Ir al contenido

Candidiasis

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Candidiasis

Especialidad infectología
dermatología

La candidiasis es una infección fúngica (micosis) de cualquiera de las especies Candida (todas ellas levaduras), de las cuales Candida albicans es la más común.[1][2]​ Comúnmente conocida como infección por deuteromicetos, la candidiasis también se conoce técnicamente como candidosis, moniliasis y oidiomicosis.[3]: 308 

Las candidiasis incluyen infecciones que van desde las superficiales, tales como la candidiasis oral y vaginitis, hasta las sistémicas y potencialmente mortales, conocidas como candidemias, y generalmente se limitan a personas inmunocomprometidas, como pacientes con cáncer, trasplante o SIDA o incluso pacientes de cirugías de emergencia no traumáticas.[4]

Las infecciones superficiales y de membranas mucosas por Candida que causan inflamación y malestar son comunes en la población humana.[2][5][6]​ Aunque claramente atribuible a la presencia de patógenos oportunistas del género Candida, la candidiasis describe una serie de diferentes síndromes de enfermedades que usualmente difieren en sus causas y resultados.[2][5]

Historia

[editar]

El género Candida y especie C. albicans fueron descritos por la botánica Christine Marie Berkhout en su tesis doctoral en la Universidad de Utrecht en 1923. Con los años, la clasificación de los géneros y especies han evolucionado. Nombres obsoletos de este género incluyen Mycotorula y Torulopsis. La especie ha sido también conocida en el pasado como Monilia albicans y Oidium albicans. La clasificación actual es nomen conservandum, lo que significa que el nombre es autorizado para su uso por el Congreso Internacional de Botánica (IBC).[7]

El género Candida incluye alrededor de 150 especies distintas; sin embargo, sólo unas pocas son conocidas por causar infecciones en seres humanos. C. albicans es la especie patogénica más significativa. Otras especies de Candida patogénicas en humanos incluyen C. tropicalis, C. glabrata, C. krusei, C. parapsilosis, C. dubliniensis y C. lusitaniae.

Etiología

[editar]

Las levaduras de Candida generalmente están presentes en seres humanos sanos, en particular sobre la piel, pero su crecimiento suele verse limitado gracias al sistema inmunitario, a la competencia de otros microorganismos, como bacterias que ocupan los mismos lugares del organismo,[8]​ o por la relativa sequedad de la piel, pues Candida requiere la humedad para su crecimiento.[9]

Se aisló C. albicans de la vagina del 19 por ciento de un grupo de mujeres aparentemente sanas, es decir, mujeres que presentaban pocos síntomas o que no tenían ningún síntoma de infección. El uso externo de detergentes o de duchas o algunas irregularidades internas (hormonales o fisiológicas) pueden provocar trastornos en la flora vaginal habitual, que incluye disminución de número de bacilos de ácido láctico que protegen la mucosa vaginal como, por ejemplo, Lactobacillus, y así permiten un crecimiento excesivo de células de Candida que provocan síntomas de infección, como inflamación local.[10]​ El embarazo y el uso de anticonceptivos orales se consideran factores de riesgo.[11]​ La diabetes mellitus y el uso de antibióticos antibacteriales también están relacionados con una mayor incidencia de infecciones por hongos.[11]​ Se ha descubierto que las dietas ricas en carbohidratos simples influyen sobre las tasas de candidiasis oral,[12]​ y la terapia de reemplazo hormonal y los tratamientos de la infertilidad también pueden ser factores predisponentes.[13]​ El uso de trajes de baño húmedos por periodos largos también pueden ser un factor de riesgo.[14]

Un sistema inmune debilitado o poco desarrollado o enfermedades metabólicas como la diabetes son factores de predisposición significativos de la candidiasis.[15]​ Hay enfermedades o situaciones o padecimientos vinculados con la candidiasis: el VIH/SIDA, la mononucleosis infecciosa, los tratamientos del cáncer, los esteroides, el estrés y la deficiencia de nutrientes.[16]​ Casi el 15 por ciento de las personas que presentan debilidad en el sistema inmune desarrollan una enfermedad sistémica provocada por especies de Candida.[17]​ En casos extremos, estas infecciones superficiales de la piel o de las membranas mucosas pueden entrar al torrente sanguíneo y provocar infecciones sistémicas de Candida.

