Jacques Lacan
Jacques Lacan
Jacques Lacan
Figura 2
El inconsciente sólo existe en el acto de un dicho
Un significante sólo es significante para otro significante
No hay metalenguaje que pueda ser hablado (no hay lenguaje pretendidamente exterior y
cerrado que se refiera al inconsciente sin que el inconsciente lo fracture)
El concepto de objeto a…
• El psicoanalista, más que querer inducir transformaciones en el paciente y
situar la finalidad del análisis en términos de cambio o de cura, apuntaría a
crear las condiciones para que el sujeto encuentre, como si viniera de afuera,
como si fuera extraña a él, la cosa más íntima de su ser
• Ahora bien, si la cura no puede y no debe ser un fin perseguido por el analista,
entonces ¿qué puede esperar? ¿Qué espero? Espero la aparición de un
fenómeno muy simple. No espero ni el cambio ni la cura de mi analizante.
Espero que la experiencia advenga, que sobrevenga un acontecimiento
inesperado en el análisis.
Lacan considera que construyó e inventó el objeto a, objeto que reviste la característica de escribirse
con un símbolo, la letra "a". Este símbolo "a" no representa la primera letra del alfabeto sino la
primera letra de la palabra "otro" (en fr. "autre"). En la teoría lacaniana existe el otro (autre) con una
"a" minúscula y el Otro (Autre) con una "A" mayúscula. Este último, el gran Otro, es una de las
figuras antropomórficas del poder de sobredeterminación de la cadena significante. Mientras que el
pequeño otro, cuya letra a califica a nuestro objeto, designa a nuestro semejante, al alter ego. Ahora
bien, la invención del objeto "a minúscula" responde a muchos problemas, pero sobre todo, de manera
precisa, a esta pregunta: "¿Quién es el otro? ¿Quién es mi semejante?“
• La letra a es una manera de nombrar la dificultad; ocupa el lugar de una no respuesta
• Recuerden el espíritu del procedimiento lacaniano que, en lugar de resolver un problema, le da un
nombre.
• El objeto a es tan sólo una letra, nada más que la letra a, una letra cuya función central consiste en
nombrar un problema no resuelto, o mejor aún, en significar una ausencia. ¿Qué ausencia? La
ausencia de respuesta a una pregunta que insiste sin cesar.
Entre ellas la que designa como identificación del sujeto a un rasgo del objeto, es decir, a un rasgo
de todos los seres que hemos amado (rasgo unario)
Se distingue tres tipos de identificación
• la primera, imaginaria (el otro como imagen)
• la segunda, fantasmática (el otro como cuerpo)
• la tercera, simbólica (el otro como rasgo que condensa una historia)
El que remite más directamente al concepto lacaniano de objeto a es el segundo: el otro elegido es
esta parte fantasmática y gozante de mi cuerpo que me prolonga y se me escapa.
“Somos víctimas- pensaba yo- de un doble espejismo. Si miramos afuera y
procuramos penetrar en las cosas, nuestro mundo externo pierde solidez, y
acaba por disipársenos cuando llegamos a creer que no existe por sí, sino
por nosotros. Pero, sí convencidos de la intima realidad, miramos adentro,
entonces todo nos parece venir de fuera, y es nuestro mundo interior,
nosotros mismos, lo que se desvanece. ¿Qué hacer entonces? “
Jacques Lacan
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