiliano II, entre otros; influido por él estuvo Alonso Sánchez Coello (1531-
1588) quien pintó a Felipe II, a su medio hermano Don Juan de Austria o a la infanta Isabel
Clara Eugenia, entr otros, con realismo, pero también una soltura de pincel propia de la
escuela veneciana;18 Juan Pantoja de la Cruz (1553-1608) más tardío, se va acercando a la
sensibilidad barroca; y Bartolomé González(1564-1627).
Pintura alemana[editar]
En Alemania existía una poderosa escuela gótica de gran patetismo, violencia
y expresionismo. Las formas del Renacimiento italiano llegan a principios del siglo XVI.19
Autorretrato (1498) de Durero, Museo del Prado.
El pintor más destacado del Renacimiento alemán, y uno de los grandes maestros de la
Pintura occidental fue Alberto Durero (1471-1528). Visitó Venecia donde conoció la obra de
autores como Bellini; este autor, junto con Mantegna fueron sus influencias más directas. Tras
un viaje por los Países Bajos, adoptó ciertos rasgos de la pintura flamenca como el plegado
de los paños. Inclinado al dibujo y a una realista representación de la naturaleza, destacó
como grabador, uno de los mejores de todos los tiempos, usando la técnica de la xilografía y
también la calcografía (grabados en cobre).20 Destaca toda su serie de autorretratos y el
estudio de desnudo que hace en los muy clásicos Adán y Eva (1507) que se conservan en
el Museo del Prado.
Principales pintores alemanes
Pintura francesa[editar]
Escuela de Fontainebleau: Diana cazadora, 1550-1560.
En Francia se inicia el renacimiento con autores de clara influencia flamenca, como Jean
Bellegambe (1470-1534), que se inspira en los artistas de Amberes. En torno a las cortes
de Francisco I y Enrique IV se dan dos escuelas llamadas de Fontainebleau, que siguen
modelos italianizantes.
Francisco I llamó a su corte a Leonardo da Vinci y Andrea del Sarto. Pero fueron artistas
italianos posteriores los que dominaron la primera escuela de Fontainebleau. En el palacio de
Fontainebleau trabajaron decoradores italianos como Rosso, Primaticcio y Niccolò dell'Abbate.
Muchas de estas decoraciones de Fontainebleau se divulgaron gracias a la labor de
diversos grabadores, como el francés Jean Mignon.
En esta época alcanza gran esplendor el género del retrato, con Jean Clouet y su
hijo François. El primero realiza lienzos mitológicos y retratos dibujados o a lápiz. François
busca la caracterización social de sus modelos, aproximándose más a los modelos italianos y
flamencos.
Otro retratista predominante que trabaja en Francia, más próximo a Jean Clouet que a su hijo,
es Corneille de Lyon, también conocido como Cornelys, llamado de Lyon o de la Haya,
posiblemente holandés.
En París trabajan los Cousin, padre e hijo. Jean Cousin padre, llamado el Viejo para
diferenciarlo de su hijo, Jean Cousin el Joven, realizó el primer gran desnudo pintado por un
artista francés: Eva Prima Pandora (Museo del Louvre).
A finales de siglo, recuperada cierta paz social tras las guerras de religión, el rey Enrique IV
reemprende los grandes trabajos decorativos, naciendo así una «segunda escuela de
Fontainebleau» que agrupa a los diversos artistas que trabajaron en el castillo.
Características[editar]
Camafeo en ágata blanca, representando a Carlos I, obra italiana del siglo XVI.
Escultura ecuestre de Bartolomeo Colleoni realizada en bronce por Verrocchio.
La escultura en el Renacimiento tomó como base y modelo las obras de la antigüedad clásica
y su mitología, con una nueva visión del pensamiento humanista y de la función de la
escultura en el arte. Como en la escultura griega, se buscó la representación naturalista del
cuerpo humano desnudo con una técnica muy perfeccionada, gracias al estudio meticuloso de
la anatomía humana. En Italia convivieron por igual los temas profanos con los religiosos; no
así en otros países como España y Alemania, donde prevaleció el tema religioso. 4
El cuerpo humano representó la Belleza absoluta, cuya correspondencia matemática entre las
partes se encontraba bien definida, y el contrapposto fue utilizado constantemente desde
Donatello a Miguel Ángel. En esta época es cuando se dio prácticamente la liberación de la
escultura del marco arquitectónico, los relieves se realizaron con las reglas de la perspectiva y
se mostraban a los personajes con expresiones de dramatismo que llevaban a la sensación
de gran terribilità en los sentimientos expuestos en las esculturas de Miguel Ángel, como en el
rostro de su David.5
Un papel fundamental fue la figura del mecenas, representados por la iglesia y personajes de
la nobleza que obtenían con su mecenazgo prestigio social y propaganda política, y abarcó
todos los temas: religiosos, mitológicos, de vida cotidiana, retratos de personajes, etc.6
Reapareció con el Renacimiento la glíptica greco-romana, que se había olvidado casi por
completo durante la Edad Media en la labra de piedra finas (salvo algunas muestras de arte
bizantino), y desde el siglo XVI se labraron preciosos camafeos de gusto clásico, tan perfectos
que, a veces, llegan a confundirse con los antiguos. No obstante, apenas sí alcanzó a
restablecerse el uso de los entalles de piedra fina, tan predilectos de las civilizaciones griega y
romana. Estos pequeños relieves sirvieron como modelo, una vez agrandados, para la
decoración por parte de escultores en grandes medallones para palacios de Italia y Francia. 7
Técnicas
Rapto de las Sabinas, del escultor de Flandes Giambologna, donde la composición se muestra en
movimiento de espiral.