En la candidiasis del pene, las causas incluyen relaciones sexuales con una persona infectada, una baja inmunidad, antibióticos y diabetes. Las infecciones en los genitales masculinos por hongos son menos comunes, y la incidencia de las infecciones es tan sólo una fracción de las que se observan en las mujeres; sin embargo, la infección por hongos en el pene a través de contacto directo en las relaciones sexuales con una pareja infectada no es rara.[18]

Las especies de Candida suelen formar parte de la flora oral e intestinal habituales del cuerpo humano. El tratamiento con antibióticos puede llegar a eliminar a los competidores naturales de los hongos en busca de recursos, y aumenta la gravedad del padecimiento.[19]​ En el hemisferio occidental, aproximadamente el 75 por ciento de las mujeres muestran estas afecciones en algún momento de su vida.

Cuadro clínico

[editar]

La mayoría de las infecciones por la candidiasis son tratables y generan mínimas complicaciones tales como enrojecimiento, picazón y malestar, aunque las complicaciones podrían ser graves o fatales si no se tratan en ciertas poblaciones. En personas inmunocompetentes, la candidiasis suele ser una infección muy localizada de la piel o membranas mucosas, incluida la cavidad oral (candidiasis oral), la faringe o el esófago, el aparato digestivo, la vejiga urinaria o los genitales (vagina, pene).[1]

La candidiasis es una causa muy común de la irritación vaginal (vaginitis) y también puede presentarse en los genitales masculinos. En pacientes inmunocomprometidos, las infecciones por Candida pueden afectar el esófago con el potencial de volverse sistémico, y causan un padecimiento muchísimo más grave, una fungemia llamada candidemia.[5][6]

La candidiasis oral es muy común en los bebés. No se considera patológica en los bebés a menos que dure más de un par de semanas.[20]

Los niños, sobre todo entre los tres y los nueve años de edad, pueden verse afectados por infecciones crónicas de levadura orales, observadas habitualmente alrededor de la boca como manchas blancas. Sin embargo, no es un padecimiento común.

Los síntomas de la candidiasis pueden variar según el área que este afecte. Infecciones de la vagina o de la vulva pueden causar picazón grave, ardor, dolor, irritación y una descarga blanquecina o blanco grisáceo con consistencia como de requesón, a menudo con una apariencia similar a grumos. Estos síntomas también están presentes en la más común vaginosis bacteriana.[21]​ En un estudio publicado el 2002 en la Journal of Obstetrics and Gynecology (Revista de Obstetricia y Ginecología), solo una parte de las mujeres que se estaban automedicando para una infección por levaduras en realidad tenían una infección por levaduras, mientras que la mayoría tenía vaginosis bacteriana o una infección de tipo mixto.[22]​ Los síntomas de una infección en los genitales masculinos incluyen manchas o llagas rojas cerca de la cabeza del pene o en el prepucio, picazón severa o una sensación de ardor. La candidiasis del pene también puede tener una descarga blanca, pero es poco común.

Diagnóstico

[editar]
Micrografía de la candidiasis esofágica. Muestra de biopsia; ácido periódico de Schiff.

El diagnóstico de una infección por levaduras se realiza ya sea a través de un examen microscópico o urocultivos.

Para la identificación por microscopía óptica, un raspado o frotis de la zona afectada se coloca en un portaobjetos de un microscopio. Luego se le añade a la muestra una sola gota de solución de hidróxido de potasio (KOH) al 10%. El KOH disuelve las células cutáneas pero deja las células Candida intactas, y permite la visualización de pseudohifas y las células de la levadura en ciernes típico de muchas especies de Candida.

Para el método de cultivo, un bastoncillo estéril se frota sobre la superficie de la piel infectada. El bastoncillo se pasa luego por un medio de cultivo. El cultivo es incubado a 37 °C por varios días, lo que permite el desarrollo de las colonias de levadura o bacterianas. Las características (la morfología y el color, por ejemplo) de las colonias puede permitir el diagnóstico inicial del organismo que está causando los síntomas de la enfermedad.[23]

Un diagnóstico diferencial característico de la cándida con otras lesiones blancas orales es que se elimina al raspado.

Tratamiento

[editar]

El tratamiento de la candidiasis se basa en cuatro pilares:

  • Realización de un diagnóstico precoz y certero de la infección
  • Corrección de los factores facilitadores o de las enfermedades subyacentes
  • Determinación del tipo de infección candidiásica
  • Empleo de fármacos fungicidas apropiados[24]

En el ámbito clínico, la candidiasis es comúnmente tratada con antimicóticos; los medicamentos antimicóticos comúnmente usados para tratar la candidiasis son clotrimazol tópico, nistatina tópica, fluconazol y ketoconazol tópico.

Por ejemplo, se ha informado que una dosis única de fluconazol (una tableta de 150mg por vía oral) es 90 por ciento eficaz en el tratamiento de una infección vaginal por levaduras.[25]​ Esta dosis es solamente eficaz para las infecciones vaginales por levaduras; otros tipos de infecciones por levaduras podrían requerir diferentes dosis. En infecciones graves, se podría utilizar anfotericina B, caspofungina o voriconazol. Los tratamientos locales pueden incluir supositorios vaginales o duchas vaginales medicadas. Se puede utilizar violeta de genciana para la lactancia materna con candidiasis, pero cuando se utiliza en grandes cantidades este puede causar ulceraciones en la boca y la garganta de los lactantes, y se ha relacionado con el cáncer de boca en los seres humanos y el cáncer en el tracto digestivo de otros animales.[26]

No es recomendado utilizar el enjuague bucal de gluconato de clorhexidina para tratar la candidiasis,[27]​ pero es efectivo como profilaxis;[28]​ el enjuague con dióxido de cloro tiene una efectividad similar contra la Candida in vitro.[29]

C. albicans puede desarrollar resistencia contra los fármacos antimicóticos.[30]​ Las infecciones recurrentes pueden ser tratadas con otros antimicóticos, pero también se podría desarrollar una resistencia contra estos otros agentes antimicóticos. Las resistencias a los agentes antimicóticos y antimicrobiales en general se pueden aumentar en presencia de metales pesados como el mercurio,[31]​ por lo que una candidiasis resistente a los antimicrobiales puede interpretarse como un síntoma compatible con un posible envenenamiento por mercurio. Las resistencias a los antimicrobiales y a los metales pesados suelen coincidir en los mismos plásmidos, lo que explica la resistencia de las cándidas a ambos factores.

Medicina alternativa

[editar]

Algunos defensores de la medicina alternativa postulan una amplia presencia de candidiasis sistémica (o síndrome de hipersensibilidad por cándida, alergia a la levadura o crecimiento excesivo de Candida gastrointestinal), un padecimiento médicamente no reconocido.[32]​ La opinión fue ampliamente promovida en un libro publicado en 1986 por el doctor William Crook[33]​ que planteaba como hipótesis que una variedad de síntomas comunes tales como la fatiga, el síndrome premenstrual (SPM), la disfunción sexual, el asma, la psoriasis, problemas digestivos y urinarios, la esclerosis múltiple y los dolores musculares podrían ser causados por infecciones subclínicas de Candida albicans.[33]​ Crook sugiere una variedad de remedios para tratar estos síntomas, lo que incluye modificaciones en la dieta, antimicóticos con receta e irrigación del colon. Con la excepción de algunos estudios dietéticos en la sección de infección urinaria, la medicina convencional no ha usado la mayoría de estas alternativas, ya que no hay evidencia científica que pruebe la efectividad de estos tratamientos o que la candidiasis sistémica subclínica sea un diagnóstico viable.[34][35][36]

En 1990, el proveedor de medicina alternativa Nature's Way firmó un acuerdo de consentimiento FTC de no desvirtuar en la publicidad ninguna prueba de autodiagnóstico acerca de condiciones de candidiasis o hacer cualquier representación sin fundamento acerca de la capacidad de cualquier alimento o suplemento para el control de condiciones de levaduras, con una multa de $30 000 a nombre de los Institutos Nacionales de Salud para investigaciones en una candidiasis genuina.[32]