La técnica del tallado de mármol se recuperó en tiempos del Renacimiento con la perfección
que había tenido durante el periodo clásico. A partir del Renacimiento se empleó el taladro
manual o trépano para eliminar la piedra hasta una cierta profundidad. Esta herramienta se
empleaba tanto si se hacía la escultura en talla directa, como a veces había hecho Miguel
Ángel, como si se utilizaba el pasado de puntos de un modelo realizado en yeso, como
normalmente hacían artistas como Giambologna, de quien se aprecian los puntos marcados
en muchas de sus esculturas. Donatello empleó el método griego de trabajar el bloque en
redondo, sin embargo Miguel Ángel lo tallaba desde un lado.13Así lo describió Benvenuto
Cellini:
El mejor método empleado jamás por Miguel Ángel; después de haber dibujado la perspectiva principal
en el bloque, empezó a arrancar el mármol de un lado como si tuviera la intención de trabajar un relieve
y, de esta manera, paso a paso, sacar la figura completa.14
Relieve
Busto
Los retratos en forma de busto siguieron siendo utilizados en el Quattrocento con la nueva
concepción humanística que imponía la representación con gran parecido físico, pero también
con la afirmación de la personalidad del retratado. Según Alberti, el artista debía «caracterizar
pero también establecer relaciones armoniosas». Se realizaron en bronce, terracota
policromada y mármol (Donatello, Verrocchio, Francesco Laurana).21
Estatua ecuestre
La estatua ecuestre de tamaño natural en bronce ya había sido tratada por los escultores
romanos como el Marco Aurelio emplazado entonces en San Juan de Letrán; también los
caballos de bronce de San Marcos de Venecia sirvieron de modelo para el Renacimiento
italiano, y pueden considerarse inspiradores del Gattamelata de Donatello y
del Colleoni de Verrocchio. Los estudios de Leonardo da Vinci conllevaron un cambio en la
representación del caballo, que se colocó apoyado sobre sus patas traseras y en actitud de
abalanzarse sobre el enemigo; la idea fue tomada probablemente de relieves de sarcófagos
antiguos.22
Púlpito del baptisterio de Pisa, de Nicolás Pisano, precursor del Renacimiento en Italia.
Nicolás Pisano (firmaba sus obras con este apelativo), cuyo nombre era Nicolás de Puglia,
llegó desde esta región del sur de Italia (llamada en español Apulia) a establecerse
en Pisa (Toscana). En Pisa (como en la mayoría de las regiones de Europa) se mantenía
todavía el arte románico y se empezaba a emplear el gótico. Nicolás Pisano recibió el encargo
de labrar el púlpito del baptisterio de la catedral de esta ciudad. Lo hizo siguiendo las nuevas
corrientes aprendidas en Apulia sobre todo haciendo hincapié en la forma clásica del Hércules
desnudo. Esta obra, el púlpito, está considerada como precursora del Renacimiento italiano. 23
Tras estos antecedentes, será la ciudad de Florencia (ciudad próspera en estos momentos,
con la poderosa familia de los Medici, mecenas y promotores del arte), la que tome el
protagonismo en la figura de su mejor representante: Lorenzo Ghiberti. A partir de este
momento ya no se detectará ningún atisbo ni lastre medieval. La escultura florentina será
durante siglo y medio la dominadora del retrato de busto, del ecuestre, del relieve y del bulto
redondo. El material empleado por excelencia en este periodo fue el mármol seguido
del bronce.
Ghiberti, Donatello y Jacopo della Quercia como los mejores, seguidos por los della
Robbia, Verrocchio, Antonio Pollaiuolo y Agostino di Duccio, formaron el grupo de grandes
escultores de la escuela florentina del Quattrocento.
El David de Donatello.
Esta etapa del Quattrocento comenzó con la obra escultórica de los relieves de las puertas del
Baptisterio de Florencia realizados por Lorenzo Ghiberti, un joven escultor de veinte años. El
Baptisterio ya tenía dos puertas labradas por Andrea Pisano en 1330, y en 1401 se convocó
un concurso para las otras dos restantes. El concurso fue ganado por Ghiberti (en competición
con Brunelleschi), terminando la primera de las dos puertas en 1424; su trabajo fue admirado
y muy bien considerado, por lo que la ciudad le encargó la segunda puerta. Invirtió unos veinte
años en labrar cada una; fue prácticamente la obra de su vida. Esta segunda puerta hecha por
Ghiberti y cuarta del baptisterio es la conocida como Puerta del Paraíso, bautizada así
por Miguel Ángel y considerada uno de los hitos del Quattrocento.
El segundo gran escultor de este periodo fue Donatello, diez años más joven que Ghiberti.
Fue mucho más polifacético en su obra, concentrándose sobre todo en la figura humana.
Donatello es tenido en la Historia del Arte como el precursor de Miguel Ángel y es, en verdad,
un artista independiente, fogoso y realista. Su mayor interés fue la figura humana en las
distintas edades, abarcando toda clase de tipos, gestos variados y expresando en su obra los
estados espirituales más heterogéneos. Por otra parte, se considera a Donatello como un gran
experto en el tema infantil, sobre todo en la expresión de la alegría de los niños (tribunas de
las catedrales de Florencia y Prato). En la escultura de bulto redondo Donatello difundió el
retrato renacentista del busto cortado horizontalmente por el pecho y no sobre pedestal (como
era costumbre en la escultura romana). Ejemplos: Busto de Antonio de Narni que lleva un gran
camafeo al cuello; busto en terracota de San Lorenzo, representado como un joven diácono,
en la Sacristía Vieja de San Lorenzo en Florencia. Esta manera de presentar los bustos-
retrato fue adoptada por los escultores del Renacimiento y llegó casi hasta época barroca. En
el siglo XVI el busto se fue alargando hasta ser cortado por la cintura. También dentro de la
escultura de bulto redondo, Donatello fue el precursor de la figura a caballo (en bronce) en
homenaje a un gran personaje y dispuesta en el centro de una plaza pública. La primera
estatua ecuestre de Donatello fue la conocida como Gattamelata(condottiero Erasmo de
Narni).242526
Jacopo della Quercia (muerto en 1438) es el tercer gran escultor de esta escuela florentina y
el único del grupo que no es natural de Florencia sino de Siena. Pertenece a la generación de
Ghiberti. Su estilo es grandilocuente y masivo, en contraste con el estilo detallado de Ghiberti.
Su obra maestra fue la portada central de San Petronio, en Bolonia, que comenzó en 1425. Se
trata de una serie de relieves representando el Génesis y la infancia de Jesús, con bustos de
profetas y la imagen de la Virgen de San Petronio. En sus relieves domina la monumentalidad
y el tratamiento de hercúleos desnudos, anticipándose al estilo de Miguel Ángel. Jacopo della
Quercia es el autor de la Fuente Gaia de Siena, de las tumbas de Ilaria del Caretto en Luca y
de Galeazzo Bentivoglio en Bolonia.
El grupo de la familia de la Robbia está encabezado por Luca della Robbia (muerto en 1482),
que se dedicó casi por completo al tratamiento de la infancia y juventud de la figura femenina.
Luca creó escuela en la que introdujo la técnica del barro vidriado, que fue apareciendo en los
más diversos temas, desde el pequeño relieve hasta el retablo con copiosas figuras. También
trabajó en mármol y en bronce. Andrea della Robbia, sobrino de Luca, fue el mejor dotado de
sus seguidores.27 Es el autor de los tondos (medallones circulares) de niños labrados en
el Spedale degli Innocenti de Florencia. El último del grupo fue Giovanni della Robbia, que no
sólo era escultor, sino también decorador y, en ocasiones, alfarero.28
Andrea del Verrocchio (1435-1488) estuvo muy influenciado por las obras de Donatello hasta
el punto de repetir alguno de sus temas, como el David en Florencia o la estatua ecuestre
del condottiere Colleone en Venecia (ambas de bronce). Verrocchio se caracteriza por su
profundo estudio anatómico. Antonio Pollaiuolo fue también un buenrepresentante florentino
de la interpretación de la energía corpórea y del movimiento violento. Su obra maestra en este
estilo es Hércules y Anteo, guardada en el Museo de Bargello. Agostino di Duccio (1418-1481)
fue también un seguidor de Donatello, imitando su famoso schiacciato,29 sobre todo en la
decoración de la fachada del oratorio de San Bernardino en Perugia y en el templo
Malatestiano de Rímini.
Otro gran escultor que trabajó en Módena fue Guido Mazzoni (muerto en 1518), cuya obra en
su mayoría fue hecha en barro cocido pintado, técnica que estaba en estos momentos en gran
auge. Una de sus composiciones más famosas fue el Llanto sobre Cristo muerto para la
iglesia de San Juan de Módena, que a su vez debió influir en la obra del mismo título
elaborada por Juan de Juni en 1463, a raíz de un viaje a las ciudades
de Bolonia, Módena y Florencia.
El Cinquecento o pleno Renacimiento se desarrolló a lo largo del siglo XVI con características
diferenciadas en cada una de las dos mitades del siglo, dominando el clasicismo en la primera
y el manierismo en la segunda. Supuso el triunfo de las experiencias del Quattrocento. Una de
sus características principales es el gusto por la grandiosidad monumental, teniendo siempre
presente el hallazgo del Laocoonte y sus hijos clásico, descubierto en 1506. Mientras los
artistas del Quattrocento crearon escuela en Florencia, los artistas del Cinquecento crearon
sus obras y desarrollaron su arte principalmente en la ciudad de Roma, que pasó a ser el
centro artístico del nuevo siglo. Florencia se mantuvo como ciudad renacentista importante, y
se siguieron haciendo obras maestras de arte en la capital toscana durante este período,
como el David, los sepulcros de las Capillas de los Médici, el Perseo de Cellini, etc. El artista
representativo de este periodo es Miguel Ángel, personaje de gran fuerza y personalidad.
Artículo principal: Miguel Ángel
Perseo de Cellini.
Benvenuto Cellini fue, además de escultor, un gran orfebre. Su obra monumental en bronce
de Perseo con la cabeza de Medusa fue un símbolo del triunfo de la familia Medici sobre la
República florentina. Es el autor del Cristo de mármol del monasterio de El Escorial.
Bandinelli y Ammanati fueron dos escultores contemporáneos de Cellini que esculpieron para
la plaza de la Señoría de Florencia las monumentales estatuas de Hércules y Caco y Neptuno.
Los dos Leoni, Leone y Pompeyo (padre e hijo) fueron grandes fundidores en bronce y
trabajaron principalmente en España, durante el reinado de Felipe II.
Manierismo[editar]
Artículo principal: Manierismo
Escultura francesa[editar]
Memorial de René de Chalon en Bar-le-Duc obra de Ligier Richier.
El interés político de los reyes de Francia por asentar sus dominios en tierras italianas tuvo
consecuencias culturales, ya que fueron varios los artistas italianos que a partir de la segunda
mitad del siglo XV se establecieron en la corte francesa, siendo Francisco I el principal
mecenas de estos artistas, entre los que se encontraba Leonardo da Vinci. Hacia 1460 se
estableció en Provenza el escultor Francesco Laurana, al que se considera el introductor del
Renacimiento en Francia, que trabajó sobre todo en la parte sur del país. Una de sus
esculturas más conocidas es el sepulcro de Carlos IV de Anjou en la catedral de Le Mans.36
Uno de los temas más tratados en la escultura francesa de esta época es el del Santo
Entierro y los monumentos sepulcrales donde la figura del yacente es tratada con
gran realismo. Se representa el difunto como cadáver o incluso en esqueleto; en el momento
de la transición, como es el caso del de Juana de Borbón en el Louvre. De este tipo son dos
obras realizadas por Ligier Richier con policromía en blanco, negro y gris: el Memorial de
René de Chalon en Bar-le-Duc en el que el esqueleto parcialmente descarnado tiende un
corazón hacia el cielo; y el demacrado cuerpo yacente de Felipa de Güeldres en la Iglesia des
Cordeliers de Nancy. Esta alegoría de la resurrección de los muertos llega mediante el camino
de la «terribilità» italiana y del desvelamiento del interior del cuerpo, aunque no presente una
anatomía perfecta a los ojos de la ciencia.37
Con la influencia del hacer italiano se destaca Michel Colombe, escultor de la Reina Ana de
Bretaña a principios del siglo XVI y que realizó por encargo suyo el sepulcro de sus padres, el
duque Francisco II y Margarita de Foix en la catedral de Nantes. En las figuras yacentes del
sepulcro todavíase aprecian rasgos góticos, no así en los elementos decorativos y en cuatro
figuras de las Virtudes de tamaño natural colocadas en los ángulos del monumento funerario.
Escultura española[editar]
Artículo principal: Escultura del Renacimiento en España
Las ideas y formas escultóricas del Renacimiento italiano penetraron en España con los
artistas florentinos que fueron a trabajar a la corte española durante el siglo XV, y siguieron
extendiéndose con la obra de artistas de varias nacionalidades y de algunos españoles que
aprendieron en Italia desde los últimos años de dicho siglo. Sin embargo, el nuevo estilo no
logró implantarse con firmeza hasta el advenimiento del Rey Carlos I de España al trono, a
principios del siglo XVI.40
Ya en 1339 había llegado a Cataluña el arte de los pisanos con el sepulcro de Santa Eulalia
en la catedral de Barcelona, labrado por Lupo di Francesco, aparte de algunas otras
influencias arriba descritas. Casi un siglo después se labraron en el trascoro de la catedral de
Valencia algunos relieves por el florentino Giuliano, discípulo de Ghiberti, junto con otros de
mano española. Pero estos ensayos y tentativas quedaron aislados hasta la llegada de otros
maestros de la escuela florentina a finales del siglo XV y principios del siguiente.
La escultura renacentista se hizo presente a través de tres vías distintas: Escultores italianos
mandados llamar por los mecenas y que realizaron sus obras en España; obras importadas,
procedentes de los talleres italianos; primera generación de artistas españoles. En el primer
grupo se encuentran los escultores Domenico Fancelli, Pietro Torrigiano y Jacopo Florentino,
también llamado el Indaco.41
Domenico Fancelli labró el sepulcro del infante D. Juan (hijo de los Reyes Católicos,
muerto en 1497) en la iglesia del monasterio deSanto Tomás de Ávila, el de los Reyes
Católicos en Granada y el mausoleo mural de Diego Hurtado de Mendoza en la catedral
de Sevilla (año 1509)
Pietro Torrigiano fue un gran escultor del barro cocido al que se adjudican un San
Jerónimo y una estatua de la Virgen que actualmente se encuentran en el Museo de
Sevilla.
Entre las obras encargadas a Italia sirvan de ejemplo el San Juan del taller de Miguel Ángel
para la ciudad de Úbeda y unos cuantos relieves del taller de la familia Della Robbia.
En cuanto a los artistas escultores españoles, la primera generación estuvo compuesta
por Vasco de la Zarza (trascoro de la catedral de Ávila), Felipe Vigarny (retablo mayor de
la catedral de Toledo), Bartolomé Ordóñez (sillería del coro de la catedral de Barcelona)
y Diego de Siloé (sepulcro de don Alonso Fonseca en Santa Úrsula de Salamanca).42
Entrado ya el segundo tercio del siglo XVI y siguiendo hasta el año 1577, sobresalieron Alonso
Berruguete y Juan de Juni; este último de origen francés y con taller en Valladolid, autor de los
retablos mayores en las iglesias de Santiago y la Antigua, así como de muchas otras obras
que se encuentran en Segovia, Ciudad Rodrigo y otras poblaciones de Castilla. Surgieron
también otros grandes maestros del Renacimiento español que siguiendo las normas italianas
supieron dar a sus obras un carácter puramente español, creando escuela en las distintas
regiones del ámbito nacional.
El tercer tercio llegó con el gusto clasicista. Trabajaron en la corte del emperador Carlos los
dos escultores italianos Leoni (Leone y Pompeyo, padre e hijo) con la fundición en bronce de
las estatuas de Carlos I, de Felipe II y de otras personas de la Real Familia.
Dentro del Renacimiento es una variedad puramente española, que se corresponde con el
estilo manuelino portugués. Se llama también Gótico isabelino o estilo Reyes Católicos, por
haber empezado con el reinado de estos monarcas, aunque se extiende hasta los tiempos de
Felipe II. El término plateresco suele emplearse para la arquitectura, pero como es un arte
puramente decorativo y de ornamentación escultórica, puede tener cabida aquí en este
pequeño apartado.
Se caracteriza por mantener ciertos componentes góticos y mudéjares dentro del hacer
renacentista. Las fachadas se esculpen como si fueran retablos, y junto al almohadillado típico
del Renacimiento se muestran las columnas abalaustradas con grutescos y llenas de
decoración y ventanas de tradición goticista. Proliferan los tondos o medallones y los escudos
colocados en las claves de las bóvedas y en las enjutas de los arcos. Se trata de un género
muy decorativo. Alcanzó su mayor exuberancia en Andalucía. Un buen ejemplo puede ser la
fachada del Ayuntamiento de Sevilla por Diego de Riaño.43
Escultura alemana[editar]
Michel Erhart de Ulm consiguió un gran control estilístico. Su obra más puntera es el altar del
monasterio benedictino de Blaubeurer (Baden-Wurtemberg) donde se pueden apreciar en la
caja cinco grandes esculturas policromadas. En los territorios periféricos germánicos, al sur
del Tirol trabajó el escultor Michael Pacher; entre sus obras se destaca el altar mayor de San
Wolfgang, de once metros de altura y donde se combina magistralmente la pintura con la
escultura.45
La escultura alemana tuvo corta vida en la época del Renacimiento. Descolló como
escultor Peter Vischer junto con otros miembros de su familia inspirados más directamente en
el Quattrocento italiano, como se ve en el sepulcro de San Sebaldo (1507-1519)
en Núremberg, así como su participación en el mausoleo del emperador
Maxiliano en Innsbruck, que debía agrupar a cuarenta estatuas de tamaño mayor del natural y
cien estatuillas menores con cuarenta bustos de emperadores. De este trabajo solo se llegó a
realizar una tercera parte, y las esculturas realizadas fueron fundidas en bronce. También
intervino en esta obra Alberto Durero, para la que diseñó la Cabeza del Rey Arturo y realizó la
escultura de cuerpo completo Vischer, con la decoración y la armadura en estilo medieval,
pero con el claro contrapposto de un héroe de la Antigüedad.46
Escultura inglesa[editar]
Monumento funerario de Shakespeare en Holy Trinity Church, de Stratford, por Gerard Johnson.
La escultura inglesa del siglo XVI se deriva de la italiana, siendo de este último país los más
notables artistas que trabajaron en Inglaterra. Los monarcas, para animar la vida artística,
ejercieron una función muy importante a la hora de desarrollar este movimiento artístico. Entre
los primeros y principales escultores italianos figuró Pietro Torrigiano, a quien se debe el
sepulcro de Enrique VII e Isabel de York. Está realizado en mármol y bronce dorado, con las
figuras yacentes de los monarcas y en cada ángulo del sepulcro unos ángeles que sostienen
los escudos de armas; se encuentra en una capilla de la abadía de Westminster en Londres.
En 1511 esculpió el sepulcro de Margarita Beaufort, madre de Enrique VII. De 1516 data el
sepulcro del archivero real, John Young, a quien también representó en un busto conservado
en la National Portrait Gallery de Londres.
También le fue encargada por Enrique VIII su propia sepultura y la de su esposa Catalina de
Aragón en 1518. A pesar del viaje del escultor a Italia para contratar ayudantes, se
desconocen los motivos por los cuales no llegó a realizar la obra y abandonó la corte inglesa
para instalarse en España en 1525. Este sepulcro se realizó finalmente entre 1524 y 1528 por
el escultor italiano Benedetto da Rovezzano.
Con la implantación de la reforma protestante se suprimió en Inglaterra la escultura religiosa, y
también el contacto con todo lo que pudiera venir de Italia por identificarlo como una vía de
influencia papal. Sólo en los soberbios panteones y en estatuas conmemorativas de
personajes tuvo desde entonces alguna vida el arte plástico, como el realizado por el inglés
Richard Parker para la tumba del conde de Rutland (1543) en Bottesford.49
La influencia italiana fue sustituida por la francesa y por la venida de artistas flamencos, entre
ellos Gerard Johnson (llamado también Garret Jansen), que realizó el sepulcro del conde
de Southampton en Titchfield y el monumento funerario en honor de William
Shakespeare en Stratford.50
Escultura portuguesa[editar]
Pórtico del Monasterio de los Jerónimos de Belém realizado por Nicolás Chanterenne.
En las postrimerías del siglo XV, Andrea Sansovino fue a trabajar para el rey Juan II de
Portugal; parece que se tenía la sensación de que los italianos, con su monopolio casi
exclusivo del arte antiguo, poseían también el don de lo que era correcto dentro del arte. 51
Se creó alrededor de la corte de Juan III un foco de humanismo según el modelo de las cortes
italianas. El Renacimiento se impuso en las ciudades de Coímbra, Tomar y Évora con tanta
fuerza que en esta región del Alentejo costó bastante la posterior implantación del Barroco. La
escultura portuguesa se manifestó asimismo italianista en su primer Renacimiento, siendo sus
principales obras tres hermosos relieves en el claustro de la iglesia de Santa Cruz
en Coímbra, labrados por artistas portugueses:
Escultura hispanoamericana[editar]
En general la escultura hispanoamericana renacentista se logró, gracias en mayor parte, a las
órdenes religiosas y a su labor de enseñanza junto con la disponibilidad de modelos de obras
traídas de España, que fueron de donde en muchas ocasiones se copiaba, sobre todo
la iconografía de las imágenes.
En Ecuador fueron precisamente los misioneros franciscanos de origen flamenco Pedro
Gosseal y Jodoco Rique los que fundaron la primera escuela en el convento de San Francisco
de Quito, enseñando conocimientos en el arte de la arquitectura y la talla, tanto en piedra
como en madera, además de la religión y las letras. Los artistas locales lograron unas buenas
interpretaciones mezcladas con motivos de su tradición con la ingenuidad de los rostros de las
imágenes así como de la policromía con colores más primarios y mucho más llamativos,
donde se puede apreciar en los retablos que se construyeron durante el quinientos en México,
así como en la decoración empleada en las pilas bautismales y en las cruces de los patios
conventuales.54
Un escultor relevante es el guatemalteco Quirio Cataño, que fue autor, entre otras imágenes,
del Cristo Negro de Esquipulas del año 1594.55
Santa Maria della Consolazione en Todi 1508-1607. Ejemplo de iglesia de planta central. Trabajaron en
ella Cola da Caprarola, Antonio da Sangallo el Joven, Baldassarre Peruzzi, Galeazzo Alessi, Michele
Sanmicheli, Jacopo Vignola e Ippolito Scalza.
La Arquitectura del Renacimiento estuvo bastante relacionada con una visión del mundo
durante ese período sostenida en dos pilares esenciales: el clasicismo y el humanismo.
Hay que destacar que los ideales y valores renacentistas no pudieron surgir totalmente
desvinculados del acervo medieval que le precedió, sin embargo, los conceptos que subyacen
a este estilo arquitectónico se construyeron sobre la consciente y efectiva ruptura de la
producción artística de la Edad Media, en especial del estilo gótico.
Se pueden analizar las siguientes características generales:
Búsqueda del ideal clásico: a través del clasicismo, los hombres del Renacimiento
miraban hacia el mundo greco-romano como modelo para su sociedad contemporánea,
buscando aplicar en la realidad material cotidiana aquello que consideraban que
pertenecía a un mundo más idílico que real. En este sentido, la arquitectura, en especial,
intentó concretar conceptos clásicos como la belleza, surgiendo así la teorización y
ordenación del movimiento, fundamentado en la arquitectura clásica griega y romana.
Visión profana sobre temas religiosos: los valores clásicos, desde el punto de vista
del cristianismo, de enorme influencia en este período (teniendo en cuenta que el
Renacimiento surge en Italia, donde la presencia de la Iglesia católica fue decisiva para el
arte), eran considerados paganos y de carácter pecaminoso.
Barroco
El Barroco fue un período de la historia en la cultura occidental originado por una nueva
forma de concebir el arte (el «estilo barroco») y que, partiendo desde diferentes contextos
histórico-culturales, produjo obras en numerosos campos
artísticos: literatura, arquitectura, escultura, pintura, música, ópera, danza, teatro, etc. Se
manifestó principalmente en la Europa occidental, aunque debido al colonialismo también se
dio en numerosas colonias de las potencias europeas, principalmente en Latinoamérica.
Cronológicamente, abarcó todo el siglo XVII y principios del XVIII, con mayor o menor
prolongación en el tiempo dependiendo de cada país. Se suele situar entre el Manierismo y
el Rococó, en una época caracterizada por fuertes disputas religiosas entre
países católicos y protestantes, así como marcadas diferencias políticas entre
los Estados absolutistas y los parlamentarios, donde una incipiente burguesía empezaba a
poner los cimientos del capitalismo.1
Como estilo artístico, el Barroco surgió a principios del siglo XVII (según otros autores a finales
del XVI) en Italia —período también conocido en este país como Seicento—, desde donde se
extendió hacia la mayor parte de Europa. Durante mucho tiempo (siglos XVIII y XIX) el término
«barroco» tuvo un sentido peyorativo, con el significado de recargado, engañoso, caprichoso,
hasta que fue posteriormente revalorizado a finales del siglo XIX por Jacob Burckhardt y, en
el XX, por Benedetto Croce y Eugeni d'Ors. Algunos historiadores dividen el Barroco en tres
períodos: «primitivo» (1580-1630), «maduro» o «pleno» (1630-1680) y «tardío» (1680-1750). 2
Aunque se suele entender como un período artístico específico, estéticamente el término
«barroco» también indica cualquier estilo artístico contrapuesto al clasicismo, concepto
introducido por Heinrich Wölfflin en 1915. Así pues, el término «barroco» se puede emplear
tanto como sustantivo como adjetivo. Según este planteamiento, cualquier estilo artístico
atraviesa por tres fases: arcaica, clásica y barroca. Ejemplos de fases barrocas serían el arte
helenístico, el arte gótico, el romanticismo o el modernismo.2
El arte se volvió más refinado y ornamentado, con pervivencia de un cierto racionalismo
clasicista pero adoptando formas más dinámicas y efectistas y un gusto por lo sorprendente y
anecdótico, por las ilusiones ópticas y los golpes de efecto. Se observa una preponderancia
de la representación realista: en una época de penuria económica, el hombre se enfrenta de
forma más cruda a la realidad. Por otro lado, a menudo esta cruda realidad se somete a la
mentalidad de una época turbada y desengañada, lo que se manifiesta en una cierta
distorsión de las formas, en efectos forzados y violentos, fuertes contrastes de luces y
sombras y cierta tendencia al desequilibrio y la exageración.3
Se conoce también con el nombre de barroquismo el abuso de lo ornamental, el
recargamiento en el arte.
El estilo barroco[editar]
Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, vista desde la cúpula de la Basílica. El gran templo
romano fue la punta de lanza del arte contrarreformista.
El Barroco fue un estilo heredero del escepticismo manierista, que se vio reflejado en un
sentimiento de fatalidad y dramatismo entre los autores de la época. El arte se volvió más
artificial, más recargado, decorativo, ornamentado. Destacó el uso ilusionista de los efectos
ópticos; la belleza buscó nuevas vías de expresión y cobró relevancia lo asombroso y los
efectos sorprendentes. Surgieron nuevos conceptos estéticos como los de «ingenio»,
«perspicacia» o «agudeza». En la conducta personal se destacaba sobre todo el aspecto
exterior, de forma que reflejara una actitud altiva, elegante, refinada y exagerada que cobró el
nombre de préciosité.19
Según Wölfflin, el Barroco se define principalmente por oposición al Renacimiento: frente a la
visión lineal renacentista, la visión barroca es pictórica; frente a la composición en planos, la
basada en la profundidad; frente a la forma cerrada, la abierta; frente a la unidad compositiva
basada en la armonía, la subordinación a un motivo principal; frente a la claridad absoluta del
objeto, la claridad relativa del efecto.2 Así, el Barroco «es el estilo del punto de vista pictórico
con perspectiva y profundidad, que somete la multiplicidad de sus elementos a una idea
central, con una visión sin límites y una relativa oscuridad que evita los detalles y los perfiles
agudos, siendo al mismo tiempo un estilo que, en lugar de revelar su arte, lo esconde». 20
El arte barroco se expresó estilísticamente en dos vías: por un lado, hay un énfasis en la
realidad, el aspecto mundano de la vida, la cotidianeidad y el carácter efímero de la vida, que
se materializó en una cierta «vulgarización» del fenómeno religioso en los países católicos, así
como en un mayor gusto por las cualidades sensibles del mundo circundante en los
protestantes; por otro lado, se manifiesta una visión grandilocuente y exaltada de los
conceptos nacionales y religiosos como una expresión del poder, que se traduce en el gusto
por lo monumental, lo fastuoso y recargado, el carácter magnificente otorgado a la realeza y la
Iglesia, a menudo con un fuerte sello propagandístico.21
Retrato de Luis XIV (1701), de Hyacinthe Rigaud, Museo del Louvre, París. El rey francés encarna el
prototipo de la monarquía absolutista, ideología que junto a la Iglesia contrarreformista utilizó más el arte
como medio propagandístico.
El Barroco fue una cultura de la imagen, donde todas las artes confluyeron para crear
una obra de arte total, con una estética teatral, escenográfica, una mise en scène que pone de
manifiesto el esplendor del poder dominante (Iglesia o Estado), con ciertos toques naturalistas
pero en un conjunto que expresa dinamismo y vitalidad. La interacción de todas las artes
expresa la utilización del lenguaje visual como un medio de comunicación de masas,
plasmado en una concepción dinámica de la naturaleza y el espacio envolvente.22
Una de las principales características del arte barroco es su carácter ilusorio y artificioso: «el
ingenio y el diseño son el arte mágico a través del cual se llega a engañar a la vista hasta
asombrar» (Gian Lorenzo Bernini). Se valoraba especialmente lo visual y efímero, por lo que
cobraron auge el teatro y los diversos géneros de artes escénicas y
espectáculos: danza, pantomima, drama musical (oratorio y melodrama), espectáculos
de marionetas, acrobáticos, circenses, etc. Existía el sentimiento de que el mundo es un teatro
(theatrum mundi) y la vida una función teatral: «todo el mundo es un escenario, y todos los
hombres y mujeres meros actores» (Como gustéis, William Shakespeare, 1599).23 De igual
manera se tendía a teatralizar las demás artes, especialmente la arquitectura. Es un arte que
se basa en la inversión de la realidad: en la «simulación», en convertir lo falso en verdadero, y
en la «disimulación», pasar lo verdadero por falso. No se muestran las cosas como son, sino
como se querría que fuesen, especialmente en el mundo católico, donde la Contrarreforma
tuvo un éxito exiguo, ya que media Europa se pasó al protestantismo. En literatura se
manifestó dando rienda suelta al artificio retórico, como un medio de expresión
propagandístico en que la suntuosidad del lenguaje pretendía reflejar la realidad de forma
edulcorada, recurriendo a figuras retóricas como la metáfora, la paradoja, la hipérbole,
la antítesis, el hipérbaton, la elipsis, etc. Esta transposición de la realidad, que se ve
distorsionada y magnificada, alterada en sus proporciones y sometida al criterio subjetivo de la
ficción, pasó igualmente al terreno de la pintura, donde se abusa del escorzo y la perspectiva
ilusionista en aras de efectos mayores, llamativos y sorprendentes.24
Finis gloriae mundi (1672), de Juan de Valdés Leal, Hospital de la Caridad (Sevilla). El género de
la vanitascobró una especial relevancia en la era barroca, donde continuamente estaba presente
el memento mori, el recuerdo de la fugacidad de la vida, propio de una época de guerras, epidemias y
pobreza.
Estilos
Naturalismo: La vocación de San Mateo (1601), de Caravaggio, Iglesia de San Luis de los
Franceses (Roma).
Realismo: Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp (1632), de Rembrandt, Mauritshuis, La
Haya.
Clasicismo: Et in Arcadia ego (1638), de Nicolas Poussin, Museo del Louvre, París.
Por último, cabe señalar que en el Barroco surgieron o se desarrollaron nuevos géneros
pictóricos. Si hasta entonces había preponderado en el arte la representación de temas
históricos, mitológicos o religiosos, los profundos cambios sociales vividos en el siglo XVII
propiciaron el interés por nuevos temas, especialmente en los países protestantes, cuya
severa moralidad impedía la representación de imágenes religiosas por considerarlas idolatría.
Por otro lado, el auge de la burguesía, que para remarcar su estatus invirtió de forma decidida
en el arte, trajo consigo la representación de nuevos temas alejados de las grandilocuentes
escenas preferidas por la aristocracia. Entre los géneros desarrollados profusamente en el
Barroco destacan: la pintura de género, que toma sus modelos de la realidad circundante, de
la vida diaria, de temas campesinos o urbanos, de pobres y mendigos, comerciantes y
artesanos, o de fiestas y ambientes folklóricos; el paisaje, que eleva a categoría independiente
la representación de la naturaleza, que hasta entonces solo servía de telón de fondo de las
escenas con personajes históricos o religiosos; el retrato, que centra su representación en la
figura humana, generalmente con un componente realista aunque a veces no exento de
idealización; el bodegón o naturaleza muerta, que consiste en la representación de objetos
inanimados, ya sean piezas de ajuar doméstico, flores, frutas u otros alimentos, muebles,
instrumentos musicales, etc.; y la vanitas, un tipo de bodegón que alude a lo efímero de la
existencia humana, simbolizado generalmente por la presencia de calaveras o esqueletos, o
bien velas o relojes de arena.28
Géneros
Pintura de género: Vieja friendo huevos (1618), de Diego Velázquez, National Gallery of
Scotland, Edimburgo.
Paisaje: Puerto con el embarque de la Reina de Saba (1648), de Claude Lorrain, National Gallery
de Londres.
Retrato: Sir Endymion Porter y Anton van Dyck (1635), de Anton van Dyck, Museo del
Prado, Madrid.
Bodegón: Bodegón de caza, hortalizas y frutas (1602), de Juan Sánchez Cotán, Museo del
Prado, Madrid.
Arquitectura[editar]
Fachada de San Carlo alle Quattro Fontane (1634-1640), de Francesco Borromini, Roma.
La arquitectura barroca asumió unas formas más dinámicas, con una exuberante decoración y
un sentido escenográfico de las formas y los volúmenes. Cobró relevancia la modulación del
espacio, con preferencia por las curvas cóncavas y convexas, poniendo especial atención en
los juegos ópticos (trompe-l'œil) y el punto de vista del espectador. También cobró una gran
importancia el urbanismo, debido a los monumentales programas desarrollados por reyes y
papas, con un concepto integrador de la arquitectura y el paisaje que buscaba la recreación
de un continuum espacial, de la expansión de las formas hacia el infinito, como expresión de
unos elevados ideales, sean políticos o religiosos.29