Véase también

[editar]

Referencias

[editar]
  1. a b Walsh TJ, Dixon DM (1996). «Deep Mycoses». En Baron S et al. eds., ed. Baron's Medical Microbiology (4th edición). Univ of Texas Medical Branch. ISBN 0-9631172-1-1. 
  2. a b c
  3. James, William D.; Berger, Timothy G.; et al. (2006). Andrews' Diseases of the Skin: clinical Dermatology. Saunders Elsevier. ISBN 0-7216-2921-0. 
  4. Kourkoumpetis T, Manolakaki D, Velmahos G, et al. (2010). «Candida infection and colonization among non-trauma emergency surgery patients». Virulence 1 (5): 359-66. PMID 21178471. doi:10.4161/viru.1.5.12795. 
  5. a b c Fidel PL (2002). «Immunity to Candida». Oral Dis. 8: 69-75. PMID 12164664. doi:10.1034/j.1601-0825.2002.00015.x. 
  6. a b Pappas PG (2006). «Invasive candidiasis». Infect. Dis. Clin. North Am. 20 (3): 485-506. PMID 16984866. doi:10.1016/j.idc.2006.07.004. 
  7. International Code of Botanical Nomenclature. Königstein. 2000. ISBN 3-904144-22-7. Consultado el 23 de noviembre de 2008. 
  8. Mulley, A. G.; Goroll, A. H. (2006). Wolters Kluwer Health, ed. Primary Care Medicine: office evaluation and management of the adult patient. Philadelphia. pp. 802-3. ISBN 0-7817-7456-X. Consultado el 23 de noviembre de 2008. 
  9. Goehring, Richard V. (2008). Mosby Elsevier, ed. Mims' medical microbiology. (4a ed. edición). Philadelphia, PA. p. 656. ISBN 978-0-323-04475-2. 
  10. Mårdh P A, Novikova N, Stukalova E (octubre de 2003). «Colonisation of extragenital sites by Candida in women with recurrent vulvovaginal candidosis». BJOG' 110 (10): 934-7. PMID 14550364. doi:10.1111/j.1471-0528.2003.01445.x. Archivado desde el original el 27 de julio de 2012. Consultado el 22 de mayo de 2014. 
  11. a b Schiefer HG (1997). «Mycoses of the urogenital tract». Mycoses' 40 (Suppl 2): 33-36. PMID 9476502. doi:10.1111/j.1439-0507.1997.tb00561.x. 
  12. Akpan, A; Morgan, R (agosto de 2002). «Oral candidiasis». Postgraduate Medical Journal' 78 (922): 455-459. PMC 1742467. PMID 12185216. doi:10.1136/pmj.78.922.455. 
  13. Nwokolo N C, Boag F C (mayo de 2000). «Chronic vaginal candidiasis. Management in the postmenopausal patient». Drugs Aging' 16 (5): 335-339. PMID 10917071. doi:10.2165/00002512-200016050-00003. 
  14. MedlinePlus (artículo de divulgación médica acerca de la infección vaginal por hongos (en inglés)
  15. Odds FC (1987). «Candida infections: an overview». Crit. Rev. Microbiol. 15 (1): 1-5. PMID 3319417. doi:10.3109/10408418709104444. 
  16. «Medical article of analysis of causes and symptoms of Candida.». Archivado desde el original el 19 de junio de 2017. Consultado el 12 de mayo de 2016. 
  17. Choo Z.W., Chakravarthi S., Wong S.F., Nagaraja H.S., Thanikachalam P.M., Mak J.W., Radhakrishnan A., Tay A. (2010). «A comparative histopathological study of systemic candidiasis in association with experimentally induced breast cancer». Oncology Letters' 1 (1): 215-222. ISSN 1792-1082. PMC 3436220. PMID 22966285. doi:10.3892/ol_00000039. 
  18. David LM, Walzman M, Rajamanoharan S (octubre de 1997). «Genital colonisation and infection with candida in heterosexual and homosexual males». Genitourin Med' 73 (5): 394-6. PMC 1195901. PMID 9534752. doi:10.1136/sti.73.5.394. 
  19. Bassetti, M; Mikulska, M; Viscoli, C (dicembre 2010). «Bench-to-bedside review: therapeutic management of invasive candidiasis in the intensive care unit.». Critical Care' 14 (6): 244. PMID 21144007. doi:10.1186/cc9239. 
  20. «Thrush». 2011. Consultado el 8 de abril de 2011. 
  21. Terri Warren, RN (2010). «Is It a Yeast Infection?». Consultado el 23 de febrero de 2011. 
  22. Ferris DG; Nyirjesy P; Sobel JD; Soper D; Pavletic A; Litaker MS (marzo de 2002). «Over-the-counter antifungal drug misuse associated with patient-diagnosed vulvovaginal candidiasis». Obstetrics and Gynecology 99 (3): 419-425. PMID 11864668. doi:10.1016/S0029-7844(01)01759-8. 
  23. Srikumar Chakravarthi, Nagaraja HS (2010). «A comprehensive review of the occurrence and management of systemic candidiasis as an opportunistic infection». Microbiology Journal 1 (2): 1-5. ISSN 2153-0696. 
  24. Ashman BR, et al. IL-12 and related cytokines: function and regulatory implications in Candida albicans infection. Clinical and Developmental Immunology. 2010. 2011: 1-9.
  25. Moosa MY, Sobel JD, Elhalis H, Du W, Akins RA (2004). «Fungicidal activity of fluconazole against Candida albicans in a synthetic vagina-simulative medium». Antimicrob. Agents Chemother. 48 (1): 161-7. PMC 310176. PMID 14693534. doi:10.1128/AAC.48.1.161-167.2004. 
  26. Craigmill A (diciembre de 1991). «Gentian Violet Policy Withdrawn». Cooperative Extension University of California -- Environmental Toxicology Newsletter 11 (5). 
  27. «Chlorhexidine Gluconate». Drugs.Com. Consultado el Jan 8, 2011. 
  28. Ferretti GA, Ash RC, Brown AT, Parr MD, Romond EH, Lillich TT (septiembre de 1988). «Control of oral mucositis and candidiasis in marrow transplantation: a prospective, double-blind trial of chlorhexidine digluconate oral rinse». Bone Marrow Transplant 3 (5): 483-93. PMID 3056555. 
  29. Uludamar A, Ozkan YK, Kadir T, Ceyhan I (2010). «In vivo efficacy of alkaline peroxide tablets and mouthwashes on Candida albicans in patients with denture stomatitis». J Appl Oral Sci 18 (3): 291-6. PMID 20857010. doi:10.1590/S1678-77572010000300017. 
  30. Cowen LE, Nantel A, Whiteway MS (julio de 2002). «Population genomics of drug resistance in Candida albicans». Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 99 (14): 9284-9. PMC 123132. PMID 12089321. doi:10.1073/pnas.102291099. 
  31. Zhou, Y.; Xu, Y.B.; Xu, J.X.; Zhang, X.H.; Xu, S.H.; Du, Q.P. (2015). «Combined toxic effects of heavy metals and antibiotics on a Pseudomonas fluorescens strain ZY2 isolated from swine wastewater». Int. J. Mol. Sci. 16: 2839-2850. doi:10.3390/ijms16022839. 
  32. a b candidiasis hypersensitivity, National Council Against Health Fraud
  33. a b Crook, William G. (1986). The yeast connection: a medical breakthrough. Nueva York: Vintage Books. ISBN 0394747003. 
  34. Barrett S (8 de octubre de 2005). «Dubious "Yeast Allergies"». QuackWatch. Consultado el 21 de febrero de 2008. 
  35. Katherine Zeratsky. «Candida cleanse: Does it treat candidiasis?». Mayo Clinic. Consultado el 9 de agosto de 2009. 
  36. Blonz ER (diciembre de 1986). «Is there an epidemic of chronic candidiasis in our midst?» (PDF). JAMA 256 (22): 3138-9. PMID 3783850. doi:10.1001/jama.1986.03380220104032. 

Enlaces externos

[editar]
pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy